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Para conocer cuál es el origen de la música, antes debes saber que a lo largo de la historia, la música ha
ido evolucionando, así como su importancia y función dentro de la sociedad. Desde aspectos culturales,
pasando por religiosos, bélicos o festivos.
Procedentes de época tan temprana como el Neolítico conservamos mitos alusivos al poder de la música
sobre los hombres y a su eficacia para exorcizar demonios, por eso el origen de la música estuvo en
manos de magos y hechiceros.
Los egipcios atribuyen la creación de la música a su dios Osiris. En cambio, los hindúes a Brahma; los
judíos a Júbal y los griegos a Apolo o a Orfeo.
Cuando el maestro Píndaro teorizaba sobre la música en el VI a.C. los chinos llevaban ya 2.000 años
hablando de octavas y semitonos, y relacionando la música con los doce estados de ánimo y los doce
meses.
Poseían doce campanas cuyos sonidos graduados expresaban los doce tonos musicales existentes en
aquella cultura.
Los aqueos o griegos de la edad dorada relacionaban música, poesía e historia: mediante esas artes
familiarizaban al pueblo con su pasado.
Por su parte, los frigios introdujeron en Grecia, en su culto a Cibeles, la música orgiástica, música de
flauta, el llamado modo frigio popular entre las masas y visto por los moralistas como un peligro para las
buenas costumbres.
Esta música salvaje, la primera en ser imitada por otros pueblos mediterráneos, se extendió por el
mundo griego de Asia Menor y sirvió en los ritos de Dionisos, dios del vino.
En la antigua Grecia y en China se hicieron muchos estudios para tratar de entender cómo era que
algunas agrupaciones de sonidos generaban música mientras que otros sólo se podían catalogar como
ruido.
De estos estudios surgió la base de la concepción moderna de la música, que cada tendencia aplica de
la manera que considera más interesante.
Curiosamente, pronto se vio que la música tenía una estrecha relación con las matemáticas. Las
longitudes de los instrumentos que generaban la música podían modificarse según fracciones precisas
para continuar sonando correctamente.
Otras medidas, en cambio, hacían que el instrumento no sonara correctamente. Las octavas o las
quintas tienen su origen en estas relaciones. Y el concepto de la música de las esferas también.
Al final sólo se trata de vibraciones del aire con diferentes frecuencias, timbres y tonalidades. Pero, en
este caso más que en ningún otro, el resultado final es mucho más que la suma de las partes. La música
puede que no exista como tal y sólo es la interpretación que nuestro cerebro hace de estos sonidos.
Lo que a nosotros nos parece una melodía deliciosa, a otras especies les deja absolutamente
indiferentes o incluso les resulta desagradable. Tal es así, sin embargo, desde el punto de vista de los
humanos, la vida sería mucho menos interesante sin música.
Desde la simplicidad de un ritmo de percusión hasta las infinitas sutilezas de las grandes sinfonías, los
humanos hemos ido pasando por el planeta con un cierto acompañamiento musical.
Y, para ello, hemos diseñado todo tipo de herramientas para generar estos sonidos. Instrumentos
musicales hechos con todos los materiales y las tecnologías imaginables han formado parte de nuestras
vidas y han hecho que resulten mucho más agradables.