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RESUMEN:
El régimen legal que entró en vigor el 3 de septiembre de 2021, mediante la Ley 8/2021
de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a las personas
con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, pretende dar cumplimiento a lo que,
desde el año 2006, la Organización de las Naciones Unidas estableció en la Convención para
los Derechos de las Personas con Discapacidad. Se destierra la regulación previa en materia de
discapacidad y los conceptos que repetimos con letanía como la incapacitación, que deja de
existir en nuestro Ordenamiento Jurídico, lo que supone un cambio total de paradigma que
modifica ampliamente tanto el Código Civil, como el resto de normas a las que haremos
referencia. Debemos partir de la consideración de que esta Ley otorga la misma capacidad a
toda persona por el mero hecho de serlo, y tiende a una mayor flexibilidad protegiendo sus
derechos y dignidad, precisando que toda falta de capacidad debe complementarse con los
respectivos apoyos, dando preferencia a las medidas voluntarias sobre las judiciales.
ABSTRACT:
The legal regime that entered into force on September 3, 2021, through Law 8/2021 of
June 2, which reforms the civil and procedural legislation to support people with disabilities in
the exercise of their legal capacity, intends to comply with what, since 2006, the United Nations
Organization established with the Convention for the Rights of Persons with Disabilities. The
previous regulation on disability was banished, and the concepts that we repeat with litany such
as incapacitation, which ceases to exist in our Legal System, which represents a total paradigm
shift that widely modifies both the Civil Code, as well as the rest of standards to which we will
refer. We must start from the consideration that this Law grants the same capacity to every
person for the mere fact of being, and tends to greater flexibility protecting their rights and
dignity, specifying that any lack of capacity must be complemented with the respective support,
giving preference to voluntary measures over judicial ones.
ÍNDICE DE ABREVIATURAS
AC Actualidad Civil.
Art Artículo.
CE Constitución Española.
CDPD Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
DT Disposición Transitoria.
Ley Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el
8/2021 apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica.
MF Ministerio Fiscal.
Núm. Número.
OJ Ordenamiento Jurídico.
p. Página.
pp. Páginas.
RP Registro de la Propiedad.
ss. Siguientes.
TS Tribunal Supremo.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN. ............................................................................................................................. 3
1. TÍTULO XI DEL LIBRO PRIMERO DEL CÓDIGO CIVIL: «DE LAS MEDIDAS DE APOYO A LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD PARA EL EJERCICIO DE SU CAPACIDAD JURÍDICA».
ANÁLISIS DE LA NUEVA REGULACIÓN. ......................................................................................... 24
1
1.5. CAPÍTULO V: DEL DEFENSOR JUDICIAL. ..................................................................................................... 39
2.1.2. Procedimiento....................................................................................................................... 52
2. REGISTRO DE LA PROPIEDAD.............................................................................................. 57
CONCLUSIONES ............................................................................................................................ 60
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 63
2
INTRODUCCIÓN.
La Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para
el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, es el resultado
de una larga espera desde que España ratificó en el año 2008 la Convención de Nueva York
sobre las personas con discapacidad, de 13 de diciembre de 2006, que supone, en esencia, la no
discriminación y el ejercicio en igualdad de condiciones de la capacidad jurídica.
3
CAPÍTULO I: EL FUNDAMENTO DE LA REFORMA, CONCEPTO
DE DISCAPACIDAD Y REGULACIÓN JURÍDICA PREVIA. NOTAS
ESENCIALES.
El pasado día 3 de junio de 2021, se publicó en el Boletín Oficial del Estado la Ley
8/2021 de 2 de junio, por la que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a las
personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica, que entró en vigor a los tres
meses de su publicación, es decir, el 3 de septiembre de 2021.
1
Unión Europea. Recomendación (UE) 99 del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados miembros,
de 23 de febrero de 1999 sobre «los principios referentes a la protección jurídica de los mayores incapacitados»:
Previamente ya tenía su base en la flexibilización a la hora de abordar estas situaciones, optando por ofrecer
medidas de protección que no coartasen la capacidad jurídica de la persona.
2
Resolución 61/106 de la Asamblea General «Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad»
A/RES/61/611 (13 de diciembre de 2006.)
3
FERNÁNDEZ DE BUJÁN, A: «Capacidad. Discapacidad. Incapacidad. Incapacitación.» Revista de Derecho
UNED, núm.9, 2011, p.89.
4
El punto de partida es el objetivo de conseguir una igualdad real entre las personas
«neuroatípicas», para que disfruten de manera plena de todos sus derechos, lo que se ha venido
incumpliendo por la inercia social de no poner el foco en la propia persona con discapacidad y
en su voluntad. Para llevarlo a cabo, la CDPD sustituye el tradicional modelo biológico o
médico, que invisibiliza a la persona con discapacidad considerándola un individuo mudo
jurídicamente y necesitado de protección, por un modelo social que respeta la autonomía de la
voluntad y la dignidad inherente a toda persona, y que entiende que la adaptación, es una
obligación de la sociedad para compensar la desventaja social que implica la discapacidad.
El art. 3 contiene los principios para entender la dirección en la que debe ir encadenada
la reforma, mencionando, entre otros, el respeto a la dignidad inherente de la persona, la libertad
de tomar sus propias decisiones, y la igualdad de oportunidades. Estos deben guiar la actuación
de los poderes públicos y de los órganos judiciales5. Conviene recordar que, al realizar la
ratificación, nuestro país asume una serie de obligaciones enumeradas en el art. 4, entre las que
destacan la adopción de medidas legislativas, administrativas y de otra índole, incluyendo
aquellas que derogan todos los instrumentos existentes que supongan discriminación por razón
de discapacidad6.
4
CASTRO-GIRONA MARTÍNEZ, A: La Convención de los derechos de las personas con discapacidad y la
actuación notarial: el notario «ombuds-man» social, Barcelona, 2011.
5
Cfr. Art. 3 de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, que en relación con los
principios generales, dispone que: «Los principios de la presente Convención serán: a) El respeto de la dignidad
inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las
personas; b) La no discriminación; c) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; d) El respeto
por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición
humanas; e) La igualdad de oportunidades; f) La accesibilidad; g) La igualdad entre el hombre y la mujer; h) El
respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su
identidad.»
6
LASARTE GONZÁLEZ, C: «Capacidad, discapacidad y cargos tuitivos» Compendio de Derecho de la Persona
y del Patrimonio, Dykinson, Madrid, 2015, pp. 65-66. Señala que: «En coherencia con los nuevos vientos del
sector, la Ley 1/2009, de 25 de marzo, establece en la disposición final primera que “El gobierno en el plazo de
seis meses desde la entrada en vigor de esta Ley, remitirá a las Cortes Generales un Proyecto de Ley de reforma
de la legislación reguladora de los procedimientos de incapacitación judicial, que pasarán a denominarse
procedimientos de modificación de la capacidad de obrar”. Tal previsión normativa debería haber determinado
que el término incapacitación y las perífrasis con él relacionadas deberían verse sustituidas por el giro de
5
A tal efecto surge la Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación normativa a la CDPD,
que de forma responsable con su objetivo, promulga el nuevo planteamiento instando al
Gobierno para que en el plazo de un año a partir de su entrada en vigor, remitiese a las Cortes
Generales un Proyecto de Ley que contuviese la adaptación de nuestro OJ al art. 12 de la
Convención7, génesis de todo el cambio y del que procedemos a analizar su contenido, sin
menospreciar el resto del articulado de la misma8.
Bajo la rúbrica «Igual reconocimiento como persona ante la Ley» el art. 12 CDPD
reconoce en su apartado primero que «todas las personas con discapacidad tienen derecho en
todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica» y traslada un mandato a los
Estados parte para que reconozcan que «las personas con discapacidad tienen capacidad
jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos los aspectos de la vida». Prosigue
el texto obligando a que se proporcionen «salvaguardias adecuadas y efectivas para impedir
los abusos de conformidad con el derecho internacional en materia de derechos humanos»
concretando algunas y finalmente contempla el deber de que las personas con discapacidad
accedan a una serie de ámbitos patrimoniales en los que, tradicionalmente, han visto vulnerada
su igualdad de oportunidades9.
“modificación de la capacidad de obrar” y similares, una vez que la reforma hubiere sido efectiva. Pero ello,
ciertamente no ocurrió, pues el propio Gobierno olvidó hacer los deberes que el mismo se había adjudicado o
atribuido. ¿Para cuándo existirá responsabilidad política propiamente dicha y pagarán los poderes públicos por su
ineficacia e incompetencia?»
7
GARCÍA RUBIO, Mª. P: «Notas sobre el propósito y el significado del Anteproyecto de Ley por el que se
reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad
jurídica» en Jornadas sobre el nuevo modelo de discapacidad, Marcial Pons, Madrid, 2020, p.41.
8
Disposición adicional séptima. «Adaptación normativa relativa al ejercicio de la capacidad jurídica por las
personas con discapacidad, en igualdad de condiciones». España. Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación
normativa a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Boletín Oficial del
Estado, 2 de agosto de 2011, núm. 184, p. 17. [consultado 29 de junio de 2021].
9
CUENCA GÓMEZ, P: «La capacidad jurídica de las personas con discapacidad: El artículo 12 de la Convención
de la ONU y su impacto en el Ordenamiento Jurídico Español.» Derechos y Libertades, núm. 24, época II, 2011,
pp. 221-257.
10
Estudio temático preparado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos para mejorar el conocimiento y la comprensión de la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad, A/HRC/10/48, apartado 43.
6
Sobre esta base, la principal aportación de la Convención es la que resulta del resto de
su art. 5, según el cual, «a fin de promover la igualdad y eliminar la discriminación, los Estados
Partes adoptarán todas las medidas pertinentes para asegurar la realización de ajustes
razonables» (apartado 3), y «no se considerarán discriminatorias, en virtud de la presente
Convención, las medidas específicas que sean necesarias para acelerar o lograr la igualdad
de hecho de las personas con discapacidad» (apartado 4). Estas disposiciones internacionales
adoptan sustancialmente una perspectiva estática, significando o poniendo de manifiesto que
los discapacitados, por su propia naturaleza como personas, son destinatarios del Derecho
objetivo igual que cualesquiera otras11.
11
YZQUIERDO TOSLADA, M: Comentarios a las sentencias de unificación de doctrina civil y mercantil.
Dykinson, Madrid, 2010, p. 560.
7
Finalmente, el art. 49 CE concreta este enredijo constitucional garantizando la atención
especializada y el amparo para el disfrute de los derechos que el Título I le otorga a todos los
ciudadanos, utilizando el término «disminuidos» para referirse a las personas con discapacidad
física, sensorial y psíquica.
12
ONU: Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD), Observación general N. º 1 (2014)
sobre la igualdad de derechos de las personas con discapacidad (19 mayo 2014, CRPD /C/GC/14.
13
PALACIOS, A: «El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la Convención
Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad» Colección CERMI, núm. 36, 2008, p. 419.
8
cuestión de derechos humanos, pues es indudable que las condiciones que frenan el acceso a la
plena capacidad inciden en el ejercicio de estos.
14
DIEZ PICAZO, L: Sistema de derecho civil. Volumen I, 11ª ed. Tecnos, Madrid, 2003.
15
Establecer el hecho del nacimiento como punto de partida para la titularidad de derechos ha permitido, por
ejemplo, que la LO 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del
embarazo no suponga un caso de discriminación negativa por razón de discapacidad, ya que en el caso de que el
feto sufra una grave anomalía se amplía el plazo inicial previsto para ejercitar libremente el aborto (14 semanas)
hasta 22.
16
En palabras del gran jurista CASTÁN TOBEÑAS: «La capacidad de derecho supone una posición estática del
sujeto, mientras que la capacidad de ejercicio denota una idea dinámica. La primera es, como dice FERRARA, la
aptitud para ser titular de derechos y obligaciones, la abstracta posibilidad de recibir los efectos del orden
jurídico; la segunda, la capacidad de dar vida a los actos jurídicos; de realizar acciones con efecto jurídico, ya
produciendo la adquisición de un derecho u obligación, ya su transformación o extinción, y a su persecución en
juicio.»
9
De este modo, el problema que planteaba nuestro anterior procedimiento de
incapacitación se concretaba en que, a la luz de la CDPD, negaba en ocasiones la capacidad
justificando una consideración segregadora de la discapacidad. A día de hoy, nadie entendería
una limitación de la capacidad de obrar por razón de género, raza, religión o cualquier otra
circunstancia personal o social, por ello, los Estados, no deben privar de la posibilidad de
ejercitar los derechos, sino proporcionar el acceso al apoyo, o los ajustes razonables 17 que
eventualmente puedan ser necesarios para afrontar según qué situaciones, otorgando idéntico
status jurídico a las personas discapacitadas con el resto de ciudadanos. Se introduce un nuevo
concepto de capacidad jurídica que subsume ambas facultades (Titularidad y ejercicio del
derecho) suprimiendo la bifurcación existente18.
17
Por «ajustes razonables» se entenderán en virtud del art. 2 CDPD: «las modificaciones y adaptaciones necesarias
y adecuadas que no impongan una carga desproporcionada o indebida, cuando se requieran en un caso particular,
para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de
todos los derechos humanos y libertades fundamentales.»
18
Esta eliminación lleva a preguntarnos la tipificación como delito de abuso sexual de quien mantenga relaciones
sexuales con una persona con discapacidad psíquica, ex. art. 183.4.a) del Código Penal, puesto que implícitamente
se estaría reconociendo en el tipo que la capacidad de obrar existe, suponiendo una fuerte contradicción teórica
que generará eventuales problemas en su aplicación.
10
Se eliminan de forma absoluta los términos inválido o subnormal, que curiosamente
eran los más utilizados por la sociedad hasta que se empezó a crear conciencia de la igualdad.
También es absolutamente desacertado hablar de incapacitado o incapaz, puesto que la propia
CDPD otorga plena capacidad jurídica a todas las personas, o de disminuido, lo cual resulta
curioso, pues el propio art. 49 CE19 menciona a los disminuidos físicos, psíquicos y sensoriales.
Asimismo, los eufemismos del estilo de personas con capacidad restringida, están
desaconsejados, ya que implican una actitud paternalista que rechazan absolutamente las
personas con discapacidad.
19
El Consejo de Ministros ha aprobado el Proyecto de reforma del art. 49 de la Constitución Española el 11 de
mayo de 2021, que pasaría a tener la siguiente redacción: «Las personas con discapacidad son titulares de los
derechos y deberes previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad real y efectiva, sin que pueda
producirse discriminación. Los poderes públicos realizarán las políticas necesarias para garantizar la plena
autonomía personal e inclusión social de las personas con discapacidad. Estas políticas respetarán su libertad de
elección y preferencias, y serán adoptadas con la participación de las organizaciones representativas de personas
con discapacidad en los términos que establezcan las leyes. Se atenderán particularmente las necesidades
específicas de las mujeres y niñas con discapacidad. Se regulará la especial protección de las personas con
discapacidad para el pleno ejercicio de sus derechos y deberes. Las personas con discapacidad gozan de la
protección prevista en los tratados internacionales ratificados por España que velan por sus derechos.»
20
Así se pronuncia la profesora de derecho civil, diputada y ponente de la Ley, MORO ALMARAZ, M. J: «La
tramitación legislativa de la Ley 8/2021» en La Ley, Derecho de familia, núm.31, 2021, pp. 1-12.
11
incomunicación social, para lo cual hoy en día sería impensable establecer una curatela
representativa, pues ya existen medios adecuados para su vida en sociedad.
También entiende que la discapacidad resulta de la interacción entre las personas con
deficiencias21 y las barreras debidas a la actitud y al entorno, que evitan su participación plena,
efectiva y en igualdad de condiciones. De esta definición debemos sacar una conclusión
fundamental, que es que para la CDPD, la discapacidad, no existe por las deficiencias de las
personas, sino por los obstáculos y problemas y porque la sociedad no le ha dotado de medios
suficientes para que pueda ejercer su capacidad jurídica en igualdad de condiciones que las
demás. La discapacidad que establece la CDPD no tiene una tipicidad legal específica, ni
precisa una declaración judicial previa para existir, y sin perjuicio de lo que dispone la
Disposición Adicional 4º del CC22, no es relevante una resolución administrativa que reconozca
un grado de discapacidad.
Según el párrafo segundo del art. 2 CDPD: «Las personas con discapacidad incluyen a
aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo
que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en
la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás». En esta definición se incluye, de
cualquier modo, a aquellos en quienes concurran las «causas de incapacitación» del anterior
art. 200 CC esto es, que padezcan «enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico
o psíquico que impidan a la persona gobernarse por sí misma». Este planteamiento amplio de
la discapacidad, que enuncia la DPD y sus diversas facetas, es seguido por la doctrina española,
entre otros por el autor MARTÍNEZ DE AGUIRRE23, por lo que el legislador debe atender estas
distintas situaciones de manera individualizada, entendiendo que la clasificación es sólo una
antesala de una inabarcable taxonomía que no cuenta con un nexo común, y que de
establecérselo, produciría una homogeneización que suele ser devastadora en cualquier ámbito.
Tanto el paternalismo del modelo biológico como la liberalización del modelo social agrupan
21
La propia Convención no considera de uso incorrecto la palabra «deficiencia».
22
La Disposición Adicional Cuarta del Código Civil tiene el siguiente tenor literal: «La referencia a la discapacidad
que se realiza en los arts. 96, 756 número 7.º, 782, 808, 822 y 1041, se entenderá hecha al concepto definido en la
Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de modificación
del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria con esta finalidad, y a las personas
que están en situación de dependencia de grado II o III de acuerdo con la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de
Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.» En la Ley 41/2003,
el art. 2 en su apartado segundo considera personas con discapacidad a las que presenten «una discapacidad
psíquica igual o superior al 33%». No obstante, para que entren en juego los tipos legales determinados en la DA
4º, sí hace falta reconocimiento del grado de discapacidad mediante resolución administrativa.
23
MARTINEZ DE AGUIRRE, C: El Tratamiento jurídico de la discapacidad psíquica: Reflexiones para una
reforma legal, Thomson Reuters, Aranzadi, Cizur Menor, Navarra, 2014, p.35.
12
peligrosamente singularidades. Los primeros por creer que todas las personas con discapacidad
son objeto de protección y tutela, y los segundos porque consideran que todas pueden decidir
por sí mismas, y todo ello, sin tener en cuenta el tipo y grado de discapacidad y las situaciones
a las que tengan que hacer frente.
La forma de discapacidad que más regulación exige es sin duda, la psíquica, ya que es
muy diferente dependiendo si es de nacimiento o sobrevenida, si su recuperación se considera
irreversible o mejorable, así como si su evolución es progresiva o regresiva. Esta variable afecta
a la capacidad de autogobierno de la persona, impidiendo la formación de una voluntad como
la que requiere el disfrute efectivo de la capacidad. Por su parte, el resto de discapacidades, las
físicas y sensoriales, no suelen afectar a priori a la capacidad.
24
DE LA IGLESIA MONJE, I: «Comentario de la Sentencia del Tribunal Supremo de 21 de septiembre de 2011»
coord. YZQUIERDO TOSLADA, M, en Comentarios a las sentencias de unificación de doctrina civil y
mercantil, op.cit. p.9.
13
cuál es la situación de esa persona, cómo se desarrolla su vida ordinaria, qué necesidades
tiene, cuáles son sus intereses personales y patrimoniales, y en qué medida precisa una
protección y ayuda.» Así se empezó a percibir una mayor flexibilización optando por la curatela
como medida principal, relegando la tutela a los casos donde se comprobaba una ausencia total
de capacidad de autogobierno.
A pesar del buen propósito con el que se inició la reforma legislativa de la Ley 8/2021,
a fin de superar estas resoluciones tipo y evitar que la tutela sea el sistema preferente, basta tan
sólo una lectura detenida de la misma para darse cuenta de su inadecuación a la realidad diversa
de discapacidad a la que acabamos de hacer mención. El hilo conductor de la nueva regulación
se enfoca en aquellas personas discapacitadas con capacidad para formar su propia voluntad y
tomar decisiones, abandonando parcialmente y poniendo barreras a aquellas figuras más
severas donde la capacidad no existe o incluso no ha existido nunca, que son precisamente los
más indefensos en la realidad social. En este sentido es ejemplificativa la opinión de DIAZ
ALABART: «No se trata, obviamente, de que todas estas personas no se tomen en consideración
a la hora de reconocerles su dignidad y en la medida en que cada caso sea posible, respetar
su propia autonomía para tomar decisiones, y siempre se busque preservar sus derechos, pero
hay que ser profundamente realistas y no cerrar los ojos a la existencia de personas con graves
enfermedades psíquicas y físicas, y en especial de personas ancianas con un gran nivel de
dependencia que prácticamente son incapaces siquiera de formar una voluntad, de manifestar
sus gustos y deseos…»25
Coincido plenamente con esta última autora, ya que la Convención no matiza sus
principios en los supuestos de discapacidades severas, que en la práctica de lo que hasta la fecha
veníamos entendiendo como el proceso de incapacitación, son las más frecuentes dado que sólo
en ellas, la persona es insuficiente para autogobernarse por sí misma. Posteriormente seré más
crítica con esta concepción de la discapacidad, ya que pese a estar de acuerdo con que las
Instituciones procuren realizar de manera exhaustiva y selectiva la elección de la figura de
apoyo, intentando proteger por todos los medios posibles la voluntad de la persona, la no
realización de abusos en los cargos ostentados y la no actuación bajo el interés propio, disiento
de la configuración «buenista» que se le pretende dar a una realidad social que no se puede
negar, por tanto en cuanto, la limitación en el ejercicio de sus derechos (que no así en su
titularidad), en algunos casos, es palpable y objetiva. En el mismo sentido, se manifiesta
25
DIAZ ALABART, S: Actuación de las personas con discapacidad en el ámbito personal y familiar: El derecho
a su libertad personal, Tecnos, Madrid, 2018, pp. 163-197.
14
ALEMANY, realizando una crítica contundente a la Observación General 2014, donde señala en
primer lugar el tratamiento uniforme de la discapacidad, además de argumentar una fuerte
oposición al modelo social, afirmando que el modelo biológico, aunque bien supone una
coartación de la libertad y autonomía del sujeto, se supedita a su protección, desertándolos del
desamparo26.
Después de la entrada en vigor de la Ley 8/2021, nadie va a ser sometido a tutela, figura
que se excluye para las personas con discapacidad por suplir la voluntad de la persona y decidir
por ella. Por la misma razón tampoco hay prórroga o rehabilitación de la patria potestad.
El Código Civil dedicaba a la materia su título X de su libro I «De las personas». Dicha
regulación fue objeto de numerosas reformas, sobre todo la introducida por la Ley 13/1983, de
24 de octubre, por la que se ajusta el CC a los mandatos constitucionales, estableciendo como
principio inspirador el interés del tutelado y los distintos niveles en la graduación de la
incapacidad mediante sentencia judicial, que se configurarán atendiendo a la figura de guarda
establecida y a los actos que el incapaz puede realizar sin asistencia. Esta reforma tuvo enorme
importancia ya que reconoció el valor de la persona con enfermedad psíquica reconociendo
aptitud de contraer matrimonio previo dictamen médico, para prestar consentimiento (art. 56
CC), de reconocer un hijo natural con aprobación judicial y audiencia del Ministerio Fiscal (art.
121 CC) o de otorgar testamento notarial previo reconocimiento de dos facultativos y siempre
26
De igual manera, expone; «El antipaternalista radical parece dispuesto a sacrificar los intereses de los más
débiles para garantizar el respeto a la libertad, los cuales son tratados por eso mismo como un puro medio para
los fines de los más fuertes; se les trata de forma indigna y se aseguran las condiciones para la desigualdad»”,
de forma que «El movimiento de vida independiente, el modelo social libertario, la Convención, el Comité, etc.,
están promovidos y protagonizados por discapacitados capaces, personas con deficiencias físicas y sensoriales,
que han extendido sus conclusiones a los discapacitados incapaces, personas con deficiencias graves mentales,
desconsiderando la especificidad de estos últimos y, a mi juicio, promoviendo un marco jurídico en el que el
respeto por su dignidad e igualdad están menos asegurados». En ALEMANY, M: «Igualdad y diferencia en
relación con las personas con discapacidad (Una crítica a la Observación General nº 1(2014) del Comité (UN) de
los derechos de las personas con discapacidad)», en Anales de la Cátedra Francisco Suárez, núm. 52, 2018, pp.
201-222.
15
que la sentencia de incapacitación no contenga pronunciamiento acerca de su capacidad para
testar (art. 665 CC).27
Las figuras de tutela y curatela tenían rasgos comunes. Tanto es así, que el régimen
supletorio de la curatela era el de la tutela por remisión legal. Su diferencia fundamental
radicaba en que, en la tutela, se representaba legalmente a la persona (menor o incapaz)
supliendo su voluntad, y la curatela, se restringía únicamente a asistir legalmente a una persona
para ayudarla a realizar los actos que pudiese por sí misma, complementando su capacidad.
27
VIVAS TESÓN, I: «La Ley Italiana 6/2004, de 6 de enero» Más allá de la capacidad de entender y querer,
Futuex, 2012, p. 45.
28
Si existieren nombramientos de tutor que pudieran resultar contradictorios, el juez decidía lo que considerase
más conveniente para el tutelado, que podía ser bien nombrar a uno sólo, o bien a ambos con distribución de
funciones, en LETE DEL RÍO, J.M. Comentario del Código Civil, Tomo I, Ministerio de Justicia, Madrid,1991, p.
724.
16
Juez estima que se cumplen los requisitos para autorizar la esterilización de la incapacitada en
su propio interés y no como acto de eugenesia de deficientes.
Estas resoluciones, además de fijar los cargos tutelares, debían inscribirse a efectos de
publicidad en el Registro Civil, para así tener eficacia probatoria. También se establece la figura
del defensor judicial para el posible conflicto de intereses entre quienes ejercen la tutela y
curatela y sus representados.
17
invasiva e intensa, se justifica su naturaleza interventora dado el sustancial menoscabo de la
persona en su aptitud natural de querer y entender, que, concurriendo realmente, provocaría la
nulidad de pleno derecho de los actos jurídicos que realizara por sí mismo. Se cumple con la
exigencia contenida en el art. 12.4 CDPD de que se asegure «que las medidas relativas al
ejercicio de la capacidad jurídica respeten los derechos, la voluntad y las preferencias de la
persona, que no haya conflicto de intereses ni influencia indebida» y «que sean proporcionales
y adaptadas a las circunstancias de la persona». La curatela, por su parte, respeta teóricamente
la voluntad de la persona con discapacidad, incluso hasta el punto de cuando ésta no puede
determinarse, ofreciendo unas menores garantías de que no se produzca sobre el mismo una
influencia indebida.
29
STS (Sala de lo Civil, Sección 1ª) núm. 282/2009, de 29 de abril (RJ\2009\2901).
18
En casos donde queda demostrada la incapacidad para realizar determinados actos, se
opta por el sistema de representación, por lo que podemos concluir, que pese al novedoso «traje
a medida», la fundamentación de la sentencia no concuerda con la normativa internacional.
Como reconoce CANTERO30, si nos atenemos al texto internacional «procede la eliminación de
esas instituciones y la adopción de un nuevo sistema de apoyo», la cual requerirá de una
profunda reforma legislativa. Creo que para lograr estos propósitos, hubiera bastado con
establecer taxativamente aquellos supuestos en los que se puede establecer como medida a
acordar la tutela, relegándola a enfermedades psíquicas severas donde no se pueda manifestar
el mínimo atisbo de voluntad.
30
GARCÍA CANTERO, G: «Persons with disability vs. Personas incapacitadas… o viceversa? Inserción del art.
12 del Convenio de Nueva York de 2006, en el Ordenamiento español», RDC, núm. 4, 2014, p. 94.
19
CAPÍTULO II: DERECHO SUSTANTIVO: EL NUEVO
PROCEDIMIENTO DE CONSTITUCIÓN DE APOYOS PARA LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD.
31
Ley 13/1982, de 7 de abril, de integración social de los minusválidos: Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de
protección patrimonial de las personas con discapacidad y de modificación del Código Civil, de la Ley de
enjuiciamiento civil y de la normativa tributaria con esta finalidad; Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad
de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad; Ley 62/2003, de
30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y del orden social; Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de
promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia; Ley 27/2007, de 23
de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la
comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas; Ley 49/2007, de 26 de
diciembre, por la que se establece el régimen de infracciones y sanciones en materia de igualdad de oportunidades,
no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad; Ley 26/2011, de 1 de agosto, de
adaptación normativa a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y el
Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprobó el Texto Refundido de la Ley General
de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, además de la reforma del Código Penal
llevada a cabo por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo; la nueva legislación de jurisdicción voluntaria
establecida por la Ley 15/2015, de 2 de julio (modificada por la Ley 4/2017, de 24 de junio, en relación con el
derecho de las personas con discapacidad a contraer matrimonio en igualdad de condiciones); la Ley Orgánica
1/2017, de 13 de diciembre, de modificación de la Ley del Jurado y Ley Orgánica 2/2018, de 5 de diciembre, de
modificación de la LOREG para garantizar el derecho de sufragio de todas las personas con discapacidad.
La nueva ley, por su parte, modifica la Ley del Notariado; el Código Civil; la Ley Hipotecaria; la Ley de
Enjuiciamiento Civil; la Ley de protección patrimonial de las personas con discapacidad; la Ley del Registro Civil;
la Ley de la Jurisdicción Voluntaria, el Código de Comercio y el Código Penal.
32
El CERMI es, «la expresión de la sociedad civil articulada en torno a la discapacidad, (…) no es admisible un
sistema legal que no permita ese ejercicio del buen gobierno por la propia persona con discapacidad. Esta reforma,
el presente proyecto de ley, es, además, a nuestro juicio, ejemplo de buena gobernanza normativa.». Así se
pronuncia el presidente del Comité, D. Luis Cayo Pérez Bueno. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados.
Comisión de Justicia. Sesión núm. 10, 20 de octubre de 2020, pp. 2 y ss.
20
Congreso de los Diputados el 21 de marzo de 2021. Tras su entrada en el Senado, se aprueba
igualmente por el Pleno del Senado el 12 de mayo de 2021, y se remite al Congreso de los
Diputados, que por Pleno, de conformidad con lo establecido en el art. 90 CE, aprueba
definitivamente el Proyecto. Sancionada la Ley el 2 de junio, se promulga en el BOE el 3 de
junio La Ley 8/2021, una de las más relevantes reformas en materia de derecho civil.
La reforma del art. 2 es la más extensa y de mayor calado, en palabras del propio
preámbulo, al afectar a más de mil artículos del CC y derogar los arts. 299 bis y 301 a 324 CC
Se considera periclitada la visión paternalista y protectora de la anterior redacción y se introduce
otra basada en la CDPD inspirada en el respeto a la voluntad y preferencias, que buscan
empoderar a la persona y dar flexibilidad al sistema, dotando de un sistema de apoyo a aquella
persona que lo precise. El Título XI del Libro Primero del Código Civil se redacta de nuevo y
pasa a rubricarse «De las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio
de su capacidad jurídica», por lo que se entierra la figura de la tutela y la incapacitación judicial
como siempre la habíamos visto al entender que anulan los deseos de la persona, diferenciando
de forma clara las disposiciones relativas a los menores de edad que no estén protegidos por la
patria potestad, para quienes queda reservada la tutela, con las concernientes a las medidas de
apoyo aplicables a las personas con discapacidad. No podemos abordar esta reforma ni con los
viejos principios ni con el modelo antiguo, ni manteniendo su terminología, ya que el cambio
de denominación no es baladí, y a mi juicio lo encuentro altamente positivo, ya que la anterior
regulación, que denominaba «procedimientos de modificación de la capacidad», o peor aún
«de incapacitación», no ayudaba a visibilizar la realidad de la discapacidad, anulaba por propia
definición la capacidad jurídica, ya que eran pocas sentencias las que seguían la línea
jurisprudencial marcada por el Tribunal Supremo de realizar un «traje a medida» estableciendo
la curatela como medida de apoyo en vida de los progenitores o existiendo hijos. En ambos
casos, se buscaba una solución previsora de posibles complicaciones futuras entendiendo que
la tutela ofrecía una protección integral en interés de la persona.
Cualquier falta de capacidad, a raíz de esta nueva modificación, se tiene que sustituir
con un binomio, que es el que enuncian tanto la Convención como la Ley 8/2021, de apoyo y
salvaguardia en el ejercicio de derechos, con la doble finalidad de respetar las preferencias de
la persona y evitar el abuso de influencia indebida y conflicto de intereses.
21
El apoyo33 es un término proveniente del ámbito social, y si nos extrapolamos vemos
con claridad que sería cualquier ayuda técnica para desarrollar un trabajo. Este concepto
totalmente extrajurídico34 pasa al mundo jurídico-privado, y engloba, según se recuerda en el
propio preámbulo de la Ley 8/2021 en su punto III, desde el acompañamiento amistoso, el
consejo, la ayuda en la comunicación para realizar declaraciones de voluntad o incluso la toma
de decisiones delegadas o la representación únicamente para aquellos casos concretos donde el
apoyo no pueda darse de otro modo, tanto en la esfera patrimonial como en lo relativo a la vida
ordinaria y personal, potenciando la institución de la curatela. En definitiva, son los ajustes o
mecanismos que ayudan a la persona con discapacidad a tomar sus propias decisiones,
rompiendo las barreras jurídicas o problemas de comprensión que tengan en una circunstancia
concreta. Puede ser sujeto de apoyo toda aquella persona que lo precise, con independencia de
si su situación de discapacidad ha obtenido algún reconocimiento administrativo.
Creo necesario incidir en que la representación pasa a ser excepción y no norma, y que
no es strictu sensu una función representativa porque tiene un límite importante: la voluntad,
33
El Ministerio Fiscal, en la Sentencia 282/2009 apunta la necesidad de conocer determinadas circunstancias. En
concreto, hace referencia a las circunstancias personales, relativas a la salud, así como aquellas de índole
económica y administrativa, entre las que destaca: “a) conocimiento de su situación económica, capacidad para
tomar decisiones de contenido económico (cuentas corrientes, de sus ingresos, gastos, etc.). Capacidad para
conocer el alcance de: préstamos, donaciones, cualesquiera otros actos de disposición patrimonial. Capacidad
para el manejo del dinero de bolsillo: gastos de uso cotidiano de carácter menor, b) Capacidad relacionada con
el objeto del procedimiento de modificación de la capacidad y sus consecuencias. Capacidad para otorgar poderes
a favor de terceros y capacidad para realizar disposiciones testamentarias.”
34
En tal sentido, CASTRO-GIRONA MARTÍNEZ, A., «el apoyo no es una creación jurídica, sino una realidad
social a la que el derecho civil confiere sustantividad para los casos en que sea necesario que los apoyos sean
formales para actuar en la vida jurídica. Se trata, por tanto, de incluir en nuestro ordenamiento jurídico aquellos
mecanismos, sistemas, medios, adaptaciones e incluso personas que ayudan a la persona con discapacidad a tomar
sus propias decisiones». en «La reforma civil de la Ley 8/2021: el paradigma de los apoyos y el ejercicio de los
derechos en condiciones de igualdad» en Hay Derecho, Expansión, 30 de junio de 2021, pp. 1-3.
22
deseos y preferencias manifestadas en la historia de vida de la persona, basándose en qué
decisión tomaría si pudiera hacerlo en el momento que lo precisa. Estos términos se valorarán
por la Autoridad Judicial, pero a la misma vez, implican una gran dificultad que en los casos
más severos de discapacidad, será suplida con la representación en base a su mejor interés,
como en el sistema anterior, por lo que no van a percibir diferencia entre ambas regulaciones.
No obstante, yendo un poco más allá y buscando el sentido de la norma, así como la
supresión de la tutela en sede de discapacidad, concluimos que se trata de una medida realizada
para evadir, precisamente, que la representación sea el sistema preferido por la autoridad
judicial, que, siendo la excepción, deberá justificarse exhaustiva y necesariamente para su
implantación, pese a presentar una regulación deficiente y criticable en varios extremos. Quizá
hubiera sido deseable no referirse a tales supuestos como «tan excepcionales» dado que las
personas consideradas grandes dependientes en atención a patologías psíquicas severas,
suponen una tercera parte de las personas con discapacidad, y un número considerable de las
mismas, (p. ej. Las personas con alzhéimer avanzado) no pueden expresar su voluntad35. El
nuevo texto también mantiene la figura del defensor judicial para situaciones en las que exista
conflicto de intereses. En cuanto al procedimiento, éste sólo puede conllevar una resolución
judicial que determine los actos para los que fuera necesario el apoyo, en ningún caso se puede
hablar de incapacitación o privación de derechos sean del ámbito que sean. Todas estas medidas
adoptadas deben ser revisadas periódicamente, con el plazo máximo de tres años, o
excepcionalmente seis36.
Por su parte, las disposiciones transitorias (en adelante DT) de la Ley marcan el nuevo
rumbo jurídico de esta materia estableciendo que “A partir de la entrada en vigor de la presente
Ley las meras privaciones de derechos de las personas con discapacidad, o de su ejercicio,
quedarán sin efecto”. La DT quinta configura la revisión judicial anteriores a la nueva Ley, es
decir, tutelas o modificaciones de capacidad ya constituidas, estableciendo un plazo de 3 años
de oficio, y a petición expresa de parte interesada este plazo se reducirá a 1 año, lo cual generará
a todas luces un colapso judicial por la inexistencia de dotación de medios económicos para
35
FERNÁNDEZ DE BUJÁN, A: «La Ley 8/2021, para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio
de su capacidad jurídica: un nuevo paradigma de la discapacidad (1)» Diario La Ley, núm. 9961, Sección Tribuna,
26 de noviembre de 2021, pp. 1-13.
36
VELILLA ANTOLÍN, N: «el peor escollo lo constituye la obligación legal de revisar todos los apoyos en un
plazo de tres años, o, si el juez lo considera necesario, en un plazo de seis años como máximo, sin excluir los casos
en los que científicamente es obvio que la persona con discapacidad no va a mejorar. Un trámite judicial y
burocrático que pesa sobre los padres y familiares de los grandes dependientes con patologías psíquicas severas»,
en «La Ley de apoyo a las personas con discapacidad. Una Ley necesaria pero imperfecta», en Hay Derecho,
Expansión, 23 de junio de 2021, pp. 1-3.
23
llevarlas a cabo. De igual manera prevé en su DT sexta que los procesos que estén en
tramitación en la entrada en vigor de la nueva Ley, es decir, desde el 3 de septiembre de 2021,
se regirán por lo contenido en ella, especialmente en todo aquello que afecte al contenido de la
sentencia. Finalmente, contiene una Disposición derogatoria única que deja sin efecto cuantas
disposiciones de igual o inferior rango contradigan, se opongan o resulten incompatibles con lo
dispuesto en la Ley 8/2021 y, asimismo, en particular deroga toda regulación de la prodigalidad,
además de los arts. 299 bis y 301 a 324 del Código Civil a los que ya hemos hecho mención
para sustituirlos por la nueva regulación que procedemos a desglosar.
24
declaraciones de prodigalidad continuarán hasta que se produzca la revisión de sentencias que
prevé la disposición transitoria quinta37.
El Capítulo I, en los arts. 249 a 253 del Código Civil hace referencia a las disposiciones
comunes en materia de medidas de apoyo.
El art. 249 establece que la finalidad de las medidas de apoyo es permitir el desarrollo
pleno de la personalidad y su desenvolvimiento jurídico en condiciones de igualdad. La
inspiración sobre la que debemos entender toda la redacción posterior es el respeto a la dignidad
de la persona y sus derechos fundamentales. Esto se concreta en que la persona con
discapacidad pueda desarrollar dentro de sus posibilidades su propio proceso de toma de
decisiones e intentar fomentar que el apoyo se pueda ir reduciendo progresivamente, operando
sobre una base asistencial siendo necesario que esté debidamente informada, ayudada y que se
37
Disposición transitoria quinta. Revisión de las medidas ya acordadas. «Las personas con capacidad modificada
judicialmente, los declarados pródigos, los progenitores que ostenten la patria potestad prorrogada o rehabilitada,
los tutores, los curadores, los defensores judiciales y los apoderados preventivos podrán solicitar en cualquier
momento de la autoridad judicial la revisión de las medidas que se hubiesen establecido con anterioridad a la
entrada en vigor de la presente Ley, para adaptarlas a esta. La revisión de las medidas deberá producirse en el
plazo máximo de un año desde dicha solicitud. Para aquellos casos donde no haya existido la solicitud mencionada
en el párrafo anterior, la revisión se realizará por parte de la autoridad judicial de oficio o a instancia del Ministerio
Fiscal en un plazo máximo de tres años.»
38
SOLÉ RESINA, J. «Apoyos informales o no formalizados al ejercicio de la capacidad jurídica y la guarda de
hecho» en La Ley Derecho de familia, núm.31, Sección A Fondo, Tercer Trimestre de 2021, pp. 1-15.
25
le faciliten medios a la hora de expresar sus deseos. Excepcionalmente, dice la norma, y cuando
se haya realizado un esfuerzo considerable, se adoptarán legal o judicialmente funciones
representativas con el fin de tomar la decisión que hubiese adoptado la persona, siempre
teniendo presente que las personas que prestan apoyo deben hacerlo de acuerdo a la voluntad,
deseos y preferencias de quien las requiera.
El art. 250 configura cuáles son las medidas de apoyo para el ejercicio de la capacidad
jurídica. De acuerdo con el mismo, existen cuatro medidas de apoyo, que serán:
Además, introduce una prohibición de que las medidas de apoyo sean ejercidas por
quienes presten servicios asistenciales o residenciales en virtud de contrato, para evitar así
situaciones de conflicto de intereses o influencia indebida, lo cual tiene poco sentido dado que,
por definición, estos servicios son en sí mismos medidas de apoyo no formalizadas.
De la misma forma que el art. 251 sigue introduciendo prohibiciones para quienes
ejecuten las medidas de apoyo, con la salvedad de que se excluyan por la propia persona
discapacitada expresamente en el documento de constitución, entre ellas: recibir liberalidades
salvo regalos de escaso valor, prestar apoyo en caso de conflicto de intereses o adquirir o
transmitir a título oneroso bienes de la persona que precise el apoyo. El art. 252 prevé que
quienes dispongan de bienes a título gratuito en favor de una persona necesitada de apoyo
pueden establecer reglas de administración y disposición de los mismos e igualmente órganos
de control y supervisión. En caso de no hacerlo, será la persona con discapacidad quien realice
estas funciones con el apoyo que precise.
Finalmente, el art. 253 prevé que la necesidad de apoyo urgente cuando se carece de
guardador de hecho, se prestará provisionalmente por la entidad pública poniéndolo en
conocimiento del MF en 24 horas.
26
1.2. CAPÍTULO II: MEDIDAS VOLUNTARIAS.
Las medidas voluntarias se encuentran reguladas en el capítulo II del título XI del libro
primero del Código Civil (arts. 254 a 262 CC). Este capítulo II se añade al Código Civil con
entrada en vigor el 3 de septiembre de 2021, a raíz del art. 2.23 de la Ley 8/2021, otorgando
preferencia a las medidas que pueda tomar la propia persona con discapacidad por sí misma.
1.2.1. Disposiciones generales.
El art. 254 prevé la posibilidad de que el menor de edad sujeto a patria potestad o tutela,
dos años antes de cumplir la mayoría de edad, pueda prever el apoyo que pudiera necesitar. La
autoridad judicial podrá hacerlo también a petición del progenitor, tutor o MF siguiendo un
procedimiento que, de audiencia al menor, atendiendo a su voluntad, deseos y preferencias. Por
su parte, el art. 255, establece una verdadera declaración de principios en esta materia, ya que
es la provisión de mecanismos de apoyo por parte de una persona, dando la posibilidad de
otorgar escritura pública ante Notario al mayor de edad o menor emancipado que prevea o
aprecie (Refiriéndose a futuro y presente) circunstancias que dificulten su capacidad jurídica.
Además, podrá contener el régimen de actuación de las mismas (alcance de facultades de la
persona que las va a desempeñar), las medidas de control oportunas para evitar abusos y los
plazos de revisión judicial de las medidas adoptadas con el fin de dar el máximo juego a la
autonomía de la voluntad.
En este caso, la función del Notario es doble, ya que es funcionario público (autoridad)
y profesional del derecho (apoyo institucional39), porque se dedica a traducir cualquier escritura
al común de los mortales, dando forma jurídica a las palabras y configurándose como uno de
los mecanismos que tiene el Estado para proveer los apoyos de los que habla la nueva Ley. Este
artículo recoge, por un lado, lo que es la designación de apoyos puntuales para casos concretos,
39
El art. 25 de la Ley del Notariado y el 193 de su reglamento de desarrollo se refieren a la «lectura explicativa o
juicio de capacidad» cuya función es garantizar el cabal conocimiento de la escritura pública atendiendo a las
circunstancias concretas de la persona.
27
como también los acuerdos de apoyo cuando hay una necesidad más continuada (planes de
apoyo40). La escritura debe remitirse al Registro Civil para su constancia, por lo que será el
primer documento a consultar en caso de necesitar de apoyo, y sólo en caso de insuficiencia o
deficiencia del mismo se adoptará otro por la autoridad judicial. Es decir, cuando no existan o
sean insuficientes las medidas de naturaleza voluntaria, y falta de guarda de hecho que pueda
prestar apoyo suficiente, es cuando exclusivamente pueden entrar en juego medidas
complementarias dictadas por la autoridad judicial. Se ha criticado un supuesto
«desapoderamiento» de la autoridad judicial en favor de los Notarios, nada más lejos de la
realidad, lo que se ha intentado es desjudicializar una situación que puede arreglarse por otras
vías, haciendo más humano nuestro derecho civil. No obstante, se sigue manteniendo para
aquellos casos más extremos donde la persona no pueda manifestar voluntariamente sus deseos,
que sea la autoridad judicial quien vele por el respeto a su historia de vida. Precisamente por
esta razón se impone la obligación de formación a todos aquellos operadores jurídicos que
intervengan en esta materia41.
1.2.2. De los poderes y mandatos preventivos.
40
Previamente, se iniciaba el procedimiento de incapacitación judicial por la necesidad de realizar un acto jurídico
concreto (por ejemplo, realizar una venta o aceptar una herencia) lo cual generaba que para ese único trámite se
privara a la persona de la posibilidad de ejercitar sus derechos.
41
Así lo ordena la Disposición adicional segunda de la Ley 8/2021, de 2 de junio, por la que se reforma la
legislación civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica
rubricada «Formación en medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica»:
«1. El Ministerio de Justicia, el Ministerio del Interior, el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General
del Estado, las Comunidades Autónomas y las entidades locales, en el ámbito de sus respectivas competencias,
asegurarán una formación general y específica, en medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el
ejercicio de su capacidad jurídica, en los cursos de formación de jueces y magistrados, fiscales, letrados de la
Administración de Justicia, fuerzas y cuerpos de seguridad, médicos forenses, personal al servicio de la
Administración de Justicia y, en su caso, funcionarios de la Administración General del Estado, de las
Comunidades Autónomas o de las entidades locales que desempeñen funciones en esta materia.
2. Los Colegios de Abogados, de Procuradores y de Graduados Sociales impulsarán la formación y sensibilización
de sus colegiados en las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica. Asimismo, el Consejo General del Notariado y el Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles
y Bienes Muebles de España impulsarán la formación y sensibilización en dichas medidas de Notarios y
Registradores respectivamente.»
28
generalmente (para la totalidad de los asuntos correspondientes al poderdante -excluidos los
personalísimos-) o para actos concretos en la esfera personal o patrimonial. Pueden ser el auto
apoyo o los poderes preventivos, que a su vez pueden otorgarse:
- Para un caso en concreto (art. 256 CC) con una cláusula de subsistencia para permitir que
el poder siga vigente en caso de que en el futuro se necesitara apoyo (art. 257 CC), o
- Para una discapacidad futura (poder o mandato preventivo estricto) cuya eficacia tendrá
lugar en un momento futuro e incierto que coincide con el comienzo de su vigencia. Si en
un futuro se precisa, se debe vigilar el cumplimiento de las previsiones 42 por el juicio del
Notario, recabando acta, así como recabando informe pericial en el mismo sentido.
42
MARGARIÑOS BLANCO, V: considera necesario comunicar al Juez la situación de discapacidad del
mandante, así como la manifestación del mandatario que el acto que realiza, lo hace ya en nombre de la persona
necesitada de apoyo. Por razones de seguridad en «Comentarios al Anteproyecto de Ley para la reforma del
Código Civil sobre discapacidad», RDC, Vol. 5, núm. 3, julio-septiembre, 2018, p. 207.
43
BERROCAL LANZAROT, I: «Las medidas voluntarias de apoyo en la Ley 8/2021, de 2 de junio: los poderes
y mandatos preventivos.» RCDI, núm.786, pp.2415-2416.
29
quiere decir que se diluya el juicio notarial de capacidad, puesto que se sigue mencionando en
otros preceptos, como el art. 1261 CC, sino que se incorpora una nueva forma de enjuiciarla:
Cuando comparece una persona con discapacidad prioritariamente debe decidir por sí mismo,
y subsidiariamente con medidas de apoyo que serán en todo caso asistenciales y no
representativas como era anteriormente. Por su parte, el art. 258 CC pronuncia que la vigencia
de los poderes se mantendrá incluso cuando se constituyan otras medidas. Para extinguir el
poder se pueden establecer, igualmente por el poderdante, casos concretos en el mismo, y si no
se atenderá a lo preceptuado en el art. 1732 CC44. En cuanto a si el apoderado es el cónyuge o
pareja de hecho, se estipula que el cese de la convivencia produzca su extinción automática
salvo voluntad contraria del poderdante o que el cese de convivencia se produzca por un
internamiento en centro especializado, para evitar así abusos. Esto supone la revocación del
poder por separación de hecho, surgiendo un problema de acreditación, pues no se me ocurre
otra forma de probarlo que la simple manifestación de voluntad de parte o el certificado de
empadronamiento en diferente lugar, lo que generará inseguridad jurídica, además de no existir
un archivo de poderes revocados.
44
Este artículo establece que se extinguirá: 1. º Por su revocación. 2. º Por renuncia del mandatario. 3. º Por muerte
o por concurso del mandante o del mandatario. 4. º Por el establecimiento en relación al mandatario de medidas
de apoyo que incidan en el acto en que deba intervenir en esa condición. 5. º Por la constitución en favor del
mandante de la curatela representativa como medida de apoyo para el ejercicio de su capacidad jurídica, a salvo
lo dispuesto en este Código respecto de los mandatos preventivos.
45
PAU PEDRÓN, A: «De la incapacitación al apoyo: el nuevo régimen de la discapacidad intelectual en el Código
civil.» RDC. vol. V, núm. 3, julio-septiembre, 2018, p. 21.
46
De acuerdo con ALBERTO GUTIÉRREZ MORENO, Notario de Herrera (Sevilla): El mandato tiene su origen
en un contrato, creador de obligaciones, inter partes, y regula las relaciones internas entre mandante y
mandatario.- Sin embargo, el poder tiene su origen en un negocio jurídico unilateral recepticio, que no obliga,
30
En definitiva, se ha de respetar el marco que la propia persona prevea con el apoyo
institucional del Notario las situaciones en las que pueda precisar apoyo, e incluso imaginando
una hipotética situación futura donde ese complemento se configure necesario.
Las preguntas clave en estas situaciones son: qué posición debe tomar el Notario y cómo
debe actuar para cumplir plenamente con lo dispuesto legalmente. A mi juicio, el Notario debe
tener en cuenta, en primer lugar, que la voluntad de cada persona es única e intentar alejarse de
todo modelo tipo para realizar un documento elaborado a medida, asesorando de forma
individualizada sobre las esferas personal y patrimonial, y teniendo presente como bandera, que
el representado otorga el poder en plenas facultades, por lo que se deben seguir estrictamente
las instrucciones que establece e informarle de los mecanismos de control. Además, debe de
prever en el momento del otorgamiento que no existen influencias indebidas o situaciones de
abuso, evitando los intereses concurrentes. En todo caso, si la persona otorgante quiere
modificar estos poderes, el Notario debe procurar que lo hace en plenitud de su propia
autonomía de la voluntad. Las medidas voluntarias plantean un problema en la práctica, y es
que, al no existir ya un procedimiento de incapacitación en sentido estricto, mediante el cual se
declare por sentencia la reducida capacidad de una persona para gestionar sus intereses, se
mantiene la plena capacidad, y no hay forma de constatar, o declarar la imperatividad de las
medidas dispuestas preventivamente mediante un expediente de jurisdicción voluntaria, para
dotarlas de una «exclusiva» que invalidaría cualquier actuación que el propio sujeto en un futuro
menos lúcido pudiera realizar discordantemente con lo previsto por él mismo.
Aunque ya existía en nuestro OJ, se establece una reforma relevante que refuerza esta
figura cuando se manifieste como suficiente y adecuada para la salvaguarda de los derechos de
la persona con discapacidad, lo que significa que ya no se concibe como una situación que debe
desembocar necesariamente en una medida de apoyo47. Tal y como establece el preámbulo de
la Ley 8/2021, el objeto de la transformación de la figura de la guarda de hecho es que la
realidad evidencia que la persona con discapacidad, en la mayoría de los supuestos se encuentra
sino que faculta y legitima al representante para actuar en nombre del representado, y regula esencialmente las
relaciones externas entre aquel y los terceros. Ahora bien, con la misma unanimidad con que se acepta la
distinción entre poder y mandato, entiende la doctrina aplicable analógicamente a la representación los preceptos
del C.C relativos al mandato, que ofrecen base suficiente para colmar las múltiples lagunas que existen.
47
SOLÉ RESINA, J: «Apoyos informales o no formalizados al ejercicio de la capacidad jurídica y la guarda de
hecho». La Ley Derecho de Familia, núm.31, Sección A Fondo, Tercer Trimestre de 2021, p.6.
31
debidamente asistida sin necesidad de judicializar e investir esta situación. Sólo para aquellos
supuestos concretos donde se requiera una actuación representativa es preceptiva una
autorización judicial ad hoc. Esta reforma está pensada especialmente para las personas
mayores que se encuentran en residencias para la tercera edad, cuando, normalmente se
precisaba acudir a la incapacitación sin ser necesaria; por ejemplo, para realizar trámites, como
gestionar su dependencia o trámites en la Seguridad Social relacionados con alguna pensión.
Su fin es evitar una intervención judicial más grave, cuando a través de un procedimiento de
jurisdicción voluntaria se puede obtener autorización para este tipo de actos.
Se regula en los arts. 263 a 267 CC. Para requerir la actuación del guardador de hecho
se debe obtener la correspondiente autorización judicial cuando ejerza función representativa
mediante expediente de jurisdicción voluntaria tras oír a la persona con discapacidad, y
solamente se autorizará si hay necesidad, y en todo caso para los actos que la curatela la
requiere, que son los previstos en el art. 287 CC. No será necesaria dicha autorización para
aceptar prestaciones económicas a su favor o realizar actos de escasa relevancia económica, es
decir, actos que no supongan un cambio significativo en la vida de la persona. Este eximente
de autorización judicial en actos cotidianos, nos hace además preguntarnos cómo
demostraremos a los operadores, que, por ejemplo, gestionan una determinada prestación, la
condición de guardadores de hecho. Aquí se destaca el papel protagónico que tiene el Notario
en esta reforma, ya que por medio de un acta notarial se puede poner en conocimiento de quien
lo precise tanto la convivencia como el cuidado, así como la situación de parentesco para dotar
de fortaleza y apariencia la institución de la guarda de hecho. No obstante, puede haber otras
maneras de acreditarlo como certificados de empadronamiento, o del centro de día donde figure
quién es la persona que se encarga de llevarlo todos los días, etc.
32
No se comprende esta equiparación cuando la curatela se entiende, por ser medida
judicial, completamente extraordinaria, y la guarda de hecho se entiende como una figura
práctica, y a mano en la realidad social. A pesar de esto, es una figura práctica en consonancia
con la Recomendación del Consejo de Europa y la CDPD que otorga flexibilidad y dota de una
escala de grises a lo que anteriormente era blanco o negro, incapacitación o no. Ahora tenemos
posibilidad de no acudir a la curatela, sino que se puede autorizar al guardador de hecho para
realizar ciertos actos sin tener que hacerlo por una sentencia judicial de carácter permanente.
La dificultad que puede darse es que no son pocas las actuaciones que se deben realizar, y al
ser necesaria autorización, va a haber un incremento notable de expedientes de jurisdicción
voluntaria, a pesar de que el propio legislador deje cierto margen al excluir de la preceptiva
autorización los «actos menores o cotidianos que redunden en su beneficio48».
48
A modo de ejemplo podría citarse pedir un subsidio por desempleo o una prestación por incapacidad.
49
La Ley de Jurisdicción Voluntaria establece en su art. 42 bis b) que, “En la comparecencia, se procederá a
celebrar una entrevista entre la autoridad judicial y la persona con discapacidad, a quien, a la vista de su
situación, podrá informar acerca de las alternativas existentes para obtener el apoyo que precisa, bien sea
mediante su entorno social o comunitario, o bien a través del otorgamiento de medidas de apoyo de naturaleza
voluntaria”. De esta manera se pondrá fin al expediente si la persona con discapacidad tras la información
facilitada por la autoridad judicial opta por otra medida alternativa de apoyo.
33
como institución muy residual, lo cual hubiese casado con la CDPD y evitado la contradictio
in terminis que supone la institución de la curatela, ya que en esencia «complementa» pero
excepcionalmente «representa» despojándola de la propia esencia de la palabra, o mejor aún, la
contradictio in adiecto que supone incluir el adjetivo «representativa» al sustantivo «curatela».
1.4.1. Disposiciones generales.
Previstas en los arts. 268 a 270 CC. Establecen en primer lugar la revisión de las medidas
de apoyo judiciales, que será cada 3 años, salvo que se establezca motivadamente un plazo
superior que en ningún caso puede ser superior a 6 años, sin perjuicio de revisión cuando se
produzca un cambio de las circunstancias. Esto supone, positivamente, la obligatoriedad de
revisión de las resoluciones judiciales, proporcionando flexibilidad frente a la rigidez del
sistema anterior donde la reversión de la incapacitación era pura anécdota, ya que cuando se
declaraba a una persona incapaz se hacía «para toda la vida» olvidando un posible cambio en
las circunstancias, y donde sólo se controlaba patrimonialmente mediante la rendición anual de
cuentas, que se sustanciaba en pieza separada de jurisdicción voluntaria.
50
LÓPEZ SAN LUIS, R: «El principio de respeto a la voluntad de la persona con discapacidad en la Convención
de Nueva York y su reflejo en el anteproyecto por la que se reforma la legislación civil y procesal en materia de
discapacidad» InDret, núm. 2, 2020, pp.111-138.
34
jurídica de salvaguarda o medida institucional de apoyo, en el sentido que tal declaración de
voluntad vincula a la autoridad jurídica y genera una situación jurídica de conformidad con
la extensión y límites de la resolución judicial que constituya la curatela, regulada por las
disposiciones del declarante, por lo declarado en la resolución judicial y lo establecido por la
ley».
Se otorga un papel muy importante a la figura del Notario, que va a afianzar más si cabe
la colaboración existente entre estos profesionales y los Fiscales, ya que cuando el propio
Notario aprecie una deficiencia en los apoyos de la persona, éste se lo comunicará al MF a fin
de entablar y complementar los apoyos, sin perjuicio de la necesidad de un defensor judicial.
Al permitir la Ley la forma de escritura pública, surge el interrogante de si dicha escritura podría
otorgarse por representación. Para ser totalmente prudente, el legislador debía haber previsto al
inicio del art. 274 CC que «las declaraciones a las que se refieren los artículos anteriores deberán
ser emitidas con carácter personalísimo por los propios legitimados».
El Juez deberá recabar certificación del Registro Civil a efectos de comprobar si existe
alguna manifestación de voluntad con el fin de dar prioridad a la autocuratela sobre cualquier
otra iniciativa. No obstante, a efectos dialécticos debemos tratar en qué medida afectan las
normas de la curatela a la autocuratela, es decir, en qué medida debe prevalecer la voluntad del
declarante sobre las normas que la Ley establece de manera general para la curatela. El art. 272
CC responde a esta cuestión explicando que las previsiones efectuadas por la persona vinculan
a la autoridad judicial, en principio, siempre con excepciones precisas. Las razones para
defender la prevalencia de la voluntad del declarante, son la literalidad del art. 12.4 CDPD
cuando dice que «Esas salvaguardias asegurarán que las medidas relativas al ejercicio de la
51
En este sentido, la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, de 16 de mayo de 2017 sobre la antigua
autotutela, se refiere en iguales términos.
35
capacidad jurídica respeten los derechos, la voluntad y las preferencias de la persona…»
siendo este artículo el puro desarrollo de tal criterio. Por el contrario, siguiendo la redacción del
artículo precitado, las excepciones a la aplicación del principio dispositivo estarían basadas en
las exigencias de carácter imperativo que sí impone la CDPD: «conflicto de Intereses»,
«influencia indebida», «falta de proporcionalidad», «falta de adaptación a las necesidades de
la persona», «que se apliquen más allá del plazo más corto posible», «que están sujetas a
exámenes periódicos por parte de una autoridad o un órgano judicial competente,
independiente e imparcial». «Que sean proporcionales al grado en que dichas medidas afecten
a los derechos e intereses de las personas».
Aquí es importante plantear, sobre si, dado que el art. 271 CC permite a cualquier
persona mayor de edad o menor emancipada para establecer las reglas sobre el funcionamiento
y contenido de la curatela52; ¿queda o no facultada la persona en su propuesta de autocuratela
para liberar al curador de la autorización judicial exigida para los actos del art. 287 CC? En
otras palabras ¿El art. 287 para el régimen de autocuratela rige con carácter imperativo o
supletorio? La posición que propongo después de una breve reflexión, supone acatar
literalmente, y no sé si acertadamente, el tenor literal del art. 12.4 CDPD. No olvidemos, que,
en la autocuratela, la persona, en facultades plenas, trata de prevenir su futuro, por lo que en
este régimen especial aplicaría el art. 287 CC con carácter supletorio. No obstante, la literalidad
del artículo me sugiere que el legislador ha querido entrever, que en todo caso (esto puede
incluir también la autocuratela) se necesite autorización judicial para cierto tipo de actos. Con
una visión confusa, creo que ésta redacción va a suponer problemas en la práctica, ya que para
curarse en salud el art. 271 debería prever en qué casos las disposiciones otorgadas por la propia
persona no tienen preferencia sobre las establecidas con carácter general, por lo que
corresponderá a la autoridad judicial dilucidar este asunto.
1.4.3. Del nombramiento del curador.
Los artículos relativos al nombramiento del curador son del 275 al 281 CC. Resumiendo
su contenido, pueden ser curadores los mayores de edad, que a juicio de la autoridad judicial
sean aptos, así como las personas jurídicas y fundaciones sin ánimo de lucro53, públicas o
52
El tenor literal del art. 271.2 CC promulga que: «Podrá igualmente establecer disposiciones sobre el
funcionamiento y contenido de la curatela y, en especial, sobre el cuidado de su persona, reglas de administración
y disposición de sus bienes, retribución del curador, obligación de hacer inventario o su dispensa y medidas de
vigilancia y control, así como proponer a las personas que hayan de llevarlas a cabo.»
53
El origen de esta norma está en el art. 242 CC, redactado por la Ley 13/1983 de 28 de octubre que dice: «Podrán
ser también tutores las personas jurídicas que no tengan finalidad lucrativa y entre cuyos fines figure la protección
de menores e incapacitados.»
36
privadas, entre cuyos fines figure la promoción de la autonomía y la asistencia54. Nombra
también a quienes no podrán ser curadores, salvo circunstancias excepcionales, entre ellos:
quien haya sido condenado por delito, quien tenga conflicto de intereses con la persona que
precise apoyo o quien le sea imputable la condición de culpable en un concurso de acreedores.
Resulta sorprendente, en vista de los artículos expuestos, que, si una persona jurídica o
fundación quiere ostentar el cargo de curador, tenga que cumplir necesariamente con el
requisito de no tener ánimo de lucro, cuestión que posteriormente se permite, ya que puede ser
recompensado. Tal salvaguardia no tiene como inspiración el art. 12.4 de la CDPD, y a mi
54
«No podrán ser curadoras las sociedades civiles y sociedades de capital; tampoco las cooperativas, si, en cambio,
personas jurídicas públicas como la Agencia Madrileña de Tutelas; y aquellas entidades eclesiásticas católicas en
las que concurran los requisitos establecidos en el citado precepto. » en BERROCAL LANZAROT, I: «La
autocuratela como medida voluntaria de apoyo tras la reforma operada por la Ley 8/2021, de 2 de junio», AC,
Sección Persona y derechos, núm.9, Septiembre de 2021, p.19.
37
juicio, cuando las circunstancias lo permiten, sólo supone un error, y en ocasiones una
hipocresía, puesto que, gestionar persona y patrimonio puede requerir una labor compleja que
no podemos obviar. Más acertado es establecer un régimen de control que asegure que la
llevanza del patrimonio se está ejercitando de manera eficaz.
1.4.4. Del ejercicio de la curatela.
De la forma de ejercicio de la curatela se ocupan los arts. 282 a 290 CC. Es en este
apartado donde se palpa notablemente el espíritu de la CDPD, ya que, tras tomar el cargo el
curador ante el Letrado de la Administración de Justicia (en adelante, LAJ), se habla de que
desempeñe una función asistencial que respete la voluntad, deseos y preferencias de la persona
procurando que tome sus propias decisiones y fomentando su autonomía. Si de modo transitorio
el curador estuviera impedido para el ejercicio de la curatela por conflicto de intereses, el LAJ
nombrará a un defensor judicial que lo sustituya oyendo previamente a la persona que precise
el apoyo. Si el conflicto fuese reiterado, la autoridad judicial podrá, previa audiencia de la
persona y el MF, reorganizar la curatela o nombrar un nuevo curador.
El art. 287 CC recoge una serie de actos patrimoniales para los que el curador precisará
de autorización judicial55, siguiendo la línea jurisprudencial del Tribunal Supremo, en concreto,
55
Conforme al tenor literal del artículo, precisa autorización judicial para los siguientes:
«1º Realizar actos de transcendencia personal o familiar cuando la persona afectada no pueda hacerlo por sí
misma, todo ello a salvo lo dispuesto legalmente en materia de internamiento, consentimiento informado en el
ámbito de la salud o en otras leyes especiales.
2º Enajenar o gravar bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o industriales, bienes o derechos de especial
significado personal o familiar, bienes muebles de extraordinario valor, objetos preciosos y valores mobiliarios
no cotizados en mercados oficiales de la persona con medidas de apoyo, dar inmuebles en arrendamiento por
término inicial que exceda de seis años, o celebrar contratos o realizar actos que tengan carácter dispositivo y
sean susceptibles de inscripción. Se exceptúa la venta del derecho de suscripción preferente de acciones. La
enajenación de los bienes mencionados en este párrafo se realizará mediante venta directa salvo que el Tribunal
considere que es necesaria la enajenación en subasta judicial para mejor y plena garantía de los derechos e
intereses de su titular.
38
la STS 2/2018, de 10 de enero, ya que la autorización, más que respetar la voluntad y
preferencias de la persona que precisa complemento de su capacidad, garantiza que los actos
realizados por el curador se hagan siempre en su interés, ponderando su necesidad y
conveniencia, oyendo previamente al MF y a la persona, y recabando los informes que se
estimen necesarios.
1.4.5. De la extinción de la curatela.
De la extinción de esta figura se encargan los arts. 291 a 294 CC. Se recogen como
causas tanto la muerte como la declaración de fallecimiento de la persona que necesita las
medidas de apoyo, y en todo caso, cuando por resolución judicial se adopte una forma más
adecuada para la persona. Asimismo, el curador debe rendir cuentas de su actuación en 3 meses
prorrogables si hay justa causa. Esta acción prescribe a los 5 años desde la terminación del plazo
para efectuarla. También se establece que los gastos de la rendición de cuentas corren a cargo
de la persona que precisa apoyo, respondiendo de los daños y perjuicios que hubiese causado
con su actuación en el patrimonio. Se trata de responsabilidad civil por hecho propio y por culpa
que prescribe a los tres años contados desde la rendición final de cuentas. Asimismo, responde
el curador representativo conviviente de los daños por hecho ajeno, causados por el curatelado
ex. art. 299 CC. Sobre la base de este artículo no resultan responsables ni el curador con función
asistencial, ni el curador común facultades de representación plena que no conviva con el
curatelado56.
1.5. CAPÍTULO V: DEL DEFENSOR JUDICIAL.
La figura del defensor judicial se encuentra en los arts. 295 a 298 CC. Es un cargo
judicial temporal que se autoriza para obrar dentro de las situaciones conferidas57.
3º Disponer a título gratuito de bienes o derechos de la persona con medidas de apoyo, salvo los que tengan
escasa relevancia económica y carezcan de especial significado personal o familiar.
4º Renunciar derechos, así como transigir o someter a arbitraje cuestiones relativas a los intereses de la persona
cuya curatela ostenta, salvo que sean de escasa relevancia económica. No se precisará la autorización judicial
para el arbitraje de consumo.
5º Aceptar sin beneficio de inventario cualquier herencia o repudiar esta o las liberalidades.
6º Hacer gastos extraordinarios en los bienes de la persona a la que presta apoyo.
7º Interponer demanda en nombre de la persona a la que presta apoyo, salvo en los asuntos urgentes o de escasa
cuantía. No será precisa la autorización judicial cuando la persona con discapacidad inste la revisión de la
resolución judicial en que previamente se le hubiesen determinado los apoyos.
8º Dar y tomar dinero a préstamo y prestar aval o fianza.
9º Celebrar contratos de seguro de vida, renta vitalicia y otros análogos, cuando estos requieran de inversiones
o aportaciones de cuantía extraordinaria».
56
No obstante, su responsabilidad se puede englobar en la expresión vertida en el artículo de «otros posibles
responsables», junto con las residencias geriátricas o los centros de enseñanza especializada.
57
STS 212/2003 de 4 de marzo, FJ 2º: «el conflicto de intereses existe cuando, en la realización de los actos de
guarda y protección, la actuación de los representantes pone en peligro el beneficio del menor o incapaz, al ser
éste contrario al interés subjetivo o personal de éstos».
39
Procede en las siguientes situaciones58: (1) Cuando la persona que tenga que prestar el
apoyo no pueda hacerlo por un motivo coyuntural, (2) Cuando exista conflicto de intereses entre
la persona que presta apoyo y quien lo recibe, (3) Durante la tramitación de excusa de cargo de
curador, (4) Durante la tramitación de un procedimiento de medidas judiciales de apoyo y (5)
Cuando se requiera con carácter ocasional, aunque sea de forma recurrente. Paralelamente a la
figura del curador, también debe rendir cuentas de su actuación una vez terminada. El
conocimiento del expediente de nombramiento de defensor judicial corresponde al LAJ del
Juzgado de Primera Instancia del domicilio de la persona con discapacidad.
Tan solo unos días más tarde de la entrada en vigor de la Ley 8/2021, se da a conocer la
primera sentencia dictada en Pleno por la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo STS 589/2021
de 8 de septiembre de 202159, aplicando la reforma de la legislación civil y procesal para el
apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica y acomodando
todo lo juzgado en instancia al respeto a la triada de la voluntad, deseos y preferencias.
58
Además, el artículo séptimo de la Ley 8/2021, de modificación de la Ley 15/2015, de 2 de julio, de Jurisdicción
Voluntaria, en su apartado segundo da una nueva redacción al art. 27 LJV, instando al nombramiento de defensor
judicial en los siguientes casos: «(a) Hallarse los progenitores, tutor o persona designada para ejercer el apoyo
ausentes ignorándose su paradero, sin que haya motivo racional bastante para creer próximo su regreso. (b)
Negarse ambos progenitores, tutor o persona designada para ejercer el apoyo a representar o asistir en juicio al
menor o persona con discapacidad o (c) Hallarse los progenitores, tutor o persona designada para ejercer el
apoyo en una situación de imposibilidad de hecho para la representación o asistencia en juicio. También se
nombrará defensor judicial al menor o persona con discapacidad, sin necesidad de habilitación previa, para
litigar contra sus progenitores, tutor o curador, o para instar expedientes de jurisdicción voluntaria, o cuando se
hallare legitimado para ello cuando se inste por el Ministerio Fiscal un procedimiento para la adopción de
medidas de apoyo respecto de la persona con discapacidad. No procederá la solicitud si el otro progenitor o tutor,
si lo hubiere, no tuviera un interés opuesto al menor o persona con discapacidad».
59
España. Tribunal Supremo (Sala de lo Civil, Sección 1ª). Sentencia núm. 589/2021 de 8 de septiembre. (RJ
3276/2021)
40
2.1. ANTECEDENTES.
Los antecedentes planteados en autos se refieren a Don Dámaso (nombre ficticio para
salvaguardar su intimidad), un hombre de 66 años residente en la ciudad de Oviedo, que
mantiene conductas antihigiénicas que se encuadran en las características del síndrome de
Diógenes. Sus vecinos, al tener que soportar olores y situaciones nada agradables, se ponen en
contacto con el MF en Oviedo, que presenta una demanda pidiendo la modificación de la
capacidad en aras a la asistencia en el orden y tratamiento de su enfermedad, permitiendo la
entrada del Ente Público (Principado de Asturias) en el domicilio. Para ubicar al lector, se
discutía si se precisaba de una medida de guarda legal (tutela o curatela) – terminología de la
legislación vigente al tiempo - o, por el contrario, no necesitaba intervención judicial alguna al
mantener incólume su capacidad de tomar decisiones y de autodeterminación60.
60
SEGARRA CRESPO, M.J y ALIA ROBLES, A: «Reflexiones sobre la nueva forma de ejercicio de la curatela,
a partir de la Sentencia del Pleno de la Sala 1. ª TS de 8 de septiembre de 2021» en Revista de Actualidad Civil,
núm.10, Sección Persona y derechos, octubre, 2021, p.4.
61
«Partiendo de lo dispuesto en el art. 200 del CC y, en efecto, de la presunción de capacidad que a toda persona
se atribuye, …, si bien el hoy recurrente presenta un nivel de conciencia consciente, …, ello no resulta
incompatible con la apreciación del trastorno de la personalidad que presenta…Como se señala por dicho
facultativo, el síndrome que padece el recurrente es un viejo conocido de la psiquiatría, (S. de Diógenes), que se
caracteriza por un extremo abandono del autocuidado de higiene y alimentación en personas que se aíslan de su
medio y rechazan cualquier tipo de ayuda, dificultando su nula conciencia de dicha patología cualquier tipo de
intervención consensuada, de ahí la medida de intervención y seguimiento por parte de la Administración, con
visitas domiciliarias y trabajo coordinado de servicios sanitarios y sociales, a los efectos de limpiar y ordenar
dicho domicilio, que es lo que se ha resuelto en la sentencia que se apela».
41
menos tener que permitir la entrada en el propio domicilio en contra del derecho a la intimidad
e inviolabilidad. El informe del MF de fecha 5 de marzo de 2021, considera que procede la
desestimación del recurso, pero plantea algunos matices, atendiendo al contexto legal de la
CDPD, como que la intervención por parte del Principado de Asturias se hiciera de una forma
adecuada para su protección y respetando sus preferencias, acordando la curatela en lugar de la
tutela, pero manteniendo en todo caso que las decisiones higiénicas y sanitarias las realizara la
entidad pública. Vuelve a emitir un segundo informe el MF el 8 de julio de 2021, para matizar
que no resulta justificada la inclusión de funciones representativas.
2.2. SOLUCIÓN ADOPTADA POR EL TRIBUNAL.
62
STS 589/2021 de 8 de septiembre de 2021, FJ 2º: «A la hora de llevar a cabo esta labor de juzgar sobre la
procedencia de las medidas y su contenido, el juez necesariamente ha de tener en cuenta las directrices legales
previstas en el art. 268 CC: las medidas tomadas por el juez en el procedimiento de provisión de apoyos deben
responder a las necesidades de la persona que las precise y ser proporcionadas a esta necesidad, han de respetar
«la máxima autonomía de esta en el ejercicio de su capacidad jurídica» y atender «en todo caso a su voluntad,
deseos y preferencias».
63
Prosigue la sentencia: «En segundo lugar, el juez no debe perder de vista que bajo el reseñado principio de
intervención mínima y de respeto al máximo de la autonomía de la persona con discapacidad, la ley presenta
como regla general que el contenido de la curatela consista en las medidas de asistencia que fueran necesarias
en ese caso. Consecuentemente, el párrafo segundo del art. 269 CC prescribe que el juez debe precisar «los actos
para los que la persona requiere asistencia del curador en el ejercicio de su capacidad jurídica atendiendo a sus
concretas necesidades de apoyo». No obstante, cuando sea necesario, al resultar insuficientes las medidas
asistenciales, cabría dotar a la curatela de funciones de representación.»
42
del interesado, como ocurre en el presente caso, « es consecuencia, del propio trastorno que
lleva asociado la falta de conciencia de enfermedad».
Pues bien, en el caso presente nos encontramos con una curatela denominada asistencial
pero con unas claras funciones representativas para algunas actuaciones, en una evidente
confrontación con el deseo de no recibir este apoyo y con el carácter sumamente «excepcional»
otorgado a esta figura. Se ha repetido hasta la saciedad que el «bienestar» de la persona, o su
protección no debe encubrir su voluntad, instaurada como dogma, dejando el legislador en el
tintero qué solución adoptar para aquellas personas que necesitan ser apoyadas, pero que sus
patologías mentales o deficiencias cognitivas le impiden entender esta necesidad. Los grandes
interrogantes sin respuesta han sido: ¿Se hubiese intervenido en el supuesto de que la situación
de Don Dámaso no provocara problemas en el vecindario?, ¿Pueden los Tribunales,
legítimamente, imponer un tratamiento médico a quien se niega (voluntaria y conscientemente)
a recibirlo?. Si entendemos que, cuando una persona objetivamente necesite apoyo y se oponga
al mismo, se va a optar por la curatela representativa, en base a su mejor interés, estamos
desoyendo y desvirtuando el sentido y objetivos de la CDPD, pues la solución adoptada deviene
ser la misma que en los pronunciamientos anteriores bajo la vigencia de derogados preceptos.
64
La no intervención, bajo la excusa del respeto a la voluntad y en total acuerdo con las palabras del ponente de
la sentencia, IGNACIO SANCHO GARGALLO, sería «una crueldad social, abandonar a su desgracia a quien por efecto
directo de un trastorno (mental) no es consciente del proceso de degradación personal que sufre. En el fondo, la
provisión del apoyo en estos casos encierra un juicio o valoración de que, si esta persona no estuviera afectada
por este trastorno patológico, estaría de acuerdo en evitar o paliar esa degradación personal.»
43
CAPÍTULO III: ASPECTOS PROCESALES PARA LA PROTECCIÓN DE
LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD.
Para abordar este capítulo, en primer lugar, se hará un recorrido de la nueva regulación
de los aspectos procesales para la provisión del apoyo, y posteriormente, mediante un apéndice,
se incluirán, a partir de un caso real, tanto un expediente de jurisdicción voluntaria como una
oposición al mismo con explicación del posterior procedimiento judicial a seguir.
44
normalizada, cómoda, segura y eficiente65. La ausencia de la misma, boicotea el ejercicio en
condiciones de igualdad de los derechos a las personas con discapacidad, suponiendo, por ende,
una discriminación que atenta contra los derechos fundamentales, y que deseablemente debe
ser erradicada.
El instrumento supresor de estas barreras son los «ajustes» señalados en los arts. 5 y 13
CDPD como «razonables» dotando de limitación que se traduce en que no supongan una carga
desproporcionada a quien debe realizarlos. No obstante, realizando un matiz a esta cuestión, la
Administración de Justicia está obligada a realizar todas las adaptaciones necesarias, sin
límite68, para garantizar la participación de las personas con discapacidad en igualdad de
condiciones con las demás, como salvaguardia del disfrute y ejercicio efectivo de todos los
derechos.
2. LEY DE JURISDICCIÓN VOLUNTARIA VS LEY DE
ENJUICIAMIENTO CIVIL.
El legislador ha diseñado ex novo un expediente original –el de provisión de apoyos- y
lo ha conjugado con el antiguo proceso – previamente llamado de modificación de la capacidad-
sin hacer la más mínima referencia a los principios de uno y de otro, y sin tener en cuenta que
65
Art. 2 del Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la
Ley General de derechos de las personas con discapacidad.
66
Se alzan enormes barreras en este aspecto: Dificultad de comunicación, de comprensión, sesgos en la
credibilidad del testimonio, falta de información, dificultad de acceso a la documentación de procesos, entre otras.
67
DE LUCCHI LÓPEZ-TAPIA, Y: «Ajustes procedimentales para garantizar el acceso a la justicia de las personas
en situación de discapacidad: el nuevo art. 7 bis de la Ley de Enjuiciamiento Civil» en Práctica de Tribunales,
núm.151, Julio-Agosto 2021, p. 10.
68
Si es la propia persona quien solicita los ajustes, será la que determine cuáles deben realizarse a fin de respetar
su autonomía. En este sentido véase: Informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos
A/HRC/34/26, párrafo. 46.
45
ya no nos encontramos ante procesos indisponibles, y por tanto, no todas las premisas sobre la
indisponibilidad de la pretensión de la LEC – Derecho supletorio- pueden trasladarse al único
proceso contemplado en la misma de provisión de apoyos69. Veamos, desde una perspectiva de
conjunto, el desarrollo del procedimiento en sus dos fases elementales: el expediente de
jurisdicción voluntaria y después, en el caso de oposición, la conversión automática en un
procedimiento del proceso de Jurisdicción civil contenciosa.
69
La propia LJV manifiesta la «disponibilidad de la pretensión» sin encontrar no obstante un equivalente en la
LEC. Por tanto, ¿El mismo Juez ofrecerá, a la persona con discapacidad, la oportunidad de abandonar la provisión
judicial de apoyos tan sólo en el marco de la JV, pero –sin embargo- no podrá hacer lo mismo en el seno de la JC?
El surgimiento de la oposición no debiera ser razón de peso para acallar, sin más, la «voluntad, deseos y
preferencias» de la persona con discapacidad. Si el eje de rotación del nuevo universo de la discapacidad es
precisamente ese trinomio, no puede asumirse –sino a riesgo de incurrir en una contradicción- que el proceso
contencioso deba mantenerse a toda costa, incluso contra la voluntad expresa de la persona con discapacidad: por
tanto, el punto de partida de la nueva concepción procesal de la discapacidad ha de centrarse en la pérdida de su
naturaleza indisponible y su paulatina cesión hacia la disponibilidad de la pretensión en todas las fases del proceso
en CALAZA LOPEZ, S: «La justicia civil indisponible en la encrucijada: la asincronía entre la reforma sustantiva
y procesal en la provisión judicial de apoyos a las personas con discapacidad» en La Ley, Derecho de Familia,
núm.31, Sección A Fondo, Tercer trimestre de 2021, p. 6.
70
La nueva redacción dada al art. 250 CC con ocasión de la publicación de la Ley 8/2021, de 2 de febrero, en vigor
desde el 3 de septiembre de 2021, define las medidas de apoyo voluntarias en su párrafo tercero como «aquellas
que son establecidas por la persona con discapacidad, en las que este designa quién debe prestarle apoyo y con
qué alcance. Cualquier medida de apoyo voluntaria podrá ir acompañada de las salvaguardas necesarias para
garantizar en todo momento y ante cualquier circunstancia el respeto a la voluntad, deseos y preferencias de la
persona.»
46
expedientes que afecten a la condición y estén comprometidos con el interés de una persona
con discapacidad, como es el caso del expuesto en el Apéndice I.
- Se añade un nuevo artículo 7 bis intitulado “ajustes para las personas con
discapacidad”.
El problema se plantea cuando nos preguntamos cómo se deben realizar los ajustes, si
por ejemplo se debe “acercar” el lenguaje jurídico para ayudar a la comprensión, comunicación
71
Se añora la falta de introducción de los parámetros a tener en cuenta sobre cómo solicitar los ajustes, id est, si es
necesaria la prueba de la discapacidad para la determinación de los más apropiados, si debe existir una Resolución
del Letrado de la Administración de Justicia, que sería el competente para la supervisión de todo el procedimiento,
si es posible impugnar los ajustes elegidos, etc. Vid. DE LUCCHI LOPEZ Y: op cit. p.13.
72
Se olvida el legislador de incluir la legitimación de la persona con discapacidad, aunque sea un participante
indirecto en el proceso, pues al limitarlo al concepto de «parte» nos podríamos encontrar con que una persona con
discapacidad que actúe como testigo no pueda gozar de estos ajustes.
47
e interacción, y quién es el responsable de hacerlo (LAJ, abogados, Juez). Considero que la
figura apropiada es la del facilitador, que expondremos en párrafos posteriores.
Esta iniciativa, es autóctona de Asturias, pues nace de los Juzgados de familia de Oviedo
(número 7 y 9), que son los primeros de la Unión Europea en llevarla a cabo. Reyes Rico Gómez
y María Asunción Velasco Rodríguez, juezas de familia, con la colaboración de Juan Carlos
García López, magistrado de lo contencioso administrativo y delegado en Asturias del Foro
Justicia y Discapacidad del Consejo General del Poder Judicial, tuvieron como objetivo
transportar el tríptico, oscuro y denso lenguaje judicial desde el inicio del procedimiento hasta
la sentencia, acercando la justicia a la persona discapacitada. Para ello, se incorpora un anexo
a la sentencia elaborado por técnicos de Plena Inclusión, una Asociación para la integración de
las personas con discapacidad.
73
Glosario de términos. Principios y directrices internacionales sobre el acceso a la justicia para las personas
con discapacidad. p. 9, entiende que los «facilitadores» son «personas que trabajan, cuando es necesario, con el
personal del sistema de justicia y las personas con discapacidad para asegurar que haya una comunicación eficaz
durante los procedimientos legales. Ayudan a las personas con discapacidad a entender y a tomar decisiones
informadas, asegurándose de que las cosas se explican y se hablan de forma que puedan comprenderlas y que se
proporcionan los ajustes y el apoyo adecuados. Los intermediarios son neutrales y no hablan en nombre de las
personas con discapacidad ni del sistema de justicia, ni dirigen las decisiones o resultados o influyen en ellos.»
48
jurídico y adaptándolo a su nivel de comprensión. El perfil de la persona facilitadora sería el de
un profesional formado con conocimientos en el campo de la discapacidad intelectual; en
psicología forense y con conocimientos jurídicos, ya que intervienen en procedimientos y deben
conocer su estructura y cuáles son los momentos procesales en los que es clave solicitar los
ajustes74.
Pese a suponer una figura esencial para garantizar la viabilidad de los nuevos preceptos
legales en el ámbito procesal, la regulación que ha realizado la LEC de la misma la desvirtúa
por completo, ya que estableciendo la obligatoriedad de las garantías en materia de
comunicación es incoherente al plantear el facilitador en términos de voluntariedad, «se
permitirá». La exposición de motivos hace referencia a que el coste será asumido por la persona
con discapacidad, lo que puede desembocar en una interpretación desfavorable de la gratuidad
–si es así, obviamente ninguna persona usará el servicio, que deviene imprescindible para un
correcto funcionamiento-. A mi juicio, debería incluirse un programa de facilitadores
independientes en el Ministerio de Justicia, similar a lo establecido para los peritos judiciales,
a fin de su disponibilidad cuando fuese necesario.
Por otro lado, la mención expresa a que el coste de la figura del facilitador se asumirá
por la persona con discapacidad redunda en dos interrogantes que no están faltos de actualidad.
En primer lugar, si se pueden repercutir estas costas a la parte contraria y la posibilidad de
integrar el coste del mismo en las partidas de asistencia jurídica gratuita. Con respecto a la
primera cuestión, al no ser su intervención preceptiva en el proceso ex. art. 241 LEC, la
respuesta a priori sería no considerarlo como costa, salvo que lo consideremos como define su
apartado cuarto, «derechos de peritos», sin estar este extremo exento de controversia. Por lo
que refiere la segunda cuestión planteada, es difícil incluir esta figura en el derecho de asistencia
jurídica gratuita del art. 6 de la Ley 1/1996, de 10 de enero, de asistencia jurídica gratuita, lo
que supone, más aún, una limitación del acceso a la justicia que se proclama con tanta
ampulosidad.
74
DE ARAOZ, I.: Acceso a la justicia: ajustes de procedimiento para personas con discapacidad intelectual o
del desarrollo. Cuadernos de Buenas Prácticas. Madrid, 2018, p.77.
49
2.1.1. Ámbito de aplicación, competencia, legitimación y postulación.
Comienza el art. 42 bis a) señalando que este precepto se aplicará cuando sea pertinente
el apoyo de carácter estable a una persona con discapacidad. Ante la indefinición del término
discapacidad, y habida cuenta de que el objeto procesal es volátil, se podrá acceder a la
provisión de apoyos siempre que por el Juez se perciba la conveniencia del mismo para el caso
concreto.
50
puedan beneficiarse de abogado y procurador gratuito, colocándoles en una posición de
indefensión jurídica. La expresión “podrá” puede significar que no sea preceptiva la postulación
en estos procedimientos, y si no lo fuera, no puede contar con el asesoramiento jurídico que
prevé la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, lo cual se considera por las asociaciones
comprometidas con la causa (como Plena Inclusión, o la Asociación Española de Fundaciones
Tutelares, así como el propio Consejo General de la Abogacía Española), un gran despiste, ya
que en estas situaciones de gran vulnerabilidad se hace mucho más necesario contar con ayuda
experta y especializada para la defensa de sus intereses.
51
Sin perjuicio de lo recién explicado, la LJV identifica dos supuestos donde sí resulta
preceptiva la asistencia letrada: primero, en la remoción del tutor o curador, y segundo en la
extinción de poderes o mandatos preventivos.
2.1.2. Procedimiento.
1) Inicio: Se realiza por solicitud a la que se acompañan los documentos que acrediten
la necesidad de la adopción de las medidas de apoyo, (Dictamen de profesionales del ámbito
social y sanitario que aconsejen la medida de apoyo idónea) además de las pruebas que
consideren necesario practicar. Cuando se recibe, el Juez, con apoyo en lo dispuesto en el art.
52 LJV, realiza una cierta investigación dirigiéndose al entorno y a los servicios sociales, para
averiguar si dicha persona puede ser correctamente atendida en su entorno y no se imponga
necesaria la judicialización de este apoyo. Es decir, la reforma coloca al Juez como garante de
la necesidad.
52
discapacidad, puesto que de ello depende mucho la suficiencia de la simple guarda o no, a fin
de que no se susciten escenarios posteriores mucho más complicados y rocambolescos75 que la
simple designación de un curador adaptado. En el supuesto de que no se opte por alguna medida
alternativa se procederá a practicar la prueba propuesta y admitida. No se señala como ya se ha
expuesto cuáles tienen que ser esas pruebas, pero parece razonable aportar al menos la
documental acreditativa de la necesidad, el informe pericial complementado con la testifical del
profesional que ha intervenido en su elaboración, y la audiencia de la persona con discapacidad
y sus parientes más próximas. Todo ello, sin perjuicio de las que a mayores se estimen
convenientes.
- Sin oposición: Se siguen los trámites del art. 42 bis c). Se dicta Auto adoptando las
medidas, que deberá ser conforme con la legislación aplicable y que será susceptible de revisión
periódica a solicitud de los legitimados o de la persona que ejerza el apoyo en el plazo y la
forma que disponga el auto. La competencia para la revisión es del mismo Juzgado que conoció
del expediente de jurisdicción voluntaria, salvo que exista un cambio de residencia, en cuyo
caso, se trasladará el expediente completo al nuevo en 10 días. Para llevarla a cabo se recabará
si fuera necesario dictamen pericial y de la autoridad pública, se dará un plazo de 10 días para
alegaciones y práctica de prueba. La revisión puede terminar de dos maneras: si hay oposición,
se pone fin al expediente y se siguen los trámites de la LEC que veremos posteriormente. Si no
la hay, se dictará un nuevo Auto por la Autoridad Judicial que contendrá las nuevas medidas
adoptadas.
75
Piénsese, por ejemplo, en la obligación del guardador de hecho de tener que acudir al juzgado cuando necesite
realizar una decisión personal o patrimonial de cierta relevancia, siendo lo sencillo de esa misma decisión tomada
con más amplio margen de libertad por un curador.
53
2.2. LEY DE ENJUICIAMIENTO CIVIL. EXPEDIENTE CON OPOSICIÓN.
La Ley 8/2021 modifica la rúbrica del Título I del libro IV de la LEC, cuya redacción
pasa a ser «de los procesos sobre provisión de medidas judiciales de apoyo a las personas con
discapacidad, filiación, matrimonio y menores». Cuando sea pertinente el nombramiento de
curador y en el previo expediente de jurisdicción voluntaria se formule oposición por alguna de
las partes, se seguirán los trámites previstos en el Capítulo II titulado: “De los procesos sobre
la adopción de medidas judiciales de apoyo a personas con discapacidad”.
Los arts. 756 a 763 LEC establecen las especialidades propias de este procedimiento,
en concreto las siguientes:
54
con discapacidad comprenda el objeto, la finalidad y los trámites del procedimiento. Si la
persona interesada no compareciera en el juzgado con su propia defensa y representación una
vez notificada la demanda, y si no es tarea del MF su defensa por no ser el promotor del
procedimiento, se le nombrará un defensor judicial. En lo relativo a la prueba, es preceptiva
en todo caso la entrevista de la persona con discapacidad76, la audiencia de los parientes más
próximos y los dictámenes periciales necesarios de profesionales del ámbito social y sanitario.
Si bien, excepcionalmente, cuando la demanda haya sido presentada por la propia persona con
discapacidad se pueden obviar estas audiencias. Estas pruebas también serán practicadas en
segunda instancia si la sentencia que decida sobre las medidas de apoyo fuera apelada77.
1. REGISTRO CIVIL.
76
Efectúa una aplaudida crítica a este proceso VIVAS TESÓN, I: «las medidas judiciales de apoyo serán decididas
a través de un proceso de naturaleza contradictoria y es en él donde se centran mis recelos. El procedimiento
regulado en los arts. 756 a763 de la Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil (cuya redacción es sensiblemente
modificada) sigue siendo de banquillo o contencioso, sin apenas participación activa de la propia persona
afectada, demandada, cuya voluntad se conoce mediante una escueta y, por consiguiente, superficial, exploración
por parte del juzgador, que, elocuentemente el vigente – anterior en la actualidad- art. 759 denomina «examen»
y que la reforma sustituye por «entrevista» (lo que dejar intuir que poco o nada cambia al respecto), rígido, poco
ágil y estigmatizador. El riesgo, además, radica en la inercia seguida hasta ahora en estos procedimientos y en
la sistemática vulneración de derechos de las personas con discapacidad por la falta de adecuada formación o de
los recursos materiales y humanos en el ámbito forense. Más de lo mismo sería, a todas luces, inadmisible.
Debería ser un procedimiento judicial «para» y no «contra» la persona con discapacidad, imagen que, no
obstante, el cambio de denominación y poco más, sigue proyectando este cauce procesal. Da la impresión que el
viejo sistema protector que pretende abandonarse no acaba de irse.» en «La reforma civil y procesal para el apoyo
de las personas con discapacidad»: A partir de septiembre, ¿qué?, en Hay Derecho, Expansión, 14 de junio de
2021 p. 2.
77
En el procedimiento de la LJV no era necesaria la práctica de la prueba sino únicamente la aportación de la
documentación acreditativa de la necesidad de apoyo. No obstante, en la LEC, el art. 759 impone una serie de
pruebas preceptivas en primera y segunda instancia, como son: la entrevista con la persona con discapacidad, la
audiencia del cónyuge no separado de hecho o legalmente, o de los parientes más próximos, y los dictámenes
periciales pertinentes, no pudiendo decidirse sobre las medidas oportunas a adoptar sin éstos.
55
al régimen de publicidad restringida». La trascendencia de este registro público78 es
perceptible a lo largo del presente trabajo, donde se manifiesta la importancia de inscribir las
medidas de apoyo tanto voluntarias como judiciales79 en el registro individual de la persona con
discapacidad, entendiendo en todo caso, que es a partir de la inscripción, así como de su
modificación o extinción, cuando se otorgan efectos erga omnes y se entienden oponibles frente
a terceros. Así lo confirman los arts. 72, 7380 y 77 de la Ley del Registro Civil (en adelante,
LRC). Además, estos actos inscribibles e inscritos gozarán de todos los principios del sistema
registral garantizados en el Título II LRC; a saber, legalidad, oficialidad, publicidad formal,
presunción de exactitud, eficacia probatoria, carácter declarativo y principio de integridad e
inoponibilidad de lo no inscrito.
78
MARTÍN CORERA, I: «El reflejo registral de las personas con discapacidad en la nueva ley del registro civil.»,
Revista de Derecho vLex , núm. 209, Octubre 2021, p. 9, señala que: «El Registro Civil español, como instrumento
específico destinado a probar el estado civil de las personas, tiene, por regla general, el carácter de público. Por
esto, quienes tengan interés en conocer los asientos tienen derecho a obtener, en principio, la certificación
oportuna, y este interés se presume en quien solicita la certificación».
79
Se modifica por el artículo sexto de la Ley 8/2021 la LRC. En concreto su art. 4, en sus apartados 10,11 y 12
configura que son inscribibles «10. º Los poderes y mandatos preventivos, la propuesta de nombramiento de
curador y las medidas de apoyo previstas por una persona respecto de sí misma o de sus bienes. 11. º Las
resoluciones judiciales dictadas en procedimientos de provisión de medidas judiciales de apoyo a personas con
discapacidad y 12. º Los actos relativos a la constitución y régimen del patrimonio protegido de las personas con
discapacidad». Asimismo, el art. 11, relativo a los derechos de las personas ante el Registro Civil, establece como
derecho «promover la inscripción de determinados hechos y actos dirigidos a la protección de los menores, las
personas mayores y otras personas respecto de las cuales la inscripción registral supone una particular garantía
de sus derechos».
80
El art. 73 LRC sobre la oponibilidad de las resoluciones dictadas en un procedimiento de provisión de apoyos,
así como la que la deje sin efecto o la modifique, señala que sólo serán oponibles frente a terceros cuando se hayan
practicado las oportunas inscripciones.
81
Se pronuncia el art. 84 LRC: «Sólo el inscrito o sus representantes legales, quien ejerza el apoyo y que esté
expresamente autorizado, el apoderado preventivo general o el curador en el caso de una persona con
discapacidad podrán acceder o autorizar a terceras personas la publicidad de los asientos que contengan datos
especialmente protegidos en los términos que reglamentariamente se establezcan. Las Administraciones Públicas
y los funcionarios públicos podrán acceder a los datos especialmente protegidos del apartado 1.b) del art. 83
cuando en el ejercicio de sus funciones deban verificar la existencia o el contenido de medidas de apoyo.»
56
tutelares y medidas de apoyo a personas con discapacidad habrán de inscribirse en el Registro
Civil».
2. REGISTRO DE LA PROPIEDAD.
De este enunciado y del art. 42.5 de la LH que reza lo siguiente: «Podrán pedir
anotación preventiva de sus respectivos derechos en el Registro correspondiente: El que
instare ante el órgano judicial competente demanda de alguna de las resoluciones expresadas
en el apartado cuarto del ar 2, salvo las relativas a medidas de apoyo a personas con
82
Se presume que ostenta interés legítimo el cónyuge del fallecido, pareja de hecho, ascendientes y descendientes
hasta el segundo grado.
83
Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, anteriormente llamada Dirección General de los Registros
y del Notariado, perteneciente al Ministerio de Justicia.
84
Art. 87.1 LRC 2011 en relación al nuevo párrafo 17º del apartado 1 del art. 52.
57
discapacidad.», podemos extraer que son inscribibles tanto las resoluciones dictadas en un
procedimiento de jurisdicción voluntaria como las sentencias dictadas en un procedimiento
contencioso siguiendo la LEC, pero no las declaraciones de voluntad emitidas por el propio
afectado con carácter preventivo ante Notario.
Estos asientos generarán los efectos propios de los fines del RP, que, siguiendo a LA
CRUZ BERDEJO, son los siguientes: Informar sobre el contenido de sus libros, legitimar iuris
tantum las situaciones publicadas, declarar las modificaciones reales que se producen por el
título jurídico, precluir las pretensiones de quien habiendo debido inscribir o anotar, no lo hizo,
convalidar las situaciones jurídicas de quien adquirió según el registro85, etc.
En base al art. 18 LH, podemos plantearnos cuestiones como: ¿Qué ocurrirá cuando uno
de los otorgantes sea una persona que precise medidas de apoyo?, en este caso, entiendo que el
Registrador debe calificar que el acto o contrato de naturaleza inscribible86 se ha realizado
concurriendo con las medidas de apoyo necesarias, pues de no existir éstas, el negocio jurídico
adolecerá de un defecto que impedirá su inscripción. ¿Cómo va a conocer el Registrador que
una persona precisa medidas de apoyo?, evidentemente, el conocimiento por parte del
Registrador de la propiedad de las resoluciones judiciales que establezcan las medidas de apoyo
es imprescindible para salvaguardar sus intereses patrimoniales y asegurar el buen
funcionamiento del tráfico inmobiliario. Para ello, se debe estudiar el documento público, el
libro sobre disposición y administración de bienes inmuebles87 (libro nuevo) y lo que va a
resultar también del Índice Central Informatizado del Colegio de Registradores de la Propiedad.
85
ESCARTÍN IPIÉNS, J. A: «La autocuratela en el Anteproyecto de Ley sobre modificación del Código Civil y
otras leyes complementarias en materia de discapacidad» RDC, vol. V, núm. 3, julio-septiembre, 2018, p.115.
86
La relación de actos que se pueden inscribir es muy extensa, y se encuentra en el art. 2 LH.
87
Se elimina el antiguo libro de incapacitados (recobra esta denominación tras anulación reforma del art. 386 ss
RH en 1998 por STS 31 de enero de 2001). Su contenido era: * Nombre, apellidos y vecindad del incapacitado.
Declaración de la incapacidad, especie y extensión de la misma y designación de la persona a quién se haya
autorizado para administrar, si la resolución la determinare. Parte dispositiva de la resolución judicial.
58
también un mecanismo de apoyo que pretende impedir abusos y conflicto de intereses, y es
difícil que esta persona pueda comprender en ocasiones la trascendencia de este conocimiento.
Además de esto, causa mayor perplejidad por la desconfianza no sólo hacia los profesionales
del derecho (jueces y fiscales) sino hacia la propia publicidad registral, que el art. 42 LH prohíba
de manera expresa que en sede judicial pueda acordarse la anotación preventiva de incoación
del procedimiento judicial de provisión de apoyos.
La función de seguridad jurídica preventiva que tiene el Registro exige conjugar el título
jurídico (que en el caso de las personas con discapacidad es la sentencia firme, la resolución
judicial o la escritura pública) con su publicidad, ya que no acceder a la misma puede suponer
una potencial ineficacia de las medidas para quien alegue su falta de inscripción. Para ello,
quiero plantear la adaptación del Título VIII LH, a los mandatos de respeto a la privacidad que
enuncia el art. 22 CDPD88.
88
Art. 22 CDPD: «1. Ninguna persona con discapacidad, independientemente de cuál sea su lugar de residencia
o su modalidad de convivencia, será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, familia, hogar,
correspondencia o cualquier otro tipo de comunicación, o de agresiones ilícitas contra su honor y su reputación.
Las personas con discapacidad tendrán derecho a ser protegidas por la ley frente a dichas injerencias o
agresiones. 2. Los Estados Partes protegerán la privacidad de la información personal y relativa a la salud y a la
rehabilitación de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás.»
89
Así lo dispone el art. 2.3 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y
garantía de los derechos digitales: «Los tratamientos a los que no sea directamente aplicable el Reglamento (UE)
2016/679 por afectar a actividades no comprendidas en el ámbito de aplicación del Derecho de la Unión Europea,
se regirán por lo dispuesto en su legislación específica si la hubiere y supletoriamente por lo establecido en el
citado reglamento y en la presente ley orgánica. Se encuentran en esta situación, entre otros, los tratamientos
realizados al amparo de la legislación orgánica del régimen electoral general, los tratamientos realizados en el
ámbito de instituciones penitenciarias y los tratamientos derivados del Registro Civil, los Registros de la
Propiedad y Mercantiles.»
59
CONCLUSIONES
60
de visibilidad a la existencia de otras vías de apoyo que no requieren de la máxima intervención
cuando sea posible y el respeto a las voluntades previas establecidas en periodo de lucidez.
CUARTA. Los puntos controvertidos desde el prisma del derecho sustantivo son:
En primer lugar, la más que cuestionable eliminación de la tutela en sede de
discapacidad, sustituyéndola por la figura mal llamada «curatela representativa» o dejándola
relegada a una simple situación de hecho, desprotegiendo de esta manera la esfera personal y
patrimonial de los más necesitados de apoyo, que son los individuos, que por su severo grado
de discapacidad, no pueden exteriorizar la voluntad que se erige imperativamente, pretendiendo
por ley acabar con la propia naturaleza. Es una burla pretender que alguien que no puede hacer
nada por sí mismo sea plenamente capaz.
61
SEXTA. En cuanto a la publicidad registral de las medidas de apoyo, es importante
destacar el necesario pero complicando equilibrio que debe darse, por ser considerados estos
datos y estar protegidos como «publicidad restringida». Se debe proteger, por un lado, la
dignidad de la persona, y por otro, sin ser menos importante, la seguridad del tráfico, ya que de
modo contrario se verían afectados multitud de negocios jurídicos.
62
BIBLIOGRAFÍA
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crítica a la Observación General nº 1(2014) del Comité (UN) de los derechos de las personas
con discapacidad)», en Anales de la Cátedra Francisco Suárez, núm. 52, 2018, pp. 201-222.
CUENCA GÓMEZ, P: «La capacidad jurídica de las personas con discapacidad: El art. 12 de
la Convención de la ONU y su impacto en el Ordenamiento Jurídico Español» Derechos y
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DIEZ-PICAZO, L: Sistema de derecho civil. Volumen I, 11ª ed., Tecnos, Madrid, 2003.
63
ESCARTÍN IPIÉNS, J. A: «La autocuratela en el Anteproyecto de Ley sobre modificación del
Código Civil y otras leyes complementarias en materia de discapacidad» en RDC, vol. V, núm.
3 (julio-septiembre, 2018), Estudios, pp.85-119.
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en el ejercicio de su capacidad jurídica: un nuevo paradigma de la discapacidad (1)» Diario La
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GARCIA RUBIO, Mª. P: «Algunas propuestas de reforma del Código Civil como consecuencia
del nuevo modelo de discapacidad, en especial en materia de sucesiones, contratos, y
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GARCÍA RUBIO, Mª.P: «Notas sobre el propósito y el significado del Anteproyecto de Ley
por el que se reforma la legislación civil y procesal para el apoyo a personas con discapacidad
en el ejercicio de su capacidad jurídica» en Jornadas sobre el nuevo modelo de discapacidad,
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LETE DEL RÍO, J. M: Comentario del Código Civil, Tomo I, Ministerio de Justicia, Madrid
1991.
LÓPEZ SAN LUIS, R: «El principio de respeto a la voluntad de la persona con discapacidad
en la Convención de Nueva York y su reflejo en el anteproyecto por la que se reforma la
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MARTÍN CORERA, I: «El reflejo registral de las personas con discapacidad en la nueva ley
del registro civil.», Revista de Derecho vLex , núm. 209, Octubre 2021, pp. 1-16.
64
PAU PEDRÓN, A: «De la incapacitación al apoyo: el nuevo régimen de la discapacidad
intelectual en el Código civil» RDC. vol. V, núm. 3, julio-septiembre, 2018. pp. 5-28.
VELILLA ANTOLÍN, N: «La Ley de apoyo a las personas con discapacidad. Una Ley
necesaria pero imperfecta», en Hay Derecho, Expansión, 23 de junio de 2021, p. 1-3.
VIVAS TESÓN, I: «La reforma civil y procesal para el apoyo de las personas con
discapacidad»: ¿A partir de septiembre, qué?» en Hay Derecho, Expansión, 14 de junio de
2021, pp. 1-10.
OTROS TEXTOS
D. Luis Cayo Pérez Bueno. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisión de
Justicia. Sesión n.º10, 20 de octubre de 2020, pp. 2 y ss. Disponible en:
https://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/DS/CO/DSCD-14-CO-185.PDF
Estudio temático preparado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos para mejorar el conocimiento y la comprensión de la Convención sobre
los derechos de las personas con discapacidad, A/HRC/10/48, apartado 43, disponible en:
https://www2.ohchr.org/english/issues/disability/docs/A.HRC.10-48_sp.doc
Informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos A/HRC/34/26,
párrafo. 46.
ONU: Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD), Observación general
Nº 1 (2014) sobre la igualdad de derechos de las personas con discapacidad (19 Mayo 2014,
CRPD /C/GC/14, disponible en esta dirección:
https://www.plenainclusion.org/sites/default/files/observacion_general_no_1_2014_lf.pdf
Resolución 61/106 de la Asamblea General «Convención sobre los derechos de las personas
con discapacidad A/RES/61/611 (13 de diciembre de 2006), disponible en:
http://www.oas.org/DIL/esp/A-RES_61-106_spa.pdf
65
Unión Europea. Recomendación (UE) 99 del Comité de ministros del Consejo de Europa a los
Estados miembros, de 23 de febrero de 1999 sobre «los principios referentes a la protección
jurídica de los mayores incapacitados.»
ÍNDICE JURISPRUDENCIAL
66
ANEXO I. FORMULARIOS PRÁCTICOS.
1. MODELO DE SOLICITUD DE EXPEDIENTE DE JURISDICCIÓN
Pruebas de parte:
Informe pericial médico
Informe del trabajador social.
AL JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA NÚMERO 7 DE OVIEDO.
D. EMILIO GARCÍA BUELGA, Procurador de los Tribunales, colegiado nº 3562 del Ilustre Colegio
de Procuradores de Oviedo, en nombre y representación de D.ª SANDRA SALAS VALLINA mayor de edad,
con domicilio a efectos de notificaciones sito en Oviedo, Asturias, Calle Álvaro Flórez Estrada número 2, 6ºCI,
CP: 33006, y provisto de D.N.I Núm.- 63843618B, bajo la dirección letrada de D.ª LAURA CUERVO
MIGUÉLEZ colegiada número 6963 del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo, ante este juzgado comparece y
como mejor proceda en Derecho,
DIGO
Que por medio del presente escrito, a través de la representación que se me confiere mediante poder apud
acta que acompaño como documento número 1, y en base a lo dispuesto en los artículos 42 bis a) y siguientes de
la Ley de Jurisdicción Voluntaria, formulo SOLICITUD DE MEDIDA JUDICIAL DE APOYO DE
CARÁCTER ESTABLE a favor de D. JERÓNIMO RODRÍGUEZ SALAS, con domicilio en Oviedo,
Asturias, Calle Álvaro Flórez Estrada número 2, 6ºCI, CP: 33006, y, nombramiento de persona para llevar a cabo
el apoyo, todo ello con base en los siguientes,
HECHOS
PRIMERO.- Don Jerónimo, nacido el día 21 de abril de 2003 en Oviedo (España), es hijo de mi
mandante, Doña Sandra, y su cónyuge, Don Anselmo, tal y como se acredita con el certificado de nacimiento
expedido por el Registro Civil de Oviedo que acompaño como documento número 2. Que es el primero de dos
hermanos, el segundo se llama Asier y cuenta actualmente con la edad de 14 años. Se acompaña libro de familia
como documento número 3.
SEGUNDO.- Que Don Jerónimo tiene Síndrome de Down, principal causa de discapacidad intelectual,
de un grado moderado a severo. Como prueba de ello adjunto el informe médico emitido por la doctora Ana María
Huerga Escudero, que acompaño como documento número 4. En el mismo se puede observar las limitaciones que
sufre como consecuencia de su enfermedad, que son entre otras: torpeza motora, lentitud y mala coordinación,
cardiopatía congénita, dificultad de atención y de interpretar información, y retraso significativo en sus habilidades
lingüísticas. Asimismo, se encuentra en el grado más grave de la discapacidad, en tanto en cuanto su deficiencia
se encuentra en un nivel moderado-severo, siendo la media ligero-moderado.
Las circunstancias descritas suponen una alteración que le impide realizar sus tareas cotidianas con
normalidad e independencia, además de cuidarse a sí mismo, por lo que Don Jerónimo, tras cumplir la mayoría de
edad y no encontrarse sujeto a la patria potestad, se encuentra en la necesidad de que se adopten medidas judiciales
de apoyo de carácter estable, tal y como estima la doctora en su valoración personal de la situación.
Además, se acompaña como documento número 5 informe de la trabajadora social, donde expone las
circunstancias familiares y económicas del necesitado de apoyo, así como su situación física donde consta que su
pronóstico es de empeoramiento, que camina con mucha dificultad, y entre otras cosas, que no ha superado los
estudios de Educación Secundaria Obligatoria a pesar de su constante esfuerzo.
TERCERO.- Que por las circunstancias expuestas, a través de la presente se solicita, que se establezca
la CURATELA REPRESENTATIVA como medida de apoyo, medida que actualmente tiene un carácter
excepcional pero que se considera debidamente justificada dado el alcance del menoscabo que sufre Jerónimo. Se
erige como la más aconsejable tal y como consta en el dictamen pericial médico aportado, por considerar la falta
de autogobierno y la falta de habilidades para llevar a cabo las actividades cotidianas, además del previsible
empeoramiento futuro.
CUARTO.- Como persona idónea para el desempeño de la medida de apoyo se propone a la actora, Doña
Sandra, como progenitora de Don Jerónimo y persona que vela por sus intereses de manera continua y constante,
además de ser el principal sustento de la familia, tal y como se contiene en el informe de la trabajadora social
precitado. Mi mandante se halla en el pleno ejercicio de sus derechos civiles, sin que, por ende, concurra en el
mismo alguna de las causas de inhabilidad previstas en los artículos 216 y 217 CC. Se acompaña como documento
número 6 certificación literal de nacimiento de mi mandante, acreditativa de no constar ninguna anotación
marginal relativa a la circunstancia prevista en los artículos anteriores, y como documento número 7, certificación
del Registro Central de Penados y Rebeldes, acreditativo de no estar condenado mi mandante a ninguna pena
privativa de libertad.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
II. CAPACIDAD.- Mi mandante tiene capacidad para ser parte de acuerdo con el art. 6.1.1º LEC y
capacidad procesal conforme a lo establecido en los art. 7 LEC.
SUPLICO AL JUZGADO, que teniendo por presentado este escrito con los documentos que se
acompañan, se sirva admitirlo, y se tenga por formulado expediente de provisión de medidas de apoyo de DON
JERÓNIMO RODRÍGUEZ SALAS, y previos los trámites procesales oportunos, con intervención preceptiva del
Ministerio Fiscal, se dicte Sentencia en la que: a) se declare la curatela representativa como medida de apoyo a
adoptar para garantizar el gobierno tanto de su persona como de su patrimonio. b) se nombre curador para la guarda
y protección de la persona y patrimonio debiendo recaer dicho cargo en la persona de mi mandante, doña SANDRA
SALAS VALLINA.
PRIMER OTROSÍ DIGO: Que se proponen por esta parte los siguientes medios de prueba:
- Testifical de los familiares más cercanos, entre ellos su progenitor, ANSELMO RODRÍGUEZ
VIESCA y su hermano, menor de edad, ASIER RODRÍGUEZ SALAS.
Todo ello por ser Justicia que pido en Oviedo 12 de agosto de 2021.
El Ministerio Fiscal se opone en su escrito a la constitución de una curatela representativa, dado que estima que,
pese a que los informes adjuntados como prueba documental prevén una merma progresiva en las facultades de
Jerónimo, no se puede supeditar una decisión de tal calado a futuro, máxime teniendo en cuenta que las medidas
adoptadas son revisables cada 3 años. Propone, por tanto, una curatela en la que se precise apoyo para los actos de
disposición patrimonial relevantes (para los cuales habrá que solicitar previa autorización judicial) y para la
asistencia en el día a día.
2. DEMANDA DE SOLICITUD DE ADOPCIÓN DE MEDIDAS JUDICIALES DE APOYO A
PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y NOMBRAMIENTO DE CURADOR.
D. EMILIO GARCÍA BUELGA, Procurador de los Tribunales, colegiado nº 3562 del Ilustre Colegio
de Procuradores de Oviedo, en nombre y representación de D.ª SANDRA SALAS VALLINA mayor de edad,
con domicilio a efectos de notificaciones sito en Oviedo, Asturias, Calle Álvaro Flórez Estrada número 2, 6ºCI,
CP: 33006, y provisto de D.N.I Núm.- 63843618B, bajo la dirección letrada de D.ª LAURA CUERVO
MIGUÉLEZ colegiada número 6963 del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo, ante este juzgado comparece y
como mejor proceda en Derecho, DIGO:
PRIMERO.- Que en fecha 12 de agosto de 2021 fue promovido expediente de jurisdicción voluntaria de
solicitud de adopción de medidas de apoyo para persona con discapacidad y nombramiento de curador, contra el
que se formuló oposición por parte del Ministerio Fiscal en fecha 28 de octubre de 2021. Se aporta como
documento número 1 Resolución.
SEGUNDO.- Que esta demanda interesa a mi representada como madre de la persona con discapacidad,
situación que acredito con el libro de familia que adjunto como documento número 2.
QUINTO.- Se hace constar que los parientes más próximos de DON JERÓNIMO, tal y como consta en
el libro de familia adjunto, son:
Su padre, Anselmo Rodríguez y su hermano, Asier Rodríguez Salas, convivientes con el necesitado de
apoyo.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
II. CAPACIDAD.- Conforme a lo dispuesto en el artículo 6.1 LEC mi mandante ostenta la capacidad
procesal necesaria.
III. LEGITIMACIÓN.- Mi mandante ostenta legitimación activa de acuerdo con el artículo 757 LEC.
IV. POSTULACIÓN.- Se actúa con la debida representación de abogado y procurador en virtud del
articulo 750 LEC.
V. PROCEDIMIENTO.- Deberá sustanciarse por los trámites del juicio verbal de conformidad con el
artículo 753 LEC.
VI. PRUEBA.-
Documental: Consistente en la lectura de los informes médicos y sociales.
Testifical: Audiencia de Don Jerónimo Rodríguez Salas así como de sus parientes más próximos.
VII. INTERVENCIÓN DEL MINISTERIO FISCAL.- Siendo preceptiva en los procesos sobre
adopción de medidas judiciales de apoyo conforme a lo dispuesto en el artículo 749 LEC.
VIII.- FONDO DEL ASUNTO.- Las medidas de apoyo deberán estar inspiradas en el respeto a la
dignidad de la persona, asegurando la tutela de sus derechos fundamentales y procurando que las decisiones sean
tomadas procurando que la propia persona exteriorice sus preferencias.
En casos excepcionales, cuando pese a haberse hecho un esfuerzo considerable no sea posible determinar
esta voluntad, deseos y preferencias de la persona con discapacidad, las medidas de apoyo podrán incluir funciones
representativas. En este caso, se deberá tener en cuenta la trayectoria vital de la persona con discapacidad, sus
creencias y valores, así como los factores que ella hubiera tomado en consideración.
Este contenido se desprende del tenor de los artículos 249 y 250 CC.
Para la designación del curador, a falta de previsión, se tendrá en cuenta a las personas mayores de edad
que a juicio de la autoridad judicial sean aptas para el adecuado desempeño, ex. Artículo 275 CC. Creo
sobradamente probada la aptitud de mi mandante para ejercer como curadora representativa, siendo la que viene
prestando el amparo a Don Jerónimo desde sus inicios.
Por lo expuesto,
SUPLICO AL JUZGADO, Tenga por presentado este escrito y los documentos que se acompañan,
teniendo por formulada DEMANDA DE ADOPCIÓN DE MEDIDAS DE APOYO A PERSONA CON
DISCAPACIDAD, Y NOMBRAMIENTO DE CURADOR CON FUNCIONES REPRESENTATIVAS frente a
DON JERÓNIMO RODRÍGUEZ SALAS, y previos los trámites correspondientes, con intervención del
Ministerio Fiscal y audiencia de los parientes designados en el cuerpo del presente escrito, dicte en su día
Resolución donde designe a SANDRA RODRÍGUEZ SALAS como curadora para los actos cotidianos, respetando
siempre la voluntad, deseos y preferencias que pudieran ser manifestados y determine los actos para los que la
misma requerirá autorización judicial, oficiando al Registro Civil correspondiente para inscribir la Sentencia.
OTROSÍ DIGO: Que es intención de esta parte cumplir con todos los requisitos legales, pero se solicita
a tenor dl artículo 231 LEC que se diere traslado de cualquier defecto para la inmediata subsanación del mismo.
DE NUEVO SUPLICO AL JUZGADO, tenga por hecha la anterior manifestación a los efectos
oportunos.
Dª. SANDRA SALAS VALLINA, mayor de edad, con domicilio a efectos de notificaciones sito en
Oviedo, Asturias, Calle Álvaro Flórez Estrada número 2, 6ºCI, CP: 33006, y provisto de D.N.I Núm.-
63843618B, actuando como curadora de DON JERÓNIMO RODRÍGUEZ SALAS, ante este Juzgado
comparezco, y como mejor proceda en Derecho, DIGO:
Que mediante el presente escrito y por interesar al derecho de la persona que precisa de apoyo, se solicita
AUTORIZACION JUDICIAL PARA REALIZAR GASTOS EXTRAORDINARIOS en base al artículo
287.6 CC, y todo en base a los siguientes:
HECHOS
PRIMERO.- Por Sentencia recaída en este Juzgado de fecha 14 de diciembre de 2021, esta parte fue
nombrada curadora de Don Jerónimo, cargo del que se ha tomado posesión ante el Letrado de la Administración
de Justicia en fecha 20 de diciembre de 2021, y que actualmente se sigue desempeñando. Se adjunta como
documento número 1 copia de la sentencia.
TERCERO.- Que por circunstancias sobrevenidas, los ahorros de esta familia han descendido
considerablemente, ya que el progenitor se encuentra en desempleo desde el año 2015, y esta parte se encuentra
trabajando teniendo un sueldo mensual de 1.650€. Actualmente contamos con unos ahorros en el banco de 3.000€,
teniendo que hacer frente a los gastos del centro de día a los que acude Don Jerónimo, así como a numerosos
especialistas, trabajadores sociales y logopedas, además de los gastos de manutención de Asier, hermano de
Jerónimo y los propios del hogar, como facturas y alimentación. El gasto mensual de Jerónimo asciende a una
cantidad de 1.500€ aproximadamente. Se adjunta como documento número 3 presupuesto del gasto emitido por
la trabajadora social y como documentos número 4,5 y 6 extracto de la cuenta bancaria y movimientos desde la
constitución de la curatela, nóminas de Doña Sandra y alta como demandante de empleo de Don Anselmo,
respectivamente.
II. CAPACIDAD Y LEGITIMACIÓN.- Ostenta mi principal capacidad para ser parte conforme a lo
establecido en los artículos 6 y ss de la LEC y se encuentra legitimado de conformidad con lo reflejado en el
artículo 62.2 LJV.
IV. PROCEDIMIENTO.- El establecido en los artículos 13 y ss LJV, con las especialidades del artículo
63 y ss. De la misma norma.
VI. FONDO DEL ASUNTO.- De conformidad con el artículo 287.6 CC el curador necesita autorización
judicial para los actos que determine la resolución, entre ellos el de enajenar o gravar bienes inmuebles conforme
al artículo 287.2 CC. Igualmente se señala el motivo del negocio que se pretende celebrar, aportando prueba válida
de ello conforme al artículo 63.1 LJV.
El Juez, teniendo en cuenta estas pruebas, debe decidir concediendo la aprobación solicitada conforme al
artículo 65 LJV, aplicando las medidas necesarias para que se destine efectivamente a esa finalidad a tenor del
artículo 66 LJV.
SUPLICO AL JUZGADO, que presentado este escrito con las copias y documentos que se acompañan,
se sirva admitirlo y en consideración a las manifestaciones en él contenidas, se conceda autorización a esta
curadora para realizar LA VENTA DEL BIEN INMUEBLE COMO GASTO EXTRAORDINARIO con cargo
al patrimonio de la persona a la que presto apoyo.