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Objetivo 3

Tema: La vida y su origen para la sustentabilidad en el planeta.

El origen de la vida (Teorías que existen)

Cuando la materia, expuesta a determinadas condiciones físicas, se vuelve lo

suficientemente compleja para dar lugar a la vida. Prolongados procesos químicos

y evolución de por medio generaría materia viva. Con este punto como base, a lo

largo de los años, los científicos, físicos, químicos y biólogos, fueron

desarrollando diferentes hipótesis, pero hay 5 teorías sobre el origen de la

vida que se encuentran entre las más respetadas.

Una de las principales teorías sobre el origen de la vida sostiene que comenzó en
los mares primitivos.

1. Teoría del Caldo Primordial, de Alexandr Ivánovich Oparin

Bioquímico ruso, Alexandr Ivánovich Oparin publicó en 1922 "El origen de la vida".

Ubica el inicio de la Tierra hace unos 4.600 millones de años atrás y explica cómo

las particulares condiciones de la atmósfera de entonces, con altas


concentraciones de metano, vapor de agua, amoníaco e hidrógeno gaseoso,

terminó por generar una reacción química. A medida que la Tierra comenzó a

enfriarse se fueron formando mares primitivos o caldos primordiales, con gran

cantidad de compuestos disueltos en ellos. Poco a poco, estas moléculas

inorgánicas se habrían asociado o agrupado entre sí a través de reacciones

químicas, creando otras mayores, cuerpos cada vez más complejos

(coacervados), que fueron determinantes en la evolución de los primeros

compuestos orgánicos o células vivas.

2. La teoría de Miller y su experimento

Fue el científico estadounidense, Stanley Miller, quien en 1953 quiso probar la

teoría de Oparin. Para esto, creó un dispositivo que reproducía la mezcla de

elementos (agua, metano, amoníaco e hidrógeno) y la atmósfera primitiva inicial

de la Tierra, a la vez que producía pequeñas descargas eléctricas, simulando los

rayos de una tormenta.

Una semana después, se vieron los resultados, parcialmente positivos. Se

generaron moléculas orgánicas sencillas y, a partir de ellas, otras más complejas,

como aminoácidos, ácidos orgánicos y nucleótidos. Aunque no se logró probar el

desarrollo evolutivo de la vida en la Tierra, se abrió un nuevo camino hacia la

obtención de moléculas orgánicas.


Stanley Miller y la máquina que hizo posible reproducir las condiciones de la Tierra
en sus inicios.

3. La teoría de las microesferas de proteinoides, de Fox

El paso siguiente lo dio el bioquímico norteamericano Sidney W. Fox. Según sus

estudios, las primeras formas de vida no sólo sucedieron en el mar, sino también

en la tierra. A muy altas temperaturas (cercanas a los 1.000° C), una determinada

mezcla de gases habrían sufrido transformaciones que culminaron en la síntesis

de aminoácidos, que a su vez se unieron formando "protenoides". Al sumergirse

en el agua, éstos se replegaron sobre sí mismos adoptando formas de

microesferas, que podían absorber sustancias como agua, glucosa, aminoácidos y

continuar su desarrollo.

4. Teoría de la panspermia

Esta línea, desarrollada por el biólogo alemán Hermann Ritcher en 1865, supone

que la vida en la Tierra tiene origen en el cosmos o, específicamente, en

microorganismos espaciales que llegaron a nuestro planeta a través de rocas,

cometas, meteoritos o restos de material cósmico que impactaron en ella. Estos

"gérmenes extraterrestres" o cosmozoarios, habrían aportado el material orgánico

necesario para el comienzo de la vida.


En 1908 el químico sueco, Svante Arrhenius, recuperó esta teoría denominándola:

panspermia, palabra que en griego significa "semillas por todas partes". Así,

adheridos a algunos cuerpos celestes, estos organismos, viajarían por el espacio

hasta encontrar una atmósfera o ambiente con las condiciones adecuadas para

evolucionar. Los seguidores de esta hipótesis a su vez, se dividieron en dos

ramas: los partidarios de la panspermia celular, o los que creen en un origen de la

vida terrestre a partir de microorganismos cósmicos; y los adeptos a la panspermia

molecular, es decir, que los cuerpos celestes trajeron consigo moléculas orgánicas

relativamente complejas, pero sin alcanzar el nivel celular.

Partículas del espacio podrían haber llegado a la Tierra adheridas a los meteoritos
y generar el inicio de la vida.

Recientemente, científicos de la NASA descubrieron ribosa (un componente

crucial del ARN o ácido ribonucleico) y otros azúcares esenciales, como arabinosa

y zilosa, en dos meteoritos ricos en carbono llamados NWA 801 y Murchison. El

hallazgo en meteoritos de azúcares esenciales e imprescindibles para el origen de

la vida, parece respaldar la teoría de la panspermia molecular.

5. Teoría del Mundo del ARN

El ácido ribonucleico o ARN, junto a otras proteínas y moléculas, es un elemento

decisivo para que el ADN pueda replicarse. Esta teoría sostiene que el ARN es la
molécula que dio lugar al ADN, ya que su presencia en la cadena evolutiva es muy

anterior y, al igual que el ADN, tiene la capacidad de almacenar información y, al

mismo tiempo, puede catalizar reacciones químicas (como las proteínas).

La hipótesis plantea que el ARN sería el punto de partida en la formación de las

células primitivas y la molécula a partir de la cual habría evolucionado el sistema

genético tal como se lo conoce actualmente. ¿El problema sin resolver? El origen

del propio ARN en la Tierra. Incertidumbre que, para muchos, vuelve a conducir a

la idea de que los nucleótidos podrían haber llegado del espacio, a través de la

lluvia de meteoritos que impactaban contra la superficie terrestre en aquella

época.

Representación de la Tierra en su origen, hace miles de millones de años, cuando


se habrían generado las moléculas de ARN.
La biología como ciencia que estudia la vida
Es la ciencia de la vida, que trata del estudio de los seres vivos. En sentido
etimológico, biología significa estudio de la vida ( bios = vida y logos = estudio).
Esta ciencia estudia los seres vivos: su clasificación, organización, constitución
química, funcionamiento, capacidad reproductiva y su interacción con el
medioambiente.
El objetivo de la biología es, entonces, el estudio de la vida de los seres
vivos o los fenómenos relacionados a ellos, procurando, a través de
variados métodos, comprender las causas del comportamiento de los seres
vivos, estableciendo las leyes que controlan tales mecanismos.

Estudio de los
seres vivos.
El propósito de la biología es muy amplio, se puede reducir a los siguientes fines:
1. Conocer la constitución de la materia viva;
2. Estudiar la organización de los distintos seres vivos;
3. Estudiar las funciones que éstos realizan;
4. Seguir el proceso de su evolución;
5. Llegar al conocimiento de su origen.
La zoología
estudia los
animales.
Al perseguir estos fines, la biología da lugar a una serie de ciencias, que le sirven
como auxiliares en su continua investigación. Son las ciencias biológicas, cada día
más numerosas.
Las principales son: La zoología, que estudia los animales, y la botánica, que
estudia las plantas.
Dentro de ellas se encuentra la anatomía, que estudia la estructura interna de los
individuos; la fisiología, que muestra su funcionamiento; la morfología, que
describe las formas externas, y la histología, que estudia su estructura
microscópica.
Además, cuentan con la embriología, que sigue el proceso del desarrollo de los
animales; la genética, que se preocupa de la trasmisión de los caracteres
hereditarios; la ecología, que trata de las relaciones entre los seres vivos y el
ambiente; la etología, que analiza el comportamiento, y
la zoogeografía y fitogeografía, que describen la distribución de animales y
plantas en la tierra.
Son de gran interés hoy en día, debido a las modernas técnicas, la citología, que
estudia las estructuras de la célula, y la bioquímica, que muestra las complicadas
reacciones químicas que en ella se realizan.
Aún existen muchas más subdivisiones objeto de estudios de los especialistas,
como la ornitología, que sólo se ocupa de las aves, y la micología, de los hongos.
La lista es interminable, el mundo vivo y la ciencia que lo estudia.

El sistema solar y el planeta tierra

El sistema solar es el conjunto formado por el Sol y los ochos planetas con sus
respectivos satélites que giran a su alrededor, también le acompañan en su
desplazamiento por la galaxia o Vía Láctea planetas enanos, asteroides e
innumerables cometas, meteoritos y corpúsculos interplanetarios. Este sistema
está situado a unos 33.000 años luz del centro de la Vía Láctea.

Son muchas las hipótesis sobre el origen del Sistema Solar, las teorías más
actuales enlazan su formación con la del Sol, hace unos 4.700 millones de años. A
partir de una nube interestelar de gas y de polvo que se fragmentó o colapsó,
conduciendo a la formación de una nebulosa solar primordial, y por medio de la
unión de partículas cada vez más grandes la formación de los planetas actuales.

Hasta el 24 de agosto de 2006 los planetas del Sistema Solar eran nueve:
Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. En
dicha fecha, la Unión Astronómica Internacional creó una nueva clase de planeta:
los planetas enanos, en donde Plutón pasó a ser parte de ellos, junto con Ceres y
Eris; y más adelante, se les ha unido Haumea y Makemake.

Los planetas son cuerpos que se desplazan en órbitas elípticas alrededor del Sol
(traslación) y en torno a sí mismos (rotación). Por lo general, la distancia de cada
planeta al Sol viene ser el doble de la anterior. Los planetas, con excepción de
Mercurio y Venus, poseen satélites, cuerpos de menor tamaño que giran a su
alrededor. El satélite más conocido es el de la Tierra, la Luna.

Los planetas más próximos al Sol son llamados planetas interiores o telúricos
(Mercurio, Venus, Tierra y Marte), son de reducida dimensión, de elevada
densidad, escasa velocidad de rotación y presenta pocos satélites; los planetas
lejanos son conocidos como planetas exteriores o gigantes (Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno), son de gran tamaño, de baja densidad, de rotación rápida y
tienen consistencia gaseosa y mayor número de satélites.

Júpiter es el planeta con mayor tamaño, mientras que Mercurio es el más


pequeño, Venus en cuanto a masa y tamaño tiene características análogas a la
Tierra, y Marte conocido como el planeta rojo es la mitad de masa.

Aparte de estos planetas principales y sus satélites, existen miles de cuerpos


pequeños conocidos como asteroides, los cuales están situados entre las órbitas
de Marte y Júpiter, en una franja llamada el cinturón de asteroides. Además no
podemos olvidar a los cometas (bolas de hielo y polvo) y los meteoritos.
El planeta tierra

Es un planeta del sistema solar que gira alrededor de su estrella —el Sol— en la
tercera órbita más interna. Es el más denso y el quinto mayor de los ocho planetas
del sistema solar. También es el mayor de los cuatro terrestres o rocosos.

La Tierra se formó hace aproximadamente 4550 millones de años y la vida surgió


unos mil millones de años después.18 Es el hogar de millones de especies,
incluidos los seres humanos y actualmente el único cuerpo astronómico donde se
conoce la existencia de vida.19 La atmósfera y otras condiciones abióticas han
sido alteradas significativamente por la biosfera del planeta, favoreciendo la
proliferación de organismos aerobios, así como la formación de una capa de
ozono que junto con el campo magnético terrestre bloquean la radiación solar
dañina, permitiendo así la vida en la Tierra.20 Las propiedades físicas de la Tierra,
la historia geológica y su órbita han permitido que la vida siga existiendo. Se
estima que el planeta seguirá siendo capaz de sustentar vida durante otros 500
millones de años, ya que según las previsiones actuales, pasado ese tiempo la
creciente luminosidad del Sol terminará causando la extinción de la biosfera.2122
23
La superficie terrestre o corteza está dividida en varias placas tectónicas que se
deslizan sobre el magma durante periodos de varios millones de años. La
superficie está cubierta por continentes e islas; estos poseen varios lagos, ríos y
otras fuentes de agua, que junto con los océanos de agua salada que representan
cerca del 71 % de la superficie constituyen la hidrósfera. No se conoce ningún otro
planeta con este equilibrio de agua líquida,nota 6 que es indispensable para
cualquier tipo de vida conocida. Los polos de la Tierra están cubiertos en su
mayoría de hielo sólido (indlandsis de la Antártida) o de banquisas (casquete polar
ártico). El interior del planeta es geológicamente activo, con una gruesa capa de
manto relativamente sólido, un núcleo externo líquido que genera un campo
magnético, y un sólido núcleo interior compuesto por aproximadamente un 88 %
de hierro.25

Características de la tierra primitiva: atmosfera, y fuentes de energía

- Presentaba altas temperaturas

- Era constantemente bombardeada por meteoritos

- La temperatura rondaba los 1500 ºC.

- La presión atmosférica era de apenas la mitad de la actual.

- La atmósfera era inestable, produciendo con frecuencia lluvias ácidas y fuertes


tormentas eléctricas.

- Los gases más abundantes eran el dióxido de carbono, y nitrógeno, y en menor


proporción existía amoniaco, ácido clorhídrico y dióxido de azufre.
- La mayor parte de los gases de la atmosfera provenían de emisiones volcánicas.

- La atmósfera carecía de oxigeno libre y de cualquier forma de vida.

-Las fuentes de energía de la tierra primitiva eran: radiación intensa


(especialmente ultravioleta), vulcanismo generalizado, tormentas eléctricas.

La humanidad como parte integrante de la biosfera y que comparte un origen


con otras especies.

El ser humano ha evolucionado durante un lapso de tiempo que los hallazgos


paleontológicos sucesivos hacen variar de continuo, ante el descubrimiento de
restos fósiles de homínidos de cada vez mayor antigüedad. De cualquier modo,
esta evolución se circunscribe a una fase de pocos millones de años, insignificante
en comparación con los más de cuatro mil millones en los que se cifra la edad de
la Tierra.

Durante un largo periodo el hombre vivió en un nivel de equilibrio razonable con el


resto de los organismos que componen la biosfera. Los organismos parásitos, las
enfermedades y la mayor o menor dificultad para obtener alimentos mantenía a los
primitivos humanos en niveles de población que se compensaban con los de los
restantes seres vivos.

Hace más de diez mil años, el ser humano comenzó a cultivar plantas y a
desarrollar estrategias de caza y pastoreo que lo colocarían a la cabeza del
sistema de redes tróficas. Pronto comenzó a interferir con el medio en el que
habitaba en diferentes niveles. Por ejemplo, el uso que hacía del fuego podía
producir incendios que mantenían como pastizales zonas que en su evolución
natural hubieran sido bosques. Igualmente, el desarrollo de las estrategias de caza
en grupo pudo ser una de las causas que en el pleistoceno abocó a la
desaparición a especies como el mamut y el mastodonte.

El ingenio humano desarrolló técnicas para extraer minerales de la tierra, obtener


energía mediante la combustión de la madera o el carbón, talar los bosques y, en
general, utilizar en provecho propio unos recursos que parecían ilimitados. Sin
embargo, en los últimos siglos los efectos de la actividad humana sobre el resto de
la biosfera han alcanzado dimensiones que constituyen probablemente el principal
factor limitante para la futura existencia, tanto de la especie humana como de la
propia biosfera.

El extraordinario aumento de la población humana ha tenido repercusiones


negativas notables sobre el medio ambiente. En la imagen, vista de São Paulo en
la que se puede apreciar la capa de contaminación típica de las grandes ciudades.

Las consecuencias de la expansión del ser humano sobre la Tierra y del desarrollo
tecnológico que lleva parejo tienen múltiples facetas. El fulgurante crecimiento de
la población humana es base de toda la problemática relacionada con el ambiente.
El ser humano ejerce sobre el ambiente una presión que puede llegar a ser
insostenible, al consumir cada vez mayores cantidades de agua y alimentos,
materias primas y energía. Paralelamente, genera mayores volúmenes de
residuos y agentes contaminantes.

El aumento de población y sus repercusiones ambientales es uno de los motivos


de estudio de las consecuencias de la actividad del ser humano en el planeta.
Otros son la disminución de la biodiversidad, la deforestación, la problemática
derivada de la destrucción de la capa de ozono atmosférica y la relacionada con el
cambio climático

En conclusión La humanidad es parte de la biosfera en conjunto con todos los


animales existentes y extinguidos. Ya que todos los animales, mamíferos, aves,
anfibios, reptiles y peces, provenimos de un mismo ascendente. Y la diversidad es
el resultado de la evolución de todas las especies.

Por lo tanto, recorrimos nuestra evolución con distintos cambios territoriales,


cambiando la biosfera y formándola nuestra, llegando hasta la extinción de ciertos
animales.

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