Está en la página 1de 18

2.2 Las tres actitudes.

La composición
Problema en la esquina
El problema de la esquina, tal como aquí nos lo planteamos, es el de un edificio
exento, con fachadas simétricas respecto a la esquina. Su estructura portante
será porticada, sea direccional o isótropa. La composición de los testeros, si es
que pueden identificarse unas fachadas como tales, será, pues, similar a la de las
demás muros exteriores.
Debe existir, sin embargo, un orden de pilares en cada una de las dos direcciones
perpendiculares de la planta; es decir, que no se trata de un gran pórtico de
amplia luz que cubre todo el espacio con una sola crujía (este tipo edificatorio es
el que estudiaremos en el apartado siguiente).
Evidentemente cuanto más anisótropa sea la estructura, más dificultades supon-
drá conseguir una imagen isótropa, y más distorsiones será necesario introducir
en la construcción. Si la estructura es anisótropa, nuestro objetivo de conseguir
una fachada simétrica será confiado al cerramiento y, en consecuencia, el orden
estructural quedará en un segundo plano, o desaparecerá.
Nuestro problema es el de cualquier elemento que tiene un desarrollo lineal,
direccional, cuando llega a un punto donde se produce un cambio de dirección,
sea una cenefa decorativa o la planta de una fachada. El giro provoca una dife-
rencia de longitud entre la zona más alejada del centro de giro y la más cercana.
Si existe algún pautado modular en la banda considerada, la conservación de esa
66
modulación en la zona de giro exigirá precauciones muy especiales, porque si
giramos sobre el punto interior, se desmodula el exterior; y si lo hacemos sobre el
La esquina

exterior, es el interior el que queda acortado.


En un edificio porticado la planta de la fachada tiene habitualmente un gran gro-
sor: desde el interior de los pilares perimetrales hasta los haces exteriores de
fachada. En la zona interior aparece una banda, el porticado, con un orden es-
tructural propio; en la zona exterior la modulación la establece el orden que la
composición imponga al cerramiento. El problema de la esquina será hacer com-
patibles ambos órdenes modulares cuando la fachada gira noventa grados al
llegar a ella.
El cerramiento suele tener otro orden de módulo inferior, las carpinterías y sus
maineles, que de alguna manera debe relacionarse con el intereje de la estructu-
ra. Normalmente se trata de un orden de aventanamiento, que es submúltiplo del
intercolumnio. Supongamos que, como es habitual y correcto constructivamente,
el cerramiento pasa por fuera de la estructura y el pilar es tangente a su cara
interior: si la modulación del cerramiento es submúltiplo de la estructural, al llegar
a la esquina el cerramiento tendrá un eje sobre el centro de la cara del pilar.
Desde ese punto hasta el encuentro geométrico con el paramento de fachada
que le es perpendicular, queda un espacio que es función de ciertas dimensiones
técnicas. En este caso faltará exactamente medio pilar más el grueso de la facha-
da. Lógicamente esa dimensión se establecerá a lo largo del desarrollo técnico
del proyecto y difícilmente guardará relación alguna con la modulación del cerra-
miento.
El problema lo genera, como hemos visto, la distancia entre los planos donde se
sitúan los dos elementos que han de ser modulados: la estructura y los La esquina del Aluminium Memorial Hall del IIT,
obra de Mies. En la planta puede observarse la
cerramientos en la arquitectura de hoy; el eje de las columnas y el plano exterior incidencia de los grosores técnicos en la distan-
cia entre las fachadas perpendiculares
del arquitrabe, con sus triglifos y metopas, en el templo dórico; los huecos modu- 67

lados de fachada y las columnas adosadas, en el palacio renacentista. Para resu-

La esquina
mirlo en una figura sintética podríamos decir que si consideramos que el orden
más interior gira en la esquina sobre uno de sus puntos modulares, el orden
exterior se abrirá, proyectando sobre cada fachada el grosor de la separación
entre ejes modulares. Y puesto que cada orden tiene su propio grosor, el proble-
ma se hace aún más complejo, y subordina aún más el resultado formal final a
consideraciones técnicas de difícil control, si no es por el sobredimensionamiento
habitual en la arquitectura histórica.
Para domesticar esta rebelde esquina los arquitectos se han esforzado denoda-
damente durante siglos. Desde Imhotep a Mies, éste ha sido uno de los aspectos
más característicos del oficio arquitectónico y de los que mejor han expresado las
intenciones del arquitecto y su voluntad de controlar el orden del edificio.
LA ALTERNATIVA FORMAL
Subordinación del orden estructural al orden del cerramiento
Una aproximación formal -en el vocabulario que hemos adoptado- supondrá la
modificación del orden interior o el exterior para compatibilizar ambos. En reali-
dad esa compatibilidad se logrará, en este caso, alterando alguno de los elemen-
tos modulares para aparentar que la distancia entre sus planos de referencia es
también modular. Si es el interior el modificado, se supone que el orden externo
queda inalterado y el último módulo del orden interno es más corto pues se redu-
ce en el grosor de la distancia entre ejes modulares. Si es el exterior el modifica-
do, el giro se hace sobre el orden interior y por consiguiente el módulo de esquina
del orden exterior es más amplio.
Es el caso del templo griego, que reduce el intercolumnio o amplía la metopa,
aunque en la arquitectura contemporánea es una solución poco habitual puesto
que la aritmética de los módulos dificílmente se flexibiliza para ajustes de este
tipo. Podrían citarse ajustes famosos, como los de Mies en el Lake Shore Drive,
que estudiaremos más adelante, pero la verdad es que esos ajustes se reducen
a la modulación de la carpintería, precisamente para mantener el orden mayor de
los grandes maineles de acero.

Esquemas de la aproximación formal. En el su-


perior se modifica la disposición de los pilares,
en el inferior se aumenta el tamaño de las ven-
68 tanas de esquina
La esquina

Instituto de Información Científica de Filadelfia


(R. Venturi)
Quizás sólo podríamos recordar a R. Venturi, que en algunas de sus obras cam-
bia la modulación de la carpintería para ajustar su relación con la estructura. En el
Instituto de Información Científica de Filadelfia el ajuste podría considerarse re-
ducido a una voluntad de permitir la presencia de pilares en la fachada y, por lo
tanto, a una reducción de todos los huecos inmediatamente vecinos.
Sin embargo, en alguna esquina de la ampliación del Allen Memorial del Oberlin
College, de Ohio, el planteamiento ejemplifica perfectamente esta actitud. La se-
cuencia de ventanas iguales se rompe al llegar al giro: las ventanas de esquina
son más amplias para envolver la banda estructural. Lo cierto es que se trata de
un caso anecdótico, de una actitud poco significativa en el conjunto de una arqui-
tectura contemporánea habituada a aproximaciones geométricas cada vez más
abstractas.

69

La esquina
Planta y vista del Allen Memorial del Oberlin
College, Ohio (R. Venturi)
LA ALTERNATIVA EXPLÍCITA
La expresión en el cerramiento de la incidencia de los grosores
constructivos
Consiste en mostrar con toda evidencia que el orden del cerramiento se detiene
al llegar a la altura del centro del pilar de ángulo, y, a partir de allí, dibujar con toda
libertad la forma de la esquina. Así la coherencia entre orden de la estructura y
orden del cerramiento se mantiene perfectamente mientras corren paralelos.
Cuando el cerramiento debe continuar para envolver el pilar de esquina adopta
formas explícitamente no modulares. Estas formas pueden ser más o menos
cóncavas y con el cerramiento no muy alejado del pilar, como sucede en los
rascacielos de Mies. O puede incrementarse esta distancia para resolver la es-
Esquema de la aproximación explícita quina con toda libertad, incluso con formas convexas, como en algunas torres de
mucha tradición. Esta solución tiene la ventaja de liberar la modulación de su
servidumbre respecto de las dimensiones técnicas (espesores del cerramiento y
del pilar), que pueden variar -incluso durante la obra-, pero que, con esta opción,
no afectarán al detalle de la composición de la fachada.
En casi todos sus rascacielos, Mies utilizó literalmente esta solución. Los mon-
tantes de perfil laminado se sitúan siempre sobre los centros de las caras del pilar
de esquina. Las esquinas son cóncavas y forman una línea quebrada que mues-
tra el grosor del cerramiento más el de medio pilar revestido, como vimos en la
figura de la página 65. También muchos edificios del SOM, como el complejo
residencial en Lake Meadows, podrían ejemplificar esta actitud.
70
La esquina

Complejo residencial en Lake Meadows (SOM)


El Pabellón Internacional de la Amistad en la
Expo 90, Osaka (A. Isozaki)

Es también la solución más común en la arquitectura de hoy. Desde la high-tech


hasta el posmodernismo nada parece más natural que mostrar en la esquina el
grosor de la fachada. La alta tecnología exhibe la esquina explícita como la pieza 71

excepcional de su serie de cerramientos. La trasparencia de los cerramientos

La esquina
evidencia los problemas dimensionales que plantea el contornear el pilar de es-
quina.
LA ALTERNATIVA RADICAL
Subordinación del cerramiento al orden estructural
Desde un punto de vista abstracto y radical, y puesto que los problemas de la
esquina son debidos al giro de diversos elementos superpuestos, todas las difi-
cultades desaparecerán si los diversos órdenes se mueven en un mismo plano,
es decir, si el eje de la estructura y el de los cerramientos coinciden, (y, aun mejor,
si el grueso de los cerramientos es prácticamente nulo). Éste es el punto de par-
tida de la actitud radical para evitar los problemas de la esquina: anular el proble-
ma del giro haciendo concidir los ejes y, por lo tanto, los centros de ese giro.
Una vez dibujada la trama porticada, con la luz más adecuada al tamaño de los
Esquema de la aproximación radical locales -dentro de unos márgenes razonables para el tipo estructural elegido-, los
cerramientos serán insertados entre esos pilares. Para que todo resulte perfecto
esos pilares deberán ser cuadrados o circulares, y los cerramientos tendrán que
estar situados en sus ejes.
Esta solución acarrea algunas exigencias poco razonables relacionadas con el
diseño y funcionamiento de una estructura limitada por una línea modular.
El cerramiento debe tener su eje en la línea formada por los ejes de los pilares, y
eso comporta inevitablemente que una parte de los pilares dé al exterior y otra al
interior del edificio, con las consiguientes pérdidas térmicas a través de su masa,
que han de ser contrarrestadas mediante algún tipo de protección. Una opción
para usar esta alternativa pudiera ser la utilización de unos pilares protegidos
72
contra el fuego y contra la transmisión de la temperatura. Así sucede con los
pilares de plástico diseñados por Prouvé para Saint Gobain, que constituyen ya
La esquina

una solución histórica para todos estos problemas.

Sistema modular para una casa de plástico


(J. Prouvé)

Casa de plástico proyectada para Saint Gobain


(J. Prouvé)
El nuevo clasicismo de la high-tech ha encontrado en estos diseños su idea seminal,
como lo prueba la Mediateca de Nimes, proyectada por N. Foster, un ejemplo
perfecto de esquina radical.
El borde de los techos plantea problemas similares: el corte a eje de los pilares
para protegerlo con el cerramiento constituye una solución muy forzada (aunque
ha sido utilizada en proyectos tan significativos como el Toronto Dominion, de
Mies van der Rohe). En estructuras metálicas, se produce una reducción del
grosor del perfil que une los pilares, mientras que en las estructuras de hormigón
resulta sumamente difícil absorber el esfuerzo cortante con tan poco capitel.
Todos estos problemas desaparecen cuando el cerramiento tiene un grosor algo
superior al de los pilares, de manera que puede estar en su eje y envolverlos a la
vez. Éste es prácticamente el caso del Centro de Arte Británico, en la Universidad
de Yale (New Haven, Connecticut, EE.UU.), proyectado por Louis Kahn, edificio
que estudiaremos más adelante. Esquina de la Mediateca de Nimes (N. Foster)

73

La esquina
2.3 Ilustraciones
Tanto Mies como Kahn utilizaron en casi todas sus obras la solución explícita
para los esquemas de sus edificios. Pero Mies, en la estructura, tuvo que bregar
con las exigencias direccionales del acero, mientras que Kahn tuvo mayores faci-
lidades con el ladrillo y el hormigón.
2.3.1 Las esquinas de Mies
Entre 1950 y 1970 Mies construyó una serie de edificios-torre que forman una
serie experimental en un proceso de sublimación de la imagen del rascacielos de
vidrio. La energía visual potencial del acero laminado, que representa el poderío
industrial americano de la época, se añade a la ligereza del vidrio para llevar a la
práctica el viejo prototipo de Mies: las torres de vidrio que había imaginado en los
primeros años veinte.
El acero está presente en la mayoría de las estructuras, pero las normas contra
incendios dificultan su expresión en la fachada. Al orden isótropo de las plantas
de sus estructuras porticadas Mies añade el orden vertical de unos montantes de
metales diversos que pautan la carpintería de la fachada. Se trataba en su origen
de unos elementos que proporcionaban rigidez a la carpintería pero cuya función
se diluye al mejorar el diseño de ésta, y así pasan a asumir un papel retórico
evidenciado por su evolución desde el acero (Lake Shore Drive) al bronce
(Seagram) y al aluminio (IBM) 6.
El orden de estos montantes siempre es submúltiplo del orden de la estructura;
74
los montantes se sitúan por delante de los pilares, y entre los ejes de dos pilares
aparecen de cuatro a siete montantes.
La esquina

Lake Shore Drive y Seagram


La fachada de Lake Shore Drive

En el primero de estos proyectos -Lake Shore Drive 860/880 (1948-51)- la carpin-


75
tería todavía no se ha despegado del plano de la estructura. Como consecuencia
del reparto equitativo de los montantes entre ejes de pilares, la ventana vecina al

La esquina
pilar es más pequeña que las otras. Medio pilar se come parte del espacio modu-
lar que le correspondería.
Al llegar a la esquina, el pilar de ángulo tiene uno de esos montantes en cada una
de sus dos caras. La reducción de anchura de las ventanas vecinas hace que
esta solución nos recuerde las actitudes formales. En realidad Mies está traba-
jando con tres órdenes: el de la estructura, el de los montantes -elementos funda-
mentales de la composición, siempre a eje de la estructura- y el de la carpintería
de ventanas, que tiene un elemento más estrecho en la vecindad de cada pilar.
Su problema está muy próximo al del templo griego: la distancia que separa en
planta los planos en los que se dibujan ambos órdenes. Allí era el grosor de medio
arquitrabe lo que separaba el plano de las metopas y el de los ejes de las colum-
nas. Aquí es el grosor del cerramiento y el del medio pilar.
En todos los proyectos posteriores las carpinterías se despegan hacia fuera del
plano de la estructura. Como sus montantes siguen estrictamente colocados en
el eje de los pilares, al doblar la esquina queda un cuarto de pilar, rehundido entre
los montantes de sus caras. El perímetro de fachada entre ellos es siempre un
forro más o menos elaborado de ese ángulo del pilar. Todas las soluciones que
adopta Mies en esta época podrían agruparse dentro de lo que llamamos esqui-
nas explícitas.
Construcción de la estructura del Crown Hall

En los edificios de una planta, la normativa de incendios sí permite la disposición


76 de los pilares en la fachada sin mayor protección. En el Crown Hall (1950-56)
Mies compone un gran orden estructural direccional con los cuatro pórticos exter-
La esquina

nos, y otro orden, aparentemente bidireccional, envolvente, con los montantes de


la carpintería. Como no existe pilar de esquina aquí podría haber diseñado un
único montante en el ángulo que formase parte de los órdenes de las dos facha-
das perpendiculares que convergen en él aunque la verdad es que no pudo ha-
cerlo porque los montantes del testero son portantes. La fotografías de su cons-
trucción muestran cómo colaboran esos montantes soportando el vuelo desde el
último pórtico; un montante, por lo tanto, tiene que quedar en el testero, muy

El interior del Crown Hall


cerca del ángulo para sostener el extremo de la última vigueta. Como consecuen-
cia se ve obligado a duplicar el montante de esquina y a unir las dos piezas con
una chapa en ángulo.
Un arquitrabe de chapa envuelve todo el edificio y oculta el espesor de la estruc-
tura de cubierta. Sobre ese arquitrabe se fijan los montantes: los del testero se
unen a través de ese arquitrabe con las viguetas del techo, y los de las fachadas
laterales se sujetan a él simplemente, ya que no colaboran estructuralmente.
La esquina cóncava, formada por la chapa entre dos montantes, consigue una
simetría formal a pesar de la radical anisotropía estructural. Es igual que la doble
metopa que exigían los tratadistas puristas.
En esos mismos años Mies ensayó, en los apartamentos Carmen Hall, un pilar de
hormigón en esquina de sección progresivamente reducida y unos cerramientos
insertos situados a eje de la sección más pequeña. Es la primera versión de una
actitud radical.
Quince años después Mies plantea este problema, con una mayor exigencia
geométrica, en el Dominion Bank, un edificio de una planta adscrito al conjunto Esquina del Toronto Dominion, con su recurso a
del Toronto Dominion; un edificio que se conforma como un cuadrado perfecto y los pilares cruciformes y carpinterías estricta-
mente a eje
aparentemente soportado por un ordenado perímetro de pilares cruciformes.
En el Dominion, Mies apuesta claramente por esa alternativa radical. Las carpin-
terías están a eje de los pilares, y, lógicamente, el pilar de la esquina está en la
intersección de ejes. Medio pilar queda, por lo tanto, fuera de la fachada y del
77
arquitrabe de chapa. Si existe una jácena perimetral sólo se apoya en el medio
pilar interior. Comentaremos esta estructura con más detalle al final de este libro.

La esquina
La aparentemente absoluta isotropía del Toron-
to Dominion Bank
2.3.2 Kahn
La geometría es la única pauta para la construcción 7.
No será necesario insistir en el énfasis puesto por Kahn en la estructura como
depositaria del orden geométrico de sus edificios. Proyectos tan tempranos, tras
su famoso viaje a Italia, como la Adler House (1954-55) o el Jewish Community
Center (1954-59), testimonian esa actitud.
Aunque en la mayor parte de sus obras las plantas se organizan de manera
bidireccional e isótropa, en el edificio para la Tribune Review, en Greensburg
(1958-62), proyecta su quizás única estructura porticada direccional. Se trata de
un edificio conformado por la repetición paralela de pórticos de hormigón con
vigas de gran canto, una solución muy simple y económica, probablemente la
más adecuada para su función.
La estructura se expresa claramente y se convierte en uno de los elementos que
ordenan y explican la manera en que se conforman el proyecto y el edificio. La
Planta de la Adler House jácena de hormigón se apoya en unos pilares externos a la fachada, y el último de
esos pilares enrasa con el testero, es decir, que la última jácena queda en el

78
La esquina

El local de esquina del edificio para la Tribune


Review
plano final de cerramiento, el testero. Para construir esa fachada-testero, Kahn
proyectó un muro de cerramiento que no llega a tocar esa última jácena y que
está aliviado por unos enormes huecos.
Los dos paramentos exteriores perpendiculares que conforman ese local son dos
fragmentos de las fachadas longitudinales. Son unos lienzos insertos entre pila-
res en los que se disponen los famosos huecos key hole que Kahn diseñó para
evitar el deslumbramiento; en ellos, los vidrios, de gran tamaño, llegan hasta la El Byrn Mawr College

cubierta.
Así pues el diseño de cada paramento es diferente; la altura bajo estructura, el
criterio de huecos, etc. son distintos, como lo es el cerramiento interior que forma
otro lado del mismo local. Kahn fue respetuoso con su axioma: Una habitación
debe ser una entidad construida o un segmento ordenado de un sistema cons-
tructivo 8. El local final del edificio para la Tribune se expresa como una entidad
construida, pero el orden del sistema adoptado no contribuye al orden del local en
cuestión. En efecto, la esquina interior es muy confusa a pesar de la claridad
estructural porque el espacio queda envuelto por un conjunto de paramentos muy
diferentes entre sí.
Casi todos los demás edificios de Kahn son isótropos, sea por adición de peque-
ños elementos estructurales bidireccionales, como la fábrica para Olivetti (1966-
70); o sea por el uso de plantas con formas circulares o cuadradas, como la
sinagoga Harva o la Biblioteca Phillips Exeter. O incluso por yuxtaposición de las
mismas, como en el Byrn Mawr College; o, por fin, por su crecimiento y genera-
ción radial, como en el Capitolio de Sher E Banglanagar. 79

La esquina
Fábrica Olivetti-Underwood, en Harrisburg
Su esfuerzo por domesticar la direccionalidad intrínseca a la estructura porticada
resulta evidente en el diseño de la estructura de los Laboratorios Richards. El
conjunto está formado principalmente por una serie de edificios iguales en forma
de torre cuadrada. Los elementos servidores, en el lenguaje kahniano, se sitúan
en el perímetro de las torres, lo que supone una gran luz estructural y un plantea-
miento en principio bidireccional. Probablemente esa luz exigió el recurso a las
estructuras pretensadas de hormigón, un tipo constructivo que exige piezas li-
neales, mucho más problemáticas aquí que la estructura in situ de hormigón
armado, que hubiera podido ser reticular.
Kahn no cedió en su planteamiento teórico, y su ingeniero, Komendant, tuvo que
resolver una de las estructuras más sofisticadas que conozco: una malla reticular
formada por piezas lineales de hormigón prefabricado que se intersecan y
postensan en obra.
Como era de esperar, casi todas las esquinas de Kahn son explícitas. El orden
del plano exterior de las fachadas se detiene en la perpendicular del orden estruc-
tural. Los dos cerramientos que convergen en una esquina quedan, pues, sepa-
rados por un espacio que o no está construido, como en Ahmedabad, o presenta
algún otro tipo de forma entrante, como en el Bryn Mawr College o en la Bibliote-
Esquemas y maqueta de la estructura posten-
ca Phillips Exeter.
sada de los Laboratorios Richards

La síntesis de todas las intenciones de Louis Kahn se expresa, sin duda, en el


Centro de Arte Británico de Yale (1969-74), su obra póstuma. En él, tres propues-
tas radicales abren el camino a todas las soluciones geométricas:
80
La esquina
- una estructura isótropa.
- unos cerramientos a eje de los elementos estructurales.
- un grosor de los cerramientos ligeramente superior al de los pilares.
Ninguna de las tres propuestas es planteada de una manera absoluta. La estruc-
tura tiene una base modular cuadrada de seis metros de lado, pero faltan muchos
pilares, otros se sustituyen por formas portantes diversas y alguno parece des-
plazarse subrepticiamente en la planta más baja. Los pilares son cuadrados y las
jácenas no cuelgan, salvo las que apean pilares en planta baja.
Pero el resultado es igualmente eficaz; el edificio se nos presenta como configu-
rado por una retícula espacial perfecta, los cerramientos en general parecen si- Esquina explícita de la Biblioteca Phillip Exeter,
New Hampshire
tuados en el eje de las jácenas (únicamente en los locales secundarios es nece-
sario resolverlos con más libertad).
El grosor de los cerramientos es variable. En algún caso sólo son tabiques a
modo de biombos que aumentan la superficie de exposición. Pero, en los alzados
más significativos, el cerramiento siempre sobresale ligeramente del plano de la
estructura y, por lo tanto, no surge ningún problema geométrico ni en los rincones
ni en las esquinas. No aparecen tampoco pilares incontrolados en el interior, y la
esquina es del tipo radical, con cerramientos insertos a eje de estructura.

81

La esquina
El Centro de Arte Británico en Yale
82
La esquina

Vista cenital del patio, en la que se observan los


cerramientos interiores a cara de las jácenas
3. El testero

Desde la stoa griega al batzoki vasco, la estructura porticada, planteada en sus Cuida únicamente los extremos, y el resto del edificio
más elementales términos de cubierta a dos aguas sobre dos hileras de pilares cuidará de sí mismo, L. Sullivan 1
extremos, siempre ha tendido a conformar edificios lineales. Los pórticos o cuchi-
llos se yuxtaponen, cada uno paralelo a los anteriores, y dibujan una planta alar-
gada donde cada elemento es igual al anterior..., hasta llegar al último: el testero.

3.1 La sucesión de pórticos y la fachada del testero


Las dificultades empiezan cuando un cerramiento de fachada envuelve a esa
estructura elemental. A lo largo de la sucesión de pórticos ese cerramiento se
organiza, formal y mecánicamente, con referencia a la sucesión de soportes;
pero al llegar al final, al doblar la esquina del testero, esa referencia cambia. Este
tipo edificatorio, cuyo modelo histórico pueden ser las grandes estaciones de
ferrocarril y las naves de las exposiciones universales, nunca ha tenido muy en
consideración el papel arquitectónico del testero.
Sin embargo, como ya vimos al principio de este libro, la ambición de la arquitec-
tura culta es la imagen isótropa; en este caso la imagen que ofrece un edificio 83
cuyas fachadas tienen un tratamiento similar. Se trata pues de evitar la exhibición
de la elemental direccionalidad que sugiere la estructura; para conseguirlo ten-

El testero
dremos que enfrentarnos con algunos problemas en la relación del cerramiento
La stoa de Atala en el ágora ateniense
con la estructura porticada a la que envuelve.
Los tipos edificatorios citados, estaciones de ferrocarril o grandes salas de expo-
siciones, están subordinados a su carácter de grandes estructuras formadas por
inmensos pórticos de un solo vano. Al final de esas series de pórticos, los teste-
ros siempre serán simples diafragmas. Pero en las estructuras convencionales
con pórticos de varios vanos también aparecen dificultades cuando se intenta la
simetría de fachadas. El problema se centra, en estos casos, en el hecho que el
cambio de distancias entre pilares y la aparición de las jácenas en el plano del
testero pueden hacer muy difícil que la imagen de ambas fachadas sea similar.
En efecto, la fachada larga, la perpendicular al plano de cada uno de los pórticos,
estará yuxtapuesta, sobrepuesta a una riostra o quizás a un borde de forjado,
mientras que el testero dispondrá en esa posición de todo un dintel estructural
(recordemos la diversidad de elementos constructivos que aparecían en las salas
de esquina del Chicago Tribune, de L. Kahn). Con fachadas ligeras y en edificios
de la nueva high-tech estas dificultades pueden ser obsesivas.
En ambos casos -pórticos simples de gran luz o pórticos de múltiples vanos- los
problemas se resuelven, o mejor, desaparecen si la estructura porticada se pro-
yecta como una estructura absolutamente isótropa: una malla espacial de gran
luz en el primer caso, o una estructura reticular de múltiples apoyos en el segun-
do. Cualquiera de estas dos soluciones haría desaparecer todas las diferencias
estructurales entre ambas fachadas de manera que a ninguna de ellas le pueda
ser aplicado el titulo de este capítulo. En los próximos apartados describiremos

También podría gustarte