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CAÍDA DEL
«Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar
HOMBRE
la sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que ella.
Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos.
Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales». Génesis 3:6-7
Después de haber creado a Adán y Eva a su imagen y semejanza, Dios los puso en un jardín
hermoso llamado el Huerto del Edén. El trabajo de Adán era labrar la tierra y cuidar del huerto. En
ese lugar había muchas clases de árboles, pero, dos de ellos eran distintos a los demás; uno se
llamaba “el árbol de la vida” y el otro, “el árbol del conocimiento del bien y del mal”. A Adán y a
Eva se les permitía comer libremente de todo árbol en el huerto, excepto de uno: El árbol del
conocimiento del bien y del mal. Dios les ordenó específicamente que no comieran de ese árbol
y les advirtió: “pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que
de él comas, ciertamente morirás”. Génesis 2:17.
Adán y Eva fueron creados santos, perfectos, con la capacidad de gobernar y administrar la tierra,
se les dio el libre albedrío para que tomaran decisiones. Ellos eran felices en el huerto del Edén, tal
vez vivieron así por muchos años, gozaban de una comunión especial y maravillosa con su Creador.
Durante la frescura del atardecer, Dios llegaba y les visitaba.
Esa parecía una pregunta inofensiva, pero, Satanás tenía el plan malvado de engañar a Eva par a
que desobedeciera a Dios. Ella contestó: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para
que no muráis.’” vv. 3-4. La declaración de Satanás a Eva fue una mentira atrevida. La serpiente le
dijo: “…No moriréis. Pero Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y
seréis como Dios, conocedores del bien y el mal” Génesis 3:4-5.
Obedecer / Desobedecer Satanás no solo contradijo a Dios, también insinuó que Dios estaba
reteniendo algo bueno para Adán y Eva. Satanás le dijo que, al comer ese fruto, ella y su esposo
serían como dioses. Dios había dicho, “Ciertamente moriréis”. Satanás ahora decía: “No moriréis”.
Eva tuvo que escoger a quién creer: Dios o Satanás. Ella miró la fruta y pensó en lo que había dicho
Satanás. Entonces decidió. Tomó la fruta y se la comió. Eva optó por creer a Satanás.
¿QUÉ ES EL PECADO?
Adán y Eva habían desobedecido la orden específica de Dios. Prefirieron hacer su propia voluntad
en vez de hacer la voluntad de Dios. Al hacer esto, Adán y Eva pecaron, se rebelaron contra su
Creador y siguieron a Satanás, el primer gran rebelde. Satanás hizo que Adán y Eva dudaran de
Dios, de su amor, de su santidad, de su justicia. El pecado de Adán y Eva consistió en dudar la
Palabra de Dios, creer más lo que dijo Satanás y finalmente, desobedecer al comer el fruto
prohibido. Pecado es “errar al blanco”. Es transgredir, quebrantar una ley divina (véase Santiago
4:17; Isaías 53:6).
EL PECADO ORIGINAL
Este acto de desobediencia a Dios es conocido como “pecado original”. Es importante ver lo que
dicen las escrituras sobre su efecto para la humanidad. El pecado de Adán ha ocasionado, no sólo
que el ser humano posea una naturaleza de pecado, sino que éste sea culpable ante Dios y, por
ende, merecedor de castigo. Por haber sido concebidos con el pecado original, las personas nacen
con una herencia, la naturaleza pecaminosa. Y no sólo Adán fue hallado culpable porque pecó,
sino que su culpa y su castigo, la muerte, también alcanza a toda la raza humana (véase Salmos
51:5; Romanos 5:12, 19).
Adán, el primer hombre creado por Dios, había sido vencido por Satanás. Aquí Dios hace la
promesa de la llegada del Señor Jesucristo que vencería a Satanás.
REFLEXIONEMOS
Antes de ser engañados y desobedecer a Dios, Adán y Eva vivían en un estado de pureza y
santidad. Debido a que Dios es santo y no tolera el pecado, ellos fueron expulsados del huerto del
Edén, trayendo consigo la muerte espiritual, la cual fue heredada por toda la raza humana.
Sin embargo, Dios tenía un plan y proveyó la forma para que Adán, Eva y sus descendientes
volviesen a tener comunión con Él. Mientras tanto, Dios les vistió con túnicas de pieles (véase
Génesis 3:21; hebreos 9:22). Desde aquel entonces, la gente tendría que ofrecer corderos
inocentes como sacrificio por sus pecados, hasta que viniera Jesús como Salvador a morir por los
pecados del ser humano y a restaurar la comunión entre Dios y el ser humano. Es importante
entender la gravedad y el alcance del pecado, pues, éste siempre separa a las personas de Dios.
Adán y Eva decidieron hacer su propia voluntad y por consiguiente toda la raza humana sufre las
consecuencias hasta el día de hoy. Indudablemente, obedecer a Dios siempre dejará mejores
resultados.
OREMOS JUNTOS
Amado Dios, te ruego que me des la fortaleza para ser obediente en todo lo que me pidas. Que yo
pueda rechazar el pecado de mi vida. Ayúdame e ilumíname para no ser engañado por el diablo.
Amén