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11 – Ene - 1995

22 – Sep - 1939 12 – Jul - 2020


24 – Oct - 1942

ROSARIO FAMILIAR
Por la salud de nuestra familia y del mundo entero.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, libranos Señor,
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén
Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como
en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,


como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no
nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es
contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre , Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los


pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al
Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos.
Amén
Creo en Dios Padre, todo poderoso, creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de
Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y
muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.
Jesús mi Señor y Redentor yo me arrepiento de
todos los pecados que he cometido hasta hoy y me
pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido
a un Dios tan bueno, propongo firmemente no
volver a pecar y Confío en que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis
culpas y me has de llevar a la vida eterna.

Amén
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios,
no desprecies las suplicas que te dirigimos en
nuestras necesidades. Antes bien, libranos de todo
mal oh, virgen piadosa y bendita.

Amén
MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sábado)

PRIMER MISTERIO. La Anunciación y Encarnación del hijo de Dios, en


las purísimas entrañas de la Virgen María.

Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo


y los dolores de su Santísima Madre
Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como
en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,


como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no
nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.

Amén.
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia

En la vida y en la muerte ampáranos Madre Nuestra


Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es
contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre , Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los


pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al
Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos.
Amén
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados.
Libranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia.

Amén.
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me entrego
del todo a Vos y en prueba de mi filial afecto os
consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi
lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo vuestro Oh Madre de bondad,
guardadme y defendedme como cosa y posesión
vuestra.
Amén.
SEGUNDO MISTERIO. La Visitación de María Santísima a su prima
santa Isabel.
Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo
y los dolores de su Santísima Madre
Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea
tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras


ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y
líbranos del mal.

Amén.
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia

En la vida y en la muerte ampáranos Madre Nuestra.


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el
Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por


nosotros los pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte.

Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al
Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados.
Libranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia.

Amén.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues
todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A
ti, celestial princesa, Virgen sagrada, María, te
ofrezco en este día alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!¡No me dejes, Madre
mía.
Amén.
TERCER MISTERIO. El nacimiento del Niño Jesús, en el
pobre y humilde portal de Belén.

Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo


y los dolores de su Santísima Madre
Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona


nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación y líbranos del mal.

Amén.
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia

En la vida y en la muerte ampáranos Madre Nuestra


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el
Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por


nosotros los pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte.

Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al
Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados.
Libranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia.

Amén.
¡Oh María! Nuestra querida y tierna madre, mira con
compasión esta familia y pídele al divino espíritu
santo, derrame su amor, sus bendiciones, sus gracias
sobre ella, santificándola, para no cometer pecados en
esta vida de tal manera, que todos nuestros
pensamientos, sentimientos, palabras y obras, sean
gloria y alabanza a Nuestro Señor Jesucristo y así, el día
de nuestra muerte por tu intercesión, Jesús nos
conceda la gracia de la salvación eterna y formar de
nuevo en el cielo este hogar, que en la tierra pertenece
por entero a tu inmaculado corazón.
Amén.
CUARTO MISTERIO. La Purificación de la Virgen María y la
Presentación del Niño Jesús en el Templo.

Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo


y los dolores de su Santísima Madre
Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea
tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras


ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y
líbranos del mal.

Amén.
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia

En la vida y en la muerte ampáranos Madre Nuestra


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el
Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por


nosotros los pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte.

Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al
Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados.
Libranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia.

Amén.
Concédenos, Señor, a nosotros tus siervos, gozar
de perpetua salud de alma y cuerpo y por la
gloriosa intercesión de la bienaventurada
siempre Virgen María, vernos libres de las
tristezas de ésta vida y gozar de las alegrías
eternas. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.
QUINTO MISTERIO. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.

Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo


y los dolores de su Santísima Madre
Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona


nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación y líbranos del mal.

Amén.
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia

En la vida y en la muerte ampáranos Madre Nuestra


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el
Señor es contigo; bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por


nosotros los pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte.

Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, y Gloria al
Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,


por los siglos de los siglos.
Amén.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados.
Libranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas, especialmente a las más
necesitadas de tu infinita misericordia.

Amén.
Infinitas gracias te damos, soberana Princesa por
los beneficios que todos los días recibimos de tus
generosas manos. Dígnate ahora y siempre,
tomarnos bajo tu poderoso amparo y para más
obligarte, te saludamos diciendo:
Dios te salve Reina y Madre, Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve a ti
clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti
suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. Ea, pues, señora Abogada Nuestra, vuelve a
nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen
María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para
que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias
de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén.
Ángel de la guarda, mi dulce compañía, no me desampares, ni de noche ni de día,
hasta que me pongas, en paz y alegría, con todos los santos, Jesús, José y María.
Ángel de la guarda ten piedad de mí, si tú me desamparas que será de mí; Ángel de la
guarda ruega a Dios por mí.

Señor Jesús, cuando el día ya termina, y llega la noche, te doy gracias por las alegrías
que he tenido hoy; y te pido perdón por las veces que he hecho sufrir a los demás.
Señor Jesucristo, guárdame durante esta noche, guarda a mis familiares y amigos y
enséñame a quererte cada día más.
Ilumina Señor nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que
mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y
gozo el clarear del nuevo día.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo inmortal líbranos señor de todo mal
Amén
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros
a todas partes y solos nunca nos dejes;
Ya que nos proteges tanto como verdadera Madre, haz que nos bendiga el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.

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