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Filosofía del Derecho

Prof. Dr. Alfonso de Julios-Campuzano

EJERCICIO PRÁCTICO

LOS CLÁSICOS ESPAÑOLES Y LA POLÉMICA SOBRE EL NUEVO MUNDO

1. “Cuando nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las Islas y Tierra Firme
del Mar Océano, (…) nuestra principal intención fue inducir y traer a los pueblos de
ellas a nuestra santa fe católica, (…) y enviar a las dichas islas y Tierra Firme prelados y
religiosos y otras personas doctas (…), para instruir los moradores de ellas en la fe
católica y enseñarles buenas costumbres (…). Por ende, suplico al rey mi señor
(Fernando) muy afectuosamente, y encargo y mando a la princesa (Juana), mi hija, y al
príncipe (Felipe), su marido, que así lo hagan y cumplan, y que éste sea su principal fin,
y que en ello pongan mucha diligencia, y no consientan ni den lugar a que los indios,
vecinos y moradores de las dichas Indias, reciban agravio alguno en sus personas ni
bienes, sino que manden que sean bien y justamente tratados, y si agravio alguno han
recibido, lo remienden y provean de manera que no se exceda en cosa alguna de lo
que por las letras apostólicas de la dicha concesión no es mandado” (Del Testamento
de Isabel la Católica, 1504).

2. “Disertaré ahora sobre los títulos legítimos e idóneos por los que pudieron los
bárbaros venir a poder de los españoles. El primer título puede llamarse el de sociedad
natural y comunicación. Los españoles tienen derecho a viajar y permanecer en
aquellas provincias, mientras no causen daño, y esto no se lo pueden prohibir los
bárbaros. Al comenzar el mundo, cuando todas las cosas eran comunes, era lícito a
cualquiera dirigirse a la región que quisiera y recorrerla. No parece que esto haya sido
abolido por la división de las cosas (…). Ni sus príncipes pueden impedir a sus súbditos
que comercien con los españoles, ni, por el contrario, los príncipes de los españoles
pueden prohibirles el comerciar con ellos. Si es lícito a los demás extranjeros extraer el
oro de las tierras comunes o de los ríos, o pescar perlas en el mar, no pueden los
bárbaros vedárselos a los españoles (…). Si los bárbaros quisieran privar a los españoles
de las cosas dictadas más arriba (…), los españoles deben, ante todo, con razones y
consejos, mostrar que no vienen a hacerles daño, sino que quieren amigablemente
residir allí y recorrer sus provincias sin daño alguno para ellos, pero si, a pesar de ello,
los bárbaros no quieren consentir, sino que apelan a la violencia, los españoles pueden
defenderse (…). Si, tentados todos los medios, los españoles no pueden conseguir su
seguridad entre los bárbaros sino ocupando sus ciudades y sometiéndolos, pueden
lícitamente hacerlo” (Francisco de Vitoria, Relección primera de los indios últimamente
descubiertos).
3. ‘’Otro título puede existir, que es la propagación de la religión cristiana. […] Los
cristianos tienen derecho a predicar y anunciar el Evangelio en las provincias de los
bárbaros. […] Si los bárbaros permitieran a los españoles predicar el Evangelio
libremente y sin obstáculo, no sería lícito, tanto si reciben como si no reciben la fe,
declararles la guerra, ni tampoco ocupar sus tierras. […] [Pero] Si los bárbaros, ya sean
los señores, ya el pueblo mismo, impidieran a los españoles anunciar libremente el
Evangelio, los españoles, después de razonarlo […], pueden predicarles aun contra su
voluntad, y entregarse a la conversión de dicha gente, y si para esta obra fuera
necesario aceptar la guerra o iniciarla, podrán hacerla hasta que den oportunidad y
seguridad para predicar el Evangelio. Y hay que decir lo mismo si, permitiendo la
predicación, impiden las conversaciones, matando o castigando de cualquiera otra
manera a los convertidos a Cristo’’ (Francisco de Vitoria, Relección primera de los
indios últimamente descubiertos).

4. ‘’Otro título puede existir, fundado en la tiranía de los señores de los bárbaros o en
el carácter inhumano de leyes que entre ellos imperen en daño de los inocentes, como
son las que ordenan sacrificios de hombres inocentes o permiten la matanza de
hombres exentos de culpa para comer sus carnes. Afirmo que, aun sin necesidad de la
autorización del Pontífice, pueden los españoles prohibir a los bárbaros todas estas
nefandas costumbres y ritos, pues les está permitido defender a los inocentes de una
muerte injusta’’(Francisco de Vitoria, Relección primera de los indios últimamente
descubiertos).

5. Las leyes de Castilla y León son […] señores y emperadores sobre muchos reyes, y a
quien pertenece de derecho todo aquel imperio alto, y universal jurisdicción sobre
todas las Indias, por la autoridad, concesión y donación de la dicha Sancta Sede
Apostólica, y así, por autoridad divina. Y éste es y no otro el fundamento jurídico y
sustancial donde está fundado y asentado todo su título. […]Con este […] señorío de
los reyes de Castilla en las Indias, se compadece tener los reyes y señores naturales de
ellas su administración, principado, jurisdicción, derechos y dominio sobre sus súbditos
pueblos, […] como se compadecía el señorío universal y supremo de los emperadores
que sobre los reyes antiguamente tenían. […] Todos los reyes y señores naturales,
ciudades, comunidades y pueblos de aquellas Indias son obligados a reconocer a los
reyes de Castilla por […] señores y emperadores de la manera dicha, después de haber
recibido de su propia y libre voluntad nuestra sancta fe y el sacro bautismo, y si antes
que lo reciban no lo hacen ni quieren hacer, no pueden ser por algún juez o justicia
punidos” (Bartolomé de las Casas, Las treinta proposiciones muy jurídicas).

6. “Los reyes de Castilla son obligados de derecho divino a procurar que la fe de


Jesucristo se predique por la forma que él, Hijo de Dios, dejó en su Iglesia estatuida,
[…] a saber: pacífica, y amorosa, y dulce, caritativamente, por mansedumbre y
humildad y buenos ejemplos, convidando los infieles e mayormente los indios, que de
su natura son mansísimos y humildísimos, y pacíficos, dándoles antes dones y dádivas
de lo nuestro que tomándoles nada de lo suyo. Y así tendrán por bueno y suave y justo
al Dios de los cristianos, y deste modo querrán ser suyos y recibir su fe católica y
sancta doctrina. […] Sojuzgallos primero por guerra es forma contraria a la ley e yugo
suave y carga ligera y mansedumbre de Jesucristo; es la propia que llevó Mahoma y
llevaron los romanos, con que inquietaron y robaron el mundo; es la que tienen hoy
los turcos e moros […] y por tanto es iniquísima, tiránica, infamativa del nombre
melifluo de Cristo […]. Como siempre faltó autoridad el príncipe y causa justa para
mover guerra a los indios inocentes que estaban en sus tierras y casas seguros y
pacíficos, afirmamos que fueron, son y serán siempre nulas y de ningún valor de
derecho, injustas, inicuas, tiránicas e `por todas las leyes condenadas, desde que las
Indias se descubrieron hasta hoy, en ellas las conquistas” (Bartolomé de las Casas, Las
treinta proposiciones muy jurídicas).

7. ‘’[E]s natural y beneficioso el dominio del alma sobre el cuerpo, de la razón sobre el
apetito. […] Por la misma razón, el marido tiene dominio sobre su esposa, el adulto
sobre el niño, el padre sobre el hijo; en una palabra, los superiores y más perfectos
sobre los inferiores y más imperfectos. Y esta misma razón vale para los demás
hombres en sus mutuas relaciones, pues de ellos hay una clase en que unos son por
naturaleza señores y otros por naturaleza siervos. Los que sobresalen en prudencia y
talento, aunque no en robustez física, son señores por naturaleza; en cambio, los
tardos y torpes de entendimiento, aunque vigorosos físicamente para cumplir los
deberes necesarios, son siervos por naturaleza. […] Es creencia que tales son los
pueblos bárbaros e inhumanos apartados de la vida civil, conducta morigerada y
práctica de la virtud. A éstos les es beneficioso el que estén sometidos al imperio de
naciones o príncipes más humanos y virtuosos, para que con el ejemplo de su virtud y
prudencia abandonen la barbarie y abracen una vida más humana y practiquen la
virtud. Y si rechazan su imperio, pueden ser obligados por las armas, y esta guerra los
filósofos enseñan que es justa por naturaleza’’ (Juan Ginés de Sepúlveda, Democrates
alter).

8. “Bien puedes comprender, Leopoldo, si es que conoces la naturaleza y moral de


ambos pueblos, que con perfecto derecho los españoles ejercen su dominio sobre esos
bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales, en prudencia, ingenio y todo
género de virtudes y humanos sentimientos son tan inferiores a los españoles como
los niños a los adultos […]. [Los indios] no sólo carecen de cultura, sino que ni siquiera
usan o conocen las letras ni conservan monumentos de su historia, […] carecen de
leyes escritas y tienen instituciones y costumbres bárbaras. […] ¿Qué se va a esperar
de hombres entregado a toda clase de pasiones y nefandas liviandades y no poco
dados a alimentarse de carne humana? […] ¿Qué diré ahora de la impía religión y
nefandos sacrificios de tales gentes, que al venerar como dios al demonio no creían
aplacarle con mejores sacrificios que ofreciéndole corazones humanos? […] [L]os reyes
de España, en su misión de someter a esos bárbaros a su dominio y al de los cristianos,
tienen presente no el castigo d ellos pecados, sino la enmienda, salvación y público
bienestar de aquellas gentes, según lo exige la razón de la piedad cristiana, que es ley
de gracia y mansedumbre’’ (Juan Ginés de Sepúlveda, Democrates alter).

Comente los textos anteriores, abordando las siguientes cuestiones:

1. El contexto histórico y doctrinal en el que se formulan las tesis de los clásicos


españoles del derecho natural y de gentes, sus fuentes doctrinales, su legado e
influencia en el pensamiento posterior.
2. Las tesis principales del pensamiento de Francisco de Vitoria en relación,
fundamentalmente, con: a) la forma legítima del poder político y la contienda
doctrinal entre papado, imperio y reino; b) el derecho de gentes como origen
del moderno derecho internacional; c) la existencia de justo título que
justifique la legitimidad de la conquista por España de las tierras descubiertas;
d) su aportación a la doctrina de la guerra justa; d) ¿Es la evangelización causa
suficiente para la colonización?; d) ¿Y el derecho de sociedad y comunicación
(ius naturalis societatis et communicationis)?; e) la actualidad del pensamiento
de Francisco de Vitoria.
3. El pensamiento de Bartolomé de las Casas en relación con la conquista de
América.
4. La controversia de Valladolid entre Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de
Sepúlveda: a) Principales puntos de desencuentro doctrinal entre ambos y
argumentos que se esgrimen; b) La consecuencias de la polémica sobre el
Nuevo Mundo en el derecho indiano.
5. Confronta las tesis de Vitoria y Las Casas sobre la legitimidad y límites de la
conquista.
6. ¿En qué medida contribuyó la crítica a la conquista a crear una leyenda negra
sobre el imperio español?

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