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1. Introducción
Todos hemos detectado alguna vez que, a medida que avanzaba el curso,
nuestros estudiantes demostraban un mayor interés por incorporar a la
dinámica del aula la lectura de textos literarios, así como por tener la
oportunidad de abordar sus composiciones con mayor libertad y
creatividad, tanto en lo que respecta a la elección de los temas como en lo
que se refiere a su textualización.
De esta constatación surge esta propuesta de taller de escritura
creativa concebido como un espacio independiente al de la clase de
español, donde puedan confluir aprendices con diferentes niveles de
dominio de lengua (de A2 en adelante), y que nos permita canalizar e
instrumentalizar ese deseo de mayor libertad y creatividad utilizando
exclusivamente textos literarios y dedicando más tiempo a desarrollar cada
uno de los procesos cognitivos que son activados durante la composición
de un texto (planificación, textualización y revisión)1 así como mejorar su
competencia metafórica.2
2. Fundamentos
Nuestra propuesta didáctica se encuadra en el modelo de enseñanza
comunicativa basada en tareas.3 Adoptamos el taller como modalidad
organizativa porque nos parece que está en total sintonía con un diseño
curricular abierto y centrado en el alumno, capaz de favorecer su
autonomía en el aprendizaje y permitir que sean sus integrantes los que
terminen de concretar el currículo mediante la toma de decisiones
colectivas e individuales. En este sentido, el taller promueve la gestión
conjunta de los procesos de aprendizaje por parte del coordinador y de sus
integrantes; posibilita la interacción, el intercambio de experiencias, la
experimentación y la cooperación entre ellos; permite al coordinador
delegar en el grupo gran parte de las decisiones sobre qué actividades y
propuestas se van a llevar a cabo.
Un taller de escritura creativa ofrece, asimismo, la oportunidad de
ĚĞĚŝĐĂƌ ƚŝĞŵƉŽ Ă ĐĂƉĂĐŝƚĂƌ Ăů ĂůƵŵŶŽ ƉĂƌĂ ůĂ ͞ĂƉƌĞĐŝĂĐŝſŶ ĞƐƚĠƚŝĐĂ ĚĞ ůĂ
ůŝƚĞƌĂƚƵƌĂ͟;DZ͕ϮϬϬϮ͗ϭϯϵͿĚĞŶƚƌŽĚĞůŽƋƵĞƐƵƉŽŶĞĞůƉůĞŶŽĚĞƐĂƌƌŽůůŽ
de su competencia plurilingüe y pluricultural.4 De hecho, el MCER (2002:
57-‐58) ya contempla la posibilidad de concretar la incorporación de la
ůŝƚĞƌĂƚƵƌĂ ĐŽŵŽ ŵĂƚĞƌŝĂů ĚŝĚĄĐƚŝĐŽ ŵĞĚŝĂŶƚĞ ͞ĂĐƚŝǀŝĚĂĚĞƐ ĞƐƚĠƚŝĐĂƐ ĚĞ
ĞdžƉƌĞƐŝſŶ͕ ĐŽŵƉƌĞŶƐŝſŶ͕ ŝŶƚĞƌĂĐƚŝǀĂƐ Ž ĚĞ ŵĞĚŝĂĐŝſŶ͕͟ ƚĂŶƚŽ ŽƌĂůĞƐ ĐŽŵŽ
1
Véanse Flower y Hayes (1981) y Cassany (1989, 1998).
2
Para desarrollar el concepto de competencia metafórica consúltese Acquaroni Muñoz
(2008).
3
Para establecer la distinción entre modelo de enseñanza basado en tareas y la enseñanza
mediante tareas consúltense: Martín Peris (1995: 491); Estaire y Zanón (1990); Hernández
y Zanón (1990).
4
Consúltese MCER (2002: 58; 96-‐98).
5
Véase Acquaroni Muñoz (2008).
constituye siempre una fuente inagotable de sentido. Por ello, se trata de
interactuar con lo escrito para llegar a habitar el texto de algún modo; de
hacer que cada lector ʹnativo o no nativoʹ se apropie de sus espacios de
connotación y sea capaz de percibir tanto lo que está escrito como lo que
se sobreentiende (Sanz Pastor, 2006), pero partiendo de sus conocimientos
previos y su imaginario personal.
Por otro lado, tampoco negamos que dicha recepción del texto
literario percibido como unidad de comunicación se puede ver enriquecida
si los integrantes del taller cuentan con ciertos conocimientos procedentes
de los estudios literarios. Estos conocimientos constituyen la denominada
competencia literaria que Bierwisch (1970: 98) definió como una capacidad
humana específica (human ability) que posibilita tanto la producción de
estructuras poéticas como la comprensión de sus efectos, y que contempla
la adquisición de hábitos de lectura, la capacidad para disfrutar y
comprender diversas tipologías de textos literarios, el conocimiento de
aquellas obras y autores que sean más representativos, así como, la
capacidad para su apreciación estética. Sin embargo, tal y como apuntaba
Lázaro Carreter (1987: 169-‐ϭϳϬͿ͗ ͞,ĂLJ ƚĂŶƚĂƐ ǀĂƌŝĞĚĂĚĞƐ ĚĞ ĐŽŵƉĞƚĞŶĐŝĂ
literaria como lectores. Y es en ellos donde se promueve o queda inactivo
ĞůǀĂůŽƌĂƌƚşƐƚŝĐŽ͘;͙ͿŶŽŚĂLJǀĂůŽƌůŝƚĞƌĂƌŝŽƐŝŶůĞĐƚŽƌƋƵĞůŽĂƉƌĞĐŝĞĐŽŵŽ
ƚĂů͘͟ Ŷ ĐŽŶƐŽŶĂŶĐŝĂ ĐŽŶ ĞƐƚĂ ĐƌĞĞŶĐŝĂ͕ ĂĚŽƉƚĂƌĞŵŽƐ ĞŶ ŶƵĞƐƚƌŽ ƚĂůůĞƌ
propuestas6 que defiendan la incorporación escalonada de actividades
conducentes a promover la competencia literaria, empezando por un
acercamiento global, incluso sensorial e intuitivo de los textos. En cuanto a
los datos pertenecientes a la historia de la literatura (autores, épocas,
corrientes estéticas, etc.) conviene dosificarlos y adaptarlos al nivel de
lengua de los aprendices, y no olvidarnos de que no constituyen un objeto
de aprendizaje en nuestro taller. Lo mismo sucede con aquellos
conocimientos vinculados a la teoría de la literatura: son muchos los
conceptos teóricos que nos pueden ser útiles dentro del taller, no sólo para
que el aprendiz sea capaz de aprehender el sentido de determinado texto
literario, sino para que pueda ahondar en su propia competencia
comunicativa. Sin embargo, estamos con Gower (1986) cuando considera
que la introducción de terminología especializada sobre estilística no
facilita el trabajo con el texto literario en el aula, sino que lo complica. Esto
no significa que tengamos que desterrar del todo su utilización, siempre y
cuando esté justificada. En cualquier caso, insistimos en el hecho de que
ninguno de estos dos tipos de conocimiento ʹhistórico y teóricoʹ
constituye en sí mimo un objetivo de aprendizaje ni un elemento
imprescindible para llevar a cabo nuestra propuesta de taller.
nuestro caso, los integrantes del taller de escritura creativa] lleva a cabo
(...), en relación directa con la consecución de su objetivo y cuya realización
está sugerida, indicada o inducida por el contenido de [los materiales]͘͟Ğ
esta manera, se incluyen actividades que:
se realizan de forma individual, en parejas o pequeños grupos, o en
toda la clase; procesos mentales, verbales o de interacción; de
observación, de práctica o de reflexión; de organización, control y
evaluación del proceso; aquéllas que atañen al conocimiento y uso
de la lengua, y aquellas otras que se relacionan con la dinámica del
grupo o con las reacciones subjetivas emocionales a las vivencias
experimentadas en el aprendizaje.
Como podemos apreciar, esta concepción de tarea, en la que se integra no
sólo el desarrollo comunicativo (procesos verbales y de interacción) y
cognitivo (procesos mentales) del aprendiz sino también su desarrollo
actitudinal (reacciones subjetivas emocionales a las vivencias
experimentadas en el aprendizaje) se asemeja a lo que Ribé (1997: 42-‐43),
dos años después, denominaría redes de tareas (subsistemas) o tramas
creativas ƋƵĞ͞ŶĂĐĞŶĞŶĞůĂƵůĂ͕ƐĞƉůĂŶŝĨŝĐĂŶLJŵŽŶŝƚŽƌŝnjĂŶĚşĂĂĚşĂ͟LJ
que se puedeŶ ĐŽŶƐŝĚĞƌĂƌ ͞ĞƐƚƌƵĐƚƵƌĂƐ ŵƵůƚŝ-‐episódicas que, al igual que
un proyecto de empresa o una novela, se desdoblan en una serie de
eventos entrelazados aunque autónomos, siendo cada uno de ellos una
ƚĂƌĞĂ͘͟
Fig. 1. Esquema general de la secuenciación didáctica (Acquaroni Muñoz,
2008: 337)
Como podemos apreciar en el esquema anterior (Fig.1), nuestro taller
despliega su actividad en cinco tareas o episodios entrelazados pero
autónomos que, sumadas, constituirán una trama creativa o proyecto. El
número de tramas creativas que se pueden llegar a construir a lo largo de
un curso es variable y dependerá directamente del número de horas de las
que dispongamos para llevar a cabo el taller. Cada trama creativa o macro-‐
tarea que se genere en el taller tendrá como objetivo producir escritura
orientada hacia lo literario y formará parte de un proyecto común que se
concretará en un producto final compartido, el proyecto final o Cuaderno
final: una antología de textos escritos seleccionados por los integrantes y
que podrá ser publicado en papel o en formato electrónico.
Las tres primeras tareas (secuencia-‐trampolín, planificación y
textualización compartida), configuran un episodio de carácter grupal que
se lleva a cabo dentro del aula͘ ĂůŝĨŝĐĂŵŽƐ ĚĞ ͞ĂƐŝƐƚŝĚĂ͟ ůĂ ƚĞdžƚƵĂůŝnjĂĐŝſŶ
que el aprendiz desarrolla fuera del aula, porque, a pesar de tratarse de
procesos individuales, cuentan en todo momento con el potencial apoyo
del coordinador. Estas cuatro tareas permiten trazar un recorrido didáctico
flexible y maleable, transitado y compartido por todos y cada uno de los
participantes en la experiencia de taller.
La tarea de revisión final constituye en sí misma una trama creativa
independiente que se pondrá en marcha en las últimas sesiones del taller.
A diferencia de las anteriores, no tiene como objetivo la comprensión o la
producción escritas, sino la elaboración de la antología o proyecto final a
través del trabajo cooperativo que, a diferencia del grupal, despliega toda
una serie de destrezas de colaboración e implica necesariamente el reparto
de responsabilidades entre sus integrantes (selección de textos e
ilustraciones ʹfotos, dibujosʹ, invención del título, creación de secciones,
cuidado de la edición, etc.).
Conviene recordar también que esta estructura secuencial basada
en tareas responde, por un lado, a los procesos cognitivos ya mencionados
que tienen lugar durante la composición de un texto y, por otro, al deseo
de favorecer el aprendizaje significativo: desarrollar un aprendizaje gradual
de nuevos contenidos a partir de los conocimientos ya asimilados por el
aprendiz, pero teniendo en cuenta que, como puntualiza Martín Peris
(1995: 343):
El concepto de aprendizaje significativo remite a la vivencia del
aprendizaje en el aquí y ahora de la clase, y no únicamente por
referencia a los fines u objetivos que se pretenden alcanzar en un
futuro más o menos próximo. Las necesidades a que deben dar
respuesta los materiales no son únicamente necesidades finales, sino
también necesidades inmediatas; no son únicamente necesidades
objetivas, sino también subjetivas.
En este mismo sentido se pronuncia Cassany (1999: 208) cuando considera
que hay que evitar que la clase, en nuestro caso el taller, se convierta en el
ĐĂŵƉŽĚĞ͞ĞŶƚƌĞŶĂŵŝĞŶƚŽŽĚĞƉƌĞƉĂƌĂĐŝſŶƉĂƌĂůĂƉƌƵĞďĂĨŝŶĂů͘͟
Por lo tanto, las distintas tareas que compongan las tramas
creativas desarrolladas en el taller no sólo se deberán justificar como un
paso más para posibilitar la consecución del proyecto o tarea final (la
elaboración y publicación de la antología), sino que cada una tendrá que
desarrollar sus propios objetivos:
TRAMA CREATIVA OBJETIVOS
Secuencia-‐trampolín Provocar el deseo de
escribir
Tarea de planificación Organizar el trabajo
x Generar y negociar la propuesta
Tarea de de escritura
textualización compartida x Iniciar la redacción (primer
borrador)
Tarea de Composición del texto
textualización asistida
Fig. 2. Objetivos de las tramas creativas
3.1. La secuencia-‐trampolín
La secuencia-‐trampolín cumple una doble función. Por un lado, constituye
para el aprendiz un material de referencia; un punto de anclaje que le
proporciona cierta seguridad para iniciar el proceso de escritura creativa, al
dotarlo de recursos a los que poder acudir en cualquier momento; por
otro, sirve de ͞ƚƌĂŵƉŽůşŶ͟ ʹde ahí su denominaciónʹ, o estímulo para
impulsar sus deseos de escribir.
Es el material más consolidado, ya que debe ser diseñado de
antemano por el coordinador7 y en su elaboración no participan los
integrantes del taller. Está compuesta por una serie de actividades de
colectura ʹo lectura compartida y realizada dentro del aulaʹ que giran en
torno a un mismo texto literario, escogido también por el coordinador, y
organizadas de acuerdo con las tres etapas de comprensión lectora
entendida desde un enfoque interactivo: 1. Contextualización, preparación
o encuadre; 2. Descubrimiento y comprensión; 3. Expansión.8
>ĂĐŽůĞĐƚƵƌĂŶŽƐƉĞƌŵŝƚĞŶŽƐſůŽ͞ĂƌƌĂŶĐĂƌ͕͟͞ĚĞƐďůŽƋƵĞĂƌ͕͟ĚĞsviar
la tensión que provoca la incertidumbre del comienzo hacia un texto que
funciona como mediador, sino fomentar actitudes de crítica constructiva,
así como elaborar una interpretación del texto enriquecida por las
opiniones y percepciones de los demás integrantes del taller. La secuencia-‐
trampolín suele cerrarse con una breve actividad de escritura controlada
7
Para ver un ejemplo de secuencia-‐trampolín véase el Anexo. Puede encontrar otros
ejemplos en Acquaroni Muñoz (2007).
8
Véase Acquaroni Muñoz (2008: 323-‐329).
Se inicia, así, la fase más comprometida y arriesgada para el coordinador: la
realización de un proyecto abierto a las decisiones de los alumnos que
integran el taller y relacionado con sus propios intereses. A partir de aquí
ya no hay un guion preestablecido al que aferrarse. La acción docente
queda en gran medida supeditada, por un lado, a las necesidades y
sugerencias que vayan apareciendo durante el desarrollo de las distintas
tareas y, por otro, al grado de motivación e implicación de sus integrantes.
Las actividades grupales desplegadas a lo largo de la secuencia-‐
trampolín sirven, en cierto modo, de ensayo para iniciar la tarea de
planificación y pueden ser expandidas en múltiples direcciones.
Aprovechamos el rescoldo dejado por la lectura compartida, las
resonancias de las distintas interacciones producidas a lo largo de esas
actividades, para ir, poco a poco, desprendiéndonos, separándonos del
texto-‐trampolín con el fin de poder concebir nuestra propia propuesta de
escritura. En este momento puede surgir la necesidad de realizar lecturas
complementarias o adicionales. En ocasiones, la última actividad de la
secuencia-‐trampolín constituye el verdadero detonante, el punto de
partida para la negociación de la propuesta de escritura; sirve como un
primer bosquejo que se expande en otras direcciones.
conocido. Para ello, es fundamental que relean lo escrito para comprobar
si se va ajustando a aquello que quieren expresar. Como explica Pampillo
;ϭϵϴϮ͗ϮϮͿ͗͞EŽĞƐƌĂƌŽƋƵĞĞůƋƵĞĞƐĐƌŝďĞ͕ĞŶůĂƌĞůĞĐƚƵƌĂĐŽŶƐƚĂŶƚĞƋƵĞĚĞ
su texto hace, descubra significaciones nuevas y mecanismos más
ĐŽŵƉůĞũŽƐĞŝŶƚĞƌĞƐĂŶƚĞƐƋƵĞůŽƋƵĞĠůĐƌĞLJſŚĂďĞƌƉƌŽĚƵĐŝĚŽ͘͟
Entre las indicaciones y comentarios que cada alumno recibe sobre
esta primera versión, puede estar la recomendación de alguna lectura
literaria adicional que el coordinador considere especialmente útil para
desarrollar determinado aspecto del texto.
El borrador inicial se va enriqueciendo, así, poco a poco, a medida
que surgen nuevas ideas, fruto del contacto con el coordinador, los
compañeros, los nuevos textos (no sólo las lecturas literarias adicionales
sino los textos propuestos en cada nueva secuencia-‐trampolín, teniendo en
cuenta que el proceso de textualización asistida es, dijimos, recursivo y
cíclico y se ve incrementado a medida que avanza el curso y se incorporan
otras propuestas de escritura.
Otra cuestión muy importante y que debe quedar clara desde el
principio como norma de funcionamiento en el taller es la necesidad de
que cada integrante conserve todo su material de trabajo (anotaciones,
esquemas, primeros borradores) hasta el final de la experiencia, porque le
va a hacer falta, sobre todo, en la última fase de revisión.
Si bien es cierto que es fundamental durante toda la experiencia ahondar
en la conciencia de pertenencia al grupo, es ahora cuando ésta cobra
mayor relevancia operativa. Si no existe esa responsabilidad individual, el
proyecto final no saldrá adelante. Las destrezas colaborativas, que se han
ido desplegando tienen ahora que aplicarse a una tarea común en la que
cada integrante presta su ayuda a otros compañeros de acuerdo a una
colaboración positiva en ambas direcciones: los que ayudan también están
fortaleciendo sus conocimientos porque tienen la oportunidad de
verbalizarlos y tomar conciencia de ellos.
las ideas sobre lo que quiere escribir, cómo lo quiere expresar, cuáles son
los planes de escritura que tiene que seguir, etc. El alumno puede también
pedir tiempo al coordinador para leer a todo el grupo lo que está
escribiendo, con el fin de compartirlo con sus compañeros. En cualquiera
de las dos circunstancias (consulta individual al coordinador o lectura a
todo el grupo por parte uno de sus integrantes), estamos de acuerdo con
Cassany (2003: 65) cuandŽ ĚŝĐĞ ƋƵĞ͗ ͞ů ǀĞƌďĂůŝnjĂƌ ƐƵƐ ŝŵƉƌĞƐŝŽŶĞƐ͕ Ğů
alumno adquiere más conciencia sobre su texto y su proceso de
composición, aprende a relacionarse con la escritura de un modo más
ĚƷĐƚŝů͖ĞŶĚĞĨŝŶŝƚŝǀĂ͕ĐƌĞĐĞĐŽŵŽĂƵƚŽƌ͘͟
También es el momento de que el coordinador, aprovechando una
pregunta individual de algún alumno, muestre, verbalice o ejemplifique
aquellos aspectos concretos que puedan servir para profundizar en la tarea
de textualizacion. Cassany (2001) destaca en el punto número siete de su
Decálogo la importancia de que el coordinador escriba en el aula:
>Ă ŵĞũŽƌ ŵĂŶĞƌĂ ĚĞ ĂƉƌĞŶĚĞƌ Ă ĞƐĐƌŝďŝƌ ĞƐ ƚĂŵďŝĠŶ ƉŽĚĞƌ ͞ǀĞƌ ĞŶ
ĂĐĐŝſŶ͟ Ă ƵŶ ĞdžƉĞƌƚŽ ƋƵĞ ĞũĞŵƉůŝĨŝĐĂ ůĂƐ ĚŝƐƚŝŶƚĂƐ ƚĠĐŶŝĐĂƐ LJ ƚĂƌĞĂƐ
ŵĞŶƚĂůĞƐLJĨşƐŝĐĂƐĚĞƋƵĞƐĞĐŽŵƉŽŶĞ͕ĞƐƉŽĚĞƌ͞ƉĂƌƚŝĐŝƉĂƌ͟ĐŽŶƵŶ
experto en la producción de un texto en una situación comunicativa
real. (...) Debe ponerse a escribir con sus alumnos, sin dilación:
escribiendo su propio texto ante ellos, ejemplificando para ellos el
funcionamiento de una técnica, ayudando a alumnos concretos a
desarrollar su propio texto, etc.
x Ser capaz de renunciar a lo propio en beneficio del texto.
x Ayudar al aprendiz a desarrollar mecanismos cognitivos de
autorregulación (monitor o control) que le permitan tomar
conciencia de su proceso de elaboración para poder llegar a
autodirigirlo.
Partimos siempre de sus aciertos, poniéndolos de relieve, y dosificamos
muy bien las indicaciones y comentarios que tengamos que hacerle. No es
conveniente abrumar al alumno atosigándolo con tareas adicionales de
corrección lingüística. Hay que tener presente en todo momento que en
nuestro taller confluyen aprendices que pertenecen a diferentes niveles de
dominio lingüístico y comunicativo; que para esta propuesta didáctica la
corrección lingüística no constituye un centro de atención ni un objetivo
declarado, sino un aspecto contingente, teniendo en cuenta que la
actividad del taller ya se justifica en sí misma como experiencia de
escritura.
Pero, entonces, ¿cómo proceder ante los errores gramaticales
(producciones anómalas o desviadas)? Cuando se trata de errores aislados
no se tachan, ni se reemplazan por el término o la forma correcta; sólo se
indican o se señalan cuando consideramos que el alumno está en
disposición de poder subsanarlo. Un buen procedimiento es pedirle que
vuelva sobre su texto, pero atendiendo únicamente a determinado aspecto
que le hemos marcado (tiempos verbales de su narración, orden de los
acontecimientos, concordancia, etc.). Otra posibilidad es remitirle a
recursos externos (materiales lexicográficos, diccionarios, recursos
electrónicos, etc.) que le pueden ayudar a solventar esos obstáculos de
carácter normativo que dificultan el proceso de composición.
Estas intervenciones del coordinador se deben llevar a cabo durante
el proceso de textualización (tanto compartida como asistida), que es
cuando son de verdadera utilidad para el alumno, porque pueden ser
ŝŶĐŽƌƉŽƌĂĚĂƐ ĞŶ ůĂ ƌĞĚĂĐĐŝſŶ ĚĞů ƚĞdžƚŽ͖ ƐŝŶ ĞŵďĂƌŐŽ͕ ͞ŶŽ ĞƐ ƉŽƐŝƚŝǀĂ
ĐƵĂŶĚŽ ƐĞ ƌĞĂůŝnjĂ Ăů ĨŝŶĂů ĚĞů ƉƌŽĐĞƐŽ ;ǀĞƌƐŝŽŶĞƐ ĨŝŶĂůĞƐͿ͟ ;ĂƐƐĂŶLJ͕ ϭϵϴϵ͗
54).
El coordinador también tendrá en cuenta esta progresión del
proceso de escritura, ya que, como hemos apuntado ya, los alumnos deben
conservar las distintas versiones hasta el final. El aprendiz no recibe
calificaciones durante el proceso de textualización; sino comentarios,
sugerencias, puntualizaciones de un oyente o lector interesado, el
coordinador, que los acompaña en su camino. A lo largo de las tareas de
textualización, el coordinador también puede intervenir sugiriendo al
alumno distintas soluciones posibles o dejándole en su correo electrónico
lecturas complementarias y direcciones de páginas web que le puedan ser
de utilidad en algún sentido.
El día que el coordinador devuelve a cada integrante del taller la
primera versión de un proyecto puede aprovechar también para hacer
algunos breves comentarios generales sobre los textos, que le parezcan
provechosos para todos. Existe también la posibilidad de que, siempre con
el permiso del alumno, elija un texto que considere útil para ilustrar un
aspecto concreto que afecte a todo el grupo, y lo fotocopie para
comentarlo y valorarlo en el taller, con la participación de todos los
integrantes. En otras ocasiones es el propio autor el que solicita al
coordinador que sea leído su texto en sesión plenaria. En ambos casos el
autor toma notas durante la exposición sobre su escrito para poder
reformularlo aprovechando las ideas que le va aportando no sólo el
coordinador, sino sus propios compañeros.
En la etapa de la revisión, cuando el objetivo es la publicación del
Cuaderno final, desde el momento en que adoptamos un planteamiento
cooperativo del aprendizaje desterramos la idea de que sea el coordinador
el único que tiene capacidad para corregir; lo que hacemos es
descentralizar la tarea, de tal modo que todos sus integrantes se
responsabilicen de la corrección de todos y cada uno de los
3.7. La evaluación
Teniendo en cuenta las características que definen y regulan la experiencia
del taller que proponemos, no parece sencillo adoptar un método de
evaluación capaz de verificar y cuantificar de manera objetiva, válida y
fiable la consecución de nuestros objetivos. ¿Cómo medir, por ejemplo, el
incremento de la capacidad para disfrutar más de la literatura en la lengua
meta o para la apreciación estética? Por otra parte, la expresión escrita en
general se define, desde una pĞƌƐƉĞĐƚŝǀĂ ĞǀĂůƵĂĚŽƌĂ͕ ĐŽŵŽ ͞ƵŶĂ ƉƌƵĞďĂ
subjetiva ya que no se puede prever o predeterminar la posible respuesta
ĚĞůĐĂŶĚŝĚĂƚŽ͟ (Eguiluz Pacheco y Eguiluz Pacheco, 2004: 1010). En el caso
de las producciones escritas generadas dentro de un taller de escritura
creativa, esta subjetividad adquiere, además, otras connotaciones: es
evidente que un taller de estas características genera una sustancia
pedagógica que, en numerosas ocasiones, es difícil de aprehender y,
mucho menos, de cuantificar. De hecho, no consideramos recomendable,
en nuestro caso, llevar esta exigencia de validez y fiabilidad hasta el
extremo de poner en peligro la esencia misma del taller como experiencia
didáctica: generar un espacio de intercambio, en el que no todo esté
pautado ni previsto de antemano. Pero ¿cómo preservar la naturaleza
misma del taller y conciliarla a la vez con la necesidad de traducir la
experiencia de aprendizaje en una calificación final, tal y como,
seguramente, no exigirá la institución académica en la que la llevemos a
cabo?
Tres son los elementos que intervienen en esta evaluación y cada
uno de ellos lo hace desde una perspectiva diferente: para el integrante del
taller la evaluación debe cumplir una función pedagógica (evaluación
formativa), es decir, le tiene que servir para detectar cuáles son sus
carencias y dificultades; debe tener, además, la oportunidad de afrontarlas
y resolverlas. Desde la posición de coordinador, los resultados generados
por la evaluación deberían permitirle organizar cada vez mejor la
experiencia didáctica en relación con los objetivos y con los contenidos
9
Para la distinción entre error (error) y falta (mistake), consúltese Cassany (1997: 49-‐50).
mismo. En cuanto a los porcentajes, le otorgamos la misma importancia a
la suma de las distintas producciones escritas (carpeta) que a la valoración
de la actitud y la participación en el taller (50% a cada uno). Asimismo, la
carpeta nos parece un buen procedimiento de evaluación, teniendo en
cuenta que, como argumenta Cassany (2005: 79):
4. Conclusiones
A lo largo de este artículo hemos expuesto las coordenadas fundamentales
para llevar a cabo un taller de escritura creativa que sirva de complemento
al trabajo desarrollado en la clase de ELE/L2 propiamente dicha. Hemos
defendido la importancia de favorecer en él un aprendizaje vivencial
(Legutke y Thomas, 1991) integrando la literatura como material capaz de
impulsar y favorecer la experiencia creativa. Pensamos que el aprendiz de
ELE/L2 necesita, para potenciar su aprendizaje de manera integral, generar
espacios de intercambio que se nutran fundamentalmente de sus
aportaciones personales (ideas, materiales, propuestas, iniciativas, etc.) y
donde se conceda mucha importancia a aquellos procesos de aprendizaje
que no sólo ponen en juego su dimensión intelectual sino también otras
facetas de su personalidad como la emotiva y afectiva.
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literatura en ELE", en Mosaico, nº 2, pp. 19-‐22.
MARTÍNEZ SALLÉS, Matilde (2004), "'Libro, déjame libre'. Acercarse a la
literatura con todos los sentidos", en redELE, nº 0.
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RedEle/Revista/2004_00/2004_redELE_0_19Martinez-‐
Salles.pdf?documentId=0901e72b80e0c9e4> (18-‐10-‐2015).
PAMPILLO, Gloria (1982), El taller de escritura. Buenos Aires, Ediciones Plus
Ultra.
RIBÉ, Ramón; Vidal, Núria (1995), La enseñanza de la lengua extranjera en
la educación secundaria. Madrid, Alhambra Longman.
RIBÉ, Ramón (1997), Tramas creativas y aprendizaje de lenguas: prototipos
de tareas de tercera generación. Barcelona, Universitat de Barcelona.
SANZ PASTOR, Marta (2006), "Didáctica de la literatura: el contexto en el
texto y el texto en el contexto", en Carabela, nº 59, pp. 5-‐23.
ANEXO
ISSN: 2462-3733 Recibido: 30/09/2015
Nº 1 | diciembre 2015 | 26-46 Aprobado: 30/10/2015
DOBLELE: http://revistes.uab.cat/doblele
26
Marta Plaza Velasco
This is in essence the real class-‐room situation: an experience shared;
the opening up, through language, of a world of image, sound,
sensibility, and thought, a "business of the mind" indeed. (Brée,
1963: 9)
A good literature course, in whatever language it be given, does at
least three things. It familiarizes the student with a corpus of
material, more or less factual. It reveals fresh points of view,
perspectives that end in questions. It gives some notion of the
methods of investigation by which the field may be explored further.
(Turner, 1938: 444-‐445)
1. Introducción
Cuando un profesor tiene que preparar un curso de literatura española o
latinoamericana destinado a estudiantes de ELE se encuentra con un
pequeño problema de base: la falta de bibliografía teórica y metodológica
sobre la cuestión. Podemos encontrar muchos artículos y textos sobre la
importancia de la literatura en la enseñanza de ELE y sobre explotaciones
didácticas de textos literarios para las clases de lengua, pero los artículos
sobre la enseñanza específica de la literatura a extranjeros ya son mucho
menos numerosos, y los que abordan esta cuestión desde un punto de
vista práctico o metodológico son aún más escasos. Es por esto que este
artículo se propone como objetivo abordar uno de los principales
problemas teórico-‐prácticos y metodológicos que se le presentan en la
práctica al profesor de literatura para estudiantes de español como lengua
extranjera, partiendo, para la consecución de este objetivo, tanto de
nuestra experiencia práctica como docente de literatura española y
latinoamericana para estudiantes extranjeros (y también como profesora
de ELE), como de nuestro trabajo de reflexión e investigación sobre la
didáctica de la literatura y la teoría literaria, dos labores que en nuestro
caso han estado siempre estrechamente relacionadas, retroalimentándose
la una a la otra.
Merece la pena, antes de empezar, realizar dos puntualizaciones. La
primera de ellas es que vamos a centrar nuestra atención y nuestras
propuestas en los cursos específicos de literatura cuyos destinatarios son
estudiantes de ELE, lo que equivale en la práctica a situarnos en un
contexto universitario y en un nivel profesional de estudio del español, es
decir, en los estudios de Filología en universidades, principalmente del
extranjero. Aunque nuestras propuestas y planteamientos puedan ser
trasladados y aplicados a otros contextos, es principalmente en este
contexto concreto donde más a menudo nos encontramos con este tipo de
cursos y donde nos parece especialmente interesante centrarnos en esta
ocasión, ya que, a diferencia del caso de los EEUU, donde sí encontramos
una reflexión y un debate -‐que ya tienen una cierta andadura-‐ sobre muy
diferentes temas relacionados con los programas de lenguas extranjeras en
la universidad, y entre ellos los estudios hispánicos, en el caso de Europa
(que es el contexto en el que trabajamos), son todavía pocos los estudios e
investigaciones sobre los programas de estudios hispánicos, cómo se
desarrollan en diferentes países, cuál es el peso otorgado a la lengua y a la
literatura en ellos, qué importancia tiene y cuál es el papel concreto que
desempeña la literatura, cuál es la presencia de otros aspectos culturales
(civilización, historia, arte, etc.), cuáles son los principales problemas
teóricos y metodológicos que se presentan, etc.1 En un momento como el
nuestro, de auge y crecimiento del español y de sus estudios, esta nos
parece una labor interesante y necesaria. 2 La segunda puntualización es
que, a pesar de ser conscientes de la importancia y el interés de la reflexión
teórica, en este artículo vamos a hacer un esfuerzo de practicidad,
intentando situar todos nuestras propuestas en el ámbito de la práctica
docente porque, como hemos señalado, es aquí donde encontramos un
mayor vacío de investigaciones.
Según nuestra experiencia, hay tres grandes problemas prácticos
que se le plantean al profesor de literatura para estudiantes de ELE: la
selección de los textos (no sólo qué textos vamos a enseñar, sino por qué
elegimos esos textos y para qué), los modelos de lectura (cómo abordar el
análisis de esa selección de textos teniendo en cuenta que enseñar una
literatura extranjera no solo supone enseñar textos, sino también cómo se
han leído tradicionalmente los textos en esa determinada tradición
cultural) y la cuestión metodológica (puesto que nuestros estudiantes
están inmersos en un proceso de aprendizaje de la lengua del que forman
parte nuestros cursos de literatura, surge la cuestión de cómo aplicar el
enfoque comunicativo a la enseñanza concreta de la literatura).
En este artículo nos proponemos abordar los dos primeros
problemas mencionados, es decir, la selección de textos y los modelos de
1
Un ejemplo interesante de este tipo de trabajo es el análisis realizado por Cecilia Alvstad
y Andrea Castro sobre la enseñanza de la literatura en las universidades suecas donde se
imparte español (Alvstad y Castro, 2009).
2
José Luis Ocasar Ariza plantea una idea parecida al comienzo de su artículo «Hª de la
Literatura y comentario de texto en ELE. Apuntes prácticos para la estructuración de un
curso»:
Durante los últimos años, en la didáctica de las segundas lenguas, y del español
en particular, se ha venido desarrollando una corriente de recuperación de los
textos literarios para la didáctica. En nuestra modesta medida, hemos
contribuido, en artículos y cursos de especialistas, en la extensión de dicha
corriente, en la creencia de que la literatura tiene una función muy importante
que cumplir en la enseñanza, como exponente lingüístico y cultural muy
ĂǀĂŶnjĂĚŽ͙͘
Las modernas tendencias didácticas y (lo que no es precisamente menos
importante) comerciales y empresariales de la enseñanza de segundas lenguas
caminan hacia una especialización y una adecuación a la demanda que se
configura en cursos a la carta, que tratan de responder exactamente a la petición
de empresas y universidades. Es en este contexto en el que deberá moverse con
más o menos soltura el enseñante. El continuo reclaje al que indefectiblemente
deberemos vernos sometidos tiene grandes implicaciones en el terreno laboral y,
lo que nos interesa aquí, en el didáctico. Estas implicaciones son, en este ámbito,
enormemente positivas. (Ocasar Ariza, 2009: 38)
The instructor must decide on the required list of books at the
beginning of the course, but he may also furnish students with an
additional reading list of books available in the local library. As the
class progresses, he may find that students are well able to read
more and in this case, he may suggest that some of the books be
read as a requirement. (Holby, 1968: 479)
Aparece también en la cita otra cuestión fundamental que deberemos
considerar cuando trabajemos en el extranjero, y es que debemos tener en
cuenta, al realizar la selección de lecturas, que los textos estén disponibles.
Un último asunto que nos gustaría comentar en relación a la
cantidad de lecturas es que, aunque lo ideal sería trabajar con obras
completas, en la práctica no siempre va a poder ser así y, en ocasiones,
vamos a tener que trabajar con fragmentos (sobre todo en los casos de las
obras más extensas) y, por lo tanto, vamos a tener que seleccionar esos
fragmentos. Respecto a esta cuestión, Alfonso Fernández García hace
algunas reflexiones interesantes:
El fragmento nos coloca ante las dificultades de contextualizarlo
adecuadamente y también ante la decisión siempre discutible de
dónde cortar. Lo ideal es conseguir que el fragmento tenga cierta
autonomía como texto, ya sea desde un punto de vista narrativo (que
se trate de una secuencia, una escena o una sucesión un tanto
cerrada de sucesos) o desde el punto de vista conceptual, simbólico,
estético o rítmico. (Fernández García, 2005: 67)
También nos propone, como actividad para las clases, hacer «collages de
lecturas», es decir seleccionar varios fragmentos relacionados (que
trabajen un mismo tema, que pertenezcan a la misma época, movimiento
o género, etc.) y analizarlos conjuntamente. «Por un lado, la reunión de
fragmentos diversos que se cohesionan a modo de «collage de lecturas»
puede permitir la construcción de una visión panorámica de una época, un
estilo, una temática o un género concreto; por otro, la vinculación de unos
fragmentos con otros crea una red de referencias que ayuda a la reflexión y
al diálogo sobre las lecturas». (Fernández García, 2005: 66)
3.1.2. La dificultad de los textos
La competencia lectora de nuestros estudiantes en español dependerá de
su competencia lectora en L1 y de sus competencias lingüística, cultural e
intercultural en ELE (Díez y Bernabéu, 2004: 630) y, en el caso de la lectura
de textos literarios, también de su competencia literaria. James N. Davis,
en su ensayo «Reading Literature in the Foreign Language: The
Comprehension/ Response Connection», propone que la comprensión de
un texto leído en una lengua extranjera engloba, al menos, cuatro factores:
la descodificación del significado literal de las palabras y las frases; el
reconocimiento de los referentes histórico-‐culturales y el contexto
temporal en el que la obra fue escrita; el conocimiento de las convenciones
literarias y la interpretación individual del texto de cada lector,
dependiendo de sus sentimientos, su experiencia, etc. (Davis, 1992: 359)
Por eso, a la hora seleccionar textos adecuados al nivel de nuestros
alumnos, deberemos tener en cuenta su dificultad lingüística, su dificultad
cultural e intercultural y la dificultad relacionada con los aspectos literarios
del texto.
Respecto al tema de la dificultad lingüística, hay muchos estudios.
Mª Dolores Albaladejo señala que los textos no deben sobrepasar mucho el
nivel de competencia de los alumnos en ese momento concreto:
El léxico debe ser restringido e indicado para su nivel y deben
aparecer ƉŽĐĂƐĞƐƚƌƵĐƚƵƌĂƐƐŝŶƚĄĐƚŝĐĂƐĚŝĨşĐŝůĞƐ͕ĐŽŶĞůĨŝŶĚĞƋƵĞĠƐƚĂƐ
ŶŽ ŝŵƉŝĚĂŶ Ğů ĚŝƐĨƌƵƚĞ ĚĞ ůĂ ůĞĐƚƵƌĂ ĚĞ ůĂ ŽďƌĂ͘ Ɛ ůŽ ƋƵĞ <ƌĂƐŚĞŶ
;ůůŝƐ͕ ϭϵϴϳ͗ ϭϱϳͿ ĚĞŶŽŵŝŶĂ ĐŽŵŽ ǭŝŶĨŽƌŵĂĐŝſŶ ĚĞ ĞŶƚƌĂĚĂ
ĐŽŵƉƌĞŶƐŝďůĞǵ ;comprehensible input), aquella que está un poco por
encima del nivel de comprensión del alumno. Según Krashen, para
que la adquisición de una segunda lengua tenga lugar, el educando
necesita información de entrada que contenga ejemplares de las
formas de la lengua que de acuerdo con el orden natural deben ser
adquiridas inmediatamente después; el input ĚĞ ůĞŶŐƵĂ ƉŽƌ ƚĂŶƚŽ
ĚĞďĞĐŽŶƐŝƐƚŝƌĞŶǭŝнϭǵ͕ĚĞůŽĐƵĂůƐĞŝŶĨŝĞƌĞƋƵĞůĂůĞĐƚƵƌĂƚŝĞŶĞƋƵĞ
suponer un reto para el estudiante, pero no inalcanzable, de lo
contrario creará un sentimiento de frustración que revertirá en el no
aprendizaje. (Albaladejo García, 2007: 9-‐10)
Además, como señala Camille Ambassa, la dificultad lingüística de un texto
literario no tiene que ver solo con cuestiones gramaticales y léxicas, sino
también con aspectos discursivos:
Como lo muestra bien Tarrés Chamorro (2005), cuestiones como el
doble sentido, las referencias indirectas, las medias frases, la
dependencia del contexto, las implicaturas, la ironía, la variedad y
amplitud relativas del vocabulario, los juegos de palabras, el valor
pragmático... dificultan mucho más la comprensión de un texto
literario que su mera construcción gramatical o estructural.
(Ambassa, 2006: 12)
Por tanto, deberemos tener en cuenta el grado de dificultad del texto en
relación a todas estas cuestiones y, por una parte, seleccionar textos
adecuados al nivel de nuestros estudiantes y, por otra, preparar
actividades o material para ayudar a nuestros estudiantes a superar las
dificultades lingüísticas y discursivas que se encuentren en estos. Sin
embargo, tenemos que ser conscientes de que, en el caso de la enseñanza
concreta de la literatura, no siempre vamos a poder descartar textos
debido a su dificultad lingüística, y en los casos en que tengamos que
enseñar textos cuya dificultad es bastante elevada en relación al nivel de
los estudiantes (y, sobre todo, en el caso de las obras escritas en castellano
6
Abdelkhalek Derrar y Zouaoui Choucha también hacen referencia a esta cuestión (Derrar
y Choucha, 2006) y, aunque se refieran a los manuales de lengua, nos parece
especialmente interesante la siguiente observación:
[L]os libros de texto al uso para la enseñanza del español a extranjeros parten de
un modelo ideal de estudiantes al que se dirigen. Creo que es indudable que se
trata de un arquetipo derivado del ideal cosmopolita de la Europa de
entreguerras: un occidental que comparte con los demás occidentales una serie
de supuestos morales, políticos y culturales. De ahí que, como bien saben
quienes han tenido oportunidad de enseñar español por ejemplo a no nativos, se
encuentran con una serie de dificultades añadidas generadas por los
presupuestos culturales que los libros de textos dan por asumidos. (Derrar y
Choucha, 2006: 233)
7
La referencia de la cita de Harris de donde tomamos estas palabras es la siguiente:
Harris, 1991: 57-‐58 de la trad. esp.
8
Este cuestionamiento del canon tendría que realizarse en diferentes frentes que
pusieran en entredicho dicotomías como escritores/mujeres escritoras; alta
cultura/cultura popular; géneros mayores/géneros menores; etc. En relación a la inclusión
de la obra de escritoras en el currículo de literatura para estudiantes de ELE
recomendamos la lectura de Anna Chover Lafarga «El canon "otro" de la literatura
hispánica: sobre la importancia de la perspectiva de género en la enseñanza del E/LE»
(Chover Lafarga, 2007).
mayor número de autores y autoras (el estudiante, así, podrá continuar de
manera individual y autónoma la lectura de obras más extensas de los
autores que más le hayan gustado o le hayan parecido más interesantes).
3.1.5. La ordenación de las lecturas
Una vez seleccionadas todas las lecturas, tendremos que tomar otra
decisión importante: cómo ordenarlas. Las posibilidades de ordenación son
muchas (histórica, genérica, temática, etc.) y, de nuevo, el profesor, en la
medida de sus posibilidades, tendrá que elegir la que, según su criterio, se
adapta mejor a las necesidades concretas de sus estudiantes. En nuestra
opinión, sería positivo que los estudiantes, a lo largo de sus estudios,
tuvieran la oportunidad de entrar en contacto con los diferentes tipos de
ordenación de los textos porque esto le permitiría aproximarse al hecho
literario desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas (historia
de la literatura, literatura comparada, teoría de la literatura, etc.). Ahora
bien, de nuevo propondríamos ser «en un principio» un poco tradicionales
y, para los primeros cursos o para los cursos obligatorios, sugeriríamos la
perspectiva histórica y una ordenación cronológica, pues creemos que es la
que nos permite ofrecer a nuestros estudiantes una visión panorámica más
clara de nuestra literatura (con esta idea, de la que hemos hablado en la
introducción, de dibujarles un mapa para futuras lecturas). Además,
aunque se podría objetar que la ordenación cronológica pueda conllevar
algunas dificultades (en el sentido de que los estudiantes estudiarán en los
primeros cursos textos muy alejados de la realidad lingüística, histórica,
social, etc. actual), creemos que es la mejor opción frente a otras,9 por la
razón antes señalada y porque, como señala J. L. Ocasar Ariza, esta
distancia que hace más difícil la comprensión puede ser salvada mediante
una buena orientación didáctica:
9
El lector puede encontrar otras propuestas diferentes de ordenación en: Holby,
1968: 477; y Derrar y Choucha, 2006: 234.
En el caso español, esta tradición crítica se corresponde con el comentario
de textos. En otros trabajos anteriores hemos llevado a cabo un análisis
crítico de esa tradición y sus bases teóricas (Plaza Velasco, 2015: 243-‐319) y
hemos hecho una propuesta práctica concreta de cómo introducir estos
contenidos en los cursos de literatura para estudiantes de ELE (Plaza
Velasco, 2012). Por esta razón no desarrollaremos esta cuestión aquí;
remitimos al lector a dichos trabajos. Sin embargo, sí nos gustaría hacer
dos breves comentarios. En primer lugar, queríamos apuntar que la
inclusión en el currículo de estas formas de lectura institucionalmente
aceptadas no supone que no las pongamos en cuestión o que sean las
únicas formas de lectura que debamos enseñar a nuestros estudiantes.
Como en el caso de la selección de textos, será necesario y muy
interesante, por una parte, que problematicemos esta tradición crítica y,
por otra, que a lo largo de nuestros cursos pongamos a disposición de
nuestros estudiantes otras formas de interpretación y análisis. En segundo
lugar, también sería conveniente que incluyéramos en nuestros programas
algunos contenidos relacionados con la teoría literaria del ámbito
hispánico, y también que los estudiantes, al estudiar los textos, pudieran
entrar en contacto con algunos de los estudios críticos más importantes de
cada obra.
4. Conclusiones
A lo largo del artículo nos hemos aproximado al problema pedagógico del
canon aplicado a la enseñanza de la literatura para estudiantes extranjeros
de español, examinando dos cuestiones: la selección de textos y los
modelos de lectura institucionalizados. Nuestra intención era proponer
algunas reflexiones que puedan servir de guía y ayuda a los profesores.
Esperamos haberlo conseguido. Pero, además, creemos que hay otra idea
interesante que se desprende del artículo: la necesidad de comenzar una
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/14/14_0
615.pdf.
DAVIS, James N. (1992), «Reading Literature in the Foreign Language: The
Comprehension/ Response Connection», en The French Review, Vol.
65, nº 3 (Feb., 1992), pp. 359-‐370.
DERRAR, Abdelkhalek y CHOUCHA, Zouaoui (2006), «Didáctica de la
literatura: interferencias culturales y lingüísticas en la enseñanza de
ELE», en VVAA, La competencia pragmática y la enseñanza del
español como lengua extranjera. Actas del XVI Congreso
Internacional de ASELE. Oviedo, Ediciones de la Universidad de
Oviedo, pp. 229-‐234. En
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/16/16_0
227.pdf.
DÍEZ MEDIAVILLA, Antonio y BERNABÉU MAS, Jose Ramón (2004), «Las TICs
en procesos de consolidación de las competencias lectora y literaria
en alumnos de nivel superior de ELE», en Perdiguero, Hermógenes y
Álvarez, Antonio (eds.), Medios de comunicación y enseñanza del
español como lengua extranjera. Actas del XIV Congreso
Internacional de ASELE. Burgos, 2003. Burgos, Universidad de Burgos,
pp. 624-‐633. En
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/14/14
_0625.pdf.
FERNÁNDEZ GARCÍA, Alfonso (2005), «El texto literario en el aula de ELE. El
Quijote como referencia», en VVAA, La competencia pragmática y la
enseñanza del español como lengua extranjera. Actas del XVI
Congreso Internacional de ASELE. Oviedo, Ediciones de la Universidad
de Oviedo, pp. 63-‐67. En
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/16/16_0
061.pdf.
HARRIS, Wendell V. (1991), «Canonicity», en PMLA, Vol. 106, n.º 1, pp.
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(Mar., 1938), pp. 444-‐446.
1. El problema
Por regla general, las revistas y los libros didácticos sobre la enseñanza de
lenguas extranjeras dedican su contenido a la cuestión de cómo enseñar
una lengua extranjera de la mejor manera, del modo más rápido, con el
mayor éxito o con el efecto más duradero. Desde los años setenta, los
cambios de paradigmas han permitido ir planteando nuevas respuestas a
esta cuestión: primero las lenguas extranjeras se debían enseñar
centrándose sobre todo en la gramática, después con el método
comunicativo, luego con una didáctica intercultural1 y finalmente de
manera interactiva y aplicando los medios tecnológicos más innovadores.
Paralelamente, desde los años setenta la investigación en este campo ha
perdido de vista otra cuestión: no CÓMO enseñar de la mejor manera, sino
QUÉ es lo que enseñamos cuando impartimos clases de lengua extranjera.
No, no me refiero a la cuestión del contenido, de cuánta civilización o qué
aspectos de la cultura debemos enseñar. Esta cuestión es eterna y sus
respuestas deben ir actualizándose. Me refiero a la cuestión de la propia
lengua extranjera en sí: ¿qué significa enseñar una lengua extranjera? Esta
es la cuestión que quiero volver a tratar en las siguientes páginas.
2. Sobre la necesidad de plantearse este problema
¿Por qué nos planteamos hoy esta cuestión? Debido sobre todo a dos
razones. En primer lugar, el problema de la lengua extranjera, y por tanto
de la lengua en sí misma, pertenece tradicionalmente a la filosofía del
lenguaje. La importancia de esta última fue desplazada por la lingüística a
partir de los años setenta en todo el mundo. En cuanto a la lingüística,
dominaban en esta época determinados paradigmas, entre ellos la teoría
de la gramática universal de Chomsky, según la cual todas las lenguas
comparten la misma gramática universal con los mismos conceptos básicos
y con una complejidad de sistema similar. Pese a las críticas recibidas, esta
teoría llevó a la conclusión de que existe
hoy en día un amplio consenso de que, si nuestro idioma materno
ejerce algún tipo de influencia sobre la forma en que pensamos, tal
influencia es irrelevante, incluso trivial y, en el fondo, todos
pensamos de la misma manera (Deutscher, 2012: 15).
A mi parecer, esta idea causa el daño colateral de que no podemos llegar a
entender realmente qué estamos haciendo cuando enseñamos una lengua
extranjera, porque ya no tenemos suficientemente en cuenta las
diferencias entre las lenguas. Pero más aún: si realmente todos pensamos
de la misma manera, ¿no será hora ya de que entonces lo hagamos todos
en la misma lengua para conseguir una comunicación mejor y más rápida?
¿Y no es verdad, por tanto, que la última consecuencia del paradigma de la
1
Para una orientación rápida y a la vez profunda sobre la didáctica intercultural en ELE
véanse: Iglesias (2015: 85-‐110); Miquel (2015: 111-‐136) e Hidalgo (2005).
48
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La siguiente escena, a la que asistí el 10 de marzo del 2009 en el templo de
ůĂ ůĞŶŐƵĂ ĐĂƚĂůĂŶĂ͕ Ğů /ŶƐƚŝƚƵƚ Ě͛ ƐƚƵĚŝƐ ĂƚĂůĂŶƐ͕ ĞŶ ƌĞĂůŝĚĂĚ LJĂ ŶŽƉŽĚşĂ
sorprender a nadie que en años anteriores hubiera presenciado la política
lingüística europea en el ámbito de las universidades. El Institut Català de
Reçerca i Estudis Avançats (ICREA) había organizado un workshop para
profesores e investigadores de las universidades catalanas. Pero a este
público le estaba estrictamente prohibido expresar sus contribuciones,
preguntas o comentarios en catalán (ni tampoco en castellano), y ni los
repetidos e insistentes ruegos pudieron cambiar la política lingüística: la
lengua del workshop tenía que ser inglés, sin excepción alguna, ¡al fin y al
cabo se trataba también de demostrar cierta internacionalidad!
Indignados, algunos participantes que aún habían vivido la prohibición del
catalán en la época de Franco hablaron de «totalitarismo académico».
La escena fue sintomática. No solo deben redactarse en inglés las
solicitudes de ayudas a la investigación en la mayoría de instituciones de
investigación científica europeas, sino que cada vez más carreras
universitarias en Europa se tienen que impartir en inglés.
Estas tendencias forman parte de un proceso de creación de redes
de ámbito global y, en particular, en Europa. Por ejemplo, la creación de un
espacio académico europeo, iniciada por el proceso de Bolonia, causó una
internacionalización de las universidades europeas. Ello aumentó la
importancia tanto de las cooperaciones multilaterales como de la
competición internacional por ayudas financieras para la investigación, por
jóvenes científicos y estudiantes, para lo cual hacen falta, según el credo de
la burocracia científica, cada vez más evaluaciones comparativas. Estas
tendencias catapultaron el dominio del inglés en algunas disciplinas
científicas y en sus publicaciones, ya existente desde hacía varias décadas,
a unas dimensiones en las que los lenguajes científicos nacionales, donde
aún existen, están a punto de desaparecer por completo. Y eso que al
principio de la creación de un espacio académico europeo se destacaba
reiteradamente la importancia que en el futuro tendría saber hablar como
mínimo dos lenguas extranjeras y comprender una tercera. De este
2
Si se me permite aquí una confesión personal para evitar malentendidos: a mí,
personalmente, me encanta la lengua inglesa. También veo la necesidad de que exista una
lingua franca. Lo que no me gusta en absoluto es la supresión del multilingüismo en los
dominios lingüísticos de alto prestigio.
49
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¿Qué enseñamos cuando impartimos clases de lengua extranjera?
Las consecuencias de la pérdida de dominios en las lenguas científicas no
se limitan únicamente a la desaparición de las tradiciones centenarias del
pensamiento y la ciencia, sino que además llevan, junto con el retroceso de
otros dominios lingüísticos, normalmente de alto prestigio (economía,
política), innovadores (tecnologías de comunicación) o percibidos como
sexy (deporte, música), a una pérdida de cultura general, ya que las
lenguas distintas del inglés sufren un proceso sucesivo de devaluación en
los dominios afectados y se reducen a cada vez menos ámbitos de la
comunicación, siendo los dominios perdidos ocupados, al mismo tiempo,
por la cultura de la lingua franca.3
Las consecuencias son negativas sobre todo para la ciencia: las
futuras generaciones ya no tendrán palabras en su propia lengua para
3
Véase: Stickel, Gerhard (2010: 13-‐22).
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¿Qué enseñamos cuando impartimos clases de lengua extranjera?
4
Véase la interesantísima investigación de Winfried Thielmann (2012: 53-‐68), donde
demuestra cómo la traducción al latín (1706) de la monografía Opticks de Isaac Newton,
publicada dos años antes, aunque no le causó problemas terminológicos, sí que
presentaba claras insuficiencias en cuanto a «la redacción lingüística de la
cuestionabilidad del nuevo conocimiento científico» (59).
5
En ocasiones, se aduce el hecho de que, en su programa de una mathesis universalis,
Leibniz veía la matemática como lengua universal de la ciencia, así como también el hecho
de que en su vida solo publicaba en latín y en francés. Pero justamente por eso veía con
toda claridad las consecuencias que tenía la obligación de investigar en una lengua
extranjera. Y justamente ese fue el motivo para publicar en 1683 una obra titulada
Consejo para que los alemanes practiquen mejor su entendimiento y su lengua y en 1697
la obra Del cultivo de la lengua alemana.
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son comunes en todos ellos, del mismo modo que lo son las cosas
que afectan al alma.
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¿Según qué criterio se definen aquí los límites entre un color y el siguiente;
cómo se identifica y separa un color del anterior; qué espacio del espectro
merece un nombre propio para distinguirlo de otro? Sin querer, estas
preguntas nos han trasladado a uno de los problemas más difíciles de la
física cuántica del siglo XX.
El color es una percepción cuyo origen se encuentra en la luz. Pero
¿cómo se propaga la luz? ¿En partículas o en rayos? ¿O se propaga por
ondas? La resolución de este dualismo onda-‐partículas se ensaya en la
mecánica cuántica, sobre la que mejor no entraremos en detalle. El color
no es una propiedad de la luz (estímulo cromático), es la sensación
6
Photographie. Farbspektrum de usuario: Bautsch -‐ Toma propia. Con licencia de Bild-‐frei
über Wikipedia.
<https://de.wikipedia.org/wiki/Datei:Photographie.Farbspektrum.png#/media/File:Photo
graphie.Farbspektrum.png>.
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Que a menudo son equiparados con los rangos espectrales de rojo, verde y azul, con los
que, sin embargo, no se corresponden en realidad.
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convencionales. Volvamos a la cuestión con la que hemos comenzado este
excurso sobre el mundo de los colores:
¿Según qué criterio se definen en este espectro de colores los límites entre
un color y el siguiente; cómo se identifica y separa un color del anterior;
qué espacio del espectro merece un nombre propio para distinguirse de
otro? Como todos sabemos, los idiomas son más antiguos que la mecánica
cuántica por lo que aún no han podido dividir el espectro de colores en
función de los nanómetros.
Si la denominación lingüística es el paso que lleva desde la mera
indicación hacia una denominación de todo el entorno, entonces es lógico
que cada idioma haga referencia al entorno donde se habla. Por ello, las ya
conocidas observaciones de la lingüística según las cuales los esquimales
tienen más palabras para blanco, los árabes para camellos y los lapones
para renos que los idiomas germánicos o románicos, no pueden sorprender
a nadie. En función de la importancia de un color, de una planta o de un
animal en un determinado entorno cultural, un idioma diferencia en mayor
o menor medida. Esto, a su vez, permite a sus hablantes poder ver y
comportarse de un modo más o menos diferenciado.8 Así, por ejemplo, en
alemán se distingue la importancia que una vez tuvo el caballo gracias a su
variedad de denominaciones: Ross (corcel), Gaul (jamelgo), Klepper
(penco), Mähre (rocín), Schimmel (caballo blanco), Rappen (caballo negro),
Fuchs (alazán), etc.
Volviendo a los colores, en un espectro, ningún punto se distingue
del otro en modo alguno. Qué color resalta como puro o cuál se percibe
como mezclado resulta de la manera en que el idioma gestiona la
percepción. Ello sirve de base para una convención tradicional con
condicionantes históricos y culturales, pero que podría ser perfectamente
de otro modo: en qué puntos se agrupa cada una de las sombras, es decir,
cuántos y qué colores se perciben, depende de la percepción clasificadora
dentro de una cultura que se ha formado durante generaciones y que se
aprende de nuevo en cada infancia. La aplicación de la reacción específica
del espectro de la retina sobre la percepción de colores («el zapato es
rojo») depende por tanto del idioma. Pues no todas las lenguas han
dividido el espectro de colores del mismo modo:
Los colores del espectro solar no se dividen del mismo modo en las
distintas lenguas. La cantidad y la validez de las palabras sobre
colores existentes son distintas (aunque en las lenguas europeas
8
Véanse: Kainz (1941-‐1969: 125 y ss.); Porzig (1950: 59).
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puede que se haya producido un amplio equilibrio) (Die Grammatik,
1973: 446).
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colores, y todos los estudiantes que escribieron en catalán apuntaron siete
colores distintos. La diferencia la causó la camiseta del FC Barcelona.
Cualquier niño catalán sabe que los colores del Barça son «blau-‐grana», y
algunos estudiantes de lengua materna castellana también lo sabían por lo
que anotaron azul-‐granate. Sin embargo, para los estudiantes alemanes e
ingleses se trataba de una camiseta en «blau-‐rot» o «blue-‐red».
Este experimento demuestra que nuestra percepción sensorial es
interpretada por nuestros conocimientos culturales y que esto se refleja en
la lengua. La lengua o, mejor dicho, nuestras costumbres lingüísticas
influyen en nuestra percepción incluso de algo tan básico como los colores.
La cuestión no es si el color granate existe en alemán, la cuestión es
si normalmente se usa la palabra «granatapfelrot» en alemán. Y la
respuesta es «no». Por eso los alemanes no tenían una percepción
específica de esta escala de rojo (como mucho, distinguían entre «rojo
claro» y «rojo oscuro»).
En qué medida depende de nuestros conocimientos culturales lo
que creemos ver podemos deducirlo de una modificación del mismo
experimento. En otros grupos de participantes, cambié la camiseta blau-‐
grana del FC Barcelona por otra azul y roja del FC Barcelona y busqué otra
camiseta de otro club que tenía exactamente el mismo tono. En teoría, en
este caso, las respuestas de los estudiantes catalanes no deberían haberse
distinguido de las respuestas de ingleses o alemanes, pues lo que estaban
viendo era azul-‐rojo y no blau-‐grana. En cambio, el resultado fue el mismo:
los estudiantes catalanes creían ver un color más, pues interpretaban ʹ
influidos por sus conocimientos culturalesʹ la reacción espectral de la
retina de forma errónea como blau-‐grana.
Si comparamos la lista de matices en varios idiomas que aparece en
Wikipedia, observamos que en la versión alemana no aparece la palabra
«blau-‐grana», sí en cambio en la catalana. Además, la lista catalana cuenta
con 40 matices de rojo, por tanto, más larga que la alemana, la inglesa y la
francesa (28). Aparte de esto, las listas no presentan entre sí grandes
diferencias. Si buscamos los tonos rojos en alemán en la lista de colores
RAL, encontramos 33 matices distintos. Tampoco la gama HKS o el Pantone
Matching System amplían demasiado el espectro. Al parecer, estas
diferencias aluden a los matices de color habituales en el comercio y en el
lenguaje común. Y ninguna de ellas alcanza ni de cerca la siguiente lista
española de tonos de rojo:
anaranjado rojizo, bermellón, carmín encarnado, encarnado,
escarlata, frambuesa, fucsia, granate, magenta, ocre rojo, ocre
tostado, rosa, púrpura, rojo alheña, rojo almagre, rojo amapola, rojo
anaranjado, rojo arenisca, rojo atardecer, rojo aurora, rene bengala,
rojo brasa, rojo brillante, rojo Bugatti, rojo burdeos, rojo cadmio, rojo
cangrejo, rojo caoba, rojo cardenal, rojo carmesí, rojo cereza, rojo
chillón, rojo ciclamino, rojo cinabrio, rojo claro, rojo cobre, rojo
Congo, rojo flamenco, rojo fresa, rojo fuego, rojo geranio, rojo
guinda, rojo indio, rojo inglés, rojo jaspe, rojo labio, rojo lacre, rojo
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ladrillo, rojo langosta, rojo lava, rojo llama, rojo luminoso, rojo
Marte, rojo mate, rojo melocotón, rojo minio, rojo neón, rojo negro,
rojo original, rojo orín, rojo óxido, rojo pálido, rojo pardo, rojo pastel,
rojo pavón, rojo permanente, rojo persa, rojo pimienta, rojo coral,
rojo cresta de gallo, rojo de China, rojo de Japón, rojo de cochinilla,
rojo de cromo, rojo de granza, rojo de Parma, rojo de uñas, rojo
diablo, rojo Ferrari, rojo pimiento, rojo Pompeya, rojo prelado, rojo
primario, rojo rosado, rojo rubí, rojo rubor, rojo salmón, rojo sangre,
rojo Saturno, rojo semáforo, rojo señal, rojo subido, rojo teja, rojo
Tiziano, rojo tomate, rojo tráfico, rojo vamp, rojo Venecia, rojo viejo,
rojo vino, rojo vivo, rojo zanahoria, rufo, sangre de buey, siena
tostada, terracota, violeta rojizo. 9
Uno no puede dejar de sorprenderse: ¿tienen los españoles más rojos que
otros pueblos? ¿O es que la lengua española tiene más palabras que otras?
Lo que nos lleva a otra cuestión: ¿cuántos colores hay en realidad?
Los colores se originan a partir de la mezcla aditiva o sustractiva de
los colores primarios. Para la mezcla aditiva serían los colores claros rojo,
verde y azul10. Para la mezcla sustractiva, que se produce con la reflexión
de una superficie o con la transmisión por un filtro de color, son las
pigmentaciones cian, magenta y amarillo11. En teoría, la cantidad de
colores que puede mezclarse es infinita. No obstante, dado que los colores
se producen en nuestro cerebro y solo podemos percibir ondas
electromagnéticas de entre 380 y 780 nanómetros, gran parte de los
colores son insensibles al ojo humano. Pero como las diferencias en el
espectro entre 380 y 780 nm no pueden ser tan pequeñas como nosotros
deseamos, sino como máximo una longitud Planck (1,616 ·∙ 10оϯϱ m), y el
espectro de ondas visible (de 380 nm a 780 nm) es de 370 nm, esta
cantidad de nanómetros puede dividirse por la longitud Planck para
obtener cerca de 22,89 cuadrillardos de colores ( ) que
se sitúan dentro del rango del espectro de ondas visible para el ser
humano. Pero nuestro cerebro solo puede distinguir unas 200-‐300
tonalidades distintas (en concreto, aquellas que el ser humano ha
necesitado a lo largo de la evolución para adaptarse al entorno natural y a
su cultura, una evolución que, sin embargo, avanza de forma acelerada),
mientras que un ordenador puede detectar cerca de 16 millones de
colores. De todo esto, podemos extraer la conclusión de que una lengua no
puede tener, de forma razonable, más de 200-‐300 colores distintos,
constituyendo un límite máximo que el corpus lingüístico no tiene por qué
alcanzar.
9
En internet se encuentran listas aún más largas, por ejemplo, en la siguiente página web
donde se enumeran 105 tonos de rojo: <http://www.ecured.cu/index.php/Rojo>
(22/10/2015).
10
Con este espacio de color rojo, verde y azul (RGB, por sus siglas en inglés) trabajan, por
ejemplo, los televisores en color o la fotografía digital.
11
Con este procedimiento trabajan, por ejemplo, las impresoras de tinta: las tres capas de
colores traslúcidas se colocan superpuestas sobre una base blanca modificando así el
espectro de luz.
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La lengua mangyan de Filipinas.
16
La lengua de una tribu de aborígenes de Estados Unidos.
17
Véase Lucy (1997: 335 y ss).
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cincuenta años, hasta comienzos del siglo XXI, para que las investigaciones
neurofisiológicas hayan podido demostrar lo siguiente:
Cuando el cerebro tiene que decidir si dos colores parecen iguales o
no, los circuitos encargados de la percepción óptica piden ayuda para
adoptar esta decisión a los circuitos lingüísticos, aunque no se hable
durante esta toma de decisión (Deutscher, 2010: 262).
Como ya hemos establecido con anterioridad, los colores del espectro solar
no se desglosan igual en los distintos idiomas, pero no solo es distinta ʹ
Saussure habría dicho: arbitraria y convencionalʹ la asignación de
significante y significado, sino también la construcción interna del
significante como adjetivo, sustantivo, verbo o partícula. Al final, vemos
colores no como elementos individuales de una gama de colores
completamente registrada desde el punto de vista lingüístico, sino a través
de las gafas de las casualidades de una lengua condicionadas por la cultura.
Cada lengua
no debe interpretarse meramente como un conjunto de
nomenclaturas materialmente distintas para cosas ya dadas, sino
más bien como distintas redes de significados que organizan de un
modo distinto el mundo vivido. Dicho de otro modo, la lengua no es
constatación, sino fijación de límites dentro de lo experimentado
(Coseriu, 1970: 115).
El excurso sobre los colores tenía la función de demostrar en qué medida la
lengua, el uso normal de la lengua y los conocimientos culturales
determinan nuestra percepción. Nuestra percepción se sirve de las formas
de comprensión que nos facilita la lengua18. Lo que se unifica como igual y
dónde se aprecian diferencias queda determinado por los «retículos» de
las denominaciones lingüísticas. Lo que no podemos denominar
prácticamente no existe para nosotros. Así es como hay que entender la
famosa frase de Ludwig Wittgenstein: «Los límites de mi lengua significan
los límites de mi mundo» (Schriften, 1969: 64). La adquisición de la lengua
es por tanto un elemento esencial de la socialización del hombre.
18
En el campo de investigación de la psicología de la percepción se han hecho
experimentos con bebés que aún no tienen palabras para los colores, para demostrar que
ya reaccionan ante colores diferentes y que, por lo tanto, saben distinguirlos. Es decir, lo
que pretenden demostrar es que las personas no solo distinguen los colores mediante
conceptos o palabras, sino que los colores se dirigen directamente a través del órgano de
la vista al cerebro. Eso no es de extrañar. El ser humano tiene unos 250 millones de
receptores en los ojos, más que para todos los otros sentidos juntos, lo cual establece la
vista como sentido líder. Naturalmente los colores pueden llegar directamente al lóbulo
occipital y estimular reflejos y emociones que hemos aprendido a lo largo de la evolución
ʹ igual que pasa con los animales. Pero esto no pasa en el ámbito de la consciencia.
Cuando nos referimos al acto consciente de ver («veo el coche rojo»), es decir, cuando
sabemos qué estamos viendo, entonces sí que aplicamos las categorías lingüísticas.
62
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«No tengo más que una lengua, y no es la mía».
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Véase el artículo crítico e interesante de Gérard Raulet (1989).
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De este modo, la palabra no solo adquiere un nuevo significado, sino
que cuando relacionamos un objeto (o una acción), debido a su
semejanza o analogía, con otro ya conocido, el objeto (o la acción) es
visto e interpretado ya desde una determinada dirección o
perspectiva (Friedrich, 1983: 26).
21
Y, en consecuencia, el concepto de amigo o amistad puede variar notablemente. Sobre
las diferencias entre amistad, Freundschaft y friendship véase: Bernd F.S. Springer: Das
kommt mir spanisch vor, Múnich 2012, pág. 136 y ss.
66
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22
El DRAE ofrece 38 significados diferentes.
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Las lenguas reflejan el mundo, las lenguas son las gafas por las que
vemos el mundo y las lenguas son las herramientas con las que
construimos la realidad. Como tales están en principio a disposición de
todos los seres humanos. Porque las lenguas están a disposición de todos
los hablantes, en principio, todos pueden intervenir en ellas. Por ejemplo,
el alemán ofrece la posibilidad de construir compuestos a partir de
nombres. Ya Mark Twain se quejó de que en este aspecto no se han puesto
límites a la fantasía, y el lector extranjero no tiene oportunidad de
encontrar en el diccionario estas creaciones ad-‐hoc.
Recordemos la definición de Nietzsche sobre originalidad: «Ver algo
que no tiene nombre, que aún no puede nombrarse, pese a estar ante los
ojos de todos» (Leipzig, 1895-‐1926: 203). Cuando se atribuye a ello una
palabra, queda patente para todos lo que tenían ante sus ojos, pero cuyo
significado aún se desconocía. La palabra es descubridora y agudiza la vista.
De este modo, todos son llamados a intervenir en la lengua y todos están
capacitados para ello. La lengua tiene carácter esencialmente democrático.
Por ello, existe también el riesgo de que las palabras obstruyan la vista de
la realidad o la distorsionen fatalmente. Las palabras tienen un gran poder
de sugestión, tanto en lo positivo como en lo negativo.
Sobre todo la política es un «campo de batalla» para crear nuevas
palabras. La palabra adquiere aquí su propio poder. En su nueva
interpretación crea una nueva relación con la realidad. Modifica la realidad
provocando un comportamiento nuevo con la nueva comprensión: «el
proceso», «la vía libre», «el independentismo», «el secesionismo» y «el
separatismo» no son solo formas de percibir la realidad, sino que además
contienen opiniones implícitas. A menudo, el vocabulario político sirve
directamente para encubrir realidades: una «devaluación competitiva de
los salarios» (Banco Central Europeo) para referirse a una bajada de los
sueldos, «novedad tributaria» (Cristóbal Montoro) para no decir una
subida de impuestos, o una «desaceleración transitoria» (José Luis
Rodríguez Zapatero) para evitar la palabra «crisis».
En resumen, las lenguas son dinámicas y cambian constantemente,
igual que un cuerpo regenera sus células de forma permanente sin dejar de
ser él mismo. Las lenguas son democráticas y, al igual que la historia no
solo pertenece a los historiadores, las lenguas no solo pertenecen a los
lingüistas, sino a todos sus hablantes: todos están llamados a ampliarlas y
modificarlas.
No obstante, debido a la ambivalencia del cambio lingüístico que de
ello resulta, cada uno de sus hablantes debe mantener una actitud crítica
frente a la lengua. La innovación, la crítica y la actualización lingüísticas dan
forma al participante responsable de una comunidad lingüística. Eso es lo
que debe enseñarse en cada clase de idiomas, también de idiomas
extranjeros.
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que van a formar las conceptualidades. Ya Schlegel y Novalis,24 y un siglo
después Heidegger (1956) argumentaron que la mediación del concepto
abstracto y de la visión sensorial mediante la imaginación no es un proceso
ƚƌĂƐĐĞŶĚĞŶƚĂů LJ ͞ĂŚŝƐƚſƌŝĐŽ͕͟ ƐŝŶŽ ƵŶ ƉƌŽĐĞƐŽ ŚŝƐƚſƌŝĐŽ LJ ĞŵƉşƌŝĐŽ͕ ĐŽŶ ůŽ
que la creencia en un sistema de validez atemporal de significados
generales representa una ficción trascendental. Sin embargo, ya
reconocieron que partes de la teoría de Kant, en concreto, la descripción
del esquematismo empírico, servían a la perfección para explicar «todo el
mecanismo de la lengua» (Schelling, 1856-‐1861: 509): «En la lengua, para
describir lo especial, nos servimos únicamente de designaciones generales.
En este sentido, la lengua no es más que una esquematización continuada»
(Berend, 1927: 408).
Según la definición de Kant, el esquematismo empírico o los
conceptos empíricos se producen de manera que distintas imaginaciones
se unen bajo una imaginación común. De hecho, este concepto empírico
no se correspondería plenamente con ninguna de sus rememoraciones
imaginativas: la imagen que me hago del bosque donde se desarrolla
Caperucita Roja nunca coincidirá exactamente con las imágenes de otras
personas, y ninguna de estas imaginaciones coincidirá nunca plenamente
con el concepto25. ¿Cómo puede producirse entonces una unidad de
significados?
En relación con el esquematismo empírico, Kant postula una
«unidad en la determinación de la sensualidad» (KrV A 140, tomo 179) que
se percibe a partir de la intuición y permite, en palabras de Schelling, una
«intuición de la norma» (Berend, 1927: 508). Esta intuición no es el
concepto propio, la norma solo se «intuye», o como afirma
Schleiermacher: diviniza o se vislumbra y va más allá de cualquier intuición
sensorial momentánea. En cuanto a la mediación de los opuestos de Kant
(por un lado, uno puramente intelectual sin ningún tipo de sensualidad y,
por otro, uno puramente sensorial sin ningún tipo de inteligencia),
Schleiermacher intenta pensarla como proceso que desemboca en un
esquema lingüístico no fijo, de forma similar al juego lingüístico de
Wittgenstein que se define como «un concepto con bordes borrosos»26. Lo
más notable de esta idea de los esquemas flexibles consiste en que
de todos modos, el concepto no recoge en sí mismo sus predicados
(extraídos de la intuición y reconocidos por el juicio), sino que por
medio de variaciones de su función orgánica, se mantiene
24
Véase M Frank (1972: 59 y ss., 71 y ss., 193 y ss).
25
No es casualidad que acuda a este ejemplo: los cuentos de los hermanos Grimm no se
hicieron realmente populares hasta que se añadieron ilustraciones, y en la actualidad no
hay libro de cuentos que no vaya acompañado de ilustraciones. Si a ello añadimos las
filmaciones, nos enfrentamos a una imaginación del bosque colectiva controlada
esencialmente por los medios. No obstante, las numerosas ilustraciones y secuencias de
películas se mezclan con experiencias individuales de bosques sobre intuiciones
individuales que presentan intersecciones de conjuntos más o menos grandes, pero nunca
son idénticas ni entre sí ni con un concepto general.
26
Véase: Philosophische Untersuchungen, FfM 1971, § 71.
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Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3
Probablemente su respuesta espontánea sea: una serpiente, un oso (polar)
y un pez. Pero la primera imagen muestra un dibujo de algo que ustedes
nunca han visto: una serpiente con gafas y bufanda sobre un monopatín.
Pero lo han reconocido como serpiente. El oso no tiene ni ojos ni orejas, a
pesar de ello, el mero contorno revela que se debe tratar de un oso. En el
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pez ni siquiera el contorno está completo, faltan parte de la aleta caudal y
la cabeza entera y aun así nuestro cerebro reconoce un pez. En los tres
casos, una parte de nuestro cerebro, la memoria, ha interpretado la
percepción visual y la ha completado automáticamente o, como en el caso
de la serpiente, la ha reducido a su esencia realista. Se trata de una
combinación de percepción e interpretación de lo percibido. Esta
interacción hace que un lector español lea con toda probabilidad los
nombres de estas cuatro ciudades: Burgos, Madrid, Barcelona, Sevilla.
A pesar de que en la tercera palabra falta una letra, el cerebro
completa automáticamente este hueco y por el contexto parece claro que
ƐſůŽ ƐĞ ƉƵĞĚĞ ƚƌĂƚĂƌ ĚĞ ͚ĂƌĐĞůŽŶĂ͛ ĂƵŶƋƵĞ ĞŶ ƌĞĂůŝĚĂĚ ŶŽ ůĞĞŵŽƐ ĞƐƚĞ
nombre. Nuestra mente crea una continuidad para completar la
información sensorial.
La mayoría de los esquemas almacenados están concebidos con
gran sencillez, pero no pueden ampliarse ni modificarse con el aumento de
experiencias y conocimientos. Su accesibilidad, es decir, la facilidad de su
activación, parece depender de la frecuencia de uso. Tales esquemas
pueden influir tanto en el recuerdo de información como en la percepción
actual. Además, pueden presentar puntos de intersección con otros
esquemas o incluso espacios vacíos, lo que para ellos es prácticamente
constitutivo.
Ya Piaget distinguía entre esquemas cognitivos y afectivos, y otros
investigadores distinguían entre esquemas de percepción y de negociación.
En las teorías de distintas disciplinas surgen esquemas también en
designaciones como guión, patrón, marco o modelo.
En nuestro contexto, lo decisivo es sobre todo lo siguiente: tanto los
esquemas lingüístico-‐cognitivos como los afectivos se producen en un
proceso dialéctico de apropiación individual y de condiciones marco
generales de tipo lingüístico, cultural y social.27 Obtenemos el
equipamiento básico de los esquemas mediante nuestra socialización:
mediante la lengua, la cultura y la sociedad. De este modo, el ser humano
se presenta como un ser esencialmente social, cultural y lingüístico. Que el
hombre es un ser social ʹAristóteles hablaba de zoon politikonʹ, es tan
conocido como su establecimiento como ser en poder del habla. Pero si se
piensa bien lo que esto significa, se deduce obligatoriamente que el
hombre es al mismo tiempo un ser cultural y su lengua la expresión de su
cultura.
Pero el ser humano no es solo un ser determinado de forma
biológica y cultural, sino también un ser libre: tiene la libertad de
distinguirse en el uso de la lengua y en sus valoraciones de forma crítica de
la mayoría de la sociedad que le rodea. Eso es exactamente lo que Kant
definió como la esencia de un ser ilustrado. Pero al mismo tiempo debe
hacer referencia a las visiones de las personas que le rodean, pues de lo
contrario la comprensión no sería posible. Que nosotros compartimos gran
27
Véanse: Smith y Queller (2001); D. Holland (1987); Flechsig (1998); Göttingen; Mandl y
Spada (1988).
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puede ser que yo tenga razón y el otro también? ¡Sólo puede haber una
verdad! Pues no.
Cada cultura comprende, entre muchas otras cosas, las ideas, las
costumbres, los valores y las creencias que se transmiten socialmente;
cada cultura crea comunidades emocionales, tabús e imaginarios
colectivos; cada cultura enseña hábitos, capacidades y comportamientos, y
cada cultura se divide en muchos subsistemas que es preciso conocer para
poder comunicarse en ella con éxito. Y todo esto ha encontrado su
expresión más exacta y adecuada en la lengua correspondiente que
durante siglos ha categorizado el mundo según el punto de vista de su
cultura. Cuando cambiamos la lengua, no cambiamos sólo la gramática y el
vocabulario, cambiamos la perspectiva del mundo, la clasificación del
mundo y la valoración de todo lo que existe. Vemos el mundo a través de
otra lengua.
Enseñar una lengua extranjera significa enseñar a ver el mundo con
otros ojos. Esto es lo que hay que transmitir en las clases de lengua
extranjera desde el principio. Es como un viaje a un mundo nuevo. El
profesor tiene que despertar ante todo la curiosidad de sus viajeros y
acompañarlos en sus primeros pasos. Tiene que transmitir qué clase de
aventura intelectual y qué enriquecimiento cultural y humano significa
aprender una lengua extranjera. Y eso ¡de cada lengua extranjera!
Hacer eso es una tarea bastante difícil y la mejor formación para el
profesor de lengua extranjera consiste en aprender él mismo otras lenguas
de manera permanente. Al mismo tiempo, es una tarea de gran
responsabilidad. Sirve para mejorar la comprensión entre las culturas, los
pueblos y las personas. Por lo tanto, la importancia que tienen las filologías
extranjeras para la paz en un mundo caracterizado por migraciones
masivas no puede ser exagerada. Ojalá se encuentre a alguien que lo haga
comprender a los políticos responsables.
BIBLIOGRAFÍA
BEREND, Weimar (ed.) (1927), Sämtliche Werke. Berlín, Historisch-‐kritische
Ausgabe. tomo 11, p. 170.
BLOOM, Paul; PETERSON, Mary A.; NADEL, Lynn; GARRETT, Merrill F. (eds.)
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COLIN, Nicole; UMLAUF, Joachim (eds.) (2015), Mehrsprachigkeit und
Elitenbildung im europäischen Hochschulraum. Amsterdam German
Studies, Heidelberg.
COSERIU, Eugenio (1970), Sprache. Strukturen und Funktionen. 12 Aufsätze
zur allgemeinen und romanischen Sprachwissenschaft, U. Petersen (ed.),
Tübinger Beiträge zur Linguistik, vol. 2, Tübingen.
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Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación
en ELE
Databases to know (and publicizeͿ>͛ƐƌĞƐĞĂƌĐŚ
MAR CRUZ PIÑOL1
Universitat de Barcelona
Mcruz@ub.edu
Resumen: Este artículo muestra las principales bases de datos donde los
investigadores pueden localizar trabajos académicos relacionados con
cualquier aspecto del ELE. Nos encontramos en un momento en el que
está creciendo la producción científica en esta área de especialización,
pero, paralelamente, no resulta fácil localizar las referencias. Se verá que
esta dificultad radica, por una parte, en el desconocimiento por parte de
los investigadores de las diferentes bases de datos a las que pueden
acudir y, por otra, en la falta de unidad en las etiquetas o palabras clave
que sirven para localizar las referencias.
Palabras clave: Bases de datos, bibliografía, ELE, investigación.
Abstract: This paper aims to be a useful tool to easily locate the
bibliography related to any aspect of teaching Spanish as a foreign
language in the existing databases. The lack of unification in the building
of databases proves to be the biggest problem in their use. This article will
provide the necessary keys to easily find the academic papers related to
any aspect of Spanish as a foreign language, a field in which scientific
production is increasing at great speed.
Keywords: Databases, bibliography, Spanish as a foreign language,
research.
1
Este artículo tiene su origen en la comunicación presentada en las 1as Jornadas
Filológicas de la Universidad de La Rioja
(<http://prezi.com/imjihdymyojy/?utm_campaign=share&utm_medium=copy&rc=ex0sha
re>) y se inscribe en el equipo GReLiC (Grup de recerca en Lexicologia i Lingüística de
corpus), grupo consolidado por la Generalitat de Catalunya, SGR 2014-‐2016. Quiero
agradecer la ayuda y los consejos de los colegas del GReLiC, del CRAI de la Biblioteca de la
UB y de los participantes en la sesión que abrí en academia.edu a partir del primer
borrador de este trabajo. Con todo, la responsabilidad ante cualquier error u omisión que
se encuentre en estas páginas es exclusivamente mía.
ISSN: 2462-3733
Nº 1 | diciembre 2015 | 78-101 Recibido: 30/09/2015
DOBLELE: http://revistes.uab.cat/doblele Aprobado: 30/10/2015
Mar Cruz Piñol
ϭ͘/ŶƚƌŽĚƵĐĐŝſŶ͗Ğů͞ƉƌŽďůĞŵĂ͟ĚĞůĂďŝďůŝŽŐƌĂĨşĂƐŽďƌĞĞů>
2
Asignatura optativa ofrecida por el máster oficial Español como lengua extranjera en
ámbitos profesionales, de la Facultat de Filologia de la Universitat de Barcelona.
3
Por ejemplo, se vienen publicando revisiones de bibliografía sobre el ELE (ver Anexo 1) y
cada vez más actas de congresos se ofrecen en línea (ver Anexo 2).
4
Otra dificultad documental que hay que afrontar al iniciar una investigación en ELE (y
que no abordaremos en este artículo) viene determinada porque desde el entorno
académico no es fácil llegar a conocer los estudios que nacen de la observación de las
aulas, pues con frecuencia los foros donde los docentes exponen sus experiencias
didácticas no son los mismos a los que acuden los investigadores. También en este caso se
han puesto en marcha algunas propuestas, como el documento colaborativo que se abrió
a principios de 2014 para recopilar publicaciones académicas basadas en experiencias de
uso de tecnologías en las clases de ELE (VV.AA., 2014b; Cruz Piñol, 2014c), un tema sobre
el que tratamos de documentarnos desde hace años (Cruz Piñol, 2005).
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Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
a los listados de bibliografía que se han publicado en otros formatos (y que
ofrecemos en el Anexo 1) ni a las revistas y actas de congresos disponibles
en la red (Anexo 2). En el primer caso, se trata de recopilaciones muy
valiosas para describir el panorama de la investigación en ELE; en el
segundo, de iniciativas que facilitan el acceso a los textos. Pero en este
artículo nos ocuparemos exclusivamente de las interfaces que permiten
averiguar qué se ha publicado sobre un determinado tema, sin perder la
esperanza de que algún día también las otras iniciativas se integren en
bases de datos, ya que de este modo se facilitará la localización y difusión
de la investigación en ELE.5
Para que estas páginas puedan ayudar al mayor número de investigadores,
nos vamos a fijar especialmente en las bases de datos que no presentan
restricciones de acceso, aunque mencionaremos también al final de este
apartado otras que solo son accesibles a través de una institución
académica.
2.1.1. Bases de datos de bibliografía sobre el ELE
5
La reflexión en torno a la necesidad de que la investigación filológica se familiarice con
las bases de datos bibliográficas no es exclusiva del ELE. Otros ejemplos los encontramos
en el proyecto OBELEX para la lexicografía electrónica (Möhrs y Töpel, 2011) y en el
seminario BIDESLITE para las literaturas hispánicas (Casas del Álamo, Redondo Pérez, y
Sánchez Bellido, 2013).
6
Con ciertas limitaciones, esta búsqueda sí se puede realizar mediante las opciones
avanzadas de Google, como veremos más adelante.
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Mar Cruz Piñol
7
El repertorio de DESCRIPTORES vinculados a cada MATERIA se puede consultar en la
Presentación de la BELE (Alonso Belmonte, 2003).
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81
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
ƉƌĞƐĞŶƚĂĐŝſŶ ĚĞ ůĂ ŝŶĨŽƌŵĂĐŝſŶ͟ [Quintana y Suárez García 2007]. Hoy en
día, TodoELE es una de las principales fuentes de referencia tanto para la
docencia como para la investigación en ELE.
Entre los numerosos apartados de TodoELE [IMAGEN 2a] se
encuentra el de TodoELE_Teoría-‐Bibliografía͕ƋƵĞ͞ĞƐƵŶĂďĂƐĞĚĞĚĂƚŽƐĞŶ
la que se recopilan investigaciones, estudios y trabajos teóricos sobre el
tema de la enseñanza del español como lengua extranjera y que están
ĚŝƐƉŽŶŝďůĞƐĚĞŵĂŶĞƌĂĂďŝĞƌƚĂĞŶ/ŶƚĞƌŶĞƚ͟[Suárez García 2015]. Esta base
de datos, que en enero de 2015 contenía ya más de 1100 entradas, cuenta
con una interfaz [IMAGEN 2b] que permite seleccionar las referencias a
partir de más de 120 CATEGORÍAS (campo en el que se etiquetan las
referencias en función de su temática). Así, por ejemplo, si buscamos a
ƉĂƌƚŝƌ ĚĞ ůĂ ĐĂƚĞŐŽƌşĂ ͞VOCABULARIO͟, obtendremos todas las referencias
incluidas en la base de datos a las que se ha asignado esta palabra clave
[IMAGEN 2c]. Si ordenamos los resultados por el campo FECHAS, veremos
que hay referencias desde 1980 y también que la mayoría de las
referencias tienen varias etiquetas que proporcionan una primera
información orientativa sobre el contenido de cada estudio. Si se desea
saber más sobre alguna de las referencias, también aquí (como en la BELE)
cada referencia va acompañada de una ficha [IMAGEN 2d], que incluye los
siguientes campos: AUTOR, TÍTULO, LIBRO O REVISTA (cuando se trata de un
trabajo incluido en una publicación mayor), EDITOR (si procede), ENLACE (si
procede), EDITORIAL, CATEGORÍA, COMENTARIOS y CONTENIDO (síntesis que se
suele copiar del propio artículo, a diferencia de los resúmenes de la BELE,
que fueron redactados por el equipo editor).
Aunque de dimensiones menores (casi 400 referencias
bibliográficas), mencionaremos también la base de datos BiblioELSE,
desarrollada en el marco del proyecto ELSE Argentina.org , que recoge
referencias relacionadas con el español como lengua segunda o extranjera
(de ahí las siglas ELSE). Esta base de datos dispone de una interfaz
[IMAGEN 3a] que (previo registro, gratuito) permite buscar una palabra o
secuencia en un campo en particular (opción avanzada) o en cualquiera de
los campos (opción de búsqueda rápida). Así, por ejemplo, si se busca
͞sARIEDADES͟ con la interfaz rápida, se obtienen todas las referencias en las
que aparece esta palabra, sea en el campo TÍTULO o en el campo PALABRAS
CLAVE [IMAGEN 3b].
En las tablas siguientes comparamos estas tres bases de datos que,
como vemos, se complementan.
#BD_1
URL http://cvc.cervantes.es/obref/bele/busqueda.asp
Nombre CVC: Bibliografía de Didáctica del español como lengua
extranjera (BELE)
¿Búsqueda por Sí: por Autor, Título, Año, Editorial, Fuente, Materia
campos? (28 etiquetas) y Descriptor (para precisar el contenido)
¿Acceso al texto No
completo?
¿Resumen de los Sí
trabajos?
Tipos de trabajos Publicaciones en 5 revistas y en actas de 4 congresos
Primera 1988
incorporación
Última 2003
actualización
#BD_2
URL http://www.todoele.net/teoriabib/Teoria_list.asp
Nombre TodoELE: Teoría ʹ Bibliografía
¿Búsqueda por Sí: por CATEGORÍAS (120 etiquetas); y ordenar después
campos? los resultados por AUTOR, TÍTULO, FECHA y CATEGORÍA
¿Acceso al texto Cuando se encuentra en línea, sí (enlazado)
completo?
¿Resumen de los Sí
trabajos?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Primera 1980
incorporación
Última En actualización
actualización
#BD_3
URL http://biblioelse.no-‐ip.org/bw_search_fast
Nombre BiblioELSE
¿Búsqueda por Sí: por todos los campos
campos?
¿Acceso al texto En algunos casos
completo?
¿Resumen de los Sí
trabajos?
2.1.2. Bases de datos de bibliografía sobre Lingüística que
contemplan el ELE
8
Nos limitamos a las bases de datos con interfaz en español (u otra lengua románica) y en
inglés, por lo que dejamos aparte otras bases de datos de lingüística aplicada, como
Informationszentrum für Fremdsprachenforschung (IFS): <http://www.uni-‐marburg.de/ifs>
(con interfaz en alemán)
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Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
#BD_4
URL http://lingmex.colmex.mx/
Nombre Lingmex. Bibliografía lingüística de México
Palabra clave ͞NSEÑANZA DE LENGUAS͟ / ͞DQUISICIÓN DE L1 O >Ϯ͟ (en
para ELE http://lingmex.colmex.mx/index.php/indices/areas )
¿Acceso al texto No
completo?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Primera 1970
incorporación
Última En actualización
actualización
#BD_5
URL http://www.ub.edu/crai/filo/index.html
Nombre Cercador bibliogràfic de Lingüística Hispànica
Palabra clave para ͞IDÁCTICA͟ (en
ELE http://www.ub.edu/crai/filo/temes.php)
¿Acceso al texto No
completo?
9
Desde 2015 existe un acuerdo de complementariedad entre Infoling y TodoELE, por el
que en que Infoling solo se anuncian las publicaciones dirigidas a la formación del
profesorado, y las noticias sobre textos para el aula se derivan a la base de datos de
TodoELE.
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Mar Cruz Piñol
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Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
#BD_8
URL http://dialnet.unirioja.es/
Nombre Dialnet
Palabra clave para Búsqueda libre (en
ELE http://dialnet.unirioja.es/documentos), combinado
con TIPO DE DOCUMENTO
¿Acceso al texto Cuando se encuentra en línea, sí (enlazado)
completo?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Última En actualización
actualización
Ámbito Iberoamericano y Español
#BD_9
URL http://doaj.org/search
Nombre DOAJ
Palabra clave para Búsqueda libre, combinado con MATERIA
ELE
¿Acceso al texto Sí
completo?
Tipos de trabajos Artículos en revistas
Última actualización En actualización
Ámbito Mundial
#BD_10
URL http://www.base-‐search.net/en/index.php
Nombre BASE
Palabra clave para Búsqueda libre, combinado con MATERIA
ELE
¿Acceso al texto Sí
completo?
Tipos de trabajos Recursos digitales
Última actualización En actualización
Ámbito Mundial
#BD_11
URL http://scholar.google.es
Nombre Google Académico
Palabra clave para ƷƐƋƵĞĚĂ ůŝďƌĞ ;ƉŽƌ ĞũĞŵƉůŽ ͞ESPAÑOL LENGUA
ELE EXTRANJERA͟Ϳ
¿Acceso al texto Cuando se encuentra en línea, sí (enlazado)
completo?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Última actualización En actualización
Ámbito Mundial
#BD_12
URL http://www.google.es/advanced_search
Nombre Google (opción de búsqueda avanzada)
Palabra clave para Búsqueda libre. Si se indica una colección (por
ELE ĞũĞŵƉůŽ͞ASELE͟ͿLJƐĞůŝŵŝƚĂŶůŽƐƌĞƐƵůƚĂĚŽƐĂĂƌĐŚŝǀŽƐ
en PDF, se obtendrán artículos publicados en esa
colección
¿Acceso al texto Cuando se encuentra en línea, sí (enlazado)
completo?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Última En actualización
actualización
87
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
Ámbito Mundial
2.1.4. Bases de datos e índices de trabajos de posgrado en torno al
ELE
10
También hace ya tiempo iniciamos una relación de tesis y memorias de máster sobre
informática y enseñanza de segundas lenguas (Cruz Piñol, 2008), pero no la hemos
mantenido.
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Mar Cruz Piñol
completo?
#BD_15
URL http://dialnet.unirioja.es/tesis
Nombre Dialnet: tesis
Tipo de investigación Tesis doctorales
Sistema de búsqueda Búsqueda libre (por ejemplo ͞ESPAÑOL LENGUA
EXTRANJERA͟)
¿Acceso al texto En algunos casos
completo?
#BD_16
URL http://infoling.org/search/tesis/search.php
Nombre Infoling
Tipo de Tesis doctorales
investigación
Sistema de Seleccionar ELE/EL2 en el buscador
búsqueda
¿Acceso al texto En algunos casos
completo?
#BD_17
URL http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/19971
Universidad Universidad de Alicante
Tipo de Memorias de máster
investigación
Título del Máster universitario en español e inglés como 2L/LE
programa
¿Búsqueda por Sí: por PALABRA CLAVE, por TÍTULO, por AUTOR y por FECHA
campos? de publicación
¿Acceso al texto Sí
completo?
#BD_18
URL http://www.meleuah.es/memorias
Universidad Universidad de Alcalá
Tipo de Memorias de máster
investigación
Título del programa Máster en enseñanza de español como lengua
extranjera
¿Búsqueda por No
campos?
¿Acceso al texto No (solo la relación de los títulos)
completo?
89
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
#BD_19
URL http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/32282
Universidad Universidad de Barcelona
Tipo de Memorias de máster
investigación
Título del Máster de español como lengua extranjera en ámbitos
programa profesionales
¿Búsqueda por Sí: por PALABRA CLAVE, por TÍTULO, por AUTOR y por FECHA
campos? de publicación
¿Acceso al texto Sí
completo?
Existen, asimismo, otros caminos para conocer tesis y memorias
relacionadas con el ELE, como son los premios de investigación de ASELE y
las publicaciones de RedELE (en el segundo caso con el texto completo en
línea), pero no se trata de bases de datos en las que se pueda buscar por
campos, con lo que se aleja de nuestro objetivo en estas páginas.
3. Redes sociales donde se difunde la investigación en torno al ELE
investigadores. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en estas redes
las etiquetas (o palabras clave, o materias) son infinitas, ya que cada
persona puede utilizar las que quiera y en las lenguas que desee.
91
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
#BD_24
URL http://www.mendeley.com/research-‐
papers/search/
Nombre Mendeley
Palabra clave para Escribir libremente en el cuadro de búsqueda (por
ELE ĞũĞŵƉůŽ͕͞ĞƐƉĂŹŽůůĞŶŐƵĂĞdžƚƌĂŶũĞƌĂ͟Ϳ͕ĞŶĞƐƉĂŹŽůŽ
en inglés. Se pueden afinar los resultados si se
limitan las DISCIPLINAS (por ejemplo, solo
EDUCATION+LINGUISTICS)
¿Acceso al texto En ocasiones, sí
completo?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Última actualización En actualización
Ámbito Mundial
#BD_25
URL http://www.academia.edu
Nombre Academia
Palabra clave para Escribir libremente en el cuadro de búsqueda (por
ELE ĞũĞŵƉůŽ͕ ͞ĞƐƉĂŹŽů ůĞŶŐƵĂ ĞdžƚƌĂŶũĞƌĂ͟Ϳ͕ ĞŶ ĞƐƉĂŹŽů
o en inglés
¿Acceso al texto En ocasiones, sí
completo?
Tipos de trabajos Cualquier tipo de trabajo académico
Última actualización En actualización
Ámbito Mundial
#BD_26
URL http://www.researchgate.net/search.Search.html (con
cuenta de usuario)
12
^ĂůƚĂ Ă ůĂ ǀŝƐƚĂ ƋƵĞ ƚŽĚĂƐ ĞƐƚĂƐ ǀĞŶƚĂũĂƐ ͞ƐŽĐŝĂůĞƐ͟ ƐŽŶ ƵŶ ĂƌŵĂ ĚĞ ĚŽďůĞ ĨŝůŽ͕ ƉƵĞƐ
mientras por una parte agilizan la localización de los datos, por otra exigen del
investigador una actividad ingente de difusión y actualización, que se añade a las tareas
propias de la investigación. Pero este sería tema para otro estudio, en el que se abordasen
los cambios cognitivos y sociales que están viviendo los investigadores.
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92
Mar Cruz Piñol
Nombre ResearchGate
Palabra clave Escribir libremente en el cuadro de búsqueda (por
para ELE ĞũĞŵƉůŽ͕͞ĞƐƉĂŹŽůůĞŶŐƵĂĞdžƚƌĂŶũĞƌĂ͟Ϳ͕ĞŶĞƐƉĂŹŽůŽĞŶ
inglés
¿Acceso al texto En ocasiones, sí
completo?
Tipos de trabajos Libros y otras publicaciones
Última En actualización
actualización
Ámbito Mundial
3.2. Redes sociales generales
No podemos hablar de redes sin mencionar dos redes sociales generales en
las que el ELE está muy representado: Twitter y Facebook. Al investigador
que desee emplear estas redes para estar al corriente de las novedades
académicas relacionadas con el ELE le recomendamos que comience por
seguir algunos perfiles de referencia, como los del CVC, de ASELE, de
Infoling y de TodoELE:
x Twitter:
http://twitter.com/todoele
http://twitter.com/asele_ele
http://twitter.com/cvc_cervantes
http://twitter.com/infoling
x Facebook:
http://www.facebook.com/Todoele
http://www.facebook.com/pages/ASELE/368314823
195456
http://www.facebook.com/cvc.cervantes
http://www.facebook.com/infoling
En ambos casos, y de acuerdo con la filosofía de las redes sociales,
se puede ver la relación de seguidores (es decir, personas que comparten
intereses) y las ETIQUETAS (palabras clave que clasifican la actividad
académica en torno al ELE). En Twitter estas palabras clave se denominan
hashtags LJǀĂŶƉƌĞĐĞĚŝĚĂƐƉŽƌĞůƐşŵďŽůŽη͕ĐŽŵŽ͞#TWITTERELE͟, que se ha
convertido en el identificador por excelencia para el ELE en Twitter (Varo
Domínguez y Cuadros Muñoz, 2013; Cuadros y Villatoro, 2014). En
definitiva, las redes sociales, estructuradas en campos y etiquetando los
contenidos con palabras clave, son también bases de datos.
4. Conclusiones
93
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
http://www.edinumen.es/index.php?option=com_content&view=secti
on&id=4&Itemid=51
x Didáctica. Lengua y Literatura:
http://revistas.ucm.es/index.php/DIDA/issue/archive
x Doblele: http://revistes.uab.cat/doblele
x E-‐Aesla: http://cvc.cervantes.es/lengua/eaesla/default.htm
x ForoELE: https://ojs.uv.es/index.php/foroele
x Glosas didácticas: http://www.um.es/glosasdidacticas/
x Hispania: http://www.aatsp.org/?page=hispania (accesible desde
JSTOR)
x Ibérica: http://www.aelfe.org/?s=revista
x Journal of Spanish Language Teaching:
http://www.tandfonline.com/loi/rslt20 (acceso limitado)
x LengCom: http://www.lengcom.es/revista-‐lengcom/todos-‐los-‐
art%C3%ADculos-‐por-‐pa%C3%ADs-‐y-‐universidad/
x Lengua y migración: http://lym.linguas.net/es-‐
ES/Home/VolumesIndex
x MarcoELE: http://marcoele.com/numeros/
x Mosaico:
http://sede.educacion.gob.es/publiventa/catalogo.action?cod=I&idCol
=24
x Porta Linguarum: http://www.ugr.es/~portalin/articulos/articles-‐
index.htm
x Revista de Lenguas para Fines Específicos:
http://ojsspdc.ulpgc.es/ojs/index.php/LFE/search
x Revista Internacional de Lenguas Extranjeras:
http://revistes.publicacionsurv.cat/index.php/rile/issue/archive
x Revista Nebrija: http://www.nebrija.com/revista-‐
linguistica/numeros_anteriores
x Signos ELE: http://signosele.usal.edu.ar/
x Studies in Second Language Acquisition:
http://journals.cambridge.org/action/displayBackIssues?jid=SLA
(acceso restringido)
x Otras revistas editadas por el Ministerio de Educación de España:
http://sede.educacion.gob.es/publiventa/catalogo.action?cod=I
;͞ZĞǀŝƐƚĂƐLJŽƚƌĂƐƉƵďůŝĐĂĐŝŽŶĞƐƉĞƌŝſĚŝĐĂƐ͟ĞŶĞůĚĞƐƉůĞŐĂďůĞĚĞů
marco izquierdo)
x Otras revistas: http://www.todoele.net/revistas/Revistas_list.asp
Actas de congresos (por orden alfabético):
x AEPE:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/indice.htm
x ASELE:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/default.htm
95
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
x CELU: http://www.celu.edu.ar/es/node/61
x CIEFE:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/ciefe/default.htm
x Seminario de dificultades específicas de la enseñanza del español a
lusohablantes:
http://sede.educacion.gob.es/publiventa/catalogo.action?cod=I&idCol
=71
x Otros congresos y actividades en cuya organización ha participado
el IC:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centr
os/default.htm
x Otros congresos:
http://www.todoele.net/congresosp1/Congresos1_list.asp
Anexo 3: bases de datos abiertas
http://oatd.org/oatd/search [#BD_14]
x Memorias de máster en ELE:
o Universidad de Alicante;
http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/19971 [#BD_17]
o Universidad de Alcalá
http://www.meleuah.es/memorias [#BD_18]
o Univesidad de Barcelona
http://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/32282
[#BD_19]
x TodoELE_Teoría ʹ Bibliografía:
http://www.todoele.net/teoriabib/Teoria_list.asp [#BD_2]
x Teseo: http://www.educacion.gob.es/teseo (tesis) [#BD_13]
BIBLIOGRAFÍA
ABADAL FALGUERAS, Ernest; Codina Bonilla, Lluís (2008), «Función de los
portales temáticos en la era de la búsqueda posmoderna», en Anuario
ThinkEPI, 1, pp. 89-‐95. <http://www.thinkepi.net/la-‐funcion-‐de-‐los-‐
portales-‐tematicos-‐en-‐la-‐era-‐de-‐la-‐busqueda-‐posmoderna>
(13/10/2015).
ALONSO BELMONTE, Isabel (2003), «Presentación a la BELE», en Bibliografía
de Didáctica (CVC).
<http://cvc.cervantes.es/obref/bele/presentacion.htm> (13/10/2015).
ALONSO-‐ARÉVALO, Julio; CORDÓN-‐GARCÍA, José-‐Antonio; MARTÍN RODERO, Helena
(2012), «Investigación 2.0 con gestores de referencias sociales:
Mendeley y Biowizard», en CiberMedicina, 2, pp. 30-‐34.
<http://www.edicionesmayo.es/index.php?option=com_content&task=
view&id=567&Itemid=87> (13/10/2015).
BALMASEDA, Enrique (ed.) (2014), ͞ &ŽŶĚŽ͟ ϭϱ ŹŽƐ ĚĞ /ŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ ĞŶ
asELE. Málaga, ASELE. <http://www.aselered.org/libros/A-‐FONDO-‐15-‐
anos-‐de-‐investigacion-‐en-‐asELE-‐Indice.pdf> (13/10/2015).
BALMASEDA, Enrique (2015), «ASELE, un cuarto de siglo: memoria y acción
en la enseñanza de ELE», en La Enseñanza de ELE Centrada en el
alumno. Actas del XXV Congreso Internacional de Asele. Getafe,
Universidad Carlos III ʹ ASELE.
Doblele | nº1 | diciembre 2015 | 78-101
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Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
99
Bases de datos para conocer (y dar a conocer) la investigación en ELE
101
Más de gramática, más que gramática. De lingüística cognitiva
y enseñanza de ELE
More grammar, more tan grammar. On Cognitive Linguistics and
teaching of Spanish as a foreign language
ZEINA ALHMOUD/ ALEJANDRO CASTAÑEDA CASTRO
Universidad de Granada, Departamento de Lingüística General y Teoría de la
Literatura
Alhmoud.zeina@gmail.com / Acastacastro@gmail.com
Resumen: La preponderancia en lingüística, sobre todo en la última
parte del siglo XX, de los modelos de orientación chomskiana ha dado
lugar a una disociación nada conveniente entre las prioridades de la
descripción y explicación lingüísticas de cuño formalista y las
necesidades propias de la enseñanza de lenguas extranjeras, sobre
todo las que se relacionan con los modelos didácticos de corte
comunicativo y los derivados de ellos. Este artículo aborda algunas
reflexiones de las que se desprenden algunas conclusiones
relacionadas con la orientación que puede adoptar la enseñanza de
contenidos gramaticales en el aula de ELE si adoptamos el punto de
vista característico de la LG en general y de la GC en particular.
Palaras clave: enseñanza, español lengua extranjera, gramática
cognitiva
Abstract: The preponderance in linguistics, especially during the
latter part of the 20th century, of the models based on the
Chomskyan orientation has led to a non-‐convenient dissociation
between the priorities of the description and formalist linguistic
explanation, and the characteristic needs of the foreign languages
teaching field, especially the ones related to the communicative-‐
oriented didactic models and the ones derived from them. This
article presents some reflections from which different conclusions
are deduced; these are related with the orientation that teaching
grammar contents can adopt in the Spanish classroom if we follow
the characteristic point of view of the cognitive linguistics in general,
and the cognitive grammar in particular.
Keywords: teaching, Spanish as foreign language, cognitive grammar
ISSN: 2462-3733 Recibido: 30/09/2015
Nº 1 | diciembre 2015 | 102-136 Aprobado: 30/10/2015
DOBLELE: http://revistes.uab.cat/doblele
102
Zeina Alhmoud / Alejandro Castañeda Castro
La preponderancia en lingüística, sobre todo en la última parte del siglo XX,
de los modelos de orientación chomskiana ha dado lugar a una disociación
nada conveniente entre las prioridades de la descripción y explicación
lingüísticas de cuño formalista y las necesidades propias de la enseñanza
de lenguas extranjeras, sobre todo las que se relacionan con los modelos
didácticos de corte comunicativo y los derivados de ellos (enfoque por
tareas, enfoque léxico, enfoque basado en la acción, enfoques de
orientación humanista, etc.).1 Basta pensar, para ilustrar esta afirmación,
en dos señas de identidad de la lingüística formal de tradición
generativista. Por un lado, la descripción de la gramática de una lengua que
se practica en esta corriente se propone no tener presente el significado en
la caracterización de las reglas morfo-‐sintácticas, ya que la competencia
sintáctica se concibe como un componente autónomo desligado del
significado, el cual se atiene a principios estructurales específicos que
determinan la buena formación de las secuencias de palabras. Sin
embargo, el significado (tanto en la dimensión representativa como en la
interpersonal) ocupa un lugar principal en los enfoques de orientación
comunicativa. Téngase en cuenta a ese respecto que el principal criterio de
selección y distribución de contenidos en el enfoque comunicativo clásico
es el basado en nociones y funciones, dos conceptos inherentemente
vinculados al significado. Por otro lado, en los modelos formalistas, un
principio epistemológico fundamental es el de la autonomía modularista
del lenguaje, en el sentido de que se considera este una facultad de la
mente determinada por pautas organizativas de un nivel de abstracción
muy considerable que no comparte con otras facultades (o módulos) y que
no derivan de principios generales de nuestra cognición presentes en más
de una de esas facultades (como las de la percepción y representación
visual, el cálculo matemático, el pensamiento lógico, la motricidad, la
construcción de mapas mentales, la comprensión intuitiva de las leyes de la
física, la inteligencia emocional Ͷque nos permite comprender el punto de
vista de los demásͶ, etc.). En virtud de esta concepción, las características
formales de las lenguas deben aceptarse como rasgos organizativos
exclusivos o específicos del lenguaje que, a fin de cuentas, resultan, en este
sentido, arbitrarios, ya que no están motivados por principios de la
cognición humana transversales o de mayor alcance, que se manifiesten en
distintas facultades. Hay cierta tendencia en este modelo, por ello mismo,
a detenerse en el descubrimiento de regularidades que no pueden
reducirse a principios de la lógica, al sentido común, a tendencias de
procesamiento presentes en otras facultades como la representación visual
o a cualquier otra motivación que trascienda de los límites del propio
siƐƚĞŵĂ͞ĞŶĐĂƉƐƵůĂĚŽ͟ĚĞůĐŽŶŽĐŝŵŝĞŶƚŽůŝŶŐƺşƐƚŝĐŽ͘>ĂĂƌďŝƚƌĂƌŝĞĚĂĚĚĞůĂƐ
reglas gramaticales, la imposibilidad de encontrar una razón de alcance
1
Para una excelente visión de conjunto de las principales señas de identidad de la
corriente chomskiana puede consultarse, por ejemplo, Pinker (1994). La contrapartida
crítica formulada desde el ámbito de la corriente cognitivista puede encontrarse en Evans
(2014).
más general que dé cuenta de por qué la gramática de las lenguas es como
es, retroalimenta los objetivos fundacionales de esta corriente, puesto que
constatar este tipo de características supone encontrar razones a favor del
carácter autónomo del lenguaje. Esta postura, aparte de resultar muy
problemática desde el punto de vista epistemológico, ya que, por
definición, descarta buscar una explicación a cierta descripción de los
hechos, basada en una constatación de carácter más general, es
intrínsecamente contraria a la didáctica, puesto que la arbitrariedad, con la
que a veces no tenemos más remedio que transigir, es, sin embargo, por
definición, antipedagógica.
La metodología de corte comunicativo en la enseñanza de lenguas
extranjeras, y en particular del español como lengua extranjera, se aviene
mucho mejor con las corrientes de corte funcionalista. Para esta
concepción alternativa, despojar a la forma completamente de su función
equivale a presentar una visión distorsionada de la naturaleza del lenguaje.
En esta perspectiva, la lingüística es esencialmente el estudio acerca de
cómo las lenguas significan, acerca de cómo están configuradas
funcionalmente: ahora es el significado lo que prevalece. Por ejemplo,
desde ese punto de vista funcional, una oración no es solo una estructura
sintáctica organizada en distintos niveles de constitución, sino también, y
esencialmente, el vehículo simbólico complejo con el que expresamos para
nuestro interlocutor una determinada actitud enunciativa sobre
determinados hechos; y un sujeto no es solo el constituyente de la oración
que se caracteriza por ciertas propiedades formales (concordancia, marca
de caso especial, posición en la oración, etc.), sino el participante en la
relación descrita por un verbo que se escoge como figura principal de la
misma. El enfoque comunicativo no se habría podido desarrollar sin el
apoyo de la visión funcionalista del lenguaje. Precisamente en la visión
funcionalista se entiende que la condición del lenguaje como instrumento
de comunicación determina sus rasgos formales: estos son una
consecuencia de su cometido funcional (Halliday, 1973).
Es en el ámbito amplio del paradigma funcionalista en el que hay
que situar la lingüística cognitiva (en adelante LC) y, en particular, el
modelo de la gramática cognitiva (en adelante GC). Esa vinculación nos
permite enmarcar las ventajas que conlleva como disciplina que aporta
recursos e instrumentos conceptuales al desarrollo de la metodología de
ELE.
Hay varios aspectos por los que la LC (Ibarretxe-‐Antuñano y
Valenzuela, 2012; Cuenca y Hilferty, 1999) y en particular la GC (Langacker
1987, 1991, 2000, 2001, 2008, 2009, Taylor 2002), pueden ayudar
decisivamente a acercar el trabajo de la lingüística teórica y descriptiva y el
que se lleva a cabo en metodología de enseñanza de ELE. Entre esos
aspectos se encuentran (I) la concepción simbólica radical de la gramática,
(II) el reconocimiento de las construcciones como unidades descriptivas
básicas, (III) la identificación de diferentes dimensiones de la perspectiva
como faceta fundamental de la condición representativa de significado,
(IV) la visión unitaria de léxico y gramática, y (V) la naturaleza metafórica y
metonímica de la extensión de usos o valores de los signos. En el resto de
este artículo revisaremos y ejemplificaremos estos aspectos y apuntaremos
algunas consecuencias que podrían desprenderse de ellos en relación con
la enseñanza de ELE.2
1. Concepción simbólica de la gramática
Por un lado, la LC concede un papel esencial al significado en la descripción
gramatical, ya que parte de la idea de que todo en la lengua tiene carácter
simbólico, de que todo en la lengua son relaciones entre significantes y
significados, incluidas las regularidades sintácticas. Los significantes
ƉƵĞĚĞŶƐĞƌƐŝŵƉůĞƐ;ƵŶŵŽƌĨŽŵşŶŝŵŽĐŽŵŽĞůĚĞůĂůŽŵŽƌĨŽĚĞƉůƵƌĂů͙ͬ͘ʹ
s/ en mesas) o complejos (un patrón léxico-‐sintáctico como el de las
estructuras comparativas), y sus significados pueden también ser más
específicos o concretos, entre los que se encuentran las nociones
designadas por los morfemas léxicos que constituyen las raíces de las
palabras, como el tipo de sustancia al que se refiere el morfema/palabra
agua o el tipo de acción que denota la raíz de beber, o más abstractos,
como el significado de tipo informativo al que asociamos el patrón
sintáctico de las oraciones de focalización con cláusulas de relativo y
estructura atributiva ecuativa con el verbo ser, y que constituye el
denominador común de ejemplos como Fue agua lo que bebí, Serán ellos
los que me llamen, Carmen es la que me gusta, Soy yo el que te quiere, etc.
La única correlación posible entre tipo de significante y tipo de significado
no es la que podría desprenderse de estos ejemplos, puesto que puede
haber morfemas con significados muy abstractos, como el de los morfemas
gramaticales de tiempo y modo, y significados muy concretos de patrones
léxico-‐sintácticos complejos que tienen las características de secuencias
pre-‐ensambladas asociadas a valores muy particulares, como algunas en
las que interviene la forma vale junto con otros elementos léxicos,
morfológicos y sintácticos muy variados: Más vale pájaro en mano que
ciento volando, No vale la pena, Por mí, vale, No vale un pimiento, Ya vale,
Ya te vale, etc.
Por otro lado, al igual que existen significados específicos y otros
más abstractos, se supone la existencia de significantes más concretos,
como la secuencia fonoůſŐŝĐĂ ĚĞ ƵŶĂ ƌĂşnj ůĠdžŝĐĂ ĐŽŶĐƌĞƚĂ ͬ͛ĂŐǁĂͬ-‐͚AGUA͕͛
2 Otros trabajos y obras que tratan la aplicabilidad del modelo de la GC para la enseñanza
de lenguas son los de Dirven (l990), Taylor (1993), Castañeda (2004) y varios de los
incluidos en Pütz, Niemeier y Dirven (2001) y Achard y Niemeier (eds.) (2004) o, más
recientemente, De Knop y De Rycker (eds.) (2008), Ellis y Ronbinson (2008), Littlemore
(2009) y Tyler (2012). Una síntesis interesante sobre las líneas de investigación
enmarcadas en el modelo de la LC relacionadas con la adquisición de español como lengua
extranjera se encuentra en Cadierno e Hijazo Gascón (2014). En el campo de las
aplicaciones a la gramática pedagógica de ELE debe destacarse Alonso et ál. (2005-‐2011),
Castañeda et ál. (2008), Real Espinosa, Llopis García y Ruiz Campillo (2012), Fernández y
Falk (2014), Ruiz Campillo (2014).
Específico Esquemático
Fonológico
Figura 1
Otra distinción importante sobre distintos tipos de significados es la que
puede establecerse entre significados que pueden representarse de forma
autónoma (como el del sustantivo naranja) y significados relacionales o
dependientes de otros significado para poder representarse (como el de la
preposición de). En la GC las únicas clases de morfemas que designan de
ĨŽƌŵĂ ĂƵƚſŶŽŵĂ ͞ĐŽƐĂƐ͟ ƐŽŶ ůŽƐ ƐƵƐƚĂŶƚŝǀŽƐ͕ ŵŝĞŶƚƌĂƐ ƋƵĞ Ğů ƌĞƐƚŽ ĚĞ
categorías verbales (preposiciones, conjunciones, adjetivos, adverbios y
verbos) designan relaciones.
El protagonismo que se concede a las relaciones simbólicas en el
modelo de la GC se advierte no solo en la consideración individual de los
signos lingüísticos (morfológicos, léxicos o sintácticos) sino también en la
forma en que unos se combinan con los otros, tanto en el plano fonológico
como en el semántico, en la configuración de construcciones morfológicas
o gramaticales. Para ilustrar la manera en que la integración de las formas
fonológicas de los distintos morfemas que constituyen una palabra o de las
distintas palabras que constituyen una oración se correlaciona con la
integración de los significados de tales morfemas y palabras en una
configuración semántica de conjunto, usaremos el ejemplo Un hombre
escalaba una montaña y la manera en que podría representarse usando la
notación típica de la GC.3
3Nos basamos en los diagramas usados por Langacker para representar el significado de
pole climber (1987: 31) y en los aplicados para mostrar la configuración semántica del
imperfecto en Castañeda y Alhmoud (2014b).
entonces
ahora
entonces
ahora
entonces
ahora
escal-‐͙ ͙͙͙-‐aba
Figura 2.
Integraci
ón
Doblele | nº1 | diciembre 2015 | 102-136 108
Zeina Alhmoud / Alejandro Castañeda Castro
Componente semántico
Componente fonológico
Figura 3
Para que el análisis del ejemplo no se hiciera muy complejo, hemos
prescindido de la representación del aporte de los artículos indefinidos que
acompañan a los sustantivos hombre y montaña. En el primer paso de
integración (rodeado por un rectángulo-‐flecha azul) se muestra la forma en
que se combina el morfema de ŝŵƉĞƌĨĞĐƚŽ͙͙͘ʹaba] con la raíz del verbo
escalar [escal-‐͙ ^Ğ ƌĞĐŽŐĞ͕ ƉŽƌ ƵŶĂ ůĂĚŽ͕ ůĂ ĂƐŽĐŝĂĐŝſŶ ĚĞ ůĂ ƚĞƌŵŝŶĂĐŝſŶ
temporal con la configuración semántica abstracta que aquí se supone que
la caracteriza y, por otro, la relación entre la raíz del verbo escalar y su
significado. En cuanto a la raíz del verbo escalar, en el polo fonológico se
indica que, como el resto de los lexemas verbales del español, no se trata
de una forma libre. Los puntos suspensivos que siguen al lexema señalan
que debe combinarse con otro morfema. El significado del verbo se
muestra como suele hacerse en la GC: al tratarse de un morfema verbal,
designa un proceso, es decir, una relación que se percibe en su vigencia o
desarrollo temporal (de ahí la flecha que señala a la derecha y que se
subraya porque la captación secuencial de la relación descrita es relevante
para distinguir los verbos de otras clases de palabras).4 En este caso se
designa la relación espacial compleja (cambiante en el tiempo) entre dos
objetos, uno de los cuales, la figura principal (trajector en inglés),
simbolizado por un círculo, se desplaza verticalmente por una de las caras
4
Existen clases de palabras que presuponen el tiempo como componente de su
estructura semántica pero que no lo traen al primer plano de su perfil, como ocurre con
los participios de pasado, que se portan como adjetivos a pesar de presuponer el
desarrollo en el tiempo del proceso cuya fase final se designa. El desarrollo del proceso
que ha dado lugar a ese estado final en que se reconoce al paciente de, por ejemplo roto,
cocinado, examinado, etc. está presente en el significado del participio pero en un
segundo plano en el que no es designado (Ver al respecto, Castañeda y Alhmoud, 2014a).
5La concepción del imperfecto que se presenta aquí de forma resumida se expone con
más detalle en Castañeda y Alhmoud (2014b).
corresponder (se dice que elabora) con el proceso solo evocado de forma
muy abstracta por el significado del morfema de imperfecto. Por otro lado,
también existe correspondencia recíproca entre los morfos del lexema
verbal y el morfema temporal. Ambos morfos son fonológicamente
dependientes el uno del otro para poder desempeñar una función
sintagmática en el seno de la oración: la raíz verbal necesita de una
terminación para integrarse en un contexto sintagmático y la terminación,
a su vez, requiere de una base a la que adjuntarse. La correspondencia e
integración de las estructuras semánticas se simboliza, por tanto, por la
correspondencia e integración de las estructuras fonológicas. Del conjunto
de conexiones comentadas, surge la estructura de la construcción
morfológica escalaba, que se representa en componentes enmarcados en
líneas de color azul.
En el segundo nivel de la composición jerárquica de la oración, el incluido
en el recuadro-‐flecha de color verde, a derecha e izquierda de la estructura
semántica de escalaba, se representan los significados de un hombre y una
montaña. Puesto que se trata de dos sustantivos, su perfil es no relacional:
designan cosas. Las líneas punteadas que conectan el significado de un
hombre y de una montaña con las figuras principal y secundaria de
escalaba indican las relaciones de correspondencia entre el significado de
los sustantivos y los objetos (el que se mueve y el que es recorrido
verticalmente) a los que se refiere el verbo. Estas correspondencias son
equivalentes a las relaciones valenciales que definen la diátesis de un
verbo y que en este caso indican que el objeto que se mueve y que se
construye como sujeto o figura principal del verbo escalaba es un hombre
y que el objeto uno de cuyos lados verticales es recorrido por el primero y
que se construye como complemento directo o elemento de referencia es
una montaña. Las correspondencias semánticas se simbolizan
fonológicamente mediante la yuxtaposición de los sintagmas al verbo,
precediéndolo en el caso del sujeto y siguiéndolo en el del complemento
directo así como mediante la concordancia en tercera persona (de la que,
de nuevo para no complicar excesivamente el ejemplo, se ha hecho
abstracción aquí). De la integración de los significados de un hombre, una
montaña y escalaba, según las correspondencias valenciales consideradas,
surge una configuración de conjunto en la que la representación
esquemática y abstracta de escalaba es especificada y enriquecida con el
contenido aportado por los sintagmas un hombre y una montaña, de modo
que el significado de la construcción (Un hombre escalaba una montaña)
también designa la relación compleja a través del tiempo de dos objetos,
como hace escalaba, pero caracterizando esos dos objetos de forma
mucho más detallada o elaborada, la que se muestra en la relación
simbólica enmarcada en recuadros verdes en la parte superior del
esquema. Se diría, por tanto, que el núcleo de la construcción es el verbo,
puesto que el conjunto se refiere a una relación compleja de carácter
temporal al igual que lo hace el verbo por sí solo. El trazo grueso del
cuadrado que rodea el significado de escalaba indica que este es el núcleo
de la composición. Es decir, se considera que el núcleo de una estructura
sintáctica es aquel elemento cuyo perfil es heredado por la estructura
compuesta, o, lo que es lo mismo, el elemento que designa el mismo tipo
de entidad que designa la construcción en conjunto. De igual manera, en la
integración del morfema de imperfecto con la raíz verbal de escalar se
entiende que el morfema de imperfecto impone su configuración
semántica al lexema y en este sentido se entendería también como núcleo
de la palabra.
Adviértase (1) que en el ejemplo analizado las categorías sintácticas
de sujeto y complemento directo se interpretan semánticamente como
figura principal y figura secundaria en la relación descrita por un verbo, (2)
que las relaciones valenciales se entienden simplemente como
correspondencias entre componentes más esquemáticos y componentes
más específicos de las estructuras semánticas de distintos signos, (3) que
no se presuponen más elementos que las relaciones simbólicas entre polos
fonológicos y polo semánticos de los distintos signos, y (4) que en la
configuración semántica de los distintos signos puede distinguirse entre
componentes que constituyen el foco de la designación del signo, su perfil,
y componentes que forman parte de su base, es decir el conjunto de
nociones presupuestas pero no designadas. Por ejemplo, en el caso del
morfema de imperfecto el perfil lo constituye el proceso mismo designado
(señalado en color rojo) mientras que, por ejemplo, las nociones de
momento en curso de la reconstrucción mental de los hechos (entonces) o
la de un centro deíctico de referencia (el ahora en el que se sitúa el
enunciador) solo constituyen parte de la base, que queda en segundo
plano pero que debe tenerse presente necesariamente para comprender la
especificidad del elemento designado.
2. Las construcciones como unidad fundamental
La representación de la integración de los distintos componentes
simbólicos comentados en los párrafos anteriores para el ejemplo Un
hombre escalaba una montaña podría hacer pensar que la visión del
significado de las secuencias lingüísticas de la GC es netamente
composicional, en el sentido de que el significado del conjunto se deriva de
la suma de los significados de sus partes. Nada más lejos de la realidad.
Reconocer que los componentes de una construcción aportan parte del
significado al conjunto no significa que el significado de la construcción se
agote en el de sus partes. Otra de las ideas básicas de la GC, en particular, y
de la LC en general es la de que el significado de una construcción es más
que la suma de sus partes. Esta condición, aparte de estar presente de
forma evidente en las locuciones y en las expresiones idiomáticas (retrato
robot, cortina de humo, la sopa boba, el mismo que viste y calza, más feo
que Picio, con pelos y señales, con vistas a, írsele a alguien el santo al cielo,
etc.), puede reconocerse también claramente en las construcciones
morfológicas obtenidas mediante derivación (un constructor no es solo un
͚ĂŐĞŶƚĞ ƋƵĞ ĐŽŶƐƚƌƵLJĞ͛ƐŝŶŽ͕ ĞŶ ƵŶĂ ĚĞ ƐƵƐ ĂĐĞƉĐŝŽŶĞƐ͕ ͚ƵŶĂ ƉĞƌƐŽŶĂƋƵĞ
ŝŶǀŝĞƌƚĞĚŝŶĞƌŽĞŶůĂĐŽŶƐƚƌƵĐĐŝſŶĚĞĞĚŝĨŝĐŝŽƐ͕͛ƵŶĂderivada ŶŽĞƐƐŽůŽ͚ƵŶ
ŽďũĞƚŽƋƵĞƐĞŽďƚŝĞŶĞŽƐĞŐĞŶĞƌĂĂƉĂƌƚŝƌĚĞĐŝĞƌƚŽƉƌŽĐĞƐŽ͛ƐŝŶŽ͕ĞŶƵŶĂ
ĚĞ ƐƵƐ ĂĐĞƉĐŝŽŶĞƐ͕ ͚ƵŶĂ ǀĂƌŝĂďůĞ definida como la pendiente de la recta
ƚĂŶŐĞŶƚĞ Ă ƵŶĂ ĨƵŶĐŝſŶ͛ ͕ ƵŶ móvil ŶŽ ĞƐ ƐŽůŽ ͚ƵŶĂ ĐŽƐĂ ƋƵĞ ƐĞ ŵƵĞǀĞ͛
ƐŝŶŽ͕ ĞŶ ƵŶĂ ĚĞ ƐƵƐ ĂĐĞƉĐŝŽŶĞƐ͕ ͚ƵŶ ƚĞůĠĨŽŶŽ ŵſǀŝů ĐŽŶ ĐŽŶĞdžŝſŶ
ŝŶĂůĄŵďƌŝĐĂĂƵŶĂĞƐƚĂĐŝſŶďĂƐĞĚĞƚĞůĞĨŽŶşĂ͕͛ĞƚĐ͘Ϳ͘>Ă>';'ŽůĚďĞƌŐ͕ϮϬϬϯͿ
también observa esta condición en las combinaciones de palabras que en
principio podrían resultar ajustadas al principio de composición. Así, por
ejemplo, los casos con la palabra vale mencionados más arriba serían casos
de construcciones en los que el conjunto significa más que la suma de sus
partes. Otros ejemplos de construcciones podrían ser los que se
manifiestan en casos como Tiene amigos más que novios (con sentido
matizador o correctivo en lugar del meramente comparativo de Tiene más
amigos que novios), No es más que un trabajo (con valoración negativa
ĞdžĐůƵLJĞŶƚĞ͗ ͚ĞƐ ƐŽůŽ ƵŶ ƚƌĂďĂũŽ͛Ϳ, No son más de 500 euros (con carácter
estimativo), Bueno, bueno no es, pero malo tampoco, Digan lo que digan
(con sentido concesivo), Si alguien me lo dijo fuiste tú (con sentido
focalizador), Estará cansado pero no para (con sentido concesivo), Se me
ocurren muchas tonterías, etc. En estos últimos casos se observa que se
trata de expresiones complejas que presentan determinado patrón
sintáctico combinado con ciertos elementos léxicos recurrentes, algunos
de los cuales son fijos y otros variables. En la tabla 1 se muestra una
versión simplificada de esas pautas construccionales para casos como los
comentados:
VARIANTES PATRÓN CONSTRUCTIVO
Más vale pájaro en mano que ciento MÁS VALE + X + QUE + Y
volando
Más vale una vez colorado que ciento Valor añadido de la construcción:
amarillo ͚ƵŶƋƵĞ y ŶŽ ƌĞƉƌĞƐĞŶƚĂ ůĂ
Más vale tarde que nunca opción deseada sino Y, contar
͙ con X es preferible a no contar
ĐŽŶz͛͘
Se le ha caído el café SE + PRONOMBRE DATIVO + PREDICADO
Se me ocurren muchas tonterías MEDIAL.
Se te olvida todo
͙ Valor añadido de la construcción:
͚>Ă ƉĞƌƐŽŶĂ ŝĚĞŶƚŝĨŝĐĂĚĂ ĐŽŶ Ğů
dativo es un experimentante
inmediatamente afectado pero
no responsable del proceso
ƐƵĨƌŝĚŽƉŽƌĞůƐƵũĞƚŽƉĂĐŝĞŶƚĞ͛͘
Digan lo que digan, le da igual VERBO PRES. SUBJUNTIVO1 + LO QUE +
RUEDA base
perfil
Figura 4
La distinción perfil-‐base puede reconocerse en oposiciones relacionadas
con presuposiciones de muy distinto tipo. En Ya viene, por ejemplo, venir
perfila el movimiento de un origen a un destino y presupone en la base que
el hablante se sitúa en el lugar de destino. En Ya llega se perfilan las
últimas fases de un movimiento, las que suponen alcanzar el lugar de
destino, y se presuponen en la base las fases iniciales o el recorrido previo
hasta alcanzar las que se focalizan. Llegar no incluye en su base la
localización del hablante en el lugar de destino y por eso son posibles tanto
Ya llega allí como Ya llega aquí, mientras que Ya viene no es compatible
con un lugar distinto a aquel en el que se sitúa el hablante. Por su parte, en
la oposición Ya viene / Todavía viene los adverbios ya y todavía conllevan
una oposición relacionada con las bases que presuponen: ambas perfilan la
relación temporal de coincidencia con el tiempo de referencia (ahora, en
este caso, o entonces si nos situamos en el pasado o en el futuro) pero
mientras que ya lleva aparejada la idea de que el evento designado se
esperaba y no ha ocurrido hasta el momento presente, todavía presupone
en la base la idea de que se espera que el evento deje de darse pero se
mantiene hasta el momento presente. Algunas de las posibilidades
derivadas de esta caracterización se representan en la figura 5. Como en el
caso de la representación del significado de rueda de la figura 4, se
muestran en gris los componentes que constituyen la base y en color los
componentes que constituyen el perfil en cada caso.
10:15
Ya viene.
10:30
Todavía viene.
10:40
Ya llega.
Figura 5
Esta mesa
Esa mesa
Aquella mesa
Figura 6
Figura 7
La oposición de las parejas de preposiciones de-‐a, desde-‐hasta podría
explicarse también en virtud de la presencia en las segundas, como base,
de la noción de recorrido delimitado. En ese sentido, desde designa un
límite de partida que presupone, como base, el recorrido posterior con un
límite final al que correspondería hasta. Esa distinción explicaría el distinto
comportamiento de unas y otras preposiciones en ejemplos como Procede
de Medellín / *Procede desde Medellín o Vienen cantando desde Medellín /
*Vienen cantando de Madrid. En la figura 8 (adaptada de otra de
Castañeda y Alhmoud, 2014a) se muestra icónicamente la distinción
comentada.
de a
desde hasta
Figura 8
3.2 Perspectiva relacional (figura-‐elemento de referencia)
Una dimensión especialmente relevante en la que también se reconoce la
perspectiva lingüística es la vinculada a expresiones que designan la
relación entre varios participantes y que, necesariamente, deben presentar
a uno de esos participantes como figura y al otro (o a los otros) como
figuras secundarias o elementos de referencia. Muchas oposiciones léxicas
o gramaticales se diferencian entre sí no por la relación que describen sino
por el participante que escogen como figura principal.7 Esto ocurre en (a)
las relaciones de localización espacial (La revista está debajo del libro / El
libro está encima de la revista; Una casa delante de un parque / Un parque
detrás de una casa), (b) de localización temporal (Enero precede a febrero /
Febrero sigue a enero; Alfredo antes que Marisa / Marisa después de
Alfredo), (c) de comparación (Pedro es más alto que Juan / Juan es menos
alto que Pedro / Juan es más bajo que Pedro / Pedro es menos bajo que
Juan / Juan no es tan alto como Pedro / Pedro no es tan bajo como Juan,
etc.) (d) de complementación (Una cocacola con ginebra / Una ginebra con
cocacola), en (e) la selección concomitante a la diátesis de los verbos
(Carmen le dio un regalo a Mario / Mario recibió un regalo de Carmen) y (f)
a la de la voz sintáctica (La mamá ha dormido a los niños / Los niños han
sido dormidos / Los niños se han dormido / Se ha dormido a los niños).
7 Las nociones de figura principal (trajector) y elemento de referencia o figura secundaria
(landmark) se manifiestan en la distinción de las funciones sintácticas de sujeto y
complemento directo pero también están presentes en las relaciones expresadas por
otras estructuras y clases de palabras. Las preposiciones y locuciones prepositivas que
introducen complementos del nombre, por ejemplo, designan la relación entre una figura
principal (el sustantivo al que complementan y un elemento de referencia (el término
introducido por la preposición). Así, en el primo de Ángela, el primo es la figura principal y
Ángela el elemento de referencia.
esa hora estará en la fiesta / A esa hora va a estar en la fiesta / A esa hora
está en la fiesta, etc.
3.6 Perspectiva aspectual
La perspectiva aspectual se manifiesta en la manera en que se representa
el desarrollo de un evento dependiendo del estadio de este que se focaliza.
Son un buen ejemplo de ello las distintas perífrasis verbales de fase con las
que podemos designar un proceso. Oposiciones como las de Ha limpiado la
casa en dos horas / Ha estado limpiando la casa dos horas / Lleva
limpiando la casa dos horas o la de Las casas están destruidas / Las casas
son destruidas pertencen a esta categoría.
3.7 Subjetivización
Dejamos para el último lugar de esta relación de dimensiones de la
representación lingüística la alternancia relacionada con la forma más
objetiva o subjetiva con la que se conceptualiza una determinada situación.
Frente a la forma objetiva de representación, que podemos considerar
como la opción canónica desde un punto de vista lógico, puede darse una
forma subjetiva en la que nos representamos los hechos no tanto en
términos de lo que se constata en ellos sino más bien en términos de los
procesos mentales que experimentamos en el proceso de su
conceptualización. La subjetivización (Langacker, 1987: 128-‐132) se da
cuando hablamos del mundo como si estuvieran ocurriendo cosas que en
realidad solo ocurren en nuestra mente al representarnos el mundo. Se da
subjetivización, por ejemplo, (a) cuando hablamos del tiempo subjetivo de
nuestra conceptualización dinámica de las cosas y no del tiempo objetivo
(Entonces, ¿lo conociste entonces?, La talla 38 es todavía pequeña), (b)
cuando hablamos del movimiento en el recorrido mental de la extensión
de las cosas y no del movimiento objetivo de las mismas (La carretera va
desde la playa hasta la casa, La colina se eleva suavemente, La pelota está
por la cocina); o (c) cuando hablamos del carácter episódico delimitado o
puntual de nuestra experiencia mental y no de las situaciones referidas,
que pueden ser estáticas y no delimitadas (Apareció de pronto una señal en
el cruce y no pude parar a tiempo, El paisaje fue precioso, La manzana está
ácida, etc.).
En ocasiones, la variedad de representaciones alternativas de una
misma situación puede multiplicarse si las perspectivas propias de distintas
dimensiones de representación interaccionan entre sí. Eso ocurre, por
ejemplo, cuando la perspectiva deíctica que opone venir y traer, por un
lado, a ir y llevar, por otro, se combina con la alternancia expresada por el
uso de la variante pronominal de estos verbos (venirse, traerse, irse y
llevarse). Con estos verbos de movimiento (y otros como caer, subir, bajar,
salir, etc.) la variante pronominal permite destacar el abandono del lugar
de partida de dicho movimiento que implican todos ellos. El juego de las
Va corriendo, lleva
el tesoro.
Se viene corriendo,
se trae el tesoro.
Figura 9
También se da ese tipo de interacción de distintas dimensiones de
representación en la combinación de determinantes definidos o
indefinidos, por un lado, y modo indicativo o subjuntivo, por otro, en las
distintas variantes de antecedentes nominales y oraciones de relativo
referidas a ellos. Las diferentes características referenciales de las cuatro
combinaciones posibles se ilustran en la figura 10 para las frases Tengo un
perro que baila, Busco un perro que baile, Yo prefiero el perro que baila, Me
llevaré el perro que baile (ejemplos e imágenes tomadas de Castañeda y
Alhmoud, 2014b: 276-‐277).
Figura 10
4. Metáforas y metonimias en la generación de usos distintos de una
misma forma
Una idea especialmente novedosa de la GC respecto de otras visiones del
lenguaje es la consideración de las cateogrías lingüísticas como categorías
complejas en las que debemos distinguir usos centrales de carácter
prototípico y usos periféricos que se entienden como extensiones de los
primeros sobre la base de relaciones metonímicas o metafóricas. Del
reconocimiento del denominador común abstracto presente en unos y
otros puede surgir un valor esquemático común. En Castañeda y Alhmoud
(2014a: 45-‐46) se ejemplifica esta idea para el caso del imperfecto:
Podríamos considerar que el sentido de pasado no terminado, como
el que se ilustra en casos como Me lo encontré cuando volvía a casa,
constituye el valor prototípico de este tiempo. Sin embargo, en otras
ocasiones el IMPERFECTO se usa para hacer referencia a situaciones
hipotéticas que no situamos en el pasado, como en los usos donde el
IMPERFECTO alterna con el condicional (Si pudiera, me iba a casa). En
estos otros casos hablaríamos de extensiones del valor prototípico de
pasado a valores contrafactuales que comparten con el sentido de
pasado la pertenencia a un ámbito no actual. Ambos valores, y otras
muchas variantes, podrían reducirse a un denominador común, que
constituiría el valor genérico o esquemático de presente de entonces,
donde el valor de presente daría cuenta no solo de los casos de usos
no terminativos sino también de los terminativos (En ese momento el
corredor jamaicano ganaba la carrera) y en el que entonces puede
remitir tanto a un ámbito pasado como a uno ficticio o imaginado o a
otro hipotético o contrafactual͘ ͙ En la relación entre prototipo y
uso extendido o no prototípico se advierte una conexión de tipo
metonímico. Aunque el uso contrafactual no se identifica
plenamente con el ámbito de pasado, comparte con este su
naturaleza no actual, su oposición al aquí y al ahora.
Parecidas relaciones pueden reconocerse en otras formas y
construcciones. Es el caso del uso del verbo estar tanto en oraciones
locativas como en oraciones atributivas con predicados de estado. Del uso
prototípico de localización en un lugar (Está en la cama) se llega al valor de
estadio (Está cansado) en el que no se tiene presente la localización del
sujeto, pasando por casos intermedios como los que indican posturas (Está
tumbado), en los que no se hace abstraccción plena de la localización ya
que la postura de un objeto presupone la relación de este con su entorno.
Se trata de una concatenación de extensiones: Está en la cama > Está
tumbado > Está cansado.8 (Ver Genta, 2008: 312-‐313)
Un encadenamiento de extensiones parecidas puede reconocerse en
distintas construcciones relacionadas con los pronombres reflexivos y con
la forma se en particular. De la construcción reflexiva propiamente dicha
(Se pone las inyecciones él mismo), que podríamos considerar como valor
protótipico de las construcciones en las que intervienen los pronombres
reflexivos (me, te, se, nos , os , se), se pasa a casos cuasi-‐reflexivos (Se pone
en la silla), de estos a otros de carácter medial (Se pone nervioso), de los
mediales a los mediales-‐pasivos (Estas inyecciones se ponen fácilmente), de
los mediales-‐pasivos a los pasivo-‐reflejos (Se ponen inyecciones gratis) y de
estos a los impersonales (Se pone a las personas en una situación
imposible).9
Se han descrito conexiones parecidas para vincular los usos dispares
de las preposiciones, que llevan desde los valores básicos espaciales a
otros propios de ámbitos más abstractos. Así ocurre con la preposición
por, que de situar en el camino que lleva de un lugar a otro (Vamos a la
playa por la carretera) llega a designar el vínculo causal entre un hecho y
otro (Lo hizo por despecho) o la finalidad de una acción (He venido por
10 Para una revisión exhaustiva de la oposición por/para desde el punto de vista
X+n
X«
X+4
X+2
« « X+2 « «
X+1
X
Pedro Juan
X-1
X-2
X-3
« « X-4 « «
X«
X-
Pedro Juan
n
¿?
«
¿?
¿? 9 ¿? 9
¿? ¿?
8 8
¿? ¿?
¿? 7
¿? 7
¿? 6 ¿? 6
¿? ¿?
¿? 5 5
¿?
¿? 4 ¿? 4
3
3
2 2
1 1
(c) Más de un libro. (d) Más libros que ese.
Figura 11
11 Este ejemplo se comenta e ilustra para el inglés en Radden y Dirven, 2007.
Más de 200 euros Hablamos de distintas cantidades de la misma cosa
Más que 200 euros Hablamos de distintos tipos de cosas.
Figura 12
6. Consecuencias para el aula de ELE
De las consideraciones hechas en las páginas precedentes y de los
ejemplos con que se han ilustrado, se desprenden algunas conclusiones
relacionadas con la orientación que puede adoptar la enseñanza de
contenidos gramaticales en el aula de ELE si adoptamos el punto de vista
característico de la LG en general y de la GC en particular:
1. Conviene, en la medida de lo posible, evitar la presentación de las
características morfosintácticas del español como hechos arbitrarios.
Parece aconsejable basarse en presentaciones significativas y motivadas de
las formas gramaticales.
2. Se impone reconocer la naturaleza compleja y multidimensional del
significado (representacional, discursivo, pragmático) haciendo especial
hincapié en el hecho de que las alternativas representacionales se ofrecen
como diferentes opciones con las que atender requerimientos discursivos y
pragmáticos variados.
3. Debe asumirse el carácter metafórico y metonímico de la extensión de
usos de las formas gramaticales. De esa manera, la disparidad de
significados y funciones no quedará reducida a una simple lista de valores
diversos que podrían interpretarse como simples casos de homonimia, sino
como una constelación de valores emparentados en una relación de
carácter más bien polisémico.
4. Es necesario tener presente la intrincada relación entre significado léxico
y significado gramatical, dando cabida a la formulación de reglas abstractas
de gran alcance pero también a reglas particulares circunscritas a
contextos y funciones particulares, procurando una visión de conjunto
sistemática sin perjuicio de la automatización de valores concretos
relacionados con dichos contextos particulares.
5. Parece recomendable el uso de imágenes que pongan en evidencia la
naturaleza representacional e imaginística de muchas oposiciones
gramaticales especialmente dífíciles de aprender porque están asociadas a
sutiles distinciones de punto de vista.
6. No debemos olvidar tener en cuenta en nuestras descripciones
pedagógicas el aspecto dinámico no solo de la interaccción discursiva sino
de la propia conceptualización y la manera en que ello queda reflejado en
las elecciones gramaticales.
7. Cuando los valores o significados más generales o esquemáticos resulten
demasiado abstractos tendremos que recurrir a los valores prototípicos en
los que pivotan, a partir de extensiones metafóricas y metonímicas, los
usos más periféricos.
BIBLIOGRAFÍA
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ALONSO RAYA, R.; CASTAÑEDA CASTRO, A.; MARTÍNEZ GILA, P.; MIQUEL, L.;
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Resumen: El presente texto tiene como objetivo proponer un cambio de
orientación en los modelos de lengua de algunos manuales de ELE
españoles, puesto que estos no tienen en cuenta suficientemente un
aspecto fundamental inherente a todas las lenguas: la variación
sincrónica. Así, en esta contribución, a raíz de una descripción detallada
sobre las deficiencias e inadecuaciones de algunos métodos de ELE
publicados en España, se anotan algunas propuestas de mejora de estos
materiales para que puedan servir mejor de complemento para un
modelo de lengua que tenga en cuenta la realidad variacional del español
y que sea adaptable a todas las situaciones de enseñanza de esta lengua.
Palabras clave: Variación sincrónica, ELE, métodos de enseñanza.
ISSN: 2462-3733 Recibido: 30/09/2015
Nº 1 | diciembre 2015 | 137-155 Aprobado: 30/10/2015
DOBLELE: http://revistes.uab.cat/doblele
137
Los métodos de ELE españoles, ¿modelos de lengua? Hacia una integración de la variación sincrónica en los libros
del alumno
0. Introducción
El presente texto tiene como objetivo proponer un cambio de orientación
en los modelos de lengua de algunos manuales de ELE españoles, puesto
que estos no tienen en cuenta suficientemente un aspecto fundamental
inherente a todas las lenguas: la variación sincrónica. Así, en esta
contribución, a raíz de una descripción detallada sobre las deficiencias e
inadecuaciones de algunos métodos de ELE publicados en España, se
anotan algunas propuestas de mejora de estos materiales para que puedan
servir mejor de complemento para un modelo de lengua que tenga en
cuenta la realidad variacional del español y que sea adaptable a todas las
situaciones de enseñanza de esta lengua.
El artículo se iniciará con una caracterización general sobre la
variación en español y su repercusión en el aula de ELE; después, tratará
los modelos de lengua posibles para representar el fenómeno variacional
como rasgo constitutivo de las lenguas; después, hará un repaso sobre la
trayectoria reciente de los manuales de ELE españoles a la hora de reflejar
un modelo de lengua; seguidamente, analizará el tratamiento de los tres
tipos de variación en algunos manuales de ELE españoles y definirá el
modelo de lengua que presentan; por último, el artículo finalizará con
algunas propuestas de mejora de los métodos descritos en el epígrafe 4.
2. La construcción del modelo de lengua en la enseñanza de ELE
La realidad lingüística del español no contiene solo la variedad castellana,
sino que al prototipo español se adscriben una serie de variedades
geográficas consideradas afines y que, por tanto, pueden adherirse a una
misma denominación (López, 1998; Moreno, 2014: 105). Por consiguiente,
es obligado preguntarse, ante tanta diversidad en la diatopía, sobre la
variedad que actuará como modelo de referencia o lengua ejemplar en un
curso de español, que será la que los aprendices aspirarán a aprender. Esto
se relaciona con lo que Andión (2007) ha denominado variedad preferente.
De este modo, deberemos preguntarnos qué variedad preferente deberá
seleccionarse para un curso de español y, por tanto, qué modelo hay que
construir.
Moreno (2000) ha propuesto tres diferentes: el modelo castellano,
el que denomina español de mi tierra y el modelo panhispánico. Con el
nombre de modelo castellano, claro está, el autor se refiere a la modalidad
castellana, que actuaría como referente y lengua ejemplar en un curso de
español. Actualmente, sigue siendo la opción básica para una gran parte
del profesorado de español, ya que concuerda con la norma académica
tradicional y con los usos de gran parte de las autoridades hispánicas
(Moreno, 2000: 80). En este sentido, lo que suele ocurrir es que los que
apuestan por este modelo lo hagan actualizándolo y modernizándolo,
1
Para ver los tres modos de estandarización que propone este autor, véase Klinkenberg
(2006).
2
Para una explicación detallada sobre el origen y evolución de esta nueva estandarización,
véase Llull (2013).
ůĠdžŝĐŽ ƉĞŶŝŶƐƵůĂƌ͕ ĐŽŶ ƉĂůĂďƌĂƐ ĐŽŵŽ ͞ĂƵƚŽďƷƐ͟ ;Ž ͞ďƵƐ͟Ϳ LJ ͞ƉĂƚĂƚĂ͘͟ Ŷ
este ejemplo, estas características conformarían las variedades preferentes
del modelo de lengua.
Moreno (2000) cree que la variedad geográfica que nutra el modelo
debe enseñarse en su modalidad culta, siempre teniendo en cuenta el
criterio de lo normativo y de la generalidad.6 Siguiendo a este autor, la
preferencia por un geolecto en su forma culta se basa en varias razones
que deben tenerse en cuenta. En primer lugar, porque el dominio de usos
cultos otorga al estudiante un mayor prestigio en la comunidad meta en la
que va a insertarse; seguidamente, porque la norma culta le proporciona el
éxito comunicativo con cualquier hispanohablante, sea cual sea su origen o
procedencia, ya que la variación entre modalidades cultas del español es
más bien pequeña; para acabar, porque, según las creencias populares
sobre las lenguas, hay que enseñar a los aprendices aquello que los
hablantes de la comunidad meta entienden como más cercano a la lengua
auténtica, es decir, la lengua ejemplar, que será distinta en función de la
variedad geográfica que se transmita. Ahora bien, ello no quiere decir que
el profesor o profesora de ELE no deba hacer hincapié cuando sea
oportuno en otros usos característicos de otros grupos sociales situados en
una escala social media y baja (dominio de la lengua normal), dado que,
dependiendo de la situación comunicativa, los estudiantes de español
pueden encontrarse con estos otros usos, que deberán conocer para
comunicarse exitosamente en la lengua meta.
Dentro del modelo de lengua, también hay que prestar atención al
tipo de registros que se incorporan. En este sentido, Porroche (1988: 255)
propone que, en los primeros estadios del aprendizaje (nivel A), se enseñe
lo que esta autora clasifica como estándar ʹsaber idiomático (Coseriu,
1981: 13)ʹ, es decir, un español no marcado diatópicamente al que se le
añadiría su condición de norma culta y lengua formal. Después, a medida
que se alcanzan otros niveles de aprendizaje (nivel B y C), el estudiante
debe ir aprendiendo y aglutinando registros propios de situaciones
comunicativas específicas ʹsaber expresivo (Coseriu, 1981: 13)ʹ, con el
objetivo de convertir su competencia gramatical en auténtica competencia
comunicativa.
A la hora de confeccionar el modelo de lengua, es muy importante
preguntarse sobre qué criterios cabe seguir para diseñarlo de una u otra
forma. En nuestra opinión, existen cuatro factores que determinan la
construcción de un modelo de lengua: el contexto en el cual se ubica la
enseñanza de español como lengua extranjera; el docente de ELE; las
expectativas, actitudes y necesidades de los estudiantes; y los materiales y
6
Francisco Moreno (2010: 40) propone como estrategia de aproximación al estándar el
siguiente ĐƌŝƚĞƌŝŽ͗ ͞ƋƵĞ ƉƌŝŵĞ͕ ĞŶ ƉƌŝŵĞƌ ůƵŐĂƌ͕ ůŽ correcto sobre lo incorrecto; que, allí
donde no llega la normativa, prime lo culto sobre lo inculto; y que, allá donde lo culto
ofrezca soluciones diferentes, prime lo general sobre lo particular͘͟
3. Trayectoria reciente sobre el modelo de lengua de los métodos de ELE
españoles
7
Para una explicación más detallada sobre cada uno de estos factores, véase Santiago
(2015).
8
Para una explicación sobre la diferencia entre entornos homoglósicos y heteroglósicos,
véase Francisco Moreno (2010).
Según el estudio realizado recientemente ʹde ahora en adelante, Santiago
(2015)ʹ, existe una serie de métodos de ELE publicados entre los años
2010 y 2013 por editoriales españolas de reconocido prestigio (Difusión,
SGEL, Edelsa, Santillana y Edinumen)9 que continúan perpetuando la
orientación tradicional de la política editorial española que hemos
esbozado en el epígrafe anterior y que perfectamente podrían reflejar el
panorama general de los métodos de enseñanza españoles. En esta
investigación, todos los métodos proceden de un mismo nivel (B1)
(Santiago, 2015: 21), dado que el objetivo era comprobar si había
diferencias entre ellos en cuanto al tratamiento de la variación diatópica,
diastrática y diafásica, fundamento para la construcción del modelo de
lengua. También, porque el trabajo consideró que a partir de este nivel se
debería comenzar a tratar el fenómeno variacional en español. Asimismo,
en este estudio solo se tuvo en cuenta el libro del alumno (plano oral y
escrito), ya que se consideró que ese material en concreto era el que más
podía influir en el estudiante de español.
Atendiendo a la variación diatópica, el estudio concluye que la
información explícita que aparece sobre este tipo de variación en los libros
del alumno es mínima, ya que solo se ha hallado este tipo de información
en tres publicaciones (Nuevo Avance 3, Nuevo Avance 4 y Vía rápida).10
Asimismo, tanto en el plano oral como en el escrito, la investigación
encuentra una serie de comportamientos reseñables en cada uno de los
niveles de la lengua y que influyen notablemente en la cimentación del
modelo de lengua que presentan los métodos analizados.
Centrándonos en el plano oral y en concreto en el plano fonético-‐
fonológico, el estudio analiza la presencia de seseo y yeísmo, y la
realización específica de los segmentos /x/ y /s/ (Santiago, 2015: 29 y ss.).
En este sentido, sobre la aparición del seseo en las publicaciones, la
investigación concluye que tanto en el grupo A como en el B11 las muestras
9
Los métodos de ELE que se tuvieron en cuenta en dicho estudio fueron los siguientes:
manuales dirigidos a adultos (Embarque ELE 3, Nuevo avance 3, Nuevo avance 4, Agencia
ELE 3, Agencia ELE 4, De tú a tú, Vía rápida, Nos vemos 6, Nos vemos 7, Nos vemos 8, Nos
vemos 9, Etapas 6, Etapas 7, Etapas 8, Etapas 9 y Tema a tema) y un manual dirigido a
adolescentes (Mochila ELE 3). Dentro de los métodos para adultos, la tipología que recoge
el estudio es diversa: intensivos (De tú a tú y Vía rápida) y generales (Embarque ELE 3,
Nuevo avance 3, Nuevo avance 4, Agencia ELE 3, Agencia ELE 4), métodos por módulos
(Nos vemos 6, Nos vemos 7, Nos vemos 8, Nos vemos 9, Etapas 6, Etapas 7, Etapas 8 y
Etapas 9) y por temas (Tema a tema).
10
En este sentido, la investigación hace referencia a explicaciones como la de los distintos
significados de la expresión salir de marcha (Nuevo Avance 3), la que trata sobre la
distribución del pronombre vos (Nuevo Avance 4), la que versa sobre la extensión
geográfica del fonema fricativo interdental sordo o la oposición entre <ll>/<y> y las
distintas formas de yeísmo (vid. Santiago, 2015: 29).
11
El grupo A está formado por aquellos materiales cuya variación diatópica es
significativa; el grupo B, por el contrario, aglutina aquellos métodos cuya variación
diatópica es mínima o inexistente (Santiago, 2015: 24).
presente, con lo cual la expresión de este uso mediante el indefinido queda
enteramente descartada en este tipo de publicaciones, pese a ser un uso
habitual dentro del llamado español de América. Nuevamente, en los
discursos escritos, la opción común entre los libros del alumno es
exclusivamente la del pretérito perfecto.
En el plano léxico, el estudio indica que tanto en el grupo A como en
el grupo B se hallan casos de españolismos y americanismos, aunque solo
en los métodos del grupo A se hallan piezas léxicas que forman parte del
español de América. Además, no siempre existe correspondencia entre
formas peninsulares y americanas (Santiago, 2015: 32 y ss.). En el plano
escrito, el léxico empleado es más bien general y no pertenece a ninguna
variedad hispánica en especial, además de que no siempre se incluyen
significados americanos o sus correspondencias peninsulares.
Por último, dentro del nivel pragmático-‐discursivo, a juzgar por el
ĞŵƉůĞŽ ĚĞ ůĂƐ ĨŽƌŵĂƐ ƚƵƚĞĂŶƚĞƐ LJ ĚĞ ͞ƵƐƚĞĚ;ĞƐͿ͕͟ ůĂƐ ŵƵĞƐƚƌĂƐ ŽƌĂůĞƐ ĚĞ
ambos grupos (A y B) parecen orientarse hacia un sistema de tratamiento
ĞŶ Ğů ƋƵĞ ŵĂLJŽƌŝƚĂƌŝĂŵĞŶƚĞ ĂƉĂƌĞĐĞŶ ůŽƐ ƉƌŽŶŽŵďƌĞƐ ͞ƚƷ͟ para expresar
ĐĞƌĐĂŶşĂ LJ ƐŽůŝĚĂƌŝĚĂĚ LJ ͞ƵƐƚĞĚ;ĞƐͿ͟ para expresar el poder y el
distanciamiento. Además, las muestras de este tipo de formas se
concentran en las muestras con el rasgo +FIS, lo que nos lleva a concluir
que estamos ante el sistema de tratamiento de gran parte de las
variedades peninsulares. En el plano escrito, los libros del alumno también
participan solo de este sistema de tratamiento eŶ Ğů ƋƵĞ ͞ƚƷ͟ expresa
ĐĞƌĐĂŶşĂLJ͞ƵƐƚĞĚ;ĞƐͿ͕͟ĚŝƐƚĂŶĐŝĂŵŝĞŶƚŽ;^ĂŶƚŝĂŐŽ͕ϮϬϭϱ͗ϯϰLJƐƐ͘Ϳ
Dentro de la variación diastrática, el estudio señala en primer lugar
que no existe información explícita sobre este tipo de variación. Asimismo,
como sigue advirtiendo el estudio, las muestras orales presentan poca
diferenciación y algunas incoherencias injustificadas (Santiago, 2015: 35 y
ƐƐ͘Ϳ͘ ^ŽďƌĞ ůĂ ǀĂƌŝĂďůĞ ͞ƐĞdžŽͬŐĠŶĞƌŽ͕͟ ŶŽ ĞdžŝƐƚĞŶ ĚŝĨĞƌĞŶĐŝĂƐ ƌĞƐĞŹĂďůĞƐ
entre el habla masculina y femenina. Además, la investigación concluye
que no siempre los rasgos típicos del habla femenina se corresponden con
ůĂƐ ŵƵĞƐƚƌĂƐ ĞŶ ůĂƐ ƋƵĞ ŚĂďůĂŶ ŵƵũĞƌĞƐ͘ ^ŽďƌĞ ůĂ ǀĂƌŝĂďůĞ ͞ĞĚĂĚ͕͟ Ğů
estudio señala que el lenguaje empleado es más bien propio de los adultos,
dado que no existen diferencias entre las muestras de habla juvenil y las de
ƉĂƌƚŝĐŝƉĂŶƚĞƐ ĂĚƵůƚŽƐ͘ ƚĞŶĚŝĞŶĚŽ Ă ůĂ ǀĂƌŝĂďůĞ ͞ŽƌŝŐĞŶ͕͟ ůĂ ŝŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ
destaca que no siempre los rasgos lingüísticos se corresponden con los
característicos del lugar de procedencia. Dentro de la vaƌŝĂďůĞ ͞ŶŝǀĞů ĚĞ
ŝŶƐƚƌƵĐĐŝſŶ͕͟ Ğů ĞƐƚƵĚŝŽ ĐŽŶĐůƵLJĞ ƋƵĞ ƚŽĚĂƐ ůĂƐ ŵƵĞƐƚƌĂƐ ĞŵƉůĞĂŶ ƵŶ ƵƐŽ
correcto de la lengua, dado que no se detectan vulgarismos. Sobre la
variación diastrática en el plano escrito, la investigación indica que los
libros del alumno presentan un nivel de lengua que tiende hacia los usos
cultos pero sin llegar a su grado máximo, puesto que se mueve entre los
usos cultos y un nivel de lengua estándar o general, sin vulgarismos ni
formas demasiado cultas: se combina una sintaxis sencilla con una más
compleja, hay muestras de corrección idiomática, se emplea un léxico
modalidad geográfica concreta (como es el caso del uso de /d/ al formal el
imperativo), sin inclusión de vulgarismos.
Dentro de la diafasía, hay que advertir que, en los audios, la
variación en el registro se aprecia tan solo en algunos de los planos de la
lengua (léxico y pragmático-‐discursivo) y, a raíz del estudio, observamos
que los usos diafásicos están condicionados por el tipo de español que
ƉƌĞĚŽŵŝŶĂ͕ĚĞũĂŶĚŽĚĞůĂĚŽŽƚƌŽƐƵƐŽƐƐŝƚƵĂĐŝŽŶĂůĞƐ;͞ǀŽƐ͟ de cercanía o
͞ƚƷ͟ intermedio). En el plano escrito, hay que anotar que, como el tipo de
lengua tiende hacia el nivel culto, coexisten usos formales e informales;
aunque en ocasiones el registro está en un punto intermedio, ya que los
usos presentados podrían usarse en cualquier situación comunicativa.
En definitiva, según el estudio que hemos realizado, en los métodos
se tiende al uso de rasgos dialectales peninsulares, algunos característicos
del español castellano (distinción de los fonemas /s/-‐ͬɽ͕ͬĐŽŶƐĞƌǀĂĐŝſŶĚĞů
fonema /s/ en posición implosiva, realización tensa del fonema /x/); se
comprueba que no siempre hay diferenciación y coherencia respecto a los
ejemplos sociolingüísticos y se constata que los registros no son tratados
de forma adecuada. En otras palabras, los métodos analizados en este
estudio tienden hacia un modelo de lengua cuyo eje es el español
castellano en su forma culta, lo cual condicionaría algunos elementos
diastráticos y diafásicos;12 un modelo que, además, como hemos ido
señalando, presenta fallos e inadecuaciones desde un punto de vista
diastrático y diafásico. En este modelo, por tanto, se advierte una
desatención total a la realidad lingüística que vive actualmente la lengua
española y, por tanto, es una visión completamente inapropiada para la
enseñanza de español en todos los contextos posibles.13
12
Como ocurre, en el ámbito de la diastratía, con el caso de la /d/ al utilizar el imperativo,
característico solo de la variedad que emplea el pronombre vosotros y sus
correspondientes formas verbales; o en el ámbito de la diafasía, con los usos pragmáticos
del pronombre usted(es), donde la variedad geográfica predominante (español castellano)
fomenta la identificación de la forma pronominal con el respeto o el distanciamiento
entre participantes de un evento comunicativo, algo que no siempre es propio de este
pronombre en todas las variedades hispánicas.
13
Este tipo de publicaciones solo podrán ser adecuados cuando el modelo de lengua
propuesta tenga como eje el modelo castellano, no así en otras circunstancias.
14
Dado los distintos criterios que influyen en la selección de un modelo de lengua.
15
A no ser que se utilice material más o menos culto para controlar el fenómeno
variacional, como ocurre en las muestras que ofrece el DVD de la Nueva Gramática de la
Lengua Española.
16
El voseo tal vez debería aplicarse en niveles más avanzados (C1, C2), dado que no es un
rasgo tan general en la lengua como, por ejemplo, el seseo o el yeísmo.
17
Como sucede en las películas.
6. Conclusiones
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1
Este artículo fue apoyado por el Fondo de Investigación 2015 de la Universidad Hankuk
de Estudios Extranjeros. (This article was supported by Hankuk University of Foreign
Studies Research Fund 2015.)
Recibido: 30/09/2015
ISSN: 2462-3733 Aprobado: 30/10/2015
Nº 1 | diciembre 2015 | 156-178
DOBLELE: http://revistes.uab.cat/doblele
156
Daniel Barajas de Santiago
distinctive accent based in the amount is a controversial issue, so it is
ĞƐƉĞĐŝĂůůLJ ƌĞůĞǀĂŶƚ ƚŽ ƐƚƵĚLJ ƚŚĞ <ŽƌĞĂŶ ƐƉĞĂŬĞƌƐ͛ ĚŝĨĨŝĐƵůƚŝĞƐ ĚƵƌŝŶŐ
the process of learning Spanish. On the other side, the fact that the
analysed students also speak English can constitute an important
element that contributes to facilitate the perception of the Spanish
distinctive accent.
Keywords: Perception of word stress or lexical stress, Disyllabic and
trisyllabic read words, Spanish as a Foreign Language (SFL), Native
Korean Speaker Students, Advanced Level.
157
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2
En relación con este concepto puede consultarse Gil (2007: 286).
3
A propósito de los parámetros acústicos que informan el acento en inglés puede leerse
Gut (2009: 168 y ss.).
Como consecuencia de lo expuesto, nos inclinamos a pensar que los
oyentes de nuestro experimento, ya muy familiarizados en su mayoría con
el acento léxico del inglés, cercano al del español, distinguirán
probablemente con relativa facilidad las sílabas tónicas de las átonas y, por
consiguiente, percibirán o interpretarán correctamente los patrones
acentuales de las diferentes palabras del estímulo en un elevado número
de ítem (fenómeno que, de producirse, será especialmente observable
entre los estudiantes de nivel básico o inicial).
Por otro lado, y como señala Cortés (2002b: 65) en una de las
hipótesis de trabajo de un experimento de su autoría que inspiró este
ŶƵĞƐƚƌŽ Ğů ƐƵLJŽ ĨƵĞ ƌĞĂůŝnjĂĚŽ ĐŽŶ ŽLJĞŶƚĞƐ ŚĂďůĂŶƚĞƐ ŶĂƚŝǀŽs de chino
(mandarín, taiwanés y hakka) en cuatro niveles distintos de clases
ƵŶŝǀĞƌƐŝƚĂƌŝĂƐ ĚĞ ĞƐƉĂŹŽů͗ ͞ĂďĞ ĞƐƉĞƌĂƌ ƋƵĞ ƐĞ ƉƌŽĚƵnjĐĂŶ ŵĄƐ
confusiones entre palabras agudas y llanas, o bien entre llanas y esdrújulas,
que entre agudas y esdrújulas; en los primeros casos, la dislocación del
acento se efectúa entre dos sílabas contiguas, mientras que en el último
ĐĂƐŽ ůĂ ĚŝƐůŽĐĂĐŝſŶ ƐĞ ƉƌŽLJĞĐƚĂ ƵŶĂ ƐşůĂďĂ ŵĄƐ ĂůůĄ͘͟ EŽ ŽďƐƚĂŶƚĞ͕ ĚŝĐŚĂ
hipótesis, que parece apelar a la lógica, fue refutada por los resultados de
nuestras dos experiencias anteriores con aprendientes universitarios
hablantes nativos de coreano matriculados en clases de ELE de los niveles
básico e intermedio (Barajas, 2014; 2015), por lo que, a nuestro entender,
resulta previsible una tercera refutación derivada de los resultados que
obtengamos en el nivel avanzado.
Con objeto de analizar las cuestiones perceptivas aludidas al
comienzo, los discentes respondieron a un cuestionario sobre datos
personales y a una prueba auditiva. Las respuestas obtenidas mediante la
aplicación de esta fueron sometidas a un análisis de errores gracias al cual,
finalmente, pudimos ordenar las tres clases de vocablos representadas por
las palabras del estímulo (agudos u oxítonos; llanos, graves o paroxítonos;
y esdrújulos o proparoxítonos) en una escala de grado de dificultad a la
hora de percibir o interpretar la posición de la sílaba tónica para el perfil de
estudiante y el nivel considerados.
Alentados por la propuesta de Cortés (2002c: 78-‐79) de secuenciar
diacrónicamente los contenidos de la enseñanza/aprendizaje de la
acentuación al proceder desde los de menor hacia los de mayor dificultad a
través del currículo o programa de estudios, teniendo en cuenta para ello
el orden de adquisición en el tiempo (a lo largo del proceso de aprendizaje)
de la percepción de los diferentes patrones acentuales por parte del tipo
de discente sujeto de nuestras indagaciones, comparamos los resultados
de la reciente experiencia con los de las otras dos que efectuáramos antes
con idéntico diseño experimental, método y procedimiento para los niveles
básico e intermedio. El diseño experimental procede, de hecho, del propio
Cortés (2002c: 153-‐154, 158), quien anima a otros profesores a emplearlo
en más investigaciones distintas de las suyas. La coincidencia de diseños
experimentales (si bien la identidad de los informantes difiere) permite,
159
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así, una segunda discusión, que será la que llevemos a cabo en un futuro
próximo entre los resultados de nuestros tres estudios y los del trabajo de
Cortés (2002b).
2. Método
2.1. Participantes4
2.1.1. Informantes
Tabla 1. Sexo, edad y variedad de español de los informantes
Sexo Edad (años) Variedad
Informante 1 Varón 32 Canaria
Informante 2 Varón 62 Castellana de Madrid
Informante 3 Mujer 67 Castellana de Madrid
Informante 4 Mujer 38 Castellana de Madrid
Informante 5 Mujer 36 Castellana de Madrid
Informante 6 Mujer 34 Canaria
Informante 7 Varón 38 Castellana de Madrid
Dado que los informantes 1, 6 y 7 vivieron en Barcelona con anterioridad a
la fecha de grabación (por espacio de año y medio el primero, y de un año
el segundo y el tercero), al tiempo que el número 6 habitó asimismo en
Madrid por siete años, debe tenerse en cuenta la posibilidad de la
influencia o neutralización de sus respectivas variedades de origen.
2.1.2. Oyentes
Generosamente tomaron parte en el estudio, sometiéndose a la aplicación
del cuestionario y de la prueba auditiva, los alumnos de tres grupos de la
asignatura de conversación en español de nivel avanzado de la Universidad
Hankuk de Estudios Extranjeros (HUFS ƉŽƌ ƐƵƐ ƐŝŐůĂƐ ĞŶ ŝŶŐůĠƐͿ ĐĂŵƉƵƐ
ĚĞ ^ĞƷů͘ >Ă ŵƵĞƐƚƌĂ ĞƐƚƵǀŽ ĨŽƌŵĂĚĂ ĨŝŶĂůŵĞŶƚĞ ƉŽƌ ϰϰ ĚŝƐĐĞŶƚĞƐ ;ϯϳ
mujeres [84 %] y siete varones [16 %]) de un total de 57 matriculados. La
4
Expresamos nuestro más sincero agradecimiento a todos los participantes en los
experimentos, tanto en este con estudiantes de nivel avanzado como en los dos
precedentes con alumnos de los niveles básico e intermedio.
Uno de los dos instrumentos del estudio, el cuestionario sobre información
personal, constó de cinco preguntas y tres subpreguntas derivadas de las
tres últimas, redactadas en español y coreano. Los interrogantes
planteados a los oyentes trataban acerca del sexo, la edad y la experiencia
anterior en el estudio del español, el inglés y otra lengua no materna (v. 5.
Apéndice).
El otro instrumento del estudio, la prueba auditiva, precisaba de un
estímulo sonoro grabado y de una tabla impresa en papel donde los
oyentes pudieran registrar sus respuestas al primero.
En relación con el estímulo, este reunió siete archivos de sonido,
cada uno de los cuales contenía cinco palabras distintas (dos bisílabas y
tres trisílabas) grabadas una sola vez (sin repeticiones) con la voz de un
informante. En conjunto, los 35 vocablos del estímulo se dividían en 14
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bisílabos: siete llanos y siete agudos; y 21 trisílabos: siete esdrújulos, siete
llanos y siete agudos (v. 5. Apéndice). Tanto las palabras como los
informantes fueron diferentes en todos los archivos; estos las leyeron a un
ritmo elocutivo normal, emulando en lo posible la naturalidad propia de la
dicción conversacional, a la vez que separadas por cinco segundos de
silencio.
La tabla de respuestas, por su parte, se componía de 35 apartados
numerados en orden creciente del uno al 35, guardando correspondencia
unívoca con cada uno de los vocablos del estímulo. Dichos apartados se
dividieron en dos casillas si el vocablo correspondiente era bisílabo, y en
tres si resultaba trisílabo (v. 5. Apéndice). Así, los oyentes debían
consignar, una vez habían escuchado una palabra del estímulo y mientras
duraban los cinco segundos de silencio que la sucedían, la casilla
correspondiente a la sílaba tónica dentro del apartado correspondiente a
tal palabra (la primera para las llanas y la segunda para las agudas en el
caso de las bisílabas; o la primera para las esdrújulas, la segunda para las
llanas y la tercera para las agudas en el de las trisílabas). En caso de que el
oyente creyera no saber o dudara qué casilla marcar, estaba permitido
como respuesta el no señalar ninguna.
Los instrumentos fueron aplicados a los tres grupos de alumnos al
comienzo de la segunda hora de sus sesiones de clase de dos horas
(durante 20 minutos aproximadamente con cada grupo) y en las aulas
asignadas a la docencia. Los siete archivos de audio pudieron escucharse
solo una vez, en orden correlativo (en primer lugar el grabado por el
informante 1, que contenía las palabras de la 1 a la 5; en segundo lugar el
del informante 2, que comprendía los vocablos del 6 al 10; y así
sucesivamente) y de manera consecutiva.
3. Resultados y discusión
Con miras al análisis estadístico, los datos procurados por los oyentes se
codificaron y reflejaron en un documento de Excel. De este modo, los
recabados mediante la prueba auditiva ocuparon 35 columnas (pues tal era
el número de las palabras del estímulo) y 44 filas (debido a la cantidad de
oyentes) en la hoja de cálculo, cubriendo así un total de 1.540 celdillas.
Cinco de ellas (el 0,32 %) quedaron vacías por corresponderse con
preguntas no contestadas o contestadas en blanco (aunque en una de ellas
la respuesta original había sido tachada por el propio oyente), al tiempo
que 79 celdillas recogieron respuestas erradas, ya que en estas la posición
de la sílaba tónica marcada por el oyente no coincidía con la del estímulo
(el 5,14 % de las celdillas rellenas).
En las experiencias previas que llevamos a cabo con alumnos
matriculados en cursos de nivel básico e intermedio, los porcentajes de
respuestas en blanco fueron del 1,35 % y del 0,46 %, y los de respuestas
erróneas, del 13,71 % y del 11,11 %, respectivamente (Barajas, 2014: 136;
2015: 197-‐198).
3.1. Análisis de errores por oyentes
En la tabla 3 exponemos información estadística detallada sobre la
incidencia de los errores en relación con los oyentes, tanto vinculada al
nivel avanzado como a los dos precedentes, con el fin de presentar los
datos del primero y de comparar entre los tres. Los datos relativos al nivel
básico y al intermedio proceden de nuestros dos trabajos anteriores ya
citados arriba (Barajas, 2014: 137-‐138; 2015: 198-‐200).
Tabla 3. Datos de errores por oyentes
N. avanzado N. básico N. intermedio
N de oyentes 44 38 31
N de errores 79 180 120
% de errores 5,14 13,71 11,11
Media de errores (x) 1,79 4,73 3,87
Desviación
3,24 5,31 5,04
estándar (S)
% Coeficiente
181,01 112,26 130,23
de variación (CV)
Rango 15 19 18
Mínimo 0 0 0
Máximo 15 19 18
Puede observarse que los porcentajes (%) de errores resultan muy bajos en
los tres niveles, especialmente en el avanzado, donde la proporción se
reduce significativamente en contraste con las de los otros niveles, con
diferencias de 8,57 y de 5,97 puntos porcentuales con respecto al nivel
básico y al intermedio respectivamente. Lo mismo podemos afirmar acerca
de las medias aritméticas de equivocaciones (x), que muestran distancias
respectivas de 2,94 y de 2,08 errores entre el nivel avanzado y los dos
inferiores. Los porcentajes de los coeficientes de variación de Pearson (CV)
aparecen muy abultados en los tres niveles, lo que indica una gran
diferencia entre oyentes en relación con la cantidad de errores cometidos,
observándose, además, que su magnitud aumenta con el nivel del curso,
especialmente en relación con el nivel avanzado, cuyo coeficiente de
variación se revela 68,75 puntos porcentuales mayor que el del nivel básico
y 50,78 mayor que el del intermedio.
3.2. Análisis de errores por clases de vocablos
A continuación, la tabla 4 ofrece cifras sobre la cuantía de errores, aciertos
y respuestas en blanco para cada una de las tres clases de vocablos
presentes en el estímulo, tanto en el nivel avanzado (A.), para el que se
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incluyen valores absolutos, como en el básico (B.) y el intermedio (I.). En el
nivel avanzado, los porcentajes fueron calculados sobre un total de 616
ítem para los vocablos agudos por un lado y para los llanos por otro (14
vocablos por 44 oyentes en ambos casos); y de 308 ítem para los esdrújulos
(7 vocablos por 44 oyentes). Pueden hallarse más datos al respecto propios
de los niveles básico e intermedio en Barajas (2014: 138-‐142; 2015: 200-‐
202). De manera adicional, las figuras 1, 2 y 3 representan mediante
diagramas circulares los valores relativos del nivel avanzado.
Tabla 4. Distribución de respuestas por clases de vocablos
Clases de Tipos de N registrado
% (A.) % (B.) % (I.)
vocablos respuestas (A.)
Errores 56 9,09 24,44 20,74
Agudos Aciertos 556 90,26 73,68 78,57
En blanco 4 0,65 1,88 0,69
Errores 14 2,27 5,64 3,69
Llanos Aciertos 602 97,73 93,42 95,85
En blanco 0 0 0,94 0,46
Errores 9 2,92 7,52 6,45
Esdrújulos Aciertos 298 96,75 91,35 93,55
En blanco 1 0,33 1,13 0
96,75 %
Como observamos, la escala de frecuencias en la incidencia de errores, si
procedemos de mayor a menor cuantía, es la misma en los tres niveles: 1º,
agudos; 2º, esdrújulos; 3º, llanos; con los oxítonos ostentando cifras
notablemente superiores a las de los paroxítonos y proparoxítonos
también en los tres estudios, sobre todo en los de nivel básico e
intermedio. Los porcentajes de incidencia de equivocaciones siguen,
además, una progresión descendente en sus valores desde el nivel básico
hasta el avanzado, con una disminución especialmente pronunciada en el
caso de los agudos del nivel intermedio al avanzado (11,65 % de
diferencia). Las respuestas en blanco, muy exiguas en las tres experiencias,
ocurren asimismo en menor medida conforme aumenta el nivel del grupo
en todas las clases de vocablos, con la única excepción de los esdrújulos en
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Tabla 7. % de confusiones entre clases de vocablos sobre sus totales de ítem
Tipos de
N. avanzado N. básico N. intermedio
confusiones
Entre agudos
2,11 8,93 6,22
y llanos
Entre agudos
4 6,52 6,76
y esdrújulos
Entre llanos
1,73 4,13 3,38
y esdrújulos
Al observar la tabla, hallamos que la escala de tipos de confusiones,
de mayor a menor grado de incidencia, resulta idéntica para el nivel
avanzado y el intermedio: 1º, confusiones entre agudos y esdrújulos; 2º,
entre agudos y llanos; y 3º, entre llanos y esdrújulos; pero algo distinta
entre estos dos y el básico, dado que el orden de la escala para este último
nivel es: 1º, confusiones entre agudos y llanos; 2º, entre agudos y
esdrújulos; y 3º, entre llanos y esdrújulos.
Las distancias proporcionales entre tipos de confusiones sucesivos
en las tres escalas difieren entre niveles: en el básico los tres tipos se hallan
separados por intervalos cercanos al 2 %, en tanto que en el intermedio y
el avanzado, el tipo de entre agudos y esdrújulos dista del de entre agudos
y llanos un 0,54 % y un 1,89 % respectivamente, a la vez que el de entre
agudos y llanos se separa del de entre llanos y esdrújulos en un 2,84 % y un
0,38 % por el mismo orden de niveles.
Cuando comparamos horizontalmente entre valores en la tabla 7,
encontramos que para el tipo de confusión entre agudos y llanos, como
para el de entre llanos y esdrújulos, la escala de niveles de mayor a menor
porcentaje de incidencia se perfila: 1º, nivel básico; 2º, intermedio; 3º,
avanzado. Para el primer tipo de confusiones, con una diferencia entre el
básico y el intermedio del 2,71 %, y otra entre el intermedio y el avanzado
del 4,11 %. Para el segundo tipo, la distancia se ofrece del 0,75 % y del 1,65
% respectivamente. En el tipo de confusión entre agudos y esdrújulos, en
cambio, la escala posee el siguiente orden: 1º, nivel intermedio; 2º, básico;
3º, avanzado; con un hueco entre el primero y el segundo de solo el 0,24
%, y entre el segundo y el tercero del 2,52 %.
Abordamos todavía una perspectiva más de análisis comparativo de
los resultados: enfrentar las frecuencias de incidencia de los tipos de
errores contrarios u opuestos, razón por la cual, en la tabla 8, disponemos
visualmente encontradas las cifras que cuantifican las proporciones de
dichos yerros en los tres niveles.
Tabla 8. % de errores de un tipo en contraposición al de su opuesto por niveles
N. A. 3,25 0,97 N. A.
A por Ll N. B. 14,85 3 N. B. Ll por A
N. I. 10,83 1,61 N. I.
N. A. 5,84 0,32 N. A.
A por E N. B. 9,59 0,37 N. B. E por A
N. I. 9,91 0,46 N. I.
N. A. 1,3 2,6 N. A.
Ll por E N. B. 2,63 7,14 N. B. E por Ll
N. I. 2,07 5,99 N. I.
La disposición de los porcentajes en la tabla 8 muestra con claridad
que el tipo de error agudo por llano predomina sobre el de llano por agudo
en los tres niveles, con diferencias muy similares entre los porcentajes de
estos dos tipos de equívocos en los niveles básico e intermedio (la
diferencia de tasas del básico supera a la del intermedio en un 2,63 %), en
tanto que la diferencia del nivel avanzado se separa notablemente de ellas
(se halla 6,94 puntos porcentuales por debajo de la del intermedio). El tipo
de agudo por esdrújulo se impone igualmente a su antítesis en los tres
niveles, aquí con diferencias entre tasas casi idénticas para los dos niveles
inferiores (la del nivel intermedio es un 0,23 % superior a la del básico),
mientras que la del nivel avanzado resulta inferior a ambas (a un 3,7 % del
básico). Por su parte, el tipo de fallo esdrújulo por llano impera sobre su
inverso en los tres niveles, de nuevo siguiendo el ya familiar patrón de
distribución: proximidad de diferencias entre los niveles básico e
intermedio (el primero excede al segundo en un 0,59 %) y cierta lejanía
relativa entre estos y el avanzado (la diferencia de tasas del avanzado se
muestra un 2,62 % menor que la del intermedio).
En aras de una mayor claridad expositiva, en la tabla 9 expresamos
las diferencias mínimas y máximas entre porcentajes de incidencia de
errores enfrentados junto a los niveles en los que estas se han producido.
Tabla 9. Diferencias mínimas y máximas entre % de errores de un tipo y su
opuesto
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considerando niveles
Mínima 2,28 (N. A.)
ƉŽƌ>ůо>ůƉŽƌ
Máxima 11,84 (N. B.)
Mínima 5,52 (N. A.)
ƉŽƌоƉŽƌ
Máxima 9,44 (N. I.)
Mínima 1,3 (N. A.)
>ůƉŽƌоƉŽƌ>ů
Máxima 4,51 (N. B.)
4. Conclusiones
Los resultados de nuestro experimento con estudiantes de nivel avanzado,
como también los de los otros dos efectuados con los de nivel básico e
intermedio, nos permiten corroborar nuestra suposición inicial solo en lo
referente a las bajas cifras de incidencia de errores, no así en lo tocante al
papel que la competencia acentual en inglés como lengua extranjera (LE)
por parte de los discentes previa o concomitante a su aprendizaje de la
acentuación del español como LE pueda desempeñar en tal fenómeno
(posible transferencia positiva), ya que por los estudios abordados hasta
ahora no nos es dado el discernir semejante cuestión.
El análisis de los datos logrados en el nivel avanzado, además,
refuta totalmente la hipótesis formulada por Cortés de la que nos
hacíamos eco al comienzo (v. 1. Introducción y consideraciones teóricas),
alusiva a la teórica mayor dificultad de discriminación entre el patrón
acentual de las palabras agudas y el de las llanas, y entre el de las llanas y
el de las esdrújulas, que entre el de las agudas y el de las esdrújulas. Es así
porque el porcentaje de confusiones entre vocablos agudos y esdrújulos se
revela mayor que el calculado en los otros dos tipos de confusiones. Lo
mismo sucede en el nivel intermedio, aunque en este caso el valor
porcentual de las confusiones entre agudos y esdrújulos aparece muy
cercano al de los equívocos entre agudos y llanos. Los resultados obtenidos
en el nivel básico, en cambio, refutan solo parcialmente la ya mencionada
hipótesis de Cortés, toda vez que la proporción de confusiones entre
agudos y esdrújulos supera aquí a la de equívocos entre llanos y esdrújulos
pero no a la de los acaecidos entre agudos y llanos.
Ordenando los tipos de vocablos en función del grado de dificultad
perceptiva o interpretativa de su patrón acentual (asumiendo que un
mayor porcentaje de errores en las respuestas a los ítem pertenecientes a
un cierto tipo de vocablo implica una mayor dificultad en la percepción o
interpretación de su acento léxico), obtenemos que de mayor a menor
dificultad la escala procede para el nivel avanzado del siguiente modo: 1º,
agudos; 2º, esdrújulos; 3º, llanos. Se trata de la misma gradación que
finalmente obtuvimos también para los niveles básico e intermedio. A
juzgar por las magnitudes de los porcentajes de errores expresados en la
tabla 4 (v. 3.2. Análisis de errores por clases de vocablos), podemos
concluir que, en términos generales, los vocablos esdrújulos y llanos
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2.-‐ La prueba NO ES UN EXAMEN y ES COMPLETAMENTE ANÓNIMA. Antes
de escuchar la grabación, los alumnos tienen que contestar a varias
preguntas breves y sencillas en el cuestionario de la página 3.
2.- ݥ ؿଲࡲ ݡଲࢄ ߂П֯, ࢅֵ࢝ؼ ࡳۺଟПЩ. Ϟࡵࡳ Җ̘ ࢴ,
ଚ۟җࡲ ؞ۼत ૐࢄऌࡿ ɻЬଛ ऐהҗ дࡳ ଢ࣬ ̘ݡԄПЩ.
3.-‐ No es necesario que el alumno entienda todo lo que dicen los locutores
de la grabación. Es suficiente con que se concentre en la acentuación de las
palabras.
3.- ଚ۟җࡲ ࡆۺҗࢄ Ϟࡵଛ Ьߪҗࡳ ָѼ ࢄଢଜ ଔ࠾В ߴݞПЩ.
Ьߪࡿ ߃۾ચ ओࣵࡳ ଢ̘࣬ݡր ଙֱ সٔଟПЩ.
4.-‐ Los estudiantes van a escuchar una sola vez una grabación en español y
tendrán que marcar unas casillas con bolígrafo en la tabla de la hoja de
respuestas (página 4). En cada número (que corresponde a una palabra)
hay que marcar solo una casilla.
4.- ଚ۟җࡲ ݘૐࢆߪԸ ϞࡵѶ રࢇࡳ ଛ ؞Җʬ Ѷ ୬, ω؞त
ૐࢄऌࡿ д߄ ૯ ـࡰԸ ծ ଙֱ ѹПЩ. ଛ Ьߪ ଢзࢄ
ѵВ ɺ ؞ୋВ ଙΜࡿ ݘր ૯̘ ଢ࣬࠾ۼ.
(Página 1 del documento original)
5.-‐ En la tabla de la página 4, cada número corresponde a una palabra de la
grabación. Debajo de cada número hay varias casillas u opciones (en
algunos casos dos casillas, y en otros, tres). Las casillas equivalen a las
sílabas de las palabras. El estudiante debe marcar la primera casilla si cree
que la sílaba acentuada de la palabra que acaba de escuchar es la primera;
debe marcar la segunda casilla si cree que la sílaba acentuada es la
segunda; y la tercera si cree que es la tercera. Entre una palabra y la
siguiente hay 5 segundos de silencio para que el estudiante tenga tiempo
de contestar a un número antes de pasar al sucesivo.
5.- ω؞त ૐࢄऌࡿ ૯ۭ ɺ ؞ୋВ ϞࡵѶ ଙΜࡿ Ьߪ ଢзࢄ
ѹПЩ. ̍ն˅ ɺ ؞ୋࡿ В ࠃԙ ʋࡿ ݘӓВ ࠣࢄ܇
ࢎݞПЩ. (ߪҾ ʾࡆВ Ѽ ʋɹ ࢎࡰ֯, ߪҾ ʾࡆВ ۼʋɹ
ࢎݞПЩ) ଚ۟җࡲ ،̓ җࡲ Ьߪࡿ ߃۾ચɹ ঋ؞त ࡵࢵ ࢎЩ˅
۟ɺࢄ җֱ ঋ؞त ݘծ ଙ ֱݡѵ˅, ߃۾ચɹ Ѽ ؞त
ࡵࢵ ࢎЩ˅ ۟ɺࢄ җֱ Ѽ؞त ݘ, ؞ۼत ࡵࢵ ࢎЩ˅
۟ɺࢄ җֱ ؞ۼत ݘծ ଙֱ ѹПЩ. Ьߪࠧ Ьߪ
ࢄۉВ 5 জ ɻࡿ ݡɻ ɻʵࢄ ࢎࡰП ଚ۟җࡲ Щࡵ ЬߪԸ
σߪɹ̘ ߑۭ д ࡳسଙֱ ѹПЩ.
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D.1. En caso afirmativo, ¿por cuánto tiempo has estudiado inglés?
ࡿ ࢄהࢺ̖ ࢄ࢝הӿֱ, ߯վ ѭ߄ ːْծ ଙࠎΜ࠾?
______________________
E. ¿Estudias o has estudiado otro idioma además del español y del
inglés? Sí / No
ݘૐࢆߪࠧ ࠏߪ ࢄ࠶ࡿ ߬ߪծ ːْଛ ࢳࢄ ࢎΜ࠾? ό /
߅Тࠝ
E.1. En caso afirmativo, ¿por cuánto tiempo has estudiado ese otro
idioma?
1 2 3 4 5
6 7 8 9 10
11 12 13 14 15
16 17 18 19 20
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BIBLIOGRAFÍA
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Doblele | nº1 | diciembre 2015 | 156-179
Percepción del acento prosódico en vocablos leídos: Un HVWXGLRFRQKDEODQWHVQDWLYRVGHFRUHDQRHQFODVHV«
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