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LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

PRETEXTO
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

A noche me dormí mirando el reloj. Y antes de cerrar


definitivamente mis ojos, pensé en el objeto de mis sueños
de esa noche, o sea, ¿qué iba a soñar esa noche?
Porque, por si no lo saben; yo tengo, a diferencia de otras
personas, la capacidad o la facilidad, de dominar mi conciencia o mi
subconciencia, y así poder determinar qué cosas o con quién voy a
soñar toda la noche.
Como les decía, anoche decidí soñar con el Tiempo.
Y soñé, ... y soñé, ... y entre sueño y sueño comencé a conocer
verdaderamente a aquel señor muy conocido, pero que realmente
nadie conoce, que es el Tiempo. Pero no el tiempo referido al clima,
sino otro tipo de tiempo. El Tiempo personificado, que llegó hasta a
parecerme como un ser idéntico a mi; un ser humano.
Pero no, el Tiempo es; a la manera en que yo lo conocí ayer; un
ser totalmente abstracto, que sólo puede uno reconocer a través del
sentido del oído. Porque el Tiempo le habla a las personas. Y habla
sin rodeos. Su manera de hablar es muy especial, por lo menos
conmigo. Y en nuestra primera charla me preguntó si no quería volver
a soñar con Él en mis noches largas, para así poder contarme sobre
algunas cosas que Él tenía claras y que pensaba que yo también debía
tener claras.
Yo, por supuesto, acepté su oferta. Y esas cosas que Él me
contaría a través de mis sueños, yo me encargaré de que sean
transmitidas a ustedes de la misma forma en que me fueron confiadas
a mi.
Por eso es que tengo la necesidad de escribir estos relatos que
realmente son los Relatos del Señor Tiempo, cual es el título de esta
simple y sencilla obra; en la que iré redactando los hechos y
transmitiendo los pensamientos que el Señor Tiempo me ha confiado
para que los “contagie” a mi alrededor, y para que la gente en general
aprenda y comprenda verdaderamente quién es en realidad y para qué
está puesto en nuestras vidas, el nombrado Señor Tiempo.

I
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

“El final de la función”


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“¿Será verdad? Yo lo dudo. Lo cierto es que anoche tuve un


sueño que os lo quiero contar: me encontraba yo solito en mi
habitación cuando, de pronto, oigo unos diablitos que me cantan ...”

Así comenzaba la primera obra que hicimos. Su título: “El susto


de Perico”.
A pedro le había tocado el papel de Perico, un chico inocente y a
la vez sabandija que no escarmentaba; pero ese personaje no le
encajaba muy bien a Pedro, ya que él era lo que comúnmente se
denomina “el peor del grado”.
Los demás chicos éramos los diablitos (en la obra).
La segunda obra se llamaba “El final de la función”, y en ella ya
no estaría él, por considerárselo inadaptado al contexto teatral, o sea,
inútil.

Para ese momento Io1 se había sentado en uno de los últimos


asientos, ya que para ubicarse junto a su familia, tendría que atravesar
toda la concurrencia de lado a lado.
La obra había comenzado, pero él no se sentía muy bien, tenía
ganas de irse. Trataba de pensar en algún pretexto para abandonar el
lugar. Hasta que en un momento dado, sintió que una mano le rozaba
el hombro. Volteó y vio a su tío Andrés, e inclinándose hacia él, lo
miró y le dijo:
- ¡Tío! ¿Cómo te va?
En ese momento, el tío eructó en su cara todo el aliento a vino
que había chupado, y con voz ronca dijo:
- Me quiero ir de acá, decile a tu viejo que me acompañe hasta mi
casa.
En realidad, su casa no existía, o bien dicho, vivía en la casa de su
madre, con algunos de sus hermanos.
Entonces, Io aprovechó. Fue corriendo a buscar sus cosas y a
decirle a sus padres que iría a acompañar al tío hasta la casa, ya que
éste estaba medio “en pedo”.
“- Vamos tío; dijo Papi que yo te acompañe ...”
En el estado en que estaba el tío, no pudo replicar nada y,
tambaleándose se dirigió junto a su sobrino hasta la puerta del lugar.
Tal sitio distaba sólo cuatro cuadras de donde el tío vivía.

II
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

No era que el tío, aún mamado, no pudiera regresar solo. Es que


como era famoso en el barrio por haber quedado medio “ido”
después de aguantarse dos o tres infartos, por las dudas; y como
existía la posibilidad de que los malos vecinos se aprovecharan de su
estado y le hicieran algún daño, era necesario y conveniente ir con él a
todas partes.
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Io lo acompañó. Eran pocas cuadras pero para Andrés era un


camino eterno. Un camino en el que se darían muchas enseñanzas,
que luego serían transmitidas de alguna forma.
Por ejemplo, en cierto momento, el tío Andrés vio que una
parejita de adolescentes pasaba cuchicheando a su lado, caminando
apurados, como huyendo de algo o de “alguien”. Y acerca de esto,
hizo una reflexión: dijo que esa chica (la de la parejita), vivía pegadito
a su casa, y que estaba loca por él; y además, él, que no se quedaba
atrás, había tratado de conquistarla anteriormente...
Io sólo se limitaba a escuchar lo que su tío decía, sin hablar,
únicamente la charla le daba espacio para asentir con la cabeza como
diciendo: “si ... si ...”.
Cuando llegaron a la casa de Andrés, él tomó de la mano a su
sobrino y le dijo:
- Mirá; para agradecerte que me hayas sacado de ese sulurio, te
invito a que te vengas todas las tardes a casa, y nos tomamos unos
mates juntos, y charlamos un poco, ... ¿eh?
- Si tío; cuando vengo de ejercicio, pudo pasar un rato por acá...

Después que el tiempo pasó, Io visitó dos tardes a Andrés, y no


pudo hacerlo más debido a algo inesperado y malo, muy malo, que
ocurrió: una noche el tío se sintió descompuesto, con dolores, y al
rato falleció.
Ese el un golpe que su sobrino siente hasta el día de hoy, ... y no
sólo él ...

La primera Navidad sin el tío Andrés no fue una fiesta común;


entre abrazos y sonrisas, hubieron llantos de amargura y desesperanza
(sobretodo en la Abuela, la madre de Andrés).
El año siguiente en la segunda Navidad sin el tío; la Abuela ya
había ido a encontrarse con él, quizás.
Y la familia ya no volvió a unirse como familia en una fiesta, que
más allá de ser siempre humilde y sencilla, significaba una gran
reunión, un gran encuentro, un momento entre momentos.
A partir de ahora (año 2000), podremos saludarnos, explotar
cohetes en el cielo, reírnos, comer, tomar y bailar, pero ya no
festejaremos la Navidad todos juntos como antes.

III
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Salvo por estas páginas, mis hijos nunca van a enterarse de que
tuve un tío maravilloso, como todos los otros, que se escondía detrás
de una tonta enfermedad, que lo hacía llorar muy seguido; y que tuve
la oportunidad de estar más cerca de él, sin embargo no la aproveché.
Pero seguro que el simple hecho de recordarlo ya lo ha de poner
contento, y también lo ha de hacer llorar ...
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Y cuando su llanto se convierte en mi llanto, en cada velorio, en


cada discusión, en cada película triste, en cada recuerdo, en cada
“darme cuenta” ..., yo siento que llorar purifica mi alma, y la de todos,
por eso la “gente bien” lo hace seguido ... ; lo que me preocupa es que
yo, hace mucho tiempo dejé de llorar. Y quiero volver a ser como
antes, cuando despertaba en medio de la noche, y dejaba
desconcertados a Papi y Mami con mi llanto sin razón.
Pero después de todo comprendo que el llorar, así como el reír,
hace a las personas.
Porque lo más grande que se puede tener es el poder llorar por
alguien, ya que el llanto sincero es el único signo que nos demuestra
que realmente somos seres capaces de amar, y de sentir que los demás
son necesarios en nuestra vida, y a la vez que somos nosotros también
necesarios para ellos.

1
Io. Es un personaje ficticio del relato.

IV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

La búsqueda
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Una vez, escuchando, escuché que un personaje bíblico decía:


“Voy a contarles un secreto: no todos nos vamos a morir, pero todos
nos vamos a transformar.”
No escuché qué personaje ni qué parte de la Biblia eran, pero esa
frase me marcó un interrogante que siempre aparece en todo hombre,
pero se le es muy indiferente a veces: la muerte. Es un tema muy
confuso, pero me gusta divagar al respecto y más; tratar de descubrir
la verdad.
Pensé en preguntar y preguntar a mucha gente, pero todos
acomodan su versión de la muerte y del destino a su vida y a sus
necesidades personales.
Al final, caí en la cuenta de que el más indicado para responder
sería el mismo Dios, del que tanto se habla y poco se sabe.
Y fui a su casa, la iglesia, un sábado, pero su Madre me dijo que Él
no estaba; había salido con sus amigos. Pero me aconsejó que vuelva
al otro día y que seguro lo encontraría.
El domingo fui, pero no pudo atenderme, pues eran muchas las
personas como yo que querían pedirle algo; y yo estaba último en la
fila. No tuve paciencia para esperar y decidí volver al día siguiente.
El lunes volví, y estaba en una reunión muy importante con la “S.
U. R. D.” (sigla que significa Sociedad Universal de Reyes y Dioses);
discutiendo no sé qué asunto referente al fin de los días y el destino
de los hombres . . .
El martes también fui, y su Madre me dijo que justo había salido
camino al Cielo junto con el Espíritu y su Hijo, porque estaban
construyendo nuevos y más grandes edificios de hospedaje para las
almas que estaban llegando y las tantas otras por llegar, pues ya no
había mucho espacio ni comodidad. Entonces le dejé dicho que
volvería al día siguiente.
Y dicho y hecho; el miércoles volví a ir y, ¡Oh, casualidad!: no
estaba. Se encontraba en una entrevista privada con el Señor Tiempo
y con Don Destino, para llegar a un arreglo y tratar de solucionar de
alguna forma las últimas guerras, cuyas pocas víctimas sobrevivientes
les habían pedido ayuda a estos personajes y a Dios.
Ese mismo día, la Madre de Dios, al ver mi constancia, mi
persistencia y mi voluntad; quiso animarme diciéndome que si quería

V
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

dejarle algo dicho que se lo confiara a Ella misma, y así, me ahorraría


el fastidioso trabajo de ir todos los santos
días a su casa y nunca encontrarlo.
El jueves no me aguanté y volví a ir, pero lo que no sabía era que
todos los jueves, Él aún se reúne y realiza la Santa Cena con sus
amigos, “los doce”.
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El viernes, mi paciencia llegó a su punto límite cuando me enteré


de que “no estaba para nadie, y quería tomarse un día de descanso”,
para olvidar así un poco los problemas, y sobretodo para estar un
tiempo junto a su familia.
Yo, en realidad, nunca pensé que sería tan difícil encontrar a Dios,
y renuncié a mi búsqueda por eso. Aunque desde otro punto de vista,
debería agradecer lo bien que me trataron en su casa; sus amigos, su
Hijo y, sobretodo, su Madre; quien se prestó muy amablemente como
intermediaria entre Dios y yo.
Pero otro día dejé de preocuparme por el tema cuando escuché,
por casualidad, una frase que decía: “Busqué a Cristo y no lo
encontré. Me busqué a mí mismo y no me encontré. Busqué a mi
hermano y encontré a los tres.”
Es por eso que dejé de buscar a Dios, porque comprendí que no
es necesario buscarlo, pues es Él el que constantemente está buscando
nuestro espíritu. Es Él el que nos necesita y, en definitiva, nosotros
sólo debemos descubrirlo; saber encontrarlo en cada cosa que nos
pasa, sea buena o mala, y también en cada persona que tenemos a
nuestro lado.
Además, aprendí que la muerte y el destino no son temas tan
importantes, y no debemos dejar que nuestra vida dependa de ellos;
ya que la muerte es simplemente, a mi entender, como un papel
similar a un título universitario, en el que aparece como
encabezamiento:
“S. U. R. D., Sociedad Universal de Reyes y Dioses”
que es algo así como la “entidad” que lo emite, y continúa:
“Este certificado acredita que .......... (nombre de la persona) ha
cumplido satisfactoriamente con los requisitos establecidos por la S.
U. R. D. en el transcurso de su vida y, por ende se lo/la considera
apto/a para pasar a una existencia de otro nivel o a la Eternidad,
según haya alcanzado o no los objetivos propuestos en los
programas.”
Y a continuación se consignan las firmas correspondientes, a
saber:

del Coordinador (Jesús de Nazaret)


del Director (el Señor Tiempo)
del Presidente (el mismo Dios)

VI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

El viaje de José
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José se levanta a las seis. Sin apuro, prepara el mate, como cada
mañana desde hace muchos años.
Sus amigos: un perro lanudo, un pájaro sin voz y una vieja radio
que sólo sintoniza dos o tres estaciones (AM); son su única compañía
de cada día. Son los únicos que lo acompañan cuando los primeros
rayos del sol penetran lentamente por el espacio que deja la puerta
entreabierta, y los mismos que están junto a él en el momento en que
comienza a tener sueño y se va a dormir cerrando el día.
Lo particular de esta historia es que hoy José no alcanzó a cerrar
el día.
Como a las siete de la tarde, José se sintió descompuesto, cayó
desmayado y murió. Tan de repente que hasta parece cuento.
Lo que podríamos decir es que José emprendió un largo viaje.
Se fue.
Se fue justo a la hora en que todos los días se va el sol. Ese sol
que nunca pudo ver, por tener la mala suerte de ser ciego de
nacimiento; incapacidad que ya no tendría que cargar más.
Cuando despertó del desmayo, se encontró volando sobre las
espaldas de un ángel, que lo llevaba y le mostraba desde arriba su
pueblo, sus calles, su gente, ...
José, alegre, disfrutaba de la vista.
Pudo ver por fin el color de los árboles, de las aves.
El blanco de los guardapolvos de los niños que volvían de la
escuela.
El oscuro color de los ojos de un negrito pobre que vive en su
barrio.
Los celestes de la bandera del mástil de la plaza.
Lo puro del firmamento a la hora en que se esconde el sol.
Y muchas cosas más.
Cuando se cansó de mirar todas esas cosas, le pidió al ángel que le
concediera un día más de vida, pero con la capacidad de ver, como
cualquier persona normal.
- No -dijo el ángel-, la vida es una sola; y si no la aprovechaste ...”
- No es que no la aproveché -dijo José-, es que mi suerte me
condenó a una vida solitaria, a ser discriminado para todo y por todos.
Nadie tuvo el valor de venir hasta mi casa y enseñarme lo que se
siente al ver el sol hundiéndose detrás de la estación, las flores del

VII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

jardín de la esquina, la frescura y la calma de una noche estrellada, el


color del pasto en el patio de casa, y tantas otras cosas, ¡y sólo por el
hecho de ser ciego!
Hoy, así como José, hay muchas personas que andan cada día a
nuestro alrededor, y que tienen que cargar con una o varias
incapacidades.
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Pero nosotros somos los que los hacemos así.


Si es incapaz de ver, de oír, de hablar, de caminar, etc., no lo
hagamos también incapaz de sentir.
A los discapacitados: no les quitemos la posibilidad de
relacionarse, entender y disfrutar lo que los rodea.
Ellos tienen ese derecho.
Nosotros, la obligación.

VIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Padre siempre nuestro


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Yo rezo el Padrenuestro porque:

o Siempre necesitaremos de un Padre (un buen Padre)


o Siempre buscaremos en lo más alto (el cielo)
o Siempre necesitaremos a un Dios que reine entre nosotros
o Siempre querremos que se haga el bien (y que se lo haga
bien)
o Siempre necesitaremos del pan (para diferenciarnos de los
que no lo tienen)
o Siempre necesitaremos de alguien que nos toque y nos diga:
“Te perdono”
o Siempre nos negaremos a perdonar (excepto en el Final)
o Siempre caeremos en la tentación (y nunca llegaremos al
fondo de ese pozo)
o Siempre estaremos encadenados al mal
o Siempre vamos a necesitar alguien a quien amar;

Por eso digo: AMEN ...

IX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Encuentro
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La siguiente es una escena de una vida, transcurrida en una


vereda, cuyos personajes son: La señora, el muchacho, Ella y El.

Ella y El caminaban delante de los demás (éstos eran la señora y el


muchacho) sin prestar atención a sus conversaciones.
El se acercó a su rostro minuciosamente y comenzó:
- ¿Y vos, qué pensás?
- ¿Sobre eso?- dijo Ella.
- Si ...
- Nada, -la tajante respuesta de Ella- yo sólo escucho y aprendo ...
Sin disimular la jugada, y cambiando rotundamente de tema, El
siguió:
- ¿Te gustan las poesías?
- Sí, ... no, ... no se. –dijo Ella con una desinteresada indecisión.
- Porque yo escribí una para vos –interrumpió El- , ¿la querés
ver?, te la doy ...
- No se ..., no, gracias. –culminó Ella entre burlonas pero ricas
sonrisas.
El silencio completó, entre ellos dos, el trayecto hasta el punto en
que se dividían. Y se volvieron a escuchar las voces de la señora y el
muchacho.
Ella nunca supo de esa poesía, y El sigue escribiendo para Ella
pero ignora si está o no interesada ...

He aquí la poesía:
Viajo sin saber que estoy aquí.
Viajo olvidando el porvenir.
Viajo lamentando estar sin ti.
Viajo esperando ser feliz.
Viajo desde que llegaste a mi.
Viajo a través del cielo gris.
Viajo deseando encontrarte al fin.

Sabes te quiero ver sonreír.


Sabrás es más fácil no vivir.

Viajo aunque no lo sienta así.


Viajo mientras me miras seguir.
Viajo ocultando mi sufrir.
X
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Hay un lugar
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Hay un lugar al que quiero ir ...


saber que sólo allí estará mi destino,
que todo mi tiempo se resume
en los días comunes de un lugar así.
Que tenga un sol para todos,
y una luna sólo para nosotros dos.
Que la música tranquila de un suave viento
me invite a salir a ver qué pasa ...
Que sea un lugar sin estaciones ni trenes,
para que la gente no quiera marcharse nunca.
Que el respeto sea el plato común
en todas las mesas de mediodía.
Que las almas se alimenten de estrellas en la cena;
al igual que tus ojos, de alegría.
Que lo repentino no asombre,
sino que sea admirado como un regalo de la suerte.

Hay un lugar al que quiero ir ...


Sin prisas ni cadenas ...
Viajar de calle en calle, buscando un sol;
y encontrarlo al verte,
sola pero alegre,
en una playa desierta,
descalza,
despeinada,
desprejuiciada,
ansiosa
e impaciente
a la espera de alguien
que te anime a volver a sonreír
y que haga que digas sin miedo:
“Vamos al mar, a nadar junto al sol,
sólo tu y yo, escondidos del viento y de la gente ...
... busquemos en lo profundo
el día en que se resumen las cuatro estaciones
y el cielo nos enseña que el amor es más fuerte ...
... más fuerte que las guerras,
que las modas,

XI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

que el qué dirán,


que los reyes,
que la miseria,
que todo ...”
Un lugar en el que todo lo que ven los ciegos
y oyen los sordos,
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se resuma en tu nombre;
y a la vez, en tu espíritu resuenen
las melodías de las mudas olas
al llegar a ese lugar.
Que tu nombre ya no me suene
a pesar y melancolía,
sino a esperanza y eterna compañía.

Hay un lugar al que quiero ir ...


Y que el viaje sea corto,
por lo menos, más que la vida.
Hay un lugar en el que quiero estar ...
pero no sé si es el tiempo o el viento
el cielo o las estrellas,
la calle o la vida,
la playa desierta o el mar,
tus ojos o tu espíritu ...
pero confío en lo que me dijo el sol:
que ese lugar que tanto busco
y en el que deseo estar,
es tu corazón ...

El atardecer de mi barrio

Abro la ventana de mi habitación


una luz entra, estoy triste
y me abraza y me envuelve.

El paisaje me atrae
los pájaros, los árboles
y los niños de siempre.

XII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Allá a lo lejos, un horizonte


el atardecer de mi barrio
me consuela como una madre.
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Pero, ¿de qué me servirá?


Ella se marchó, y solo me dejó,
todo vuelve a ser normal.

Esperar, esperar...

¿Acaso te querés escapar?,


mi niña, vos sabés
que para amar hay que esperar ...
Te encontrás en el balcón de tu casa,
y te dan ganas de bajar pero no podés,
hay que mirar lo que éramos, lo que somos
y nada más para poder avanzar,
el futuro vendrá después.
Y bajás por el ascensor,
venís corriendo para acá,
golpeás las manos, salgo yo:
- “Hola, ¿qué tal?, ¿cómo te llamás?,
¿qué necesitás?...”
- “Vengo a buscarte para amarte.
Venís conmigo, ¿si o no?
No me despiertes justo ahora
no me destruyas que no es hora
quiero crecer
quiero crear
y llegar a la cima de la libertad.
Déjame que buscando te imagine.
Y déjame que te encuentre y te aparte.
Y déjame que juegue a ser quien seas:
es mi forma de amarte,
es mi forma de amarte ...

XIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Mi amor
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Sentado está mi amor


sobre tu corazón
sentado está sobre las agujas de un reloj
que tiene más de doce números.

Mi amor me hace un loco


por favor aguanta un poco
mi amor no es poesía
mi amor me da la vida.

Espero que sea eterno


el reloj de tu amor.

Espero que la gente


te ame más a vos.

Viernes 21 de mayo

Aún recuerdo aquel lejano viernes


en que por primera vez reíste para mi
y te pregunté por qué reías
y vos me diste una muy buena razón.

Me dijiste que un sol sin luz


es como una ciudad sin gente
tu hermosa cara sin sonrisas
es más fría y casi no se siente.

XIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Yo sólo te di unas flores


vos me entregaste tu corazón
nos dimos un beso de amor
y vos me diste una muy buena razón.

Razón para meterte en mi


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razón para poder así sonreír


y ahora yo tengo una razón
para fundirme a tu ilusión.

Ahora ya no es lejano el viernes,


y ya no soy un loco perdido
me aferro a tus labios ardientes
y siento que estás siempre conmigo.

Aún cuando no estás...

Ay... sólo quiero


robarte una sonrisa
de tus labios,
que, que me queman
queman todo mi cuerpo
ya gastado.

Siempre estás conmigo.


Alumbrándome.
Siempre estás aquí a mi lado
aún cuando no estás...

Te vi,
alimentabas los colores de la calle
te vi,
juntabas flores del jardín y no miraste
que podías ser feliz.

XV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Te vi,
contabas plata en una cama iluminada
te vi,
sirviendo a ricos la comida en nuestra casa
y no creo en lo que vi.
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Alhelí

Hay una flor hermosa en mi jardín


con pétalos de viento y una cruz,
se esconde tras las rosas
y una gran sombrilla azul,
y puedo ver su alma tibia y gris.

Ella es la flor más bella del jardín


con el blanco del cielo en un rincón,
rojo pinté su cuerpo
y amarillo el corazón
pero ella nunca se acuerda de mi.

Es una flor que sabe sonreír


olvidar los problemas y soñar,
suele andar por las calles
aromando la ciudad
con su perfume alegre ella es feliz.

Ella es la flor más dulce en mi jardín


en una primavera aprendió a amar,
amiga de las aves
un día me enseñó a volar
y descubrí su alma de alhelí.

Por eso digo al viento


que ya no la busque más;
ya no está en el jardín, se fue a volar,
a volar...
a volar...

XVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Para Elizabet
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Esta canción es para un gran amor


que siempre va a ser mi tesoro
aunque yo no te conocía muy bien
ahora tu me vuelves loco.

Ayer nada era cierto,


nada tenía un orden
hoy estamos juntos
y nada ni nadie nos va a separar.

Quiero ser el único que te vea


como a una reina
durmiendo entre flores.
Quiero ser el que siempre esté a tu lado
cuando necesites
alguien que te adore.

Quiero creer que contigo la vida


vuelve a tener un sentido
quiero creer en vos y en nuestro amor.
Quiero vencer el tiempo, el olvido,
los mares y los largos caminos
quiero saber que sólo estaré con vos.

Cuánto extraño tus labios


si estás lejos de casa
quiero saber que el destino algún día
juntos nos dejará estar,
porque te quiero...
porque te quiero...
porque te amo...

XVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Amor de papel
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Quisiera hacer
un avión de papel
para llegar a tu cielo.

Y que no sea un amor


con montañas de odio,
frágil como un sentimiento,
y no se lo lleve el viento.

Qué suerte que hoy el viento


está tan tranquilo.
Qué suerte que no tenemos
tantos enemigos.

Qué lástima que al presente


también se lo lleva el viento...

Una foto

Tengo una foto escondida entre mis cosas.


Es un demonio y me parece que es un ángel
esperándome, algún día llegaré.
Me siento atraído
hasta un mundo interior (el tuyo)
que es dueño de mi vida
y hasta me quita la voz;
es el mundo de tu infinito amor
pues en tu rostro se refugia el sol
y no se quiere escapar
por eso es que miras siempre así:
XVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

como para quemar una ilusión.


Veo tu piel de manteca
y tu cara de cometa,
tu boca de dulce de leche (mmm)
y tus ojos de melón.
Quiero despertar un día
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bajo los rayos del sol


y llenar mi corazón
con tu sonrisa,
y disfrutar la vida
junto a vos.
No quiero despertar un día y decir:
“¿Por qué te fuiste?”.
Quiero tenerte a mi lado
y cantarte esta canción.
Porque si no hay vida sin amor,
no hay yo sin vos.

Son risas

Yo vivo al borde de la luna


soportando el llanto
quiero cambiar y por eso
mi sonrisa es un canto.

Mi sonrisa tiene que dar vida


y no que mi vida sea una risa.

Me quiero cuando lloro de algo


increíble o de algún sueño
y alcanzo a disfrazar mi oscuridad
con la bondad de un suave y frío viento.

Me gustaría contagiarles esta lepra


de reír ante el sufrimiento
y de llorar la alegrías;
y en esas alegrías hacer consistir mi amor.

XIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Sal y ve

Había un rey enamorado


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

de una chica sin igual


ella era reina de todo
pero no sabía amar.

Y hubo una fiesta en la ciudad


donde todos querían bailar
pero al rey no le gustaba;
la chica tuvo que aguantar.

Sal
de tu cárcel
tan vieja
que no pueden soportar
tu locura
tan singular.

Ve
y abre tus ventanas
respira tus sueños:
una chica a quien amar
porque espera
que seas lo mismo
sin libertad.

Mi verso

Mi verso es del vigor del acero


con que se funde la espada
pero sirve como consuelo
y a la vez de bofetada.

XX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Él sirve como consuelo


para superar las amarguras
y a la vez como bofetada
de las que le sacan a la vida la ternura.
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Es acero que yo fundo


para formar nuevas cosas
acero que hará del mundo
una cosa muy hermosa.

Mi verso es como el cielo


que fue creado por Dios
pero no se confundan
que a este verso lo hice yo.

Hoy

Hoy nos olvidamos del pasado,


tal vez destruyendo
lo que alguna vez pasó;
hoy nos calentamos por mañana
y nadie sabe que a la vida
hay que vivirla también hoy.

Hoy todo es un sueño


hoy por hoy todo es ficción,
hoy todo es malo
ya lo bueno se pudrió.

Hoy no tengo un poco de esperanza,


lo que tengo no me alcanza
para mejorar el hoy;
hoy podríamos salir a flote
si todos colaboramos
con nuestro granito de amor.

XXI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

El portero José2
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Soleadas o lluviosas,
tu despiertas las mañanas,
la vergüenza de los niños
que tu espíritu dominaba.

¿Adónde te habrás ido


carita de sol madrugador,
con esas largas vacaciones
que merecías por tu gran labor?

Morocho, canoso y humilde,


de Rácing fanático, pero buen señor...
¿Quién iba a decir que un día
se te ocurriría irte con Dios?
Pero igual tenemos la alegría
de haber compartido la primaria
con un portero tan bueno como vos.

Algunos hoy no te recuerdan


porque éramos muy chicos cuando vos
con un balazo directo al cerebro
nos diste tu último adiós.

Y no te olvides viejo José


que vos sos uno en un millón;
por eso te recito estas estrofas,
por eso te canto esta canción.

2
se refiere a José Langoni, uno de los porteros del
Colegio Don Bosco, donde hice la primaria.

XXII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Narciso (... y sólo Narciso)


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Una vez, un hombre que creía


ser el único en la Tierra que vivía,
se animó a desafiar al lado bueno
y a meterse para adentro;
para adentro.

Y en el aljibe que en su patio él tenía


como excusa de su locura le servía;
asomándose en el agua cristalina
este loco asombrado, se quedó.

“Pero qué lindo que soy”.


El muy crédulo sonrió,
“voy a besarme y a meterme en mí mismo”.
Pero al agua se cayó; y se ahogó
y se ahogó.

Porque el tipo no estaba solo;


su misión era buscar a los demás;
a los demás...

Libertad

Ayer me dijeron
estamos en democracia,
vivimos en un mundo
de libertad y diplomacia.
Por cuanto yo creía
que todo estaba bien
y si hacía cosas malas
“me tiraban del tren”.

XXIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Por las noches patrullaban


los de gorras azules
y nadie se animaba
ni a decirles “¿Qué tal?”
Hoy todo es distinto;
matamos a los canas
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y si nos llevan presos


seguro salimos mañana.

Esa es la justicia que existe


en este viejo país:
los de arriba se roban todo
y nosotros nos vamos a dormir
pensando que mañana
con nuestra libertad
vamos a poder vivir.

Ayer nos exiliaban


a nosotros los artistas
porque según La Bronca
se creían moralistas.
Hoy algunos nos respetan
quizás porque ellos piensan:
si no fuera por nosotros,
vivirían como mierda.

Amigos, les estoy hablando


de la gente que los rodea,
los que prometen cosas a diario,
los que en la tele coquetean.
Le suplico que me disculpe
aquel que se sienta ofendido;
yo al pueblo le estoy recordando
las libertades del hombre argentino.

Las Malvinas son argentinas ...


Y la Argentina ...¿de quién es?

XXIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Mensaje a los compradores de sombras


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Ponerse en contra de todos,


tratar de no ser igual,
imaginarse otro futuro
en el que se pueda trabajar.

Los países crecen por ser distintos,


al Señor le gusta la variedad,
no importa si son dos o son millones
pero alguien se tiene que rebelar.

Ayer soñé con las ovejas


pero eran todas iguales,
hoy tendré que soñar otra cosa
si no, ¿de qué me vale?
Más vale ni soñar,
tal vez soñar despierto
pero acá no se necesitan
demasiados hombres muertos.

Y si algún día el final


llega tan de repente
ya no habrá tantos vicios,
ya no habrá tanta gente.

Por eso el futuro


depende del presente,
pero la revolución
depende de ustedes.

En este país el patriotismo


fue a parar a la alfombra.
Al mundo le robaron las estrellas
pero aún nos siguen vendiendo sombras.
Mis manos están rojas de sangre
derramada en vano en pasajes tenebrosos,
ya no hay guerras con ideales
pero la revolución depende de nosotros.

XXV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Generación del 2000 3


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Generación del 2000,


computadoras humanas,
en tu cabeza hay un chip
con memorias programadas.

Gente que pasa por ahí, sintiéndonos venir.


Yo no quiero morir aquí como algún fantasma.

Yo ya no quiero morir.
Nosotros no queremos morir
en la superficie
de esta tierra madre.

Nunca llegarás adonde piensas que vas,


siempre habrá una máquina en tu camino.

Vive la vida loca porque si a vos te toca,


puedes ser dominado por un virus.

3
escrita junto con Ariel Gianera y Héctor Conte

La nada 4

Caminando
por las calles de esta ciudad,
voy cantando
la verdad y nada más.

Veo autos que no quiero que me atrapen.


XXVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Veo soles que no puedo alcanzar.


Veo pobres,
veo enfermos, incurables, ...
no veo ricos
porque las calles no son para ellos.
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Me siento feliz de vivir


entre todos ellos
(entre todos éstos).
¿Qué eligió mi sociedad para mi?
¿Tal vez vivir?
¿O morir?

4
escrita junto con Ariel Gianera

Hermano árbol

Hermano es el que siempre te ilumina,


aquel que no es soberbio ni te envidia,
y estrecha sus ramitas tiritantes
como arropando al ave que anda errante.

Si tu no tienes ni padre ni madre,


abraza al hermano que te queda,
invítalo a formar una familia
aunque tenga un corazón de piedra.

Y si acaso no tienes hermanos,


no desesperes que hay muchos amigos,
hay muchos niños pobres y ancianos
esperando que tiendas tus ramitas.

Sabés que un niño puede ser tu hermano,


o alguien que siempre estuvo a tu lado,
no esperes a la hora de su muerte
para darte cuenta que es tu hermano.

XXVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Si todos fuéramos como los árboles que viven en las plazas; ellos
nacen juntos, y así crecen, y cuando se dan cuenta de que no están
solos, extienden sus ramas para encontrarse con sus semejantes, sin
importar su especie, ni su color, ni sus frutos, ni su altura, ni ...
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

A los que siempre están ...

Estaban ayer,
están hoy,
y mañana también van a estar
porque siempre están.
Siempre está el enmascarado
robándole tiempo a la vida.
Siempre están los que reclaman:
“Fusilaron mis sueños en Malvinas”.
Siempre está un amigo
muriendo a los 21 años.
Y siempre está el borracho
pidiendo en la puerta de la capilla
y siempre estamos todos pasando
tranquilos tratando de ignorarlo,
siempre estamos.
Siempre está la gente cantando el Himno,
pero siempre está la tele enseñando alguno ajeno.
Siempre está la señora en aquella esquina
para cambiar dinero por su cuerpo.
Siempre están el Papa y los curas
anunciando el Evangelio
pero pocos le dan bolilla.
Siempre está el cantor cantándole al amor
como si fuera sólo eso: una canción.
Y siempre está el hombre viejo
queriendo matarse por las injusticias.
O la gente sin trabajo...
O los chicos de la calle...

XXVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

O los enfermos, los drogadictos;


siempre están.
Pero siempre están los ejemplos
a quienes podemos culpar de todo.
Siempre está un Monzón, un Maradona,
un Charly García, un Rosas, un Judas.
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Pero siempre está el inocente


colgado de la cruz,
pidiendo una mano y diciendo:
“¿Por qué me has abandonado?”
Y siempre estoy yo
hablando de los que siempre están
a los que nunca me van a escuchar,
siempre estoy...

La máquina del tiempo

Tantos pesos apilados


como arena hay en la playa
no podría estar tranquilo
si el dinero no me alcanza.

Si pudiera subirme a un sueño


y volar hasta lo más profundo
hasta lo más profundo del cielo
y así robar algo de amor.

O construir una máquina del tiempo


para bajar a Jesús de aquella cruz
y preguntarle cuál es nuestro destino
si estamos ciegos o con luz.

Pero Él sólo dirá que en esta vida


el secreto está en sentir
que aunque parezca mentira
es más lindo dar que recibir...

XXIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Nadie es profeta en su tierra 5


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

... y ésta es la historia de un hombre


que supo ser lo que fue.
Tuvo una infancia común, como todos;
se levantaría cada mañana para estudiar,
tendría una vida normal de estudiante, amigos, ...
a la tarde seguramente ayudaría a su padre
que era carpintero; famoso en el barrio...
eran buenos con todos
y no tenían problemas con nadie.

Después de unos años tuvo que dejar su casa.


Probó hacer un montón de cosas;
vendió diarios, garrapiñada, frutas, tortas fritas,
fue cartero, zapatero, peluquero, basurero,
bicicletero, florero, verdulero, linyera y changarín.
Pero al final, descubrió que la plata
no llenaría su vida para nada.
Quiso casarse, pero no encontró a nadie;
mejor dicho, nadie lo encontró a él.

El dilema comenzó cuando se empezó a juntar


con “pecadores”, pobres, enfermos, prostitutas, etc.
Entonces, fue perseguido, cuestionado
y rechazado por lo que hacía y decía.
La gente que creía en él lo seguía
porque curaba y contaba lindos cuentos.
Aunque la misma gente, con el tiempo,
lo fue olvidando porque,
como alguien dijo una vez:
“Nadie es profeta en su tierra”.
Y es así que comenzó a rondar por otros pueblos
buscando algo que no sabía bien qué era
pero que le daría sentido a su vida.
Aparecía de vez en cuando,
almorzando con pecadores, curando incurables,
caminando sobre el agua, en fin;
era un revolucionario,
por eso tuvo tantos enemigos...

XXX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Hasta que descubrió que su vocación


era ser pastor y dedicar su vida a las ovejas.
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Pero un buen día, un amigo lo traicionó


y lo vendió a sus adversarios, los que lo perseguían.

Y cuenta la leyenda que le hicieron juicio,


pero como no tenía ni abogados ni testigos,
y el juez era por demás corrupto,
lo condenaron a la muerte en cruz.
Se dice también que la cruz
y el ataúd en que lo pusieron
habían sido construidos por él mismo,
cuando trabajaba de carpintero con su padre.

Todo fue tan rápido y de golpe,


y como no tuvo oportunidad de defenderse,
se dice que Dios le dio otra chance y lo resucitó.

Lo cierto es que ni su cruz ni su ataúd


fueron encontrados jamás.
Y hay gente que lo sigue viendo
partiendo el pan en cada mesa ...
curando y haciendo milagros ...
o vestido de linyera con los pies descalzos ...
o buscando por los campos alguna oveja perdida ...

Y lo bueno de esta historia es que este hombre,


después de tanto andar y sufrir la vida,
descubrió que su vocación era amar a sus hermanos ...

5
poema basado en una historia real

XXXI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Caminando entre la gente,


sin saber bien por dónde ir,
y sigue... sigue...
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Sigue armando su presente,


nadie lo ve pero está ahí
y vive... vive...
Tiene una misión difícil,
salvarte a vos..., salvarme a mi...,
pero muere... sólo muere...
Mira a tu alrededor.
Averigua quién sos.
Fíjate si no es él
quien vive por vos...
fíjate si no es él
quien muere por vos...

Y ahí está él...


recostado sobre el piso,
con frazadas de cielo
y sábanas de papel...

Si lo ves, invítalo a tu casa y siéntalo en tu mesa...


Si no lo ves, invítalo a tu alma
y siéntelo en tu corazón.

XXXII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

La casa del patio 6


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

La casa del patio


donde juegan los pibes
es un lugar grande y chico a la vez;
es muy grande para los chicos,
es muy chica para los grandes,
es la casa del patio.

La casa del patio


donde solía jugar
era un lugar muy grande para mi;
pero ahora que yo soy más grande,
esa casa ya no es
la misma de antes.

La casa del patio


está invitando a todos
grandes y chicos... da lo mismo;
jugaremos a que estamos vivos,
y que nuestra vida sólo está
en la casa del patio.

6
canción escrita junto a Marcos Caffieri

Consejos a un padre llamado...

El chico sale a vender diarios,


la madre va a buscar trabajo,
el hombre se despierta tarde
y los demás se ocupan de vivir.
XXXIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

El hambre agrava al despertar,


la fiebre sube más y más
y las monedas no los salvarán.
Inútil es volver atrás,
seis hijos son seis bocas más
que no podrás alimentar.
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Despiértate José,
toma tu niño y sube al tren,
busca un lugar donde haya pan
y un laburo en quien confiar.
Y así despertarás
un día y entonces verás
a u mujer sonriendo
y seis gurises más felices;
orgullosos de un padre como vos.
Pero en tu camino no te fijes
en los que se ganan la vida
sin tener que hacer ningún esfuerzo,
porque ellos nunca son felices.
Tampoco mires al ladrón,
que roba al pobre sin razón,
porque no robará tu alma.
Mira a tus hijos y pide a Dios
que crezcan y vivan en el amor,
mirando ejemplos tales como vos.

¿Qué pasaría...?

¿Qué pasaría si un día


el sol saliera por el oeste
y alumbrara primero a los pobres
marginados por la “peste” de la gente?

¿Qué pasaría si un día


por el mismo sol resplandeciente
fueran enderezados todos
los derechos retorcidos de la gente?

XXXIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

¿Qué pasaría si un día


la luna emergiera de las aguas,
caminando por las calles de mi pueblo
denunciara lo que vio en las noches largas?

¿Qué pasaría si un día


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

cada sábado la luna se escondiera,


y el sol decidiera reemplazarla
para ver a la ciudad morir entera?

¿Qué pasaría si un día


llamaras a la puerta del vecino
y con una cara alegre de tristeza
te atendiera un chico pobre o un mendigo, y te dijera:

“Me ha dicho el sol que salía en las mañanas


que aprenda a arreglármelas solito;
que pida más de lo que puedan darme;
que en la ciudad no busque nunca a Cristo.”?
¿Qué pasaría si un día
los árboles hicieran una huelga?
Sin pájaros ni crujidos de hojas secas
habría un cementerio en las veredas.

¿Qué pasaría si un día


el canto de las nubes se extinguiera;
si el viento tomara la palabra
derrumbando los muros de las guerras?

¿Qué pasaría si un día


los ladrones devolvieran el tesoro
que robaron cuando hicieron de esta vida
un derecho que no fuera para todos?

¿Qué pasaría si un día


los niños ya no fueran a la escuela?
El árbol tendría una hoja menos
y sin niños la vida ya está muerta.
¿Qué pasaría si un día
llamaras a la puerta del mendigo
y con una cara triste de alegría
le dijeras: “Yo quiero ser tu amigo ...

XXXV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

pues me ha dicho la luna que salía por las noches


que un día abandonara mi casa,
y buscando a un niño entre los pobres
encontraría el sol de las mañanas ...”
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Dos cuerdas, un barrilete

Bandera de algún cielo,


de marcos tan celestes.
Bandera llena de vida
y tan repleta de muertes.

Dos manos que te suben,


dos manos que te bajan,
dos que se complementan,
una negra y otra blanca.

Un sol colorido y glorioso,


pongámonos de pie;
identificación común:
la vergüenza de algunos,
el tesoro de otros,
el discurso de muchos
y el silencio de nosotros.

Dos cuerdas paralelas,


contradicción esencial,
suben dos cielos paralelos,
figura eterna de libertad.

XXXVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Detrás del más allá

Detrás de la ventana de tus sueños


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

se esconde un cierto aire de ilusión,


detrás de un cielo lleno de recuerdos
se refugia un inmenso corazón.

Detrás de tu puerta hay un patio de hierbas


anímate a salir y respirar su aire,
detrás del patio verde hay una calle olvidada
con un rumbo que ya no sigue nadie.

Detrás de aquella calle hay un camino más largo,


detrás de aquel camino está la felicidad,
detrás de aquella es donde vuelan los barriletes
que te llevan a un lugar más allá ...

Más allá de tus hermanos buscarás un amigo,


más allá de tus amigos buscarás algo más,
más allá del algo más encontrarás tu destino,
más allá de lo que no imaginás ...

Detrás de un juego suele haber una sonrisa,


detrás de la sonrisa está mi felicidad,
detrás de tu felicidad se esconde mi alma,
que contigo sólo quiere volar.

Detrás de un largo día habrá siempre un mañana,


detrás de la mañana está la noche quizás,
detrás del sol caliente habita un frío invierno,
que a las escondidas suele jugar.

Detrás del viento fuerte hay un perro solitario,


detrás de aquella lluvia ves tu rostro quizás,
detrás de algún espejo de una nube colgado,
que te indica hacia dónde caminar.

Detrás de una mirada triste está la mentira,


detrás de la mentira suele estar la verdad,
detrás de la verdad siempre hay un dios poderoso
que más allá del cielo acostumbra andar ...

XXXVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Más allá de la vida hay una muerte desierta,


más allá de la muerte hay una vida inmortal,
más allá de que quieras o no quieras tomarla,
si estás vivo la tendrás que ganar.
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Blues de los muertos

Hoy saldré a comprar más flores


para mi tumba ...
pero si está cerrado me iré al bar
a tomar un jugo de naranja
y a jugar un chichón con mis amigos,
que me están esperando (con las flores).

Pero no va a haber ninguna flor,


salvo que vayas vos;
pasaré a buscarte por tu casa,
esperame en la esquina a las 2:00.

Y si mis amigos no quieren ir,


mejor para nosotros.
Vamos a pasear por la vida,
borremos las heridas
y entremos al mar
y nademos tan fuerte,
tan fuerte,
tan fuerte,
que no nos case la muerte,
la muerte,
la muerte ...
y soñemos.

XXXVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Combinación 7

Combinando combinamos
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

un camino re-largo
y caminando, caminando
al arroyo llegamos;
combinación es lo que estoy cantando.

Y llegamo’ a la sombrita,
nos sacamo’ la ropita,
nos metimo’ al agüita
y pescamo’ mojarrita.

Y pescando y pescando,
ahí sí que la pegamo’
sacamos los pescados
y terminamos mateando;
combinación es lo que estoy cantando.

Y al llegar la tardecita
nos volvimos pa’ casita
y en las bicicletitas
nos taparon de tierrita;
combinación es lo que estoy cantando.

7
canción escrita junto a Marcos Caffieri; basada en una “expedición”
en bicicleta al arroyo La Tigrera

Poema de un niño fantasma 8

Hay gente que muere en accidentes,


o por el destino mismo.
Hay quienes se quitan la vida,

XXXIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

o se la quitan los otros.


Yo morí cuando nací; aunque no lo crean,
pero ni todo el tiempo del mundo podrá borrarme,
porque las almas son eternas.
El mundo parece viejo y deslucido.
El tiempo es sólo una manera de concebir el presente.
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

Aunque tarde o temprano


me tragaría mis propias palabras
y aunque mi sonrisa se vea cálida,
mis ojos están fríos,
bajo la tierra todo es muy frío.
No ser dueño de nada es una manera de ser libre
y de hacerse invulnerable al destino.
He llegado a conocer gente
que realmente no conozco.
He aprendido a distinguir amigos de enemigos.
Mi destino no es como el de los demás;
yo nací para morir.
Y es como el grito de un hombre
ahogándose en el mar.
Es como ver a los días hacer cola
en la ventanilla del presente.
Ya no aguanto los llantos
de la gente que nunca me viene a visitar.
Tengo ganas de salir y ver la luz del sol,
la luna, el fuego, tocar el agua,
hablar con alguien, sentir un abrazo, un beso, ...
Quiero comprobar que el amor
no se vende a la vuelta de la esquina.
Quiero ver a la gente
luchar por amar y ser amada.
Alguna vez, uno tiene que existir.
Estoy decidido.
Ya no voy a ser un fantasma,
sino que voy a probar los golpes de la vida;
como debe ser ...
¿no?

8
del diario de un niño que murió al nacer.

XL
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

No divagues

Vas viajando sin saber adónde vas,


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

sin un mango con el que poder zafar,


vos pensás en ella y no te olvidás
de perder lo que nunca podrás ganar.

Busca un día en el que todo salga mal,


ve y regala lo que acabas de encontrar,
por algún camino te vas a escapar
a buscar otro lugar donde esperar.

Y esperás que ella te venga a buscar


con dos flores y algunas cosas más.
Si creés que te quiere de verdad
no divagues si sabés que hay alguien más.

Si en verdad pensás que un día cambiará,


no la busques pues desaparecerá.
Con los años ella no recordará
que en tu ruta fue un pedazo de verdad.

No la busques en las calles, no estará


ni en parque, en una playa o en un bar.
Vas viajando sin mirar y te olvidás
de perder lo que ya nunca ganarás.

Tan sólo por ser viejos

A los hermanos Blanco y Sebastián Klóster

XLI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Amantes de la vida
sin preocuparles nada
borrando las heridas
con la sonrisa diaria
no saben que algún día
el sol de sus mejillas
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

les robará los días.

Y en esos días grises llenos de alegría


recordarán los días en que se querían
y olvidarán de nuevo que todo es un juego
en el que aquel que nace va a llegar a viejo,
y llegará algún día a comprenderlo todo;
¿por qué su padre nunca envejeció del todo?
y su madre lo espera en aquella puerta
que estará siempre abierta ...

Sin pasado y sin gloria


con un futuro amargo
quedaron sin familia
quedaron sin amigos,
tan sólo un viejo árbol
que a veces les da sombra
y que es testigo de una vida humilde.

Y en esa vida humilde sin espacio y tiempo


se animan a vivir los días sin recuerdos.
En esa casa vieja, sólo para viejos,
ellos están sentados esperando el tiempo.
Salen de vez en cuando a mirar el cielo,
si no baja algún ángel a llevarlos lejos.
Y los sábados yo los veo ir a misa
y en la semana a cobrar algunos pesos,
y esos pocos pesos les sirven de mucho
pero eso no alcanza para entrar al mundo;
ese mundo que siempre, siempre los margina
tan sólo por ser viejos ...

XLII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Están buscando a Darío

Se ha perdido un dulce niño,


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

avísenme si logran verlo;


no es muy grande ni muy chico
y hoy su voz es la del pueblo.

Siempre gritando
con pálida voz
la verdad que guarda
en su corazón.

Con su grito y con su canto


va caminando la vida
se ríe de tu llanto
y llora tus heridas.

En una calle cualquiera,


en un día cualquiera
él se perdió;
no lo vio la peluquera,
ni el quiosquero, ni el doctor.

Llevando su grito
hacia cada rincón,
desde los milicos
al descuartizador:
que vive y no sabe
que un día en la calle
cansado y perdido
Darío y su grito
lo van a encontrar ...

El pueblo lo sabe
pero aún no lo escucha
por eso no actúa,
ni busca, ni lucha.

Lo saben los medios


y la gente mayor,
lo sabe el bombero,
el cura, el cantor.

XLIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Están buscando a Darío,


el que cruza a cada rato,
en tu barrio o en el mío
olvidó su humilde rastro.

Están buscando a Darío,


© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.

el que vive a nuestro lado,


el que vence a mil espadas
con un grito entre sus labios.

Nunca se aparece
mostrando intereses
y dicen que lo vieron
donde no hay dinero.

Y dicen que no saben


de aquel ángel perdido,
lo buscan en el mundo
de los pobres y lo ricos.

Busquémoslo en el hombre
de la pala y el pico,
no en el empresario
tampoco en el político:
que habla y promete
y en líos se mete,
y un día su pueblo
cansado de verlo
ya no aguantará ...

Atilio

Hoy quiero contarles una historia de locos,


es de un amigo mío que se llamaba Atilio,
tenía un caballo verde y una guitarra
y por las plazas solía vagar.

XLIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Hasta que un día le quitaron su caballo


y la guitarra y le prohibieron cantar,
porque él tenía una forma especial de hacerlo:
espíritu, razón y humildad.

En los boliches nunca lo dejaban entrar


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porque no tenía un mango ni una ropa decente,


pero, ¿para qué hablar de la ignorancia
de la gente que fue, es y será?

A Atilio no le gusta jugar a los naipes.


A Atilio no le gusta salir a pasear.
Se esconde porque a él no le gustan los juegos
en que haya que perder o ganar.

No fuma porque quiere donar sus pulmones.


No roba porque ya no es un hijo de nadie.
No toma porque no quiere decir boludeces
cuando tenga que decir la verdad.

Hoy vive dentro de un paquete de yerba.


Dice que es por culpa de la inseguridad.
Espera tener tiempo y un poquito de paz
y en su caballo verde cabalgar.

Atilio no es el héroe de cualquier muchacho,


el que lo sigue sabe muy bien lo que sabe.
Él está en contra de todo sistema
y de todo el que se oponga al amor.

Mi alma es como el viento

Mi alma es como el viento


que vive atrás del mar.
El Dios le dio su aliento
y el sol le enseñó a hablar.

XLV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Y es como el aire
que empuja
las aves al volar.
Y es como un niño
que ríe
al ver otro llorar.
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Y tu puedes sentirla,
la puedes escuchar,
no sabes de su origen,
tampoco adónde va.

Y es como el cielo
de noche:
refleja la ciudad.
Y es una estrella
que cae,
un estrella fugaz.

Mi alma es un desierto
que busca despertar.
Yo le di un cuerpo nuevo;
el sol, la soledad.

Y entre las luces


la luna
se siente en libertad ...

Yo voy a ser ...

Yo voy a ser quien encuentre


lo que andas buscando:
la vida, el pasado,
el principio y el fin ...

Yo voy a ser quien encienda


una estrella de noche,

XLVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

ilumine tu rostro
y te vea dormir ...

Yo voy a ser quien descubra


el tesoro de un sueño
que no tiene dueño
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y con todo es feliz ...

Yo voy a ser quien remonte


el cielo de tu alma
en un barrilete
o un pájaro gris ...

Yo voy a ser quien apague


las velas ardientes
en tu última fiesta
y te haré sonreír ...

Yo voy a ser quien recuerde


que tuve una vida,
que empezó en aquel día
en que te conocí ...

Yo voy a ser quien te busque


con el pecho triste
en algún paraíso
y ya no estés allí ...

Yo voy a ser quien te espere


con los brazos abiertos,
los ojos hambrientos
de verte venir ...

Yo estaré esperando
en el viejo andén,
o en el banco vacío
de alguna estación;
con el corazón lleno,
repleto de vos;
si alguien debe encontrarte,
ese voy a ser yo ...
si alguien debiera amarte,
ese voy a ser yo.

XLVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

El último canilla

Imagínate un día
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en que despiertes tarde,


tus sueños te defrauden
y no lo oigas venir...

...venir, al tranco, con apuros,


o en bicicleta rota
silbando sinfonías
de acuerdo a las noticias...

...noticias, necesarias para el chisme


de las gentes sanguinarias
que abrían “los regalos”
sin ver quién se los daba...

...daba gusto verlo alegre


transformando madrugadas,
predestinando días,
informando la ignorancia...

...ignorancia, de aquel
que un día se olvidó de leer;
y pensar que así ayudaba a mantener
con un peso de miseria, la familia
de aquel que hoy puede ser
el último canilla...

...canillita, hermano:
¿dónde anda tu silbido?
¿quién negó tu alegría?
¿quién silenció tu sinfonía...?

...sinfonía, que se apaga de a poquito,


y si un día ya no suena
ese grito acostumbrado
a esa vida callejera...

XLVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

...calles, que hoy son intransitables


con “mafiosos de vereda”
que se burlan de aquel chico
que aunque sea pelea...

...pelea, para que otros se enteren


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las “cositas” de la prensa,


lean chistes de protesta
y después cierren sus puertas...

...puertas, que hoy casi no se abren


si no golpeamos fuerte,
la suerte del canilla
se irá en su bicicleta...

Silencio en el aire

Silencio en el aire
sin ruidos ajenos,
vidas que se abren
a oídos atentos.

Espíritu y arte,
un clima desierto,
palabras que arden
en cuerpos terrenos.

Imaginamos
la vida en el cielo,
nunca buscamos
en tierra el silencio.

Silencio de notas
que gritan al viento,
almas que lloran
amores eternos.

XLIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

La vida es silencio,
el aire es desierto,
el viento es canción
y al alma es eterno.

Los ruidos del cielo


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se ocultan adentro
de los corazones
de los hombres buenos.

Cuando el viento dejó de soplar

Dicen que las almas


se escaparon de los cuerpos
y que el viento dejó de soplar
y una estrella de noche
en mi zamba lo quiso contar.

Por culpa del viento


ya no existe más el aire
y la gente no quiere vivir.
Todos saben hablar,
pero nadie sabe qué decir.

Busco un alma que tenga


lo que a la mía le falta,
siempre estaré buscando
hasta que el viento vuelva a soplar.

Siento que en mi pueblo


ya está todo dividido
y los pobres no tienen lugar.
Las personas viven sin saber
que hay otros barrios, otras gentes,
otros niños, muchos más ...

L
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Propongo al que escucha


que se abrace a lo que pueda
porque el viento ya va a regresar;
no querrá saber si sos un rico o sos un pobre,
sólo el alma él te quitará.
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Amor profundo (Sueños de mar) 9

Yo soy el ángel de tu medianoche.


Yo soy la fruta de aquella vid,
y cada día que pasa me aferro más a ti.
Si tu supieras lo que he corrido
y aún sigo sin alcanzar
aquello que me hace vivir sin respirar.

Pero tu vida ya no me basta,


tenés un sueño y nada más,
me buscarás en aquel puente
cuando me haya tragado el mar.

Mi corazón está exhausto


de vivir al fondo del mar,
soñando un amor profundo
que algún día llegará.

Al fondo del mar mi vida se pierde.


No puedo alcanzar vivir el presente.
Y encuentro a la gente queriendo escapar
sin conocer qué ruta tomar.
Y tal vez ese mar no ahogue mis ganas
y pueda volar a un cielo quizás,
y volver a verte, sola en el puente,
donde una vez te dije:
“No sé nadar, sólo el amor
te puedo dar, y nada más”.
9
escrita junto a Juan Pablo Contard

LI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Seis honrados servidores

Seis honrados servidores


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me enseñaron lo que sé.


Son sus nombres: Cómo, Dónde,
Cuándo, Qué, Quién y Por Qué.

Cómo vive en las afueras


de la tierra del saber,
sabe mucho y cuenta poco
porque nadie lo quiere entender...

Dónde se ha ido muy lejos,


nadie sabe adónde fue,
los lugares que él habita
son lugares que hoy nadie ve...

Cuándo no tiene futuro,


vive la vida al revés;
sigue el ejemplo de unos cuantos,
está muerto y busca renacer...

Qué estudia a los seres humanos,


se pregunta qué sabrán hacer,
viven preocupados por dinero
y mueren lamentándose por él...

Quién está inventando cosas buenas,


juega a que gobierna y que es un rey,
olvidó su alma en el pasado
y lo hizo sin saber por qué...

Por Qué es el líder de este grupo,


él maneja a todos sin querer,
vive muy adentro de las mentes
que a todo le buscan el “¿Por qué?” ...

LII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

El príncipe Pepe

Pepe es el príncipe del mundo,


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del mundo de los buenos y los malos;


los buenos, son los buenos ...y los malos ...
los malos siempre están del otro lado.

Él vive en un castillo de madera;


caballos de ilusión y mil soldados,
que cuidan de su gente y su Princesa,
de su vida; su futuro y su pasado.

Él viaja y rete-viaja sin descanso


buscando en las ciudades y poblados.
Él sabe, sin saber, lo necesario
de librar y de cómo hacer esclavos.

No es fácil ser un príncipe


en un mundo tan humano
pero Pepe no se rinde,
porque siempre quiso a sus hermanos.

Niño de plata

A veces sí pienso que no hay más que hacer,


sin embargo aún tengo ganas para crecer.
A veces me asusta imaginarme ayer,
cuando era un niño y aprendí a querer.

De la mano de mi madre iba al jardín,


ella me enseñó lo que debía saber:
que un niño es un niño hasta que empieza a ver
un tesoro en sus manos, y es una mujer...

LIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

De la mano de mi padre aprendí esta canción,


sin embargo ahora sé que también tengo un corazón.
Y tendré que aprender a no guardarlo para mi,
pues mi casa precisa ser como un niño feliz...

Hoy tengo un hermano y un amigo fiel


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y por eso digo que no hay más que hacer...

Un niño es un niño porque ve a quienes están a su alrededor; su


madre, su padre, sus hermanos ..., como las únicas personas en las que
debe confiar, porque tienen valor y crecen junto a él. Para él la vida no es
un problema, pues la suya está puesta en las manos de esas personas...
Un niño deja de ser un niño cuando, creyendo que la vida es un
problema, cambia a esas personas por otras cosas que también tienen valor,
y cuanto más crezcan junto a él; mucho mejor será su futuro.
Esas cosas se resumen siempre bajo las palabras dinero, plata, etc.
Si el niño ve más valor en estas cosas que en quienes están siempre a
su alrededor; entonces se ha convertido en una persona mayor.
Yo, gracias a Dios, aún soy un niño (aunque de 20 años), y pienso que el
tesoro de un niño se demuestra en saber diferenciar para bien entre
las cosas y las personas.

Por todo esto dedico estas líneas (en verso y prosa) a mis padres, a mi
hermano, a los que siempre están, a Elizabet, a la flor más bella del jardín,
a los muertos, a los viejos, a mis amigos (y amigas), al Buen Pastor, en
fin ... a todos ...

LIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

CONTENIDO
PRETEXTO ...................................................................... I
“El final de la función” ................................................ II
La búsqueda .................................................................. V
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El viaje de José .......................................................... VII


Padre siempre nuestro ................................................. IX
Encuentro ..................................................................... X
Hay un lugar ............................................................... XI
El atardecer de mi barrio ............................................ XII
Esperar, esperar... .................................................... XIII
Mi amor .................................................................... XIV
Viernes 21 de mayo ................................................... XIV
Aún cuando no estás... ............................................... XV
Alhelí ........................................................................ XVI
Para Elizabet ........................................................... XVII
Amor de papel ........................................................ XVIII
Una foto ................................................................ XVIII
Son risas ................................................................... XIX
Sal y ve ...................................................................... XX
Mi verso ..................................................................... XX
Hoy ........................................................................... XXI
El portero José ........................................................ XXII
Narciso (... y sólo Narciso) ..................................... XXIII
Libertad ................................................................. XXIII
Mensaje a los compradores de sombras ..................... XXV
Generación del 2000 .............................................. XXVI
La nada ................................................................. XXVI
Hermano árbol ...................................................... XXVII
A los que siempre están ... ................................... XXVIII
La máquina del tiempo ........................................... XXIX
Nadie es profeta en su tierra ...................................XXX
La casa del patio ................................................ XXXIII
Consejos a un padre llamado... ............................ XXXIII
¿Qué pasaría...? .................................................... XXXIV
Dos cuerdas, un barrilete...................................... XXXVI
Detrás del más allá ............................................. XXXVII
Blues de los muertos ......................................... XXXVIII
Combinación ....................................................... XXXIX
Poema de un niño fantasma ................................. XXXIX
No divagues .............................................................. XLI
Tan sólo por ser viejos .............................................. XLI
Están buscando a Darío .......................................... XLIII
Atilio ...................................................................... XLIV
Mi alma es como el viento ........................................ XLV
Yo voy a ser ... ........................................................ XLVI
El último canilla ................................................... XLVIII
Silencio en el aire ................................................... XLIX

LV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO

Cuando el viento dejó de soplar..................................... L


Amor profundo (Sueños de mar) ................................. LI
Seis honrados servidores ............................................ LII
El príncipe Pepe ........................................................ LIII
Niño de plata ............................................................ LIII
CONTENIDO ............................................................... LV
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LVI

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