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Validez de constructo y concurrente

El constructo es un concepto elaborado al más alto nivel de abstracción y sirve para referirse
a una característica o aspecto de la conducta humana.

La validez de constructo es el grado de correspondencia o congruencia que existe entre los


resultados de una prueba y los conceptos teóricos en los que se basan los temas que se
pretenden medir.

La validez de constructo trata de establecer en qué medida la prueba tiene en cuenta los
aspectos que se hallan implícitos en la definición teórica del tema a medirse. Este tipo de
validez es el más importante, pues si se elabora una prueba sobre Anatomía, los resultados
de la prueba deben medir realmente conocimientos acerca de lo que entendemos por
Anatomía y no sobre cualquier otro concepto.

En este caso, la dificultad radica en la capacidad que se tenga para definir correctamente el
constructo que se desea explorar. Se denomina también validez de elaboración o de hipótesis
de trabajo. Se determina en base al juicio de expertos o a los tipos y grados de relaciones
existentes entre el resultado de la prueba y las medidas de otros factores asociados. Es el tipo
de validez más importante.

Cuando se trata de determinar la validez de constructo, se procura analizar la naturaleza de


las características que el investigador se ha propuesto medir. La validez de constructo no sólo
evalúa la prueba, sino también la teoría en la que se apoya la prueba. Cuando los datos
obtenidos confirman las predicciones de la teoría, significa que, al menos por el momento,
se han hallado evidencias que convalidan la hipótesis e indican que la prueba mide las
relaciones previstas por esta última.

Si las predicciones no son confirmadas, se debe suponer que la causa puede ser una de las
siguientes: la prueba no mide el concepto, la hipótesis es incorrecta, se requiere un nuevo
análisis, o el diseño de la investigación no es el más adecuado.
Validez concurrente

La validez concurrente es la correlación que puede hallarse entre las puntuaciones logradas
luego de la aplicación de la prueba, con respecto a las puntuaciones obtenidas por los mismos
sujetos en otras mediciones realizadas simultáneamente.

El procedimiento para determinar la validez concurrente es similar al que se emplea para


verificar la validez predictiva, sólo que la correlación puede hallarse casi de inmediato, ya
que los datos se obtienen simultáneamente. Los puntajes que los estudiantes obtienen en una
nueva prueba se pueden comparar con las calificaciones que recibieron últimamente en la
materia o con los puntajes que los mismos alumnos alcanzaron en otras pruebas similares,
cuya validez ya fue comprobada.

Por ejemplo: En lugar de esperar varios años para determinar si una prueba de interés
vocacional es capaz de predecir el éxito en determinada profesión, se puede cotejar esta
prueba con las pautas de interés de las personas que han alcanzado éxito en la profesión
correspondiente.

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