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¡¡SANTO…SANTO…SANTO!!

Dios es Santo, Santo, Santo, bueno y nunca se equivoca


en la Biblia se muestra que Él es un ser único y apartado
al hombre, este se convierte en uno de los atributos más
importantes que tiene el Padre Celestial, donde muestra
su perfección, pureza, sin pecado y permite que la
humanidad vea su poder.

Al hablar que Dios es Santo eso significa que Él es


diferente al hombre, y trasciende con su relación a todo
lo creado. Su santidad es la evidencia de la capacidad
que tiene como ser lleno de luz y de perfección ante toda
su creación.

Cuando andamos en pecado no vemos la luz, vemos


obscuridad y cuando se prende la luz vemos nuestros
pecados, encontrar de perdón de Dios en nuestras vidas
comienza cuando le reconocemos.

El término santidad se trata de la separación o la


diferencia que tiene Dios con respecto al hombre, y en
este caso el decide resaltar delante del hombre que Él
está apartado del mal, manteniendo su pureza, como un
ser Todopoderoso.

Al comprender la santidad de Dios todas las personas


podrán apartarse del mal y caminar conforme a los
mandatos que Dios enseña en la Sagradas Escrituras,
colocando en su altar sus dones y talentos para poder
ser apartados y santificados en la obra de Dios.
Cuando el creyente se le revela a sí mismo que Dios es
Santo, eso impulsará a la persona a la genuina adoración y
exaltación de su nombre.

Todos los creyentes en Dios están llamados a ser Santos


como Dios es Santo, ya que al considerarse hijo de Dios
debe tener cualidades que se parezcan al del padre, y es
por ello que por medio de Jesús se puede lograr esa
santificación que desea el Padre Celestial.

Dios es santo y pide santidad por parte de sus hijos, ya que


Él aborrece el pecado y el ser humano por naturaleza peca.
Sin embargo, gracias al sacrificio hecho por Jesús en la
cruz se puede recibir el perdón de pecados, y de esa
manera llegar a su presencia.

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