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Centro De Estudios Superiores CTM Justo Sierra O´Reilly

Licenciatura En Derecho

Materia: Sistema Político y Derecho Electoral

ADA 4: El financiamiento de los partidos políticos México

Lic. César Alejandro Góngora Méndez

Alumno: Joel Eduardo Ek Almeida

Octavo Semestre, Grupo: B


Fecha de entrega: 19 de Mayo de 2023
INTRODUCCIÓN

Dentro de los temas de la Ley para la Reforma del Estado, la reforma al sistema
electoral es uno de los más controvertidos, debido al interés que despierta el
mismo al interior de los propios partidos políticos

Asimismo, uno de los asuntos que genera un mayor debate es el relativo al


financiamiento de los partidos políticos. En México, hoy en día, los partidos
políticos se hacen de sus recursos mediante dos vías: una de fondos provenientes
del Estado y la otra proveniente de los recursos privados (los cuales tienen un
límite legalmente establecido)

Los partidos políticos como organizaciones de ciudadanas y ciudadanos de interés


público, necesitan de financiamiento para poder desarrollar las funciones propias
de los mismos, tales como el fortalecimiento propio de la democracia en el Estado
Mexicano, velar por el principio de paridad de género, su contribución en la
integración de los órganos de representación política, entre otras; mismas que se
encuentran señaladas en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (CPEUM), así como en la Ley General de Instituciones y
Procedimientos Electorales y la Ley General de Partidos Políticos. Financiamiento
que, de acuerdo a los ordenamientos legales señalados, es de carácter público y
privado, el cual se fija y se distribuye conforme a fórmulas establecidas en los
referidos ordenamientos, así como en las leyes locales de la materia, en su caso.

El tema de financiamiento de los partidos políticos ha sido materia de discusión y


modificación en las distintas reformas en materia político-electoral; éstas
generadas por factores económicos, políticos y sociales por los que ha atravesado
el país.

Dada la importancia que genera este tema se realiza la presente investigación


abarcando la fórmula de asignación del financiamiento público para los partidos
políticos, las cantidades que reciben y mi opinión respecto a la cantidad que
reciben y el mecanismo de fiscalización de estos recursos.
El financiamiento de los Partidos políticos en México

En México con la reforma electoral de 1996, los partidos políticos pactaron un


marco normativo, en la Constitución y en la ley, de las condiciones de la
competencia que incluyó:

 Un financiamiento público predominante frente al privado


 La especificación de las fuentes legítimas para obtener financiamiento privado
y los límites de esas donaciones
 La exclusión de dinero de determinados orígenes (gobiernos, el extranjero, las
iglesias, empresas mercantiles, mexicanos en el extranjero y donativos
anónimos)
 Topes a lo que los partidos pueden gastar en las campañas
 Un régimen de amplia fiscalización a las finanzas de los partidos y las
sanciones a que se hacen acreedores si violan la ley

Además, se afinaron los mecanismos a través de los cuales los partidos pueden
acceder a los medios de comunicación. Todo ese diseño intentó promover y
salvaguardar los siguientes objetivos:

1. Equidad en la competencia.
2. La independencia y autonomía de los partidos frente a grupos de poder
económico legal o ilegal.
3. La transparencia en las finanzas de la contienda política.

El propósito del financiamiento público es garantizar un nivel de recursos


suficiente para que la competencia electoral sea eso: una competencia entre
distintas opciones con oportunidades reales de conquistar gobiernos o espacios
de representación parlamentaria y no un ritual con ganadores y perdedores
predeterminados.
El financiamiento puede destinarse sólo a las campañas, esto es, comprender sólo
gastos electorales, o canalizarse para las actividades regulares y permanentes de
los partidos o ambas cosas.

En México hay tres vías de financiamiento público directo:

- Para actividades ordinarias


- Para gastos de campaña en años de elecciones
- Por actividades específicas (que es un reembolso a parte de sus gastos en
tareas de difusión de la cultura democrática).

En el artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se


establecen las bases del sistema de partidos políticos en México, entre ellas las
reglas del vigente sistema de financiamiento. En tanto que, el Código Federal de
Instituciones y Procedimientos Electorales se prevén las obligaciones y se detallan
los derechos de los partidos políticos nacionales, entre los cuales cabe destacar el
relativo a disfrutar de las prerrogativas y recibir el financiamiento público, así como
el ser propietarios, poseedores o administradores sólo de los bienes inmuebles
que sean indispensables para el cumplimiento directo e inmediato de sus fines.

De entre sus obligaciones, es necesario resaltar que los partidos políticos deben:

1. Publicar y difundir, en las demarcaciones electorales en que participen, así


como en los tiempos oficiales que les corresponden en las frecuencias de radio y
en los canales de televisión, la plataforma electoral que el partido y sus candidatos
sostendrán en la elección de que se trate.

2. Permitir la práctica de auditorías y verificaciones que ordene la Comisión de


Fiscalización de los Recursos de los Partidos y Agrupaciones Políticas.

3. Entregar la documentación que la propia Comisión les solicite respecto a sus


ingresos y egresos.

4. Utilizar las prerrogativas y aplicar el financiamiento público exclusivamente para


el sostenimiento de sus actividades ordinarias y para sufragar los gastos de
campaña.
Conforme a la normativa vigente en México, las prerrogativas de los partidos
políticos nacionales son:

a) Tener acceso en forma permanente a la radio y televisión.

b) Gozar del régimen fiscal que se establece en el propio código y en las leyes de
la materia.

c) Disfrutar de las franquicias postales y telegráficas que sean necesarias para el


cumplimiento de sus funciones.

d) Participar del financiamiento público correspondiente para sus actividades.

Las sumas que reciben los partidos políticos de financiamiento público cada año
se definen siguiendo criterios muy claros que establece el Código Federal de
Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE).

En primer lugar, se fijan unos “costos mínimos de campaña” (CMC) para una
elección a diputado, senador y Presidente de la República, respectivamente. Se
trata de una canasta de bienes de los gastos en que incurren los partidos y
candidatos en los distritos y en las entidades del país.

A pesar del nombre que el legislador les dio, los costos no necesariamente
implican la erogación mínima que debe hacer un partido en cada una de las
campañas en que postule candidatos federales y son, en realidad, el multiplicador
base que se utiliza para fijar posteriormente el financiamiento público de los
partidos en su conjunto.

Si el Consejo General del Instituto Federal Electoral, que es la máxima autoridad


administrativa en la materia, no altera los elementos y factores que componen los
CMC, la actualización se hace, como indica el artículo 49 de la legislación
electoral, siguiendo la evolución del Índice Nacional de Precios al Consumidor,
que determina el Banco de México.

Ahora bien, por lo que hace al financiamiento por actividades ordinarias de los
partidos políticos, la fórmula legal de determinación es la siguiente: se toma el
CMC de una campaña para diputado, se multiplica por el número de diputados a
elegir (500) y por el número de partidos políticos nacionales con registro y
representación en el Congreso de la Unión. Después, el CMC de una campaña
para senador se multiplica por el número de legisladores del Senado (128) y eso
se multiplica por el número de partidos políticos nacionales representados en el
Congreso. El tercer componente del financiamiento es el CMC de una campaña
para Presidente de la República (que a su vez se desprende de multiplicar el CMC
de una campaña para diputado por los 300 distritos electorales que conforman el
territorio mexicano, dividirla entre el número de días que dura una campaña para
diputado y multiplicarla por el número de días que dura una campaña para
Presidente). Los resultados de cada uno de estos ejercicios se suman y de ahí
resulta la bolsa final del financiamiento para actividades ordinarias.

En la actualidad el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó por
unanimidad el financiamiento público de los partidos políticos nacionales para el ejercicio
2023, a partir de la fórmula establecida en la Constitución, por un importe de 6 mil 233
millones 510 mil 798 pesos, conforme a lo siguiente:

Rubro de financiamiento público Monto anual de financiamiento público

Sostenimiento de actividades
$5,936,016,484
ordinarias permanentes

Actividades específicas $178,080,495

Franquicia postal $118,720,329

Franquicia telegráfica $693,490

Total $6,233,510,798
En sesión extraordinaria, el Consejero Presiente del INE, Lorenzo Córdova
Vianello, aseguró que “el modelo de financiamiento predominantemente público de
los partidos políticos es uno de los pilares de nuestro sistema electoral y es el
producto de la evolución de dicho sistema a partir de una serie de reformas que,
consensuadas entre las propias fuerzas políticas, se han ido perfeccionando y
mejorando las condiciones de legalidad, certeza y equidad en la contienda
política”.

El modelo de financiamiento público, sostuvo, ha contribuido a un triple propósito:


“la legalidad y certeza sobre el financiamiento de la política, la equidad en la
competencia, así como la transparencia en el manejo de los recursos por parte de
partidos, candidatas y candidatos”.

Con la creación y perfeccionamiento del Sistema de Fiscalización, “el modelo de


financiamiento público ha contribuido al tercer propósito: el de la transparencia y la
rendición de cuentas, no solamente porque se conoce la fuente principal de los
recursos, sino porque además el dinero que reciben los partidos, tanto el público
como el privado, es escrupulosamente escrutado”, insistió el Consejero
Presidente.

Córdova recordó que cada año el INE calcula el monto del financiamiento que
reciben los partidos, con base en una fórmula establecida en la Constitución.
Dicha fórmula de cálculo, enfatizó, no admite debate o negociación alguna, sino
que es un mandato establecido en el artículo 41 de la Constitución.

Con base en la fórmula que establece la Constitución mexicana y la Ley General


de Partidos Políticos, tomando en cuenta los resultados de la elección ordinaria
federal para elegir diputaciones por el principio de Mayoría Relativa y el porcentaje
de votos obtenidos por cada fuerza política, el financiamiento que corresponde a
cada partido político aprobado por el Consejo General, es el siguiente:
Respecto al tres por ciento del financiamiento público para el sostenimiento de
actividades ordinarias permanentes que cada partido político debe destinar para la
capacitación, promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres, la
Consejera Dania Ravel Cuevas recordó que ese porcentaje es un piso mínimo.

“Este recordatorio es aún más necesario en un contexto en el que seguimos


presenciando violencia política contra las mujeres por razón de género y viendo a
políticos y políticas que descalifican o dan un trato diferenciado a las candidatas
por el simple hecho de ser mujeres”, lamentó.

Por su parte, la Consejera Carla Humphrey Jordan reconoció que hasta ahora el
sistema de financiamiento a partidos políticos ha logrado combatir de forma
adecuada el uso de recursos ilícitos en las campañas electorales. Sin embargo,
llamó a promover, junto con las y los legisladores, “diversas medidas para hacer
frente a nuevos problemas que enfrentamos en el financiamiento en efectivo a las
campañas, a dinero del crimen organizado y, por supuesto, a fiscalizar de una
manera mucho más adecuada cómo se están gastando e ingresando estos
recursos”.

El INE no está impulsando ningún acuerdo a capricho o a beneficio de uno u otro


actor político, sino aplicando literalmente la Constitución como venturosamente lo
hace desde que esta disposición de financiamiento público predominante quedó
en la Carta Magna, allá en 1996”. Pero el financiamiento público predominante, es
parte de un modelo, es una pieza que también incluyó permitir el financiamiento
privado, pero con límites y acotado y, a la vez, prohibió de manera clara y
terminante que hubiera otra forma de llevar recursos públicos a los actores
políticos o a sus campañas que no fueran los que expresamente contemplan la
Constitución y las leyes y que dan las autoridades electorales.

CONCLUSIÓN

El financiamiento de los partidos políticos en México ha generado en los últimos


años un álgido debate sobre la racionalidad del gasto presupuestal de origen
público que se destina a financiar las actividades ordinarias de estos institutos y
sus campañas electorales. Por un lado, se señala que es excesivo el monto del
financiamiento destinado a los procesos electorales y a los institutos políticos. Por
otro lado, se encuentra la necesidad de mantener los subsidios a los partidos y así
tratar de fomentar la naciente democracia mexicana.

El sistema de partidos políticos y la naciente democracia mexicana necesita contar


con el apoyo financiero proveniente de fondos públicos, sin embargo, el monto del
financiamiento tiene que ser mucho menor a lo que se está proporcionando en la
actualidad a los partidos. En este sentido, sí es posible reducir el monto del
presupuesto de origen público asignado a los partidos políticos y a las autoridades
electorales sin ocasionar daños al sistema de partidos políticos, su nivel de
institucionalización y competitividad.

Se tiene que lograr un sano balance y ajuste del presupuesto que reciben los
partidos, de tal forma que se adecue a las realidades económicas del país. Con
menos recursos de origen público para los partidos políticos, se puede esperar el
uso más racional de estos recursos y que el nivel de confianza ciudadana en estas
instituciones pueda aumentar, mejorando a su vez la confianza de los mexicanos
en su democracia en la medida que los partidos políticos son instituciones básicas
de todo sistema democrático.

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