Está en la página 1de 6

GLOSAS 17 DE AGOSTO

INTRODUCCIÓN

Hoy estamos reunidos para recordar a quien nos legó el mayor ejemplo de
entrega, sacrificio y amor por la libertad de su Patria y de la América toda.
El 17 de agosto de 1850 se apagaba la vida del General don José de San Martín en
suelo extranjero. Hoy 172 años después, la llama encendida en el corazón de las
y los argentinos a partir de sus heroicas acciones sigue presente.

Ingreso de las banderas.

#  El recuerdo de José de San Martín ilumina hoy el ingreso de nuestra


Bandera Nacional. La recibimos con mucho respeto portada con orgullo
por su abanderada/o ………………………………………….. y como escoltas
……………………………………….…………………….

# También está hoy con nosotros la Bandera de nuestra provincia


portada por mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm y escoltado por
………………………………

HIMNOS
 El cruce los andes, la gran epopeya Sanmartiniana, acto histórico de
un grupo de valientes, guiados por un hombre de voluntad inquebrantable.
En el penoso camino, soldados y animales, debieron soportar bajísimas
temperaturas, pérdidas de mulas cargadas que caían por los peñascos sin
poder ser recuperadas. Una tarde, y con animo de alentar el espíritu de
su tropa, el general ordenó que, en medio de aquellos silencios infinitos,
se entonará el himno nacional. Imitemos a aquellos heroicos soldados
entonando las estrofas de nuestra canción patria. Nos ponemos de pie.

 A continuación, entonamos con orgullo el Himno de la Provincia de Rio


Negro.
PALABRAS ALUSIVAS

Las palabras nos cuentan, nos hacen viajar, soñar y también reflexionar.
Alumnos y alumnas de 4TO AÑO nos leerán unas palabras alusivas a este día.

San Martín: “Seamos libres y lo demás no importa nada”

San Martín fue un hombre inigualable y hoy se cumplen 170 años, del día en que
murió, lejos de la Patria, en Boulogne Sur Mar, en Francia.
Tan inmensa fue la figura de San Martín que basta decir que sólo estuvo 12 años en
nuestro continente. Llegó en 1812 y construyó su batallón de Granaderos y allí dio
inicio a su gesta, en lo que fue la batalla de San Lorenzo y de allí en adelante la
historia nos muestra un San Martín inmenso, preocupado por la libertad
latinoamericana, por la independencia argentina y por la libertad de toda América
latina.
Vivía preocupado porque América latina se independice de quien entonces era el
imperio español. Y lo hizo con mucha fortaleza, convencido de que para lograr la
independencia solo bastaba la convicción y el orgullo nacional.
Tuvo coraje y valentía, para cruzar los Andes como lo hizo. Nunca aceptó ningún
reconocimiento, ni de Argentina, ni de Chile, ni de los peruanos, le bastaba con
hacerlos libres, con eso sólo colmaba su espíritu, con sólo eso colmaba su gloria.
Cruzó Los Andes, construyó un Ejército y nos dio la libertad a América latina; junto
con Bolívar, O’Higgins, Güemes, y muchos otros y otras sin lugar a dudas.
San Martín sumó la ayuda de las mujeres para hacer su Ejército de Los Andes,
como Juana Azurduy una revolucionaria que se alzó en armas con fervor y
convicción libertaria contra el colonialismo.
Fue también un hombre poco comprendido en su tiempo, fue víctima de la
intolerancia, recibió críticas, soportó persecuciones y tanto fue así que solo pudo
estar doce años en este continente para terminar exiliado en Europa. Se fue en
1.824 y ya por 1.825 llegó a Bruselas, y allí empezó a escribirle a su hija, era joven,
tenía cincuenta años, y redactó sus máximas para su querida hija. Una de ellas
dice: “debes inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira”. El único amor que
pregonó y el único odio que pregonó. FIJENSÉ POR FIS SI LO DE ROJO ESTA BIEN
Vivió su exilio olvidado por muchos argentinos, pasó su vejez y recibió en la vejez
las visitas de otros grandes, como Alberdi, como Sarmiento, que quedaron
impactados de ver a semejante General vivir en la austeridad que vivía en
Boulogne sur-Mer.
Por todo esto, por la grandeza de una vida que fue ejemplo de virtud, por las
convicciones y los ideales que sentaron las bases de un país independiente junto a
sus vecinos y vecinas y por ese legado que se proyecta y debe ser guía de nuestro
presente, esa tarde de agosto de 1850 el General don José de San Martín no murió.
Ese día, hace 170 años, el Padre de la Patria pasó a la inmortalidad.
¡¡Muchas gracias!!

RETIRO DE LA BANDERA DE CEREMONIAS

San Martín fue un ejemplo de trabajo tenaz, de férrea vocación por el pleno
ejercicio del derecho de los pueblos y su vocación libertadora se mantiene como el
verdadero faro indicador del camino de la Argentina. Hacia allí debemos ir todos.
A continuación, despidamos con respeto a la Bandera de Ceremonia que nos
acompañó en este emotivo homenaje al Padre de la Patria.

NÚMEROS:

∞ Dos alumnos/as de ----- año nos leerán un poema; SAN MARTIN, dedicado al
General y escrito por Pablo Neruda, famoso escritor chileno, dándonos cuenta así,
que nuestro prócer fue y es querido por muchas naciones del continente
americano.

∞ En esta fecha tan importante, con ayuda del área de artística, el profe Pedro y de
todes les estudiantes y profes, vamos a cantar:” LOS 60 GRANADEROS. “ Está
canción cuenta sobre un arriero que reza ante el Cristo Redentor de los Andes por
sesenta granaderos a caballo que, durante el segundo cruce de los Andes, velaron
por la deteriorada salud del general en jefe José de San Martín, en la liberación de
Chile.
SAN MARTÍN (1810)
Anduve, San Martín, tanto y de sitio en sitio
que descarté tu traje, tus espuelas, sabía
que alguna vez, andando en los caminos
hechos para volver, en los finales
de cordillera, en la pureza
de la intemperie que de ti heredarnos,
nos íbamos a ver de un día a otro.
Cuesta diferenciar entre los nudos
de ceibo, entre raíces,
entre senderos señalar tu rostro,
entre los pájaros distinguir tu mirada,
encontrar en el aire tu existencia.
Eres la tierra que nos diste, un ramo
de cedrón que golpea con su aroma,
que no sabemos dónde está, de dónde
llega su olor de patria a las praderas.
Te galopamos, San Martín, salimos
amaneciendo a recorrer tu cuerpo,
respiramos hectáreas de tu sombra,
hacemos fuego sobre tu estatura.
Eres extenso entre todos los héroes.
Otros fueron de mesa en mesa,
de encrucijada en torbellino,
tú fuiste construido de confines,
y empezamos a ver tu geografía,
tu planicie final, tu territorio.
Mientras mayor el tiempo disemina
como agua eterna los terrones
del rencor, los afilados
hallazgos de la hoguera,
más terreno comprendes, más semillas
de tu tranquilidad pueblan los cerros,
más extensión das a la primavera.
El hombre que construye es luego el humo
de lo que construyó, nadie renace
de su propio brasero consumido:
de su disminución hizo existencia,
cayó cuando no tuvo más que polvo.
Tu abarcaste en la muerte más espacio.
Tu muerte fue un silencio de granero.
Pasó la vida tuya, y otras vidas,
se abrieron puertas, se elevaron muros
y la espiga salió a ser derramada.
San Martín, otros capitanes
fulguran más que tú, llevan bordados
sus pámpanos de sal fosforescentes,
otros hablan aún como cascadas,
pero no hay uno como tú, vestido
de tierra y soledad, de nieve y trébol.
Te encontramos al retornar del río,
te saludamos en la forma agraria
de la Tucumania florida,
y en los caminos, a caballo
te cruzamos corriendo y levantando
tu vestidura, padre polvoriento.
Hoy el sol y la luna, el viento grande
maduran tu linaje, tu sencilla
composición: tu verdad era
verdad de tierra, arenoso amasijo,
estable como el pan, lámina fresca
de greda y cereales, pampa pura.
Y así eres hasta hoy, luna y galope,
estación de soldados, intemperie,
por donde vamos otra vez guerreando,
caminando entre pueblos y llanuras,
estableciendo tu verdad terrestre,
esparciendo tu germen espacioso,
aventando las páginas del trigo.
Así sea, y que no nos acompañe
la paz hasta que entremos
después de los combates, a tu cuerpo
y duerma la medida que tuvimos
en tu extensión de paz germinadora.

También podría gustarte