UNIDAD 3
CUE CANOVAS, AGUSTIN, “PRESIONES POR PARTIDE DOBLE: MEXICO EL TRATADO MC LANE OCAMPO Y EL
TRATADO MON ALMONTE”, EN JUAREZ LOS ESTADOS UNIDOS Y EUROPA, MEXICO, GRIJALBO, 1997, Pp. 147-
177.Presiones por partida doble
México entre el tratado
Mclane-Ocampo
y el tratado Mon-Almonte
__Austin Cué CANovAs
PRIMERAS NEGOCIACIONES ENTRE OCAMPO ¥ EL EMBAJADOR MCLANE
nticipéndose a la intervencién militar de Estados Unidos en
/México, el Secretario de Relaciones de Judrez Don Melchor
Ocampo, habia propuesto al embajador McLane, un tratado
de alianza ofensiva y defensiva entre ambas naciones, dirigi-
do particularmente no sélo a consolidar fa amistad entre una y
otra sino principalmente al mantenimiento ¥ afirmacién de los princi-
pios democraticos. En efecto, ef articulo 3° de dicho proyecto de trata-
do decia,
“Serd obligatorio para las dos Republicas ayudar a mantener el or-
den y la seguridad en el territorio de fa otra por todos los medios men-
clonados en el articulo 2° que precede, siempre que esta obligacién sea
pedida por parte legitima y gobierno reconocido o que sea obedecido
por la mayoria de la nacién, y cuya tendencia sea la consolidacién de
Ios principios democriticos y de la libertad constitucional”
Con notable talento diplomatico y profundo sentido patriético, Don
‘Melchor Ocampo se anticipaba a la intervencién militar proyectada,
sujetando ésta a fines legales 5 a la voluntad del gobierno legitimo. Asi
intentaba evitar la pretendida intromisién norteamericana, orientando-
Ia por cauces legales y en el sentido de una verdadera alianza con ef
propésito de impedir la intervencién, y de no lograrlo, hacerla servirwy
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los altos intereses de la libertad y ta democracia, representadas autén-
ticamente por el partido constitucional en México.
Ademas, el proyecto de alianza pretendia hacer pasar a un plano
secundario la cuestién de los trénsitos solicitados por Estados Unidos y,
rincipatmente, de la Baja California. Por supuesto que a McLane no
Podia interesar el proyecto de alianza, pero para el gobierno constitu-
cional representaba un medio efectivo. en las citcunstancias criticas de
entonces, de asegurar la independencia de‘a nacién ¥ la consolidacién
del régimen democrético representado por Judrez,
Ala cesion de la Baja California, ef gobierno constitucional se opuso
radical y enérgicamente, a pesar de que la administracién norteameri-
Cana ofrecié diez millones por la adquisicién de la peninsula. Al gobier-
node Buchanan s6lo quedaba fa peticién de las concesiones de transito,
Por las cuales ofrecia cuatro millones, cantidad de fa que la mitad seria
asignada al pago de las reclamaciones de ciudadanos norteamericanos
contra México,
Con relacién al trénsito por Tehuantepec, hemos visto que represen
taba una de [as cuestiones centrales de la geopolitica de mediados de!
lo pasado. Politicos y estadtistas no sélo de Norteamérica, sino de otros
paises, inclusive México, manifestaban interés en la apertura del cami
no istmico, que haria posible el comercio entre Oriente y Occidente al
través de un paso corto. La cuestién de una via interoceénica era pro-
blema fundamental para las comunicaciones mundiates. como lo de-
muestra ef hecho de que tanto Nicaragua como Colombia celebraron
tratados semejantes al McLane-Ocampo, para la apertura de un via
transoceénica al través de sus territorios. Esta hubo de realizarse al abrirse
el Canal de Panamé a principios de este siglo. Cuando esto ocurri, tan-
‘o para la América Central como para México hubo de solucionarse la
Cuestion de la via de transito, Pero recuérdese que en la parte meridio-
nal de la América Central, Estados Unidos si logré el desmembramiento
de Colombia, cercenando de ésta la porcién correspondiente a la actual
Repiiblica de Panama. En México, gracias a la diplomacia juarista, a
desintegraci6n del territorio no pudo ocurrit.
En suma, debe afrmarse que con el tratado McLane-Ocampo, ia di-
plomacia liberal salvé a México por una parte, de la intervencion mili-
tar. yporla otra, de ladesmembracién territorial, aceptando simplemente
Otorgar a fos Estados Unidos derechos de transito por Tehuantepec y de
{a frontera a puntos del Golfo de California, reservndose nuestro pais€
34s
‘ESONES POR PARTON DORE WENCO ENTE TRATADO WCIANE- OGIDO VEL TRAABO NW-ALNONTE
Ia plena soberania sobre dichos caminos. Ademés, en ugar de vender
territorio mexicano, concedié s6to los derechos de trénsito. En ninguna
€poca de nuestra historia, a diplomacia mexicana concedié mucho
menos de fo que una potencia rapaz y poderosa exigia, a pesar de las
condiciones dificiles def pafs y particularmente de la penuria y debili-
dad en que entonces se encontraba el partido liberal mexicano.
En otro aspecto, poco después de la celebracién del tratado McLane-
Ocampo, la inminente derrota del partido esclavista en Norteamérica
habria de anular totalmente las estipulaciones de dicho convenio. ¥ re-
sulta evidente, como se demostrard en su oportunidad, que el Gobierno
juarista al concertar el iratado, estaba convencido de que lo pactado en.
él habria de ser inefectivo a la postre, porque la oposicion de los
antiesclavistas a los derechos de paso impediria la realizacion practica y
efectiva del-convenio, a pesar incluso de su ratificacién por el Senado
norteamericano, fo que tampoco ocurrié aunque dicha ratificacisn in-
teresaba al gobierno liberal. En efecto, la confirmacién del tratado re-
presentaba para la administracién constitucional el pago efectivo de
dos millones de pesos, cantidad que hubiera aliviado la situaci6n finan-
(Mon-Almonte. Este convenio —lo reconoce don Alejandro Villasefior
| Y Villasefior, escritor antijuarista- alarmé a los liberales “que vefan que
con el apoyo moral que Europa prestaba a Miramén, podia consolidar-
se definitivamente el gobierno de éste”. El embajador McLane habia sa-
lido para Estados Unidos el dia 2 de septiembre. A su regreso a México,
Don Melchor Ocampo ocupaba nuevamente la Secretaria de Reiacio-
i nes de la administracién liberal, en substitucién de Don Juan Antonio
é de la Fuente.
| ‘Cuesti6n central de la controversia diplomatica entre el gobierno
norteamericano y ef juarista era fa protecci6n de los trénsitos reclama-
dos por el primero, con fuerzas norteamericanas, Buchanan se habia
E visto obligado a simular que desistia de su programa anexionista con
relacién a la Baja California, por dos razones: la resistencia del gobierno
juarista a cederla, y la simpatia de un sector del pueblo norteamericano
1 ala causa liberal.
En estas circunstancias, quedaba slo como materia principal de un
EI tratado entre ambos gcbiernos; la cuestién de los trénsitos. Pero Ocampo
yy Judrez seguian negdndose a aceptar la proteccién de aquéllos por pat-
Hl = te de fos Estados Unidos. También Don Juan Antonio de la Fuente se
habia negado a aceptar dicha proteccién.ser
‘HESONES POW PATON DOBLE MENGO ENTREE TRATADO NCLANE-OOAWBO ¥ELTRATADO WOW ALMONTE
importancia que para los Estados Unidos habjan adquirido California
y la zona occidental del pais, habia hecho necesario y urgente comu-
nicaciones més répidas con ef Océano Pacifico, al través de Tehuan-
tepecy por el Golfo de California, Don Justo Sierra se refirié a fo anterior
cuando escribié que des eran fos propésitos de la diplomacia norte-
americana en materia de transitos: el paso por Tehuantepec y la co-
municacién entre el Golfo de México y ef de California, “Poseer de
Racha mda doranha al tekmeltn anton tne nnatndnnntnanmnn
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ASTIN CUE CANOTAS
Pero el 6 de octubre habia ocurrido un suceso cuyos efectos habian
de tener un cardcter determinante en el curso de las negociaciones que
condujeron al tratado. Un ciudadano norteamericano, Mr. Orlando
Chase, fue asesinado en Tepic por érdenes del sanguinario jefe conser-
vador Don Leonardo Marquez. Desde fines de octubre, McLane habia
propuesto a su gobierno el empleo de fuerzas militares de los Estados
Unidos en México, para castigar a los conservadores, con o sin el con-
sentimignto del gobierno juarista.
En ef curso de noviembre, la intervencién militar de Estados Unidos
en México se hizo més y mas inminente. Al regresar a Veracruz el dia 7
de diciembre, ef embajador McLane hizo una representacién enérgica
al gobierno constitucioral exigiendo de éste medidas capaces de pro-
veer a la seguridad de los ciudadanos norteamericanos y de sus propie-
dades en México. y de hacer cumplir las estipulaciones de los tratados
existentes entre ambos paises. Ante fa vigorosa presién diplomatica y
militar norteamericana, 'a administracién constitucional tuvo que acep-
tar la cuestién relativa a la proteccién de los trénsitos por parte del go-
bierno norteamericano.
En el tomo I de sus “Estudios Historicos” el empecinado detractor
de Juérez y Ocampo, Don Alejandro Villasefior y Villasefior, autor en el
que se inspiré Don Francisco Bulnes, hubo de reconocer Io siguiente:
“La firma del tratado McLane-Ocampo coincidié con dos sucesos im-
portantes que demostraban cuales eran las intenciones de los Estados
Unidos respecto a México: fueron éstos la movilizacién de las fuerzas
norteamericanas en direccién de fa frontera Norte, con pretexto de las
invasiones de Cortina en Brownsville y en los pueblos de Ia margen i2-
quierda del Bravo, y la arrogante que el comandante de la corbeta de
guerra St. Mary, H.C. Porter, dirigié a Pesqueira desde Guaymas, con
motivo de fa expulsion del territorio de Sonora, de varios ciudadanos
notteamericanos. En esta protesta, Porter amenazaba con una interven-
cidn del gobierno de su pais, yen la movilizacin podia verse un princt-
pio de ejecucién de los planes que de tiempo atras abrigaba Buchanan’.
Ademés, ef gobierno de Buchanan estaba decidido firmemente a
ejercer fos derechos de trénsito por Tehuantepec, que habla obtenido
mediante el tratado de La Mesilla con Santa Anna. para lograr asi la
anulacién del tratado Clayton-Bulwer firmado con Inglaterra, y que
impedia a fos Estados Unidos establecer su influencia sobre un posible
paso interocednico al través de la América Central. Por otra parte, la