Está en la página 1de 10

La sociedad actual vive bajo la constante problemática del consumo de sustancias debido a que

puede afectar a una comunidad entera. Al tener consecuencias adversas, no solo a nivel físico y

psicológico, sino también a nivel social (entorno laboral, familiar, educativo, entre otros), puede

verse transmitido incluso a través de generaciones, siendo un daño colateral. En este sentido, este

ensayo analizará la problemática en los distintos niveles mencionados, considerando factores de

riesgo, así como también sus consecuencias. Además, se dedicará un pequeño apartado para

exponer los programas de intervención ante la problemática. Dentro de las sustancias

psicoactivas por destacar, se hará énfasis en el alcohol y cannabis, ya que se consideran como las

más consumidas a nivel mundial.

El consumo de alcohol y cannabis se ha considerado como una gran preocupación para la

sociedad actual, pues se ha registrado un aumento de consumo en la población adolescente y

adulta joven (Martínez et al., 2022; Reyes & García, 2019; Soriano & Jiménez, 2022;). Ambas

sustancias psicoactivas causan dependencia en la población mundial. En el caso de

Latinoamérica, se ha registrado que por lo menos 4,4 millones de hombres y 1,2 millones de

mujeres han presentado dependencia de alguna droga en algún momento de su vida

(Organización Panamericana de la Salud [PAHO], 2022). En Ecuador, el Instituto Nacional de

Estadística y Censos (INEC) (2013), por medio de recolección de datos, indicó que por lo menos

el 2.5% de adolescentes entre 12 y 18 años han consumido una bebida alcohólica en algún

momento de esta etapa. Adicionalmente, la adicción a sustancias es mucho más alta que en

varios países de Sudamérica, pues ha se ha registrado que la población de entre 10 a 19 años

fueron atendidos por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP) por adicciones,

alcanzando 0.66% de la población en este grupo etario y de esta el 80% pertenece a la provincia

del Guayas (Rivadeneira et al., 2021).


Las causas para el consumo de alcohol y cannabis son multifactoriales, es decir, existen

una interacción entre factores biológicos, psicológicos y socioculturales (Mayor et al., 2019).

Dentro de la vasta literatura científica, se han encontrado diversos estudios que explican el

surgimiento a la dependencia por estas sustancias. En primer lugar, los factores biológicos se

relacionan con la predisposición genética del individuo para el consumo de alcohol y otras

sustancias, así como también al fenómeno de neuroplasticidad cerebral relacionada con la

dependencia (Acosta, 2015; Ahumada-Cortez et al., 2017; Sanz, 2019). En segundo lugar, al

mencionar los factores psicológicos, se puede hacer énfasis a los rasgos de la personalidad. En

este sentido, se ha identificado que los individuos con dependencia a sustancias psicoactivas

poseen rasgos de neuroticismo, bajo nivel de conciencia y hedonismo (Jaramillo et al., 2022).

Otras características de este tipo de individuos son la alta impulsividad, carencia de

autorregulación emocional, inseguridad, bajo locus control, dependencia emocional y necesidad

de afirmación (Ahumada-Cortez et al., 2017; Nuño-Gutiérrez et al., 2017). Adicionalmente,

varios individuos poseen sintomatología relacionada con la depresión y ansiedad, así como

también altos niveles de estrés (Rivadeneira et al., 2021; Valarezo-Bravo et al., 2021).

 Por otro lado, entre los factores socioculturales más prominentes se encuentran el

género, considerándose al género masculino como el más proclive de consumir sustancias

psicoactivas, así como también al bajo nivel de escolaridad y problemas en el entorno cercano

(Noroña et al., 2021). El desconocimiento y curiosidad de los adolescentes, influencia de los

pares (particularmente en el entorno educativo), fácil acceso e influencias familiares también se

consideran factores de riesgo a nivel social (Loor et al., 2018; Rivadeneira et al., 2021; Sarduy-

Lugo et al., 2020; Soriano & Jiménez, 2022). Al mencionar el ambiente familiar de individuos

con dependencia, se puede hacer énfasis a las relaciones filio-parentales, así como también a los
estilos de crianza. Estudios encontraron que los adolescentes que consumían sustancias

psicoactivas tenían una mala relación o nula con sus figuras paternas (Thomas et al., 2020). Con

respecto a los estilos de crianza, el estilo negligente está asociado al consumo de sustancias en

edades tempranas (Román & Aguilar, 2017).

En el ámbito psicológico, la dependencia por sustancias se engloba dentro del trastorno

por consumo de sustancias dentro de los Criterios Diagnósticos del DSM-5 (American

Psychiatric Association, 2014). Este trastorno se refiere al conjunto de síntomas corporales,

cognitivos y de comportamiento que influyen en el individuo para ingerir sustancias

reiteradamente, el objetivo primordial es la satisfacción de una necesidad, o a su vez, a manera

de compulsión, se repite la conducta como un hábito sin razón hasta convertirse en adicción y

dependencia. Se considera nocivo para el sujeto debido a que la ingesta ocurre a pesar de

conocer las consecuencias negativas a nivel biológico, psicológico y sociocultural que pueden

ser ocasionadas si no existe un control moderado (Sánchez-Mata et al., 2018). Una de las

características fundamentales de la manifestación clínica de una adicción o consumo excesivo de

una o varias sustancias es la pérdida de la capacidad volitiva del individuo (Sanz, 2019).

Adicionalmente, se puede considerar que el trastorno antes mencionado puede presentar

comorbilidad, es decir, cuando la persona padece de dos o más trastornos. Anteriormente, se

mencionó que la sintomatología depresiva y ansiosa se encuentra en individuos con trastorno por

abuso de sustancias o dependencia a estas, razón por la cual puede ser considerado como un

factor de riesgo debido a que una de las consecuencias es la ideación suicida, así como también

conductas autolíticas (Campuzano-Cortina et al., 2021; Ibáñez et al., 2020; Valarezo-Bravo et al.,

2021; Valdevila-Figueira et al., 2021). Los trastornos con comorbilidad relacionados con el abuso

y dependencia de sustancias psicoactivas también pertenecen al espectro de disfunciones en


rasgos de personalidad, entre ellos se encuentran: el trastorno límite de la personalidad (Morales

et al., 2019) y el trastorno antisocial de la personalidad (Barba-Guzmán et al., 2022). Otros

estudios señalan una asociación entre consumo de sustancias y el trastorno bipolar (Secades-

Álvarez & Fernández-Rodríguez, 2017).

Las consecuencias del consumo de sustancias afectan a todas las áreas del individuo.

Bajo esta premisa, se considera que las áreas cognoscitiva, psicomotora y conductual se ven

afectadas por el consumo de sustancias (Vélez et al., 2019).  En un estudio se demostró que el

consumo de cannabis afecta a la memoria sensorial, memoria a corto plazo, memoria de trabajo;

además la afectación de la curva de aprendizaje y también fallos de integración de significados

(memoria semántica) (Ríos et al., 2019). Las capacidades de razonamiento, capacidad de análisis

y planificación también se ven alteradas (Vélez et al., 2019). Con respecto al alcohol, el consumo

produce amnesia lacunar, es decir, el olvido de los sucesos trascurridos mientras el individuo

bebía alcohol (Perrotta, 2020). Otras consecuencias negativas son movimientos motores menos

coordinados, reflejos lentos, afección del control de los músculos del habla y la actividad de los

ojos (Ahumada-Cortez et al., 2017). Por otro lado, la capacidad de reacción se encuentra

afectada, motivo por el cual puede incurrir en accidentes de tránsito (García & Mateos, 2023).

El área social del individuo también sufre una afectación debido a la dependencia de

sustancias. En la adolescencia, el consumo esporádico de alcohol y otras sustancias psicoactivas

produce actitud negativa hacia sus pares o a sí mismo, violencia, bajo rendimiento académico,

problemas de disciplina, la consecuencia más significativa es el abandono parcial o total de la

escuela. En el ámbito familiar, las relaciones parentofiliales se resquebrajan, pues, en la mayoría

de los casos, el consumo prolongado de sustancia ocasiona conflictos familiares, distanciamiento

y actitudes agresivas. Dentro de las conductas de riesgo se encuentran la exposición de incurrir


en conductas sexuales de alto riesgo (omisión en el uso de métodos anticonceptivos, inicio de

actividad sexual a temprana edad, promiscuidad, entre otras). En otros estudios manifiestan que

la consecuencia más grave se relaciona con la ideación y conductas suicidas (Ahumada-Cortez et

al., 2017; Cañón & Carmona, 2018; Robles & Espinel, 2017; Sarduy-Lugo et al., 2020;

Valdevila-Figueira et al., 2021). También se considera un factor de riesgo para la violencia de

género y violencia filioparental (Fernández Rodríguez et al., 2019; Noh-Moo et al., 2020).

El consumo de sustancias psicoactivas, al ser un problema de salud pública, necesita ser

combatido con programas de intervención con el objetivo de prevenir o erradicar la problemática

tanto en la población general como en los sectores de alto riesgo (tomando en cuenta los factores

de riesgo). Los programas de intervención comienzan con una detección e identificación,

después se enfocan en el tratamiento por medio de psicoeducación y promoción de la salud a la

población, así como también fomentar los factores protectores. Asimismo, los programas de

intervención son primarios, secundarios y terciarios. Sin embargo, pese a los esfuerzos estatales

en el área social y de salud, la problemática persiste hasta la actualidad (Ahumada-Cortez et al.,

2017; Ronzani et al., 2019).

El consumo prolongado de alcohol y cannabis es un problema en la actualidad debido a

que acarrea consecuencias tanto a la salud física como mental de las personas. Dentro de la

psicología, se ha realizado énfasis a las consecuencias desde un modelo multidimensional para

entender el alcance de sus efectos. Es necesario destacar que los factores de riesgo pueden ser

asociados con la detección para la aplicación de programas de intervención. Aunque existen la

problemática en la actualidad, se necesita realizar estudios e investigaciones que puedan indicar

una mejora en los métodos de los programas y también los resultados en cuanto a una mejora se

refiere.
Referencias:

Acosta, D. (2015). Factores biológicos que predisponen la dependencia a sustancias psicoactivas

estimulantes. Grafías Disciplinares de la UCPR, 28, 51-61.

Ahumada-Cortez, J., Gámez-Medina, M., & Valdez-Montero, C. (2017). El consumo de alcohol

como problema de salud pública. Ra Ximhai, 13(2), 13-24.

American Psychiatric Association. (2014). Guía de consulta de los Criterios Diagnósticos del

DSM-5. American Psychiatric Association.

Barba-Guzmán, C., García-Ramos, D., & Jiménez-Sánchez, A. (2022). Características de los

trastornos de personalidad y consumo de alcohol. Mediciencias UTA, 6(4), 74-83.

Campuzano-Cortina, C., Feijoó-Fonnegra, L. M., Manzur-Pineda, K., Palacio-Muñoz, M.,

Rendón-Fonnegra, J., Montoya, L., Berrouet, M., & Restrepo, D. (2021). Comorbilidad

entre síntomas depresivos y consumo de sustancias en pacientes hospitalizados por

enfermedades no psiquiátricas. Revista Colombiana de Psiquiatría, 50(2), 130-137.

Cañón, S. C., & Carmona, J. A. (2018). Ideación y conductas suicidas en adolescentes y jóvenes.

Pediatría Atención Primaria, 20(80), 387-397.

Fernández Rodríguez, M. A., Dema Moreno, S., & Fontanil Gómez, Y. (2019). La influencia de

los roles de género en el consumo de alcohol: estudio cualitativo en adolescentes y

jóvenes en Asturias. Adicciones, 31(4), 260-273.

García, L., & Mateos, A. (2023). Consumo de drogas: enfrentamiento a un problema latente.

MEDISAN, 27(2), 4269.


Ibáñez, C., Cáceresa, J., Brucher, R., & Seijas, D. (2020). Trastornos del ánimo y trastornos por

uso de sustancias: Una comorbilidad compleja y frecuente. Revista Médica Clínica Las

Condes, 31(2), 174-182.

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2013). Consumo de alcohol en la población

adolescente ecuatoriana. Ecuador. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/mas-de-900-mil-

ecuatorianos-consumen-alcohol/

Jaramillo, K., Guerra, V., & Puertas, R. (2022). Rasgos de personalidad e inflexibilidad

psicológica en adictos al alcohol. Revista Científica de Psicología Eureka, 19(1), 22-38.

Loor, W., Hidalgo, H., Macías, J., García, E., & Scrich, A. (2018). Causas de las adicciones en

adolescentes y jóvenes en Ecuador. Revista Archivo Médico de Camagüey, 22(2), 130-

138.

Martínez, J., Annicharico, J., Rangel, H., Mateus, O., & Rivera E. (2022). Prevalencia y factores

asociados al consumo de marihuana en adolescentes escolarizados de Colombia, en el

2016. Revista Médica de Risaralda, 28(2), 113-126.

Mayor, M., Horcajadas, F., Trabada, J., & Valladolid, G. (2019). Trastornos por consumo de

alcohol. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(85),

4993-5003.

Morales, N. N., Sancho, M., Martínez, B. G., & Rahola, J. G. (2019). Trastorno límite de la

personalidad (TLP): características, etiología y tratamiento. Psiquiatría Biológica, 26(3),

85-98.

Noh-Moo, P. M., Ahumada-Cortez, J. G., Valdez-Montero, C., Gámez-Medina, M. E., & López-

Cisneros, M. A. (2020). Violencia filioparental y su relación con el consumo de drogas en


adolescentes: una revisión sistemática. Revista inteRnacional de investigación en

adicciones, 6(1), 34-44.

Noroña, D., Vega, M., & Hernández, V. (2021). Factores de riesgo asociados al uso y consumo

de drogas en estudiantes del Instituto Superior Tecnológico Sucre. Ecuadorian Science

Journal, 5(3), 12-26.

Nuño-Gutiérrez, B. L., Madrigal-de León, E. A., Martínez-Munguía, C. (2018). Revista

Colombiana de Psicología, 27, 105-116. https://doi.org/10.15446/ rcp.v27n1.62126

Organización Panamericana de la Salud. (2021). Políticas de salud pública sobre el consumo de

sustancias psicoactivas. Manual para la planificación en el ámbito de la salud.

Washington, D.C. https://doi.org/10.37774/9789275323502

Perrotta, G. (2020). Amnesia: definition, main models, classifications, neurobiological profiles,

and clinical treatments. Arch Depress Anxiety, 6(1), 037-044.

Reyes, M., & García, E. (2019). Implementación del uso debido del cannabis como fuente

medicinal en el Código Orgánico Integral Penal en Ecuador. Caribeña de Ciencias

Sociales, (junio). https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/cannabis-fuente-

medicinal.html

Ríos, S. P., Hong, A. E., Hidalgo, T. N., & Salazar, M. L. (2019). Impacto del consumo de

cannabis y base de cocaína sobre la memoria. Cuadernos de

Neuropsicología/Panamerican Journal of Neuropsychology, 13(3), 30-40.

Rivadeneira, S., Andrade, R., Herrería, L., Bastidas, D., Tigse, C., & Astudillo, I. (2021).

Cannabis Sativa causas y consumo en adolescentes de 15 a 19 años. Otavalo Ecuador

2020-2021. La U Investiga, 8(2), 73-90.


Robles, J., & Espinel, J. (2017). Riesgo sexual y nivel de popularidad en estudiantes

universitarios del Ecuador. Revista Interamericana de Psicología/Interamerican Journal

of Psychology, 51(2), 152-161.

Román, K. S., & Aguilar, C. V. (2017). Consumo de cannabis en adolescentes y los estilos de

crianza. Conference Proceedings, 1(1).

Ronzani, T. M., Fuentes-Mejía, C., Mota, D. C. B., Gomide, H. P., Ferreira, M. L., & Cruvinel,

E. (2019). Intervenciones breves para el abuso de sustancias en América Latina: una

revisión sistemática. Psicologia em Estudo, 24.

Sánchez-Mata, M., Robles-Amaya, J., Ripalda-Asencio, V., & Calderón-Cisneros, J. (2018). La

percepción del riesgo relacionado al consumo de alcohol en adolescentes

escolarizados/as. Revista Prisma Social, (23), 235-249.

Sanz, P. S. (2019). Trastorno por consumo de sustancias. Medicine-Programa de Formación

Médica Continuada Acreditado, 12(85), 4984-4992.

Sarduy-Lugo, A., Domínguez-Rodríguez, N., Saavedra-Alvarado, E., & Lamas-González, M.

(2020). Percepción del riesgo en adolescentes sobre el consumo de sustancias adictivas.

Revista Estudiantil CEUS (Ciencia Estudiantil Unidad de Salud), 2(3), 13-16.

Secades-Álvarez, A., & Fernández-Rodríguez, C. (2017). Revisión de la eficacia de los

tratamientos para el trastorno bipolar en comorbilidad con el abuso de sustancias. Revista

de Psiquiatría y Salud Mental, 10(2), 113-124.

Soriano, J., & Jiménez, D. (2022). Predictores del consumo de alcohol en adolescentes: una

revisión sistemática de estudios transversales. Revista Estudios Psicológicos, 2(4), 73-86.


Thomas, S. A., Brick, L. A., Micalizzi, L., Wolff, J. C., Frazier, E. A., Graves, H., ... & Spirito, A.

(2020). Parent-adolescent relationship characteristics and adolescent cannabis use: A

growth curve analysis. The American journal of drug and alcohol abuse, 46(5), 659-669.

Valarezo-Bravo, O. F., Erazo-Castro, R. F., & Muñoz-Vinces, Z. M. (2021). Síntomas de

ansiedad y depresión asociados a los niveles de riesgo del consumo de alcohol y tabaco

en adolescentes de la ciudad de Loja, Ecuador. Health and Addictions / Salud y Drogas,

21(1), 279-293. doi:10.21134/haaj.v21i1.584

Valdevila-Figueira, J. A., Ruiz-Barzola, O., Orellana-Román, C., Valdevila-Santiesteban, R.,

Fabelo-Roché, J. R., & Iglesias-Moré, S. (2021). Conducta suicida y dualidad en

trastornos por consumo de sustancias en drogodependientes ecuatorianos. Revista

Información Científica, 100(5), 1-15.

Vélez, M. M. S., Chávez, I. A. J., Chávez, F. M. A., Ching, D. S. C., Macías, I. G. C., & López,

M. B. I. (2019). Trastornos causados por el consumo de sustancias derivadas del

cannabis. RECIAMUC, 3(3), 1486-1502.

También podría gustarte