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INTRODUCCIÓN

La hematología es la especialidad médica que se ocupa del estudio, diagnóstico,


tratamiento y prevención de las enfermedades de la sangre y los órganos que
participan en su producción, como son la médula ósea, el bazo o los ganglios, entre
otros. Asimismo , se ocupa de los componentes de la sangre (glóbulos rojos,
eritrocitos, plaquetas, leucocitos, hemoglobina, plasma, etc.) y de sus características
(mecanismo de coagulación, etc.).

La hematología abarca diferentes actividades en el ámbito hospitalario:


Gestión y diagnóstico biológico en laboratorio de determinaciones hematológicas
básicas o especiales (análisis de sangre).
Diagnóstico biológico y clínico de trastornos que causan hemorragia o trombosis.
Atención médica a pacientes con enfermedades hematológicas en todas las fases
del proceso.
Realización de los trasplantes de médula ósea.
Control de los bancos de sangre, de la producción de productos derivados de la
sangre (hemoderivados) y de la seguridad de las transfusiones.
Investigación y desarrollo de nuevos procedimientos para el control de
enfermedades hematológicas.
Entre las numerosas enfermedades de que se ocupa la hematología cabe destacar
las siguientes:
​ Enfermedades oncológicas:
​ - Leucemia.
- Linfomas.
- Mielomas.
​ - Trombosis.

​ Enfermedades hemorrágicas, como la hemofilia.
​ - Síndrome mielodisplásico.
​ - Anemia.
​ - Neutropenia.
​ - Trombocitopenia.
​ INTRODUCCIÓN

La citoquímica es una rama de la biología celular enfocada en el estudio de la
composición química de las células y sus procesos biológicos moleculares mediante
análisis químicos y químicos físicos que permitan su observación. ​Se considera
como un nexo de unión entre la morfología y la bioquímica.

La citoquímica estudia la composición química de la célula y permite detectar la
localización topográfica de algunas sustancias: enzimas, metales pesados,
sustancias orgánicas, moléculas de depósito y otras sustancias.

Entre los años 1954-1963 la histoquímica fue aplicada para propósitos descriptivos,
como comparar tejidos normales y patológicos. Otro uso fue para obtener una
evidencia química in situ, para estudios comparativos en tejidos de organismos
adultos o en desarrollo. Las revistas de citoquímica, se dedicaron a presentar el
desarrollo de métodos y técnicas para detectar y rastrear moléculas específicas.

Clasificación de las técnicas citoquímicas.

Citoquímica clásica: Se fundamenta en reacciones coloreadas que pueden
observarse e interpretarse con el microscopio óptico común.
Esta técnica logra la identificación y localización de los compuestos químicos y
macromoléculas dentro de las células, basándose en métodos de reacciones
colorimétricas, como la reacción de Feulgen, verde janus B, rojo oleoso, Sudán rojo,
técnica de Schiff, entre otros.

Citoquímica electrónica: Se caracteriza por ser una metodología de elevada
sensibilidad.

Citoquímica fluorescente: puede o no ser inmunofluorescencia, se fijan moléculas
sobre distintas estructuras de las células y al ser excitadas por luz UV producen
fluorescencias de distintos colores.

INTRODUCCIÓN
La inmunología es, en la actualidad, una ciencia autónoma y madura, pero sus
orígenes han estado estrechamente ligados a la Microbiología. Su objeto consiste
en el estudio de las respuestas de defensa que han desarrollado los animales frente
a la invasión por microorganismos o partículas extraños, aunque su interés se ha
volcado especialmente sobre aquellos mecanismos altamente evolucionados e
integrados, dotados de especificidad y de memoria, frente a agentes reconocidos
por el cuerpo como no propios, así como de su neutralización y degradación.

Las técnicas inmunológicas de diagnóstico clínico son fundamentales en el campo


de la medicina, ya que permiten detectar y evaluar diversas enfermedades y
condiciones de salud a través del estudio del sistema inmunológico. Estas técnicas
se basan en la detección de anticuerpos, antígenos y respuestas inmunológicas
para proporcionar información valiosa sobre la presencia de infecciones,
enfermedades autoinmunes y trastornos del sistema inmunitario.

Entre las técnicas inmunológicas de diagnóstico clínico más comunes se


encuentran:

1. Ensayos de inmunofluorescencia: Estas pruebas utilizan anticuerpos marcados


con fluorescencia para detectar la presencia de antígenos específicos en muestras
biológicas, como sangre o tejido. La fluorescencia permite una detección rápida y
precisa de las moléculas objetivo, lo que facilita el diagnóstico de enfermedades
como el lupus eritematoso sistémico y las infecciones virales.

2. Radioinmunoensayo (RIA): El radioinmunoensayo es una técnica de diagnóstico


inmunológico altamente sensible y específica que utiliza isótopos radioactivos para
cuantificar la cantidad de antígeno o anticuerpo presente en una muestra biológica.
La técnica se basa en la competencia entre el antígeno no marcado de interés
presente en la muestra y el antígeno marcado con radioisótopos.

3. Técnica de precipitación: La técnica de precipitación se basa en la formación de


complejos inmunológicos visibles cuando los anticuerpos se unen a los antígenos
correspondientes. Hay dos tipos principales de técnicas de precipitación:
precipitación en fase líquida y precipitación en fase sólida.

4. Pruebas de aglutinación: Estas pruebas se basan en la formación de agregados


visibles cuando los anticuerpos se unen a los antígenos correspondientes. Se
utilizan para diagnosticar infecciones bacterianas y virales, como la prueba de
aglutinación en látex para la detección de la bacteria Streptococcus pneumoniae.

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