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Esta concepción mítico religiosa del mundo ha sido además piedra angular
en la organización social del barí, pues propicia el fortalecimiento y cohesión
de lazos intrafamiliares y comunitarios, en función de intereses que han sido
delineados de manera colectiva, tanto para sus comunidades como para el
medio ambiente del cual forman parte.
en ella habitaba Sabaseba, figura mítico religiosa que conjugaba los poderes
supremos atribuibles a una deidad.
Sin embargo no había en la tierra, sol, agua, estrellas, selva, pescado, ni gente
alguna, sólo era visible una sierra donde habían nacido plantas de
nankadura (piña), y otros pequeños arbustos, un espacio caótico y carente de
toda estructura ante los ojos de Sabaseba.
Lo primero que hizo Sabaseba fue crear vida en la tierra y poblarla. Ante esta
situación Sabaseba dijo: kanda sarubara - “Voy a crear la naturaleza"
empezando por las estrellas, los astros, y la luna (Chigbayra o Cibáh); para
luego continuar con otros fenómenos naturales como la lluvia, el arcoíris, el
rayo, el trueno y el relámpago.
De este primer racimo de piñas que cortó Sabaseba surgieron también los
primeros ñatubai (caciques), que fueron llamados Anagschamadou, Akedou,
Sirotobindou, Nischarrai y Naínsayadou.
Luego se dedico a crear los animales para que ofrecieran sus enseñanzas a
los hombres, mujeres y niños venidos de la piña, los cuales empezaban a
diseminarse por toda la tierra. Bajo esta idea Sabaseba creó la hormiga, que
con su trabajo y organización enseñaría a los Barí a construir un soai-ka
(bohío) para vivir, considerando que este grupo de insectos, en palabras de
Sabaseba: ka inshqui sackayba, “trabajan juntos”.
Fue por ello que, una tarde, cuando los sagdou (ancianos) se reunieron para
contar cuentos, Sabaseba se dirigió a ellos: Quiero decirles algo. Todo lo que
hagamos a partir de ahora debemos hacerlo siempre juntos. Si vamos a
sembrar lo haremos juntos, si vamos a pescar al río lo haremos todos juntos.
Es mejor hacer las cosas juntos como la hormiga.
Al poco tiempo también creó el tigre, quien provino del arcoíris; luego vino
la kuara quien era un barí que en una ocasión salió de noche y fue
transformado en este animal; otro barí tomó su arco y lo puso al final de su
columna vertebral de tal forma que se asemejaba a un rabo. Ante esta acción
Sabaseba tomó algodón y se lo puso al hombre en la frente para adornar su
rostro y convertirlo en barasí, (mono); de esta manera fue quitando y
poniendo bellos plumajes, manchas, garras, hocicos, cuernos, rayas, alas,
colas y escamas hasta lograr crear una gran variedad de animales, aves e
insectos.
Era tal el hambre que tenía la anciana que tomó a la niña, y la mezcló con
numerohba (plátano) y yuca para hacer un buen sacgdara (sancocho).
Cuando el ataida (padre) se enteró que su hija había muerto, se encargó de
vengarse de la anciana llevándola a un lugar donde la rodeó de leña y le
prendió fuego. Sus cenizas fueron esparcidas por el viento a muchos
rincones del mundo, cayeron por doquier formándose así las razas:
Bakchicba, raza negra, y la Rhäbadora, la raza blanca.
Muchas fueron las pruebas que los baríes tuvieron que pasar, ninguno de
ellos en buen estado de salud las superaba. Pero Sabaseba nunca perdió las
esperanzas, pues consideraba que dentro de la población debía existir
alguien con el poder suficiente para hacer brillar su collar cuyo significado
traducía: “la luz que jamás se extinguirá”. Entonces se enviaron mensajes a
todos los rincones del mundo para que acudiesen al llamado de Sabaseba.
Después de creado el sol, se dispuso lo mismo para crear las fuentes de agua,
para ello Sabaseba mandó llamar a todos los que habitaban en el campo
buscando un barí que tuviese la fortaleza de suministrar agua y bañar con
ella a todo el planeta. La prueba que debía superar era que con una parte de
su cuerpo debía ser capaz de partir un árbol (ká) conocido como Majumba
Asára.
El barí que resultó elegido era un ser pequeño, delgado, y con aspecto de ave,
quien con su nariz en forma de pico logró derribar el árbol. Al caer éste
árbol, de sus ramas brotó el agua que formó los ríos y sus afluentes, entre
ellos el Iquiboqui o Río de Oro y el Daboqui o Río Catatumbo, así como los
demás ríos, caños, cascadas, lagunas y fuentes de agua dulce que bañarían
cada región del mundo.
Posteriormente para crear los valles y llanuras Sabaseba buscó entre los
animales a los bisoura (jabalí), quienes con su trompa se encargarían de
aplanar las montañas formando así los valles y llanuras.
Luego que Sabaseba terminó con la creación del mundo, ordeno a los barí
que protegieran a los animales, las fuentes de agua, los árboles y a todo ser
vivo que existiese en la tierra, sin embargo algunos de ellos incumplieron lo
prometido y fueron finalmente castigados por no consumar los mandatos de
protección establecidos por él y nunca volvieron a ser lo que habían sido
antes: Barí que significa gente, la gente venida de la piña.