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La experiencia de los pacientes en España

En los últimos años, en España se han llevado a cabo diversos estudios con el objetivo de
evaluar la percepción y experiencia de los pacientes y usuarios del sistema de salud. Estos
estudios han sido promovidos por la Fundación Biblioteca Josep Laporte y han abordado
diferentes aspectos relacionados con la atención sanitaria.
Se han utilizado metodologías tanto cuantitativas como cualitativas para recopilar información.
Entre los estudios cuantitativos, se destacan una encuesta realizada en julio de 2001 a 6.530
mujeres españolas para evaluar sus necesidades de información en salud, otra encuesta
realizada en septiembre de 2002 a una muestra de 2.700 usuarios del sistema de salud, y una
tercera encuesta realizada en noviembre de 2005 en colaboración con la Universidad de
Harvard a 3.010 ciudadanos.
En cuanto a los trabajos cualitativos, se destaca el estudio internacional "El Paciente del
Futuro", dirigido desde el Picker Institute de Oxford, que se llevó a cabo en 8 países europeos,
incluyendo España, utilizando la metodología de grupos focales. También se realizaron estudios
específicos en pacientes con cáncer, osteoporosis y enfermedades cardiovasculares.
Estos estudios tienen como objetivo principal valorar la percepción de los usuarios y pacientes
sobre el sistema de salud en España, evaluar los cambios producidos en el sistema sanitario,
identificar tendencias en la utilización de los servicios sanitarios y en el autocuidado, estudiar la
confianza de los ciudadanos en el sistema de salud y revisar la opinión pública sobre temas
relacionados con la salud y la sanidad.
Los principales resultados de los estudios cuantitativos aparecen resumidos.

 Resultados estudio OBSYM


 3 de cada 4 mujeres entrevistadas considera información que obtiene en temas de salud
como escasa o insuficiente.
 3 de cada 4 mujeres que acuden a información sanitaria sobre temas de salud tiene
problemas para entender el contenido de la misma.
 El cáncer es el problema de salud que mas preocupa a las mujeres españolas.
 El interés por los temas de salud está relacionado con la edad. Predominando entre las
mujeres jóvenes y las madres de familia de hijos pequeños.
 La mujer es el agente de salud de la familia, lo que le lleva a priorizar la salud de los
demás antes que la suya.
 Resultados encuesta sanitaria del año 2002.
 El médico es la principal fuente de información de los pacientes, siendo los medios de
comunicación la segunda en importancia.
 Sólo un 30% de la población busca medios alternativos de información a los
proporcionados en la consulta médica.
 El 50% de los entrevistados no plantea dudas, discrepancias o preguntas es pe-cíficas a
los médicos.
 El 70% de los entrevistados no conocen sus derechos como pacientes.
 Menos de un 5% de los entrevistados pertenece a algún tipo de asociación que puede
tener relación con temas de salud.
Estos hallazgos resaltan la falta de participación activa de los pacientes en las decisiones
relacionadas con su atención médica, lo que indica que tienden a adoptar un rol pasivo en este
proceso. También subrayan la necesidad de mejorar la cantidad y la calidad de la información
proporcionada a los pacientes. Además, se destaca la importancia del médico y los medios de
comunicación como fuentes de información confiables.
Los resultados del estudio sobre la confianza en el Sistema Nacional de Salud revelan que la
población tiene una alta confianza en las profesiones sanitarias en comparación con otras
profesiones. También indican que la población es consciente de los problemas financieros y de
sostenibilidad que enfrenta el sistema de salud. Sin embargo, a pesar de esta conciencia, la
mayoría de las personas no están dispuestas a aceptar medidas adicionales de financiamiento,
como el copago de servicios médicos o el aumento de impuestos, excepto en el caso de los
impuestos sobre el tabaco y el alcohol.

Mutaciones Demográficas
Según las previsiones de las Naciones Unidas, se espera que la población mundial alcance los
8.000 millones en 2028 y los 9.000 millones en 2054, estabilizándose en torno a esa cifra. No se
espera una explosión demográfica, sino más bien un aumento significativo seguido de un
estancamiento. Incluso algunos demógrafos sugieren la posibilidad de una implosión en las
décadas venideras, ya que las previsiones más bajas indican que la población mundial se
estabilizará en torno a los 7.300 millones hacia 2050 antes de comenzar a disminuir.
Además, se observa un envejecimiento de la población a nivel mundial. Se estima que, de 1995
a 2050, la proporción de personas menores de 15 años disminuirá del 31% al 19% de la
población global, mientras que las personas mayores de 60 años aumentarán del 10% al 22%.
La distribución geográfica de la población también está cambiando. A menos que ocurran
grandes corrientes migratorias, se espera que la población de Europa y Japón disminuya en los
próximos 50 años. Algunos estudios sugieren que la inmigración podría ser la única solución
para contrarrestar la drástica disminución de la proporción entre personas activas e inactivas.
En cuanto a las causas de mortalidad, se destaca la preocupación de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) por la posibilidad de una crisis mundial causada por enfermedades infecciosas.
Aunque se han logrado avances significativos en la lucha contra estas enfermedades, siguen
siendo responsables de aproximadamente un tercio de todas las muertes en el mundo. Los
patógenos que las causan, como bacterias y virus, están en constante evolución, mutación y
desarrollo de resistencia a los tratamientos existentes. Esto plantea desafíos continuos para la
salud pública.
La educación de las mujeres se ha destacado como un factor importante en el desarrollo social y
la salud, incluidos los índices de mortalidad infantil y fecundidad. Se ha demostrado que la
educación de las mujeres tiene un impacto positivo en estas áreas. Por lo tanto, algunos
argumentan que la educación para todos a lo largo de la vida puede ser el método
anticonceptivo más efectivo.
El crecimiento de la población mundial ha llevado a una masiva urbanización, impulsada por
transformaciones socioeconómicas. Esto ha generado problemas como pobreza y exclusión en
entornos urbanos, segregación de grupos y barrios, problemas ambientales, acceso a recursos y
vivienda, así como nuevos desafíos de ciudadanía y disminución del espacio público. Se estima
que, si las tendencias actuales continúan, será necesario construir el equivalente a 1.000
ciudades de 3 millones de habitantes en los próximos 40 años.

CONDICIONES DE VIDA, FACTORES SOCIO-ECONÓMICOS, EMPLEO, EDUCACIÓN,


RECREACIÓN
La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 fue el punto de partida para establecer
normas de derechos humanos a nivel internacional. Se buscaba crear un ambiente político
global basado en estos derechos. Los derechos económicos, sociales y culturales fueron
codificados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 1966.
Inicialmente se pretendía crear un único pacto que abarcara tanto los derechos civiles y
políticos como los económicos, sociales y culturales. Sin embargo, las divergencias entre los
bloques de poder durante la Guerra Fría llevaron a la adopción de dos pactos separados.
A pesar de esto, se ha buscado afirmar la indivisibilidad e interdependencia de los derechos
humanos a lo largo de los años. Se reconoce que todos los derechos humanos son universales,
indivisibles e interdependientes, y deben ser tratados de manera justa y equitativa.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales amplía la gama de
derechos en comparación con la Declaración Universal. Establece normas con mayor poder
vinculante para los Estados en materia de derechos económicos, sociales y culturales.
Entre los derechos incluidos en el pacto se encuentran el derecho de los pueblos a su libre
autodeterminación, el derecho al trabajo, a condiciones laborales justas, a un salario digno, al
descanso, a la formación profesional y al sindicalismo.
El derecho al trabajo es reconocido por diversos instrumentos internacionales y se considera
fundamental para garantizar condiciones dignas de vida. El Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales busca materializar estos derechos y ampliar su alcance y
protección.
La Conferencia Mundial realizada en Teherán en 1968 afirmó la indivisibilidad e
interdependencia de los derechos humanos. Se reconoció que los derechos civiles y políticos no
pueden ser realizados sin el goce de los derechos económicos, sociales y culturales.
A lo largo de los años, las Naciones Unidas han buscado afirmar el carácter indivisible e
interdependiente de los derechos humanos. En la década de 1970, se reiteró en resoluciones
que todos los derechos humanos son universales, indivisibles, interdependientes y están
relacionados entre sí. Se enfatizó la necesidad de tratar los derechos humanos en forma global y
justa, dándoles a todos el mismo peso.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales amplía la gama de
derechos en comparación con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Busca establecer
normas más vinculantes para los Estados en materia de derechos económicos, sociales y
culturales, definiendo su contenido, alcance y limitaciones. Es un instrumento importante para
buscar la materialización de estos derechos.
Entre los derechos incluidos en el pacto se encuentra el derecho de los pueblos a su libre
autodeterminación política y a proveer su desarrollo económico, social y cultural. También se
reconocen derechos laborales como el derecho al trabajo, a condiciones laborales justas, a un
salario digno, al descanso, a la formación profesional y a los derechos sindicales.
El derecho al trabajo está reconocido por varios instrumentos normativos internacionales y se
considera fundamental para el desarrollo humano y la realización de otros derechos. Se
reconoce que toda persona tiene derecho a trabajar para vivir con dignidad, y el trabajo
contribuye a la plena realización y reconocimiento del individuo en la comunidad.
El Estado tiene la obligación de garantizar el derecho al trabajo libremente elegido o aceptado,
ya que la dignidad y el respeto de la persona se logran a través de su libertad. Esto implica
promover el desarrollo personal y la integración social y económica de las personas. Además, el
derecho al trabajo pleno, productivo y libremente elegido, según la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), implica la abolición y lucha contra todas las formas de trabajo forzado.
Es importante destacar que el derecho al trabajo no es absoluto e incondicional en cuanto a
obtener empleo. Su importancia radica principalmente en la dignidad que le otorga al individuo
como trabajador y en el respeto a sus derechos y a los derechos fundamentales de la persona.
Esto implica que el trabajo digno respeta los derechos típicos del trabajador, como una
remuneración justa y la seguridad laboral, sin restringir otros derechos fundamentales como la
integridad física y mental.

Una remuneración justa implica una forma equitativa y satisfactoria que garantice condiciones
dignas de vida para los trabajadores y sus familias. Los Estados tienen la obligación de
establecer mecanismos para fijar un salario mínimo que asegure condiciones básicas para una
vida digna.

Según el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), los


Estados Parte son responsables tanto ante la comunidad internacional como ante sus propios
pueblos por cumplir con las obligaciones derivadas del Pacto. Estas obligaciones son: respetar,
proteger y realizar los derechos contemplados en el Pacto.
El respeto implica que el Estado se abstenga de realizar acciones que violen la integridad de un
individuo o que infrinjan su libertad, incluyendo la libertad de utilizar los recursos materiales
disponibles para satisfacer sus necesidades básicas. Por ejemplo, en un caso en Sudáfrica donde
se desconectaron los servicios de agua sin un procedimiento justo y equitativo, se consideró una
violación de la obligación de respetar el derecho al agua.
La protección implica que el Estado tome las medidas necesarias para prevenir que otros
individuos o grupos violen los derechos de un individuo, como la integridad y la libertad de
acción. Por ejemplo, en casos en Europa donde se permitía la emisión de gases tóxicos y
desechos por parte de industrias, causando daños ambientales y problemas de salud, se
consideró que los cuerpos gubernamentales no cumplieron con su obligación de proteger el
derecho a la vida privada y familiar.
La obligación de cumplir o realizar implica que los Estados tomen las medidas necesarias para
asegurar que todas las personas dentro de su jurisdicción tengan oportunidades de satisfacer
sus necesidades reconocidas en los instrumentos de derechos humanos. Esto significa que los
Estados deben garantizar el acceso a derechos como la alimentación, la vivienda o la salud,
especialmente en situaciones donde las personas no pueden asegurar estos derechos por sí
mismas debido a la falta de empleo, la edad avanzada, la enfermedad, los desastres, entre
otros.
El Comentario General No. 3 de 1990 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
de las Naciones Unidas ofrece una interpretación oficial sobre las obligaciones impuestas por el
PIDESC a los Estados Parte. Según este Comentario, la realización plena de los derechos
económicos, sociales y culturales no se puede lograr en un corto período de tiempo y requiere
tanto obligaciones de comportamiento como obligaciones de resultado. Esto implica que los
Estados deben actuar de manera efectiva para lograr la plena realización de estos derechos, sin
utilizar la progresividad como una excusa para no implementarlos.
En conclusión, el PIDESC establece que los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y
realizar los derechos económicos, sociales y culturales, y que la plena realización de estos
derechos requiere un esfuerzo continuo por parte de los Estados para garantizar su
implementación efectiva.

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