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Relatos Del Señor Tiempo
Relatos Del Señor Tiempo
PRETEXTO
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.
I
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
II
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
III
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Salvo por estas páginas, mis hijos nunca van a enterarse de que
tuve un tío maravilloso, como todos los otros, que se escondía detrás
de una tonta enfermedad, que lo hacía llorar muy seguido; y que tuve
la oportunidad de estar más cerca de él, sin embargo no la aproveché.
Pero seguro que el simple hecho de recordarlo ya lo ha de poner
contento, y también lo ha de hacer llorar ...
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1
Io. Es un personaje ficticio del relato.
IV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
La búsqueda
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V
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
VI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
El viaje de José
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José se levanta a las seis. Sin apuro, prepara el mate, como cada
mañana desde hace muchos años.
Sus amigos: un perro lanudo, un pájaro sin voz y una vieja radio
que sólo sintoniza dos o tres estaciones (AM); son su única compañía
de cada día. Son los únicos que lo acompañan cuando los primeros
rayos del sol penetran lentamente por el espacio que deja la puerta
entreabierta, y los mismos que están junto a él en el momento en que
comienza a tener sueño y se va a dormir cerrando el día.
Lo particular de esta historia es que hoy José no alcanzó a cerrar
el día.
Como a las siete de la tarde, José se sintió descompuesto, cayó
desmayado y murió. Tan de repente que hasta parece cuento.
Lo que podríamos decir es que José emprendió un largo viaje.
Se fue.
Se fue justo a la hora en que todos los días se va el sol. Ese sol
que nunca pudo ver, por tener la mala suerte de ser ciego de
nacimiento; incapacidad que ya no tendría que cargar más.
Cuando despertó del desmayo, se encontró volando sobre las
espaldas de un ángel, que lo llevaba y le mostraba desde arriba su
pueblo, sus calles, su gente, ...
José, alegre, disfrutaba de la vista.
Pudo ver por fin el color de los árboles, de las aves.
El blanco de los guardapolvos de los niños que volvían de la
escuela.
El oscuro color de los ojos de un negrito pobre que vive en su
barrio.
Los celestes de la bandera del mástil de la plaza.
Lo puro del firmamento a la hora en que se esconde el sol.
Y muchas cosas más.
Cuando se cansó de mirar todas esas cosas, le pidió al ángel que le
concediera un día más de vida, pero con la capacidad de ver, como
cualquier persona normal.
- No -dijo el ángel-, la vida es una sola; y si no la aprovechaste ...”
- No es que no la aproveché -dijo José-, es que mi suerte me
condenó a una vida solitaria, a ser discriminado para todo y por todos.
Nadie tuvo el valor de venir hasta mi casa y enseñarme lo que se
siente al ver el sol hundiéndose detrás de la estación, las flores del
VII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
VIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
IX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Encuentro
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He aquí la poesía:
Viajo sin saber que estoy aquí.
Viajo olvidando el porvenir.
Viajo lamentando estar sin ti.
Viajo esperando ser feliz.
Viajo desde que llegaste a mi.
Viajo a través del cielo gris.
Viajo deseando encontrarte al fin.
Hay un lugar
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XI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
se resuma en tu nombre;
y a la vez, en tu espíritu resuenen
las melodías de las mudas olas
al llegar a ese lugar.
Que tu nombre ya no me suene
a pesar y melancolía,
sino a esperanza y eterna compañía.
El atardecer de mi barrio
El paisaje me atrae
los pájaros, los árboles
y los niños de siempre.
XII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Esperar, esperar...
XIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Mi amor
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Viernes 21 de mayo
XIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Te vi,
alimentabas los colores de la calle
te vi,
juntabas flores del jardín y no miraste
que podías ser feliz.
XV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Te vi,
contabas plata en una cama iluminada
te vi,
sirviendo a ricos la comida en nuestra casa
y no creo en lo que vi.
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Alhelí
XVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Para Elizabet
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XVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Amor de papel
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Quisiera hacer
un avión de papel
para llegar a tu cielo.
Una foto
Son risas
XIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Sal y ve
Sal
de tu cárcel
tan vieja
que no pueden soportar
tu locura
tan singular.
Ve
y abre tus ventanas
respira tus sueños:
una chica a quien amar
porque espera
que seas lo mismo
sin libertad.
Mi verso
XX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Hoy
XXI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
El portero José2
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Soleadas o lluviosas,
tu despiertas las mañanas,
la vergüenza de los niños
que tu espíritu dominaba.
2
se refiere a José Langoni, uno de los porteros del
Colegio Don Bosco, donde hice la primaria.
XXII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Libertad
Ayer me dijeron
estamos en democracia,
vivimos en un mundo
de libertad y diplomacia.
Por cuanto yo creía
que todo estaba bien
y si hacía cosas malas
“me tiraban del tren”.
XXIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Yo ya no quiero morir.
Nosotros no queremos morir
en la superficie
de esta tierra madre.
3
escrita junto con Ariel Gianera y Héctor Conte
La nada 4
Caminando
por las calles de esta ciudad,
voy cantando
la verdad y nada más.
4
escrita junto con Ariel Gianera
Hermano árbol
XXVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Si todos fuéramos como los árboles que viven en las plazas; ellos
nacen juntos, y así crecen, y cuando se dan cuenta de que no están
solos, extienden sus ramas para encontrarse con sus semejantes, sin
importar su especie, ni su color, ni sus frutos, ni su altura, ni ...
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Estaban ayer,
están hoy,
y mañana también van a estar
porque siempre están.
Siempre está el enmascarado
robándole tiempo a la vida.
Siempre están los que reclaman:
“Fusilaron mis sueños en Malvinas”.
Siempre está un amigo
muriendo a los 21 años.
Y siempre está el borracho
pidiendo en la puerta de la capilla
y siempre estamos todos pasando
tranquilos tratando de ignorarlo,
siempre estamos.
Siempre está la gente cantando el Himno,
pero siempre está la tele enseñando alguno ajeno.
Siempre está la señora en aquella esquina
para cambiar dinero por su cuerpo.
Siempre están el Papa y los curas
anunciando el Evangelio
pero pocos le dan bolilla.
Siempre está el cantor cantándole al amor
como si fuera sólo eso: una canción.
Y siempre está el hombre viejo
queriendo matarse por las injusticias.
O la gente sin trabajo...
O los chicos de la calle...
XXVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
5
poema basado en una historia real
XXXI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXXII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
6
canción escrita junto a Marcos Caffieri
Despiértate José,
toma tu niño y sube al tren,
busca un lugar donde haya pan
y un laburo en quien confiar.
Y así despertarás
un día y entonces verás
a u mujer sonriendo
y seis gurises más felices;
orgullosos de un padre como vos.
Pero en tu camino no te fijes
en los que se ganan la vida
sin tener que hacer ningún esfuerzo,
porque ellos nunca son felices.
Tampoco mires al ladrón,
que roba al pobre sin razón,
porque no robará tu alma.
Mira a tus hijos y pide a Dios
que crezcan y vivan en el amor,
mirando ejemplos tales como vos.
¿Qué pasaría...?
XXXIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXXV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXXVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXXVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XXXVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Combinación 7
Combinando combinamos
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un camino re-largo
y caminando, caminando
al arroyo llegamos;
combinación es lo que estoy cantando.
Y llegamo’ a la sombrita,
nos sacamo’ la ropita,
nos metimo’ al agüita
y pescamo’ mojarrita.
Y pescando y pescando,
ahí sí que la pegamo’
sacamos los pescados
y terminamos mateando;
combinación es lo que estoy cantando.
Y al llegar la tardecita
nos volvimos pa’ casita
y en las bicicletitas
nos taparon de tierrita;
combinación es lo que estoy cantando.
7
canción escrita junto a Marcos Caffieri; basada en una “expedición”
en bicicleta al arroyo La Tigrera
XXXIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
8
del diario de un niño que murió al nacer.
XL
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
No divagues
XLI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Amantes de la vida
sin preocuparles nada
borrando las heridas
con la sonrisa diaria
no saben que algún día
el sol de sus mejillas
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XLII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Siempre gritando
con pálida voz
la verdad que guarda
en su corazón.
Llevando su grito
hacia cada rincón,
desde los milicos
al descuartizador:
que vive y no sabe
que un día en la calle
cansado y perdido
Darío y su grito
lo van a encontrar ...
El pueblo lo sabe
pero aún no lo escucha
por eso no actúa,
ni busca, ni lucha.
XLIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Nunca se aparece
mostrando intereses
y dicen que lo vieron
donde no hay dinero.
Busquémoslo en el hombre
de la pala y el pico,
no en el empresario
tampoco en el político:
que habla y promete
y en líos se mete,
y un día su pueblo
cansado de verlo
ya no aguantará ...
Atilio
XLIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
XLV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Y es como el aire
que empuja
las aves al volar.
Y es como un niño
que ríe
al ver otro llorar.
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Y tu puedes sentirla,
la puedes escuchar,
no sabes de su origen,
tampoco adónde va.
Y es como el cielo
de noche:
refleja la ciudad.
Y es una estrella
que cae,
un estrella fugaz.
Mi alma es un desierto
que busca despertar.
Yo le di un cuerpo nuevo;
el sol, la soledad.
XLVI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
ilumine tu rostro
y te vea dormir ...
Yo estaré esperando
en el viejo andén,
o en el banco vacío
de alguna estación;
con el corazón lleno,
repleto de vos;
si alguien debe encontrarte,
ese voy a ser yo ...
si alguien debiera amarte,
ese voy a ser yo.
XLVII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
El último canilla
Imagínate un día
© 2020 - Ricardo Martín Contard - Reservados todos los derechos que previene la Ley 11.723. Prohibida su reproducción total o parcial, sin el permiso del titular.
...ignorancia, de aquel
que un día se olvidó de leer;
y pensar que así ayudaba a mantener
con un peso de miseria, la familia
de aquel que hoy puede ser
el último canilla...
...canillita, hermano:
¿dónde anda tu silbido?
¿quién negó tu alegría?
¿quién silenció tu sinfonía...?
XLVIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Silencio en el aire
Silencio en el aire
sin ruidos ajenos,
vidas que se abren
a oídos atentos.
Espíritu y arte,
un clima desierto,
palabras que arden
en cuerpos terrenos.
Imaginamos
la vida en el cielo,
nunca buscamos
en tierra el silencio.
Silencio de notas
que gritan al viento,
almas que lloran
amores eternos.
XLIX
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
La vida es silencio,
el aire es desierto,
el viento es canción
y al alma es eterno.
se ocultan adentro
de los corazones
de los hombres buenos.
L
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
LI
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
LII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
El príncipe Pepe
Niño de plata
LIII
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
Por todo esto dedico estas líneas (en verso y prosa) a mis padres, a mi
hermano, a los que siempre están, a Elizabet, a la flor más bella del jardín,
a los muertos, a los viejos, a mis amigos (y amigas), al Buen Pastor, en
fin ... a todos ...
LIV
LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
CONTENIDO
PRETEXTO ...................................................................... I
“El final de la función” ................................................ II
La búsqueda .................................................................. V
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LOS RELATOS DEL SEÑOR TIEMPO
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