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La 

civilización tairona, una de las tribus de la familia chibcha, floreció en


Colombia septentrional entre el 200 y el 1600 d.C. Al igual que los muisca de
Cundinamarca, los tairona fueron conocidos por su pericia en la artesanía y la
metalurgia, especialmente en la orfebrería. Ocuparon principalmente la región de
la Sierra Nevada de Santa Marta, en el actual Magdalena, dejando abundante
evidencia arqueológica de su estilo de vida, que era sorprendentemente moderno
visto desde la perspectiva de su aislamiento relativo respecto a civilizaciones más
desarrolladas.

RESUMEN HISTÓRICO
Los tairona fueron tan hábiles en la agricultura como en la metalurgia. Hallazgos
arqueológicos, que se remontan al año 200 d.C., demuestran que tenían
conocimiento y habilidad en el cultivo en terrazas, construcción de canales y bases
de piedra. Sin embargo no es por eso por lo que se les llegó a conocer, sino por sus
excepcionales destrezas bélicas, que los convirtieron en una de las tribus más
difíciles de colonizar por los conquistadores españoles quienes habían sido
capaces de derrocar los imperios inca, azteca y maya sin mucho esfuerzo. Los
tairona terminaron peleando con los conquistadores durante más de 75 años.

No es de sorprender que muchos españoles se convirtieran en admiradores y


escribieran relatos acerca de esta misteriosa y todopoderosa tribu que se resistía a
la influencia occidental. Muchos cronistas registraron el modo de vida de los
tairona, sus sistemas de comercio, sus creencias religiosas y su, aparente, falta de
interés en el valor monetario de los metales preciosos. Por lo tanto, no es muy
sorprendente que se crea que los tairona están relacionados con la tribu muisca, al
compartir ambas el mismo sistema de división de poder y una creencia en el
significado espiritual del oro.

En el área de la orfebrería los taironas tenían un papel principal, pues desarrollaron bastantes


técnicas como:
 la cera perdida, que consistía en hacer moldes de barro rodeando una figura de cera, que
se derretía después de calentar el empaque de barro. Luego de sacar la cera derretida, el
orfebre vertía el oro líquido en el espacio dejado por la figura de cera, posteriormente
esperaba a que se solidificara y rompía el molde para sacar la figura deseada.
 la tumbaga, una aleación de cobre y oro que permitía ahorrar recursos y derretir más
fácilmente el oro.
 tratamientos para mejorar la calidad del oro, como calentarlo hasta la oxidación del cobre
y luego sumergirlo en agua helada para conseguir una pátina permanente de oro y evitar
que la pieza se cuartease. Finalmente el proceso terminaba con el lijado de la pieza hasta
que llegara a la perfección.
Se cree que varias de estas técnicas fueron desarrolladas por los muiscas y exportadas al
pueblo tairona. A su vez, a estos también se les considera exportadores de técnicas de
orfebrería e hilados: mientras la mayoría de las primeras obras muiscas parecen toscas y mal
terminadas (aun cuando la calidad del oro es superior), las taironas son técnicamente
perfectas. La técnica de la cera perdida mejoraba la estética de las obras, por lo que los
muiscas prácticamente abandonaron el método del repujado directo, que además de inexacto
le restaba vida útil a la pieza (por el riesgo de cuartearse), y que también restringía las obras a
láminas, ya que repujar sobre el oro bruto es casi imposible. A su vez, los taironas, al
aprender métodos como la inmersión de la pieza en agua, mejoraron sustancialmente la
calidad del material y la belleza del ornamento.

La cerámica tairona se ha datado a partir del año 200 a. C. y hasta el 1650, y en la costa


colombiana del Caribe hay evidencia de cerámica entre al menos el 2500 a. C.. Sus trabajos
era hechos en barro o en arcilla. Investigaciones recientes del arqueólogo Alejandro Dever en
Chengue, Parque Tayrona, demuestran variaciones significativas para una división
cronológica en cinco fases:

 Fase 1, del 200 a. C. al 500 d. C. y fase 2 del 500 al 900, ambas formando el periodo
Nehuange.7 La cronología de la región también ha sido planteada por Carl Henrik
Langebaek en su libro The Prehispanic Population of the Santa Marta bays, publicado en
la Universidad de Pittsburgh (2005)..
 Fases 1, 2 y 3 del llamado periodo Tayrona, desde el 900 al 1650. Estas tres fases se
caracterizan por un aumento considerable en la variación.

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