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LA CONFIDENCIALIDAD

Es la garantía mínima, es un principio esencial dentro de la conciliación, ya que, nos lleva a cuidar
la información recibida en situación de confidencia, sea en sesión conjunta, o en sesión privada.
No debemos revelar la información a partes ajenas a las que participaron en las sesiones o
reuniones. Asimismo, la información que hemos recibido en una sesión privada no podríamos
revelarla en una sesión conjunta, sin obtener previamente autorización de las personas de
quienes obtuvimos información. En el artículo 10º respecto a la confidencialidad dispuesta por
el artículo 8º de la Ley, se entiende que todo lo sostenido o propuesto en la Audiencia de
Conciliación carece de valor probatorio en cualquier proceso judicial, arbitraje o administrativo
que se promueva posteriormente, aún en aquellos que se originen en hechos distintos a los que
dieron origen a la controversia materia de Conciliación.

Por otro lado, constituyen excepciones a la regla de la confidencialidad, como el conocimiento


en la Audiencia de Conciliación de la realización de delitos que vulneren los derechos a la vida,
el cuerpo, la salud, la libertad sexual u otros que por su trascendencia social no deben ser
privilegiados con la confidencialidad y el conciliador se encuentra en la obligación de informar
esos actos a las autoridades competentes.

Además, cuando una de las partes exprese por escrito su consentimiento. Si el Conciliador viola
el principio de confidencialidad la responsabilidad del Centro de Conciliación se rige
sistemáticamente por lo dispuesto en el Artículo 1325º del Código Civil, de no cumplir con lo
estipulado en la ley, el conciliador será sancionado, según la gravedad de su falta y la reiteración
de la comisión de una misma conducta procesada y sancionada. Estas sanciones implican multa,
suspensión temporal o inhabilitación permanente para desempeñarse como conciliador. Las
sanciones serán impuestas por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

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