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Anexo 5

FUENTE A: (conceptos)

CAPITALISMO: Sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del
capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado. El capitalismo propone la
libertad de mercado como principio básico. El mercado, según el modelo capitalista tradicional, se regula por medio de la ley de
oferta y demanda, orientada a satisfacer las necesidades de consumo. En este sentido, la competitividad entre los productores es un
aspecto clave de este sistema económico. Sin embargo, la definición de capitalismo se adapta a las diversas condiciones sobre la
producción, comercialización, distribución y precio de los bienes y servicios producidos de cada país
Fuente: tomado de https://www.significados.com/capitalismo

EL SOCIALISMO es un sistema económico y social que centra sus bases ideológicas en la defensa de la propiedad colectiva frente al
concepto de propiedad privada de los medios productivos y de distribución, que conlleve a una sociedad justa y solidaria, libre de
clases sociales y reparto de riqueza igualitario. El socialismo generalmente propone que la economía debe ser planificada y por
tanto, los medios de producción deben ser del Estado, quién se encarga además de mediar en los mercados y proteger a la
ciudadanía tratando de garantizar una situación de justicia social. Un estado de carácter socialista cuenta con un gobierno o una
estructura estatal fuerte y con amplio poder en la toma de decisiones en materia económica y de distribución de rentas y bienes.
Fuente: tomado de https://economipedia.com/definiciones/socialis mo.html

COEXISTENCIA: En sociedades donde existen diversas culturas y maneras de pensar, la coexistencia es entendida, como la forma de
convivir e interactuar que tienen los miembros de diferentes culturas en una misma superficie. En el aspecto político, la coexistencia
viene dada por el contacto existente entre naciones con sistemas políticos diferentes, sin tener que tomar las armas para solucionar
sus problemas. El concepto de coexistencia pacífica es utilizado en este sentido para manifestar el rechazo hacia todo tipo de
violencia, como método para resolver los problemas entre dos países. Este término fue enunciado por primera vez, por el dirigente
ruso Nikita Jrushchov. Durante la guerra fría, con el propósito de referirse a la tolerancia que tuvieron los soviéticos de aceptar la
existencia de naciones de mayor desarrollo como el de Estados Unidos.
Fuente: Tomado de https://conceptodefinicion.de/coexistencia/

Una nación es considerada una SUPERPOTENCIA cuando mantiene una hegemonía política y económica en el contexto
internacional. En otras palabras, el país que tiene este reconocimiento mantiene una posición de liderazgo en el conjunto de las
naciones del planeta. Después de la ll Guerra Mundial, Estados Unidos expandió su modelo económico y social en amplias regiones
del planeta. Sin embargo, compartió el liderazgo con otra superpotencia, la Unión Soviética. Cuando el régimen soviético se disolvió
En 1991, Estados Unidos se erigió como el país con más peso en el contexto internacional. Paralelamente, el modelo comunista
chino ha ido evolucionando hacia el capitalismo y en la actualidad China es una nueva superpotencia.
Fuente: https://www.definicionabc.com/economia/superpoten cia.ph.

¿En qué medida sería posible la coexistencia pacífica entre grupos con ideologías comunista y capitalista?

FUENTE B: Extracto del libro: “Guía Ilustrada de la Historia Moderna”, edición 2010, por el inglés Norman Lowe, quien es escritor,
conferencista y profesor de historia. Publicada por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica. Paralelamente al éxito en la
guerra, los aliados desde 1943 venían teniendo sus diferencias:
Había profundas diferencias entre los Aliados respecto de las negociaciones de paz. Ya en enero de 1943, el presidente Roosevelt
(EE. UU) había anunciado que los Aliados pugnaban por “la rendición incondicional de Alemania, Italia y Japón”. Churchill y gran
parte de su personal estaban consternados, porque sentían que se estaba perdiendo la oportunidad de una paz negociada. Algunos
miembros del servicio secreto británico estaban en contacto con su contraparte y con miembros de la resistencia alemana, opuesta a
los nazis, que esperaban persuadir a los generales de su país de que derrocaran a Hitler. Esto, pensaban, llevaría a iniciar las
negociaciones de paz. Los líderes nazis estaban encantados con el anuncio de Roosevelt; Goebbels apuntó que “nunca hubiera
podido pensar en un lema tan estimulante. Si nuestros enemigos de occidente nos dicen, no trataremos con ustedes, nuestro único
objetivo es destruirlos, ¿cómo los alemanes, les guste o no, no harían todo por luchar con todas sus fuerzas?” Muchos
estadounidenses importantes, incluido el general Eisenhower, se oponían a la “rendición incondicional” porque se daban cuenta de
que prolongaría la guerra y provocaría más muertes innecesarias. Varias veces, en las semanas previas al Día D, los miembros del
estado mayor presionaron a Roosevelt para que cambiara de opinión, pero se negó persistentemente, no fuera a ser que las
Potencias del Eje lo consideran como signo de debilidad. Roosevelt mantuvo su política hasta que murió, en abril de 1945, igual que
su sucesor, Harry S. Truman. No hubo intentos de negociar la paz ni con Alemania ni con Japón hasta que ambos se rindieron.
Thomas Fleming calcula que, en el lapso entre el Día D y el final de la guerra, en agosto de 1945 , murieron cerca de dos millones de
personas. Muchas de estas vidas hubieran podido salvarse con la perspectiva de una paz negociada para impulsar a la resistencia
alemana a derrocar a Hitler. Como sucedió, concluye Fleming, la política de rendición incondicional fue “un ultimátum escrito con
sangre”. (p, 200)

FUENTE C: CAUSAS DEL SURGIMIENTO DE LA RUPTURA DE LA GRAN ALIANZA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CAUSAS
IDEOLÓGICAS. FUENTE B: Extracto del libro “Guía Ilustrada de la Historia Moderna”, edición 2010, por el inglés Norman Lowe, quien
es escritor, conferencista y profesor de historia. Publicada por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica. Rusia (URSS)
primer estado comunista.
Desde que se instauró el primer gobierno comunista en 1917, los gobiernos de la mayoría de los estados capitalistas lo vieron con
desconfianza y temían que el comunismo se difundiera a sus países, lo cual significaba el fin de la propiedad privada de la riqueza y la
pérdida del poder político para las clases privilegiadas. Cuando en 1918 estalló la guerra civil en Rusia, varios estados capitalistas: los
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Japón, enviaron tropas a Rusia para apoyar a las fuerzas anticomunistas. Los comunistas
ganaron la guerra, pero José Stalin, quien asumió el poder en Rusia en 1929, estaba convencido de que las potencias capitalistas
harían un nuevo intento por destruir el comunismo en Rusia, y la invasión alemana de 1941 demostró que tenía razón. (p, 218)

FUENTE D: Extracto del libro “Guía Ilustrada de la Historia Moderna”, edición 2010, por el inglés Norman Lowe, quien es escritor,
conferencista y profesor de historia. Publicada por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica.
Actuación de los aliados de la segunda guerra mundial ante la derrota alemana 1945: unión de repúblicas socialistas soviéticas
Cuando los ejércitos nazis se colapsaron (abril y mayo 1945) la URSS intentó ocupar tanto territorio alemán como fuera posible y
hacerse del máximo territorio como pudiera quitarles a países como Finlandia, Polonia y Rumania, y en esto tuvo mucho éxito, pero
Occidente se alarmó ante lo que consideró como una agresión de los soviéticos; pensaba que estaba empeñado en difundir el
comunismo por el mundo tanto como fuera posible. EEUU Y BRITÁNICOS Durante la guerra, los Estados Unidos, encabezados por el
presidente Roosevelt, enviaron pertrechos bélicos de todo tipo a Rusia según un sistema conocido como “préstamo-arrendamiento”,
y Roosevelt se inclinaba por confiar en Stalin. Pero cuando aquél murió, en abril de 1945, Harry S. Truman, su sucesor, se mostró más
suspicaz y endureció su actitud respecto de los comunistas. Algunos historiadores piensan que el principal motivo de Truman para
lanzar las bombas atómicas en Japón no fue nada más derrotar a este último, sino demostrar a Stalin lo que podía pasarle a Rusia si
se atrevía a ir demasiado lejos. Stalin sospechaba que los Estados Unidos y Gran Bretaña todavía estaban muy interesados en acabar
con el comunismo; sentía que su demora en lanzarse a invadir Francia, el Segundo Frente (lo cual no sucedió hasta junio de 1944),
fue deliberadamente calculada para mantener gran parte de la presión en los rusos y dejarlos exhaustos. Tampoco informaron a
Stalin de la existencia de la bomba atómica sino poco antes de que se usará en Japón, y rechazaron su solicitud de que Rusia debía
formar parte de la ocupación de dicho país. Más que nada, Occidente tenía la bomba atómica, pero Rusia no

FUENTE E: Extracto del libro “Después de la guerra fría. Introducción a la dinámica de orden internacional ”, edición 2014, escrito por
Javier Alcalde, profesor de la PUCP, coordinador del grupo de investigación del orden internacional y órdenes regionales (Gior).
Publicada por la Escuela de gobierno y políticas públicas de la Pontificia Universidad Católica.
El origen de esta situación se remonta a la desconfianza mutua que surgió entre EE. UU. y la URSS inmediatamente después de la
victoria sobre su enemigo común, el nazismo. La desconfianza se apoyó además en hechos como el monopolio atómico de EE UU y
las presiones soviéticas sobre los gobiernos de los países de Europa del este. Para EEUU, Europa estaba exhausta como consecuencia
de la II Guerra Mundial y eso les impediría enfrentarse a la Unión Soviética, necesitaba un mercado mundial estable y bien
organizado que estaba en peligro debido al posible expansionismo comunista en la zona Oriental, en una Europa, en la que la
reconstrucción no había comenzado, aún había hambre, descontento social y desconfianza entre los antiguos Aliados. Esto se
convirtió en una lucha constante por poseer mayor poderío demográfico, político, tecnológico y económico en donde ambas
sociedades se consideraban a sí mismas como modelos para el resto del mundo por lo que en 1947 se da la ruptura.
FUENTE F: Extracto del libro “Guía Ilustrada de la Historia Moderna”, edición 2010, por el inglés Norman Lowe, quien es escritor,
conferencista y profesor de historia. Publicada por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica.
ACUERDOS DE LOS ALIADOS: CONFERENCIA DE YALTA (febrero de 1945) En Rusia (Crimea); los tres líderes Aliados, Stalin, Roosevelt
y Churchill, planearon lo que pasaría cuando terminara la guerra. Pareció que había sido un éxito, dados los acuerdos a los que se
llegó en varios aspectos:
 Una nueva organización, que se llamaría Naciones Unidas, sustituirá a la fallida Liga de las Naciones.
 Alemania se dividiría en zonas, rusa, estadounidense y británica (posteriormente se incluyó una francesa), en tanto que
Berlín (que quedaba en medio de la zona rusa) también se dividiría en las zonas correspondientes.
 Se permitirían elecciones libres en los estados de Europa del este. Stalin prometió unirse a la guerra contra Japón, con la
condición de que Rusia recibiera toda la isla de Sajalín y algunos territorios en Manchuria.
 No obstante…se discutió sobre Polonia… Cuando los ejércitos rusos cubrieron Polonia y los alemanes tuvieron que regresar,
ya habían instalado un gobierno comunista en Lublin.
 No obstante, Roosevelt y Churchill no quedaron contentos con las exigencias de Stalin de que a Polonia se le concedieran
todos los territorios alemanes al oriente de los ríos Oder y Neisse; no se llegó a acuerdos al respecto
CONFERENCIA POSTDAM JULIO 1945 Los líderes eran Stalin, Truman (en sustitución de Roosevelt, quien había muerto en abril) y
Churchill, reemplazado por Clement Attlee, nuevo primer ministro británico, cuando los laboristas ganaron las elecciones . Se acordó
que los alemanes pagarían algo para resarcir los daños que habían causado durante la guerra. gran parte de los pagos (conocidos
como “indemnizaciones”) sería para la URSS, quien podría tomar productos que no fueran alimentos de su propia zona, y de otras
también, a cambio de que abastecieron de alimentos a la zona occidental de Alemania. El principal desacuerdo fue respecto de
Polonia. Truman y Churchill estaban molestos porque Alemania, al oriente de la línea Oder-Neisse, había sido ocupada por tropas
rusas y era gobernada por el régimen polaco procomunista, el cual había expulsado cerca de cinco millones de alemanes que vivían
en la zona, lo cual no se había acordado en Yalta. Lo segundo, Truman no informó a Stalin de las características exactas de la bomba
atómica, pero a Churchill sí. Unos días después 6 y 9 de agosto de 1945 tras la conferencia, se lanzaron las dos bombas atómicas en
Japón y la guerra terminó rápidamente, el 10 de agosto, sin necesidad de ayuda de Rusia (si bien los rusos habían declarado la guerra
a Japón el 8 de agosto e invadido Manchuria). Se anexaron el sur de Sajalín, según se había acordado en Yalta, pero no se les
permitió tomar parte en la ocupación de Japón

FUENTE G: Extracto del libro, escrito en el año 2010 por el inglés Norman Lowe quien es escritor, conferencista y profesor de historia.
Publicada por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica.
Meses después de Potsdam, los rusos interfieren sistemáticamente en los países de Europa del este para instituir gobiernos
comunistas; esto sucedió en Polonia, Hungría, Bulgaria, Albania y Rumania. En ciertos casos sus oponentes eran encarcelados o
asesinados; en Hungría, por ejemplo, los rusos permitieron elecciones libres, y si bien los comunistas obtuvieron menos de 20% de
los votos, se encargaron de que la mayor parte del gabinete fuera comunista. Stalin atemorizó aún más a Occidente con un discurso
ampliamente difundido en febrero de 1946, en el cual dijo que, el comunismo y el capitalismo nunca podrían vivir en paz y que, en el
futuro, la guerra era inevitable hasta la victoria final del comunismo. Sin embargo, los historiadores rusos han afirmado que el
discurso fue malinterpretado y sesgado en Occidente, en especial por George Kennan, encargado de negocios en Moscú. Churchill
respondió a esto con su propio discurso en Fulton, Missouri (Estados Unidos), en marzo de 1946, en el cual repitió una frase que
había expresado antes: “De Stettin en los Balcanes, a Trieste en el Adriático, ha descendido una cortina de hierro que divide al
continente” ... Afirmando que los rusos estaban decididos a “la expansión indefinida de su poder y sus doctrinas”, clamó por una
alianza occidental que se mantendría firme contra la amenaza comunista. El discurso provocó una cortante respuesta de Stalin, quien
reveló sus temores sobre Alemania y la necesidad de fortalecer la seguridad soviética. Esta ruptura entre Oriente y Occidente era
cada vez más radical y Stalin acusó a Churchill de “belicista”. Pero en Occidente no todos coincidían con Churchill; más de 100
representantes laboristas británicos firmaron una moción en la que criticaban la actitud del líder conservado

FUENTE H: Extracto del libro “Siglo de las rebeliones en el siglo XX”, escrito en el año 2013, por Josep Fontana, historiador español,
especialista en historia contemporánea, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra y miembro del Consejo Editorial de la revista
política Sin Permiso. Publicada por la editorial Crítica.
A fines de 1945 un Truman presionado por los anticomunistas que le rodeaban, como el almirante Leahy y el secretario de Marina,
Forrestal (que acabó enloquecido, lanzándose por la ventana de un hospital), había abandonado la actitud conciliadora hacia los
rusos, que no se acomodan a la disciplina que pretendía imponer el imperio, y so stenía que la única política que entendían era la de
la amenaza. Una vez acabada la guerra mundial, en que la aportación de la Unión Soviética fue decisiva, los norteamericanos,
incitados por la visión alarmista que difundían sus gobernantes, fueron presa colectivamente de un miedo irracional a sus antiguos
aliados, que llegó a niveles de pánico cuando se supo que disponían de armas nucleares y de misiles para transportarlas. Que Stalin
no tenía ninguna intención agresiva lo demuestra cuando desmovilizó el ejército (que pasó de más de once millones de hombres a
menos de tres de 1945 a 1947) y redujo el presupuesto de defensa a menos de la mitad. A fines de 1945 le decía a Gomulka que no
creía que las potencias occidentales fueran a declarar la guerra. «Sus ejércitos se han desarmado ... y no tomarán las armas contra
nosotros. La guerra no la deciden las bombas atómicas, sino los ejércitos ... Que en unos treinta años más o menos deseen hacer
otra guerra es una cuestión distinta.» En lo cual se equivocaba, porque no supo ver que, si bien sus antiguos aliados no iban a entrar
en combate abierto, se estaban preparando para otra clase de guerra que Stalin fue incapaz de prever (…) Nunca hubo proyectos de
ataque nuclear del lado soviético. Fue la continuidad de las amenazas norteamericanas lo que les obligó a armarse a su vez para
disuadir a sus enemigos de que emprendieran un ataque con la amenaza de una represalia. Lo cual provocó una escalada insensata
de armamento que acabó arruinando la economía soviética, pero implicó también que Estados Unidos dedicase a esta guerra
fantasmal unos recursos que hubieran permitido elevar el nivel de vida de sus ciudadanos y proporcionarles mejores servicios
sociales. (p,147)

Fuente I: Discurso de Churchill en Fulton 5 de marzo de 1946.


El presidente Truman presentando a Churchill antes de pronunciar su discurso en Fulton …Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el
Adriático, ha caído sobre el continente un telón de acero. Tras él se encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa
central y oriental (...), todas estas famosas ciudades y sus poblaciones y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo
llamar la esfera soviética, y todos están sometidos, de una manera u otra, no sólo a la influencia soviética, sino a una altísima y, en
muchos casos, creciente medida de control por parte de Moscú (...) Por cuanto he visto de nuestros amigos los rusos durante la
guerra, estoy convencido de que nada admiran más que la fuerza y nada respetan menos que la debilidad (...) Es preciso que los
pueblos de lengua inglesa se unan con urgencia para impedir a los rusos toda tentativa de codicia o aventura. Westminster College,
Fulton, Missouri 5 de marzo de 1946

FUENTE J: Stalin responde al discurso de Fulton de Churchill el 13 de marzo de 1946.


(...) Churchill está tomando ahora el camino de los belicistas, y en este Churchill no está solo. Él tiene amigos no sólo en Gran
Bretaña, sino también en Estados Unidos Las siguientes circunstancias no pueden ser olvidadas. Los alemanes hicieron la invasión de
la URSS a través de Finlandia, Polonia, Rumania, Bulgaria y Hungría. Los alemanes pudieron hacer la invasión a través de estos países,
porque al mismo tiempo tenían gobiernos hostiles a la Unión Soviética. Como resultado de la invasión alemana, en la lucha y a través
de la importación de ciudadanos soviéticos como servidumbre alemana, la Unión Soviética perdió un total de siete millones de
personas. En otras palabras, la Unión Soviética perdió vidas que juntas representan más que las de Gran Bretaña y Estados Unidos...
la Unión Soviética no puede olvidarlo. Y así es sorprendente que se le critique por el hecho de que, ansiosa por un futuro seguro,
esté intentando que existan en estos países gobiernos leales a las actitudes de la Unión Soviética. ¿Cómo puede cualquiera, que no
ha tenido en cuenta estos sentimientos, describir estas aspiraciones pacíficas de la Unión Soviética como tendencias expansionistas
en esta parte de nuestro Estado? … si él y sus amigos van a lograr organizar una nueva campaña armada contra la Europa oriental
tras la Segunda Guerra Mundial; pero si lo logran —podemos afirmar con entera confianza que serán aplastados como lo fueron
hace veintisiete años. Discurso de Stalin 13 de marzo de 1946.

FUENTE K: Extracto del libro “Siglo de las rebeliones en el siglo XX”, escrito en el año 2013, por Josep Fontana, historiador español,
especialista en historia contemporánea, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra y miembro del Consejo Editorial de la revista
política Sin Permiso. Publicada por la editorial Crítica
El Plan Marshall anunciado en 1947, era una extensión económica de la Doctrina Truman. El secretario de Estado estadounidense,
George Marshall, emitió su Programa de Recuperación de Europa (ERP, por sus siglas en inglés), que ofrecía ayuda económica y
financiera para quien la necesitara. “Nuestra política —declaró —, no va dirigida contra ningún país ni contra ninguna doctrina, sino
contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos.” Uno de sus objetivos era fomentar la recuperación económica de Europa y
así asegurar mercados para las exportaciones estadounidenses, aunque quizá su fin principal era político, que el comunismo tuviera
menos probabilidades de lograr el control de Europa occidental. En septiembre, 16 países (Gran Bretaña, Francia, Italia, Bélgica,
Luxemburgo, los Países Bajos, Portugal, Austria, Grecia, Turquía, Islandia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Suiza y la región occidental de
Alemania) habían redactado un plan conjunto para aprovechar la ayuda estadounidense. En los siguientes cuatro años, más de 13
000 millones de dólares del Plan Marshall inundaron Europa occidental y favorecieron la recuperación de la agricultura y la industria,
cuya situación era caótica en muchos países a causa de la devastación por la guerra… El ministro ruso de Relaciones Exteriores,
Molotov, acusó al plan de “imperialismo del dólar”. Lo consideraba como un descarado dispositivo estadounidense para controlar
Europa occidental y, peor aún, para interferir en Europa del este, que Stalin consideraba la esfera de influencia de Rusia. La URSS
rechazó el ofrecimiento, y ni sus estados satélites ni Checoslovaquia, que demostraba interés, pudieron aprovecharlo. La “ cortina de
hierro” parecía real, y lo que sucedió después no sirvió más que para fortalecerla. (p.228)

FUENTE L: EL COMINFORM DE LA UNIÓN SOVIÉTICA.


El Buró de Información Comunista (Cominform, por sus siglas en inglés) fue la respuesta soviética al Plan Marshall; Stalin lo creó en
septiembre de 1947 para agrupar a los diferentes partidos comunistas europeos. Todos los estados satélites eran miembros, y los
partidos comunistas de Francia e Italia también estaban representados. El objetivo principal de Stalin era tener mayor control de los
satélites, no bastaba con ser comunista, debía ser comunismo al estilo ruso. Europa del este tenía que industrializarse, colectivizar y
centralizarse; se esperaba que los estados comercializaran principalmente con los miembros del Cominform, además de que se
desalentaba todo tipo de contacto con países no comunistas. Cuando Yugoslavia objetó, fue expulsada (1948), aunque siguió siendo
comunista. En 1947 se lanzó el Plan Molotov, por el cual Rusia ofreció ayuda a los satélites. Para coordinar sus políticas económicas,
fue creada otra organización, el llamado Comecon (Consejo de Ay uda Económica Mutua).

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