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PARTICIPACIÓN DE LA SEÑORA MINISTRA OLGA SÁNCHEZ

CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, EN EL FORO INTERNACIONAL


“RESPONSABILIDAD JURÍDICA DE LA PRENSA”, ORGANIZADO
POR LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD
NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO, CON LA PARTICIPACIÓN DE
LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS Y BAJO EL
AUSPICIO DEL GRUPO REFORMA, EN EL AUDITORIO JUS
SEMPER LOQUITUR DE LA MISMA FACULTAD, EN LA CIUDAD
DE MÉXICO, EL 28 DE ENERO DE 2003.

EL DERECHO A LA LIBERTAD DE PRENSA.


Su vigencia y validez en el ámbito interamericano.

˜™

“Todas las rutas que conducen al


objeto de nuestro deseo son
largas”
Joseph Conrad.

El camino de las libertades es todavía, y lo digo con un dejo de


tristeza, un camino que se vislumbra aún largo en el horizonte de
nuestro derecho.
Hace ya muchos años que las garantías que nos convocan en
este foro fueron establecidas en nuestra Constitución. Hace ya
muchos años que son derechos reconocidos; pero su tutela y
aseguramiento dista mucho de ser una realidad.
Qué mejor testimonio para corroborarlo que el de mis
compañeros de mesa, guardianes de las mismas libertades en
distintos ámbitos de competencia y territoriales.
Los límites y contenidos de las libertades de expresión e
información han sido y seguirán siendo, hasta en tanto no los
delimitemos con claridad, un campo fértil para el debate y la discusión,
ni duda cabe.
Por ello, no quisiera malgastar la hospitalidad académica de los
organizadores de este evento (la Organización de Estados
Americanos, el Grupo Reforma y nuestra querida Universidad)
ampliando esa discusión sobre los límites, contenidos y alcances de lo
que estos derechos significan en México, ni sobre su aplicación,
protección y efectividad. Me parece que sobre ello han estado ya
disertando algunos ponentes ayer y seguramente lo seguirán haciendo
magistralmente el día de hoy.
Quisiera más bien responder a la siempre cálida hospitalidad de
esta Facultad, centrando mi participación sobre un tema que
inicialmente me había sido asignado para debatir en esta mesa: la
validez y aplicación en el campo interamericano de algunas
disposiciones internacionales que se refieren al tema y sobre su
aplicación en México.1

No es ninguna novedad que queramos sintetizar bajo el término


opacidad2 la situación que, durante muchos años, vino sucediendo en
nuestro país en materia de derecho a la información y libertad de
prensa. Lo que sí resulta novedoso, es que estos derechos estén
saliendo de ese estado de opacidad para cobrar cada día renovada y
consolidada vigencia en nuestro marco jurídico, a través de la

1
García Ramírez, Sergio, “La jurisdicción interamericana sobre derechos humanos. Actualidad y
perspectivas”. “Algunos criterios recientes de jurisdicción interamericana de derechos humanos”. “Las
reparaciones en el sistema interamericano de protección de los derechos humanos” en Estudios Jurídicos.
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2000.
2
Ver Cárcova, Carlos María. La opacidad del derecho. Presentación de Juan Ramón Capella. Trotta, Madrid,
1998.
expedición de nuevas leyes,3 y a través de algunas resoluciones del
Poder Judicial4 que han replanteado el contenido de estos derechos,
sus alcances y limitaciones, de manera paulatina, cierto, pero
consolidada.
No obstante, al margen de estas consideraciones, el problema
de abordar el derecho a la libertad de prensa es, como ha señalado
Ernesto Villanueva 5, una garantía cuyo grado de abstracción ha sido
punto de partida de un largo debate en México.6 Debate que, salvo
algunas excepciones, no ha considerado a los tratados internacionales
como medio para lograr su efectividad, al igual que sucede con
muchos otros derechos fundamentales en México.

3
Ejemplo de ello, son la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2002; así como las diversas leyes locales que
paulatinamente han sido publicadas en las entidades Federativas.
4
Vid. Suprema Corte de Justicia de la Nación, en colaboración con Cossío Díaz, José Ramón; Soberanes
Fernández, José Luis y Villanueva Villanueva, Ernesto. El Poder Judicial de la Federación y los medios de
comunicación. Sentencias (1836-2001). Porrúa, México, 2002.
5
Villanueva, Ernesto. Régimen jurídico de las libertades de expresión e información en México. UNAM.
México, 1998.
6
Véanse, entre otros, los trabajos de: López-Ayllón, Sergio. “Derecho de la información”, Instituto de
Investigaciones Jurídicas. Enciclopedia Jurídica Mexicana. Tomo IX. Universidad Nacional Autónoma de
México-Porrúa, México, 2002. Muñoz de Alba Medrano, Marcia. “El Derecho a la privacidad en los sistemas
de información pública” Estudios en Homenaje a Don Manuel Gutiérrez Velasco. Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2000. Carpizo, Jorge y Carbonell,
Miguel. (Coordinadores). Derecho a la Información y Derechos Humanos. Estudios en Homenaje al Maestro
Mario de la Cueva. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México. México
2001. Carbonell, Miguel. Transición a la democracia y medios de comunicación. Un punto de vista
constitucional. Textos para la transición. Aguascalientes, México, 2002. Valadés, Diego y Carbonell Miguel
(Coordinadores). Constitucionalismo Iberoamericano del siglo XXI. Cámara de Diputados. Legislatura LVII,
Universidad Nacional Autónoma de México. México, 2000. Carbonell, Miguel (Coordinador). Derechos
fundamentales y Estado. Memoria del VII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional. Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. México, 2002. En el plano
internacional, el debate lleva ya mucho más tiempo y pueden consultarse, al respecto: Hoffmann-Rienm
Wolfgang. “Libertad de comunicación y medios.” Benda, Maihofer, Vogel, et. all. Manual de Derecho
Constitucional. Instituto Vasco de Administración Pública, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales, S.A.
Madrid, 1996. Toller, Fernando M.. Libertad de prensa y tutela judicial efectiva. Fondo Editorial de Derecho
y Economía,. Argentina, 1999. Habermas, Jürgen. Facticidad y Validez. Trotta, Madrid, 1998. Brewer-Carías,
Allan R. “La libre expresión de pensamiento y el derecho a la información en la Constitución Venezolana de
1999” y Risso Ferrand, Martín J. “Algunas reflexiones sobre los derechos al honor, a la intimidad, a la propia
imagen y a la libertad de prensa.” en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano. Fundación
Konrad Adenauer Stiftung. Montevideo, Uruguay, 2002.
Por ello, el interés primordial de esta ponencia será tratar de
situar en el orden interno, a los diversos ordenamientos
interamericanos que se refieren a la libertad de prensa; de tal suerte
que podamos discernir lo que es Derecho Vigente, de lo que son
declaraciones de principios y perfilar los contenidos y alcances de las
libertades de prensa e información.
Así, considero conveniente esbozar, al menos, algunos
comentarios sobre el lugar que ocupan los tratados internacionales al
interior del sistema nacional, y sobre la importancia que tiene proteger
los derechos y garantías que se contemplan en nuestra Constitución y
ampliarlos con aquellos que se establecen en los ordenamientos
internacionales.
En esa tesitura, es de sobra conocida la tesis aislada que
emitiera la Suprema Corte de Justicia de la Nación bajo el rubro
“TRATADOS INTERNACIONALES SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE
POR ENCIMA DE LAS LEYES FEDERALES Y EN UN SEGUNDO
PLANO RESPECTO DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.”7 En el
asunto que dio origen a esta tesis se resolvió que debería privar la
aplicación del convenio 87 de la OIT, que se refiere a libertad sindical,
sobre las disposiciones contenidas en la Ley Federal de los

7
Se trata de la tesis de pleno LXXVI/99, aprobada en la sesión privada del 28 de octubre de 1999. Cabe
mencionar que en el mismo sentido que esta tesis, pero bajo diversas argumentaciones, se ha pronunciado el
foro. Ver, p. ej. Becerra Ramírez Manuel. “Los Tratados Internacionales y la Suprema Corte de Justicia de la
Nación”. Novedades, México, 7 de abril de 2000. Carpizo, Jorge. “Los Tratados Internacionales tienen una
jerarquía superior a las leyes federales. Comentario a la tesis 192,867 de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación”. Artículo inédito. Corzo, Edgar. “Tratados internacionales se ubican jerárquicamente por encima de
las leyes y en un segundo plano respecto de la Constitución Federal”. Artículo inédito. Cossio Díaz, José
Ramón. “La nueva jerarquía de los tratados internacionales”. Este País. México, febrero de 2000. Pereznieto
y Castro, Leonel. El artículo 133 constitucional: una relectura. Jurídica, anuario del Departamento de Derecho
de la Universidad Iberoamericana, No. 25, 1995-II. Sodi Serret, Carlos. “Interesante jurisprudencia”.
Excelsior, México, 29 de marzo de 2000. Valadés, Diego. “Nueva interpretación de la Suprema Corte.
Asimetrías en el Congreso”. Excelsior, México, 27 de marzo de 2000.
Trabajadores al Servicio del Estado; y se determinó que los tratados
internacionales se ubican jerárquicamente por encima de las leyes
federales y en un segundo plano respecto de la Constitución Federal.
Y aunque vale la pena señalar que los argumentos esgrimidos
en esa sentencia por el pleno se enfocaron a reconocer un derecho
fundamental que es el derecho a la libre asociación sindical y que en
esa sentencia se decidió que jerárquicamente privara el convenio de
referencia por encima de la ley federal que se tildó de inconstitucional;
también es conveniente decir que dicho argumento se desarrolló en el
caso concreto para sostener la invalidez del artículo impugnado.
Es decir, no se estableció tajantemente un esquema jerárquico
de las fuentes del ordenamiento, sino que se ubicó a los tratados por
encima de las leyes federales para apoyar los razonamientos de la
sentencia en torno a la inconstitucionalidad de las disposiciones de la
Ley Burocrática relativas a la libertad sindical.
De tal suerte que, si bien es cierto que no ha quedado
completamente definida la posición que ocupan los tratados
internacionales en el orden jurídico mexicano; si conviene decir que,
con esta resolución, la Corte dio un paso muy importante en el camino
del reconocimiento del orden internacional como parte fundamental del
derecho mexicano.
Por tanto, esa tesis se convierte en un precedente decisivo para
la argumentación de la Corte y para la ampliación del catálogo de
derechos fundamentales, vía el reconocimiento de los tratados no sólo
como fuente de obligaciones, sino también de derechos. Pues
conviene señalar que tratados como la Convención Interamericana de
Derechos Humanos o la Convención de los Derechos del Niño, por
citar algunos ejemplos, contienen derechos que amplían el limitado
(para nuestro tiempo) catálogo establecido en nuestra Constitución y,
en ese sentido (solamente en lo que al reconocimiento de esos
derechos se refiere) debieran ser asimilados a nuestra Carta Magna.
Este criterio, en lo esencial, se sostiene en un voto de minoría
recientemente formulado por el Ministro Juan Díaz Romero y la de la
voz, en el amparo directo en revisión 537/2002, en el cual se
planteaba la posibilidad de establecer la jerarquía de los tratados
internacionales que establecen derechos humanos. Criterio que,
incluso, ha sido ya propuesto por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en el proyecto de Ley de Amparo presentado, en abril de 2001,
a representantes de los poderes ejecutivo y legislativo.8
Pero pasando al tema que nos convoca en esta mesa, quisiera
señalar que, a pesar de que existe una buena cantidad de regulación
en el ámbito internacional sobre el tema de la libertad de prensa, no
quisiera, en respeto al tiempo que me ha sido concedido, extenderme
en su enunciación; sino solamente referirme a lo que dispone el
artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(conocida también como Pacto de San José de Costa Rica), por
considerar que, en el ámbito interamericano, es la única norma de
8
Los artículos 1º y 106 de dicho proyecto señalan lo siguiente: “Artículo 1º El juicio de amparo tiene por
objeto resolver toda controversia que se suscite por normas generales o actos de autoridad que violen las
garantías que consagra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o los derechos humanos que
protegen los instrumentos internacionales generales en la materia que estén de acuerdo con aquélla,
celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado.
Artículo 106. El amparo indirecto procede:
I. Contra normas generales que por su sola entrada en vigor o con motivo del primer acto de su aplicación
causen perjuicio al quejoso.
Para los efectos de esta ley, se entiende por normas generales, entre otras, las siguientes:
a)…
b) Los instrumentos internacionales aprobados en los términos previstos en el artículo 133 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos;
c) a h) Los decretos, acuerdos y todo tipo de resoluciones de observancia general.
creación internacional aplicable al interior del ordenamiento mexicano
en la que se contempla el contenido y alcance del derecho a la libertad
de prensa, traducido en el derecho a la libertad de pensamiento y
expresión.
Lo anterior como consecuencia, por supuesto, de la ratificación
de dicha convención y la aceptación de la jurisdicción contenciosa de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.9 En la cual, dicho sea
de paso, nuestra Universidad ha tenido en los Doctores Héctor Fix-
Zamudio y Sergio García Ramirez a dos dignos representantes.
Omito, en este caso, la mención al artículo 14 de la misma
convención, que también hace referencia a estas libertades; pero
tutelando el derecho de rectificación o respuesta, que es propio de
quienes resultan afectados por informaciones inexactas o agraviantes.

Pero vuelvo al artículo 13 de la Convención. Dispone dicho


artículo que:
1.- Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión; y que este derecho
comprende la libertad de buscar y difundir
informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones
de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma
impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de
su elección.

II. a VIII.…”
9
México ratificó dicha convención el 24 de marzo de 1981 y aceptó la jurisdicción contenciosa el 16 de
diciembre de 1998.
De esta manera, tenemos que el derecho a la libre expresión de
las ideas comprende no solamente la libertad de difundirlas; sino
también, en una especie de derecho de doble contenido, el derecho a
buscar información, sin limitación de índole ni fuente, y el derecho a
difundirla.
Sin embargo, el numeral 2 de dicho artículo sí señala algunos
cotos a este derecho, al disponer que:
2.- El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente
no puede estar sujeto a previa censura sino a
responsabilidades ulteriores, las que deben estar
expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para
asegurar:

a) el respeto a los derechos o a la reputación de los


demás. O
b) la protección de la seguridad nacional, el orden
público o la salud o la moral públicas.

Únicos límites previstos en dicho ordenamiento, congruentes,


cabe decirlo, casi en su totalidad con nuestra Constitución.
Pero el numeral 3 va más allá y establece límites más
estrictos; pero esta vez a los poderes públicos o privados, al
disponer que:
3.- No se puede restringir el derecho de expresión por
vías o medios indirectos, tales como el abuso de
controles oficiales o particulares de papel para
periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y
aparatos usados en la difusión de información o por
cualesquiera otros medios encaminados a impedir la
comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

Seguir enunciando el resto de los elementos que comprende


este artículo de la convención10 me llevaría más tiempo del que me ha
sido asignado y, por ello, quisiera simplemente enunciar algunas
reflexiones en torno a la jerarquía de los tratados y los derechos
humanos en la Constitución.
A modo de conclusión.
Es de reconocimiento generalizado en el ámbito internacional
que los derechos de las personas no son ya únicamente asunto
interno de los Estados, quienes así lo han reconocido al suscribir un
buen número de convenios internacionales y al crear órganos
supranacionales de defensa de los derechos humanos; sino que
tienden al reconocimiento universal debido a su contenido.
El derecho a la información ha sido considerado por la Suprema
Corte como un derecho básico para el mejoramiento de una
conciencia ciudadana que contribuirá a que esta sea mejor enterada y
a favorecer una cultura de la verdad, contraria a una diversa del
engaño, la maquinación y el encubrimiento de la información.11

10
Los numerales 4 y 5 de dicho artículo señalan: “4.- Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la
ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia
y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2. 5.- Estará prohibida por la ley toda propaganda
a favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la
violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún
motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma y origen nacional.”
11
Ver, entre otras, las tesis DERECHO A LA INFORMACIÓN. NO DEBE REBASAR LOS LÍMITES
PREVISTOS POR LOS ARTÍCULOS 6º, 7º Y 24 CONSTITUCIONALES. Tesis I.3º.C.244 C, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIV, Septiembre de 2001, Novena Epoca, página
1309. GARANTIAS INDIVIDUALES (DERECHO A LA INFORMACIÓN). VIOLACIÓN GRAVE
PREVISTA EN EL SEGUNDO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 97 CONSTITUCIONAL. LA CONFIGURA
Visto de esa manera, el Derecho a la información en México,
pero de manera particular la libertad de escribir y publicar escritos es
un derecho fundamental, que además de encontrarse tutelado por la
Constitución, encuentra su consolidación en la reglamentación
interamericana.
La deficiencia legislativa en la regulación de los derechos a la
libertad de prensa e información, lo sabemos de sobra, ha sido la
constante en los últimos años, al no desarrollar sus contenidos y
alcances. Sin embargo, también debe señalarse que ante la justicia
constitucional han sido llevados en realidad pocos casos, y que un
número menor aún ha sido llevado ante la Suprema Corte de Justicia
de la Nación para su análisis. Lo cual, por supuesto, ha limitado la

EL INTENTO DE LOGRAR LA IMPUNIDAD DE LAS AUTORIDADES QUE ACTUAN DENTRO DE


UNA CULTURA DEL ENGAÑO, DE LA MAQUINACIÓN Y DEL OCULTAMIENTO, POR INFRINGIR
EL ARTÍCULO 6º TAMBIÉN CONSTITUCIONAL. Tesis P.LXXXIX/96, visible en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo III, Junio de 1996, Novena Epoca, página 513. DERECHO A LA
INFORMACIÓN. EL ARTÍCULO 22 DE LA LEY DEL SEGURO SOCIAL NO VIOLA AL
ESTABLECER LA CONFIDENCIALIDAD DE LOS DOCUMENTOS, DATOS E INFORMES
PROPORCIONADOS AL INSTITUTO RELATIVO, YA QUE PERMITE PROPORCIONARLOS PARA
JUICIOS Y PROCEDIMIENTOS LEGALES. Tesis P.XLVII/2000, visible en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XI, Abril de 2000, Novena Epoca, página 72. DERECHO A LA
INFORMACIÓN. LA SUPREMA CORTE INTERPRETÓ ORIGINALMENTE EL ARTÍCULO 6º
CONSTITUCIONAL COMO GARANTÍA DE PARTIDOS POLÍTICOS, AMPLIANDO
POSTERIORMENTE ESE CONCEPTO A GARANTÍA INDIVIDUAL Y A OBLIGACIÓN DEL ESTADO
A INFORMA VERAZMENTE. Tesis P.XLV/2000, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XI, Abril de 2000, Novena Epoca, página 72. DERECHO A LA INFORMACIÓN. SU
EJERCICIO SE ENCUENTRA LIMITADO TANTO POR LOS INTERESES NACIONALES Y DE LA
SOCIEDAD, COMO POR LOS DERECHOS DE TERCEROS. Tesis P. LX/2000, visible en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XI, Abril de 2000, Novena Epoca, página 74. DERECHO A LA
INFORMACIÓN Y GARANTÍA DE AUDIENCIA. LOS ARTÍCULOS 48 DE LA LEY DE LA COMISIÓN
NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS Y 104 DE SU REGLAMENTO INTERNO, NO LOS VIOLAN
PORQUE AUN CUANDO ESTABLECEN COMO FACULTAD DISCRECIONAL LA EXPEDICIÓN DE
DOCUMENTOS Y COPIAS, NO LA PROHIBEN. Tesis P. XLVI/2000, visible en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Tomo XI, Abril de 2000, Novena Epoca, página 74. DERECHO A LA
INFORMACIÓN. EL ARTÍCULO 112, FRACCIÓN VII, DE LA LEY ORGÁNICA MUNICIPAL PARA
EL ESTADO DE GUANAJUATO, NO LO VIOLA POR LIMITAR LA EXPEDICIÓN DE COPIAS
CERTIFICADAS DE DOCUMENTOS Y CONSTANCIAS DE ARCHIVO, ASÍ COMO DE ACUERDOS
ASENTADOS EN LOS LIBROS DE ACTAS DE LOS AYUNTAMIENTOS, SÓLO A LAS PERSONAS
QUE TENGAN INTERÉS LEGÍTIMO Y SIEMPRE QUE NO SE PERJUDIQUE EL INTERÉS PÚBLICO.
Tesis P.LXI/2000, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XI, Abril de 2000,
Novena Epoca, página 71. Ver también Suprema Corte de Justicia de la Nación. El Poder Judicial de la
Federación y los medios de comunicación. Porrúa. México 2002
interpretación constitucional de tan importante derecho en muchos
campos del conocimiento jurídico.
Las garantías que la Constitución establece no son más que un
catálogo de derechos mínimos.12 Dicho catálogo puede y debe ser
ampliado o complementado por los tratados y convenciones
internacionales que en materia de derechos humanos se celebren
siguiendo los procedimientos establecidos.
El hecho de considerar a los tratados como una fuente que
amplíe los derechos consagrados en nuestra Carta Magna es,
considero, un paso muy importante, si no es que fundamental para
avanzar en su defensa. Sin embargo, como decía en un principio, el
camino que nos conducirá a su completa protección y efectividad es
todavía largo. De nosotros depende acortarlo.
El ordenamiento interamericano ha demostrado ser una opción
valida y efectiva, aunque todavía de difícil acceso para los particulares.
Pero todos estos pasos en dirección a la protección de los derechos
fundamentales son sin duda signos de una madurez política y jurídica
de México que debe conducirnos, sin lugar a dudas, hacia una
sociedad más participativa, plural, democrática y justa, al amparo del
control constitucional y la tutela efectiva de los derechos humanos en
todos los ámbitos.

12
Cfr. “La Corte debió atender al problema indígena más allá de lo jurídico: Mariano Azuela.” La Jornada, 8
de octubre de 2002, p. 8. Ver en el mismo sentido, con obviamente mayores elementos, el voto particular del
hoy Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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