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El
café
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Formación Cívica y Ética. Tercer grado.

Valora el conflicto como oportunidad para que personas, grupos o naciones transformen relaciones negativas o
injustas en relaciones que les permitan convivir en una cultura de paz.

Profesora: Ana María Aguilar Martínez.

Durante el trayecto de este proyecto, vamos a trabajar en distintos espacios y momentos durante los cuales vamos
a ir desarrollando actividades individuales y grupales. En ocasiones encontrarás lecturas que deberás comprender
y contestar respuestas ARGUMENTANDO tus ideas. Es decir, desarrollar lo que comprendes ampliamente y si es
necesario, emitir una opinión bien formulada. En otras ocasiones, se te pedirá reunirte con personas para construir
una actividad juntos y en otras ocasiones, reflexionarás con el Sabio. Ya conocerás quién es el sabio: cuando se te
pida dialogar con el sabio, escribirás una reflexión personal que puedes consultar con algún maestro, un amigo,
tus padres o desde una reflexión interior, para poder encontrar la mejor respuesta a ese dilema.

Bueno ahora vamos a ver cómo vamos a vincular el tema de nuestro proyecto con la asignatura de Formación
Cívica y Ética.

En primer, lugar realizarás una portada en tu libreta con los siguientes datos:

Nombre del proyecto: El café

Tema: Valora el conflicto como oportunidad para que personas, grupos o naciones transformen relaciones
negativas o injustas en relaciones que les permitan convivir en una cultura de paz.

Periodo: Tercer trimestre.

Nombre del alumno: ____


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El café y la sociedad.

Vamos a realizar una primera lectura breve sobre el café. Son fragmentos de la vida del país, específicamente de
la ciudad de México.

Este cultivo llegó a México a finales del siglo XVIII[1], desde entonces poco a poco ha conquistado el gusto y el

paladar de muchos, pero además esta actividad es eje fundamental en el desarrollo económico y social del campo

mexicano, tanto que en todo el mundo tres de cada 100 toneladas de café verde son mexicanas.

Los primeros en adoptar la cultura del café en México fueron los indígenas, quienes adaptaron este maravilloso

grano a su cultivo tradicional desarrollando técnicas entre las que sobresale la producción bajo sombra, en donde

la planta se desarrolla en plena libertad, sin embrago un riesgo constante es el ataque de la roya, gracias a los

extraordinarios cuidados artesanales de los pequeños y medianos cafetaleros han podido conservar la originalidad

del aromático.

Por otra parte, la importancia económica del café para los pueblos originarios que lo cultivan es relevante ya que

este grano forma parte de los productos estrella de exportación lo que se traduce en un aumento de ingresos para

las comunidades productoras, asimismo desde el punto de vista cultural, tenemos que, alrededor de este cultivo

existe una gran riqueza y diversidad de valores, creencias y conocimientos que es necesario reconocer.

La cultura del café en México, My coffee box, obtenido de https://mycoffeebox.com/cafe-en-mexico-la-cultura-


del-cafe-en-mexico/

En nuestro país, los primeros registros sobre la introducción del cultivo cafetalero y su procesamiento, datan de

1790, con la existencia de una Real Orden del Gobierno Español que eximía de impuestos a los utensilios para el

azúcar y los molinos de café que se trajeran de la Metrópoli.

A finales del siglo XVIII, la vida social en México comenzó a tornarse rica, variada y -porque no decirlo- agitada,

extendiéndose así las diversiones públicas, los cafés, los paseos y por supuesto no podían faltar los bailables.

Para principios del siglo XIX, era ya una costumbre beber café, de ahí que se dio una acelerada expansión en el

establecimiento de cafés –como se les llamaba– en la Ciudad de México. Esto representó una de las tantas
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señales inequívocas de las profundas transformaciones que estaba experimentando la sociedad. La vida social

había cambiado, era más activa –y atractiva– y con ello, los espacios de reunión aumentaron exponencialmente.

El primer café del que se tiene noticias en la ciudad de México fue el “Café de Manrique”, que se ubicaba en lo

que hoy es la calle de Tacuba. Este primer establecimiento sería famoso, no sólo por ser citado en una de las

novelas más leídas en el siglo XIX –Los Bandidos de Río Frío de Manuel Payno–, sino porque a él acudieron

importantes personajes de la época, entre ellos el “Padre de la Patria”, muy probablemente a compartir sus ideas

políticas con respecto a la dominación española.

La apertura de un importante número de cafés, atrajo la atención de múltiples personajes que componían el

mosaico de la sociedad de aquel tiempo. En general, se puede decir que los concurrentes más frecuentes fueron

los militares, clérigos, escritores, músicos, artistas –ya sea del teatro o de la ópera– jugadores de pelota –se refiere

a los jugadores de lo que hoy conocemos como frontón– abogados sin bufete, vagos consuetudinarios y no

podemos olvidar a los ya clásicos políticos.

Pero más allá de estas figuras habituales, a lo largo del siglo XIX, su actuación fue distinta. Por ejemplo, en 1810 –

previo al levantamiento armado– la presencia de los políticos estaba aderezada por la discusión de ideas entre los

que defendían a la corona y del otro lado los criollos; sobre todo cuando estos últimos defendían las ideas nuevas,

las ideas de independencia que ya no se podían ocultar.

Ya en la agitada vida independiente, los cafés siguieron siendo el corazón de los comentarios políticos, el lugar

donde se celebraba la caída del más reciente presidente y se ovacionaba al nuevo, centro de conspiraciones,

clubes políticos y el lugar preferido para que los espías dieran cuenta de todo lo que en ellos se comentaba.

En el transcurso del imperio de Maximiliano se sumaron también como asistentes habituales los militares

franceses, austriacos, belgas y toda clase de aventureros. De hecho, en julio de 1867, cuando las fuerzas austriacas

y belgas estaban por salir de México y los liberales habían triunfado y tomado nuevamente la Ciudad de México,

estos comercios fueron el lugar en donde se dio más de un desafío entre mexicanos y europeos, que terminaba,

generalmente, con algún difuntito en cualquiera de los bandos.

Asimismo, las mujeres requirieron de su espacio en estos sitios, no sin ser objeto –en un principio– de críticas y

adjetivaciones. Con el tiempo, la asistencia de la mujer a las cafeterías se volvió más común y menos objeto de
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censuras moralinas. Ya era costumbre en 1833, no sólo ver a las jóvenes degustando una buena taza de café –o

cualquier otra cosa– con sus novios o pretendientes.

Para 1875, el nuevo propietario del Café del Progreso introdujo una innovación, que cambiaría –de aquí en

adelante– radicalmente el servicio de café. Por primera vez, las mujeres empezarían a servir el aromático, lo que

originó una oleada de comentarios. Al final, para muchos, las meseras fueron como sangre regeneradora para los

anémicos, pues les devolvieron la vida a los cafés.

“No soy una gran bebedora de café, pero entiendo el atractivo de los cafés. Lugares en los que se pueden departir
grandes ideas alrededor de una concha, un americano o un lechero.

Pero el café por sí mismo es atractivo por su aire intelectual. En la Ciudad de México han existido famosos cafés
donde se reúnen bohemios de distintos colores y oficios. Existía el Café Tupinamba, donde se reunían los grandes
del toreo. Afuera, los torerillos les hacían la corte y les mendigaban unos centavos para poder tomarse un café
con leche en un café de chinos cercano. El Café San José, que todavía existe, invitaba a los famosos de la época de
la radio, pues está muy cerca de la XEW. En sus paredes se pueden ver fotos de Agustín Lara, Pedro Vargas y Toña
la Negra.

En épocas decimonónicas, la sociedad del café bullía. Era una época de ideas y cambios en México y la ciudad
ardía. En los cafés, los jóvenes estudiantes que después perfilarían el México de la Reforma y luego influirían de
manera indirecta en la Revolución tomaban café en el Centro.

Uno de los lugares más famosos fue el Gran Café La Concordia. Se ubicaba justamente en la esquina de Madero e
Isabel La Católica. Precisamente hoy el Archivo Gustavo Casasola nos entrega una postal de La Concordia, casa de
ideas que cambiaron a este país. “
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Ahora escribe en tu libreta el siguiente título:

“El café como un elemento socializador por excelencia”

1.- Responde a las siguientes preguntas, a partir de la lectura.

a) ¿Qué papel ha jugado el café como medio para el encuentro entre las personas?

b) ¿Qué tipo de personas solían reunirse en los cafés de la Ciudad de México?

c) ¿Por qué consideras que cuando las mujeres comenzaron a frecuentar un café o a servir el café, la sociedad
reaccionó con comentarios de las personas?

d) Describe tres tipos de conversaciones que se podían tener en un café.

e) Escribe la respuesta de tres compañeros en las que ellos te compartan qué cosas les llamó más la atención de
la lectura anterior?

f) Busca el significado de tres palabras desconocidas para ti

g) Busca la biografía de alguna persona mencionada y que desconozcas.


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2.- Como hemos visto, las personas necesitamos espacios para convivir, pero también esos espacios se convierten
en muchas ocasiones para dialogar sobre aspectos importantes. Incluso es posible que en una cita de café se
concrete un negocio o un compromiso de boda.

Las relaciones humanas tienden a tener las dos facetas: la vida armoniosa y de sana convivencia, pero debido a
que somos diferentes y tenemos maneras diferentes de pensar y ver la vida, también existen los conflictos en
todos los niveles de convivencia: familiar, escolar, social, organizacional, político y entre naciones.

Veamos dos conceptos muy importantes en esta línea:

El café y los conflictos.

Tómate un cafecito y piensa bien las cosas…

La palabra conflicto abarca varias dimensiones. Se refiere a un choque de intereses, objetivos, puntos de vista,
acompañado de emociones negativas y en ocasiones con la ruptura de reglas y normas.

El conflicto intrapersonal. Se refiere a una serie de conflictos que puede experimentar una persona debido a su
baja autoestima, o bien, por encontrar en su persona algunos aspectos con los cuales no se sienten conformes y
les causa mucha inquietud. Por ejemplo, una persona puede tener conflictos con su color de piel, el aspecto de su
cuerpo, pensar que es una persona negativa, con poca capacidad intelectual o con fuertes dificultades para tener
amigos o atreverse a realizar nuevos retos. También hay conflictos intrapersonales cuando las cosas no salen como
a la persona le hubiera gustado que resultaran.

En el caso de los adolescentes se dan frecuentes conflictos consigo mismos, debido a que enfrentan frecuentes
cambios en sus gustos, sus estados de ánimo, sus gustos, la atracción sexual, los retos escolares, la aceptación de
los amigos, la rebeldía y la falta de ánimo o la propensión a algunas adicciones.
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Elabora un texto donde un adolescente, sea varón o mujer se encuentre en


conflicto consigo mismo. Describe sus inquietudes y la forma en que este adolescente dialoga consigo mismo. La
forma en cómo se trata a sí mismo y cómo se comporta cuando tiene más contrariedades internas.

Ahora es tiempo de consultar al sabio:

Sabio, ¿cómo puede un adolescente salir del


conflicto cuando no se acepta a sí mismo?

¿Cómo puede un adolescente aprender a


aceptarse y aceptar sus errores?

Redacta lo que el sabio te ha aportado. Recuerda que también puedes consultar algún blog o de forma personal
con algún compañero, profesor o incluso padres, padrinos, etc.

Ahora lee el siguiente texto:

Los adolescentes tienden a tener las siguientes conductas:

Egocentrismo.

Invulnerabilidad, asociado a las conductas impulsivas y de riesgo.

Iniciación del pensamiento formal para argumentar sus opiniones.

Ampliación del mundo: surgimiento de intereses propios.

Apoyo del grupo y la importancia de la identificación con los otros.

Redefinición de la imagen corporal.

Culminación del proceso de separación/ individualización y sustitución del vínculo de dependencia.

Elaboración de una escala de valores propia.


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Pones como título: “Cómo vivir los conflictos internos de la adolescencia sin hacernos daño”

Elige una de las características anteriores y explica cómo puede vivir un adolescente esta experiencia sin caer en
conductas que después le causen mayor conflicto. Explícalo poniendo el tema debajo de un dibujo parecido a
éstos:

Debe llevar:

Introducción.

Desarrollo.

Conclusiones.

NOTA: Lee también el siguiente texto para completar tu información.

Autoestima baja en los adolescentes: cómo


identificarla
Hemos visto que una buena autoestima es la mejor aliada para evitar la inestabilidad emocional en la adolescencia.
Asimismo, valorarse y quererse también contribuye a tener relaciones sociales de calidad en la etapa de la juventud y
más tarde en la vida adulta. Pero ¿cómo saber si el menor tiene una percepción insana sobre él mismo? Estas son las
señales de alerta que nos indican una falta de autoestima en el adolescente:
 Cree que es inferiores a los demás, no se valora y tampoco se hace respetar.
 No tiene confianza en sí mismo y sobre sus capacidades y habilidades.
 Se muestra inseguro y con miedo al fracaso y, por ende, evita probar cosas.
 Suele tener falta de disciplina, de compromiso y de responsabilidad.
 Intenta llamar la atención y puede apoyarse en el engaño y la mentira para destacar sobre el resto.
 Responsabiliza a los demás de sus desgracias, adoptando actitudes violentas y desafiantes.
 Tiene dificultades para relacionarse con sus iguales.
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 Tiende al pesimismo y a la exageración.


 Suele compararse con los demás.
Pautas para aumentar la autoestima en adolescentes
La Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPAP) da estos consejos para mejorar la autoestima
en los adolescentes:
 Dejar a un lado los pensamientos negativos sobre uno mismo.
 Probar nuevas actividades.
 Ponerse como objetivo el logro en lugar de la perfección, recordemos que esta no existe.
 Identificar las cosas que puedes cambiar para sentirte mejor y las que no son modificables.
 Hacer de los errores oportunidades de aprendizaje.
 Fijarse metas.
 Colaborar en labores sociales.
 Practicar ejercicios.
 Valorar y agradecer la vida que se tiene.

Café y conflictos interpersonales.


Cuando las personas interactuamos, es muy posible que tengamos diferentes formas de pensar y tomar decisiones
que posiblemente a los demás les pueda incomodar. De ahí surgen los conflictos interpersonales, cuando los
demás ven afectados sus intereses.
Uno de los mejores recursos para resolver las diferentes opiniones será siempre por excelencia el diálogo.

Las formas de expresión. El diálogo


Teoría-Esquema-Actividades-Ideas

Teoría:
El diálogo.
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 Definición.

Es una conversación entre dos o más personas, mediante la que se intercambian información y se comunican pensamientos
sentimientos y deseos. Puede ser oral o escrito.

Características del diálogo oral.

 Características.

· Las personas que hablan se llaman interlocutores.

· Es muy expresivo puesto que intervienen los gestos, la entonación y la actitud.

· Es espontáneo y se utilizan frases cortas y simples.

· Suele tener errores y frases sin terminar.

Es muy necesario ser ASERTIVO.

 Un buen diálogo.

· Respetar al que habla.

· Hablar en tono adecuado.

· No hablar todos a la vez.

· Saber escuchar antes de responder.

· Pensar en lo que dicen los demás.

· Admitir las opiniones de los demás.

. Tener claro el tema de diálogo y no traer a cuenta diversos temas que pueden llevar a confusiones.

Actividades:

Investiga qué es la ASERTIVIDAD. Escribe en tu libreta lo que encontraste.

Realiza una actividad de autoobservación e identifica lo siguiente:

a) ¿Qué actitudes te faltan para poder llevar un buen diálogo con tus padres, hermanos, amigos o
maestros?
b) ¿Dices adecuadamente lo que sientes o piensas?
c) ¿Esperas algo en específico de las personas que dialogas?
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d) Cuando en el diálogo no te dicen lo que esperas escuchar ¿te enojas? ¿levantas la voz? ¿tienes
reacciones de burla, agresión o te alejas?

Elabora un tríptico en donde se identifiquen los elementos más importantes del diálogo. Es importante que se
resalte la capacidad de escuchar en el tríptico, pues si no podemos escuchar al otro entonces no hay diálogo.

**Muestra tu tríptico a dos compañeros que la profesora te indique, y recibe de cada uno de ellos una calificación:
en cuanto a la presentación, en cuanto a su comprensión, en cuanto a sus mensajes claros y útil.

Reflexiona con dos o tres compañeros sobre


la importancia del diálogo cuando hay
conflictos en un país, o incluso entre países.
Cada uno lea al respecto y preparen una
breve exposición sobre el tema.

Nota: en tu libro de texto, encontrarás el tema: El conflicto como motor de transformación.

Trabajo final: En tu taza de cartón, añade figuras de vapor con los conceptos más importantes que hayas aprendido
en este proyecto, utilizando hojas de colores, listones, tiras de papel o cualquier material que sea de tu agrado.

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