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Capitulo uno. La propuesta teórica de Talcott Parsons.

Introducción.
A lo largo de la historia del desarrollo pensamiento social ha existido una
tendencia muy obsesiva a imitar el modelo (ideal) de las Ciencias Naturales,
particularmente el de la Física1, sobre todo por el deseo de determinar, en cuanto
a las ciencias del hombre se refiere, la acción social. El más significativo de
aquéllos que buscaron intentar el desarrollo de una ciencia general del hombre,
aspirando a una “construcción lógica operacional” de la conducta humana fue
sin duda alguna Talcott Parsons.
Parsons expone el problema que tratará en su obra hablando del
“representante típico de las últimas etapas de desarrollo de un sistema de
pensamiento acerca del hombre y la sociedad que ha jugado un importante papel
en la historia de los pueblos de habla inglesa: la tradición positivista-
utilitaria”(Parsons; 1968: 35-36). Habla de la muerte, en sentido literal, de
Spencer a manos de la evolución de la teoría científica, cuyo progreso le
proporcionaba los elementos necesarios para comenzar una nueva etapa del “
proceso de desarrollo del cuerpo teórico y del conocimiento de los datos mismos”.
Aparecen “teorías cíclicas” que sustituye el evolucionismo lineal y de igual forma
se ve desplazado el individualismo por las teorías socialistas y colectivistas,
orgánicas de todo tipo “ El papel de la razón y el status del saber científico, como
elemento de la acción, se han visto atacados una y otra vez. Nos hemos visto
arrollados por una inundación de teorías anti-inteluctualistas acerca de la
naturaleza y la conducta humanas, también ahora de muchas variedades
distintas"(Idem: 36).
Pero lo más importante a resaltar en su propuesta es su pretensión de
salvar el dilema utilitario con la finalidad de plantear el "marco de referencia de la
acción", o unidad de un sistema, que está compuesto de un "número mínimo de

1
Aunque posteriormente lograra librarse, incluso, de esta tendencia no así, en las ciencias sociales, en donde
aún hoy en día imperan los métodos de formulación exacta sin cuestionar la teoría en sí; se utilizan las
proposiciones como hipótesis para los nuevos hechos que se presentan; impera lo que por un lado se conoce
como, “saber formulado conceptualmente” y por otro lado, una situación objetiva que incluye: “todos los
datos subsumidos en conceptos analíticos de algún sistema”(Parsons; 1968: 15).

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hechos averiguables acerca de él". Estos hechos pueden ser definidos como
términos descriptivos y son2: un actor, un fin("futuro estado de cosas hacía el que
se orienta el proceso de acción) y una situación que se compone de condiciones y
medios.3 Voy a obviar la importancia del primero y centraré mi atención en los dos
últimos.
El fin está contenido en la definición de la situación, o sea, es inherente a
ésta en tanto que "el acto se debe iniciar en una situación cuyas tendencias de
evolución difieran, en uno a más aspectos importantes, del estado de cosas hacía
el que se oriente la acción".4 Esto es, el fin no es un "futuro de estado de cosas
concreto" sino solo la diferencia respecto lo que sería si el actor se abstuviese a
actuar";5 el problema es que para lograr este fin se requiere a fortiori que "la
situación permita alternativas", o sea, que exista una "orientación normativa de la
acción"(Idem: 83). En este sentido, el fin es inmanente a la situación de una
acción, y para que exista "la elección de medios alternativos para el fin", será
necesario que la situación permita alternativas. Pero Parsons no concibe "la no-
existencia de un criterio selectivo alternativo para la elección de fines o de
medios". Esto por dos razones fundamentales que apuntan hacia la importancia
del aspecto subjetivo:
a) el del estatus de los fines de la acción y
b) el de la propiedad de la racionalidad.
Dado que el atomismo, según Parsons, es la característica más destacada del
acto unidad racional, los dos aspectos antes señalados, se apartan de la base
utilitaria. Lo que subyace a esto es el rechazo total al " concepto negativo de azar".

2
De acuerdo a Parsons antes de que se pueda hablar del "marco de referencia" como " una unidad de un
sistema", debe existir un "número mínimo de términos descriptibles", en este sentido, "el acto implica
lógicamente: 1) Un agente o actor. 2) A efectos de definición el acto debe tener un fin(…). 3) Debe iniciarse
en una situación cuyas tendencias de evolución difieran, en uno o más aspectos importantes, del estado de
cosas hacía el que se orienta la acción- el fin- (Idem: 82).
3
La situación es descomponible en dos elementos: aquellos sobre los que el actor no tiene control( es decir,
los que no pueden alterar, o evitar que se alteren, de acuerdo con su fin), y aquellos sobre los que tiene
control(Idem).
4
Idem.
5
Los medios no son herramientas o instrumentos concretos, sino los aspectos o propiedades de cosas que los
actores, en virtud de su conocimiento de ellos y de su control, son capaces de variar en la medida de sus
deseos( Idem, T. II. p. 888).

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En el primer caso, lo que se pretende es la independencia entre "la mediación
activa del actor en la elección de fines y la acción", empero, aquí el elemento "fin"
es fortuito(Idem: 104). De no ser así, "su independencia desaparece y son
asimilados(los fines) a las condiciones de la situación; es decir, a elementos
analizables en términos de categorías no subjetivas, especialmente de la
herencia y el medio, en el sentido analítico de la teoría biológica"(Idem: 104-105).
En el segundo, la racionalidad es maximizada; es el caso en el que el
conocimiento de la situación por el actor es, sino completo en algún sentido
fundamental, si plenamente adecuado a la realización de sus fines. Los desvíos de
la norma racional deben ser asociados a no estar, en algún aspecto, a la altura de
esta adecuación del conocimiento"(Idem: 106). Aquí el problema es cómo medir
los desvíos de tal racionalidad. Y la solución que Parsons ofrece al respecto es
que se mide por medio de la "ignorancia y el error". Cualquier fallo en la
adaptación a la norma racional debe imputarse a uno de estos dos elementos, o a
los dos(Idem).
Dichos elementos se traducen en la "falta de un conocimiento adecuado". Y
esto se traduce así en "base al sentido común", "pero en términos positivistas
deben tener una connotación más específica. Puesto que se considera que el
conocimiento científico es la única relación cognoscitiva significativa con la
realidad externa, sólo quedan dos alternativas para explicar por qué el actor en
cuestión fue víctima de la ignorancia o del error o de ambos"(Idem:106-107). Estas
dos alternativas nos remiten a lo subjetivo y a lo objetivo. Es decir, el primero
implica una incapacidad de ser entendido en "términos científicos en sus
relaciones con la acción". Lo cual conduce a que sean ignorados y no se les dé
explicación alguna; son elementos fortuitos, según Parsons. La segunda nos
remite a una "explicación en términos objetivistas". Esto es, "si la explicación de la
racionalidad sobre una base positivista debe residir en factores que, de hecho, no
se conocen, pero que son intrínsecamente susceptibles de ser científicamente
conocidos por el actor, estos factores deben encontrarse, en una generalización
analítica insertos en categorías susceptibles de una formulación no subjetiva, es
decir, en las condiciones de la acción"(Idem: 107).

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En ambos casos, el del status de los fines y la norma racional, se pretende
un rechazo al "concepto negativo de azar" y al mismo tiempo insertar categorías
susceptibles de formulación subjetivista. Pero, como en el primer caso el
rechazo conduce a una dependencia de los medios empleados a las
condiciones de la acción; y en el segundo, el rechazo conlleva una explicación
objetivista: la explicación reside en factores que se encuentran en una
generalización analítica insertos en categorías objetivistas. A la primera Parsons le
llama "postura positivista racionalista radical", a la segunda, "positivista anti-
intelectualista radical"(Idem: 108). De acuerdo a Parsons, esto conlleva a una
"ampliación del dilema utilitario", puesto que "en la medida en que se abandona la
postura utilitaria en uno de sus dos grandes principios, la única alternativa sobre la
base positivista para la explicación de la acción reside en las condiciones de la
situación de la ación consideradas objetiva más que subjetivamente".(Idem).
Esto me parece muy importante dado que Parsons aduce esto a que los
pensadores se han ocupado principalmente del "uso concreto del esquema de la
acción" y "no han conseguido llevar sistemáticamente su razonamiento a un plano
analítico"(Idem).6 La pretensión de Parsons, en este sentido, se hace evidente
toda vez que él pretende salvar este dilema. Pero uno no puede dejar de
cuestionar este logro. El rechazo del concepto negativo de azar y su anhelo de
insertar la categoría subjetiva forman parte de su propuesta teórica,
particularmente del "marco de referencia de la acción"(o unidad de un sistema). El
"acto" se compone, además de un "agente" y un "fin", de una "situación", que
comprende a su vez tanto condiciones" como "medios"; y en sus "utiliz aciones
analíticas",7 Parsons habla de "un cierto modo de relación entre estos elementos",
y hace énfasis en la existencia de "una orientación normativa" toda vez que la
"situación permite alternativas" en "la elección de medios alternativos para el fin".
Al respecto señala que "dentro del área de control del actor, no cabe, en general,
considerar a los medios empleados o como elegidos al zar o como exclusivamente
dependientes de las condiciones de la acción"(Idem: 83).

6
Las negritas son mías.
7
Cuestión que trataré de desarrollar detenidamente más adelante.

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En este sentido, y de acuerdo a Talcott Parsons, no hay cabida a la no-
existencia de un criterio selectivo alternativo para la elección de fines o de
medios; lo cual implica "lanzar el concepto negativo de azar hacia el concepto de
sistema". Por lo tanto, lo medios empleados "deben estar sometidos(en cierto
sentido) a la influencia de un factor selectivo independiente y determinado, cuyo
conocimiento sea necesario para la comprensión del curso concreto de la
acción. Lo esencial para el concepto de acción es que haya una orientación
normativa, no que esta sea de un determinado tipo"(Idem). 8 Sin duda alguna, es
cuestionable el hecho que Parsons logrará salvar este dilema, y la importancia del
"punto de vista subjetivo" se debe sobre todo a su papel central dentro de la
estructura del esquema conceptual, o sea, a la teoría de la acción. En este
contexto cabe preguntar ¿a qué se debe la necesidad analítica de emplear
categorías subjetivas? .
En este capitulo en el que trato de manera sustancial el modelo teórico de
Parsons, voy a intentar dar respuesta a dicha pregunta haciendo un análisis
critico, grosso modo, a partir de la relación entre teoría y hechos, teniendo en
cuenta que tal desarrollo lo hago en el sentido de considerar lo más significativo(a
mi juicio) de su teoría de la acción.

1.1. La teoría social.


La concepción tradicional de teoría, propuesta por supuesto por Parsons, es
aquella que se define como “proposiciones generales que constituyen un cuerpo
de teoría” que tienen “relaciones lógicas mutuas, y por lo tanto, cualquier cam bio
sustancial en el enunciado de una proposición importante del sistema tiene
consecuencias sobre el enunciado de los demás”(Idem: 40).
Parsons intenta responder tentativamente al problema del cambio en la teoría
científica, dicho cambio(según él) se debe al “desarrollo inmanente dentro del
mismo cuerpo de teoría social y de conocimiento de los datos mismos” , es

8
Las negritas son mías.

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decir, intentará investigar y evaluar el significado de una fase particular de este
proceso de desarrollo.
En ese sentido, el problema planteado por Parsons se refiere a la teoría y la
realidad(concreta); intenta demostrar la importancia del punto de vista subjetivo
por considerarlo central para la Estructura del esquema conceptual que él
considera: La Teoría de la Acción.
El punto inicial de Parsons es el dilema utilitario, es decir, la necesidad
analítica de emplear categorías subjetivas. ¿En qué reside la explicación de la
acción? ¿Debe existir una base positivista para la explicación de la acción? ¿Es la
teoría de la acción derivable de esquemas no subjetivos conocidos, y tales
esquemas son capaces de tener en cuenta todos los hechos verificables que se
ajustan a la teoría de la acción? Para dar respuestas a dichas preguntas Parsons
comienza por definir el sistema positivista, y en este sentido menciona lo
siguiente:

“...la ciencia positiva es la única relación cognoscitiva significativa


posible del hombre con la realidad externa(el no yo). En la
medida en que se realiza esta inferencia o en el que el razona
miento empleado la implica como promesa, cabe llamar al sistema
de la teoría social en cuestión positivista” (Idem:100).

El utilitarismo en ese sentido es un verdadero sistema positivista, el


problema surge cuando se considera (la posibilidad) el fracaso(utilitario), esto es,
“el fracaso utilitario en considerar las recíprocas relaciones de los fines equivale al
teorema implícito de que no tienen las relaciones que son importantes para la
estructura lógica de la teoría”, lo cual trasciende toda vez que, desde el punto de
vista utilitario “ el actor posee un cierto conocimiento científico racional de la
situación de su acción. Pero al mismo tiempo se admite fácilmente que este
conocimiento es tan limitado que resulta inadecuado para la determinación
completa de su acción”(Idem: 101).
El criterio selectivo alternativo para la elección implica, por un lado, el azar,
por el otro, el conocimiento; en palabras de Parsons,” el concepto negativo de
azar, y el conocimiento científicamente verificable de la situación”, desde el punto
de vista del actor, es el único medio orientador significativo en el sistema de

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acción. De acuerdo a Parsons, el criterio selectivo alternativo para la elección
de los fines implica sólo al sistema positivista9 , y además, se debe considerar “los
elementos cognoscitivos del aspecto subjetivo de la acción”. Para llegar a esta
afirmación, Parsons hace referencia a la falta de relaciones que son importantes
para la Estructura lógica de la teoría, o sea, considera esencial el
análisis(como método cognoscitivo) que se opone al sintético: de lo simple a
lo compuesto, de los elementos a sus combinaciones.
Por dicho motivo, al iniciar el capitulo II de La Estructura de la
Acción Social, específicamente el sistema utilitario, en el que trata las
características(atomismo, racionalidad, empirísmo y carácter fortuito de los fines)
de éste, Parsons enfatiza en que “las combinaciones y permutaciones posibles
sobre esta base(acto unidad) no se hayan agotado en las anteriores etapas del
proceso de desarrollo del sistema considerado como un todo”(Idem: 90). Y
respecto del atomismo dirá: “puede describirse como la fuerte tendencia a
considerar principalmente las propiedades de actos unidad conceptualmente
aislados y a inferir las propiedades del sistema de acción sólo mediante un
proceso de generalización directa a partir de éstos. Es decir, sólo se consideran
las más simples y obvias modalidades de relación de actos unidad en sistemas
(las indispensables para la idea de algún tipo de sistema)”(Idem: 91).
Las relaciones recíprocas de los fines 10 y su fracaso equivalen al teorema
implícito de que no tienen las relaciones que son importantes para la estructura
lógica de la teoría(Idem: 101). Lo anterior nos permite apreciar la postura de
Parsons de considerar las (combinaciones)relaciones con otros elementos
cognoscitivos(como el subjetivo) dentro de la estructura lógica de la teoría,
además, incluye el análisis como parte fundamental de su planteamiento.

9
Parsons menciona que, “el utilitarismo es un verdadero positivista, y en modo alguno, el único posible”.

10
Los actos potenciales de uno pueden ser relevantes como medios y condiciones para la situación de la
acción del otro(Idem; 91).

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1.2. Concepto de la teoría y su relación con los hechos.
¿Existe una ambigüedad en tal concepto?
Es significativa la postura de Parsons, a saber, empírico analítico y abstracto; la
idea simple de pretender un conocimiento total del hombre: “Totalidad del saber
científico humanamente posible”(Idem: 914), puede resultar ingenua. Parsons
menciona que la Teoría científica esta en relación funcional con la realidad
externa, ”hay un mundo externo de la llamada realidad empírica “, la teoría
científica no es una representación directa y literal de ella, sino simplemente
esta en relación funcional con la realidad externa.
Parsons menciona ciertos rasgos de esta relación funcional(entre la
teoría científica y la realidad externa), dichos rasgos son, primero, el que la
realidad empírica es un orden fáctico(considerando que la teoría científica es
aplicable a la realidad externa); segundo, no es en sí misma una entidad empírica:
“Es una representación ideal de los fenómenos empíricos o de aspectos de ellos”.
O sea, “ es correcto decir que los elementos fácticos sólo pueden encontrar
un puesto en la ciencia cuando hay una operación humanamente posible
mediante lo que pueda ser determinado”(Idem).
Habría que poner atención al empleo que Parsons hace de la realidad, y a su
determinación(la predicción de los hechos); para comenzar me referiré a la
distinción que hace entre el conocimiento humanamente posible y el que puede
surgir de una mente librada de dichos rasgos de la relación funcional entre la
teoría científica y la realidad externa, es decir, de una mente que no considere
que la realidad empírica es un orden fáctico, que implica congruencia con el
orden de la lógica humana, ya que “un rasgo común a toda la teoría científica es
la logicidad de sus relaciones entre sus proposiciones, y además, que la teoría
científica es una representación ideal de fenómenos empíricos, o de aspectos
de ella”.
Hay una diferencia entre ambos conocimientos, ¿cuál? , Parsons(según
observo yo)no la menciona, en cambio justifica, (por así decirlo) su concepción de
“conocimiento humanamente posible” al mencionar lo siguiente:

22
“ ...la verificación, el que la teoría científica funcione, es prueba de que, aunque
limitadas las proposiciones de la ciencia humana no son completamente arbitra
rias, sino adecuadamente relevantes para aspectos significativos de la realidad”
(Idem, TII: 914).

En este sentido Parsons habla acerca de un concepto limite, este se debe,


principalmente, a la imposibilidad de abarcar la realidad en sí directamente; la
teoría científica no es “la realidad externa misma, ni su representación directa y
literal”, sino más bien, “una representación ideal”. Por tal razón debe haber (un
limite), “una totalidad de saber científico humanamente posible, que no es el de la
realidad externa misma, sino un adecuado para una parte significativa de
ella”(Idem).
Considero que hemos llegado al punto en el que se puede hablar de la
“determinación de la realidad” o, de la predicción de hechos(anhelo único del
positivista). Primero, la realidad para Parsons no es más que un “orden fáctico”,
cuya interpretación puede aclararse si consideramos su definición de hecho; en la
definición misma, Parsons aclara su interpretación con respecto a la del profesor
Henderson, éste califica al hecho como una “afirmación verificable empíricamente
acerca de fenómenos”, Parsons en cambio, lo define de la siguiente manera: “ un
hecho no es, en sí, un fenómeno, sino un enunciado acerca de uno o más
fenómenos”(Idem: 79). La diferencia es que uno se refiere a los fenómenos
mismos, y el otro, a un “enunciado acerca de” fenómenos.
Se apreciará que la interpretación que Parsons tiene acerca de la realidad, no
es más que una serie de proposiciones con cierto orden, por ello su necesidad de
congruencia con el orden de la lógica humana, así los sucesos en el orden
fáctico (realidad empírica)no ocurren al azar, ya que un “rasgo común a toda la
teoría científica es la logicidad de las relaciones entre sus proposiciones”(Idem:
13-14). De ahí que “la descripción de los hechos suponga un esquema
conceptual”, lo cual implica que el esquema no sea “una mera reproducción de la
realidad externa, sino una ordenación selectiva de la misma.”(Idem: 6). He allí
su pretensión de predecir los hechos.

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La definición de Hecho que Parsons propone es muy importante dentro de su
teoría, y el esquema conceptual al que hace referencia, específicamente, es el de
“la acción social“, considerando a los individuos concretos como adaptadores
de medios a fines(Idem: 66). La siguiente cita resulta ilustrativa en el sentido de
mostrar el “cambio” de un nivel descriptivo a un nivel analítico, considerando,
desde luego, la cuestión que nos interesa aquí, a saber, la relación entre teoría y
hechos:

“Los marcos de referencia descriptivos, en este sentido, son fundamentales para


todas las ciencias. Pero en modo alguno agotan la conceptualización científica. Los
hechos sólo pueden ser descritos dentro de tal esquema. Pero su descripción dentro
de él realiza, en primer lugar, la función de describir un fenómeno que debe ser
explicado. Osea, que entre la gran masa de observaciones empíricas posibles
seleccionamos las que, al mismo tiempo son significativas dentro de tal esquema y están
asociadas (belong together). Sirven, pues, para caracterizar los aspectos esenciales de
un fenómeno concreto, que entonces se convierte en objeto de interés científico. Esto es
lo que Max Weber llama individuo histórico. Debe especialmente observarse que éste no
es un simple caso reflejo de la realidad externa, sino de su conceptualización en
relación con una dirección concreta de interés científico(...)cuando tal objeto esta
dado surgen los problemas siguientes de la formulación conceptual: los asociados con
la explicación”(Idem: 66).

El Proceso de cambio en cualquier sistema concreto de acción, de acuerdo a


Parsons, se explica en términos de elementos de acción, estos se formulan en
términos de la relación intrínseca medio-fin que son (términos analíticos) los que
unen “el esquema descriptivo de la acción y el esquema analítico de la
acción”; los elementos analíticos tienen un significado causal. El hecho de
asumir este significado “implica referencias a procesos subjetivos reales de
motivación.”(Idem: 910).11
Se apreciará, también, su influencia de la física en cuanto a que el “esquema
es el marco espacio-temporal de la mecánica clásica.”(Idem: 64). Sólo que la
“simple localización en términos de tal esquema no explica nada por sí misma.
Pero es unos prolegómenos indispensables para la explicación”(Idem). Así, un
cuerpo físico (que ocupa un lugar y tiempo determinado) tiene una(propiedad)
velocidad concreta, empero, esta propiedad(velocidad) no explica porque tiene

11
Las negritas son mías.

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dicha velocidad, “esto explica una referencia tanto a sus otras propiedades, en
este momento y en otros previos, como a las propiedades de otros
cuerpos.”(Idem: 65). Lo cual significa que la explicación de un hecho hará
referencia no sólo a una propiedad sino a tantas como sea necesario para su
explicación, incluso, propiedades de otros sistemas, teniendo en cuenta que:
“Todas las teorías científicas se componen de hechos y de enunciados de
relaciones entre hechos en este sentido. Pero esto no significa, en modo alguno, que
los hechos implicados en cualquier teoría sean las únicas proposiciones verificables
que quepa hacer acerca de los fenómenos a los que se refieren. Un sistema de teoría
científica es generalmente abstracto precisamente porque los hechos que engloba no
constituyen una descripción completa de los fenómenos concretos implicados si no que
son enunciados en términos de un esquema conceptual; es decir, sólo incluyen hechos
relativos a fenómenos importantes para el sistema teórico que se está empleando en
aquel momento”(Idem).

Finalmente, la diferencia del fenómeno en si y el enunciado de (un


fenómeno) tiene que ver con la realidad, sólo que según Parsons, esta realidad es
un “orden fáctico“ en la medida que la teoría científica se aplique a la realidad
“externa”, es decir, se supone que la realidad no es en si realidad sino una
representación ideal, así se conjuga un “binomio perfecto“ entre teoría científica y
un orden fáctico, entre “realidad externa” y “representación ideal”, aparece el
dualismo conformado entre pensar y ser, entre entendimiento y
percepción12 o, habría que decir, entre teoría y hechos. En otras palabras, el
enunciado de un hecho es tal en la medida que se verifica; la realidad no es
más que lo que la teoría científica quiere que sea.

12
A mi parecer, la influencia, en este sentido, por parte de Kant es interesante: “Ahora bien dos son los
caminos por donde una coincidencia necesaria de experiencia con los conceptos de sus objetos puede ser
pensada: o la experiencia hace posible estos conceptos o estos conceptos hacen posible la experiencia(...) Si
alguien quisiera proponer entre los dos únicos caminos citados un término medio, a saber: que no son ni
principios primeros a priori, pensados en sí mismos, de nuestro conocimiento, ni tampoco tomados de la
experiencia, sino disposiciones subjetivas para el pensar, sembradas en nosotros con nuestra existencia y
dispuestas por nuestro Creador de tal suerte que su uso concuerda exactamente con las leyes de la
naturaleza, por las cuales va haciéndose la experiencia(una especie de sistema de preformación de la razón
pura)” (Kant, 1977:93-94). Parsons mismo reconoce en su “Biografía Intelectual” haber conocido los
problemas(concepto de naturaleza y el papel de la teoría en este conocimiento)relacionados con las ciencias
empíricas, y con la filosofía misma, “incluyendo, un curso intensivo sobre” La crítica de la razón Pura de
Kant”(Parsons; 1986: 3). Y resulta asombrosa la idea que subyace en ese tipo de filosofía en el sentido de
concebir “leyes naturales”, como si ya todo estuviera prescrito según el dictado de (dios)estas leyes. En este
sentido parece que no hay diferencia entre la hipóstasis del logos, cuando se intenta alcanzar un sistema
unitario de ciencia todo poderosa, y lo prescrito por un dios en un libro sagrado.

25
Parece ser que el objetivo de Parsons es ordenar la “realidad” de tal forma que
la ciencia sea el instrumento “adecuado” para ello. Procede de tal forma que
intenta hacer creer que la realidad esta allí, la única cuestión es ordenarla, y con
esto aspirar al (concepto) limite, a “la totalidad de saber científico humanamente
posible”, como el propio Parsons lo menciona: “con la acumulación de
experiencia de valor, la totalidad de saber científico se acerca a la asíntota.” 13
De acuerdo a Parsons, podríamos preguntar cómo es que se intenta ordenar
la realidad. Si Partimos de que “la descripción de un hecho supone un esquema
conceptual”, y que dicho esquema es inherente a “la estructura de lenguaje”,
entonces, “en cualquier esquema conceptual, hay una descripción adecuada: la
determinación de un número suficiente de hechos importantes”(Idem: 80). Pero no
sólo se requiere de su descripción, sino de su análisis, éste vendrá a ser “el
ingrediente principal” de su esquema de acción: el elemento analítico
medio-fin, que implica un significado causal, 14 esto es, “implica referencias a
procesos subjetivos reales de motivación”(Idem, T. II: 910).
Cabe mencionar que la “totalidad de saber científico humanamente posible” es
un “concepto limitativo” en la medida que es un “conocimiento adecuado” de
una parte de la realidad externa, y no es la totalidad de “la realidad externa en

13
Línea recta que, prolongada, se acerca indefinidamente a una curva, sin llegar a encontrarla. Digamos que
para Parson, “los fenómenos no son nunca hechos”, sólo si se piensa que la línea recta en lugar de acercarse
indefinidamente a una curva se acerque más bien a una elipse, o bien que de la realidad no se deba eliminar
nada para intentar aclararla, del mismo modo que de ciertas oraciones se suprimen palabras no indispensables
para la claridad de las mismas(Idem, T. II: 914).

14
Según Parsons, los elementos analíticos tienen “un significado causal, en el sentido de que la
variación del valor de cualquiera tiene consecuencias para los valores de los demás(...) existe un criterio de
(adecuación)que es siempre el de la variación independiente, empíricamente verificable de los
valores”(Idem, T. II; 909) Aquí “los procesos de variación son procesos de cambio concreto en el tiempo”. El
marco de referencia, de acuerdo a Parsons, tiene un número limitado de propiedades, reales o hipotéticas,
estas aunque existen diferencialmente se toman tal y como se encuentran en virtud al análisis comparativo,
mediante el cual se muestra que varían, esto se logra gracias al criterio de variación independiente
empíricamente verificable de valores, así “todo ente real o hipotéticamente concreto descrito en términos de
un marco de referencia, debe tener propiedades”(Idem). Hay un número limitado de propiedades tomadas en
conjunto para describir un fenómeno; lo importante es que desde el punto de vista analítico, aunque los
valores concretos de los fenómenos sean propiedades variables, “los valores están en ciertos modos
constantes de relación recíproca (...)el orden consiste en estos modos de relación junto con la constancia
de definición de los elementos del esquema teórico dentro de su margen de variación”(Idem). Así los
valores concretos(de las propiedades de las variables están en relación recíproca, y junto a la constancia de
definición de los elementos del esquema teórico dentro de su margen d e variación conforman lo que podría
llamarse el orden (de los fenómenos)o de la realidad externa, que no es otra cosa que el orden fáctico.

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sí “, de ahí que una primera abstracción,15 se hará en el sentido de que las
entidades concretas estudiadas por el científico no son nunca plenamente
concretas sino que son entes ideados, lo que Weber llama, según Parsons,
individuos históricos; esta “ideación” esta determinada por “la estructura del
marco de referencia utilizado”. Digamos que en este sentido, existe una
confusión16 (o ambigüedad) pues el hecho de que se hable de tipos ideales
implica no a la realidad en sí, sino a una parte representativa de la misma, a este
respecto Parsons menciona que “el realismo de la descripción de los entes
concretos debe ser modificado para tener en cuenta este elemento de selección
descriptivo”(Idem).
Siendo así, entonces habría que preguntar a qué realismo se refiere, si los
entes concretos que se describen, no son nunca plenamente concretos, sino
“entes ideados”, y además, en el mismo sentido, cuestionar la selección que se
hace si al hablar de entes ideales cabe suponer que se trata ya de una
selección en la medida que son sólo una parte “representativa” de la
Realidad y no la realidad en sí; si los “entes concretos” nunca son plenamente
concretos, sino “individuos históricos”, o entes ideados, entonces, cómo se podría
modificar “el realismo” de la descripción de los entes concretos de tal forma que
se tenga en cuenta ese elemento de descripción selectiva. Hay que seleccionar de
entre la realidad que se describe en términos de “entes ideados” para llegar a una
segunda abstracción, que implica, desde luego, el que la teoría científica sea una
representación ideal de los fenómenos, así, la “descripción” se aplica, no a la
realidad en sí, sino al “orden fáctico”.

En conclusión, y de acuerdo a Parsons, si hay “un mundo externo de la


llamada realidad empírica que no es creación de la mente humana individual”
como él mismo lo menciona, es precisamente porque hay un limite al conocimiento

Parsons manifiesta que “un sistema dado de teoría generalizada” debe ser interpretado a la luz de una triple
15

abstracción “respecto de la totalidad del saber humanamente posible”(Idem, T. II: 915).


16
Por lo tanto, ninguna teoría es una descripción “en sí” de la realidad. Sólo hace interpretación parcial de
ella.

27
de la realidad en sí para el “hombre de sentido común” (de ahí que el
conocimiento humanamente posible no sea idéntico al que pueda concebir una
mente individual, es decir, el que concibe una mente de manera directa)dicho
conocimiento(limite) sólo puede adquirirse por medio de la ciencia cuando se
aplica: “la aplicabilidad a ella (la realidad externa misma) de la teoría científica
implica que la realidad empírica, en este sentido, es un orden fáctico.”(Idem, T. II
913). La ciencia trasciende el sentido común y en la medida que lo hace puede
emplearse para ordenar la realidad, la cual, según esto, es independiente de la
acción en sí, aunque “interdependientes de las demás variables.”(Idem, T. II:
916).17
Si bien se habla de una diferencia entre “el conocimiento humanamente
posible” y el que concibe una “mente liberada de las limitaciones” que, en este
caso, vendría siendo el “conocimiento de la realidad externa misma”, éste
(conocimiento que concibe una mente liberada de dichos limites)podría ser, o es,
el de sentido común, si es así, entonces, puede decirse que hay una confusión, (o
ambigüedad) toda vez que Parsons mismo le atribuye a las expresiones de
sentido común (o a toda observación)”un esquema conceptual”, esto es:
“Toda observación lo es en términos de un esquema conceptual. Esto no sólo es
cierto de la observación científica elaborada sino también de las exposiciones
de hechos más simples y de sentido común”(Idem: 64).18
Existe, pues, una ambigüedad que impide escapar de ese dualismo entre lo
objetivo y lo subjetivo. Se pretende aislar las actividades del proceso del desarrollo
de la ciencia. No es que el mundo exista y deba ser aceptado, adaptándose él los
individuos, de una manera que se responda lo mejor posible alas necesidades. No
se puede separar al individuo de la sociedad de tal forma que se limite la actividad
creativa del primero. El proceso de desarrollo de la ciencia no sólo consiste en
considerar que detrás de la discrepancia entre teoría y hechos existe la
subjetividad. La teoría no sólo es, como Parsons supuso, relacionar la realidad con
conceptos hipotéticos. En este sentido Giddens menciona lo siguiente: “La

17
Las negritas son mías.
18
Las negritas son m

28
“inconfiabilidad” específica de la interpretación de la conciencia, sea por el sujeto
mismo o por un observador, se esgrimió siempre como el principal argumento
racional de esas escuelas para rechazar el Verstehen. A la captación intuitiva o
empática de la conciencia la consideran meramente como posible fuente de
hipótesis sobre la conducta humana(idea que tiene eco incluso en
Weber).”(Giddens; 1987: 20).

1.3. La concepción de sociología de Talcott Parsons.


Cabe sólo mencionar algunos aspectos complementarios de todo lo dicho
anteriormente para finalizar la parte teórica con relación a Parsons.
Primero, el concepto de teoría(analítica)que Parsons propone se define como
un sistema teórico con una determinada estructura lógica, la cual implica que
“cualquier cambio importante, en nuestro conocimiento de los hechos del campo
en cuestión tenga, por sí mismo, que cambiar el enunciado de, al menos, una de
las proposiciones del sistema teórico y, debido a las consecuencias lógicas de
este cambio, el de otras proposiciones en mayor o en menor medida(...)un sistema
empieza por ser un grupo de proposiciones interrelacionadas que implican
referencias a observaciones empíricas dentro del marco lógico de proposiciones
en cuestión. Cada una de estas proposiciones tienen implicaciones lógicas”(Idem:
442-443). En otros términos, no sólo se requiere que las ”proposiciones teóricas
estén en mutua interrelación”, sino que se debe intentar que los “sistemas
teóricos sean lógicamente cerrados”. Así, “la teoría no sólo formula lo que
conocemos sino que también nos dice lo que necesitamos conocer”(Idem).
La idea que Parsons tenia acerca de construir un sistema único de teoría y
su estrecha vinculación con las ciencias naturales(la Física), permaneció incluso al
grado de formular una ley(analítica)sobre la base del sistema que elaboro. Ésta,
menciona Parsons, se formula de la siguiente manera: “ En cualquier sistema
concreto de acción un proceso de cambio, en la medida en que sea, de algún
modo, explicable en términos de los elementos de la acción formulados en
términos de la relación intrínseca medio-fin, sólo puede funcionar en la

29
dirección de acercamiento a la realización de las normas racionales
concebidas como vinculando los actores al sistema”(Idem, T. II: 911).
Y no sólo eso, además hizo una comparación en términos físicos: “La energía
potencial se convierte en energía cinética, en acción en el sentido físico(...)La
energía del esfuerzo, se convierte, en los procesos de acción, en realización de
fines, o en conformidad con normas”(Idem, T. II: 912).19 La ley de Parsons es la
ley de racionalidad creciente como generalización fundamental sobre sistemas de
acción: la racionalidad se generaliza sobre un sistema de acción.
Me parece que es suficiente para ilustrar la “propuesta teórica de Parsons”,
sin dejar de mencionar que de ahí deriva(de su teoría analítica)su concepción
sobre sociología; ésta se define como una “propiedad emergente”, una
propiedad que se caracteriza por la “integración de valores comunes”;
propiedad que se relaciona con “todos los fenómenos”; así, la solución a la
pluralidad de otros complejos rasgos de los sistemas de acción social, implica
“una referencia común a la integración de los individuos con referencia a un
sistema de valores comunes, manifestada en la legitimidad de las normas
institucionales, en los fines últimos comunes de acción, en el ritual y en varios
modos de expresión”(Idem, T. II: 930). El nombre que Parsons le asigna a dicha
propiedad es el de ”propiedad sociológica”. Es esta una propiedad emergente
claramente caracterizada, fácilmente distinguible tanto de la economía como de la
política(Idem). Por lo tanto, define a la sociología como “la ciencia que intenta
desarrollar una teoría analítica de los sistemas de acción social, en la medida
que estos sistemas pueden ser entendidos en términos de la propiedad de la
integración de valores comunes”(Idem). Las propiedades
emergentes(elementales)son básicas del acto-unidad, en sus interrelaciones
mutuas, los que constituyen el marco de referencia común a todas las ciencias de
la acción(Idem, T. II: 931).
La idea principal de Parsons consiste en un curso lógico que le permita
diseñar, por medio del análisis, “un sistema completo de las ciencias analíticas
especiales de la acción”(Idem, T. II: 935). Cada ciencia(que para Parsons son

19
Las negritas son mías.

30
cinco: Economía, sociología, Psicología (y las de la tecnología) pueden
razonablemente ser distinguibles por sus respectivas relaciones con la
“propiedad emergente de tales sistemas “; y aunque son distinguibles, según
Parsons, constituyen subsistemas del mismo sistemas de teoría grande e
inclusivo, es decir, existe un sistema único de teoría para todos las ciencias.

Segundo, sí existe ambigüedad en el concepto de teoría y su relación con


los hechos. Pienso que con relación a este aspecto, trate de mostrar dicha
confusión. Por esta razón aquí sólo indicaré ciertos supuestos que a mi parecer
tienen que ver con dicha ambigüedad. En primer lugar, el que sólo se formulen los
hechos a partir de una hipótesis. No hay duda de que tiene que ver con una
cuestión utilitaria que sólo puede ser aplicable a las máquinas. Hay por un lado, un
conocimiento que se formula conceptualmente, por el otro, los hechos subjetivos
que deben ser incluidos en éste. Se puede ilustrar lo anterior con la definición que
Parsons sugiere de hecho:

“ Pero los hechos importantes en términos de un marco de referencia dado no son, en


modo alguno, todos los que pueden ser conocidos sobre los fenómenos conc retos. Sólo
cuando ha sido adecuadamente descrito en términos de todos los marcos de
referencia conocidos, y todos los datos subsumidos en conceptos analíticos de algunos
sistemas, y relacionados entre sí todos estos modos distintos de analizarlos
sistemáticamente, cabe decir que, ha sido explicado lo más plenamente posible dado el
nivel del saber científico del tiempo”(Idem, T. II: 915).

La pretensión de Parsons de formular un sistema único de teoría para todas las


ciencias es, en el sentido anterior, erróneo. En esta ciencia la hipótesis comprueba
experimentalmente para que exista una adecuación a la situación correspondiente
de la teoría. La cuestión de la teoría y los hechos, es decir, la correspondencia
o no-correspondencia que existe entre ambos, no puede ser solucionada sólo
con admitir que existen aspectos subjetivos, que según ciertas tradiciones
teóricas, como la positivista utilitaria y la idealista, no consiguen tener en cuenta
desde un punto de vista positivista.
En otras palabras, “la distinción entre los elementos lógicos y no lógicos de
la acción no esta en el plano de una diferencia en la relación de la teoría y la

31
acción como tales, sino en el carácter de la teoría que, cabe considerar,
determinan la acción”(Idem: 348).20 De acuerdo al análisis realizado por Parsons
sobre Pareto, a causa de la indeterminación(Idem: 349)21 que surge a partir de
que “la teoría no es una expresión plenamente adecuada de las fuerzas reales de
la acción”, ni de “los elementos de valor”, se hace necesario un aspecto
subjetivo, que se encuentra contenido en lo que vendría siendo un “fin ideal”.
Este elemento de indeterminación es un “residuo” 22que expresa un sentimiento,
una actitud de valor. La palabra expresa connota una expresión (criterio aislado
de un elemento de valor)mediante símbolos significativos, por lo tanto, “la
elección de medios para un fin” puede implicar un criterio selectivo definido en
términos distintos de los de la adecuación intrínseca según un modelo lógico-
experimental.
El criterio de selección puede ser el de la adecuación simbólica como
expresión, en ese sentido manifestación, de los sentimientos normativos,
implicados(...)se sugiere que el aspecto normativo de la relación medio-fin
dominante en las acciones rituales es del tipo del implicado en la relación entre
símbolo y significado, más que en la entre causa y efecto, en cuanto formulado
en la teoría científica(Idem: 277).23

20
Las negritas son mías.
21
Con respecto al estudio sobre Pareto véase sobre Indeterminación, “esta no alcanza la norma
lógica”(Idem).
22
¿Cuál es el origen de los residuos?
La pregunta resulta interesante en la medida que se vincula a la cuestión psicologista; hay una pretensión por
parte de Parsons de desligarse de esta tendencia, que en su concepción tradicional se encuentra unida a la
psicología de la conducta, o instintiva(no racional); dicha tendencia esta vinculada al darwinismo social, y en
este sentido es reducible a categorías no subjetivas del tipo de los implicados en los factores de herencia y del
medio, en el sentido analítico de la teoría biológica. Su interés radica en que, precisamente, el origen del
residuo no es interpretado como instinto o tendencia, sino como una proposición. Es un estado mental que
implica referencias subjetivas, y en este sentido un elemento teleológico, por lo tanto, menciona Parsons,
“no debe pensarse que esto signifique que los datos de la psicología deban limitarse a la introspección
sino que, en su interpretación de los datos de la observación, debe emplear conceptos cuya definición
implique categorías subjetivas, tales como fin, propósito, conocimiento, sensación, sentimiento, etc.”(Idem:
131).
23
Las negritas son mías.

32
Podemos deducir la “necesidad de los aspectos subjetivos” de la siguiente
forma:
1.Por la constitución analítica de un “marco de referencia”. En donde este es
puramente hipotético; es una abstracción ideal que existe en la mente del actor,
el observador aquí no puede realizar un análisis de relación causal pues éste
implica la realización total del acto en sí, es decir, exterioriza la acción y entonces
se convierte en un hecho que puede verificarse. Una vez que se ha verificado se
puede calificar como falso o verdadero, caso de no exteriorizarse es subjetivo.
De ahí la necesidad de distinguir entre uso analítico y uso concreto de
la acción. El uso analítico(abstracto) implica un fin, que no es un futuro de estado
de cosas concreto sino sólo la diferencia respecto de lo que sería si el actor se
abstuviese de actuar. Los medios no son herramientas o instrumentos concretos,
sino los aspectos o propiedades de cosas que los actores, en virtud de su
conocimiento de ellos y de su control, son capaces de variar en la medida de
sus deseos(Idem, T. II: 888).24
Así, y en ese sentido, no es difícil deducir el nombre de su sistema teórico
concreto: El de la teoría voluntarista de la acción. De hecho, aún sigo
insistiendo que Pareto contribuyó en gran parte con “el fin que la sociedad
debiera perseguir”, en el sentido de que para evitar un “caos” en una sociedad
será necesario que, de entre los fines que persiguen, haya fines concretos
alcanzables, estos se lograran a través del “esfuerzo”. En este sentido Parsons
considera a los ”medios” y al “esfuerzo” como los vínculos de unión entre “las
condiciones” y “los fines y las reglas normativas”(Idem: 889).
Creo que desde esa perspectiva, cabe suponer que para Parsons el actor
debe poseer un conocimiento total de la situación, y al hacerlo mantiene al sistema
lógicamente cerrado. Supone que el actor siempre tendrá un libreto para actuar,
siempre deberá tener un conocimiento de la situación, y por lo tanto no concibe “la
no-existencia de un criterio selectivo alternativo para la elección de fines o de
medios”, lo cual implica “lanzar el concepto negativo de azar hacia el concepto
de sistema”. O bien parecería que para Parsons, el actor siempre tendrá motivos

24
Las negritas son mías.

33
para actuar. Luego el que un actor posea siempre motivos para actuar, implica que
siempre será necesaria “la ciencia positiva”, dado que es la única relación
cognoscitiva significativa o posible del hombre con la realidad externa, es decir,
del hombre que desea y quiere algo y se esfuerza para conseguirlo.

2. Necesidad del aspecto subjetivo para la “orientación normativa de la


acción”. Es imprescindible el aspecto normativo, sin este, de acuerdo a Parsons,
“no existe acción” pues su eliminación conduce a la postura “positivista radical”.
De nuevo hago referencia a la influencia de Pareto en este sentido con su
concepto de residuo “normativo”. Los residuos pueden ser enunciados “bajo las
forma general de un sentimiento de que tal y tal es un estado de cosas
deseables”. Los elementos de las teorías que trata Parsons para exponer la
clasificación explícita que de alguna manera Pareto no realizo son los residuos,
pero no los que pueden enunciar erróneamente hechos, ni porque revelen la
ignorancia de quienes realizan la acción, sino los que pueden enunciarse en
forma de un sentimiento, que son aquellos que incluyen ”fines, o clases de
fines de la acción que no pueden justificarse en términos de teoría científica
alguna"(Idem: 271).25
De la misma forma que todo fenómeno físico,(según Parsons)”implica
procesos en el tiempo que suceden a partículas que cabe localizar en el espacio”,
“ es imposible incluso, hablar de la acción en términos que no impliquen una
relación medio-fin”. Cabe recordar que el esquema medio-fin tiene un
significado causal, por lo tanto es un quema central para la explicación causal
de la acción, que implica referencias a procesos subjetivos reales de
motivación”(Idem: 910).26 Así, se hace de la psicología “la ciencia de los
fenómenos psicológicos, en el sentido de Husserl”, que “sería hacer de ella la
síntesis de todas las ciencias de acción(Idem).
Del estudio de Pareto, Parsons menciona lo siguiente: “el dato que falta es el
fin que la sociedad debiera perseguir por medio del razonamiento lógico

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26
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34
experimental”(Idem: 293).27 Y según(la ley de) Parsons, es “la ley de la
racionalidad creciente como generalización fundamental sobre un sistema de
acción”. Parsons termina atribuyéndole su creación originalmente a Weber.
No hay duda de que la parte sustantiva de la propuesta teórica de Parsons se
encuentran en los primeros capítulos en donde expone la parte teórica y
metodológica de su teoría. Los subsiguientes capítulos no son más que una
justificación de su propuesta misma. La reconstrucción “lógica selectiva” que hace
del desarrollo de su sistema teórico se observa claramente si consideramos su
pretensión de establecer las bases fundamentales sobre un dualismo en el que
prescinde de la “intersubjetividad”; excluye por completo la “consciencia de sí” y la
“introspección” por considerarlas como peligrosas e inconfiables para comprender
la conducta humana pues las manifestaciones más confiables para interpretar la
conducta deben ser aquellas que se encuentran alejadas de toda variación que
permitan obtener datos confiables, por ello la necesidad de representaciones
ideales, el objeto en sí es lo no real, se pretende adquirir el conocimiento de la
realidad en su forma pura alejado de todo aquello que por su naturaleza impida
revelar la subjetividad en su forma pura.
Parsons busco unir dos tradiciones opuestas, a saber, aquella que tiene que
ver con interpretación de lo subjetivo, no se creía en la validez científica de
ésta, y la del empírismo o sea, “ la idea de que el conocimiento científico era un
reflejo total de la realidad externa”. Parsons es consciente de ello y lo manifiesta
en su biografía intelectual. Aunque, sin duda alguna, su pretensión de salvar este
dilema se ve frustrado ante la importancia que le asigna a la “abstracción
analítica”, y en este sentido, a su “concepto de realismo analítico”. Lo que es
cuestionable, de hecho, es este realismo que trata de desarrollar en su propuesta
teórica.28
Existe una idea muy importante que subyace en Parsons, ésta es la de la
convergencia. En este sentido, Marshall, Pareto, Durkheim y Weber “habían
llegado a proponer lo que en lo esencial era un único esquema conceptual”. Creo

27
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28
Al respecto véase de la pagina 36 en adelante.

35
que en lo particular he puesto mayor énfasis en Pareto, pues si bien es cierto que
éste aporto un elemento fundamental(el residuo) y que Durkheim es quien
desarrolla las ideas centrales entorno a dicho concepto, me pareció más
significativo Pareto.
Por otro lado, la exclusión consciente por parte de Parsons, que tiene que
ver mucho con la forma en que interpreto a los autores estudiados, va encaminada
hacía su idea de construir un esquema general único, ello se muestra de forma
más clara en su interpretación de la lectura que hace sobre Weber; según
Parsons, Weber no intenta generalizar en cuanto a sus tipos ideales, es decir, no
considera las relaciones entre elementos de distintos sistemas a un nivel
estructural más amplio. Sucede lo mismo que con Pareto, los estudios de estos
autores, de acuerdo a Parsons, son “analíticos sintéticos”.
Es decir, según Parsons, el enfoque que adoptan, tanto Marshall, Pareto, y
Weber, es aislado. No consiguen relacionar su concepto con otras ciencias
sociales analíticas al mismo nivel metodológico(Idem, T. II: 935). En Weber se
aprecia esto en la separación que hay entre las Ciencias Naturales y las ciencias
de la cultura, en la imposibilidad de estudiar al hombre desde el punto de vista de
las ciencias físicas. El concepto unificador, bajo el que se subsumieron datos
empíricos discretos, no era el de una ley general o elemento analítico, como en
la tradición positivista, sino, más bien, el de un Geist único y concreto, el de una
totalidad cultural específica claramente distinta de, e inconmensurable con todas
las demás”(Idem: 595).
Finalmente, cabe preguntar ¿ puede existir una estructura común a todos
los sistemas de acción? O ¿pueden los fenómenos ser descritos en términos de
un marco de referencia común? Para Parsons si se emplea su “esquema general
de la acción” será posible. No obstante, existen otras alternativas teóricas
completamente distintas que la que propone él. Y no sólo eso, sino que además
no consideran el dichoso “marco de referencia común” ni los “sistemas de
acción”.
Digamos que una primera alternativa es la que proviene de Carlos Marx,
cuya diferencia fundamental (desde mí muy particular punto de vista) se

36
encuentra en la siguiente, (aunque algunas veces ha sido mal interpretada): “No
es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser
social es lo que determina su conciencia”(Marx; 1980: 77). La idea que
subyace a esta cita es la de que el hombre es el producto de sus propias acciones
en relación con los demás, por decirlo así, el hombre se construye socialmente. El
hombre aparece aquí no como una máquina predestinada de acuerdo a un
esquema conceptual. La ciencia aquí no es independiente de la acción del
hombre.
Existen otras alternativas como la de Norbert Elias, Pierre Bourdieu y Michel
Foucault, y la que es competencia exclusiva de este trabajo: Anthony Giddens. El
análisis que hago de una parte de la obra de este autor, no excluye la critica que
intento hacerle, sin embargo, antes de pasar directamente a exponer brevemente
algunos de los conceptos de su propuesta teórica, que a mi juicio son de
particular interés para una mejor comprensión de sus planteamientos teóricos y
metodológicos(y que además, permiten tomar herramientas para un análisis crítico
de sus obras posteriores), quisiera terminar este capitulo con una reflexión entorno
a la pretensión de Parsons de querer salvar el “dilema utilitario”, que de alguna
manera he tratado de explicar y analizar.
Una de las criticas fundamentales de Giddens a “las escuelas de teoría
social inclinadas al positivismo” es aquella que destaca la “observación externa”,
cuyo panorama científico, grosso modo, se plantea de la forma siguiente: de un
lado, el hombre como objeto de estudio es incapaz de pensarse a sí mismo, de
tomar conciencia de sí, de reflexionar, de realizar “indagaciones retrospectivas”
que permitan elaborar su propio “conocimiento teórico” : el sentido común; de esta
forma se rinde culto al llamado “esquema conceptual”, las expresiones de sentido
común se hacen en términos de dicho esquema; en el otro lado, el (sujeto)
observador externo(científico) a partir de sus observaciones (externas) de la
conducta del individuo construirá un “esquema general de la acción” que dictará
la mejor manera de actuar; se escribe un libreto para que los actores se limiten a
ejecutar la obra escrita. Se rechaza, reemplaza o minimiza “la conciencia de sí”; la
reflexibilidad o la introspección “es tratada meramente como un estorbo”.

37
Por un lado, impera una pretensión de salvar los dualismos hasta entonces
mistificados, el anhelo de proponer una salida al utilitarismo, de dejar de pensar en
el hombre como aquel cuyos medios más eficaces para conseguir
“reconocimiento y servicios” son la fuerza y el fraude; a lo que les ha conducido
sus deseos(el interés individual de dos o más hombres), que inhiben los lazos que
mantienen unida a una sociedad, es a desear cosas “ que sin embargo, no pueden
disfrutar ambos”. Así, dado que las diversas “cosas deseadas por los hombres
como fines en sí o como medios para otros fines” son inherentes a las relaciones
sociales, es decir, es inherente a las relaciones sociales “el que las acciones de
los hombres sean medios potenciales para los fines mutuos”, por lo tanto, y como
consecuencia de la racionalidad, todos los hombres desean y “buscan el poder
los unos sobre los otros”(Parsons; 1968: 140).
Entonces surge la necesidad de crear un “orden normativo”(una sociedad
moralista), esto es, ¿en qué condiciones es posible, que los individuos en una
sociedad social en la que hay una pluralidad de hombres que actúan en relación
recíproca, busquen perseguir racionalmente sus pasiones? Para Parsons, el
hecho de que la lucha por la existencia sea “caótica” no significa que no este
sujeta al derecho en el sentido científico; o sea, a uniformidades de procesos de
fenómenos. No obstante que en principio, y según Parsons, hay una diferencia
entre el “orden normativo” y el “orden fáctico”, en cuanto que el primero “connota
la accesibilidad a la comprensión en términos de la teoría lógica, especialmente de
la ciencia”(Idem), la borra al mencionar que el “orden social por el hecho de ser
susceptible de análisis científico, es siempre un orden fáctico”. Aunque existe la
posibilidad(continua diciendo) que cualquier orden normativo caiga en el caos en
ciertas circunstancias, puede seguir siendo cierto que los elementos normativos
sean esenciales para el mantenimiento del orden fáctico concreto que existe
cuando los procesos están, hasta cierto punto de acuerdo con ellos(Idem: 139).29
De acuerdo a lo anterior, podríamos decir que Parsons admite la posibilidad
del “caos”(aunque tiene la pretensión de impedirlo); se prescinde del “azar” o la
“probabilidad” pues hay una congruencia entre una serie de proposiciones con

29
Las negritas son mías.

38
cierto orden (fáctico o la supuesta “realidad”) y el “orden de la lógica humana”. Ello
supone que un “orden social” no puede tener “estabilidad sin el efectivo
funcionamiento de ciertos elementos normativos“, y gracias a estos elementos,
que existen a priorí, aunque un orden normativo desembocara en el caos,
“seguirían siendo funcionales para el mantenimiento del orden fáctico”(Idem).
No le es ajeno a todo lo anterior el significado que Parsons le atribuye a lo
“normativo”, según el cual manifiesta un sentimiento atribuible a uno o más actores
de que algo es un fin en sí, prescindiendo de su status como medio para otro fin:
para los miembros de una colectividad. Esto reclama la presencia de (un residuo)
las categorías subjetivas, un fin común y último, “el fin que la sociedad debiera
perseguir”, un “fin ideal” que expresa un sentimiento, “una actitud de valor”. La
teoría de Parsons reclama “integrar a los individuos” en una comunidad con
referencia a un sistema de valores comunes, una referencia única para todos
los miembros de una colectividad.
Los elementos de la acción se formulan en términos de “la relación
intrínseca medio- fin” que son términos analíticos que tienen un significado causal,
y este significado implica referencias a procesos subjetivos reales de
motivación(Idem, T. II: 910). Para que un sistema social se mantenga en
equilibrio estable se requiere de procesos motivacionales”. Es decir, “la
adquisición de las orientaciones precisas para funcionar satisfactoriamente en un
rol es un proceso de aprendizaje”(Idem; 1984: 197), este es el “proceso de
socialización” que se produce gracias al “proceso motivacional”. Así, los procesos
de socialización tienen como tarea específica el que los actores en un
determinado rol, aprendan “las orientaciones requeridas para el adecuado
funcionamiento”(Idem).
Por tanto, “existen criterios normativos que han llegado a establecerse
como parte de la cultura común”. En esta lógica, el actor que ha tenido toda clase
de oportunidades de aprender las orientaciones requeridas y que, “tiende a
desviarse de las expectativas, complementarias de conformidad con los
criterios comunes en tanto en cuanto estos son relevantes para la definición de
su rol”, atenta contra el equilibrio del sistema. “Las tendencias a la desviación en

39
este sentido obligan, a su vez, al sistema social a enfrentarse con problemas de
control, puesto que si se tolera la desviación más allá de ciertos límites, tenderá a
cambiar o a desintegrar el sistema”(Idem). Luego entonces, “los mecanismos de
control social” (que de acuerdo a Parsons es un proceso de motivación) tienen
como objetivo “restaurar el equilibrio”.
Las palabras de Parsons, que condenaron su teoría al fracaso, expresan el
énfasis puesto en la doble función de los valores como(según lo manifiesta
Giddens), “componentes motivacionales de la acción” y como “elementos
centrales del consenso universal: la socialización es el proceso visto en función de
la motivación del actor individual”(Giddens; 1987: 97-98). Dichas palabras son las
siguientes: “aprender a decidirse entre las alternativas de incumbencia de roles
que el sistema social deja abiertas al individuo, constituye ciertamente una parte
del aprendizaje social, y tales decisiones expresan las orientaciones de valor
adquiridas a través de la socialización”(Parsons, Loc. cit., p. 198). 30
¿ Vale pues proferir: “viva la comunidad nacional”, pretendiendo así que el
individuo acepte como naturales los límites prefijados a su actividad? ¿Es
sostenible aún la base según la cual “el hombre es poseedor de una naturaleza” y
que, como un concepto humano universal se encuentre contenida en todos los
hombres? ¿Será que todos los hombres están sujetos a la misma definición y
poseen las mismas cualidades básicas? ¿O que sólo pueden existir
individuos(aislados) con intereses opuestos, al resto de la sociedad(ideal) en su
conjunto, y que sólo requiera que éste (o estos individuos)se sometan al proceso
de introyección de valores, que existen a priori, en el universo ordenado por leyes
naturales (las cuales la ciencia tiene como misión heroica descubrir como
elementos normativos), y estos mismos valores, que en términos kantianos se
manifiestan como “disposiciones subjetivas”, motivan al individuo a continuar su
desgracia? Con justa razón Giddens cuestiona esa doble función de los valores al
afirmar lo siguiente: “ Si estos son los mismos valores, sin embargo, ¿qué
fundamento puede quedar para el carácter creativo de la acción humana tal como
lo presupone nominalmente el término voluntarismo? “(Giddens. Loc.cit. p. 97).

30
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40
No es justificable el proponer un sistema social ordenado anhelando el
conocimiento absoluto, y enarbolando la bandera del positivismo para tal efecto,
parafraseando a Parsons, “hay y debe haber una totalidad de saber científico
humanamente posible(...)En la medida que la ciencia progresa, el saber real se
aproxima a este límite asintóticamente… a medida que hay un acercamiento real a
la variación posible de los valores humanos, también el ámbito científico se
amplía…con la acumulación de experiencia de valor, la totalidad de saber se
acerca a la asíntota”(Parsons; 1968: 914-916).31
No es posible imponer un supuesto orden social “con criterios normativos”
que han sido establecidos como parte de una cultura común, bajo el argumento de
impedir el que una “sociedad puramente utilitaria” a “falta de limitaciones sobre el
uso de los medios”, especialmente de la fuerza y el fraude, confluya en una lucha
ilimitada por el poder”(Idem: 140-141). Tampoco se puede pretender huir de una
sociedad sometida por el autoritarismo y despotismo de la religión, o los gobiernos
totalitarios, creando para ello una utopía, y que bajo el pretexto de realizarse (o en
su supuesta realización) siga sosteniendo una desgracia mucho más directa y real
de la que sugiere salir.
En conclusión, dos cosas cabe destacar de lo anterior: primero, Parsons
buscó unir dos tradiciones opuestas: la validez científica de lo subjetivo, y el
empírismo: “la idea de que el conocimiento científico era un reflejo total de la
realidad externa”. Sin embargo, parece ser que llego al mismo punto del cual
partió: lo único que se cambio fue a dios por una ciencia. La precisión y
determinación de todo lo que es realizado está dado por dios, por un lado, la
certeza esta dada por el conocimiento que nos da la ciencia al descubrir las leyes
universales que rigen el comportamiento humano, por el otro.
Se propuso incorporar las categorías subjetivas al sistema positivista, con la
idea de alejarse del positivismo tradicional, para quienes la conducta humana se
explica conceptualmente en los mismos términos del “movimiento de los objetos
en la naturaleza”. Empero, siguió manteniendo la postura tradicional: suponer que
existen leyes en la naturaleza, de tal forma que la ciencia sea la encomendada de

31
Las negritas son mías.

41
encontrar los “criterios de valores comunes” que rigen el orden de las sociedades.
“Como lo representa Parsons en su primer trabajo, el voluntarismo es
contrapuesto al positivismo, involucrando este último formas de teoría social del
siglo XIX que procuraba evitar toda referencia al sujeto actuante como actor
moral”, no obstante, tuvo la desgracia de coincidir con Durkheim en cuanto la
“obligación moral interiorizada”. El problema del orden desde este ángulo
depende de la centralidad de una tensión que se concibe existente entre el
egoísmo y el altruismo, en la terminología de Durkheim: un problema que se
refiere a la reconciliación de los intereses de los actores individuales con la
moralidad social, la conscience collective o el sistema común de valores(Giddens.
Loc.cit. p. 99-100).
Por otra parte, siguió manteniendo en esencia la propuesta empírista, la
cual había sido blanco de duras criticas por parte de él. Parsons menciona: “Con
la acumulación de experiencia de valor, la totalidad del saber científico se acerca a
la asíntota, a la totalidad de saber científico humanamente posible”. La diferencia
aparentemente sería la concepción de realidad que los positivistas tradicionales
tenían y la que el propio Parsons formulo; aunque resulta cuestionable por la
ambigüedad que él mantiene en su concepto de “realidad”. Esto me permitiría
preguntar ¿qué es primero el esquema conceptual de Parsons” o su “supuesta
realidad” ordenada de acuerdo a dicho esquema? ¿De qué realidad se trata?
¿Puede existir diferencia entre la “experiencia de valor” y el empírismo que postula
que el conocimiento científico es un reflejo total de la realidad externa? Parsons es
claro al afirmar que sus “sistemas de teoría científica” no son la realidad externa
misma, ni son una representación directa y literal de ella(Parsons. Loc.cit. p. 913).
Dicho esto, la solución es recurrir a sus “elementos analíticos” (términos
analíticos que se formulan en términos de la relación intrínseca medio- fin)que
tienen un significado causal y por lo tanto, “implica referencias a procesos
subjetivos reales de motivación”. En conclusión, “el proceso de abstracción en las
ciencias sociales(menciona Parsons) debe realizarse principalmente por análisis,
no por experimentación”.

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La necesidad del aspecto subjetivo que se encuentra contenido en lo que
vendría siendo un fin ideal, un residuo, expresa una actitud de valor; dicha
expresión se hace mediante símbolos significativos, y de esta forma, “la elección
de medios para un fin” puede implicar un criterio selectivo definido en términos
distintos de los de la adecuación intrínseca según un modelo lógico - experimental.
La diferencia esta dada por la abstracción que se realiza por análisis y la
experimentación en la que subyace la idea de que el conocimiento científico es un
reflejo total de la realidad externa, sin embargo, la cuestión no se soluciona dada
la ambigüedad con la que desarrolla su concepto de realidad, por un lado, y la
importancia que le sigue asignando a lo empírico en el desarrollo de la cienc ia, por
el otro. En lo que respecta a este punto cabe decir que, Parsons trata la relación
entre lo “empírico y la estructura y relaciones lógicas de los conceptos teóricos”,
es decir, su propuesta se hace en “términos de un proceso general del desarrollo
inmanente de la ciencia misma”; considera como un proceso general de desarrollo
inmanente de la ciencia “la interacción entre nuevo análisis y conocimiento de
hechos”, y “los cambios del sistema teórico”. Se sigue manteniendo una relación
causa – efecto.
El segundo aspecto, como resultado de mi análisis precedente, es el “no
reconocimiento del poder y la creatividad dentro del esquema parsoniano”. En
cuanto este último aspecto, Giddens menciona lo siguiente: “ la producción de la
sociedad es siempre y en todas partes una realización de destreza de sus
miembros”. Y en relación con el poder, a continuación escribiré otra cita de
Giddens que rescata la nota en su conjunto en cuanto al comentario que inicie
acerca del “control reflexivo de la actividad” por considerarla de suma importancia
dentro de su propuesta teórica:
“La elaboración reflexiva de los marcos de significado experimenta
desequilibrios característicos en relación con la posesión del poder, ya sea
este último un resultado de la destreza superior lingüística o dialéctica de una
persona en la conversación con otra; de la posesión de tipos adecuados de
conocimiento técnico; de la movilización de la autoridad o la fuerza, etc. Lo
que pasa por realidad social está en relación inmediata con la distribuc ión del
poder; no sólo en los niveles más mundanos de la interacción diaria, sino
también en el nivel de las culturas e ideologías globales, y su influencia en
verdad puede sentirse en cada rincón de la vida social cotidiana” (Giddens.
Loc.cit. p. 114).

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En conclusión, nada resulta tan central en la vida humana ni es tan
distintivo de esta como el control reflexivo de la conducta, que todos los miembros
competentes de la sociedad esperan de los otros(Idem: 115). Visto así, es mejor
partir de una base real que nos permita vislumbrar otras alternativas realmente
posibles, y no partir de una base “ideal” que nos sugiera un camino recto hacia el
“conocimiento total”.

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