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I/2022
ACTIVIDAD: Investigación webgrafica Dispositivo pedagógico: Cambio Climático
TAREA: Obtención y tratamiento de información webgráfica
Grupo: Fractales
FECHA: Abril.28.21.Jue
TEXTO 1
Cambio climático
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Para el calentamiento actual del sistema climático debido a la actividad humana, véase Calentamiento
global.
Un cambio climático se define[1][2] como la variación en el estado del sistema climático terrestre,
formado por la atmósfera, la hidrosfera, la criosfera, la litosfera y la biosfera, que perdura durante
periodos de tiempo suficientemente largos (décadas o más tiempo)[2] hasta alcanzar un nuevo
equilibrio. Puede afectar tanto a los valores medios meteorológicos como a su variabilidad y
extremos.
Los cambios climáticos han existido desde el inicio de la historia de la Tierra, han sido graduales o
abruptos y se han debido a causas diversas, como las relacionadas con los cambios en los
parámetros orbitales, variaciones de la radiación solar, la deriva continental, periodos de
vulcanismo intenso, procesos bióticos o impactos de meteoritos. El cambio climático actual es
antropogénico y se relaciona principalmente con la intensificación del efecto invernadero debido a
las emisiones industriales procedentes de la quema de combustibles fósiles.[3][4]
Los científicos trabajan activamente para entender el clima pasado y futuro mediante observaciones
y modelos teóricos. Para ello recopilan un registro climático del pasado remoto de la Tierra basado
en la evidencia geológica a partir de sondeos geotécnicos de perfiles térmicos, testigos de hielo,
registros de la flora y fauna como crecimiento de anillos de árboles y de corales, procesos glaciares
y periglaciares, análisis isotópico y otros análisis de las capas de sedimento y registros de los
niveles del mar del pasado. Cualquier variación a largo plazo observado a partir de estos
indicadores (proxies) puede indicar un cambio climático.
El registro instrumental provee de datos más recientes. Buenos ejemplos son los registros
instrumentales de temperatura atmosférica y las mediciones de la concentración de CO2
atmosférico. No debemos olvidar el enorme flujo de datos climatológicos procedente de los satélites
en órbita pertenecientes principalmente de los programas de observación de La Tierra de NASA[5] y
ESA[6]
Los modelos de circulación general se utilizan a menudo en los enfoques teóricos para intentar
reconstruir los climas del pasado,[7] realizar proyecciones futuras[8] [9] y asociar las causas y efectos
del cambio climático.[10]
Los factores externos que pueden influir en el clima son llamados forzamientos climáticos.[1][2] Los
forzamientos climáticos son factores que inciden en el balance de energía del sistema climático,
modificando la cantidad de energía que el sistema recibe del Sol o la cantidad de energía que el
sistema pierde por emisión desde la Tierra al espacio exterior. Los climatólogos que estudian el
cambio climático actual suelen denominarlos forzamientos radiativos y consideran básicamente
cuatro de ellos: la cantidad de la radiación solar en lo alto de la atmósfera (constante solar), el
albedo terrestre, la concentración de gases de efecto invernadero y la concentración de aerosoles
tanto de procedencia natural, como son los procedentes de erupciones volcánicas, como los de
origen antropogénico que proceden de actividades humanas, entre otros.
Los paleoclimatólogos, sin embargo, consideran como forzamientos climáticos externos un rango
mucho más amplio de fenomenología extraterrestre que incluyen las variaciones en los parámetros
orbitales de la Tierra o la caída de meteoritos.[12] Las variaciones orbitales, por ejemplo, cambian la
distribución geográfica y estacional de la radiación solar pero apenas modifican el balance de
energía planetario, es decir, no constituyen un forzamiento radiativo relevante. Precisamente, uno
de los objetivos de climatólogos y paleoclimatólogos es entender qué mecanismos amplificadores
inducen estas variaciones orbitales para explicar los diferentes ciclos glaciales que se han producido
en la historia de nuestro planeta.[13]
En cuanto a los procesos internos, desde el punto de vista climatológico se estudia principalmente la
variabilidad natural[1][2] dentro del mismo sistema climático que no provoca cambios en el balance
radiativo de la atmósfera. Esta variabilidad se produce como resultado de la interacción dinámica
entre la atmósfera y el océano típicamente en escalas temporales de unos años a unas pocas
décadas. Los fenómenos más conocidos de esta variabilidad interna son la circulación termohalina y
ENSO (El Niño). Así por ejemplo, los años El Niño, como 1997, se corresponden con temperaturas
globales por encima de la media.
Los paleoclimatólogos añaden a los procesos internos aquellos inherentes a la dinámica planetaria
que afectan al clima.[12] Estos incluyen la orogénesis (formación de montañas), tectónica de placas,
vulcanismo y cambios biológicos a largo plazo como la evolución de las plantas terrestres. La
tectónica de placas junto a la erosión, por ejemplo, puede contribuir, mediante el Ciclo Geoquímico
Carbonato-Silicato, al secuestro de CO2, disminuyendo la cantidad de gases de efecto invernadero y
disminuyendo por tanto la temperatura global. El vulcanismo masivo y constante devuelve a la
atmósfera el dióxido de carbono secuestrado en el manto por los procesos de subducción. Estos
procesos actúan en periodos geológicos de entre decenas de miles a varios millones de años.
Índice
1 Terminología
2 Causas
Terminología[editar]
El término a veces se usa para referir específicamente al cambio climático causado por la actividad
humana, en lugar de cambios en el clima que pueden haber resultado como parte de los procesos
naturales de la Tierra.[14] En este sentido, especialmente en el contexto de la política
medioambiental, cambio climático se ha convertido en sinónimo de calentamiento global
antropogénico. En las publicaciones científicas, calentamiento global refiere al aumento de las
temperaturas superficiales mientras que cambio climático incluye al calentamiento global y todos
los demás efectos que el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero produce.[15] La
Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático define al cambio climático en
su artículo 1 párrafo segundo, como un cambio de clima atribuido directa e indirectamente a la
actividad humana que altera la composición de la atmósfera y que se suma a la variabilidad natural
del clima observadas durante períodos de tiempos comparables.[16] A veces se confunden[17] los
términos cambio climático con cambio global.
Animación del mapa mundial de la temperatura media mensual del aire de la superficie
El clima es un promedio del tiempo atmosférico a una escala de tiempo dado que la Organización
Meteorológica Mundial ha estandarizado en 30 años.[18] Los distintos climas se corresponden
principalmente con la latitud geográfica, la altitud, la distancia al mar, la orientación del relieve
terrestre con respecto a la insolación (vertientes de solana y umbría) y a la dirección de los vientos
(vertientes de Sotavento y barlovento) y por último, las corrientes marinas. Estos factores y sus
variaciones en el tiempo producen cambios en los principales elementos constituyentes del clima:
temperatura atmosférica, presión atmosférica, vientos, humedad y precipitaciones.
En última instancia, para que se produzca un cambio climático global, debe actuar algún
forzamiento climático, es decir, cualquier factor que incida en el balance de energía del sistema
climático, modificando la cantidad de energía que el sistema recibe del Sol o la cantidad de energía
que el sistema pierde por emisión desde la Tierra al espacio exterior. Los forzamientos pueden ser
las variaciones en los parámetros orbitales de la Tierra, en el albedo terrestre, en la concentración de
gases de efecto invernadero, en la concentración de aerosoles tanto de procedencia natural, como
son los procedentes de erupciones volcánicas, como los de origen antropogénico que proceden de
actividades humanas, entre otros.
Otros factores como la distribución de los continentes pueden terminar afectando a alguno de los
forzamiento e inducir un cambio climático global. Por ejemplo, la ocupación del océano ecuatorial
por una gran masa de tierra, como ocurrió con el supercontinente Rodinia durante el
Neoproterozoico, puede contribuir a una mayor reflexión de radiación solar, aumentando el albedo
y produciendo cierto enfriamiento que puede provocar la formación de hielo que, a su vez, vuelve a
aumentar el albedo, en un ciclo conocido como realimentación hielo-albedo.[19] La fragmentación de
Rodinia[20] hace unos 700-800 millones de años, pudo exponer mayor cantidad de corteza terrestre a
la erosión por lluvia y provocar que el Ciclo Geoquímico Carbonato-Silicato aumentara el secuestro
de CO2 atmosférico contribuyendo a una disminución de la temperatura que terminase induciendo
una glaciación global, más conocida como bola de nieve.
El cambio climático actual es, de manera muy probable, totalmente antropogénico y se relaciona
principalmente con la intensificación del efecto invernadero debido a las emisiones industriales
procedentes de la quema de combustibles fósiles.[3][4] Las contribuciones probables de los
forzamientos naturales y la variabilidad interna al cambio de la temperatura global desde 1951 son
insignificantes.[4]
Influencias externas[editar]
Variaciones solares[editar]
El Sol es una estrella aproximadamente de 4600 millones de años de edad que emite radiación
electromagnética en todo el rango del espectro, desde las ondas de radio hasta los rayos X, aunque
el 50% de la energía se emite en el visible e infrarrojo. La emisión se ajusta excelentemente a la de
un cuerpo negro a 5770 K, temperatura característica de su superficie visible (la fotosfera). A la
distancia de la Tierra (1 UA), la parte alta de la atmósfera recibe una irradiancia de 1361 W/m²[21]
que, debido a su escasa variación a corto plazo, se conoce históricamente como constante solar.
El Sol presenta ciclos de actividad de once años reflejados en su superficie por el número de
manchas.[22] Desde 1978 tenemos observaciones directas de la actividad solar[23] y desde principios
del siglo XVII mediante indicadores indirectos (proxies) del ciclo solar.[24] La amplitud de estos
ciclos varía en torno a un 0,1%,[25] con períodos sin manchas solares, como el mínimo de Maunder
(1645 a 1715) que contribuyó a la conocida como Pequeña Edad de Hielo y periodos de mayor
actividad, como el Máximo Solar Moderno, centrado a finales de la década de 1950 y cuya amplitud
está todavía en discusión.[26]
La temperatura media de la Tierra depende de lo que haya comido ese día.Sin embargo, debido a
que ese aporte de energía apenas varía en el tiempo, no se considera que sea una contribución
importante para la variabilidad climática a corto plazo en comparación con el efecto de los gases de
efecto invernadero.[27] Esto sucede porque el Sol es una estrella de tipo G en fase de secuencia
principal, resultando muy estable. El flujo de radiación es, además, el motor de los fenómenos
atmosféricos ya que aporta la energía necesaria a la atmósfera para que estos se produzcan.[28] Las
variaciones en la irradiancia solar, por tanto, no han contribuido al cambio climático de las últimas
décadas.[29]
Las variaciones de la radiación solar son, sin embargo, más acusadas en el ultravioleta cercano,[30]
por lo que sería esperable que el ciclo solar afectase a la estratosfera a través de la absorción de la
capa de ozono. Dicha influencia en la temperatura y en la concentración de ozono ha sido
efectivamente observada en la estratosfera tanto en latitudes medias como tropicales[31]
No es la única conexión establecida entre el Sol y el clima. Una de los resultados más robustos[32][33]
es la variación de la temperatura de la estratosfera polar cuando los datos se relacionan con la fase
de la Oscilación Casi Bienal (QBO), una oscilación del viento en la baja estratosfera con un periodo
medio de entre 28 y 29 meses[34]
Con respecto al calentamiento global del último siglo, estudios estadísticos de detección y
atribución encuentran la influencia solar en la primera mitad del siglo XX, pero no en la segunda,
perfectamente en consistencia con la constancia de la irradiancia solar después de 1980[33][29]
Una hipótesis popular relaciona las variaciones en el campo magnético solar con cambios en el
clima mediante la creación de núcleos de condensación por ionizaciones provocadas por los rayos
cósmicos. En los momentos de mayor actividad solar se intensifica el campo magnético, que limita
la cantidad de rayos cósmicos que alcanzan la atmósfera y, por tanto, la creación de núcleos de
condensación, formándose menos nubes y aumentando la cantidad de luz solar que alcanza la
superficie. De esta manera indirecta, la parte alta del ciclo solar provoca un mayor calentamiento de
la superficie. Sin embargo, los datos disponibles no respaldan esta conexión[33][35][36][37][38]
A largo plazo el Sol aumenta su luminosidad a razón de un 10 % cada mil millones de años, lo que
cambia enormemente el clima a través de los eones (ver La paradoja del Sol débil más abajo)
Variaciones orbitales[editar]
Hay tres factores que contribuyen a modificar las características orbitales haciendo que la
insolación media en uno y otro hemisferio varíe aunque no lo haga apenas el flujo de radiación
global. Se trata de la precesión de los equinoccios, la excentricidad orbital y la oblicuidad de la
órbita o inclinación del eje terrestre. Solo la excentricidad puede cambiar ligeramente el flujo de
radiación global, en menos del 0,2%[39][40]
El perihelio actual coincide muy aproximadamente con el solsticio de diciembre, pero se trata
solamente de una coincidencia temporal. El eje de rotación de la Tierra describe una circunferencia
en un periodo de unos 26 000 años. Es el conocido fenómeno de la precesión de los equinoccios.
La órbita de la Tierra también está sometida a su propio movimiento de precesión del perihelio
provocada por la influencia gravitatoria de Júpiter y Saturno principalmente, con un periodo de
unos 112 000 años.[41] Ambos movimiento, la precesión de los equinoccios y del perihelio
(precesión absidal) se combinan para provocar la traslación del perihelio con respecto a las
estaciones en dos ciclos, uno dominante de 23 000 y otro menos acusado de 19 000 años.[42]
Esas variaciones orbitales podrían tener su relevancia en tiempos históricos y constituir uno de los
disparadores del Óptimo Climático del Holoceno hace unos 6000 años, cuando el verano del
hemisferio norte llevaba varios milenios en la parte de la órbita cercana al perihelio.[43][44] La mayor
cantidad de radiación incidente sobre el norte de África también ayudó al aumento de las lluvias
monzónicas y a crear, como consecuencia, un Sahara verde y húmedo haces unos 10 000 años[45]
La situación empezó a cambiar de manera significativa hace unos 5000 años, cuando el inverno
empezó a acercarse al perihelio, provocando una tendencia progresiva al enfriamiento que parece
haberse encontrado en los indicadores de los últimos dos milenios.[46][47]
La periodicidad del ciclo de la precesión también controló las variaciones climáticas varios millones
de años antes de los últimos 3 millones de años aproximadamente. A partir de ese momento empezó
a dominar un nuevo ciclo muy estable de 41 000 años que iniciaría las grandes glaciaciones del
hemisferio norte aparentemente provocadas por las variaciones de la oblicuidad del eje de rotación
entre unos 22 y 24,5°.[48][49] El factor clave propuesto que afecta al avance y retirada de los glaciales
es la insolación sobre el hemisferio norte integrada a lo largo del verano en lugar del máximo o el
promedio de insolación.[50] Los modelos numéricos siguen mostrando sin embargo una clara
influencia de la precesión, por lo que la explicación del ciclo de 41 000 años en los periodos
glaciales de la primera mitad del Pleistoceno parece resistirse a una explicación definitiva.[51]
Misteriosamente, pues todavía no estamos seguros de las causas, esos ciclos glaciales cambiaron a
una periodicidad de cien mil años durante el último millón de años aproximadamente.[52]
Los tres ciclos de insolación provocados por los diferentes movimientos orbitales se conocen como
Ciclos de Milankovitch y fueron descubiertos de manera pionera en la década de 1870 por el
escocés James Croll.[65][66] Previamente, en 1842, Joseph Adhémar ya había conjeturado que la
precesión de la órbita terrestre era la causa de las eras glaciales. Los cálculos de Croll fueron
perfeccionados independientemente en los años veinte del siglo pasado por el astrónomo serbio
Milutin Milanković.[67][68][69] Treinta años más tarde, tres investigadores utilizaron registros
climáticos de los últimos 450 000 años a partir del análisis de sedimentos marinos para poner a
prueba la hipótesis. En 1976 publicaban en la revista Science un artículo[52] con la confirmación de
la conexión entre el cambio de insolación provocada a 65°N debido a los ciclos orbitales y las eras
glaciales del Cuaternario. Dicha conexión ha sido extendida actualmente hasta hace 1400 millones
años, durante el Proterozoico.[70] Aunque lo cierto es que no existe una teoría consolidada del
mecanismo que amplifica el efecto de la insolación para producir los ciclos glaciales.[42][71][49][72]
Las variaciones orbitales han podido estar estrechamente relacionadas con la evolución de los
homínidos a través del clima africano[73]
El estudio del papel de estas variaciones orbitales será fundamental para entender el clima futuro.[49]
La variación de los parámetros orbitales harían esperar el final del interglaciar actual dentro de los
próximos 10 milenios si las emisiones de CO2 se mantuviesen en niveles preindustriales (menor de
unas 300 ppmv).[74] Con el aumento de emisiones industriales, la terminación del interglacial no se
producirá muy probablemente al menos dentro de los próximos 50 mil años.[75][76][77][78]
Impactos de meteoritos[editar]
En raras ocasiones ocurren acontecimientos de tipo catastrófico que cambian la faz de la Tierra para
siempre. Se trata de los impactos de meteoritos de gran tamaño. El último de tales acontecimientos
globalmente catastrófico y bien documentado, el suceso de Chicxulub (en Yucatán, México)
conocido como impacto K/T, se produjo hace 66 millones de años[79] y provocó una extinción
masiva que acabó con muchas especies además de los dinosaurios.[80][81] El causante, un asteroide de
unos 10 km de diámetro, creó un cráter de unos 200 km y puso en juego una energía en torno a mil
millones de Mt,[82][83] equivalente en orden de magnitud a la energía que nuestro planeta recibe del
Sol durante todo un año. Es indudable que tales fenómenos pueden provocar un efecto devastador
sobre el clima al liberar grandes cantidades de aerosoles (principalmente como óxidos de azufre que
producen ácido sulfúrico), polvo, vapor de agua y CO2 a la atmósfera debido a la eyección de
materiales, tanto del propio objeto como de la superficie terrestre, y a los incendios provocados por
el impacto.[83][84][85]
El modelo climático clásico propuesto después del impacto K/T consiste en la liberación inicial de
polvo y dióxido de azufre, creando una reducción de la luz solar de hasta un 20% en la primera
década y un enfriamiento global durante otra década más hasta temperaturas que podrían estar por
debajo del punto de congelación,[86][87][88] un escenario habitualmente denominado invierno nuclear.
Posteriormente, dominaría el aumento del efecto invernadero provocado por el CO2 procedente de
la roca carbonatada pulverizada en el impacto. La magnitud de estas emisiones se ha estimado en
aproximadamente una década de las emisiones industriales actuales,[89] induciendo primero un
ligero calentamiento global y posteriormente un calentamiento importante a largo plazo (unos cien
mil años), del que existe evidencia reciente.[90][91] Pero podrían existir otros mecanismos que
provocasen el calentamiento[92] y la distinción entre los efectos de la caída de bólidos y la actividad
volcánica masiva son difíciles de diferenciar sin una datación precisa de los eventos.[93]
Se han intentado conectar al menos dos eventos climáticos significativos con la caída de un
asteroide. Uno de ellos podría corresponderse con la extinción masiva del Pérmico-Triásico
sucedida hace 252 millones de años.[94] Se han propuesto varios cráteres candidatos[95][96][97] aunque
el cráter Araguainha (Brasil) de 40 km de diámetro parezca, de momento, el mejor aspirante,
considerada que su datación, en una edad comprendida entre 250 y 256 millones de años, se solapa
con la fecha de la extinción masiva.[98] Ese tamaño de cráter no debería provocar efectos
convencionales duraderos,[83] pero se ha propuesto un mecanismo alternativo consistente en la
producción de terremotos de gran magnitud (9-10 en la escala Richter) actuando a escala
continental y afectando a yacimientos de arenas bituminosas y rocas ricas en materiales orgánicos,
lo que provocaría importantes emisiones de metano y, en consecuencia, un cambio climático
abrupto.[99]
El otro de los cambios climáticos asociado a un posible impacto de bólido podría haberse producido
mucho más recientemente, poco antes de comenzar el Holoceno. El descubrimiento reciente de un
cráter de 31 km de diámetro bajo el hielo de Groenlandia, correspondiente a un bólido de 1,5 km de
diámetro, ha reabierto el caso de la hipótesis del impacto en el evento climático conocido como
Dryas Reciente,[100] un enfriamiento repentino sucedido hace unos 12 800 años, aparentemente
respaldada por una acumulación de nuevas evidencias físicas.[101] El cráter, sin embargo, no ha sido
datado, aunque se estima que se ha producido en los últimos 100 000 años,[100] por lo que el debate
sigue abierto.
Influencias internas[editar]
Deriva continental[editar]
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 30 de enero de 2019.
Pangea.
Deriva continental y clima son procesos relacionados ya que la posición de los continentes es un
factor determinante en la conformación del clima mundial. La Tierra ha sufrido muchos cambios
desde su origen hace 4600 millones de años. Hace 225 millones de años todos los continentes
estaban unidos, formando lo que se conoce como Pangea y había un océano universal llamado
Panthalassa. La tectónica de placas ha separado los continentes y los ha puesto en la situación
actual. El Océano Atlántico se ha ido formando desde hace 200 millones de años. La deriva
continental es un proceso sumamente lento, por lo que la posición de los continentes fija el
comportamiento del clima durante millones de años. Hay dos aspectos a tener en cuenta. Por una
parte, las latitudes en las que se concentra la masa continental: si las masas continentales están
situadas en latitudes bajas habrá pocos glaciares continentales y, en general, temperaturas medias
menos extremas. Así mismo, si los continentes se hallan muy fragmentados habrá menos
continentalidad. Estos aspectos pueden contribuir de varias formas contradictorias en la evolución
del clima.
Un proceso que demuestra la influencia a largo plazo de la deriva continental sobre el clima es la existencia
de yacimientos de carbón en las islas Svaldbard o Spitbergen, en una latitud donde ahora no existen árboles
por el clima demasiado frío: la idea que explica estos yacimientos es que el movimiento de la placa donde
se encuentran dichas islas se produjo hacia el norte desde una ubicación más meridional con un clima más
cálido.
Composición atmosférica[editar]
Con la aparición de la vida en la Tierra se sumó como agente incidente el total de organismos vivos,
la biosfera. Inicialmente, los organismos autótrofos por fotosíntesis o quimiosíntesis capturaron
gran parte del abundante CO2 de la atmósfera primitiva, a la vez que empezaba a acumularse
oxígeno (a partir del proceso abiótico de la fotólisis del agua). La aparición de la fotosíntesis
oxigénica, que realizan las cianobacterias y sus descendientes los plastos, dio lugar a una presencia
masiva de oxígeno (O2) como la que caracteriza la atmósfera actual, y aún mayor. Esta
modificación de la composición de la atmósfera propició la aparición de formas de vida nuevas,
aeróbicas que se aprovechaban de la nueva composición del aire. Aumentó así el consumo de
oxígeno y disminuyó el consumo neto de CO2 llegándose al equilibrio o clímax, y formándose así la
atmósfera de tercera generación actual. Este delicado equilibrio entre lo que se emite y lo que se
absorbe se hace evidente en el ciclo del CO2, la presencia del cual fluctúa a lo largo del año según
las estaciones de crecimiento de las plantas.
Corrientes oceánicas[editar]
Las corrientes oceánicas, o marinas, son factores reguladores del clima que actúan como
moderador, suavizando las temperaturas de regiones como Europa y las costas occidentales de
Canadá y Alaska. La climatología ha establecido nítidamente los límites térmicos de los distintos
tipos climáticos que se han mantenido a través de todo ese tiempo. No se habla tanto de los límites
pluviométricos de dicho clima porque los cultivos mediterráneos tradicionales son ayudados por el
regadío y cuando se trata de cultivos de secano, se presentan en parcelas más o menos planas
(cultivo en terrazas) con el fin de hacer más efectivas las lluvias propiciando la infiltración en el
suelo. Además los cultivos típicos del matorral mediterráneo están adaptados a cambios
meteorológicos mucho más intensos que los que se han registrado en los últimos tiempos: si no
fuera así, los mapas de los distintos tipos climáticos tendrían que rehacerse: un aumento de unos
2 grados celsius en la cuenca del mediterráneo significaría la posibilidad de aumentar la latitud de
muchos cultivos unos 200 km más al norte (como sería el cultivo de la naranja ya citado). Desde
luego, esta idea sería inviable desde el punto de vista económico, ya que la producción de naranja
es, desde hace bastante tiempo, excedentaria, no por el aumento del cultivo a una mayor latitud (lo
que corroboraría en cierto modo la idea del calentamiento global) sino por el desarrollo de dicho
cultivo en áreas reclamadas al desierto (Marruecos y otros países) gracias al riego en goteo y otras
técnicas de cultivo.
De la misma manera que el viento solar puede afectar al clima directamente, las variaciones en el
campo magnético terrestre pueden afectarlo de manera indirecta ya que, según su estado, detiene o
no las partículas emitidas por el Sol. Se ha comprobado que en épocas pasadas hubo inversiones de
polaridad y grandes variaciones en su intensidad, llegando a estar casi anulado en algunos
momentos. Se sabe también que los polos magnéticos, si bien tienden a encontrarse próximos a los
polos geográficos, en algunas ocasiones se han aproximado al Ecuador. Estos sucesos tuvieron que
influir en la manera en la que el viento solar llegaba a la atmósfera terrestre.
Actividad humana[editar]
Retroalimentación[editar]
El hielo marino, que se muestra aquí en Nunavut (norte de Canadá), refleja más luz solar, mientras que el
mar abierto absorbe más, acelerando el derretimiento.
El sistema climático incluye una serie de retroalimentaciones que alteran la respuesta del sistema a
los cambios en los forzamientos externos.[105] Las retroalimentaciones positivas incrementan la
respuesta del sistema climático a un forzamiento inicial, mientras que las retroalimentaciones
negativas la reducen.[106] Los dos fenómenos se pueden dar a la vez y del balance general saldrá
algún tipo de cambio más o menos brusco e impredecible a largo plazo, ya que el sistema climático
es un sistema caótico y complejo.
Existe una serie de retroalimentaciones en el sistema climático, incluido el vapor de agua, los
cambios en el hielo y su efecto albedo (la capa de nieve y hielo afecta la cantidad que la superficie
de la Tierra absorbe o refleja la luz solar entrante), las nubes y los cambios en el ciclo del carbono
de la Tierra (por ejemplo, la liberación de carbono del suelo).[107] La principal retroalimentación
negativa es la energía que la superficie de la Tierra irradia hacia el espacio en forma de radiación
infrarroja.[108] De acuerdo con la ley de Stefan-Boltzmann, si la temperatura absoluta (medida en
kelvin) se duplica,[109] la energía radiativa aumenta por un factor de 16 (2 a la cuarta potencia).[110]
Las proyecciones del IPCC previamente mencionadas figuran en el rango de «probable» (probabilidad
mayor al 66 %, basado en la opinión de expertos)[113] para los escenarios de emisiones seleccionados. Sin
embargo, las proyecciones del IPCC no reflejan toda la gama de incertidumbre. [114] El extremo inferior del
rango de «probable» parece estar mejor limitado que su extremo superior. [114]
Incertidumbre de predicción[editar]
Se debe destacar la existencia de incertidumbre (errores) en la predicción de los modelos. La razón
fundamental para la mayoría de estos errores es que muchos procesos importantes a pequeña escala
no pueden representarse de manera explícita en los modelos, pero deben incluirse de manera
aproximada cuando interactúan a mayor escala. Ello se debe en parte a las limitaciones de la
capacidad de procesamiento, pero también es el resultado de limitaciones en cuanto al conocimiento
científico o la disponibilidad de observaciones detalladas de algunos procesos físicos.[115][116] En
particular, existen niveles de incertidumbre considerables, asociados con la representación de las
nubes y con las correspondientes respuestas de las nubes al cambio climático.[117]
Edward N. Lorenz, un investigador del clima, ha encontrado una teoría revolucionaria de caos[118]
que hoy en día se aplica en las áreas de economía, biología y finanzas (y otros sistemas complejos).
En el modelo numérico se calcula el estado del futuro con insumos de observaciones
meteorológicas (temperatura, precipitación, viento, presión) de hoy y usando el sistema de
ecuaciones diferenciales. Según Lorenz, si hay pequeñas tolerancias en la observación
meteorológica (datos de insumo), en el proceso del cálculo de predicción crece la tolerancia
drásticamente. Se dice que la predictibilidad (duración confiable de predicción) es máximo siete
días para discutir cuantitativamente in situ (a escala local). Cuánto más aumenta el largo de las
integraciones (7 días, 1 año, 30 años, 100 años) entonces el resultado de la predicción tiene mayor
incertidumbre. Sin embargo, la técnica de “ensamble” (cálculo del promedio de varias salidas del
modelo con insumos diferentes) disminuye la incertidumbre y según la comunidad científica, a
través de esta técnica se puede discutir el estado del promedio mensual cualitativamente. Cuando se
discute sobre la cantidad de precipitación, temperatura y otros, hay que tener la idea de la existencia
de incertidumbre y la propiedad caótica del clima. Al mismo tiempo, para la toma de decisiones
políticas relacionadas con la temática del cambio climático es importante considerar un criterio de
multimodelo
Los estudios del clima pasado (paleoclima) se realizan estudiando los registros fósiles, las acumulaciones de
sedimentos en los lechos marinos, las burbujas de aire capturadas en los glaciares, las marcas erosivas en
las rocas y las marcas de crecimiento de los árboles. Con base en todos estos datos se ha podido
confeccionar una historia climática reciente relativamente precisa, y una historia climática prehistórica con
no tan buena precisión. A medida que se retrocede en el tiempo los datos se reducen y llegado un punto la
climatología se sirve solo de modelos de predicción futura y pasada.
A partir de los modelos de evolución estelar se puede calcular con relativa precisión la variación del
brillo solar a largo plazo, por lo cual se sabe que, en los primeros momentos de la existencia de la
Tierra, el Sol emitía el 70 % de la energía actual y la temperatura de equilibrio era de –41 °C. Sin
embargo, hay constancia de la existencia de océanos y de vida desde hace 3800 millones de años,
por lo que la paradoja del Sol débil solo puede explicarse por una atmósfera con mucha mayor
concentración de CO2 que la actual y con un efecto invernadero más grande.
Se conocen bastantes casos en los que el CO2 ha jugado un papel importante en la historia del clima.
Por ejemplo en el proterozoico una bajada importante en los niveles de CO2 atmosférico condujo a
los llamados episodios Tierra bola de nieve. Así mismo, aumentos importantes en el CO2
condujeron en el periodo de la extinción masiva del Pérmico-Triásico a un calentamiento excesivo
del agua marina, lo que llevó a la emisión del metano atrapado en los depósitos de hidratos de
metano que se hallan en los fondos marinos; este fenómeno aceleró el proceso de calentamiento
hasta el límite y condujo a la Tierra a la peor extinción en masa que ha padecido.
Durante las últimas décadas las mediciones en las diferentes estaciones meteorológicas indican que
el planeta se ha ido calentando. Los últimos 10 años han sido los más calurosos desde que se llevan
registros y algunos científicos predicen que en el futuro serán aún más calientes. La gran mayoría
de expertos están de acuerdo en que este proceso tiene un origen antropogénico, generalmente
conocido como el efecto invernadero. A medida que el planeta se calienta, disminuye globalmente
el hielo en las montañas y las regiones polares; por ejemplo lo hace el de la banquisa ártica o el
casquete glaciar de Groenlandia. Paradójicamente la extensión del hielo antártico, según predicen
los modelos, aumenta ligeramente.
Dado que la nieve tiene un elevado albedo devuelve al espacio la mayor parte de radiación que
incide sobre ella. La disminución de dichos casquetes también afectará, pues, al albedo terrestre, lo
que hará que la Tierra se caliente aún más. Esto produce lo que se llama «efecto amplificador». De
la misma manera, un aumento de la nubosidad debido a una mayor evaporación contribuirá a un
aumento del albedo. La fusión de los hielos puede cortar también las corrientes marinas del
Atlántico Norte provocando una bajada local de las temperaturas medias en esa región. El problema
es de difícil predicción ya que, como se ve, hay retroalimentaciones positivas y negativas.
Con la aparición de las cianobacterias, en la Tierra se puso en marcha la fotosíntesis oxigénica. Las
algas, y luego también las plantas, absorben y fijan CO2, y emiten O2. Su acumulación en la
atmósfera favoreció la aparición de los organismos aerobios que lo usan para respirar y devuelven
CO2. El O2 en una atmósfera es el resultado de un proceso vivo y no al revés. Se dice
frecuentemente que los bosques y selvas son los "pulmones de la Tierra", aunque esto
recientemente se ha puesto en duda ya que varios estudios afirman que absorben la misma cantidad
de gas que emiten por lo que quizá solo serían meros intercambiadores de esos gases. Sin embargo,
estos estudios no tienen en cuenta que la absorción de CO2 no se realiza solamente en el crecimiento
y producción de la biomasa vegetal, sino también en la producción de energía que hace posible las
funciones vitales de las plantas, energía que pasa a la atmósfera o al océano en forma de calor y que
contribuye al proceso del ciclo hidrológico. En cualquier caso, en el proceso de creación de estos
grandes ecosistemas forestales ocurre una abundante fijación del carbono que sí contribuye
apreciablemente a la reducción de los niveles atmosféricos de CO2.
Máximo Jurásico[editar]
Actualmente los bosques tropicales ocupan la región ecuatorial del planeta y entre el Ecuador y el
Polo hay una diferencia térmica de 50 °C. Hace 65 millones de años la temperatura era muy
superior a la actual y la diferencia térmica entre el Ecuador y el Polo era de unos pocos grados.
Todo el planeta tenía un clima tropical y apto para quienes formaban la cúspide de los ecosistemas
entonces, los dinosaurios. Los geólogos creen que la Tierra experimentó un calentamiento global en
esa época, durante el Jurásico inferior con elevaciones medias de temperatura que llegaron a 5 °C.
Ciertas investigaciones[120][121] indican que esto fue la causa de que se acelerase la erosión de las
rocas hasta en un 400 %, un proceso en el que tardaron 150 000 años en volver los valores de
dióxido de carbono a niveles normales.
La gráfica muestra la evolución del clima durante los últimos sesenta y cinco millones de años. El máximo
térmico del Paleoceno-Eoceno está resaltado en rojo y probablemente se encuentra subestimado en un
factor de entre 2 y 4 a causa de una estimación imprecisa en el muestreo de datos.
El máximo térmico del Paleoceno-Eoceno (MTPE, PETM en inglés), llamado también máximo
térmico del Eoceno Inicial, o máximo térmico del Paleoceno Superior,[122] fue un brusco cambio
climático que marcó el fin del Paleoceno y el inicio del Eoceno, hace 55,8 millones de años. Se trata
de uno de los períodos de cambio climático más significativos de la era Cenozoica, que alteró la
circulación oceánica y la atmosférica, provocando la extinción de multitud de géneros de
foraminíferos bentónicos, y causando grandes cambios en los mamíferos terrestres que marcaron la
aparición de los linajes actuales.
En apenas 20 000 años, la temperatura media terrestre aumentó en 6 °C, con un correspondiente aumento
del nivel del mar, así como un calentamiento de los océanos.[123] A pesar de que el calentamiento pudo
desencadenarse por multitud de causas, se cree que las principales fueron la intensa actividad volcánica y la
liberación del metano que se encontraba almacenado en los clatratos de los sedimentos oceánicos, que
liberó a la atmósfera grandes cantidades de carbono empobrecido en el isótopo carbono-13. Además, las
concentraciones atmosféricas de CO2 aumentaron de forma significativa, perturbando su ciclo y causando
la elevación de la lisoclina. La disminución del oxígeno disuelto en el agua marina, a la postre, provocó la
mayoría de las extinciones marinas.
El hombre moderno apareció, probablemente, hace unos tres millones de años. Desde hace unos dos
millones, la Tierra ha sufrido glaciaciones en las que gran parte de Norteamérica, Europa y el norte
de Asia quedaron cubiertas bajo gruesas capas de hielo durante muchos años. Luego rápidamente
los hielos desaparecieron y dieron lugar a un período interglaciar en el cual vivimos. El proceso se
repite cada cien mil años aproximadamente. La última época glaciar acabó hace unos quince mil
años y dio lugar a un cambio fundamental en los hábitos del hombre, que desarrolló el
conocimiento necesario para domesticar plantas (agricultura) y animales (ganadería) como el perro.
La mejora de las condiciones térmicas facilitó el paso del Paleolítico al Neolítico hace unos diez mil
años. Para entonces, el hombre ya era capaz de construir pequeñas aldeas dentro de un marco social
bastante complejo.
No fue hasta 1941 que el matemático y astrónomo serbio Milutin Milanković propuso la teoría de
que las variaciones orbitales de la Tierra causaron las glaciaciones del Pleistoceno.
Calculó la insolación en latitudes altas del hemisferio norte a lo largo de las estaciones. Su tesis
afirma que es necesaria la existencia de veranos fríos, en vez de inviernos severos, para iniciarse
una edad del hielo. Su teoría no fue admitida en su tiempo, hubo que esperar a principios de los
años cincuenta, Cesare Emiliani que trabajaba en un laboratorio de la Universidad de Chicago,
presentó la primera historia completa que mostraba el avance y retroceso de los hielos durante las
últimas glaciaciones. La obtuvo de un lugar insólito: el fondo del océano, comparando el contenido
del isótopo pesado oxígeno–18 (O–18) y de oxígeno–16 (O–16) en las conchas fosilizadas.
Mínimo de Maunder[editar]
El mínimo de Maunder en 400 años de actividad solar medida por el número de manchas solares.
El mínimo de Maunder es el nombre dado al período de 1645 a 1715, cuando las manchas solares
prácticamente desaparecieron de la superficie del Sol, tal como observaron los astrónomos de la
época. Recibe el nombre del astrónomo solar E.W. Maunder quien descubrió la escasez de manchas
solares durante ese período estudiando los archivos de esos años. Durante un período de 30 años
dentro del mínimo de Maunder, los astrónomos observaron aproximadamente 50 manchas solares,
mientras que lo típico sería observar entre unas 40.000 y 50.000 manchas.
Desde que en 1610 Galileo inventara el telescopio, el Sol y sus manchas han sido observados con
asiduidad. No fue sino hasta 1851 que el astrónomo Heinrich Schwabe observó que la actividad
solar variaba según un ciclo de once años, con máximos y mínimos. El astrónomo solar Edward
Maunder se percató que desde 1645 a 1715 el Sol interrumpe el ciclo de once años y aparece una
época donde casi no aparecen manchas, denominado «mínimo de Maunder». El Sol y las estrellas
suelen pasar un tercio de su vida en estas crisis y durante ellas la energía que emite es menor y se
corresponde con períodos fríos en el clima terrestre. Las auroras boreales o las australes causadas
por la actividad solar desaparecen o son raras.
Ha habido seis mínimos solares similares al de Maunder desde el mínimo egipcio del 1300 a. C.
hasta el último que es el de Maunder. Pero su aparición es muy irregular, con lapsos de solo
180 años, hasta 1100 años, entre mínimos. Por término medio los periodos de escasa actividad solar
duran unos 115 años y se repiten aproximadamente cada 600. Actualmente estamos en el Máximo
Moderno que empezó en 1780 cuando vuelve a reaparecer el ciclo de 11 años. Un mínimo solar
tiene que ocurrir como muy tarde en el 2900 y un nuevo período glaciar, cuyo ciclo es de unos cien
mil años, podría aparecer hacia el año 44 000.
El término «mínimo de Maunder» fue introducido por John A. Eddy que publicó en 1976 un artículo de
referencia en la revista Science.[124] Algunos astrónomos anteriores a Eddy también habían llamado así al
período por los astrónomos solares Annie y E. Walter Maunder (1851-1928) que habían estudiado la forma
en que las latitudes de las manchas solares cambian con el tiempo. [125]
Calentamiento global[editar]
Cambio térmico en los últimos 50 años. Temperatura global media en 2014-2018 comparada con el
promedio basal entre 1951 y 1980, de acuerdo al Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA.
Media global del cambio de temperatura superficial en 1880-2016, respecto a la media de 1951-1980. La
línea negra es la media anual global y la roja es el suavizado lowess de cinco años.
Posibles escenarios futuros de emisiones globales de gases de efecto invernadero. Si todos los países logran
sus promesas actuales establecidas en el acuerdo climático de París, el calentamiento promedio para el
2100 irá mucho más allá del objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento «muy por debajo
de los 2°C”.[126]
Los términos calentamiento global y cambio climático a menudo se usan indistintamente,[129] pero
de forma más precisa calentamiento global es el incremento global en las temperaturas de superficie
y su aumento proyectado causado predominantemente por actividades humanas (antrópico),[130]
mientras que cambio climático incluye tanto el calentamiento global como sus efectos en el clima.
[131]
Si bien ha habido periodos prehistóricos de calentamiento global,[132] varios de los cambios
observados desde mediados del siglo XX no han tenido precedentes desde décadas a milenios.[127]
[133]
En 2013, el Quinto Informe de Evaluación (AR5) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC) concluyó que «es extremadamente probable que la influencia humana
ha sido la causa dominante del calentamiento observado desde la mitad del siglo XX».[134] La mayor
influencia humana ha sido la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono,
metano y óxidos de nitrógeno. Las proyecciones de modelos climáticos resumidos en el AR5
indicaron que durante el presente siglo la temperatura superficial global subirá probablemente 0,3 a
1,7 °C para su escenario de emisiones más bajas usando mitigación estricta y 2,6 a 4,8 °C para las
mayores.[135] Estas conclusiones han sido respaldadas por las academias nacionales de ciencia de los
principales países industrializados[136][137] y no son disputadas por ninguna organización científica de
prestigio nacional o internacional.[138]
El cambio climático futuro y los impactos asociados serán distintos en una región a otra alrededor
del globo.[139][140] Los efectos anticipados incluyen un aumento en las temperaturas globales, una
subida en el nivel del mar, un cambio en los patrones de las precipitaciones y una expansión de los
desiertos subtropicales.[141] Se espera que el calentamiento sea mayor en la tierra que en los océanos
y que el más acentuado suceda en el Ártico, con el continuo retroceso de los glaciares, el permafrost
y la banquisa. Otros efectos probables incluyen fenómenos meteorológicos extremos más
frecuentes, tales como olas de calor, sequías, lluvias torrenciales y fuertes nevadas;[142] acidificación
del océano y extinción de especies debido a regímenes de temperatura cambiantes. Entre sus
impactos humanos significativos se incluye la amenaza a la seguridad alimentaria por la
disminución del rendimiento de las cosechas y la pérdida de hábitat por inundación.[143][144] Debido a
que el sistema climático tiene una gran inercia y los gases de efecto invernadero continuarán en la
atmósfera por largo tiempo, muchos de estos efectos persistirán no solo durante décadas o siglos,
sino por decenas de miles de años.[145]
Las posibles respuestas al calentamiento global incluyen la mitigación mediante la reducción de las
emisiones, la adaptación a sus efectos, la construcción de sistemas resilientes a sus impactos y una
posible ingeniería climática futura. La mayoría de los países son parte de la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC),[146] cuyo objetivo último es prevenir
un cambio climático antrópico peligroso.[147] La CMNUCC ha adoptado una serie de políticas
destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero[148][149][150][151] y ayudar en la
adaptación al calentamiento global.[148][151][152][153] Los miembros de la CMNUCC han acordado que
se requieren grandes reducciones en las emisiones[154] y que el calentamiento global futuro debe
limitarse muy por debajo de 2,0 °C con respecto al nivel preindustrial[155] con esfuerzos para
limitarlo a 1,5 °C.[156][157]
La reacción del público al calentamiento global y su preocupación a sus impactos también están
aumentando. Un informe global de 2015 por Pew Research Center halló que una media de 54 % lo
considera «un problema muy serio». Existen diferencias regionales significativas, con los estadounidenses y
chinos, cuyas economías son responsables por las mayores emisiones anuales de CO2, entre los menos
preocupados.[158]
Agricultura[editar]
El cambio climático y la agricultura son dos procesos relacionados entre sí que dañan y destruyen al
mundo.[159]
El cambio climático afecta a la agricultura de diferentes maneras; los impactos se relacionan con el
incremento de la temperatura promedio, la modificación del patrón de precipitaciones, el aumento
de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos (sequía, inundaciones, tornados,
ciclones, olas de calor), el incremento de la concentración de dióxido de carbono, el deshielo y la
interacción entre estos elementos, los cuales influyen en la producción de alimentos y amenazan la
seguridad alimentaria.[160] [161]
A la vez, las actividades agropecuarias han contribuido en el cambio climático a través de las
emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente de dióxido de carbono, metano y óxido
nitroso.[162] El exceso de estos gases en la atmósfera han perturbado la capacidad de la Tierra para
regular la temperatura, y son responsables de inducir el calentamiento global y forzar el cambio
climático.[160]
El cambio climático ya está afectando la agricultura, y se prevé que los impactos se agraven en los
próximos años con diferentes grados de severidad y complejidad, pudiendo ser variables de acuerdo
con la región geográfica y las condiciones particulares del contexto climático y socioeconómico de
los sistemas de producción alimentaria.[163]
Los periodos de sequía prolongados, las olas de calor, la reducida disponibilidad de agua y el
exceso de precipitaciones disminuyen el rendimiento de los cultivos y afectan a la salud y el
bienestar del ganado, y con ello la disponibilidad de alimentos.[160] El cambio climático es una
amenaza para la seguridad alimentaria; en particular, las poblaciones más vulnerables serán las más
afectadas.[164][165]
Por otra parte, la buena gestión de los conocimientos generados por la ciencia del cambio climático podría
impulsar la aplicación de estrategias de mitigación y adaptación favorables para reducir las emisiones,
maximizar la producción y favorecer el desarrollo de sistemas de producción mejor adaptados al cambio
climático.
Efectos[editar]
Los efectos del calentamiento global incluyen efectos ambientales, sociales, económicos y de salud.
Algunos ya se observan y otros se esperan a corto, mediano o largo plazo (con diverso grado de
certeza); algunos son localizados y otros globales;[168][169] algunos son graduales y otros abruptos;
algunos son reversibles y otros no; algunos pueden tener consecuencias positivas,[170] pero la
mayoría son adversos.
Los efectos futuros del cambio climático variarán dependiendo de las políticas de cambio climático [173] y el
desarrollo social.[174] Las dos principales políticas para enfrentar el cambio climático son la reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación) y la adaptación a sus efectos.[175] La ingeniería
climática es otra opción.[175] Las políticas en el corto plazo podrían afectar significativamente los efectos a
largo plazo.[173][176] Políticas de mitigación estricta podrían limitar el calentamiento global para 2100 en cerca
de 2 °C o menos, en relación a niveles preindustriales. [177] Sin mitigación, un aumento en la demanda
energética y el uso amplio de combustibles fósiles[178] podrían llevar a un calentamiento global de alrededor
de 4 °C.[179][180] Con magnitudes superiores sería más difícil adaptarse [181] e incrementaría el riesgo de
impactos negativos.[182]
Opinión científica[editar]
La opinión científica sobre el cambio climático es el juicio global entre científicos con respecto a la
extensión en la que está ocurriendo el calentamiento global, sus causas y sus consecuencias
probables. El consenso científico es que el sistema climático de la Tierra inequívocamente está en
calentamiento y que es sumamente probable (es decir, con una probabilidad mayor al 95 %) que
este calentamiento sea predominantemente causado por los seres humanos.[191][192][193] Es probable
que esto surja principalmente del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en
la atmósfera producto de la quema de combustibles fósiles y los cambios en los usos del suelo,
parcialmente compensado por el aumento de los aerosoles causado por el hombre; los cambios
naturales tuvieron poco efecto.[194]
Esta opinión científica está expresada en informes de síntesis, por cuerpos científicos de prestigio
nacionales e internacionales y por encuestas de opinión entre científicos del clima. Científicos,
universidades y los laboratorios individuales contribuyen a la opinión científica global a través de
sus publicaciones revisadas por pares, y las áreas del acuerdo colectivo y certeza relativa son
resumidas en los informes y encuestas. Desde 2004, se han llevado a cabo al menos 9 encuestas a
científicos y metaestudios de artículos académicos sobre el calentamiento global. Pese a que hasta
el 18 % de los científicos encuestados puede disentir de la opinión consensuada, cuando se restringe
a los científicos que publican en el campo del clima, el 97 al 100 % está de acuerdo con el
consenso: el actual calentamiento es principalmente antrópico (causado por el ser humano). En
2021 se publicó un nueva investigación realizada a 88.125 estudios científicos revisados por pares
relacionados con el clima, de los cuales 99,9% de los artículos coinciden en que el cambio climático
es causado principalmente por los seres humanos.[195]
La resiliencia de muchos ecosistemas probablemente sean superados en este siglo por una
combinación sin precedentes de cambio climático, perturbaciones asociadas (p. ej. inundaciones,
sequía, incendios forestales, insectos y acidificación del océano) y otras fuerzas de cambio global
(por ejemplo, cambio de uso del suelo, contaminación, fragmentación de los sistemas naturales,
sobreexplotación de recursos).[200]
En 2018, el IPCC publicó un Informe especial sobre el calentamiento global de 1.5 °C que advirtió
que, si la tasa actual de emisiones de gases de efecto invernadero no se mitiga, es probable que el
calentamiento global alcance 1.5° C (2.7 °F) entre 2030 y 2052, arriesgando grandes crisis. El
informe dice que prevenir tales crisis requerirá una rápida transformación de la economía global que
«no tiene precedentes históricos documentados».[201]
Las academias nacionales de ciencia han hecho un llamado a los líderes mundiales a crear políticas
que reduzcan las emisiones globales.[202] Algunos organismos científicos han recomendado políticas
concretas a gobiernos y la ciencia puede cumplir una función en informar una respuesta eficaz al
cambio climático. Las decisiones políticas, no obstante, pueden requerir juicios de valor así que no
están incluidas en la opinión científica.
Ningún organismo científico nacional o internacional de prestigio mantiene una opinión formal que disienta
de cualquiera de estos puntos principales. [203][204] El último organismo científico de alcance nacional o
internacional en retractar su disenso fue la Asociación Estadounidense de Geólogos Petroleros, la cual en
2007 actualizó su declaración a su actual posición no definida. Algunas otras organizaciones, principalmente
aquellas centradas en la geología, también sostienen posturas indefinidas.
Activismo[editar]
Son numerosas las manifestaciones públicas en todo el mundo respecto al cambio climático y gran
parte de los movimientos ecologistas contemplan este problema como el principal y más grave de
los problemas ambientales, siendo uno de los puntos principales para la investigación y
movilización de los ciudadanos.[205]
Desde verano de 2018, el movimiento Fridays for Future, encabezado por la joven Greta Thunberg,
quien inició sus protestas manifestándose diariamente frente al parlamento sueco para que se
tomaran medidas políticas, se ha ido extendiendo a nivel global.[206]
El cambio climático y la perdida de la biodiversidad se han posicionado como unos de los temas de
mayor importancia para la opinión publica, como lo evidencia la encuesta The World 2030
realizada por la Unesco en 2020, según la cual el 67% de los encuestados en Norteamérica, Europa
Occidental, Europa Oriental, América Latina, Asia, Estados Árabes y África subsahariana
manifestaron que estos son los mayores desafíos en la actualidad[210]. Frente a esta preocupación
cada vez mayor de la opinión pública mundial, los gobiernos, las empresas y las organizaciones no
gubernamentales han avanzado en la implementación de soluciones para mitigar el cambio
climático. Una de estas soluciones innovadoras ha sido impulsada por el gobierno de Noruega en el
proyecto a gran escala de captura y almacenamiento de carbono (en inglés: Carbon capture and
storage o CSS) y consiste en bombear millones de toneladas de CO2 por debajo del mar del
norte[211]. Esta solución se implementará en Noruega a través del proyecto Northern Lights
ejecutado por las empresas petroleras Equinor, Total y Shell. De acuerdo con la Agencia
Internacional de la Energía (en inglés: International Energy Agency o IEA), en 2024 Northern
Lights será la primera red de infraestructura de transporte y almacenamiento de CO2. Ofrecerá a las
empresas de toda Europa la oportunidad de almacenar su CO2 de forma segura y permanente en las
profundidades del lecho marino de Noruega. La compañía está construyendo dos transportadores de
CO2 dedicados y enviará el CO2 capturado a una terminal terrestre en la costa oeste de Noruega y,
desde allí, lo transportará por tubería a un lugar de almacenamiento subterráneo en alta mar en el
Mar del Norte. La primera fase del proyecto se completará a mediados de 2024 con una capacidad
de hasta 1,5 millones de toneladas de CO2 al año. La ambición es ampliar la capacidad en 3,5
millones de toneladas adicionales hasta un total de 5 millones de toneladas, dependiendo de la
demanda del mercado. Ambas fases ofrecerán flexibilidad para recibir CO2 de fuentes europeas[212]
Venus tiene una atmósfera cuya presión es 94 veces la terrestre, y está compuesta en un 97 % de
CO2. La inexistencia de agua impidió la extracción del anhídrido carbónico de la atmósfera, este se
acumuló y provocó un efecto invernadero intenso que aumentó la temperatura superficial hasta
465 °C, capaz de fundir el plomo. Probablemente la menor distancia al Sol haya sido determinante
para sentenciar al planeta a sus condiciones infernales que vive en la actualidad. Hay que recordar
que pequeños cambios pueden desencadenar un mecanismo retroalimentador y si este es
suficientemente poderoso se puede llegar a descontrolar dominando por encima de todos los
demás factores hasta dar unas condiciones extremas como las de Venus, toda una advertencia
sobre el posible futuro que podría depararle a la Tierra.
Marte tiene una atmósfera con una presión de solo seis hectopascales y aunque está compuesta en
un 96 % de CO2, el efecto invernadero es escaso y no puede impedir ni una oscilación diurna del
orden de 55 °C en la temperatura, ni las bajas temperaturas superficiales que alcanzan mínimas de
–86 °C en latitudes medias. Pero parece ser que en el pasado gozó de mejores condiciones,
llegando a correr el agua por su superficie como demuestran la multitud de canales y valles de
erosión. Pero ello fue debido a una mayor concentración de dióxido de carbono en su atmósfera. El
gas provendría de las emanaciones de los grandes volcanes marcianos que provocarían un proceso
de desgasificación semejante al acaecido en nuestro planeta. La diferencia sustancial es que el
diámetro de Marte mide la mitad que el terrestre. Esto quiere decir que el calor interno era mucho
menor y se enfrió hace ya mucho tiempo. Sin actividad volcánica Marte estaba condenado y el CO 2
se fue escapando de la atmósfera con facilidad, dado que además tiene menos gravedad que en la
Tierra, lo que facilita el proceso. También es posible que algún proceso de tipo mineral absorbiera
el CO2 y al no verse compensado por las emanaciones volcánicas provocara su disminución drástica.
Como consecuencia el planeta se enfrió progresivamente hasta congelar el poco CO 2 en los actuales
casquetes polares)
Materia multidisciplinar[editar]
Los magnetómetros pueden medir el campo magnético de los planetas.
En el estudio del cambio climático se ha caracterizado por un enfoque predominante de las Ciencias
Naturales: Meteorología, Física, Química, Astronomía, Geografía, Geología y Biología. Pero dado
que el cambio climático es una redistribución que altera el entorno natural y social su estudio en los
últimos años se ha constituido como un campo multidisciplinar. Las consecuencias de comprender o
no plenamente las cuestiones relativas al cambio climático tienen profundas influencias sobre la
subsistencia de la sociedad humana debiendo abordarse estas desde distintos puntos de vista como
el económico, político, histórico, sociológico, antropológico, entre otros. De esta manera, el estudio
desde diversas disciplinas propende por generar estrategias plurales para mitigar y adaptarse a este
fenómeno ambiental.
Véase también[editar]
Portal:Ciencias de la Tierra. Contenido relacionado con Ciencias de la Tierra.
Referencias[editar]
Bibliografía[editar]
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Varios autores; Larena (coordinación)., Arturo (2009), «Guía para periodistas sobre cambio
climático y negociación internacional», EFEverde I: 100, archivado desde el original el 11 de mayo
de 2011.
Una veintena de periodistas iberoamericanos. Coordinación Arturo Larena, EFEverde (2009). Guía
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James Trefil (2005). Gestionemos la naturaleza. Antoni Bosch editor. ISBN 978-84-95348-20-3.
Manuel Vargas Yáñez, et al. (2008). Cambio climático en el Mediterráneo español. Instituto Español
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William F. Ruddiman (2008). Los tres jinetes del cambio climático. Turner. ISBN 978-84-7506-852-7.
Enlaces externos[editar]
Wikinoticias tiene noticias relacionadas con Cambio climático.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Cambio climático.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Cambio climático.
Cambio Climático. Lecturas recomendadas. Divulgameteo.
Cambio climático. Cómo encajan las piezas. The COMET® Program. University Corporation for
Atmospheric Research.
Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2017 . Organización Meteorológica
Mundial. 2018.
Guía Científica ante el Escepticismo sobre el Calentamiento Global . Jonh Cook. 2010
Guías resumidas del Quinto Informe de Evaluación del IPCC . Ministerio para la Transición Ecológica.
Gobierno de España.
TEXTO 2
Principio del formulario
S2007-11322015 http://w w w .sciel
Cambio climático
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en su
artículo 1, se define al cambio climático como el "... atribuido directa o indirectamente a la
actividad humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a la
variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables...".
En las décadas recientes, las modificaciones en el clima han causado impactos en los sistemas
naturales y humanos en todos los continentes y océanos. El cambio climático es un factor de
riesgo para el éxito de las acciones encaminadas a la reducción de la pobreza, para la
seguridad alimentaria, la salud pública, educación, en general para el desarrollo humano;
elementos que de no atenderse aumentan la vulnerabilidad de la población.
La CMNUCC reconoce que "...los países ubicados en altitudes bajas, los insulares pequeños,
aquellos con zonas costeras bajas, las zonas áridas y semiáridas, o zonas expuestas a
inundaciones, sequía, y desertificación, así como las naciones en desarrollo con ecosistemas
montañosos frágiles son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio
climático".
Por su parte, el Grupo de Trabajo II del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático
(IPCC, por sus siglas en inglés) concluye que este fenómeno "...tendrá los mayores impactos
en aquellos pueblos con menos capacidad de protegerse contra el aumento del nivel mar, el
incremento de enfermedades y la disminución de su producción agrícola".
El impacto del cambio climático en el sector energético, ya que, por su carácter estratégico
puede ser especialmente grave, ya que incide en la seguridad y calidad del suministro de
energía eléctrica y en los combustibles utilizados por todos los sectores productivos. La
vulnerabilidad y el peligro definen el riesgo ante cambio climático. El diagnóstico de la
vulnerabilidad es el elemento clave para proyectar los impactos y, por lo tanto, es un paso
previo e indispensable en el diseño de políticas públicas de adaptación.
Adaptación. Se refiere a la capacidad de un sistema, humano o natural, para ajustarse al
cambio climático. En este sentido, los bosques tienen un papel relevante, ya que proveen de
importantes servicios ambientales, entre los que destacan: los hábitats y refugios para la
biodiversidad, alimento y materias primas, además pueden funcionar como barreras contra
desastres naturales. De ahí que el manejo forestal sustentable coadyuve a reducir la
vulnerabilidad ambiental, social y económica en una amplia variedad de condiciones climáticas
futuras.
Dado que los costos económicos de la mitigación en el corto y mediano plazos son superiores a
los de la adaptación, en el futuro esta situación se revertirá, ya que el incremento de la
temperatura y la elevación del nivel del mar durante el siglo XXI aumentarán la vulnerabilidad;
por lo que la sociedad deberá llevar a cabo grandes transformaciones y reubicaciones de sus
centros habitacionales, lo cual implicará fuertes inversiones económicas.
En México, las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) referentes
al valor que tendrá el cambio climático, si no se adoptan medidas de adaptación y mitigación,
indican que para el año 2050 representará aproximadamente 3.2 % del PIB nacional. Otros
estudios señalan que el costo acumulado del cambio climático para el país durante el siglo XXI
será del orden de 6 % del PIB, bajo cualquier escenario de emisiones.
En 2013 se publicó la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), la cual incluye los
siguientes temas: pilares de política nacional de cambio climático; adaptación a los efectos del
cambio climático; y desarrollo bajo en emisiones / mitigación.
En el rubro de adaptación se incluyeron tres estrategias, con sus respectivas líneas de acción:
• Reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia del sector social ante los efectos del
cambio climático.
• Conservar y usar de forma sustentable los ecosistemas y mantener los servicios ambientales
que proveen.
Las estrategias de adaptación al cambio climático tienen distintos enfoques, en función de los
objetivos y las condiciones específicas de cada caso. Algunos de ellos se anotan a
continuación:
Adaptación basada en ecosistemas. Integra una amplia gama de actividades para el manejo de
los ecosistemas con el fin de incrementar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de las
comunidades y el medio ambiente ante los efectos del cambio climático.
Enfoque integrado de adaptación. Destaca la importancia de atender tanto las necesidades de
subsistencia de las comunidades, como el mantenimiento de los servicios ambientales de los
cuales dependen.
Bases para la toma de decisiones. Existe poca literatura en la cual se analicen los procesos
sociales de la transferencia de conocimiento, desde la academia hacia los tomadores de
decisiones climáticas, es recomendable contar con información sobre los riesgos climáticos a
los cuales los sistemas o recursos están expuestos, así como de los factores culturales,
sociales y de las capacidades de las instituciones para enfrentar los impactos y reducir la
vulnerabilidad. Esto último tiene que ver con la buena gobernanza de la adaptación.
En el país existe producción científica, tanto en ciencias naturales como en ciencias sociales,
que aportan conocimientos acerca de la magnitud del riesgo climático en contextos
comunitarios, locales y regionales. Dicha información es básica para fundamentar las políticas
y programas de adaptación y mitigación en el contexto nacional. Por lo tanto, es importante la
implementación de mecanismos de comunicación que garanticen la disponibilidad y
accesibilidad de los datos generados por la comunidad científica para los tomadores de
decisiones.
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zamora.marisela@inifap.gob.mx
AUTORES
RESUMEN
El cambio climático presenta un abanico de desafíos a la salud humana, aunque muchas de las
relaciones son complejas de demostrar, ya que un conjunto amplio de otros factores sociales,
conductuales y medioambientales puede afectar también a los resultados sanitarios en
cuestión. Es necesario propiciar un mayor reconocimiento de las implicaciones sanitarias del
cambio climático para el hombre, a fin de adoptar medidas eficaces y de movilizar a la
población.
DeCS
INTRODUCCIÓN
DISCUSIÓN
Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una
escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre
todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC) lo define como
un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la
composición de la atmósfera mundial, y que se suma a la variabilidad natural del clima
observada durante periodos comparables (3).
Actualmente, existe un fuerte consenso científico que el clima global se verá alterado
significativamente como resultado del aumento de concentraciones de gases invernadero tales
como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos. Estos gases están
atrapando una porción creciente de radiación infrarroja terrestre, y se espera que hagan
aumentar la temperatura planetaria entre 1,5 y 4,5 °C. Como respuesta a esto, se estima que
los patrones de precipitación global también se alteren (4,5).
El resultado del cambio climático puede ser más calor o más frío, más lluvias o más sequía,
dependiendo de la región y, en general, más inestabilidad climática, con un aumento en
frecuencia de desastres naturales como inundaciones, ciclones o sequías.
Es probable que el cambio climático tenga consecuencias insignificantes para la salud humana
en el siglo xxi . Sin embargo, las evaluaciones están rodeadas de una amplia zona de
incertidumbre, debido a la compleja interacción entre enfermedad, medio ambiente y
personas. No obstante, en la salud, admitir la incertidumbre no es un argumento para la
inacción, es más bien una invitación a evaluar la naturaleza de los riesgos identificados y a
diseñar estrategias para mitigarlos.
La naturaleza de los riesgos asociados a las incertidumbres del CC refuerza esta evaluación
desde tres puntos de vista. Primero, se trata de riesgos que amenazan a todas las
generaciones futuras de la humanidad con resultados catastróficos; segundo, los resultados
asociados a los riesgos son irreversibles; y, por último, la incertidumbre funciona en ambos
sentidos: hay tantas probabilidades de que los resultados sean más malignos como que sean
más benignos (6).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue fundamentalmente cinco grandes efectos
sanitarios del cambio climático (7).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
SUMMARY
The climatic change comprehends a wide spectrum of challenges to human health, although
many of the relations are difficult to prove, because a big group of social, behavioral and
environmental facts may also affect the sanitary results. It is necessary to propitiate a bigger
knowledge of the sanitary complications of the climatic change for the humankind, to adopt
efficacious measures and to organize the population.
2. DOCUMENTO EN FORMATO MS (MICROSOFT) WORD.
Textos importantes resaltados.
Los cambios climáticos han existido desde el inicio de la historia de la Tierra, han sido
graduales o abruptos y se han debido a causas diversas, como las relacionadas con
los cambios en los parámetros orbitales, variaciones de la radiación solar, la deriva
continental, periodos de vulcanismo intenso, procesos bióticos o impactos de
meteoritos. El cambio climático actual es antropogénico y se relaciona principalmente
con la intensificación del efecto invernadero debido a las emisiones industriales
procedentes de la quema de combustibles fósiles.
Los científicos trabajan activamente para entender el clima pasado y futuro mediante
observaciones y modelos teóricos. Para ello recopilan un registro climático del pasado
remoto de la Tierra basado en la evidencia geológica a partir de sondeos geotécnicos
de perfiles térmicos, testigos de hielo, registros de la flora y fauna como crecimiento
de anillos de árboles y de corales, procesos glaciares y periglaciares, análisis isotópico
y otros análisis de las capas de sedimento y registros de los niveles del mar del
pasado. Cualquier variación a largo plazo observado a partir de estos indicadores
(proxies) puede indicar un cambio climático.
El registro instrumental provee de datos más recientes. Buenos ejemplos son los
registros instrumentales de temperatura atmosférica y las mediciones de la
concentración de CO2 atmosférico. No debemos olvidar el enorme flujo de datos
climatológicos procedente de los satélites en órbita pertenecientes principalmente de
los programas de observación de La Tierra de NASA| y ESA
Los modelos de circulación general se utilizan a menudo en los enfoques teóricos para
intentar reconstruir los climas del pasado, proyecciones futurasy asociar las causas y
efectos del cambio climático
Los factores externos que pueden influir en el clima son llamados forzamientos
climáticos Los forzamientos climáticos son factores que inciden en el balance de
energía del sistema climático, modificando la cantidad de energía que el sistema
recibe del Sol o la cantidad de energía que el sistema pierde por emisión desde la
Tierra al espacio exterior. Los climatólogos que estudian el cambio climático actual
suelen denominarlos forzamientos radiativos y consideran básicamente cuatro de
ellos: la cantidad de la radiación solar en lo alto de la atmósfera (constante solar), el
albedo terrestre, la concentración de gases de efecto invernadero y la concentración
de aerosoles tanto de procedencia natural, como son los procedentes de erupciones
volcánicas, como los de origen antropogénico que proceden de actividades humanas,
entre otros.
Terminología
El término a veces se usa para referir específicamente al cambio climático causado por
la actividad humana, en lugar de cambios en el clima que pueden haber resultado
como parte de los procesos naturales de la Tierra. En este sentido, especialmente en
el contexto de la política medioambiental, cambio climático se ha convertido en
sinónimo de calentamiento global antropogénico. En las publicaciones científicas,
calentamiento global refiere al aumento de las temperaturas superficiales mientras
que cambio climático incluye al calentamiento global y todos los demás efectos que el
aumento de los niveles de gases de efecto invernadero produce. La Convención Marco
de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático define al cambio climático en su
artículo 1 párrafo segundo, como un cambio de clima atribuido directa e
indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera y que
se suma a la variabilidad natural del clima observadas durante períodos de tiempos
comparables. A veces se confundenlos términos cambio climático con cambio global.
El clima es un promedio del tiempo atmosférico a una escala de tiempo dado que la
Organización Meteorológica Mundial ha estandarizado en 30 años.[18] Los distintos
climas se corresponden principalmente con la latitud geográfica, la altitud, la distancia
al mar, la orientación del relieve terrestre con respecto a la insolación (vertientes de
solana y umbría) y a la dirección de los vientos (vertientes de Sotavento y barlovento)
y por último, las corrientes marinas. Estos factores y sus variaciones en el tiempo
producen cambios en los principales elementos constituyentes del clima: temperatura
atmosférica, presión atmosférica, vientos, humedad y precipitaciones.
En última instancia, para que se produzca un cambio climático global, debe actuar
algún forzamiento climático, es decir, cualquier factor que incida en el balance de
energía del sistema climático, modificando la cantidad de energía que el sistema
recibe del Sol o la cantidad de energía que el sistema pierde por emisión desde la
Tierra al espacio exterior. Los forzamientos pueden ser las variaciones en los
parámetros orbitales de la Tierra, en el albedo terrestre, en la concentración de gases
de efecto invernadero, en la concentración de aerosoles tanto de procedencia natural,
como son los procedentes de erupciones volcánicas, como los de origen antropogénico
que proceden de actividades humanas, entre otros.
Influencias externas
El Sol es una estrella aproximadamente de 4600 millones de años de edad que emite
radiación electromagnética en todo el rango del espectro, desde las ondas de radio
hasta los rayos X, aunque el 50% de la energía se emite en el visible e infrarrojo. La
emisión se ajusta excelentemente a la de un cuerpo negro a 5770 K, temperatura
característica de su superficie visible (la fotosfera). A la distancia de la Tierra (1 UA),
la parte alta de la atmósfera recibe una irradiancia de 1361 W/m²[21] que, debido a su
escasa variación a corto plazo, se conoce históricamente como constante solar.
No es la única conexión establecida entre el Sol y el clima. Una de los resultados más
robustoses la variación de la temperatura de la estratosfera polar cuando los datos se
relacionan con la fase de la Oscilación Casi Bienal (QBO), una oscilación del viento en
la baja estratosfera con un periodo medio de entre 28 y 29 meses
Una hipótesis popular relaciona las variaciones en el campo magnético solar con
cambios en el clima mediante la creación de núcleos de condensación por ionizaciones
provocadas por los rayos cósmicos. En los momentos de mayor actividad solar se
intensifica el campo magnético, que limita la cantidad de rayos cósmicos que alcanzan
la atmósfera y, por tanto, la creación de núcleos de condensación, formándose menos
nubes y aumentando la cantidad de luz solar que alcanza la superficie. De esta
manera indirecta, la parte alta del ciclo solar provoca un mayor calentamiento de la
superficie. Sin embargo, los datos disponibles no respaldan esta conexión
Variaciones orbitales
Hay tres factores que contribuyen a modificar las características orbitales haciendo
que la insolación media en uno y otro hemisferio varíe aunque no lo haga apenas el
flujo de radiación global. Se trata de la precesión de los equinoccios, la excentricidad
orbital y la oblicuidad de la órbita o inclinación del eje terrestre. Solo la excentricidad
puede cambiar ligeramente el flujo de radiación global, en menos del 0,2%
La situación empezó a cambiar de manera significativa hace unos 5000 años, cuando
el inverno empezó a acercarse al perihelio, provocando una tendencia progresiva al
enfriamiento que parece haberse encontrado en los indicadores de los últimos dos
milenios.
Misteriosamente, pues todavía no estamos seguros de las causas, esos ciclos glaciales
cambiaron a una periodicidad de cien mil años durante el último millón de años
aproximadamente.
Se han intentado conectar al menos dos eventos climáticos significativos con la caída
de un asteroide. Uno de ellos podría corresponderse con la extinción masiva del
Pérmico-Triásico sucedida hace 252 millones de años Se han propuesto varios
cráteres candidatos aunque el cráter Araguainha (Brasil) de 40 km de diámetro
parezca, de momento, el mejor aspirante, considerada que su datación, en una edad
comprendida entre 250 y 256 millones de años, se solapa con la fecha de la extinción
masiva Ese tamaño de cráter no debería provocar efectos convencionales duraderos,
pero se ha propuesto un mecanismo alternativo consistente en la producción de
terremotos de gran magnitud (9-10 en la escala Richter) actuando a escala
continental y afectando a yacimientos de arenas bituminosas y rocas ricas en
materiales orgánicos, lo que provocaría importantes emisiones de metano y, en
consecuencia, un cambio climático abrupto
Influencias internas
La atmósfera primitiva, cuya composición era parecida a la nebulosa inicial, perdió sus
componentes más ligeros, el hidrógeno diatómico (H2) y el helio (He), para ser
sustituidos por gases procedentes de las emisiones volcánicas del planeta o sus
derivados, especialmente dióxido de carbono (CO 2), dando lugar a una atmósfera de
segunda generación. En dicha atmósfera son importantes los efectos de los gases de
invernadero emitidos de manera natural en volcanes. Por otro lado, la cantidad de
óxidos de azufre (SO, SO2 y SO3) y otros aerosoles emitidos por los volcanes
contribuyen a lo contrario, a enfriar la Tierra. Del equilibrio entre ambos efectos
resulta un balance radiativo determinado.
Las corrientes oceánicas, o marinas, son factores reguladores del clima que actúan
como moderador, suavizando las temperaturas de regiones como Europa y las costas
occidentales de Canadá y Alaska. La climatología ha establecido nítidamente los
límites térmicos de los distintos tipos climáticos que se han mantenido a través de
todo ese tiempo. No se habla tanto de los límites pluviométricos de dicho clima porque
los cultivos mediterráneos tradicionales son ayudados por el regadío y cuando se trata
de cultivos de secano, se presentan en parcelas más o menos planas (cultivo en
terrazas) con el fin de hacer más efectivas las lluvias propiciando la infiltración en el
suelo. Además los cultivos típicos del matorral mediterráneo están adaptados a
cambios meteorológicos mucho más intensos que los que se han registrado en los
últimos tiempos: si no fuera así, los mapas de los distintos tipos climáticos tendrían
que rehacerse: un aumento de unos 2 grados celsius en la cuenca del mediterráneo
significaría la posibilidad de aumentar la latitud de muchos cultivos unos 200 km más
al norte (como sería el cultivo de la naranja ya citado). Desde luego, esta idea sería
inviable desde el punto de vista económico, ya que la producción de naranja es, desde
hace bastante tiempo, excedentaria, no por el aumento del cultivo a una mayor latitud
(lo que corroboraría en cierto modo la idea del calentamiento global) sino por el
desarrollo de dicho cultivo en áreas reclamadas al desierto (Marruecos y otros países)
gracias al riego en goteo y otras técnicas de cultivo.
Actividad humana
Los estudios del clima pasado (paleoclima) se realizan estudiando los registros fósiles,
las acumulaciones de sedimentos en los lechos marinos, las burbujas de aire
capturadas en los glaciares, las marcas erosivas en las rocas y las marcas de
crecimiento de los árboles. Con base en todos estos datos se ha podido confeccionar
una historia climática reciente relativamente precisa, y una historia climática
prehistórica con no tan buena precisión. A medida que se retrocede en el tiempo los
datos se reducen y llegado un punto la climatología se sirve solo de modelos de
predicción futura y pasada.
A partir de los modelos de evolución estelar se puede calcular con relativa precisión la
variación del brillo solar a largo plazo, por lo cual se sabe que, en los primeros
momentos de la existencia de la Tierra, el Sol emitía el 70 % de la energía actual y la
temperatura de equilibrio era de –41 °C. Sin embargo, hay constancia de la existencia
de océanos y de vida desde hace 3800 millones de años, por lo que la paradoja del
Sol débil solo puede explicarse por una atmósfera con mucha mayor concentración de
CO2 que la actual y con un efecto invernadero más grande.
Esta opinión científica está expresada en informes de síntesis, por cuerpos científicos
de prestigio nacionales e internacionales y por encuestas de opinión entre científicos
del clima. Científicos, universidades y los laboratorios individuales contribuyen a la
opinión científica global a través de sus publicaciones revisadas por pares, y las áreas
del acuerdo colectivo y certeza relativa son resumidas en los informes y encuestas.
Desde 2004, se han llevado a cabo al menos 9 encuestas a científicos y metaestudios
de artículos académicos sobre el calentamiento global. Pese a que hasta el 18 % de
los científicos encuestados puede disentir de la opinión consensuada, cuando se
restringe a los científicos que publican en el campo del clima, el 97 al 100 % está de
acuerdo con el consenso: el actual calentamiento es principalmente antrópico
(causado por el ser humano). En 2021 se publicó una nueva investigación realizada a
88.125 estudios científicos revisados por pares relacionados con el clima, de los cuales
99,9% de los artículos coinciden en que el cambio climático es causado principalmente
por los seres humanos.
Las academias nacionales de ciencia han hecho un llamado a los líderes mundiales a
crear políticas que reduzcan las emisiones globales. [ Algunos organismos científicos
han recomendado políticas concretas a gobiernos y la ciencia puede cumplir una
función en informar una respuesta eficaz al cambio climático. Las decisiones políticas,
no obstante, pueden requerir juicios de valor así que no están incluidas en la opinión
científica.
Activismo
Materia multidisciplinar
Los magnetómetros pueden medir el campo magnético de los planetas.
TEXTO 2
Cambio climático
En las décadas recientes, las modificaciones en el clima han causado impactos en los
sistemas naturales y humanos en todos los continentes y océanos. El cambio climático
es un factor de riesgo para el éxito de las acciones encaminadas a la reducción de la
pobreza, para la seguridad alimentaria, la salud pública, educación, en general para el
desarrollo humano; elementos que de no atenderse aumentan la vulnerabilidad de la
población.
La CMNUCC reconoce que "...los países ubicados en altitudes bajas, los insulares
pequeños, aquellos con zonas costeras bajas, las zonas áridas y semiáridas, o zonas
expuestas a inundaciones, sequía, y desertificación, así como las naciones en
desarrollo con ecosistemas montañosos frágiles son particularmente vulnerables a los
efectos adversos del cambio climático".
Dado que los costos económicos de la mitigación en el corto y mediano plazos son
superiores a los de la adaptación, en el futuro esta situación se revertirá, ya que el
incremento de la temperatura y la elevación del nivel del mar durante el siglo XXI
aumentarán la vulnerabilidad; por lo que la sociedad deberá llevar a cabo grandes
transformaciones y reubicaciones de sus centros habitacionales, lo cual implicará
fuertes inversiones económicas.
• Reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia del sector social ante los efectos
del cambio climático.
INTRODUCCIÓN
DISCUSIÓN
La quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero que actúan como una
manta que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas.
Algunos ejemplos de emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático son el
dióxido de carbono y el metano. Estos proceden del uso de la gasolina para conducir un coche o del
carbón para calentar un edificio, por ejemplo. El desmonte de tierras y bosques también puede liberar
dióxido de carbono. Los vertederos de basura son una fuente importante de emisiones de metano. La
energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo se encuentran entre los
principales emisores.
Mucha gente piensa que el cambio climático significa principalmente temperaturas más cálidas. Pero el
aumento de la temperatura es sólo el principio de la historia. Como la Tierra es un sistema, en el que todo
está conectado, los cambios de una zona pueden influir en los cambios de todas las demás.
Las consecuencias del cambio climático incluyen ahora, entre otras, sequías intensas, escasez de agua,
incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas
y disminución de la biodiversidad.
Las emisiones que provocan el cambio climático proceden de todas las partes del mundo y afectan a
todos, pero algunos países generan mucho más que otros. Los 100 países que menos emiten generan el 3
% de las emisiones totales. Los 10 países con mayores emisiones aportan el 68 %. Todo el mundo debe
tomar medidas en lo que respecta al clima, pero las personas y los países que crean más problemas tienen
una mayor responsabilidad para actuar primero.
El cambio de los sistemas energéticos de los combustibles fósiles a las energías renovables, como la solar
o la eólica, reducirá las emisiones que provocan el cambio climático. Pero tenemos que empezar ya
mismo. Aunque una coalición cada vez más numerosa de países se compromete a alcanzar las emisiones
cero para 2050, alrededor de la mitad de los recortes en las emisiones deben producirse antes de 2030
para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C. La producción de combustibles fósiles debe
disminuir aproximadamente un 6 % anual entre 2020 y 2030.
La adaptación a las consecuencias del clima protege a las personas, los hogares, las empresas, los medios
de subsistencia, las infraestructuras y los ecosistemas naturales. Abarca los impactos actuales y los
probables en el futuro. La adaptación será necesaria en todas partes, pero debe darse prioridad ahora a las
personas más vulnerables y con menos recursos para hacer frente a los riesgos climáticos. La tasa de
rendimiento puede ser alta. Los sistemas de alerta temprana de catástrofes, por ejemplo, salvan vidas y
bienes materiales, y pueden aportar beneficios hasta 10 veces superiores al coste inicial.
Causas
Las causas del cambio climático pueden ser naturales o antropogénicas. Las naturales son, por ejemplo,
variaciones en la energía que se recibe del Sol, erupciones volcánicas, circulación oceánica, procesos
biológicos y otros.
Las antropogénicas son causadas por las actividades humanas, por ejemplo, la emisión de CO2 y otros
gases que atrapan calor o la alteración del uso del suelo. Estas generan el denominado calentamiento
global. El término “cambio climático” es solo para referirse al cambio por causas humanas. El término
“calentamiento global” se refiere al aumento gradual de las temperaturas de la atmósfera y los océanos de
la Tierra que se ha detectado en la actualidad y cuyo continuo aumento se proyecta a futuro.
Hay más de 90% de certeza de que el aumento gradual de temperaturas se debe al aumento de las
concentraciones de Gas de Efecto Invernadero producido por las actividades humanas, las cuales incluyen
deforestación y quema de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón. Además del calentamiento
global, el cambio climático implica cambios en otras variables como las lluvias y sus patrones, la
cobertura de nubes y todos los demás elementos del sistema atmosférico.
El clima ha variado siempre; sin embargo, las tendencias actuales de calentamiento son bastante
significativas porque es muy probable que sean inducidas por el ser humano y sus actividades. Lo más
preocupante es que esto sucede a un ritmo que no ha tenido precedentes en los últimos 1 300 años.
Vfdv
Un estudio de dos décadas ha revelado una disminución del número de fauna del suelo,
nematodos y otras especies animales en los Valles Secos de McMurdo, uno de los desiertos
más secos y fríos del mundo, ubicado en la Antártida.
“Son unas pocas horas, o días de clima inusualmente cálido”, dijo. “Incluso hay picos de alta
radiación solar que provocan el descongelamiento del hielo sin altas temperaturas. Así es
como el cambio climático está ocurriendo allí, y ya está empezando a afectar a la comunidad
biológica allí”.
fuente:
Sandra Betancourt: El cambio cllimático
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Los efectos de la crisis climática empeoran la situación mundial
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n este s TEXTO 1
al CAMBIO CLIMÁTICO
Calentamiento global
Consecuencias del cambio climático
Efectos del cambio climático
Lucha contra el cambio climático
Soluciones para el cambio climático
La definición de cambio climático implica numerosas variables, como los ciclos del
agua, los vientos solares y la posición de la Luna. Todas estas variables generan
modificaciones sobre las condiciones atmosféricas que motivan la gran
complejidad que caracteriza al clima de la Tierra. Esto explica en general las
grandes dificultades para intentar definir el cambio climático.
Pero además del calentamiento global, también el cambio climático influye en las
precipitaciones, nubosidad y muchos otros parámetros.
Las distintas teorías sobre este fenómeno dan cuenta de variaciones propias del
Sol (vientos, "manchas solares", fenómenos meteorológicos propios, orbitales,
impacto de meteoritos, deriva continental, composición atmosférica, corrientes
oceánicas, campo magnético terrestre y efectos causados por el hombre,etc.)
como factores influyentes en la modificación del clima. A su vez, cierto grupo de
teorías propone que, ante este escenario, o bien el planeta Tierra podría
responder reforzando los efectos, o bien moderándolos y recuperando un
equilibrio natural. En cualquiera de estos escenarios, la mayor parte de los
cambios observados tienen incidencia en la calidad de vida de las personas.
">
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Calentamiento global
Otros efectos incluirían clima extremo más frecuente, lo que incluye sequías, olas
de calor, huracanes y precipitaciones fuertes. Se esperan también extinciones de
especies debido a los cambios de temperatura.
Se postula que si el aumento de la temperatura promedio global es mayor a 4ºC
comparado con las temperaturas preindustriales, en muchas partes del mundo ya
los sistemas naturales no podrán adaptarse y, por lo tanto, no podrán sustentar a
la población en la manera en que se agotaran los recursos naturales.
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Las causas naturales que povocan el calentamiento global estan relacionadas con
los procesos naturales.
Por otra parte, los gases fluorados causan un potente efecto de calentamiento,
hasta 23.000 veces superior al producido por el CO2. Sin embargo, estos gases
se emiten en cantidades más pequeñas y la legislación de la UE prevé su
eliminación progresiva.
Aunque las políticas adoptadas y los esfuerzos realizados para reducir las
emisiones sean eficaces, es inevitable que se produzcan algunos cambios en el
clima. En consecuencia, debemos desarrollar también estrategias y acciones para
adaptarnos a los efectos del cambio climático y del calentameiento global, tanto
en Europa como en otros lugares del mundo. Sin embargo, se debe incidir y
prestar especial atención a las zonas del planeta menos preparadas y a la vez más
perjudicadas por este fenómeno, tanto a nivel técnico como económico.