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La paradoja del gato de Schrödinger

El gato de Schrödinger es la paradoja más popular de la


física cuántica. Tiene distintas variantes; aquí exponemos
la más sencilla.
La propuso el premio nobel austríaco Erwin Schrödinger en
1935. Es un experimento mental que muestra lo
desconcertante del mundo cuántico.

Imaginemos un gato dentro de una caja completamente


opaca. En su interior se instala un mecanismo que une un
detector de electrones a un martillo. Y, justo debajo del
martillo, un frasco de cristal con una dosis de veneno letal
para el gato. Si el detector capta un electrón activará el
mecanismo, haciendo que el martillo caiga y rompa el
frasco.

https://www.astromia.com/astronomia/paradojagato.htm
El descubrimiento representa un avance significativo en la
comprensión y el control de la información cuántica, ya que
uno de los desafíos en el desarrollo de computadoras
cuánticas es corregir errores a medida que ocurran.

Es posible que después de un período de tiempo, la


desintegración radioactiva de algún átomo active el
martillo, éste rompa el recipiente de cianuro y libere el
veneno que mataría al gato.

Pero también es posible que eso no ocurra.

La teoría de la superposición en la física cuántica indica


que hasta que se produzca una observación y alguien abra
la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, en una
superposición de estados.

En en esta incompletitud de la teoría estaría el truco. Pero


se ha apuntado otra interpretación altamente seductora: la
realidad solo existiría en la medida en que nosotros la
percibimos, y fuera de nuestra percepción no hay más que
una masa informe de probabilidades que se van perfilando
en hechos conforme se cumplen nuestras vidas. Es decir, el
gato vive o muere solo desde el momento en que nosotros
sabemos si ha sobrevivido o no al experimento. Hasta
entonces, su estado permanece en el limbo de las
incertidumbres cuánticas
.https://www.bbc.com/mundo/noticias-48542209
A raíz de esta interpretación surge el Gato de Schrödinger,
un experimento mental con que el se pretende reflejar la
paradoja que establecía la interpretación de Copenhague.
Científicos como Albert Einstein fueron muy críticos con
esta interpretación, quien llegó a decir que "Dios no juega a
los dados". Incluso uno de los padres de esta interpretación,
Schrödinger, no estaba convencido de lo que postulaba. 

En la paradoja, para los que no la recuerden bien, se


introduce un gato vivo en una caja hermética. Junto a él hay
una vasija cerrada con un gas venenoso y un dispositivo
preparado para romper la vasija y dejar libre el gas que
mataría al gato. El mecanismo se basa en átomos
radiactivos que se desintegran de manera cuántica, por lo
que su función de onda incluye ambos estados: integrado y
no desintegrado.

Entre esos puntos débiles, la interpretación dice que una


onda pasa a ser partícula cuando la observas (a esto se le
conoce como Colapso de la onda), como el niño que juega a
hacer una maldad cuando no le miras y en el momento en
que te giras, disimula con cara angelical. Esto parece no
tener ni pies ni cabeza y acabó dando como resultado una
segunda paradoja aún más extraña: El amigo de Wigner.
Al final esta paradoja es infinita y está directamente
relacionada con preguntas filosóficas que se han planteado
durante toda la historia. Einstein, una vez más, volvió a
dejarnos supuestamente una frase para la
posteridad: ¿Crees realmente que la Luna no está allí
cuando no miramos? 

 
Con el tiempo, los científicos comprendieron por qué los
problemas planteados por Schrödinger y Wigner no tenía
sentido. La conciencia no es un requisito indispensable para
influir en la mecánica cuántica. El hecho de que las
superposiciones de un átomo se desmoronen no responde a
un observador más o menos inteligente, sino a la
interacción del sistema cuántico con el entorno, lo que
llamaron "decoherencia".

La decoherencia cuántica nos dice que las partículas dejan


de tener superposiciones cuando entran en contacto con
otras partículas de su entorno y cuánto más grande es el
sistema más interacción presenta con el entorno, por eso un
átomo tiene propiedades cuánticas y un gato no. Esta es la
línea divisoria entre el mundo cuántico y el real que la
Interpretación de Copenhague no sabía explicar, pero
intuía. 

https://computerhoy.com/noticias/tecnologia/gato-shrodinger-
paradoja-736517
NOMBRE DEL EL ALUMNO: HUERTA ZUÑIGA TANIA LIZETH

NOMBRE DE EL PROFESOR: MICHAEL RIVERA

TEMA DE EL PROYECTO: LA PARADOJA DE EL GATO


SCHRODINGER

FECHA DE ENTREGA: 16 DE JUNIO DE EL 2022

MATERIA: FISICA

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