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FORO ARGENTINO DE INVENTORES.
Cramer 450. / (1426) – Capital Federal.
Tel/fax.: 4-220-5994
El alguna vez bebé prematuro, nacido con apenas poco más de 1kgr, ahora luce
fuerte y entusiasta, con una gran curiosidad imposible de ocultar.
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Hoy es un día muy especial para él, y está muy lejos de poder imaginar, el gran
impacto e influencia que los acontecimientos de este día tendrán para el resto de
su vida.
Tenía yo seis, cuando me regalaron para mi cumpleaños una tricota con una
ancha franja roja, “Está teñida con sangre de dragón”, pensé no bien la vi;
“con ella seré invulnerable”. Esa tarde puse a prueba sus poderes: caminaba
por la calle cuando vi venir a un ciclista en sentido contrario. Aguardé a que
estuviera a unos pasos y lo embestí de frente. El choque fue violento; él rodó
por tierra y yo volé a un costado. Al levantarme apenas tenía algunas
magulladuras, ninguna herida importante. “No hay duda posible”, me
persuadí, “soy invulnerable”.
Luego volví a ensayar las propiedades de mi tricota. Mis padres estaban con
visitas en la sala. Yo, en la habitación contigua (un segundo piso a la calle),
me entretenía con un juego que consistía en lo siguiente: con las dos hojas
de la ventana abiertas de par en par, tomaba impulso, saltaba sobre el
alféizar y, ya en el aire, me asía al vuelo de un parante vertical, que dividía
en dos al marco; la fuerza centrífuga me devolvía, como una calesita, al
interior de la habitación, Entusiasmadísimo repetí varias veces la prueba, Al
rato, llamaron a la puerta. Era un agente de policía. Señor, le dijo a mi
padre, ¿me hace el favor de ver qué hace su hijo? Mi padre quedó
petrificado. Desde la acera de enfrente, una multitud contemplaba mis
piruetas.
Cuando mis padres me explicaron el peligro que había corrido, los miré
estupefacto: ¿qué mal podía ocurrirme con la tricota impregnada en sangre
de dragón?
Podrá sonar insensato, pero siempre desde entonces conserve una ciega
confianza en mi destino. Suceda lo que suceda, no me desanimo. Tal vez
porque todavía siento que llevo mi tricota con sangre de dragón”.
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(*) Nota: Este relato sin duda tiene su origen en algún cuento infantil que Biro,
habría escuchado de sus padres, en la escuela, o de algún allegado, y basado
en la mitología nórdica, muy en especial en un relato en donde Sigfrido derrota
al dragón Fafner, se baña en su sangre y se vuelve invulnerable.
Luego de una vida muy azarosa y llena de sorpresas, a los 37 años de edad, es
el peor momento de su vida, y es el comienzo del mejor momento de su vida.
Biro está con poco trabajo como periodista independiente, hay una gran
depresión en Hungría, y en pocos años comenzará a ser perseguido debido a su
declarada oposición al nazismo.
El contacto con Agustín P. Justo, se debió a que éste lo vio casualmente a Biro
escribiendo una nota, en la recepción del hotel que compartían, con un
primitivo prototipo de bolígrafo, sobre el cual había estado trabajando desde
1938, pero que aún era muy defectuoso, y sólo funcionaba ocasionalmente.
Hacia el final de sus días en la Argentina, había generado más de 300 patentes
a nivel mundial, y entre sus numerosos inventos se encuentran, además del
bolígrafo: el sistema de cierre retráctil para bolígrafos, la tinta para bolígrafos,
la primera boquilla para cigarrillos con carbón activado, la caja de velocidades
automática para automóviles, una cerradura inviolable, el perfumero a bolilla,
el primer lavarropas automático, el principio de sustentación magnética para
trenes, y un sistema para el enriquecimiento del uranio.
7. “Mi mejor consejo para los jóvenes es que no dejen pasar la vida a
su lado, que sean conscientes del mayor placer que existe: la vida
misma…”
10. “Yo creo que a pesar del avasallador avance de la técnica, que ha
sobrepasado catastróficamente la evolución del propio ser humano,
llegaremos tarde o temprano, a la solución definitiva, la única
posibilidad racional: un gobierno internacional, elegido entre los
hombres más sabios del planeta, científicos, técnicos y filósofos,
sometidos previamente a un riguroso examen psicológico. ¿Utopía?
No lo creo. Los programas espaciales con cooperación
internacional, implican los primeros pasos en esa dirección”
(1) La información general de este artículo, ha sido recolectada a través de largas charlas del autor de la nota,
con Ladislao José Biro, en su hogar y laboratorio de inventos, del barrio de Belgrano, en Buenos Aires,
entre los años 1980 y 1984 (Revista “Todo es Historia” – Nº 282, Diciembre – 1990), y de la
autobiografía de Biro: “Una revolución Silenciosa”. (Rodolfo Alonso Editor / Buenos Aires – 1969).
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(2) Desde 1990, cada 29 de Septiembre, se celebra en la Argentina (por iniciativa de la Escuela Argentina de
Inventores), el Día del Inventor, en homenaje al nacimiento de Ladislao José Biro, como un claro
ejemplo de inventor profesional, comprometido con el desarrollo de la sociedad a través del rol de los
inventores.