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The Desperateness, the Alarum and the Fornace to Sinners


La desesperanza, la advertencia y el horno para los pecadores
 
Copyright © 2023 Thomas Watson
Todos los derechos reservados
P&D Publicaciones
Costa Rica
Serie de escritos puritanos: 011
Tipo: Sermón
Traducción: Elioth Raphael
 
Diseño de portada: P&D Publicaciones
 
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Clasificación decimal Dewey: 277/ PURITANOS
 
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de ninguna forma ni por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, ni por
ningún sistema de almacenamiento sin el permiso escrito previo de la editorial,
con la excepción de citas cortas o reseñas.
 
El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera 1960 ® © Sociedades
Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas,
1988. Reina-Valera 1960 ® es una marca registrada de las Sociedades Bíblicas
Unidas y puede ser usada solo bajo licencia.
 
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ÍNDICE
Prefacio
Exposición 1: La desesperanza de los pecadores
Exposición 2: Una señal de advertencia a los pecadores
Exposición 3: El horno calentado más caliente
Exposición 4: La excelencia substancial de las cosas espirituales
Glosario de autores

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE ANALÍTICO
 
Prefacio
 
1. Biografía de Thomas Watson
2. Sobre la edición de este escrito
3. Sobre el contenido este escrito
4. Nota para el lector
 
Exposición 1: La desesperanza de los pecadores
 
Capítulo 1: Introducción y exposición de la enseñanza
 
Capítulo 2: Utilidad a modo de información
Información 1: Observa la ceguera de todo pecador
Información 2: Observa el amor y la amistad entre el corazón del
hombre y el pecado
Información 3: Observa la desesperanzada obstinación de los pecadores
Información 4: Observa cuán difícil será para las personas que
continúan pecando que se obre salvíficamente sobre ellas
Información 5: Observa la razón por la cual las oraciones de los
hombres no son escuchadas
Información 6: Observa la razón por la cual seguimos sufriendo
Información 7: Observemos nuestra infelicidad en un estado decaído
Información 8: Observemos cuán vanas son todas las resoluciones para
dejar el pecado y convertirse hasta que Dios cambie el corazón
Información 9: Observemos la exacta toma de notas de Dios de las
impurezas de los hombres
Información 10: Observemos la diferencia entre los impíos y los
piadosos
Información 11: Observemos cuán provocador es para el Dios santo y
celoso persistir en la maldad
Información 12: Observemos la naturaleza del pecado: un pecado da
paso a más
Información 13: Observemos la paciencia de Dios para con los hombres
Información 14: Observa lo que justificará a Dios para condenar a los
impíos
Información 15: Observa qué poderosa es la gracia que frena la
corrupción y hace que el corazón deje de amar el pecado
Información 16: Observa la ingratitud despreciable de los pecadores
Información 17: Observa la locura atroz de los pecadores
Información 18: Observemos qué vastos tesoros de ira aguardan para
los pecadores
Información 19: Observemos por qué los creyentes tienen que admirar
la estupenda bondad de Dios
Información 20: Observemos a partir de esto cuán adecuado es razonar
que Dios condenara a los hombres eternamente por el pecado
 
Capítulo 3: Utilidad a modo de reprensión
 
Capítulo 4: Utilidad a modo de exhortación
 
Exhortación 1: Sus corazones sean limpiados del amor al pecado
Exhortación 2: Entra en un nuevo curso de vida
a. Sobre la cuestión de que en nuestras fuerzas no podemos
detener el pecado
b. Algunos motivos para divorciarse del pecado
c. Sobre la cuestión de que la ira todavía llegará a una nación
mientras las demás personas sigan pecando
 
Capítulo 5: Utilidad a modo de consolación
 
Exposición 2: Una señal de advertencia a los pecadores
 
Introducción
 
Capítulo 1: La muerte es un cambio
 
1. Hay un cambio antes de la muerte
2. Hay un cambio al momento de la muerte
3. Hay un cambio después de la muerte
 
Capítulo 2: Este cambio de la muerte vendrá
 
1. Utilidad a modo de exhortación
Exhortación 1: Habituémonos con los pensamientos de este gran
cambio
Exhortación 2: Preparémonos para este cambio
2. Acciones que debemos tomar para prepararnos para la muerte
 
Capítulo 3: Esperar el cambio de la muerte es parte de la prudencia
cristiana
 
1. Implicaciones de la espera
2. Utilidad a modo de reprensión
Reprensión 1: Esto reprende a los que están tan lejos de esperar su
cambio
Reprensión 2: Reprueba a los que esperan en el sentido equivocado
3. Utilidad a modo de exhortación
 
Exposición 3: El horno calentado más caliente
 
Introducción
 
Capítulo 1: La duración y el grado de los tormentos del infierno
 
Capítulo 2: Lista de pecadores que tendrán un mayor tormento en el
infierno
 
1. Los que son deliberadamente ignorantes
2. Los que no siguen el bien ni se lo permiten a los demás
3. Los que pecan contra las iluminaciones y convicciones claras
4. Los que son conspiradores y tramadores de pecado
5. Los que odian la santidad
6. Los que aman el pecado
q p
7. Los que persiguen a los santos
8. Los que parecen ser buenos, pero que pueden ser realmente malos
9. Los que no hacen obras de misericordia
10. Los que mueren bajo la incredulidad final
11. Los que tienen muchos años bajo el evangelio, pero nunca son
mejores
12. Los apóstatas
13. Los que se burlan de la religión
14. Los que han pervertido a otros con sus escritos corruptos
15. Los obstinados en el placer
16. Los que envían a otros hombres al infierno con su mal ejemplo
 
Capítulo 3: Utilidad a modo de exhortación
 
Exhortación 1: Cuidémonos de estar en la lista negra antes mencionada
Exhortación 2: Esforcémonos por recurrir a Cristo por la fe
 
Exposición 4: La excelencia substancial de las cosas espirituales
 
Introducción
 
1. El significado de la substancia
2. Las partes del texto
a. La cualificación de las personas: «Los que me aman»
1) El afecto: «Aman»
2) El objeto del amor: «Cristo»
b. La especificación de los privilegios: «Para hacer que hereden la
substancia»
 
Capítulo 1: Razones por las cuales la gracia es llamada substancia
 
1. Por su preciosidad
2. Por su idoneidad
3. Por su carácter necesario
4. Por su carácter satisfactorio
5. Por su certeza
6. Por su durabilidad
 
Capítulo 2: Argumentos a favor de la substancia real de las cosas
espirituales
 
Capítulo 3: Utilidad a modo de refutación
 
Capítulo 4: Utilidad a modo de información
 
Información 1: Aprendan de aquí la incomparable excelencia de la
gracia
Información 2: Vean la diferencia entre las cosas de Dios y las cosas del
mundo
Información 3: Vean la necedad de los que se enfocan en las cosas
menores
 
Capítulo 5: Utilidad a modo de examinación
 
Examinación 1: Si tenemos esta substancia espiritual, entonces
podemos recordar un tiempo en el que carecíamos de ella
Examinación 2: Si tenemos esta substancia espiritual, entonces
sabemos cómo hemos llegado a ella
Examinación 3: El que tiene esta substancia espiritual, la valora
grandemente
Examinación 4: El que tiene esta substancia espiritual, la deseamos
constantemente
Examinación 5: Si Dios nos ha llenado de esta substancia, entonces
primero nos ha vaciado
Examinación 6: Si tenemos esta rica substancia, entonces tenemos la
morada del Espíritu de Dios
 
Capítulo 6: Utilidad a modo de exhortación
 
1. Razones por las que se debe trabajar por la substancia espiritual
Motivo 1: Vale la pena trabajar por esta substancia
Motivo 2: Todo el trabajo que podamos ejercer es poco para
procurar esta substancia enriquecedora
Motivo 3: Satanás emplea sus mayores artes para impedir que
obtengamos la substancia
Motivo 4: Los impíos se esfuerzan grandemente por sus pecados
Motivo 5: Solo esta substancia espiritual nos mantendrá firmes
cuando lleguemos a la muerte
Motivo 6: El que hereda esta substancia, heredará un reino
2. Las cosas que debemos hacer para heredad la substancia
a. Truequen por esta substancia en las santas ordenanzas
b. Acudan a Cristo en busca de la substancia espiritual
3. Exhortaciones para los santos
a. Anímense en la pérdida de las comodidades externas
b. Agradezcan la gracia gratuita
c. Trabajen para conseguir más de la substancia espiritual
 
Glosario de autores
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SERIE DE ESCRITOS PURITANOS
 
 
La serie de escritos puritanos es una recopilación de diversos escritos
específicamente puritanos que P&D PUBLICACIONES se ocupará en poner a
disposición al pueblo de Dios de habla hispana. Estos escritos comprenden
diferentes sermones, catecismos, extractos de libros olvidados, tratados
pequeños que diferentes ministros puritanos han escrito en su época, y los
cuales hicieron gran beneficio en su tiempo. Los temas de estos escritos serán
diversos, como, por ejemplo, de vida cristiana, casos de consciencia, instrucción
cristiana, etc. El propósito que esta serie busca es primeramente la edificación
de la iglesia para la gloria de Dios, pero también procura que estos escritos sean
accesibles a todas las personas, de manera que muchos no se vean abrumados
con escritos extensos, y también que sean apropiados para regalar a un amigo
cristiano e incluso a aquellas personas que todavía no conocen a Cristo.
 
 
 
 
 
 
 
 
ABREVIATURAS
 
Joannis Calvini opera
JCOP
quae supersunt omnia
Patrologiae graeca PG
Patrologiae latina PL
Opera Omnia
Desiderii Erasmi
DEEA
[Editio
Amstelodamensis]
Biblioteca clásica
BCG
gredos
Loeb Classic Library LCL
Septuaginta LXX
Fuente desconocida FD
Latín LT
Griego GR
Véase o compárese cf.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PREFACIO
1. BIOGRAFÍA DE THOMAS WATSON
THOMAS WATSON (c. 1620-1686) fue un teólogo no-conformista;
fue educado en Emmanuel College, Cambridge, donde se
destacó por sus arduos estudios. Después de residir durante
algún tiempo con la familia de MARY , la viuda de SIR HORACE
VERE , barón de Tilbury, fue designado en 1646 para predicar
en St. Stephen’s, Walbrook.
Durante la guerra civil se mostró fuertemente
presbiteriano en sus puntos de vista, al tiempo que hallaba
adhesión al rey. Se unió a los ministros presbiterianos en
una protesta a Cromwell y al consejo de guerra contra la
muerte de CHARLES . En 1651 fue encarcelado, junto con
otros ministros, por su participación en el complot de
[CHRISTOPHER] LOVE para destituir a CHARLES II . Después de
algunos meses de prisión, Watson y sus compañeros fueron
liberados al hacer una solicitud de misericordia, y el 30 de
junio de 1652 fue restituido formalmente como vicario de
St. Stephen’s, Walbrook.
Obtuvo gran fama y popularidad como predicador hasta
la Restauración, cuando fue expulsado por no-conformidad.
A pesar del rigor de las leyes contra los disidentes, Watson
continuó ejerciendo su ministerio en privado cuando
encontraba oportunidad. En 1666, tras el incendio de
Londres, al igual que otros no-conformistas, habilitó una
gran sala para la adoración pública para quienes quisieran
asistir.
Tras la declaración de indulgencia de 1672, obtuvo una
licencia para el gran salón de Crosby House, que entonces
pertenecía a SIR JOHN LANGHAM , un favorecedor del no-
conformismo evangélico. Después de predicar allí durante
varios años, su salud recayó y se retiró a Barnston, en
Essex, donde fue enterrado el 28 de julio de 1686 en la
tumba de JOHN BEADLE , antiguo rector del lugar.
Un retrato, grabado por James Hopwood, se encuentra en
Nonconformist’s Memorial [Las memorias de los no-
conformistas] de CALAMY , editado por PALMER . Otro grabado
por JOHN STURT fue añadido a su A Body of Divinity [Un cuerpo
de teología] de 1692. Y un tercer grabado por FREDERICK HENRY
VAN HOVE fue añadido a su Art of Contentment [Arte del
contentamiento] de 1662.
Watson fue un hombre de considerable erudición, y sus
obras conservaron su fama mucho tiempo después de su
muerte. Según DODDRIDGE , su Christian Soldier o Heaven
taken by Storm [El soldado cristiano o el cielo arrebatado
con violencia] [1] fue el medio para la conversión del coronel
JAMES GARDINER (1688-1745). Su obra más famosa, Un cuerpo
de teología [2] apareció después de su muerte en 1692.
Consiste en 176 sermones sobre el catecismo de la
asamblea de teólogos de Westminster. Se han impreso
numerosas ediciones posteriores, la última en 1838
(London, 8vo) y en 1855 (New York, 8vo). Sus otros escritos
son numerosos. Entre los más importantes se encuentran:
1. The Christian’s Charter; shewing the Priviledges of a Believer both in
this Life and that which is to Come [La acta constitutiva del cristiano,
en la que se muestra los privilegios del creyente tanto en este vida
como en la venidera] (London, 1652, 8vo; 6th edit. London, 1665).

2. Autarkeia, or the Art of Divine Contentment [El arte del


contentamiento divino] (London, 1653, 8vo; 15th edit. London, 1793,
12mo; new ed. Diss, 1838, 16mo).

3. The Saints Delight. To which is annexed a Treatise of Meditation [El


deleite del santo. Al cual se añade un tratado sobre la meditación]
(London, 1657, 8vo; new edition by the Religious Tract Society,
London, 1830, 12mo).

4. The Beatitudes: or a Discourse upon part of Christ’s famoso Sermon


on the Mount (with other discourses) [Las bienaventuranzas, o un
discurso sobre parte del sermón famoso de Cristo sobre el monte
{junto con otros discursos}] (London, 1660, 4to).

5. Jerusalem’s Glory; or the Saints Safeties in Eying the Churches


Security [La gloria de Jerusalén, o la satisfacción del santo ante la
observación de la seguridad de las iglesias] (London, 1661, 8vo).

6. Paramythion, or a Word of Comfort for the Church of God [Una


palabra de consuelo para las iglesias de Dios] (London, 1662, 8vo).

7. A Divine Cordial: or the Transcendent Priviledge of those that love


God [Cordial divino, o el privilegio transcendente de aquellos que
aman a Dios] (London, 1663, 8vo; new edit. London, 1831, 12mo).

8. The Godly Man’s Picture, drawn with a Scripture Pencil [La imagen del
hombre piadoso, trazada con la pluma de la Escritura] (London, 1666,
8vo).

9. The Holy Eucharist [La santa eucaristía] (2nd impression, London,


1668, 8vo).

10. Heaven taken by Storm: or the Holy Violence a Christian is to put


forth in the pursuit after Glory [El cielo arrebatado con violencia, o la
santa violencia que un cristiano debe ejercer en pos de la gloria]
(London, 1669, 8vo; 2nd edit.). Titulado: The Christian Soldier, or
Heaven taken by Storm [El soldado cristiano, o el cielo arrebatado
con violencia] (new edit. London, 1835, 8vo; first American edit. New
York, 1810, 12mo).

Las obras 1 y 2 fueron publicadas junto con A Discourse of


Meditation [Un discurso sobre la meditación] bajo el título
de Three Treatises [Tres tratados] (6th edit. London, 1660,
4to).
Una colección de sus Sermons and select Discourses
[Sermones y discursos selectos] apareció en dos volúmenes
(Glasgow, 1798-9, 8vo; Glasgow, 1807, 8vo). En 1850
apareció Puritan Gems, or Wise and Holy Sayings of Thomas
Watson [Gemas puritanas, o dichos sabios y santos de
Thomas Watson] editado por John Adey (London, 16mo).
Dos sermones manuscritos suyos se conservan en el Museo
Británico (Harl. MS. 7517). [3]
2. SOBRE LA EDICIÓN DE ESTE ESCRITO

En primer lugar, el título de este libro es una modificación


resumida de los diferentes títulos que componen esta obra,
llamado: La desesperanza, la advertencia y el horno para
los pecadores . Este escrito está compuesto por tres
sermones de nuestro autor, los cuales son los siguientes:
 
The Desperateness of Sinners [La desesperanza de
los pecadores].
An Alarum to Sinners or The Last and Great Change
[Una señal de advertencia a los pecadores o El
último y gran cambio].
The Fornace Heated Hotter [El horno calentado más
caliente].
The Substantial Excellency of Spiritual Things [La
excelencia substantial de las cosas espirituales]. [4]
 
En segundo lugar, los títulos y subtítulos interiores fueron
añadidos por el traductor, de manera que al lector le pueda
ser más fácil entender la estructura de este escrito.
En tercer lugar, a lo largo de este escrito, Watson
menciona diversos autores que para el lector pueden ser
desconocidos, por lo tanto, se ha añadido un GLOSARIO DE
AUTORES citados con el fin de que el lector pueda
familiarizarse con los personajes históricos a los que se
hace referencia.
En cuarto lugar, este escrito ha sido traducido en su
totalidad sin que ninguna de sus partes haya sido omitida,
de modo que también las citas originales en latín y griego
de esta han sido traducidas y añadidas al escrito.
3. SOBRE EL CONTENIDO ESTE ESCRITO

El escrito que el lector tiene en sus manos, es una


recopilación de diferentes sermones de nuestro autor. El
propósito que tiene al escribirlos es intentar «detener a los
pecadores del pecado», y hacer que busquen la salvación
que es en Cristo. Y con este objetivo le presenta al lector
diferentes doctrinas, entre las cuales está el carácter
terrible de la obstinación en el pecado (mostrando todas sus
diversas implicaciones), la inevitabilidad de la muerte (y el
destino horrendo para aquellos a los que esta los toma sin
estar preparados para ella), el grado mayor de castigo que
recibirán aquellos pecadores con los que Dios ha mostrado
grandes misericordias y, en último lugar, el carácter
excelente y sólido de la gracia de Dios, la cual es algo que
tiene substancia real en comparación con las cosas creadas
pasajeras.
Sin duda este escrito es muy útil y adecuado para
despertar a los pecadores a las realidades espirituales,
haciéndoles conscientes del carácter espantoso del pecado
mediante las consecuencias que acarrea consigo, como lo
es el infierno. Y a la vez es pertinente para los cristianos, de
modo que despierten y dejen de ser tan ligeros con el
pecado. Ciertamente este libro lo recomendamos
encarecidamente. Y esperamos sea de mucha bendición.
4. NOTA PARA EL LECTOR

Queremos hacer de consideración al lector que P&D


PUBLICACIONES es una editorial autosostenida, de modo que no
dependemos económicamente de ninguna institución,
solamente de las ventas de estos escritos. De la misma
manera, el trabajo detrás de la publicación de escritos como
estos es enorme, que va desde la traducción, revisión,
corrección, edición, etc., con el fin de cada escrito pueda
llegar al lector con la mayor calidad posible. Por lo tanto,
primeramente agradecemos profundamente de antemano a
aquellos que han tenido bondad para con nosotros en
comprar este material. En segundo lugar, exhortamos a no
piratear estos materiales, dado que nos afecta grandemente
para seguir publicando dichos escritos. En tercer lugar,
pedimos sus oraciones para con la editorial para tener la
capacidad de traer estas obras edificantes. En cuarto lugar,
damos la gloria al Señor por permitirnos y darnos el
privilegio de edificar a Su pueblo en diferentes partes del
mundo de esta manera. Solo a Él sea la gloria por los siglos
de los siglos. Amén.
EXPOSICIÓN 1:
La desesperanza de los
pecadores
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 1:
Introducción y exposición de
la enseñanza
A pesar de todo, siguieron pecando.
SALMO 78:32
 
El pueblo de Israel fue llamado por el nombre de Dios.
Fueron elegidos de todos los pueblos de la tierra: «Jehová tu
Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que
todos los pueblos que están sobre la tierra» (Dt. 7:6). La
otra parte del mundo no era más que basura, pero estos
eran joyas. Los otros eran un desierto, pero estos eran el
recinto de Dios: «Y vosotros me seréis un reino de
sacerdotes» (Ex. 19:6). Pero incluso Israel tenía una mancha
en su reputación. El texto presenta una acusación grave
contra ellos: «A pesar de todo, siguieron pecando».
[Fabritius comenta lo siguiente]: Non sufficiebat illis, toties
peccasse, sed cumulum illum infoelicem adhuc auxerunt
[No le fue suficiente haber pecado de manera frecuente,
sino que siguieron aumentando esa desdichada pila]. [5]
¿Por qué fue todo ello? Dios había sido muy bueno para
con Israel. Les había otorgado muchos favores. «Dividió el
mar» (v. 13). Él creó una vía para ellos allí. Hizo que las
aguas fueran como muros a cada lado de ellos. «Les guio de
día con nube» (v. 14), el cual fue una figura especial de la
protección de Dios. El pilar de la nube era para conducirlos y
guardarlos del calor ardiente del sol; y el pilar de fuego era
para que fuera una antorcha para iluminarles por la noche.
«Hizo llover sobre ellos maná para que comiesen» (v. 24).
Fue llamado la comida de los ángeles debido a su
excelencia; fue tal que los ángeles podrían haberlo comido
si fueran capaces de consumir comida. Israel tuvo la crema
de las bendiciones de Dios, pero «a pesar de todo, siguieron
pecando». [Musculus comenta lo siguiente]: Post visa
miracula Dei, adhuc peccarint [Después de ver los milagros
de Dios, siguieron pecando]. [6]
Entonces, Dios les infligió castigo. Después del sol de la
misericordia, llegó el trueno. «Vino sobre ellos el furor de
Dios» (v. 31). En el hebreo es: «Ascendió como una flama».
El significado de esta ira se especifica en el versículo 49
(RVA): «Envió ángeles malos entre ellos». Fueron malos en
cuanto al efecto, hirieron al pueblo con pestilencia, pero «a
pesar de todo, “pecaron aún” { ἥμαρτον ἔτ ι }» (LXX).
Esto mostró la condición malvada de este pueblo. Se
volvían peores por todas las medicinas que Dios había
usado para su curación. «Con todo esto, pecaron aún {
ָֽ ‫»} ד‬.
ֹ‫חטְאוּ־עו‬
El texto se divide en tres partes:
1. El crimen de Israel: «Pecando».
2. La agravación de su pecado: «A pesar de todo».
3. Su continuidad en el pecado: «Siguieron» pecando.
Doctrina : Ninguno de los tratos de Dios
para con los impíos prevalecerá con ellos
para separarlos de sus pecados . «A pesar de
todo, siguieron pecando».
1. Seguir pecando es atroz, porque muestra un desprecio de
Dios. A pesar de lo que Dios diga, los hombres continuarán
en pecado. Esto es despreciar a Dios y pedirle que haga lo
peor: «¿Por qué desprecia el malo a Dios?» (Sal. 10:3).
Contemptum Dei ad peccati irremissibilis φύσιν accedere,
quidam existimarunt [Algunas personas han pensado que el
desprecio a Dios se acerca a la fúsin {naturaleza} de un
pecado imperdonable]. [7] Τοῦτο τοῦ χρισὸν ἔςι καταπατῆσαι, τὸ
καταφρονῆσα ι [Esto es en referencia al Mesías, al que tú has
pisoteado, es decir, despreciado]. [8]
 
2. Seguir pecando es algo de lo que no se puede tener
esperanza, porque es pecar contra el remedio. Si no
prevalece ningún medio que Dios usa, las personas son
incurables. Si un miembro es amputado, pero el cuerpo
sigue teniendo gangrena, no hay ayuda para el paciente, ha
de morir. Si nada le hará bien al pecador, sino que sigue
gangrenándose en el pecado, el caso de este hombre no
tiene esperanza. No hay camino más que el infierno.
 
 
 
CAPÍTULO 2:
Utilidad a modo de información
INFORMACIÓN 1: OBSERVA LA CEGUERA DE TODO PECADOR

Él no ve ese mal en el pecado, lo que debería hacerlo que lo


deje, sino que sigue pecando. «Hasta el día de hoy, el velo
está sobre su corazón» (2 Co. 3:15). Lucem habet non visum
[La luz que hay, no se visualiza]. El pecado es el alma y la
quintaesencia del mal, pero la persona no regenerada está
envuelta en ignorancia. Si muere en pecado, está
irremediablemente condenado. Pero se divierte con su
propia condena: él sigue pecando . El pecado no solo lo ha
enfermado, sino que también lo ha insensibilizado. Aunque
al pecado le sigue después la muerte y el infierno, está tan
ciego que sigue pecando. Nos compadecemos de los ciegos,
pero ¡cómo se debe compadecer a todos los hombres sin
gracia, a quienes «el dios de este mundo “ha cegado {
ἐτύφλωσε ν }”»! (2 Co. 4:4). Así como el halconero lleva la
cabeza del halcón cubierta con una capucha, así el diablo
lleva al impío con una capucha al infierno engañado. Pero no
ve el peligro en el que se encuentra. Es como un pájaro que
se apresura a la trampa y no la ve.
INFORMACIÓN 2: OBSERVA EL AMOR Y LA AMISTAD ENTRE EL
CORAZÓN DEL HOMBRE Y EL PECADO

«Siguieron pecando» El pecado es un platillo del cual los


hombres no pueden contenerse: «Los cuales miran a dioses
ajenos, y aman “frascos de vino” { ‫( »} ם ֲאשִׁישֵׁי עֲ נָבִֽי‬Os. 3:1
RVA). Talis est peccator qui cum male fecerit laetatum [Tal
es el pecador que, cuando hace el mal, se regocija]. [9]
«¿Hasta cuándo amaréis la vanidad?» (Sal. 4:2). El corazón
y el pecado son como dos amantes, que no pueden soportar
estar separados. Un pecador es el mayor abnegador, por
amor al pecado se negará a sí mismo una parte en el cielo.
Uno pensaría: «Hay tan poco en el pecado, ¿por qué debería
ser amado?» ¿Quién derramaría agua de rosas en una
cloaca? ¡Y quién gastaría un afecto tan dulce como el amor
en una cosa tan sucia como el pecado! El pecado es una
espina en la conciencia; es una espada en los huesos: «Ni
hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado» (Sal. 38:3).
Lo que sea que desflora, perturba. Sin embargo, tal es el
amor que un hombre siente por su pecado, que aventurará
todo por sus concupiscencias: la pérdida del favor de Dios y
la pérdida de su alma.
Tunc autem est consummata infelicitas, ubi turpia non solum
delectant, sed etiam placent, et desinit esse remedio locus, ubi quae
fuerant vitia, mores sunt [Mas entonces queda consumada su
desdicha, cuando sus actos vergonzosos no solo les deleitan, sino
que les satisfacen, y el remedio ya no tiene cabida allí donde lo que
había sido vicio se ha hecho norma de vida]. [10]

INFORMACIÓN 3: OBSERVA LA DESESPERANZADA OBSTINACIÓN


DE LOS PECADORES

Ellos persisten en el pecado rebeldemente: «Siguieron


pecando». [11] Aunque Dios ha pronunciado una bendición y
una maldición (una bendición para aquellos que abandonan
el pecado y una maldición para aquellos que continúan en
pecado), ellos eligen la maldición y rechazan la bendición.
Los malvados son inflexibles y resueltos. «Siguieron
pecando». El corazón del hombre por naturaleza es como
una guarnición que se resiste en la guerra. Aunque se
ofrecen artículos de paz, aunque está directamente
asediado y se dispara una bala tras otra, la guarnición se
resiste. De la misma manera, el corazón es una guarnición
que se resiste contra Dios. Aunque Él usa súplicas, da
advertencias y dispara balas a la conciencia, la guarnición
del corazón se resiste. El hombre no será ganado, seguirá
pecando. Se dice que tiene una «frente de bronce», con
respecto a su insolencia, y una «barra de hierro», con
respecto a su obstinación (Is. 48:4).
El pecador no es reformado por todos los juicios de Dios.
Vemos que el metal se derrite en el horno, pero saquémoslo
y volverá a su dureza habitual. El Señor envió juicio tras otro
sobre Faraón y, aunque parecía estar derretido en el fuego
(Ex. 9:27: «He pecado esta vez; Jehová es justo»), seguía
pecando apenas era sacado del fuego y la plaga era
eliminada. «Se obstinó en pecar, y endureció su corazón»
(Ex. 9:34). Algunos hombres cuando sus conciencias en un
ataque de enfermedad están tan despiertas como para ser
llevadas a ver el infierno, y comienzan a oler el fuego y el
azufre, ¡oh, qué promesas hacen si solo Dios les perdona la
vida! Pero son peores que nunca cuando se recuperan.
«Siguieron pecando». «Pero el pueblo no se convirtió al que
lo castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos» (Is. 9:13).
«Os hice estar a diente limpio […]. Os detuve la lluvia […].
Envié contra vosotros mortandad […], mas no os volvisteis a
mí» (Am. 4:6, 7, 10). ¿Qué pecado nos queda después de
todos los juicios de Dios que han estado sobre nosotros?
¿Podemos mostrar la cabeza de esa concupiscencia
goliatiana que es asesinada? Hay tanto ateísmo y
obstinación en los hombres, tanta adhesión cercana de la
concupiscencia a sus almas, que continuarán pecando
inflexiblemente hasta que Dios, por un poder milagroso,
detenga su curso, como lo hizo con Pablo cuando iba con
cartas a Damasco (Hch. 9:2). ¡Oh, la vil obstinación de los
hombres! «Siguieron pecando». Aunque a veces están
convencidos de que están en el mal camino, sus
corrupciones son más fuertes que sus convicciones. Si un
impío pudiera ser sacado del infierno y devuelto a la
capacidad de la misericordia, en una segunda vida seguiría
sus concupiscencias y pecaría hasta volver al infierno.
INFORMACIÓN 4: OBSERVA CUÁN DIFÍCIL SERÁ PARA LAS
PERSONAS QUE CONTINÚAN PECANDO QUE SE OBRE
SALVÍFICAMENTE SOBRE ELLAS

Al principio el corazón es más tierno y temeroso del mal,


pero es adormecido y cauterizado al mantener el comercio
del pecado. Al seguir pecado el hombre es llevado a tal
estado que desprecia la Palabra y resiste al Espíritu. La
razón y la conciencia están atadas como prisioneros con las
cadenas de la concupiscencia. Al seguir pecando los
hombres han contraído el hábito del mal: «¿Mudará el
etíope su piel, y el leopardo sus manchas?» (Jer. 13:23). [12]
Lanarum conchylia quis in pristinum candorem revocet? [A
las lanas teñidas de púrpura, ¿quién podrá devolverles su
prístina blancura?] [13] El hábito en el pecado insensibiliza la
conciencia y enrojece el pecado. Es como una lápida puesta
sobre uno. ¡Oh, cuán difícil será la conversión de aquellos
que siguen continuando en sus transgresiones! Será muy
difícil de arrancar ese árbol que ha estado enraizándose
durante mucho tiempo en la tierra. ¡Cuán difícil encontrarán
que sea arrancado de su estado natural aquel que lleva
muchos años arraigándose en el pecado! Al que había
estado poseído por el demonio desde su juventud, les
resultó más difícil que lo expulsaran (Mr. 9:21).

INFORMACIÓN 5: OBSERVA LA RAZÓN POR LA CUAL LAS


ORACIONES DE LOS HOMBRES NO SON ESCUCHADAS

Es porque siguen pecando. ¡El pecado corta las alas de la


oración para que no vuele al trono de la gracia! «Si
considero iniquidad en mi corazón, el Señor no me
escuchará» (Sal. 66:18). En el original es: «Si veo el pecado
{ ִ‫ »} י אָוֶן אִם־רָאִית‬para desearlo. Supongamos que un hombre
tiene un susurro tan dulce como nunca, pero no te
acercarías a él si tuviera la plaga. Un pecador puede darle a
Dios muchas expresiones dulces en oración, pero las llagas
de la plaga se presentan en su vida, es decir, sigue
pecando. Por lo tanto, Dios no se acercará para recibir una
petición de él. «Yo no tengo complacencia en vosotros, dice
Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré
ofrenda» (Mal. 1:10). [14] El pecado endurece el corazón y
ensordece el oído de Dios. Los hombres oran: «Señor, ten
misericordia de nosotros; Cristo, ten misericordia de
nosotros». Pero, aunque siguen orando, siguen pecando. Por
lo que Dios escucha sus pecados y no sus oraciones. El
Señor ama el llanto de Sus palomas, pero cuenta las
oraciones de los impíos no mejor que el alarido de un perro.
«Y no clamaron a mí con su corazón cuando gritaban sobre
sus camas» (Os. 7:14). La oración es un emplasto soberano
para un alma herida, pero el pecado quita el emplasto para
que no sane. Las oraciones de los impíos hacen que Dios
recuerde los pecados de ellos y lo hacen que sea más
rápido en Su proceso de justicia contra ellos. «Le escribí las
grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña. En
los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y
comieron; no los quiso Jehová; ahora se acordará de su
iniquidad, y castigará su pecado» (Os. 8:11-13). Su sacrificio
hizo que Dios recordara el pecados de ellos: «Ahora se
acordará de su iniquidad».

INFORMACIÓN 6: OBSERVA LA RAZÓN POR LA CUAL SEGUIMOS


SUFRIENDO

Es porque seguimos pecando. «Esperamos paz, y no hubo


bien» (Jer. 8:15). [Es como si hubiera dicho]: «Esperábamos
días dorados». Había esperanza de un espíritu de
moderación, pero aparecieron cometas ardientes, seguimos
pecando. Por lo tanto, la mano de Dios todavía está
extendida (Is. 9:12). ¡Oh, a qué altura se hierve la maldad!
Hay pecados en la nación que no se nombran. «En tu
inmundicia hay lujuria» (Ez. 24:13). Derramamos el aceite
del pecado, por lo que la ira de Dios sigue ardiendo. Hay
todavía temores sobre nosotros, todavía hay tuberculosis en
el cuerpo político, todavía nuevos dolores en las entrañas.
Quisque suos patimur manes [Cada cual sufre la muerte
según se merece]. [15] Mientras el efa de pecado se llene, la
copa de la ira se llenará. Mientras sigamos pecando,
seguiremos estando bajo la vara negra.

INFORMACIÓN 7: OBSERVEMOS NUESTRA INFELICIDAD EN UN


ESTADO DECAÍDO

Al estar caídos de Dios, no alejamos cada vez más de Él.


«Siguieron pecando». Cada pecado pone un paso más lejos
de Dios. «Se alejaron de mí» (Jer. 2:5). ¡Cuán lejos están de
Dios aquellos que han estado toda su vida errantes de Él!
«Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron
hablando mentira desde que nacieron» (Sal. 58:3). Seguir
pecando es despedirnos de Dios e ir con el hijo pródigo a
una provincia apartada (Lc. 15:13). Cuanto más se aleja un
hombre del sol, más se acerca a la oscuridad; cuanto más
se desvía el alma de Dios, más se acerca a la miseria. 

INFORMACIÓN 8: OBSERVEMOS CUÁN VANAS SON TODAS LAS


RESOLUCIONES PARA DEJAR EL PECADO Y CONVERTIRSE HASTA
QUE DIOS CAMBIE EL CORAZÓN

«Siguieron pecando». Muchos piensan consigo mismos:


«Bueno, ahora se convertirán en hombres nuevos y nunca
harán lo mismo que antes; ya no se emborracharán ni serán
inmundos». Desafortunadamente tienen viento y marea que
los llevan al infierno y, cuando una vez están pecando, no
saben dónde detenerse. «Siguieron pecando». A pesar de
que la mano aflictiva de Dios caiga sobre los hombres,
aunque su fuerza para pecar se disminuye, no su apetito.
Cuando envejecen, sus concupiscencias se vuelven jóvenes.
A menos que la estrella del día de la gracia surja en sus
corazones y altere su curso, nunca dejarán de pecar, hasta
que hayan pecado hasta la altura del diablo. Una pelota
rodando cuesta abajo rara vez se detiene en el medio.

INFORMACIÓN 9: OBSERVEMOS LA EXACTA TOMA DE NOTAS DE


DIOS DE LAS IMPUREZAS DE LOS HOMBRES
«Siguieron pecando». Dios observó y su pluma sigue
moviéndose todo el tiempo en el cielo. Las personas, a
través del ateísmo, piensan seguramente que el Señor no
ve sus pecados, ni los llamará a rendir cuentas: «Dice en su
corazón: Dios ha olvidado; ha encubierto su rostro; nunca lo
verá» (Sal. 10:11). Pero Dios realiza una inspección
completa de las acciones de los hombres. [16] «Mis ojos están
sobre todos sus caminos, los cuales no se me ocultaron, ni
su maldad se esconde de la presencia de mis ojos» (Jer.
16:17). Dios toma nota de los agravamientos del pecado:
cuando se peca contra el conocimiento, la misericordia y el
ejemplo. El mundo es para Dios corpus diaphanum [un
cuerpo claro y diáfano]. Ve la maldad tras la cortina. Él
contempla todas las maquinaciones de los corazones de los
hombres, así como a través del vidrio de la colmena
podemos ver a las abejas trabajando en sus panales: «Él ve
en lo secreto» (Mt. 6:4). [17] Dios observa cuánto tiempo una
persona persiste en la maldad: «Siguieron pecando». Así
como un comerciante mantiene su libro de cuentas y
escribe las deudas en su libro, así mismo Dios tiene Su
diario o libro de transacciones diarias y Él escribe cada
pecado en el libro. «El que formó el ojo, ¿no verá?» (Sal.
49:9). Las nubes no pueden ser una cubierta o la noche una
linterna sellada para obstaculizar Su vista. Creo que esto
debería ser un desistimiento o antídoto contra el pecado:
que el ojo de Dios nunca se aparta de nosotros. Él hace un
examen minucioso de nuestras acciones. Podemos engañar
a los hombres, pero no podemos engañar a nuestro juez:
«Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa
encubierta» (Ec. 12:14).
INFORMACIÓN 10: OBSERVEMOS LA DIFERENCIA ENTRE LOS
IMPÍOS Y LOS PIADOSOS

Nada puede hacer que un hombre impío deje de ser malo:


«Siguieron pecando». Y nada puede hacer que un hombre
piadoso deje de ser santo: «Sigue siendo piadoso». Aunque
puede haber momentos que tengan amenazas de muerte,
seguirán orando y amando a Dios. [18] Daniel invocó a su
Dios, aunque por lo que sabía, una oración podría costarle la
vida (Dn. 6:10). Que las aguas sean siempre saladas, el
pescado seguirá manteniendo su frescura. «Noé, varón
justo, era perfecto en sus generaciones» (Gn. 6:9). Cuando
toda la carne se había corrompido, Noé se aferró a un andar
de piedad. Un hombre piadoso seguirá siendo piadoso,
independientemente de lo que sufra: «Todo esto nos ha
venido, y no nos hemos olvidado de ti, y no hemos faltado a
tu pacto» (Sal. 44:17).
Iustum et tenacem propositi virum non civium ardor prava
iubentium, non vultus instantis tyranni mente quatit solida [Al
hombre justo y tenaz en su designio, ni el furor de los ciudadanos
que le piden que obre mal, ni el rostro del tirano amenazante, lo
mueven a abdicar de su entereza]. [19]

El oro, aunque arrojado al fuego, conserva su pureza. «Me


esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa
hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con
tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí
del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la
gracia de Dios» (Hch. 20:23). Aunque los arqueros disparen
al hombre piadoso, el arco de su fe permanece con
fortaleza. Sea lo que sea que pierda, él retiene la joya de
una buena conciencia. Él sabe que la corona de la religión
es la constancia. Y aunque la persecución trae la muerte por
un lado, la piedad trae la vida por el otro. Aunque la religión
puede tener espinas esparcidas en el camino, las espinas no
pueden ser tan punzantes como la corona es dulce. [20]
INFORMACIÓN 11: OBSERVEMOS CUÁN PROVOCADOR ES PARA
EL DIOS SANTO Y CELOSO PERSISTIR EN LA MALDAD

«Siguieron pecando». Dios habla como si estuviera muy


enojado. Pecar una vez puede ser por ignorancia, y cuando
un hombre llega a saberlo se arrepiente. O podría pecar por
pasión, y cuando la pasión termina, llora. Pero seguir
pecando iram Dei accersit [encoleriza a Dios grandemente]
y llama en voz alta a la venganza. «De mal en mal
procedieron […]. ¿No los he de castigar por estas cosas?»
(Jer. 9:3, 9). Todo pecado es crimen laesae maiestatis
[traición contra la corona] del cielo. Ahora bien, entre más
traiciones comete una persona, más enfurece a su príncipe.
Seguir pecando es desafiar la justicia de Dios; es ofenderlo
a la cara. ¡Y una afrenta hará que Dios saque Su espada!
¿No está esta mancha sobre nosotros? ¿No hay entre
nosotros quienes se habitúan al mal y persisten
rebeldemente en sus impiedades? «¿No castigaré esto? Dice
Jehová» (Jer. 5:29). Ciertamente el horno de Inglaterra se
está calentando, y podemos sospechar tristemente que Dios
tiene algunos otros juicios que traer a la retaguardia. ¡O
Dios hará que nos cansemos de nuestros pecados, o nos
cansemos de nuestras vidas!

INFORMACIÓN 12: OBSERVEMOS LA NATURALEZA DEL PECADO:


UN PECADO DA PASO A MÁS

«Siguieron pecando». Cuanto más pecaban, más se


adecuaban para pecar. Es una maldición por el pecado que
un acto prepare para más. «Y ahora pecan más y más» (Os.
13:2). En hebreo es: ‫[ יוֹסִפו ּל ַ ֲחטֹ א‬añadieron al pecado]. Cuando
Jeroboam dejó de sacrificar al Dios verdadero, no se detuvo
allí, sino que estableció becerros de oro en Dan y Betel para
que el pueblo los adorara (1 R. 12:29). Absalón, habiendo
prevaricado contra su padre y hecho de la religión una
excusa para su mentira, este pecado lo preparó para la
traición (2 S. 15:10). La negación de Pedro de Cristo fue
secundada con un juramento, y ese juramento respaldado
con una maldición: «Entonces él comenzó a maldecir» (Mt.
26:74). [21] Algunos piensan que maldijo a Cristo. Caín
primero envidió a su hermano, luego la envidia engendró
ira, y después la ira engendró asesinato. Un pecado recurre
a más. Si dejas salir un poco de agua de una tubería, dejas
paso a más. ¡Oh, qué peligroso es dar paso a un pecado!
Cuando un pecado conduce la vanguardia, tropas enteras lo
siguen. [22] «Siguieron pecando». Cuando los actos de
pecado se multiplican, los hombres van al infierno y nunca
se detienen.

INFORMACIÓN 13: OBSERVEMOS LA PACIENCIA DE DIOS PARA


CON LOS HOMBRES

«Siguieron pecando», pero Dios los soportó y, muchas


veces, aplazó el juicio. «Y apartó muchas veces su ira» (Sal.
78:38). [23] ¡Cuánto tiempo soportó Dios el mundo antiguo!
Él lucha con los hombres por Su Palabra y Espíritu. Se
acerca a ellos con un silbo apacible, queriéndolos ganar con
amor: «Esperará para tener piedad» (Is. 30:18). Dios no es
como un acreedor precipitado que requiere el pago de la
deuda y no dará tiempo para el pago. «Y le he dado tiempo
para que se arrepienta» (Ap. 2:21). El Señor toca la
trompeta mucho tiempo, dispara su bala de advertencia
antes de disparar su bala de muerte. Los impíos siguen
pecando y Dios sigue siendo paciente: «El Señor no retarda
su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que
es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (2 P.
3:9).  La justicia dice: «¡Córtalos!» La paciencia dice:
«¡Perdónalos un año más!» Cuando Dios va a herir, se
arrepiente y espera mucho tiempo hasta que se canse de
arrepentirse, como el profeta habla: «Tú me dejaste, dice
Jehová; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi
mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme» (Jer.
15:6). Nosotros de esta nación prolongamos nuestros
pecados y Dios sigue siendo paciente. Pero no siempre será
así. Si seguimos de manera impenitente, el período de
tiempo de la paciencia se acabará al final. Y entre más
tiempo Dios esté aguardando su golpe, más pesado será. [24]
La paciencia de Dios tiene límites establecidos. Hay un
momento en que Dios dirá: «No contenderá más mi
Espíritu» (Gn. 6:3). El ángel clamó: «Ha llegado la hora del
juicio de Dios» (Ez. 30:3). En hebreo: ‫[ עֵ ת גּוֹיִ ם‬Será el tiempo
de los gentiles]. [25] Sodoma fue la maravilla de la paciencia
de Dios, pero ahora se ha convertido en un monumento de
Su ira. [26] El Señor puede mantener apartado el golpe
durante mucho tiempo, pero si los hombres no son
reformados y persisten en pecar, háganles saber que la
venganza no está muerta, sino que está durmiendo.
Pecados contra la paciencia de Dios superan los pecados de
los ángeles caídos. Por lo tanto, el horno de fuego se
calentará siete veces más para los tales. [27]

INFORMACIÓN 14: OBSERVA LO QUE JUSTIFICARÁ A DIOS PARA


CONDENAR A LOS IMPÍOS

«Siguieron pecando» ¡Oh, cuán justo será Dios cuando


pronuncie la sentencia contra ellos! Cuando un ladrón sigue
robando (mejor dicho, después de haber sido indultado,
sigue robando), ¡cómo aplaudirán todos los jueces al
condenarlo! Los hombres impíos ahora se disponen a acusar
a Dios de parcialidad e injusticia: «Has dicho: “El camino del
Señor no es recto”» (Ez. 18:25). Piensan que es muy cruel
que mueran por comer la manzana del placer. Pero Dios
dirá: «¿Acaso no te prohibí ese fruto? Pero lo quisiste comer;
es más, seguiste comiéndolo: “Seguiste pecando”. ¿Qué
puedes declarar del por qué no deberías morir?» Los
pecadores se encontrarán sin palabras. «[Seas] tenido por
puro en tu juicio» (Sal. 51:4). El impío en el último día
eximirá a Dios de toda injusticia. Es una gran vindicación de
un juez cuando el prisionero en el tribunal exime a su juez
ante la faz del pueblo y reconoce que la sentencia de
muerte es justa. La conciencia de cada impío pondrá su
sello a la justicia del juicio de Dios.
INFORMACIÓN 15: OBSERVA QUÉ PODEROSA ES LA GRACIA
QUE FRENA LA CORRUPCIÓN Y HACE QUE EL CORAZÓN DEJE DE
AMAR EL PECADO

Aunque un alma llena de gracia tenga pecado en él, no se


puede decir correctamente que sigue pecando: «Todo aquel
que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar,
porque es nacido de Dios» (1 Jn. 3:9). Él no se permite a sí
mismo estar en pecado (Ro. 7:15). Mantiene un combate
contra él (Ga. 5:17). Aunque puede caer en pecado, no
permanece en él. Una oveja puede caer en el lodo, pero no
permanece allí. En este sentido se dice que un hijo de Dios
está muerto al pecado (Ro. 6:2). ¡Oh, cuán poderosa y
soberana es la gracia divina, que divorcia a una persona del
pecado! [28] Si consideras qué poder tiene el pecado en un
hombre, es un milagro que lo abandone. El pecado es el yo
del hombre, como un miembro del cuerpo del que no es
fácil deshacerse. El pecado está tejido e incorporado a la
naturaleza de un hombre. Es tan natural para él pecar como
para el fuego quemar. El pecado ha hechizado y robado el
corazón. Ahora bien, que el pecado que ha conseguido tal
poder sobre un hombre sea despojado de todos sus
fortalezas y castillos, ¡qué maravilla es esto! ¡Cómo sucede
esto sino por la gracia invencible! El Espíritu atrae
dulcemente, pero irresistiblemente; cautiva, pero vence. La
gracia se asienta en el alma de manera suprema. Es ese
aqua fortis [agua fuerte] que deshace la cadena de hierro
del pecado. La gracia repele y hace retroceder a la
corrupción. «¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh
Jordán, que te volviste atrás?» (Sal. 114:5). De la misma
manera, en un hombre que antes estaba bajo el mando de
la corrupción, al final el pecado huye y se vuelve atrás.
¿Qué es lo que hace que le suceda esto al hombre?
Contempla el poder de la gracia omnipotente que ha hecho
tal alteración repentina en él. Ha derrotado a las fuerzas del
pecado y ha provocado que este Jordán se vuelva atrás.

INFORMACIÓN 16: OBSERVA LA INGRATITUD DESPRECIABLE DE


LOS PECADORES 

«Siguieron pecando». A pesar del hecho de que tenían tales


favores eminentes y notables de Dios —el pilar de fuego
para guiarlos, la roca que fue abierta para darles agua—, la
misericordia no pudo con toda su oratoria prevalecer con
ellos para que dejaran sus iniquidades: «Siguieron
pecando». Un padre soborna a su hijo para que le obedezca
dándole dinero, pero este todavía continúa en cursos de
disolución. De la misma manera, Dios quiere apartar a los
hombres del pecado con Sus misericordias, pero ellos
satisfarán sus apetitos sensuales. ¡Oh, qué ingratitud! Es
una naturaleza enferma aquella que no se ganará con amor.
Las bestias son ganadas con amabilidad (Is. 1:3), pero los
pecadores no. Los impíos empeoran con las misericordias de
Dios. Ellos, como los buitres, extraen enfermedad de estos
perfumes. [29] Los impíos tratan con Dios como nosotros lo
hacemos con el río Támesis: el Támesis nos trae nuestras
riquezas (nuestro oro, sedas y especias) y arrojamos toda
nuestra suciedad al Támesis. Así también los impíos tratan
con Dios: Él les da todas Sus misericordias, y ellos cometen
sus pecados inmundos contra Él. «¡Siguieron pecando!»
Como dijo San Bernardo: Ingratitudo est hostis gratiae,
inimica salutis [La ingratitud es el enemigo de la gracia y de
la salvación]. [30] Si la misericordia no es un imán para
acercarnos a Dios, será una piedra de molino que nos
hundirá más profundamente en el infierno. Nada es más frío
que el plomo, pero nada es más ardiente cuando es
derretido. Nada es más dulce que la misericordia de Dios,
pero nada es más terrible cuando se abusa de ella. Los
pecadores nunca escapan cuando la misericordia levanta su
acusación.
INFORMACIÓN 17: OBSERVA LA LOCURA ATROZ DE LOS
PECADORES

«Siguieron pecando». Aunque habían sentido el golpe por el


pecado ― «se encendió el fuego contra Jacob y el furor
subió contra Israel» (Sal. 78:21)―, «a pesar de todo,
siguieron pecando». Esta víbora del pecado los había herido,
pero la abrazaron nuevamente en su seno. El pecado ha
hecho todo el daño que puede a los hombres: ha consumido
su salud, los ha llevado a la prisión y casi al infierno, pero
ellos siguen pecando. Mientras los osos lamen la miel
alrededor de la colmena, son picados por las abejas. De la
misma manera, por ese pequeño placer en el pecado, las
conciencias de los hombres son picadas y atormentadas,
pero siguen pecando. Se enojarían si otros los llamaran
necios, pero la Escritura lo hace: «Los necios se mofan del
pecado; mas entre los rectos hay buena voluntad» (Pr.
14:9). Es más, viene el tiempo cuando se llamarán a sí
mismos necios: «Y te lamentes al final, diciendo: “Cómo he
aborrecido la instrucción”» (Pr. 11:11-12). [Es como si
dijera]: «¿Qué, amé esas cadenas que me ataron? ¡Qué
necio fui! ¡Cómo odié la instrucción!»
INFORMACIÓN 18: OBSERVEMOS QUÉ VASTOS TESOROS DE IRA
AGUARDAN PARA LOS PECADORES

«¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia


y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no
arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira
y de la revelación del justo juicio de Dios» (Ro. 2:4-5).
«Siguieron pecando». A medida que aumenta la culpa,
también aumenta la ira. Cada pecado cometido es un fardo
de leña para calentar el infierno y hacerlo que arda más. Es
lamentable que los hombres vivan en el mundo solo para
aumentar sus tormentos en el infierno. Mientras cometen
nuevos pecados, se están cargando con más cargas, que
serán tan pesadas al final que no podrán soportarlas o
evitarlas. Montibus accumulant montes [Están apilando
montañas sobre la cimas de las montañas]. [31] «Siguieron
pecando». ¡Oh, pecador, ten en cuenta que por cada
mentira que digas o cada juramento que hagas solo
aumentarás tu tormento! Cada platillo que Satanás te sirva
[y lo comas] aumentará tu rendición de cuentas fatal. Cada
vez que defraudas a otros y haces que tus pesos sean más
livianos, haces que tu condena sea más pesada. [32] ¡Cada
pecado es una gota de aceite sobre la llama del infierno!
INFORMACIÓN 19: OBSERVEMOS POR QUÉ LOS CREYENTES
TIENEN QUE ADMIRAR LA ESTUPENDA BONDAD DE DIOS
¡Él ha producido un cambio en ellos y ha frenado toda su
carrera de pecado! «Sí, Padre, porque así te agradó» (Mt.
11:26). Cristianos, ustedes que son vasos de elección,
fueron por naturaleza tan infames como los demás, pero
Dios tuvo compasión de ustedes y los sacó como «un tizón
arrebatado del incendio» (Zc. 3:2). [33] Te detuvo en el curso
de tu pecado, tal vez por una flecha disparada desde un
púlpito, tal vez colocando un cerco espinoso de aflicción en
tu camino. Así como el ángel se interpuso en el camino para
detener a Balaam cuando cabalgaba (Nm. 22:31), así mismo
Dios se interpuso en tu camino y te detuvo cuando estabas
marchando hacia el infierno. Él te hizo que retrocedieras a Él
por el arrepentimiento. ¡Oh, en esto se encuentra el
estandarte del amor desplegado sobre ti! «Habiendo yo sido
antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a
misericordia» (1 Ti. 1:13). Ἠλεήθην [se me mostró
misericordia]. Cristianos, ¿por qué no están en el número de
aquellos que siguen pecando, quienes en sus muertes usan
esta letanía: «Satanás ayúdame, Dios condéname»? ¿Por
qué no son quebrantadores del día de reposo o
perseguidores? Es porque Dios ha obra un milagro en ti,
teniéndote misericordia. ¡Contempla la gracia distinguidora!
Hagan que sus corazones se derritan en amor por Dios.
Admiren Su generosidad real. Celebren el memorial de Su
bondad. ¡Pongan la corona de todas sus alabanzas sobre la
cabeza de la gracia gratuita! [34]

INFORMACIÓN 20: OBSERVEMOS A PARTIR DE ESTO CUÁN


ADECUADO ES RAZONAR QUE DIOS CONDENARA A LOS
HOMBRES ETERNAMENTE POR EL PECADO

«Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que


abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo
oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales
de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido
en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por
ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno» (Jud. 1:6-7).
Esto no solo porque el pecado es hecho contra la majestad
infinita, sino porque hay una eternidad de pecado en la
naturaleza de los hombres. «Siguieron pecando». Si los
hombres vivieran para siempre, pecarían para siempre.
Algunos piensan que es difícil que por los pecados
cometidos en unos pocos años, sufran un tormento eterno.
Pero en esto radica su justicia y equidad: porque los
pecadores tienen un principio eterno de pecado en ellos.
Sus existencias de corrupción nunca se quedan vacías.
Tienen un apetito inmortal por el pecado, que es castigado
justamente con un gusano que nunca muere.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 3:
Utilidad a modo de reprensión
Esto sirve para reprobar a aquellos que siguen pecando. El
que era inmundo, sigue siendo inmundo; el que era
borracho, sigue siendo borracho. [35] «No se volvieron a
Jehová su Dios» (Os. 7:10). «De mal en mal procedieron»
(Jer. 9:3). «Aún volvieron a pecar contra él» (Sal. 78:17).
Permítanme hablar no solo a los pecadores escandalosos
, que parecen tener «condenación» escrita en sus frentes,
sino también a los pecadores ocultos : «Maldito el hombre
que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a
Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto»
(Dt. 27:15). Algunos de los judíos no serían vistos
inclinándose abiertamente ante un ídolo, sino que lo
colocarían en su habitación u algún lugar privado y allí lo
adorarían. Hay muchos de la misma manera que no pecarán
en el balcón, o como Absalón a la vista de todo Israel:
«Entonces pusieron para Absalón una tienda sobre el
terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su padre,
ante los ojos de todo Israel» (2 S. 16:22). Los tales llaman al
diablo padre en voz alta. Más bien, ellos celare vitium
[encubren el vicio] cerrando las ventanas de sus tiendas y
siguiendo sus comercios a puertas cerradas. Cometen sus
pecados astutamente, teniendo una puerta trasera al
infierno que nadie conoce. Tal vez viven en adulterio,
envidia y malicia secretos, o negligencia secreta del deber.
Dios y las conciencias de los hombres saben si son
culpables de vivir en pecados secretos. Pero los tales que
siguen pecando, ya sea más abierta o secretamente,
consideren qué agravación del pecado es esto. Los
centinelas han sido enviados para advertir a los hombres de
sus malos caminos. Les han dicho cuán condenable es
persistir en el pecado. Los juicios de Dios, como flechas, han
sido disparados contra ellos por el pecado. Sin embargo, a
pesar de todo esto, siguen pecar. Esto es ser peor que
Balaam el Hechicero, porque cuando vio al ángel delante de
él con una espada desfundada, no se atrevió seguir
cabalgando. Pero estos pecadores sin esperanza del cielo y
descarados, aunque ven la espada llameante de la justicia
de Dios ante ellos, se aventuran resueltamente en el
pecado.
Este pecado es voluntario. Se dice que los desobedientes
voluntariosos reprochan al Señor: «Mas la persona que
hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero,
ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de
su pueblo» (Nm. 15:30). Desafiar la autoridad de un príncipe
es reprocharle. La voluntariedad en el pecado equivale a
una presunción: «Preserva a tu siervo de los pecados
presuntuosos» (Sal. 19:13). Bajo la ley, había sacrificios por
los pecados de ignorancia, pero no había sacrificios por los
pecados de presunción (Nm. 11:30). Pecar deliberadamente
acentúa y realza el pecado. Voluntas est regula et mensura
actionis [Una acción puede medirse y juzgarse por la
voluntad implicada]. Es como tinte en la lana, o como un
peso puesto en la báscula que lo hace pesar más pesado.
Esto deja a los hombres sin excusa: «Si yo no hubiera
venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero
ahora no tienen excusa por su pecado» (Jn. 15:22). Si se
establece una boya en el mar para dar aviso de que hay
arrecifes o rocas, el marinero no caerá allí. Si el marinero
llevara su navío allí, nadie se compadecerá de él debido a
que se le había dado una advertencia. Pilato pecó
desesperadamente. Sabía que los judíos habían entregado a
Cristo por envidia (Mt. 27:18). Confesó que no encontró
ningún delito en Él (Lc. 23:14). Y Dios mismo se dedicó a
detenerlo en su pecado: lo amonestó mediante su esposa,
cuando le dijo que no tuviera nada que ver con ese hombre
justo (Mt. 27:19). Sin embargo, a pesar de todo esto,
continuó y pronunció sentencia contra Cristo. Si bien Pilato
condenó a Cristo, él mismo fue condenado por su propia
conciencia.
Agregue solo un grado de pecado más a la presunción ―
despreciar al Espíritu— y se convierte en el pecado
imperdonable. [36] Cuando los hombres pecan y persisten en
el pecado, es justo para con Dios endurecerlos y dejarlos a
sí mismos. [37] Considerando que serán inmundos, «sea
inmundo todavía» (Ap. 22:11). Oseas 8:11 es un texto que
entristece el corazón: «Multiplicó Efraín altares para pecar,
tuvo altares para pecar». [38] Es terrible que un hombre sea
dejado a sí mismo, como un barco sin timón o piloto llevado
por los vientos y arrojado sobre las rocas. «Por lo cual
también Dios los entregó a la inmundicia» (Ro. 1:24). ¡En
qué condición se encuentra ese paciente cuando su médico
se da por vencido y lo deja a su propio gusto enfermizo! El
médico dice: «La medicina no le hará ningún bien, que
coma lo que le plazca, porque morirá».
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 4:
Utilidad a modo de exhortación
Que esto exhorte a todos a tener cuidado de la enfermedad
de Israel, de «seguir pecando». «No peques más, para que
no te venga alguna cosa peor» (Jn. 5:14). ¡Oh, pecadores, si
Cristo, la gloria o la salvación son de algún valor para
ustedes, escuchen este encanto sagrado del evangelio y
sean convencidos a poner fin a sus iniquidades por la
justicia (Dn. 4:27)! No es arbitrario, sino que recae sobre
ustedes en virtud de una orden solemne: «Alejarás la
maldad de tu tienda» (Job 22:23). La palabra hebrea ‫ר ָ ַח ק‬
significa quitar el pecado con indignación , como Pablo se
sacudió la víbora. O debes poner tu pecado lejos, o Dios te
pondrá lejos de Él. Es triste que un hombre esté tan
encantado con el cabello de mujer que no tema a los
dientes de leones (Ap. 9:8). ¡Oh, ponle fin al curso de
impiedad!

EXHORTACIÓN 1: SUS CORAZONES SEAN LIMPIADOS DEL AMOR


AL PECADO

La gracia comienza en el corazón: «Lava tu corazón de


maldad, oh Jerusalén» (Jer. 4:14). ¡Lávate en lágrimas
santas! ¡El agua salada de las lágrimas mata al gusano de la
conciencia! [39] Ir a limpiar la vida antes de que el corazón
sea limpiado, es como si se lavara el canal cuando la fuente
está contaminada.
EXHORTACIÓN 2: ENTRA EN UN NUEVO CURSO DE VIDA

«Enmienda tus caminos y tus obras» (Jer. 7:3). En hebreo es


« ‫{ ּ הֵיטִיבו‬haz buenos} tus caminos».
a. Sobre la cuestión de que en nuestras fuerzas no
podemos detener el pecado
OBJECIÓN: «Pero no tenemos poder para detener el pecado.
No podemos convertirnos a nosotros mismos».
 
RESPUESTA: Haz lo que puedas. Los hombres no son trunci et
stipites [simples troncos]; pueden hacer más de lo que
hacen. Pueden evitar las ocasiones de pecado. Pueden
ponerse sobre el uso de los medios. Pueden acostarse en el
estanque de una ordenanza y esperar a que los ángeles
agiten el agua. Esos pies que los llevarán a una taberna o
juego, pueden llevarlos a un sermón. Pueden implorar a
Dios en oración para que puedan poner fin al pecado. Dios,
que a veces se encuentra con los que huyen de Él, no
despreciará a los que corran hacia Él. Hay una promesa
registrada: «Me buscaréis y me hallaréis, porque me
buscaréis de todo vuestro corazón» (Jer. 29:13). Ve a Dios
entonces y Él te dará gracia. Dios apenas habla, Él crea.
Verbum Dei est creativum [La palabra de Dios crea]. Cuando
Dios habla, el corazón se abre a Él como la flor se abre con
el sol.
Pobres pecadores, si se ven perdidos y buscan a Cristo,
mientras lo buscan a Él, Él los busca a ustedes: «Porque el
Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido» (Lc. 19:10). Y para alentarlos en sus trayectorias
sinceras a Dios, recuerden que Dios ha hecho una promesa
no solo a aquellos que tienen gracia, sino a aquellos que
carecen de ella: «Volveos a mi reprensión; he aquí yo
derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis
palabras» (Pr. 1:23). [40] Oren por esta promesa y, a su
debido tiempo, Dios infundirá Su Espíritu que obrará en
ustedes lo que Él requiere de ustedes. [41]

b. Algunos motivos para divorciarse del pecado


Habiendo respondido a este objeción, permítanme usar
algunos motivos prevalentes para persuadir a los hombres
para que pongan carta de divorcio en la mano de sus
pecados:
1) Considera que, mientras los hombres continúan en
pecado, Dios es su enemigo declarado. Él levantará todos
los ejércitos y milicias del cielo contra ellos: «Ciertamente
Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda
del que camina en sus pecados» (Sal. 68:21). Una herida
que toca el cerebro es mortal. Todas las flechas puntiagudas
de Dios vuelan entre los impíos. ¡Es peligroso pararse en el
lugar donde vuelan las flechas de Dios! Quizás algunos
puedan pensar que la ira de Dios no es tan terrible, que el
león no es tan feroz como el que está pintado. Consulta este
texto Deuteronomio 32:41: «Si afilare mi reluciente espada,
y echare mano del juicio, yo tomaré venganza de mis
enemigos, haré que mis flechas se embriaguen de sangre».
¡Oh, pecador! Tú que aún te revuelcas en tu inmundicia
sucia, ¿sabes qué enemigo tienes en el campo? ¡Es Él quien
extiende los cielos y pone los cimientos de la tierra! (Is.
51:13). ¡Él es quien reprende al viento y pone límites al
mar! ¡Es Él quien puede mirarte dentro de tu tumba y quien
puede atarte con cadenas entre los demonios! ¿Y
continuarás provocándolo? ¿Será que te pueda ir bien para
con Dios? «¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más
fuertes que él?» (1 Co. 10:22). «¿Tienes tú un brazo como el
de Dios?» (Job 40:9). ¿Podrá un niño lidiar con un gigante o
un arcángel? «¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus
manos en los días en que yo proceda contra ti?» (Ez. 22:14).
Pecador, ya has hecho lo suficiente para condenar tu alma,
y Dios tiene sobre ti cada hora ventaja, pero todavía hay
una bandera blanca de misericordia. Aún puedes hacer las
paces con Dios. Y no hay forma de apaciguar a Dios, sino
por la muerte de tus pecados. ¡Oh, entonces, date prisa!
¡Lleva a Dios la cabeza de tu amado pecado en una
bandeja! No hay pacificación, sino por la mortificación. [42]
2) ¿Qué hay en el pecado para que alguien pueda
persistir en él? Es el espíritu de la malignidad; es la
violación de la ley real: «Todo aquel que comete pecado,
infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la
ley» (1 Jn. 3:4). [43] Desfigura la imagen de Dios en el alma;
es como una mancha para la belleza; es la cosa por la cual
se engendra el gusano de la conciencia; es propiamente el
trabajo del diablo: «El que practica el pecado es del diablo;
porque el diablo peca desde el principio» (1 Jn. 3:8). ¿Y no
hay otro empleo en el que un hombre pueda ocuparse, sino
en el trabajo del diablo? El pecado da lugar a la muerte (Ro.
6:22). No digas que es dulce. ¡Qué hombre sabio bebería
veneno porque es dulce! ¡Quién desearía un placer que lo
mata!
3) El gran beneficio que resulta a una persona al poner
fin al pecado. Pecador, el día que dejes tus pecados y
emprendas un curso de santidad [sucederá lo siguiente]:
a) Dios perdonará todos tus pecados pasados. [44] Será
como si nunca lo hubieras ofendido. Dios dictará un acto de
olvido: «No me acordaré más de sus pecados» (Jer. 31:34).
El Señor nunca suele reprender a un penitente con las
antiguas actitudes desagradables.
 
OBJECIÓN: Pero el pecador puede decir: «Estoy tan
cargado de culpa que temo que no hay esperanza
de misericordia para mí».
RESPUESTA: Aunque eres culpable, y la conciencia,
como el abogado de Dios, te acusa de crímenes
sucios de pecados particulares, si estás
verdaderamente humillado y angustiado a la vista
de Dios, debes saber que tu caso tiene esperanza:
«Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo el justo» (1 Jn. 2:1). Es
más, Cristo no es solo un Abogado, sino un Fiador:
«Jesús es hecho fiador de un mejor pacto» (He.
7:22). Y aunque te hayas ahogado en deuda, Cristo
ha satisfecho la justicia y te ha traído justicia
eterna por Su mérito (Dn. 9:24). Espera un
momento y Él a su debido tiempo le dará a tu
conciencia una descarga completa sellada con el
testimonio de Su propio Espíritu.
 
b) Todos los vientos de la providencia te llevarán al cielo:
« Πάντα συνεργε ῖ [Todas las cosas obran] para bien» (Ro.
8:28). Serás un ganador por tus pérdidas. Tus cruces se
convertirán en bendiciones. La pobreza matará de hambre a
tus concupiscencias. La enfermedad refinará tu gracia. La
persecución te acercará a Dios. Todas las piedras que los
judíos arrojaron a Esteban, solo lo llevaron más rápido a
Cristo, la Piedra Angular (Is. 28:16). Cada corte de los
diamantes espirituales de Dios los hace brillar más. Las
aflicciones no son tanto para herir a los piadosos como para
advertirles. ¡Las aflicciones no son los golpes de un
enemigo, sino las muestras [de amor] de un Padre! Dios
azucarará cada aflicción con Su amor. El pueblo de Dios
recoge uvas de los espinos . Es una gran controversia entre
los especialistas en química y los galenistas sobre si el oro
puede hacerse líquido y beberse como un cordial. [45] Estoy
seguro de que las aflicciones se convierten en oro para el
pueblo de Dios, de modo que al consumirlos han sido
cordiales y han animado sus corazones: «De la manera que
abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda
también por el mismo Cristo nuestra consolación» (2 Co.
1:5).
c) Dios desplegará la bandera de la gracia gratuita sobre
ti. Él te sonreirá, te abrazará en los brazos de Su
misericordia y te besará con los besos de Sus labios. [46] Él te
llevará a la casa del banquete y te banqueteará con esas
exquisiteces reales y viandas raras con las que los ángeles
se deleitan. Él te dará el maná escondido y el vino del
paraíso. Él te pondrá vestiduras de gala y pondrá la mitra
limpia de gloria en tu cabeza (Zc. 3:4-5). En resumen, Dios
te dirá, como Faraón le dijo a José: «La riqueza de la tierra
[es] vuestra» (Gn. 45:20). Entonces, todo el reino está
delante de ti; el bien de esa tierra celestial es tuyo; y, como
dijo el padre del prodigo arrepentido dijo: «Hijo, todas mis
cosas son tuyas» (Lc. 15:21). Mi poder es tuyo para
ayudarte, mi Espíritu es tuyo para consolarte, mi
misericordia es tuya para salvarte. «Todo lo que tengo es
tuyo». Te entrego no solo mis joyas , sino a mí mismo . ¡Qué
más puedo darte! ¡Oh, por lo tanto, todos ustedes,
pecadores, sean persuadidos para poner fin a sus pecados!
Hazlo sinceramente: «Se volverán a mí de todo su corazón» 
(Jer. 24:7). Se condenará la hipocresía en la religión, así
como la profanidad. Hazlo rápido: «Conviértase ahora cada
uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras»
(Jer. 18:11). [47] La muerte puede estar a unos pocos días de
su llegada. Solo sepárate de tus concupiscencias, y este
mismo día la salvación llegará a tu casa. [48]

c. Sobre la cuestión de que la ira todavía llegará a


una nación mientras las demás personas sigan
pecando
OBJECIÓN: Pero supongamos que algunos de nosotros
ponen fin al curso de pecado. ¿Para qué somos mejorados si
la mayor parte de la gente todavía continuará pecando? ¡Es
probable que la ira aún llegue a la tierra!
RESPUESTA 1: Sin embargo, si no pueden salvar el reino,
aún pueden salvar sus propias almas. ¡Y un alma salvada es
más que un mundo ganado!
RESPUESTA 2: Quizás la reforma de unos pocos pueda
ayudar a evitar la ira de la nación: «Recorred las calles de
Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas
a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que
busque verdad; y yo la perdonaré» (Jer. 5:1). Dios habría
perdonado a Sodoma por diez hombres justos , pero en este
pasaje va una cantidad menor: si hubiera solo un hombre
justo, Él perdonaría. El pueblo de Jerusalén era
generalmente tan corrupto que uno podría haber subido y
bajado por las calles y difícilmente haber encontrado un
hombre que fuera sinceramente justo. Pero si con esta
palabra «hombre» entendemos «pocos», eso nos muestra
que a veces el arrepentimiento de unos pocos puede ayudar
a salvar a una nación. Unas pocas eras de buen trigo
pueden salvar un campo entero de cizaña de ser arrancado.
RESPUESTA 3: Aunque los juicios desoladores llegaran a
otros, Dios podría perdonarte: «Buscad a Jehová todos los
humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio;
buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis
guardados en el día del enojo de Jehová» (Sof. 2:3). El Señor
sabe cómo proteger Sus joyas en la tormenta. Dios protegió
a Jeremías del cautiverio. Protegió a cien profetas en una
cueva (1 R. 18:13). Protegió a varios bajo Sus alas en la
persecución de la [reina] María. El Señor le ordenó a Su
ángel que sellara a Sus siervos en la frente (una marca de
seguridad) antes de exponer Su copa y derramar Sus
maldiciones sobre la tierra (Ap. 9:4). Puede que estarás
protegido, es más, ciertamente estarás protegido si
desechas tus pecados. Estarás protegido sobre el suelo o
bajo tierra (Job 14:13). Estarás protegido en vulneribus
Christi [las heridas de Cristo], y entonces estarás a salvo.
Aunque no puedas escapar del golpe de la muerte, sí podrás
escapar de su aguijón. Si tu vida no es perdonada, tu
pecado será perdonado. Estarás protegido dentro del velo.
¡Dios pondrá todas Sus joyas elegidas en el gabinete del
cielo!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 5:
Utilidad a modo de consolación
Aquí hay un pilar de apoyo para cada alma que se ha
separado del pecado y se ha casado con la santidad. Esta es
una evidencia indudable de que eres un verdadero hijo de
Dios. La carne y sangre no podían alcanzar esto, solo la
gracia omnipotente podía conquistar tus corrupciones.
«Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado»
(1 Jn. 3:9). Él no peca ex consilio [deliberadamente]. No
peca plena voluntate [con deleite]. En su corazón aborrece
el pecado; en su vida lo abandona. Aquí hay uno que es
nacido de Dios. Y que esto consuele al verdadero penitente.
Aunque no puede deshacerse del cuerpo de pecado, sino
que tendrá sus fallas haga lo que pueda, estas fallas no se
le imputarán, sino a su Fiador. Dios será propicio a través de
Cristo; tomará nota de la sinceridad y pasará por alto la
debilidad.
 
 
FINIS
 
 
 
 
 
 
 
 
EXPOSICIÓN 2:
Una señal de advertencia a
los pecadores
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN
Esperaré hasta que llegue mi cambio.
Job 14:14
 
Si todo lo que se ha dicho hasta el momento no detendrá a
los hombres de sus pecados, agregaré un poco más. Solo
permítanme hacer esta proposición para ellos: que
recuerden su MORTALIDAD y piensen seriamente cuán pronto
puede llegar el cambio y cuán terrible será morir en sus
pecados (Jn. 8:21). [49] Para este propósito, escuchen esta
GUARDIA
[50]
en el texto: «Esperaré hasta que llegue mi
cambio».
Este libro de Job trata gran parte sobre la mortalidad. Job
se consideraba un hombre que no deseaba este mundo: «El
sepulcro está preparado para mí» (Job 17:1 LBLA). Y le
encantaba caminar a menudo entre las tumbas , y así
familiarizarse con la muerte: «Esperaré hasta que llegue mi
cambio».
«Hasta que llegue mi cambio», es decir, hasta que llegue
la muerte. Así lo interpretan Aben Ezra, Drusius y nuestros
comentaristas.
En el texto hay:
 
1. La resolución de Job: « ‫[ אֲי ַ ֵח ל‬Esperaré]». [51]
2. El quamdiu [tiempo] que esperará será: ‫ עַ ד־בּוֹא ֲחל ִיפָתִֽי‬//
Quoadusque venerit inmmutatio mei // Hasta que llegue mi
cambio . [52] De las cuales surgen tres proposiciones:
 
a. La muerte es un cambio.
b. Este cambio vendrá.
c. Es una gran parte de la prudencia cristiana esperar
hasta que llegue este cambio.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 1:
La muerte es un cambio
 
Doctrina 1: La muerte es un cambio.
 
Hay un cambio triple:
 
1. Un cambio antes de la muerte.
2. Un cambio al momento de la muerte.
3. Un cambio después de la muerte.
1. HAY UN CAMBIO ANTES DE LA MUERTE

La muerte está preparada para acercarse; esta cambia la


opinión del hombre. Cuando una persona llega a morir,
tiene otra opinión sobre las cosas, que la que tenía antes.
¡Ahora ve con otros ojos!
a. Ahora tiene otra opinión del mundo que la que tenía.
Él ve lo vano que es. Anteriormente no podía ver su
futilidad, el diablo había lanzado una niebla ante sus ojos.
Una vez mostró un amor excesivo por el mundo. Ahora,
todas sus joyas son quitadas, y lo ve con su vestido de
noche. Él ve cómo se cae la pintura del mundo, y cuán
incapaz es para dar una gota de verdadero consuelo a la
hora de la muerte.
b. La muerte que se acerca cambia la opinión de un
hombre sobre el pecado . Antes consideraba el pecado
como una mera cuestión de diversión. Pensó que hacer un
juramento, beber en exceso y perder su precioso tiempo en
vanidad, no era más que una cosa ligera. Él dijo del pecado
como Lot dijo de Zoar: «¿No es ella pequeña?» (Gn. 19:20).
Pero cuando ve aparecer la sombría cara de la muerte,
ahora tiene otras aprensiones de pecado que las que tenía
antes. El vino que mostró su color en el vaso y le sonrió,
ahora muerde como serpiente (Pr. 23:31-32). Esos pecados
que antes se consideraban ligeros como plumas, ahora son
como talentos de plomo listos para hundirlo. El rey Belsasar
estaba emborrachándose con vino con las copas tomadas
del Templo, pero cuando aparecieron «dedos de una mano
de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo
encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano
que escribía. Entonces el rey palideció, y sus pensamientos
lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban
la una contra la otra» (Dn. 5:5-6). De la misma manera,
después de disfrutar el placer pecaminoso, cuando la
muerte comienza a manifestarse y extender sus dedos, y un
hombre ve una terrible escritura en su conciencia, ¡oh,
cómo cambia su opinión sobre el pecado! ¡Cómo le turban
sus pensamientos! ¡Ahora qué daría para que sus pecados
fueran perdonados! ¡Nunca había visto el rostro del pecado
tan espantoso como en el espejo de la muerte!
c. Cuando la muerte se acerca a un hombre, cambia su
opinión sobre la santidad . Una vez pensó que era
vergonzoso ser visto con una Biblia en la mano. La santidad
antes era el objeto de su desprecio y odio. Llamó a las
conversaciones piadosas, palabrería ; al arrepentimiento,
lloriqueo ; a la oración por el Espíritu, balbuceo . Bautizó el
verdadero celo con el nombre de locura. Pero cuando la
muerte comienza a acercarse, cambia su juicio. Ahora ve lo
equivocado que estaba, y que sin santidad nunca podrá ver
a Dios (He. 12:14). Ahora sus ojos comienzan a abrirse y
acepta esa máxima de Job 28:28: «El temor del Señor es la
sabiduría». Ahora ve que la mejor manera de estar a salvo
es ser santo. ¡Oh, ahora qué daría por un grano de esa
santidad, que antes despreciaba! ¡Qué contento estaría de
«morir la muerte de los justos» (Nm. 23:10), aunque odiaba
vivir su vida! Por lo tanto, hay un cambio realizado no
mucho antes de la muerte. El pecador ahora se ve a sí
mismo en una trampa y un laberinto. Ahora el ministro debe
ser mandado a traer con prisa, aunque a menudo llega
demasiado tarde.

2. HAY UN CAMBIO AL MOMENTO DE LA MUERTE

Este es un cambio en el cuerpo: «Demudarás su rostro, y le


despedirás» (Job 14:20). La complexión más rubicunda es
metamorfoseada de manera extraña cuando una vez el
caballo amarillo de la muerte cabalga sobre ella. Acuius fit
nasus, oculi cavi, tempora collapsa [Los ojos se hunden, las
mejillas palidecen, las mandíbulas se caen]. Ese bello rostro
que una vez atraía, ahora asusta: «Haces que su belleza se
consuma como polilla» (Sal. 39:11). La muerte es una polilla
que consume una belleza de la más fina hilatura. De ahí que
el cuerpo al perder tanto su color y al pasar a tener un mal
olor por la muerte, los patriarcas deseaban que sus muertos
fueran sepultados fuera de su vista (Gn. 23:4). ¡La muerte
cambia tanto el cuerpo y lo pone en un vestido tan
espantoso que nadie se enamora de él sino los gusanos!

3. HAY UN CAMBIO DESPUÉS DE LA MUERTE

Este cambio es principalmente en relación con el alma. Para


los santos, es un cambio bendito. Para los impíos, es un
cambio maldito.
a. Los piadosos tienen un bendito cambio después de la
muerte. [53] Tienen una absolución total de sus pecados y
son puestos en posesión real de su herencia. La fe les da
una propiedad en la gloria, y la muerte les da una posesión.
[54]
¡Oh, bendito cambio, de un desierto a un paraíso; de una
casa de luto a una casa de banquetes; de una batalla
sangrienta a una corona victoriosa! Los creyentes
glorificados cambiarán su lugar, pero no su compañía. [55]
Tendrán vistas transformadoras de Dios: «Cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es» (1 Jn. 3:2). Y así como las almas de los piadosos
tendrán un cambio bendito después de la muerte, así
también lo harán sus cuerpos en la resurrección: «Y esta es
la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve
al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en
el día postrero» (Jn. 6:40). «El Señor mismo con voz de
mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero» (1 Ts. 4:16). Aunque la tumba sea su prolongado
hogar, no es su último hogar. ¡La madre tierra tendrá
dolores de parto y dará a luz los cuerpos de los santos, y
brillarán como el sol en su esplendor meridiano!
«Transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que
sea semejante al cuerpo de la gloria suya» (Fil. 3:21).
b. La muerte hará un cambio maldito para los impíos.
Deberán salir de la cama del placer y dejar toda su juerga y
música. «Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de
trompeteros no se oirá más en ti» (Ap. 18:21). Los impíos
deberán cambiar de gozo a miseria, de un paraíso temporal
a una prisión eterna! «¡Estoy atormentado en esta llama!»
(Lc. 16:24).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 2:
Este cambio de la muerte vendrá
 
Doctrina 2: La segunda proposición es la siguiente:
«¡Este cambio vendrá!»
 
La muerte no puede detenerse más en su carrera que lo que
puede el sol. [56] La guadaña de la muerte rompe el cetro
real. El mensajero de la muerte de Dios descubre a cada
hombre. «No hay evasión para tal guerra» (Ec. 8:8). Entre
los hombres, si uno es convocado a la guerra, puede
encontrar alguna excusa. Puede alegar falta de aptitud o
puede sustituir a otro en su lugar. Pero en esta guerra con la
muerte, la leva [57] es muy estricta, de modo que no hay
forma de escaparse. «No hay evasión para tal guerra». Así
como la muerte envía su desafío a todos, así mismo es
seguro que conquistará. Cuando la muerte, como el
sargento de armas de Dios, arresta a los hombres, no se le
puede sobornar ni poner resistencia a este sargento.
La muerte no será sobornada. Beauford, un obispo impío
de la época del rey Enrique VI, una vez dijo: «¿Por qué
debería morir, siendo tan rico? ¿No se contratará la muerte?
¿El dinero no hará nada?». [58] «Ni su plata ni su oro podrá
librarlos en el día del furor de Jehová» (Ez. 7:19).
La muerte no puede ser resistida. Toma a un hombre en
su mejor estado ―que fuese dignificado de honor como
Salomón, que estuviese armado con fuerza como Sansón,
que su carne fuese tan firme como la del Leviatán― y, sin
embargo, la bala de la muerte lo atravesaría. ¡Cuán
fácilmente puede Dios mirarnos dentro de nuestra tumba!
«Mira a todo soberbio, y humíllalo, y quebranta a los impíos
en su sitio» (Job 40:12). Los hombres pueden levantar sus
estandartes, pero Dios siempre levanta los trofeos.
Es evidente que debe haber un cambio. El cuerpo no es
más que un tabernáculo terrenal (2 P. 1:14), y sus cuerdas
pronto se soltarán. Además, hay un decreto de muerte que
se transmite a todas las personas: «Está establecido para
los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el
juicio» (He. 9:27). [59] Y cuán pronto llegará este cambio, no
lo sabemos. La muerte puede estar a unos pocos días de
marcha de nosotros, y cuando llega con su Carta de
Convocatoria, debemos entregarnos.
 

1. UTILIDAD A MODO DE EXHORTACIÓN

Exhortación 1: Habituémonos con los pensamientos


de este gran cambio
Vive memor lethi [Vive siempre consciente de la muerte]. [60]
No seamos de la mente de Otón el Emperador, que
consideró como pusilanimidad pensar en la muerte. «A la
corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi
madre y mi hermana» (Job 17:14). Job, al meditar a menudo
sobre la muerte, estaba tan familiarizado con ella como lo
estaba con su padre y su madre. [61] Al tratar a menudo con
esta serpiente, será menos aterradora. La seria
contemplación de este gran cambio, produciría estos cuatro
excelentes efectos:
a) Nos humillaría. [62] ¿Por qué deberíamos elevar
banderas y estandartes de orgullo cuando no somos más
que polvo y podredumbre? Los pensamientos de la tumba
enterrarían nuestro orgullo. «No saben, no entienden, andan
en tinieblas; tiemblan todos los cimientos de la tierra. Yo
dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo;
pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los
príncipes caeréis» (Sal. 82:6).
b) Los pensamientos de un cambio repentino sería un
antídoto contra el pecado. [63] Continuaremos en pecado,
cuando Dios pueda decir esta noche: «¡Da cuenta de tu
mayordomía!» (Lc. 16:2) La manera de darle al pecado una
herida de muerte es tener una cabeza [que piense en] la
muerte . En particular, los pensamientos de nuestro cambio
nos evitarían el cumplimiento pecaminoso. Algunos
latitudinarios [64] pueden adecuar su religión de acuerdo con
la moda de los tiempos. Pueden ser protestantes o papistas.
Pueden navegar con cualquier viento que sopla a su favor.
Pero, a pesar de que ese hombre tenga muchos cambios, no
es aquel que piensa seriamente en su último cambio.
c) Los pensamientos de este cambio curarían nuestro
amor desordenado por el mundo. [65] Pronto llegará un
cambio, y entonces ¿qué será este mundo para nosotros?
«Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada
podremos sacar» (1 Ti. 6:7). ¡Todo nuestro dinero servirá
solo para comprarnos un sudario! Saladino, el Emperador
turco, acostado en el punto de la muerte, ordenó que se
llevara una sábana blanca delante de él a la tumba con la
punta de una lanza, con esta proclamación: «Estos son los
ricos botines que Saladino el Emperador se lleva con él, de
todos sus triunfos y victorias obtenidos, de todos sus reinos
poseídos, no le queda más que esta sábana». Después de
un gran banquete, viene el encargado de limpiar la mesa.
En breve, la muerte como el encargado de limpiar la mesa,
nos quitará todas nuestras comodidades terrenales.
d) Los pensamientos serios de nuestro último y gran
cambio nos harían dedicar mejor nuestro tiempo. ¡Cuán
diligentes seríamos en la lectura [de las Escrituras], cuán
fervientes en la oración, cuán vigilantes de nuestros
corazones, cuán útiles en nuestras relaciones! Deberíamos
vivir cada día como si fuera el día de nuestra muerte. Aquel
que sabe cuán corto es su tiempo en su granja, lo
aprovechará al máximo. Aquel que recuerda la brevedad de
su tiempo aquí [en la tierra] y cuán pronto puede llegar el
cambio, aprovechará todos los tiempos de gracia para su
alma para que pueda dar una buena cuenta de su
mayordomía. Entre más cerca las cosas estén en el centro,
más rápido es su movimiento.

Exhortación 2: Preparémonos para este cambio


Paratum te inveniat [mors], cum venerit [La muerte te
encuentre preparado cuando venga]. [66] Todos los cambios
con los que nos encontramos en el mundo no son más que
para prepararnos para nuestro último cambio. Los hombres
no preparados, al ser convocados por el Rey de los terrores
ante el tribunal de Dios, van como prisioneros al estrado
para recibir su fatal condenación. [67] Me parece que los
pensamientos sobre esto debería ser suficiente para
ponerlos en un frenesí o desesperación. ¿No sería triste para
un hombre tener su casa bajo fuego y que el fuego sea tan
feroz que no tiene tiempo para sacar sus bienes? Tal es el
caso de muchos en la muerte. ¡La fiebre ha prendido fuego
a su casa de barro, y se les arrebata tan repentinamente
que no tienen tiempo para hacer provisión para sus almas!
 

2. ACCIONES QUE DEBEMOS TOMAR PARA PREPARARNOS PARA


LA MUERTE

PREGUNTA: ¿Qué debemos hacer para estar preparados para


nuestro último cambio?
 
RESPUESTA 1: Esforcémonos para estar en Cristo. Es terrible
cuando la muerte encuentra a alguien fuera de Cristo. [68] Es
como si el vengador de la sangre hubiera alcanzado al
asesino antes de haber llegado a la ciudad de refugio. Tú
que estás en Cristo, eres como la paloma en la roca.
«Ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús» (Ro. 8:1). Cristo ha hecho satisfacción
completamente por los creyentes. ¡La sangre de Cristo
convierte un lecho de muerte en un lecho de rosas! La
mejor manera de estar preparado para la muerte es estar
casado con Cristo. No importa si la muerte desata el lazo
entre el cuerpo y el alma, siempre y cuando la fe haya unido
el lazo entre Cristo y el alma. El Príncipe de la Paz asegura
contra el Rey de los Terrores.
 
RESPUESTA 2: Si queremos estar preparados para nuestro
último cambio, esforcémonos por un cambio espiritual.
Antes de que nuestros cuerpos sean cambiados,
esforcémonos para que nuestros corazones sean
cambiados. ¡Oh, consigamos la «santa unción» (1 Jn. 2:27)!
La gracia es tan necesaria para el alma, como el aceite para
la lámpara, y como el aliento para el cuerpo. «Os es
necesario nacer de nuevo» (Jn. 3:7). [69] Aquel que nace solo
una vez, morirá dos veces. La gracia hace un cambio
admirable. Ser cambiado del pecado a la santidad es como
si el hierro se convirtiera en oro o el polvo en perlas. Ahora
bien, el alma es todo gloriosa por dentro. ¡Oh, esforcémonos
por este cambio lleno de gracia! Al momento de la muerte
un buen semblante puede cambiar para peor, pero un buen
corazón cambia para mejor.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 3:
Esperar el cambio de la muerte es
parte de la prudencia cristiana
 
Doctrina 3: Es un punto culminante de la
prudencia cristiana esperar hasta que llegue
nuestro cambio. «Esperaré».
 
1. IMPLICACIONES DE LA ESPERA

Esperar implica dos cosas:


 
a. Implica expectativa. «Esperaré mi cambio», es decir, lo
aguardaré. [70] Un alma llena de gracia siempre espera
escuchar noticias de ir a su casa. La muerte no llega a un
hijo de Dios sin estar al tanto, sino que llega como lo hizo la
saeta de Jonathan a David, quien entró en el campo y
esperaba dónde se dispararía la flecha (1 S. 20:36, 39). Así
mismo el hombre piadoso aguarda cada hora para que la
saeta de la muerte le sea disparada.
 
b. Implica diligencia. «Esperaré hasta que llegue mi
cambio», es decir, prepararé mi alma para la muerte. No
debemos esperar y quedarnos quietos, sino esperar y
trabajar. Así como el que espera la llegada de su señor
tendrá cuidado de que todo esté en buen decoro.
«Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor
venga, le halle haciendo as» (Mt. 24:46). Constantemente
estén llamándose a cuentas; cada noche revisa lo que has
estado haciendo todo el día. Esta es la forma correcta de
esperar nuestro cambio: cuando ponemos nuestras almas
en una postura preparada para la muerte y el juicio.
2. UTILIDAD A MODO DE REPRENSIÓN

Reprensión 1: Esto reprende a los que están tan lejos


de esperar su cambio
Ellos no pueden soportar pensar en su cambio. No están
dispuestos a pensar en la muerte más que lo que un
hombre ahogado en deudas está para pensar en ir a prisión.
«Oh vosotros que dilatáis el día malo» (Am. 6:3). Los
hombres generalmente se abalanzan al placer, y si van al
infierno, irían allí alegremente. ¿Quién casi piensa en su
cambio? Espera una larga vida. El brote de la juventud
espera llegar a la flor de la madurez, y la madurez espera
llegar a renovar su fuerza como el águila. [71] «Su íntimo
pensamiento es que sus casas serán eternas» (Sal. 49:11).
Prefieren estar adornando sus escudos en lugar de
proporcionar para su lápida. Al joven vigoroso y lujurioso no
le gusta el ruido de la campana que anuncia la muerte, y el
cabello empolvado olvida su polvo. [72]

Reprensión 2: Reprueba a los que esperan en el


sentido equivocado
Esperan para cumplir sus deseos carnales. «El ojo del
adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá
nadie» (Job 24:15). El hombre injusto espera una
oportunidad para defraudar. ¿Es esto esperar como Job
esperó? ¿Dónde esperan los hombres su cambio? ¿En la
taberna, en el teatro o en el prostíbulo? ¡Ay, su cambio llega
antes de que se den cuenta! Las tumbas están preparadas
para ellos, pero ellos no están preparados para sus tumbas.
3. UTILIDAD A MODO DE EXHORTACIÓN

Esto exhorta a los cristianos a esperar su cambio. Así como


el labrador espera hasta que brote su semilla sembrada y
así como el mercader espera el regreso de su barco, así
mismo debemos esperar hasta que llegue la muerte para
enviarnos al mundo eterno.
Esperemos con vigilancia. «Mirad, velad y orad» (Mr.
13:33). Vigilemos nuestros corazones para que no nos
engañen para hacernos pecar ni nos induzcan a dormir en la
seguridad [carnal]. Esperemos con paciencia. «Esperaré
hasta que llegue mi cambio». La Septuaginta lo traduce
como: Ὑπομεν ῶ [Seré paciente].
Los sufrimientos que los piadosos sufren en esta vida, y
las alegrías que tendrán después de la muerte, pueden
provocarles el deseo de este cambio. Pero, aunque deberían
anhelar la muerte, deben contentarse con vivir. Espera con
paciencia hasta que llegue el tiempo establecido . El Padre
sabe cuándo es el mejor tiempo para mandar a buscar a Sus
hijos. Cristiano, no desees estar en el cielo antes de tu
tiempo. [73] Espera un poco y obtendrás lo que has orado y
clamado. Es solo un poco de tiempo, y Dios te quitará la
cruz de tus hombros y te pondrá una corona sobre la
cabeza.
 
 
FINIS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EXPOSICIÓN 3:
El horno calentado más
caliente
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN
Estos recibirán mayor condenación.
Marcos 12:40
 
Había pensado en detener mi pluma aquí, pero suponiendo
que los discursos más grandes de esta naturaleza sean lo
suficientemente pequeños como para desviar a las personas
viles de sus excesos, tengo una pocas palabras más que
agregar: que, si los pecadores no han perdido su razón, se
convencerían para reflexionar un poco y considerar
seriamente la condenación de su estado después de esta
vida e interiorizar este texto que sale de los propios labios
de nuestro Salvador: «Estos recibirán mayor condenación».
No tengo la intención de inmiscuirse en el contexto, sino
que tomaré las palabras como están enteramente en sí
mismas. En el texto hay tres partes:
 
1. Un horno de fuego: «Condenación».
2. El horno calentado más caliente: Περισσότερον κρίμ α
[Mayor condenación].
3. Las personas para quienes este horno se calienta
doblemente. «Estos recibirán».
 
Doctrina: La proposición que pretendo es
esta: hay algunos tipos de pecadores que
serán atormentados más severamente en el
infierno que otros. «Estos recibirán mayor
condenación».
 
 
CAPÍTULO 1:
La duración y el grado de los
tormentos del infierno
Con respecto a la duración del tormento, todos serán
castigados por igual. ¡Todo el regimiento negro de
reprobados yacerá en el infierno para siempre! Pero con
respecto al grado de tormento, no todos serán castigados
por igual. Algunos tendrán una indignación más ardiente
que otros. «¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el
que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la
sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta
al Espíritu de gracia?» (He. 10:29). [74] Los que tienen el
menor castigo en el infierno tendrán suficiente. La parte
más fría del infierno es lo suficientemente caliente, pero hay
algunos que tendrán un lugar más caliente en el infierno
que otros. Todos irán a esa prisión ardiente, pero a algunos
pecadores Dios los echará a la mazmorra. Aquellos cuyas
impiedades están más terriblemente acentuadas y que han
pecado a una proporción más alta que otros, [75] Dios les
dará Su golpe total en el infierno y los despedazará en Su
ira: «Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No
sea que os despedace, y no haya quien os libre» (Sal.
50:22). Para los tales Él calentará el horno infernal siete
veces más caliente.
 
CAPÍTULO 2:
Lista de pecadores que tendrán un
mayor tormento en el infierno
Les daré brevemente una lista y un catálogo de tales
pecadores que mueren en impenitencia y que recibirán una
mayor condenación.

1. LOS QUE SON DELIBERADAMENTE IGNORANTES

Una cosa es nescire [no saber] y otra nolle scire [no estar
dispuesto a saber]. [76] Pueden tener la noción del Dios
verdadero, pero no lo quieren tener. Pisotean esta perla del
conocimiento divino. ¡No solo descuidan el conocimiento,
sino que lo rechazan! «Porque has rechazado el
conocimiento» (Os. 4:6). O, como significa la palabra
hebrea: ‫[ ָמ ַא ס‬lo has odiado]. Los etíopes maldicen al sol, de
la misma manera estos maldicen la luz del conocimiento
salvífico. Estos despreciadores del conocimiento tendrán
una mayor parte en los tormentos del infierno: «No es
pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá
de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó»
(Is. 27:11). Y que Dios no muestre ninguna compasión es
tomar la extremidad de la Ley sobre ellos.
2. LOS QUE NO SIGUEN EL BIEN NI SE LO PERMITEN A LOS
DEMÁS

Los que no seguirán lo que es bueno, y ni siquiera se lo


permitirán a otros. «¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley!
porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros
mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo
impedisteis» (Lc. 11:52). Los que no leerán la Biblia ni
permitirán que sus hijos la lean. Los que tampoco
escucharán un buen sermón ni permitirán que sus vecinos
lo hagan. Los que detendrán los conductos que transportan
el agua de la vida y que eclipsarán las lámparas del
santuario, estos recibirán una mayor condenación.
«Impidiéndonos hablar a los gentiles para que estos se
salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados,
pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo» (1 Ts. 2:16). [77]

3. LOS QUE PECAN CONTRA LAS ILUMINACIONES Y


CONVICCIONES CLARAS

De esto el apóstol habla en Santiago 4:17: «Al que sabe


hacer lo bueno, y no lo hace». Estos no ignoran que las
cosas que hacen son pecado. La conciencia, como los
querubines, se alza con una espada llameante para
disuadirlos, pero comerán la manzana del placer, aunque
mueran. Los pecados de estos hombres tienen acentuación .
[78]
Pecan con un testigo. Esto hizo que el pecado de los
ángeles caídos fuera tan grande, por lo cual yacen
encadenados. No eran ignorantes ni tienen pasión que los
suscitara ni tenían tentación, pero pecaron voluntariamente
y por pura elección. Pecar contra la conciencia, está
acompañado:
a. Con orgullo . [79] Los pecadores conocen la mente de
Dios, pero actúan en contra de ella. Ponen su voluntad por
encima de la voluntad de Dios. Dicen en su corazón como
Faraón: «¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz?»
(Ex. 5:2).
b. Con insolencia .  [Dicen:] «¡Vayamos [al pecado], que
Dios se lo tome bien o mal, que los hombres persigan sus
pecados!» Acá se aparta el velo de la modestia . [80] Si Dios
ha sido tan terrible contra los pecados de debilidad y
pasión, como vemos en Moisés y Uza, ¡oh, cuán feroz será
Su ira contra los ofensores pertinaces! Los pecados contra
la iluminación y la convicción provocan heridas profundas
en el alma. Otros pecados [solo] hacen derramar sangre,
pero estos son una puñalada en el corazón. Cada pequeño
agujero en el techo deja entrar la lluvia, pero una grieta en
los cimientos hace peligrar de que la casa se caiga. Todo
pecado de debilidad es perjudicial, pero los pecados contra
la iluminación agrietan la conciencia y amenazan con la
ruina del alma. Pecar de esta manera elevada hace que el
pecado sea más pesado y el infierno más caliente.
Considera esto: todos los que se rebelan contra la luz o son
rebelles lucis [rebeldes a la luz] del evangelio (Job 24:13), si
no se arrepienten, serán más calcinados en el infierno:
«Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se
preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos
azotes» (Lc. 12:47).

4. LOS QUE SON CONSPIRADORES Y TRAMADORES DE PECADO

«Medita maldad sobre su cama» (Sal. 36:4). Muchos


hombres tienen dolores de cabeza hasta que descubren
alguna nueva maldad. Tales fueron aquellos gobernadores
que tramaron un decreto contra Daniel y lograron que el rey
lo firmara (Dn. 6:9). Estos inventores de males (Ro. 1:30),
estarán más plagados en el infierno que otros. El que
primero trama una traición es considerado el delincuente
capital y tiene las peores torturas. «¡Ay de los que planean
la iniquidad!» (Mi. 2:1 LBLA). [81] Este «ay» es como un
talento de plomo para hundirlos más profundamente en la
condenación.

5. LOS QUE ODIAN LA SANTIDAD

El diamante de la gracia es odiado por su esplendor


brillante. [82] Si los hombres odian a los santos por su gracia,
¡cómo odiarían a Cristo si Él estuviera ahora sobre la tierra!
¿Pondrá Dios a aquellos en Su seno que lo odian? ¡No! Ellos
tendrán un lugar más profundo en el infierno que otros. «Da
el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no
se demora con el que le odia, en persona le dará el pago»
(Dt. 7:10). La repetición muestra tanto la veracidad como la
severidad de su castigo.

6. LOS QUE AMAN EL PECADO

Jerónimo dijo que es peor amar el pecado que cometerlo. El


que ama el pecado, su corazón está en el pecado. «Del
pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan su
alma» (Os. 4.8). Lo sigue con deleite, como el hombre que
se deleita en su juego: «¿Qué derecho tiene mi amada en mi
casa cuando ha hecho tantas vilezas? ¿Puede la carne
consagrada quitar de ti tu calamidad para que puedas
regocijarte?» (Jer. 11:15 LBLA). Los pecadores dicen que
odian al diablo, pero aman lo que los llevará al diablo. Los
que aman el pecado tendrán más tormento infernal. El
fuego les hará olvidar el placer. «Mas los perros estarán
fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los
idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira» (Ap.
22:15). Ya es bastante malo decir una mentira, pero el que
ama la mentira yacerá más profundo en el infierno.

7. LOS QUE PERSIGUEN A LOS SANTOS

Los que persiguen a los santos del Altísimo, tendrán un


mayor grado de tormento. «¿A cuál de los profetas no
persiguieron vuestros padres?» (Hch. 7:52). Los piadosos
son llamados ovejas, y los impíos espinos (Mi. 7:4). [83] Estos
espinos rasgan no solo la lana, sino también la carne de las
ovejas. Estos serán castigados de manera más terrible. El
infierno podrá atestiguar lo que deberán soportar después y
lo que muchos de ellos experimentarán en su conciencia o
puede ser por los juicios de Dios sobre ellos en esta vida.
Carlos IX de Francia, quien derramó mucha sangre
protestante en la masacre de París de tal manera que tiñó
los ríos de un color carmesí, fue golpeado por Dios con un
sangrado excesivo en varias partes de su cuerpo, para
asombro de los espectadores. Si Dios en esta vida ordena
Sus flechas contra los perseguidores (Sal. 7:13), entonces
no hay duda de que los hará Su blanco permanente en el
infierno, a los que disparará por toda la eternidad.

8. LOS QUE PARECEN SER BUENOS, PERO QUE PUEDEN SER


REALMENTE MALOS

Aquellos que hacen de la profesión una pretensión


engañosa para su maldad con el fin de que bajo esta
máscara puedan mentir y engañar. [84] Ellos hacen la obra
del diablo con la librea de Cristo. «Hoy he pagado mis votos
[…]. Ven, embriaguémonos de amores» (Pr. 7:14, 18).
¿Quién habría sospechado de esta ramera, habiendo estado
en la iglesia? Ella hizo su devoción, un prefacio al adulterio.
«Devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen
largas oraciones; estos recibirán mayor condenación» (Lc.
20:47). Hacer largas oraciones por este fin, para que
pudieran hacer acciones injustas, era una hipocresía
condenable. [85] Aquellos que hacen de la religión un
instrumento político para continuar en sus pecados sin más
complicaciones, estos se encontrarán en el lugar más
caliente del infierno.

9. LOS QUE NO HACEN OBRAS DE MISERICORDIA

Son semejantes al grosero Nabal: «¿He de tomar yo ahora


mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis
esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?»
(1 S. 25:11). Sus corazones están endurecidos contra los
pobres de Cristo. Su dinero no puede ser llamado quicksilver
, [86] no proviene de ellos de manera rápida. Estos tendrán
una mayor porción en los tormentos del infierno. «Juicio sin
misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia»
(Stg. 2:13). [87] Tendrá tormento y nada más que tormento.
Una persona también puede ser cruel tanto al no ayudar al
pobre como al hacerle daño. Y el tal tendrá juicio sin
misericordia.
10. LOS QUE MUEREN BAJO LA INCREDULIDAD FINAL

Muchos piensan que nadie debe ser considerado como


infiel, sino los turcos y paganos. Sí, hay muchos cristianos
infieles, no creen en la veracidad y santidad de Dios. No
tienen tanta fe como los demonios (Stg. 2:19). La infidelidad
está vinculada con la impenitencia: «Algunos se
endurecieron y no creyeron» (Hch. 19:9). La incredulidad
hace a Dios mentiroso: «El que no cree a Dios, le ha hecho
mentiroso» (1 Jn. 5:10). [88] Por lo tanto, tales personas son
puestas a la vanguardia de los que van al infierno: «Los
incrédulos […] tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre» (Ap. 21:8).

11. LOS QUE TIENEN MUCHOS AÑOS BAJO EL EVANGELIO, PERO


NUNCA SON MEJORES

Muchos [de ellos] han disfrutado las oraciones, las lágrimas


y los estudios de los ministros más selectos de Dios. [89] Han
sido puestos en los mejores pastizales de las ordenanzas,
pero pueden decir con el profeta: «Mi flaqueza, mi flaqueza»
(Is. 24:16 RVA). Han tenido una predicación cálida, pero
ellos permanecen fríos ante el sol. Pueden escuchar a los
ministros predicar la doctrina más sorprendente y verlos
arrojar destellos del fuego infernal sobre la congregación,
pero sus conciencias no están más conmovidas que los
pilares de la iglesia. Eran orgullosos y siguen siendo
orgullosos; eran profanos y siguen siéndolo. Todos los
sermones que han escuchado son como las lluvias que caen
sobre una roca, que nunca se hace más suave o más
fructífera. «Se quemó el fuelle, por el fuego se ha
consumido el plomo» (Jer. 6:29). Los pulmones de los
ministros se desgastan, pero ninguna obra de gracia
refinadora ha obrado en ellos. Estos ciertamente tendrán
mayores grados de tormento. Si los paganos que nunca
oyeron de Cristo son condenados, estos serán doblemente
condenados: «Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el
cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se
hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti,
habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo
que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la
tierra de Sodoma, que para ti» (Mt. 11:23-24). [90] En
Capernaum estaban los oráculos de Dios, allí Jesucristo
predicó, allí hizo milagros. Por lo tanto, al no arrepentirse y
creer, estaba en una condición peor que Sodoma, y sería
castigada más severamente. Ustedes que han tenido el
candelabro dorado de Dios entre ustedes y no son más
santos, habría sido mejor que hubieran vivido en América
donde nunca se había predicado a Cristo, que en Europa o
que en Londres. Sería mejor que tales cristianos no
reformados vivieran con los indios que en el seno de la
iglesia.

12. LOS APÓSTATAS

Los que mueren de epilepsia ( lit. enfermedad de la caída),


es decir, los que apostatan y se alejan de la verdad. Hay
algunos en esta época que no solo han perdido su rigor
religioso anterior, sino que también las hojas mismas de su
profesión se han desprendido. [91] Así como su pecado es
más odioso debido a que su apostasía trae un escándalo
sobre los caminos de Dios, así mismo su castigo será
proporcional. Estos renegados serán colgados con cadenas
en el infierno: «Si retrocediere» (He. 10:38). O como es en el
griego ( ὑποστείλητα ι ): «Si este renunciara como un soldado
de su estandarte». ¿Qué sigue? «No agradará a mi alma».
Es una meiosis . [92] Es como si Dios dijera: «Ejecutaré la
ferocidad de mi ira sobre él. Beberá los restos de la copa de
la ira, y esa copa nunca se apartará de él».
13. LOS QUE SE BURLAN DE LA RELIGIÓN

Los que tienen el espíritu de Ismael, que se burlan de la


religión. [93] El apóstol lo ha predicho como un pecado de los
últimos tiempos: «En los postreros días vendrán burladores»
(2 P. 3:3). Esto es terrible: cuando los hombres han llegado a
una impiedad tan alta como, con Luciano, para burlarse del
andar santo. La lengua de los burladores es el arma del
diablo con la que dispara sus balas contra la religión. Hay
algunos que, aunque no son piadosos en sí mismos, tienen
una estima venerable de aquellos que son piadosos.
Herodes reverenciaba a Juan el Bautista. Pero el diablo ha
tomado gran posesión de aquellos que reprochan a otros
por aquello en lo que se asemejan a Dios. «Cuídate de este
pecado ―dijo Latimer― porque nunca conocí sino un
burlador que se arrepintió». Los burladores son ateos en su
mayor parte. Cuando los hombres han reprimido su
conciencia y han perdido todo principio de franqueza y
modestia, entonces caen en la burla. Estos tendrán mayor
condenación: «Ahora, pues, no os burléis, para que no se
aprieten más vuestras ataduras» (Is. 28:22). Estarás atado
en cadenas de oscuridad, y estas cadenas se apretarán
más.
14. LOS QUE HAN PERVERTIDO A OTROS CON SUS ESCRITOS
CORRUPTOS

Han sacado libros llenos de errores, y otros han absorbido el


veneno de esos libros, y han sido condenados. Algunos han
publicado para el mundo [diciendo] que la virtud moral no
difiere de la gracia y, por lo tanto, ha provocado que las
personas descansen en su moralidad y que nunca aspiren al
Nuevo Nacimiento. Lamentablemente un hombre puede
mantener una decorum [decencia] civil y haber algún
pecado que reina en su corazón. El fariseo podía decir: «No
soy adúltero» (Lc. 18:11), pero no podía decir: «No soy
orgulloso». El civismo puede frenar , pero no puede cambiar
. Los socinianos [94] han sacado muchos errores condenables
en la imprenta contra la deidad de Cristo. Estos beberán
más profundo la copa de la ira. «De manera que cualquiera
que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños,
y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en
el reino de los cielos (es decir, “nunca irá allí”)» (Mt. 5:19).
Si los quebrantadores de la ley de Dios son castigados siete
veces, entonces aquellos que enseñan a los hombres a
quebrantarla serán castigados setenta y siete veces. «El
falso profeta fue apresado (el que por sus errores había
engañado al mundo) y fue lanzado vivos dentro de un lago
de fuego que arde con azufre» (Ap. 19:20). [95]

15. LOS OBSTINADOS EN EL PLACER

Los que hacen de sus cuerpos (que deberían ser templos del
Espíritu Santo) vasos de impureza. [96] Aquellos que arden en
concupiscencia, algún día (sin arrepentimiento) arderán en
llamas más calientes que otros. «Sabe el Señor librar de
tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser
castigados en el día del juicio» (2 P. 2:9). ¡Oh, quién bebería
un mar de ira por una copa de placer!

16. LOS QUE ENVÍAN A OTROS HOMBRES AL INFIERNO CON SU


MAL EJEMPLO

El amo borracho ha hecho que su siervo se vaya


tambaleando al infierno con su ejemplo. [97] El padre que
jura le ha enseñado a su hijo a jurar y lo ha condenado con
su ejemplo. ¿No sería algo lamentable si el niño contrajera
la plaga de su padre y muriera? ¿Y acaso no es tan
frecuente, en un sentido espiritual, que el padre envenene e
infecte a su hijo con su ejemplo maldito? No hay duda de
que tales monstruos en la maldad tendrán una mayor
porción en los tormentos del infierno. No solo serán
condenados por sus propios pecados, sino también por los
pecados de los otros hombres. [98] Esta fue la razón por la
cual el rico deseaba que alguien pudiera ir a predicarle a
sus hermanos para que no fueran al infierno: porque le
había dado a sus hermanos un mal ejemplo, y consideró que
si eran sentenciados al infierno sus tormentos aumentarían
y sería castigado tanto por los pecados de ellos como por
los suyos (Lc. 16:28).
 
 
CAPÍTULO 3:
Utilidad a modo de exhortación
EXHORTACIÓN 1: CUIDÉMONOS DE ESTAR EN LA LISTA NEGRA
ANTES MENCIONADA

Así como debemos cuidarnos de vivir en cualquier pecado


(porque el menor pecado vivido y no arrepentido nos llevará
al infierno), así mismo particularmente cuidémonos estar en
la lista negra de estos pecadores que he mencionado. Y esto
debido a que estos moribundos en la impenitencia final
serán castigados más severamente. Una piedra de molino
de ira mayor caerá sobre su cabeza. Si una chispa o dos de
la ira de Dios es tan grave, ¡qué será cuando Él despierte
toda Su ira!  (Sal. 78:38).

EXHORTACIÓN 2: ESFORCÉMONOS POR RECURRIR A CRISTO


POR LA FE

Hagamos que Él se interponga entre nosotros y el fuego de


la indignación de Dios. «Ninguna condenación hay para los
que están en Cristo Jesús» (Ro. 8:1). Dios el Padre no los
condenará debido a que está satisfecho con el precio que ha
sido pagado por ellos. No exigirá la deuda dos veces, tanto
del Fiador como del Deudor . Y Jesucristo no los condenará
debido a que los creyentes son Su esposa, y Cristo no
condenará a Su propia esposa. Por lo tanto, si queremos
estar a salvo, entremos en Cristo, y al estar en esta Ciudad
de Refugio , no nos tocará la justicia de Dios, que es ese
vengador de la sangre. Después de ser vestidos con la
justicia de nuestro Señor, el fuego del infierno nunca puede
chamuscar esta vestidura. «Jesús, quien nos libra de la ira
venidera» (1 Ts. 1:10).
 
 
FINIS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EXPOSICIÓN 4:
La excelencia substancial de
las cosas espirituales
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN
Para hacer que los que me aman hereden la substancia .
Proverbios 8:21
 
Los proverbios de Salomón brillan como tantas estrellas en
su órbita. Son como luces para guiarnos y como perlas para
adornarnos. Son de inspiración divina y pueden llamarse
apotegmas sagrados o más bien oráculos. Entre otros
dichos dorados de este libro, este no es el menor: «Para
hacer que los que me aman hereden la substancia»
Al principio del capítulo: «¿No clama la sabiduría…?» (Pr.
8:1). Por sabiduría , entiendo a Jesucristo, quien es llamado
«la sabiduría de su Padre» (1 Co. 1:24), y así lo expone
Junius. [99] Por una figura que los retóricos llaman
prosopopeya , Cristo es representado aquí en la persona de
una mujer que clama a sus hijos. «¿No clama la sabiduría?
Ella está en la cima de los lugares altos; clama a las
puertas, a ustedes, oh hombres, llamo, y mi voz es para los
hijos de los hombres». ¿Y de qué habla la sabiduría divina a
sus hijos? No de cosas viles o fantasías, sino de «cosas
excelentes» (Pr. 8:6). En la Septuaginta es: «Cosas
importantes» { σεμν ὰ }, las que tienen peso y valor. En el
hebreo: «Cosas principescas» { ‫} נְג ִידִי ם‬, adecuadas para
que las oiga un príncipe, y las hable Dios.
¿Qué son estas cosas principescas? El versículo 13 dice:
«El temor de Jehová es aborrecer el mal». Una de las
lecciones más principescas que podemos aprender es el
temor de Dios. Este es la cima de la sabiduría [100] y el
espíritu de la religión. Este temor de Dios es aborrecer el
mal . Es un hombre temeroso de Dios aquel que elige el
sufrimiento antes que el pecado. En el texto hay un
estímulo a la religión, extraído del beneficio incomparable
de este. «Para hacer que los que me aman hereden la
substancia». [Es como si dijera]: «Los que me aman no
serán perdedores por mí; no “heredarán el viento” (Pr.
11:29), sino que heredarán la substancia». Las musas, como
fingen los poetas, eran hijas de Júpiter, pero no tenían
pretendientes porque carecían de porción. Pero he aquí una
porción para los que aman a Dios: «Les haré heredar la
substancia». La palabra hebrea para substancia significa
«aquello que es» { ‫} ׁ יֵש‬, [es decir], aquello que tiene una
consistencia firme y sólida. Los italianos lo traducen: «Para
hacer que los que me aman hereden el verdadero ser ».

1. EL SIGNIFICADO DE LA SUBSTANCIA

PREGUNTA: ¿Qué se entiende aquí por substancia?


RESPUESTA: Esto tiene una triple interpretación:
 
a. Por substancia podemos entenderlo como a Cristo , a
este sentido se inclina Gregorio de Nisa. Jesucristo es la
substancia más real; es el nombre por el que se le llama:
«Yo soy» { ἐγὼ εἰμ ί } (Jn. 8:58). Por eso se le compara con
cosas substanciales: la perla de gran precio, el pan de vida.
Él necesariamente debe ser la substancia, que da el ser y la
substancia para todo. [101]
b. Por substancia se entiende la gracia del Espíritu que,
en la Escritura, es denominada substancia: «Guarda la sana
sabiduría» (Pr. 3:21). En hebreo es «guarda la substancia» {
‫ תּוּשִׁי ָ ּ ה‬, lat. essentiam}. De ahí que la gracia sea llamada
«oro refinado», las «verdaderas riquezas» { ἀληθινὸ ν } y la
«unción santa» (Ap. 3:18; Lc. 16:11; 1 Jn. 2:27). Esa
necesariamente debe ser la substancia que participa de la
«plenitud de Dios» (Ef. 3:19). [102]
c. Por substancia se entiende la salvación ,
expresamente llamada substancia: «Tenéis en cielo una
“substancia” { ὕπαρξι ς } mejor y duradera» (He. 10:34).
2. LAS PARTES DEL TEXTO
Las palabras así expuestas se dividen en dos partes
generales:
 
a. La cualificación de las personas: «Los que me aman».
b. La especificación del privilegio: «Les haré heredar la
substancia».

a. La cualificación de las personas: «Los que me


aman»
En hebreo es ‫ ; אֹ ֲהבַ י‬y en latín es mei amantes . Donde se
observa lo siguiente:
 
1) El afecto: «Aman».
2) El objeto: « Me aman», es decir, a Cristo. Pero de
manera que incluye a toda la Trinidad.
1) EL AFECTO: «AMAN»
El amor es el rey de los afectos. [103] El amor es a la religión
lo que el alma es al cuerpo, o lo que el sol es al mundo, que
anima las cosas con sus rayos vivificantes. El amor suaviza
y perfuma los deberes santos. El amor es lo que más agrada
al Señor; por eso le hizo a Pedro aquella pregunta: «¿Me
amas?» (Jn. 21:16-17).
2) EL OBJETO DEL AMOR: «CRISTO»
Jesucristo es infinitamente delicioso. [104] Él es la maravilla
del cielo: «El Deseado de todas las naciones» (Hag. 2:7).
Cristo es todo belleza: «Blanco y rubio» (Cnt. 5:10). Él es
todo dulzura: «La rosa de Sarón» (Cnt. 2:1). Si los hombres
conocieran a Cristo, sería imposible evitar que lo amaran.

b. La especificación de los privilegios: «Para hacer


que hereden la substancia»
[La substancia]: «Aquello que es», [es decir], que tiene un
valor real e intrínseco.
 
Doctrina: Dios hace que los que le aman y le sirven,
hereden la substancia.
 
El Señor no desanima a Su pueblo con palabras, ni los
alimenta con aire, sino que le da la substancia. Los corona
con la gracia y la salvación que, en la frase del apóstol, es
«gloria y excelencia» (2 P. 1:3). Esta es la substancia; tiene
una existencia sólida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 1:
Razones por las cuales la gracia es
llamada substancia
 
PREGUNTA: ¿Por qué es la gracia llamada substancia?

1. POR SU PRECIOSIDAD

RESPUESTA 1: Por su preciosidad . La substancia es un tesoro


formado por cosas preciosas. «Hallaremos toda substancia
preciosa» (Pr. 1:13). La substancia de un hombre está en su
tierra, su dinero y sus joyas. Así la gracia es substancia por
su excelencia preciosa. Es llamada un rico conocimiento (1
Co. 1:5) y fe preciosa (2 P. 1:1). Nos da la unión con Cristo y
así mismo una coparticipación con Él en todas Sus riquezas
inescrutables (Ef. 3:8). Si cada flor fuera un rubí, cada arena
un diamante, cada vela una estrella, no podrían ser
nombrados en el mismo día con la gracia.
2. POR SU IDONEIDAD

RESPUESTA 2: La gracia es substancia por su idoneidad ,


porque solo ella puede llenar el alma. El alma es la parte
más noble del hombre; la gloria de la creación, una flor de la
eternidad. [105] Se requirió la sabiduría de Dios para hacerla y
la sangre de Dios para redimirla. El alma es la parte más
substancial; es el hombre del hombre . El alma de Platón es
Platón . Solo la gracia puede llenar el alma nacida del cielo.
Las cosas de un extracto terrenal no pueden alcanzar la
parte espiritual. El alma puede estar hambrienta en una
mesa llena y ser un mendigo en una mina de oro. Tal es
propiamente la substancia que es derramada en el alma. El
conocimiento llena la cabeza, pero la santidad llena el
corazón. Esto debe ser considerado como la substancia que
el alma bebe.

3. POR SU CARÁCTER NECESARIO

RESPUESTA 3 : La gracia es substancia por su carácter


necesario . Es una substancia que el hombre necesita tanto
que no puede prescindir de ella. [106] Un hombre puede ser
feliz si le faltase salud o riquezas, pero no puede ser feliz si
le faltase la gracia. La gracia es para el alma como la luz
para el ojo, como el aliento para el cuerpo. ¡Cuán necesaria
es la fe, sin la cual no podemos agradar a Dios (He. 11:6), y
la santidad, sin la cual no podemos ver a Dios (He. 12:14)! Y
así la gracia es substancia; sin ella estamos acabados. Se
pueden tener otras cosas, pero se debe tener la gracia. Sin
la gracia, el hombre vive bajo la ira de Dios y muere bajo su
maldición (Jn. 3:36).

4. POR SU CARÁCTER SATISFACTORIO

RESPUESTA 4 : La gracia es substancia por su carácter


satisfactorio . Dios nunca puso una virtud satisfactoria en
ninguna criatura (Is. 9:20). «En el colmo de su abundancia
padecerá estrechez» (Job 20:22). Esto es un enigma: estar
lleno y, sin embargo, carecer; tener una suficiencia y, sin
embargo, no tener suficiente. El rey de España, aunque
tiene el mayor dominio de cualquier príncipe, da esto como
su lema: Totus non sufficit orbis [El mundo entero no es
suficiente]. [107] Las estrellas no pueden hacer el día sin el
sol, ni nada puede dar consuelo sólido sin Dios. El cielo
mismo no satisfará sin Dios (Sal. 73:25), y mucho menos lo
hará la tierra. El mundo es suficiente para ocuparnos, pero
no para llenarnos. Así como en una pirámide: cuanto más
alto asciendes, aún menor es el alcance; así mismo: cuanto
más alto uno asciende en las cosas creadas, menor es la
satisfacción. La gracia es la verdadera substancia; solo esta
puede satisfacer. «El hombre bueno estará satisfecho de sí
mismo» (Pr. 14:14). Tiene en su interior aquello que le da un
contentamiento sólido. La gracia calma la mente y
deslumbra los afectos con deleite. «El reino de Dios no es
comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo» (Ro. 14:17). El que está investido de gracia no solo
es un heredero del cielo, sino que el cielo ha comenzado en
él. Tiene las semillas de la gloria en su alma, por lo tanto,
está satisfecho de sí mismo. Puede decir como Jacob:
«Tengo suficiente» (Gn. 33:11), o como está en el hebreo {
‫} יֶשׁ־ל ִי־כֹ ל‬: «Lo tengo todo». Dios es mi porción, y el cielo mi
refugio.

5. POR SU CERTEZA

RESPUESTA 5: La gracia es substancia por su certeza . No


podemos estar seguros de nada aquí abajo; el mundo es
resbaladizo y está lleno de decepciones, como ese mar de
cristal, que no tiene una base segura (Ap. 4:6). Pero las
cosas espirituales son tales que uno puede estar seguro de
ellas. Cristo es una certeza, por eso se le llama fundamento
seguro (Is. 28:16). Y la gracia es una certeza. La esperanza
es llamada ancla segura (He. 6:9). Echa esta ancla hacia
arriba y nunca fallará. La fe es segura, por eso se le llama
evidencia (He. 11:1). Cuando un hombre tiene sus
evidencias, ahora está seguro de su tierra. La fe es la
evidencia del cristiano por la cual presenta un reclamo
seguro al cielo.

6. POR SU DURABILIDAD

RESPUESTA 6 : La gracia es substancia por su durabilidad . «La


substancia ―dijo Aben Ezra― significa algo que va en
paralelo con la eternidad». Y también Junius and Mercer lo
parafrasean. [108] Las cosas espirituales no están sujetas a la
aniquilación. Conmigo están las «riquezas duraderas» (Pr.
8:18). En el original { ‫ } הוֹן עָ תֵ ק‬es «substancia duradera». Es
la substancia que no puede consumirse. Los deleites
terrenales cambian; [109] están enfermos de consunción. Las
cosas terrenales son como un banquete continuo, servido
con gran pompa, pero que pronto se acaba. En la Biblioteca
de Dublín, se ha colocado el globo del mundo en un extremo
y una cabeza de muerte en el otro. Si tuviéramos el globo
del mundo en nuestra mano, al final tendríamos que llegar a
la cabeza de la muerte. [110] Valeriano, el emperador de
Roma, al ser derrotado en batalla por Sapor, rey de Persia, y
hecho prisionero, fue llevado cautivo y se le sacaron los
ojos. Y cuando Sapor montó en su caballo, hizo que este
emperador se acostara sobre sus manos y rodillas para ser
su taburete. Así, toda la gloria terrenal tiene su período.
¿Cómo puede tener valor sólido lo que se derrite como el
hielo? Pero la gracia es duradera . Cuando un cristiano
pierde esas comodidades que no puede conservar, guarda
ese tesoro que no puede perder: «La unción que vosotros
recibisteis de él permanece» (1 Jn. 2:27). La muerte no
puede consumir esta substancia: «El justo en su muerte
tiene esperanza» (Pr. 10:2). Cuando su fuerza se aleja de él,
cuando sus bienes se alejan de él, aún queda su ancla de
oro: su esperanza en Dios permanece. Cuando un cristiano
está separándose de todo, dejando su forraje y su grano,
ahora comienza su cosecha. «Ya es hora ―dijo el anciano
Zanchi― de que me apresure a pasar de la tierra a Cristo,
por encima del cielo estrellado». Otro hombre santo, que
yacía al borde de la muerte, dijo: «¿Qué resplandor veo?».
Los que estaban cerca dijeron que era el sol. «No ―dijo él―,
mi Salvador brilla; ahora, ¡adiós mundo, bienvenido cielo!
No sé si en el cuerpo, pero veo cosas indecibles». Así, la
unción de Dios permanece. La gracia es una substancia que
nunca muere; dura tanto como el alma y la eternidad. Esta
rama no se marchita, porque crece en el árbol de la vida.
 
Solo un alma dulce y virtuosa,
como un árbol maduro, jamás se doblega.
Aunque todo a su alrededor se vuelva ceniza,
Ella, por encima de todo, permanece llena de vida. [111]

 
 
 
 
CAPÍTULO 2:
Argumentos a favor de la
substancia real de las cosas
espirituales
 
Que las cosas espirituales deben necesariamente tener una
esencia y substancia real en ellas, se muestra por los dos
argumentos convincentes [siguientes]:
1. Porque Dios, que es el origen y el modelo de la verdad,
lo ha afirmado. Aquel que es «el que tiene su origen en sí
mismo» { αὐτόπισό ς }, nos ha dicho que hay una
quintaesencia sólida en las cosas del cielo, que los que se
casan con la piedad «heredarán la substancia». ¿Y no se
debe creer a las propias Palabras de Dios? ¿A quién
debemos creer, sino a la verdad misma? ¿Dónde debemos
encender la lámpara de nuestra fe, sino en este sol? El
mundo entero depende del poder de Dios, y nuestra fe, ¿no
debería depender de Su verdad? Cuestionar la veracidad de
Dios, es derribar el primer y principal pilar de nuestro Credo.
2. Esto es lo más coherente con la naturaleza racional. El
hombre, siendo una criatura noble y excelente, un poco
menor que los ángeles, debe necesariamente tener aquello
de lo que alimentarse, que tenga una esencia y dulzura
reales. No puede alimentarse de fantasías, ni vivir de mero
aire como el Camaleón, [112] sino que debe tener algo que
sea substancial para refocilarse y confortarse. El alma
sublime nacida del cielo, al igual que la paloma, no puede
encontrar descanso en los contentamientos terrenales, sino
que vuela al arca de la Escritura, donde puede encontrar
sustento sólido. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 3:
Utilidad a modo de refutación
 
Esto sirve para refutar a los ateos que estiman el profundo y
sagrado misterio de la verdadera religión no más que como
un romance o en el mejor de los casos solo como una
política severa para limitar las concupiscencias de los
hombres. Consideran la gracia no más que como un engaño
devoto; estiman a Cristo y al cielo no más que como
ficciones sublimes. Tales personas fueron Porfirio, Epicuro,
Luciano . Almas necias, «¿quién os ha fascinado?» ¿Les ha
dado Dios la existencia para este fin, para negarlo? Son
como la gente que vive en Cimmeria, que nunca ha creído
que existe el sol o que no ha creído que otros han
contemplado su luz. [113]
Ciertamente debe haber alguna causa suprema; la
criatura no podría hacerse a sí misma. Crear es propio de la
Deidad (Sal. 124:8). Aristóteles clamaba: «Oh, tú, ser de los
seres, ten misericordia de mí». Y así como hay un Dios, así
mismo este Dios es «galardonador de los que le buscan»
(He. 11:6). Él no permitirá que nadie sea un perdedor con su
servicio, sino que les hará «heredar la substancia». Él les
dará las flores primaverales de la gracia, y la cosecha de la
gloria. Pero ¿por qué gasto mi aliento en los ateos? No
tienen tanta fe como los demonios (Stg. 2:19).
 
 
 
CAPÍTULO 4:
Utilidad a modo de información
INFORMACIÓN 1: APRENDAN DE AQUÍ LA INCOMPARABLE
EXCELENCIA DE LA GRACIA

Su ganancia «es mejor que la ganancia de la plata» (Pr.


3:14). Un alma coronada por la gracia puede decir como
Lea: «Dios me ha dado una buena dote» (Gn. 30:20). La
gracia es como el topacio que, como dijo Jerónimo, tiene el
más rico esplendor y brillo iridiscente de todas las joyas. [114]
Cuando Dios nos ha dado a Su Hijo y a Su Espíritu, y nos ha
dignificado con la santidad, nos ha dado la más fina de las
flores y la miel de la roca. En esto se halla la substancia.
Esto llena el alma nacida del cielo; esto embellece y adorna.
Esmirna era la más pobre, pero la mejor de las siete iglesias
(Ap. 2:8). Tenía menos oro, pero más gracia. La gracia es tal
bendición sólida que Dios no puede darla con ira, como
puede dar otras cosas. De esto vive el alma (He. 10:38).
Esto es la substancia. La gracia «para todo aprovecha» (1
Ti. 4:8). Da tanto los manantiales inferiores como los
superiores. La gracia hace dulces las cosas amargas;
endulza la pobreza y la enfermedad; convierte las pérdidas
en ganancias, las cruces en bendiciones; da miel al final de
la vara. La gracia crece por la oposición; y, como la vid, vive
por el sangrado. La gracia es tal comodidad de la que nunca
nos cansaremos. Los mejores deleites de la tierra pueden
resultar ser cargas: «¿Por qué se da luz al trabajado, y vida
a los de ánimo amargado?» (Job 3:20). La vida es dulce,
pero para quien está angustiado de espíritu, la vida misma
puede ser una carga. No obstante, la gracia es algo tan
excelente que el alma nunca puede cansarse de ella. La
gracia es un tesoro, y ¿hay alguien que se canse de un
tesoro? Para concluir, el que tiene esta substancia es tan
feliz que nada puede hacerle daño. [115] La gracia sobrevive
a la muerte. Esta estrella pronto estará por encima del sol.

INFORMACIÓN 2: VEAN LA DIFERENCIA ENTRE LAS COSAS DE


DIOS Y LAS COSAS DEL MUNDO
Las cosas de Dios son substancia ; las cosas del mundo no
son más que una sombra . Sirven solo para una simulación.
[116]
Son como árboles frutales dibujados en una pintura que
deleitan más la vista que el gusto, o como tapices o trabajos
de bordado que representan las ideas de cosas que no son.
Todas las comodidades terrenales son solo imaginarias ; no
son substancia . Las riquezas parecen riquezas, pero no son
verdaderas riquezas . Nuestro Salvador las llama engañosas
(Mt. 13:22). [117] Prometen aliviarnos de nuestras
preocupaciones, cuando solo las multiplican. Prometen
satisfacer nuestros deseos, cuando solo los aumentan. [118]
La belleza se parece a la belleza, pero engaña en lugar de
deleitar: «Vana la hermosura» (Pr. 31:30). El honor parece
ser honor, pero no es más que una fantasía: «Viniendo
Agripa y Berenice con mucha pompa» (Hch. 25:30), en el
griego { μετὰ πολλῆς φαντασία ς } es: «Con gran fantasía». No
hay nada en el mundo que tenga realidad, sino penas y
problemas. Salomón había hecho la inspección más crítica
de las cosas creadas que cualquier otro hombre. En cuanto
a la variedad de deleites, superó a todos los reyes que le
precedieron (Ec. 2:9). Sin embargo, en todo esto, no pudo
encontrar ninguna substancia: «He aquí, todo era vanidad»
(Ec. 2:11). Las cosas terrenales son sueños dorados que
dejan al alma vacía cuando despierta y vuelve en sí. Todas
las aguas dulces del placer no pueden saciar la insaciable
sed del alma; ni la música más deslumbrante puede callar
los clamores de la conciencia. Satanás arroja una niebla
ante los ojos de los hombres y los engaña de nuevo con la
manzana, haciéndoles poner los afectos verdaderos en
falsos deleites. La Escritura descifra que el mundo es una
no-entidad: «¿Pondrás tus ojos en lo que no está?» (Pr.
23:5). Ταντάλου κῆπο ι [El jardín de Tántalo]. [119] Pero el que
tiene las cosas espirituales, hereda la substancia . Cristo y
la gracia son la substancia . Si hablas de sabiduría
verdadera, es conocer a Dios. Si hablas de honor verdadero,
es nacer de Dios. Si hablas de belleza verdadera, es tener la
imagen de Dios. Si hablas de riqueza verdadera, es ser rico
en la fe. Si hablas de victoria verdadera, es vencer al
mundo. Si hablas de deleite verdadero, es tener gozo en el
Espíritu Santo. Si hablas de felicidad verdadera, es ver a
Dios. En esto se halla la substancia. Esto es lo que llenará el
alma eternamente de asombro y deleite.  

INFORMACIÓN 3: VEAN LA NECEDAD DE LOS QUE SE ENFOCAN


EN LAS COSAS MENORES

Vean la indignante necedad de los que se ocupan de cosas


de menor importancia, y no buscan la substancia: «¿Por qué
gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo
que no sacia?» (Is. 55:2). [120] Muchos desean más las
cáscaras que el maná . [121] Y prefieren poner oro en sus
bolsillos que, como las vírgenes prudentes, tener aceite en
sus lámparas. En vez de acumular sus tesoros en el cielo,
acumulan su cielo en los tesoros. ¿No es insensato el que se
toma en serio las nimiedades y descuida el aseguramiento
de lo principal? Como si uno gastara todo su dinero en
cintas o plumas, y se olvidara de comprar comida. Muchos
se ocupan de las ganancias terrenales, pero no se
preocupan de la substancia. La tierra es el elemento más
bajo; los hombres la pisan y, sin embargo, hacen de su dios
aquello que pisan todos los días. La tierra es lo más alejado
del globo celeste, pero lo que está más lejos del cielo está
más cerca de los corazones de ellos. ¡Ay, qué pobres son
estas cosas terrenales por las que los hombres desperdician
tanto sus corazones! ¿Qué son las sedas sino los
excrementos de los gusanos? ¿Qué es la perla sino la
enfermedad de los peces? ¿Qué es el oro sino las escorias
de la tierra? Un hombre puede tener estas cosas e ir al
infierno. «Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y
de lino fino […]. Y en el infierno [Hades] alzó sus ojos» (Lc.
16:19). [122] Un caballo de carga lleva oro y plata todo el día,
y por la noche se acuesta en el establo con la espalda
herida. De la misma manera, un hombre puede estar
cargado de riquezas terrenales y después acostarse en el
infierno con una conciencia herida. No obstante, es lícito
trabajar duro en el mundo y reconfortarse en él (cf. 2 Ts.
3:11; Dt. 26:11). Un hombre puede uti mundo [utilizar el
mundo] y frui Deo [disfrutar de Dios]. [123] Pero el pecado se
halla cuando buscamos el mundo y descuidamos a Cristo y
la gracia. ¡Oh, cuán pocos truecan por la perla de gran
precio! (Mt. 13:45-46).
 
PREGUNTA: Pero ¿por qué los hombres no se esfuerzan más
por la substancia espiritual?
 
RESPUESTA 1: Por ignorancia . Si perlas y diamantes están
delante de un ciego, no los discernirá: «El hombre natural
no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios […] y no
las puede entender…» (1 Co. 2:14). Cristo es un tesoro, pero
un tesoro escondido . La santidad es hermosa, pero esta
belleza es espiritual, la cual el hombre natural no puede
discernir más que lo que el ojo corporal puede ver el
espíritu. Hasta el día de hoy «el velo está puesto sobre el
corazón» (2 Co. 3:15).
 
RESPUESTA 2: Por presunción . La personas imaginan que
están en el estado de gracia. Presumen que han obtenido
esta substancia, y el que se imagina que ya tiene una cosa
no se esforzará mucho por conseguirla: «Tú dices: Yo soy
rico […] y de ninguna cosa tengo necesidad» (Ap. 3:17).
Una persona que presume toma toda su religión en
confianza. No tomará su dinero en confianza, sino que lo
llevará a la piedra de toque y a la balanza. No tomará su
tierra en confianza, sino que examinará el título. Sin
embargo, toma su gracia en confianza. ¡Oh, presunción, hijo
del diablo, gran devorador de almas! ¡A cuántos has
halagado para la condenación! Ten cuidado con este
precipicio. Lo que ha impedido a muchos obtener a Cristo,
es la ilusión de que ya lo tienen.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 5:
Utilidad a modo de examinación
 
Examinemos si tenemos esta substancia; esto es lo que más
nos concierne. Aunque los hombres sean muy ricos, si no
tienen esta substancia espiritual, no son mejores que
[personas en] bancarrota para la consideración de Dios.

EXAMINACIÓN 1: SI TENEMOS ESTA SUBSTANCIA ESPIRITUAL,


ENTONCES PODEMOS RECORDAR UN TIEMPO EN EL QUE
CARECÍAMOS DE ELLA

Hubo un tiempo en que no teníamos ni una pizca de


santidad, ni una gota del aceite del Espíritu. Si ahora
florecemos y damos almendras, podemos recordar cuando
éramos como la vara seca de Aarón. No crecía ni una flor de
gracia. Gratia in cunabilis [la gracia en la cuna] o la fe
amamantada con la leche materna es sospechosa. El que
siempre creyó, nunca creyó. Si tenemos la semilla de Dios
en nosotros, podemos saber cuándo fue de otra manera.
Estábamos tan lejos de la santidad como el bosque salvaje
lo está de los frutos. Y de repente Dios hizo barbecho en
nuestros corazones por la contrición, y plantó en nosotros
los benditos frutos del Espíritu. Si ahora somos luz en el
Señor, podemos recordar cuando el velo estaba sobre
nuestro corazón.
EXAMINACIÓN 2: SI TENEMOS ESTA SUBSTANCIA ESPIRITUAL,
ENTONCES SABEMOS CÓMO HEMOS LLEGADO A ELLA

Si tenemos gracia, no hemos nacido en este estado. Esta no


ha caído como un higo maduro en nuestra boca cuando
estábamos dormidos. Aunque la gracia es un legado que se
nos ha dado sin dinero y sin precio , no ha carecido de
trabajo. Si tenemos esta substancia espiritual, nos ha
costado muchos suspiros y lágrimas, muchos clamores
fuertes en la oración, muchos combates y agonías. Con el
sudor de nuestro rostro hemos comido este pan. Nunca un
hombre se esforzó tanto en su trabajo como lo hace un
cristiano al ocuparse en su salvación (Fil. 2:12). ¿No es
extraño que un hombre tenga su gabinete lleno de perlas y
que no sepa cómo llegaron allí? ¿Y no es igual de extraño
que un hombre tenga una reserva de gracia en su corazón y
no sepa cómo llegó allí? Difícilmente ha pensado seriamente
en ella, o ha elevado una oración por ella.

EXAMINACIÓN 3: EL QUE TIENE ESTA SUBSTANCIA ESPIRITUAL,


LA VALORA GRANDEMENTE

Él estima la gracia por su preciosidad por encima de las


riquezas. Cristiano, ¿es así contigo? Si Dios se pusiera de pie
como el rey Asuero, con un cetro de oro, y dijera: «Pide y se
te dará hasta la mitad del reino» (Est. 7:2), ¿puede tu alma
decir: «¡Señor, permíteme heredar la substancia!
Enriquéceme con las influencias salvíficas del Espíritu Santo.
Que los manantiales superiores sean mi porción. Señor,
[otórgame] un corazón lleno de gracia en lugar de una casa
llena de oro». [124] «¡Señor, concédeme a Cristo! Deja que
pierda e incluso que sufra lo que sea, para que pueda
obtener a mi Jesús», dijo el santo Ignacio. Esta es una buena
prueba de que tienes esta substancia espiritual. Nadie
puede valorar correctamente el tesoro sagrado excepto
aquellos que lo tienen.

EXAMINACIÓN 4: EL QUE TIENE ESTA SUBSTANCIA ESPIRITUAL,


LA DESEAMOS CONSTANTEMENTE

¿Qué es por lo que estamos más sedientos? ¿Es por esta


substancia? Así como David tenía sed del agua del pozo de
Belén (2 S. 23:15) y así como Sansón clamó: «Muero de
sed» (Jue. 15:18), así mismo tales son nuestros deseos
inflamados por las cosas espirituales. No estamos
satisfechos con el fruto del olivo o el vino del Líbano. No
consideramos esto como substancia, sino que nuestros
deseos corren por un canal espiritual. Aspiramos a la gracia
del Espíritu, la sangre de la cruz, la luz del rostro de Dios.
Estamos agradecidos por otras cosas como la pensión , 
pero deseamos a Cristo y la gracia como nuestra porción .
Estos deseos son el pábilo humeante que Dios no apagará.
Esta santa sed evidencia un gran grado y proporción de
gracia en el corazón. El deseo procede del amor; si no
amáramos la gracia, no podríamos tener tales deseos
impacientes por ella.
 

EXAMINACIÓN 5: SI DIOS NOS HA LLENADO DE ESTA


SUBSTANCIA , ENTONCES PRIMERO NOS HA VACIADO

a. Él nos ha vaciado de nuestra injusticia . Ha purgado el


amor al pecado. La Palabra predicada ha sido una medicina
para matar el gusano del orgullo. El fuego de la lujuria es
apagado. La tierra es removida del corazón.
 
b. Dios nos ha vaciado de nuestra justicia . Nos ha mostrado
que nuestra bondad moral está mezclada con el mal y que
nuestros mejores deberes no son más que pecados
brillantes . Estamos vaciados de toda vanagloria de estos, y
no nos atrevemos a construir sobre estas arenas. Si somos
llenados de la substancia, primero somos vaciados. La mano
debe vaciarse de basura antes de poder llenarse de oro.

EXAMINACIÓN 6: SI TENEMOS ESTA RICA SUBSTANCIA,


ENTONCES TENEMOS LA MORADA DEL ESPÍRITU DE DIOS
«Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que proviene de Dios» (1 Co. 2:12). ¿Qué ha hecho
el Espíritu en nuestras almas? ¿Nos ha hecho de otro
espíritu : mansos y humildes? ¿Es un Espíritu
transformador? ¿Ha dejado Su propia efigie o semejanza en
nosotros? ¿Ha atraído este imán nuestros corazones hacia el
cielo? ¿Nos ha hecho el Espíritu dóciles y sumisos a todos
los mandatos de Dios? Si podemos decir que es así con
nosotros, entonces caesarem vehimus [llevamos al César],
es decir, llevamos a Cristo y todo el tesoro celestial con
nosotros. «Y en esto sabemos que él permanece en
nosotros, por el Espíritu que nos ha dado» (1 Jn. 3:24).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 6:
Utilidad a modo de exhortación
Persuadámonos a trabajar por esta substancia espiritual. [125]
Así como uno no puede esperar cosecha sin siembra, así
mismo [uno no puede esperar] la substancia celestial sin
trabajo: [126] «Si la buscas como a plata, y la procuras como
a tesoros escondidos,» (Pr. 2:4 LBLA). [127] Nuestro trabajo
por este tesoro escondido debe ser tan grande, que todo
trabajo en el mundo en comparación con este, debe ser
como si no fuera trabajo: «Trabajad, no por la comida que
perece» (Jn. 6:27). ¿No ha dicho Dios: «Seis días trabajarás»
(Ex. 20:9)? Sí, pero debe ser como si no fuera ningún
trabajo cuando se compara con ese trabajo que debemos
ejercer por el Pan de Vida. Así también [lo vemos] en ese
pasaje de la Escritura paralela: «No os hagáis tesoros en la
tierra» (Mt. 6:19). ¿No? ¿Acaso no se les pide a los padres
hacer tesoros para sus hijos? (2 Co. 12:14). Es cierto, pero el
significado es que el trabajo por los tesoros terrenales no
debe ser nada en comparación con los esfuerzos que
ejercemos por las cosas mejores. Qué sudor hasta la agonía
debe haber por esa substancia que perdura para siempre.
Pero antes de insistir en la exhortación, debo eliminar una
objeción.
 
OBJECIÓN : ¿De qué sirve todo mi trabajo si Dios no me ayuda
y no me da éxito?
 
RESPUESTA : Es cierto que no podemos hacer nada por
nosotros mismos sin la interposición de la gracia divina.
Pero aunque por nosotros mismos no podemos adquirir las
cosas espirituales, debemos utilizar los medios.
a. Es un deber que se nos manda: «Esforzaos a entrar
por la puerta angosta» (Lc. 13:24). Dios, que nos hizo sin
nosotros, no nos salvará sin nosotros. [128] El deber es
nuestro, el éxito es de Dios: «Maestro, toda la noche hemos
estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu
palabra echaré la red» (Lc. 5:5). De la misma manera, a la
Palabra de Cristo debemos echar la red de nuestro esfuerzo.
b. En otros casos utilizamos medios, aunque no podemos
prometernos el éxito. Aramos y sembramos, aunque no
estamos seguros de que tendremos lluvias y sol para
madurar la semilla. Usamos los medios y dejamos el
resultado a Dios. Si hacemos así en los asuntos de esta
vida, ¿por qué no deberíamos tener mucho más la misma
sabiduría para nuestras almas, usando la oración, la lectura,
la meditación y esperando con esperanza el éxito?
c. Es muy probable que Dios dé bendición a nuestro
esfuerzo: «Ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón» (Hch. 8:22). No lo sabes, pero
si oras, puede que te perdone. Es la forma habitual en que
Dios sale al encuentro de los que le buscan. Cuando nos
revestimos de una santa audacia en la oración y no nos
vamos sin una limosna de la gracia gratuita, no sabemos
qué importunidad hará. La verdad es que el hecho de que
Dios suscite el corazón para buscar la gracia, es una buena
señal de que tiene la intención de otorgarla: «Tú dispones su
corazón, y haces atento tu oído» (Sal. 10:17). Cuando Dios
suscitó al rey Salomón a pedir sabiduría, inmediatamente se
la dio (1 R. 3:9, 12). De la misma manera, el hecho de que
Dios incline el corazón a buscar las bendiciones espirituales
es una señal esperanzadora de que tiene la intención de
concedérnoslas.
d. Dios ha hecho una promesa de misericordia a los que
usan los medios: «Me hallan los que temprano me buscan»
(Pr. 8:17). Aunque no tengamos poder , tenemos una
promesa . Dios se ha hecho deudor de nosotros por Su
promesa. [129] Por lo tanto, insten a Dios con Su verdad. Dios
había prometido a David que no le faltaría un hombre de su
descendencia para sentarse en su trono. Ahora bien,
después de la muerte de David, Salomón alega esta
promesa (2 Cr. 6:16). Recuerden a Dios Su promesa y Él no
la negará. Él les hará heredar la substancia y llenará todos
sus tesoros. Entonces, habiendo quitado esta objeción del
camino, permítanme reanudar la exhortación: trabajen por
la substancia espiritual.

1. RAZONES POR LAS QUE SE DEBE TRABAJAR POR LA


SUBSTANCIA ESPIRITUAL

MOTIVO 1 : Vale la pena trabajar por esta substancia


La gracia es una bendición substancial; es un rayo y un
destello de la naturaleza divina (1 P. 2:4). Un alma llena de
esta preciosa substancia tiene riquezas de ángeles. Los
ángeles pueden decir como Pedro: «Plata y oro no tenemos»
(Hch. 3:6). Pero tienen la substancia espiritual; su dote es su
santidad. Si poseemos las riquezas que tienen los ángeles,
¡qué importa si carecemos de las riquezas que tienen los
réprobos! La gracia compensa todas las cosas: santifica
todos los problemas, suple todas las necesidades, corona
con el favor de Dios.

MOTIVO 2 : Todo el trabajo que podamos ejercer es


poco para procurar esta substancia enriquecedora
«Si el justo con dificultad se salva» (1 P. 4:17). La gracia y la
salvación pueden obtenerse, pero con dificultad. Aunque
luchemos como Jacob con el ángel, es bueno si al final
somos poseedores del tesoro espiritual. «“Me extiendo” {
ἐπεκτεινόμενο ς } a lo que está adelante», dijo Pablo (Fil. 3:13).
Esta es una metáfora de los corredores, que se extienden y
corren con una rapidez extrema [130] para apoderarse del
premio: «Golpeo mi cuerpo» (1 Co. 9:27). ¡Qué vigilias y
ayunos han soportado algunos de los santos! ¡Cómo han
marchado, como Aníbal, sobre los Alpes y han pasado a
través de las rocas espirituales para la obtención de la
sabiduría verdadera! «Si el justo con dificultad se salva».

MOTIVO 3: Satanás emplea sus mayores artes para


impedir que obtengamos la substancia
Sean aún más inquisitivos y activos en la búsqueda de esta
substancia espiritual, porque Satanás emplea sus mayores
artes para impedir que la obtengamos. [131] Satanás,
habiendo caído en la mendicidad, envidia vernos ricos. Su
obra es obstaculizar nuestra felicidad. Cuando el Señor le
preguntó de dónde venía, respondió: «De rodear la tierra y
de andar por ella» (Job 1:7). La tierra es parte de su
diócesis, y él está continuamente visitando su diócesis. [132]
Su ocupación es estar poniendo trampas. Aquellos que le
roban a la tigresa sus crías, le ponen espejos en el camino
cuando la tigresa sale tras ellos y, mientras ella se mira en
esos espejos, ellos huyen con las crías de la tigresa. De la
misma manera, el diablo pone espejos en el camino de los
hombres ―la belleza y el placer― y, mientras se miran en
esos espejos, el diablo huye con sus almas. Por lo tanto, al
tener un enemigo tan perseverante, se requiere mayor
precaución y esfuerzo en la búsqueda de las cosas del cielo.

MOTIVO 4: Los impíos se esfuerzan grandemente por


sus pecados
¡Qué esfuerzos ejercen los demás para heredar la locura! ¿Y
no debemos ejercer más esfuerzos para heredar la
substancia ? ¡Con qué vehemencia persiguen los hombres
sus pecados! El ladrón se esfuerza grandemente por
satisfacer su deseo de robo. Ut iugulent homines, surgunt
de nocte latrones [Para degollar a un hombre los bandoleros
se levantan de noche]. [133] El borracho se esfuerza
grandemente por satisfacer su embriaguez. Los hombres se
extasían por sus pecados. ¡Qué activo fue Judas para
traicionar a Cristo! Corrió hacia el sumo sacerdote y luego
volvió al huerto; un ritmo más lento [no] habría servido para
el infierno. «Hacen el mal con ambas manos» (Mi. 7:3).
Emplear una mano en el pecado es suficiente, pero estaban
tan ansiosos en el [pecado] que quisieron pecar con ambas
manos. ¿Son los hombres tan industriosos para condenar
sus almas? ¿No deberíamos nosotros esforzarnos mucho
más para salvar [nuestras almas]? Si ellos están tan
ansiosos por el veneno, ¿no deberíamos nosotros estar
mucho más ansiosos por el alimento?

MOTIVO 5: Solo esta substancia espiritual nos


mantendrá firmes cuando lleguemos a la muerte
Cuando el alma se siente sobre los bordes y esté lista para
emprender su vuelo hacia el mundo eterno, entonces
¡cuánto vale Cristo y la gracia! ¿No se desprenderían
voluntariamente los hombres de todas sus posesiones
terrenales por la unción de Dios y el sello del Espíritu? Un
creyente, al morir, no cambiaría su ancla de esperanza por
una corona de oro.

MOTIVO 6: El que hereda esta substancia, heredará un


reino
«Ricos en fe y herederos del reino» (Stg. 2:5). Hac iter est
superis ad magni tecta Tonantis regalemque domum [Por él
marchan los divinos a la morada del gran Tronador, a su
regia mansión]. [134] Los santos son adoptados en los mismos
privilegios con Jesucristo: «Coherederos con Cristo» (Ro.
8:17). Cristo participa de la naturaleza divina, también los
santos (2 P. 1:4). Cristo participa del amor de Su Padre,
también los santos (Jn. 16:27). Cristo habita en la luz,
también lo hacen los santos (Col. 1:12). El reino que
poseerán los creyentes es un lugar de santidad y dignidad.
Es descrito por un cristal transparente (Ap. 21:18), allí está
la santidad; y por puertas de perla (v. 21), allí está la
dignidad. En ese paraíso de Dios, hay cordiales para beber y
coronas para llevar. Hay tesoros que nunca pueden ser
vaciados, y placeres que nunca pueden terminar. He aquí
una substancia mejor y duradera .

2. LAS COSAS QUE DEBEMOS HACER PARA HEREDAD LA


SUBSTANCIA

PREGUNTA : ¿Qué debemos hacer para heredar la


substancia?
 

a. Truequen por esta substancia en las santas


ordenanzas
RESPUESTA 1 : Truequen por esta substancia en las santas
ordenanzas. «Aguardando a los postes de las puertas de la
sabiduría» (Pr. 8:34). [135] Es bueno estar en el camino de
Cristo. No debemos solamente exponernos a las
exposiciones de la Palabra, sino que debemos trabajar con
nuestras propias almas en privado. Cuando hemos llegado a
las ordenanzas, como la abeja a la flor, debemos trabajar
luego la Palabra en la colmena de nuestro propio corazón,
para que se convierta en substancia.

b. Acudan a Cristo en busca de la substancia


espiritual
RESPUESTA 2 : Acudan a Cristo en busca de la substancia
espiritual. «Yo te aconsejo que de mí compres oro refinado»
(Ap. 3:18). «¡Oh, Señor Jesús, abre la rica arca [136] del cielo,
busca entre Tus tesoros! ¿Acaso no recibiste gracia para
impartirla? ¿Pasaré necesidad cuando Tú estás tan lleno?
¡Oh, enriquéceme con la substancia espiritual! Tú eres tan
dulce como la miel del panal; desciende como la miel del
panal y envía Tus sagradas influencias. ¿Quién tendrá la
substancia sino aquellos que la buscan? Señor, Tú no saldrás
perdiendo con esto. Tu gracia puede ser impartida, pero no
afectada. Puedes iluminarme, pero nunca tener menos luz.
Puedes enriquecerme, pero nunca ser más pobre. ¡Oh,
bendito Jesús, extiende el pecho de la gracia gratuita y
lléname con la plenitud de Dios ! ¡Tú, bendito Árbol de la
Vida, deja caer algunos de Tus preciosos frutos para mi
alma!».

3. EXHORTACIONES PARA LOS SANTOS

A los que Dios ha bendecido con esta substancia espiritual,


permítanme exhortarles a tres cosas:

a. Anímense en la pérdida de las comodidades


externas
Tal vez el último incendio haya destruido la mayor parte de
sus posesiones terrenales, pero tengan un buen ánimo,
pues Dios les ha hecho heredar la substancia . Cuando has
perdido tus bienes temporales , tienes algo que no puedes
perder: «María ha escogido la buena parte, la cual no le será
quitada» (Lc. 10:43). Cristiano, ¿tienes la simiente de Dios ,
la morada del Espíritu Santo? En esto se halla la substancia
: el Señor te ha quitado lo menor y te ha dado lo mayor. Te
ha quitado tus flores y te ha dado las joyas. Te ha hecho
bajo en el mundo y alto en la gracia. Ha vaciado tu cofre y
ha enriquecido tu conciencia. ¡Cuán bienaventurado eres!
Dios te ha quitado la tierra y te ha dado a Cristo y la gloria.
Como si un rey le quitara a su favorito la imagen y le diera a
su hija. ¡Oh, cristiano, mira tu substancia espiritual; ve cuán
rico eres en Cristo, y ten buen ánimo! «Como entristecidos,
mas siempre gozosos […]; como no teniendo nada, mas
poseyéndolo todo» (2 Co. 6:10). [137] Carecer de todo y, sin
embargo, disfrutar de todo, parece una paradoja, pero es un
aforismo verdadero, porque Pablo heredó la substancia .
Tenía el cielo en su esperanza y a Cristo en su corazón (2
Co. 4:18; Ga. 2:20). Si el pueblo de Dios hiciera una
examinación de sus bendiciones espirituales y considerara
lo que Cristo ha obrado para ellos por Su sangre y lo que ha
obrado en ellos por Su Espíritu, acallaría sus murmuraciones
y convertiría la voz de su llanto en el sonido del órgano.

b. Agradezcan la gracia gratuita


Si Dios los ha hecho heredar la substancia, hay una buena
razón para que Él herede sus alabanzas. ¿Los ha colmado el
Señor de los tesoros escondidos de Su gracia? Él ha hecho
más por ustedes que si los hubiera dignificado con coronas
y cetros. [138] ¡Oh, ustedes, santos, estén llenos de gratitud!
Hagan resonar el cielo con sus alabanzas (Col. 1:12).
[Considerar que] Dios despide a otros con cosas
insustanciales [139] y les da su porción en esta vida (Sal.
17:14; Ec. 9:9), [pero] que les da a ustedes la quintaesencia
sólida, que en sus vidas los santifica y en sus muertes los
entroniza, ¡qué amor excelente es este! ¡Cómo ha
desplegado Dios el estandarte de la gracia gratuita sobre
ustedes! ¿Y pueden contemplar esto y no ser órganos vivos
de alabanza? Dios, al darles la verdadera substancia , los ha
coronado de favores (Sal. 103:4). Él ha abierto Su mejor
recipiente. Les ha dado Su propio corazón. Tienen tanto el
don como el dador. Cuando Dios hizo la promesa de agua
limpia , añadió: «Y yo seré vuestro Dios» (Ez. 36:25, 28).
«Agua limpia», ahí está la corriente; «yo seré vuestro Dios»,
ahí está la fuente. Que esto ponga otra cuerda en el laúd,
para que sus alabanzas suenen más fuertes.

c. Trabajen para conseguir más de la substancia


espiritual
¿Tienen esta substancia espiritual? Trabajen para conseguir
más de ella. Era el lema de Carlos V: Ulterius [Sigue
adelante]. Deberíamos estar agradecidos por la menor
gracia, ya que esto nos hace participar de la semejanza de
Dios. Así como un penique de plata lleva la imagen del rey,
así mismo una pieza de moneda mayor. La menor fe
justificará. Un hombre puede ser transportado por el
Támesis tanto en un bote como en un barco. Un grado
menor de gracia nos transportará hasta el cielo. Sin
embargo, no debemos contentarnos con un poco, sino
seguir aumentando nuestra reserva de gracia. Debemos
obtener más de esta substancia espiritual: más
conocimiento, humildad, santidad. Debemos esforzarnos
para tener más del aceite del Espíritu en nuestra lámpara.
Sería una codicia buena, codiciar más santidad.
a. Cuanto más gracia, más fuerza . Hay tanta diferencia
entre la gracia débil y la gracia fuerte, como entre un ojo
débil y un ojo fuerte.
b. Cuanta más gracia, más gozo . Cuando la gracia crece
en la raíz, el gozo florece en las ramas. Un cristiano, por
falta de aumento de gracia, aunque pueda caminar al cielo
con seguridad, camina hasta allí con tristeza.
c. Cuanta más gracia, más gloria . Aquellos que quieran
tener su corona más llena de joyas, que sus almas estén
más llenas de gracia.
 
FINIS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
GLOSARIO DE AUTORES
ABEN EZRA (1092/93-1167) fue un poeta, gramático, viajero, filósofo
neoplatónico y astrónomo, conocido sobre todo como exégeta bíblico cuyos
comentarios contribuyeron a la Edad de Oro del judaísmo español.
AGUSTÍN DE HIPONA (354-430) fue un teólogo latino, padre de la iglesia, y
prolífico escritor. Entre sus obras más clásicas encontramos Confesiones y
Cuidad de Dios .
AMBROSIO DE MILÁN (c. 340 - 397) fue un destacado obispo de Milán y un
importante teólogo y orador.  Hermano de santa Marcelina, es uno de los
cuatro Padres de la Iglesia Latina y uno de los 36 doctores de la Iglesia
católica.
ANDRÉ RIVET (1572-1651) fue un erudito y teólogo francés.
ARISTÓTELES (384-322 a. C.) fue un famoso filósofo griego, lógico, metafísico y
«padre de la ciencia natural».
AULO PERSIO FLACO ( 34 d. C. - 62 d. C.) fue un poeta estoico cuyas sátiras
latinas alcanzaron un tono moral más elevado que las de otros poetas latinos
clásicos (con la excepción de Juvenal).
BEDA EL VENERABLE o BEDA VENERABILIS (c. 672-27 - 735) fue un monje y
teólogo anglosajón benedictino en el monasterio de San Pedro en
Wearmouth y de San Pablo en Jarrow, es más conocido por su Historia
ecclesiastica gentis Anglorum («Historia eclesiástica del pueblo inglés»), una
fuente vital para la historia de la conversión al cristianismo de las tribus
anglosajonas.
BERNARDO DE CLARAVAL (1090-1153) fue un abad francés y un líder importante
en la reforma del monasticismo benedictino que causó la formación de la
orden cisterciense.
CASPAR SIBELIUS (1590-1658) fue un ministro protestante holandés.
CIPRIANO (c. 210-258) fue un escritor cristiano primitivo y obispo de Cartago, y
mártir de la iglesia.
CLAUDIO ELIANO (c. 175 - c. 235) fue un autor y profesor de retórica romano,
que hablaba y escribía con tanta fluidez en griego, lengua en la que estaban
escritas sus obras, que recibió el apodo de Meliglottos («Lengua de miel»).
Eliano fue un admirador y estudioso de los escritos de Platón, Aristóteles,
Isócrates, Plutarco, Homero y otros, y sus propias obras conservan muchos
extractos de escritores anteriores.
CORNELIUS A LAPIDE (1567-1637), fue un exégeta jesuita, conocido por sus
comentarios exegéticos a casi toda las Escrituras.
DANIEL CHAMIER (1564–1621) fue un ministro hugonote francés.
DAVID PAREUS (1548-1622) fue un teólogo y reformador protestante alemán.
ECUMENIO fue escritor eclesiástico bizantino del siglo X, de cuya historia
personal nada se sabe, salvo que fue obispo de Triceca, en Tesalia, y que
escribió comentarios en griego sobre diversas partes de la biblia.
EPICTETO (55-135 d. C.) fue un filósofo griego asociado con los estoicos,
recordado por el tono religioso de sus enseñanzas.
ERASMO DE RÓTERDAM (1469 [¿1466?] - 1536) fue un humanista holandés que
fue el mayor erudito del renacimiento del norte, el primer editor del Nuevo
Testamento, y también una figura importante en la patrística y la literatura
clásica.
EURÍPIDES (c. 484 a. C. - 406) fue el último de los tres grandes dramaturgos
trágicos de la Atenas clásica, después de Esquilo y Sófocles.
FRANCESCO PETRARCA (1304-1374) fue un poeta, filósofo y filólogo aretino,
considerado el precursor del humanismo.
FRANCISCUS LUCAS BRUGENSIS o FRANÇOIS LUC DE BRUGES (1548/9-1619) fue
un exégeta bíblico católico romano y crítico textual de los Países Bajos de
Habsburgo.
GEORGE HERBERT (1593-1633) fue un poeta religioso inglés, uno de los
principales poetas metafísicos, notable por la pureza y eficacia de sus
palabras.
GIROLAMO ZANCHI (1516-1590) fue teólogo reformado italiano, maestro en la
Universidad de Heidelberg.
GREGORIO DE NISA (c. 335 – c. 394) fue un teólogo, filósofo y místico, líder del
partido ortodoxo en las controversias cristianas del siglo IV sobre la doctrina
de la Trinidad. Fue el hermano mayor de Basilio de Cesarea, y amigo de
Gregorio Nacianceno, los tres juntos son considerados como los padres
capadocios.
GREGORIO NACIANCENO o GREGORIO DE NACIANZO (329-389) es considerado
como un padre de la iglesia del siglo IV, cuya defensa de la doctrina de la
Trinidad lo convirtió en uno de los mayores defensores de la ortodoxia contra
el arrianismo.
HUGH LATIMER (1490-1555) fue un teólogo y reformador protestante inglés,
obispo de Worcester, y mártir de la iglesia.
HUGO GROTIUS (1583-1645) fue un humanista, diplomático, abogado, teólogo,
jurista, poeta y dramaturgo holandés.
IGNACIO DE ANTIOQUÍA (35-110) es uno de los padres de la Iglesia y, más
concretamente, uno de los padres apostólicos por su cercanía cronológica
con el tiempo de los apóstoles.
ISIDORO DE SEVILLA o ISIDORUS HISPALENSIS (c. 556-636) fue teólogo, último
de los padres latinos occidentales, arzobispo de Sevilla y enciclopedista.
JERÓNIMO DE ESTRIDÓN (c .   342 - c .   347 – 30 septiembre 420) fue un padre
de la iglesia, conocido por su traducción de la Biblia al latín, conocida como
la Vulgata.
JOHN CAMERON (c. 1579 - 1625) fue un teólogo escocés.
JOHN FOXE (1516-1587) nació en Boston, Lincolnshire, Inglaterra en el seno una
familia relativamente respetable, conocido por ser el autor del grandioso
«Libro de los Mártires o Hechos y monumentos».
JOHN PRESTON (1587-1628) fue un ministro puritano inglés y maestro del
Emmanuel College de Cambridge.
JUAN CALVINO (1509-1564) fue un teólogo, pastor y reformador francés en
Ginebra durante la Reforma Protestante.
JUAN CRISÓSTOMO (c. 349-407) fue un cristiano eminente, obispo de
Constantinopla, considerado como uno de los padres de la iglesia.
JUAN NESTEUTES (f. 595) fue el 33º obispo o Patriarca de Constantinopla. Fue el
primero en asumir el título de Patriarca Ecuménico.
LOUIS CAPPEL (15 de octubre de 1585 - 18 de junio de 1658) fue un clérigo y
erudito protestante francés.
LUCIANO DE SAMÓSATA (c. 120-180 d. C.) fue un antiguo retórico, panfletista y
escritor satírico griego.
LUCIO ANNEO SÉNECA (4 a. C. – 65 d. C.) fue un filósofo, político, orador y
escritor romano conocido por sus obras de carácter moralista.
MARCO TULIO CICERÓN (106-43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y
orador romano.
PUBLIO OVIDIO NASÓ N   (43 a. C. - 17 d. C.) fue un poeta romano conocido
particularmente por sus obras El arte de amar y Metamorfosis .
PUBLIO VIRGILIO MARÓ N   (70 a. C. - 19 a. C.) fue considerado por los romanos
como su mejor poeta, conocido por su obra la Eneida.
QUINTO HORACIO FLACO (65 a. C. - 8 a. C.) fue un destacado poeta lírico y
satírico latino bajo el mandato del emperador Augusto.
SALOMON GLASS o SALOMO GLASSIUS (1593-1656) fue un teólogo y crítico
bíblico alemán nacido en Sondershausen, en el principado de Schwarzburg-
Sondershausen.
STEPHANUS FABRITIUS (1569-1648) fue pastor en la cuidad de Berna, Países
Pajos.
TEODORO DE BEZA (1519-1605) fue un humanista, teólogo calvinista francés y
reformador ginebrino.
TEOFILACTO DE ÓCRIDA (c. 1055-1107) fue un arzobispo bizantino griego
ortodoxo de Ócrida, teólogo y lingüista, y comentarista de la Biblia.
THOMAS CARTWRIGHT (c. 1535-1603) fue un teólogo y predicador puritano
inglés.
TOMÁS DE AQUINO (1225-1274) fue un teólogo dominico italiano, principal
escolástico medieval, conocido por su extensa obra de teología llamada
Suma teológica.
VALERIO MÁXIMO o VALERIUS MAXIMUS (fl. 30 d. C.) fue un historiador y
moralista romano que escribió un importante libro de anécdotas históricas
para uso de los retóricos.
WOLFGANG MUSCULUS (1497-1563) fue uno de los más brillantes teólogos de la
primera generación de los reformados. Sus escritos y erudición durante la
primera mitad del siglo XVI solo eran comparados con los de Calvino.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

[1]
No hace mucho una edición y traducción completa de esta obra fue
realizada por la editorial TEOLOGÍA PARA VIVIR . Véase Thomas Watson, El Soldado
Cristiano: Extendiendo el Reino de los Cielos con violencia santa , ed. Jaime
Daniel Caballero (Teología para vivir: 2020).
[2]
La editorial ESTANDARTE DE LA VERDAD ha traducido este gran libro de Watson
en tres volúmenes. Véase Thomas Watson, Tratado de Teología (Banner of Truth:
2013). Thomas Watson, Los Diez Mandamientos (Banner of Truth: 2014).
Thomas Watson, El Padre Nuestro (Banner of Truth: 2013).
[3]
Esta biografía fue tomada de DICTIONARY OF NATIONAL BIOGRAPHY, 1885-1900 ,
Vol . 60 por Edward Irving Carlyle.
[4]
Thomas Watson, «The Desperateness of Sinners, An Alarum to Sinners or
The Last and Great Change, The Fornace Heated Hotter» en The Mischief of Sin
(London: 1671), 117-229. Thomas Watson «The Substantial Excellency of
Spiritual Things» en The Doctrine of Repentance (London: 1668) pp. 177- 212.
[5]
Stephanus Fabritius, Sacrae conciones in centum quinquaginta Psalmos
Davidis regos et aliorum sanctorum prophetarum (Genevae, 1620), p. 1513.
[6]
Wolfgang Musculus, In Davidis psalterium sacrosanctum commentarii
(Basileæ: 1599), p. 547.
[7]
Louis Cappel, Syntagma .
[8]
Ecumenio, Commentaria in epistolas catholicas: Hebraeos [PG 119:397-
398].
[9]
Genebr. [¿?]
[10]
Séneca, Epistulae morales ad Lucilium , 4.39.6 [BCG 92].
[11]
Faecibus peccatorum defixi, jugiter haerent [Estoy afianzado a las
escorias del pecado, están siempre adheridas]. —Cornelius Lapide [FD].
[12]
Quid non assiduitate duretur? Quid non usui cedat? [¿Qué no es
endurecido mediante la constancia? ¿Qué no cede tras el uso?] —Bernardo de
Claraval, De Consideratione Ad  Eugenium Papam [PL 66:239]
[13]
Jerónimo de Estridón, Epistolae , 107.4 [PL 22:872; LBL 262:348-349].
[14]
Impiorum preces frustra fieri quis negat? [¿Quién puede negar que los
ruegos del impíos son en vano?] —Daniel Chamier.
[15]
Virgilio, Aeneis , 6.743 [BCG 166].
[16]
Πάντα ορα, πάντα ἀκόνε ι [Observa todo, afila todo]. —Ecumenio [FD].
[17]
Deus vel cogitationum rationem est initurus, et ἔκδικον ὄμμ α in impios
habet [Es más, Dios ha de juzgar los pensamientos, y su ékdikon ómma
{mirada de la venganza} está sobre los impíos]. —André Rivet.
[18]
Anthracites lapis ignitus, aquis perfusus exardescit [Una piedra de
antracita en llamas, se enciende al ser rociada con agua]. —Isidoro de Sevilla,
Etymologiarum , lib. 16, cap. 14.2 [PL 82:577-578].
[19]
Horacio, Odas , 3.3 [BCG 360:372-373].
[20]
Crucis laeta erit catastrophe [La cruz llega a ser una dichosa catástrofe].
[21]
Negat, jurat, dejurat [Niega, jura y perjura]. —David Pareus. 
ἀναθεματιζει ν est diris execrationibus se ipsum devovere, nigerrima quaeq;
imprecari [ Ánathematizein es dedicarse uno mismo a las execraciones
terribles, a las cosas más negras; maldecir]. —Lucas Brugensis.
[22]
Mala semina sensim pullulant in culmum [Las malas semillas crecen
hasta el punto máximo].
[23]
Θεὸς καθ ἡμέραν ὑβρίζετα ι [Dios es insultado día tras día]. —Juan
Crisóstomo, Ad populum Antiochenum , hom 3 [PG 49:56].
[24]
Ὅσῳ γὰρ µεῖζον ἡ χαρίσ, τοσούτῳ πλέον ἡ κὁλασι ς [Pues, entre mayor
es la gracia, mayor es el castigo]. —Crisóstomo [FD].
[25]
Tempus Gentium erit calamitatis Gentium [El tiempo de los gentiles será
el tiempo de la calamidad de los gentiles]. ―Solomon Glassii, Philologia sacra .
[26]
Lento enim gradu ad vindictam sui divina procedit ira tarditatemque
supplicii gravitate pensat [Pues con paso lento camina la cólera divina,
inexorable en su propia venganza, y compensa esta lentitud con la severidad del
castigo]. —Valerio Máximo, Factorum et Dictorum Memorabilium [BCG 311:98]
[27]
Deus habet plumbeos pedes, sed ferreas manus [Dios tiene pies de
plomo, pero manos de hierro].
[28]
  Πάντα γάρ δυνατά τῇ θείᾳ φύσε ι [Todo es posible para la naturaleza
divina]. —Ecumenio, Ephesios , cap. 2. [PG 118:1182].
[29]
Eliano, De Natura Animalium .
[30]
Bernardo de Claraval, De Septem Misericordiis , Serm. 2, [PL 183:339]
[31]
Erasmo de Róterdam, Poems , 24.
[32]
Πάντα τὰ τῆς ἀπάτης πρὸς καιρὸν ἀνθεῖ [Toda impostura no dura más
que de manera temporal]. —Teofilácto, Expositio in Epistolam II Ad Timotheum
[PG 125:121]. Watson pone como autor a Ecumenio.
[33]
Illuxit Dei εὐδοκί α , quae ab eo luto vos extraxit, in quo eratis olim
demersi [Brilló la eudokía [buena voluntad de] Dios, que los sacó del barro en el
que estaban sumergidos desde hace tiempo]. —Juan Calvino, Ad Corinthios I
[JCOP 48-49:394].
[34]
Tuum est, Domine, hoc donum, cuius est omne bonum; ex intimis medulis
te diligam, quia tu es revera omni melle dulcior, et omni luce clarior [Es tuyo,
Señor, este don, de quien proviene todo bien; te amaré con todo mi ser, porque
eres más dulce que toda miel y más brillante que toda luz]. —Agustín de Hipona,
Soliloquiorum Animae Ad Deum , 19 [PL 40:880].
[35]
Idolis similes sunt ebrii, qui oculos habent et non vident, pedes et non
ambulant [Los borrachos son similares a los ídolos, tienen ojos pero no ven,
tienen pies pero no caminan]. —Caspar Sibelius.
[36]
Qui ad hanc peccati ἄκμη ν devenerit, nunquam potest ad vitam
revocari, et pro quo fusae preces erunt inutiles [Aquel que haya llegada en esta
cima del pecado nunca podrá ser devuelto a la vida, y las oraciones derramadas
por él serán inútiles]. —André Rivet.
[37]
Non obdurat Deus infundendo malitiam, sed non impartiendo
misericordiam [Dios no endurece al infundir maldad, sino al no impartir
misericordia]. Se atribuye esta frase Agustín de Hipona [N. del T.]
[38]
Nequitia ipsa est sui ipsius poena [La propia iniquidad es su propio
castigo]. Se atribuye esta frase a Séneca [N. del T.]
[39]
Ἁµαρτία λύπην ἐγέννησε· λύπη τὴν ἁµαρτίαν ἀνάλωσ ε [El pecado
produce dolor, pero el dolor consume el pecado] —Crisóstomo , Eclogae ex
diversis homiliis: De Poenitentia , hom. 7 [PG 49:332]. Mittamus preces et
lachrymas cordis legatos [Enviemos oraciones y lágrimas como embajadores del
corazón]. Watson atribuye esta frase a Cipriano de Cartago [N. del T.]
[40]
Non datur Spiritus Sanctus dignis sed indignis [El Espíritu Santo no es
dado a los dignos, sino a los indignos] —Girolamo Zanchi [FD].
[41]
Nescit tarda molimina Spiritus Sancti gratia [La gracia del Espíritu Santo
no conoce esfuerzos retardados]. Watson atribuye esta frase a Ambrosio de
Milán [N. del T.]
[42]
Si ergo ascendendo in coelum, ibi invenit Deum; descendendo in
infernum, non fugit Deum: quo iturus est, quo fugiturus est ab illo irato, nisi ad
ipsum placatum? [Luego, si subiendo al cielo allí encuentra a Dios, y bajando al
infierno no se aparta de él, ¿adónde ha de ir? ¿Adónde ha de huir del airado,
sino al aplacado?]. —Agustín de Hipona, Enarrationes In Psalmos , 94.2 [PL
37:1217].
[43]
  Ἀνομί α quicquid a lege Dei alienum [ Anomía es todo lo que es
contrario a la ley de Dios]. —Illyr. Clau. [¿?]
[44]
Dilectio patris aeterni erga resipiscentes, per triplex verbum enunciatur;
per Christum, verbum essentiale; per Evangelium, verbum Vocale; per
Sacramentum, verbum Visibile [El amor del Padre eterno hacia los que se
arrepienten se expresa en tres palabras: a través de Cristo, la Palabra esencial;
a través del Evangelio, la Palabra vocal; a través del Sacramento, la Palabra
visible]. —Baldv. [¿?]
[45]
Aurum an possit reddi potabilt? [¿Puede el oro ser hecho potable?]
[46]
Finis dat amabilitatem mediis [El fin da atractivo a los medios].
[47]
ὠκεῖαι χάριτες γλυκερώτερα ι [ La rápida gratitud es la más dulce].
[48]
Quamdin cras, quare non hac hora finis turpitudinis meae? [Hasta
cuándo, ¿mañana? ¿Por qué no es ahora mismo el final de mi vergüenza?]. Esta
frase se atribuye a Agustín de Hipona [N. del T.]
[49]
Οὐ τοῦτό ἐστι τὸ κακῶς ἀποθανεῖν, ἄνθρωπε, τὸ βιαίῳ τελευτῆσαι
θανάτῳ, ἀλλὰ τὸ ἐν ἁµαρτίαις ἀποθανεῖν [ No es morir mal, oh hombre, morir
por una muerte violenta, sino morir en pecado]. —Crisóstomo, Ad populum
Antiochenum , hom 5 [PG 49:72].
[50]
Watson se refiere a la guardia que se tiene para una persona condenada
antes de su ejecución [N. del T.]
[51]
Cf. Sperabo; Drusius, sic Aqu. et Sym. En griego ἐλπιῶ [ elpió ].
[52]
Donec ex statione mea decedam [Permaneceré en mi posición hasta
que haya de irme]. —Philippus Codurcus.
[53]
Mors mibi merces erit [La muerte será mi recompensa]. Lucan. [¿?]
[54]
Τί γὰρ ἔχει δεινὸν ὁ θάνατος, εἰπέ µοι; ὅτι σε ταχύτερον ἐπὶ τὸν εὔδιον
λιµένα παραπέµπει καὶ τὴν ἀτάραχον ἐκείνην ζωήν [¿Qué hay de temible en la
muerte, dime? ¿Que te envía más rápidamente al puerto tranquilo y a esa vida
serena?]. —Crisóstomo, Ad populum Antiochenum , hom 5 [PG 49:70].
[55]
Lo que dijo el Dr. John Preston cuando estaba a punto de morir [N. del T.]
[56]
Sed omnes una maner nox, et calcanda semel via lethi [Pero una misma
noche aguarda a todos y el camino de la muerte, que solo una vez se anda]. —
Horacio, Carmina , 1.25.15 [BCG 360:304].
[57]
Hace referencia al reclutamiento de gente para el servicio militar [N. del
T.]
[58]
John Foxe, Acts and Monuments .
[59]
Φθαρτὸν ἐλάχοµεν τὸ σῶµ α [Hemos recibido un cuerpo mortal]. —
Crisóstomo, Adversus Judaeos , 8.6 [PG 48:938]
[60]
Aulo Persio Flaco, Sátiras , 5.150 [BCG 156:553].
[61]
Effice mortem tibi cogitatione familiarem [Familiariza tus pensamientos
con la muerte]. Watson atribuye esta frase a Séneca [N. del T.]
[62]
Quid superbis pulvis et einis, enius nasci culpa, cuius mori poena [¿Por
qué te enorgulleces, polvo y ceniza, de una culpa por la que naces y por cuyo
castigo mueres?]. Watson atribuye esta frase a Bernardo de Claraval [N. del T.]
[63]
Memento mortis tuae, et non peccabis [Recuerda tu propia muerte, y no
pecarás]. —Jerónimo de Estridón, Epistolae , 140.16 [PL 22:1177]. Watson
atribuye esta frase a Cipriano [N. del T.]
[64]
Watson hace referencia a un grupo de teólogos de la iglesia anglicana
que adoptaron un tipo de protestantismo laxo o de mentalidad abierta [N. del T.]
[65]
Facile contemnit omnia, qui credit se cito moriturum [Aquel que cree
que morirá pronto, desprecia todo de manera fácil]. Watson atribuye esta frase a
Jerónimo [N. del T.]
[66]
Agustín de Hipona, Enarrationes in Psalmos , 120.3 [PL 37:1606].
[67]
Mors impiis est inferni porta [La muerte es la puerta del infierno para los
impíos]. —André Rivet.
[68]
Eius est enim mortem timere qui ad Christum nolit ire [Es propio de
aquellos que no desean ir a Cristo el hecho de que teman a la muerte]. —
Cipriano de Cartago, De Mortalitate , 2 [PL 4:584]
[69]
Καὶ τοῦτο µάλιστα τὸ µέγιστόν ἐστι τῆς ἀρετῆς, ὅτι οὐ πλούτου, οὐ
δυναστείας, οὐ δόξης, οὐκ ἄλλου τινὸς τῶν τοιούτων ἔχει χρείαν, ἀλλὰ ψυχῆς
µόνης ἡγιασµένης, καὶ πλέον οὐδὲν ἐπιζητε ῖ [Y esto es particularmente lo más
importante de la gracia, que no tiene necesidad de riqueza, ni de poder, ni de
gloria, ni de ninguna otra cosa de este tipo, sino solamente un alma santificada,
que no busca nada más] —Crisóstomo, Ad Illuminandos Catechesis II , [PG
49:236].
[70]
Incertum est, quo loco te mors expectet; itaque tu illam omni loco
expecta [No sabes dónde te espera la muerte, así que prepárate para ella en
todas partes]. —Séneca, Ad Lucilium Epistulae Morales , 26.7 [LCL 75:190-191].
[71]
Nemo enim est tam senex qui se annum non putet posse vivere [Pues
no hay nadie tan anciano que no pueda creer que sea capaz de vivir un año
más]. —Cicerón, Cato Maior de Senectute .
[72]
El cabello empolvado hace referencia a los polvos para el cabello, para
hacerlo ver a la moda. Igualmente esta frase es una posible referencia a una
frase de George Herbert en The Temple, que daba a entender en el hecho de
enfocarse en uno mismo y la apariencia, poniendo nuestros esfuerzos en la
dirección equivocada [N. del T.]
[73]
Non est nostrum mortem arripere [No nos compete tomar la muerte]. —
Jerónimo de Estridón, Commentaria in Ionam , 25, 1128D.
[74]
Πῦρ ζήλο υ [fuego de celo] —Hugo Grotius [FD].
[75]
Peccata non sunt paria [Los pecados no son iguales]. —Agustín de
Hipona [FD].
[76]
Ignorantia pravae dispositionis [Ignorancia de una disposición perversa].
[77]
  Ἠ ὀργὴ εἰς τέλο ς sumitur pro extrema [ jé orgé eís télos {ira hasta
el final} se toma como lo que llega hasta el extremo]. —Erasmo de Rotérdam
[FD].
[78]
Τὰ γὰρ ἁμαρτήματα ἐκεῖνα ἡμᾶς κατακρίνει καὶ καταδικάζει, ἅπερ ἂν
εἰδότες καὶ ἑκόντες ἁμάρτωμε ν [Pues esos pecados que cometemos a
sabiendas y de manera voluntaria, nos juzgan y condenan]. —Crisóstomo,
Homiliarum In Genesim , hom. 44 [PG 54:411]
[79]
Qui monitus peccat, eius peccatum est υπερηφάνεια [Aquel que peca,
ignorando la advertencia, su pecado es la soberbia ] . —Hugo Grotius [FD].
[80]
Οὐ γὰρ οὕτω τὸ ἁµαρτάνειν ἐστὶ χαλεπὸν, ὡς ἡ µετὰ τὴν ἁµαρτίαν
ἀναισχυντί α [Pues no es tanto el pecar lo que es grave, sino la impudicia
después del pecado]. —Crisóstomo, Homiliae III de Davide et Saulo , [PG
54:695].
[81]
Frandes ac rapinas proximis machinantur [Maquinan engaños y robos
contra los vecinos]. —Pagnin. Cor. Lap.
[82]
Ut vitis refugit brassicam, quercus abhorret ab olea, multo magis autem
a nuce iuglande [Así como la vid rechaza la col, el roble se aleja del olivo, y
mucho más aún de la nuez del nogal]. —Erasmo de Rotterdam, Parabolae sive
similia , 600 [DEEA 05.T1-5].
[83]
Spinis surgit paliurus acutis [El espino de agudos pinchos brota]. —
Virgilio, Ecloga , 5.35 [BCG 141:192].
[84]
Non decipiunt, nisi sub specie umbraque virtutum [No engañan más que
con la apariencia y sombra de las virtudes]. —Jerónimo de Estridón, Epistolae ,
107.6 [PL 22:872; LCL 262: 352-353].
[85]
In loncis Precibus lucri fuit aucupium, non precabantur, sed venabantur;
quorum cor non in coelo versabatur sed in loculo, non in ara, sed in arca, etc.
[En las largas oraciones, la búsqueda de ganancias era la caza; no se suplicaba,
sino se cazaba. Sus corazones no estaban en el cielo, sino en el bolsillo; no en el
altar, sino en el cofre]. —Lucas Brugensis.
[86]
Se refiere a los movimientos o cambios que son muy rápidos e
impredecibles [N. del T.]
[87]
Qui in alterum misericors non fuerit, misericordiam Dei invenire non
poterit [No podrá encontrar la misericordia para con Dios aquel que no haya
sido misericordioso con los demás]. —Bernardo de Claraval, Liber de modo bene
vivendi , 15 [PL 184:1225].
[88]
Ψεύστην πεποίηκε ν , i. e., ita agit quasi Deus mendax esset [ Pseústen
pepoíeken , es decir, actúa de tal manera como si Dios fuera mentiroso]. —Hugo
Grotius.
[89]
Literalmente dice: «Los que se han vuelto grises bajo el evangelio» [N.
del T.]
[90]
Praesentia et miraculis meis tanto honore aucta es, ut ad coelum usque
execrevisse videaris [Has sido elevado con tanto honor gracias a mi presencia y
milagros, de modo que parecías ser elevado hasta el cielo]. —Lucas Brugenis.
[91]
Apostata est qui deficit a religione ut transfuga ab imperio [Un apóstata
es aquel que se aparta de la religión similar a un traidor que abandona su
imperio]. Watson atribuye esta frase Tomás de Aquino [N. del T.]
[92]
Figura retórica [N. del T.]
[93]
Καταγέλασις , gravius est quam contumelia [ Katagélasis {la burla} es
más grave que una ofensa]. Watson atribuye esta frase Tomás de Aquino [N. del
T.]
[94]
Los socinianos son aquellas personas seguidoras de las doctrinas de
Faustus Socinus (1539-1604), un teólogo italiano, cuya teología consistía en la
negación de la trinidad y también en negar aquellas cosas de la biblia que están
más allá de la razón [N. del T.]
[95]
Antichristum designare videtur, majore poena plectendum, etc . [Parece
estar señalando al Anticristo, quien ha de ser castigado con un castigo mayor].
Watson atribuye esta frase a Beda el Venerable.
[96]
Venter mero aestuans, spumat in libidiem, et Venus festinat ad
Gehenam [El vientre hierve de pasión pura, espuma hasta la lujuria, y el deseo
hace precipitar hacia el infierno]. Watson atribuye esta frase a Jerónimo.
[97]
Cum alii praeunt, in vulgo et multitudine, non pauci reperiuntur qui
sequantur; etiam vix praeunte deliberatione, aut adhibito consilio; ut oscitant
permulti, quod oscitantem conspiciunt. Ita quidam, nullo certo consilio, aliorum
exempla pecuimo more sequuntur [Cuando algunos avanzan, en la multitud y
en la masa, no son pocos los que se encuentran para seguirlos; incluso sin una
deliberación previa o una consulta, tal como muchos bostezan porque ven a
alguien bostezar. De la misma manera, algunos siguen el ejemplo de otros como
si fueran un ganado, sin un plan claro]. —André Rivet, Commentarius in Hosean
, cap. 4.
[98]
Peccata aliorum in aliis plectantur [Los pecados de otros están
entretejidos en otros]. Watson atribuye esta frase a Agustín de Hipona.
[99]
De aeterno illo sermone Christo [Aquel eterno discurso de Cristo].
[100]
In Dei timore et reverentia σοφίας continetur compendium [En el
temor y la reverencia a Dios se encuentra la esencia de la sofías {sabiduría}].
[101]
Quod efficit tale, illud est magis tale [Aquello que produce tal cosa, es
más que tal cosa].
[102]
Plenitudo Dei dicatur, non qua Deus ipse plenus est, id est plena
divinitas (quis enim hanc capiat?) Sed ingens illa Dei beneficentia in Christo,
cuius nos facit participes et cohaeredes [Se dice que la plenitud de Dios no es
aquella en la que Dios mismo está lleno, es decir, plenitud divina (¿quién puede
comprender esto?), sino la inmensa bondad de Dios en Cristo, que nos hace
partícipes y coherederos]. —Teodoro de Beza, Jesu Christi Domini Nostri Novum
Testamentum.
[103]
O jugum sancti amoris, quam suaviter premis, O faelix amor, ex quo
oritur affectionum puritas, operum claritas, virtutum foecunditas, praemiorum
sublimitas [¡Oh yugo del amor santo, qué dulcemente presionas! ¡Oh dichoso
amor, del cual surge la pureza de los afectos, el brillo de las obras, la
fructificación de las virtudes y la sublimidad de las recompensas]. Watson
atribuye esta frase a Bernardo de Claraval [N. del T.]
[104]
Τί ὠραιδτερον τοῦ Χριστοῦ, τίς οὕτως εὐεργέτης, τίς ἡμᾶς οὕτως
ἐφίλησε ν [¿Qué es más hermoso que Cristo? ¿Quién es tan benefactor? ¿Quién
nos amó tanto?] —Juan Nesteutes, Sermones de Poenitentia et Confessione , [P
G 88:1965]. Watson atribuye esta frase a Crisóstomo [N. del T].
[105]
La restauración de la frase griega acá no se pudo restaurar de manera
completa, pero puede referirse a esta expresión: ἀιὲν ἀνθήρο ς , que puede
significar «siempre floreciente» [N. del T.]
[106]
Necessarium est sine quo non contingit ευδαιμόνω ς vivere [Es
necesario, sin lo cual no es posible vivir eudaimónos {felizmente})].
[107]
Probablemente Watson esté citando a William Cambden (1551-1623)
[N. del T.]
[108]
Id quod nunquam esse definit [Aquello que nunca se define como que
haya tenido un punto de existencia].
[109]
Ὁ σήµερον πλούσιος, αὔριον πένη ς [El rico de hoy, es el pobre de
mañana] —Crisóstomo, Ad populum Antiochenum , hom 2.
[110]
Ista sub sole florescentia, sunt instar bonorum mobilium [Las cosas que
florecen bajo el sol son como bienes que se mueven]. —Thomas Cartwright.
[111]
George Herbert, Poem.
[112]
Se habla de esto manera mitológica [N. del T.]
[113]
Causius.
[114]
Egregia (Plinio teste) Topazio gloria est; aureum inquit Hieronymus,
habet colorem, aethereamque claritatem; quando solis ardore tagitur, omnem
superat gemmarum splendoreni [Según Plinio el topacio tiene una gloria
destacada. Jerónimo dice que tiene un color dorado y una claridad etérea, y que
cuando es alcanzado por los rayos del sol, supera a todas las demás gemas en
brillo].
[115]
Εμέ δε Άνυτος και Μέλητος αποκτείναι μεν δύνανται, βλάψαι δε ο ύ
[Anuto y Melito pueden matarme, pero no hacerme daño] —Epicteto, Discourses
, 3.23 [LCL 218: 176-177].
[116]
Subsistencia dicitur, perinde ac si divitiae, honos, etc., revera non
essent, sed tancum umbrae et figurae rerum imaginariae [Subsistencia. Se
habla como si la riqueza, el honor, etc. en realidad no tuvieran substancia, sino
que son solo sombras y representaciones imaginarias de cosas]. —Thomas
Cartwright.
[117]
Οὐδὲν οὕτως ἀπιςον ὡς ὁ πλοῦτο ς [Nada es tan incierto como la
riqueza]. —Crisóstomo [FD].
[118]
Nec possunt animi sitim lenire, sed accendere, nec curas fugare, sed
arcessere [Las almas no pueden saciar su sed, sino aumentarla, ni huir de sus
preocupaciones, sino llamarlas]. —Francesco Petrarca, De remediis utriusque
fortunae (Roterodami: 1649), 396.
[119]
Se dice que este jardín es un paradigma de cierto lugar ideal, utópico y,
por consiguiente, inexistente. Esto también alude a la vanidad y la nada de los
placeres, a la futilidad de las cosas [N. del T.]
[120]
Quae major caecitas quam cassa et caduca pluris facere quam
coelestia? [¡Qué mayor ceguera existe en valorar aquello que es vano y
transitorio que aquellas cosas celestiales!] —John Cameron.
[121]
Ἀφυΐας σημεῖον τὸ ἐνδιατρίβειν τοῖς περὶ τὸ σῶμα, οἷον ἐπὶ πολὺ
γυμνάζεσθαι, ἐπὶ πολὺ ἐσθίειν, ἐπὶ πολὺ πίνειν, ἐπὶ πολὺ ἀποπατεῖν, ὀχεύειν.
ἀλλὰ ταῦτα μὲν ἐν παρέργῳ ποιητέον: περὶ δὲ τὴν γνώμην ἡ πᾶσα ἔστω
ἐπιστροφή [Es una señal de un hombre bajo gastar mucho tiempo en las cosas
que conciernen al cuerpo, tales como mucho ejercicio, mucho comer, mucho
beber, mucho relajar el cuerpo, mucha copulación. Pero estas cosas deben
hacerse como cosas subordinadas: y deja que todo tu cuidado se dirija a la
mente]. —Epicteto, Encheiridion [LCL 218: 526-527].
[122]
Futurae vitae statum non spiritu alister, quo nunc modo existir, sed
synecdochi c ῶ ς pro sensus nostri modulo repraesentat [El estado de la vida
futura no será de una forma diferente al espíritu en el que ahora existimos, sino
que se representará de manera sinécdoque según el modelo de nuestra
percepción]. —Lucas Brugensis.
[123]
Watson atribuye esta frase a Agustín de Hipona [N. del T.]
[124]
Πικρὰ πάντα φανεῖται, καὶ πλοῦτος, καὶ δόξα, καὶ δυναστεία, καὶ τιµὴ
καὶ εἴ τι τοιοῦτον ἕτερον, ὅταν τὰ ἐν οὐρανοῖς βλέπῃς · [Todo aparece
pequeño, tanto la riqueza, como la fama, el poder, el honor y cualquier otra cosa
semejante, cuando se ven desde el cielo]. —Crisóstomo, Ad populum
Antiochenum , hom 15 [PG 49:157].
[125]
Nihil tam rupeum, quod non expugnet pervicax opera [No hay roca tan
escarpada que no pueda ser conquistada por un trabajo persistente]. Watson
atribuye esta frase a cierto Marcel, pero parece ser una variante de una frase de
Séneca: Nihil est, quod non expugnet pertinax opera et intenta ac diligens cura
[Nada hay que no conquiste un trabajo persistente y un cuidado atento y
diligente]. La fuente es: Ad Lucilium Epistulae Morales , 50.6 [BCG 92:294; LCL
75:332-333].
[126]
Τὰς τύχας ἐκ τῶν πόνων θηρᾶ ν [Procuren sus destinos con el trabajo
duro]. —Eurípides, Fragmentos dramáticos , 223 [LCL 504: 242-243].
[127]
Μὴ φύγῃς τὸν κάματον, ἵνα τύχῃς τὸν σεφανὸν, ὁ ἔμπορος φέρει τὰ
κύματα, ἵνα εὑρῃ τὰ χρἡματ α [No declines de la labor, no te relajes sin hacer
nada, en prospecto de la obtención de tu corona inmortal. El comerciante le
hace frente a las olas con el propósito de adquirir las riquezas]. —Crisóstomo
[FD].
[128]
Watson parece estar citando a Agustín de Hipona [N. del T.]
[129]
Debitorem se enim fecit Deus promittendo [Porque Dios se hizo deudor
al prometer]. —Agustín de Hipona, Sermones Inediti [PL 46:925-926].
[130]
Literalmente dice: «Rapidez alada o con alas» [N. del T.]
[131]
Μετὰ πολλῆς λοιπὸν τῆς ἀδείας τὴν πονηρὰν αὐτοῦ τέχνην
ἐπιδείκνυτα ι [Finalmente, después de mucho tiempo, muestra su malvado
arte]. —Crisóstomo, Ad populum Antiochenum , hom 14 [PG 49:145]. 
[132]
Pervigil hostis excubat ut rapiat munera [Un enemigo muy vigilante se
pone al acecho para robar los dones].
[133]
Horacio, Epistolarum , 1.2.30 [LCL 194: 264-265].
[134]
Ovidio, Metamorphoseon , 1.170 [BCG 365].
[135]
Metaphora a clientibus ducta, qui studiose mane et sero portas
advocatorum, aut judicum observant, et ad illas excubias agunt [La metáfora es
tomada de los clientes que vigilan de manera diligente temprano y tarde las
puertas de los abogados y jueces, y pasan sus noches en esta guardia]. —
Thomas Cartwright.
[136]
Literalmente: «armario» [N. del T.]
[137]
Sanctorum tristitia habet quasi, umbratilis enim est, et tanquam in
somnis transit, sed corum gaudium non habet quasi, quia solidum et aeternum
[La tristeza de los santos es como la sombra, pasajera y como un sueño, pero su
alegría no es así, porque es sólida y eterna]. Watson atribuye esta frase a
Anselmo, pero parece ser de Agustín de Hipona en su comentario a los Salmos
[N. del T.]
[138]
Ὁ στέφανος ὁ βασιλικὸς πολλάκις προὔδωκε τὴν περικειµένην αὐτὸν
κεφαλὴν, καὶ µυρίους ἐπιβούλους ἐπεσπάσατο, καὶ εἰς τυραννίδος ἐπιθυµίαν
ἐκάλεσε · [El laurel real a menudo ha traicionado a la cabeza que ha rodeado,
atrayendo a muchos enemigos y llamándolo a desear la tiranía]. —Crisóstomo,
Ad populum Antiochenum , hom 16 [PG 49:165].
[139]
Literalmente dice: «cosas plumosas o de plumas» [N. del T.]

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