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APOSTOL SAN PEDRO

En el firmamento, una estrella brilla,

testigo de un hombre, cuya fe es ardiente,

San Pedro, apóstol, roca de la simiente,

pescador de almas, con fuerza sencilla,

desde Galilea, escuchaste el llamado,

Junto a tu hermano, al Maestro seguiste,

las redes dejaste, sin dudarlo fuiste.

Oh, Pedro valiente, roca en la tormenta,

con paso incierto, confiado avanzabas,

tu fe y tus dudas, Señor, disipabas,

tu voz escuchaste, y en ella te alienta,

testigo del Hijo, ungido por el Padre,

con llaves en manos, la Iglesia fundaste.

Tus palabras firmes, en la fe arraigaste,

custodio del rebaño, eres su amparo y madre.

negaste tres veces, en noche de agonía,

más el perdón llegó, tu llanto redimido,

Jesús te amaba, tu corazón herido,

por gracia infinita, Él te concedía.

Apostolado ardiente, cruzaste las fronteras,

llevando la Palabra, sin miedo ni tregua,

pescando corazones, con tu voz en la lengua,

tu amor a Cristo, brilla en tus banderas,

San Pedro, vigía de la barca sagrada,

piedra de la Iglesia, que el tiempo no erosiona.

Firmes son tus pasos, en toda tribulación,

roca en la fe, de Cristo has sido armada,

tu martirio selló tu amor al Maestro,


cruz invertida, signo de tu entrega,

con la cabeza en alto, en tu muerte integra,

por Jesús, tu vida ofreciste en su fiel lecho.

Oh, Pedro bendito, apóstol de esperanza,

guía de los fieles, faro en la tempestad,

ruega por nosotros, por la humanidad,

protector divino, en cada albor y bonanza,

San Pedro, roca viva, alza tu mirada,

tu fe y tu ejemplo, nos alientan en la vida.

Protege a la Iglesia, de tentaciones caída,

con tu intercesión, en el amor encarnada,

en cada verso, San Pedro resplandece,

héroe de la fe, en quien el mundo confía,

su testimonio eterno, nos guía y nos envía,

apóstol insigne, en el cielo florece.

ARTURO Z.

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