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Caso Cabrera

DESDE 1990

José Cabrera Román, notario segundo de Machala, se dedicó a captar, en su oficina, dinero a cambio del
pago de altos intereses. La Fiscalía estima que unas 35 mil personas, entre ellas jueces, políticos,
banqueros, policías y militares, se convirtieron en sus socios. Su muerte, la madrugada del 26 de octubre
del 2005, cuando estaba en un hotel de Quito con Priscila Valles, de 18 años, provocó desesperación en
los clientes, muchos de los cuales vivían cómodamente solo de los intereses.

12 de noviembre del 2005 es calificado como el día fatídico de Machala. Luego que los herederos de
Cabrera, José y Carolina, habían abandonado el país hacia Estados Unidos, el día 7, desde la noche del
11, cientos de civiles, policías y militares, que hacían cola para cobrar sus depósitos, se tomaron la
Notaría y la saquearon. Relatos de testigos dicen que había paquetes de dinero en los escritorios, en los
baños y otros sectores. Policías, militares y civiles son descubiertos cuando intentaban escapar con el
dinero. Ahí, la Fiscalía y la Policía incautaron $ 367.542.

14 de noviembre del 2005 recién reaccionan las autoridades judiciales. Los medios de comunicación
difunden un listado de ahorristas, entre los que constan jueces, políticos, alcaldes, diputados. Por la
captación ilegal de dinero y por el saqueo a la Notaría se inician siete procesos penales en los que se ven
involucradas medio centenar de personas, desde comandantes de la FAE, de la Policía de El Oro,
miembros de tropa y oficiales policiales y militares, así como civiles, entre ellos los hijos de Cabrera,
Carolina y José Cabrera Gallardo.

UN AÑO DESPUÉS hay siete juicios penales pero ni un solo detenido. Los implicados se hallan prófugos,
han sido absueltos o algunos andan libres luego del pago de caución. El dinero que reposaba en la Policía
Judicial desapareció. los jueces Juan Cordero Jaramillo, Luis Gabriel de los Reyes, Bertha Romero y Víctor
Murillo, que posesionaron a José Cabrera Gallardo como notario, en reemplazo de su padre, fueron
liberados de culpas en un juicio de prevaricato, que se sustanciaba en la Tercera Sala Penal de la Corte.

Suprema.eluniverso.com/2006/11/12/0001/12/18F993E1BF854E2A98A2045B3DB127AA.htm

Cabrera, abogado, de 71 años, murió en un hotel de cinco estrellas de Quito luego de fumar “cigarrillos
con polvo blanco”, tomar whisky y acostarse, relató la semana pasada Jessica Valle, de 18 años, la mujer
que lo acompañaba. “Fue un infarto”, anotó el parte médico. Lo primero que se descubrió fue que
Cabrera era la cabeza, desde hace 10 años, de una red de depósitos de dinero de más de 30 mil personas
–entre ellas 200 colombianos–, que devolvía con intereses del 7 al 12 por ciento mensuales. Por lo
menos 6.000 militares, 535 policías, jueces, políticos, fiscales, comerciantes, prostitutas e inmigrantes
aparecen en la lista de personas que invertían en el negocio (ver recuadros). “Llegó a manejar alrededor
de 800 millones de dólares, lo que lo indica que a su muerte se quebró el segundo ‘banco ’ del país. Pues
el Banco de Pichincha maneja 1.350 millones en depósitos y el Banco de Guayaquil, 700 millones ”, dijo el
diputado Carlos González de la Izquierda Democrática, que investiga el caso.

Avión presidencial La reacción en Machala y en gran parte del territorio ecuatoriano, cuando se supo de
la muerte del notario, fue de desconcierto. Y la de los militares fue de conmoción absoluta. Tanta, que el
11 y 12 de noviembre protagonizaron un verdadero asalto las oficinas del notario para recuperar algo del
dinero que, por arrumes de millones de dólares, guardaba en el baño.

El primer día, uniformados allanaron las oficinas y obligaron a los empleados a devolverles grandes
cantidades. Al día siguiente, en una operación a la madrugada, un grupo de militares ingresó por techos
y ventanas y se llevó más de 40 millones de dólares. Plata en los calzoncillos En la huida, los militares
fueron interceptados por civiles, también clientes del notario, que lograron arrebatarles 300 mil dólares
de la ropa interior, las medias y los zapatos. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto dinero tenía Cabrera.

Dos aviones de la Fuerza Aérea y el propio avión presidencial fueron llevados por militares para,
supuestamente, rescatar a otros militares y a sus familias de Machala, que según dijeron estaban en
peligro ante la furia de los pobladores que también querían recuperar su inversión. Pero sirvieron en
últimas para rescatar el dinero que habían tomado de las oficinas de Cabrera. Dos tenientes coroneles,
cinco mayores y tres capitanes, entre otros, que movilizaron las aeronaves y participaron en el asalto,
también fueron dados de baja y tienen orden de prisión.La exaltación llegó a tal punto que una turba
profanó la tumba del notario, hay quien dice que en busca del dinero, pero otros afirman que para
verificar que había muerto y no era una estratagema para robarles sus dólares.

Uno de los misterios que ha planteado el caso de Cabrera es que no ha sido posible establecer cómo
podía entregar rendimientos tan altos. Se habla de lavado de dinero, pero el Consejo Nacional de
Estupefacientes no ha encontrado vinculación del negocio con el narcotráfico. Formalmente no hay
investigaciones abiertas.

En diciembre del 2004, una corporación de Machala denunció al notario. El fiscal provincial, Francisco
Quevedo, inició una investigación que después se suspendió misteriosamente. Ahora, la Fiscalía
descubrió cheques de Quevedo en favor del notario. Militares apenados Jessica Valle, la compañera de
Cabrera en su lecho de muerte, estuvo en prisión preventiva, pero ya está libre.

El Ministro de Defensa, general (r) Oswaldo Jarrín, en nombre las Fuerzas Militares, una de las
instituciones más poderosas económicamente y con mayor prestigio del país, ofreció excusas.

Los miles de ahorradores, a través de protestas y de una Junta Nacional de Perjudicados, mantienen aún
la esperanza de recuperar algo. Dionisio Castro, un sargento de la Policía que quiso seguir el ejemplo de
Cabrera, en la provincia de Manabí, ya tenía 11 millones de dólares. Ahora es investigado.

Los hijos del difunto notario, José y Carolina, tuvieron que salir del país, luego de anunciar que
continuarían con el negocio y reconocerían las obligaciones.

Muy posiblemente, se autorice la exhumación del cuerpo del notario, pues la Justicia quiere precisar las
causas de su muerte, que desencadenó toda esta truculenta historia de usura.
BANCO CABRERA’: ASÍ FUNCIONABA Según el disco duro de un computador hallado en la oficina del
notario, el negocio tenía 31.300 clientes, pero se teme que los afectados sean más de 200.000, ya que
muchas personas unían sus ahorros para poder conseguir la cifra mínima, que eran 10 mil dólares.

El notario Cabrera iniciaba pagando, según los clientes, entre el 7 y 8 por ciento y cada mes
incrementaba el interés hasta llegar al 10-12 por ciento.

Algunas personas hicieron préstamos bancarios o en cooperativas al 12 ó 15 por ciento anual para luego
tener utilidades hasta del 120 por ciento anual en el ‘Banco Cabrera ’. El negocio fue tan próspero que en
las propias oficinas del notario los empleados se dedicaban también a captar dineros y a dar turnos para
la colocación de capitales, por lo cual cobraban una comisión especial.

TODO EL MUNDO CAYÓ Una trabajadora sexual, que no quiso revelar su nombre, invirtió 10 mil dólares y
luego de un año recibió 12 mil dólares de intereses. Luego convocó a sus compañeras de labores y
lograron reunir entre todas 70 mil dólares y los depositaron al 10 por ciento. Pero a la muerte del notario
no habían reclamado sus intereses.

Rigoberto Reyes y su esposa invirtieron 34 mil dólares, junto con 6 familias más. Recibieron 2.380
dólares de interés mensual. Hoy piden al Estado que investigue las propiedades del notario en el mundo
con la esperanza de recuperar su dinero.

Mariana, secretaria de una institución pública, vendió un terreno de herencia familiar para depositar 20
mil dólares: “Los depósitos se devolvían en efectivo. Fajos apilados unos sobre otros nos eran entregados
con una funda de papel. No se podía contar el dinero en las mismas oficinas y en un par de ocasiones se
me entregó dinero con un sello, y se me advirtió que no podía ingresarlo de nuevo a la notaría (para
posteriores depósitos)”, relató.

LOS CLIENTES MÁS 'ILUSTRES' La esposa del ex ministro de Defensa y ex candidato presidencial José
Gallardo depositó 135 mil dólares.

El presidente de la Corte Superior de Machala, Teodoro Cordero, renunció a su cargo luego haber
aceptado la entrega de 15 mil dólares.

La esposa del Alcalde de Machala depositó 30 mil. Nicolás Castro Patiño, ex juez y seleccionado entre los
10 mejores candidatos para ocupar la Corte Suprema de Justicia, renunció luego de que su nombre
apareció como depositante de 15 mil dólares.

El coronel William Granda, comandante de la Brigada Bolívar, depositó 255 mil, por los que recibía más
de 20 mil dólares mensuales de intereses.

800 millones de dólares. La cifra que llegó a manejar el notario de Machala, fruto de su jugoso negocio
de prestamista legal

eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1850010

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