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Introducción
La Paz, Oruro y Potosí disputan su cuna. Mientras Potosí se remonta a su pasado minero, Oruro
acude al valor mitológico de sus montañas y La Paz rescata sus lazos con el lago.
Eso sí, las tres vertientes rechazan las antiguas interpretaciones que hablaban de la herencia negra
justificando el paso cansado y el sonido de matracas como ecos de la esclavitud. Moreno no
significa negro. Esta clara diferenciación inicia la travesía de la danza hasta los tiempos
precolombinos.
Con el nombre aimara reseco en el tiempo, la danza se remonta a la época en que se bailaba al son
de sikus y con paso saltado.
En los pueblos lacustres, los danzantes aún levantan mucho polvo con los pies. Siglo XVII. Los
primeros cronistas ya registraban a la morenada como parte de la cultura andina de la época. En
contraste, los manuscritos
de Francisco Xavier de Bergara, mayordomo de una hacienda de los Yungas, citan a la Marquesa
de Haro como la primera en internar negros en los Yungas en 1805, dos siglos después de aquel
otro acontecimiento.
El pasar de los años sin registros culturales ocasionó la pérdida de mucha información. Sin
embargo, los antiguos bordadores, através del legado oral de su ancestros, coinciden en citar tres
poblaciones como los primeros asentamientos rurales donde se practicó originariamente esta
danza: Taraco, Iquiaca y Achacachi, en la zona lacustre del Titicaca. La influencia del lago sagrado
aparece desde los primeros diseños en base a hilos de plata, la presencia de peces, hojas, círculos,
escamas y la predominancia del azul, el blanco y el plateado. Lejos de los estudios que explicaban
que las actuales máscaras negras hablaban de capataces en la cultura afroboliviana, las últimas
investigaciones encabezadas por Reynaldo López, asesor cultural de la fraternidad Fanáticos del
Gran Poder, señalan que la danza de los morenos tiene una forma de organización netamente
aimara que se evidencia, entre otras cosas, en sus formas de pasar la fiesta por el sistema de
preste o "cabezas
Origen
Versión 1 (Oruro )
La danza era conocida en sus inicios como la danza de los morenos, danzada por los indígenas
disfrazados de negros, enmascarados con personajes como la negra, el caporal y la tropa de
negros. Luego, cambia su denominación en un proceso histórico de aceptación de la misma, hacia
todas las clases sociales de la sociedad en Oruro, Bolivia. Tal es el caso de la "Morenada Zona
Norte" que nace en 1913 de los antiguos danzarines de las "comparsas de morenos" de mediados
del Siglo XIX.
Version II (Potosi)
La Morenada tiene por tema la colonización española el siglo XVI que recurrió a una importación
masiva de esclavos negros africanos, para trabajar en las minas de Potosí.
La danza presenta de manera satírica las difíciles condiciones de trabajo de los mineros, y la
música melancólica da prueba de sus dolores y sufrimientos.
Esclavos encadenados, tiesos por el frío del altiplano, y aplastados bajo el peso de las cargas que
deben llevar, todas estas condiciones de trabajo se transcriben en los pasos a tirones de los
bailarines morenos y en su traje imponente de más de 25 kilos.
Bajo su máscara negra decorada de largas plumas, una peluca blanca simboliza la nieve que
descubrían con estupor los esclavos africanos.
Otra hipótesis reciente que se inició a partir de 1990 se basa en los hallazgos de las pinturas
rupestres encontrados por el arqueólogo Freddy Taboada en la región del Lago Titicaca (La Paz) en
el año 1988. Las pinturas datan del siglo XVII entre el XVIII y las figuras pintadas en amarillo y azul
mostrarían una semejanza con bailarines de Morenos. Estos hallazgos se toman como una prueba
de la antigüedad de la danza de por lo menos 300 años y de la estrecha relación que guarda con la
cultura aymara lacustre. Para los defensores de esta hipótesis los hallazgos comprueban que la
Morenada nació en los pueblos de Taraco, Iquiaca y Achacachi y para Maidana, el origen y la
tradición lacustre de la Morenada incluso es expresión del dualismo andino, representando la
complementariedad entre las parcialidades de la tropa.[cita requerida]
Historia
Muchos autores afirman que la Morenada fue inspirada en esos africanos en forma de sátira
por parte de los indígenas. Si uno cree en lo que el cronista Guamán Poma de Ayala
describe, los esclavos africanos eran tramposos, ladrones, jugadores y borrachos, que
frecuentemente molestaban a las mujeres y muchachas indígenas y que se relacionaban con
prostitutas. Sin embargo, Poma de Ayala cuenta que la mala alimentación casi obligaba a
los esclavos a verse en la necesidad de robar. 100 años más tarde, Bartolomé Arzans y
Vela, autor de la Historia de la Villa Imperial de Potosí, muestra una similar actitud
negativa, relatando las crueldades que cometían los negros en contra de los indígenas y
retratándolos como peones de los odiosos blancos. En el caso de que esta actitud de rechazo
haya sido compartida por la mayoría de la población indígena y mestiza parece lógica la
creación de una danza que satiriza al personaje del Moreno.
Los esclavos africanos se mostraron públicamente por primera vez en la ciudad boliviana
de Potosí dentro de un gran acontecimiento en el año 1555.Así, hicieron su aparición junto
a sus amos en una fastuosa procesión celebrada en la citada ciudad. Surgieron cofradías de
negros no sólo en Potosí sino también en La Paz, pero no existe al parecer una referencia
concisa en cuanto al destino posterior de esos esclavos:
Beltrán Ávila cuenta sobre mineros negros en Poopó, Crespo opina que la mayoría de los
negros trabajaba en el servicio doméstico, pero también describe el duro trato que recibían
los esclavos negros que trabajaban en la Casa de la Moneda. [cita requerida] Gisbert por su parte
afirma que solamente trabajaban ahí.[cita requerida] Aun así, ella cita a Felipe Godoy, quien
encontró en las listas de las minas de Oruro del año 1607 una veta de los morenos que
pertenecía al afro-boliviano Antonio de Ulloa, donde podrían haber trabajado afro-
bolivianos. También nombra la descripción que hace Arzans sobre la mascarada de Potosí
del año 1716, donde hicieron su aparición una tropa de “etiopíes“, acompañando a su rey,
quien podría haber servido como modelo para el Rey Moreno, figura de la Morenada.
Aquí Soux aporta un detalle interesante: cita a Bertonio para aclarar el uso confuso de las
palabras moro, moreno y negro. – En el diccionario de Bertonio el sinónimo de “morenos
etíopes” es “yanaruna, nigro” mientras “negro” aparece como sinónimo de “moreno”.
Los moros del norte de África y los etíopes como representantes de la Africa negra estaban
asociados con el mundo musulmán. Sin embargo los ángeles apócrifos visualmente
presentes en los Andes provienen del libro bíblico de Enoc, únicamente reconocido por la
iglesia copta cristiana desarrollada en Etiopía.
A pesar de que los esclavos negros traídos a Bolivia provenían de lugares que actualmente
son países totalmente diferentes como Angola, Senegal y Congo, su imagen parece haberse
sobrepuesto con la de los moros. Gisbert relaciona el origen de todas las danzas negras del
altiplano peruano-boliviano con las fiestas de Reyes, en las que regularmente participaban
grupos de negros; y Thola supone que la Morenada surgió alrededor del año 1790 en las
ciudades mineras de Oruro, Colquechaca y Poopó, con características de la actual
morenada.
Pasos
El paso de esta danza es lento y ordenado como si se recordara a los grupos de esclavos que
andaban con severa uniformidad llevando sobre las espaldas pesos abrumadores. Ha
sobrevivido con ese ritmo despacioso que ahora es solemne, una motivación escondida que
hubiéramos deseado sondearla; ha suscitado una derivación de sorprendente belleza. Los
danzarines varones (reyes morenos y caporales) marcan con un paso lento y ceremonioso.
Personajes
Personaje Masculino
Un baile con jerarquías Prestigio y derroche. La estructura y organización de la danza también
respiran el legado aimara. Originalmente, el baile se presentaba en dos tropas de morenos,
mostrando la dualidad entre Aransaya y Masqaya, los de arriba y los de abajo. La jerarquía política
estaba en primer lugar:
• El guía mayor
• Tisku-Tisku
• Achachi o El viejo.
• Detrás bailaban el Trasguña
• el Malaguña,
• el Chuly,
Al siguiente año la ubicación de los danzantes cambiaba de manera ascendente: los que estaban
en el lugar del Chuly ascendían al del Malaguña y así, sucesivamente, hasta llegar a ocupar el
puesto del guía de la danza, el Achachi.
Originalmente era una danza sólo para hombres. Los primeros organizadores de las tropas de
morenos estaban en Taraco. La tropa la conformaban ocho personas divididas en parejas, además
del guía Tisku-Tisku.
Los movimientos de ese guía se inspiraban en el saltamontes, insecto que lleva el mismo nombre
en aimara. Se distinguía por llevar un disfraz diferente con una máscara que no representaba a la
cultura negra ni a un capataz. Más bien, era el símbolo de la máxima autoridad traducida en la
sabiduría de la edad. En la mano, yacía una enorme vara con su chicote, a manera de bastón de
mando.
Personaje Femenino
Antiguamente la representación del personaje femenino estaba a cargo de un hombre, que
se disfrazaba con el traje típico de la mestiza paceña, se ponía botas y obviaba la manta;
más tarde, estos personajes fueron sustituidos por jóvenes esbeltas y hermosas, que son
ahora conocidas como las figuras.
El acompañamiento de esta danza lo ejecutan las bandas de cobres. La música es de
carácter marcial con tiempos binarios marcados por el ritmo de las matracas. Todos los
miembros de la comparsa llevan este instrumento. Menos el caporal (capataz) que lleva un
látigo en la mano.
Vestimenta
Los esclavos negros tenían la imposición de usar un traje distintivo, que era una dura túnica
cilíndrica con calzados bastos; lentamente ese traje se exornó con aplicaciones brillantes, después
con bordados, y en esta labor se ascendió la fantasía de la artesanía y ahora el traje es una
verdadera obra de arte, que por los elementos que se han añadido en el transcurso del tiempo se
han hecho fantásticos como áurea y argentado armadura, pero que se armoniza con los
movimientos de lentitud de la danza; los negros auténticos fueron desapareciendo, y fueron los
que reemplazaron los artesanos, quienes para mantener la figura original, utilizaban máscaras
reproduciendo la faz de aquellos y para cuya confección también la fantasía de los escultores
utilizó todos los atributos del arte y de la producción original: motas de cabellos canoso para
representar a esclavos envejecidos, sombrías semejantes a los que usaban por los españoles en el
siglo XVII con amplias faldas y plumas que después se han hecho enhiestas, actualmente sobre los
trajes se colocan enormes charreteras que a veces tapan la cara de los bailarines. A esto se suma
el sombrero de latón, que lleva enormes plumas de marabú o similares exagerando el tocado de
los señores de corte de la época, reprodujeron también el caporal o achachis, vestido a la manera
de los mayordomos puestos por los españoles, provistos de un látigo, tiene abrigo de levitón con
bordados metálicos y pantalón de raso asta la altura de las botas.
El prestigioso investigador Josermo Murillo Vacareza dice: la morenada es otro de los arquetipos
de nuestro folklore urbano, han coincidido para acreditarlo los ignorados instrumentos que hacen
creaciones maravillosas en la sinfonía de sus bandas y en las que no se pierde resonancia grave de
los contrabajos; así mismo, los artistas en la artesanía del bordado que son los que modelan los
trajes fantásticos, los que esculpen las mascaras a las que los dan un acento de ironía como si
estuviera presente el espíritu de los amos tiránicos ante cuya transitoriedad sonríe
sardónicamente la permanencia y eternidad de un pueblo que con su supervivencia los ha
vencido; los mismos danzarines que han transformado el paso servil y humillante en una marcha
de noble grandeza, y el advenimiento de bellísimas señoritas que en el relieve de su juventud y
gracia, han idealizado este folklore, que así se han hecho impresionante y atractivo por todos esos
elementos que le dan una sublime hermosura.