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Heil Hitler, El Cerdo Está Muerto - Herzog, Rudolph
Heil Hitler, El Cerdo Está Muerto - Herzog, Rudolph
ePub r1.1
Titivillus 18.02.2019
Título original: Heil Hitler, das Schwein ist tot!
Rudolph Herzog, 2009
Traducción: Begoña Llovet Barquero
Retoque de cubierta: Titivillus
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.0
01
El humor político bajo Hitler.
Una mirada al interior del Tercer Reich
«¡Sálvale tú!»
Chistes sobre el «saludo alemán»
La «Gleichschaltung» en el espejo
del humor político
En los meses posteriores a la llegada al poder se fue
cercenando con increíble determinación el Estado de
derecho. El objetivo de aquella acción destructiva era la
Gleichschaltung[45] de la sociedad alemana. Así, ya el 4 de
febrero de 1933 se publicó el decreto «Para la protección del
pueblo alemán», con cuya ayuda el nuevo Gobierno podía
prohibir arbitrariamente las publicaciones y los actos de los
adversarios políticos. Hitler animó a los periodistas a no
cometer «errores» en la información. Este buen «consejo»
fue acompañado al mismo tiempo por todo tipo de oscuras
amenazas. Después todo siguió de corrido: la bandera
negra, roja y dorada de la República de Weimar fue
sustituida por la cruz gamada, la estructura federal de la
vieja Alemania quedó destruida en un abrir y cerrar de ojos.
Sin escrúpulos se llevó a cabo esa «unificación de los
Länder con el Reich». En Baviera, Himmler y Röhm obligaron
a dimitir a Held, el presidente en funciones. Göring hacía
aporrear a todo aquel que se opusiera a la «sublevación
nacional». El apresurado ritmo de la unificación, la acción
desatada de las SA, la combinación de chovinismo
germánico y desnuda brutalidad surtieron su efecto sobre la
población. El nuevo Gobierno surgió como una cabeza de
Jano, con un perfil rebosante de euforia nacional y otro
lúgubre y amenazante. Aquel que no se dejaba contagiar
por el alborozo de los camisas pardas era sistemáticamente
intimidado. Un desconocido autor de chistes encontró las
siguientes palabras para definir el estado de ánimo de la
población:
Tras la unificación de los Länder somos como un pueblo; ya no
hay una Prusia, una Baviera, una Turingia y una Sajonia, solo
existen Braun-Schweiger[46].
2
— Aquel que pronuncie opiniones hostiles, difamadoras o de mala
fe sobre personalidades destacadas del Estado o del NSDAP,
sobre su mandato o sobre las instituciones por ellos creadas,
que sean susceptibles de socavar la confianza del pueblo en
sus dirigentes políticos, será condenado a prisión.
— Las manifestaciones no públicas se consideran iguales a las
manifestaciones alevosas públicas, cuando el autor del delito
sabe o debe saber que dicha manifestación puede llegar a
oídos de la opinión pública.
— El delito será perseguido solamente por orden del ministro de
Justicia del Reich; si el delito se dirige contra un representante
prominente del NSDAP, el ministro de Justicia adoptará la
disposición de común acuerdo con el representante del Führer.
— El ministro de Justicia del Reich determina con la aquiescencia
del representante del Führer quiénes conforman el círculo de
las personalidades destacadas en el sentido del párrafo 1.
El «affaire Röhm»
A los ojos de los nazis no había nada más ultrajante que ser
homosexual. En ese ordenamiento social dominado por
hombres, y militarizado hasta la médula, no había lugar
para el «afeminamiento». Röhm, de cuya disoluta vida
sexual corrían muchos rumores, proporcionaba material
interminable para crear «chistes de maricas» con
modificaciones adaptadas a la situación del momento:
Aviso en el despacho de Röhm: a las cuatro deja el trabajo en
paz y prepárate para el Afternoon[85].
—Röhm pasará sus próximas vacaciones en Italia.
—¿Ah, sí?
—Sí, es que quiere pasar algunos días calentito junto al Po[86].
¡Sois judíos!
La repugnante mueca del humor
El cine antisemita
Un Hess ha brotado,
de un avión ha saltado.
Eso al menos lo ha logrado.
Mas fuera de juego ha quedado.
Los orígenes de
«El gran dictador» de Chaplin
La radicalización interna
Todo pasa
y todo tiene un final.
Pero dos que se aman
siempre juntos seguirán.
Todo pasa
y todo tiene un final.
Primero se irá Adolf Hitler
luego el partido le seguirá.
A todo invierno
le sigue una primavera.
Primero se irá Hitler
y luego toda su recua.