Está en la página 1de 3

Ensayo sobre José Osler

Ángel Cassó Sánchez

José Orler, a través de este escrito, nos entrega una guía de


orientación para aquellos que desean indagar sobre la sociología; desde
su conceptualización, su historia y vinculación con la carrera de derecho.
La sociología es una disciplina que se encarga del estudio científico de la
sociedad, desde sus estructuras, procesos y transformaciones; se enfoca
en la interacción entre los individuos que conforman una sociedad, y como
la consolidación de las normas e instituciones influyen directamente en su
forma de comportamiento. Los orígenes de la sociología se remontan al
siglo XIX; desde entonces, se ha desarrollado como una disciplina
independiente. Sin embargo, sus orígenes se remontan a la filosofía, la
economía y la teoría políticas de la Ilustración. Desde ese momento, la
sociología responde a la necesidad de comprender la creciente
complejidad de las sociedades modernas y sus problemas.

La sociología tiene su enfoque crítico y reflexivo -lo que podemos


decir eje principal- sobre la sociedad; no solo se preocupa de por describir
y explicar los fenómenos sociales, sino también por cuestionarlos y
evaluarlos desde una perspectiva ética y política. La sociología es crítica
porque revela las partes de la vida social que se ocultan en los rincones
peor iluminados de la escena humana para su producción. El objeto de
estudio de la sociología abarca una amplia variedad de temas y áreas de
investigación. Algunos de los temas más relevantes incluyen la
estratificación social, la salud, la tecnología y la globalización.

A través de Boaventura de Souza Santos, conocemos las tres


principales cuestionantes que aluden al asunto de la sociología, y cómo
esta disciplina se esfuerza por responderlas. Una que nos lleva a estudiar
y comprender la heterogeneidad de las sociedades en función de la
situacionalidad; lo que nos lleva a entender las diversas formas de vida
que conforman las sociedades. La segunda nos acentúa sobre la base de
uno de los males que agobian nuestros días: la desigualdad. Y nos instruye
sobre cómo esta problemática debe constituirse como un elemento central
a la hora de estudiar y analizar las dificultades que enfrentan nuestras
sociedades. La tercera nos lleva a cuestionarnos sobre la legitimidad del
poder político, es decir, la democracia. Nos abre diversas interrogantes
como: ¿existe verdaderamente la democracia? ¿Son los poderes políticos
verdaderamente el resultado de un consenso socio-colectivo?
Desde entonces, la sociología ha ido arribando a respuestas claves
sobre las interrogantes que antes mencionamos, estos, a su vez, divididos
en dos grandes bloques: Teoría del consenso y Teoría del conflicto. La
teoría del consenso, por su lado, tiene como idea central que las
sociedades evolucionan de una manera armoniosa y equilibrada a través
de la cooperación y la integración. Emile Durkheim, fue quien propuso esta
corriente de pensamiento, conocida como consensualismo. El consenso es
cada vez más difícil de alcanzar debido a la creciente intolerancia y
exclusión hacia la diversidad. Para garantizar el consenso y la convivencia,
es necesario tomar en cuenta las perspectivas de género y las
desigualdades y discriminaciones que afectan a diferentes grupos sociales.

Por otro lado, la teoría del conflicto nos explica que el conflicto es
inherente a la sociedad como eje de transformación y desarrollo. Para Karl
Marx (1818-1883), los conflictos son el producto de la división del trabajo
social; que acarrea competencias y conflictos de intereses que, a su vez,
son el motor que mueve la sociedad. De manera que, lejos de ser una
problemática mas de las que nos atañen como sociedad, se convierte en
un eje propulsor del desarrollo y el sostenimiento de los estados. De este
modo, los pensadores actuales del movimiento conflictivista no aluden a
los mismos como problemas, sino como ejes de cambio y transformación.

Entendiendo esto, podemos ir a unos de los puntos mas importantes


de nuestra investigación: el nacimiento de la sociología. Durante el siglo
XVI, el crecimiento demográfico y la expansión comercial europea
provocaron cambios sociales, económicos y políticos. La reforma
protestante dividió a la iglesia y las plazas fortificadas fueron
reemplazadas por ciudades comunicadas entre s por mercaderes. El
quiebre de la sociedad feudal significó el cuestionamiento a la iglesia y sus
dogmas, mientras que el avance de la ciencia brindó respuestas
alternativas a las supra empíricas. El crecimiento urbano y la subordinación
económica y política del campo a la ciudad modificaron las formas de
convivencia y hábito. Todo este rollo histórico y conflictivo, nos cristalizó
lo que hoy conocemos como sociología.
La sociología, según Raymond Aron (1960), podría hacernos conocer
los mecanismos de funcionamiento de la sociedad. Lo que,
posteriormente, podría constituirse en el mejoramiento de la vida social.
En la acepción actual, la sociología es un objeto de grandes
transformaciones y es una disciplina que se renueva sobre sí misma. Para
cada problemática social se necesita que sean estudiadas desde campos
disciplinares distintos —por ejemplo, para una comprensión acabada del
problema del “desempleo” es necesario recurrir a la Sociología del Trabajo,
a la Economía, a la Ciencia Jurídica, a la Ciencia Política, quizás también a
la Antropología, entre otras.

La sociología es “multiparadigmática”, porque se constituye con una


pluralidad de perspectivas que conviven y compiten en su intento de dar
respuesta a los interrogantes disciplinares —por lo pronto, las teorías del
“consenso” y del “conflicto. Señalamos que esta es una tarea compleja
porque la sociología reconoce múltiples perspectivas y enfoques desde
diferentes tradiciones teóricas. Se puede decir que la sociología es una
multiciencia, no una sola sociología, sino una variedad de teorías
sociológicas.

En cuanto a su relación con el derecho, la sociología ayuda a la ley


a comprender los problemas sociales detrás de los conflictos legales, lo
que lleva a una mejor interpretación de las leyes y una aplicación más
equitativa de las leyes. Por ejemplo, una comprensión sociológica de la
pobreza puede ser fundamental para desarrollar políticas públicas justas
para abordar las causas profundas del problema. Asimismo, el estudio de
las estructuras sociales puede ayudar a comprender cómo las leyes
afectan de manera desigual a diferentes grupos de personas. La sociología
también puede ayudar al derecho a desarrollar nuevas perspectivas sobre
cuestiones jurídicas importantes.

También podría gustarte