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Cuando una persona decide formar una pareja, es importante que se separe emocionalmente de su
familia de origen para poder desarrollar una identidad individual y establecer una nueva unidad
familiar con su pareja. Esto implica establecer límites saludables, tanto emocionales como físicos. Es
decir, aquí se reordenan las prioridades, la esposa o esposo son prioridad ahora. Gottman diría “la
pareja está por encima del padre o la madre”.
También implica reconocer que la lealtad y la dependencia emocional que se tenía hacia la familia de
origen deben cambiar, donde cada miembro de la relación debe ser capaz de establecer su propia
autonomía y tomar decisiones independientes.
1. Privacidad: Cada individuo tiene derecho a establecer límites de privacidad en su vida personal,
incluida su relación con su pareja. Pueden acordar qué aspectos de su vida y relación compartir
con los padres y cuáles mantener como privados.
Por ejemplo:
a. Decidir no compartir detalles íntimos de la relación de pareja con los padres.
b. Establecer que ciertos temas personales no serán discutidos con los padres, como problemas
financieros o desacuerdos entre la pareja.
4. Expectativas y roles: Cada pareja tiene su propia dinámica y establecer límites en cuanto a
las expectativas y roles que los padres pueden tener en su relación puede ser crucial. Esto
puede incluir establecer límites sobre la influencia de los padres en las decisiones
importantes o en los roles que desempeñan en la vida cotidiana de la pareja.Por ejemplo:
a. Establecer límites en cuanto a la participación de los padres en la crianza de los
hijos, como no permitir que impongan sus opiniones o decisiones sobre la educación
de los hijos.
b. Dejar claro que las decisiones importantes en la relación de pareja, como la
compra de una casa o la elección de una carrera, son responsabilidad exclusiva de la
pareja y no deben ser influenciadas por los padres.
c. Establecer nuevas tradiciones de esta nueva familia.
5. Tiempo juntos: Las parejas pueden necesitar establecer límites en cuanto al tiempo que
pasan con los padres. Esto puede ser especialmente relevante si los padres tienden a ser
dominantes o si hay conflictos frecuentes. Establecer un equilibrio saludable entre el tiempo
dedicado a los padres y el tiempo dedicado a la pareja puede ser importante para fortalecer
la relación de pareja.
Por ejemplo:
a. Establecer límites en cuanto a la frecuencia de las visitas a los padres, evitando que
se vuelvan excesivas o interferentes.
Es importante que tú y tu pareja conversen abiertamente sobre estos límites y lleguen a acuerdos
mutuos que se ajusten a su relación y necesidades individuales. Cada pareja es única y los límites
pueden variar, por lo que es esencial que encuentren un equilibrio que les funcione a ambos.
TAREA DE UNIFICACIÓN:
Cuando dos personas se unen en una relación de pareja, cada una de ellas trae consigo su propia
historia, valores, creencias y formas de hacer las cosas. La tarea de unificación implica combinar estas
diferencias individuales y crear una identidad compartida como pareja.
Aquí encontramos a la confianza y aceptación que la pareja debe desarrollar y lograr. Para aceptar al
otro de manera genuina o con toda su naturalidad es importante establecer una comunicación
abierta y sincera, en la que ambas partes se sientan escuchadas y respetadas. Se trata de explorar y
comprender las necesidades, deseos y expectativas de cada individuo, y trabajar juntos para encontrar
un terreno común.
La tarea de unificación también implica tomar decisiones conjuntas sobre diversos aspectos de la
vida en pareja, como metas a largo plazo, valores familiares, distribución de responsabilidades, formas
de comunicación, manejo de conflictos y planificación financiera, entre otros. Ambas partes deben
involucrarse y comprometerse en la toma de decisiones, así promover la equidad y el respeto mutuo.
Además, la tarea de unificación implica establecer rituales y tradiciones propias de la pareja, que
fortalezcan su conexión emocional y les permitan crear una historia compartida. Esto puede incluir la
creación de nuevas rutinas, celebraciones, viajes o actividades que sean significativas para ambos y
fortalezcan su vínculo.
1.Enamoramiento. En esta etapa estamos muy ilusionados. Y más nos enamoramos de lo que
creemos que de lo que es en realidad. Esta etapa se caracteriza por sentirse atraído física,
emocional y/o intelectualmente por la otra persona. Es común experimentar una gran
conexión y entusiasmo por conocerse mejor.
3. La Conversión: En esta etapa trato de convertir a mi pareja en lo que yo quiero que sea.
Ambos hacen lo mismo y surgen la lucha de poder, esto puede llevar a la frustración “No se
puede con ella” “hay diferencias de caracteres”
4. La aceptación: En esta etapa comprendo sus virtudes y defectos con lo que puedo y aprendo
a convivir, ya no lo juzgo y no lo o la critico, pudiendo decirle que haga mi pareja el esfuerzo de
no sacar sus defectos, él o ella no va a cambiar y lo acepto con amor.
Tip 1: Es importante tener claro quién eres tú, reflexionando sobre tus propias necesidades, valores y
expectativas en una relación. Examina tus propias fortalezas y debilidades, y sé honesto contigo mismo
acerca de lo que estás dispuesto a aceptar en una pareja.
Tip3: Trabaja en equipo con tu pareja para superar desafíos y resolver conflictos. Donde pongan
soluciones y compromisos mutuamente satisfactorios. Ponte en su lugar mirando las cosas desde su
perspectiva, reconoce y válida emociones, incluso si no estás de acuerdo. A medida que trabajen
juntos, se fortalecerá la confianza
Tip 4: Para salir de la frustración aprende a Reconocer y valorar las cualidades y acciones positivas de
tu pareja. Expresa tu gratitud por las cosas que hace por ti y por la relación. La apreciación mutua
fomenta un ambiente de aceptación y amor incondicional.
Tip 5: Hablen de temas difíciles y pónganse como meta salir ilesos de ese momento, si lo logran,
¡¡¡¡alégrense pues van por buen camino!!!!