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JOSÉ LÓPEZ YEPES

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

LA DIRECCIÓN/
ASESORÍA DE TESIS

Materiales para un manual


de buenas prácticas

1
Primera edición 2015.

DERECHOS RESERVADOS
© 2015 José López Yepes
México, D.F.

www.minostercermilenio.com

Diseño de interiores y forros:


Magdalena Álvarez Alpízar

ISBN 978

Impreso en México
Printed in Mexico

PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL DE


ESTA OBRA, SIN PERMISO POR ESCRITO DEL EDITOR.

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JOSÉ LÓPEZ YEPES
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

LA DIRECCIÓN/
ASESORÍA DE TESIS

Materiales para un manual


de buenas prácticas

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A la memoria de mis maestros
los catedráticos José María Desantes-Guanter,
José Simón Díaz, Alfonso Nieto Tamargo,
José Fradejas Lebrero y Antonio Rumeu de Armas
con mi gratitud por haberme transmitido
la vocación por la docencia
e investigación universitarias.

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SUMARIO

Nota preliminar .............................................................. 11


Prólogo ............................................................................... 15

Capítulo 1
Introducción ........................................................................ 21
1.1. Preliminares ..................................................................... 21
1.2. Un proyecto de Innovación y mejora de la calidad
docente (Universidad Complutense de Madrid).
Convocatoria 2014. Título: La dirección de tesis y
trabajos de investigación. Materiales para la redacción
de un manual de buenas prácticas...................................... 24

Capítulo 2
Metodología ........................................................................ 29

Capítulo 3
La aventura de la dirección ............................................. 33
3.1. Misiones del director de tesis ........................................ 33
3.2. Normas para su elección ............................................... 35
3.3. Textos .............................................................................. 42

Capítulo 4
Ser investigador ................................................................. 47
4.1. La etapa de iniciación ..................................................... 47
4.2. ¿Se nace investigador? .................................................... 48
4.3. Cualidades y hábitos mentales del investigador .......... 50
4.4. Competencias adquiridas al término de su trabajo ...... 53
4.5. Textos ............................................................................... 54

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Capítulo 5
Cómo elegir un tema de tesis y cómo titularlo ........ 55
5.1. La noción de problema científico ................................... 55
5.2. Requisitos para la elección de tema .............................. 56
5.3. La titulación de la tesis ................................................... 62
5.4. Textos ............................................................................... 63

Capítulo 6
Diseñar el proyecto de investigación para tesis ...... 69
6.1. El objeto de investigación .............................................. 69
6.2. Modelo de proyecto de investigación ........................... 72
6.3. Ejemplo de proyecto de investigación para tesis ......... 77
6.4. La tabla provisional de contenidos ................................ 83
6.5. Textos ............................................................................... 85

Capítulo 7
El plan de trabajo investigador ..................................... 87
7.1. Estructura del plan de trabajo y sus fases ..................... 87
7.2. Descripción sumaria de las fases ................................... 88
7.3. Textos ............................................................................... 104

Capítulo 8
Redactar para comunicar las nuevas ideas ................. 111
8.1. Etapas de la redacción .................................................... 111
8.2. Redacción del texto y revisión del mismo ...................... 114
8.3. La redacción de las conclusiones ..................................... 117
8.4. La redacción de los anexos o apéndices ......................... 118
8.5. El lenguaje de la ciencia .................................................. 123
8.6. La creación de terminología científica ........................... 124
8.7. El estilo ............................................................................. 125
8.8. El aparato crítico .............................................................. 128
8.9. Aspectos externos del trabajo ......................................... 129
8.10. Textos .............................................................................. 131
8.11. Anexos ............................................................................ 134

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Capítulo 9
Las tareas de apoyo del director en lo concerniente
a los aspectos psicológicos, afectivos, éticos, creativos
y de asunción de corresponsabilidad .............................. 153
9.1. La autoevaluación conjunta de la tesis
Test de evaluación ............................................................ 154
9.2. Aspectos psicológicos ..................................................... 156
9.3. Aspectos éticos ................................................................. 159
9.4. El diálogo creativo. Un ámbito de comportamientos
y relaciones personales .................................................... 161
9.5. Estructura y temporalización del acto académico
de presentación y defensa de la tesis ............................. 166
9.6. El ejemplo del director. La pasión transmitida
y la satisfacción compartida ............................................ 177
9.7. La tesis, incentivo para la vida intelectual ..................... 178

A modo de colofón. Una metáfora del proceso


investigador con el director y el investigador como
protagonistas de una aventura académica ........................... 181

Referencias bibliográficas ................................................... 185

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NOTA PRELIMINAR

Unas breves líneas para explicar al amable lector los propósi-


tos de esta obra. Como se sabe, la tesis es el instrumento ideado
por las comunidades científicas para formar a aquellas personas
en quien delega la sociedad para acrecentar los conocimientos
y hacerlos útiles y vivideros a los miembros de la misma. Este
instrumento al que aludimos es un instrumento de formación,
de aprendizaje en las técnicas de la investigación, es el elemen-
to esencial que permite adentrarse en el oficio del pensamien-
to, oficio del universitario, del intelectual por la excelencia. La
formación se adquiere a lo largo de una actividad. Se aprende
a investigar investigando, se suele decir. Y esta actividad, este
hacer presenta una doble faz. Un hacer —agere— de carácter
inmanente que tiene valor para el investigador en cuanto tarea
de aprendizaje por el mero hecho de llevarla a cabo, el actum,
y un hacer —facere— de carácter trascendente que proporciona
un resultado, el factum, concretado en el texto científico y en el
consiguiente título académico.
Pues bien, el aprendizaje intelectual al que nos venimos refi-
riendo se obtiene mediante la ayuda imprescindible de un guía,
de un tutor, asesor o director que transmite al investigador, a
lo largo de un período de tiempo, hábitos de pensamiento y
técnicas que se constituyen como ingredientes de su formación
y le facilitan llegar a la meta final. Y todo ello a lo largo de un ca-

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mino que recorren juntos director y tesista en estrecha relación
personal y académica. La relación que se establece entre ambos
viene teñida de elementos afectivos y del sentimiento de com-
partir una aventura intelectual común, lo que nos lleva a pensar
que la tesis es ciencia pero es también emoción, nuevo conoci-
miento pero también pasión, alegría por el descubrimiento pero
también tristeza por los numerosos obstáculos que surgen. De
ahí que la dirección o asesoramiento de tesis signifique una ta-
rea poliédrica de matices y contenidos y de que la elección de
un buen director tenga una trascendencia incalculable habida
cuenta de que dicha tarea reúne una serie de hábitos buenos y
que, de lo contrario, el tesista puede malformarse y transmitir
los efectos nocivos a sus futuros asesorados. Al fin, cabe pensar
que el prestigio de la institución científica en que se gesten las
tesis dependerá de los factores aludidos, lo que también habrá
de repercutir en beneficio o no de la sociedad.
Son, como es sabido, numerosos los libros, seminarios ta-
lleres y asignaturas que han ido apareciendo en los últimos
años para formar tesistas. Sin embargo, el estudio de la tarea
de aprender a asesorar o dirigir se ha contemplado con menor
intensidad a pesar de su evidente importancia. Podemos citar
ejemplos recientes como la existencia de guías de buenas prác-
ticas (Fernández Rincón, s/d. y Martínez Durá, 2012), talleres
sobre cómo dirigir tesis doctorales (García Chamizo, 2014) o los
numerosos códigos de buenas prácticas emitidos por multitud
de universidades de todo el mundo (por ejemplo http://www.
doctorado.us.es/impresos/verificacion/CÓDIGO_BUENAS_
PRACTICAS_web.pdf). Salvo alguna rara excepción se trata de
aportaciones breves donde se registran los mínimos requisitos
para asegurar la eficacia en la tarea de dirección. En nuestro
caso, y deseando trasmitir la modesta experiencia de los años
dedicados a la dirección de tesis doctorales hemos pretendido
ir un poco más allá proponiendo actitudes y medidas centrados
en las fases del trabajo investigador en que el papel del direc-
tor cobra mayor énfasis a partir, en notable porcentaje, de los
contenidos de nuestra obra Cómo se hace una tesis... (México, DF,

12
2010). En todo caso, estamos seguros de que los directores o ase-
sores de tesis que tengan la amabilidad de consultar esta obra
podrán mejorarla con sus observaciones personales.
Concluyo esta nota preliminar agradeciendo de nuevo a las
autoridades académicas de la Escuela de Comunicación de la
Universidad Panamericana (Campus México) la decisión de dar
a la estampa este manojo de ideas y a la señora Cristina Sousa
el interés con que ha cuidado la edición. Y un recuerdo especial
al Dr. Agustín Vivas, gran amigo y gran estudioso, a quien ten-
go que agradecer las generosas palabras que me dedica en el
prólogo. La obra, en fin, también constituye un homenaje a los
maestros, ilustres catedráticos de universidades españolas que
abrieron nuevas vías de investigación y que, con cuyo ejemplo,
me impregnaron del amor a la docencia y a la investigación en
una institución plena de vida renovada y madre nutricia, a la
que llamamos Universidad.

Ciudad de México, en la Casa del Colibrí,


a 17 de octubre de 2015.

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14
PRÓLOGO

Quizás prologar sea más espinoso que epilogar. Dos pudie-


ran ser los desaciertos más comunes en este tipo de colabora-
ciones: por un lado, el caer en extremo en el resultado conven-
cional y edulcorado incurriendo en los estereotipos construidos
y cimentados en la amistad y el afecto por el autor de la obra; y
por otro, al contrario, en la pretensión del que se adelanta al ob-
jeto del libro y lo desmenuza con esmero no permitiendo que el
lector lo encuentre a su paso de forma deliberada y voluntaria.
Intentaré, en estas breves líneas, no deslizarme instintivamente
por ninguno de ellos, a sabiendas que tendré que hacer más es-
fuerzos por no tropezar en el primero que en el segundo.
Hablar del profesor José López Yepes es hacerlo, sin duda
alguna, del sentir profundo de la misión universitaria y de la
extraordinaria pasión vital por la tarea investigadora, conside-
rada ésta como actividad intelectual emplazada en la obtención
de nuevos conocimientos y en la resolución de interrogantes de
carácter científico.
No es el momento de biografiar a nuestro autor. No podría
hacerlo en un breve escrito como el que se nos pide. Cabe decir,
eso sí, que hacerlo sería transitar por las diferentes etapas de

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esta Universidad que nos congrega desde hace cuarenta años.
Desde aquella de marcado carácter humanista observada como
recinto reflexivo, científico y prestigioso a esta otra de carácter
más tecnificado, operativo, empresarial y dinámico, de mayores
vinculaciones con el contexto, y a su paso, un tanto obsesionada
por índices, formulismos y evaluaciones. En la primera, nues-
tro autor sin apenas recursos ni medios logró investigaciones
de gran valía, hoy convertidas en clásicas, de lectura obligada
en las aulas de las facultades de Ciencias de la Información, la
Comunicación y la Documentación. En la segunda, ha sabido
seguir siendo referente de las Ciencias de la Documentación,
entre otras temáticas, sugiriendo nuevas fronteras conceptua-
les, y abriendo perspectivas que han quedado ya irradiadas
sustancialmente al ámbito iberoamericano.
Unas breves líneas, pues, deberán bastar para hacer enten-
der al lector no tanto su quehacer intelectual cuanto su ejemplo
y personalidad para los que nos consideramos sus discípulos.
Maestro de diferentes generaciones que nos dedicamos a los
estudios heterogéneos que tienen que ver con la ciencia de la
información documental, el profesor López Yepes se caracteri-
za por su análisis certero y científico sobre aspectos tales como
el concepto de documento, su disciplina, el profesional en la
era digital, el análisis de la lectura crítica, los estudios de los
sistemas de información histórica amén de fundador de revis-
tas, cargos ostentados, proyectos de investigación dirigidos,
infinitud de trabajos de investigación tutelados, multitud de
conferencias invitadas en numerosas universidades de todo el
mundo, o colaborador y académico de diferentes academias y
asociaciones de gran prestigio.
En el contexto en el que nos ha tocado vivir, si hay algo que
en la Universidad debemos detestar es el ruido. Decía Azorín
que “el secreto de la lectura no está en leer una muchedumbre de volú-
menes, sino en leer pocos, en leerlos con atención y en volver a leerlos”.
Yo diría que el libro que el autor nos presenta en esta ocasión
se configura como uno de esos libros, necesitado de tiempos de

16
análisis y expuesto a la relectura silenciosa y sosegada. Se trata
pues, de una obra de madurez de carácter concluyente, de gran
generosidad y de ilusión fecunda. Solamente cuando se tiene
una larga experiencia en la dirección de tesis se puede presen-
tar un texto como el que el lector tiene en sus manos, donde
se ofrecen respuestas para cada una de la etapas por la que se
debe cruzar para presentar un trabajo de investigación, con sus
desvelos y preocupaciones, esfuerzos y desmanes, pasiones y
satisfacciones. En este sentido, el autor es consciente de la nece-
sidad en la Universidad de hoy de directores que sepan guiar
de forma arreglada y metodológicamente científica. De gran ge-
nerosidad, porque ¿hay algo más desprendido que transmitir lo
aprendido y experimentado con los años, cuando las exaltacio-
nes han quedado ya calmadas, para que las generaciones que
vienen aprendan a resolver un problema mediante metodología
científica? Con esos ingredientes, el libro transmite una ilusión
fecunda, representada por el autor como si de una aventura se
tratara con todos sus componentes: los riesgos oportunos, los
eventos inesperados y los peligros inadvertidos, pero también
con los estímulos ofrecidos, los esfuerzos realizados, los resul-
tados obtenidos y las metas alcanzadas.
Tres, diría yo, que son los objetivos que el autor logra conse-
guir con éxito: por un lado, referir las funciones y competencias
de las figuras del investigador y del director; en segundo lugar,
describir con una eficiente pericia las diferentes fases en las que
consiste la elaboración de una tesis doctoral, desde la elección
del tema hasta su defensa en el acto de presentación; y, en tercer
lugar, la clara pretensión por desarrollar una visión integradora
del trabajo del director de tesis en el proceso investigador, vin-
culando aspectos psicológicos, éticos o creativos.
Para todo ello, el profesor López Yepes estructura su obra en
9 capítulos y un colofón. Desde nuestro punto de vista, los cua-
tro primeros (“Introducción”, “Metodología”, “La aventura de
la dirección” y “Ser investigador”) tienen por objeto el primer
objetivo citado; los cuatro siguientes (“Cómo elegir un tema de

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tesis y cómo titularlo”, “Diseñar el proyecto de investigación
para tesis”, “El plan de trabajo investigador” y “Redactar para
comunicar las nuevas ideas”) están dedicados al segundo de
los objetivos citados; y el último capítulo (“Las tareas de apo-
yo del director en lo concerniente a los aspectos psicológicos,
efectivos, áticos creativos y de asunción de responsabilidad”)
se destina al tercero de los propósitos señalados. Por último, el
libro concluye con un colofón a modo de conclusión en el que,
mediante un texto de Paulo Coelho, se identifica la investiga-
ción académica como una aventura, el director y el doctorando
como sus personajes y el proyecto de investigación como un
manual metafórico para subir montañas.
Ciertamente, ¿no sentimos todos un interés palpable en oca-
siones por descifrar la razón de las cosas y de sus contextos?
Quizás todo merezca ser investigado. Decía nuestro querido
Azorín, de nuevo, que “no hay nada que sea inexpresivo, que
sea opaco, que sea vulgar a los ojos de un observador”. Tan sólo
es necesario un objetivo científico, un doctorando que sienta
la curiosidad académica por insertarse en esta aventura, un
proyecto de investigación guiado de forma adecuada, y un di-
rector, figura fundamental al que se dedica el texto, que sepa
alentar y estimular.
Por todo ello, animamos al lector a que se adentre en el texto,
y observará que emprende un camino, una aventura ilusionan-
te que viene aderezada de manera clarividente por un hilo de
películas que figuradamente nos hablan de la aventura acadé-
mica en la que el profesor López Yepes nos imbuye.
No hemos de olvidar, por otro lado, que la obra presenta vo-
luntariamente una severa dimensión práctica y social. Dos son,
a nuestro entender, los aciertos más loables: en primer lugar, el
confeccionar de forma operativa un manual de buenas prácti-
cas dirigido, no ya a los doctorandos, sino, como decíamos más
arriba, a los potenciales directores de tesis, labor ésta cada vez
más precisada; y en segundo lugar, mantener viva la constante
ilusión por lograr un porvenir que sepa responder a las inquie-

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tudes científicas de hoy. La investigación científica como disfru-
te y como descifrador esperanzado de los misterios de los que
está repleta la vida, tras una aventura apasionante y colmada de
sendas, paisajes y sueños.
Para concluir me gustaría felicitar a la prestigiosa editorial
de la Universidad Panamericana de México por el acierto en la
publicación de este libro, por la cuidada y elegante edición, y
su ánimo por la defensa de la investigación y el progreso cien-
tífico. Asimismo desear al profesor López Yepes que continúe
con sus brillantes investigaciones a las que nos tiene acostum-
brados, lo que redundará, sin duda alguna, en nuevos avances
del conocimiento científico.

Agustín Vivas Moreno


Profesor y Director del Gabinete de Información
y Comunicación de la Universidad de Extremadura (España).

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20
Capítulo1

Introducción

1.1. Preliminares
Las primeras palabras de esta nueva contribución a la mejo-
ra de la tarea indagatoria académica deben servir para poner de
relieve los principios de que partimos. En primer lugar, y con
referencia al título, cabe decir que las legislaciones universita-
rias de los países de nuestro entorno coinciden en considerar
como imprescindible la actividad de asesoramiento o dirección
de los trabajos de investigación. Que su responsable es deno-
minado indistintamente asesor, tutor o director sin perjuicio de
darse en ocasiones la presencia de un comité tutorial y de unos
revisores. En segundo lugar, el presente texto tiene como pro-
pósito ayudar a los directores en aquellos aspectos en que pare-
ce más patente su proximidad e influencia en el tesista ya que
otros aspectos del proceso de dirección pueden contemplarse
en nuestro libro Cómo se hace una tesis (México, DF, 2010) o en
obras de similares propósitos. En tercer lugar, cuando habla-
mos de tesis nos referimos a las tres variedades, esto es tesis
de licenciatura, de maestría o de doctorado (En España las dos
primeras se denominan Trabajos de fin de Grado y de Máster),
dado que la diferencia entre las tres no descansa en el mayor o

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menor rigor a la hora de su ejecución sino tan solo en las exten-
sión o dificultad de su objeto. Finalmente, y como pronto ad-
vertirá el lector, consideramos en esta obra esencialmente las
investigaciones en el campo de las Humanidades y Ciencias
sociales en que este autor ha desempeñado su experiencia a
lo largo de los años bien por su formación universitaria ini-
cial, bien por la temática de las tesis doctorales que ha tenido
el privilegio de dirigir lo mejor posible y en la medida de sus
fuerzas.
Conviene afirmar, por otra parte que la idea de redactar
estas líneas se ha hecho con un evidente propósito práctico y
de utilidad procedente de los siguientes hechos o evidencias:
a) la convicción de que la formación adecuada de investiga-
dores es la única garantía del crecimiento de los saberes y,
por consiguiente, del desarrollo de las sociedades en benefi-
cio de sus miembros; b) la evidencia de que dicha formación
se basa en la relación personal y de aprendizaje del investi-
gador con un formador, con un guía llamado indistintamente
tutor, asesor o director; c) que de la adecuada elección del
mismo y la efectiva relación personal y académica con el ase-
sorado depende, en último término, el éxito de la misión.
Es, por tanto, un tema de enorme trascendencia todo lo re-
lacionado con la dirección de tesis, sus características y la ne-
cesidad de formación continua de los directores en los aspectos
científicos, éticos y de comportamiento personal con el tesista.
Son abundantes los textos encaminados a la formación de los in-
vestigadores, a los manuales que enseñan a hacer una tesis pero
apenas se ha trabajado sobre la figura del otro protagonista —el
director— y su relación personal con el tesista. El tema ha llama-
do mi atención porque sostengo que un director ineficaz y sin
vocación puede contribuir al fracaso de los tesistas en las dos
vertientes en que se conjugan la realización de colación de grado
académico: el actum resultado del agere o proceso formativo en
la investigación y el factum, resultado del facere que da lugar al
resultado del texto científico y consiguiente obtención de

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la titulación perseguida. Pues bien, la figura del director es
clave en la formación de investigadores de modo paralelo a
como el maestro lo es en la enseñanza. Si la actividad cientí-
fica tiene mucho de creativa no es de extrañar que el director
deba participar de este impulso y motivarlo en su dirigido a lo
largo del plan de trabajo cuyas fases, como se recordará, son:

1) Elección de tema y titulación del trabajo.


2) Diseño de la tabla provisional de contenidos.
3) Recopilación de la información referida
al objeto de la investigación.
4) Diseño del método particular del trabajo.
5) Producción del mensaje científico u obtención
de las nuevas ideas.
6) Producción del texto científico o redacción
con especial referencia a las conclusiones del trabajo.
7) Evaluación, presentación y defensa ante
el tribunal correspondiente.
8) Publicación.
9) Difusión y evaluación del trabajo publicado.

Pero lo cierto es que si son muy abundantes los manuales de


técnicas de investigación o los cursos y seminarios a ello con-
ducentes, en muy pocas ocasiones se reflexiona sobre la tarea
de asesoramiento o dirección toda vez, como hemos indicado,
que el resultado de la misma repercute en la formación de los
investigadores que, a su vez, serán los maestros o formadores
de nuevos investigadores. En este sentido, hemos dedicado la
atención a esta cuestión a lo largo de las siguientes publicacio-
nes, eventos y proyectos:
1) Referencias al tema en nuestra publicación Cómo se hace una
tesis. Trabajos fin de grado, máster y tesis doctorales (México,
D.F., Library Outsourcing Service y CUIB (UNAM), 2010.

23
2) El texto Creatividad e investigación. La dirección/asesoramiento
de tesis. Ideas para un Manual de buenas prácticas. En Ríos
Ortega, J. y Ramírez Velázquez, C.A. La información y sus
contextos en el cambio social. México, D.F., IIBI (UNAM) 2015,
pp. 215-227.

3) Seminario sobre problemática en el asesoramiento de tesis y traba-


jos de investigación dirigido a profesores. México D.F., Escuela
de Comunicación, Universidad Panamericana, agosto—no-
viembre de 2014 (10 sesiones).

4) Seminario sobre asesoramiento de tesis y trabajos de investigación.


Guadalajara, Universidad Panamericana, 19 de noviembre
de 2014. (Cuatro sesiones).

5) Proyecto de Innovación y Mejora de la Calidad Docen-


te. Convocatoria 2014 de la Universidad Complutense de
Madrid. No. de proyecto: 232. Título del proyecto: La di-
rección de tesis y trabajos de investigación. Materiales para la
redacción de un manual de buenas prácticas.

1.2 Un proyecto de Innovación y mejora de


la calidad docente (Universidad Complutense
de Madrid). Convocatoria 2014. Título:
La dirección de tesis y trabajos de investigación.
Materiales para la redacción de un manual
de buenas prácticas.

La realización de este proyecto ha sido la base para la elabo-


ración de la presente obra por lo que parece oportuno exponer
las líneas directrices del mismo. En cuanto a los objetivos, el
proyecto se proponía culminar los esfuerzos anteriores en ma-
teria de innovación en el Doctorado lo que incluía su incorpo-

24
ración a la metodología de la formación en línea en el campus
virtual y el establecimiento de criterios de calidad para evaluar
las tesis doctorales.

Universidad
Complutense
de Madrid.
Rectorado

Asimismo, este proyecto se basó en el hecho de que todas


las legislaciones universitarias constatan la existencia del asesor
o director de tesis como verdadero guía, maestro o formador
de los investigadores, elemento esencial, como hemos indicado
más arriba, por encima de la existencia de manuales o semi-
narios de técnicas de investigación. Sin embargo, este director
se ha formado como tal a partir de la experiencia y hábitos que
ha adquirido en su proceso de formación como investigador
propiamente dicho alcanzado fehacientemente con el grado de
doctor. No existe, pues, la garantía de que la formación adqui-
rida le capacite automáticamente para formar nuevos investiga-
dores. De ahí la necesidad de publicaciones que, de modo obje-
tivo, contribuyan a la formación de directores de tesis, incluido
el campus virtual, ámbito cada vez más frecuente en las tareas
docentes de carácter superior. Dicha formación comporta la ne-
cesaria reflexión sobre los comportamientos personales y emo-
cionales que se producen en la relación director/doctorando.
El proyecto se justificó, además, por las siguientes razones:
a) No existían, apenas, modelos formativos virtuales en los
programas de Doctorado hasta el llevado a cabo por nuestro

25
grupo de investigación mediante el proyecto correspondiente
financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia. Título del
proyecto: Cómo se hace una tesis doctoral. Modelo de forma-
ción de investigadores en línea (EA2007-0011).- b) El nuevo
modelo resultante sería de suma utilidad para los directo-
res de trabajos fin de Grado, Máster y tesis de doctorado,
c) El modelo resultante sería de aplicación en la formación
de directores de investigación en todas las ramas del saber
y contribuiría, en consecuencia, a la mejora de las políticas
de calidad de nuestra Universidad. d) La experiencia de los
miembros del grupo de investigación —algunos de los cua-
les se adhieren a este proyecto— en materia de dirección de
DEAS, dirección de tesis doctorales y publicación acerca de
los problemas de los programas de doctorado y de la evalua-
ción de tesis doctorales. e) Nuestro Grupo de Investigación
se ha dedicado a este tema por la necesidad de impartir el
Programa de Doctorado en línea o semipresencial a estudian-
tes de universidades iberoamericanas que no cuentan con tal
doctorado o a licenciados españoles alejados de los centros
universitarios con competencia en tal enseñanza. A ello van
destinadas algunas de nuestras publicaciones citadas en el
apartado correspondiente y los proyectos de investigación
que se mencionan a continuación.

Pantalla principal del curso de formación de investigadores en línea. UCM.


Facultad de Ciencias de la Información. Universidad Complutense de Madrid.
Programa de Doctorado Documentación. Fundamentos, tecnologías y aplicaciones

26
Los objetivos alcanzados y cuya exposición se hará a lo largo
de las páginas siguientes se han cifrado en:
1) Establecer las misiones de los directores de tesis en el con-
texto del plan de trabajo investigador.

2) Describir la figura del director y las cualidades que debe


reunir.

3) Describir la figura del investigador.

4) La relación personal director/dirigido: A)Motivaciones del


investigador y del director B) La relación personal a lo lar-
go del proceso. Qué se espera de cada uno de los protago-
nistas. Aspectos emotivos y de estados de ánimo de dicha
relación.

5. La elección de tema de investigación.

6. La elaboración del proyecto de investigación y el plan de


trabajo.

7. La elaboración y corrección del texto científicos.

8. La autoevaluación previa de la tesis antes de


su examen por el tribunal.

9. La preparación del tesista en el acto de presentación


y defensa de la tesis.

27
28
Capítulo 2

Metodología

La presente obra participa, como no podía ser de otro modo,


de la técnica relativa a cómo se hace una tesis o trabajo de in-
vestigación en general pero siempre desde el punto de vista de
la tarea de asesoramiento y dirección en las fases del plan de
trabajo en que resulta más decisiva la misión del director. Por
supuesto, desde el fecundo diálogo entre director y dirigido,
foco de creatividad recíproco, de un lado, y de especial rela-
ción personal, de otro porque creemos que la ciencia es conoci-
miento y emoción. La investigación no es, pues, una actividad
humana químicamente pura. Podríamos decir que está teñida
de comportamientos, estados de ánimo y relaciones persona-
les, en general. Reitero que la tesis es investigación y es emo-
ción. Y es emocionante el momento en el que el investigador
alumbra la nueva idea y también porque en ese estado psico-
lógico podemos ubicar el desánimo —antesala del posible fra-
caso— y advertir la contradicción entre desorientación y éxito.

29
“Inventé mi mejor teoría, confiesa el físico Linde— en estado
de profunda depresión… Si puedes abandonar ese estado a ve-
ces llegas más alto. Así es como en media hora inventé la teoría
de la inflación cósmica”. También el disfrute, la alegría de haber
alcanzado el objetivo, de poder saborearlo. El citado físico de-
cía: “La verdad es que saber cómo fue el momento en el que el
universo se creó es algo de lo que disfruto, independientemente
de si a otras personas les parece importante o no”.

El tribunal de una tesis haciendo pública la calificación que recibe una doctoranda

El propósito de este trabajo es que pueda servir como pe-


queño manual de asesoramiento pero también como base de
preparación de seminarios ad hoc. Los textos de cada apartado
irán presentados del modo más sencillo y esquemático posible
e irán acompañados de fragmento de filmes alusivos y de textos
antológicos procedentes de autores con prestigio investigador.
Finalmente, resta por indicar que trataremos tan solo aque-
llos apartados en que la influencia del director y su deseable
proximidad con el asesorado son más evidentes a nuestro jui-
cio, a saber: a) La elección de tema de investigación, b) El di-
seño del proyecto de investigación, c) La producción del texto
o redacción, d) La autoevaluación de la tesis antes de su pre-
sentación ante el tribunal, y e) Las tareas de apoyo del director

30
en lo concerniente a los aspectos psicológicos, afectivos, éticos,
creativos y, en suma, de asunción de corresponsabilidad y de
compañeros de viaje. Para el examen de resto de las fases del
trabajo investigador, remitimos como ya hemos expresado, a
nuestra obra Cómo se hace una tesis.

Universidad Panamericana. Campus México. México, D.F.

31
32
Capítulo 3

La aventura
de la dirección

3.1. Misiones del director de tesis


A) El director de investigación interviene a lo largo de todo
el proceso investigador. Influye, incluso, en los estados de áni-
mo del investigador y contribuye a mantener en él un buen tono
y un buen ritmo de trabajo. “¡Qué gran tónico para el novel ob-
servador —dice Ramón y Cajal— el que su maestro, en vez de
asombrarlo y desalentarlo con la sublimidad de las grandes
empresas acabadas, le expusiera la génesis de cada invención
científica, la serie de errores y titubeos que la precedieron, cons-
titutivos, desde el punto de vista humano, de la verdadera ex-
plicación de cada descubrimiento”.

33
Guía de ascenso al Kilimanjaro

B) El principio de autoridad no debe ser incontrovertible. Por


el contrario, el investigador debe saber aunar docilidad con es-
píritu crítico y discutir positivamente con su asesor. Como afir-
maba Ramón y Cajal, “aun en las ciencias mas perfectas nunca
deja de encontrarse alguna doctrina exclusivamente mante-
nida por el principio de autoridad. Demostrar la falsedad de
esta concepción y, a ser posible, refutarla con nuevas investiga-
ciones, constituirá siempre un excelente modo de inaugurar la
propia obra científica... Empero, no basta con demoler: hay que
construir. La crítica científica se justifica solamente entregando,
a cambio de un error, una verdad”.

C) El buen director de investigación pertenece, por lo común,


al grupo de científicos que dejan escuela, que transmiten líneas
de pensamiento y de pasión por la actividad investigadora.
En cuanto a sus misiones fundamentales en relación con el
investigador en formación, procede citar:

34
1) Facilita la preparación científica inicial para abordar el tema
de investigación, a partir de la elección por el investigador
de la disciplina o campo general en que desea trabajar. La
bolsa de temas del director contribuye a facilitar esta tarea.
2) Ayuda a elegir el tema de investigación y a titular correcta-
mente el trabajo.
3) Corrige el índice provisional del trabajo.
4) Facilita las primeras orientaciones bibliográficas.
5) Asesora en el correcto diseño del método específico del tra-
bajo.
6) Examina el contenido de los diversos capítulos señalando
las ideas científicas obtenidas y aquellas que son tan solo
opiniones personales del investigador.
7) Crítica la redacción y el estilo literario.
8) Examina con especial atención el capítulo dedicado a las
conclusiones.
9) Da el visto bueno a la investigación convertida en documen-
to científico inmediatamente antes de su paso al acto acadé-
mico en que será examinada.
10) Defiende al investigador en el acto académico de presenta-
ción de la tesis.
11) Controla permanentemente la marcha y el calendario de
trabajo.

3.2. Normas para la elección


del asesor de la investigación

De la elección o adjudicación apropiada del asesor de inves-


tigación —tarea ardua y difícil— depende que el investigador
se forme auténticamente en las técnicas de investigación o se

35
malforme. No obstante, la búsqueda del director puede llevar-
se a cabo a través del interés por un determinado tema, por
recomendaciones emanadas por algún profesor y por consultas
en Internet. En este proceso deben evitarse las prisas y otros
tipos de presiones que impidan garantizar la idoneidad del fu-
turo director.
En definitiva, las cualidades que se predican de un buen di-
rector de investigación son las siguientes:
A) Conocimiento del campo de conocimiento en el que se en-
marca el trabajo.
B) Demostrada suficiencia y experiencia investigadora, esto es,
comprobación fehaciente de que, mediante sus publicacio-
nes, ha resuelto problemas científicos en su área de conoci-
mientos.
C) Contrastado prestigio científico.
D) Vocación por la dirección de trabajos, teniendo en cuenta que
ha de dedicar mucho tiempo e interés a la atención de sus
dirigidos.
E) Deseo de controlar la tarea y el plan de trabajo de su dirigido
mediante la confección y seguimiento de un calendario de
trabajo.
En la dirección de investigaciones, cabe advertir, finalmente,
que el asesor se co-responsabiliza del trabajo del dirigido y
colabora con él de modo que también aprende y comparte su
experiencia, y que en ningún momento el maestro debe apro-
vecharse del trabajo del discípulo. Por el contrario, debe en-
orgullecerse de poder citar, en su momento, las aportaciones
singulares del nuevo doctor.

36
Para triunfar necesitamos resultados publicables y aplicables.
Del filme Una mente maravillosa. Dir. Ron Howard (2001)

“CÓDIGO DE BUENAS PRÁCTICAS (CBP) DE


LOS ESTUDIOS DE DOCTORADO EN LA
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

ANEXO I
07/05/2013 Vicerrectorado de Posgrado y Formación Continua, UCM

Introducción
La Universidad Complutense de Madrid (UCM) se encuen-
tra en proceso de reorganización de sus Estudios de Doctorado,
en aplicación del Real Decreto 99/2011 por el que se regulan
las enseñanzas oficiales de doctorado y la normativa específi-
ca de desarrollo de la UCM, aprobada el 6 de noviembre de
2012 (BOUC de 21 de diciembre de 2012). El RD 99/2011 recoge
en su Artículo 9.8 que “todas las personas integrantes de una
Escuela de Doctorado deberán suscribir su compromiso con
el cumplimiento del código de buenas prácticas adoptado por
dicha Escuela”. Por su parte, la normativa de desarrollo de la

37
UCM, en su Artículo 4.10, señala que “la UCM, a través de sus
órganos de gobierno, establecerá un código de buenas prácti-
cas para la organización y funcionamiento de sus Escuelas de
Doctorado”, y que “todos los componentes de cada Escuela de-
berán suscribir su compromiso con el cumplimiento de dichas
normas”. Además, la UCM, integrada en el Espacio Europeo de
Educación Superior (EEES), quiere ser activa participante en la
construcción del Espacio Europeo de Investigación (EEI). Por
ello, la UCM establece un Código de Buenas Prácticas para la
elaboración y dirección de tesis doctorales en el marco de sus
programas de doctorado y, en su caso, de las escuelas de doc-
torado.
El Código de Buenas Prácticas (CBP) de la UCM para la ela-
boración y dirección de tesis doctorales constituye un conjunto
de recomendaciones y compromisos que garanticen el óptimo
desarrollo de las tesis doctorales y establezca los mecanismos
para la resolución de los posibles conflictos. El CBP de la UCM
no sustituye a las normas legales establecidas en el RD 99/2011
y la normativa específica de la UCM (BOUC 21 de diciembre
de 2012) sino que complementa y extiende los mecanismos de
regulación de los estudios de doctorado. En este sentido, la
UCM se adhiere, además de a los principios emanados de los
Estatutos de la universidad y los propios de este documento,
a los contenidos en la Commision Recommendation of 11 March
2005 on the European Charter for Researchers and on a Code of Con-
duct for the Recruitment of Researchers (2005). Asimismo, la UCM
entiende que su responsabilidad se extiende más allá de haber
logrado el título de doctor por lo que se establecerá un sistema
de seguimiento y apoyo a los doctores formados a través de sus
programas de doctorado.

Recomendaciones para el director/es de la tesis


El director de la tesis doctoral es el máximo responsable de
la supervisión de las tareas de investigación del doctorando.
Como tal, el director debe asesorar al doctorando a lo largo de

38
su trabajo hasta la presentación para su defensa de la tesis doc-
toral. En este sentido, el director:
Debe limitar el número de tesis doctorales bajo su dirección a
su capacidad de supervisión y disponibilidad temporal.
Debe orientar y diseñar el proyecto de tesis doctoral y, en el
caso de los estudios de doctorado regulados por el RD99/2011,
además de orientar debe avalar el plan de investigación.
Debe asistir en la definición y delimitación del objeto de la
tesis doctoral en dependencia del grado formativo del docto-
rando y sus conocimientos previos, oportunidad de la investi-
gación, régimen de dedicación del doctorando y posibilidad de
desarrollo en los plazos contemplados para la presentación de
la tesis doctoral.
Debe guiar al doctorando, determinando los plazos de reali-
zación de las tareas con el fin de cumplir los objetivos previstos.
Debe realizar una supervisión regular del trabajo del docto-
rando, teniendo en cuenta las diferencias entre los campos del
conocimiento. En cualquier caso los contactos entre el doctoran-
do y el director deberían tener lugar al menos cada dos sema-
nas, en particular en las fases más críticas del desarrollo de la
tesis doctoral.
Debe garantizar que el doctorando centre su actividad esen-
cial en la elaboración de la tesis doctoral y de la formación com-
plementaria necesaria según el plan previsto.
Deben revisar el documento de actividades del doctorando
de forma regular y al menos cuatro veces al año.
Debe cumplimentar, al menos con 15 días de antelación, la
documentación administrativa que el doctorando requiera para
sus trámites.
Debe emitir el informe para la evaluación anual del Plan de
Investigación y el documento de actividades del doctorando
con la máxima diligencia.

39
Debe mantener una estrecha colaboración con el tutor, en el
caso de ser diferente del director, para garantizar el desarrollo
de la tesis doctoral.
Debe procurar inculcar en el doctorando los principios inhe-
rentes a la investigación científica de calidad, en particular el ri-
gor científico, la honestidad, transparencia de la investigación,
necesidad de registros revisables de su actividad, necesidad de
la formación continua en la investigación, la necesidad de publi-
car los resultados de la investigación, el carácter internacional
del conocimiento y la libertad de planteamientos intelectuales.
Debe garantizar la autoría o co-autoría del doctorando en las
publicaciones derivadas de las actividades de la tesis doctoral,
atendiendo a las normas consuetudinarias de cada área de cono-
cimiento y el respecto a la propiedad intelectual del doctorando.
Debe garantizar la participación del doctorando en los posi-
bles beneficios y reconocimientos derivados de la protección y
en su caso explotación de los resultados de la investigación de
la tesis doctoral.

Recomendaciones para el tutor/es de la tesis


El tutor, según se señala en el RD99/2011 y en la normativa
de desarrollo de la UCM es el responsable de la adecuación de
la formación y de la actividad investigadora del doctorando a
los principios de los programas y, en su caso, de las escuelas de
doctorado. En este sentido, además de las obligaciones contem-
pladas de forma expresa en el RD y normativa de la UCM, se
hacen las siguientes recomendaciones:
Velar por el proceso formativo del doctorando, tanto en el
desarrollo de las tareas propias del proyecto de tesis doctoral
como de las actividades complementarias.
Velar por la existencia de condiciones adecuadas, incluyen-
do las instalaciones, medios y procedimientos, para el desarro-
llo de la tesis doctoral.

40
Revisar de forma regular el documento de actividades del
doctorando, al menos con carácter trimestral, para garantizar
el buen desarrollo de las tareas de investigación y comple-
mentarias, si existieran.
Emitir con diligencia los informes correspondientes a la
evaluación anual del Plan de Investigación y documento de
actividades y en el caso de emisión de informes desfavora-
bles, informar con suficiente antelación para el estableci-
miento de medidas correctoras.
Cumplimentar, al menos con 15 días de antelación, la do-
cumentación administrativa que el doctorando requiera para
sus trámites
Facilitar la relación del doctorando con el director, caso de
ser diferente del tutor, con objeto de garantizar un desarrollo
adecuado de la tesis doctoral y evitar los posibles conflictos.
Fomentar los valores inherentes a la buena investigación,
en particular los principios éticos, honestidad, responsabi-
lidad social, formación permanente, profesionalidad, rendi-
ción de cuentas, transparencia de la investigación e impor-
tancia de la publicación de los resultados.
Promover la participación del doctorando en los órganos
representativos de la UCM en los términos fijados por los Es-
tatutos y el Reglamento de Departamentos y Centros.
Facilitar, en la medida de las posibilidades, el desarrollo
integral del doctorando garantizando en todo caso sus ta-
reas esenciales correspondientes a la realización de la tesis
doctoral.

Régimen de propiedad intelectual o industrial


Todos los agentes implicados, y en particular el director, tu-
tor y doctorando deben conocer la política y normativa de la
UCM en materia de protección de la propiedad intelectual y

41
la promoción del valor de los resultados de la investigación.
A tal fin, los programas de doctorado y las escuelas de doc-
torado promoverán la formación adecuada de los directores
y tutores respecto a la gestión de los resultados, incluyendo
la protección y comercialización en los términos previstos
en la normativa de la universidad. Los doctorandos tienen
derecho a ser reconocidos como titulares de los derechos de
propiedad intelectual o industrial de acuerdo con la legisla-
ción vigente. Asimismo tienen derecho a figurar como auto-
res o coautores en todos los documentos publicados como
consecuencia de su tesis doctoral, ya sean comunicaciones,
ponencias, artículos de investigación o revisión, libros y mo-
nografías en cualquier soporte.
Cuando la investigación dé lugar a derechos de propiedad
industrial, los doctorandos y directores tienen derecho a figu-
rar como coautores en los términos previstos en la legislación
vigente”.

3. Textos

A) El pensamiento investigador
El pensamiento investigador se ha de nutrir de ideas, de he-
chos, de conocimientos: ha de ser amplio y estar abierto pero re-
quiere dirección, convergencia. No es la acumulación informe,
la hererogeneidad del aluvión; es caudal que mueve turbina;
tierra que permite germinación y vida; flujo capaz de tener
foco. El mal no está en saber mucho sino en saber sin eficacia,
con desorden y amorfia. Esto de la eficacia de los conocimien-
tos da qué pensar. Porque está patente que se puede hacer mu-
cho sabiendo poco y se puede hacer poco sabiendo mucho.
(Albareda, 1951, p. 23).

42
B) El genio y el maestro
Los grandes hombres son a ratos genios, a ratos niños, y
siempre incompletos. Aun concediendo que el genio, sometido
al contraste de la observación salga puro de todo error, conside-
remos que todo cuanto ha descubierto en un dominio dado es
casi nada en parangón con lo que deja por descubrir......
¡Que gran tónico sería para el novel observador el que su
maestro, en vez de asombrarlo y desalentarlo con la sublimi-
dad de las grandes empresas acabadas, le expusiera la génesis
de cada invención científica, la serie de errores y titubeos que
la precedieron, constitutivos, desde el punto de vista huma-
no, de la verdadera explicación de cada descubrimiento. Tan
hábil táctica pedagógica nos traería la convicción de que el
descubridor, con ser un ingenio esclarecido y una poderosa
voluntad fue, al fin y al cabo, un hombre como todos (Ramón
y Cajal, 1898, pp. 24-25).

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934)

C) Misiones del director de investigación


Al maestro incumbe la misión de abreviar esta prepara-
ción, orientando al discípulo, mostrándole los tajos abiertos a

43
la investigación, guiándole en la pesquisa bibliográfica y su-
giriéndole, en fin, la adquisición de cuantos conocimientos y
habilidades accesorias (...) puedan serle de provecho... Forta-
lecidas de este modo las fuerzas del catecúmeno, procurará
el profesor ponerlas a prueba, proponiéndole un tema acce-
sible, que no exija grandes ni continuados esfuerzos y que, a
ser posible, represente algo así como brote o derivación de la
obra fundamental del maestro... Cuando el novel investiga-
dor pueda marchar por si mismo, procurese imbuirle el gusto
por la originalidad. Déjese, pues, surgir en él la idea nue-
va con plena espontaneidad, aunque esta idea no concuerde
con las teorías de la escuela. La mas pura gloria del maestro
consiste no en formar discípulos que le sigan sino en formar
sabios que le superen (Ramón y Cajal, 1898, pp. 152-153)

D) El salto hacia la búsqueda


de director de investigación
Habitualmente, la búsqueda del tema de investigación
—en este caso vamos a fijarnos en el caso de una tesis docto-
ral— lleva aparejado el problema de la búsqueda del direc-
tor apropiado. Son, sin duda, los obstáculos que comienzan
a preocupar a los alumnos de quinto curso de carrera cuan-
do algún profesor les plantea la posibilidad de seguir los
estudios más allá de la Licenciatura. Y sigue siéndolo, incluso,
cuando ya han accedido a los estudios de Doctorado. Pasan
los días y los meses...
Un modo de romper las barreras y dar el salto definitivo es
contemplar los programas de todas las asignaturas que se han
cursado en la carrera y excluir radicalmente aquellas acerca de
cuyos contenidos sabemos que no nos sentimos preparados o
no nos gustaría trabajar. Sin duda, después del ejercicio de la
exclusión, nos quedaremos con dos o tres. Mantengamos en-
trevistas con los profesores de las mismas que consideremos
más adecuados para recibir su consejo sin compromiso alguno

44
por nuestra parte de elección de director, aunque explicando
con toda sinceridad nuestras intenciones. Cuando al final
elijamos una asignatura —y nos vayamos aproximando al
campo concreto— será el momento de tener entrevistas con
los profesores mas vinculados al mismo. Uno de ellos o uno
aconsejado por uno de ellos será, probablemente, nuestro di-
rector que se supone reunirá los requisitos que sabemos debe
tener un buen director. En otros casos, la adscripción del in-
vestigador a un proyecto de investigación en equipo puede
llevarle por la índole del tema de investigación a que trabaje
con un determinado director (J. López Yepes).

E) La primera entrevista con


el director de la investigación
La primera entrevista con el que habrá de ser director de
investigación recuerda la primera consulta con el médico que
nos va a tratar durante un largo período. Se abre, pues, una
relación humana que habrá de dar diversos frutos. El direc-
tor quiere conocer al dirigido: Su formación académica, la
razón de por qué le visita, los temas por los que puede mos-
trar interés. El director reflexiona en voz alta con el doctoran-
do y le presenta algunos temas que pueden ser adecuados.
Probablemente, el más adecuado hay que concretarlo o fijar
definitivamente su viabilidad. Para ello, el doctorando debe-
rá hacer algunas lecturas o buscar determinados materiales.
Quedarán citados para la próxima semana. El director ha to-
mado nota de todo como si se tratase de una historia clínica
cuyo contenido irá aumentando progresivamente. Se están
sentando las bases para tejer el boceto de lo que será el plan
de trabajo y su desarrollo previsto en un calendario de acti-
vidades (J. López Yepes).

45
Un director de investigación y una doctoranda.
Del film Tesis. Dir. Alejandro Amenabar (1996)

46
Capítulo 4

Ser investigador

4.1. La etapa de iniciación científica


El investigador es un explorador que camina siguiendo el ras-
tro, las huellas, los vestigios de otros como él. Cuando termina de
seguirlos, inicia desde el nuevo punto de partida un recorrido que
ha de llevarle a la verdad buscada con obsesión, lo que implica atra-
vesar bosques, caminar bajo cascadas poderosas, cruzar ríos indó-
mitos y afrontar otros peligros, el más grande de todos el desánimo.
Pero, eso sí, cuando llegue a la meta, cuando descubra aquello que
buscaba saboreará de tal modo el éxito que querrá repetirlo y proba-
blemente consagrará toda su vida a la aventura de la investigación
científica (J. López Yepes).

47
El Dr. Indiana Jones, profesor de Arqueología
de una universidad estadounidense

4.2. ¿Se nace investigador?


El investigador no nace sino que se hace. Se forma, efec-
tiva y simultáneamente, mediante la vía de los cursos de for-
mación en las técnicas investigadoras, mediante las permanen-
tes orientaciones de su director de investigación, y mediante
el ejercicio de la propia investigación. Todos los universitarios
están cabal y potencialmente preparados para afrontar este últi-
mo período de su formación, sin excusa alguna.

Motivaciones del investigador


El investigador se inicia por el contagio de otros compañeros
o por el positivo ambiente o clima científico que puede encon-
trar en alguna institución, por el interés hacia la ciencia que le
han podido transmitir a sus profesores, por la satisfacción y ale-
gría que produce resolver problemas científicos, por el prestigio
que cree puede alcanzar, por el enriquecimiento de su curricu-

48
lum y de las publicaciones, por poder acceder a mejor puesto
laboral, etc.

Formación del investigador


La formación de investigadores es un aspecto de la políti-
ca científica de los gobiernos y un modelo de aprendizaje de-
sarrollado por las Universidades y las instituciones oficiales y
privadas de investigación, mediante planes de formación que
incluyen ayudas económicas. La formación indirecta se obtiene
mediante cursos o seminarios que introducen a los participan-
tes en las técnicas de investigación científica general o aplicada
a una determinada disciplina.
Sin embargo, son escasas las manifestaciones docentes de
esta índole aunque menos escasos los manuales de técnicas de
investigación. La formación directa se recibe, principalmente,
del director de la investigación o de otros asesores ocasionales
y, sobre todo, como resultado de la experiencia investigadora,
esencialmente de la culminación del esfuerzo representado por
la redacción, presentación y defensa de una tesis doctoral.
Efectivamente, el nuevo investigador —singularmente en
la categoría de doctor— experimenta una quíntuple metamor-
fosis representada en los siguientes logros obtenidos:
* Como científico, en cuanto aporta soluciones a problemas
científicos previamente planteados.
* Como metodólogo, al formular un método específico para su
trabajo.
* Como usuario de la documentación, al cumplimentar la fase de
documentación dentro de su plan de trabajo.
* Como documentalista, al ofrecer a la comunidad científica un
repertorio bibliográfico selectivo y especializado.
* Como maestro y asesor de nuevos investigadores, prerrogati-
va que le concede la legislación sobre la materia.

49
La ciencia es una tradición acumulativa de conocimientos. Todo investigador avanza
sobre la base de logros anteriores, de las huellas (vestigios) que otros como él han
dejado (Universidad Complutense de Madrid. Ciudad Universitaria)

4. 3. Cualidades y hábitos mentales del investigador


Se trata de factores que debe ir reuniendo el investigador
puesto que condicionan su formación en la etapa de iniciación
y que podemos resumir en las siguientes notas:

* Cualidades y preparación psicológica del trabajo


Si la cualidad fundamental en el discente debe ser el amor
al estudio, en el investigador la cualidad de estudiar debe
complementarse con la cualidad de hacer. Como hemos in-
dicado más arriba, el hacer investigador posee una doble
naturaleza: El ejercicio formativo de tratar de investigar, de
encontrar (agere, actum), y el hacer que conlleva un resulta-
do (facere, factum). En todo caso, el hacer investigador es un
hacer personal, de amplios vuelos, de carácter profundo, ca-
paz de potenciar y dinamizar las ideas mediante la acción
insistente.

50
El investigador, asimismo, debe ser tenaz, tener confianza
en sí mismo y tratar siempre de llegar al final, de obtener unos
resultados y de obtener unas conclusiones.

* Hábito del pensamiento


Como experiencia de aprendizaje, el ejercicio de la investi-
gación forma en la capacidad de pensamiento. “El cultivo de la
capacidad del pensamiento —afirma Marías— debe dominar
sobre la mera erudición e información”.

* Desconfianza hacia los tópicos y hacia lo establecido


Firme baluarte del pensamiento, el investigador debe expe-
rimentar por si mismo todo el ejercicio de exploración y man-
tener la duda razonable y positiva en todo momento. Decía,
a este respecto, Ramón y Cajal :”Hay que limpiar la mente de
prejuicios y de imágenes ajenas, hacer el firme propósito de ver
y juzgar por nosotros mismos, como si el objeto hubiera sido
creado expresamente para regalo y deleite de nuestro intelecto.
Es preciso, en fin, renovar en lo posible aquel estado de espíritu
—mezcla de sorpresa, emoción y vivísima curiosidad— por que
atravesó el sabio afortunado que descubrió el hecho considera-
do por nosotros o que planteó primeramente el problema”.

* Entusiasmo
El entusiasmo, generado por el ansia de saber y de descubrir
y alimentado por los hallazgos producidos, mantiene al inves-
tigador a salvo de las dificultades y de las caídas en su estado
de ánimo. Ramón y Cajal concedía extraordinaria importancia
a este factor: “ No basta examinar: hay que contemplar. Impreg-
nemos de emoción y simpatía las cosas observadas, hagámoslas
nuestras tanto por el corazón como por la inteligencia, sólo así
nos entregarán su secreto. Porque el entusiasmo acrecienta y
afina nuestra capacidad perceptiva “.

51
* Humildad
Hay que tener una gran amplitud de criterio para escuchar a
todos. Las ideas interesantes pueden venir de cualquier científi-
co, no necesariamente de los considerados más sabios.

* Objetividad
El espíritu crítico del investigador debe ser el instrumento
que le permita obtener la objetividad, la subordinación de él,
sujeto cognoscente, al objeto de la investigación por encima de
prejuicios ideológicos u otros condicionantes.

* Deontología y libertad
El investigador tiene el deber moral de comunicar las con-
clusiones de su trabajo en tanto en cuanto son verdades científi-
cas. Evidentemente, el investigador puede estar sometido a di-
versos obstáculos, unos internos y otros externos que proceden
de influencias dimanadas de la tradición científica, de las ins-
tituciones, de la ideologías, de los incentivos económicos, etc.
En consecuencia, a la generosidad de entrega exigida al in-
vestigador corresponde una libertad y consiguiente responsa-
bilidad en su gestión por lo que la exteriorización de los resul-
tados puede y debe ser objeto de crítica científica contrastable
que permita una evaluación al sujeto investigador y a la nueva
aportación científica.

Einstein era un
investigador
teórico.
Del filme
Einstein.
Dir. Philip
Martin (2008)

52
4.4. Competencias adquiridas por el investigador al
término de su trabajo
A título indicativo y a modo de ejemplo, referimos las
competencias del nuevo doctor en la legislación universita-
ria española:
Los estudios de doctorado garantizarán, como mínimo, la ad-
quisición por el doctorando de las siguientes competencias básicas:
a) Comprensión sistemática de un campo de estudio y dominio
de las habilidades y métodos de investigación relacionados
con dicho campo.
b) Capacidad de concebir, diseñar o crear, poner en práctica y
adoptar un proceso sustancial de investigación o creación.
c) Capacidad para contribuir a la ampliación de las fronteras
del conocimiento a través de una investigación original.
d) Capacidad de realizar un análisis crítico y de evaluación y
síntesis de ideas nuevas y complejas.
e) Capacidad de comunicación con la comunidad académica y
científica y con la sociedad en general acerca de sus ámbitos
de conocimiento en los modos e idiomas de uso habitual en
su comunidad científica internacional.
f) Capacidad de fomentar, en contextos académicos y profe-
sionales, el avance científico, tecnológico, social, artístico o
cultural dentro de una sociedad basada en el conocimiento”.

El científico, obsesionado
por el objeto de su
investigación. Del filme
Viaje al centro de la tierra.
Dir. Henry Levin (1959)

53
4.5. Textos

A) El oficio del pensamiento


La infrecuencia del pensamiento lo hace cada vez más in-
frecuente. Quiero decir que —salvo excepciones individuales
tocadas de genialidad— el pensamiento surge en cada mente
individual suscitado por el espectáculo de su ejercicio, conta-
giado, podríamos decir. Esa, y no otra, es la auténtica función
de la escuela, del seminario en su acepción literal de semillero
(Marías, 1968, p. 16).

B) Proyección de la tesis
La tesis genera publicaciones muy numerosas y abre pers-
pectivas y horizontes hacia temas de estudio colaterales que
ocupan luego durante mucho tiempo la actividad del investi-
gador. En cuanto que supone la más importante contribución
bibliográfica del investigador novel y el principal fundamento
de su currículo profesional, de la tesis dependen muchas veces
sus posibilidades de empleo y su futuro profesional en general
(Carreras Panchón, 1994, p. 153).

C) Valor de la tesis
Se puede aprovechar la ocasión de la tesis (aunque el resto
del período universitario haya sido desilusionante o frustrante)
para recuperar el sentido positivo y progresivo del estudio no
entendido como una cosecha de nociones sino como elabora-
ción crítica de una experiencia, como adquisición de una capa-
cidad (buena para la vida futura) para localizar los problemas,
para afrontarlos con método, para exponerlos siguiendo ciertas
técnicas de comunicación (Eco, 1994, p. 15).

54
Capítulo 5

Cómo elegir un tema


de tesis y cómo titularlo

5.1. La noción de problema científico


En la elección de tema de investigación, subyace siempre la
noción de problema contenido en el mismo y cuya resolución
se persigue. No todo problema es científico, esto es, merece ser
objeto de una investigación de esta índole. Para que un proble-
ma se sitúe en el punto de mira de un investigador debe estar
revestido de una serie de características. Debe ser, en efecto,un
problema objetivo; un problema cuya resolución sea factible y
facilite la solución de otros problemas en su campo de conoci-
miento. En suma, un interrogante que reciba como respuesta
una verdad científica que lleve implícito el carácter de novedad.

55
Finalmente, el problema científico en sus diversos aspectos y
matices debe estar bien concebido y bien formulado desde sus
orígenes hasta su conformación en el tema de la investigación y
su expresión formal en el título de la misma.

Un problema científico a resolver. Alan Turing .


Del filme The Turing Enigma. Dir. Pete Wild (2011)

5.2. Requisitos para la elección


de tema de investigación

Así pues, la elección de un tema de investigación es tarea


ardua y difícil para el investigador y en su determinación se
ocupa, en primer lugar, el director de investigación teniendo en
cuenta requisitos objetivos y requisitos subjetivos. Los requisi-
tos objetivos hacen referencia al tema en sí y a su determinación
mediante la constatación de la existencia de un problema cientí-
fico que merece ser resuelto. Los requisitos subjetivos se basan
en la propia personalidad del investigador y en la orientación
que debe prestarle el director de la investigación.

56
Requisitos objetivos (coordenada científica)
Los requisitos objetivos para la adecuada elección de un
tema de investigación son los siguientes:
* Observación de la realidad, fuente de cuestiones proble-
máticas.
* Selección de una parcela dentro de un área de conocimiento
y apertura de horizontes de investigación por medio de lec-
turas del campo y de los campos colindantes ( incluido listas
de tesis doctorales recientes) y consultas a especialistas.
* Uso de los criterios de relevancia científica y relevancia
humana para la calificación del tema de investigación, lo
que desemboca en la constatación de la existencia de un
problema científico cuya resolución es posible y oportuna
aquí y ahora.
* Constatación de la existencia de material bibliográfico y do-
cumental y, en general, de medios externos de naturaleza
auxiliar.
* Comprobación fehaciente de que el problema en cuestión no
ha sido resuelto.
* Situación del tema de investigación en un programa o línea
de investigaciones dentro de un instituto o departamento.
* Enunciado correcto del tema distinguiendo entre tema prin-
cipal y temas colaterales.

XL ¿La vida de un físico es


una sucesión infinita de preguntas?

A.L. Claro. Sin ellas moriría siendo un idiota. Quizá lo sea.


¡Probablemente lo sea! Pero cuando empiezas a hacerte pregun-
tas, el proceso es imparable. Sin ellas, te sientes enfermo. En
una ocasión, me pidieron que diera una charla a los estudiantes
que estaban tratando de decidir si querían dedicarse la física. Y

57
yo les dije: “Si nos habéis contestado a esa pregunta vosotros
mismos, es que no sois físicos”. Es como el poeta que no pue-
de parar de escribir porque, si lo hiciera, la vida se volvería
miserable.
Entrevista al físico Linde. En XL Semanal. Suplemento domi-
nical del diario ABC.

Requisitos subjetivos (coordenada personal)


Desde el punto de vista del investigador:
* Adecuación entre su formación, esto es, la naturaleza de la
enseñanza recibida y el tema de investigación.
* Adecuación de la capacidad mental (de pensamiento y re-
flexión) del investigador con la mayor o menor dificultad del
tema.
* Posibilidad de acceso a las fuentes y a la bibliografía y mane-
jo de los medios auxiliares necesarios.
* Conocimiento de idiomas que le permitan manejar en la len-
gua original las fuentes y la bibliografía.
* Motivaciones personales, entre las que figura, su proyección
profesional.
* Existencia de financiación cuando la investigación requiere
de ayuda en este sentido.

Y yo no encuentro tema para mi tesis... NASH.


Del filme Una mente maravillosa. Dir. Ron Howard (2001)

58
Desde el punto de vista del director:
* Entrevistas del director con el investigador a fin de calibrar
su formación académica y adecuación mental al tema más
idóneo.
* Propuesta de tema por parte del director a partir de su bolsa
de temas, esto es, del elenco de cuestiones que, a su juicio,
restan todavía por resolver y que suelen constituir una de-
terminada línea o programa de investigaciones.

El administrador de la universidad
se dirige a Galileo: Necesita dinero.
Es muy humano. ¿Puedo sugerirle
una sencilla solución? ¿Por qué no
inventa algo útil? Del film Galileo.
Dir. Joseph Losey (1975)

59
La elección del tema supone un compromiso adquirido li-
bremente y, en consecuencia, la responsabilidad de ocuparse
con todo rigor y dedicación a trabajar en el mismo. La elección
acertada de tema o lo que es lo mismo la adecuación total en-
tre tema e investigador merece dedicar todo el tiempo nece-
sario pues de ello depende, de modo imprescindible, el éxito
de la investigación. Como sugerencia práctica, se recomienda
optar por la vía de la exclusión al seleccionar una asignatura
y mantener entrevistas con especialistas de la misma a fin de
elegir al director de investigación que, en una fase siguien-
te, orientará al investigador a fijar definitivamente el tema de
la investigación. Asimismo, consulta a bases de datos de tesis
donde pueden hallarse sugerencias al respecto.

El Dr. Federico Hernández


Pacheco, investigador de la
UNAM, México, explicando
cómo llego a la elacción de tema
de sus tesis doctoral leída
en la Universidad
Complutense de Madrid

Clasificación de los temas de investigación


Por la extensión del objeto:
— Monografías
— Artículos de revistas
* Por el mayor o menor grado de dificultad de resolución de
los problemas científicos constitutivos del tema:
Temas difíciles

60
Temas más accesibles
* Por el destino de los trabajos, hay temas para:
— Trabajos de curso
— Tesis de Licenciatura
— Tesis de Maestría
— Tesis de Doctorado
— Estudios de caso
— Informes
— Trabajos en equipo
* Por su contenido:
— Trabajos teórico-especulativos
— Trabajos históricos
— Trabajos de investigación bibliográfica y documental
— Trabajos teórico-aplicados
— Trabajos de viva actualidad
* Por la naturaleza de los investigadores. Hay temas propios de:
— Estudiantes que acaban de concluir la carrera en sus dis-
tintos grados
— Profesionales que extraen de la experiencia y de su trabajo
cotidiano la posibilidad de un tema de investigación idóneo

Nash sigue buscando una idea original para su tesis.


Del film Una mente maravillosa. Dir. Ron Howard (2001)

61
5. 3. La titulación de la tesis
Cuestión de suma importancia por cuanto permite cono-
cer en todo momento el rumbo y el marco del objeto de la
investigación. Así, el título del trabajo científico debe tra-
ducir un tema bien enunciado, concreto y delimitado sobre
el que el investigador va a trabajar hasta las últimas conse-
cuencias. Los títulos de los trabajos de obtención de grado
académico responden a temas de aprendizaje en el ejerci-
cio de la investigación y deben plantearse de tal modo que
el investigador supere de modo individual todos y cada
uno de los obstáculos presentes en la investigación y refle-
jados en el título, teniendo en cuenta que el enunciado del
título obliga a trabajar en todos y cada uno de los aspectos
expresados en el mismo.
En definitiva, el título del trabajo de investigación debe ser:

* Conciso, breve, expresivo e inteligible por los investiga-


dores del campo, que muestre claramente el tema princi-
pal de la investigación y evite así salirse del camino co-
rrecto.
* Que delimite perfectamente con total precisión el tema en
lo referente al contenido, el espacio geográfico, la cronolo-
gía, etc., para lo que puede completarse con un subtítulo.
Ello facilitará la búsqueda documental del mismo.
* Que refleje complitud, esto es, que el tema va a ser estu-
diado con total profundidad y total extensión de acuerdo
con el enunciado de aquel (No deberían aceptarse, pues,
títulos que se encabecen con expresiones como Estudios
en torno a..., Introducción al estudio de... Observaciones acerca
de...).

62
Relación de títulos de tesis doctorales y
respectivas Facultades de la Universidad
Complutense de Madrid en período de
publicidad antes de su presentación en acto
académico (Véase www.ucm.es/tesis-doctorales)

Galileo: El futuro de toda investigación científica está completamente...


R. El hombre no puede conocer la verdad… pero se le ha concedido el don de buscarla.
Del filme Galileo. Dir. Joseph Losey (1975)

5.4. Textos

A) Preguntas y problemas de investigación


Existe, sin embargo, un último paso, uno que es difícil in-
cluso para los investigadores experimentados. Debe convencer
a los lectores de que la respuesta a su pregunta es significativa
no solo para usted sino también para ellos. Debe transformar
su motivo de descubrir en mostrar y, aun más importante, el de

63
comprender, en explicar y convencer... Lo que puede distin-
guirlo como un investigador del más alto nivel es la capaci-
dad para transformar una pregunta en un problema cuya so-
lución es significativa para su comunidad de investigación
(Booth y otros, 2005, p. 69).

B) Elección del tema


La elección del tema de la tesis doctoral o del trabajo de
investigación es un punto de importancia capital; la carre-
ra científica depende a menudo de esas primeras orienta-
ciones, de la selección de la materia sobre la que se ha de
estudiar, del interés por el tema escogido. Esa elección se
relaciona con la vocación del investigador, con sus profun-
das tendencias con el curso natural de sus gustos y de sus
aptitudes, con el conjunto de lo que se llama su profesión
(Roger Rivière, 1975, p. 27).

C) Peligros y ventajas de la especialización


Cierto que la especialización tiene sus peligros: 1. Fácil-
mente priva del trabajo de síntesis y de la necesaria armonía
que debe reinar entre las ciencias. 2. Hace ver las cosas uni-
lateralmente, juzgándolo todo desde el punto de vista de la
propia especialización. 3. Deja a uno en la mayor ignorancia
en otros conocimientos trascendentales, llegando a ser con
eso el especialista, el hombre de un solo método, de una sola
opinión, de un solo punto de vista, en una palabra, el hom-
bre unilateral
Ventajas:
1. El especialista puede investigar mas a fondo una parte
positiva de la ciencia, llegando a conclusiones y deduc-

64
ciones mucho más sólidas. Las mejores obras científicas
son las publicadas por especialistas.
2. Puede encontrar un método más perfecto en el trabajo,
llegar a un conocimiento completo y a un uso mucho mas
expedito de los subsidios e instrumentos de trabajo.
3. Los adelantos científicos, en todos lo ramos, vienen de
monografías especializadas, pues se requiere para ello
consultar tal cantidad de datos que sería imposible ha-
cerlo de no restringirse a un campo sumamente limitado
(González, 1965, p. 114).

D) Especialización y generalidad de
los temas de investigación histórica
En principio, la especialización no significa centrarse de
tal modo en una época o materia que se ignore absolutamen-
te todo lo demás. Esto se debe evitar si no se quiere caer en
una deformación intelectual que, a la larga, repercutiría (y
no favorablemente) en la misma investigación especializa-
da... Pero se debe también evitar el extremo contrario, por-
que cuando el pensamiento anda disperso en un gran núme-
ro de temas heterogéneos apenas si se puede hacer otra cosa
que irlos picoteando superficialmente con la misma ligereza
con que se brinca de un comentario a otro en una reunión
informal. Es el modo más seguro de destrozar los temas sin
aprovecharlos... (Suárez, 1977, pp. 153-154).

E) Problemas científicos puros y aplicados


En la ciencia moderna, la elección de grupos de problemas
o de líneas de investigación está, a su vez, determinada por
varios factores, tales como el interés intrínseco del proble-

65
ma según lo determinan el estado del conocimiento en cada
momento o la tendencia profesional de los investigadores
afectados, o la posibilidad de aplicaciones o las facilidades
instrumentales o de financiación.
Las necesidades prácticas son una fuente de problemas
científicos, pero el insistir exageradamente sobre la aplica-
ción práctica (por ejemplo, la industria o la política) a ex-
pensas del valor científico intrínseco es, a largo plazo, este-
rilizador, y el plazo largo es lo que cuenta en una empresa
colectiva como la ciencia. En primer lugar, porque los proble-
mas científicos no son primariamente problemas de acción
sino de conocimiento; en segundo lugar, porque no puede
realizarse trabajo creador mas que con entusiasmo, y el en-
tusiasmo puede fácilmente faltar si la línea de investigación
no se elige libremente movidos por la curiosidad (Bunge,
1972, pp. 191-192).

F) Preguntas y problemas de investigación


Existe, sin embargo, un último paso, uno que es difícil inclu-
so para los investigadores experimentados. Debe convencer a
los lectores de que la respuesta a su pregunta es significativa
no solo para usted sino también para ellos. Debe transformar
su motivo de descubrir en mostrar y, aun más importante, el
de comprender, en explicar y convencer... Lo que puede dis-
tinguirlo como un investigador del más alto nivel es la capa-
cidad para transformar una pregunta en un problema cuya
solución es significativa para su comunidad de investigación
(Booth y otros, 2005, p. 69).

G) Encontrar un problema de investigación


Lo que distingue a los grandes investigadores del resto de
nosotros es la lucidez, el talento natural o solo la buena suerte
de tropezar con un problema cuya solución hace que todos

66
vean el mundo de una nueva manera. Afortunadamente, los
demás podemos reconocer un buen problema cuando nos to-
pamos con él o él con nosotros. Aunque pueda parecer para-
dójico, la mayoría comenzamos un proyecto de investigación
no del todo seguros de cuál es nuestro problema y a veces
nuestro principal resultado solo será clarificar el problema.
Algunos de los mejores trabajos de investigación no hacen
mas que plantear un nuevo problema importante que necesi-
ta una solución. Ciertamente encontrar un nuevo problema e
incluso clarificar uno viejo es, con frecuencia, un camino mas
seguro hacia la fama y a veces hacia la fortuna que resolver
un problema ya formulado (Booth y otros, 2005, p. 80).

67
68
Capítulo 6

Diseñar el proyecto
de investigación
para tesis

6.1. El objeto de la investigación


El objeto de la investigación es el problema o conjunto de
problemas científicos que el investigador trata de resolver.
Dicho objeto de conocimiento se opone, por antonomasia,
al sujeto. No se deja conocer y por ello plantea numerosas
dificultades.

69
A la conquista del objeto de la investigación

La actividad investigadora se sirve de una serie de elemen-


tos que hacen posible el acceso al objeto, a la culminación con
éxito del trabajo propiamente dicho.
Los elementos extrínsecos hacen referencia a elementos
que trascienden el marco del sujeto investigador pero que con-
dicionan la realización de su actividad. Son, esencialmente:
* Fuentes documentales (archivos, bibliotecas, etc.).
* Instrumentos de laboratorio, computación, etc.
* Mobiliario.
* Locales idóneos para el trabajo.
* Instrumentos auxiliares en general.
* Clima científico o ambiente favorable académica y social-
mente para la investigación en el centro del trabajo.

70
¿Cómo atacar el problema?

Los elementos intrínsecos son aquellos de carácter intelec-


tual y metodológico por cuanto constituyen el entramado en el
que toman cuerpo los esfuerzos desplegados por el investiga-
dor en su quehacer específico. Dichos esfuerzos se concretan en
el diseño del proyecto de investigación y en el cumplimiento de las
fases de investigación contenidas en el llamado plan de trabajo.

La investigación
mediante redes
de cooperación entre
científicos

71
6.2. Modelo de proyecto de investigación
El proyecto de investigación es el documento preliminar,
el marco general en cuyo ámbito se enmarcan la justificación
y líneas generales de aquel problema científico que se trata de
resolver.
TITULO DEL PROYECTO:
Redactado de acuerdo con las siguientes normas: Conciso,
expresivo, que se observe con claridad el objeto de la inves-
tigación, que denote que el tema se va a estudiar en toda su
extensión, etc.
CAPITULO PRIMERO:
INTRODUCCION AL TEMA DE INVESTIGACION
Contiene aquellos apartados que sirven para introducir el
tema de la investigación y situarlo en su justo contexto me-
diante las siguientes preguntas: ¿Cuál es el problema? (Ob-
jeto) ¿Cómo se resuelve?(Método) ¿Desde donde se inicia la
investigación? (Estado de la cuestión).

1.1. Objeto de la investigación


El objeto de la investigación debe recoger sucesivamente los
siguientes aspectos:
A) Definición del problema científico central y problemas cien-
tíficos colaterales que se pretende resolver.
B) Explicación de cómo se ha llegado a su selección y delimita-
ción en un campo determinado del conocimiento.
C) Justificación razonada de la necesidad de que dichos proble-
mas sean resueltos.
D) Repercusiones de su resolución en dominios científicos pro-
pios y aledaños.

72
E) Breve explicación de la estructura general del trabajo, resu-
miendo los objetivos perseguidos en cada capítulo.

1.2. Método de la investigación


Este apartado es el resultado de la labor del investigador
como metodólogo y, por lo tanto, autor de procedimientos me-
todológicos perfectamente adaptados a la naturaleza del tema
de investigación.
El apartado debe, pues, recoger:
A) Fijación —a partir de lo expresado en el capítulo anterior—
de las características del tema de investigación a efectos de la
búsqueda del método adecuado.
B) Presentación y crítica de métodos utilizados en trabajos si-
milares.
C) Diseño del método específico del trabajo de acuerdo con el
tema y descripción de los procedimientos metodológicos
que van a ser utilizados a lo largo de la investigación y en
qué apartados.
D) Comprobación de la adecuación rigurosa de dichos procedi-
mientos a la naturaleza del tema de la investigación.

1.3. Estado de la cuestión. Fuentes y bibliografía


Consideramos fuentes, a estos efectos, los documentos mas
cercanos a los fenómenos (crónicas contemporáneas, docu-
mentos de archivo, etc.) y la materia prima de la investiga-
ción (legislación, datos cuantitativos, etc.) y consideramos bi-
bliografía los documentos (monografías científicas, artículos
de revista, etc,) elaborados sobre la base de las fuentes. Las
fuentes —al ser información más genuina y cercana— deben
gozar de la preferencia del investigador, evitando en la medi-
da de lo posible el papel de los autores intermediarios.

73
Este apartado tiene por objeto presentar el estado de la cues-
tión respecto al tema de la investigación o, de otro modo, una
panorámica crítica de las fuentes y la bibliografía, señalando
fundamentalmente:
A) Los aspectos —en relación con el tema de investigación—
cuyo estudio ha sido más frecuente.
B) La abundancia o escasez y, en general, el valor de la bi-
bliografía.
C) Las vicisitudes para su conocimiento y obtención, en su
caso, de los documentos.
D) El estudio crítico de las aportaciones más importantes sobre
las que el investigador se ha apoyado a lo largo del trabajo.
E) Formulación de las hipótesis, en su caso: Propuesta y des-
cripción de las posibles soluciones que se elevarán, más tar-
de, a tesis en las conclusiones.

CAPITULOS SEGUNDO Y TERCERO (número variable)


Los títulos de estos capítulos deben contener el estudio de
los conceptos nucleares expresados en el título de la investiga-
ción o de cuestiones que sirven de base para el desarrollo de
los capítulos que estudian los aspectos temáticos nuevos de la
investigación.
Efectivamente, se trata de capítulos que permiten aproximar
al investigador a una situación desde la que acometer el estu-
dio y solución de los auténticos y novedosos problemas de la
investigación. Dicho capítulo de apoyo debe constituir una sín-
tesis crítica de la materia —jamás una mera repetición de ideas
tópicas— de tal manera que se enfoquen hacia el contenido de
los capítulos de investigación. No obstante, con frecuencia y
de la síntesis crítica aludida, pueden derivarse cuestiones que
estaban mal resueltas y de aquí originarse nuevos problemas
científicos que serán asumidos por el propio investigador o de-
rivados a una investigación posterior.

74
CAPITULOS CUARTO Y SIGUIENTES (número variable)
Son, lógicamente, capítulos de nueva investigación aquellos
que plantean y resuelven los problemas científicos incursos en
el tema de investigación desde la base prestada por los capí-
tulos de apoyo, o, dicho de otro modo, los lugares donde se
van desarrollando las demostraciones de las diversas hipótesis
para convertirlas en tesis.
CAPÍTULO DE CONCLUSIONES (último capítulo) (*)
El último capítulo de todo trabajo de investigación científica
es el dedicado a la exposición de las conclusiones. Las conclu-
siones constituyen, sencillamente, las respuestas a los proble-
mas planteados en la investigación, las auténticas aportaciones
al sector de conocimientos al que corresponde la investigación.
Deben aparecer en forma de expresiones concisas, concretas,
expresivas y expuestas mediante numeración correlativa. Cons-
tituyen, en último extremo, la hipótesis ya demostrada.
APENDICES O ANEXOS
Los apéndices o anexos son indispensables para apoyar la
demostración y constituyen el todo o una parte del andamiaje
utilizado para la construcción del trabajo. Son habituales los
siguientes:
1: REPERTORIO BIBLIOGRAFICO
El apéndice o anexo número uno es, por excelencia, el reper-
torio bibliográfico final o bibliografía especializada y selectiva
que, sobre el tema de la investigación, ha construido el investi-
gador. Recoge las referencias de los trabajos utilizados y sirve
de punto de partida para cualquier otro investigador que desee
continuar la investigación.
2: DOCUMENTOS
Recoge, en su caso, la transcripción de documentos inéditos o
textos de difícil consulta que el investigador desea aportar como
fundamento de sus tesis. En determinados casos, se deben acom-
pañar de índices cronológico, antroponímico y toponímico.

75
3: LEGISLACION (*)
No es necesario cuando las disposiciones concretas ya han
sido citadas en el texto. Se inserta, no obstante, cuando se desea
mostrar el cuadro íntegro de disposiciones.
4: INDICES DE CUADROS ESTADISTICOS, GRAFICOS,
ILUSTRACIONES, PERSONAS, MATERIAS , LUGARES GEO-
GRAFICOS, ETC
5: OTROS

NOTAS:
1. Los apartados señalados con asterisco deben dejarse en
blanco, como es lógico.
2. Cada capítulo debe contener 3 apartados, al menos.
3. Antes de considerar terminado el plan de investigación,
debe enviarse a un profesor o tutor a fin de que éste pueda
corregirlo y sugerir observaciones para obtener el texto
definitivo.

76
6.3. Ejemplo de proyecto de investigación para tesis

UNIVERSIDAD PANAMERICANA
CAMPUS CIUDAD DE MÉXICO

ESCUELA DE COMUNICACIÓN
Proyecto de Tesis de Licenciatura

TÍTULO DEL PROYECTO:


Evaluación de la investigación mexicana en comunicación.
Productividad e impacto (1975-2010)

ALUMNO:
DIRECTOR/ES/ DE TESIS PROPUESTO/S:
FECHA DE ENTREGA DEL PROYECTO

1. Objeto de la investigación
a) Definición del problema científico central y problemas
científicos colaterales que se pretende resolver.

77
El objeto de la investigación cuyo proyecto tenemos el honor
de presentar consiste en un estudio del valor de las investiga-
ciones acerca de la ciencia de la comunicación social realizadas
en México sobre la base de indicadores relativos a la productivi-
dad y a la calidad de dicha investigación. Y todo ello en período
cronológico 1975—2010. Como desarrollo del tema general de
la investigación, se abordarán los siguientes subtemas:
1. Problemas generales de evaluación de la ciencia.
2. La productividad de la actividad científica.
3. El impacto de la actividad científica.
4. Cuestiones relativas a la enseñanza e investigación
de la comunicación en México.
5. La producción académica.
6. La producción de monografías artículos de revistas.
7. El impacto de la investigación mexicana
en el interior y en el exterior.

b) Justificación razonada de la necesidad de que dichos


problemas sean resueltos.
De acuerdo con los datos que poseemos a partir de una bús-
queda bibliográfica básica hemos constatado que, si bien se co-
noce en líneas generales el volumen de la la producción cientí-
fica realizada en nuestro país, quedan por estudiar numerosas
cuestiones como el origen de la gestación de sus aportaciones,
la tipología de sus autores, las líneas de investigación y, esen-
cialmente, el valor de la producción o, de otro modo, el impacto
que tales investigaciones y publicaciones han logrado tanto a
nivel nacional como internacional.
c) Repercusiones de su resolución en dominios científicos
propios y aledaños.
Consideramos que las conclusiones de este trabajo deben ser
consideradas como aportación al conocimiento de la historia de

78
la comunicación social en México, al conocimiento de la con-
tribución que la ciencia mexicana haya logrado en el ámbito
de la comunidad científica internacional en este campo del
saber y a abrir nuevas vías de investigación
d) Breve explicación de la estructura general del trabajo,
resumiendo los objetivos perseguidos en cada capítulo.
El trabajo se estructura en 8 capítulos más conclusiones
y anexos. El primer capítulo es de carácter introductorio y
en él se explica y justifica el objeto de la investigación, los
procedimientos metodológicos empleados y una valoración
de la bibliografía existente sobre el tema de nuestra investi-
gación. Los capítulos 2 a 4, inclusive, contienen cuestiones
que sirven de apoyo a los contenidos propiamente nuevos en
este proyecto y que se estudian en los capítulos siguientes. El
trabajo culmina con las conclusiones y una serie de anexos.

2. Método de la investigación
Los procedimientos metodológicos tratan de adaptarse a la
naturaleza del tema de la investigación. Para ello hemos teni-
do en cuenta los siguientes presupuestos:

A) Características del tema de investigación a efectos de


la búsqueda del método adecuado.
La investigación que proyectamos posee, a nuestro juicio,
la características siguientes: 1) Es un trabajo teórico en cuando
a sus fundamentos. 2) Maneja elementos de carácter cualitati-
vo y cuantitativo, 3) Existen numerosos precedentes del tema
aunque aplicados a otros campos del saber y referidos a otros
países y diversos períodos cronológicos.

79
B) Presentación y crítica de métodos utilizados en trabajos
similares.
Hemos examinado la aplicación de métodos para la solución
de problemas en aportaciones de tema similar, concretamen-
te los contenidos en los siguientes trabajos: /citar los trabajos
y presentar aquellos procedimientos dignos de ser utilizados
para la presente investigación/

C) Descripción de los procedimientos metodológicos que


van a ser utilizados a lo largo de la investigación y en qué
apartados.
De acuerdo con lo antedicho, proponemos aplicar a nuestra
investigación los siguientes procedimientos metodológicos:
1. Búsqueda de bibliografía esencial sobre el tema.
2. Encuestas de evaluación de la calidad.
3. Consulta a bases de datos de citas para localizar la pre-
sencia de la investigación mexicana en comunicación y de los
autores más prestigiosos.
4. Aprovechamiento de las observaciones obtenidas en la
presentación de este proyecto en posibles eventos, reuniones de
trabajo u opiniones emitidas por expertos.
5. Otros.

Presentación de
un proyecto de tesis de
licenciatura por Mariana
García Lassard, alumna
de la Escuela de Comuni-
cación de la Universidad
Panamericana (Campus
de Guadalajara, México.
Julio de 2015)

80
3. Estado de la cuestión. Fuentes y bibliografía
Consideramos fuentes, a estos efectos, los documentos mas
cercanos a los fenómenos (crónicas contemporáneas, documen-
tos de archivo, etc.) y la materia prima de la investigación (legis-
lación, datos cuantitativos, etc.) y consideramos bibliografía los
documentos (monografías científicas, artículos de revista, etc.)
elaborados sobre la base de las fuentes.
A) Bibliografía básica sobre el tema, resultado de una pri-
mera investigación bibliográfica.
/Añadir la lista de las referencias bibliográficas bien catalo-
gadas/
B) La abundancia o escasez y, en general, el valor de la bi-
bliografía sobre cada uno de los aspectos de la investigación
/Indicarlo/
C) Estudio crítico de las aportaciones más importantes so-
bre las que el investigador se va a apoyar a lo largo del trabajo.
/Indicarlo/
D) Formulación de las hipótesis, en su caso: Propuesta y
descripción de las posibles soluciones que se elevarían, más
tarde, a tesis en las conclusiones.

4. Tabla provisional de contenidos


Título provisional: Evaluación de la investigación mexica-
na en comunicación. Productividad e impacto (1975-2010)
Cap. 1. Objeto, método y estado de la cuestión
1.1. Objeto de la investigación
1.2. Método
1.3. Estado de la cuestión

81
Cap. 2. Problemas generales de evaluación de la ciencia
2.1. Antecedentes
2.2. La evaluación de autores
2.3. La transmisión de las ideas científicas
Cap. 3. La productividad de la actividad científica
3.1. Cantidad y calidad
3.2. La productividad de los autores
3.3. La productividad de las publicaciones
Cap. 4. El impacto de la actividad científica
4.1. El concepto de impacto
4.2. Los métodos de medida del impacto
4.3. Los índices de citas
Cap. 5. La investigación de la comunicación en México
5.1. Orígenes de la enseñanza
5.2. La formación de profesionales
5.3. La formación de investigadores
Cap. 6. La producción académica. Trabajos de grado
6.1. Tesis de Licenciatura
6.2. Tesis de Maestría
6.3. Tesis de Doctorado
Cap. 7. Los medios de publicación
7.1. Monografías
7.2. Publicaciones periódicas
7.3. Eventos científicos
Cap. 8. El impacto de la investigación
8.1. Líneas de investigación
8.2. Escuelas científicas
8.3. Las citas
Cap. 9. Conclusiones
ANEXOS
1. Repertorio bibliográfico
1.1. Fuentes

82
1.2. Bibliografía
2. Catálogo de tesis de Licenciatura
3. Catálogo de tesis de Maestría
4. Catálogo de tesis Doctorales
5. Ranking de autores por número de citas
6. Citas de investigaciones mexicanas en revistas
de máximo impacto

Alumnas del curso de Investigación en Comunicación tras presentar


el proyecto de investigación para la licenciatura. Universidad Panamericana.
Campus de Guadalajara (México), julio de 2015

6.4. La tabla provisional de contenidos.


Estructura y funciones
La tabla o índice provisional de contenidos recoge las pre-
suntas cuestiones que van a ser objeto de estudio en el trabajo
y es una especie de guión que se va modificando a lo largo de
las fases de documentación, producción del mensaje y produc-
ción del documento o redacción. Reúne, fundamentalmente, las

83
notas de provisionalidad, por cuanto experimentará variaciones
y será continuamente re-escrito a lo largo de la actividad inves-
tigadora y de eficacia en la medida en que se acerque a lo que
habrá de ser el índice definitivo al culminar el trabajo.
Las funciones de la misma son dos: aproximación o rampa ha-
cia el objeto de la investigación y auténtica guía o plantilla del
trabajo, a manera de cañamazo, que progresivamente se irá cu-
briendo.
La tabla es también una constatación del carácter limitado
del pensamiento humano que necesita fragmentar el problema
científico contenido en el tema de la investigación en proble-
mas e interrogantes más pequeños, lo que da como resultado
la distribución del índice provisional en:
* Partes
* Capítulos
* Epígrafes
* Sub-epígrafes
* Apéndices/Anexos
Las partes, capítulos, epígrafes y subepígrafes deben titular-
se de acuerdo con las mismas normas enunciadas para el título
general del trabajo y deberán indicar en todo momento el objeto
de cada rúbrica.

Estructura
La tabla de contenidos, de acuerdo con lo expuesto, es
imprescindible instrumento para el desarrollo del trabajo y
significa:
A) Ordenación previa del trabajo hacia su ordenación definitiva
y marco de la sucesión lógica de las cuestiones insertas en el
tema general de la investigación.

84
B) Desarrollo del título de la investigación reflejado en los tí-
tulos de las partes, capítulo, epígrafes, subepígrafes, etc.,
elaborados de acuerdo con las mismas normas empleadas
para el título de la investigación.
C) Medio de ordenación de los materiales que van a ser em-
pleados en cada uno de los capítulos, así como de las pro-
pias ideas de las que se parte y de las que va obteniendo el
investigador.
D) Medio de autocontrol del trabajo por el propio investigador
y de control por el director, en el aspecto cualitativo y tam-
bién de temporalización o calendario de trabajo.
E) Factor susceptible de cambios y reordenación a medida que
avanza la investigación. El sistema decimal de ordenación
permite que las diferentes mutaciones y cambios de lugar de
las cuestiones se puedan llevar a cabo fácilmente.
La tabla provisional de un trabajo de investigación se ela-
bora, de modo general, por medio de la estructura expuesta
y número hipotético de capítulos y apéndices, modificable
obviamente en función de las características peculiares de
cada trabajo de investigación en concreto (rama del saber,
finalidad, etc.).

6.5. Textos

A) La formulación de la introducción
e índice provisional

Prestad atención, pues hasta que no estéis capacitados


para escribir un índice y una introducción, no estaréis segu-
ros de que se trata de “vuestra” tesis. Si no conseguís escribir
el prefacio, eso significa que todavía no tenéis ideas claras

85
sobre cómo empezar. Si tenéis ideas sobre cómo empezar es
porque al menos “sospecháis” a dónde llegaréis. Y, precisa-
mente, basándoos en esta sospecha tenéis que escribir la in-
troducción como si se tratara de la recensión de un trabajo ya
hecho. No temáis llegar demasiado lejos. Siempre estaréis a
tiempo de echaros atrás.
A estas alturas ha quedado claro que introducción e ín-
dice “habrán de ser continuamente reescritos según avance
el trabajo”. Así es como se hace. El índice y la introducción
finales (los que aparecerán en la tesis mecanografiada) serán
diferentes de los iniciales. Es lo normal. Si no fuera así, signi-
ficaría que toda la investigación efectuada no os ha propor-
cionado ninguna idea nueva (Eco, 1994, p. 141).

86
Capítulo 7

El plan de trabajo
investigador

7. 1. Estructura del plan de trabajo y sus fases


El plan de trabajo es la consecuencia natural del carácter or-
denado y sistemático de toda investigación científica. De él cabe
predicar las siguientes notas:
* Es el auténtico programa de actuación elaborado con la
orientación del director de investigación.
* Se ordena de manera sucesiva y temporal. Cada fase condi-
ciona la realización de la siguiente. Las fases del plan son,
pues, interdependientes.

87
* Evita la dispersión y constituye la constante referencia de la
marcha del trabajo en cada momento.
* Permite la implantación de un calendario tentativo de
trabajo.
El plan de trabajo que se propone contiene el ciclo completo de
la investigación y en consecuencia el ciclo formativo del inves-
tigador pues se inicia con la selección de los problemas cientí-
ficos que se desea resolver —el tema de la investigación— y se
culmina cuando las respuestas a los mismos son aprovechadas
y contrastadas por los miembros de la comunidad científica
como fundamento para resolver sus propios problemas. Meta-
fóricamente supone la ascensión a la cima de una montaña o
la conquista de una fortaleza. Dicho plan de trabajo, válido en
principio para cualquier tipo de investigación o trabajo intelec-
tual, se compone de las fases que se resumen a continuación.

Plan de asedio a la población de Numancia, población celtibérica en la antigua Hispa-


nia, por el ejército romano al mando de Publio Cornelio Escipión Emiliano (133 a. C.)

7.2. Descripción sumaria de


las fases del trabajo investigador

Elección de tema y titulación del trabajo


Cuestión ampliada en un capítulo anterior. Se trata de una
cuestión ardua y difícil. Supone una buena parte de toda la ta-

88
rea indagatoria. La buena elección del tema significa un buen
porcentaje en la realización total del trabajo. Suele ser muy rele-
vante —habitualmente imprescindible— la ayuda del director
de investigación. Son rasgos que afectan a la elección de tema y
titulación del trabajo los siguientes:
El tema debe elegirse mediante criterios que afectan al pro-
pio tema (criterios objetivos) y al investigador (criterios subjeti-
vos) y debe ajustarse a la naturaleza del trabajo de investigación
(trabajo de cursos, tesina, trabajo de fin de carrera, tesis docto-
ral, etc.). En consecuencia, mayor o menor extensión del objeto
pero el mismo rigor metodológico en cualquiera de los trabajos.
Finalmente, el tema debe aparecer perfectamente delimitado.
En cuanto al título del trabajo, éste debe responder necesa-
riamente al contenido del tema de investigación que se propo-
ne, constituye para el investigador una orientación permanente
hacia la meta del trabajo, evitando en todo caso la dispersión y,
en consecuencia, debe estar perfectamente enunciado de modo
concreto y claro.

Diseño de la tabla de contenidos provisional


Como ya se ha indicado, esta fase constituye la aproxi-
mación —cuanto mas cercana mejor— al índice de la futura
publicación del trabajo. Es, en realidad, la lista de cuestio-
nes —derivadas del tema de investigación— que van a ser
estudiadas a lo largo de los respectivos capítulos y aparece
estructurado en partes, capítulos, epígrafes y subepígrafes
más los apéndices (Véanse apartados anteriores). Cuestión
ampliada en capítulo anterior.

Recopilación de la información
La fase de documentación responde a la necesidad de cono-
cer el estado de la cuestión del problema objeto de estudio a fin
de evitar duplicidad en el esfuerzo investigador.

89
Biblioteca de investigación

Es la base de partida del investigador que continúa las hue-


llas que han dejado los científicos que le han precedido. Se
realiza a través de la recopilación exhaustiva de todos los docu-
mentos científicos que pueden aportar al investigador los mate-
riales de lectura y reflexión necesarios.
En esta fase, el director de investigación suele facilitar las
primeras orientaciones bibliográficas.
El comportamiento del investigador en esta fase comporta
dos tareas: Como usuario de la documentación y como biblio-
tecólogo/documentalista. En la primera faceta el tesista debe
proceder a la búsqueda de información y consiguiente elabo-
ración de un preliminar fichero bibliográfico. Dicha búsqueda
bebe hacerse, a partir de la concreción del tema, con carácter
exhaustivo en relación con los soportes documentales, las len-
guas científicas más usuales, el carácter público, inédito o en
curso de elaboración de los documentos y las distintas formas
documentales, incluso las que pueden pasar más desapercibi-
das (“literatura gris”). Como decimos, la información obteni-
da se estructura en un fichero bibliográfico en forma de base
de datos. Véase un ejemplo de búsqueda bibliográfica en el
texto Cómo buscar información en cinco minutos.
La investigación bibliográfica culmina con la selección de los
documentos —tras su lectura o examen— y la presentación del

90
panorama evaluado y crítico de las fuentes y la bibliografía y da
lugar a la construcción del repertorio bibliográfico ubicado al
final del texto. El mismo obedece a las siguientes razones:
* La garantía de que el investigador se ha documentado per-
fectamente (Razón científica).
* El reconocimiento público de la deuda contraída con los au-
tores (Razón ética).
* La posibilidad de que, a partir del repertorio, otros investi-
gadores puedan continuar la resolución de los nuevos pro-
blemas que ha suscitado el investigador (Razón científica).
Véanse más detalles y metodología de su elaboración en
López Yepes, J. Cómo se hace una tesis.., op.cit.

91
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97
Diseño del método particular de la tesis
El investigador diseña un método o conjunto de instru-
mentos, reglas y técnicas que le permiten aproximarse y
conquistar la fortaleza representada por el objeto de inves-
tigación. El método debe adaptarse estrictamente al tema
del trabajo y debe garantizar la recta ordenación del trabajo
hacia el fin propuesto. Asimismo, se puede diseñar con la
ayuda, la experiencia, el conocimiento y el contraste de mé-
todos empleados en trabajos similares. Véanse más datos so-
bre métodos de investigación en López Yepes, J. Cómo se hace
una tesis…, op. cit.

98
La solución del problema mediante el uso de un método distinto.
Del filme Cortina rasgada. Dir. Brian Moore (1966)

Producción del mensaje científico


Es la fase nuclear de la investigación, en la que el investi-
gador —con ayuda de los materiales de trabajo— obtiene las
nuevas ideas científicas, esto es, las respuestas a los proble-
mas científicos planteados en el tema de la investigación. Es,
pues, una fase estrictamente individual en la que el inves-
tigador depende de sí mismo, de sus condiciones y de sus
capacidades.
El resultado de la fase de elaboración es un mensaje
científico que el investigador ha de comunicar al resto de los
miembros de la comunidad científica. La pregunta en este
caso es: ¿De donde vienen las ideas? Las ideas se gestan en
la mente del investigador desde una disposición subjetiva y
objetiva. Las ideas se gestan desde la disposición subjetiva
de tesista lo que comporta el desarrollo de ciertos hábitos
como son:
— Adecuada preparación intelectual
— Esfuerzo personal

99
— Capacidad de observación
— Capacidad de experimentación
— Capacidad de deducción
— Capacidad de Imaginación
— Tenacidad
— Capacidad de relacionar las ideas con los hechos
— Sentir un escenario permanente de duda e incertidumbre
— Espíritu crítico
— Tendencia a la obsesión y a la concentración

La disposición objetiva se basa en la lectura crítica y re-


flexión sobre las fuentes lo que da lugar al alumbramiento de
las nuevas ideas perseguidas por el investigador. Ello exige
como punto de saber seleccionar las fuentes por su valor de
autenticidad y veracidad, obtener el aprendizaje en la lectura
crítica. En suma, saber interpretar los contenidos de los do-
cumentos y poder extraer de los mismos una serie de ideas
como son:
1. Ideas claramente expuestas por los autores.
2. Ideas tan solo sugeridas.
3. Ideas no vigentes en su momento.
4. Ideas propias obtenidas por el investigador.

Todo el resultado de las reflexiones sobre las lecturas puede


depositarse en las llamadas fichas de investigación, cuya es-
tructura puede examinarse en López Yepes, J. Cómo se hace una
tesis…, op. cit.

100
Galileo: Hoy en día todo está sumido en la duda. Por fin todo el mundo
quiere saber que es esto, cómo es aquello, lo que dicen los libros,
pero veámoslo por nosotros mismos. Del filme Galileo.
Dir. Joseph Losey (1975)

LA OBSERVACIÓN— Sherlock Holmes.: Bien. Díganos tranquilamente


quien es usted y qué es lo que desea. Ha mencionado su nombre como si fuera de
dominio público pero, aparte de saber que es soltero, abogado, masón y
asmático yo no sé nada de usted. Dr. W.: Su modo de vestir,
los documentos que lleva, la cadena y su respiración algo irregular.
Del filme El constructor de Norwood. Dir. Ken Grieve (1985)

101
LA DEDUCCIÓN: Tal vez sea ese el camino. Pensaba lo fácil que es ver las cosas en sus
primeras etapas. Estoy tratando de saber dónde acaban las terminaciones de las células
nerviosas… Habría que ver esos mismos tejidos en embriones.
De la serie de TV Ramón y Cajal. Dir. José María Forqué (1982)

Producción del texto científico o redacción con


especial referencia a las conclusiones del trabajo
La fase de redacción tiene por objeto la conversión del men-
saje científico obtenido en la fase anterior, en documento cien-
tífico apto para su comunicación en el espacio y en el tiempo.
La transmisión de las nuevas ideas científicas obtenidas y su
capacidad de persuasión se llevan a efecto sobre las alas del
lenguaje científico correctamente empleado.
La redacción de las conclusiones cobra especial relevancia en
esta fase. Las conclusiones no son otra cosa que las respuestas
a los interrogantes que se ha hecho el investigador, las nuevas
ideas que —con intención de perdurabilidad— van a introdu-
cirse en el campo de conocimiento correspondiente.

Evaluación, presentación y defensa


ante el tribunal correspondiente
El trabajo de investigación es, habitualmente, presentado
en público y enjuiciado por un Tribunal que representa a la co-

102
munidad científica del área de conocimiento en que se inscribe
dicho trabajo.
La función del tribunal es doble. De un lado, otorga al candi-
dato la suficiencia en investigación y en la capacidad de dirigir
a otros investigadores. De otro, analiza si las conclusiones obte-
nidas se han basado en la recta utilización del método científico.
Para comprobar esto último, el Tribunal plantea objeciones al
candidato. Es, pues, un acto polémico, de debate.
Es en esta fase de presentación y defensa cuando el trabajo
de investigación recibe su primera contrastación crítica.
Finalmente, la fase de presentación es un acto académico pú-
blico con connotaciones no solo académicas sino también so-
ciológicas y psicológicas, y el candidato debe prepararse para
ello. En dicho acto académico está prevista, habitualmente, la
defensa del investigador por su director.

Publicación
Es el momento cronológico en que el trabajo trasciende defi-
nitivamente a su realizador y bajo su responsabilidad va a cir-
cular libremente entre los investigadores del campo. Ello per-
mite que el documento científico que alberga la investigación
realizada pueda multiplicarse y difundirse para cumplir los
objetivos para el que ha sido proyectado.
Esta fase hace posible la definitiva contrastación crítica del
trabajo por cualquier miembro —conocido o desconocido— de
la comunidad científica.

Difusión y evaluación del trabajo publicado


Con esta fase se cierra el ciclo investigador. En la misma se
observa la auténtica contrastación crítica del trabajo y en qué
medida las nuevas ideas obtenidas se han propagado y han
sido aprovechadas como fuentes por otros investigadores. En

103
consecuencia, superar con éxito esta fase y hacerla duradera
supone cimentar el merecido prestigio del investigador. Lo con-
trario supone haberse malformado en la actividad investigado-
ra y, en consecuencia, dañar al resto de los científicos y a sus
futuros dirigidos.
La medida de la propagación, difusión y aprovechamiento
de las nuevas ideas puede abordarse mediante la utilización de
las técnicas de evaluación cuantitativa y cualitativa estudiadas
en el último capítulo de esta obra.

7. 3. Textos

A) La elaboración del plan de trabajo


Hay que insistir mucho sobre la importancia de la elabo-
ración del plan de trabajo. Frecuentemente he observado en
mis alumnos que preparan sus tesis una ausencia total de
método. No conciben ni siquiera como estructurar su trabajo.
Empiezan a acumular fichas y notas sin orden, según el azar
de sus lecturas y se encuentran con cajones llenos de fichas
que no saben cómo ordenar. A veces empiezan a rellenar pá-
ginas y páginas sin orden lógico ni método; el resultado es
deplorable. La estructuración del plan es un trabajo lento y
que exige esfuerzos y retoques (Roger Rivière, 1975, p. 33).

B) La trabazón documental de las ciencias


La Documentación se ha movido entre dos extremos límites
de apariencia irreconciliable, que podemos llamar, en términos
expresivos latinos, ancilla scientiae y regina scientiae. Es decir se
ha venido considerando con acierto a la Documentación, mejor
o peor utilizada, como un instrumento auxiliar de la ciencia que
permite o facilita el conocimiento de la realidad y de los prece-

104
dentes desarrollos epistemológicos de la tradición acumulativa
científica. Con cierto retraso frente a la consideración anterior,
se ha visto también en la Documentación la suma concentración
de todos los principios que rigen la investigación, aquélla que
posee la clave par activar los elementos aplicables a la investi-
gación y la comunicación de las ciencias en general y de cada
una en particular y, por tanto, las que las gobierna de un modo
a la vez rígido en sus bases y elástico en su adaptación a cada
objeto investigado: la Documentación es así la causa scientiarum
o la ciencia de las ciencias (Desantes, 2001, p. 50).

C) Universidad y Documentación
La Universidad es la primera institución que posee los resor-
tes documentarios a través de la Ciencia de la Documentación.
No solo es depositaria, de este modo, de los datos que los docu-
mentos de todo tipo le proporcionan, sino también de los pro-
cedimientos científicos de utilización de esos datos, que no solo
son hechos, sino lo que se ha pensado, ideado y juzgado acerca
de ellos... La Documentación como mensaje, como modo, como
medio, como acción humana y como ciencia llena de contenido
la noción funcional de la Universidad como comunicación de
saberes. Realiza, en una sucesión continuada y progresiva, el
ser mismo de la Universidad. El logos o razón universal espi-
ritual y la palabra griega que lo expresa se convierte, a través
de la Documentación, en pronoia: recapitulación y concilia-
ción de las distintas corrientes culturales (Desantes, 2001, p. 56).

D) Realidad e investigación
La investigación de la ciencia es siempre actualidad en el
multivalente y denso significado informativo de la palabra y
del concepto: pone en acto la potencia que es la realidad; y lo
hace de una manera y con una moción contemporánea. Final-
mente, el investigador cuenta con la realidad que hemos llama-
do documentación en un sentido muy amplio o serie de fuentes

105
por las que se puede conocer lo que otros han investigado, sea
o no con acierto, para hacerlo propio o criticarlo. La Univer-
sidad es una institución crítica por excelencia y por eso de-
puta y promueve la epistemología a partir de las metas a que
han llegado otros investigadores y a veces, el propio estudioso
(Desantes, 1995, p. 20).

E) La hipótesis como misterio


Con frecuencia la elaboración de la hipótesis aparece reves-
tida de misterio y angustia, y turba gratuitamente la tranquili-
dad intelectual de los doctorandos. Sin embargo, aunque no lo
parezca, es una de las partes más lúdicas de la investigación. Es
como jugar al gato y al ratón. El problema de la hipótesis es, en
la mayoría de ocasiones, un problema de cómo formularla de
manera clara y concisa. Hay doctorandos que, sabiendo lo que
quieren decir, no saben muy bien como expresarlo y se hacen
un lío cada vez que lo intentan. Otras veces ocurre que se for-
mula la hipótesis en lugares insólitos del texto, fuera de lugar,
aunque sin saberlo. Les parece tan evidente lo que afirman que
no atienden a valorar su alcance. Mientras que, para otros, pue-
de ser toda una revelación, Hay quien tiene, efectivamente, un
problema con la hipótesis pero no a causa de la hipótesis sino
de no haber establecido aún el tipo y características del proble-
ma que se intenta resolver. No puede concebirse una hipótesis
sin la existencia de un problema previo. Si no hay problema, no
hay hipótesis (Colobrans, 2001, p. 152).

Un método para cada problema


Que el método venga dado por el problema que hay que tra-
tar no significa que el método venga marcado o prefijado. El
problema sólo nos indica en qué campo nos hallamos y qué
cosas debemos tener en cuenta; no nos dice, en cambio, qué
debemos hacer, cómo tenemos que proceder. Así los proble-
mas matemáticos no pueden ser planeados como problemas

106
estéticos —aunque hay cuestiones estéticas en la práctica ma-
temática— y los problemas estéticos no siempre son iguales
cuando hablamos de pintura, de moda o de estilo literario. En
cada caso hay que prestar atención a la manera de presentarse
que adopta el problema. Porque, como siempre el problema se
queda en nada si no se tiene en cuenta cómo se presenta.
No se trata, pues, de escoger, en abstracto, un método
para después aplicarlo; se trata de examinar en concreto el
problema para ver de resolverlo. Lo importante es esto: no
queremos someter el problema al método sino que queremos
adoptar método para cada problema (Terricabras, 1999, pp.
199-200).

F) La crítica de la obra científica ajena


No se puede tomar como elemento de contraste la propia
opinión, lo que uno “crea”, sino la validez de las fuentes en
que descansan las premisas, la exactitud de los datos, el rigor
del argumento. Un trabajo no está mal, o no es satisfactorio,
simplemente porque no esté hecho de determinada manera, o
porque no llegue a las conclusiones a las que uno cree que de-
biera llegar, o porque haya un algo indefinible que no acaba de
convencer. Ni tampoco porque no trate cuestiones o aspectos
de los que el autor no quiso ocuparse... Y tampoco la ironía,
el sarcasmo o el epíteto son categorías científicamente válidas
para la crítica o determinación del valor de un trabajo (Suárez,
1977, pp. 161-162).

G) El azar en la investigación y
el valor sugeridor de las fuentes
Así pues, yo tenía un problema. Y ninguno de los autores
que leía me ayudaba a resolverlo (y si en mi tesis había algo ori-
ginal era precisamente aquel planteamiento con la respuesta
que había de llegar de fuera). Y mientras huroneaba acongojado

107
buscando textos que me ayudaran, un día encontré en un libre-
ro de viejo de París un librito que me atrajo en principio por su
hermosa encuadernación. Lo abro y me encuentro con que es
obra de un tal abate Vallet, “L’ideé du Beau dans la philosophie
de Saint Thomas d’Aquin” (Lovaina, 1887). No lo había encon-
trado en ninguna bibliografía. Era obra de un autor menor del
siglo pasado. Naturalmente, lo compro (me salió barato), me
pongo a leerlo y me doy cuenta de que el abate Vallet era un
pobre hombre que repetía ideas recibidas y que no había des-
cubierto nada nuevo. Si seguí leyéndolo no fue por “humildad
científica” (todavía no la conocía, la aprendí leyendo aquel li-
bro, el abate Vallet fue mi gran maestro), sino por pura obsti-
nación y para recuperar el dinero que había gastado. Sigo ade-
lante y en un momento dado, casi entre paréntesis, expresada
probablemente por descuido, sin que el abate se diera cuenta
de su afirmación, encuentro una referencia a la teoría del juicio
en conexión con la de la belleza. ¡Que iluminación! ¡Había en-
contrado la clave! Y me la había proporcionado el pobre abate
Vallet. El había muerto hacía cien años, nadie se ocupaba ya
de él, y sin embargo tenía algo que enseñar a quien se pusiera
a escucharle (Eco, 1994, p. 175).

H) Valor de la imaginación
Nuestras facultades memoria, imaginación, alusión, simbo-
lización, están todas condicionadas por nuestro sentido de la
vista. La vista domina este tipo de secuencia, cómo pensamos
las cosas que aparecen en nuestra mente. Y vuelvo a visual, vi-
sión y visionario; imagen, imaginería, imaginación. La imaginación
es un don mucho menos mecánico que el ojo tal y como lo he-
mos descrito pero, puesto que está totalmente enraizada en él,
se trata de una capacidad que poseen los seres humanos y que
no comparten con ninguno de los animales. No podemos sepa-
rar la especial importancia del aparato visual del hombre de su
capacidad de imaginar que es única, de su capacidad de hacer
planes y de llevar a cabo todas aquellas cosas que por lo gene-

108
ral se incluye en esa expresión que todo lo abarca: libre albedrío.
Cuando hablamos de libre albedrío, de voluntad libre, nos refe-
rimos en realidad a la visualización de alternativas y al acto de
elegir entre éstas. En mi opinión —que no todo el mundo com-
parte— el problema central de la consciencia humana radica en
su capacidad de imaginar (Bronowski, 1979, p.32).

Einstein y el valor de la imaginación. Del filme Einstein. Dir. Philip Martin (2008)

I) Aprender a partir de los textos


De partida, es importante señalar que aprender a partir
de los textos es un proceso constructivo que no constituye
una actividad mecánica ni menos cercana al automatismo,
en parte, debido a la participación idiosincrásica del conoci-
miento previo de los lectores; en parte, debido a los objetivos
de lectura de cada sujeto emprendedor. Si tal proceso bastan-
te memorístico y mecanicista fuera efectivo, la lectura sería
un asunto mucho más simple y bastante más homogeneizan-
te de lo que efectivamente acontece en los lectores reales en
entornos naturales. Esto llevará a que no se requeriría de sis-
temas de alfabetización inicial ni mucho menos de complejos
sistemas de alfabetización especializada y técnica, como de

109
hecho es el caso en el nivel universitario y en la vida profe-
sional. Desde esta óptica vale la pena distinguir muy clara-
mente entre aprender a partir de un texto y recordar o memorizar
un texto. Esta distinción entre lectura, aprendizaje y memoria
resulta central para alcanzar los procesos de mayor exigen-
cia, los cuales operan a modo de resolución de problemas y
no simplemente como, por ejemplo, repetición de informa-
ción literal desde la superficie textual, la cual implica un tipo
de procesamiento cognitivo básico y con alcances muy mecá-
nicos (Parodi (Coord.), 2010, pp. 137-138).

110
Capítulo 8

Redactar para comunicar


las nuevas ideas

8.1. Etapas de la redacción


La fase de producción o redacción del texto —en la que el
director es el primer juez— puede ser calificado como una
especie de proceso creativo. La fase de redacción sucede a
la fase de elaboración o producción del mensaje, fase en la
que el investigador ha encontrado las respuestas a los pro-
blemas científicos planteados en el tema de la investigación
y, en consecuencia, está en condiciones de elaborar un men-
saje científico De ahí que la construcción del texto y su incor-
poración a un soporte comporta la conversión del mensaje

111
científico en documento científico a fin de que las nuevas ideas
obtenidas puedan ser transmitidas, contrastadas y aprovecha-
das por otros investigadores. Este documento científico —una
vez sometido a juicio de un tribunal si se trata de un trabajo de
colación de grado académico— permite la transmisión de las
nuevas ideas a lo largo del espacio y del tiempo.
Desde el punto de vista de comportamiento psicológico del
investigador, no podemos evitar pensar en el riesgo, temor o
aparente obstáculo que supone iniciar el acto de la redacción.
La posibilidad de cambiar de dirección en algún capítulo por
haber aparecido una nueva investigación, las dificultades a la
hora de ordenar de modo lógico los materiales de trabajo, el
irnos por las ramas de modo inconsciente, todo ello sin con-
tar con los posibles fallos derivados del uso del ordenador, la
duda sobre si el texto tendrá la suficiente carga argumental para
convencer a la comunidad científica, la capacidad de aceptar las
observaciones del asesor tras uno, dos o tres borradores antes
de lograr el texto definitivo, etc.
La redacción del trabajo se lleva a cabo mediante el uso del
lenguaje científico, que sirve de instrumento para la transmi-
sión de las ideas, y como medio de convicción de la comunidad
científica de la verdad de aquéllas para su aceptación. De aquí
se desprende de modo preliminar que el investigador debe per-
feccionar su dominio del lenguaje y tener en cuenta las normas
gramaticales. Sobre ambos aspectos pivota la producción del
texto científico.
De otra parte, y desde el punto de vista del iter narrativo,
nunca debe olvidarse que el texto científico es un continuum en
que todos sus elementos están concatenados y la referencia per-
manente es el potencial receptor.
Del mismo modo que, en la elaboración del trabajo, la re-
dacción se lleva a cabo escalonadamente, por partes, capítulos
y epígrafes, dejando para el final los apéndices y los capítulos
introductorios del trabajo. Podemos señalar de modo esquemá-
tico las etapas de la fase de redacción científica:

112
A) Elección del capítulo o epígrafe objeto de la redacción.
B) Utilización de las fichas de investigación que, una vez clasifi-
cadas, contienen la materia elegida.
C) Establecimiento de las cuestiones (epígrafes y subepígrafes
que van a ser objeto de redacción) y que, salvo correcciones
ulteriores, son las del esquema o índice previo confecciona-
do al comienzo de la investigación.
D) Primera redacción del texto —a medida que se va elaboran-
do cada capítulo— siguiendo el método de presentación y
delimitación de la cuestión o problema, presentación del es-
tado de la cuestión, crítica y argumentación personal y pro-
puesta de conclusión.
E) Lectura detenida del texto a fin de corregir el estilo, com-
probar el vigor de las argumentaciones, la claridad de ex-
posición y la coordinación de todas las partes, sin vacíos ni
repeticiones.
F) Revisión del contenido y de la forma y redacción final.
Todo ello sometido a las observaciones y sugerencias del di-
rector de investigación.

El empresario teatral reclama a Shakespeare el texto de una obra.


Del filme Shakespeare in love. Dir. John Madden (1998)

113
8.2. Redacción del texto y revisión del mismo
La redacción del texto es un iter a lo largo del cual toda-
vía se pueden producir nuevas ideas pero siempre a partir
del mensaje estructurado en la fase anterior. Las ideas deben
plantearse, desarrollarse y fortalecerse mediante diversos ar-
gumentos a fin de que sean convincentes y alcancen el grado
de objetividad propio del conocimiento científico que es, a su
vez, colectivo.
Sin embargo, no hay que olvidar que el texto es un conti-
nuum en el que todas las ideas están concatenadas, concate-
nación que se obtiene mediante la ilación lógica de las ideas y
su expresión por medio del lenguaje científico. El párrafo es
la unidad por excelencia del texto y corresponde, en princi-
pio, a la exposición y tratamiento de una idea. La estructura
de los párrafos se desarrolla mediante diversos modelos que,
a su vez, dan lugar a diversos tipos de párrafos.
El texto científico —desde la composición del título y del ín-
dice— se compone esencialmente de texto propiamente dicho,
aparato crítico (citas de autor y notas complementarias) y apén-
dices.
De modo más concreto, cabe referirse a la estructura interna
de un capítulo o epígrafe mediante las siguientes notas:
A) Un capítulo es una división que plantea y resuelve uno o
mas problemas científicos que constituyen el tema de inves-
tigación.
B) En consecuencia, la conclusión de un capítulo es el punto de
partida que permite iniciar la redacción del siguiente y así
sucesivamente.
C) La estructura interna de un capítulo puede configurarse
como sigue:
a) Mención de la conclusión obtenida en el anterior.
b) Planteamiento del nuevo o de los nuevos problemas que
van a ser objeto de estudio y resolución.

114
c) Estado de la cuestión de aquéllos, es decir, exposición y
crítica de las aportaciones de los autores anteriores que
los han estudiado.
d) Reflexión y propuesta de soluciones o conclusiones que
hace el investigador.
e) Equilibrio entre la aportación del investigador y las refe-
rencias a autores y la adición de notas complementarias.
Desde luego, en la tesis, el investigador se ampara en la
autoridad de los científicos salvo en las discrepancias o
en las aportaciones propias.

Por lo que se refiere al capítulo propiamente introductorio,


el autor presenta el campo de investigación, el tema general,
los temas colaterales de la investigación y las hipótesis, tra-
tando de incitar el interés del lector y, de algún modo, iniciar
un diálogo que signifique una invitación al lector a compartir
la aventura de la investigación. Ha dicho Bobenrieth a este
respecto que “el primer párrafo debe invitar al lector a seguir
leyendo. En esta parte tan importante... la organización de
ideas debe crear una sensación creciente de descubrimien-
to. El tono debe ser conversacional, sincero y tener la fuerza
de la lógica, no de la insistencia o exageración. Es preciso ir
directamente al grano, liberarse de cualquier elemento que
impida la recepción inmediata de las ideas”.
En general, conviene evitar los interrogantes y los signos de
admiración. Un trabajo de investigación es, ante todo, razona-
miento y no proclama de clase alguna.
El capítulo o apartado de la investigación dedicado al mé-
todo, trata de describir el método o los procedimientos meto-
dológicos específicos del trabajo. Se debe proceder, en primer
lugar, a describir y diseñar los existentes y utilizados en trabajos
similares o analógicos. A continuación, se hace una crítica de los
mismos, y se procede a presentar y describir los ideados para la
investigación presente.

115
En el capítulo o apartado del estado del arte o estado de la
cuestión se debe llevar a cabo:
A) La presentación de la metodología seguida en la fase de do-
cumentación.
B) La valoración de las fuentes y la bibliografía en cuanto a di-
mensión y valoración del contenido.
C) El nivel de la selección efectuada, cuyo resultado constituirá
el repertorio bibliográfico final.
D) La presentación del estado de la cuestión a partir de la do-
cumentación existente, es decir, la fijación del punto exacto
desde el que se parte hacia la consecución de los objetivos
fijados: “Ya desde el comienzo —escribe F. Suárez— toda
investigación se revela como una nueva etapa que debe co-
rregir, mejorar y ampliar la visión antecedente”.
E) Estudio crítico de las aportaciones bibliográficas que nos
permitan fijar el estado de la cuestión.

Portada de la tesis doctoral de Santiago Ramón y Cajal,


catedrático español y Premio Nobel de Medicina

116
8.3 La redacción de las conclusiones
La presencia inexcusable del último capítulo, por antono-
masia, de la investigación, y más importante por su trascen-
dencia es el capítulo llamado de conclusiones. Conclusión es
“resolución que se ha tomado sobre una materia después de
haberla ventilado” y “aserto o proposición que se defendía en
las escuelas”, según el Diccionario de la Real Academia Espa-
ñola ( Ed. 1984, p. 353).
El capítulo de conclusiones es, por contenido, la quintaesen-
cia de la investigación, el manojo de ideas nuevas que el inves-
tigador ha obtenido. Estas ideas nuevas se presentan en forma
de juicios o afirmaciones. Son, pues, conclusiones las respues-
tas o soluciones a todos y cada uno de los problemas estudiados
a lo largo de la investigación y cuya defensa habrá de hacerse en
tiempo y forma. Las conclusiones son verdades científicas que
el investigador añade al campo de conocimiento al que perte-
nece y cuya aceptación provocará la destrucción o modificación
de otras ya establecidas. Son afirmaciones desprovistas de jus-
tificación aneja por cuanto su veracidad ya ha sido probada en
los capítulos anteriores.
En consecuencia, a la hora de redactar el capítulo de conclu-
siones, consideramos que es preciso tener en cuenta lo siguiente:
A) Las conclusiones son respuestas expresadas en frases conci-
sas y escuetas y cuyo contenido es, por naturaleza, novedo-
so. No pueden ser materia de conclusión afirmaciones cuyo
contenido ya era conocido.
B) Las conclusiones deben aparecer numeradas y responden al
número de cuestiones o interrogantes que han tratado de ser
solventadas.
C) Las conclusiones representan, en suma, la tesis o definitiva
aportación del investigador a su campo de conocimiento y
los puntos de partida para nuevas investigaciones.

117
8.4. La redacción de los anexos o apéndices
Los apéndices están tradicionalmente constituidos por los
siguientes apartados:
* Repertorio bibliográfico final, cuya metodología ya ha sido
descrita en capítulo anterior de esta obra y cuyo conte-
nido, esto es, las referencias bibliográficas se presentan
como se expone a continuación:
* Documentos, cuya edición ha de prepararse teniendo en
cuenta la fidelidad al original y su transcripción según sea
la calificación y exigencia del público receptor. La trans-
cripción puede ser normal, modernizando la ortografía si
se trata de textos antiguos, manteniendo la total fidelidad
a la grafía del texto
* Tablas, lo que incluye su construcción teniendo en cuenta
la numeración, encabezamientos de las columnas, tama-
ño, forma, notas al pie, etc.
* Gráficos: Diseño y construcción de los distintos tipos.

118
119
120
121
Normas de la Facultad de Ciencias de la Documentación,
Universidad Complutense de Madrid

Einstein
redactando unas notas

122
8.5. El lenguaje de la ciencia
El lenguaje científico es el instrumento de comunicación de
los resultados de la actividad investigadora. Está, pues, íntima-
mente vinculado al proceso de la denominada creación científica
que se manifiesta mediante la concatenación de juicios o ideas.
El lenguaje científico es el instrumento con el que se elabora
el texto y de su buen uso depende la adecuada y eficaz co-
municación del mensaje epistemológico y, en consecuencia,
de su comprensión y convicción o crítica en el ámbito de la
comunidad científica. Es el instrumento para la redacción de
un texto que no es literario, ni periodístico, ni publicitario. Por
el contrario, está destinado a la construcción y transmisión de
conceptos científicos dirigido a un lector especializado en el
conocimiento y uso de una terminología determinada y preci-
sa y convincente mediante recursos lógicos, no literarios o de
otra índole. Y este tipo de lenguaje es, obviamente, de carácter
especializado, con sintaxis especial y con términos específicos
y normalizados, términos cuya adecuada selección contribu-
ye sobremanera a la transmisión fidedigna y convincente de
las ideas. La eficacia de la comunicación científica, desde este
punto de vista, se basa en la presencia de la economía de ex-
presión, de la precisión y de la idoneidad o adaptación total a
las condiciones del receptor.
Así pues, cabe predicar del lenguaje científico las siguientes
características:
A) Es elocuente, es decir, expresa sólo lo que el investigador
desea expresar.
B) Es conceptual, por la abundancia de sustantivos presentes en
el texto en detrimento de los adjetivos.
C) Es especializado, por constituir una terminología expresiva
de conceptos de un campo determinado del saber.
D) Es preciso, por cuanto hace uso de los términos adecuados
como corresponde a un instrumento de transmisión de ideas
científicas.

123
E) Es lógico, como transmisor de ideas obtenidas por la vía de
la razón y convincente por la fuerza de los mismos razo-
namientos.
F) Sencillo en su estilo, propendiendo al uso gramatical de la
estructura sujeto - verbo - complementos.
Rigor, claridad y concisión son las tres notas que resumen
también la naturaleza esencial del lenguaje científico y, correla-
tivamente, de la comunicación científica.

8.6. La creación de terminología científica


En su actividad, el investigador con frecuencia ha de no-
minar los nuevos conceptos construidos y, en este sentido, se
revela como creador de lenguaje (una especie de inventor de
palabras) e introductor de nuevos términos en su campo de
trabajo. Efectivamente, el investigador nombra y, además, de-
fine los conceptos descubiertos. Nombrar y definir es oficio
natural del científico. Los términos, como se sabe, son símbo-
los que describen los conceptos, por lo que la terminología se
erige en factor esencial de la definición y de la comunicación
de los conceptos.
Los términos, como representación lingüística de los con-
ceptos, se diferencian del lenguaje natural por su uso finalista y
preciso y porque son el resultado habitual de un proceso de crea-
ción científica que contribuyen a su mantenimiento y uso colec-
tivo —más allá de las modas— en tanto permanezca vigente la
verdad científica por él nominada. Transparencia y consistencia
se predican de los términos correctos.
A este respecto, hay lenguas como el inglés cuya influencia
se deja sentir poderosamente en la formación de la termino-
logía especializada El investigador hispanohablante debe ser
muy cuidadoso a la hora de formular o emplear la termino-
logía procurando la mejor adaptación en nuestra lengua, e,
incluso, buscando en el acervo lingüístico propio, vocablos

124
olvidados o poco usados que pueden volver a la vida como
nombres de los nuevos conceptos. La cuestión no es baladí.
El uso de un extranjerismo comporta el riesgo de una inexacta
comprensión del concepto por él representado.

Camilo José Cela. Yo soy inventor de palabras.


Del filme La colmena. Dir. Mario Camus (1982)

8.7. El estilo
En todo caso, la redacción en estilo científico se basa en
ciertos conocimientos gramaticales —lo que incluye la pun-
tuación— y en el uso de notas ya señaladas teniendo en cuen-
ta la necesidad de que el mensaje científico pueda llegar del
mejor modo posible al destinatario. Las reglas esenciales acon-
sejables para la obtención de un buen estilo científico, por otra
parte, se hacen familiares al investigador con la ayuda de la
lectura frecuente de escritos literarios, especialmente clásicos,
y de buenos escritos científicos. Dichas normas pueden resu-
mirse en las siguientes:
A) La redacción se inicia a partir de tener ordenadas y perfecta-
mente claras las ideas que se trata de comunicar.

125
B) Signos de puntuación: La coma significa una pausa. El
punto y coma una pausa más larga. El punto significa una
pausa al terminar el sentido lógico de una frase. El punto
y aparte significa cambio de idea o de una parte notable de
una idea.
C) La exposición de las cuestiones debe hacerse de forma je-
rarquizada y mediante una concatenación lógica siguien-
do este camino: presentación de la cuestión, estado de la
misma, desarrollo y consideración final. Esta sirve de in-
troducción y base para la exposición del siguiente tema.
D) Las frases no deben ser excesivamente largas y unidas en-
tre sí por yuxtaposición o coordinación a fin de que pue-
dan ser más fácilmente comprendidas.
E) La redacción debe llevarse a cabo en tono de seguridad
evitando expresiones que den lugar a la duda, a la inse-
guridad (probablemente, creo, parece que, es posible que...), lo
que provoca desconfianza en el lector.
F) Yo o nosotros: El plural de modestia significa compartir con
el lector las ideas que se están exponiendo. Puede elegirse
el yo o el nosotros. El yo proporciona una apariencia de
egocéntrico o egoísta. El nosotros puede resultar excesiva-
mente mayestático salvo que, al final del trabajo, se haga
causa común con el lector. También pueden sustituirse
ambas formas por la impersonal a fin de evitar la monoto-
nía. Es lo más recomendable.
(Véanse en Anexos modelos de texto).

126
Importancia del uso de la coma
“Si el hombre supiera el verdadero valor que tiene, la mujer
iría arrastrándose en su búsqueda.
Si el hombre supiera el verdadero valor que tiene la mujer,
iría arrastrándose en su búsqueda.
Los hombres ponen la coma después de la palabra “tiene” y las
mujeres después de “mujer”.

Son abundantes los manuales de este tipo

127
8.8. El aparato crítico
El aparato crítico —consustancial a la noción de documen-
to científico— es el conjunto de datos anejos al texto o cuerpo
principal de cada capítulo —citas de autor y notas complemen-
tarias— que permiten al investigador:
A) Mostrar el lugar exacto de donde procede el dato que ha
tomado de un determinado autor (cita en el texto o a pie de
página), a fin de que otro investigador pueda probar la fuen-
te en que se apoya el primero o el conocimiento del punto
de partida para iniciar otro trabajo (causa científicas) o el
refuerzo de una idea propuesta en el texto. Asimismo, es
un deber ético citar a aquellos autores de los que se toma
prestada una idea.
B) Completar el contenido del texto con elementos que no se
considera esencial mantenerlos arriba (notas a pie de pá-
gina). Efectivamente, estas notas en forma sintética o literal
—si se toman fielmente de otro texto— sirven para aclarar
el contenido del capítulo, ampliarlo, sugerir nuevas ideas o
agradecer. Sin embargo, debe evitarse por encima de todo la
llamada cita inútil que sólo añade confusión o inviabilidad al
texto científico:
Las citas deben ser siempre precisas, indicando el lugar
exacto (número de página) donde se ha citado la frase o la idea
del autor —evitando tomarlas de segunda mano— y pueden
ser de dos tipos:
A) Cita abreviada en el texto o cita—autor (lo que obliga a que
el repertorio bibliográfico final sea una lista única de carácter
alfabético que habrá de ser consultada continuamente).
B) Cita extensa a pie de página o cita-nota mediante llamada
con número volado en el texto (lo que permite que el repertorio
bibliográfico final esté perfectamente estructurado en partes).
Carreras Panchón aclara, en este sentido, que “sin pretensiones

128
de definir una situación permanente, en las ciencias experimen-
tales y en biomedicina se prefiere hacer una nota por referen-
cia bibliográfica; además no se emplean notas aclaratorias. En
humanidades y ciencias sociales se acepta, en cambio, que una
sola nota contenga varias referencias bibliográficas”.
Las notas complementarias pueden ser de referencia a otras
partes del trabajo del autor; aclaratorias de datos que no son im-
prescindibles en el texto; ampliatorias de bibliografía y de suge-
rencia de nuevos datos o ideas. Cuando se repiten las mismas
fuentes debe, por economía de medios, utilizarse abreviaturas
que afectan a títulos de trabajos, de revistas e, incluso, de nom-
bres de autores. No existen normas de obligado cumplimiento
para las abreviaturas. El investigador es libre de ponerlas siem-
pre que añada el cuadro de las mismas al comienzo del traba-
jo. No obstante, son habitualmente empleadas las abreviaturas
siguientes:
— p. : página
— pp.: página inicial y página final
— op. cit.: opere citato
— ob. cit.: obra citada
— passim: por todas partes
— ídem: el mismo
— ibídem: en el mismo lugar
— Vide o véase, como ampliación
— cfr.: confróntese como prueba de autoridad

8.9. Aspectos externos del trabajo


Los aspectos externos o formales del trabajo, cuya importan-
cia se deriva del hecho de facilitar mejor la comprensión del
mensaje y por el hecho de que habrá de hacerse público para
la correspondiente defensa, se refieren a la confección del tex-

129
to mediante métodos electrónicos de composición, al diseño
de la portada del trabajo, a la presentación de los índices y
a la de los apéndices. Si añadimos la encuadernación, todo
ello nos debe conducir a lograr una excelente presentación
formal.
A) La confección mecanográfica exige, tras la elección del
procesador de textos, la elección de tamaño de papel y
tipos de letra, y un equilibrio en los espacios dedicados a
márgenes e interlineado. Deberá extremarse la precaución
para evitar las erratas. Algunas Universidades o Faculta-
des disponen de la correspondiente normativa que regula
el tamaño de papel, tipo de letras y número de líneas, es-
paciado, texto por una o dos caras, encuadernación ten-
dente a que no sea desmontable, color de la misma, etc.
B) El ejemplar del texto —encuadernado— debe contener en la
cubierta los datos mínimos para su identificación externa:
Nombre del autor o autores, título del trabajo, mención del
tipo de trabajo, lugar y año.
C) Mención aparte merece la portada que aparece tras una pá-
gina de respeto y que debe diseñarse no olvidando ninguno
de los datos.

Establecimientos que imprimen y encuadernan tesis


en la Ciudad Universitaria de México, D.F.

130
Cubiertas de tesis presentadas en la Universidad Complutense de Madrid
y en la Universidad Panamericana (México)

8.10 Textos

A) El rigor, exigencia de la comunicación científica


Rigor, claridad y concisión, y por este orden son las tres exi-
gencias fundamentales de la comunicación científica. El rigor
significa oportunidad y exactitud, rechazo de la ambigüedad y
la divagación. El rigor consiste en abarcar todos los aspectos del
tema y no dejar ninguno sin estudiar. Se manifiesta en la pre-
cisión a la hora de presentar los procedimientos seguidos y las
técnicas utilizadas que justifican la actuación del investigador y
los descubrimientos realizados; también en el reconocimiento
de las limitaciones de los resultados conseguidos y de las pre-
guntas que aún quedan sin respuesta. Por último, en la exacti-
tud de los datos, en la comprobación de las referencias y citas y,
en general, en el cumplimiento de todas las prescripciones me-
todológicas y expositivas que garantizan la seriedad y solidez
de la investigación (Carreras Panchón, 1994, p.181).

131
B) Sencillez y humildad en la redacción
Conviene decir las cosas con sencillez, en un lenguaje llano,
lo más sobriamente posible, con claridad, atendiendo principal-
mente a la clase de personas a quienes de preferencia se dirige
el trabajo de investigación, porque son las que normalmente
pueden sentir interés por conocerlo. Y sin dar nunca por su-
puestas demasiadas cosas, evitando ese tono de suficiencia de
quien parece estar desdeñando al hombre común porque solo
escribe para selectas minorías o el modo dogmático o imperati-
vo de decir que suele adoptar el que se cree monopolizador de
la verdad... (Suárez, 1977, p. 215).

C) Ser leído
No es lo mismo escribir que ser leído. Cuando usted escri-
be piensa en cómo decir las cosas a sus lectores. Establece las
condiciones iniciales de la lectura a través de la escritura. Pero
el lector no solo lee lo que ha escrito, también lo interpreta.
La interpretación se da a partir de circunstancias persona-
les y socio-culturales pero también a partir de lo que se está
percibiendo en el momento de la lectura. El lector interpreta
muchas cosas: unos signos, unas formas, una estructura, unas
ideas, unas imágenes, unos conceptos y un contexto, entre
otras (Colobrans, 2001, p. 237)

D) Influencia de la obra científica en el investigador


y claridad de redacción
La profundidad de la obra científica se da cuando es capaz
de provocar en mí una especie de desdoblamiento; ya no es un
extraño el que me habla sino que soy yo el que conversa con-
migo mismo. La facilidad de llegar al receptor y penetrar en su
mente y en la dirección de sus actos se da por la clara exposi-
ción formal pero también por la claridad radical... En efecto, el
contenido sustantivo de la información o su constitutivo es la

132
verdad. Verdad teórica en el caso de la comunicación de hechos;
verdad operativa en el de la comunicación de ideas… Además
de la claridad radical, hay una claridad formal aplicable a la
comunicación de la ciencia. San Vicente la practica. Un autor
atribuye esta cualidad científica a su exposición: oratio dicitur
perfecta quae perfectum generat intellectum in animo audientis... En
el aspecto de una ordenación sistemática y rigurosa de las par-
tes de su discurso bien unidas por una deducción lógica y sóli-
da. Lo que es compatible, por otra parte, con un lenguaje senci-
llo, una gran riqueza de léxico y una extraordinaria elocuencia
expresiva que le permiten hablar con palabras inteligibles, con
conceptos claros, con sucesivas aplicaciones prácticas sin entrar
en materias que no son propias de la ciencia de que se trate ni
emplear palabras improcedentes (Desantes, 1991, pp. 50-52).

133
Bases de datos de tesis doctorales

8.11. Anexos
1. Ejemplos de estilo y redacción sobre el texto La
repercusión de los trabajos de investigación en los
miembros de la comunidad científica.

1.1. Mal uso de loa signos de puntuación-Repetición


de palabras. Inseguridad en la expresión
A nuestro entender /inseguridad/, todos los criterios esta-
blecidos para la evaluación de la calidad de los trabajos cientí-
ficos exigida en los distintos niveles de recompensa o reconoci-
miento existentes en la actualidad,/sobra la coma) adolecen de
servidumbres o defectos constatados y ni siquiera los aspectos
cualitativos o de méritos relativos a los contenidos de los artí-
culos, /sobre la coma entre sujeto y verbo/ gozan de clara de-

134
finición. Nos parece /inseguridad/, /sobra la coma/que si los
autores que mantienen su prestigio a lo largo de la historia de
la ciencia y de la cultura, en general, lo son porque sus ideas
permanecen vigentes y contribuyen a engendrar nuevas ideas;
éste debe ser el criterio que, sin sospecha alguna, nos puede
conducir a determinar el mérito de los autores actuales sujetos a
evaluación. Nos parece que se trataría de conocer la formación
de los autores desde las citas que ellos hacen y, sobre todo, la
contribución de los autores a un campo determinado del saber
a través del estudio de las citas que reciben, citas de calidad
por cuanto vehiculan sus ideas científicas capaces de engen-
drar nuevas ideas en los autores citantes o de fortalecer las que
ya poseen. /Falta un punto y seguido/en mi opinión, sólo un
método que evalúe cualitativamente las citas recibidas podría
contribuir a fijar los méritos y las aportaciones de los científicos
sometidos a evaluación.

1.2. Estilo seguro. Usar enumeraciones para facilitar


la comprensión del texto
SIN DUDA, todos los criterios establecidos para la evalua-
ción de la calidad de los trabajos científicos exigida en los dis-
tintos niveles de recompensa o reconocimiento existentes en la
actualidad adolecen de servidumbres o defectos constatados y
ni siquiera los aspectos cualitativos o de méritos relativos a los
contenidos de los artículos gozan de clara definición. ES EVI-
DENTE que, si los autores que mantienen su prestigio a lo largo
de la historia de la ciencia y de la cultura, en general, lo son por-
que sus ideas permanecen vigentes y contribuyen a engendrar
nuevas ideas, éste debe ser el criterio que, sin sospecha alguna,
nos puede conducir a determinar el mérito de los autores ac-
tuales sujetos a evaluación. Dicho de otra manera, se trataría
de conocer la formación de los autores desde las citas que ellos
hacen y, sobre todo, la contribución de los autores a un campo
determinado del saber a través del estudio de las citas que reci-

135
ben, citas de calidad por cuanto vehiculan sus ideas científicas
capaces de engendrar nuevas ideas en los autores citantes o de
fortalecer las que ya poseen. En mi opinión, sólo un método que
evalúe cualitativamente las citas recibidas podría contribuir a
fijar los méritos y las aportaciones de los científicos sometidos
a evaluación.
En efecto, la correcta aplicación del mismo debería basarse
en el logro de una serie de principios de evaluación de índole
cualitativa que serían aplicados a los siguientes factores:
1) El estudio del contenido de las citas utilizadas por los auto-
res para conocer su formación y su vinculación a escuelas
científicas y el uso de determinadas fuentes de información,
especialmente las revistas científicas.
2) El estudio del contenido de las citas recibidas por los autores
a fin de conocer su impacto y promoción de posibles nuevas
escuelas científicas.
3) El estudio de la creación y propagación de las ideas científi-
cas mediante el itinerario experimentado por las citas que las
contienen.
4) El estudio de la primacía cronológica de las ideas atribuidas
a los autores y la detección de fraudes como el plagio o la no
utilización de fuentes genuinas.

1.3. Concatenar los párrafos.


Evitar texto con párrafos independientes
A nuestro entender, todos los criterios establecidos para la
evaluación de la calidad de los trabajos científicos exigida en los
distintos niveles de recompensa o reconocimiento existentes en
la actualidad adolecen de servidumbres o defectos constatados
y ni siquiera los aspectos cualitativos o de méritos relativos a los
contenidos de los artículos gozan de clara definición.
Nos parece que, si los autores que mantienen su prestigio a
lo largo de la historia de la ciencia y de la cultura, en general,

136
lo son porque sus ideas permanecen vigentes y contribuyen a
engendrar nuevas ideas, éste debe ser el criterio que, sin sospe-
cha alguna, nos puede conducir a determinar el mérito de los
autores actuales sujetos a evaluación.
Se trataría de conocer la formación de los autores desde las
citas que ellos hacen y, sobre todo, la contribución de los auto-
res a un campo determinado del saber a través del estudio de
las citas que reciben, citas de calidad por cuanto vehiculan sus
ideas científicas capaces de engendrar nuevas ideas en los auto-
res citantes o de fortalecer las que ya poseen.
Sólo un método que evalúe cualitativamente las citas recibi-
das podría contribuir a fijar los méritos y las aportaciones de los
científicos sometidos a evaluación.

1.4. Evitar párrafos excesivamente extensos


A nuestro entender, todos los criterios establecidos para la
evaluación de la calidad de los trabajos científicos exigida en los
distintos niveles de recompensa o reconocimiento existentes en
la actualidad adolecen de servidumbres o defectos constatados
y ni siquiera los aspectos cualitativos o de méritos relativos a los
contenidos de los artículos gozan de clara definición porque si
los autores que mantienen su prestigio a lo largo de la historia
de la ciencia y de la cultura, en general, lo son porque sus ideas
permanecen vigentes y contribuyen a engendrar nuevas ideas,
éste debe ser el criterio que, sin sospecha alguna, nos puede
conducir a determinar el mérito de los autores actuales sujetos
a evaluación.
Dicho de otra manera, se trataría de conocer la formación
de los autores desde las citas que ellos hacen y, sobre todo, la
contribución de los autores a un campo determinado del saber
a través del estudio de las citas que reciben, citas de calidad
por cuanto vehiculan sus ideas científicas capaces de engendrar
nuevas ideas en los autores citantes o de fortalecer las que ya
poseen ya que sólo un método que evalúe cualitativamente las

137
citas recibidas podría contribuir a fijar los méritos y las aporta-
ciones de los científicos sometidos a evaluación.

2. Citas extensas a pie de página


Este ejemplo de Ñuu Yuchi 277 muestra mucho del ca-
rácter dinámico que tenía la cosmogonía prehispánica, el
espacio sagrado era un espacio físico, a través del cual se
podía tener contacto con los mundos espirituales, tanto
con el cielo como con el inframundo278 cada signo de los
días, al igual que entre los nahuas y otros pueblos mesoa-
mericanos, estaba regido por una deidad:
La deidad que rige el signo movimiento es el Nuhu Ina
(Dios Perro, advocación de Nuhu Coo Tnumii, Serpiente
de plumas sagradas, en este contexto Xólotl, entre los na-
huas), Venus vespertina.279
En este caso la realidad expresada en los códices se une
a la leyenda. Xólotl el gemelo mítico de Quetzalcóatl re-
presenta al lucero de la tarde, una estrella real.
Si es una coincidencia que Venus, Quetzalcóatl en su
advocación de Xólotl esté como regente del signo movi-
miento, se desconoce, pero es un hecho que, precisamente
el quinto sol,280 el sol de movimiento así como el núme-

277
Ñuu Yuchi era un templo, relacionado con Venus, y un observatorio, que además
fungía como eje de nocturno, según muestra la representación toponímica de su
nombre en el Lienzo de Zacatepec.
278
Existe en Papantla, Veracruz, y también se representan en algunos pueblos de Oa-
xaca y entre los pueblos nahuas suben a un cuadrángulo de unos 30 cm aproxima-
damente, montado sobre un poste de más de 3 metros de altura y mientras que uno
de los hombres danza en el centro del cuadrado los otros cuatro con una cuerda
entre los dientes se descuelgan dando vueltas en círculos, el personaje central toca
la flauta y sigue bailando hasta que los cuatro hombres pájaros llegan a la tierra. El
simbolismo de esta danza es precisamente el contacto del cielo y la tierra a través
de un axis mundi que representa el centro cósmico, punto de contacto entre las
realidades físicas y metafísicas. Esta danza acaba de ser nombrada por la UNESCO
patrimonio cultural de la humanidad.
279
Reina e Ignacio Ortiz, op.cit., p. 38.
280
Que para los nahuas es el que nos rige actualmente.

138
ro cinco como el signo movimiento del calendario están
profundamente relacionados con Quetzalcóatl. En la me-
dida en que se relacionan mito, rito, tiempo calendárico,
realidad metafísica y deidad en el contexto de un sistema
de representación iconográfica es posible poder vislum-
brar la complejidad del pensamiento prehispánico. Justo
esa imagen es la que enmarca el triángulo sagrado que se
encuentra en el Frontis del Templo menor por donde se
entra actualmente al exconvento. Hasta dónde trascendió
la mentalidad prehispánica para que la entrada a un lugar
sagrado cambiara de la dirección impuesta por los frailes
dominicos que era el Poniente, a la actual que es el norte,
no lo sabemos, pero este espacio físico...

3. Citas breves dentro del texto


...cómo son sus relaciones con otras disciplinas autónomas
como Biblioteconomía, Documentación, Archivología, etc. y
para conocer la situación analiza la presencia de la discipli-
na en las materias conceptuales propias en los cursos de pos-
grado y en sus líneas de investigación. De una metodología
similar se sirven Rodrigo Fernández y Valadares Cendón, de
la Universidad de Minas Gerais, buscando la presencia de los
temas propios de la Ciencia de la Información en las revistas
científicas del área obteniendo, a mayor abundamiento, diver-
sas relaciones interdisciplinares con disciplinas como Infor-
mática, Educación, Administración de Empresas, Comunica-
ción, Ingenierías, Lengua y Literatura, Ciencias de la Salud y
Sociología (2009: 113-127).
Duarte de Souza y Wense Dias de la Universidad Federal
de Alagoas y de la de Minas Gerais, respectivamente, ponen
el origen de la disciplina en el desarrollo de las informacio-
nes en todos los ámbitos siguiendo a Le Coadic, y citando
a Saracevic pone de relieve la naturaleza interdisciplinar de

139
nuestra disciplina y sus fundamentos en la tecnología de la
información y en su papel activo dentro de la sociedad de
la información (2009: 129-142).
Santiago Bufrem y otros, de la Universidad Federal de Pa-
raná, confirman la convergencia de autores procedentes de la
Ciencia de la Información, de la Sociología y de la Filosofía
de la Ciencia, advirtiendo un intenso pluralismo en el campo
teórico y abogando, finalmente, por la teoría de los sistema
de información y documentación como base de la disciplina
(2009: 177-190).

4. Presentación de las conclusiones


1) Los focos de investigación están constituidos por la inicia-
tiva de determinados profesores que abren vías de in-
vestigación a través de la dirección de tesis doctorales.
Cuando esta actividad se agrupa con colegas del mismo
o distinto centro cabe referirse a focos institucionales de
investigación.
2) Las escuelas científicas vienen constituidas por los árboles
o racimos de estudiosos que mantienen determinadas se-
ñas de identidad común por el hecho de que sus integran-
tes han sido dirigidos por determinados profesores o han
dirigido a determinados doctorandos y todo ello sin perjui-
cio de las relaciones personales.
3) De entre los treinta y un miembros doctores del Departa-
mento, tan solo ocho han dirigido tesis doctorales consti-
tuyéndose, pues, en actuales o potenciales focos de inves-
tigación. Una pequeña porción de las tesis presentadas lo
han sido en las Universidades Carlos III, Murcia, Granada,
Zaragoza y Alcalá. El resto, en la Complutense.
4) Consideramos que, a tenor de los datos ofrecidos, el Depar-
tamento ha representado un auténtico frente de investiga-

140
ción (Moya, Jimenez, Moneda, 1998) y también un verdade-
ro foco institucional de investigación merced a los temas
ofrecidos deliberadamente como objeto de estudio de las
tesis doctorales encaminados a resolver problemas inme-
diatos de nuestras disciplinas por el hecho, por una parte,
de haber sido el primer departamento de este sector de
conocimientos en la Universidad española, de otra, por
hallarse vinculado a una Facultad de Ciencias de la Infor-
mación y, finalmente, por haberse definido en determina-
das líneas de investigación. Véanse las diversas temáticas
en el siguiente cuadro de las tesis doctorales realizadas en
el ámbito del departamento complutense.

5. Presentación del repertorio bibliográfico final

5.1. Fuentes manuscritas

Artificios de la Relación Anónima sobre la Militar Expedición


de Sonora y Criaderos inagotables de granos de oro (Hungtinton
Library, Galvez Collection, Box 8, GA 448. Cit. por Santos Arre-
bola, 1999, p. 78).
Breve noticia de las principales expediciones y providencias de vi-
sita de Real Hacienda que promovió D. José de Gálvez... de agosto de
1773 (AGI. Estado, 34, nº 36).
Gamboa, Francisco Javier. Informe concerniente al carácter de
los que mandan y componen el gobierno civil de la Nueva España y las
expediciones de mar y tierra en la California y Sonora, La Habana,
15 de febrero de 1769. Hungtinton Library, Braman Collection,
HM, 4043. Cit. por Santos Arrebola, 1999, p. 83.

141
Papel curioso, especies ridículas y ráfagas notorias que produjo el
figurón tunante del visitador general de Nueva España D. José de
Gálvez mientras corrió soñando por los áridos desiertos de Cali-
fornias y por las provincias de Sonora y Nueva Vizcaya (Hung-
tinton Library, Braman Collection, HM 4060. Cit. por Santos
Arrebola, 1999, p. 82).
Rada, Pedro de. Extracto de los principales puntos de la corres-
pondencia particular de Rada con el Baylio Arriaga desde Nueva Es-
paña. Resumen de 6 cartas comprendidas entre 26 de septiem-
bre de 1767 y 1 de enero de 1768 (AGI. Estado).
Viniegra, Juan Manuel de. Relación de la expedición de Gálvez a
California, Sonora y Nueva Vizcaya por su secretario D. Juan Manuel
de Viniegra (Biblioteca Nacional, Madrid, ms. 4494. Cit. por San-
tos Arrebola, 1990, p. 77).

5.2. Fuentes impresas


Palou, Francisco. Cartas desde la península de California
(1768-1773). Transcr. Y edits. por José Luis Soto Pérez. México,
Porrúa, 1994.

5.3. Bibliografía
Castro Gutiérrez, Felipe (1996). Nueva ley y nuevo rey. Re-
formas borbónicas y rebelión popular en Nueva España. Méxi-
co, El Colegio de Michoacán y UNAM.
Claret, Pompeyo (1968). José de Gálvez, marqués de la Sono-
ra, Visitador general de la Nueva España y fundador de Califor-
nia. Ministro de Indias con Carlos III. Barcelona.
Maqueda Abreu, Consuelo y Cano Valero, José (2010).
“La historiografía sobre José de Gálvez”. En El Derecho de
las Indias Occidentales y su pervivencia en los derechos patrios
de América. Madrid, tomo II, 993-1031.

142
Morales, Francisco (Con la colab. De Dorothy Tanck de
Estrada). Inventario del Fondo Franciscano del Museo de An-
tropología e Historia de México. Vol. I, 1978. Vol. 2, 2008.

Navarro García, Luis (1964). Don José de Gálvez y la Coman-


dancia General de las Provincias Internas de Nueva España.
Sevilla, C.S.I.C.

Priestley, Herbert Ingram (1980). José de Gálvez Visitor Ge-


neral od New Spain (1765-1771) Philadephia, Porcupine
Press.

Rodríguez—Sala, Mª Luisa y otros (2003). Los gobernadores


de las Californias (1767-1804). Contribuciones a la expansión
territorial y del conocimiento. México, El Colegio de Jalisco,
etc.

Torre Revelló, José (1947). “Ensayo de una biografía del


bibliotecario y periodista Don Manuel del Socorro Rodrí-
guez”. Thesaurus, III, 1, 2 y 3.

(Texto procedente del trabajo inédito de López Yepes, J.


Diego Rodríguez de Rivas, arcediano de la catedral de Guate-
mala y obispo de Guadalajara (México). Su intervención en
la controversia sobre la actuación de José de Gálvez, Visitador
general de Nueva España (1765-1771).

143
6. Portada de una tesis doctoral presentada
en la Universidad Complutense de Madrid

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID


FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN
DEPARTAMENTO DE BIBLIOTECONOMÍA Y DOCUMENTACIÓN

FORMACIÓN EN CIENCIAS DE LA DOCUMENTACIÓN:


ESTUDIO METODOLÓGICO DE UN POSTGRADO DE
ARCHIVÍSTICA EN LÍNEA

Trabajo de investigación que presenta la Licenciada


Judit Prat Sedeño para la obtención del Título
de Doctor en Ciencias de la Información, bajo la dirección
del Prof. Dr. JOSÉ LÓPEZ YEPES, catedrático
de la Universidad Complutense de Madrid;
y el Prof. Dr. JUAN CARLOS MARCOS RECIO,
contratado doctor de la Universidad Complutense
de Madrid.

Madrid, 2006

144
7. Índice de la tesis doctoral anterior

145
146
147
148
149
8. Propuesta de metodología para evaluar
la calidad de un artículo/ponencia antes
del envío para su publicación o una vez publicado

— Calidad del congreso y/o de la revista.


— Conocimiento de las normas de publicación de la revista
o evento.
— INTRODUCCIÓN
— Identificación del autor: Nombre, institución, correo elec-
trónico.
— ¿Autoría múltiple? Justificar la responsabilidad del texto.
— Título conciso, expresivo y claro que refleje el objeto del
trabajo.
— Resumen en español e inglés.
— Justificación de los conceptos importantes incluidos en el
título.
— Objeto de estudio claramente delimitado y justificado a
partir de las fuentes existentes. Justificación de la necesi-
dad de su estudio.
— Posible utilidad.
— Procedimientos metodológicos empleados y justificación
de su validez.
— DESARROLLO DEL TEXTO
— División del contenido en epígrafes y concatenación de
los párrafos.
— Interpretación personal a partir del uso de fuentes de ca-
lidad.
— Estilo claro y conciso. Buena redacción.

150
— Brevedad del texto.
— APARATO CRITICO
— Citas completas que permitan su comprobación y utiliza-
ción.
— Referencias bibliográfícas de los autores utilizados en el
texto.
— CONCLUSIONES
— Si constituyen soluciones concretas a los problemas con-
cretos planteados en la introducción con ausencia de
cualquier otra argumentación o citas de autores.
— Si son afirmaciones breves, numeradas y novedosas
— CALIDAD DE LOS ANEXOS: Repertorio bibliográfico,
gráficos, tablas, etc.

151
152
Capítulo 9

Las tareas de apoyo del


director en lo concerniente a
los aspectos psicológicos,
afectivos, éticos, creativos y de
asunción de corresponsabilidad

Bajo este epígrafe consideramos aquellos aspectos más


susceptibles en la relación personal entre director y asesora-
do como el acto de autoevaluación de la tesis que puede ser
llevado a cabo conjuntamente; las relaciones personales a ve-
ces teñidas de tensión, alegría, optimismo, satisfacción, etc.; la
ética en el trabajo que el director debe cuidar; la preparación
del tesista con vistas al acto académico de presentación y de-
fensa de la tesis y, en general, el buen ejemplo de entrega en el
trabajo de dirección y de honestidad profesional que el buen
director debe ofrecer en todo momento.

153
9. 1. La autoevaluación conjunta de la tesis Test de
evaluación
Tanto el director como el tesista pueden autoevaluar el texto
mediante el siguiente test:
TITULO:
Grado de concisión:
Grado de claridad:
Grado de complitud (constancia de que el título encierra un
tema que va a ser estudiado íntegramente):

TEMA
Si el tema está bien definido o, de otro modo, si los proble-
mas científicos que se tratan de resolver están perfectamente
deslindados y definidos
Justificación de la necesidad de ser abordado
Repercusiones esperadas en su área de conocimiento.
Lista de subtemas derivados del tema general

MÉTODO
Si se han criticado los métodos seguidos en trabajos de tema
y circunstancias similares.
Enumeración de las reglas metodológicas elegidas/diseña-
das para la presente tesis doctoral.

ESTADO DE LA CUESTIÓN
Si se ha hecho una descripción de los antecedentes del tema.
Revisión crítica y evaluación de la bibliografía existente so-
bre el tema.

154
ESTRUCTURA DE LOS CAPÍTULOS
Idoneidad de la extensión de los mismos.
Constatación de la necesidad de todos los capítulos o si se
observa la carencia de alguna cuestión por estudiar.

CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN:
Grado de concisión y claridad de los títulos de capítulos y
epígrafes de la tabla de contenidos.
Grado de conexión e interdependencia entre los contenidos
de los capítulos.
Presencia de conclusiones parciales al fin de cada capítulo.

REDACCIÓN
Uso del lenguaje científico: precisión, terminología.
Estilo de la redacción.
Claridad expositiva.
Base científica subjetiva (uso de fuentes
valiosas por el investigador).
Calidad del aparato crítico (notas y citas).

PRESENTACIÓN FORMAL
Presentación de la tabla de contenidos.
Ortografía.
Encuadernación.
Tamaño de letra y disposición de lo negro sobre lo blanco.

155
CONCLUSIONES
Comprobación de que constituyen soluciones a los proble-
mas derivados del tema de la investigación, es decir, si son real-
mente novedosas.
Comprobación de que están justificadas.
Si cumplen las condiciones de redacción.
Grado de importancia de las repercusiones
sobre su campo de conocimiento.

ANEXOS:
Repertorio bibliográfico.
Si posee introducción metodológica.
Si hay división entre fuentes y bibliografía.
Calidad de las referencias bibliográficas.

9.2. Comportamiento psicológico


Decía Ramón y Cajal que “la psicología del investigador se
aparta un tanto de la del común de los intelectuales. Sin duda le
alientan las inspiraciones y le mueven los mismos resortes que a
los demás hombres, pero en el sabio existen dos que obran con
desusado vigor: el culto a la verdad y la pasión por la gloria. El
predomino de estas dos pasiones explica la vida entera del in-
vestigador, y del contraste entre el ideal que éste se forma de la
existencia y el que se forja el vulgo resultan esas luchas, desvíos e
incomprensiones que en todo tiempo han marcado las relaciones
del sabio con el ambiente social” (1998: 52).
En efecto, fijémonos en primer lugar qué esperan los directo-
res de sus dirigidos y viceversa. Los directores esperan de sus
dirigidos:

156
a) Entusiasmo
b) Docilidad
c) Independencia en la crítica
d) Cumplimiento del calendario de trabajo

Recíprocamente, el dirigido espera de su director:


a) Ser bien dirigido
b) Leer su trabajo con antelación
c) Estar disponibles cuando los necesiten
d) Que hagan critica constructiva
e) Buen conocimiento del área de investigación
f) Fácil intercambio de ideas
g) Suficiente interés del director para facilitar más información
h) Que se involucre y les ayude a buscar trabajo cuando termi-
ne la tesis.

Debe recordarse que la investigación no es una actividad


humana químicamente pura, que la tesis es investigación y
es emoción. Es emocionante el momento en el que alumbra la
nueva idea. A lo largo de este proceso hay desánimo, hay des-
orientación. Y hay éxito. En suma, diversos estados de ánimo.
Por ello, los estados psicológicos afectan tanto al asesor como al
tesista a partir de las siguientes consideraciones:
1) El director, como es sabido, debe intervenir en todas y cada
una de las fases del proceso en favor del investigador. En las
entrevistas para fijar el tema, el director debe tratar, median-
te el interrogatorio y consiguiente diálogo, de hallar un tema
que se adapte perfectamente a la formación y competencia
del dirigido de tal manera que pueda asegurar que la inves-

157
tigación llegará a feliz término. Un fallo en esta cuestión pue-
de llevar al fracaso personal del dirigido.
2) El director es absolutamente corresponsable de la forma-
ción del investigador y su labor tiene una transcendencia
impresionante puesto que trasmite a su pupilo hábitos de
trabajo que, a su vez, él mismo transmitirá a generaciones
siguientes. Todo ello afectará al prestigio de la institución
universitaria y de sus miembros.
3) El director es exigente y espera docilidad de su alumno no
exenta de espíritu crítico en las conversaciones mantenidas
entre ambos. A su vez el alumno espera atención a sus de-
mandas.
4) El director es consciente de que es una especie de padre
(en Alemania lo llaman Vaterdocktor) o guía intelectual del
dirigido, de que el proceso investigador produce en am-
bos una determinada situación psicológica y emocional. Y
que las demostraciones de afecto y ánimo pueden evitar el
fracaso en dicho proceso y contribuir a asegurar su culmi-
nación.
5) El director no debe coartar la personalidad del investigador
y debe permitir que exprese sus convicciones moduladas
convenientemente en el ámbito del diálogo entre ambos.
Los estados de ánimo pueden manifestarse en las siguien-
tes acciones:
A) Citas y recordatorios de la marcha del trabajo. Palabras
de ánimo. Entusiasmo. Participación de ambos.
B) Visto bueno a la redacción. Autoevaluación. Alegría.
Opinión del tesista sobre la composición del futuro tribu-
nal.
En suma, todas estas circunstancias, emociones, logros, es-
tados psicológicos cambiantes y a veces contradictorios se
hallan presentes en la relación personal establecida por el
director y el tesista. Ambos mantienen un diálogo creativo

158
y juntos escalan la cima de la montaña. Juntos desarrollan
las fases de la investigación cargadas de creatividad y juntos
comparten las alegrías y las decepciones que pueden produ-
cirse en el proceso investigador. No es de extrañar, por tanto,
que se culmine tradicionalmente con una fiesta académica
tras el acto académico de presentación y defensa de la tesis.

9.3. Aspectos éticos


A nuestro juicio, el director debe cuidar determinados
comportamientos que, de hecho, pueden significar auténti-
cas lecciones de ética profesional que el tesista inculcará, a su
vez, a sus futuros dirigidos. Por ejemplo, el director debe evi-
tar juicios negativos hacia las obras de sus colegas y permitir
que sea el propio tesista el que advierta la mayor o menor
calidad de la bibliografía. Igualmente deberá facilitar reco-
mendaciones en torno al plagio. Como es notorio, “se plagia
cuando, intencionadamente o no, se emplean las palabras o
ideas de alguna otra persona pero se omite hacer la cita co-
rrespondiente. Se plagia incluso cuando se cita al autor pero
se emplean sus palabras exactas sin indicarlo mediante co-
millas o bloque sangrado. También se comete plagio cuando
se emplean palabras tan similares a las de la fuente que, si se
coloca el trabajo al lado de la misma, se verá que no se pudo
haber escrito sin tener ésta última a la vista... Es más trucu-
lento definir un plagio cuando hace resúmenes y paráfrasis.
No son lo mismo pero pueden mezclarse tan sutilmente que
podría no darse cuenta de cuándo pasó del resumen a la pa-
ráfrasis y de allí cruzó la línea al plagio. Sin importar su in-
tención, una paráfrasis muy cercana puede considerarse un
plagio aunque mencione la fuente”. (Booth, Colomb y Williams,
2005: 193).

159
160
EL PLAGIO. Esa es mi letra... Del filme La verdad oculta. Dir. John Madden (2005)

Particular cuidado debe tener el director de no aprovecharse


del trabajo del tesista y evitar una costumbre cada vez más ex-
tendida de poner su nombre al lado del autor de la tesis en la
publicación de partes de la obra olvidando que la recompensa
del director se debe cifrar en la satisfacción del deber cumpli-
do, en las posibilidades que ha tenido de aprender conjunta-
mente con el dirigido y en la mejora de su propio curriculum
y el prestigio consiguiente. En nuestra opinión, hay abusos en
la práctica de la multiautoria cuando ésta no está justificada
y cuando no es posible conocer cuál ha sido la aportación de
cada uno de los autores.

9.4. El diálogo creativo. Un ámbito


de comportamiento y relaciones personales
De nuevo, insistimos en que la tesis es investigación y es
emoción. “Inventé mi mejor teoría —confiesa el físico Lin-
de— en estado de profunda depresión... Si puedes abando-
nar ese estado a veces llegas más alto. Así es como en media
hora inventé la teoría de la inflación cósmica”. También el
disfrute, la alegría de haber alcanzado el objetivo, de poder
saborearlo. El citado físico decía: “La verdad es que saber
cómo fue el momento en el que el universo se creó es algo de

161
lo que disfruto, independientemente de si a otras personas
les parece importante o no”.
Es habitual que, cuando hablamos de creatividad, pense-
mos en la acción individual de artistas y escritores. Sin em-
bargo, la investigación científica participa, como decimos,
del concepto de creatividad e, incluso, ésta se constituye en
motor de la propia investigación. Si esto es así, habrá que re-
flexionar acerca de la creatividad en las relaciones que se van
estableciendo paulatinamente entre investigador y director.
1) La creatividad ha sido definida como “la facultad de reor-
ganizar de algún modo original los elementos del campo
perceptivo; dicho de otro modo es la facultad de estructu-
rar la realidad, desestructurarla y reestructurarla en for-
mas nuevas. El concepto de creatividad conlleva las ideas
esenciales de novedad y de valor” (www.virtual.unal.edu.
co/cursos/IDEA/2007219/lecciones/.../sub4.html
2) La imaginación es una acción que nutre el pensamiento
creativo de nuevas ideas y ayuda a desarrollar el espíritu
innovador. A este respecto Einstein decía “Tengo lo sufi-
ciente de un artista para expresar libremente lo que mi
imaginación produzca. La imaginación es más importante
que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La ima-
ginación no” (Cit por Garcia y Matkovic, 2012 :53).
3) Los niños nacen con una gran capacidad de imaginación
acompañada de curiosidad y de asombro por el entorno,
sensaciones que el adulto ha ido perdiendo y que el inves-
tigador adulto debe recuperar.

162
Luca López Jaramillo Tomás López Michaud

De aquí se deduce la necesidad de fomentar el espíritu crea-


tivo en los universitarios, aumentando sus motivaciones.
También, evitando cercenar este espíritu cuando el tesista
se muestra acomodaticio a líneas de política científica, a
proyectos de financiación más accesible o a temas de moda
olvidando, a menudo, lo que la actividad investigadora
tiene de aventura personal y de ejercicio de resolución de
problemas de cierta trascendencia y evitando la mediocri-
dad. Como corolario de lo antedicho, tal vez no sea exage-
rado afirmar, aun con dolor, que hoy investigamos primor-
dialmente y con obsesión para ser bien evaluados y, con
frecuencia, por encima de la originalidad y utilidad de los
proyectos.
Pues bien, la creatividad que se basa en la capacidad de
imaginación —tal y como ocurre en el arte y en la literatu-
ra— cobra un papel especialmente relevante en alguna de las
fases del plan de trabajo investigador. En nuestra opinión,
la imaginación creadora se muestra como elemento esencial
en las fases de interrogación o elección del tema de inves-
tigación; en la formulación de hipótesis y procedimientos
metodológicos; en la fase de obtención de las nuevas ideas
buscadas como soluciones a los problemas planteados en

163
el tema de la investigación —fase también denominada de
creación del mensaje científico— y, finalmente, en la fase
de creación del documento científico o redacción. Dicha fase
se erige sobre la base de recursos lingüísticos y literarios en-
focados a la comunicación del mensaje científico. En todas las
fases citadas, la intervención del director cobra especial relieve,
culminando en la tarea final de compromiso y autoevaluacion
de la tesis antes de los trámites encaminados a su examen por
el tribunal.
Es en la fase nuclear del proceso de investigación —la ob-
tención de las nuevas ideas respuesta a los problemas plan-
teados— donde se vislumbra con mayor claridad la fuerza
de la imaginación creadora. En ella se trata de obtener una
serie de ideas o juicios de valor que constituyen las respues-
tas objetivas a los problemas planteados en el tema de la te-
sis y que se ofrecerán de modo sintético en las conclusiones.
También de dar cumplida respuesta a preguntas inquietantes
como: ¿De dónde vienen las ideas? ¿Cómo pueden obtener-
se? Sostenemos que las nuevas ideas se producen en el ejer-
cicio pensante del investigador y de su director a lo largo de
dos estrategias o actitudes. Una de ellas que afecta al tesista y
otra que afecta al objeto de la investigación. En la primera se
encuentran los hábitos que van modulando progresivamente
la formación del investigador. Nos referimos al desarrollo de
capacidades como la observación, la experimentación, la ca-
pacidad de relacionar los hechos y las ideas, la sensación de
incertidumbre y de duda hasta que los hechos no sean perci-
bidos y aclarados por el propio investigador, la creación de
un espacio de silencio para pensar. También de una amplia
cultura científica que se aproveche de las ideas facilitadas por
otros campos de conocimiento mediante procesos de analo-
gía. Y, como base imprescindible, se alza la imaginación, ejer-
cicio mental que favorece la creación de ideas aunque modu-
lada en los momentos oportunos por el consejo del director.
Sin embargo, el papel del director cobra singular eficacia en

164
la segunda actitud, es decir, cuando se produce el acto de
interpretación y crítica de las fuentes reunidas por el investi-
gador que produce la nueva idea cuando estalla la chispa ge-
nerada por la reflexión del lector sobre el contenido de dichas
fuentes. Sin duda, en este acto brota un torrente de ideas de
distinto origen: las presentadas claramente por el autor del
documento leído: las tan solo sugeridas por el mismo pero
que pueden ser esenciales para el investigador, lo mismo que
aquellas ideas que pasaron desapercibidas en su momento
porque no pudieron ser aprovechadas por diversos motivos.
Finalmente, aquéllas que el investigador va destilando, fruto
de su pensamiento y que, tamizadas por el director, acaban
forjando las soluciones de la investigación. Es éste un proce-
dimiento generador de la auténtica figura del intelectual, del
universitario, esto es, de la persona capaz de pensar por sí
misma, de tener criterio y ser capaz de alcanzar nuevo cono-
cimiento frente a la mera acumulación de datos tomados de
las fuentes. A este respecto Einstein confesaba: “Procuro no
cargar mi memoria con datos que puedo encontrar en cual-
quier manual. El gran valor de la educación no consiste en
atiborrarse de datos sino en preparar el cerebro para pensar
por su propia cuenta y así llegar a conocer algo que no figura
en los libros” (Cit. por García y Matkovic, 2012:60). Son estos
los efectos de la lectura crítica pues leer, como ha escrito Bar-
nés, es “ir al encuentro de otro (intendere), saber interpretar
(intellegere), quitar los superfluo (putare), reagrupar lo diver-
so (cogitare) y sopesar (pensare) (Barnés, 2014).
Pues bien, todas estas circunstancias, emociones, logros,
estados psicológicos cambiantes y a veces contradictorios se
hallan presentes en la relación personal establecida por el
director y el tesista. Ambos mantienen un diálogo creativo
y juntos escalan la cima de la montaña. Juntos desarrollan
las fases de la investigación cargadas de creatividad y juntos
comparten las alegrías y las decepciones que pueden produ-
cirse en el proceso investigador.

165
9.5. Estructura y temporalización del acto académico
de presentación y defensa de la tesis
Efectivamente, la llegada del día tan esperado, el día de la
hora de la verdad es acogido por el doctorando con un estado
de ánimo especial, con la presencia de la familia, de los amigos,
de personas —algunas desconocidas— atraídas por la especta-
cularidad del acontecimiento. La sesión se inicia con habitual
retraso, lo que contribuye a aumentar el posible nerviosismo
del doctorando y previo el anuncio de sesión pública. Ni que de-
cir tiene que el futuro nuevo doctor debe haber preparado con
antelación el texto y guión de su presentación con la orientación
de su director, revisado los medios tecnológicos en la sala de
grados con el tiempo preciso e, incluso, puede haberse entrena-
do simulando la intervención pública.
A título de ejemplo, describimos lo relativo al acto académi-
co de presentación y defensa de una tesis doctoral de acuerdo a
la legislación universitaria española:
“La defensa de la tesis doctoral consistirá en la exposición
por el doctorando de la labor preparatoria realizada, conteni-
do de la tesis y conclusiones, haciendo especial mención de sus
aportaciones originales”. De acuerdo con ello, el tesista elabora
un guión con ayuda del director y que le sirve de apoyo para
evitar leer. Dicho guión puede ofrecer el siguiente esquema:
1) Introducción, pudiendo comenzar con la fórmula con la
venia y una referencia al texto del Decreto citado por el
secretario del tribunal.
2) Descripción del tema general de la investigación con
justificación del título y de la necesidad de abordar tal
investigación por la importancia del tema en sí y por
su repercusión en el campo de conocimiento. Enume-
ración de los problemas derivados del tema general de
la investigación.

166
3) Descripción del método o métodos empleados para
alcanzar el objeto de la investigación, justificando su
diseño específico para la tesis en concreto.
4) Examen del estado de la investigación antes del co-
mienzo de la tesis, poniendo de relieve los aspectos
más y menos avanzados y examen crítico de las fuen-
tes y bibliografía que se han tenido que manejar.
5) Breve resumen del contenido de los capítulos y de los
apéndices.
6) Exposición o lectura de las conclusiones numeradas.
7) Agradecimientos.

De modo más pormenorizado, el acto académico consta,


comúnmente, de las siguientes fases:
Apertura de la sesión por el presidente, saludo de bienve-
nida y lectura por el secretario de la norma que regula el acto
académico. El presidente da la venia al doctorando y le indi-
ca el tiempo de que dispone para su primera intervención y
el modo en que deberá contestar el doctorando a las objecio-
nes y el procedimiento para la intervención de los doctores
presentes en la sala de grados (3-5 minutos).
Primera intervención del doctorando: Presentación de la
tesis doctoral (20-35 minutos), en forma de exposición oral
—no leída— con ayuda de un guión.

167
Doctoranda en su exposición

Formulación de objeciones por parte de los miembros por


orden de antigüedad en el escalafón, de menor a mayor (50-70
minutos).

La Dra. Fernández Bajó, de la Universidad Complutense de Madrid,


en un momento de su intervención como miembro de un tribunal

168
El Dr. Vivas Moreno, de la Universidad de Extremadura, en un momento
de su intervención como miembro de un tribunal

La Dra. Naumis Peña, de la Universidad Nacional Autónoma de México,


en un momento de su intervención como miembro de un tribunal

Invitación del presidente a los doctores presentes en la Sala


para que intervengan, especialmente, al director o directores de
la tesis que sí suelen intervenir (15 minutos).
Segunda intervención del doctorando: Contestación, de
modo conjunto por lo general, a todas y cada una de las obser-
vaciones, preguntas y objeciones planteadas por los miembros
del tribunal (15 minutos).

169
Suspensión provisional de la sesión. Deliberación y votación
de los miembros del tribunal (10 minutos).
Sesión pública de nuevo. Concesión pública de la califica-
ción. Aplausos y saludo del nuevo doctor al tribunal. Felicita-
ciones. Celebración posterior, por lo general, con los miembros
del tribunal (5 minutos).

Total: Entre 1,45 minutos y 2,30 horas.

En suma, la primera intervención o presentación propia-


mente dicha debe tener en cuenta una serie de características
como las siguientes: a) Se trata de un examen oral en público,
lo que puede provocar un cierto estado de nervios. b) El doc-
torando no debe leer sino que debe procurar hablar con tran-
quilidad, recordando que él es el mayor especialista del tema
y que tan solo se trata de demostrar que las verdades alcan-
zadas lo han sido con el rigor propio del quehacer científico.
c) Debe prever que no concentrará la atención del tribunal
en cada momento y que puede llamar su atención adoptan-
do un estilo expositivo muy sistematizado y anunciando en
cada momento los puntos que va a tratar. d) Debe elaborar
un guión muy amplio que le permita salvar la situación en
caso de un posible desfallecimiento. e) El tono expositivo
debe ser claro, terminante, seguro, sin dudas y vacilaciones,
con una combinación de cierta seguridad en uno mismo y
una pequeña dosis de humildad y rehuyendo cualquier lla-
mada a lo anecdótico Puede utilizarse el plural de modestia o
la primera persona combinando con el se impersonal a fin de
no ser demasiado reiterativo. Tras estas observaciones, pro-
ponemos el siguiente:

170
Acto académico de presentación y defensa de una tesis doctoral e
n la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias
de la Información, Universidad Complutense de Madrid
(Ciudad Universitaria)

Las objeciones de los miembros del tribunal


y la segunda intervención del doctorando
Las intervenciones de los miembros del tribunal están trufa-
das de una serie de tópicos y códigos propios del ritual acadé-
mico de estos casos. Se inician con felicitaciones al doctorando
y al director y, en el caso, de los doctores foráneos, con muestras
de agradecimiento por haber sido invitados a participar en el
tribunal. Junto a las objeciones propiamente dichas puede ha-
ber preguntas y observaciones de menor calado. En todo caso,
las objeciones siempre se plantean en tono delicado (se dice que
“con vistas a la publicación de la tesis” o se hacen preceder de
elogios) pero firme y algunas —las excepcionalmente graves—
son perfectamente irrebatibles. Las objeciones u observaciones
más habituales discurren a lo largo del siguiente esquema:
En relación con la presentación: encuadernación, tamaño, as-
pectos externos en general, etc,
Capítulo introductorio: la existencia o no de apartados como
son el objeto, el método, el estado de la cuestión, evaluación de
la bibliografía, presencia o no de hipótesis.

171
Título y objeto de la investigación: si la tesis está bien titula-
da, si el objeto de la investigación está bien descrito y justificado
y si se enumeran los problemas derivados del tema general de
la investigación.
Método: el diseño y las garantías que le hacen eficaz.
Estado de la cuestión: si se conoce todo lo anterior en torno al
tema de la investigación (estado de la cuestión) y si se conocen
y se han evaluado las fuentes.
Documentación: si se ha hecho una recopilación exhaustiva
de la bibliografía incluidos los trabajos aparecidos inmediata-
mente antes de la lectura de la tesis.
Producción del mensaje: si el texto mantiene una unidad y la
debida concatenación entre capítulos y epígrafes de los mismos;
si queda perfectamente separada la aportación de los autores de
la del doctorando y su protagonismo; los posibles plagios, etc.
Redacción: el uso adecuado del lenguaje científico, el estilo
expositivo, los signos de puntuación, la concatenación entre los
párrafos, las erratas, etc.

La presentación de una tesis doctoral ante el tribunal. Hawking.


Del filme La teoría del todo. Dir. James Marsh (2014)

172
Observaciones acerca de la primera intervención del docto-
rando:
El doctorando debe tomar debida nota de todo ello y con-
testar a todas y cada una de ellas en tono de mayor seguridad
y firmeza que en la primera intervención aunque no exclu-
yendo la mesura y la prudencia en el caso de contestar a obje-
ciones que no tienen sentido y, en muchos caso, derivadas de
la falta de una lectura atenta del texto de la tesis. Finalizará
haciendo ver que tendrá en cuenta todas las observaciones y
dando las gracias por ello. Finalmente, el tribunal procede a la
calificación.
En la legislación española, el director o directores no for-
man parte del tribunal pero pueden intervenir durante el acto
académico para defender, de algún modo, al tesista exponien-
do sus méritos y la relevancia del trabajo.

Intervención del director de una tesis

Tras la aprobación por el tribunal de la tesis doctoral, el


nuevo doctor debería haber adquirido las siguientes compe-
tencias:
1. Los estudios de doctorado garantizarán, como mínimo,
lassiguientes competencias básicas, así como aquellas otras que

173
figuren en el Marco Español de Cualificaciones para la Educa-
ción Superior:
a) Que los doctorandos hayan demostrado una comprensión
sistemática de un campo de estudio y el dominio de las
habilidades y métodos de investigación relacionados con
dicho campo.
b) Que los doctorandos hayan demostrado la capacidad de
concebir, diseñar, poner en práctica y adoptar un proceso
sustancial de investigación con seriedad académica.
c) Que los doctorandos hayan realizado una contribución a
través de una investigación original que amplíe las fron-
teras del conocimiento desarrollando un corpus sustan-
cial, del que parte merezca la publicación referenciada a
nivel nacional o internacional.
d) Que los doctorandos sean capaces de realizar un análisis
crítico, evaluación y síntesis de ideas nuevas y complejas.
e) Que los doctorandos sepan comunicarse con sus colegas,
con la comunidad académica en su conjunto y con la so-
ciedad en general acerca de sus áreas de conocimiento
en, al menos, los idiomas de amplio uso en su comuni-
dad científica internacional.
f) Que los doctorandos sean capaces de fomentar, en con-
textos académicos y profesionales, el avance tecnológico,
social o cultural dentro de una sociedad basada en el co-
nocimiento.
2. Asimismo, la obtención del título de Doctor debe pro-
porcionar una alta capacitación profesional en ámbitos di-
versos, especialmente en aquellos que requieren creatividad
e innovación. Los doctores habrán adquirido, al menos, las
siguientes capacidades y destrezas personales:
a) La capacidad de desenvolverse por analogía en contex-
tos en los que hay poca información específica.

174
b) La capacidad de encontrar las preguntas claves que hay
que responder para resolver un problema complejo.
c) La capacidad de diseñar y desarrollar proyectos innova-
dores
d) La capacidad de trabajar tanto en equipo como de manera
autónoma en un contexto internacional o multidisciplinar.
e) La capacidad de integrar conocimientos, enfrentarse a la
complejidad y formular juicios con información limitada.
f) La capacidad de crítica y de defensa intelectual de solu-
ciones”.

Un nuevo doctor recibiendo la felicitación de los miembros del tribunal

El lector puede analizar el desarrollo de los actos académi-


cos de presentación y lectura de tesis en las páginas de www.
youtube.com. Para el caso de las tesis doctorales presentadas
en el Departamento de Biblioteconomía y Documentación de
la Universidad Complutense de Madrid puede consultarse
el servicio RTVdoc creado y mantenido por el Dr. Alfonso
López Yepes, catedrático de dicho departamento.

175
Dr. Alfonso López Yepes

176
9.6. El ejemplo del director. La pasión transmitida y
la satisfacción compartida
Finalmente, el director transmite al tesista el entusiasmo por
la investigación y, como hemos dicho, una serie de hábitos de
trabajo que el tesista transmitirá también a sus futuros dirigidos
teniendo en cuenta la responsabilidad de formación que con-
trae con ellos. La larga genealogía de directores y dirigidos aca-
ba constituyendo auténticas escuelas científicas en donde cada
tarea está sustentada por los investigadores anteriores en bene-
ficio de los futuros y así en una cadena sin fin. Las genealogías
(López Yepes, 2002) muestran la evolución de la carrera investi-
gadora, las influencias recibidas y las influencias trasmitidas de
modo paralelo a como se transmiten los genes en una familia.

Fiesta de Santo Tomás de Aquino. Desfile de académicos


en la Universidad Complutense de Madrid

Fiesta de Santo Tomás de Aquino. Investidura de doctores


en la Universidad Complutense de Madrid

177
De modo semejante, el alumno de Galileo se siente enorme-
mente atraído por las investigaciones de su maestro y siente
de modo vigoroso la influencia del maestro más allá del plano
académico.

Galileo: Muchas veces pienso que me dejaría encerrar en una mazmorra bastantes brazas bajo
tierra, si a cambio de eso, pudiera saber una cosa: ¿Qué es la luz?... Y lo peor es que cuando
descubro algo tengo que decírselo a los demás. Del filme Galileo. Dir. Joseph Losey (1975)

9.7. La tesis, incentivo para la vida intelectual


Tenéis que vivir la tesis como un desafío. El desafiante sois
vosotros: os habíais planteado al principio una pregunta a la
que todavía no sabíais responder. Se trata de encontrar la so-
lución en un número finito de movimientos. Otras veces la
tesis puede vivirse como una partida mano a mano: vuestro
autor no quiere confiaros su secreto. Entonces vosotros tenéis
que rodearlo, interrogarlo con delicadeza y hacerle decir lo
que no quería decir pero hubiera debido decir. En ocasiones
la tesis es un solitario: tenéis todos los peones y se trata de
ponerlos en su sitio.
Si habéis hecho la tesis con gusto, os entrarán ganas de
seguir.

178
Por lo general, mientras se trabaja en una tesis sólo se pien-
sa en el momento de acabar: se sueña con las vacaciones sub-
siguientes. Pero si el trabajo ha sido bien hecho, el fenómeno
normal es que, tras la tesis, surja un gran frenesí de trabajo”
(Eco, 1994, p. 266).

Desfile de académicos doctores en el paraninfo


de la Universidad Complutense de Madrid

179
180
A modo de colofón

Una metáfora del proceso investigador


con el director y el investigador como
protagonistas de una aventura académica

Vista del valle de México y los volcanes desde la Torre II de Humanidades. Ciudad
Universitaria. México D.F.

Paulo Coelho: Manual para subir montañas


1. Escoge la montaña que deseas subir: no te dejes llevar por
los comentarios de los demás, que dicen «ésa es más bo-
nita» o «aquélla es más fácil». Vas a gastar mucha energía

181
y entusiasmo en alcanzar tu objetivo y, por lo tanto, eres
tú el único responsable y debes estar seguro de lo que
estás haciendo.
2. Sabe cómo llegar frente a ella: muchas veces, vemos la
montaña de lejos, hermosa, interesante, llena de desafíos.
Pero cuando intentamos acercarnos, ¿qué ocurre? Que
está rodeada de carreteras, que entre tú y tu meta se in-
terponen bosques, que lo que parece claro en el mapa es
difícil en la vida real. Por ello, intenta todos los caminos,
todas las sendas, hasta que por fin un día te encuentres
frente a la cima que pretendes alcanzar.
3. Aprende de quien ya caminó por allí: por más que te con-
sideres único, siempre habrá alguien que tuvo el mismo
sueño antes que tú, y dejó marcas que te pueden facili-
tar el recorrido; lugares donde colocar la cuerda, picadas,
ramas quebradas para facilitar la marcha. La caminata es
tuya; la responsabilidad, también, pero no olvides que la
experiencia ajena ayuda mucho.
4. Los peligros, vistos de cerca, se pueden controlar: cuan-
do empieces a subir la montaña de tus sueños, presta
atención a lo que te rodea. Hay despeñaderos, claro. Hay
hendiduras casi imperceptibles. Hay piedras tan pulidas
por las tormentas que se vuelven resbaladizas como el
hielo. Pero si sabes dónde pones el pie, te darás cuenta de
los peligros y sabrás evitarlos.
5. El paisaje cambia, así que aprovéchalo: claro que hay que
tener un objetivo en mente: llegar a lo alto. Pero a medida
que se va subiendo, se pueden ver más cosas, y no cuesta
nada detenerse de vez en cuando y disfrutar un poco del
panorama de alrededor. A cada metro conquistado, pue-
des ver un poco más lejos; aprovecha eso para descubrir
cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta.
6. Respeta tu cuerpo: sólo consigue subir una montaña aquel
que presta a su cuerpo la atención que merece. Tú tienes

182
todo el tiempo que te da la vida, así que, al caminar, no
te exijas más de lo que puedas dar. Si vas demasiado de-
prisa, te cansarás y abandonarás a la mitad. Si lo haces
demasiado despacio, caerá la noche y estarás perdido.
Aprovecha el paisaje, disfruta del agua fresca y de los fru-
tos que la naturaleza generosamente te ofrece, pero sigue
caminando.
7. Respeta tu alma: no te repitas todo el rato «voy a conse-
guirlo». Tu alma ya lo sabe. Lo que ella necesita es usar la
larga caminata para poder crecer, extenderse por el hori-
zonte, alcanzar el cielo. De nada sirve una obsesión para
la búsqueda de un objetivo y, además, termina por echar
a perder el placer de la escalada. Pero atención: tampoco
te repitas «es más difícil de lo que pensaba», pues eso te
hará perder la fuerza interior.
8. Prepárate para caminar un kilómetro más: el recorrido
hasta la cima de la montaña es siempre mayor de lo que
pensabas. No te engañes, ha de llegar el momento en
que aquello que parecía cercano está aún muy lejos. Pero
como estás dispuesto a llegar hasta allí, eso no ha de ser
un problema.
9. Alégrate cuando llegues a la cumbre: llora, bate palmas,
grita a los cuatro vientos que lo has conseguido, deja que
el viento allá en lo alto (porque allá en la cima siempre
hace viento) purifique tu mente, refresca tus pies sudados
y cansados, abre los ojos, limpia el polvo de tu corazón.
Piensa que lo que antes era apenas un sueño, una visión
lejana, es ahora parte de tu vida. Lo conseguiste.
10. Haz una promesa: aprovecha que has descubierto una
fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti mismo que a
partir de ahora, y durante el resto de tus días, la vas a
utilizar. Y, si es posible, promete también descubrir otra
montaña, y parte en una nueva aventura.

183
11. Cuenta tu historia: sí, cuenta tu historia. Ofrece tu ejem-
plo. Di a todos que es posible, y así otras personas sen-
tirán el valor para enfrentarse a sus propias montañas
(Paulo Coelho, El Semanal de ABC, Madrid, 24 de julio
de 2005).

184
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187
Acto académico en la Paraninfo de la Universidad de Alcalá

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Se terminó de imprimir
el día 30 de octubre de 2015

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