Cuando se habla de desarrollos científicos que tengan que ver la comunicación y
su fin, ya sea el de poder llevar un mensaje de un lado hacia otro por simple ocio o comunicar (como el desarrollo de la prensa, la radio, el cine, la fotografía, el internet, etc.), su uso y explotación siempre se vio captado por empresas (no sólo económicas, sino políticas) que le han dado el uso preferido para determinados fines que puedan adecuarse a sus propósitos y necesidades. Esto quiere decir que lo que se emite no siempre se hace en el momento adecuado ni tiene la calidad que exigen las masas. Dentro de lo que conocí y conozco hasta el día de hoy como televisión, esta siempre tuvo una misma base que consiste en emitir un contenido condicionado totalmente por su producción y su grilla horaria. Esta dependencia económica y del tiempo en pantalla hizo que no pueda estar a la altura del internet, que en cierta manera es más ¨democrático¨. Cuando las nuevas generaciones hablan de ver televisión se refieren principalmente a plataformas de streaming, redes sociales y contenidos on-demand como Netflix, Youtube, HBO, etc.
Al lado de la cantidad de información y la manera en la que proveen información
y contenidos estas plataformas, la televisión se vio eclipasada por nuevas generaciones que acceden y dan uso a internet cada vez más temprano y prefieren seleccionar qué ven y cuándo lo ven. Creo que esa es la principal diferencia con la televisión tradicional. También esta bueno mencionar que cuando elegimos sentarnos a ver una película en una plataforma online, por ejemplo, no estamos expuestos a cortes publicitarios (por cada hora televisada, estamos expuesto a la mitad de ese tiempo solo en publicidad). Esto puede estar haciendo que los televisadores y futuros ¨contenidistas¨ empiecen a pensar maneras de captar otra vez la atención de la gente y que no siga en caída. Esto también esta haciendo que se apueste por el negocio de la información y la transmisión de deporte.