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Separata Conta Guber 2022 II
Separata Conta Guber 2022 II
CONTABILIDAD GUBERNAMENTAL
GOVERNMENT ACCOUNTING
INTRODUCCION
Estas redes caudillescas tenían una importante similitud con el patronazgo de la corte virreinal,
al practicar transgresiones comparables en condiciones de guerras de independencia y civiles, en
materia de finanzas públicas, saqueos y expropiaciones abusivas.
Los sobornos en los contratos públicos, particularmente los de las exportaciones de guano, se
dispararon en las décadas de 1840 y 1850, a medida que la renta guanera crecía y las camarillas
deseaban conseguir ganancias monopólicas rentistas…
La legislación de la deuda pública, los tempranos contratos de consignación del guano y las
políticas económicas y comerciales fueron desviados intencionalmente de su objetivo del bien
común por autoridades, empleados públicos y parlamentarios corruptos, así como por grupos de
interés locales y extranjeros.
En lugar de sentar una base segura para unos mercados de capital sumamente necesarios, los
instrumentos fraudulentos del primitivo crédito público minaron seriamente el desarrollo
financiero peruano.
Dicha forma de corrupción financiera fue una costosa «innovación» hispanoamericana posterior
a la independencia, al utilizar los mecanismos de la deuda pública para «esconder» o lavar
sobornos y otras ganancias indebidas.
Tal desvío y mala asignación de fondos pesó fuertemente sobre las generaciones futuras y tuvo
como resultado unas considerables pérdidas indirectas (debido a la minada posición crediticia y
la inestabilidad financiera) en las inversiones extranjeras, de cartera y directas.
En el Perú, estas pérdidas fueron particularmente fuertes en las décadas de 1820 y 1850, y
posteriormente en las de 1860 y 1870.
La tolerancia del público a la creciente corrupción tuvo, a pesar de todo, ciertos límites impuestos
por las depredaciones evidentes, los escándalos, las campañas periodísticas y la oposición política.
Elías y Castilla pujaron por el poder sobre varias oleadas de creciente percepción pública de la
corrupción, inicialmente protestando públicamente, estimulando levantamientos y conflictos
civiles armados, y deponiendo autoridades corruptas.
Si bien los esfuerzos más prometedores de reformadores civiles liberales fueron relevantes para
exponer serios defectos administrativos y de corrupción, también fueron demasiado débiles para
imponerse y no estuvieron exentos de sus propios intereses particulares. A pesar de los intentos
legislativos y judiciales para limpiar el contaminado crédito y los contratos públicos de prácticas
corruptas, a mediados del siglo grupos de presión bien establecidos obligaron a retroceder
radicalmente cualquier intento de reforma (posteriormente continuaría el notorio soborno de
senadores y diputados para conseguir la aprobación parlamentaria de contratos públicos,
efectuado por los beneficiados y magnates que buscaban conseguir ganancias monopólicas).
En 1852 se legislaron los nuevos códigos comercial y civil para sentar principios liberales básicos
y moderados en el comercio, así como derechos civiles y de propiedad que, sin embargo, reñían
con las costumbres existentes. Este choque acentuó los aspectos litigiosos de las prácticas de
negocios y sociales peruanas. Además, las leyes que regulaban la Administración Pública eran
incompletas o defectuosas. La norma que creaba el presupuesto público obligatorio fue
implementada recién en 1849, casi al mismo tiempo que la fallida legislación que reglamentaba
los créditos internos y externos. Otras partes cruciales del aparato administrativo público
quedaron sin reformar, entre ellas el sistema judicial.
Una indomable corrupción había, pues, sentado las condiciones para un mayor abuso a costa de
la renta del guano, del crédito público y de los contratos de obras públicas durante el siguiente
ciclo de depredación.
QUIROZ, Alfonso 2014 Historia de la corrupción en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
El ciclo de corrupción del guano, que venía creciendo desde mediados de siglo en paralelo a sus
crecientes recursos, alcanzó su punto máximo a finales del decenio de 1860 y comienzos del
siguiente con los costos de corrupción más altos del siglo, que sumaron un estimado de 108
millones de soles para la década de 1870, es decir, el promedio anual más alto de todo el periodo
republicano de 1820-1899.
Aunque la corrupción militar, una constante a lo largo del siglo, había quedado temporalmente
restringida a mediados del decenio de 1870, esta se amplió considerablemente con la escalada
bélica mediante las adquisiciones de armas y equipos, en las cuales intervenía una compañía
extranjera favorecida indebidamente.
La reputación del Perú como un nido de políticos y negociantes corruptos también contribuyó
indirectamente a la pérdida de una inversión extranjera y doméstica más transparente, la baja
reputación crediticia y el aislamiento internacional en vísperas de la guerra.
Un descabellado viaje del presidente en medio de la guerra fue usado para justificar una
insurrección, que produjo aún peores casos de corrupción a pesar de la inminente derrota militar.
Durante la ocupación chilena, fracasaron los esfuerzos realizados por unos cuantos jefes peruanos
para reducir pérdidas exageradas. Debido a la extensa devastación material, institucional y moral
como consecuencia de la guerra, el camino hacia la reconstrucción y la recuperación continuó
obstaculizado por la corrupción. Generaciones de peruanos quedaron marcadas por esta
ignominiosa derrota en la guerra y por la pérdida del patrimonio nacional, todo lo cual resulta
difícil de olvidar o de esconder.
QUIROZ, Alfonso 2014 Historia de la corrupción en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos .
Al principio, los escasos recursos fiscales y crédito externo limitaron el crecimiento de estas
formas de corrupción heredadas. Las gollerías que beneficiaban a una camarilla militar tuvieron
un lugar prominente en esos años, aunque el soborno fue sumamente importante para la
aprobación del acuerdo financiero estratégico alcanzado con los acreedores extranjeros en 1889.
Cuando Piérola asumió nuevamente la presidencia en 1895, los cambios en las estructuras
económicas e institucionales ofrecieron algunos contrapesos al viejo estilo caudillista de
corrupción y patronazgo político. Las fuerzas armadas fueron restructuradas y profesionalizadas,
mientras que los oficiales de alto rango fueron comprados con recompensas financieras y
prebendas en el extranjero. Los grupos económicos favorecieron derechos de propiedad más
claros, estabilidad y costos de transacción más bajos. Los gastos presupuestarios y las obras
públicas fueron limitados (salvo durante el primer gobierno de Leguía, cuyos excesos fueron
contenidos por la oposición parlamentaria civilista), mientras que los sistemas político y electoral
fueron reordenados.
Este patrón de corrupción política persistió tenazmente en el siglo XX. No obstante, la evolución
de las elecciones políticas, un mecanismo cada vez más popular para legitimar los gobiernos, le
complicó la vida a las redes de patronazgo.
La competencia por el control del sistema electoral mediante la captura de juntas electorales,
fraude, compra de votos, violencia y medidas dictatoriales, dejó una huella en las percepciones
populares de la corrupción, reduciendo su «umbral de tolerancia» acostumbrado.
La prensa alcanzó un mayor grado de libertad, a pesar de los frustrados intentos de controlarla y
manipularla por parte de Piérola, el primer gobierno de Leguía, Billinghurst y del general
Benavides. Todos estos avances, aunque modestos, fueron radicalmente revertidos durante el
Oncenio leguiísta.
El promedio estimado anual de los costos de la corrupción en la década de 1920 sumaba seis
veces el del periodo 1910-1919 y quince veces el del periodo 1900-1909.
En lo que toca al costo de la corrupción como un porcentaje del gasto gubernamental, mientras
el promedio anual del periodo 1900-1909 fue de 25 por ciento y el del periodo 1910-1919 de
alrededor de 28 por ciento, el del periodo 1920-1929 alcanzó un asombroso 72 por ciento.
El Oncenio de Leguía fue claramente el más corrupto de la era de la modernización y compite con
los niveles de corrupción alcanzados posteriormente por los regímenes de las décadas de 1970 y
1990.
El intento de Leguía por apañar otra relección en 1930 superó el límite de la tolerancia del pueblo
y desencadenó un levantamiento militar que prometió poner fin a la corrupción incontrolada. Con
el fin de legitimarse, el nuevo régimen militar impuso un tribunal de sanciones para castigar a
exfuncionarios y captar el respaldo del pueblo. Lamentablemente, las gestiones de dicho tribunal
se echaron a perder debido a sus cuestionados procedimientos y su naturaleza inconstitucional.
Una nueva era de actores políticos populares y populistas había comenzado. Durante ella, nuevos
mecanismos de corrupción se enlazaron con viejos legados.
Lo más resaltante “Por otro lado, la firma del Contrato Grace involucró la corrupción de
funcionarios peruanos, lo cual, en última instancia se sumó al alto costo que el país tuvo que
pagar para recuperar su calificación crediticia internacional. La firma tomó además demasiado
tiempo para que los efectos positivos facilitados por el convenio se hicieran evidentes, puesto que
la depresión económica y los malos manejos administrativos continuaron plagando al régimen
cacerista hasta su fin.
En 1890, poco después de la aprobación final del Contrato Grace en octubre de 1889 y de zanjarse
las objeciones chilenas, se formó la Peruvian Corporation para reemplazar al Comité de Tenedores
de Bonos Extranjeros. En representación de sus accionistas, la corporación obtuvo el derecho a
administrar los principales ferrocarriles y efectuar otros servicios financieros, empresariales y
monopólicos en el Perú por 66 años. La deuda impaga del Perú se canceló a cambio de los
derechos otorgados a sus antiguos acreedores mediante el Contrato Grace Por su parte, Grace
transfirió sus derechos sobre los ferrocarriles a la Peruvian Corporation a cambio de un tercio de
las acciones de la línea a La Oroya de la nueva corporación.”
QUIROZ, Alfonso 2014 Historia de la corrupción en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos .
Para concluir, la reconstrucción económica y constitucional, luego del nocivo gobierno de Leguía,
estuvo plagada de conflictos políticos y pugnas civiles, enmarcadas dentro del difícil contexto
internacional de las décadas de 1930 y 1940. Estos conflictos sirvieron para encubrir la corruptela
oficial y el abuso en ocasiones despiadado del poder, así como las transgresiones radicales y
violentas de nuevos movimientos populistas que no se regían por los límites legales y los
constreñimientos éticos para cumplir con su fin máximo de alcanzar el poder.
Las formas de corrupción más viejas y persistentes se combinaron con otras más nuevas, surgidas
de los cambios en las condiciones y las políticas financieras, económicas e institucionales. Las
corruptelas militares en la adquisición de armas ganaron importancia, en un momento en que el
papel político de las fuerzas armadas era de suma importancia (durante los gobiernos del coronel
Sánchez Cerro, el general Benavides y el general Odría), y en que los conflictos limítrofes llevaban
a una escalada en el armamento militar.
El mal manejo de la deuda pública pasó de concentrarse en la deuda externa (el cese de pagos
de largo plazo y sus consecuencias, que tuvieron su origen en los excesos de la década de 1920)
a la deuda interna a través de préstamos nacionales, que involucraron a la banca y camarillas
económicas locales durante el gobierno de Benavides y el primer gobierno de Prado. Los sobornos
y el tráfico de influencias en las obras y servicios públicos se mantuvieron constantes, aunque
con cierta tendencia a crecer durante el mandato de Odría y el segundo gobierno de Prado.
Un cambio en la política relacionado con los controles de cambio y las licencias de importación —
que formaban parte de la creciente ola proteccionista en Latinoamérica, a la que se conoce como
«industrialización por sustitución de importaciones»— abrió las compuertas al favoritismo, al
tráfico de influencias y los abusos durante los gobiernos de Prado y Bustamante en las décadas
de 1940 y 1950. (Estos mecanismos intervencionistas «novedosos» de la corrupción continuaron
dejando su huella en la segunda mitad del siglo.)
La inflación y los déficits fueron el resultado, y las rentas perdidas debido al contrabando
crecieron. Las pérdidas debidas al temprano tráfico de drogas y la inversión extranjera no
percibida fueron relativamente bajas.
En términos comparativos, los costos medios estimados de la corrupción por año en la década de
1930 continuaron siendo altos, pero se mantuvieron estables. En el decenio de 1940, estos costos
se duplicaron en cifras corrientes (no teniendo en cuenta la inflación) y volvieron a hacerlo en la
década siguiente. Sin embargo, el nivel de los costos de corrupción subió como porcentaje del
gasto del gobierno, de 31 por ciento en la década de 1930 a 42 por ciento en los años de 1940 y
a 46 por ciento en los de 1950.
El crecimiento constante y gradual de dichos costos tal vez sea la razón por la cual Basadre
consideraba que la corrupción en ese entonces era ubicua y estructural.
A medida que la contenciosa esfera política desempeñaba un papel crucial en las disputas
electorales entre 1931 y 1962, su amañamiento y el fraude condicionaron la legitimidad de los
gobiernos. Se convocaba a elecciones cuando las soluciones dictatoriales se agotaban y los
partidos políticos realizaban pactos secretos detrás de bambalinas.
El resultado de dichos pactos y alianzas era en ocasiones tan escandaloso que desataba una
protesta generalizada por lo inútil que resultaba esperar que los políticos trabajaran a favor del
bien común. En el ínterin se descuidaron reformas políticas e institucionales urgentes, a pesar de
los crecientes problemas sociales y económicos.
La prensa reportaba cada vez más los pactos escondidos de la mirada pública, los privilegios que
generaban y los escándalos que les seguían. La cobertura de la prensa y la oposición
parlamentaria, particularmente en la década de 1950, expuso escándalos e hizo público el perdón
de los antiguos líderes corruptos en la clásica fórmula del «borrón y cuenta nueva», que generaba
un profundo escepticismo popular hacia el orden político.
Una vez más volvió a considerarse que una solución militar, esta vez para impedir un supuesto
fraude electoral, era una opción en medio de la considerable apatía. Estas débiles bases para el
retorno de la democracia en los años de 1960 limitaron la capacidad de las instituciones peruanas
para ponerle coto a la corrupción y prevenir nuevas intervenciones militares.
QUIROZ, Alfonso 2014 Historia de la corrupción en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos .
Para recapitular: es justo anotar que, desde la década de 1960 hasta la de 1980, los asaltos a la
democracia revelaron las débiles bases institucionales, las reformas incompletas y los crecientes
problemas sociales heredados desde la década de 1950.
Pese a la voluntad de avanzar con una reforma honesta, el primer gobierno de Belaúnde quedó
atrapado en un lodazal político que finalmente produjo su caída. Belaúnde y su partido estuvieron
sujetos a una creciente influencia militar y a la corrupción en las adquisiciones de las instituciones
armadas, que se permitió e ignoró debido a favores políticos contraídos en el pasado con el alto
mando de las fuerzas militares.
Una recalcitrante oposición parlamentaria encabezada por el APRA, que se esforzaba por vencer
en las siguientes elecciones presidenciales, minó al régimen, retrasando reformas y medidas de
política urgentes. Así también, reactivos intereses extranjeros, el alza de la inflación y los
crecientes montos del déficit y de la deuda externa agravaron la crisis.
Belaúnde, por su parte, enfrentó una corrupción de alto vuelo relacionada con el contrabando,
que involucró a miembros de su propio partido, empresarios privados y oficiales militares. Estos
escándalos de contrabando anularon el poco prestigio del primer régimen belaundista y resultaron
en altos costos de corrupción, bajo la forma de rentas perdidas del sector público y sobornos para
los funcionarios.
El Congreso fue cerrado y las autoridades judiciales y de los gobiernos locales fueron nombradas
o ratificadas por los militares. El gobierno se llevaba a cabo fundamentalmente mediante decretos
ejecutivos. En este marco institucional, la corrupción y la ineficiencia quedaron sin control, y a
menudo era difícil distinguirlas. Los crecientes déficits debidos a las fallidas empresas estatales
se cubrieron con nuevos préstamos del extranjero. Un cronograma de transición fue luego
aplicado para devolver el poder a funcionarios electos en 1980.
Sin embargo, los medios de corrupción heredados del régimen militar como el abuso en los
subsidios a las exportaciones, los controles de cambio y las tasas de dólares preferenciales—
perduraron en la década de 1980.
Las rentas gubernamentales perdidas y otros costos de corrupción continuaron existiendo durante
el segundo régimen belaundista y el primer gobierno de García. (En la década de 1980 y
comienzos de la de 1990, escándalos similares estallaron en otras naciones latinoamericanas con
nuevos gobiernos democráticos.
Estos casos incluyeron noticias sobre el desvío de recursos públicos a las arcas secretas de
partidos durante las presidencias de Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi en Venezuela, así como
tramas de soborno que habrían beneficiado a Fernando Collor de Mello en Brasil.)
La creciente deuda externa trajo consigo el mal manejo y el uso irregular e ilegal de la deuda
pública, la deuda externa y las reservas.
Los contratos de adquisiciones militares y de obras públicas continuaron siendo empleados como
medios de corrupción. Desde mediados de la década de 1970 y particularmente en la de 1980,
los problemas del narcotráfico, asociados fundamentalmente con la creciente producción y el
contrabando de cocaína, corroyeron seriamente el cumplimiento de la ley y las instituciones
judiciales.
El financiamiento ilegal de los políticos, partidos y campañas con narcodólares fue algo usual en
el Perú de esta época, al igual que en otros países latinoamericanos, como sucedió, en la campaña
electoral del presidente colombiano Ernesto Samper a comienzos de la década de 1990.
El costo indirecto de las inversiones extranjeras perdidas creció cuando la inversión extranjera
directa y de cartera estuvo algo más disponible en las décadas de 1970 y 1980, pero la
inestabilidad y la corrupción institucionales obstaculizaron la confianza y los incentivos a los
inversionistas.
Aunque la acusación formal y el procesamiento del expresidente Alan García fueron manejados
torpemente y, finalmente, quedaron descarrilados por razones técnicas, sí se aprendieron
importantes lecciones acerca de la exposición, la investigación y los procedimientos legales que
se deben seguir para procesar la corrupción.
Con la excusa ideológica de promover la lucha contra los insurgentes terroristas y el narcotráfico,
se formó un aparato secreto policial y militar para capturar y manipular el Estado, así como
perpetrar abusos de los derechos humanos. En el centro de los mecanismos encubiertos de control
político, represión, manipulación y corrupción se encontraba el Servicio de Inteligencia Nacional,
encabezado por el jefe de espías Montesinos, el notorio «asesor» presidencial.
Fujimori, asimismo, dependió de su propia red de parientes y socios para desviar fondos
procedentes de la asistencia extranjera, empresarios y asociados políticos.
En la historia del Perú ha habido varios ejemplos clásicos de entendimiento dual en la cúpula de
gobiernos signados por el abuso del poder: el virrey Amat-asesor Salas, Gamarra-Gutiérrez de
La Fuente, Echenique-Torrico, Balta-Piérola, Piérola-Dreyfus, Leguía-EgoAguirre, Odría-Noriega,
Velasco-Tantaleán y García-Mantilla, entre otros. Sin embargo, el dúo Fujimori-Montesinos
probablemente superó a todos ellos en términos del alcance y profundidad de la corrupción.
La administración económica y financiera ortodoxa, supuestamente uno de los logros del régimen,
estuvo plagada de opacidad y de decretos «secretos» que permitieron los malos manejos, el
favoritismo, el conflicto de intereses y el abuso en las privatizaciones, operaciones de deuda
externa y de rescate de bancos locales.
Así, una importante oportunidad histórica para una reestructuración auténtica y más equitativa
fue mayormente desperdiciada. Significativamente, los magnates de los medios de comunicación
también recibieron pagos ilegales para influir en la opinión pública, orquestar campañas
ideológicas y apoyar las políticas de Fujimori.
Se ha estimado que el costo medio anual de la corrupción durante el régimen de Fujimori fue de
entre 14.000 y 20.000 millones de dólares.
La inversión extranjera perdida dio cuenta de una gran parte de los costos indirectos de la
corrupción, puesto que el Perú claramente se convirtió en un destino demasiado riesgoso y
oneroso para las inversiones, debido a los altos precios de transacción de la corrupción.
Además, los niveles comparativos estimados de la corrupción alcanzaron los índices combinados
más altos del siglo XX: 50 por ciento del gasto gubernamental (superado únicamente por el
régimen de Leguía, con 72 por ciento) y 4,5 por ciento del PBI (ligeramente inferior que el 4,9
por ciento registrado por el régimen militar de la década de 1970).
Quizá haya algo de cierto en la afirmación de que el régimen de Fujimori-Montesinos fuese el más
corrupto en la historia peruana (al menos en el siglo XX). Sin embargo, la corrupción de la década
de 1990 solamente formaba parte de una larga historia estructural de corrupción incontenida,
que permitió que fueran posibles las exageraciones de las décadas de 1920, 1970 y 1990.
La tolerancia del público a la corrupción política y administrativa tuvo, sin embargo, ciertos
límites, incluso bajo regímenes autoritarios con un control encubierto de los medios. Al igual que
en el caso de Leguía, el venidero fin de la presidencia de Fujimori se vio acelerado por la ambición
de ser relegido por tercera vez.
Los torcidos esfuerzos para asegurar su relección y una mayoría en el nuevo Congreso limitaron
las posibilidades de Fujimori para mantenerse en el poder.
Gracias a evidencias sin precedentes, hechas posibles por nuevas tecnologías de vigilancia usadas
y abusadas por Montesinos, los pocos medios de comunicación independientes simplemente
tuvieron que mostrar embarazosos e incriminadores videos para desatar la avalancha de
revelaciones que siguió.
Una opinión pública abrumadoramente negativa y las investigaciones de los medios hicieron que
Montesinos y Fujimori cayeran en desgracia.
Comenzó, así, una nueva era, en la cual la creciente toma de conciencia de cuán necesario es
contener y procesar eficientemente a la corrupción tal vez sirva finalmente como inspiración
histórica para complementar pronto las necesarias y esquivas reformas institucionales que
conduzcan a un genuino desarrollo económico y social.
QUIROZ, Alfonso 2014 Historia de la corrupción en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/3823522/Decimosexta%20Edici%C3%B3n%20Oficial%20
de%20la%20Constituci%C3%B3n%20Pol%C3%ADtica%20del%20Per%C3%BA%20%28bolsillo%29.pdf.p
df?v=1668011693
En las Leyes de Aprobación del Presupuesto del Sector Público para cada año fiscal, en los
anexos de distribución del gasto público, los niveles de gobierno son: GN, GR y GL
El Nivel Nacional: Competencias de alcance nacional, comprende a los tres poderes del Estado
y a los Organismos Constitucionalmente Autónomos.
El Nivel Regional: Ámbito de gobierno son los departamentos, a cargo de los gobiernos
regionales.
El Nivel Local: Ámbito de gobierno son las provincias, distritos y los centros poblados, a cargo
de las municipalidades provinciales, distritales y de centros poblados.
Es el conjunto de entidades públicas con sus propias características estructurales que incluye a
los funcionarios públicos encargados de implementar políticas públicas que garantice el bienestar
social.
Las políticas públicas están relacionados a las 25 funciones del estado de acuerdo a su clasificador
funcional aprobado por la MEF-DGPP
https://www.mef.gob.pe/contenidos/archivos-
descarga/TUO_CLASIFICADOR_FUNCIONAL_2017.pdf
https://indesvirtual.iadb.org/file.php/349/modulos/Modulo_1_-
_Gestion_para_resultados_en_el_ambito_publico.pdf
(Página 32 a 75)
https://slp.gob.mx/finanzas/SiteAssets/Paginas/Planeaci%C3%B3n/MANUALSEPBID1.pdf
Los Sistemas Administrativos de aplicación nacional están referidos a las siguientes materias:
1. Gestión de Recursos Humanos
2. Abastecimiento
3. Presupuesto Público
4. Tesorería
5. Endeudamiento Público
6. Contabilidad
7. Inversión Pública
8. Planeamiento Estratégico
9. Defensa Judicial del Estado
10.Control
11.Modernización de la gestión pública
El Poder Ejecutivo tiene la rectoría de los Sistemas Administrativos, con excepción del Sistema
Nacional de Control.
INSTRUMENTO DE
LOS SISTEMAS ADMINISTRATIVOS GESTIÓN O UNIDAD
BASE LEGAL
DEL SECTOR PÚBLICO HERRAMIENTA DE ORGÁNICA
GESTIÓN U OTROS
https://diariooficial.elperuano.pe/pdf/0019/texto-unico-ordenado-de-la-ley-de-
tributacion-municipal.pdf
Objeto:
Según el Artículo 1°: Establecer normas básicas sobre la Administración Financiera del Sector
Público para su gestión integrada y eficiente, de manera intersistémica, en un contexto de
sostenibilidad y responsabilidad fiscal.
Siguiendo con el Decreto Legislativo N° 1436, también es necesario precisar ciertas definiciones para su conocimiento
conforme a su artículo 4°:
Actividad Económica: Es la provisión de bienes y servicios públicos, por parte de entidades públicas financiadas por el
Presupuesto del Sector Público, o por parte de empresas públicas y otras formas de organización que administran recursos
públicos.
Administración Financiera del Sector Público: Es la gestión de los derechos y obligaciones económicas financieras de
titularidad del Estado, mediante la aplicación de reglas, principios y procedimientos por los que se rigen sus componentes.
Fondos: Es una organización creada por ley con la finalidad de administrar Fondos Públicos distintos a los de la entidad
de la cual forma parte, definiéndose su estructura, que puede incluir un consejo directivo como máxima autoridad.
Fondos Públicos: Son los flujos financieros que constituyen derechos de la Administración Financiera del Sector Público,
cuya administración se encuentra a cargo del Sector Público, de acuerdo con el ordenamiento legal aplicable.
Gobernanza de la AFSP:
Según el Artículo 6.1°: Está conformado por los siguientes sistemas nacionales:
Según el Artículo 9°: Ente rector es la Dirección General de Presupuesto Público que conducen el
proceso presupuestario de las Entidades Públicas y tiene por finalidad promover la eficacia y
eficiencia del mencionado proceso, orientado al logro de resultados prioritarios y desempeño
institucional, en consistencia con las políticas públicas, en cada una de las fases del ciclo
presupuestario, como son programación multianual (PMP), formulación (FP), aprobación (AP),
ejecución (EP) y evaluación presupuestaria (EP).
Según el Artículo 10°: Ente rector es la Dirección General del Tesoro Público donde se ejecuta la
gestión del flujo financiero. Y tiene por finalidad la estructuración del financiamiento del
presupuesto del Sector Público, la gestión de activos financieros del Sector Público No Financiero
y los riesgos fiscales del Sector Público, de manera integrada con el Sistema Nacional de
Endeudamiento Público.
Según el Artículo 11°: Ente rector es la Dirección General del Tesoro Público se ejecuta la gestión
de pasivos financieros y sus riesgos financieros y tiene por finalidad gestionar parte de la
estructuración del financiamiento del Sector Público.
Según el Artículo 12°: Ente rector es la Dirección General de Contabilidad Pública se ejecuta y
evalúa el registro contable de los hechos económicos, financieros y patrimoniales del Sector
Público, en armonía con la normativa contable internacional vigente y tiene por finalidad regular
la elaboración de los estados financieros de las entidades públicas, sin excepción, así como su
integración y consolidación en la Cuenta General de la República, por niveles de gobierno,
empresas públicas y la seguridad social.
Según el Artículo 13°: Ente rector es la Dirección General de Abastecimiento para la provisión de
los bienes, servicios y obras orientados al logro de los resultados, a través de los procesos de la
cadena de abastecimiento público y tiene por finalidad un eficiente y eficaz empleo de los recursos
públicos asignados a las entidades del Sector Público.
Según el Artículo 15°: La Dirección General de Gestión Fiscal de los Recursos Humanos, quien
define como la evaluación y validación de los ingresos correspondientes a los recursos humanos
del Sector Público y la administración del registro de dichos ingresos, con transparencia, legalidad,
eficiencia y eficacia.
Y tiene por finalidad contribuir a la asignación y utilización eficientes de dichos ingresos, a través
de la implementación de la Planilla Única de Pago y otros instrumentos, garantizando la
Sostenibilidad Fiscal y Responsabilidad Fiscal.
Según el Artículo 17°: La AFSP se encuentra vinculada con los planes y/o políticas nacionales,
sectoriales e institucionales de corto, mediano y largo plazo, tales como:
GOBIERNO NACIONAL
INSTRUMENTOS DE PLANEAMIENTO ESTRATEGICO
DENOMINACIÓN TIPO DE POLÍTICAS
Plan Estratégico de Desarrollo Nacional POLÍTICAS NACIONALES
Política General de Gobierno POLÍTICAS DE GOBIERNO
Planes Sectoriales Multianuales POLÍTICAS SECTORIALES
Plan Estratégico Institucional POLÍTICAS ESTRATÉGICAS INSTITUCIONALES
Plan Operativo Institucional POLÍTICAS OPERATIVAS INSTITUCIONALES
GOBIERNO REGIONALES
INSTRUMENTOS DE PLANEAMIENTO ESTRATEGICO
DENOMINACIÓN TIPO DE POLÍTICAS
Plan Estratégico de Desarrollo Nacional POLÍTICAS NACIONALES
Política General de Gobierno POLÍTICAS DE GOBIERNO
Planes Sectoriales Multianuales POLÍTICAS SECTORIALES
Planes de Desarrollo Concertado Regional POLÍTICAS ESTRATÉGICAS TERRITORIALES REGIONALES
Plan Estratégico Institucional POLÍTICAS ESTRATÉGICAS INSTITUCIONALES
Plan Operativo Institucional POLÍTICAS OPERATIVAS INSTITUCIONALES
Según el Artículo 18.1°: La integración se implementa en procesos articulados entre los sistemas
administrativos. (Según los de Rectoría del Poder Ejecutivo)
Según el Artículo 20.1°: Es un proceso técnico cuya finalidad es contar con una programación
multianual, para tres (3) años, en el uso de los recursos públicos para contribuir a la ejecución
de las políticas públicas
Para evaluar el avance al cierre de brechas de infraestructura y acceso a los servicios públicos.
Determinar los costos monetarios de los ingresos correspondientes a los Recursos Humanos
del Sector Público.
4. Planeación Financiera:
Identificar los requerimientos de capital de corto y mediano plazo y estableciendo los planes
de inversión de los excedentes de caja, en línea con la estrategia de activos y pasivos
financieros.
Según el Artículo 21.1°: Es un proceso técnico cuya finalidad es apoyar la gestión (acciones
diligentes) de las actividades económicas en el SP, con enfoque hacia los Principios de
Sostenibilidad Fiscal y Responsabilidad Fiscal.
Según el Artículo 21.2°: Se identifica los siguientes subprocesos técnicos de la Gestión de los RP.
1. Ejecución Presupuestaria:
2. Gestión de Pasivos Financieros del Sector Público:
3. Gestión de Adquisiciones:
4. Gestión de Ingresos de Personal:
5. Gestión de Inversión Pública:
6. Administración de Bienes:
7. Gestión de Tesorería:
8. Gestión Integral de Activos y Pasivos Financieros del Sector Público No Financiero:
9. Gestión de Riesgos Fiscales:
1. Ejecución Presupuestaria:
Manejar los Pasivos Financieros del Sector Público, con la finalidad de cubrir los requerimientos
de la Planeación Financiera.
3. Gestión de Adquisiciones:
Cautelar que las inversiones que se ejecuten contribuyan efectivamente al cierre de brechas
de infraestructura
6. Administración de Bienes:
7. Gestión de Tesorería:
Manejar de forma eficiente los Fondos Públicos a través de la gestión de ingresos, de liquidez,
y de pagos, sobre la base de un flujo de caja.
Se refiere al manejo integrado de los Activos y Pasivos Financieros del Sector Público No
Financiero, con la finalidad de dar sostenibilidad financiera a la ejecución de actividades
económicas en línea con la disponibilidad de los Fondos Públicos
Según el Artículo 22.1°: Es un proceso técnico cuya finalidad es apoyar la evaluación de la gestión
de las actividades económicas en el SP.
4. Evaluación Presupuestaria:
https://www.mef.gob.pe/contenidos/conta_publ/con_nor_co/nicsp/MC_NICSP_2020.pdf
Antes de analizar el capítulo 5 “Elementos de los Estados Financieros del MCIFPGESP”, se refiere
básicamente a la característica de registro de la contabilidad gubernamental denominado
Contabilidad Patrimonial o Contabilidad Financiera, en el Módulo Contable del SIAF, lo expresa
como Contabilidad Patrimonial.
Según el párrafo 5.5 los elementos de los estados financieros en las entidades del sector público
son las siguientes:
● activos;
● pasivos;
● ingresos;
● gastos;
● aportaciones del propietario; y
● distribuciones al propietario.
De acuerdo al párrafo 5.6 se expresa así, “Un recurso actualmente controlado por la entidad como
consecuencia de un suceso pasado.”
En nuestro país de acuerdo a nuestro TUO PCG los recursos están agrupados de la siguiente
forma:
1101 CAJA Y BANCOS: Recursos como los medios de pago (dinero en efectivo, cheques, giros
y depósitos), dentro de los medios de pago se encuentran los depósitos y asignaciones financieras
administradas por la CUT – Cuenta Única de Tesoro).
1102 INVERSIONES DISPONIBLES: Recursos representado por bonos, letras y otros valores
sean de entidades privadas o públicas nacionales o extranjeras su tenencia es con la finalidad de
obtener ganancias en el corto plazo.
1201 CUENTAS POR COBRAR: Recursos exigibles de tipo jurídico expresados en derechos de
cobro originados por tributos, venta de bienes, servicios y derechos administrativos y otros
ingresos devengados
1202 CUENTAS POR COBRAR DIVERSAS: Recursos por derechos de cobros comúnmente por
venta de activos no financieros, depósitos en garantía otorgados y multas y sanciones
1203 PRÉSTAMOS: Recursos autorizados por norma legal que originan derechos de cobranza a
terceros por préstamos entregados para fines específicos (educativos, agropecuarios, de vivienda
y otros)
1206 RECURSOS - TESORO PÚBLICO: Recursos que representan fondos por el RB/FF Recursos
Ordinarios actualmente administrados por el tesoro público, que se autorizan a las entidades
públicas para la cancelación de obligaciones devengadas presupuestariamente con la mencionada
fuente de financiamiento.
1302 BIENES PARA LA VENTA: Recursos tangibles por bienes que fueron comprados por la
entidad pública destinado para su reventa incluye otros activos inmovilizados designados con
autorización jurídica respectiva.
1303 BIENES DE ASISTENCIA SOCIAL: Recursos tangibles por bienes compradas con destino
social y entregado de forma gratuita, típicamente como apoyo de asistencia social como
alimentos, escolar, asistencia medica u otros de similares características.
1502 ACTIVOS NO PRODUCIDOS: Recursos tangibles poseídas como terrenos y tierras Agrupa
las subcuentas que representan las tierras y terrenos (urbanos, rurales y eriazos) terrenos
calificados como bienes culturales, activos de subsuelo y los recursos intangibles no producidos.
El párrafo 5.7 adicionalmente indica, “un recurso es una partida con potencial de servicio o
capacidad de generar beneficios económicos.
Algunos recursos representan los derechos de una entidad a una variedad de beneficios, por
ejemplo, el derecho a:
● usar el recurso para proporcionar servicios;
● usar los recursos de un tercero para proporcionar servicios, por ejemplo, arrendamientos;
● convertir el recurso en efectivo a través de su venta;
● recibir una corriente de flujos de efectivo.”
“Una entidad debe tener el control del recurso. El control del recurso implica la capacidad de la
entidad de usar el recurso (o derivarlo a terceros para su uso), de forma que obtenga el beneficio
del potencial de servicio o beneficios económicos incorporados en el recurso para la consecución
de su prestación de servicios u otros objetivos.”
Para evaluar si se controla actualmente un recurso, una entidad valorará si existen los siguientes
indicadores de control:
● propiedad legal;
● acceso al recurso, o capacidad de denegar o restringir el acceso al recurso;
● los medios para asegurar que el recurso se usa para lograr sus objetivos; y
● la existencia de un derecho exigible al potencial de servicio o la capacidad de generar beneficios
económicos que surgen del recurso.
El termino Suceso Pasado, respecto a los recursos obtenidos el párrafo 5.13 señala:
“La definición de un activo requiere que un recurso que una entidad controla actualmente debe
haber surgido de una transacción pasada u otro suceso pasado. Las entidades pueden obtener
activos mediante su compra en una transacción con contraprestación o desarrollándolos. Los
activos pueden también surgir mediante transacciones sin contraprestación, incluyendo el
ejercicio de poderes soberanos. El poder fiscal o de emitir licencias y acceder o restringir o
denegar el acceso a beneficios incorporados en recursos intangibles, como el espectro
electromagnético, son ejemplos de poderes y derechos específicos del sector público que pueden
dar lugar a activos.”
De acuerdo al párrafo 5.14 que define como, “Una obligación presente de la entidad que da lugar
a una salida de recursos que surge de sucesos pasados.”
“Las entidades del sector público pueden tener un número de obligaciones. Una obligación
presente es una obligación legalmente vinculante (obligación legal) o una obligación no
legalmente vinculante, en la que una entidad tiene poca o nula alternativa realista de evitar. Las
obligaciones no son obligaciones presentes a menos que sean vinculantes y haya una poca o nula
alternativa realista de evitar una salida de recursos.”
En nuestro país de acuerdo a nuestro TUO PCG las obligaciones actuales devengadas y están
agrupados de la siguiente forma:
2103 CUENTAS POR PAGAR: Obligaciones comerciales y no comerciales con proveedores por
la adquisición de bienes, anticipos otorgados y otros similares reconocidos por la entidad pública.
2301 DEUDA PÚBLICA: Deudas financieras devengadas por acreencias con entidades
(gobiernos o instituciones) extranjeras cuyo vencimiento es en el término no corriente, incluido
los costos de financiamiento como: intereses, comisiones y otros similares, garantizados por el
gobierno.
2501 INGRESOS DIFERIDOS: Son obligaciones diferidas por ingresos cuyo vencimiento o
liquidación se realizará en los ejercicios posteriores.
“Un pasivo debe involucrar una salida de recursos de la entidad para su liquidación. Una obligación
que puede liquidarse sin una salida de recursos de la entidad no es un pasivo.”
“Para satisfacer la definición de un pasivo, es necesario que surja una obligación presente como
consecuencia de una transacción pasada u otro suceso y requiere una salida de recursos de la
entidad. La complejidad de los programas y actividades del sector público significa que un número
de sucesos en el desarrollo, implementación y operación de un programa concreto puede dar
lugar a obligaciones. A efectos de la información financiera es necesario determinar si estos
compromisos y obligaciones, incluyendo las obligaciones vinculantes en que la entidad tiene poca
o nula alternativa realista de evitar pero que no son exigibles legalmente (obligaciones no
legalmente vinculantes) son obligaciones presentes y satisfacen la definición de un pasivo.
Cuando un acuerdo tiene forma legal y es vinculante, tal como un contrato, el suceso pasado
puede ser fácilmente identificable.”
En nuestro país de acuerdo a nuestro TUO PCG los ingresos devengados contablemente que
aumentan el patrimonio neto y están agrupados de la siguiente forma:
4102 IMPUESTO A LA PROPIEDAD: Ingresos que se reconocen por recaudar tributos que
gravan las rentas de propiedad sobre los bienes inmuebles y muebles.
4105 OTROS INGRESOS IMPOSITIVOS: Ingresos reconocidos por recaudar y/o acotar tributos
por impuestos ya derogados, por fraccionamientos tributarios, por multas y sanciones tributarias
y otros similares.
4301 VENTA DE BIENES: Ingresos reconocidos originados por la venta de bienes que la entidad
pública produce diferente a su función de administración. Los bienes producidos son productos
agrícolas, forestales, minerales, industriales, de educación, de salud, de transporte y otros
similares.