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Geopolítica, producción del espacio y recursos marinos.

Temario
I. ¿Qué es la geopolítica?
II. Modernidad e imperialismo
III. Producción del espacio y conquista de la naturaleza
IV. Geopolítica y recursos marinos
V. Efectos medioambientales marinos por efecto del capitalismo.
VI. Tecnología y militarismo
Introducción

Desde los inicios del capitalismo este se caracterizó por la conquista de territorios a
lo largo y ancho de la geografía por la que se iba expandiendo. Por ejemplo, durante
la llamada acumulación originaria, y de acuerdo a Marx, las relaciones de
producción capitalistas, tuvieron como primer objetivo las conquistas de las islas del
Atlántico, y a continuación la conquista y dominación de las regiones del Nuevo
Mundo, por no mencionar la dominación del África. También es sabido que en los
siglos XVIII y XIX, período de importancia vital para la consolidación de este
sistema, la burguesía se expande vehementemente a civilizar los territorios más
lejanos posibles. Como dice Marx en el Manifiesto Comunista, la burguesía a través
de la producción de mercancías ha llegado a derribar hasta las murallas chinas. En
una escala más local el capitalismo siempre urbaniza el campo, e instaura su
régimen de propiedad privada allá en donde todavía no existe. Como podemos ver
en el capitalismo una y otra vez se trata de la colonización de la geografía. Esta
conquista y expansión de la geografía del capitalismo, sin embargo, no se da exenta
de conflicto alguno, pues en cada territorio a donde llega a darse siempre lo hace en
función a la destrucción de otras relaciones sociales distintas a la suya, o dicho en
otras palabras, la lógica geográfica del capitalismo se da a costa de la dominación
de otros pueblos, de otras lógicas geográficas, y en el proceso casi siempre deviene
el conflicto. El conflicto sobreviene porque es claro que los pueblos subyugados
defenderán a toda costa el imperativo geográfico en el que se han reproducido
hasta antes de la llegada del capitalismo. Esta es una cuestión que el propio Marx
ya había analizado en sus escritos de juventud, enfáticamente en los artículos
periodísticos correspondientes a la Gaceta Renana, y en particular a los referentes a
la temática del robo de leña por parte de los campesinos alemanes. En esta serie de
artículos Marx denota que ante la eminentemente llegada de la propiedad privada al
mundo rural de la Alemania del siglo XIX, las masas pobres y populares que hasta
entonces, veían un medio de vida en la recolección del ramaje caído de los árboles,
ya sea para que lo utilizarán en forma de leña al cocinar sus alimentos o calentar
sus hogares en épocas de frío, ahora les era prohibido. Siendo esto así la
reproducción de la vida de estos pueblos se hallaba en riesgo, y por consiguiente, lo
que venía a continuación era la lucha social en contra de esta nueva configuración
territorial por parte del capitalismo. En suma en el capitalismo siempre hay una
pugna, un antagonismo, una tensión o una lucha por la apropiación territorial, y en
este sentido, siempre hay una geopolítica. Pero esta geopolítica no se da sin más,
pues en el fondo, como nos demuestra el ejemplo propuesto por Marx, la disputa es
por los recursos naturales. Precisamente esta cuestión es la que trataremos de
analizar en el presente ensayo, y lo ejemplificamos con la geopolítica de los
recursos naturales marinos, la cual está en su punto álgido en su época globalizada
y acusadora de un cambio climático.

¿Qué es la geopolítica?

Desde su nacimiento en el tratado de Westfalia en 1648 los Estados-nación se


construyeron en entidades que necesitaban, para su consolidación de una
dimensión geográfica, la cual enmarcaría lo que es sus límites espaciales. Esta
dimensión geográfica vendría a denominarse su territorio. De acuerdo a varios
autores el territorio de un Estado le es servible en el sentido de conocer cuál es la
geografía en la que su poder es soberano. Además, el territorio también le permite a
un Estado diferenciarse de otros Estados, en términos del espacio físico que le
pertenece o no. De la misma forma, que el territorio es importante para el mismo
Estado porque al interior de él es que define su identidad cultural, geográfico,
paisajística, económica, social y de un ordenamiento político. Hablando de la crítica
de la economía política hemos de decir que el territorio define la capacidad de
recursos naturales y de fuerza de trabajo, de la cual pueden disponer las empresas
capitalistas o las burguesías hegemónicas de un Estado determinado. A lo anterior
debemos agregar que una característica geográfica del Estado, ontológica al mismo,
ha de ser la de la búsqueda constante de su expansión territorial. Práctica que en un
orden global de diversos Estados ha llevado al conflicto entre ellos. Está expansión
territorial cabe agregar que siempre está dada por la conquista y acaparación para
la conveniencia del Estado de recursos humanos y naturales. Claro está que al
haber conflicto, tensión y lucha se requiere de estrategias de guerra y dominación, y
hasta de hegemonía. Precisamente esto es a lo que la teoría política y sus grandes
ejecutores le denominan geopolítica, dicho en otras palabras la geopolítica sería la
estrategía a seguir para la conquista territorial que desprende todo Estado-nación.
La geopolítica estaría tan arraigada al Estado que incluso debería de verse como
algo totalmente natural, este es el pensamiento y sentir del geógrafo alemán
Frederic Ratzel con la idea del espacio vital. De acuerdo a Ratzel el lebensraum o
espacio vital, es aquella característica natural de todo Estado, en cuanto a la
necesidad de expandir su territorio, pues, el Estado es un agente natural que debe
expandir su geografía en función de poder reproducirse cual si fuera un árbol
expandiendo sus raíces.

La expansión geográfica incluso la política, tienen todas las características distintivas en un


cuerpo en movimiento que se expande y contrae alternativamente en regresión y
progresión. Los Estados sólo podían crecer con, y a través, de la consecución de cultura,
una característica basada en el crecimiento de la población y densidad… El crecimiento de
Estados poderosos se producía por la función de pequeños Estados en unos mayores
sirviendo la frontera como el órgano periférico del Estado; la dirección de la expansión
tendería a las regiones de mayor valor. Los Estados primitivos recibían el impulso para el
crecimiento a partir de influencias que emanaban de los Estados mayores … De aquí la
tendencia de que el crecimiento de los organismos fuera transmitido de Estado a Estado
creciendo el ansia por crecer en cada transmisión. (Ratzel, en Peet, 2012: 136)

Enfatizando

Politische Geographie fue concebida en los años 1980 y 1890, en un tiempo en el que el
imperialismo alemán empezó a alcanzar su plenitud en su fase más activa. El concepto de
Estado de Ratzel dotaba a esas demandas de expansión de la autoridad de una ciencia
aparentemente objetiva. El clamor alemán por las colonias y el poder mundial no fue sino el
resultado del desarrollo biológico natural - era un síntoma de crecimiento que experimenta
todo ser jovén y fuerte y, por tanto, plenamente justificado. En otras palabras, la
biogeografía ofreció una coartada perfecta para las ambiciones políticas del reich. (Dorpalen
citado en Peet, 2012, p.37)

Aunque esta idea de Ratzel estaba anclada al régimen nazi, lo cierto es que es una
idea que prepondera vehementemente en la historia de los Estados-nación, por
ejemplo, con los imperialismo ingleses y frances sobre el África y el imperialismo
yanqui, cuestión que queda expresado cuando sus presidentes llegan a decir que el
objetivo de Estados Unidos es exapadirse y conformar una sola nación desde el
Ártico y terminando en el Cono Sur, tal es el caso de John Quincy Adams, incluso
esta cuestión la podemos ver vislumbrada en las pugnas que se dieron en las
guerras mundiales o en la reciente lucha entre Rusia y Ucrania y entre Israel y
Pastelina.

Debemos acotar que la expansión territorial que conllevan todos los Estados ha
derivado de forma profunda en la reconfiguración constante de cada uno de ellos,
de ahí es que podemos decir que el territorio es una geografía histórica porque
puede cambiar de forma y expandir y contraer sus límites espaciales. De ser cierto
lo anterior significa que la geopolítica viene acompañada siempre de procesos de
desterritorialización y reterritorialización, lo cual es bastante obvio porque los
objetivos y las necesidades socionaturales del Estado siempre van cambiando de
acuerdo a la coyuntura política en la que nos encontremos.

El proceso territorialización, desterritorialización, reterritorialización, debe explicarse. La


primera del proceso la territorialización, implica que cuando se cumpla una condición exista
territorialidad, ósea, un conjuntos de relaciones codificadas. De hecho esta condición es
más bien un equilibrio inestable, puesto que una simple variación en la información recibida
genera cambios y relaciones dentro del sistema se modifican. La desterritorialización es
ante todo, el abandono del territorio, aunque también se puede interpretar como la
supresión de los límites, de las fronteras, en el sentido de que la guerra total elimina la
franja de protección de la realidad nacional; lo que ocurrió en la primera línea del frente,
sucede en su interior. La desterritorialización corresponde a una crisis, es decir, a la
desaparición de los límites. Toda crisis se traduce en una cancelación de los límites o de los
ritmos, de los ciclos, de las fracturas, de los intervalos. La reterritorialización, el vale por el
territorio perdido, puede hacerse en cualquier cosa, encima del espacio, de la propiedad, del
dinero, etc. (Raffestin, 2018, p.102)

Como decíamos anteriormente el imperialismo es quizás es la práctica que expresa


de la mejor forma lo que significa la geopolítica, como veremos a continuación.

Modernidad e imperialismo

En un trabajo denominado filosofías del sur, el filósofo y marxista argentino Enrique


Dussel analiza que la modernidad no tiene su origen en el pensamiento ilustrado
como comúnmente se piensa, por tanto, tampoco tiene su inicio en el siglo XIX.
Para Dussel denotar la modernidad como algo característico del pensamiento de la
ilustración es una teoría y una perspectiva eurocéntrica. Partiendo de lo anterior
este autor nos propone que la modernidad inicia con la apertura del Atlántico por
parte de los europeos en concreto del imperio ibérico. Pero la modernidad tampoco
se caracteriza por el famoso “yo pienso” de Descartes, la modernidad antes que
nada se caracteriza por el yo conquisto. Y es que la modernidad si ha de tener un
origen y fundamento tiene que ver con la colonización y conquista de la región que
hoy denominamos como América Latina, y la esclavización de sus pueblos
originarios. Está sería, por ejemplo, la cara oculta de la modernidad. Porque claro
está que la modernidad se constituye por un desarrollo civilizatorio, primero europeo
y después mundial, basado en la barbarie.

De acuerdo a Dussel, Europa región que desarrolla en su plenitud la modernidad


hasta antes del siglo XV se trataba de una región sumida en el caos y la pobreza. Y
ha de ser América Latina quien con la inmensidad de recursos humanos y naturales
les ha de proveer las bases del desarrollo que se lleva a cabo en siglo XVIII. En
efecto el oro y la plata que se extrae de las regiones latinas es el dinero que se ha
de utilizar para apoyar el desarrollo científico a nivel técnico y de ideas, que sustenta
a la ilustración y a la revolución industrial, los recursos madereros, herbales,
frutales, etc., han de servir para el desarrollo de un mercado interno europeo, para
el impulso económico. Por consiguiente, se puede decir que, una característica de la
modernidad es la conquista de nuevos territorios en base a la obtención de
recursos naturales, y está práctica es precisamente llevada por los Estados-nación.
Por ello es evidente que la conquista de espacios y territorios, la modernidad y el
Estado son cuestiones que se entrecruzan. Y se han de cruzar en los procesos que
desde hace tiempo se nombran como imperialismo. Dicho en otras palabras, la
modernidad se trata de un proceso imperialista esto lo podemos vislumbrar en los
cuatro grandes imperios que han existido desde el inicio del capitalismo: el imperio
español y el imperios portugues, el imperio holandes, el imperios inglés y el imperio
estadounidense, el cual persiste hasta la fecha.

España y Portugal son dos empresas imperialistas que surgen en el siglo XV bajo la
necesidad de expandirse por territorios nuevos debido a la necesidad de acaparar
recursos naturales que puedan solventar de alguna forma la crisis ambiental
derivada del feudalismo. Recordando a un autor como Jason Moore sabemos que
durante la época feudal la explotación de bosques y suelos fue masiva debido a que
los feudos se encargaban de tener una relación con la naturaleza expansiva por así
decirlo, pues, el uso del suelo se hacía hasta agotar sus nutrientes y de ahí se
disponían a buscar nuevos suelos sin preocuparse por conllevar un cuidado que
mantuviera la fertilidad a flote durante una temporalidad considerable, caso similar
sufrían los bosques. El producto de todo esto fue la imposibilidad de reproducir la
vida de forma adecuada para las poblaciones europeas por lo cual es que se
buscaron soluciones. Es en este sentido que la exploración hacia el Atlántico se hizo
posible, y en el proceso se llegó a conquistar las islas del caribe primero, y más
tarde América Latina. Del caribe la principal utilización fue el uso de sus suelos para
el cultivo de la caña de azúcar y en cierta medida del algodón, todo ello con la
utilización de la fuerza de trabajo esclavizada, fuerza de trabajo de origen africano.
De América Latina su utilización es mucho más compleja, pues como llega a decir
Dussel, está región es el pivote de la modernidad. Empecemos por mencionar que
uno de los principales recursos que se extraen de América Latina con dirección a
Europa son los minerales, particularmente destaca el oro extraído de Brasil y de
México, así como también la plata de Potosí, Bolivia y de Zacatecas en México,
principales centros de producción de plata del mundo. Tan solo en este rubro se
llega a mencionar que la riqueza extraída durante dicha época es mucho mayor al
producto interno bruto (PIB), generado por el capitalismo global. Por otro lado,
destaca la extracción de bosques en Brasil y Centro América, mismos que sirvieron
para la construcción de minas y barcos, y a su vez, de materias primas para las
tecnologías de la revolución industrial. Todo esto por no mencionar la gran
biodiversidad de flora y fauna que sirvió de base material para la alimentación de las
poblaciones europeas, de la producción de medicamentos y la generación de los
nacientes fertilizantes del suelo

todo 😘 sea por mi amor aunque no me quiera


tu me quieres pero te cotizas

me gusta que estés feliz 😍


que sexy 😘

Bibliografía

Raffestin, C. (2018). Territorio, frontera, poder, Icaria, España.

Peet, R. (2012). Geografía contra el neoliberalismo, Icaria, España.

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