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4. La fabrica
La totalidad de la fábrica el Dr. Ure la denomina de una manera como la
colaboración entre un conjunto de obreros, ya sean hombres mujeres y niños, que
inspeccionan atentamente un sistema de máquinas productivo que funciona con
ayuda de un motor principal, y por otro lado como un gran autómata que contiene
piezas mecánicas que funcionan y se interrelacionan continuamente para la
fabricación de un producto, hallándose sujetos a una misma fuerza motriz, la cual
funciona por su propia potencia.
Estas dos explicaciones son distintas, en la primera oración, el sujeto activo es el
"obrero total combinado" y el "cuerpo social del trabajo", mientras que el "autómata
mecánico" es el objeto, en la segunda oración, el "autómata" es el sujeto, y los
"obreros simples" son equiparados a los "órganos inconscientes" del autómata, y
están subordinados a la fuerza motriz central que los controla a ambos. la primera
definición es aplicable a cualquier uso de maquinaria a gran escala,
independientemente del sistema económico o productivo en el que se utilice. La
segunda definición, por otro lado, se refiere específicamente al uso capitalista de
maquinaria en el sistema fabril moderno. Ure también llama a la maquina central
autócrata.
El rendimiento de la herramienta se ve limitado por las imperfecciones del trabajo
del obrero, por esto la maquina es mejor a esta base en la cual se apoya la división
del trabajo en la manufactura.
En la fábrica automática, la jerarquía de los trabajadores especializados que
caracteriza a la manufactura (el sistema de producción anterior a la fábrica
moderna) es reemplazada por una tendencia hacia la equiparación o nivelación de
los diferentes trabajos realizados por los auxiliares de la maquinaria, y las
diferencias superficiales momentáneas entre obreros se apartan principalmente por
las condiciones de edad y género. En contraste, en la fábrica moderna, este grupo
orgánico de la manufactura es reemplazado por una secuencia de trabajadores
encargados de diferentes tareas específicas, donde el trabajador principal está
acompañado por unos algunos auxiliares. La distinción fundamental que se
establece en la fábrica moderna es entre los trabajadores que operan directamente
las máquinas-herramientas, incluyendo a aquellos que vigilan o alimentan las
máquinas motrices, y los peones que asisten a estos trabajadores mecánicos, quienes
son mayormente niños. Diferentes tipos de trabajadores en un entorno industrial,
específicamente en una fábrica o taller. Los peones son trabajadores que realizan
tareas manuales y rutinarias, como cargar y descargar materiales o mover objetos
pesados, además de los peones, también se mencionan los "feeders", que son
trabajadores encargados de suministrar los materiales necesarios a las máquinas que
realizan el trabajo. Estos trabajadores pueden ser considerados como una
subcategoría de los peones. También se hace referencia a otro grupo de
trabajadores, que son aquellos encargados del mantenimiento y reparación de la
maquinaria utilizada en la fábrica o taller. Este grupo incluye ingenieros, mecánicos,
carpinteros y otros trabajadores especializados que aseguran el correcto
funcionamiento de la maquinaria y realizan reparaciones continuas cuando es
necesario, esta es una categoría de trabajadores que se encuentra en un nivel
superior en términos de habilidades y conocimientos en comparación con los
obreros fabriles. Estos trabajadores pueden tener una formación científica y, en
algunos casos, también pueden ser considerados artesanos debido a su experiencia y
habilidades técnicas.
La introducción de la maquinaria en el proceso de producción ha cambiado la forma
en que se lleva a cabo el trabajo, el sistema de división del trabajo todavía está
presente en las fábricas debido a la inercia de la tradición heredada de la
manufactura.
La especialización de los trabajadores en la era industrial moderna, en la que en
lugar de utilizar herramientas manuales, los trabajadores se especializan en el
manejo de una máquina particular. La maquinaria, al ser utilizada de manera
abusiva, convierte al obrero en una parte de la máquina, lo que implica que su
trabajo se vuelve muy especializado y repetitivo, lo que a su vez reduce los costos
para el empresario y aumenta la productividad. Sin embargo, esto también significa
que el obrero pierde su autonomía y queda subordinado al sistema de producción de
la fábrica.
En la manufactura y en la industria manual, los obreros tienen una mayor libertad en
la realización de su trabajo ya que se sirven de herramientas que les permiten
realizar sus movimientos de manera más personalizada y autónoma. Por otro lado,
en la fábrica, los obreros tienen una mayor subordinación a la máquina, ya que
tienen que seguir sus movimientos preestablecidos para poder realizar su trabajo de
manera efectiva, aquí el obrero es un elemento mas incorporado a la máquina.
El instrumento de trabajo es visto como una fuerza muerta que domina y consume la
fuerza de trabajo viva del obrero. En este proceso, las potencias espirituales, como
el conocimiento científico y la creatividad, se separan del trabajo manual y se
convierten en herramientas del capital para controlar y explotar a los trabajadores.
El trabajo del obrero mecánico individual, que en la manufactura era altamente
valorado y especializado, pierde importancia en la gran industria basada en la
maquinaria. En este nuevo sistema, la ciencia y las grandes fuerzas naturales se
combinan para crear un sistema de producción en el que el trabajo del obrero
individual es insignificante en comparación con el poder del "patrono". El patrono
sostiene que el trabajo de los obreros es fácil de aprender y que puede ser realizado
por cualquier persona sin mucha experiencia. Además, afirma que es bien
remunerado.
las duras condiciones materiales bajo las cuales se realiza el trabajo en las fábricas.
La temperatura artificialmente elevada, la atmósfera cargada de desechos, el ruido
ensordecedor y el peligro que representa trabajar y circular entre la maquinaria
apretada son algunas de las condiciones que afectan negativamente los sentidos y la
seguridad de los trabajadores. la tendencia a ahorrar costos en la producción, que es
común en las fábricas modernas, conduce a una explotación sistemática del obrero y
sus malas condiciones de trabajo.
10. La gran industria y la agricultura
aunque el uso de maquinaria en la agricultura no tenga los mismos efectos negativos
en la salud física del trabajador como ocurre en las fábricas, la mecanización
agrícola también tiene implicaciones importantes en cuanto a la eliminación de
puestos de trabajo.
Se destaca la importancia de la gran industria en la transformación de la sociedad,
particularmente en la eliminación del campesinado y su reemplazo por obreros
asalariados. En la agricultura, la introducción de maquinaria también tiene un papel
importante en la eliminación del trabajo rutinario e irracional, y la aplicación
consciente de la ciencia y la tecnología en la producción agrícola. En resumen, la
gran industria tiene un impacto revolucionario en la sociedad, nivelando las
necesidades y discrepancias entre el campo y la ciudad, y transformando la forma en
que se produce y se trabaja. El sistema capitalista de producción rompe la conexión
entre la agricultura y la manufactura, que eran actividades muy cercanas en su
inicio. Sin embargo, el mismo sistema crea las condiciones necesarias para que se
pueda lograr una nueva y mejor conexión entre la producción agrícola e industrial, a
través de de una coordinación y síntesis que tenga en cuenta sus diferencias y
potencialidades. El crecimiento de la población urbana impulsado por la producción
capitalista tiene dos efectos: por un lado, proporciona una fuerza motriz importante
para la sociedad, mientras que, por otro lado, interfiere en el equilibrio natural del
metabolismo entre el hombre y la tierra. Esto significa se perturba el equilibrio
natural entre el hombre y la tierra. La tierra necesita que los elementos que el
hombre extrae de ella que se transforma en alimentos y ropa, sean devueltos a través
de procesos naturales para mantener su fecundidad. Pero la producción capitalista
no permite esto y en cambio destruye la salud física de los obreros. Es necesario,
por lo tanto, restaurar este equilibrio natural para regular la producción social y
asegurar el pleno desarrollo humano.
El capitalismo se enfoca en el crecimiento y la maximización de la producción, pero
esto ocurre a costa del agotamiento de los recursos naturales y la explotación de los
trabajadores.