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Los hermanos Angulo fueron próceres de la Independencia del Perú.

Eran apurimeños, territorio


que entonces pertenecía a Cusco, por lo que también se les considera cusqueños. Fueron hijos del
matrimonio de Francisco Angulo con Melchora Torres, desconociéndose la fecha exacta del
natalicio de cada uno. Eran cuatro en total: José (minero, agricultor y capitán del Regimiento de
Abancay), Vicente (agricultor, comerciante y oficial del Ejército Realista del Perú), Mariano
(comerciante y oficial de milicias) y Juan (clérigo). Los tres primeros encabezaron la Rebelión del
Cusco de 1814, junto con Mateo Pumacahua y otros líderes patriotas. José Angulo asumió el título
de Capitán General de las Armas de la Patria, es decir, el cargo militar de más alto rango de la
revolución. Vicente Angulo fue investido con el grado de brigadier y acompañó a Pumacahua en la
expedición hacia Arequipa, siendo el artífice del triunfo patriota en La Apacheta. Mariano Angulo
asumió la comandancia general del Cuzco con el grado de coronel y marchó a apoyar la expedición
hacia Huamanga. Mientras que Juan Angulo, que era religioso, ofició de consejero y posiblemente
de secretario de José. Derrotada la revolución y capturados los hermanos José, Vicente y Mariano,
estos fueron sometidos a juicio sumario y condenados a muerte, pena que se cumplió en el Cuzco
el 29 de mayo de 1815. Por su parte, Juan fue enviado a España, donde fue encerrado en la Cárcel
de Corte en Madrid. A continuación se desglosa una breve biografía de cada uno de los cuatro
hermanos:

José Angulo

Efigie de José Angulo en el Panteón de los Próceres en Lima.

Empezó como minero en Tarapacá. Se casó con María Asencia Tapia de Mendoza, el 7 de enero de
1790 y optó por dedicarse a las labores agrícolas en las cercanías del Cusco. En 1798 aplicó la dote
de su esposa en adquirir mediante censo el cañaveral de Chitabamba situado en el partido de
Abancay, pero al no contar con recursos económicos para hacerla rendir lucrativamente, lo
traspasó a su hermano Vicente el 30 de septiembre de 1808. Preocupado por la explotación de los
indígenas a manos de los coloniales, y por las corrientes ideológicas ligadas al fidelismo y a la
revolución rioplatense, frecuentó las reuniones que los patriotas cusqueños organizaban en la
ciudad. Fue uno de los promotores del movimiento que exigió la promulgación de la Constitución
de 1812, el 5 de noviembre de 1813, por lo que fue apresado, pero logró que se le permitiese salir
por las noches, de modo que continuó reuniéndose con los patriotas, llegando a tomar la dirección
de los planes conspirativos. La revolución estalló en el Cuzco en la madrugada del 3 de agosto de
1814. Se instaló una junta de gobierno conformada por el brigadier Mateo Pumacahua, el coronel
realista Domingo Luis Astete y el teniente coronel Juan Tomás Moscoso. El mismo José Angulo
asumió el título de Capitán General de las Armas de la Patria, asignándose una guardia de doce
alabarderos. Inicialmente, escribió con mesura al virrey Abascal haciéndole saber que la revolución
era solo una protesta contra los abusos de las autoridades locales, pero luego declaró altivamente
que aspiraba a sacudir el yugo español y libertar al país. Dividió sus fuerzas en tres expediciones
militares para extender la revolución en todo el Perú:
La primera, dirigida por el brigadier Pumacahua y su hermano Vicente Angulo, la cual marchó
hacia Arequipa;

La segunda, al mando del coronel Juan Manuel Pinelo y el sacerdote Ildefonso de las Muñecas, que
marchó hacia Puno y La Paz; y

La tercera, comandada por Manuel Hurtado de Mendoza y el sacerdote José Gabriel Béjar, que se
dirigió hacia Huamanga.

La sorpresa inicial hizo que estas tres expediciones iniciaran triunfantes sus operaciones; pero la
disciplina del ejército realista pronto se impuso sobre el entusiasmo y la improvisación de los
patriotas. La realistas derrotaron a estos en la batalla de Umachiri el 11 de marzo de 1815 y en
otras acciones. El cabildo cusqueño inició entonces una reacción contra los revolucionarios, el 20
de marzo. José Angulo se vio obligado a huir del Cusco, pero fue capturado en Zurite por los
mismos pobladores. Tras un sumario juicio, fue ejecutado en el Cuzco el 29 de mayo, junto con sus
hermanos Vicente y Mariano.

Vicente Angulo

Dedicado a las labores agrícolas, su hermano José le traspaso su cañaveral de Chitabamba, en


1808, y para desarrollar sus sembrados, lo ofreció como garantía de los préstamos que contrató
con el Convento de Santo Domingo el 1 de diciembre de 1809, y el Convento de Santa Catalina de
Siena del Cusco el 5 de junio de 1811, por 2.000 y 6.000 pesos respectivamente. Por entonces se
enroló en el ejército realista para luchar contra las fuerzas argentinas que invadieron el Alto Perú.
Ascendió a teniente, siendo comisionado a custodiar a tres prisioneros a Lima en 1812. De vuelta
en el Cuzco el 24 de abril de 1813, participó activamente en las reuniones que los patriotas
organizaban para planear una revolución y en las cuales participaban sus hermanos José y
Mariano. Denunciado el 5 de octubre y luego el 5 de noviembre, fue apresado y puesto en libertad
bajo fianza, pero cuando estalló la revolución cuzqueña, participó activamente en ella. Se le
reconoció el grado de brigadier y acompañó al también brigadier Mateo Pumacahua en la
expedición a Arequipa. El 9 de noviembre de 1814 venció en la batalla de La Apacheta a las fuerzas
realistas dirigidas por el intendente José Gabriel Moscoso y el mariscal Francisco Picoaga, luego de
lo cual ocupó Arequipa, donde intentó organizar un gobierno local. Pero pronto debió ordenar la
retirada debido a la aproximación del ejército del general realista Juan Ramírez. Ambas fuerzas
antagonistas se avistaron en Apo el 5 de diciembre, pero por lo pronto prefirieron evitar un
encuentro. Ramírez consolidó la posesión en Arequipa y dio un descanso a sus fuerzas. Los
realistas contaban con fuerzas bien equipadas y disciplinadas, en número de 1200, mientras que
los patriotas, si bien eran más numerosos, solo unos 600 de ellos tenían armas de fuego; el resto
combatía con lanzas, hondas y picas. Reanudada la lucha, se trabó la batalla de Umachiri, el 11 de
marzo de 1815. Las fuerzas patriotas de Pumacahua y Vicente Angulo fueron derrotadas. Vicente
fue apresado y conducido al Cusco, donde fue sometido a juicio sumario y condenado a muerte,
junto con sus hermanos Mariano y José.

Mariano Angulo
Se inició en la administración pública como subdelegado del partido de Abancay (una de las
subdivisiones políticas de la Intendencia del Cusco). Luego se dedicó al comercio en el Cusco y se
hizo cargo del fundo Simataucca, en Chinchero, que le cedió a censo Petronila Durán de
Quintanilla. Al estallar la revolución de 1814, se hizo cargo de la comandancia del cuartel general
del Cusco, con el grado de coronel. El 30 de noviembre del mismo año encabezó el asalto a la casa
del también coronel Domingo Luis Astete, miembro de la junta revolucionaria, pero que
evidentemente estaba a favor de los españoles. Al frente de fuerzas revolucionarias se dirigió
hacia Abancay el 15 de febrero de 1815, para unirse, como mayor de caballería, a las fuerzas
patriotas de Manuel Hurtado de Mendoza y el cura José Gabriel Béjar que operaban en
Huamanga, pero conocida la derrota de Pumacahua y Vicente Angulo en Umachiri (Puno), surgió el
desaliento entre las tropas patriotas. Se produjo entonces la traición de uno de los jefes patriotas,
José Manuel Romano, alias Pucatoro (toro rojo), que promovió una trifulca en la que asesinó a
Hurtado de Mendoza, luego de lo cual se entregó a los realistas con todas sus fuerzas. Mariano
Angulo logró huir, pero fue apresado junto con sus hermanos y enviado al Cusco, siendo sometido
a un proceso sumario. Todos ellos fueron condenados a muerte, pena que se cumplió en el Cusco
el 29 de mayo de 1815.

Juan Angulo

Estudió en el Seminario de San Antonio Abad del Cuzco, y luego de recibir el diaconado el 18 de
septiembre de 1802, sirvió en las parroquias de Belén y Santiago, y fue ecónomo en las doctrinas
de Alca y Quiaca. Consagrado como presbítero hacia 1808, fue destinado a la parroquia de
Pampamarca, a cuyo templo ornamentó y puso techo, de su propio peculio. Hallábase en el curato
de Lares, cuando estalló la Revolución del Cuzco de 1814. Enterado de este suceso, se trasladó
inmediatamente al Cuzco para acompañar a sus hermanos Mariano, Vicente y José, caudillos de
dicha revolución. Estuvo al lado de José, el mismo que se había autoproclamado Capitán General,
llegando sin duda a ser su consejero y posiblemente redactó los documentos que tienen la firma
del mismo. Derrotada la revolución y ajusticiados sus hermanos el 29 de mayo de 1815, fue
capturado y encerrado en prisión. Sometido a juicio, los jueces se limitaron a tomarle declaración
y no lo acusaron formalmente. Solamente por el abandono de su parroquia y por haber
acompañado a su hermano José, fue condenado a un año de ejercicios espirituales en Trujillo
(ciudad del norte del Perú), y a pagar una multa de 2.000 pesos. De todos modos, el general
realista Juan Ramírez lo envió a Lima, donde el virrey Abascal ordenó que fuera embarcado rumbo
a España. Al llegar a Cádiz fue recluido en el castillo de San Sebastián y a pedido del consejo real,
fue finalmente trasladado a Madrid, pasando a la Cárcel de Corte.

Bibliografía

Aljovín de Losada, Cristóbal: El proceso de la emancipación (1808-1827). Tomo IX de la Historia del


Perú publicada por la Empresa Editora El Comercio S.A, 2011. ISBN 978-612-4069-95-6

Mendiburu, Manuel de: Diccionario histórico-biográfico del Perú. Parte primera que corresponde a
la época de la dominación española. Tomo I. Lima, 1874.
Roel Pineda, Virgilio: Conatos, levantamientos, campañas e ideología de la independencia. Incluida
en Historia del Perú. Perú Republicano. Tomo VII. Cuarta edición. Lima, Editorial Mejía Baca, 1982.
ISBN 84-499-1611-9

Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 2. ANG/BED. Lima,
PEISA, 2001. ISBN 9972-40-151-0

Eran cuatro en total: José (minero, agricultor y capitán del Regimiento de Abancay), Vicente
(agricultor, comerciante y oficial del Ejército Realista del Perú), Mariano (comerciante y oficial de
milicias) y Juan (clérigo).

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