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Tratados Internacionales
Tratados Internacionales
aplicaciones prácticas
Guadalupe Vautravers Tosca | OSCAR REBoLLeDO Herrera
coordinadores
TRATADOS INTERNACIONALES
Aplicaciones Prácticas
C O L E C C I Ó N
FRANCISCO J. SANTAMARÍA
Pensamientos y Estudios Jurídicos
José Manuel Piña Gutiérrez
Rector
Coordinadores
Guadalupe Vautravers Tosca
Oscar Rebolledo Herrera
Universidad Juárez
Autónoma de Tabasco
Primera edición, 2016
INTRODUCCIÓN 7
CAPÍTULO I
Los primeros tratados celebrados por México
y sus intentos para salir adelante como
nación independiente
Francisco Javier Pacheco de Salazar 11
CAPÍTULO II
Los tratados internacionales en el derecho
mexicano. La reforma constitucional en mate-
ria de Derechos Humanos y la incorporación
de los tratados al sistema jurídico mexicano
Guadalupe Vautravers Tosca 25
CAPÍTULO III
Tratados internacionales en materia de
derechos humanos
Fernando Valenzuela Pernas 71
CAPÍTULO IV
Tribunales internacionales en materia penal,
tratados internacionales de derechos
humanos y el principio de irretroactividad
en materia de genocidio en México
Eusebio Guadalupe Castro Vértiz
Guadalupe Vautravers Tosca 104
CAPÍTULO V
La ejecución de penas en el orden
internacional
Lenin Méndez Paz
Yesenia Guadalupe Crespo Gómez 133
CAPÍTULO VI
El apostillado y el otorgamiento de poderes
en el extranjero
Jesús Antonio Piña Gutiérrez 157
CAPÍTULO VII
Aranceles aduaneros en los tratados
internacionales comerciales
Oscar Rebolledo Herrera 183
CAPÍTULO VIII
Los tratados internacionales en
materia tributaria
Freddy Alberto Priego Álvarez 205
INTRODUCCIÓN
9
CAPÍTULO I
Los primeros tratados celebrados por México
y sus intentos para salir adelante como
nación independiente
2
Herrejón Peredo, Carlos, “Los costos de la Patria” Nexos, Septiembre 2010,
p.14
12
El otro texto al frente, es un informe diplomático de Don Luís
de Onís3 , al Virrey de la Nueva España, Don Francisco Javier
Venegas de Saavedra sobre el plan de expansión territorial de los
Estados Unidos de Norteamerica, de fecha 1º de abril de 1812,
que en su parte medular fue profético para la historia indepen-
diente de México:
3
Luis de Onís González Vara (Cantalapiedra, 1762–Madrid, 1827), político y
diplomático español, ministro plenipotenciario de España en Washington de
1809 a 1819, negoció la cesión de la Florida a los Estados Unidos. En 1809 fue
designado ministro plenipotenciario en los Estados Unidos de América, y en
1812, Onís advirtió al entonces Virrey de la Nueva España, Francisco Javier
Venegas de Saavedra, de las intenciones expansionistas de su vecino del norte.
Durante la Guerra de Independencia de México mantuvo una red de espías en
el norte para prevenir el contacto de los rebeldes con potenciales aliados en los
Estados Unidos.
13
chas cosas, pero sobre todo se habrá cuestionado sobre el por
qué de la debilidad del otrora poderosísimo Imperio Español,
postrado ya ante una nación de tan relativa y reciente creación
como los Estados Unidos de Norteamerica, dispuesto a dar el
martillazo sobre el último clavo del ataúd de su decadencia y
desaparición.
Quiero pensar que entre las imágenes que se le vinieron a
la memoria al Virrey Venegas de Saavedra, está la pintura del
vencimiento de la Armada Invencible, que España lanzó contra
Inglaterra en un afan –de uno de sus mejores reyes, pero fanático
al fin- que pretendia vengar la muerte de Maria Estuardo y re-
establecer la fé Católica en Inglaterra. Ademas de librarse de la
competencia por los mares y las riquezas detrás de ellos. Es decir,
la América misma.
Si hay causalidad histórica y un “a partir de aquí” para el
desencadenamiento de los efectos mayores de una crisis –como
seguramente los hay- esta batalla bien puede ser el inicio o la
causa de la franca decadencia del imperio Español. Y no fue una
batalla clásica, por cierto. Fue la derrota total de la Armada In-
vencible Española. Este descalabro fue seguramente la confluen-
cia de muchos factores, incluida -sin duda- la mala suerte.
Los españoles que siempre se dijeron muy creyentes, nunca
quisieron ver en la derrota un atisbo de los designios inescruta-
bles de la divinidad sobre el acontecimiento. Designio que si lo
vieron en el descubrimiento de Cristóbal Colón de las Indias Oc-
cidentales, luego de la expulsión de los musulmanes y judíos de la
península ibérica. Es famosa la frase de Felipe II para justificar lo
desacertada de la aventura de invadir Inglaterra con la Armada
Invencible: “Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra
las Tempestades”.
La expulsión de los judíos que coincide con el descubrimiento
de América sería el germen mismo, el incubo de la decadencia
y degradación de toda la grandeza ibérica: el Imperio Español
no se salvó -como ningún otro que conozca el mundo- que en su
propia creación estuviera las causas de su decadencia.
Junto con la segunda gran diáspora de los judíos de Espa-
ña, (la primera fue de la misma Palestina) los capitales de estos
corrieron junto con sus rutas de migración, potenciando a las
14
naciones receptoras que en un corto tiempo le harían la guerra
a España para apoderarse de sus rutas de comercio y de sus po-
sesiones coloniales.
La globalización que hoy nos presentan algunos teóricos
como novedosa o de nuevo cuño, frente a antiguos nacionalismos
y mercados internos protegidos, ya era moneda corriente desde
el siglo XVI; las firmas que entonces se disputaban el comer-
cio mundial no llevaban el nombre de Google, Microsoft, Co-
ca-Cola, IBM, McDonald’s, Apple o General Electric, sino el de
Borbón, Braganza, Habsburgo, Capeto, Borgia, Tudor, Windsor,
Holstein, Orange-Nassau, Valois, o Romanov.
En general, los españoles siempre han negado que su into-
lerancia religiosa fuera una de las causas más distinguible de su
debacle. La Contrarreforma, la Inquisición, el Índice de Libros
Prohibidos, la búsqueda de la supuesta (ridícula) limpieza de san-
gre, la persecución de herejías, brujerías, sumado al estatismo
más acendrado y la huída de capitales, terminaron debilitando
económica, tecnológica y militarmente a España en relación a
otras potencias emergentes como Inglaterra, Holanda o Bélgica
y la sitúan en una derrota como la de la Armada Invencible y en
la que se disputaban, nada menos que la propiedad o el uso casi
exclusivo de los mares del mundo, con sus rutas de comercio.
La intolerancia religiosa supuso para los españoles la compla-
cencia de la Iglesia Romana, con quien logró la conquista y la
colonización de los territorios americanos, además de construirle
un Corpus ideológico mediante el derecho divino de los Reyes.
Las Bulas papales, que legitimaron imaginariamente su pre-
sencia y el abuso en estas tierras, eran una entelequia legal para
las otras potencias que siempre las cuestionaron e incluso se mo-
faron de ellas. Sin embargo, para los pobladores americanos, el
derecho indiano y el derecho canónico, fueron las formas jurídi-
cas mediante las que se logró el expolio que tuvieron que sopor-
tar durante tres siglos los pobladores originales y otros, como los
africanos y asiáticos que forzaron y esclavizaron.
La clase política que nació de la independencia, salvo conta-
das y honrosas excepciones, continuó con la idea de la intoleran-
cia, incluso ya avanzado el proceso de independencia de España.
Aún hoy, esa intolerancia llevada incluso a otros campos más allá
15
que el puramente religioso, ha hecho estragos en este país. La
pura herencia española.
Parte del fracaso internacional de la nueva clase gobernante
mexicana en los primeros momentos de la independencia, se de-
bió a la obsesión de proteger y buscar con ahínco las relaciones
con la Iglesia Romana, que era una potencia europea en toda
la extensión de la palabra y que aparte de jugar a dos bandas y
resistirse a reconocer al nuevo estado mexicano, impidió la crea-
ción indispensable de una nueva ideología nacional, basada en
inéditos principios como exigía la nueva condición.
Desde los “Elementos Constitucionales” (1811) de Ignacio
López Rayón salta a la vista la confusión ideológica que tenían
los insurgentes en cuanto a lo religioso y su interés en constituir
una nación independiente. Citemos sus primeros 5 artículos:
4
Zavala, Silvio. Apuntes de Historia Nacional. 1808-1974, El Colegio Nacio-
nal-FCE. 7ª Reimpresión México 2005. p. 37
16
En los “Sentimientos de la Nación” (Chilpancingo 14 de sep-
tiembre 1813) Morelos es obcecado en cuanto a lo religioso y la
confusión es notoria desde los dos primeros artículos:
18
Firmó este documento, entre otros, José María Morelos como di-
putado por el Nuevo reino de León. Como señalara Felipe Tena
Ramírez6, la Carta de Apatzingan careció de vigencia práctica.
Para abundar en esta idea de la fijación a la herencia religio-
sa-intolerante y la amalgama a la idea de complacer al Vaticano
que habrá de impregnar muchos de los primeros años indepen-
dientes, vale repasar el decreto número 291 de 15 abril de 1822
“Sobre juramento de reconocer la soberanía de la nación, repre-
sentada por el congreso”.
“El soberano congreso constituyente mexicano ha decretado
lo siguiente:
6
Tena Ramírez, Felipe. Leyes Fundamentales de México 1808-1999, 22ª edición,
Editorial Porrúa. México, 1999, p. 29.
19
La teoría del reconocimiento de nuevos estados que prevale-
ció a principios del siglo XIX, la encontramos resumida en una
joya bibliográfica que localicé hace años en un mercado de libros
viejos en La Habana; se trata de los Principios de Derecho de Gente de
Andrés Bello en su primera edición chilena de 18327. El texto en
su interior y en lo que nos concierne, es esclarecedor:
9
Archivo Histórico Diplomático Mexicano. México y Rusia en la primera mitad del
Siglo XIX. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 1990.
23
Bibliografía
24
CAPÍTULO II
Los tratados internacionales en el derecho
mexicano
La reforma constitucional en materia
de Derechos Humanos y la incorporación de los
tratados al sistema jurídico mexicano
I. Introducción
Escribir un capítulo sobre Tratados Internacionales hoy, para
quien ha estudiado e impartido esta asignatura, resulta de suma
relevancia, en virtud que apenas antes del 10 de junio de 2011,
predominaba en nuestro país la teoría monista nacionalista o in-
ternista2, que acorde con varias tesis del Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación que interpretan al artículo 133 de
la Constitución federal, estima que los tratados internacionales
se encuentran por debajo de la Carta Magna y por encima de
1
Profesora titular de Tratados Internacionales e investigadora en la Universidad
Juárez Autónoma de Tabasco. Líneas de investigación: Derechos Humanos,
Migración y Política Exterior de México. Investigadora nacional (II) por el
SNI-CONACYT y estatal por el CCYTET.
2
La teoría monista internista o nacionalista, sostiene que el derecho interno (el
vigente en todo el territorio mexicano) prevalece sobre el derecho internacional
(tratados internacionales); se basa en que históricamente el derecho internacio-
nal es posterior al derecho interno, por cuanto surge como consecuencia de la
regulación de las relaciones entre Estados ya constituidos y en que los Estados
son quienes libremente se obligan internacionalmente. Cfr. Ortiz Ahlf, Loretta,
Derecho Internacional Público, 3ª edición, México, Oxford, 2009, p. 5.
las leyes federales y locales3. Pero, a partir de la reforma cons-
titucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10
de junio de 20114, los tratados internacionales que protegen los
derechos humanos, se encuentran al mismo nivel que la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tal como se
aprecia en el título del capítulo I y en el artículo 1º reformados,
que a la letra señalan:
3
Tratados internacionales. Se ubican jerárquicamente por encima de las leyes
federales y en un segundo plano respecto de la Constitución federal. (Tesis Aisla-
da, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo X, Noviembre de
1999. Tesis P. LXXVII/99, p. 46).
4
Presidencia de la República, El Presidente promulgó la Reforma Constitucional en
materia de Derechos Humanos, Ciudad de México, 9 de junio de 2011, http://www.
presidencia.gob.mx/prensa. Consultada el 6 de julio de 2011.
Idem
5
26
Independientemente que las razones para reformar algunos ar-
tículos de nuestra Constitución fueran las recomendaciones de
los Comités de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y de
la Organización de los Estados Americanos, dirigidas a nuestro
país por diversos relatores especiales en materia de protección
a los Derechos Humanos6, con esta gran reforma, se elevan a
rango constitucional los tratados internacionales en materia de
Derechos Humanos suscritos por el gobierno mexicano y se deja
de lado la interpretación de la Suprema Corte de Justicia res-
pecto del artículo 133 de la Constitución federal, únicamente en
cuanto a esta materia, porque la interpretación continúa en otras
materias en las que existen instrumentos internacionales que
comprometen a México.
Ahora bien, se presentan situaciones jurídicas complejas, en
las que los tribunales son quienes deben decidir, porque aún se
tiene que armonizar y unificar el criterio en el país, sobre cuáles
son los tratados internacionales en materia de Derechos Huma-
nos.
27
consolidación del derecho consuetudinario internacional. De ahí
que las reglas de la costumbre de los tratados internacionales y la
Convención de Viena tengan la misma cobertura.7
Es un hecho que los negociadores plenipotenciarios (repre-
sentantes de nuestro país acreditados con el “pleno poder” fir-
mado por el Presidente de la República) que participaron con los
representantes de los demás Estados que negociaron y firmaron
la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, precisa-
mente en la capital de Austria, retomaron la costumbre que du-
rante varios siglos fue respetada en la celebración de los tratados
internacionales, toda vez que constantemente tengo la oportuni-
dad de revisar acuerdos, convenios, convenciones y tratados cele-
brados por nuestro país en los siglos XIX y XX, previos a la fecha
de la firma de la Convención sobre Derecho de los Tratados, y
estipulan el procedimiento establecido en la misma, de donde se
desprenden los actuales instrumentos internacionales firmados
por todos los países signatarios o no de la citada Convención de
Viena.
Los tratados internacionales son una fuente del Derecho In-
ternacional acorde con el artículo 38 del Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia que señala:
7
Herdegen, Matthias, Derecho Internacional Público, México, UNAM-Konrad
Adenauer Stiftung, 2005, pp. 117-118.
28
d) Las decisiones judiciales y la doctrina de los publicistas de ma-
yor competencia de las distintas naciones, como medio auxiliar
para la determinación de las reglas de derecho, sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 59.
8
Naciones Unidas, Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, Nueva York, Depar-
tamento de Información Pública, 1993.
9
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, Espasa-Calpe,
Madrid, 2005.
10
Székely, Alberto (comp.), “Convención sobre el Derecho de los Tratados”, en
Instrumentos fundamentales de derecho internacional público, México, UNAM, 1989, t.
I, p. 178.
11
Arellano García, Carlos, Primer Curso de Derecho Internacional Público, 2ª edición,
México, Porrúa, 1993, p. 632.
29
sido creado por ellos y para ellos a través de la costumbre que
observaban en sus relaciones recíprocas; en consecuencia, los Es-
tados soberanos eran las únicas entidades a las que el Derecho
Internacional regía directamente y les fijaba derechos y obliga-
ciones; es decir, que eran los únicos sujetos o actores de ese orden
jurídico. Por lo anterior, un tratado se definía como “un acuerdo,
regido por el Derecho Internacional, que celebran dos o más Es-
tados soberanos”.12
Agrega el autor que en la actualidad, además de los Estados
que la tienen por derecho propio, la comunidad internacional a
través del Derecho Internacional, les concede capacidad a otras
entidades para actuar en su ámbito de acción, y concretamente
para celebrar tratados: las organizaciones internacionales y los
movimientos rebeldes; incluso, hay quienes consideran que al-
gunos individuos, por ejemplo, los parlamentarios que celebran
un acuerdo de armisticio, también son sujetos del Derecho Inter-
nacional. Por esa razón, los tratados se definen ahora como “los
acuerdos, regidos por el Derecho Internacional, que celebran
dos o más sujetos de Derecho Internacional”.13
La definición habla de sujetos de derecho internacional, y no
de Estados, porque actualmente también se les reconoce la capa-
cidad de celebrar tratados a las organizaciones internacionales
gubernamentales y a determinados grupos, como los insurgentes,
las partes en algunos acuerdos de fin de las guerras e incluso,
en determinadas circunstancias, a los individuos. En cuanto a
los individuos, tenemos como ejemplo, la capacidad para acudir
directamente ante la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos, tal como muchos mexicanos lo han hecho para deman-
dar a su gobierno, más adelante nos referiremos a las funciones
de este Tribunal internacional; así también, a los individuos se
les puede atribuir responsabilidad penal internacional en el caso
de cometer crímenes (delitos) de lesa humanidad o de guerra,
tal como lo establece el Estatuto de Roma de la Corte Penal In-
12
Palacios Treviño, Jorge. Tratados. Legislación y práctica en México, 4ª edición, Mé-
xico, SRE-UIA, 2007, p. 23.
13
Idem.
30
ternacional.14 En cuanto a los inversionistas, ya sean individuos
o empresas, pueden acudir a tribunales arbitrales internaciona-
les, como los establecidos en el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte y otros acuerdos comerciales, para solucionar
las controversias que en materia de comercio internacional o de
inversiones, se les presentan.15
Los tratados internacionales se rigen esencialmente por el De-
recho Internacional y sólo algunos aspectos son regulados por
el derecho interno de los Estados que los celebran; de manera
general, se puede decir que el Derecho Internacional rige toda la
fase internacional, o sea, en la que intervienen conjuntamente los
Estados que celebran el tratado, y por su parte, el respectivo de-
recho interno de esos países rige las formalidades que se requiere
cumplir al interior de cada Estado a fin de estar en condiciones
de celebrar el tratado y de aplicarlo.
Específicamente, el Derecho Internacional rige los siguientes
aspectos de la celebración: la negociación, la redacción, la adop-
ción y la autenticación del texto del tratado; la forma de mani-
festar el consentimiento en obligarse por el tratado y la entrada
en vigor del mismo; la validez del tratado que se integra con los
siguientes elementos: a) La capacidad de las partes para celebrar
el tratado; b) El consentimiento de las partes para aceptarlo; y c)
El objeto del tratado, en el entendido de que éste último debe ser
lícito no sólo conforme al Derecho Internacional sino también
conforme al derecho interno del Estado que celebra el tratado.
Así también, el Derecho Internacional rige la observancia u
obligatoriedad jurídica, la aplicación, la interpretación, la modi-
ficación, la suspensión y la terminación de los tratados, así como
su registro ante las instancias internacionales.16
Por su parte, el derecho interno designa al órgano del Esta-
do que tiene competencia para celebrar los tratados; determina
los requisitos que se deben cumplir al interior del país a fin de
14
A efectos de conocer todos los delitos o crímenes de lesa humanidad como
señala el Estatuto de la Corte Penal Internacional, por los que los individuos
pueden ser juzgados, cfr. Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, http://
www.sre.gob.mx/tratados.
15
Cfr. Tratado de Libre Comercio de América del Norte, http://www.se.gob.
mx
16
Cfr. Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, op. cit.
31
otorgar el consentimiento para obligarse por un tratado y fija la
jerarquía que tienen los tratados en relación con las otras normas
del derecho interno.17
En el caso de nuestro país, el órgano gubernamental compe-
tente para participar en la negociación de tratados internaciona-
les es el Presidente de la República y extiende los “plenos pode-
res” para que los expertos mexicanos participen en la celebración
de instrumentos internacionales (artículo 89 fracción X constitu-
cional) y la Cámara de Senadores es la que aprueba o no los tra-
tados internacionales (artículo 76 fracción I de la Constitución) y
el artículo 133 de la Carta Magna fija la jerarquía de las normas,
en especial la ubicación de los tratados internacionales respec-
to de la Constitución federal y las demás leyes. Especialmente,
la Suprema Corte de Justicia de la Nación es la que interpreta
dicho artículo constitucional, además, de la reciente reforma en
materia de Derechos Humanos.
Por lo que hace a la aprobación de los tratados por la Cámara
de Senadores, tal como lo establece la fracción I del artículo 76,
Miguel Carbonell propone que sea el Congreso en pleno quien
tenga la facultad de aprobar los tratados internacionales suscritos
por México, así también proponía reformar la Constitución para
elevar a su nivel a todos los tratados internacionales sobre Dere-
chos Humanos, bajo los argumentos siguientes:
17
Cfr. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículos 89 fracción X,
76 fracción I y 133, respectivamente. Además, la Ley Orgánica de la Adminis-
tración Pública Federal, el Reglamento Interior de la Secretaría de Relaciones
Exteriores y la Ley de Tratados.
32
a) La primera es que se mejora la representatividad del órgano
ratificador (sic) de los tratados, puesto que en México la Cámara
de Diputados aloja una mayor pluralidad política que la de Se-
nadores, al tener acceso a ella diputados de representación pro-
porcional en porcentaje superior al de la Cámara de Senadores.
33
Existen instrumentos jurídicos internacionales aplicables a los
tratados internacionales, como la Carta de las Naciones Unidas,
que en su preámbulo establece:
19
Székely, Alberto (comp.), “Carta de la Organización de las Naciones Unidas”,
en Instrumentos fundamentales de derecho internacional público, México, UNAM, 1989,
t. I, p. 16.
20
Székely, Alberto (comp.), “Protocolo de reformas a la Carta de la Organiza-
ción de los Estados Americanos”, op. cit., p. 107.
21
Palacios Treviño, Jorge, op. cit., p. 48.
34
A partir de la fecha de su publicación en el Diario Oficial de
la Federación, la Convención de Viena de 1969 comprometió
plenamente al gobierno mexicano a regirse por el procedimiento
establecido en ella al momento de celebrar tratados internacio-
nales, cualquiera que sea su denominación: acuerdos, armisticio,
arreglos, cartas, compromisos, concordato, convenios, conven-
ciones, protocolos, pactos, tratados, memorando de entendi-
miento, pacto de caballeros, entre otros nombres que se les pue-
den atribuir. Aunque fue hasta enero de 1980 que entró en vigor
internacionalmente y obligó a los Estados a cumplirla.
Existe además, la Convención de Viena sobre el Derecho de
los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o
entre Organizaciones Internacionales, fue adoptada en Viena,
Austria, el 21 de marzo de 1986. Esta convención es una adap-
tación de la de 1969, con la finalidad de regular la celebración
de tratados entre Estados y organizaciones internacionales inter-
gubernamentales. Nuestro país la firmó y ratificó22, pero no ha
entrado en vigor.
Los anteriores instrumentos internacionales resultan los más
importantes en materia de tratados internacionales, y son vincu-
lantes (obligatorios) para el gobierno mexicano.
Conviene mencionar la clasificación de los tratados internacio-
nales, para que los lectores tengan una idea clara y precisa de los
mismos, y de acuerdo con el internacionalista Carlos Arellano
García,23 son:
22
Ibídem, pp. 49-50.
23
Arellano García, Carlos, Primer Curso de Derecho Internacional Público, 2ª
edición, México, Porrúa, 1993, pp. 638-641.
35
existe un acuerdo denominado “MoscaMed”, que tiene como
finalidad combatir la “Mosca del Mediterráneo”, una plaga que
ataca a los cítricos, dicho tratado internacional está firmado por
Belice, Estados Unidos de América, Guatemala y nuestro país.
c) Desde el punto de vista del carácter normativo de los trata-
dos, los tratados que establecen normas jurídicas individualiza-
das para los Estados se denominan tratados-contratos y los que
establecen normas jurídicas generales para los Estados se deno-
minan tratados-leyes. Respecto a este criterio, la mayoría de los
tratados internacionales contienen una y otra clase de normas.
24
Cfr. Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, http://www.sre.gob.mx/
tratados
36
g) En cuanto a la ratificación, la mayoría de los tratados inter-
nacionales requieren ratificación, por lo que ésta consta de dos
fases, la ratificación interna que es donde se cumplen las dispo-
siciones constitucionales de los países signatarios o adherentes a
los instrumentos internacionales, por ejemplo en nuestro país,
su fundamento se encuentra en el artículo 76 fracción I de la
Constitución, porque se faculta a la Cámara de Senadores para
“aprobar” o no, los tratados internacionales firmados por el Pre-
sidente de la República, así como el artículo 89 fracción X, que
se refiere a las atribuciones y obligaciones del Jefe del Ejecutivo
en cuanto a la dirección de la política exterior y celebración de
tratados internacionales.
37
III. Procedimiento para celebrar tratados
internacionales
Como se mencionó en el apartado anterior, la Convención de
Viena sobre Derecho de los Tratados, regula el procedimiento
para que los países celebren tratados internacionales, de la forma
siguiente:
25
Se entiende por “plenos poderes” un documento que emana de la autoridad
competente de un Estado (en México es el Presidente de la República) y por el que
se designa a una o varias personas para representar al Estado en la negociación,
la adopción o la autenticación del texto de un tratado, para expresar el consenti-
miento del país en obligarse por un tratado, o para ejecutar cualquier otro acto con
respecto a un tratado. Cfr. Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, artículo 2.
38
c) La adopción del texto de un tratado se efectúa por el consenti-
miento de todos los Estados participantes, a menos que se realice
en una conferencia internacional, en donde se adopta por mayo-
ría de dos tercios de los representantes de los Estados presentes
y votantes, a menos que decidan, por igual mayoría, aplicar una
regla diferente.
40
Si bien lo señalado anteriormente, explica el procedimiento
para celebrar tratados internacionales establecido en la Conven-
ción sobre el Derecho de los Tratados, que conforme con lo dis-
puesto en el artículo 133 de nuestra Constitución forma parte del
sistema jurídico mexicano, tal como lo hemos comentado en este
capítulo, también en nuestro país se encuentra en vigor la Ley
sobre Celebración de Tratados,27 documento que regula el pro-
cedimiento para celebrar tratados y acuerdos interinstitucionales
en el ámbito internacional. Explica que los tratados sólo podrán
ser celebrados entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexi-
canos y uno o varios sujetos de derecho internacional público; y
los acuerdos interinstitucionales sólo podrán ser celebrados entre
una dependencia u organismo descentralizado de la Administra-
ción Pública Federal, Estatal o Municipal y uno o varios órganos
gubernamentales extranjeros u organizaciones internacionales.28
Si bien a esta ley se le conoce como la “ley Salinas” porque
fue propuesta y promulgada por el entonces presidente de la Re-
pública Carlos Salinas de Gortari, regula la celebración de los
acuerdos interinstitucionales, que son compromisos internacio-
nales pero entre órganos y organismos descentralizados de la ad-
ministración pública en sus tres niveles, los que crean obligacio-
nes que pueden comprometer al Estado, en virtud que si algún
órgano se obliga a cumplir un acuerdo y posteriormente carece
de capacidad económica o técnica para ello, el gobierno fede-
ral debe intervenir en su cumplimiento, tal es el caso de la de-
manda entablada en contra del gobierno de los Estados Unidos
Mexicanos por la empresa norteamericana Metalclad, por actos
de autoridad del gobierno municipal de Guadalcázar, San Luis
Potosí, al negar el permiso municipal de construcción para las
instalaciones de un confinamiento de residuos peligrosos que se
establecería cerca de dicho municipio y para el que el gobierno
federal había concedido la autorización a través de las instancias
correspondientes.29
27
Publicada en el DOF el 2 de enero de 1992, cfr. Instituto de Investigaciones
Jurídicas, Legislación federal, http://www.juridicas.unam.mx/legislacion, con-
sultada el 10 de enero de 2012.
28
Artículo 1 de la Ley sobre la Celebración de Tratados en vigor.
29
Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Me-
canismo complementario), Laudo del caso número ARB(AF)/97/1, entre Metalclad
41
Si bien en este caso, fueron las autoridades federales las que le
concedieron la autorización a la empresa para instalar el confi-
namiento de residuos peligrosos, el gobierno municipal de Gua-
dalcázar y posteriormente, el gobierno estatal de San Luis Potosí,
realizaron acciones que llevaron a impedir las operaciones de la
empresa mencionada, por lo que nuestro país resultó condenado
a pagar los daños y perjuicios en contra de la empresa nortea-
mericana.
Resulta de suma importancia abordar este tema, debido a que
con frecuencia el gobierno mexicano es demandado ante tribu-
nales supranacionales, por ejemplo en los casos de la solución de
controversias en los Tratados de Libre Comercio, en particular
en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en don-
de nuestro país es condenado a pagar a empresas extranjeras la
reparación de daños, generalmente como consecuencia de deci-
siones jurídicas internas.
Hasta el año 1999 se interpretó que las leyes federales y las lo-
cales se encontraban en el mismo plano, pero, a partir de la tesis
que a continuación transcribiremos, los ministros de la Suprema
Corte de Justicia, interpretan que los tratados internacionales se
encuentran por encima de las leyes federales, por lo que se re-
quirió constantemente la intervención del Poder Judicial Federal
para resolver juicios en los que se invocan los instrumentos inter-
nacionales.
Ahora bien, la nueva tesis P. LXXVII/99 del pleno de la Su-
prema Corte de Justicia que sostiene que los tratados internacio-
nales se ubican jerárquicamente por encima de las leyes federa-
les, se estructura con los siguientes argumentos:
46
Esta interpretación del artículo 133 constitucional, deriva de
que estos compromisos internacionales son asumidos por el Esta-
do mexicano en su conjunto y comprometen a todas sus autori-
dades frente a la comunidad internacional; por ello se explica que
el Constituyente haya facultado al presidente de la República a
suscribir los tratados internacionales en su calidad de jefe de Es-
tado y, de la misma manera, el Senado interviene como represen-
tante de la voluntad de las entidades federativas y, por medio de
su ratificación, obliga a sus autoridades. Otro aspecto importante
para considerar esta jerarquía de los tratados, es la relativa a que
en esta materia no existe limitación competencial entre la Fede-
ración y las entidades federativas, esto es, no se toma en cuenta
la competencia federal o local del contenido del tratado, sino que
por mandato expreso del propio artículo 133 el presidente de la
República y el Senado pueden obligar al Estado mexicano en
cualquier materia, independientemente de que para otros efectos
ésta sea competencia de las entidades federativas. Como conse-
cuencia de lo anterior, la interpretación del artículo 133 lleva a
considerar en un tercer lugar al derecho federal y al local en una
misma jerarquía en virtud de lo dispuesto en el artículo 124 de la
ley fundamental, el cual ordena que “las facultades que no están
expresamente concedidas por esta Constitución a los funciona-
rios federales, se entienden reservadas a los estados”.38
Además, en el año 2007, el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia, dictó dos sentencias en similar sentido, que a la letra
señalan:
47
existencia de un orden jurídico superior, de carácter nacional,
integrado por la Constitución Federal, los tratados internacio-
nales y las leyes generales. Asimismo, a partir de dicha interpre-
tación, armonizada con los principios de derecho internacional
dispersos en el texto constitucional, así como con las normas y
premisas fundamentales de esa rama del derecho, se concluye
que los tratados internacionales se ubican jerárquicamente aba-
jo de la Constitución Federal y por encima de las leyes generales,
federales y locales, en la medida en que el Estado Mexicano al
suscribirlos, de conformidad con lo dispuesto en la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre los Estados y
Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Inter-
nacionales y, además, atendiendo al principio fundamental de
derecho internacional consuetudinario “pacta sunt servanda”, con-
trae libremente obligaciones frente a la comunidad internacio-
nal que no pueden ser desconocidas invocando normas de dere-
cho interno y cuyo incumplimiento supone, por lo demás, una
responsabilidad de carácter internacional.
48
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL Y LEY SUPREMA
DE LA UNIÓN. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 133
CONSTITUCIONAL.
A partir de la interpretación del precepto citado, si aceptamos
que las Leyes del Congreso de la Unión a las que aquél se re-
fiere corresponden, no a las leyes federales sino a aquellas que
inciden en todos los órdenes jurídicos parciales que integran al
Estado Mexicano y cuya emisión deriva de cláusulas constitu-
cionales que constriñen al legislador para dictarlas, el principio
de “supremacía constitucional” implícito en el texto del artículo
en cita claramente se traduce en que la Constitución General de
la República, las leyes generales del Congreso de la Unión y los
tratados internacionales que estén de acuerdo con ella, constitu-
yen la “Ley Suprema de la Unión”, esto es, conforman un orden
jurídico superior, de carácter nacional, en el cual la Constitución
se ubica en la cúspide y, por debajo de ella los tratados interna-
cionales y las leyes generales.
41
Cossío Díaz, José Ramón, “Jerarquía. División competencial en relación con
los tratados internacionales en derecho mexicano”, en Anuario Mexicano de Dere-
cho Internacional VIII-2008, México, UNAM-IIJ, 2008, p. 880.
42
Idem.
50
Resulta de suma importancia que se publique el voto particular
del ministro Cossío, en virtud que las tesis jurisprudenciales que
ubican a los tratados internacionales en un plano superior a las
leyes federales y locales fueron aprobadas por una mayoría mí-
nima, de apenas un voto de diferencia, lo que significa que está
lejos de crearse jurisprudencia en esta materia.
En cuanto a los diversos juicios de amparo que han sido re-
sueltos por el Poder Judicial de la Federación, en particular, por
el pleno de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción, que se refieren a las disposiciones establecidas en tratados
internacionales y que son aplicadas por las autoridades judiciales
en México, ya que invocaron directamente a la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares; la Convención Americana
de Derechos Humanos; el Convenio de las Naciones Unidas con-
tra el Tráfico de Estupefacientes y Substancias Psicotrópicas y la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, resulta grati-
ficante que sus resoluciones se apoyaran directamente en dichos
instrumentos internacionales, como parte integrante del sistema
jurídico mexicano.43 Esto confirma nuestra postura que los tra-
tados internacionales son de observancia obligatoria en México
desde el momento en que son publicados en el Diario Oficial de
la Federación y además nos congratulamos de que quienes in-
terpretan las normas jurídicas, las consideren parte del Derecho
interno mexicano.
El internacionalista Manuel Becerra Ramírez, desde el año
2006, hace una propuesta de un nuevo esquema constitucional
de recepción del Derecho Internacional, al comentar que los
teóricos de las constituciones modernas recomiendan redactar
un documento constitucional con fórmulas generales, con líneas
fundamentales para hacer de la Constitución un documento
vivo, dinámico, susceptible de ser actualizado por los operadores,
sin que se salgan de dichas líneas. Señala que está de acuerdo con
dicha propuesta, sin embargo, por la complejidad de los fenóme-
nos internacionales sería recomendable agrupar en un capítulo
“internacional” todos los aspectos del Derecho Internacional,
43
Dondé Matute, Javier, “El derecho internacional y su relevancia en el sistema
jurídico mexicano. Una perspectiva jurisprudencial,” en Anuario Mexicano de De-
recho Internacional IX-2009, México, UNAM-IIJ, 2009, pp. 191-217.
51
incluyendo la normatividad en derechos humanos y derecho hu-
manitario internacional, que comparten características genera-
les.
El autor recomienda que los tratados internacionales que se
encuentren de acuerdo con la Constitución deben ser aprobados
por el Congreso, salvo aquellos acuerdos que sólo son obligato-
rios para el Ejecutivo, en tal caso deberán ser aprobados por el
Senado. Dichos tratados internacionales sólo estarán debajo de
la Constitución a excepción de los tratados internacionales sobre
Derechos Humanos que una vez que sean aprobados por el Con-
greso tendrán el mismo rango constitucional. Además explica
que los tratados de Derechos Humanos celebrados por nuestro
país que agreguen alguna garantía a la Constitución serán parte
integrante de la misma y primarán frente a las leyes internas.44
Además, en el año 2007, el doctor Manuel Becerra señala-
ba que en virtud del principio de soberanía, es claro que una
facultad del Estado consiste en establecer el sistema adecuado
para la recepción del derecho internacional; la práctica estatal es
rica en ejemplos, como lo reconocieron varios ministros de la Su-
prema Corte de Justicia de la Nación en sus intervenciones. Sin
embargo, en el caso concreto hay una incertidumbre en el texto
de la Constitución (concretamente al artículo 133) que de plano
es oscuro y defectuoso, y ante una vaguedad de la Constitución
procede modificarla, pero esta opción no se ha podido concretar
por la inoperancia del Poder Constituyente en época de enfrenta-
miento político. Entonces sólo queda que el Poder Judicial dé una
respuesta, por ser el intérprete más adecuado de la Constitución,
sin embargo, la Corte evade su responsabilidad. Con estos asun-
tos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación perdió una buena
oportunidad de delinear un sistema de recepción de derecho in-
ternacional idóneo, sin dejar dudas, como sucedió.45
44
Becerra, Ramírez, Manuel, La recepción del derecho internacional en el derecho in-
terno, México, UNAM-Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2006, pp. 144-
145.
45
Becerra Ramírez, Manuel, “Comentarios sobre las tesis P. IX/2007 y P.
VIII/2007 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 2007, respecto
de la jerarquía de los tratados en el orden jurídico mexicano”, en Anuario
Mexicano de Derecho Internacional VIII-2008, México, UNAM-IIJ, 2008, p.
866.
52
Por otra parte, es una ventaja que se reconozca que hay nor-
mas con una jerarquía superior, como las normas de jus cogens. Sin
embargo, no hay una congruencia, pues en diferentes asuntos en
que la actual Corte ha decidido, ha olvidado el contenido de los
tratados internacionales en materia de derechos humanos. 46
Esta propuesta que el investigador Becerra hizo desde el año
2006, se hizo realidad el pasado 10 de junio de 2011 cuando se
publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma consti-
tucional en materia de Derechos Humanos, en donde se incor-
poraron todos los tratados internacionales, llámense convenios,
convenciones, pactos, protocolos, entre otros, a nuestra Constitu-
ción y todos los que se encuentren en territorio nacional podrán
invocarlos y hacerlos valer mediante el juicio de Amparo. En el
siguiente apartado abordaremos dicha reforma.
46
Idem.
53
sonas la protección más amplia. (Adicionado mediante decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio
del 2011).47
56
Estados Partes, sin restricciones; cuarto, la adopción de medidas
nacionales indispensables de implementación de la Convención,
de modo a asegurar la aplicabilidad directa de sus normas en el
derecho interno de los Estados Partes; y quinto, el acceso directo
de los individuos, como sujetos del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos con plena capacidad procesal, a la jurisdic-
ción de la Corte Interamericana, operando en base permanente
y con los recursos humanos y materiales indispensables y adecua-
dos.53 A partir de la entrada en vigor de la reforma en materia de
Derechos Humanos y del artículo 33 constitucional en particular,
México, forma parte del sistema fortalecido, eficaz y capaz que
propone el destacado jurista y ex presidente de la Corte Intera-
mericana de Derechos Humanos, Antônio Cançado Trindade.
Gerardo Pisarello y Miguel Carbonell, explican que desde un
punto de vista formal, la penetración del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos en los ordenamientos locales arroja
nueva luz sobre derechos cuyos contornos han permanecido tra-
dicionalmente sumergidos en un ámbito de penumbras. Ante
todo, sobre los derechos invisibles de destinatarios también invi-
sibles para los mecanismos de protección tradicional: los niños,
las mujeres, los indígenas, los disidentes ideológicos, religiosos o
sexuales, las personas con discapacidad, los inmigrantes pobres;
objetos todos, pero nunca sujetos, de las políticas públicas; ciuda-
danos de segunda y tercera clase, parias, receptores, si acaso, de
concesiones paternalistas, revocables según el humor institucio-
nal, pero nunca de auténticos derechos, de expectativas estables
de tutela de sus intereses y necesidades, de expectativas legítimas
sustraídas al capricho discrecional de las burocracias o del mer-
cado.54
Lo manifestado por Gerardo Pisarello y Miguel Carbonell,
retrata la situación en México y en la mayoría de los países, don-
de no existe protección efectiva para las víctimas invisibles tan-
53
Ibídem, pp. 370-371.
54
Pisarello, Gerardo y Carbonell, Miguel, “La aplicación de los tratados inter-
nacionales de Derechos Humanos en el Derecho interno: modelo para armar”,
en Carbonell, Miguel, et. al., Derecho Internacional de los Derechos Humanos, textos bá-
sicos, México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos-Editorial Porrúa,
2003, tomo I, p. 23.
57
to para el gobierno como para los particulares, de violaciones a
sus derechos humanos y que esporádicamente los gobiernos se
acuerdan de los más vulnerables, como son los niños, las mujeres,
las personas en pobreza extrema y los inmigrantes pobres que en
su mayoría pretenden llegar a los Estados Unidos de América, y
no establecerse en nuestro país.
En el mismo orden de ideas, Jack Donnelly señala que la ac-
ción internacional en defensa de los Derechos Humanos tiene lí-
mites, porque éstos son en última instancia un problema profun-
damente nacional, no internacional. En un sistema internacional
en el cual cada gobierno es nacional más que mundial, los De-
rechos Humanos son por definición una cuestión esencialmente
interna. Los estados representan los principales violadores de los
Derechos Humanos y los actores fundamentales que se rigen por
las normas internacionales.
Por lo tanto, el efecto plausible de la acción internacional es
limitado. La probabilidad de una puesta en práctica y una eje-
cución de las reglas a nivel internacional también es escasa, pues
la acción a este nivel a favor de los Derechos Humanos se apoya
en cierta percepción de interdependencia moral (más que mate-
rial). Otros estados no sufren directamente los daños cuando un
gobierno no respeta los Derechos Humanos; las víctimas inme-
diatas son los ciudadanos de ese gobierno. En consecuencia, los
incentivos, derivados del interés propio, que tendrían otros esta-
dos para tomar represalias son pocos, o por lo menos intangibles.
La única presión disponible, fuera de la persuasión moral, debe
importarse de otros campos, como el comercio y la asistencia.
Esto hace de las represalias una acción relativamente costosa y
aumenta el riesgo de una escalada. Además, como los medios
para tomar represalias no se vinculan de manera clara y directa
con las violaciones, es probable que su legitimidad se considere
más cuestionable.55
Finalmente, señalamos que los tratados de Derechos Huma-
nos de las Naciones Unidas constituyen la columna vertebral del
sistema universal de protección de los Derechos Humanos, por
lo que deben ser abordados no de forma aislada, sino relacio-
Donnelly, Jack, Derechos humanos universales en teoría y en la práctica, 2ª edición,
55
60
Las tesis P./J. 73/99 y P./J. 74/99 anteriormente citadas apare-
cen publicadas en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo X, agosto de 1999, páginas 18 y
5, respectivamente.57
La anterior tesis aislada, presupone algunos puntos interesan-
tes en materia de control de convencionalidad, exclusivamente
en materia de Derechos Humanos, puesto que ahora no serán
los jueces y magistrados federales los que deben realizar ese con-
trol, sino todos los jueces del país, bajo el parámetro de análisis
siguiente:
63
Localización: Novena Época; Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta; XXVIII, Agosto de 2008; Página: 1083; Tesis: I.7o.C.46
K; Tesis Aislada; Materia(s): Común
64
te: Julio César Vázquez-Mellado García. Secretario: Benjamín
Garcilazo Ruiz.
Conclusiones
PRIMERA. Vivimos cambios trascendentales en el sistema jurí-
dico mexicano respecto de la incorporación de los tratados inter-
nacionales, en virtud que actualmente la soberanía estatal quedó
relegada en relación con la materia de Derechos Humanos, toda
vez que la reforma constitucional del 10 de junio de 2011, ubicó
65
a los tratados internacionales en esa materia, al mismo nivel de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, razón
por la que ahora nuestra Carta Magna concede a quienes se en-
cuentran dentro del territorio nacional, todos los derechos pre-
vistos en los tratados internacionales sobre Derechos Humanos.
Bibliografía
66
la Nación de 2007, respecto de la jerarquía de los tratados en el
orden jurídico mexicano”, en Anuario Mexicano de Derecho Interna-
cional VIII-2008, México, UNAM-IIJ, 2008.
67
COSSÍO DÍAZ, José Ramón, “Jerarquía. División competencial
en relación con los tratados internacionales en derecho mexica-
no”, en Anuario Mexicano de Derecho Internacional VIII-2008, Méxi-
co, UNAM-IIJ, 2008.
69
__________, “Convención sobre el Derecho de los Tratados”,
en Instrumentos fundamentales de derecho internacional público, México,
UNAM, 198
70
CAPÍTULO III
Tratados internacionales en materia de
derechos humanos
I.Presentación
El 10 de junio de 2011, fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación una reforma a la Constitución Federal, que llevó a
la Carta Magna el reconocimiento y la protección de los dere-
chos humanos contenidos en todos los tratados internacionales
signados por México, y otorgó mayores facultades a la Comisión
Nacional de Derechos Humanos para, entre otras atribuciones,
investigar violaciones graves en la materia; tarea que anterior-
mente tenía encomendada la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
Dicha reforma constitucional significó uno de los cambios
más trascendentes en la cultura jurídica nacional de los últimos
años, ya que México se ubicó a la par de países como Guatemala,
Argentina y Colombia, en los que los instrumentos internaciona-
les en materia de derechos humanos tienen un rango superior en
el derecho interno, otorgado por la propia Constitución.
Es por ello, que en este trabajo conoceremos los tratados inter-
nacionales en materia de derechos humanos y sus características;
sabremos cuántos de ellos ha suscrito nuestro país, cómo se in-
tegran a nuestro orden jurídico, y por último, identificaremos su
nueva jerarquía en el entramado normativo nacional.
1
Fernando Valenzuela Pernas. Doctor en Derecho por la UNAM. Profesor-in-
vestigador de la DACSyH-UJAT. Actualmente Fiscal General del Estado de
Tabasco.
II.Los tratados internacionales en materia de derechos
humanos. Precisiones Conceptuales
Por sus diversos fines, los tratados internacionales han sido defi-
nidos como acuerdos que celebran dos o más Estados como entidades sobe-
ranas entre sí, sobre cuestiones diplomáticas, políticas, económicas, culturales
u otras de interés para las partes.2
Otra de sus finalidades es la protección de los derechos huma-
nos, dando lugar a los tratados que en esta ocasión serán nuestro
objeto de estudio.
Los tratados en materia de derechos humanos, a diferencia
de los demás, no sólo establecen repercusiones entre los Estados,
sino que van más allá, ya que influyen en las relaciones entre las
autoridades estatales y las personas, de allí su importancia y tras-
cendencia en nuestro orden jurídico.
Así pues, este tipo de instrumentos presentan las siguientes
particularidades:
2
Arrioja Vizcaíno, Adolfo, Derecho Fiscal, 18ª Edición, Themis, México, 1988, p.
69.
72
Si bien ni la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, ni la legislación secundaria contienen normas espe-
cíficas sobre la aprobación de los tratados de derechos humanos,
la naturaleza de éstos sí les confiere, en los hechos, un carácter
especial que los distingue de los demás tratados.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opi-
nión Consultiva OC-2/823 , sostuvo:
3
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-2/82,
del 24 de septiembre de 1982, “El efecto de las reservas sobre la entrada en
vigencia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Artículos 74
y 75)”, p.8.
73
cada país, en conjunto con el principio de ius cogens4 , al momento
de fundamentar los derechos humanos en la legislación interna.
Es por ello que cobra especial relevancia la reforma consti-
tucional aprobada por el Constituyente Permanente en México,
que no sólo reformó el Capítulo I, del Título Primero de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para denomi-
narlo “De los derechos humanos y sus garantías”, sino que además en el
artículo 1º de nuestra Ley Fundamental estableció:
3
Principio consagrado en el artículo 53 de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados, que establece una verdadera jerarquía entre las
normas del derecho internacional al señalar la nulidad de todo tratado
que, en el momento de su celebración, se oponga a una norma imperativa
de derecho internacional de aceptación general. Las normas de ius cogens
recogen un consenso mínimo sobre valores fundamentales de la comuni-
dad internacional, y se imponen sobre el consentimiento de los Estados in-
dividualmente considerados. Gómez Robledo, Antonio, El ius cogens in-
ternacional, 2ª edición, IIJ-UNAM, México, 2003, pp. 73-98.
74
Es decir, la reforma constitucional otorgó a los tratados interna-
cionales en la materia, su misma jerarquía, y amplió la protec-
ción de los derechos humanos a lo previsto en dichos instrumen-
tos, cuando en el derecho interno no se encuentren plenamente
establecidos. Lo anterior, a través de la interpretación.
Sin embargo esto no es todo, al ordenar que todas las auto-
ridades promuevan, respeten, protejan y garanticen los referidos
derechos, el Constituyente Permanente, establece un mandato
para que en el ámbito de sus competencias, el Presidente de la
República, Secretarios, Senadores, Diputados, Ministros, Magis-
trados, Jueces y los servidores públicos en general, desarrollen en
cada uno de sus actos los derechos humanos.
El titular del Poder Ejecutivo y los servidores públicos de la
administración pública, a través no sólo del diseño, sino de la
ejecución de políticas públicas. Lo que no queda satisfecho con
la sola publicación de los programas nacionales de derechos hu-
manos, sino con la verificación y evaluación de su cumplimiento.
Los legisladores por su parte, tienen la importante labor de
armonizar los compromisos asumidos en cada uno de los trata-
dos internacionales, en cada una de los ordenamientos que inte-
gran nuestro sistema jurídico; lo anterior, mediante las iniciativas
de reformas, adiciones o creación de nuevas leyes.
Asimismo, los funcionarios del Poder Judicial, en la aplica-
ción de las normas, deben velar por la protección más amplia e
incluso invocar alguna disposición internacional en caso de ser
necesario, para favorecer los derechos humanos de mexicanos o
extranjeros, según corresponda.
Por último, no debemos olvidar la responsabilidad que tam-
bién tienen órganos constitucionales autónomos, especialmente
la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para la difusión y
fortalecimiento de tales derechos.
NOMBRE FECHA
DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS 2 de mayo de 1948
DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE 10 de diciembre de 1948
DERECHOS HUMANOS
REGLAS MÍNIMAS PARA EL 30 de agosto de 1955
TRATAMIENTO DE LOS RECLUSOS
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO 20 de noviembre de 1959
5
Pedroza De la Llave, Susana Thalía y García Huante, Omar (Compiladores),
Compilación de Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos Firmados y Ratificados
por México 1921-2003, Tomo I, CNDH, México 2003, pp. 23-237.
76
NOMBRE FECHA
DECLARACIÓN DE ESTOCOLMO SOBRE EL 16 de junio de 1972
MEDIO AMBIENTE HUMANO
DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE LA ERRA- 16 de noviembre de 1974
DICACIÓN DEL HAMBRE Y LA MALNUTRICIÓN
DECLARACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DE LA 14 de diciembre de 1974
MUJER Y EL NIÑO EN ESTADOS DE EMERGEN-
CIA O DE CONFLICTO ARMADO
DECLARACIÓN SOBRE LA UTILIZACIÓN DEL 10 de noviembre de 1975
PROGRESO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO EN
INTERÉS DE LA PAZ Y EN BENEFICIO DE LA
HUMANIDAD
DECLARACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DE 9 de diciembre de 1975
TODAS LAS PERSONAS CONTRA LA TORTURA
Y OTROS TRATOS O PENAS CRUELES, INHU-
MANOS O DEGRADANTES
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS 9 de diciembre de 1975
IMPEDIDOS
DECLARACIÓN SOBRE LA RAZA Y LOS PREJUI- 27 de noviembre de 1978
CIOS RACIALES
DECLARACIÓN SOBRE LOS PRINCIPIOS FUN- 28 de noviembre de 1978
DAMENTALES RELATIVOS A LA CONTRIBU-
CIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
DE MASAS AL FORTALECIMIENTO DE LA PAZ
Y LA COMPRENSIÓN INTERNACIONAL, A LA
PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
Y A LA LUCHA CONTRA EL RACISMO, EL APAR-
THEID Y LA INCITACIÓN A LA GUERRA
CÓDIGO DE CONDUCTA PARA FUNCIONARIOS 17 de diciembre de 1979
ENCARGADOS DE HACER CUMPLIR LA LEY
DECLARACIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE 25 de noviembre de 1981
TODAS LAS FORMAS DE INTOLERANCIA Y DIS-
CRIMINACIÓN FUNDADAS EN LA RELIGIÓN O
LAS CONVICCIONES
DECLARACIÓN SOBRE EL DERECHO DE LOS 12 de noviembre de 1984
PUEBLOS A LA PAZ
DECLARACIÓN SOBRE LOS PRINCIPIOS FUN- 29 de noviembre de 1985
DAMENTALES DE JUSTICIA PARA LAS VÍCTI-
MAS DE DELITOS Y DEL ABUSO DE PODER
DECLARACIÓN SOBRE EL DERECHO AL 4 de diciembre de 1986
DESARROLLO
CONJUNTO DE PRINCIPIOS PARA LA PROTEC- 9 de diciembre de 1988
CIÓN DE TODAS LAS PERSONAS SOMETIDAS A
CUALQUIER FORMA DE DETENCIÓN O
PRISIÓN
77
NOMBRE FECHA
PRINCIPIOS BÁSICOS SOBRE LA FUNCIÓN DE 7 de septiembre de 1990
LOS ABOGADOS
PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL TRATAMIENTO 14 de diciembre de 1990
DE LOS RECLUSOS
DECLARACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN DE 18 de diciembre 1992
TODAS LAS PERSONAS CONTRA LAS DESAPA-
RICIONES FORZADAS
DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE EL GENO- 11 de noviembre de 1997
MA HUMANO Y LOS DERECHOS HUMANOS
DECLARACIÓN SOBRE EL DERECHO Y EL DE- 9 de diciembre de 1998
BER DE LOS INDIVIDUOS, LOS GRUPOS Y LAS
INSTITUCIONES DE PROMOVER Y PROTEGER
LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS LIBERTADES
FUNDAMENTALES UNIVERSALMENTE RECO-
NOCIDOS
6
Ibidem, Tomo I pp. 241-759 y Tomo II pp. 21-573.
78
NOMBRE LUGAR FECHA
PROTOCOLO A LA CONVENCIÓN Asunción, Paraguay 6 de agosto de
AMERICANA SOBRE DERECHOS HU- 1990
MANOS RELATIVO A LA ABOLICIÓN
DE LA PENA DE MUERTE (OEA)
CONVENCIÓN INTERAMERICANA Belém, Brasil 4 de junio de
SOBRE DESAPARICIÓN FORZADA 1994
DE PERSONAS (OEA)
79
TORTURA
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN CONTRA LA TOR- Nueva York, E. U. A. 10 de diciembre
TURA Y OTROS TRATOS O PENAS de 1984
CRUELES INHUMANOS O DEGRA-
DANTES (ONU)
CONVENCIÓN INTERAMERICANA Cartagena de Indias, 9 de diciembre
PARA PREVENIR Y SANCIONAR LA Colombia de 1985
TORTURA (OEA)
80
NOMBRE LUGAR FECHA
PROTOCOLO PARA MODIFICAR Nueva York, E. U. A. 7 de diciembre de
LA CONVENCIÓN RELATIVA A 1953
LA ESCLAVITUD FIRMADA EN
GINEBRA EL 25 DE SEPTIEMBRE
DE 1926 (ONU)
DERECHO DE ASILO
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN SOBRE ASILO (OEA) La Habana, Cuba 20 de febrero
de 1928
CONVENCIÓN SOBRE ASILO Montevideo, Uru- 26 de diciem-
POLÍTICO (OEA) guay bre de 1933
CONVENCIÓN SOBRE EL ES- Ginebra, Suiza 28 de julio de
TATUTO DE LOS REFUGIADOS 1951
(ONU)
CONVENIO SOBRE ASILO TE- Caracas, Venezue- 28 de marzo de
RRITORIAL (OEA) la 1954
CONVENIO SOBRE ASILO DI- Caracas, Venezue- 28 de marzo de
PLOMÁTICO (OEA) la 1954
CONVENCIÓN SOBRE EL ES- Nueva York, E. U. 28 de septiem-
TATUTO DE LOS APÁTRIDAS A. bre de 1954
(ONU)
PROTOCOLO SOBRE EL ESTA- Nueva York, E. U. 31 de enero de
TUTO DE LOS REFUGIADOS A. 1967
(ONU)
81
DERECHOS DE LA MUJER
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN SOBRE NACIONA- Montevideo, Uru- 26 de diciembre
LIDAD DE LA MUJER (OEA) guay de 1933
CONVENCIÓN INTERAMERICA- Bogotá, Colombia 30 de abril de
NA SOBRE CONCESIÓN DE LOS 1948
DERECHOS CIVILES A LA MUJER
(OEA)
CONVENCIÓN INTERAMERICANA Bogotá, Colombia 2 de mayo de
SOBRE CONCESIÓN DE LOS DE- 1948
RECHOS POLÍTICOS A LA MUJER
(OEA)
CONVENCIÓN SOBRE LOS DERE- Nueva York, E. U. A. 20 de diciembre
CHOS POLÍTICOS DE LA MUJER de 1952
(ONU)
CONVENCIÓN SOBRE LA NACIO- Nueva York, E. U. A. 20 de febrero de
NALIDAD DE LA MUJER CASADA 1957
(ONU)
CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMI- Nueva York, E. U. A. 18 de diciembre
NACIÓN DE TODAS LAS FORMAS de 1979
DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA
MUJER (ONU)
CONVENCIÓN INTERAMERICANA Belém do Pará, Bra- 9 de junio de
PARA PREVENIR, SANCIONAR Y sil 1994
ERRADICAR LA VIOLENCIA CON-
TRA LA MUJER“CONVENCIÓN DE
BELÉM DO PARÁ” (OEA)
PROTOCOLO FACULTATIVO DE LA Nueva York, E. U. A. 6 de octubre de
CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMI- 1999
NACIÓN DE TODAS LAS FORMAS
DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA
MUJER (ONU)
82
NOMBRE LUGAR FECHA
83
DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
NOMBRE LUGAR FECHA
MATRIMONIO Y FAMILIA
NOMBRE LUGAR FECHA
DISCRIMINACIÓN
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN INTERNACIONAL Nueva York, E. 7 de marzo de
SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TO- U. A. 1966
DAS LAS FORMAS DE DISCRIMI-
NACIÓN RACIAL (ONU)
CONVENCIÓN INTERNACIO- Nueva York, E. 30 de noviembre
NAL SOBRE LA REPRESIÓN Y EL U. A. de 1973
CASTIGO DEL CRIMEN DE APAR-
THEID (ONU)
CONVENCIÓN INTERNACIONAL Nueva York, E. 10 de diciembre
CONTRA EL APARTHEID EN LOS U. A. de 1985
DEPORTES (ONU)
84
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN INTERAMERICANA Guatemala 7 de junio de
PARA LA ELIMINACIÓN DE TODAS 1999
LAS FORMAS DE DISCRIMINA-
CIÓN CONTRA LAS PERSONAS
CON DISCAPACIDAD (OEA)
DERECHOS LABORALES
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENIO INTERNACIONAL DEL San Francisco Cali- 9 de julio de 1948
TRABAJO (NÚM. 87) RELATIVO A fornia, E. U. A.
LA LIBERTAD SINDICAL Y LA PRO-
TECCIÓN AL DERECHO SINDICAL
(OIT)
CONVENIO NÚMERO 95 DE LA Ginebra, Suiza 1 de julio de 1949
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL
DEL TRABAJO SOBRE LA PROTEC-
CIÓN DEL SALARIO (OIT)
CONVENIO (NÚM. 100) RELATIVO Ginebra, Suiza 29 de junio de
A LA IGUALDAD DE REMUNERA- 1951
CIÓN ENTRE LA MANO DE OBRA
MASCULINA Y FEMENINA POR UN
TRABAJO DE IGUAL VALOR (OIT)
CONVENIO NÚMERO 102 DE LA Ginebra, Suiza 28 de junio de
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL 1952
DEL TRABAJO SOBRE LA SEGU-
RIDAD SOCIAL (NORMA MÍNIMA)
(OIT)
CONVENIO (NÚM. 111) RELATIVO Ginebra, Suiza 25 de junio de
A LA DISCRIMINACIÓN ENMATE- 1958
RIA DE EMPLEO Y OCUPACIÓN
(OIT)
CONVENIO INTERNACIONAL DEL Ginebra, Suiza 23 de junio de
TRABAJO (NÚM. 135) RELATIVO A 1971
LA PROTECCIÓN Y FACILIDADES
QUE DEBEN OTORGARSE A LOS
REPRESENTANTES DE LOS TRA-
BAJADORES EN LA EMPRESA (OIT)
CONVENIO (159) SOBRE LA REA- Ginebra, Suiza 20 de junio de
DAPTACIÓN PROFESIONAL 1983
Y EL EMPLEO DE PERSONAS IN-
VÁLIDAS (OIT)
85
DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN PARA LA PREVEN- Nueva York, E. 9 de diciembre de
CIÓN Y LA SANCIÓN DEL DELITO U. A. 1948
DE GENOCIDIO (ONU)
CONVENIO I DE GINEBRA PARA Ginebra, Suiza 12 de agosto de
ALIVIAR LA SUERTE QUE CO- 1949
RREN LOS HERIDOS Y LOS EN-
FERMOS DE LAS FUEZAS ARMA-
DAS EN CAMPAÑA
CONVENIO II DE GINEBRA PARA Ginebra, Suiza 12 de agosto de
ALIVIAR LA SUERTE QUE CO- 1949
RREN LOS HERIDOS, LOS ENFER-
MOS Y LOS NÁUFRAGOS
DE LAS FUERZAS ARMADAS EN EL
MAR
86
NOMBRE LUGAR FECHA
CONVENCIÓN SOBRE LA CONDI- La Habana, Cuba 20 de febrero de
CIÓN DE LOS EXTRANJEROS (OEA) 1928
CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE Viena, Austria 24 de abril de
RELACIONES CONSULARES (ONU) 1963
PROTOCOLO DE FIRMA FACULTA- Viena, Austria 24 de abril de
TIVA SOBRE JURISDICCIÓN OBLI- 1963
GATORIA PARA LA SOLUCIÓN DE
CONTROVERSIAS DE LA CONVEN-
CIÓN DE VIENA SOBRE RELACIO-
NES CONSULARES (ONU)
CONVENCIÓN INTERNACIONAL Nueva York, E. U. A. 18 de diciembre
SOBRE LA PROTECCIÓN DE LOS de 1990
DERECHOS DE TODOS LOS TRA-
BAJADORES MIGRATORIOS Y DE
SUS FAMILIARES (ONU)
87
Gráficamente la distribución temática de los tratados de dere-
chos humanos suscritos por México, se representa así:
7% 9%
9% 9%
7% 9% 7%
7%
3% 3%
9% 9%
12%
12%
5%
1%
4% 9%
5% 14% 11%
1%
4% 9%
14% 11%
Matrimonio y familia
IV. Integración de los tratados internacionales en ma-
teria de derechos humanos
El origen de los derechos humanos se ha sustentado en razones
teóricas y normativas; las primeras, derivan de la común asig-
nación de tales derechos a todos los seres humanos (enunciadas
en los textos constitucionales de los Estados democráticos), y las
segundas, se encuentran contenidas en diversos pactos, tratados y
convenciones internacionales en la materia, derivados de la Car-
ta de la Organización de las Naciones Unidas del 26 de junio de
1945 y de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
del 10 de diciembre de 1948, que en conjunto suponen, el em-
brión de un verdadero constitucionalismo global.
Con la Declaración de 1948, los derechos dejaron de ser una
cuestión interna de incumbencia exclusiva de los Estados, y pa-
saron al terreno del derecho y de las relaciones internacionales,
adquiriendo una característica de universalidad7 que aseguró un
status supranacional a las personas, para el acceso a una jurisdic-
ción internacional protectora de los derechos humanos.
Hoy en día, la universalidad de tales derechos se encuentra
amparada por una diversidad de criterios establecidos en las
Constituciones de cada Estado, que de conformidad a los pro-
cedimientos determinados en su régimen interior, los dota de
coercibilidad y los incorpora como derechos fundamentales a su
régimen interior.
Sin embargo, independientemente de lo establecido en el or-
den jurídico interno de cada país, existe la llamada “Primacía del
Derecho Internacional sobre el Derecho Interno”, principio que
César Moyano Bonilla, en su Ponencia presentada en mayo de
1994, en las XVIII Jornadas de la Asociación Latinoamericana
de Derecho Aeronáutico y Espacial (ALADA), celebradas en Río
de Janeiro analiza los dos últimos, su significado es el siguiente:
•Pacta sunt servanda es una locución latina, que se traduce
como “lo pactado obliga”, que expresa que toda convención
7
Frente al fenómeno de la constante evolución del derecho internacional, ac-
tualmente se observa la necesidad de adaptar el derecho interno a las nuevas
exigencias que plantean las organizaciones internacionales en materias tales
como los derechos humanos.
89
debe ser fielmente cumplida por las partes de acuerdo con lo
pactado. Constituye un principio básico del derecho civil (espe-
cíficamente relacionado con los contratos) y del derecho inter-
nacional.8
•La buena fe (del latín, bona fides) es un principio general del
Derecho, consistente en el estado mental de honradez, de con-
vicción en cuanto a la verdad o exactitud de un asunto, hecho u
opinión, título de propiedad, o la rectitud de una conducta. Ella
exige una conducta recta u honesta en relación con las partes
interesadas en un acto, contrato o proceso. En ocasiones se le
denomina principio de probidad.9
En materia internacional se señala que: “Todo tratado en vigor
obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe”
(según lo señala el artículo 26 de la Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados de 1969 y mismo artículo de la Con-
vención de Viena sobre el Derecho de los Tratados celebrados
entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organi-
zaciones Internacionales de 1986).
90
•En la celebración del tratado por el Poder Ejecutivo o Pre-
sidente, o
•En una combinación de los anteriores requisitos.
91
En el tercer grupo, ubicamos a las Constituciones de aquellos
países que han adoptado la decisión política fundamental en fa-
vor de los procesos de integración, pero que no han articulado
los mecanismos ni han redistribuido las competencias desde el
punto de vista normativo, y recurren a cláusulas programáticas,
no directamente operativas, como es el caso de la Constitución
del Ecuador.
Por último, estarían aquellas Constituciones donde no sólo
se han tomado las decisiones políticas fundamentales, sino que
además se han articulado los mecanismos y procedimientos ten-
dientes a la solución de problemas concretos, contemplando un
nuevo rango para los tratados en materia de derechos humanos;
ubicamos dentro de este grupo, entre otras, las de Argentina, Co-
lombia, España, Portugal, Honduras, Guatemala y ahora a la
Constitución mexicana.
92
reunir los requisitos constitucionales, son publicados en las Ga-
cetas o Diarios Oficiales. En estos supuestos, las normas conven-
cionales autoplicativas no requieren para su aplicación de ningún
acto de carácter administrativo o legislativo posterior, en cambio
las normas no autoplicativas, sí requieren, en algunas ocasiones,
de un acto legislativo o administrativo mediante el cual el Estado
en cuestión, instrumente la aplicación interna12 .
El problema de la instrumentación para la aplicación interna
se dificulta, en algunos gobiernos de tipo federal, cuando las obli-
gaciones contraídas en instrumentos internacionales impactan el
ámbito local, caso en el cual pudieran quedar involucradas para
su implementación, las autoridades locales13 .
Por su parte, los países que incorporan al tratado sin modi-
ficar su naturaleza jurídica, como España14 , reducen las difi-
cultades que se presentan en su aplicación interna; pero corren
el riesgo de que al perder su identidad internacional, los jueces
utilicen como criterios de interpretación los establecidos en el
derecho interno y no los marcados por el derecho internacional,
que resultan obligatorios en razón de las normas convencionales
o consuetudinarias sobre la materia.
15
Constitución Política de la República de Guatemala.
16
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos OC-383, del 8 de septiembre
de1983, “Restricciones a la Pena de Muerte (Arts. 4.2 y 4.4 Convención Ame-
ricana Sobre Derechos Humanos)”.
94
“Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Con-
greso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su
limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden
interno. Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se
interpretarán de conformidad con los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Colombia”17 .
95
la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jerarquía su-
perior a las leyes. La Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre; la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; la Convención Americana de Derechos Humanos; el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-
rales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su
Protocolo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio, la Convención Internacional
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Ra-
cial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la Tortu-
ra y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la
Convención sobre los Derechos del Niño; en las condiciones de
su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo
alguno de la primera parte de esta Constitución y deben enten-
derse complementarias de los derechos y garantías por ella reco-
nocidos. Sólo podrán ser denunciados en su caso, por el Poder
Ejecutivo Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes
de la totalidad de los miembros de cada cámara”.19
19
Constitución de la Nación de Argentina.
96
“Los tratados públicos, los convenios internacionales y los con-
cordatos, debidamente aprobados por la Asamblea legislativas,
tendrán desde su promulgación o desde el día que ellos designen,
autoridad superior a las leyes”20 .
21
Constitución de la República de El Salvador.
22
Constitución de la República de Paraguay.
23
Constitución Política de la República de Ecuador.
97
En el caso de España también puede inferirse que los tratados in-
ternacionales en materia de derechos humanos tienen una jerar-
quía supralegal, si se atiende a los antecedentes del artículo 96 y a
la interpretación de dicha disposición por el Tribunal Supremo y
el Consejo de Estado. Los tratados internacionales válidamente
celebrados forman parte del derecho español, únicamente pue-
den ser derogados, modificados o suspendidos de acuerdo con
las disposiciones del propio tratado en cuestión, lo cual resulta
acorde con las Convenciones de Viena sobre el Derecho de los
Tratados de 1969 y de 1986. Sin embargo, no puede inferirse
que por ese motivo tienen una jerarquía superior los tratados, ya
que las normas internas provienen de fuentes diversas a las nor-
mas internacionales. En todo caso, la jerarquía superior puede
inferirse de una interpretación sistemática del articulado relativo
a los tratados en la Constitución española, la jurisprudencia del
Tribunal Supremo y el Consejo de Estado.
En un cuarto grupo ubicamos a las Constituciones que otorgan
el mismo rango jerárquico a los tratados y a las leyes, en algunos
casos, como el de nuestro país, únicamente en lo relativo a las
leyes federales.
Por su parte, la Constitución de Venezuela, exige en su artículo
124 que, salvo los supuestos allí establecidos, los tratados y con-
venios internacionales que celebre el Ejecutivo nacional, debe-
rán ser aprobados mediante ley especial para que tengan validez.
Por lo cual, si bien dicha Constitución no establece expresamente
el rango de los tratados en el orden interno, al incorporarse éstos
mediante ley, pasan a tener el mismo rango de la ley interna.
Finalmente, los Estados de la comunidad internacional que no
parten de los tratados en materia de derechos humanos, pue-
den resultar obligados en razón de una norma consuetudinaria,
norma que puede tener incluso el rango de norma de ius cogens,
razón por la cual, es indispensable contar en las Constituciones
modernas, con una disposición relativa a la incorporación de las
normas en materia de derechos humanos consuetudinarias y su
jerarquía supralegal, con el fin de asegurar el cumplimiento de
dichas normas, so pena de incurrir en responsabilidad interna-
cional.
98
VI. Jerarquía de los tratados internacionales en mate-
ria de derechos humanos en México
Nuestro país se ha caracterizado por tener una participación di-
námica en la concertación de acuerdos internacionales; motivo
por el cual desde el siglo pasado ha incorporado un creciente
número de instrumentos jurídicos, muchos de ellos en materia
de derechos humanos, que no sólo han generado una renovación
positiva al derecho mexicano, asegurando una red más amplia de
derechos fundamentales y de garantías jurídicas para su protec-
ción, sino que además permiten a los ciudadanos, confrontar los
criterios y resoluciones de autoridades nacionales, con instancias
internacionales.
De allí la importancia de ubicar la jerarquía de dichos trata-
dos en el entramado jurídico mexicano.
Ahora bien, la superioridad instrumental de la Constitución
respecto del resto de fuentes -incluidos los tratados internaciona-
les-, no sólo se halla explícitamente reconocida por la fórmula del
artículo 133, sino que, se encuentra dispersa por todo el articu-
lado constitucional.
Sin embargo, los tratados internacionales en materia de de-
rechos humanos, tal y como se expuso en el apartado anterior,
constituyen una excepción a dicha regla, ya que a partir de la
reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos, publicada el 10 de junio de 2011, en el Diario Oficial de
la Federación, el artículo 1º de dicho ordenamiento, le otorga
paridad a los referidos instrumentos con nuestra Carta Magna.
Por lo que, tratándose de los derechos humanos, ahora pode-
mos ubicar en el grado más alto de la pirámide jurídica mexicana
a la Constitución Federal y a los tratados internacionales en la
materia, y en un segundo grado, a las demás normas federales y
al derecho local; siendo conveniente y razonable que estos últi-
mos ordenamientos, armonizaran con los primeros.
Lo anterior, a través de las modificaciones que el Congreso
de la Unión y las Legislaturas de las 32 entidades federativas del
99
país, realicen en cumplimiento al Decreto de reforma menciona-
do, así como a sus nueve artículos transitorios.
VII.Conclusiones
Entre tratados y declaraciones, a la fecha nuestro país ha suscri-
to alrededor de 106 instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos.
Los tratados internacionales en materia de derechos huma-
nos, son instrumentos multilaterales que protegen los derechos
fundamentales de los seres humanos, independientemente de su
nacionalidad, ya sea frente a su propio Estado, como ante los
demás Estados contratantes.
Por ello, al aprobar esos tratados los Estados se someten a un
orden legal en el cual asumen diversas obligaciones, no en rela-
ción con otros Estados, sino hacia los individuos que se encuen-
tran bajo su protección.
En su aplicación, dichos tratados, son regidos por el principio
pro homine, que da preeminencia a la norma más protectora de los
derechos humanos, independientemente de su ubicación dentro
del entramado jurídico.
En razón a lo anterior, y debido a la trascendencia del tema
para la preservación de un auténtico Estado de Derecho, este
año fue aprobada por el Constituyente Permanente en México,
una reforma constitucional que no sólo fortaleció el reconoci-
miento y la integración de los derechos humanos contenidos en
los tratados internacionales en la materia, sino que además ga-
rantizó su protección.
Además, la referida reforma colocó a nuestro país entre los
Estados Americanos que igualan la jerarquía de los tratados
internacionales en la materia, con la de sus Constituciones; un
grado de reconocimiento que sólo es superado por países como
Guatemala, Colombia y Honduras, que le dan preeminencia a
las disposiciones internacionales de derechos humanos, sobre sus
propias Constituciones.
100
Por lo que ahora, sólo nos resta esperar las adecuaciones que
los distintos órdenes de gobierno, en sus respectivos ámbitos de
competencia, realicen para hacer efectivas las nuevas disposicio-
nes constitucionales, en pro de los derechos humanos en México.
Bibliografía
101
CORTE Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consul-
tiva OC-2/82, del 24 de septiembre de 1982, “El efecto de las re-
servas sobre la entrada en vigencia de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Artículos 74 y 75)”.
103
CAPÍTULO IV
Tribunales internacionales en materia penal,
tratados internacionales de derechos
humanos y el principio de irretroactividad
en materia de genocidio en México1
I. Introducción
Un tema de relevancia dentro del ámbito jurídico es el relacio-
nado con la irretroactividad, que constituye parte esencial de la
legalidad tanto como principio en materia penal, como dentro
del Sistema Jurídico en general; razón por la cual mediante este
trabajo se pretende dar una respuesta, partiendo de un análisis
dogmático respecto al Derecho Internacional que en algunos
casos permite la retroactividad y en otros la rechaza, descartan-
do de paso la prescripción de la acción penal que es otra de las
instituciones del Derecho Penal local.
106
cuencia del procedimiento legislativo, es decir ser elevado a la
categoría de ley.
108
que los Tratados celebrados por el Presidente de la República
con la aprobación del Senado, los cuales se encuentran mencio-
nados en tercer término.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación en 1992 sustentó que
las leyes federales y los Tratados Internacionales tenían la misma
jerarquía, Lo cierto es que la trascendencia que en los últimos
tiempos han venido adquiriendo tales tratados se ha venido a re-
flejar en la última posición adoptada por el máximo Tribunal del
país, en el sentido de que los tratados internacionales se encuen-
tran en un segundo plano inmediatamente debajo de la ley fun-
damental y por encima del derecho federal y local bajo el rubro:
109
pero si en una ley especial o en un Tratado Internacional de ob-
servación obligatoria en México, se aplicarán estos, tomando en
cuenta las disposiciones señaladas por el citado Código tanto en
su libro primero como en el libro segundo.
Fix Zamudio ha considerado que si un Tratado entra en des-
acuerdo con la Constitución, se puede instaurar en contra del
Tratado la acción de Inconstitucionalidad prevista en el artículo
105, fracción III inciso b), de la Constitución General de la Re-
pública, caso en el cual se necesita para ejercitarla, el equivalente
al 33 % de los integrantes del Senado, y que se pronuncie una
resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aproba-
da por el voto de ocho ministros.7
El hecho de que un tratado esté de acuerdo con la Constitu-
ción no debe verse como un criterio restrictivo, sino como una
pretensión que no haya disposiciones que contradigan la Consti-
tución, existiendo siempre la posibilidad de que los órganos na-
cionales de recepción del Derecho Internacional tomen en cuen-
ta si se trata de algo que pueda beneficiar ya no a la Constitución,
sino a nuestro ordenamiento jurídico.8
Consecuentemente con lo anterior, la interpretación del ar-
tículo 133 por parte de la Suprema Corte, lleva a considerar en
un segundo lugar a los tratados internacionales y en tercer lugar
el derecho federal y al local en una misma jerarquía en virtud de
lo dispuesto por el artículo 124 de la Ley Fundamental, que esta-
blece que las facultades que no estén expresamente concedidas a
los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados.
En base a lo anteriormente expuesto, es de considerarse que,
para que un Tratado Internacional quede integrado al orden ju-
rídico nacional, es elemental que lo suscriba el Presidente de la
República, seguido de la aprobación el Senado de la República,
siendo requisito imprescindible que dicho tratado no contraven-
ga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
7
Fix Zamudio, Jorge, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, comentada y
concordada, Tomo V, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003, p.135.
8
Corzo Sosa, Edgar, “Comentario al amparo en revisión 1475/98 resuelto por
la Suprema Corte de Justicia”, Cuestiones Constitucionales, Revista Mexicana de De-
recho Constitucional, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,
núm.18, Julio-Diciembre de 2000.
110
No obstante todo lo anterior, aún y cuando una vez aprobado
el tratado correspondiente de acuerdo con las formalidades es-
tablecidas, resultase que contraviene la normatividad de nuestro
ordenamiento jurídico, tal circunstancia dentro del plano inter-
nacional obliga a nuestro país para cumplir con los compromisos
contraídos, lo cual pone de relieve la fuerza real con la cual están
investidos los tratados Internacionales.
No está por demás considerar que la eficacia de que está in-
vestido un tratado internacional está sustentada en los diferentes
medios de que están dotados por el Derecho Internacional Pú-
blico, siendo que el empleo de tales medios puede ocasionar una
afectación seria al país incumplido. Con tal señalamiento váli-
damente puede afirmarse la jerarquía de los tratados a un nivel
superior que la Constitución misma.
Estamos viviendo en una aldea global, y los derechos tienen
que acomodarse en ese nuevo espacio de convivencia humana,
los tratados de libre comercio, de mercado común y los acuerdos
macroeconómicos ya están presentes, ya que impactan a diversos
escenarios relacionados con la salud, ecología, narcotráfico, frau-
des cibernéticos, seguridad internacional, empleo internacional,
seguridad social, educación, servicios profesionales, así como
otros aspectos.9
En la actualidad se impone la necesidad conforme a lo an-
teriormente planteado de no poner en duda ya la supremacía
efectiva de los Tratados internacionales, lo cual es una postura
necesaria que debe ser asumida por la Suprema Corte de Justicia
de la Nación.
La formulación de la tesis correspondiente, minimizará a fu-
turo controversias, haciendo más expeditos los procedimientos
por parte de los órganos locales así como las relaciones de éstos
con respecto a los órganos internacionales.
Los tratados deben cumplirse de buena fe conforme al prin-
cipio pacta sunt servanda; cuando un Estado ratifica un tratado,
previamente revisa su congruencia con las normas constitucio-
nales.10
9
Cisneros Farías, Germán, La Interpretación de la Ley, Editorial Trillas, México,
2000, p. 152.
10
Becerra Ramírez, Manuel, La jerarquía de los tratados en el orden jurídico
interno, http://www.juridicas.unam.mx
111
De forma simultánea el Derecho internacional exige cumpli-
miento y rechaza las objeciones que pueda oponer el Derecho
interno al exigirle el cumplimiento de sus obligaciones interna-
cionales.11
Lo anterior se pone de relieve en tesis sustentada por la Su-
prema Corte de Justicia de la Nación que al respecto contempla:
112
tución si se toma en consideración la fuerza real de que están
investidos.
Ibidem, p. 152.
20
Guerra/Archivos/wc-nurem.htm
22
Idem
116
previsto con anterioridad y por otra la inexistencia de la prescrip-
ción al no tomarse en consideración el tiempo durante el cual fue
cometido el delito, lo que en sí para todo estudioso del Derecho
formal es una doble violación de tales principios.
Una semejanza de los Tribunales para la exyugoslavia y
Rwanda con los Tribunales de Nüremberg y Tokio es la violación
de los principios nullum crimen sine lege y nullum poena sine lege.
La decisión del Consejo de Seguridad de establecer un Tribu-
nal Internacional obedece sin duda a una serie de cambios que el
mundo ha experimentado en los últimos años a raíz del fin de la
Guerra Fría y del sistema bipolar.23
Los clásicos conceptos internacionales de soberanía, no in-
tervención y libre determinación de los pueblos se encuentran
actualmente desfasados. El Estado ha ido perdiendo el poder y la
autonomía que tenía en el pasado, debido a los procesos de coo-
peración e integración cada vez más consolidados de la sociedad
internacional.
Con relación al axioma nullum crimen sine lege, el juicio de
personas sobre la base de delitos no preexistentes, por más que
pueda justificarse en lo moral, constituye una violación al princi-
pio de no aplicación retroactiva de leyes penales en perjuicio del
reo a la luz de los sistemas normativos internos.
Respecto al axioma nullum poena sine lege, la pena no es una
medida preventiva sino retributiva, los tribunales para la ex Yu-
goslavia y Rwanda violentan el principio de no retroactividad de
la ley penal en perjuicio del reo al autorizar el establecimiento de
tribunales que imponen penas no predeterminadas posibilitando
la creación de penas arbitrarias, es decir la desmedida discrecio-
nalidad en el árbitro judicial.24
La aplicación de tipos y penas análogas, así como la remisión
a otros ordenamientos que contemplen tipos penales relativos a
crímenes de lesa humanidad a como se contempla en el artícu-
lo quinto del Estatuto del tribunal mencionado cuando se hace
referencia a otros actos inhumanos, implican un total desconoci-
miento del principio de legalidad y por tanto del de irretroactivi-
dad que es el presupuesto del mismo.
Idem
23
24
Rhenán Segura, Jorge, El Tribunal Penal Internacional para la ExYugoslavia,
http://www.cienciaspenales.org/REVISTA%2012/rhenan12.htm
117
Ahora bien, la irretroactividad, entendida como la inapli-
cación del Derecho nuevo a los actos nacidos al amparo de la
norma anterior a la aparición de la nueva norma, no tiene un
valor absoluto. Existen ocasiones en las que motivos o razones
de moralidad o justicia indiscutibles o necesidades concretas y
determinadas, hacen imprescindible que la nueva norma desplie-
gue efectos retroactivos.
Al hacer referencia a los tratados cuya aplicación resulta re-
troactiva, se está hablando de supuestos en los que la seguridad
jurídica cede ante la justicia o ante la voluntad de los sujetos im-
plicados en la aplicación de la norma con efectos retroactivos, tal
circunstancia la encontramos en las Resoluciones del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas por las que se crean los Tri-
bunales Penales Internacionales para la Ex Yugoslavia y Ruanda.
La Resolución 827, de 25 de mayo de 1993, por la que se dio
vida al Tribunal Penal Internacional, creado en la Resolución
808, de 22 de febrero de 1993, para el castigo de los crímenes in-
ternacionales cometidos en la antigua Yugoslavia, prevé la com-
petencia del tribunal para enjuiciar a los presuntos responsables
de violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario
cometidas en dicho territorio a partir de 1991 (art. 1 del Estatuto
del TPIY).
La Resolución 955, de 8 de noviembre de 1994 por la que el
Consejo de Seguridad creó el Tribunal Penal para el enjuicia-
miento de los crímenes internacionales perpetrados en Ruanda,
establece la competencia del tribunal en relación con los críme-
nes cometidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994
(art. 1 del Estatuto del TPIR).25
La creciente doctrina imperante que se pronuncia a favor
de los Tratados Internacionales en el rubro de delitos contra la
humanidad, han suscitado en mayor grado el planteamiento de
mayor jerarquía de los tratados, con respecto a las leyes federales
y locales.
http://vlex.com/vid/disposiciones-convencionales-tiempo-viena
118
ción en ejercicio de la facultad de atracción resolvió los recursos
de apelación interpuestos por el Agente del Ministerio Público de
la Federación Comisionado en la Oficina del Fiscal Especial para
la Atención de Hechos Probablemente Constitutivos de Delitos
Federales Cometidos Directa o Indirectamente por Servidores
Públicos en Contra de Personas Vinculadas con Movimientos
Sociales y Políticos del Pasado; así como por el Agente del Mi-
nisterio Público de la Federación adscrito al Juzgado Segundo de
Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal.26Lo
anterior con respecto a hechos acaecidos el dos de octubre de
mil novecientos sesenta y ocho y diez de junio de mil novecientos
setenta y uno
La Suprema Corte de Justicia resolvió que no había prescrito
el ejercicio de la acción penal respecto del delito de genocidio
con respecto a Luis Echeverría Álvarez y Mario Augusto José
Moya Palencia. Declarándose prescrita dicha acción en lo tocan-
te a las restantes personas involucradas.27
Para sustentar lo anteriormente señalado, la Corte consideró
que la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 28 de diciembre de 1982, relativa a los artículos
108 al 114, estableciéndose en el segundo párrafo del precepto
precitado que los plazos para la prescripción se interrumpen tra-
tándose de servidores públicos cuyos cargos quedan referidos en
el artículo 111 constitucional, mientras tales servidores públicos
continúen en el ejercicio de sus funciones, considerando el máxi-
mo tribunal del país que la prohibición de retroactividad consa-
grada en el artículo 14 constitucional, no es aplicable a normas
del mismo nivel jerárquico, esto es, a normas que se incorporan
al texto constitucional mediante el proceso establecido en el artí-
culo 135 del texto constitucional.
123
Dentro de su resolución, la magistrada resuelve: “No se tipifi-
ca el delito de genocidio, como lo establece el artículo 149 bis del
Código Penal Federal, porque no se configura el grupo nacional
homogéneo. En la manifestación estudiantil a que se refieren los
hechos del 10 de junio de 1971, diferentes contingentes gritaban
consignas distintas, lo que comprueba que no se trató de un gru-
po con características similares u homogéneas”.
En el fallo analizado la negativa para negar la orden de apre-
hensión se sustenta además en que “por el hecho de que no se
configura el grupo nacional homogéneo, queda sin revisarse la
probable responsabilidad de los inculpados y lo conducente es
negar las órdenes de aprehensión”, es decir, la juez no analizó
si en los hechos del jueves de Corpus los inculpados pudieron
tener alguna responsabilidad penal, simplemente porque no se
comprobó el delito que les fue imputado.
Finalmente la juzgadora federal concluyó que, los únicos de-
litos que pudieron haberse cometido el jueves de Corpus fueron
12 homicidios simples y otras tantas lesiones graves, actos ilícitos
que prescribieron desde 1985.
En el caso a estudio, habiendo sustentado la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, que el término para la prescripción para
el ejercicio de la acción penal no debe computarse a partir del el
11 de junio de 1971, en que ocurrieron los hechos, sino a partir
del 1º de diciembre de 1976, en que los entonces Presidente de
la República y Secretario de Gobernación terminaron sus fun-
ciones.
Como consecuencia del término que se analizó, para el ejer-
cicio de la acción penal por el máximo tribunal del país, habría
que considerar que bien pudieran haber reclasificado y conside-
rado delitos tales como el de desaparición forzada de personas,
el cual es de tracto sucesivo y no inicia su prescripción hasta en
tanto se da con el paradero de la víctima, conducta que pudo
considerarse dentro de las posibles conductas ilícitas por parte
del Agente del Ministerio Público Investigador, al integrar una
nueva averiguación previa.
Lo anterior tiene su razón de ser, si consideramos la declara-
ción formulada por la Corte Mexicana, conforme con las obliga-
124
ciones impuestas por el artículo 1º constitucional, vinculada con
la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexi-
canos, en el sentido de que todos los jueces del país tienen la
responsabilidad de ejercer un control convencional respecto a la
compatibilidad que pueden tener las normas del sistema norma-
tivo interno, frente a lo contemplado por los tratados internacio-
nales en materia de Derechos Humanos.32
Es necesario agregar que en el caso a estudio, no se tomó en
cuenta que contra la resolución dictada por la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, los afectados no tuvieron a su alcance
el recurso legal para poder impugnarla, por lo que se conculca
el derecho al debido proceso; ya que la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso Liakat Ali Alibuk v.s. Suriname,
sustentó que en tanto no exista un recurso para impugnar la re-
solución de una corte suprema estadual, se conculca el derecho a
un debido proceso, advirtiéndose lo anterior en el apartado B.3
titulado Regularización del derecho a recurrir el fallo para el juzgamiento
penal de altas autoridades a nivel comparado, cuando el afectado no
puede interponer un recurso para recurrir una resolución incluso
de un tribunal de última instancia.33
Tal criterio lo sustentó el Tribunal internacional al analizar
aspectos relativos a la irretroactividad y legalidad además del
principio del debido proceso, con respecto a una ley de procedi-
mientos que entró en vigor con posterioridad a la ley sustantiva
penal y a los hechos imputados al quejoso.
Respecto a la entrada en vigor de los tratados internacionales
suscritos por los Estados que anteponen la cláusula de reserva, o
bien en su caso a los que han pasado a formar parte del Derecho interno,
que quedan bajo los efectos de la prohibición de retroactividad tanto si regulan
la totalidad del hecho o tan sólo parte de él.34Respecto a tal forma de
32
Sesión pública ordinaria del pleno de la S.C.J.N. del 11 de julio del 2011,
p.1 http://www.scjn.gob.mx/2010/pleno/Documents/Taquigraficas/2011/
Julio/pl20110711v2.pdf
33
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Liakat Ali Alibux. V.S.
Suriname. Sentencia 30 de enero de 2014.
34
El Principio de Irretroactividad de la Ley Penal en la Doctrina y la Jurispru-
125
pronunciamiento habría que considerar si un tratado en materia
de Derechos Humanos que sea posterior al hecho penalizado y
en base al control de convencionalidad adoptado debe o no tener
aplicación en un caso concreto.
Redundando sobre el caso a estudio, en la doctrina relativa a
los Tratados internacionales; los autores cuestionan si el principio
de irretroactividad se debe aplicar cuando la conducta delictiva
cometida por el Estado es de carácter continuado y se extiende
más allá del inicio de la función dentro del ámbito temporal del
tribunal que conozca del asunto. Es decir que el hecho dure con
posterioridad a la existencia del tribunal así como de la normati-
vidad relativa, lo que podría razonablemente darle competencia
temporal a un tribunal cuando el hecho subsiste con posteriori-
dad a su creación.35
En el otro sentido que es el formalmente establecido la re-
troactividad no opera para hechos anteriores, salvo caso de ex-
cepción, que sea en beneficio del acusado. Aquí es menester citar
el caso Radilla Pacheco v.s. Estado Mexicano, en el que se sus-
tentó que como hecho continuado subsiste la responsabilidad del
Estado en tanto no sea encontrada la víctima del delito.
¿Hasta qué punto las víctimas tienen un acceso efectivo a la
información y recabación de pruebas en relación a un crimen
imputado a los controladores del Estado, cuando los posibles me-
dios de prueba están a disposición de un ente subordinado al
Estado?
¿Es conforme al derecho a la tutela judicial efectiva contabi-
lizar determinado plazo de prescripción en tiempos en que no
existe acceso de las víctimas a los órganos de justicia, en razón de
la posición del sujeto activo del crimen de genocidio?
Como corolario de lo anterior, es necesario subrayar que los
Estados Unidos Mexicanos han reconocido como obligatoria la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos, sobre los casos relativos a la aplicación o inter-
pretación de la Convención Americana sobre Derechos Huma-
nos.36
dencia, Ruíz Antón, Luis Felipe, profesor de Extremadura, ponencia presenta-
da en Cáceres del 7-10 de marzo de 1989, p.159.
35
Chinchón Álvarez, J. “Principio de irretroactividad de los tratados, he-
chos continuados y competencia ratione temporis. Analiza documento:
Doc. NNUU: A/CN.4/SER.A/2001/Add.1 (Part 2), Yearbook of the Interna-
tional Law Commission, 2001, vol. II (segunda parte), p. 31.
36
Márquez Piñeiro, Rafael, Derecho Penal y Globalización, Editorial Porrúa.
126
El Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos sometió a la
consideración de la Cámara de Senadores del Congreso de la
Unión la Declaración para el Reconocimiento de la Competen-
cia Contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Hu-
manos, la cual fue aprobada por dicha Cámara, el primero de
diciembre de 1998.
Es necesario hacer la aclaración que la aceptación de la com-
petencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, solamente será aplicable a los hechos o actos jurídicos
posteriores a la fecha del depósito de la declaración anterior-
mente mencionada, razón por la que no tendrá efectos retroac-
tivos.
El instrumento de aceptación mencionado anteriormente fue
firmado por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos el 9
de diciembre de 1998, siendo depositado ante el Secretario Ge-
neral de la Organización de los Estados Americanos, el dieciséis
de diciembre del año citado, conforme a lo establecido por la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, mejor cono-
cido como “Pacto de San José de Costa Rica”.37
La forma progresiva como el Derecho Internacional va te-
niendo presencia en los ordenamientos jurídicos de países en el
mundo se advierte en Constituciones como la de Holanda que
contempla en su artículo 91.3 lo siguiente:
III.Conclusiones
PRIMERA. Los tratados internacionales en materia de De-
rechos Humanos vigentes en México y diversos países, dieron
origen a los tribunales especiales para juzgar a quienes come-
ten crímenes de lesa humanidad o violaciones graves a los Dere-
chos Humanos, tales como los Tribunales de Nüremberg, Tokio,
exYugoslavia y Ruanda, hasta llegar a contar en nuestro planeta
con la Corte Penal Internacional, de la que nuestro país aceptó la
jurisdicción para que sean juzgados quienes han cometido graves
delitos en contra de los Derechos Humanos.
nl/constitucion/07br2008g106.pdf
128
SEGUNDA. Conforme a los criterios sustentados por la Su-
prema Corte de Justicia de la Nación se ha favorecido el Princi-
pio de Irretroactividad de la misma por encima del Principio de
Imprescriptibilidad de los tratados internacionales en materia de
Genocidio.
129
Bibliografía
130
Prescripción del Delito de Genocidio (Halconazo), Recurso de apelación
1/2004-PS, Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Serie de Crónicas relevantes del Pleno y las Salas de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Páginas de internet
131
Principios del Tribunal de Nuremberg 1950, www.genocities.
com/mifisico/Guerra/archivos//WC-nurem.htm
ORIHUELA, Esperanza, Los tratados internacionales y su aplicación
en el tiempo, 2005, http://vlex.com/vid/disposiciones-convencio-
nales-tiempo-viena
132
CAPÍTULO V
La ejecución de penas en el orden
internacional
I. Introducción y antecedentes
El 2 de enero de 1992, se publicó la Ley sobre la celebración de
tratados en México, la cual señala en el apartado 1, que tiene por
objeto regular la celebración de tratados y de acuerdos interins-
titucionales4, lo cual permite la regulación en el orden interno
sobre esta temática.
En su artículo segundo define al tratado como el convenio re-
gido por el derecho internacional público, celebrado por es-
crito entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y
1
Lenin Méndez Paz. Doctor en Derecho por la UJAT. Profesor-investigador de
la DACSyH-UJAT. Actualmente Director de la DACSyH-UJAT.
2
Yesenia Guadalupe Crespo Gómez. Doctora en Derecho. Profesora e in-
vestigadora de la DACSyH- UJAT. Investigadora nacional por el SNI-Cona-
cyt.
3
Opinión propia del autor, con agradecimiento al CONACYT, al INACI-
PE y al programa PFICA por los proyectos que se desarrollan, invierno de
2011.
4
Siguiendo el principio de humanización de las penas, se deben dar cumpli-
miento a los tratados internacionales que se han firmado y ratificado. Porque
de nada sirve que las leyes sean perfectas, si su cumplimiento es tiránico. En
ese tenor, Foucault, consideraba que las leyes aunque son de carácter general,
su aplicación, debe ser individualizada. Cfr., Foucault, Michel, Vigilar y castigar,
nacimiento de la prisión, México, Siglo veintiuno, 1976, p. 239.
uno o varios sujetos de Derecho Internacional Público, ya
sea que para su aplicación requiera o no la celebración de
acuerdos en materias específicas, cualquiera que sea su deno-
minación, mediante el cual nuestro país asume compromisos5.
Los tratados deben cumplirse aún y cuando la ley en cita, se
publicó, después de la celebración de varios tratados, que siguen
teniendo la misma validez que los publicados después de dicha
ley, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos en
el artículo 76 fracción I de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, que refiere que dentro de las facultades
del Senado se encuentran aprobar los tratados y convenciones
diplomáticas que el Ejecutivo Federal suscriba, así como su de-
cisión de terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar,
retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los
mismos6; por ello, los tratados firmados por el Presidente de la
República y ratificados por el Senado, son parte fundamental del
ordenamiento jurídico mexicano, y su cumplimiento forma parte
del estado de derecho en nuestro país.
El comentario anterior se refuerza con la Convención de Vie-
na sobre el derecho de los tratados de 19697, donde se acoge el
principio de pacta sunt servanda, que refiere que el tratado en vigor
obliga a las partes contratantes. Por lo que México está obligado
al cumplimiento de los tratados en materia penitenciaria y eje-
cución de penas, y por ende, Tabasco, al ser parte integrante de
la federación.
5
Ley sobre la celebración de tratados internacionales, México, Cámara de Di-
putados, Congreso de la Unión, Leyes Federales, 2 de enero de 1992, www.
diputados.gob.mx/LeyesBiblio/doc/216.doc
6
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Congreso de la Unión,
Cámara de diputados, Leyes federales, 2009, http://www.diputados.gob.mx/
LeyesBiblio/
7
Trejo García, Elma del Carmen y Moreno Becerra, Trinidad, Tratados inter-
nacionales vigentes en México: relación de legislaturas y/o periodos legislativos en que fueron
aprobados, Cámara de Diputados, LX legislatura, Centro de documentación,
información y análisis, Servicio de investigación y análisis, Subdirección de
Política exterior, 2007, http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/spe/SPE-
ISS-03-07.pdf
134
Nuestro país ha participado activamente en la Organiza-
ción de las Naciones Unidas y ha suscrito los documentos que
la Asamblea General ha pronunciado en materia penitenciaria.
Lo mismo ocurre con los documentos emanados en las reunio-
nes quinquenales sobre prevención del delito y tratamiento del
delincuente desde 19558 . Además ha incorporado a su legisla-
ción federal y local las reglas mínimas para el tratamiento de los
reclusos, en busca de garantizar los fines de las penas y lograr la
reinserción del individuo a la sociedad de manera positiva.
México ha suscrito y ratificado documentos emanados de
la Organización de Estados Americanos, como la Convención
Americana Sobre los derechos humanos de 1969, también de-
nominada pacto de San José, la cual incorpora en sus líneas, la
declaración de los derechos humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; así como el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales9.
Disposiciones contenidas en las normas nacionales y locales,
para afirmar el compromiso de México con los derechos huma-
nos de las personas que se encuentran cumpliendo una pena,
máxime la reforma constitucional al artículo 1 y otros de nuestra
Constitución Federal, donde de manera expresa se eleva a pilar
constitucional y fundamental a los derechos humanos en el Esta-
do Mexicano, reforma realizada en junio de 2011.
Aunado a lo anterior se encuentran los criterios emitidos por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el control de
convencionalidad, en donde se deja sin efecto el criterio sobre
el control difuso de la constitucionalidad velado a los jueces, y
autorizando entonces al órgano jurisdiccional tanto federal como
local para pronunciarse sobre la constitucionalidad o no de las
normas incluso las internacionales, pueden dejar de inaplicarlas.
8
Azzolini Bíncaz, Alicia, Et. al., Los derechos humanos en la prisión, México, Comi-
sión de Derechos Humanos del Distrito Federal, 1997, p. 4, bibliotecadigital.
conevyt.org.mx/colecciones/.../prision.pdf
9
Ídem.
135
II. Declaración Universal de los Derechos humanos
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Na-
ciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de
Derechos Humanos10, que en su preámbulo consagra los ideales
que deben prevalecer en la convivencia de los seres humanos.
Al leerla se reflejan los fines para lo cual fue escrita, lograr la
igualdad de todos los seres humanos, sean hombres o mujeres;
así como respetar la dignidad de la persona y garantizar el goce
y disfrute de sus derechos.
Establece que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tie-
nen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los
derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la fami-
lia humana. Al igual hace mención que el desconocimiento y el
menosprecio de los derechos humanos son los causantes de actos
de crueldad humillantes para la conciencia de la humanidad11.
Se lee en el artículo 1, que todos los seres humanos nace-
mos libres e iguales en dignidad y derechos, dotados de razón y
conciencia, para comportarnos fraternalmente los unos con los
otros12 . Por lo que se apela a la conciencia humana, para lograr
una convivencia pacífica y respetuosa de los derechos humanos
de todos y cada una de las personas que habitan el planeta.
En el artículo 2, se proclama que toda persona tiene todos los
derechos y libertades enunciados en la declaración, de lo que se
aprecia que no deberá hacerse distinción alguna ni por religión,
raza, credo, condición política o cualesquier otra.
En el artículo 3, se enuncia que todo individuo tiene derecho
a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. A no ser
sometido a tortura, penas o tratos crueles humillantes o degra-
dantes conforme al numeral 513 .
Los derechos humanos son igual de importantes, pero cabe
señalar que refiriéndose a la ejecución de la penas, el artículo 8
advierte que toda persona tiene derecho a un recurso efectivo
ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra
10
Declaración Universal de los derechos humanos, Organización de las Naciones
Unidas, http://www.un.org/es/documents/udhr/
11
Ídem.
12
Ídem.
13
Ídem.
136
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
constitución o por la ley. Principio que se pretende garantizar
con la implementación de la figura del juez de ejecución de pe-
nas y medidas de seguridad, como salvaguarda de la legalidad
en el cumplimiento de las penas y medidas de seguridad. En
congruencia con el artículo 9, que declara que nadie podrá ser
arbitrariamente detenido o preso. Entendiéndose en esta dispo-
sición que deberá garantizársele el derecho a ser oído y vencido
en juicio. Así como al derecho de presunción de inocencia y a no
imponérsele pena más grave que la aplicable al momento de la
comisión del delito, artículos 10 y 11.
Es parte de la declaración el derecho al trabajo y a la educa-
ción que todos debemos gozar, importantísimo pronunciamiento
que forma parte fundamental del tratamiento en el sistema peni-
tenciario mexicano.
14
Reglas mínimas para el tratamiento de reclusos de las Naciones Unidas, Ofi-
cina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos,
ONU, http://www2.ohchr.org/spanish/law/reclusos.htm
137
día y hora de su ingreso y alta15. Estos registros si se llevan apa-
rentemente de manera efectiva por la autoridad administrativa
encargada todavía en la actualidad en la mayor parte del territo-
rio mexicano.
Se prevé la separación de los internos por categorías. Los
hombres y las mujeres deberán ser recluidos, en establecimientos
diferentes; los detenidos en prisión preventiva deberán ser sepa-
rados de los que están cumpliendo condena; las personas presas
por deudas y los demás condenados a alguna forma de prisión
por razones civiles deberán ser separadas de los detenidos por
infracción penal; los detenidos jóvenes deberán ser separados de
los adultos, regla 816. En cuanto a estas disposiciones la como
ya hemos abordados en temas precedentes, todavía sobreviven
lugares donde no hay una verdadera separación de las personas
que se encuentran cumpliendo una pena de prisión, de los que
se encuentran cumpliendo prisión preventiva, ni tampoco por
categorías, debido a la sobrepoblación que existe en las prisio-
nes. Respecto los detenidos por deudas de carácter civil, cabe
hacer mención que constitucionalmente se encuentra prohibido
en nuestro país de acuerdo al artículo 17 que señala que nadie
puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil17.
Las celdas destinadas al aislamiento nocturno no deberán ser
ocupadas más que por un solo recluso, previendo que por con-
diciones de sobrepoblación se hagan excepciones a estas reglas,
pero enfatizando que se debe evitar el alojamiento de dos reclu-
sos en celda o cuarto individual. También se contempla que en
los casos en que haya dormitorios, estos deberán ser ocupados
por reclusos cuidadosamente seleccionados, regla 918. Entendién-
dose con ello, que no se deberán mezclar internos de delitos sim-
ples con delitos graves o internos por delitos patrimoniales, con
aquellos que cometieron delitos sexuales. Tanto las celdas como
los dormitorios, deberán satisfacer las exigencias de higiene, en lo
que concierne al volumen de aire, superficie, calefacción o venti-
Ídem
15
16
Ídem
17
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Op. Cit.
18
Reglas mínimas para el tratamiento de reclusos de las Naciones Unidas, Op.
Cit.
138
lación19. Pronunciamientos que no se han logrado hacer cumplir
en México en su totalidad.
Las condiciones de trabajo deberán ser las adecuadas para
que el recluso pueda leer y trabajar sin perjuicio de su vista, regla
11. Importante normatividad, si se toma en cuenta que la edu-
cación y el trabajo, son la base del tratamiento en México. Las
instalaciones sanitarias deberán ser las adecuadas, reglas 12, 13
y 14.
El aseo personal se deberá exigir al recluso, regla 15. En cuan-
to a la ropa personal y de cama se encuentra regulado por las
reglas 17, 18 y 1920 . Previendo que se garantice la comodidad y
la limpieza. Muy importante disposición que opera en relación a
la salud del interno.
La alimentación deberá ser de buena calidad, bien preparada
y servida, regla 20. El ejercicio físico deberá ser por lo menos una
hora diaria, regla 21. Contarán con atención sanitaria, siquiá-
trica y de salud en general, regla 22. Los servicios médicos para
mujeres se prevén en la regla 2321 .
De las disciplinas y sanciones se ocupan los numerales 27 al
32, y en el 35 y 36 se consagra el derecho de queja y a la infor-
mación. La regla 40 dice que deberán contar con bibliotecas. La
41 y 42 abordan la religión. La 43 menciona los depósitos para
guardar las pertenencias de los reclusos. La 45 regula el traslado
de los reclusos los cuales se harán a expensas de la administra-
ción22.
Por otra parte, conforme a las disposiciones de los artículos
46, 49, 51, 52, 53, y 54 de las Reglas, en términos generales,
se requiere una administración penitenciaria escogida cuidado-
samente en los diversos aspectos, manteniéndose el espíritu del
personal, y en la opinión pública la convicción de la función pe-
nitenciaria como un servicio social, utilizando los medios de co-
municación necesarios, garantizando que tendrán seguridad en
el empleo y remuneración adecuada. Se establece que el personal
debe tener nivel de preparación suficiente23.
Ídem.
19
20
Ídem.
21
Ídem.
Ídem.
22
23
Ídem.
139
Habría que hacer énfasis que en diversas partes de México no
se dan cumplimiento a estas reglas, debido a la crisis económica
que desde hace varios años ha afrontado el país y el Estado, por
lo que los recursos económicos que se tienen se destinan a otras
áreas por considerar que estarán mejor aprovechados, que si se
destinasen a los centro penitenciarios. De hecho, en las campa-
ñas electorales, no hay promesas de mejorar las condiciones de
vida de los reclusos, su voto no cuenta, por ser parte de la pena
impuesta al suspenderles sus derechos políticos, lo que trae como
consecuencia que promesas electorales se dirijan a la sociedad y
sólo se refiera a los delincuentes o reclusos, para efectos de au-
mento a las penas.
El artículo 50 de las Reglas Mínimas mencionadas, dispone
que el Director deba hallarse debidamente calificado para su
función por su carácter, capacidad administrativa, formación
adecuada y por su experiencia en la materia, consagrando la in-
tegridad de su tiempo a la función oficial, residiendo en el penal
o cerca a ese lugar. Lo cual sería el ideal, para cualquier fun-
ción pública, no sólo para la penitenciaria. Es indispensable que
el personal penitenciario cumpla un perfil para laborar en las
instituciones del Estado, pues de su capacidad depende en gran
medida, los logros normativos. Pero la carencia de personal espe-
cializado es la generalidad en las prisiones.
142
to debido a la dignidad inherente al ser humano; a que la pena,
no transcienda de la persona del delincuente; así como a que
los procesados sean separados de los condenados y a que se les
de tratamiento formulado especialmente a su condición de no
condenado.
En el caso de los menores, estos deberán ser separados de los
adultos y procesados por tribunales especializados con la mayor
celeridad posible. Teniendo la privación de la libertad, fines de
reforma y de readaptación de los condenados30.
El artículo 6, enmarca una prohibición a la esclavitud y a la
servidumbre, señalando que nadie debe ser constreñido a eje-
cutar un trabajo forzoso; estableciendo como una excepción, el
trabajo impuesto como pena en una sentencia emitida por auto-
ridad competente, siempre y cuando se realicen bajo la vigilancia
y el control de las autoridades públicas31 .
En cuanto a los derechos políticos contenidos de los artícu-
los 23 al 25, se interpreta que las personas que se encuentren
cumpliendo una pena o medida de seguridad, tiene derecho a
la igualdad, no dejan de ser menos personas, por ello tienen de-
recho a la protección de la ley que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales, aun cuando tal violación la
cometan funcionarios públicos.
Es claro el reconocimiento que los instrumentos internacio-
nales realizan en cuanto a los derechos humanos inherentes a
las personas, aun si se encuentran cumpliendo una pena o una
medida de seguridad, ya que no se establece en ningún apartado
que se exceptúa de esos derechos a los condenados, porque no
son derechos que el Estado otorgue, sino que reconoce y que
existen a la par del ser humano, por su sola condición de perso-
na, de ahí su importancia.
30
Ídem.
31
Ídem.
143
VI. Documentos nacionales en materia deejecución de
penas, aplicable a los estados integrantes de la Federa-
ción en México que fortalecen los instrumentos inter-
nacionales
En este apartado se hará referencia a la Carta Magna que con-
sagra las disposiciones aplicables en los Estados integrantes de la
federación, en materia de ejecución de penas, haciendo la aclara-
ción que las medidas de seguridad, no se encuentran contempla-
das en el plano constitucional, sino estatal, conforme al artículo
124 de la Carta Magna, que establece que las facultades que no
están expresamente concedidas a los funcionarios de la federa-
ción, se entienden reservadas a los estados32. Es en este tenor,
que los Estados se encargan de regular, en el ámbito de validez
interno, lo referente a los delitos, a las penas y a las medidas
de seguridad aplicables a los responsables de cometer conductas
ilícitas, siempre y cuando recaiga una sentencia judicial, debida-
mente ejecutoriada. También es competencia estatal, conforme
al artículo señalado, la ejecución de las penas y las medidas de
seguridad.
32
Dagdug Cadena, Carlos Francisco, Sistema federal mexicano, Villahermosa, Divi-
sión Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, de la Universidad Juárez
Autónoma de Tabasco, 2000, p. 13.
144
“De los Derechos Humanos y sus Garantías”
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas
gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitu-
ción y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexi-
cano sea parte, así como de las garantías para su protección,
cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de
conformidad con esta Constitución y con los tratados interna-
cionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las perso-
nas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen
la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos de conformidad con los principios de uni-
versalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En
consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y
reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos
que establezca la ley.
Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos.
Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional al-
canzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las
leyes.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen ét-
nico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condi-
ción social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente
contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menos-
cabar los derechos y libertades de las personas.33
33
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Op. Cit.
145
lo que se refiere a la ejecución de las penas y medidas de segu-
ridad; no pueden bajo ningún argumento (verbigracia la prefe-
rencia sexual o estado de salud), realizar discriminación alguna a
los internos de los centros de reclusión, sea cual fuere la compe-
tencia, federal, estatal o municipal, incluyendo los especializados
en adolescentes. Obligándose constitucionalmente a atender las
condiciones particulares de los reclusos tratándose de indígenas.
En el artículo 4, se garantiza el derecho a la educación básica
de todos los mexicanos, sin señalar excepción alguna, por lo que
se entiende que las personas que se encuentran privadas de la
libertad, pueden hacer exigible ese derecho.
Asimismo señala que toda persona tiene derecho a la salud,
debiendo el Estado garantizarla, en este sentido los reclusos y las
reclusas, así como los adolescentes en internamiento, tienen de-
recho a que se garantice su salud, pues de lo contrario, el estado
estaría violando sus derechos humanos, pues no sólo estaría cum-
pliendo una pena privativa de libertad, sino también una pena
corporal34 ; la cual se encuentra prohibida tanto por los orde-
namientos internacionales, como nacionales. Pugnando porque
todas las personas gocen de un medio ambiente adecuado para
su desarrollo y bienestar.
En el artículo 5, se consagra el derecho al trabajo, al cual toda
persona tiene derecho, salvo en los casos en que exista alguna
restricción judicial derivada de la imposición de una pena. La
libertad de expresión y el acceso a la información, se contempla
en el artículo 6.
Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos confor-
me a lo señalado en el artículo 7. Por ende, las personas privadas
de su libertad o en cumplimiento de alguno medida de seguri-
dad, no podrán se limitados en este derecho, siempre y cuando
respeten la vida privada, la moral y la paz pública. Dicho en
otras palabras, no afecten derechos de terceros, ni difamen en
sus escritos.
El derecho de petición es irrenunciable se formulará por es-
crito y cualquier persona puede ejercerlo. Las autoridades tie-
Comentario que se refuerza con lo expresado por, Ojeda Velázquez, Jorge,
34
Op. Cit.
146
nen la obligación de contestar a esa petición también por escrito
en breve término. Aunque es omisa la norma constitucional en
cuanto al tiempo, los Estados en los ámbitos de sus competencias,
lo establecen. Las personas privadas de su libertad, pueden ejer-
cer en cualquier momento su derecho de petición, y las autorida-
des, están obligadas a contestar sus peticiones con apego a la ley.
Conforme al artículo 13, nadie puede ser juzgado por leyes
privativas, ni por leyes especiales. Las sentencias penales, solo
pueden provenir de tribunales previamente establecidos y ser dic-
tadas conforme a los preceptos contenidos en las leyes aplicables
en la materia.
En el artículo 14, se consagra que ninguna ley se dará efecto
retroactivo en perjuicio de persona alguna, por lo que se entien-
de que si se le podrá dar dicho efecto retroactivo en beneficio;
operando a favor del reo, procesado o adolescente en conflicto
con las leyes penales, siempre que contenga mejor derecho.
Garantiza que nadie puede ser privado de su libertad, pa-
peles, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido por
tribunales previamente establecidos, en el que se respeten las for-
malidades esenciales del procedimiento y conforme a leyes ex-
pedidas con anterioridad al hecho. A este respecto habría que
acotar, pues hay derechos de los cuales ni por sentencia penal
ejecutoriada, se puede despojar a las personas, por ejemplo del
derecho a la vida, porque como se mencionó en el capítulo I,
la pena de muerte despareció en el año 2005 y actualmente te-
nemos tratados internacionales firmados como la Convención
Americana de los derechos humanos, en donde nos comprome-
temos como Estado a que una vez derogada, esta no debe ser
vuelta a establecer; otro derecho que no puede ser mermado ni
por las imposiciones de las leyes penales, es a la salud, que se
considera un derecho humano.
El artículo 15, señala que no se autoriza la celebración de
tratados tratándose de reos políticos, ni de personas que hayan
tenido la condición de esclavo en otro país.
Se establece en el artículo 16, la obligación de las autoridades
de fundar y motivar sus actos. Asimismo se encuentra señalado
que los procedimientos en el orden penal, deberán ser acorde a
lo establecido en la letra de la ley.
147
El artículo 17, dispone que todas las personas tienen derecho
a que se les administre justicia; valida esta disposición para la
etapa de ejecución de penas y medidas de seguridad, para no
ser impuestas en detrimento de los derechos humanos de sujetos
a ellas. Asimismo contempla la figura de la defensoría de oficio,
importantísima figura en la etapa de la ejecución de la pena, al
ser encargada de continuar con la defensa de los derechos de los
reclusos en esa etapa, de los adolescentes en internamiento o de
cualquier persona en cumplimiento de una pena o medida de
seguridad.
Sólo por delito que se sancione con pena privativa de libertad,
se podrá decretar la prisión preventiva conforme a lo establecido
en el artículo 18 constitucional. Se resalta que en el cumplimien-
to de la prisión preventiva, el juez de ejecución de penas y de me-
didas de seguridad, está obligado a velar por el respeto a los de-
rechos de los internos; a velar porque se encuentren debidamente
separados de las personas que se encuentran sentenciadas y cum-
pliendo pena de prisión; de igual forma se encuentra facultado
para vigilar que el tratamiento penitenciario se organice sobre
las bases del trabajo, la capacitación, la salud y el deporte, para
ello deberá vigilar el cumplimiento del mencionado tratamiento.
Se prevé la organización de los Estados en cuanto al sistema
integral de justicia para las personas menores de 18 años, en el
que se garanticen los derechos fundamentales de los cuales go-
zan, y atiendan a sus circunstancias especiales.
De igual forma se establece que los sentenciados de nacio-
nalidad mexicana que se encuentren compurgando penas en el
extranjero, podrán ser traslados a la República para su cumpli-
miento. Claro, de acuerdo a lo pactado por en los tratados inter-
nacionales respectivos. Esta sería otra de las facultades especiales
del juez de ejecución, como encargado de la vigilancia y el con-
trol del cumplimiento de las penas.
De las garantías constitucionales relacionadas directamente
con la ejecución de la pena, debemos señalar la que conside-
ramos fundamenta la creación del juez de ejecución de penas
y de medidas de seguridad, que si bien es cierto, no lo señala
textualmente, se puede interpretar así de la lectura del artículo
21 que establece…la imposición de las penas, su modificación y duración,
148
son propias y exclusivas de la autoridad judicial…35 con se desprende de
la redacción, se le otorga a los Poderes Judiciales competencia en
relación a las penas.
Por último, en el artículo 22 constitucional, se prohíbe la pena
de muerte, los palos, los azotes, los tormentos y cualquier otra
pena inusitada o trascendental. Disposición concordante con la
prohibición de tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes,
que se enuncian en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y otros ordenamientos internacionales.
En el Estado de México
Mediante el comunicado de prensa 1160 de 27 de septiembre de
2005, se dio a conocer que el pleno de la LV legislatura del Es-
tado de México, aprobó por unanimidad de votos reformas a los
artículos 102, segundo párrafo; 104 bis, segundo párrafo y segun-
do transitorio de la Constitución Política del Estado de México,
para facultar al Consejo de la Judicatura al establecimiento del
número necesario de jueces ejecutores de sentencia36 .
La legislatura determinó que el número de jueces ejecutores
de sentencias se debía determinar de acuerdo a las necesidades
de los penales respectivos, a fin de garantizar la eficacia de su
operatividad, y de atender sin rezagos la ejecución de las penas
privativas y restrictivas de la libertad personal, como prerrogati-
vas de quienes purgan sentencias37.
35
Ídem. Modificado por reforma constitucional el 18 de junio del
2008.
36
Cfr. Comunicado de prensa No. 1160, Poder legislativo del Estado de México,
Dirección General de Comunicación Social, subdirección de prensa, www.
cddiputados.gob.mx/POLEMEX/DGCS/SDP/0005/0509/bol-pdf/1160.
pdf
Ídem
37
149
Otro de los acuerdos, fue que los jueces ejecutores de senten-
cias, son equiparables en rango y prestaciones laborales a los de
cuantía menor. La necesidad de realizar las previsiones presu-
puestales necesarias en los egresos del Poder Judicial en el ejerci-
cio fiscal, para con ello dar la oportunidad a construir o adaptar
espacios para la ubicación de los juzgados, así como para contar
con el material necesario para su ubicación38 .
La creación del juez ejecutor de sentencias, se dio en el Estado
de México, a nivel constitucional, reforma que se gestó incluso
antes que la federal.
En el artículo 102 referente a la función judicial, de la Cons-
titución Política del Estado libre y soberano de México se lee…
se establecerán los jueces ejecutores de sentencias que se estimen
necesarios en razón del servicio, quienes tendrá como atribucio-
nes la ejecución de las penas privativas y restrictivas de la libertad
personal39 …de lo que se colige que su competencia se limita a la
prisión preventiva y a la prisión como pena.
En cuanto al ejercicio de la función judicial, el artículo 104 bis
señala que los jueces ejecutores de sentencias, duraran en su en-
cargo seis años y únicamente podrán ser suspendidos y destitui-
dos en sus funciones conforme a la ley, en la que se determinaran
asimismo los mecanismos de ratificación40.
De igual forma establece que los jueces ejecutores de senten-
cias deberán reunir los mismos requisitos que por ley se estable-
cen para ser jueces de cuantía menor, o como lo conocemos en
Tabasco, jueces de paz.
En el título décimo cuarto de la Ley Orgánica del Poder Ju-
dicial del Estado de México, artículo 189, se detallan las facul-
tades del juez ejecutor de sentencias entre las que se destacan
brindar orientación a quien lo solicite, respecto a los beneficios y
38
Importante este punto, porque una reforma como esta implica erogaciones
presupuestarias, para garantizar la operatividad de dicha figura.
39
Constitución Política del Estado libre y soberano de México, Instituto de Investigacio-
nes Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, http://info4
juridicas.unam.mx/adprojus/leg/16/362/107.htm?s=
40
Ídem.
150
tratamiento preliberacional; analizar los estudios técnico jurídi-
cos periódicamente, respecto de la situación individualizada de
la población penitenciaria con sentencia ejecutoriada; elaborar
y emitir las resoluciones judiciales apoyándose en los dictáme-
nes que emitan los consejos técnicos; solicitar a la Dirección de
Prevención y Readaptación Social dictamen del Consejo técnico
Interdisciplinario en relación a la aplicación de medidas de pre-
liberación, remisión parcial de la pena y libertad condicional y
resolver sobre el otorgamiento de estos; visitar y entrevistar a los
internos susceptibles de obtener algún beneficio o tratamiento 41.
El Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de
México, con motivo de las reformas a la constitución local, emi-
tió el Reglamento Interior de los Juzgados de Ejecución de Sen-
tencias, cuya aprobación y vigencia se dio a partir del 1 de marzo
del 200642 . Para efectos de que por conducto de los jueces de
ejecución de sentencias, se proceda al análisis y valoración de la
situación técnico legal de los sentenciados con pena privativa de
libertad, que estén en aptitud de obtener los beneficios o trata-
mientos señalados por la ley.
El Reglamento consta de los capítulos intitulados disposicio-
nes generales, de los jueces, actuaciones, del procedimiento, de la
ejecución de las resoluciones, de la revocación de los beneficios y
del tratamiento y del recurso de reconsideración, además de las
disposiciones transitorias respectivas43 .
Dentro de las disposiciones más importantes se encuentran
que el trámite de ejecución de sentencias se regirá por lo princi-
pios de legalidad, igualdad, celeridad y la real resocialización de
los internos condenados con penas privativas y restrictivas de la
libertad personal.
41
Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de México, Legislatura del Estado
de México, Decreto No. 137, Publicado en la Gaceta del Gobierno, el 21 de
diciembre de 2005. http://www.edomex.gob.mx/legistel/cnt/LeyEst_Poder-
Judicial.htm
42
Reglamento Interior de los juzgados de ejecución de sentencias, Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado de México, publicada el 1 de marzo de
2006,http://www.ordenjuridico.gob.mx/Estatal/ESTADO%20DE%MEXI-
CO/Reglamentos/EMEReg8.pdf
43
Andrés Martínez, Gerónimo Miguel, Derecho penitenciario (federal y estatal) pri-
sión y control social, México, Flores editor, 2007, p. 257.
151
La LVI legislatura del Estado de México por decreto número
29, emite el Reglamento Interior de los juzgados de ejecución
y vigilancia para adolescentes, en el cual se prevé la figura del
juez de ejecución y vigilancia como el facultado para controlar
la legalidad de la ejecución de las medidas impuestas a los ado-
lescentes44 .
Señala a favor del juez, atribuciones de naturaleza diversa,
bajo los principios de legalidad, igualdad, celeridad, flexibilidad
procedimental y real reintegración a la sociedad y a la familia.
Se formula un concentrado de obligaciones a cargo de los jue-
ces; así como la obligación vigilar la ejecución de la medida, por
lo que desde el inicio debe integrar un expediente del adolescente
con la copia de la resolución ejecutoria, que impone una medida
y el plan de ejecución de la misma. Disposición por demás im-
portante, debido a que se individualiza el tratamiento acorde al
individuo al que se le aplica. Asimismo se faculta al juez, para vi-
gilar y modificar el procedimiento de conmutación, revocación,
sustitución o modificación de la medida. Y prevé los recursos de
revisión y quejas, así como la aprobación de las imposiciones de
medidas disciplinarias u otorgamiento de estímulos.
En el Estado de Chihuahua
La Constitución Política del Estado libre y soberano de Chi-
huahua, no ha sido reformada, para contemplar la figura del juez
de ejecución de penas, sin embargo, actualmente se encuentra
operando mediante la reforma realizada a la ley de ejecución de
penas y medidas de seguridad del Estado.
Es importante resaltar que Chihuahua es uno de los Estados
que ha realizado las adecuaciones legislativas pertinentes, para
implementar las reformas que en materia penal, se dieron en el
año 2008.
Dentro de estas innovaciones se encuentra por supuesto el es-
tablecer las competencias que corresponden al juez de ejecución
de penas y la función que deberá desempeñar el ejecutivo, en el
44
Reglamento interior de los juzgados de ejecución y vigilancia para adolescentes, Consejo
de la Judicatura del Estado de México, Decreto No. 29, publicado el 10 de abril
de 2007, http://www.ordenjuridico.gob.mx/Estatal/ESTADO%20DE%20
MEXICO/Reglamentos/MEXREG275.pdf
152
cumplimiento de la misma. Cabe destacar que las facultades que
se le otorgan al juez de ejecución abarcan las medidas de seguri-
dad, importante disposición, al extender las facultades de los jue-
ces de ejecución, al incluir dentro del ámbito de su competencia
las penas y las medidas de seguridad, vigilando la legalidad y el
control en la aplicación de ambas.
La ley de ejecución de penas y medidas de seguridad, entro
en vigor en enero del 200745. En ella se establece que la aplica-
ción de la ejecución de las penas, corresponde en el ámbito de su
competencia, tanto al Poder Judicial, como al Poder Ejecutivo.
También señala que las atribuciones serán en razón de la com-
petencia asignada y en relación a las penas o medidas judiciales
impuestas, por lo que son atribuciones mucho más completas que
las otorgadas al juez de ejecución de sentencias en el Estado de
México.
Se establece que el Tribunal oral o el juez de garantía, reali-
zaran la primera fijación de la pena o medida de seguridad y que
corresponde al juez de ejecución de penas, las sucesivas fijaciones
en relación a la extinción, sustitución o modificación.
De igual forma se prevé que lo asista un defensor para la in-
terposición de las gestiones necesarias para el resguardo de sus
derechos. Se le da competencia al Ministerio Público, para vigilar
el cumplimiento de la sentencia y el resguardo de los derechos.
Dentro de las atribuciones asignadas al juez de ejecución
de penas se encuentra controlar que la ejecución de las penas
o medidas de seguridad, se realicen conforme a lo dispuesto en
la sentencia ejecutoriada; vigilar que sea realizada la adecuada
clasificación del interno; mantener, sustituir, modificar, revocar
o hacer cesar la pena y las medidas de seguridad; supervisar el
otorgamiento o denegación de cualquier beneficio; liberar las ór-
denes de detención que procedan en la ejecución de penas, se
entiende que en caso de incumplir algunas de las condiciones
impuestas en los otorgamientos de beneficios, se pueda revocar
y liberar la orden de detención correspondiente; visitar los cen-
tros de reclusión y resolver toda petición o queja que realice el
Ley de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, Consejo de la Judicatura del Estado del
45
153
interno, en relación al tratamiento impuesto, o bien en razón de
sanciones disciplinarias.
Bibliografía
154
Constitución Política del Estado libre y soberano de México, Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autó-
noma de México, http://info4.juridicas.unam.mx/adprojus/
leg/16/362/107.htm?s=
Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de México, Legislatura del
Estado de México, Decreto No. 137, Publicado en la Gaceta del
155
Gobierno, el 21 de diciembre de 2005, http://www.edomex.
gob.mx/legistel/cnt/LeyEst_PoderJudicial.htm
Ley sobre la celebración de tratados internacionales, México, Cámara de
Diputados, Congreso de la Unión, Leyes Federales, 2 de enero de
1992, www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/doc/216.doc
156
CAPÍTULO VI
El apostillado y el otorgamiento de poderes
en el extranjero
Introducción
La globalización es un conjunto de transformaciones que posi-
bilitan la generalización del comercio mundial y el incremento
de las inversiones internacionales, formando una gran red eco-
nómica mundial.
Para que este fenómeno sea posible, se han tenido que crear
diversas estrategias destinadas a consolidar el comercio mundial.
Entre éstas, se encuentra la promulgación de leyes y acuerdos
internacionales que favorecen la libre circulación de capitales,
productos, servicios, etc.
Por otro lado, se trate o no de asuntos comerciales, el movi-
miento de personas de un país a otro ha llevado al ser huma-
no a realizar algunos actos que en ocasiones llegan a romper
con leyes naturales con tal de cumplir sus objetivos. El genio y
la creatividad del hombre hicieron factible el hecho de estar pre-
sente en dos lugares al mismo tiempo que, aunque físicamente
es imposible, jurídicamente sí es posible. Para que esto se pueda
llevar a cabo, se necesita de un apoderado, el cual representa a
una persona distinta, y lo que haga en uso de esa representación,
recaerá en la esfera jurídica de su representado. Esto requiere de
un instrumento que le permita ostentarse como representante de
aquella persona; a este documento se le denomina poder.
1
Jesús Antonio Piña Gutiérrez. Doctor en Derecho por la UNAM. Profesor-in-
vestigador de la DACSyH-UJAT. Notario Público en Villahermosa, Tabasco.
Es investigador Nacional por el SNI-Conacyt.
Esto nos lleva a plantear otro problema: la validez de docu-
mentos otorgados en el extranjero. Y como solución encontra-
mos el ejercicio del notariado en el exterior.
El tema principal a tratar en esta investigación es el otorga-
miento de poderes en un país para ser ejecutados en otro, ya sean
los otorgados en el extranjero para ser utilizados en México, o
bien, poderes que son otorgados en este país pero que pretenden
ser utilizados en el extranjero.
Asimismo, al estudiar el procedimiento para el otorgamien-
to de poderes, nos encontraremos con los diversos sistemas de
legalización de documentos extranjeros. Es ahí donde analizare-
mos una cuestión importante de esta investigación: la apostilla,
o apostilla de la Haya. Se trata del sistema de legalización más
sencillo y asequible, que consiste en verificar la autenticidad de
cualquier documento público.
Estos y otros temas serán analizados a lo largo de este trabajo,
los cuales pueden parecer un tanto complejos pero son cada vez
más necesarios en la actualidad.
-Se regula como una función pública y social, cuyo objetivo prin-
cipal es otorgar seguridad jurídica;
-Brinda asesoramiento, consejo e información de alta calidad;
-Para ser notario público se requiere ser profesional del derecho
con título de abogado o equivalente, lo que permite cumplir con
el punto anterior;
-Da forma legal y auténtica a los actos y hechos jurídicos a los
que la ley concede valor probatorio pleno, entre tanto no se de-
clare judicialmente la falsedad o la nulidad del instrumento;
-Está organizado bajo el sistema de matricidad y reproducción
de documentos (Protocolo y Testimonios);
-Establece principios rectores bajo los cuales debe desempeñarse
la función notarial, tales como: autonomía, imparcialidad, re-
dacción, conservación, inmovilidad, rogación, autoría, legitima-
ción, fe pública, reproducción, publicidad, así como la califica-
ción y la legalidad;
159
Por su parte, el Notary Public no es un equivalente al Notario Lati-
no. Aquél es propio del common law y sus funciones son profunda-
mente diferentes: se le permite intervenir en muy contados actos
para acreditar, principalmente, la identidad de ciertas personas
en la firma de documentos; en este sentido, es solamente un au-
tentificador de firmas; su actividad no constituye una función pú-
blica, ni redacta el documento, toda vez que carece de prepara-
ción técnica- jurídica y, además, la ley no lo exige por no conocer
la forma para otorgar la validez de los contratos. Tampoco se le
exige al Notary Public controlar la legalidad y legitimación de los
actos en los que interviene; aún más, para ejercer esta función no
se requiere ser abogado. La duración de su encargo no es vita-
licia, sino temporal. Además no cuenta con un protocolo donde
asiente los originales de los actos en los que interviene como fe-
datario y por lo tanto no existe una matriz de la cual se pueda
extraer una copia de los actos en los que haya intervenido.
Lo único semejante entre el Notary Public y el Notario Latino
es el nombre, por lo que se recomienda mencionar al del com-
mon law siempre en su propio idioma, es decir, no traducirlo al
idioma castellano para evitar confundirlo con el sentido, conno-
tación y concepto de Notariado Latino.
II.Tratados internacionales
Los Tratados que México ha suscrito en materia de poderes, so-
ciedades, personalidad jurídica y legalización, son:
160
2.1.Jerarquía normativa de los tratados en México
Mucho se ha discutido acerca de la jerarquía de estos contratos
internacionales en nuestro país. Cabe tomar en cuenta el criterio
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que adoptó me-
diante la tesis 192867, de noviembre de 1999, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Materia Cons-
titucional, Tomo X, en la página 46, que es de rubro siguiente:
161
Suprema Corte mediante la tesis 161636, de noviembre de 2010,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gace-
ta en materia penal, tomo XXXIV, página 2007, que a continua-
ción se transcribe:
162
lugar según su ubicación, aunque sus titulares sean extranjeros,
lo anterior según la regla lex rei sitae.
2
Rige el acto del lugar”. Principio jurídico según el cual la forma de los actos
jurídicos se regula por el derecho del lugar en que éstos se realizan.
3
“Ley del lugar de ejecución”. Principio según el cual la ley del lugar donde
debe cumplirse la obligación será la que rija.
163
Por lo tanto, el contenido de las facultades y poderes que con-
fiera el poderdante al apoderado deberá ajustarse a la legislación
del país donde se pretenda ejercer la representación.
3.2.Poderes otorgados de conformidad con el Protocolo
Sobre la Uniformidad del Régimen Legal de los Poderes
Este tratado multilateral es de tipo regional. Los países que lo
integran son: Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, México, Es-
tados Unidos, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela. Este
protocolo fue adoptado en la ciudad de Washington, E.U.A., por
lo que también se le conoce como Protocolo de Washington.
Las normas contenidas en este tratado sólo tienen aplicación
para los países que formen parte de él; es decir, es necesario que
tanto el país emisor como el país receptor del poder, formen par-
te del tratado. Éste contiene 13 artículos, que en síntesis señalan
lo siguiente.
Se regulan tres supuestos de poderes conferidos en el extranjero
(art. 1):
164
Por otra parte, los poderes otorgados en idioma extranjero
podrán, dentro del cuerpo del mismo, ser traducidos al idioma
del país destinatario, teniéndose en este caso por exacta la tra-
ducción (art. 6).
Los poderes otorgados en el extranjero no requieren ser re-
gistrados o protocolizados como formalidad previa a su ejercicio
(art. 7).
De igual manera, se abre la posibilidad de actuación de ges-
tores en procedimientos judiciales o administrativos y establece
requisitos para ello (art. 8).
En este protocolo se equipara a los Notarios ante quienes se
otorga el poder con los Notarios del lugar donde éste va a ejer-
cerse, atribuyéndoles la misma capacidad (art. 9).
Las disposiciones de este tratado se aplican igualmente a las
autoridades y funcionarios que ejerzan funciones notariales, tales
como cónsules, jueces por receptoría, etc. (art. 10).
Por último, contiene disposiciones generales, tales como la
administración del protocolo, la forma de adherirse al mismo, su
vigencia, etc. (arts. 11, 12 y 13).
3.3.Poderes otorgados de conformidad con la Conven-
ción Interamericana sobre el Régimen Legal de los Pode-
res para ser utilizados en el Extranjero
A este Tratado también se le suele llamar Convención de Panamá,
pues fue adoptado en la ciudad del mismo nombre por los paí-
ses de: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicara-
gua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Las reglas de este tratado se aplican de manera recíproca úni-
camente entre los países que forman parte de él. Sin embargo,
cuando tanto el país emisor como el receptor del poder, formen
parte de la Convención de Panamá y del Protocolo de Washing-
ton, el poder podrá otorgarse bajo la luz de cualquiera de estos
dos tratados, a elección del poderdante. Generalmente se opta
por el Protocolo de Washington, pues sus disposiciones imponen
menos requisitos para el otorgamiento del poder.
Esta convención cuenta con 19 artículos, en los cuales cabe
resaltar lo siguiente.
165
Se establece que los poderes otorgados conforme a este con-
venio serán válidos en cualquiera de los países que forman parte
del tratado (art. 1).
Se determina la legislación del país bajo la cual deberá otorgarse
el poder, siguiendo las reglas Locus Regit Actum y Lex Loci Exe-
cutionis, a elección del poderdante, mismas que fueron anterior-
mente descritas en el tema 3.1. Si en el país de destino se exigen
mayores formalidades esenciales para la validez del poder que en
el país emisor, se deberá recurrir a la legislación del destinatario
(art. 2).
Para los casos de los países en los que se desconocen las formali-
dades especiales para la validez del poder, éste deberá otorgarse
en los términos del artículo 7 de la Convención, el cual enumera
una serie de formalidades que deberán observarse en el docu-
mento (art. 3).
Lo relacionado con la publicidad, el ejercicio y los efectos del
poder quedarán sujetos a la legislación del país donde han de ser
ejercidos (arts. 4 y 5). En el caso de México se exige la protocoli-
zación y el registro.
También se encuentran señalados en este convenio los deberes
que el notario o su equivalente tienen que observar en el otor-
gamiento de un poder en el sistema latino, como dar fe sobre la
identidad del otorgante, del derecho que éste tuviera para confe-
rir poder a favor de otro, etcétera (art. 6).
Se consignan también los deberes que los funcionarios autori-
zados tienen que cumplir en el otorgamiento de un poder que
se emite en un sistema perteneciente al common law, como el
requisito de que el poder contenga una declaración jurada del
otorgante de decir verdad sobre su identidad, la autentificación
de la firma del otorgante, etcétera (art. 7).
Los poderes deberán ser legalizados, y en el caso de los redacta-
dos en un idioma extranjero, deberán ser traducidos al idioma
oficial del país donde han de ser ejercidos (art. 8 y 9).
Esta convención no restringe las disposiciones de otras conven-
ciones. Por lo tanto, si un país forma parte de dos o más conven-
ciones que regulen este tema, podrá utilizarse cualquiera de ellas,
la que mejor convenga, a elección del poderdante (art. 10).
No es necesario que el representante acepte el poder en el mismo
166
acto en que se otorgue, por lo que éste queda constituido por la
declaración unilateral de voluntad (art. 11).
El país destinatario del poder podrá rehusar el cumplimiento del
mismo cuando aquél atente contra el orden público de su país
(art. 12)
Por último, se contienen disposiciones generales que rigen a la
Convención, tales como la administración de ésta, la forma de
adherirse a ella, su vigencia, etcétera (arts. 13 al 19).
167
4.2. Conforme al Protocolo de Washington
Para que de conformidad con este protocolo, un poder otorgado
en el extranjero surta sus efectos jurídicos en el país destinatario,
se debe cumplir con los requisitos de eficacia siguientes:
168
NECESARIOS SU REGISTRO Y PROTOCOLIZACION
MIENTRAS NO LO EXIJA UNA LEY FEDERAL. De lo
dispuesto por el artículo VII del Protocolo sobre Uniformidad
del Régimen Legal de los Poderes del diecisiete de febrero de
mil novecientos cuarenta, ratificado por México y publicado en
el Diario Oficial de la Federación del tres de diciembre de mil
novecientos cincuenta y tres, en el sentido de que los poderes
otorgados en el país extranjero no requieren como formalidad
previa a su ejercicio la de ser registrados o protocolizados en ofi-
cinas determinadas, sin perjuicio de que se practique el registro
o la protocolización cuando así lo exija la ley como formalidad
especial en determinados casos, se desprende, como regla gene-
ral, que no son necesarios el registro y protocolización de tales
poderes, sino sólo en aquellos supuestos que por sus característi-
cas particulares, ameriten la observancia de estas formalidades,
cuando así lo establezca la ley aplicable en el lugar en donde vaya
a ejercerse el poder. En México no existe ninguna ley federal que
de manera general y compatible con el Protocolo establezca los
casos en que, para estos efectos, los poderes otorgados en el ex-
tranjero deben protocolizarse y registrarse, en cuya razón debe
regir la norma general del tratado que libera de la observancia
de estas exigencias, sin que sea obstáculo para lo anterior que
alguna ley local disponga una regla de eficacia distinta, toda vez
que la materia de que se trata es del orden federal, por cuanto
atañe a cuestiones Jurídicas relativas al tráfico internacional, de
modo que no son aplicables al caso las leyes que expidan las le-
gislaturas locales sobre materia notarial o registral.
169
4.3. Conforme al Protocolo de Panamá
Para que un poder otorgado surta sus efectos jurídicos en el país
destinatario es necesario cumplir con los requisitos de eficacia
siguientes:
-Legalización
-Traducción
-Publicidad
170
5.1. Sistema de Legalización Sucesiva o en Cadena
El sistema de legalización sucesiva consiste en que los documen-
tos públicos mexicanos que se pretende surtan efectos legales en
un país que no forma parte de la Convención, deberán contar
con una serie de autorizaciones que van enlazadas una con otra.
El procedimiento consta de cuatro pasos:
Primero: La Secretaría de Gobierno de la entidad donde
ejerce sus funciones el notario, verifica la autenticidad de la firma
y sello del notario. En el caso del Distrito Federal, esta función
corresponde a la Oficina de Asuntos Jurídicos y Notariales de la
Dirección General Jurídica y de Estudios Legislativos del Gobier-
no del Distrito Federal.
Segundo: La Secretaría de Gobernación comprueba y da fe
de la autenticidad de la firma del funcionario de la Secretaría de
Gobierno del Estado que legalizó el Documento, o del funciona-
rio del Gobierno del D.F. si es el caso.
Tercero: La Secretaría de Relaciones Exteriores verifica que
la firma del funcionario de la Secretaría de Gobernación sea au-
téntica.
Cuarto: El documento se legaliza en el consulado o repre-
sentación diplomática del país destinatario, acreditada en Méxi-
co, donde se certifica la firma del funcionario de la Secretaría de
Relaciones Exteriores.
Cabe hacer notar que procedimiento puede resultar lento y
costoso, por lo que afecta la agilidad que exigen las condiciones
actuales del comercio internacional.
Como ya se mencionó, este sistema es aplicable para legalizar
documentos públicos mexicanos que van a surtir efectos jurídicos
en alguno de los países que no forman parte de la Convención
antes citada. Los documentos extranjeros provenientes de estos
países, que se pretende surtan efectos jurídicos en México, debe-
rán contar con las legalizaciones que exija la legislación del país
emisor y estar legalizado por la oficina consular mexicana que se
encuentre acreditada en el país donde se emitió el documento.
171
VI.Sistema de legalización de documentos públicos por
apostillamiento
La apostilla tiene su origen, como ya se dijo, en la Convención
por la que se Suprime el Requisito de Legalización de los Documentos
Públicos Extranjeros, que fue celebrada con motivo de la sesión de
trabajo de la Conferencia de Derecho Internacional Privado, en
la Haya, Países Bajos, el 5 de octubre de 1961. El procedimiento
de la apostilla, es aplicable sólo para los países que forman parte
de este tratado.
La Convención reconoce que la institución de la legalización
satisface una función jurídica específica de carácter probatorio,
por lo que en realidad no suprimió la legalización tradicional
sino que la reemplazó por otro procedimiento, el cual, por una
parte, asegura al portador del documento el efecto deseado en
cuanto al valor probatorio y por otro lado, no complica el proce-
dimiento mediante el cual se verifica la autenticidad de origen,
ya que la nueva formalidad tiene la cualidad de su simplicidad.
A partir del 14 de agosto de 1995, México es parte de dicha
Convención. El propósito de la adhesión de México a la Conven-
ción de La Haya, fue simplificar el sistema de legalizaciones en
cadena por un sólo trámite, el de la apostilla. Este trámite con-
siste en certificar que la firma y el sello de un documento público
fueron puestos por una autoridad en uso de sus facultades. La
apostilla, al igual que la autenticación (legalización), únicamente
certifica que la firma o sello que muestra el documento fue emiti-
do por un funcionario público en ejercicio de sus funciones, pero
no certifica la validez del contenido del mismo.
En la actualidad existen diversos países que no se han adhe-
rido a esta Convención, por lo que los documentos públicos que
deban producir efectos entre éstos, deberán ser legalizados bajo
el procedimiento de legalización sucesiva o en cadena.
El artículo 3 de la Convención señala que la única formalidad
que puede exigirse para certificar la autenticidad de la firma, del
sello o la calidad en que el signatario haya actuado, será a través
de la fijación de la apostilla expedida por la autoridad competen-
te del país donde fue expedido el documento.
172
Es decir, esta convención sustituye la legalización sucesiva o
en cadena por una sola certificación o apostilla, que es incluida
en el documento por las autoridades del país en que se expide.
Sin embargo, si un documento que cumple los requisitos exi-
gibles para ser apostillado, en vez de la apostilla cuenta con le-
galización consular, dicho documento cumple con las exigencias
para merecer valor probatorio, sin que sea indispensable la apos-
tilla, dado que ésta beneficia a quien tramite un documento pú-
blico extranjero para presentarlo en juicio seguido en México, sin
que impida que se realice el diverso trámite que está legalmente
previsto y por tanto, también es válido.
Lo anterior se encuentra fundado en el siguiente pronuncia-
miento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual es
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gace-
ta en materia Civil, de diciembre de 2006, tomo XXIV, página
1328, que a la letra dice:
173
el propio documento tal apostilla o anotación que certificará la
autenticidad de los documentos públicos expedidos en otro país.
La apostilla, entonces, certifica que ciertos documentos sí fueron
expedidos en el territorio de determinado país para que sean
válidos en el exterior; constituyen así la forma de legalización de
un documento público extranjero para que esa diversa nación,
en el caso México, reconozca su eficacia jurídica. Con esa apos-
tilla ya no será exigible el requisito de legalización diplomática
y consular de los documentos, por lo que se simplifica el trámite
de reconocimiento de la mencionada eficacia, de manera que
basta que un documento cuente con tal certificación para me-
recer el valor probatorio inherente a los documentos públicos,
con lo que a pesar de la exigencia prevista en el artículo 546 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, sobre la legalización
a cargo de las autoridades consulares mexicanas, dicho trámite
se torna innecesario, si se reúne el requisito de la apostilla. En
efecto, la simplificación que deriva del pacto internacional cita-
do, se establece en beneficio del interesado para la presentación
de documentos públicos extranjeros; no obstante, de no tener la
apostilla, sino la legalización consular, esta última sí podrá tener
eficacia, en la medida en que se ajusta al citado precepto del
ordenamiento adjetivo civil federal, que continua como derecho
vigente. De modo que, si las copias certificadas de actuaciones
judiciales extranjeras contienen una legalización consular, en lu-
gar de una apostilla, cumplen con las exigencias procesales para
merecer valor probatorio, sin que sea indispensable la apostilla,
dado que ésta beneficia a quien tramite un documento público
extranjero para presentarlo en juicio seguido en México, sin que
impida que realice el diverso trámite que está legalmente previs-
to y, por tanto, también es válido, aunque inexigible si se opta
por la apostilla.”
6.1. Procedimiento
Como ya se mencionó, el apostillamiento consiste en certificar
la autenticidad de la firma, la calidad en que el signatario del
documento haya actuado y, en su caso, la identidad del sello que
el documento calce. El formato de la apostilla se encuentra dise-
ñado por la propia Convención, por lo que los países contratan-
tes deben respetar el modelo creado para tal efecto, mismo que
deberá contener lo siguiente:
174
-Nombre del país que expidió el documento;
-Nombre y calidad de la persona que firmó el documento que
se apostilla; si éste ostenta sello, la autenticidad del mismo;
-Lugar y fecha de la apostilla;
-Número de certificado que corresponde a la apostilla;
-La apostilla deberá redactarse en el idioma oficial del país
que la expida. No obstante, si se cree conveniente, podrá tam-
bién redactarse en una segunda lengua;
-La apostilla deberá ostentar en su lado izquierdo el escudo
nacional;
-Deberá utilizarse papel blanco y de preferencia que sea de
seguridad;
-El título “Apostille (Convention de La Haye du 5 octobre 1961)”
deberá mencionarse en la lengua francesa; y
-La apostilla deberá efectuarse sobre el cuerpo del mismo do-
cumento, y de no contar con espacio suficiente, podrá adhe-
rirse al mismo.
175
fue certificado por un funcionario con fe pública, la apostilla a
que se refiere el instrumento internacional en cita, tendría que
abarcar sólo a la persona que autenticó el documento notarial
en ejercicio de sus atribuciones, pues la certeza alrededor de
autenticidad de la firma y facultades del notario derivan de la
certificación realizada ante la autoridad extranjera; consecuen-
temente, así se cumple el trámite de validación única para que el
mandato surta sus efectos en territorio nacional que consiste en
colocar sobre el propio documento tal apostilla o anotación que
certifique la autenticidad de los documentos públicos expedidos
en otro país, esto es, la apostilla sólo verificará la autenticidad
de la firma del funcionario que certificó el documento notarial,
salvo prueba en contrario.”
APOSTILLE
(Convention de La Haye du 5 octobre 1961)
1.País:..........................................................................
El presente documento público
2. ha sido firmado por..............................................................................
Certificado
5. en.................................................... 6. el día ....................................
7. por.......................................................................................................
8. bajo el número...........................................
9. Sello/timbre: 10. Firma:
………………………………….… ……………….………………
176
6.3. Requisitos para la expedición de la apostilla
Los requisitos son establecidos por la misma Convención, en
los siguientes términos:
•La apostilla se expedirá a petición del portador del docu-
mento; no es necesaria la presencia de su titular.
•La apostilla no podrá ser expedida en documentos adminis-
trativos que se refieran a una operación mercantil o aduanal,
como tampoco en documentos emitidos por agentes diplomá-
ticos o consulares.
•La apostilla no podrá expedirse si el documento presenta bo-
rraduras o enmendaduras.
•No deberán apostillarse documentos cotejados por notarios
públicos. En los casos en que sea necesario se deberá aposti-
llar el documento original o la copia certificada expedida por
la autoridad que originalmente tiene facultad para hacerlo,
por ejemplo las actas del registro civil.
177
6.5. Supuestos para el apostillamiento
En México se presentan varios supuestos para expedir la apos-
tilla. Su fundamento se encuentra en el artículo 6 de la Con-
vención, que señala que cada país contratante designará a las
autoridades competentes para expedir la apostilla. Este sistema
procede en documentos públicos federales, documentos públicos
estatales y documentos públicos expedidos por el Gobierno del
Distrito Federal. Tales supuestos son los siguientes:
Concluisón
En esta investigación, analizamos el procedimiento del otorga-
miento de poderes para que puedan ser utilizados en un país
distinto a aquél en que fue otorgado.
Encontramos que pueden ser otorgados de acuerdo a diver-
sos regímenes jurídicos: los Principios Generales del Derecho, el Protoco-
lo Sobre la Uniformidad del Régimen Legal de los Poderes, y la Convención
Interamericana sobre el Régimen Legal de los Poderes para ser utilizados en
el Extranjero.
179
Cada uno de estos convenios establece sus propios requisitos,
tanto para ser otorgados como para surtir efectos en el otro país.
Por ello, lo primero que se debe hacer es ubicar en cuál de es-
tos supuestos nos encontramos a la hora de realizar el poder. Si
podemos otorgarlo de acuerdo a más de un convenio, entonces
elegimos el que establezca menos requisitos o que los establecidos
sean menos complejos.
Posteriormente, el poder debe ser legalizado, para lo cual en-
contramos dos procedimientos: el sistema de legalización sucesi-
va o en cadena, y el apostillado. Éste último puede ser utilizado
entre los países que formen parte de la Convención por la que se
Suprime el Requisito de Legalización de los Documentos Públicos Extranje-
ros, los cuales fueron enumerados en el tema 6.6 de esta investi-
gación. Para los países que no formen parte de este convenio, se
debe utilizar el método del sistema de legalización sucesiva o en
cadena, el cual resulta más complejo y tardado.
Como se puede observar, los tratados forman un papel sus-
tancial en el otorgamiento y legalización de los poderes, por lo
que siempre deberán observarse los convenios que en esta ma-
teria formen parte tanto el país emisor como el país receptor de
un poder.
Bibliografía
Legislación
Páginas electrónicas
181
Protocolo de Washington: http://www.oas.org/dil/esp/trata-
dos_C-6_Protocolo_sobre_uniformidad_del_regimen_legal_
de_los_poderes.htm
http://www.oas.org/dil/esp/tratados_C-6_Protocolo_sobre_
uniformidad_del_regimen_legal_de_los_poderes_firmas.htm
182
CAPÍTULO VII
Aranceles aduaneros en los tratados
internacionales comerciales
I.Introducción
Debemos partir de que los diversos tratados internacionales de li-
beralización comercial que nuestro país ha celebrado, responden
a nuestra participación en los movimientos globales del comercio
mundial en nuestros días.
Por ello debemos entender, en primer lugar que es la “globali-
zación”, que el prestigiado economista español Joaquín Estefanía
describe:
1
Oscar Rebolledo Herrera. Profesor-investigador de la DACSyH-UJAT. Cuen-
ta con dos Maestrías en Derecho por la Universidad Autónoma de Nuevo León
y estudios de Doctorado en Derecho por la UJAT. Actualmente es Magistrado
Electoral en Tabasco.
2
Estefanía Joaquín, “Gobernar la globalización”, Opinión, Diario El País Digital
No. 1388, 02 de octubre de 2000, España, www.elpais.es.
“Lo que esencialmente hace la globalización es aumentar la
competencia entre las empresas a través de la mayor movilidad
de los bienes y servicios, del capital y las nuevas tecnologías que
permiten que compitan las empresas con mayor facilidad y me-
nor coste en muchos países a la vez...” 3.
3
Dehesa, Guillermo de la, “¿Quién gana y quién pierde con la globalización?,”
Opinión, Diario El País Digital No. 1610, 29 de septiembre de 2000, España,
www.elpais.es.
184
-Eliminación de restricciones cuantitativas;
-Procedimiento de consulta;
-Salvaguardias, y
-Acuerdos comerciales regionales.
185
Ahora bien, de conformidad con la Segunda Regla Complemen-
taria de la tarifa de los Impuestos Generales de Importación y
Exportación, contenida en el artículo 2 fracción II de la Ley de
los Impuestos Generales de Importación y Exportación, en esta
norma solo se contempla el arancel Ad valorem, es decir, en su va-
riante de porcentaje, como lo podemos observar en el texto legal
correspondiente:
4
Rebolledo Herrera, Oscar, “Un enfoque jurídico de los acuerdos de libre co-
mercio”, Revista ANADE volumen 8, año 4 de la Asociación Nacional de Abo-
gados de Empresas, Marzo de 1994.
186
Por lo que toca a los impuestos generales de importación y expor-
tación, debemos destacar que la Séptima Regla Complementaria
de la tarifa de los Impuestos Generales de Importación y Ex-
portación, contenida en el artículo 2 fracción II de la Ley de los
Impuestos Generales de Importación y Exportación, nos precisa
que las reducciones de Aranceles, además pueden contemplarse
en los apéndices de los diferentes Acuerdos o Tratados de liberali-
zación comercial que celebre nuestro País, en los que se otorguen
tratamientos arancelarios preferenciales, es decir, reducciones o
eliminaciones del arancel establecido en la Ley Impositiva recién
citada, exponemos el texto de referencia:
187
Del análisis de este dispositivo se desprende que lo que establece
es contrario a lo que constituye un arancel, que es un porcentaje
a manera de cuota que se aplicará al valor en aduanas de la mer-
cancías para obtener en su caso el impuesto General de Impor-
tación, los tipos de aranceles que determina la Ley de Comercio
Exterior, son mecanismos de exención del pago de impuesto, que
se manifiestan solo en los aranceles cupo o estacionales previstos
en el artículo 12 de dicha ley.
Nuestras afirmaciones la podemos constar en el Acuerdo por
el que se da a conocer el cupo y mecanismo de asignación para
importar azúcar originaria de la República de Nicaragua en
2011 y enero de 20125 , que nos precisa:
Acuerdo
1.- Se establece un cupo para importar 15 mil toneladas de
azúcar clasificada en las fracciones arancelarias 1701.11.01,
1701.11.02, 1701.99.01, 1701.99.02 y 1701.99.99 con arancel
exento, de conformidad con lo establecido en la Decisión No. 7
de la Comisión Administradora del Tratado de Libre Comercio
entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobier-
no de la República de Nicaragua.
188
III. Tratados o Acuerdos de liberación Arancelaria
Debemos partir que la mayor parte de los Tratados o acuerdos
de libre comercio o con diferente denominación, cuando se trata
de países miembros de la Organización Mundial del Comercio
(OMC), se suscriben con fundamento en el artículo XXIV del
Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), disposi-
tivo que nos precisa:
190
Con lo que respecta a este esquema de aplicación de tratados in-
ternacionales en conjunción con las disposiciones legales nacio-
nales, hemos determinado que estamos ante un fenómeno que
denominamos “Tridimensionalismo del marco jurídico aduanero” 8, que
describimos en los siguientes términos:
193
SEGUNDA PARTE: COMERCIO DE BIENES
Capítulo III: Tratado Nacional y Acceso de Bienes al
Mercado
…..
Sección B - Aranceles
Artículo 302. Eliminación arancelaria
…
2. Salvo que se disponga otra cosa en este Tratado, cada una
de las Partes eliminará progresivamente sus aranceles aduaneros
sobre bienes originarios, en concordancia con sus listas de des-
gravación incluidas en el Anexo 302.2.
194
e.Los aranceles aduaneros sobre los bienes comprendidos en las
fracciones de la categoría de desgravación D en la lista de des-
gravación de una Parte continuarán recibiendo trato libre de
impuestos.
0407.00.01 Huevo
fresco para
consumo
humano,
excepto lo
compren-
dido en la
fracción
0407.00.03. 7.2 6.0 4.8 3.6 2.4 1.2 Ex.
0407.00.02 Huevos
congelados.
7.2 6.0 4.8 3.6 2.4 1.2 Ex.
195
publican un instrumento administrativo denominado TASA, en
la cual se presenta la desgravación correspondiente y se señala
el arancel desgravado que tendrá cada producto anualmente, ya
sea de manera individual para un tratado de libre comercio o de
manera conjunta para varios tratados de libre comercio.
Debemos resaltar que en los primeros tratados que nuestro
país celebró, dicha tasa se publicaba de manera anual y en últi-
mas fechas ya se publica en el Acuerdo Administrativo, todos los
períodos de desgravación para cada una de las listas o apéndices
de desgravación acordados en el tratado correspondiente, lo an-
terior lo ejemplificamos en los siguientes casos:
16
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de
2003.
17
Salinas de Gortari, Carlos, “Diez Años del TLCAN y el Fracaso de Cancún”,
Foreign Affairs, en español. ITAM, Vol. 4. Número 1, 2004, p. 9
197
V. Los Acuerdos de Alcance Parcial y Acuerdos de Com-
plementación Económica
198
de apertura de mercados mayores que los acuerdos de alcance
parcial.
En estos acuerdos comerciales que nuestro país celebra general-
mente con las naciones latinoamericanas, se operan con la de-
nominadas “preferencias arancelarias o tasas arancelarias preferenciales”,
misma que se constituye por una reducción directa en términos
porcentuales que se aplica sobre el arancel establecido en la Ta-
rifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Ex-
portación.
Las preferencias arancelarias sólo se aplican a importaciones
de bienes originarios de países con los que México tenga suscritos
dichos acuerdos comerciales, llegando a establecerse hasta de un
100 % del arancel establecido en la Ley de los Impuestos Gene-
rales de Importación y Exportación, lo que implica que si una
mercancía proviene de un país con el cual se tiene celebrado un
acuerdo de estos tipos, deberá disminuirse al arancel establecido
en la ley mexicana, el porcentaje de preferencia directamente so-
bre el arancel y solo aplicar como tarifa la diferencia resultante,
como a continuación ejemplificamos:
APLICACIÓN
LIGIE AAP NO. 6 ARGENTINA
20% 50%
ARANCEL APLICABLE A CABALLOS PURA SANGRE
ORIGINARIOS DE ARGENTINA AAP NO. 6 ARGENTINA:
10%
Acuerdo
Primero.- Para la aplicación de las preferencias arancelarias
porcentuales, otorgadas por los Estados Unidos Mexicanos a la
República de Cuba, para la importación al mercado interno, se
estará a la siguiente:
Tabla de las preferencias arancelarias porcentuales que otorgan
los Estados Unidos Mexicanos a la República de Cuba, para la
importación al mercado interno en el marco del Acuerdo de
Complementación Económica No. 51
200
Fracción Descripción Observaciones Preferen-
LIGIE cia aran-
celaria
porcen-
tual
(1) (2) (3) (4)
VI. Conclusión
En la aplicación de los tratados internacionales en materia de
liberalización comercial, es necesario aplicar herramientas en
materia de instrumentalidad jurídica, toda vez que se requiere
el manejo de un sinnúmero de ordenamientos internacionales y
administrativos nacionales, para la exacta aplicación del arancel
correspondiente, lo que sin duda, además de las capacidades de
elevado razonamiento, ordenación y precisión que se exigen, es
necesario la constante compilación actualizada de los diversos
instrumentos normativos a aplicar.
201
Bibliografía
Acuerdo de Complementación Económica No. 51 suscrito entre
el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el Gobierno de
la República de Cuba , publicado en el Diario Oficial de la Fede-
ración el 29 de junio de 2012.
204
CAPÍTULO VIII
LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN
MATERIA TRIBUTARIA
3
Vid. Giannini, Instituciones de Derecho tributario, Editorial de Derecho Fi-
nanciero, Madrid, 1957, p. 7. Sobre la construcción teórica del Derecho tribu-
tario, Vid. D´Amati, “El Derecho Tributario”, en Tratado de Derecho Tributa-
rio, t. I, Temis, Bogotá, 2001, pp. 52 y ss.
4
Vid. “Concepto y contenido del Derecho Tributario”, en Manual de Derecho Tri-
butario, Porrúa, México, 2008, p. 2. En el mismo sentido, SAINZ DE BUJAN-
DA, Sistema de Derecho Financiero, vol. II, Universidad Complutense de Madrid,
Madrid, 1977, pp. 68 y ss.
5
En el Derecho tributario mexicano, el Código Fiscal de la Federación -no sin
imprecisiones conceptuales de fondo- no da espacio a la duda, al reconocer li-
teralmente una contribución o tributo en los derechos –llamados también tasas,
licencias, permisos, cánones, etc.- definiéndolos en su artículo 2, fracción IV,
como: “las contribuciones establecidas en Ley por el uso o aprovechamiento de
los bienes del dominio público de la Nación, así como por recibir servicios que
presta el Estado en sus funciones de derecho público, excepto cuando se presten
por organismos descentralizados u órganos desconcentrados cuando en este
último caso, se trate de contraprestaciones que no se encuentren previstas en
la Ley Federal de Derechos. También son derechos las contribuciones a cargo
de los organismos públicos descentralizados por prestar servicios exclusivos del
Estado”.
206
Así, pese a la divergencia de criterios surgidos en el pasado
siglo a uno y otro lado del Atlántico, en nuestro país el consti-
tuyente federal tiene al Derecho tributario como una rama del
Derecho público encargada de la detracción de un porcentaje
del patrimonio de los contribuyentes con la finalidad de satisfacer
el gasto público acorde a su capacidad contributiva tal como lo
disponen las leyes6 . Concepto del que se pueden extraer algu-
nos elementos fundamentales: 1. Al ser una rama del Derecho
público, los derechos y obligaciones manan de la ley constitu-
yendo obligaciones ex lege y no de una expresión de la voluntad
plasmada en un acuerdo, contrato o convenio; 2. La detracción
de un porcentaje del patrimonio de los sujetos pasivos, nos sitúa
ante una prestación patrimonial de dar; 3. El destino al gasto pú-
blico de cualquier orden de gobierno constituye la legitimación
misma de la carga, pues el gasto público connota un beneficio
común a la sociedad en general7 ; 4. La presencia de la capacidad
contributiva8 podría abrir nuevamente espacio a la polémica
para la aceptación pacífica de los derechos en nuestra discipli-
na científica puesto que “no exteriorizan capacidad contributiva
alguna (los obligados por ley a su cumplimiento) y menos aun
una magnitud de la misma”9 ; sin embargo, con la intención de
apartarnos de esta larga discusión10 por exceder los fines preten-
6
El artículo 31 fracción IV señala como una obligación el “Contribuir para los
gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y
Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispon-
gan las leyes”.
7
Sobre el concepto de gasto público, Vid. Priego Álvarez, Introducción al Dere-
cho presupuestario. Naturaleza y efectos jurídicos. Estudio en España y en México,
Porrúa, México, 2004, pp. 241 y ss.
8
Para mayor amplitud sobre el principio de capacidad contributiva, Vid. Gar-
cía Bueno, El principio de capacidad contributiva a la luz de las principales aportaciones
doctrinales en Italia, España y México, Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa,
México, 2002, pp. 29 y ss.
9
Vid. González García y Lejeune Valcárcel, Derecho Tributario, t. I, Plaza Univer-
sitaria, Salamanca, 2000, p. 158.
10
No resulta fácil aceptar a bote pronto la naturaleza tributaria ni, por tanto,
la presencia y respeto del principio de capacidad contributiva por parte de los
derechos, pues la capacidad contributiva se tiene como “un elemento necesario
pero no suficiente para que surja la obligación tributaria […] rara vez se toma
la capacidad contributiva como punto de referencia para graduar el volumen
207
didos por la presente colaboración, podemos concluir sin temor
al equívoco que si bien es cierto que los derechos no son sólo
una contraprestación, también lo es que no son “una relación de
cambio, ni de intercambio entre el Estado y el contribuyente; la
tasa es un tributo y, por tanto, participa de la naturaleza jurídica
correspondiente a este tipo prestaciones”11 ; y 5. En concordan-
cia con el primer punto, se afirma que no sólo no estamos ante el
resultado de un acuerdo de voluntades sino que el tributo cons-
tituye la expresión de respeto al principio de reserva de ley12 al
conceder el constituyente, en exclusiva, la creación de los tributos
y definición de sus elementos esenciales al ejercicio de la potestad
tributaria normativa del Estado13 .
Al hacer una pausa para analizar brevemente el último pun-
to que versa sobre el principio de reserva de ley, nos encontra-
mos con un desdoblamiento del principio de legalidad en su
ámbito normativo de generación del Derecho, de ahí que M. S.
de la carga, toda vez que estas prestaciones tributarias responden al principio
del beneficio y no al de capacidad de pago”. Vid, González García, “La tasa
como especia del Género tributo”, en Tasas y Precios Públicos en el Ordenamiento
Jurídico Español, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 1991, p. 30. Sobre el
mismo tema, Vid. Rezzoagli, “La capacidad contributiva y su manifestación en
el sistema tributario”, en Direito Financeiro e Tributário Comparado, Editora
Saraiva, Sao Paulo, 2014, p. 308 y ss.
11
Al respecto, Vid. García Etchegoyen, El principio de capacidad contributi-
va. Evolución dogmática y proyección en el Derecho argentino, Universidad
Austral-Editorial Ábaco, Buenos Aires, 2004, pp. 108 y ss. En el mismo sentido
y por su autoridad, Vid. Giannini, “Il concetto giuridico di tassa”, en Rivista
Italiana di Diritto Finanziario, t. I, 1937, p. 13 y García DE ENTERRÍA, “Sobre
la naturaleza de la tasa y las tarifas de los servicios públicos”, en Revista de
Administración Pública, número 12, 1953, p. 135. Para el Ordenamiento mexi-
cano, Vid. Torruco Salcedo, “El concepto de la categoría tributaria Derecho
en el Ordenamiento Jurídico Mexicano”, en Direito Financeiro e Tributário
Comparado, citado, pp. 500 y ss.
12
En este sentido, Vid. Mayer, Derecho Administrativo Alemán I. Parte Gene-
ral, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1949, p. 98. Sobre la recepción de este
principio en el Derecho mexicano, Vid. Paredes Rangel y Rodríguez Lobato,
El principio de reserva de ley en materia tributaria, Porrúa, México, 2001, pp. 74 y ss.,
y Torruco Salcedo, “Los principios constitucionales tributarios”, en Manual de
Derecho Tributario, citado, pp. 15 y ss.
13
Sobre la potestad tributaria normativa, Vid. Priego Ávarez, “La Potestad Tri-
butaria Normativa”, en Manual de Derecho Tributario, citado, pp. 125 y ss.
208
GIANNINI le definiera como una norma sobre la producción
normativa14 delimitando las materias que deben ser producidas
exclusivamente por ley. Lo cual denota un par de aseveraciones
de carácter positivo, la primera, en torno a que sólo mediante
disposición emitida por los Poderes legislativos federales o loca-
les, es decir, mediante el ejercicio del procedimiento legislativo
ordinario se dará vida a un instituto tributario y otro, del orden
negativo, por el cual dichos órganos legislativos no podrán re-
nunciar o delegar dicha atribución en cualquier ente distinto a
él, que incluso gozando de facultades normativas, éstas no parti-
cipen del rango y valor de ley15 .
La doctrina más especializada ha reconocido en esta prohi-
bición para no generar normas tributarias dirigida al Ejecutivo,
que bien puede entenderse siguiendo a BERLIRI como una
manifestación de desconfianza del constituyente al Gobierno y
a su contrapeso legislativo16 , alguna excepción en el supuesto de
la reserva relativa por la cual sólo están vedados a normas con
naturaleza jurídica distinta o inferior a la ley lo referente a los
elementos esenciales del tributo, los beneficios y minoraciones
tributarias así como las infracciones y sanciones de la materia.
Caben, empero, otras dos opciones en cuanto a: 1. Crear tributos
vacíos de contenido, dejando a una norma de rango inferior todo
el trabajo, así como; y 2. Regular por ley todos los aspectos for-
males y materiales de la relación jurídico tributaria17 , las cuales
deben ser descartadas bajo el entendido que la primera produci-
ría los mismos efectos jurídicos que si no existiera la reserva como
tal mientras que la segunda nos colocaría en una reserva absoluta
que no se reconoce en nuestro ordenamiento ni en la órbita del
14
Vid. “I proventi degli enti pubblici minori e la reserva della lege” en Rivista di
Diritto Finanziario e Sciencia delle Finanze, Giuffrè, Milano, 1957, p. 9.
15
En este sentido, Vid. Amatucci, L´ordinamento giuridico finanziario, 6ª ed., Jovene
Editore, Napoli, 1999, p. 20 y De Otto, Derecho Constitucional. Sistema de
fuentes, 2ª ed., Editorial Ariel, Barcelona, 1998, p. 154.
16
Más ampliamente, Vid. “Apunti sul fondamento e il contenuto dell´art. 23 de-
lla costituzione”, en Studi in Onore di Aquille Donato Giannini, Giuffrè, Milano, 1961,
p. 170.
17
Con mayor detalle, Vid. González García, “Principio de legalidad tributaria
en la Constitución de 1978”, en Seis Estudios sobre el Derecho Constitucional e Inter-
nacional Tributario, EDERSA, Madrid, 1980, p. 65.
209
denominado derecho continental europeo (germano-francés, de
modo más preciso) en virtud del respeto o límite impuesto por la
facultad reglamentaria del Ejecutivo.
Ahora bien, no debemos olvidar que tratándose del principio
de reserva de ley en materia tributaria tenemos como anteceden-
te al principio de la auto-imposición, es decir, la expresión de la
voluntad o el consentimiento de los súbditos para soportar las
cargas fiscales como consecuencia del surgimiento de los Estados
nacionales y el incremento constante de sus gastos. Antecedente
que reviste importancia mayúscula al entender que las solicitudes
que los monarcas hacían a sus súbditos, primero de forma ex-
traordinaria y más tarde periódicamente, se regían por la Teoría
Voluntarista del Impuesto hasta llegar al surgimiento del Estado
Constitucional con lo que la auto-imposición da paso al surgi-
miento de la reserva de ley en materia tributaria, con lo que el
concepto de Derecho se identifica con la ley, concebida como
sinónimo de máxima expresión de la voluntad general18 .
Denótese con lo anterior, como la participación de los tra-
tados internacionales como fuente formal del Derecho tributa-
rio generadora de derechos y obligaciones parece complicarse
sobremanera dada su particular naturaleza y efectos jurídicos,
proceso jurídico para su negociación, aprobación, ratificación y
entrada en vigor, pues si bien es cierto la Suprema Corte de Justi-
cia de la Nación desde finales del s. XX ha venido construyendo
una teoría de supremacía en torno a los tratados internaciona-
les sobre el resto del ordenamiento patrio19 con la intención de
salvaguardar los derechos humanos reconocidos y tutelados por
disposiciones internacionales en los que México ha sido parte, no
es menos cierto que no existen tributos internacionales tomando
como referencia el ámbito espacial de validez de las leyes20 .
18
Vid. Sainz De Bujanda, Hacienda y Derecho I. Introducción al Derecho finan-
ciero de nuestro tiempo, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1962, pp. 317 y
ss.
19
Al respecto puede consultarse la Novena Época de la Suprema Corte de Jus-
ticia de la Nación, Vid. Tratados internacionales. Se ubican jerárquicamente por encima de
las leyes federales y en un segundo plano respecto de la Constitución federal, en www.scjn.
gob.mx.
20
Para mayor abundamiento sobre los principios de territorialidad y de residen-
cia, como manifestaciones de la eficacia de la ley tributaria en el espacio, Vid.
Priego Álvarez, “La eficacia de las leyes tributarias en el tiempo y en el espacio”,
210
2. Los tratados internacionales como fuente del Dere-
cho tributario
El numeral 133 determina que la “Constitución, las leyes del
Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados
que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren
por el Presidente de la República, con aprobación del Senado,
serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Es-
tado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar
de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Consti-
tuciones o leyes de los Estados”. Precepto constitucional que se
manifiesta al listar las facultades exclusivas del Presidente, como
Jefe del Estado y del Gobierno mexicano, para celebrar los tra-
tados internacionales, así como terminar, denunciar, suspender,
modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones
interpretativas sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación
del Senado21 .
De lo anterior se desprende que los tratados internacionales son
ley suprema para toda la Unión, que son celebrados por el Ejecu-
tivo Federal y aprobados por el Senado y, siguiendo al legislador
ordinario22 , que son convenios regidos por el derecho interna-
cional público, celebrados por escrito entre el Gobierno de los
Estados Unidos Mexicanos y uno o varios sujetos de Derecho
Internacional Público, ya sea que para su aplicación requiera o
no la celebración de acuerdos en materias específicas, cualquiera
que sea su denominación, mediante el cual los Estados Unidos
Mexicanos asumen derechos y obligaciones.
23
Sobre la expresión del consentimiento como principio fundamental que rige
la teoría general de los tratados, Vid. PÉREZ TREMPS, “Las fuentes interna-
cionales y supranacionales”, en Derecho Constitucional. El Ordenamiento constitucio-
nal. Derechos y Deberes de los ciudadanos, vol. I, 6ª ed., Tirant lo Blanch, Valencia,
2003, pp. 116 y ss.; y MÉNDEZ SILVA, “Tratados Internacionales”, en Enci-
clopedia Jurídica Mexicana, t. VI, 2ª ed., Porrúa-UNAM, México, 2004, pp. 808-
809.
24
Cabe recalcar el hecho que hemos citado el origen del Senado, importado
a México de la Convención de Filadelfia de 1787, sabedores de lo estableci-
do por el constituyente federal mexicano en su numeral 56: “La Cámara de
Senadores se integrará por ciento veintiocho senadores, de los cuales, en cada
Estado y en el Distrito Federal, dos serán elegidos según el principio de vota-
ción mayoritaria relativa y uno será asignado a la primera minoría. Para estos
efectos, los partidos políticos deberán registrar una lista con dos fórmulas de
candidatos. La senaduría de primera minoría le será asignada a la fórmula de
candidatos que encabece la lista del partido político que, por sí mismo, haya
ocupado el segundo lugar en número de votos en la entidad de que se trate.
Los treinta y dos senadores restantes serán elegidos según el principio de re-
presentación proporcional, mediante el sistema de listas votadas en una sola
circunscripción plurinominal nacional”. Sobre el origen del federalismo, Vid.
Tena Ramírez, Derecho Constitucional Mexicano, 36ª ed., Porrúa, México, pp. 101
y ss., y sobre la conformación actual de la Cámara de Senadores, Carpizo y
Carbonell, “Derecho Constitucional”, en Enciclopedia Jurídica Mexicana, t. VIII,
2ª ed., Porrúa-UNAM, México, 2004, pp. 114 y ss.
212
llamadas teorías monista y dualista. En la primera, adoptada por
México, el tratado se integra en automático al derecho interno y
tiene un valor superior al de la ley, mientras que en la segunda se
requiere de una recepción especial del tratado mediante disposi-
ciones puntuales de la legislación interna25 .
En ese orden de ideas, parece encontrarse incompatibilidad
natural para que los tratados internacionales, aun cuando gozan
de supremacía normativa sobre el ordenamiento jurídico con
rango y valor de ley, tengan participación en la materia tributa-
ria, al menos en cuanto al establecimiento, reforma o derogación
de institutos tributarios. Sin embargo, a partir de la celebración
del Convenio de Adhesión en 1986 de nuestro país al GATT
(General Agreement on Tariffs and Trade)26 y de la posterior celebra-
ción del NAFTA (North America Free Trade Agreement) en 1994, los
instrumentos jurídicos internacionales han empezado a tener
una mayor participación en la materia tributaria liberando de
cargas arancelarias primero y evitando la doble o múltiple impo-
sición después en los casos de operaciones comerciales más allá
de nuestra geografía nacional.
213
comprende la totalidad de las prescripciones jurídicas que se re-
fieren a la imposición de presupuestos de hecho que tienen lugar
en el exterior de nuestras fronteras nacionales; es decir, aquellos
supuestos que implican relaciones con otros ámbitos territoriales
o con Ordenamientos jurídicos de más de un Estado y por los
que surgen créditos tributarios por más de un Estado27 .
De esta manera, encontramos en primer término aquellos
convenios que tienen como objeto el intercambio de informa-
ción entre las partes respecto de operaciones financieras con la
finalidad de prevenir y combatir operaciones con recursos de
procedencia ilícita, lavado de dinero o peculado, entre otros; in-
tercambio de información que a primera vista parece apartar-
se en gran medida del ámbito tributario pero que puede servir
como elemento de información para la autoridad hacendaria al
momento de determinar la verdadera aptitud del contribuyente
para soportar las cargas fiscales del ordenamiento tributario al
cual se encuentre sujeto. Dichos instrumentos internacionales no
sólo servirían para la correcta integración de una Averiguación
Previa o el seguimiento de un proceso penal sino también para
medir el grado de cumplimiento del Derecho tributario de los
nacionales cada una de las partes del tratado que sean sujetos
obligados, puesto que incluso habiendo celebrado operaciones
financieras allende nuestras fronteras que actualizarán el hecho
imponible de algún tributo patrio, le serán aplicadas las leyes tri-
butarias mexicanas a nuestros nacionales, acorde a lo dispuesto
por el art. 9 del Código Fiscal de la Federación, toda vez que “no
perderán la condición de residentes en México las personas físi-
cas de nacionalidad mexicana que acrediten su nueva residencia
fiscal en un país o territorio en donde sus ingresos se encuentren
sujetos a un régimen fiscal preferente en los términos de la Ley
27
Para mayor detalle, Vid. Vogel, “Derecho Tributario Internacional”, en
Tratado de Derecho Tributario, t. I, Temis, Bogotá, 2001, pp. 705 y ss.; Adon-
nino, “Il Diritto Tributario Interno ed il Diritto Tributario Internazio-
nale. Verso una concezione unitaria”, en El tributo y su aplicación: perspec-
tivas para el siglo XXI, t. I, Marcial Pons, Buenos Aires, 2008, pp 329 y ss. y
Pires, “Direito comunitário e direito internacional fiscal”, en Lecciones de De-
recho Tributario inspiradas por un maestro, t. I, citado, pp. 512 y ss.
214
del Impuesto sobre la Renta. Lo dispuesto en este párrafo se apli-
cará en el ejercicio fiscal en el que se presente el aviso a que se
refiere el último párrafo de este artículo y durante los tres ejer-
cicios fiscales siguientes. No se aplicará lo previsto en el párrafo
anterior, cuando el país en el que se acredite la nueva residencia
fiscal, tenga celebrado un acuerdo amplio de intercambio de in-
formación tributaria con México”.
Queda de manifiesto cómo el intercambio de información
respecto de operaciones financieras puede servir de elemento di-
ferenciador en la determinación de obligaciones tributarias omi-
tidas por parte de los contribuyentes al hacer uso el sujeto activo
de la relación jurídico tributaria de su autonomía calificadora 28.
A mayor abundamiento, al hacer una pausa para analizar el
Acuerdo que sobre la materia tiene firmado nuestro país con los
Estados Unidos de América, (documento que reviste mayúscula
importancia no tanto porque el contenido varíe significativamen-
te frente a los que se encuentran vigentes con otras naciones,
sino por el fuerte intercambio comercial que existe en el cruce
de nuestra frontera común) nos topamos con que su objeto “es
facilitar el intercambio de información entre los Espacios Con-
tratantes en relación con la determinación y recaudación de im-
puestos, a fin de prevenir, dentro de sus respectivas jurisdicciones,
la evasión y el fraude en materia tributaria y desarrollar mejores
fuentes de información en esta materia”. Para ello, las “autori-
dades competentes de los Estados Contratantes intercambiarán
información con el fin de administrar y aplicar las leyes naciona-
les de los Estados Contratantes correspondientes a los impuestos
comprendidos en el presente Acuerdo, incluyendo información
para la determinación, liquidación y recaudación de impuestos,
el cobro y la ejecución de créditos fiscales, así como para la inves-
tigación o persecución de delitos fiscales o delitos que contraven-
gan la administración tributaria”29 .
28
Para mayor abundamiento sobre la calificación en Derecho tributario, Vid.
Pérez Royo, Derecho Financiero y Tributario. Parte General, 12 ed., Civitas, Ma-
drid, 2002 , p. 96 y ss.
29
Al respecto, Vid. Acuerdo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de
América para el Intercambio de Información Tributaria, firmado en Washington, D. C.
215
Por otro lado, nos encontramos con acuerdos que buscan li-
berar de aranceles30 las operaciones comerciales que celebran
los particulares con los miembros de otros Estados nacionales
partes del acuerdo internacional, para así conformar un merca-
do más extenso y seguro para los bienes y servicios producidos
en sus territorios mediante el establecimiento de zonas de libre
comercio, como son: la Unión Europea, la Cuenca del Pacífico,
América del Norte y Mercosur. Cabe mencionar que el Derecho
Económico Internacional reconoce diferentes tipos de integra-
ción comercial que en forma gradual se pueden enlistar de la
siguiente manera: 1. Preferencia aduanera o zona de comercio
preferencial, países que deciden concederse ventajas aduaneras
entre sí, no aplicables a Estados terceros no miembros; 2. Zonas
o áreas de libre comercio, países que buscan suprimir las trabas
arancelarias, manteniendo cada uno su propia política de comer-
cio exterior frente a otros países que no sean miembros del tra-
tado; 3. Uniones aduaneras, participan del carácter de la zona
o área de libre comercio más la adopción de una sola política
de comercio exterior frente a aquellos Estados no miembros del
Acuerdo; 4. Mercado común, la libre circulación de los factores
de producción como el capital, la fuerza de trabajo, organizacio-
nes, etc., a las uniones aduaneras citadas líneas arriba; 5. Unión
económica, tiene como elemento adicional a lo ya mencionado
la creación de mercados comunes con políticas monetarias y fis-
cales unificadas; y 6. Integración total, se da con la creación de
una unidad supranacional que organice a los Estados miembros
cuyas decisiones serán obligatorias para cada una de las partes
que la conforman31.
el 9 de noviembre de 1989, con aprobación del Senado de 19 de diciembre de
1989, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de enero de 1990,
con fecha de entrada en vigor el 18 de enero de 1990 y fecha de promulgación
del 23 de enero de 1990, en www.sre.gob.mx.
30
Entendemos por arancel el instrumento jurídico de orden económico, “con-
siderado una barrera impuesta al comercio internacional, a fin de regular la
entrada y salida de mercancías por territorio nacional, mediante la fijación
de impuestos al comercio exterior”, Vid. Ramíre Gutiérrez y Ríos Granados,
“Aranceles”, en Enciclopedia Jurídica Mexicana, t. I, 2ª ed., Porrúa-UNAM, Méxi-
co, 2004, pp. 312 y ss.
En este sentido, Vid. Becerra Ramírez, “Derecho Internacional Público”, en
31
143 y ss.
32
En lo relativo a las uniones regionales como zonas de libre comercio y uniones
aduaneras, Vid. Uckmar, “Tratados Internacionales en materia tributaria”, en
Tratado de Derecho Tributario, t. I, citado, pp. 738 y ss.
217
monización mínima de los impuestos directos la negativa ha sido
constante, pues salvo lo relativo a fusiones trasnacionales, a las
relaciones entre sociedad matriz y un convenio relativo a la solu-
ción de precios de transferencia, se ha entendido prácticamente
de forma unánime que el impuesto sobre la renta o sobre los
beneficios de las personas físicas y de las sociedades pertenecen
al núcleo de las competencias de un Estado33 .
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TL-
CAN), en cuanto a la integración de los socios comerciales den-
tro de la clasificación anterior, resulta bastante limitado pues pese
a ser nuestro instrumento internacional que mayor impacto ha
tenido en los ámbitos económico, político y social desde su cele-
bración en la primera mitad de la década de los 90 del s. XX34 ,
no alcanza más que la conformación de una zona de libre comer-
cio, lejos aún de la unión aduanera, de un verdadero mercado
común, de la unión económica y, por tanto, de una integración
total. Lo cierto es que resulta notorio el impacto que en el con-
cierto internacional ha generado la entrada en vigor del TLCAN
al crear uno de los bloques comerciales de mayor relevancia en el
mundo que incluye a países de niveles de desarrollo muy distinto,
partiendo de algunos de los objetivos señalados en su artículo 102
del Capítulo 1ro, al señalar expresamente lo siguiente:
33
En este sentido, Vid. Marchessou, “El tributo y la integración económica. El
derecho supranacional”, en El tributo y su aplicación: perspectivas para el siglo XXI, t.
I, pp. 1124 y ss.
34
El Gobierno de México ha señalado en un Comunicado con motivo de la
Cumbre de Líderes de América del Norte, llevada a afecto el 19 de febrero de
2014 en Toluca, Estado de México, que a 20 años de su entrada en vigor, el Tra-
tado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés)
ha provocado que la región en su conjunto genere cerca del 30% del producto
interno bruto mundial, ya que cuenta con notables ventajas logísticas y de co-
municaciones así como con un capital humano de 450 millones de personas. El
comercio de la región es al menos 265 por ciento más grande que hace veinte
años, cuando el Tratado de Libre Comercio para América del Norte entró en
vigor y ahora tiene un valor de más de un billón de dólares por año, mientras
que la inversión en la región se ha multiplicado por seis. Vid. América del Norte del
siglo XXI: Construyendo la Región más Dinámica y Competitiva del Mundo, www.sre.gob.
mx.
218
-Eliminar obstáculos la comercio y facilitar la circulación
transfronteriza de bienes y servicios entre los territorios de las
partes; y
-Promover condiciones de competencia leal en la zona de li-
bre comercio.
a)Trato nacional, con ello los bienes y servicios deben ser consi-
derados como originarios de los respectivos países suscriptores
del TLCAN; es decir, no es viable discriminar por razones de
nacionalidad.
b)Trato de nación más favorecida: Entendido en el sentido que
cualquier convenio comercial o de servicio que las partes del
Tratado efectúen bilateralmente debe extenderse a la otra par-
te.
c)Transparencia: Obligación de los miembros del TLCAN de
informarse de toda modificación normativa que impacte con
aspectos regulados por el tratado, con la finalidad de evitar o
prevenir controversias entre operadores económicos zonales.
35
Con mayor amplitud, Vid. Witker Velásquez, Introducción al Derecho Económico,
6ª ed., McGraw-Hill, México, 2004, pp. 253 y ss.
Vid. Becerra Ramírez, ob. cit, pp. 145-146.
36
219
lo relativo al llamado Derecho Tributario Aduanero37 , pues al
pretender establecer un comercio sin fronteras fiscales los Estados
miembros están renunciando a ejercer su potestad de imposición
en torno al conjunto de gravámenes que regulan el comercio
exterior, mismo que sigue vigente y plenamente operativo para
con aquellas operaciones realizadas por nacionales de países no
miembros del TLCAN.
El propio GATT en su artículo XXIV, instrumento jurídico
que sirvió de referencia obligada para nuestro tratado interna-
cional sujeto a estudio en las presentes líneas, señalaba que en el
caso de conformación de una zona de libre comercio, los dere-
chos de aduana mantenidos en cada territorio constitutivo de la
misma y aplicables al comercio de las partes contratantes que no
formen parte de tal territorio, en el momento en que se establez-
ca la zona, no sean más elevados, ni las demás reglamentaciones
comerciales más rigurosas que los derechos y reglamentaciones
comerciales vigentes en los territorios constitutivos de la zona an-
tes de su establecimiento.
El eje rector para el cumplimiento de los objetivos del TL-
CAN puede encontrarse en el tratamiento nacional de bienes y
servicios entre los nacionales de la zona, reconocida por el nume-
ral 301, a saber:
37
Entre los más destacados, Vid. Witker Velásquez, Derecho Tributario Adua-
nero, UNAM, México, 1999, pp. 23 y ss.; y Rodríguez Mejía, Aspectos Fiscales del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte y del Tratado Constitutivo de la Comunidad
Económica Europea, UNAM, México, 1994, pp. 9 y ss.
220
Por su parte el GATT en su artículo III, al que hace referencia y
se somete el TLC, a la letra ordena lo siguiente:
221
en forma incompatible con los principios enunciados en el pá-
rrafo 1.
[…]
7. No se aplicará reglamentación cuantitativa interior alguna
sobre la mezcla, la transformación o el uso de productos en can-
tidades o proporciones determinadas de manera que se repartan
estas cantidades o proporciones entre las fuentes exteriores de
abastecimiento.
8. a) Las disposiciones de este artículo no se aplicarán a las leyes,
reglamentos y prescripciones que rijan la adquisición, por orga-
nismos gubernamentales, de productos comprados para cubrir
las necesidades de los poderes públicos y no para su reventa co-
mercial ni para servir a la producción de mercancías destinadas
a la venta comercial.
b) Las disposiciones de este artículo no impedirán la concesión
de subvenciones exclusivamente a los productores nacionales,
incluidas las subvenciones procedentes de la recaudación de
impuestos o cargas interiores aplicados de conformidad con las
disposiciones de este artículo y las subvenciones en forma de
compra de productos nacionales por los poderes públicos o por
su cuenta.
9. Las partes contratantes reconocen que el control de los precios
interiores por la fijación de niveles máximos, aunque se ajuste
a las demás disposiciones de este artículo, puede tener efectos
perjudiciales en los intereses de las partes contratantes que sumi-
nistren productos importados. Por consiguiente, las partes con-
tratantes que apliquen tales medidas tendrán en cuenta los inte-
reses de las partes contratantes exportadoras, con el fin de evitar,
en toda la medida de lo posible, dichos efectos perjudiciales.
10. Las disposiciones de este artículo no impedirán a toda parte
contratante establecer o mantener una reglamentación cuantita-
tiva interior sobre las películas cinematográficas impresionadas,
de conformidad con las prescripciones del artículo IV.
Por otra parte, resulta lógico pensar que el TLCAN, como toda
norma jurídica, está sujeta a la interpretación tanto por las auto-
ridades de los Estados miembros –incluyendo los árbitros y pa-
neles que pueden constituirse para la solución de conflictos38 -,
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ordena en su artículo
38
222
como por los nacionales pertenecientes a cada uno; de ahí que
hayan surgido a sus más de 20 de años de existencia una larga
lista de inconformidades de uno y otro lado de las fronteras de
los tres países miembros en distintos tramos de la vida económica
afectados por las disposiciones del citado Acuerdo internacional,
como son, por citar sólo algunos: las compras del sector públi-
co, la protección a la propiedad intelectual, el autotransporte de
mercancías, el sector energético y el sector agrícola39 .
En lo tocante al párrafo 2 del artículo 301 del TLC, su con-
tenido hace referencia a lo que el GATT denomina “ trato de
nación más favorecida” que en síntesis establece la obligación
de las partes contratantes de darse recíprocamente un trato no
inferior al que cada cual da a quienes no son parte del tratado.
En este sentido, la Organización Mundial del Comercio entien-
de que cada miembro o adherente “deberá reconocer a todos
los demás países miembros el mismo “mejor trato” que pactó
con algún país que puede ser de la OMC o no, de modo que to-
dos resulten “igualmente favorecidos”. En esa medida, los bienes
producidos en un Estado miembro deben ser tratados de forma
no menos favorable que un producto similar originario de cual-
quier otro país”40 . Lo que para nuestro TLCAN se traduce en
que las partes se comprometen a un trato “más favorable” en las
operaciones que realicen sus nacionales, trato que no debe ser
cargadas de la vigilancia y cumplimiento de las disposiciones del instrumento
internacional, la sección B del mecanismo general de solución de controversias
entre los tres países y la sección C los procedimientos para su interpretación
ante instancias judiciales, haciendo hincapié en los medios alternativos de so-
lución de controversias en conflictos entre particulares. Sobre el particular, Vid.
Cruz Miramontes y Cruz Barney, “Diez años del Capítulo XX: Solución de
controversias entre las partes del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte”, en El Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Evaluación Jurídica: diez
años después, UNAM, México, 2004, pp. 159 y ss.
39
Para mayor referencia sobre distintas problemáticas surgidas a la luz del
TLCAN, Vid. Vallejo Montaño, “Una década de práctica aduanera en el TL-
CAN”, en El Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Evaluación Jurídica: diez
años después, citado, pp. 51 y ss.
40
Vid. Godoy Fajardo, “Aspectos tributarios de los Tratados de Libre Comer-
cio”, en El tributo y su aplicación: perspectivas para el siglo XXI, t. II, Marcial Pons,
Buenos Aires, 2008 , p. 2009.
223
“menos favorable” del que pueda tener con otro país no miem-
bro del TLCAN.
Se afirma lo anterior, en virtud que si bien el origen del trata-
miento preferente hacia una nación obedece a una situación his-
tórica que tuvo gran significación en la segunda mitad del s. XX,
“en donde la pugna de los países no alineados que constituían
el Tercer Mundo, con los desarrollados, pretendían justamente
acceder a los mercados más grandes del mundo”41 ; también lo
es que las zonas de libre comercio significaron un paso más ade-
lantado a lo vislumbrado por el GATT, de ahí que se admitiese
como regla general que cuando los tratados de libre comercio se
constituyesen las ventajas y demás privilegios que se acordasen
entre los países miembros del TLC regirían exclusivamente para
ellos, resultando indiferente que la ventaja haya sido acordada o
no en uno de mecanismos del Tratado de Montevideo de 1980 o
similar, por lo que el concepto ortodoxo citado por el GATT su-
friera cambios drásticos que pueden llegar incluso a contravenir
sus postulados originales.
Se puede concluir, por tanto, que el principio del trato de na-
ción más favorecida, entendido como una obligación de otorgar
un tratamiento no menos favorable a terceros Estados respecto a
otros, no existe como tal en el derecho internacional consuetu-
dinario. De ahí que en principio, cualquier Estado es libre para
otorgar o no un trato no menos favorable a otro Estado respecto
al otorgado a terceros Estados; es decir, tanto a beneficiarlos o no.
En este orden de ideas, el trato de la nación más favorecida es un
principio de no discriminación, que se otorga a través de la firma
de tratados internacionales celebrados entre Estados soberanos
que buscan establecer y mantener en todo momento igualdad
fundamental sin discriminación entre los países involucrados.
Así, tenemos como finalidad de esta cláusula asegurar que las
41
Vid. Cruz Miramontes, “La Cláusula de Nación Más Favorecida y su adecua-
ción al TLCAN en el marco de la ALADI”, en Un homenaje a Don César Sepúlveda,
UNAM, México, 1995, p. 107.
224
partes involucradas se traten de la misma manera y otorguen un
trato tan favorable como el que éstas otorgan a terceras partes,
de modo tal que exista un beneficio de las partes involucradas del
trato más ventajoso otorgado a un tercero42 .
47
Vid. Pérez Arraiz, “Naturaleza, objetivos y aplicación de los Convenios para
Evitar la Doble Imposición Internacional”, en Direito Financeiro e Tributário Com-
parado, citado, pp. 651-653. En el caso particular de nuestro país había perdurado
una negativa a suscribir Convenios para Evitar la Doble Imposición, por lo que
no es sino hasta inicios de 1991 cuando rubrica el primero con Canadá y a
finales del mismo año otro con Francia, de ahí en adelante ha venido signando
acuerdos sobre esta materia con diferentes países, Vid. Chapoy Bonifaz, Ob. cit.,
p. 810.
48
Más ampliamente, Vid. Buhler, Principios de Derecho Internacional Tributario, Edi-
torial de Derecho Financiero, Madrid, 1968, pp.. 173-174 y 360-361.
227
de residencia49, ello tomando en consideración el principio de
reciprocidad que rige en el Derecho Internacional Público50 .
No debemos perder de vista que la doble imposición inter-
nacional no es ilícita ni contraria a los postulados regulados por
el Derecho Internacional, por lo que por muchos esfuerzos que
se realicen para evitar dicho fenómeno no deja de ser una fuerte
aspiración de regulación por parte del Ordenamiento jurídico51 .
La intención de evitar el fenómeno sujeto a estudio ha tomado
diferentes alternativas por parte de la Comunidad Internacional
a lo largo de los últimos años, como son: primero, a través de me-
didas internas de carácter unilateral; después, con la suscripción
de acuerdos internacionales ya sean de carácter bilateral o multi-
lateral; y finalmente, con una armonización tributaria como paso
previo a una integración total, siendo el segundo de los estadios
el que actualmente nos interesa y que es aplicable a nuestra rea-
lidad nacional actual. Dentro de ellos, podemos encontrar algu-
nos métodos como el de reparto para gravar las rentas entre los
países de origen y de destino, denominado método de exención
y, dentro de la atribución compartida sobre la potestad tributaria,
los métodos de imputación y de deducción52 .
En el método de exención las rentas obtenidas se gravan sólo
por un Estado quedando exentas de pago por el otro. Lo cual
supone que un país renuncia a gravar determinadas manifesta-
ciones de capacidad contributiva generadas por sujetos que tie-
nen una serie de vínculos jurídicos con otro Estado. Dicho de
49
Vid. Chapoy Bonifaz, Ibidem.
50
Situación similar se presenta en el caso de los tratados que establecen una
zona de libre comercio, pues los tributos nacionales siguen vigentes pero no se
aplicarán a cabalidad a los nacionales de países con los que se tenga firmado
un acuerdo internacional, Vid. Patiño Manfer, “Aspectos Jurídicos del Tratado
de Libre Comercio”, en Aspectos Jurídicos del Tratado de Libre Comercio, UNAM,
México, 1992, pp. 162 y ss.
51
En este sentido, Vid, Buhler, ob. cit., pp. 195 y 224.
52
En este sentido, Vid. Rubio Guerrero, “Los principios básicos de la fiscalidad
internacional y la doble imposición internacional”, en Manual de Fiscalidad Inter-
nacional, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 2007, pp. 82 y ss., citado por Pérez
Arraiz, “La doble imposición internacional. Causas y métodos para evitarla”,
citado, pp. 542.
228
otra manera, se distribuye el objeto imponible entre los países
con derecho a gravarlo, ya que en realidad cada uno se desen-
tiende de la obligación tributaria pagada o por pagar en el otro.
Así, cuando el ingreso – o renta- queda libre de gravamen en el
país de la fuente se habla de exención en origen, lo que supone
la aplicación exclusiva del principio de residencia, pero si queda
exenta en el país en el que reside su titular se está frente a una
exención en destino, lo que se traduce en el empleo del principio
de la fuente53 .
El método de imputación implica la existencia de la carga
fiscal en el Estado de residencia de las rentas o el patrimonio
gravados en el Estado de la fuente; es decir, el país de residencia
del inversor permite deducir la cantidad pagada en otro país por
el mismo supuesto hipotético. Se ha observado que mientras en
el método de exención se prorratea el objeto de imposición, en
el método de imputación se prorratea la deuda tributaria entre
los países en los que se ha generado la manifestación de riqueza
gravable –país de la fuente- y aquel en el que reside el inversor –
país de residencia-, a través de la deducción de impuesto pagado
en el país de la fuente54 .
En la práctica, con este método un Estado grava las ganancias
o el patrimonio de forma limitada y el otro aplica su potestad im-
positiva sin restricciones teniendo en cuenta toda la renta, pero
considerando el pago del tributo realizado en el otro país. Bajo
este orden de ideas, el método de imputación al tener en cuenta
los ingresos generados en terceros países, cumple de mejor mane-
ra con el principio de progresividad y con la finalidad redistribu-
tiva que tiene el sistema tributario en su conjunto55 .
53
Vid. Borras, La doble imposición: Problemas jurídico-internacionales, Instituto de Estu-
dios Fiscales, Madrid, 1974, pp. 71-72.
54
Más ampliamente, Vid. Albiñana García-Quintana, “El Derecho tributario
español y el Modelo de Convenio de la O.C.D.E.: Comparación”, en Doble
Imposición Internacional, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 1972, pp. 618-
619.
55
En este sentido, Vid. Pérez Arraiz, “La doble imposición internacional. Causas
y métodos para evitarla”, citado, pp. 546.
229
Ahora bien, la tributación limitada que se realiza en el país de la
fuente puede ser originaria (reducción) y consiste en que al sujeto
pasivo de la relación jurídico tributaria, cuando declara su renta
obtenida en uno de los Estados contratantes, se le aplica la tasa
o cuantía prevista en el convenio que implica una tributación
limitada. Otra forma de tributación limitada es la denominada
como derivada (devolución) por la que el contribuyente declara e
ingresa como si no existiese convenio, aplicándose la legislación
tributaria interna del país fuente para, posteriormente, sobre la
cuantía del importe ingresado, poder solicitar, en virtud de la
existencia del acurdo internacional, la devolución del exceso del
tributo soportado56 .
El último método, llamado de deducción o tax sparing, con-
templa supuestos en los que el país de la fuente otorga un be-
neficio fiscal de forma que los ingresos obtenidos no coinciden
con los que están sujetos a gravamen y, por su parte, tampoco
los grava para evitar un supuesto fenómeno de doble imposición;
esto es, en el método de deducción el país de residencia no ac-
tualiza los supuestos de doble imposición, tal como si se hubiese
pagado el tributo en el Estado de la fuente. De forma que la
imputación ficticia del impuesto o imputación de impuestos nos
pagados pretenden que con el sacrificio recaudatorio del país de
la fuente –éste deja de recaudar al conceder las figuras minorati-
vas del tributo-no se beneficie al país de residencia –que tampoco
le impondrá una carga tributaria como si ya se hubiese pagado el
tributo en el país de origen-, sino únicamente al inversor57 .
5. Conclusiones
Una vez descrito la manifestación que los tratados internaciona-
les tienen dentro del ámbito del Derecho financiero y, en espe-
56
Con mayor detalle, Vid. Otero Castello, Fiscalidad Internacional Española, Edito-
rial de Derecho Financiero, Madrid, 1973, pp. 107 y ss.
57
Para mayor abundamiento, Vid. Serrano Antón, “Los principios básicos de la
fiscalidad internacional y los convenios para evitar la doble imposición interna-
cional: historia, tipos, fines, estructura y aplicación”, en Fiscalidad Internacional,
Centro de Estudios Financieros, Madrid, 2007, citado por Pérez Arraiz, “La
doble imposición internacional. Causas y métodos para evitarla”, citado, pp.
549.
230
cial, del Derecho tributario, con cierta facilidad podemos llegar a
las siguientes afirmaciones, a saber:
I.Las normas de derecho internacional resultan normas impera-
tivas para el derecho interno que pueden modificar disposiciones
sustantivas del Derecho tributario nacional, aun cuando no estén
facultadas para establecer contribuciones;
II.El ámbito de aplicación de los tratados que crean zonas de
libre comercio está dirigido prioritariamente hacia la liberación
arancelaria y de trámites no arancelarios que pudieran afectar la
libre circulación de mercancías; frente a los convenios para evitar
la doble imposición cuyo ámbito son los tributos sobre la renta y
el patrimonio;
III.Los tratados de libre comercio, en especial nuestro TLCAN,
aún se encuentran muy lejos de lograr una verdadera integración
entre los países de Norteamérica; y
IV.La doble imposición internacional no es contraria al orden
jurídico nacional o supranacional, pero por muchas buenas in-
tenciones que se tengan para evitarla al través de los convenios
internacionales no deja de ser, en palabras de BUHLER, un de-
seo legal.
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Dr. José Manuel Piña Gutiérrez
Rector
C O L E C C I Ó N
FRANCISCO J. SANTAMARÍA
Pensamientos y Estudios Jurídicos