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(Lacan, 1975-76, p. 147).

Ella refiere: “me había identificado con una persona que no se parece
a mí” (Lacan, 1975-76, p. 148), “lo que buscaba con eso era parecerme a alguien (...) indago en
sus vidas, quiero llevar sus vidas, yo no tengo vida, llevo la vida del otro, eso es lo que busco”
(Lacan, 1975-76, p. 155). Diferente es Víctor, que cuenta con un cuerpo, pero un cuerpo que le
produce la convicción de imperfección y de un ser feo irreductible, significación que atribuye al
mismo y que se puede pensar que es por la percepción de sus rasgos, ya que al realizarse la
operación quirúrgica se interviene sobre su mentón, labios, nariz, y otros detalles de su rostro,
lo cual luego le provee de una gran satisfacción.

5.2.3 La ajenidad del propio cuerpo en las psicosis

Se mencionó que Lacan (1975/1988b) considera que el cuerpo propio puede ser sentido
como objeto otro, ya que cuando este irrumpe, es de lo más hetero que hay, tal como le sucede
a Juanito, “sólo piensa en ese eso (...) el goce que resulta de ese Wiwimacher le es ajeno” (p.
128). El cuerpo es Otro en tanto se constituye a partir de una ajenidad y el sujeto mantiene
siempre cierto desconocimiento del mismo. Lacan (1975-76/2006) también señala que “el
parlêtre adora su cuerpo porque cree que lo tiene. En realidad, no lo tiene, pero su cuerpo es su
única consistencia - consistencia mental, por supuesto, porque su cuerpo a cada rato levanta
campamento” (p. 64). Sin embargo, puede suponerse que en la neurosis “ciertamente, el cuerpo
no se evapora, y, en este sentido, es consistente” (p. 64), gracias a la adecuada resolución de la
metáfora paterna y la atadura entre registros. Leibson (2018) explica que cualquier persona
podría percibir cosas raras e inexplicables en el cuerpo, cosquilleos, sensaciones diversas, siendo
el punto relevante la interpretación que se le da a eso, la significación atribuida. De esta forma,
“en la hipocondría psicótica no hay dimensión metafórica” (Leibson, 2018, p. 114), y esto es lo
que da cuenta de la originaria relación de ajenidad que el sujeto mantiene con su propio cuerpo,
debido a la ruptura entre significante y significado que se produce por la forclusión del nombre-
del-padre (Lacan, 1955-56/2017). “El automatismo mental y demás síntomas elementales (...)
no serían más que el resultado de ese fracaso absoluto y primigenio del lenguaje en su función
de habitarnos para dar un significado subjetivo a todo hecho, experiencia o marca” (González
Herrera, 2015, p. 53).

La preocupación sobre el cuerpo en la neurosis puede tomar diferentes formas


sintomáticas, tal como describe Pablo Muñoz (en Schejtman, 2013): un síntoma conversivo, una
inhibición en el sentido de un complejo de inferioridad, una idea soportada en la duda sobre la

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