Está en la página 1de 2

ACTO DE CONTRICION

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos
quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y
cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén

Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor Mío, por ser vos quien
sois y porque te amo sobre todas las cosas, a mí me pesa en el alma, Señor, el haberte
ofendido, yo propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, apartarme de las
ocasiones y peligros de ofenderte, confesarme a su tiempo y cumplir la penitencia que me
fuera impuesta, te ofrezco Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis
pecados, Amén

Jesús mi señor y redentor yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy y
me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente
no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de
mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. AMEN.

Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados y los aborrezco, porque al
pecar, no sólo merezco las penas establecidas por ti justamente, sino principalmente porque te
ofendí, a ti sumo Bien y digno de amor por encima de todas las cosas. Por eso propongo
firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de
pecado. Amén

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el
Infierno que merecí y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa, porque pecando ofendí
a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos
ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y evitar todas las ocasiones próximas de
pecado. Amén

JACULATORIAS

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y


Ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte Ampáranos Gran


Señora, no te olvides de nosotros en aquella última hora, Virgen Gloriosa y Bendita, Amen.

¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas
las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia. Amén.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea pues todo Dios se recrea en tan graciosa belleza. A
ti celestial princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco noche y día alma, vida y corazón. Míranos
con compasión, no nos dejes madre mía, Y danos tu santa Bendición, Amen.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, Protégeme del enemigo y recíbeme en la hora
de mi muerte. Amén
Bajo tu protección nos acogemos Santa Madre de Dios, no desoigas nuestras súplicas en
nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y
bendita.

ORACION FINAL

“¡Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y nuestra buena Madre! Nosotros venimos a
ofreceros, con estos obsequios que colocamos a vuestros pies, nuestros corazones, deseosos
de seros agradables, y a solicitar de vuestra bondad un nuevo ardor en vuestro santo servicio

María, mujer de la escucha, haz que se abran nuestros oídos; que sepamos escuchar la Palabra
de tu Hijo Jesús entre las miles de palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la
realidad en la que vivimos, a cada persona que encontramos, especialmente a quien es pobre,
necesitado, tiene dificultades

¡Señor! Nosotros tus fieles siervos, te rogamos con humildad, poder disfrutar de completa y
constante salud, tanto en el alma, mente y físicamente, también te pedimos en el nombre de y
Gloria intervención de la Bienaventurada siempre Virgen María, podamos estar libres de toda
tristeza y desanimo en todo momento y así podamos disfrutar de constante e inagotable
alegría y motivación, te lo pedimos Señor, en el nombre de Jesucristo Señor nuestro, Amen

¡Señor! A ti te imploramos con fe y confianza, que riegues de tu infinita gracia y misericordia,


sobre nuestras humildes almas, con la finalidad de que lo anunciado por el Ángel, se ha dado a
conocer la encarnación de Jesucristo tu hijo, permítenos Señor amado, que por medio de su
Pasión y Cruz podamos ser dirigidos a la maravillosa Gloria de la Resurrección.

Dios mío, te pedimos que luego de estudiados los Misterios en el Santo Rosario de la Virgen
María, nos permitas a nosotros tus fieles servidores, seguir por el camino y realizar lo que de
ellos aprendimos para poder lograr y merecer todo lo que prometen

Te lo pedimos, Dios nuestro, al cual su hijo nos otorgó la eterna Salvación, a través de su
propia vida, muerte y resurrección, te suplicamos atiendas a nuestro llamado, por Jesucristo
nuestro Señor. ¡Amen!

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que lo que, por el
anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz,
seamos llevados a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

¡Bendita Virgen María Santísima! Oraré siempre en tu santo nombre y te estaré agradecido
siempre por darme luz y ser mi guía en estos instantes aciagos. A tu magnánima misericordia
debemos agradecer por todos los dones y privilegios que nos has otorgado para valorarla y
disfrutarla. Por los siglos de los siglos. Amen

Jesús, María y José́ en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros,
confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de
comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias
domésticas. Santa Familia de Nazaret, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén

También podría gustarte