Está en la página 1de 4

La responsabilidad social

Es el compromiso que tienen las personas, instituciones y empresas para


contribuir al aumento del bienestar de la sociedad local y global.
El desarrollo del concepto responsabilidad social se da por la gran necesidad
de regular las actividades empresariales de forma integral. Este es un término
normativo que se enfoca en el papel que las instituciones y organizaciones deben
tomar frente a la sociedad.
Es decir, las empresas además de tener un beneficio económico buscarán la
forma de alcanzar el bienestar de la sociedad. Esto se puede lograr de diferentes
maneras: por medio de la producción de bienes o servicios que solucionen
problemas sociales y reales; velando los derechos laborales; creando políticas
para alcanzar un desarrollo cultural, social y económico.
¿Para qué sirve la Responsabilidad Social?
A menudo las responsabilidades sociales se utilizan para mejorar la imagen de la
empresa, en donde se puede crear un programa para el reclutamiento y retención
de talentos, creando un sentido de pertenencia a los empleados para con la
organización.
A continuación, se presentan algunos de los puntos que una empresa debe
cumplir en materia de responsabilidad social:
 Promover e impulsar una cultura de competitividad responsable que busca
las metas y el éxito del negocio, contribuyendo al mismo tiempo al bienestar
de la sociedad.
 Hacer públicos sus valores, combatir interna y externamente prácticas de
corrupción y desempeñarse con base en un código de ética.
 Promover condiciones laborales favorables para la calidad de vida, el
desarrollo humano y profesional de toda su comunidad (empleados,
familiares, accionistas y proveedores).
 Respetar el entorno ecológico en todos y cada uno de los procesos de
operación.

Los 3 tipos de responsabilidad social:

Responsabilidad individual
Nuestros actos individuales, que llevamos a cabo como madres y padres, hijos e
hijas, miembros de una comunidad de vecinos, integrantes de un equipo de
trabajo, usuarios de determinados servicios o como consumidores… tienen
repercusiones sobre las otras personas y nuestro entorno. Por ello, cuando te
preguntas, ¿qué puedo hacer yo para mejorar la vida de los demás?, o ¿cómo
puedo contribuir a hacer más sostenible nuestro mundo?, muchas veces la
respuesta no se halla lejos de lo cotidiano. En nuestro día a día, en todo lo que
hacemos podemos encontrar soluciones prácticas y sencillas para ser más
responsables con lo que nos rodea.

Utilizar el transporte público, reducir residuos consumiendo responsablemente,


colaborar con proyectos de voluntariado, comprar en tiendas solidarias o revisar
nuestros hábitos alimentarios son medidas de muy bajo coste, que no cuestan
grandes esfuerzos ni requieren mucho tiempo, pero que sin duda tienen efectos de
una gran repercusión.

Una pequeña acción, por simple que parezca, puede tener consecuencias más
grandes e ir mucho más allá de lo que podríamos imaginar. Incluso podemos
aumentar su potencia con gestos que no nos tomarán más de 5 minutos al día.
Por ejemplo, utilizar la bicicleta para ir al trabajo, disfrutar de un buen café de
Comercio Justo, dedicar un pequeño espacio de nuestro balcón a cultivar un
huerto urbano y ecológico, y dedicar unos minutos a compartir con amistades
nuestros pequeños logros (las redes sociales son un recurso espléndido para ello)
multiplicará exponencialmente las consecuencias positivas de nuestros actos.

Responsabilidad empresarial

Las actividades productivas y comerciales de las empresas repercuten sobre el


conjunto de la ciudadanía y el entorno de un modo mucho más amplio y profundo
que las acciones individuales. La responsabilidad social empresarial, también
conocida por sus siglas (RSE), es un aspecto que cada día tienen más en cuenta
los clientes y usuarios de las corporaciones, conscientes de que la productividad,
la reducción de costes y la obtención de beneficios no pueden justificar de modo
alguno la explotación, la violación de los derechos fundamentales de las personas
o la degradación del medio ambiente.

Iniciativas como las que proponen las redes de productos de comercio justo, por
ejemplo, o los bancos éticos como Triodos Bank u Oiko Credit, plenamente
conscientes de la responsabilidad social de las empresas y el comercio, están
transformando poco a poco los criterios de desigualdad por los que
tradicionalmente se han regido algunos sectores considerados estratégicos (como
la banca y las altas finanzas), apoyando económicamente proyectos
ecológicamente sostenibles y de interés público, de tipo cultural, educativo y, por
supuesto, también comercial siempre que se lleven a cabo de acuerdo con
principios éticos.

Un ejemplo de proyectos comerciales con un fuerte compromiso social lo hallamos


en la Cooperativa La Fageda, de Olot (Girona), un proyecto sin ánimo de lucro que
trabaja para integrar en el mundo laboral a personas con discapacidad,
elaborando productos lácteos de alta calidad que se venden en los circuitos
comerciales más habituales.

No hay olvidar que, hasta cierto punto, toda la ciudadanía participa de la acción de
las empresas compartiendo su responsabilidad, por ejemplo, cuando consume sus
productos o contrata sus servicios.

En Behind the Brand (una campaña emprendida por Oxfam), por ejemplo, se
puede encontrar mucha información sobre lo que hay detrás de algunas de las
grandes marcas, para que poder decidir informada y libremente a cuáles merece
la pena apoyar. O Ropa Limpia, una web donde se analizan los niveles de
responsabilidad social de las principales marcas y empresas textiles.

Responsabilidad pública o gubernamental

La responsabilidad social es algo que todos y todas compartimos. Sin embargo, la


responsabilidad social pública o gubernamental es aquella que corresponde a las
instituciones y las administraciones encargadas de diseñar y ejecutar políticas
públicas.

Las acciones de estos organismos, que se concretan en leyes, decretos,


regulaciones… tienen una gran repercusión, y muy directa, sobre el entorno
natural y social de su jurisdicción. Sin embargo, la responsabilidad social de las
entidades gubernamentales no es únicamente externa, es decir, regulando las
actividades de individuos y organizaciones, empresas, etc., que quedan bajo su
paraguas administrativo. También su responsabilidad se juega en el ámbito
interno, en la misma gestión de su actividad, en la consideración del personal que
forma parte de ellas y de las actividades que se realizan en su seno.

Por ejemplo, una administración pública dedicada a regular el impacto ambiental


de las empresas, tiene la responsabilidad de ser coherente y aplicarse a sí misma
estas regulaciones siendo ejemplo para toda la ciudadanía. No podemos olvidar
que las administraciones públicas y las instituciones nos representan y que, por lo
tanto, en cierta medida, todas y todos somos responsables de sus acciones. Exigir
que sean ejemplares, pues, forma parte de nuestras obligaciones como
ciudadanos y ciudadanas responsables.

Preguntas
¿Qué es la responsabilidad social?
¿Para qué sirve la responsabilidad social?
¿Cómo se desarrolló el concepto de responsabilidad social?
¿Qué tipos de responsabilidad social conoce o ha escuchado hablar?
¿En qué consiste la responsabilidad social empresarial?

También podría gustarte