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El protagonista de la leyenda se aleja de la realidad y se sumerge en su imaginación, viendo espíritus en el fuego y escuchando sonidos sobrenaturales. Sus emociones, como su fuerte amor por una mujer que aún no ha conocido, son más importantes que la razón. Aunque no tiene pruebas de que ella exista, mantiene la esperanza de encontrarla siguiendo a su corazón. La naturaleza que lo rodea es fuente de inspiración y le permite imaginar formas y galas sin la intervención humana.
El protagonista de la leyenda se aleja de la realidad y se sumerge en su imaginación, viendo espíritus en el fuego y escuchando sonidos sobrenaturales. Sus emociones, como su fuerte amor por una mujer que aún no ha conocido, son más importantes que la razón. Aunque no tiene pruebas de que ella exista, mantiene la esperanza de encontrarla siguiendo a su corazón. La naturaleza que lo rodea es fuente de inspiración y le permite imaginar formas y galas sin la intervención humana.
El protagonista de la leyenda se aleja de la realidad y se sumerge en su imaginación, viendo espíritus en el fuego y escuchando sonidos sobrenaturales. Sus emociones, como su fuerte amor por una mujer que aún no ha conocido, son más importantes que la razón. Aunque no tiene pruebas de que ella exista, mantiene la esperanza de encontrarla siguiendo a su corazón. La naturaleza que lo rodea es fuente de inspiración y le permite imaginar formas y galas sin la intervención humana.
En esta leyenda podemos encontrar varias características que corresponden al romanticismo. En
primer lugar, tenemos que el protagonista se tiende a alejar de la realidad, esto con el objetivo de sentirse libre a través de su imaginación: ‘‘Creía que entre las rojas ascuas del hogar habitaban espíritus de fuego de mil colores, que corrían como insectos de oro a lo largo de los troncos encendidos […]’’, también, ‘‘Imaginaba percibir formas o escuchar sonidos misteriosos, formas de seres sobrenaturales, palabras inteligibles que no podía comprender’’. Por otra parte, tenemos que para el protagonista es de suma importancia expresar fuertemente sus emociones, las cuales están por sobre la razón: ‘‘¿No me ha de amar como yo la amaré, como la amo ya, con todas las fuerzas, con todas las facultades de mi alma?’’, además aunque Manrique no tenía pistas de que la mujer de sus sueños existiese, aún así, siguió con la esperanza de que la encontraría: ‘‘¿Qué dijo?...¿Qué dijo? ¡Ah! Si yo pudiera saber lo que dijo, acaso…pero aún así la encontraré…la encontraré; me lo da el corazón y mi corazón no me engaña’’. También tenemos la influencia de la naturaleza en el entorno del protagonista, la cual es fuente de inspiración y de imaginación: ‘‘La vegetación, abandonada a sí misma, desplegaba todas sus galas, sin temor de que la mano del hombre la mutilase, creyendo embellecerla’’, y también, ‘‘Las plantas trepadoras subían encaramándose por los añosos troncos de los árboles; las sombrías calles de álamos cuyas copas se tocaban y se confundían entre sí’’.