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NOMBRE DEL ALUMNO: CHRISTIAN

ALFONSO FERMIN CUAUTLE

NOMBRE DE LA MAESTRA: PAULINA


HERNANDEZ FERNANDEZ DE LARA.

NOMBRE DE LA MATERIA:
NEUROPSICOLOGIA.

NOMBRE DE LA ESCUELA: ESCUELA


LIBRE DE PSICOLOGIA.

NOMBRE DEL TRABAJO: ANALISIS DEL


LIBRO "EL HOMBRE CON SU MUNDO
DESTROZADO"
Lev Zasetski, como muchos, tenía su vida en la URSS y hacia 1941 terminaba sus estudios en
la Universidad de Mecánica, pero con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la ruptura
de los acuerdos Ribbentrop-Mólotov (el pacto de no agresión entre la URSS y la Alemania
Nazi) en este mismo año, la URSS iniciaba su despliegue militar.
El 2 de marzo de 1943, Zasetski se encontraba en las orillas del río Voria (Moscú), pues se
tenía previsto un ataque contra los alemanes. Y de repente, ya en el campo de batalla, entre
los cañonazos y las ametralladoras, Zasetski recibe un impacto de bala en las regiones
parietooccipitales de su hemisferio izquierdo de su cerebro.
La consecuencia de esta lesión, en pocas palabras, fue la pérdida de su memoria, de su
capacidad de comprender al momento lo que la gente le decía. Su visión también se vio
afectada, pues perdió parte de la percepción de su campo visual. Su equilibrio y su
conciencia también fueron abrasados por este impacto de bala. Sin embargo, y en palabras
A. R. Luria, “esta lesión cerebral había dejado intacta su percepción directa del mundo… su
capacidad de valorar lúcidamente cada uno de sus fracasos…”.
A razón de convertirse en un soldado caído, Lev Zasetski se convierte en paciente del famoso
neuropsicólogo Alexander Romanovich Luria, y que a partir de este caso surge el libro El
hombre con su mundo destrozado. Historia de una lesión cerebral. Pero Luria es también
conocido por ser un “romántico de la ciencia”.
"Los románticos en la ciencia no desean ni dividir la realidad viva en sus componentes
elementales ni representar la riqueza de los eventos concretos de la vida en modelos
abstractos que pierden las propiedades mismas de los fenómenos. Es de primordial
importancia para los románticos preservar la riqueza de la realidad viva, y aspiran a una
ciencia que retiene está riqueza" (The Making of Mind, A. R. Luria).
Así, A. R. Luria comenzó un seguimiento ininterrumpido de 26 años. Luria, se convirtió no
nada más en testigo de la tormentosa lucha de Zasetski contra su cerebro lesionado, sino
también de una lucha por recuperar su vida. Se convirtió en un amigo, que recopiló más de
3000 hojas que el mismo Zasetski escribió como una forma para recomponer a base de
pequeños recuerdos que iban y venían, tratando de “escribir la historia de su vida y las
consecuencias de su terrible lesión”.
Algo que distingue el enfoque de autores como Oliver Sacks y en este caso de A. R. Luria, es
que las funciones que nos puedan parecer más elementales del cerebro no se reducen
exclusivamente a una base de orden biologicista, sino que tienen además una relación
profunda con el entorno de los pacientes, sus experiencias, historias de vida e incluso (más
perceptible en Sacks) una problematización a los elementos de clase que rodean a miles que
padecen alguna neurodivergencia [1].
Otra de las inquietudes que rodeaban el pensamiento de Luria era generar no nada más una
“buena descripción” de los casos clínicos, sino “presentar a un paciente, un hombre, en su
integridad, mientras que se delinea de forma simultánea la estructura más profunda de su
ser…” [2].
Finalmente, este libro nos da en cada una de sus hojas, no nada más un trabajo de
colaboración entre médico y paciente. Nos lleva a lo más profundo de la percepción, el dolor,
la frustración de un hombre que en un instante perdió su mundo. Pero también nos da
alegrías con las pocas victorias que obtuvo de su lucha contra una lesión cerebral.

Referemcia:
A. R. LURIA. (1972). El hombre con su mundo destrozado. Basic Books, Inc. Publishers, New
York

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