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¿Ha entrado la revolución

suficientemente en la historia
del hombre africano?
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Fuentes: Overblog

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales


Bastos

Foto: Fidel Castro con Neto, Touré y Cabral

El 26 de julio de 2007 un sombrío personaje afirmaba en


Dakar: “El hombre africano no ha entrado suficientemente
en la historia” (1). Por supuesto, el continente que vio nacer
a nuestra especie y tantas civilizaciones tuvo que esperar a
la llegada de los comerciantes y de los colonos europeos
para entrar en la historia del capitalismo, más a menudo a la
fuerza que por su voluntad. La historia burguesa escribe lo
que le conviene, pero, ¿qué ocurre con la nuestra, con la
historia de nuestra clase? Esta pregunta nos ofrece tanto la
ocasión de atravesar el Mediterráneo y después el Sáhara
como la oportunidad de repasar una gran parte del siglo
pasado.

Las represiones regulares que ejercieron entonces las


potencias imperialistas en sus colonias muestran un miedo
cada vez mayor a los revolucionarios locales, que se
acentuará tras la Segunda Guerra Mundial en un contexto
de Guerra Fría propicia a la emancipación de los pueblos.
Así, el ejército francés aplastará en sangre la insurrección
malgache iniciada en 1947: hoy se calcula que las víctimas
de la masacre fueron entre 100.000 y 200.000 personas
muertas. Si bien la independencia tuvo que esperar todavía
más de una década, el ejército colonial necesitará un año
entero para acabar con la guerrilla.

El 6 de marzo de 1957 Costa de Oro (Gold Coast) es el


primer país del África subsahariana que accede a la
independencia con su nombre histórico de Ghana. Hoy se
considera a su primer presidente, Kwame Nkrumah, un
héroe del panafricanismo y probablemente es el jefe de
Estado que más contribuyó a él durante todo su mandato,
sobre todo por medio de su apoyo a la Guinea de Sékou
Touré, al Mali de Modibo Keïta y, sobre todo, al fútbol
africano en general. A pesar de sus muchos esfuerzos por
la independencia real y por la unidad del continente, no
tendrá tiempo de llevarlo a cabo. Acusado por Occidente de
promover un África comunista, será derrocado el 24 de
febrero de 1966 por los servicios secretos británicos, lo que
dará paso a una larga inestabilidad política en el país.
Foto: Kwame Nkrumah

El 2 de octubre de 1958 Guinea es la primera colonia


francesa que accede a la independencia por medio de un
referéndum. El nuevo presidente acababa de declarar en
Conakry ante Charles de Gaulle: “Preferimos la pobreza en
la libertad a la riqueza en la esclavitud”. Durante 10 años el
SDECE [siglas en francés de Servicio de Documentación
Exterior y de Contraespionaje] francés multiplicará tanto los
atentados contra su persona como los intentos de
desestabilización paramilitar y económica que, sin embargo,
no tienen éxito y no hacen sino acercar a Guinea a la URSS
y a las Repúblicas Populares de Europa del Este. Sékou
Touré permanecerá en el poder hasta su muerte, el 26 de
marzo de 1984. Durante ese tiempo su país será la base del
PAIGC [Partido Africano para la Independencia de Guinea y
Cabo Verde], que lucha por la independencia de Guinea-
Bissau y de Cabo Verde, y también un refugio importante
para las tropas cubanas que va a apoyar en Angola al MPLA
[Movimiento Popular de Liberación de Angola].
Foto: Sekou Touré

La joven república de Congo-Léopoldville, el antiguo Congo


belga, se enfrentará a voluntades separatistas desde su
acceso a la independencia en 30 de junio de 1960. El primer
ministro Patrice Lumumba pedirá ayuda a la Unión Soviética
contra este intento, generosamente apoyado por Estados
Unidos y Bélgica, de dividir el Estado. Nunca se lo
perdonaron. Tras un intento de envenenarlo la CIA
organizará un golpe de Estado para situar en el poder al
futuro dictador Mobutu. El 10 de octubre Lumumba fue
detenido en arresto domiciliario y tres meses después será
asesinado. El Zaire de Mobutu será la base de retaguardia
de muchos contrarrevolucionarios, sobre todo el FPLA
[Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola] al
que años después apoyará durante la guerra civil angoleña.

Foto: Modibo Keïta


Tras obtener la independencia un poco más tarde ese año,
el 22 de septiembre de 1960, el Mali de Modibo Keïta
emprende muchas reformas para afirmarla: economía
nacional y planificada de inspiración socialista,
colectivizaciones, creación de muchas industrias nacionales
(a menudo con ayuda de la URSS, Yugoslavia, Corea del
Norte y República Popular de China), creación de una
moneda soberana, etc. En el ámbito internacional se suma a
la Unión creada un poco antes por el Ghana de Nkrumah y
la Guinea de Sékou Touré, y apoya a Argelia en su guerra de
independencia. En menos de un año se expulsa al ejército
francés. A lo largo de los años siguientes se producirán
simultáneamente rebeliones en el norte del país y fuertes
disensiones políticas en el seno del partido único, el US-
RDA [Union soudanaise-Rassemblement démocratique
africain], que llevarán al golpe de Estado del 19 de
noviembre de 1968 y al poder a una dictadura militar bajo el
mando de Moussa Traoré. Modibo Keïta morirá nueve años
más tarde en la cárcel.

Tanzania nace el 26 de abril de 1964 como la unión de la


isla de Zanzibar, que estaba entonces en plena revolución, y
el Tanganika de Julius Nyerere. Seis meses después
Rhodesia del Norte declara su independencia bajo el
nombre de Zambia. Su primer presidente será Kenneth
Kaunda. Estos dos Estados, que adoptan una economía
socialista, tendrán una importancia fundamental en la
historia revolucionaria africana ya que son unas bases de
retaguardia estables de las principales organizaciones de
lucha contra el régimen segregacionista de Sudáfrica,
Namibia y Rhodesia de Sur (el actual Zimbabue), de los
movimientos por la independencia de las colonias
portuguesas de Mozambique y Angola, y también de la
guerrilla de Che Guevara en la República Democrática del
Congo.

Las colonias portuguesas (Guinea-Bissau, Cabo Verde,


Mozambique y Angola) ven nacer los movimientos
revolucionarios mejor organizados del continente, la
mayoría de los cuales llegarán al poder desde la
independencia. Así, el PAIGC de Amilcar Cabral permitirá a
Guinea-Bissau acceder a ella el 24 de septiembre de 1973
tras 17 años de lucha, que recibió un apoyo firme de Cuba y
que tuvo su base en la Guinea vecina. Amilcar Cabral no
verá su victoria puesto que fue asesinado a principios de
ese año en Conakry.

Dos años más tarde, el 11 de noviembre de 1975, Portugal


se retira de su última colonia y el MPLA [Movimento Popular
de Libertação de Angola] de Agostinho Neto proclama la
República Popular de Angola. Rodeado por los partidos
contrarrevolucionarios UNITA [União Nacional para a
Independência Total de Angola], FPLA y FLEC [Frente para a
Libertação do Enclave de Cabinda], el nuevo Estado se ve
inmerso inmediatamente en una guerra civil. El Zaire de
Mobutu, que codicia la rica en petróleo región de Cabinda, y
Sudáfrica, que teme que los independentistas namibios se
refuercen, invaden Angola, que inmediatamente recibe el
apoyo del ejército cubano. Este conflicto durará 27 años y
tendrá importantes consecuencias, como el acceso de
Namibia a la independencia y la caída del régimen de
apartheid sudafricano.

No faltaron los regímenes independentistas de inspiración


socialista, que contribuyeron en gran medida al desarrollo
de las condiciones y las conciencias en el continente. Así,
podemos citar a la República Democrática de Somalia de
Mohamed Siad Barre, la República Popular Benin en sus
orígenes o el Zimbabue de Robert Mugabe hasta su funesto
giro liberal de 1990. Así mismo, a lo largo de su historia la
República Popular del Congo ha apoyado a muchos
movimientos revolucionarios.

Evidentemente, esta lista no es exhaustiva: la revolución de


octubre de 1964 en Sudán, las grandes rebeliones en
Camerún (abril de 1964) y en Chad (octubre de 1965), los
disturbios de Soweto de 1976-77 son acontecimientos que
toda persona revolucionaria debería conocer. No obstante,
negarlos permite hacer olvidar las represiones que vinieron
después, algo que conviene a los intereses del
imperialismo.
Foto: Thomas Sankara

¿Cómo olvidar, además, el gobierno revolucionario de


Thomas Sankara (1983-1987) que en cuatro años mejorará
sustancialmente las condiciones de vida en Burkina Faso
(sanidad, vivienda, educación, nutrición e incluso
medioambiente)? Por desgracia, sus simpatías comunistas,
su lucha antiimperialista y su rigor robespierrista le costarán
una suerte funesta, ser asesinado durante el golpe de
Estado del 15 de octubre de 1987, traicionado por el que
fuera su camarada, el futuro dictador Blaise Compaoré.

Algún purista podía afirmar que, finalmente, pocos de los


Estados mencionados se emanciparon por medio de una
revolución en sentido estricto, un “Grand Soir” [Gran
Noche], y que muchos se acabaron sumiendo en un
autoritarismo excesivo o en la corrupción generalizada,
hasta el punto de que hoy en día entre los gobiernos del
África subsahariana quedan pocas huellas concretas de
estos movimientos emancipadores. Nosotros consideramos
que la revolución no se detiene en la toma de poder porque
en un mundo capitalista el Estado socialista deberá luchar
sin cesar por sí mismo, por sus semejantes y por la
emancipación de todos los pueblos, y las expediciones
cubanas en África no nos desmienten. También se podría
afirmar que en la mayoría de estos Estados el socialismo
sólo se aplicó más o menos en la práctica. Les
respondemos que la lucha contra el imperialismo es ya una
causa revolucionaria y que la lucha por la soberanía nacional
es una condición necesaria para la emancipación de los
pueblos.

Solo un imbécil podría afirmar honestamente que el hombre


africano no ha entrado suficientemente en la historia. Pero
es más importante constatar cuánto debe a África la historia
revolucionaria y hasta qué punto tanto los antiguos colonos
como los nuevos imperialistas querrían que lo olvidáramos.

(1) N. de la t.: Se refiere al discurso pronunciado por el


entonces presidente francés Nicolas Sarkozy en Dakar en
2007.

Fuente: http://jrcf.over-blog.org/2020/06/la-revolution-
est-elle-assez-entree-dans-l-histoire-de-l-homme-
africain.html

Esta traducción se puede reproducir libremente a


condición de respetar su integridad y mencionar al
autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la
traducción.

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