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MANUAL DE

DOCTRINA DE LA IAFCJ

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CONTENIDO

UNIDAD I: ORIGEN, PROCESO Y AGRUPACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES

LECCIÓN 1. PAG.
ORIGEN Y PROCESO DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES --------------------------------- 4
LECCIÓN 2.
AGRUPACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES --------------------------------------- 10

UNIDAD II: PRINCIPIOS DE UNICIDAD DIVINA Y DE LA SALVACIÓN

LECCIÓN 3.
PRINCIPIOS DOCTRINALES DE LA UNICIDAD DIVINA ------------------------------------------ 15
LECCIÓN 4.
LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN ---------------------------------------------------------------------- 21

UNIDAD III: PRINCIPIOS DE LA INSTITUCIÓN Y SACRAMENTOS, PRERROGATIVAS Y


REQUERIMIENTOS

LECCIÓN 5.
PRINCIPIOS DOCTRINALES DE LA INSTITUCIÓN ------------------------------------------------ 27
LECCIÓN 6.
SACRAMENTOS, PRERROGATIVAS Y REQUERIMIENTOS -------------------------------------- 40

UNIDAD IV: ESCATOLOGÍA

LECCIÓN 7.
PRINCIPIOS DOCTRINALES SOBRE ESCATOLOGÍA --------------------------------------------53
LECCIÓN 8.
LA FIDELIDAD A LA DOCTRINA APOSTÓLICA ----------------------------------------------------- 61

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PRESENTACIÓN

El manual de estudio sobre doctrina apostólica permitirá a los estudiantes ampliar su panorama
doctrinal con el propósito de llevarlos a conocer, vivir y defender de manera adecuada los principios
básicos de la fe apostólica, esto con la finalidad de que sean aptos para enseñarla y predicarla,
mostrando siempre una firme lealtad a los principios espirituales y éticos que ella contiene, de
acuerdo con 1 Timoteo 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ellos, pues
haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren .

Por lo tanto, los estudiantes del Instituto Bíblico Distrital deben comprender que la
sana doctrina es la enseñanza que está basada en la Palabra de Dios, como dice Efesios 2:20:
Edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo.

Desde tiempos antiguos ha existido la diversidad de creencias y pensamientos doctrinales. En


Atenas, por ejemplo, Pablo encontró un gran número de altares dedicados a dioses de diferentes
naciones, el culto a la diosa Diana de los efesios, mitología, filosofía y pensamiento griego y algunas
otras enseñanzas de la época. Por tal razón es importante conocer, vivir y estudiar la sana doctrina,
de tal forma que el líder y ministro de Dios siempre viva comprometido con la enseñanza de la sana
doctrina.

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UNIDAD I.
ORIGEN, PROCESO Y AGRUPACIÓN
DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES

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LECCIÓN 1. ORIGEN Y PROCESO DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES

INTRODUCCIÓN

Aunque en el pensamiento post moderno de la sociedad actual pareciera ser que la doctrina ya no
es tan indispensable para la salvación, la biblia sigue expresando que los cristianos necesitan vivir
apegados y fieles a los principios que sustentan y fundamentan la vida tanto individual como
colectiva de los creyentes en Cristo. (Léase por favor Mateo 28:20, Efesios 2:20; 1 Timoteo 4:16).
De allí que más allá de las reglas, el cristiano necesita fundamentos sanos y fuertes, pero también
la iglesia como conjunto requiere de una enseñanza que brinde identidad, visión y sobre todo la
seguridad de una dirección clara y bien enfocada.

La Iglesia Apostólica es una institución que con el paso de los años se ha distinguido por su sistema
organizacional, disciplinario, económico y doctrinal; que luego de más de cien años ha conservado su
labor como parte del cuerpo de Cristo, conformado a través de las generaciones y los tiempos. La
parte medular ha sido el sistema doctrinal y disciplinario con el cual se cuenta. Esto la ha llevado a
ser una de las pocas denominaciones que profesan la unicidad de Dios, sin realizar ninguna
modificación o retracción con respecto a un solo Dios, Jesucristo.

La tarea de todo buen líder o ministro es conocer cómo se originó el planteamiento y proceso que, a
través de ciertas etapas, se fueron conformando para llegar a fundamentar el sistema doctrinal como
iglesia del nombre de Jesucristo; después de ello, aplicar dichos principios a la vida personal con
plena convicción, para entonces ser apto para enseñar a los nuevos creyentes, ya que, la aptitud para
enseñar la sana doctrina es en definitiva la congruencia de vivirla.

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1. ORIGEN BÍBLICO DE DOCTRINA

“Doctrina (heb. generalmente leqaj, “enseñanza [instrucción]”; gr. didaskalía, “acto de enseñar”,
“enseñanza [instrucción]”; didajé, “enseñanza”, generalmente lo que se enseña. Término frecuente
en el NT que puede denotar el acto de enseñar (1 Timoteo 4:13; 5:17), pero más frecuentemente
designa el contenido de la información o ideas que se trasmiten (1:10; etc.). Didaskalía se usa en
el sentido activo de dar instrucción (Rom. 15:4) y en el sentido pasivo de instrucción (Mat. 15:9)”.

En el NT se emplean dos palabras. Didaskalía significa tanto el acto como el contenido de la


enseñanza. Se usa en relación con la enseñanza de los fariseos (Mat. 15:9; Mr. 7:7). Aparte de
una mención en Colosenses y una en Efesios, está limitada a las epístolas pastorales (y parecería
referirse con frecuencia a algún cuerpo de enseñanza utilizado como regla de
ortodoxia). Didajé aparece en un mayor número de partes del NT. También puede significar ya sea
el acto o el contenido de la enseñanza. Se menciona en relación con la enseñanza de Jesús (Mat.
7:28, etc.), que según él mismo afirmaba era divina (Jn. 7:16–17). La doctrina cristiana comenzó a
ser formulada después de Pentecostés (Hch. 2:42), tomando la forma de instrucciones impartidas a
los que respondían al kerigma (Rom. 6:17). Había miembros de la iglesia cuya función oficial
consistía en enseñar dicho cuerpo de doctrina a los recién convertidos.

Los apóstoles fueron los principales en formular, sustentar y enseñar el conjunto de principios que
sirvieran a la iglesia como fundamentos de fe, tal como se destacan las cartas del apóstol Pablo a
las diferentes iglesias como Éfeso, Corinto, Tesalónica etc. Como también Pedro quien se encargó
de hacer énfasis para que la doctrina contemple a Jesucristo como la piedra angular de la iglesia.


Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y
preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual
también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida,
preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es
precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser
la cabeza del ángulo;” (1 Pedro 2:4-7 RV 1960)

EJERCICIO 1

¿Existirá alguna diferencia entre doctrina y dogma?

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Si su respuesta fuere sí: ¿Cuál es esa diferencia?
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2. ORIGEN DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES EN LA IAFCJ

Se tiene registro de los inicios de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús a partir de 1914, en el
poblado de Villa Aldama Chihuahua, donde una mujer llamada Romana Carbajal de Valenzuela, inició
la predicación y enseñanza del poder del Espíritu Santo, el nombre de Jesucristo y el bautismo en
agua en ese nombre. A raíz de haber tenido esta triple experiencia en lo Estados Unidos de
Norteamérica, fue impulsada por el Espíritu a recorrer algunas regiones del norte del país, donde
parientes y conocidos radicaban y ella buscaba transmitir la nueva creencia y la efectividad de Dios
manifestado a través del Espíritu Santo. Al llegar a Torreón, Coahuila busco establecer junto a su
sobrino Miguel García el naciente movimiento apostólico.

Con el paso del tiempo y luego del alcance de algunos personajes como Rubén Ortega, Felipe Rivas
y otras familias destacadas, ellos continuaron este movimiento enfrentando las peripecias de la época
(la revolución mexicana, el inicio de la primera guerra mundial, etc.) llegando a conformar el inicial
grupo de creyentes en la fe apostólica en la Comarca Lagunera (parte Coahuila y parte Durango).

Contexto histórico sobre configuración de nuestra doctrina. En el devenir de la historia de


nuestra amada iglesia apostólica, encontramos la configuración de su doctrina, la cual se fue
estudiando, dialogando y confrontando para poder complementar su sistema doctrinal, que predicaría
y enseñaría en el porvenir. Para lograr esta configuración, se convocó a los ministros adherentes al
naciente movimiento apostólico a la primera convención general que se llevó a cabo en Torreón,
Coahuila el mes de agosto de 1932. Esta convención fue encabezada por Felipe Rivas Hernández
(pastor general) y José Ortega Aguilar (secretario general), acompañados de once ministros en el
país que conformaban esta asamblea.

EJERCICIO 2

Mencione tres beneficios que le puede dar a la iglesia el vivir apegados a principios doctrinales bien
sustentados en la palabra de Dios.

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3. PROCESO PARA ESTABLECER LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES

Etapa inicial. Al principio se habían hecho observaciones y aportes de manera escrita para precisar y
desarrollar los temas que se consideraron importantes para conformar el sistema de creencias
apostólicas. En dicha convención se acordó el proceso a seguir: Estudiar los aportes ya obtenidos,
asignar quiénes y qué temas para el seguimiento, cuándo y dónde presentarían las conclusiones del
esbozo de los principios doctrinales. Todo esto se dio en el fervor y mover del Espíritu Santo, entre
los líderes de la naciente iglesia para lograr impulsar dicha obra honrando Dios.

En esta convención se convino que los hermanos Felipe Rivas y José Ortega recopilaran los
resultados de estudio y realizaran el documento que en principio tendría solamente ocho principios
doctrinales. Lo siguiente, fue distribuir los temas para reflexión y fundamentación bíblica, quedando
de la siguiente manera: Unicidad de Dios, el bautismo del Espíritu Santo, la santidad de la iglesia y el
matrimonio, a cargo de Felipe Rivas. La divinidad de Jesucristo, el bautismo en agua, la santa cena y
la venida de Cristo, a cargo de José Ortega. Este fue el punto de partida para establecer el sistema
doctrinal que fundamentaría a la IAFCJ.

Transcurriendo el tiempo y conforme la obra apostólica se fue estableciendo en distintas regiones del
país, se siguió analizando y conformando el sistema doctrinal de la iglesia apostólica. Fue hasta 1943
cuando se iniciaron los trabajos de redacción y concluyeron en Febrero de1944. En virtud de su
adecuada aplicación por los líderes y aprendizaje de la grey, se procedía a darle estilo para una mejor
comprensión. Además, se agregaron otros ocho principios que son: La muerte y resurrección del
Señor, la resurrección de los justos, la resurrección de los injustos, la vida eterna, el ministerio, la
sanidad, el recogimiento y el juicio final. Concluido el manuscrito conformado por dieciséis principios
doctrinales, fue estudiado y aprobado por los ministros asistentes a la convención de 1944. Fue
publicado en 1945 y se inició su difusión en 1946.

Etapa Intermedia. Después de 1946, los líderes de nuestra amada iglesia se dieron a la tarea de
reestructurar los dieciséis principios doctrinales. Decidieron hacer un reajuste y actualización de los
dieciséis principios y aumentar dos más, para llegar a dieciocho principios; quedando de la siguiente
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manera: Dios, Jesucristo, bautismo en agua, Espíritu Santo, muerte y resurrección del Señor,
resurrección de justos e injustos, pecado de muerte, la iglesia, comunión, matrimonio, cuerpo
ministerial, sanidad divina, santidad, el recogimiento y la segunda venida de Cristo, la iglesia y el
estado, juicio final, sistema económico de la iglesia y servicio militar.

Con el paso del tiempo y por cuestiones de claridad y actualización, los dieciocho puntos doctrinales
han sufrido modificaciones gramaticales y de redacción sin modificar las referencias bíblicas o innovar
alguno de estos principios ya establecidos. Desde 1946 hasta el año 2022 pasaron 76 años en los
cuales nos hemos dado a la tarea de predicar y enseñar los dieciocho principios doctrinales que
distinguen a nuestra iglesia de otras denominaciones. Estos dieciocho principios doctrinales, tuvieron
vigencia hasta enero del año 2022.

Etapa actual. El año 2021 los líderes de nuestra iglesia se dieron a la tarea de analizar y establecer
otros principios doctrinales, que en cierta manera ya eran observados y considerados en nuestra
iglesia. En este año se hizo la convocatoria a un grupo colegiado para llevar a cabo esta labor,
quedando a supervisión y acompañamiento de la Mesa Directiva General en turno. A finales del 2021
se convocó a un representativo número de ministros de nuestra iglesia, al congreso legislativo que
cada dos años celebra la IAFCJ con el fin de seguir observando nuestro sistema organizacional,
económico, disciplinario y doctrinal para darle gloria a Dios y mejorar en nuestra forma de ser iglesia.

A principios de 2022 se define y redacta en nuestra constitución, la adhesión de otros principios


doctrinales que vienen a conformar nuestro sistema doctrinal actual. Estos principios son: La Biblia
santa palabra de Dios, doctrina de la salvación, doctrina de la gracia y doctrina de la fe. Solamente se
derogó el principio del Servicio militar. De esta manera y a la fecha, son veintiún principios los que
conforman nuestro sistema doctrinal, el cual predicamos, enseñamos y encarnamos para ser una
iglesia que hace discípulos de Cristo para su gloria.

EJERCICIO 3

Lea nuevamente el segundo apartado de esta lección y escriba en tres columnas los principios
doctrinales de nuestra iglesia para que subraye los principios que sufrieron alguna modificación o los
que desaparecieron. En una cuartilla, escriba sus observaciones y propias conclusiones sobre las
modificaciones, derogaciones o adhesión de los principios doctrinales.

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CONCLUSIÓN
Lo que aquí se redacta y describe, tan solo es un esbozo de todo lo que nuestros antecesores
realizaron para lograr dar estructura a nuestro sistema doctrinal y que a la postre se ha seguido
analizando y modificando a partir de la relectura de la Biblia y el mover del Espíritu Santo en nuestra
iglesia.

Es oportuno mencionar que para quienes pertenecemos a la IAFCJ es necesario conocer el origen de
nuestra doctrina y lo que actualmente profesamos para la gloria de Dios y proclamación de su plan
redentor. Todo estudiante del IBID (Instituto Bíblico Distrital) deberá conocer, aplicar y proclamar
cabalmente y en la influencia del Espíritu Santo los principios doctrinales que le han dado identidad a
nuestra iglesia, en medio de un mundo diversificado en creencias y denominaciones que degradan la
gracia de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Escriba con sus propias palabras qué tan importante considera que la iglesia tenga una doctrina y
cuál debe ser la actitud que se debe tener frente a ella.
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LECCIÓN 2. AGRUPACIÓN DE LOS PRINCIPIOS DOCTRINALES

INTRODUCCIÓN

Tratándose de la enseñanza y aprendizaje, siempre será de gran ayuda y beneficio ver la manera de
plantear aquello que pretendemos transmitir, para que sea conocido, memorizado y puesto en
práctica. La iglesia apostólica se ha ocupado en dejar un precedente respecto a su doctrina a través
de las generaciones y también en implementar la forma conveniente para llevar a sus miembros a
conocer y aprender su sistema doctrinal.

Los principios doctrinales fueron agrupados para su mejor comprensión, aprendizaje y proclamación
de nuestro sistema de creencias provenientes de la Biblia, la santa Palabra de Dios y su Espíritu
Santo manifestado en nuestras vidas.

Con el fin de que haya una mejor comprensión, la estructura de la doctrina Apostólica se encuentra
organizada de tal manera que no solo ha servido para conocerla y entenderla mejor, si no para aplicar
los principios en un orden que facilita su efectividad para quienes la creen y practican, y en esta
escuela no es la excepción el tener la oportunidad no solo de aprenderla, también enseñarla y
aplicarla tanto en lo individual como en lo colectivo, ya que en ambos casos la doctrina juega un papel
determinante en la vida de los creyentes.

Conozcamos los grupos de nuestros principios doctrinales.

1. EL NOMBRE DE CADA AGRUPACIÓN

En 1946 se hizo el reajuste y actualización de los principios doctrinales que profesaría nuestra iglesia.
De tener dieciséis principios, se llegó a la conclusión de tener dieciocho principios doctrinales, los
cuales se redactaron concienzudamente y se agruparon para una mejor identificación y facilidad de
enseñanza y aprendizaje entre los miembros de la iglesia.

En el congreso legislativo efectuado en diciembre de 2021 se analizó, acordó y quedó establecido


agregar cuatro principios más y derogar un principio que no afectaba en nuestra forma de ser iglesia.
De esta manera quedan establecidos veintiún principios doctrinales como fundamento de nuestra
creencia y distintivos de nuestra iglesia. Conozcamos el nombre de los cinco grupos:
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Unicidad Divina. Los principios doctrinales que conforman este grupo dan referencia a creer en un
solo Dios Jesucristo, que se levantó victorioso del sepulcro para darnos salvación y vida eterna;
cumpliendo así su promesa de estar con nosotros todos los días y hasta el fin.

De la salvación. Este grupo está compuesto por los principios doctrinales que nos llevan a creer,
recibir, conservar y proclamar la salvación que Jesucristo a puesto al alcance de todo hombre y mujer
que crea en Él y se convierta en su discípulo.

La Institución. En este grupo se habla de los principios doctrinales que tienen que ver con nuestro
sistema organizacional y económico, la separación y relación que existe con el estado y la
fundamentación bíblica sobre aquellos que ejercen el ministerio ordenado.

Sacramentos, prerrogativas y requerimientos. Los principios que le dan cuerpo a este grupo nos
hablan de los sacramentos que como iglesia practicamos, la prerrogativa que nos lleva al favor de
Dios, así como los requisitos principales para ser miembros del cuerpo de Cristo.

Escatología. Finalmente, este grupo engloba los principios doctrinales que hablan de los eventos
futuros en los que la iglesia, el pueblo de Israel y el resto de la humanidad se verán involucrados
respectivamente.

EJERCICIO 1.

Escriba con su puño y letra los nombres de cada agrupación de la estructura doctrinal.
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Y después apréndalos de memoria.

2. VEINTIUN PRINCIPIOS DOCTRINALES EN CINCO GRUPOS

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A continuación, veremos los cinco grupos en lo que se encuentran los veintiún principios doctrinales,
para identificarlos, aprenderlos y proclamarlos como Iglesia Apostólica que somos:

Unicidad Divina: Hay un solo Dios, Jesucristo, Espíritu Santo y Resurrección de Jesucristo.

De la Salvación: La Biblia, la Santa Palabra de Dios, Doctrina de la salvación, Doctrina de la Gracia y


Doctrina de la Fe.

De la Institución: La iglesia, la Iglesia y el Estado, Sistema Económico de la Iglesia y El Cuerpo


Ministerial.

Sacramentos, prerrogativas y requerimientos: Bautismo, Comunión, Matrimonio, Sanidad Divina,


Santidad y Pecado de Muerte.

Escatología: Resurrección de Justos e Injustos, Recogimiento de la Iglesia y el Milenio y Juicio Final.

EJERCICIO 2

Luego de haber leído y estudiado los veintiún principios doctrinales de nuestra iglesia; escriba con
sus propias palabras lo que entiende de cada uno de ellos y cómo los aplica en su diario vivir como
miembro del cuerpo de Cristo.
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3. VENTAJAS DE CONOCER DE MEMORIA LOS PUNTOS DOCTRINALES

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Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Deuteronomio 6:6 - 9)

Si tomamos como referencia desde el Antiguo Testamento cuando Dios encarga los mandamientos
al pueblo de Israel, encontraremos que para Él siempre ha sido importante el conocimiento de los
principios que rigen la vida del pueblo, y no solo se preocupa por la vivencia presente si no muy
especialmente por la trascendencia de los mandamientos en las generaciones futuras,
recomendando el método de la memorización, encargando a los padres la tarea de REPETIRLAS a
los hijos en todo lugar y plasmándolos en los muros y las puertas de las casas.

Con base en la experiencia que se ha vivido en la iglesia, la memorización de los principios


doctrinales, no visto como una exigencia religiosa, si no como una forma didáctica de guardarlos en
la memoria, será de gran utilidad para recordarlos en los momentos que se requiera, ya sea por
alguna necesidad o por entender nuestro proceder como cristianos ante situaciones específicas.

Y de igual manera importante será el conocer de memoria cada uno de los 21 puntos doctrinales
para que el modelaje de la vida espiritual para con los hijos, o cualquier otro discípulo, sea más
efectivo y contundente. “Lo que bien se aprende, jamás se olvida” -Confucio.

EJERCICIO 3

Con la ayuda de alguien de tu familia, elabora un cartel con los nombres de los grupos y de cada
uno de los 21 puntos y pégalos en la parte más visible de tu casa.
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CONCLUSIÓN

La implementación de agrupar los principios doctrinales en grupos, facilita el aprendizaje,


memorización y proclamación de aquellas creencias que han sostenido a nuestra iglesia a través de
las generaciones.

Estos principios doctrinales son objeto de enseñanza y aprendizaje en el IBID (Instituto Bíblico
Distrital) para predicar y enseñar a la presente generación y las generaciones posteriores. Nuestro

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Señor Jesús declaro: “Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se
mantenga firme hasta el fin será salvo. Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo
como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” Mateo 24:12-14 NVI). ¡Animo!
Ocupémonos de ello.

¿Cómo se pudiera entender mejor la idea de que quien no esté de acuerdo en los principios
doctrinales de la iglesia no es apto para el ministerio ordenado ni pastoral?

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UNIDAD II.
PRINCIPIOS DE UNICIDAD DIVINA Y DE LA SALVACIÓN

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LECCIÓN 3. PRINCIPIOS DOCTRINALES DE LA UNICIDAD DIVINA

INTRODUCCIÓN

A partir de la revelación del nombre de Jesucristo como iglesia naciente (e incluso antes de 1914), la
Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús (que aún no era nombrada así) acuña el término de
unicidad divina para creer y practicar la doctrina del único Dios o el monoteísmo bíblico.

Aunque no podemos separar unicidad de monoteísmo, diremos que en función tienen sesgos
aplicativos distintos ya que el término unicidad es tomado a partir de la defensa contra el unitarismo o
la unidad trinitaria, sin embargo, el término monoteísmo se remonta al Shemá Israel y allá tiene su
origen como un mandamiento de Dios como una prevención contra el politeísmo, sin embargo, como
ya dijimos, son conceptos sinónimos que por revelación se anteponen el uno al otro.

Hay prácticamente cuatro conceptos en nuestra doctrina que reflejan la unicidad practicante, que son
la doctrina de un solo Dios, la doctrina de Jesucristo como Dios, la resurrección de Jesucristo y El
Espíritu Santo.

En este apartado intentaremos dar respuesta a cada uno de estos principios como una parte medular
de nuestra doctrina.

1. HAY UN SOLO DIOS

Se proponen en este apartado 5 argumentos como una apología del monoteísmo bíblico

a. Dios desde el principio se declara como el Dios único diciendo: en el principio creo Dios los
cielos y la tierra (Génesis 1:1) y desde aquí diremos que marca a su creación con su sello
diciendo que Él fue quien la creó y no comparte su gloria con nadie (Isaías 48:8).

b. La declaración del mandamiento más importante (Deuteronomio 6:4-5) este sería el texto de
oro para la nación de Israel, Oye bien Israel, Jehová nuestro Dios es uno. ¿Por qué
escondería Dios su trinidad dándoles al pueblo de Israel la idea de un solo Dios? ¿Porque
ocultar a las personas en Dios? El politeísmo no es ningún argumento para esconder la
trinidad si en realidad estuviera.
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c. El concepto Elohim para Dios o dioses. Si la doctrina trinitaria afirma que existen argumentos
bíblicos para sostener la trinidad desde Antiguo Testamento, solo pueden usar algunos textos
y mal empleados, entre ellos Génesis 1:26 que dice: Hagamos al hombre nuestra imagen y
semejanza para referirse a que Dios mismo platicaba con su trinidad.

En primer lugar, el término hagamos se encuentra en un hebreo pluralizado en un estado


mayestático (recurso lingüístico gramatical), es decir, este término era usado por los antiguos para
referirse a varios dioses o para referirse a Dios como el grande y, en segundo lugar, bíblicamente
no se encuentra ninguna referencia (de las 35 existentes sobre la creación) que argumenten contra
el monoteísmo bíblico (Génesis 2:7). ¿Por qué?

d. Los atributos de Dios son inaplicables a alguien más. Eterno e inmutable, invisible e infinito en
poder y gloria (Romanos 11:33, Salmos 90:1). ¿Por qué plantea Dios los conceptos de esa
manera? Es simple, para dejar claro su cualidad de “no hay otro” (Isaías 45:5), que Él era
como decían los hebreos, el Totalmente otro ¿Por qué cree que les costó tanto trabajo
reconocer a Jesucristo como el único Dios? Ese punto será tratado más adelante.

EJERCICIO 1.

Lea el artículo 5 de nuestra Constitución 2022: “Unicidad divina” (págs. 6, 7), después realice lo
siguiente:

1.Escriba las citas bíblicas donde se menciona que Hay un solo Dios.
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2.Escriba siete atributos del único Dios.
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2. JESUCRISTO ES DIOS

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a. El Dios hecho carne

Para los testigos de Jehová, es muy difícil de comprender que Jesucristo es el Señor ya que ellos
no entienden el dualismo de Cristo, es decir, no un dualismo divino sino el dualismo en sus
naturalezas, la humana y la divina.

Cuando se entienden las dos naturalezas de Jesús es más fácil entender su unicidad. Entonces se
puede ver a un Jesús humano con hambre, comiendo o durmiendo (Mateo 4:2, 9:11, 8:24). Pero
más importante aún podemos ver a un Jesús que ora a su padre y así lo llama (Mateo 26, 39) y
que a la misma vez se siente abandonado por Dios o triste (Marcos14:34, Mateo 27:46).

b. La divinidad de Jesucristo

¿Cómo se puede fundamentar que Jesucristo es Dios y no un dios como argumentan muchos?
Una vez separada la humanidad de Jesucristo, podemos encontrar a un Jesús que puede detener
el mar y le obedece, que a la misma vez perdona pecados y que es proclamado como el único
nombre sobre todo nombre (Marcos 4:41, Marcos 2:7-10, Hechos 4:12).

Más adelante encontraremos a Pablo hablando como griego diciendo: “De ellos son los patriarcas,
y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas.
¡Alabado sea por siempre! Amén” (Romanos 9:5). Y a Juan otra vez diciendo: “Pero sabemos que
el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y
estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” 1Juan
5:20.

Jesús es no solo el creador (Juan 1:3), sino que todo fue creado por Él y para Él (Colosenses
1:10), en Él habita todo lo que Dios es (Colosenses 2:9) y puede atribuirse términos que solo le
corresponden a Dios como perdonar pecados o declararse el alfa y la omega (Lucas 5:21-24,
Apocalipsis 1:8), en esta última descripción Jesús se declara como el Todopoderoso, un término
que solo se le adjudicaba al Shaddai del Antiguo Testamento.

c. Jesús es el Homousius

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La palabra homousius se compone de dos términos que son homo que significa igual y ousia que
significa esencia, en pocas palabras la esencia de lo que Dios es habita en Cristo como lo dice
Colosenses 2:9.

Según Filipenses 2:4-11 Dios mismo tomó forma de humana vaciándose así mismo sobre su
propia humanidad, mezclándolas dos naturalezas en una perfecta armonía, solo para cumplir un
propósito más allá de todo lo común ¿De qué se trataba? De salvar a la humanidad.

EJERCICIO 2.

En 7 renglones, describa por qué Jesucristo es Dios. Mencione al menos 3 citas bíblicas.
Comente sus respuestas con sus compañeros.
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3. EL ESPÍRITU SANTO

¿Derramándose en los corazones? Sí, así es. Pero, ¿Cómo podemos probarlo bíblicamente?

- Dios y el espíritu son los mismos dando vida. Romanos 8:11 dice lo siguiente: Y si el Espíritu
de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a
Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
¿Quién es el que mora en nosotros? El Espíritu Santo.
- Jesús y el Espíritu Santo son el mismo. El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros. (Juan 14:17) ¿Quién estaba en ese momento con ellos? ¿Quién iba a estar
en ellos? Primero estaba con ellos y después en ellos.

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Primero Jesús habla de sí mismo, pero enseguida hace alusión a su Espíritu, el que habría de
venir. Eso demostraría su unicidad.

No obstante, más allá de todo lo mencionado, es muy importante que se comprenda y se valore la
importancia de tener siempre al Espíritu Santo funcionando en nuestras vidas, haciendo obras
impresionantes, de otra manera no tendría sentido el hecho de que Jesús nos lo diera.

De las formas en las que Dios se ha presentado así mismo, el Espíritu Santo viene a cumplir la
función de restaurador, de consolador y de agente de poder. ¿Es el Espíritu Santo Dios mismo?

4. LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO

La resurrección es el centro de la predicación sobre Jesucristo, no solo que murió, sino que no se
quedó en la tumba y vive. Podemos manejar el asunto de la salvación, pero se dice más bien que
la salvación es el resultado de que Jesucristo haya resucitado ¿Por qué? Veamos lo siguiente:

a. La resurrección muestra la unicidad divina de Jesucristo. Siendo el único que podía morir por
los pecados, tenía que resucitar de los dolores de la muerte ya que era imposible que la muerte
lo retuviera (Hechos 2:24)
b. La resurrección demuestra que la muerte no puede retenerlo.
c. La resurrección muestra el poder de Dios sobre las fuerzas del mal y ahí está nuestra victoria.

¿En qué se diferencia la resurrección de Jesús a la de otros?

- Jesús fue el único que anunció su resurrección (salmos 16:10).


- Jesús fue el único que resucitó para ser el primero en ya no morir (Colosenses 1:18).
- Jesús fue el único que murió sin tener culpa y por lo tanto resucitó.

Con la resurrección Jesús demostraría ser Dios velado para el mundo y cegándole los ojos a
satanás (Romanos 1:4) al cual nunca hubieran crucificado si supieran quien era (1 Corintios 2:8).

EJERCICIO 3.

21
Conteste con sus palabras y no en menos de media cuartilla, cuáles son para usted las evidencias
del tiempo actual que comprueban que Jesucristo ha resucitado (mencione por lo menos 5 y
coméntelas al final en el grupo).
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CONCLUSIÓN

Entender la unicidad divina es clave para la salvación, para entender que el centro de la predicación
es Jesucristo, para el bautismo, para la autoridad en su nombre sobre satanás y los demonios, etc. Y
por consiguiente es necesario servirle a Él con todo el corazón plenamente convencidos de que no
hay otro camino y tener la satisfacción de que las escrituras siempre darán testimonio de su unicidad.

A continuación, hagan un reporte de lectura de lo más importante de la lección y comente qué es lo


que le aporta a su vida cristiana de forma personal.

22
LECCION 4. LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN

INTRODUCCIÓN

¿Qué es la salvación? ¿Cómo se concibe como doctrina? ¿Existe la doctrina de la salvación?


¿Cómo funciona? Son preguntas claves que giran alrededor del tema de la salvación ya que la
salvación no es un privilegio que pueda ganarse o de igual forma que se merezca y quien la tiene
debe hacerse responsable de ella.

En la biblia encontramos algunas citas sobre la salvación, por ejemplo, aquel que invoque el
nombre del Señor será salvo y algunos así lo enseñan (Joel 2:32), en otra dice que el que
creyere y fuere bautizado (Marcos 16:15), pero también la biblia dice que el que persevere hasta
el fin será salvo. Entonces ¿Cuál de las tres formas es la correcta? La respuesta es las tres, solo
que la salvación actúa para distintas circunstancias y tiempos.

El propósito de esta lección es que el alumno pueda aprender todo lo relacionado a la salvación y
también las implicaciones de mantener activa siempre la gracia de Dios en su vida.

1. LOS TRES PRINCIPALES ASPECTOS DE LA SALVACIÓN

Se abordan de forma somera los tres aspectos claves que conllevan el proceso de salvación de
una persona, considerando que el Señor hace la mayor parte, el ser humano debe poner de su
parte para que pueda crecer en la salvación.

a. La justificación

La justificación es el medio por el cual Dios declara justa a una persona, aunque antes había sido
culpable y esto solo se logra por medio de Jesucristo, es decir, por creer en Él (Romanos 5:1).
Aunque la biblia dice que todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios y que no hay
justo ni aún uno, solo Jesús pudo satisfacer la justicia de Dios y de ese modo fuimos declarados
justificados (2 Corintios 5:21).

23
Este aspecto es crucial, ya que en este punto la persona entra a la cobertura de la expiación de
Cristo que abarca su derecho a ser declarado inocente ante Dios.

b. La regeneración

En esta parte la persona pasa a tener el derecho a aspirar a un cambio de vida mejor en Cristo, a
tener una mejor conciencia en relación al pecado y de adquirir su nueva identidad en Cristo, ahora
como hijo de Dios y recibido en su casa con todo y sus deficiencias (Romanos 14:3). Esto es algo
que nadie puede negar ya que Dios mismo le ha recibido en misericordia (1 Timoteo 1:13).

En este punto, la historia del hijo pródigo es clave para entender la restauración de la posición de
un hombre que lo perdió todo, siendo recibido de vuelta en su hogar y restaurado en su posición de
hijo.

c. La santificación

En este punto, el hombre una vez justificado y recibido de nuevo en casa, adquiere ciertas
responsabilidades como hijo de Dios, entre ellas ser santo, y ahora puede hacerlo no por sí
mismo sino por quien habita en él (1 Pedro 1:16). Claro que en este aspecto siempre irá
mezclada la decisión de la persona y entre más busque la santidad, el nuevo creyente más se
consagrará a Cristo, menos servirá con sus miembros al pecado y ahora buscará hacer el bien.

ACTIVIDAD 1.

Consulte en la Constitución 2022 el Artículo 5 bis, donde habla de los dos principios antes
mencionados y escriba dos citas bíblicas del AT y dos citas del NT en las que se mencione cada
uno de estos principios. Después, explique en 7 renglones cómo aplica estos principios en su
vida. Retroaliméntense en el grupo con las respuestas obtenidas.
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2. CONDICIONES PARA LA SALVACIÓN

He aquí las condicionantes de las que no se pueden prescindir en asuntos de salvación.

a. El arrepentimiento

¿Cómo se puede ilustrar el arrepentimiento en una persona? Imagine que va un viajero en un


tren y de repente se da cuenta que ha tomado el tren equivocado, saberlo ya es el primer paso
hacia el arrepentimiento, pero lo segundo que debe suceder es que el viajero se sienta muy
incómodo por ir en el tren equivocado y finalmente para que todo tenga sentido, deberá bajar del
tren y subirse al tren correcto.

Siendo así que podríamos definir que el arrepentimiento consta de conciencia de las cosas,
incomodidad por lo malo que se ha hecho y finalmente se trata de cambiar de vida, nadie puede
cambiar de vida si no se siente disgustado con su estilo de vida.

- El arrepentimiento es demostrable. no tiene que ver con un remordimiento de conciencia sino


un cambio que produzca vida (2 Cor. 7:10).
- El arrepentimiento conlleva un cambio tanto interno como externo (Mateo 3:8).
- El arrepentimiento prepara la antesala para la expiación. Solo los que reconozcan que han
ofendido a Dios, y que esa es la causa de su alejamiento de sus caminos. A partir de ahí
tiene que entrar un segundo elemento.

b. La fe

Este elemento lleva al creyente a pensar que, aunque no merece salvación de parte de Dios,
Dios le perdona por confiar en Él. Muchos son remordidos por su conciencia, y llegan a pensar
que nunca agradarán a Dios y tienen razón si pretenden querer agradarlo por sus propios
medios, pero si lo hacen a través de la fe, pueden conseguir el perdón de sus pecados por creer
en Jesucristo como el único medio de salvación (Juan 3:16) ya que el plan de Dios es que nadie
se pierda, sino que crean en el plan de Dios.

25
¿Es la fe un automatismo o un formulismo? La respuesta es ninguna de los dos. Cada persona
debe decidir en vida si toma la gracia de Dios o no, si cree o no.

c. La gracia del Espíritu Santo

Si Dios es quien produce en el ser humano el querer como el hacer por su buena voluntad
entonces: ¿Qué papel juega el ser humano? El creyente puede darle su “sí” a Dios arrepentido y
con fe, dejando que Dios se mueva y su gracia lo salve, a fin de que pueda gloriarse de que fue
Dios quien lo introdujo a la salvación (Efesios 2:8).

ACTIVIDAD 2.

Participe de una discusión grupal sobre cómo se da un proceso de conversión auténtico en Cristo
Jesús y anoten cuáles son los referentes que lo definen. Al final retroaliméntense con sus
respuestas.
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3. LA SALVACIÓN SE CUIDA

¿Por qué tenemos que decir que la salvación se debe cuidar? Por una sencilla razón: costó la
sangre de Cristo y solo se da una vez.

a. Hay un solo sacrificio (1 Pedro 3:18)


b. Se cuida manteniéndonos ocupados en las cosas del reino de Cristo (Filipenses 2:12).

En la teología de la predestinación calvinista la salvación no se pierde, ya que es un derecho de


Dios; pero la pregunta es ¿Se pierde la salvación? Bueno diríamos que no se puede perder lo que
realmente nunca se tuvo, pero por otro lado se puede perder lo que se tuvo pero no se cuidó o
valoró.

26
En cualquiera de los dos casos el estado de la persona es el mismo, es decir, no salvo. Por eso
diríamos que la persona que quiera ser salva, entre a la salvación de Cristo y conserve su salvación
(Hebreos 10:26, 1 Corintios 10:12).

4. EL RESULTADO FINAL DE LA SALVACIÓN

Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y:
Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo (2 de Timoteo 2:19).

Una vez que la persona vive en constante acto de consagración a Cristo como el disfrute de su
salvación, tarde o temprano la salvación llegará al clímax, la redención final. Efesios 4:30 aconseja
que no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención,
es decir:

a. Ya hay un día destinado para la redención final (Hechos 17:31)


b. Habrá un proceso antes de la redención final el cual como iglesia tendremos que afrontar
firmes y hasta el fin (Lucas 21:25-28).
c. Muchos no permanecerán en esa salvación, ya que venderán su salvación por un plato de
lentejas, habiendo jugado con ella (Hebreos 12:15-16).
d. Pero al final, cada quien debe demostrar si le interesa su salvación, si la disfruta o la vende,
cada quien decide, porque Dios ya hizo la parte que a Él le correspondía.

Actividad 3.

Explique con sus palabras y de memoria cuál es el resultado final de la salvación y qué se tiene
qué hacer conservarla. Enseguida coméntenlo en el grupo y vean sus respuestas.
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CONCLUSIÓN

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Es importante que la iglesia comprenda la gracia de Dios y viva por gracia. De ahí que podemos
concluir diciendo lo siguiente:

a. A la iglesia no le corresponde juzgar quién es salvo y quién no, solo a Dios le corresponde y
es un derecho reservado por Él (Filipenses 2:13). De ahí entonces que toda la persona tiene
derecho a luchar por su salvación, aunque tenga que ser sometida al escrutinio de la iglesia.
b. La iglesia debe estar siempre dispuesta a predicar la salvación y no la condenación.
c. Debe hablar del cielo, así como del infierno, pero el mensaje debe ser preventivo y de alerta,
no de condenación o fatalismo.
d. Que nadie piense en salvación como algo absoluto, o no al menos mientras estemos en esta
vida, la parte de Cristo es absoluta ya, pero la parte de la decisión que a cada persona le
corresponde debe ser una respuesta cada día y solo esperar a llegar al final sea con la
muerte en Cristo o con su venida.
e. Que se entienda que lo más importante tanto aquí como en la eternidad, es mantener la
relación con Dios en toda la extensión de la palabra y depender siempre de Él por la
eternidad, aguardando la esperanza bienaventurada.

Anote 10 reflexiones que se hayan producido en usted durante esta lección. Coméntelas con sus
compañeros para que sirva como retroalimentación.
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28
UNIDAD 3.
PRINCIPIOS DE LA INSTITUCIÓN Y SACRAMENTOS,
PRERROGATIVAS Y REQUERIMIENTOS

29
LECCIÓN 5. PRINCIPIOS DOCTRINALES DE LA INSTITUCIÓN

INTRODUCCIÓN

El Señor llamó a los suyos desde tiempos antiguos: “Asamblea o Congregación” Por lo tanto, la
Iglesia es una asamblea conformada por seres humanos con una realidad social, que funciona y
moviliza como un cuerpo. El apóstol Pablo revela que la iglesia es el cuerpo de Cristo en la tierra:
“también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a
todos los demás.” (Romanos 12:5 NVI), por la fe y obediencia a su palabra.

Por otra parte, es pertinente mencionar que la iglesia es independiente del Estado. Cada
institución cumple su respectiva labor en la sociedad. La iglesia propone a la sociedad el camino
espiritual y moral que puede contribuir a convertirse en discípulos de Cristo y buenos ciudadanos. El
estado debe velar por la ciudadanía y lograr aquello que requieren los ciudadanos. Los principios
presentados aquí nos ayudan a conocer la esencia de la iglesia y la relación con este mundo en el
cual ha sido establecida.

La iglesia como toda organización conformada por hombres y mujeres de edades y clases
sociales distintas, tiene una forma propia de financiarse. Así como cada persona tiene la oportunidad
de participar en algún club social, deportivo o cultural; en la Iglesia hay un lugar para ser parte de una
organización que tiene como propósito, proclamar el evangelio de Cristo y guiar a las personas a la
salvación de su alma.

Conozcamos y consideremos los principios doctrinales de la Institución.

1. LA IGLESIA Y LA IGLESIA Y EL ESTADO

La iglesia
Nuestra Constitución dice:
Creemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo es una, universal e indivisible,
formada por todos los hombres, sin distinción
30 de nacionalidad, idioma y cultura, que
hayan aceptado a nuestro Señor Jesucristo como Salvador y hayan sido bautizados en
agua por inmersión invocando el nombre de Jesucristo (Mateo 16:18; Efesios 2:20,
Mateo 28:19; Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; Romanos 6:1-4; Colosenses 2:12), crean
La eclesiología es el área de la teología que se encarga del estudio del grupo denominado iglesia.
Desde su raíz etimológica del término que se utiliza como iglesia en el nuevo testamento es;
, ekklesía que significa iglesia y del cual (Dana E. H.) dice que hay que considerar dos
connotaciones: por un lado,

“La clásica: Uso clásico. En el uso clásico ekklesía significaba “una asamblea”.
Derivaba de la combinación de una raíz y una preposición o prefijo griego cuyo
significado era “llamar hacia fuera”. Esta traducción literal tiende a dar un
significado incorrecto al término. La idea no es que “la iglesia” es llamada hacia
fuera del mundo, como algunos dicen. Ekkalein quiere decir más bien en
castellano “citados” o “convocados” para un propósito. Era un grupo de personas
calificadas y citadas para sesionar como asamblea.” (DANA, 2003).

Y que en su reflexión nos deja ver cuatro características de la llamada iglesia, a) la asamblea era
local,
b) era autónoma, c) presuponía cualidades definidas, y d) era conducida sobre principios
democráticos.
Por otro lado, el uso precristiano y que luego permea el lenguaje del nuevo testamento,

“Su uso en la Septuaginta: En dicha versión, se usa ekklesía para traducir la palabra
hebrea qahal, término que significa una asamblea convocación o congregación.
Ekklesía se menciona en la Septuaginta noventa y seis veces” Pag. 8 (DANA, 2003).

31
De cuyos análisis resulta la idea de la iglesia como una comunidad de individuos que poseen ciertas
cualidades que son considerados en un sentido único como un pueblo de Dios, dedicándose a la
promoción de objetivos religiosos y conduciendo sus propios asuntos sobre principios democráticos.

La iglesia fue establecida como cuerpo de Cristo y quienes somos miembros, debemos estar
conscientes de tal llamado: “Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados
a una sola esperanza” (Efesios 4:4 NVI). Al igual que nuestro Señor Jesucristo, la iglesia debe cumplir
la misión. Misión que podemos descubrir conociendo las figuras o imágenes con las que se identifica
a la iglesia en el nuevo testamento, figuras como la novia, un edificio espiritual, la esposa, etc.

Ejercicio 1.
Busca 3 figuras o imágenes con las que se identifica a la iglesia en el Nuevo Testamento y
escribe qué funciones crees que debiese tener la iglesia con base en ellas. Ejemplo: en
Efesios capítulo 5, el apóstol Pablo toma la figura de la esposa para la iglesia cuando
compara la relación matrimonial con la relación de Cristo y su iglesia; de ello deducimos el
carácter santo de la iglesia y que debe desarrollar un cuidado de santificación para
presentarse ante su esposo limpia y sin mancha.

Figura Idea o función de la iglesia


1.
2.
3.

La iglesia y el estado

Nuestra Constitución dice:


Creemos en la separación del Estado y la Iglesia y que ninguno debe intervenir en los
asuntos internos del otro, pues aquí se cumple el precepto bíblico de dar lo que es de
César a César y lo que es de Dios a Dios (Marcos 12:17). Los miembros de la Iglesia
deben tomar participación en actividades cívicas de acuerdo con su capacidad e
inclinaciones políticas, pero siempre reflejando sus ideas personales y no las de la Iglesia,
que siempre es neutral y tiene cabida para los hombres de todos los credos políticos. Al
mismo tiempo, todos los miembros de la Iglesia deben obedecer a las autoridades civiles y
todas las leyes y disposiciones que de ellas emanen, siempre que no contradiga sus
principios religiosos o los obliguen a hacer cosas en contra de su conciencia (Romanos
13:1-7; Tito 3:1; 1 Pedro 2:13).

Por tanto, la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús busca, en todos los países donde
tiene presencia, formalizar su personería jurídica para establecer legalmente sus relaciones
con el Estado. Exhorta además a sus miembros que afirmen lealtad a su patria mostrando
respeto a los símbolos que la representan, y a responder voluntariamente al llamado de su
gobierno, en tiempo de paz o de guerra, y prestar servicio, de ser posible, en todas las
capacidades no combatientes. La palabra de Dios enseña que se ore porque tengamos
gobernantes y autoridades que al ejercer su32 función nos permitan desarrollar con libertad
nuestra fe, guardarnos fuera de la guerra, vivir con honor y en paz continuamente (1
Timoteo 2:1-3).
La Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México, que entró en vigor el 15 de Julio de
1992, en su artículo 1o. establece lo siguiente:

ARTICULO 1o.- La presente ley, fundada en el principio histórico de la separación del Estado
y las iglesias, así como en la libertad de creencias religiosas, es reglamentaria de las
disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de
asociaciones, agrupaciones religiosas, iglesias y culto público. Sus normas son de orden
público y de observancia general en el territorio nacional. Las convicciones religiosas no
eximen en ningún caso del cumplimiento de las leyes del país. Nadie podrá alegar motivos
religiosos para evadir las responsabilidades y obligaciones prescritas en las leyes. (CÁMARA
DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN, 1992).

Es importante mencionar que en cada país existen leyes en materia religiosa que regulan esta
relación y que es importante conocerlas, ya que seguramente tendrán sus variantes en comparación
con la información que aquí mencionamos y que se refiere a las leyes en México. Lo anterior, debido
a que existen diferentes tipos de Estados en materia religiosa: el Estado Laico (México), el Estado
Confesional (España, EUA), el Estado Teocrático (Vaticano), y el Estado Ateo ( China, Cuba).

La IAFCJ acepta la separación Estado-Iglesia, entendiéndose ésta a nivel de organización y no en


forma particular o individual. Las palabras de Jesús registradas en Mt. 22:15-22; Mar. 12:13-17 y Lc.
20:20-26, han sido utilizadas para fundamentar esa distinción y separación entre el Estado y la
Iglesia. Ambos son de utilidad para los seres humanos, pero en esferas muy diferentes.

Es importante entender que Jesús reconoce los límites de cada una de las partes, pero conservando
el respeto tanto para el Gobierno, como para Dios. La misma Ley de Asociaciones Religiosas y Culto
Público en México establece esos límites y el respeto a la Iglesia en el Artículo 25, Párrafo 2do., el
cual dice textualmente así:

“Las autoridades Federales, Estatales y Municipales no intervendrán en los asuntos


internos de las Asociaciones Religiosas”. (CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H.
CONGRESO DE LA UNIÓN, 1992)

33
Pero de la misma manera, la Ley mencionada establece los límites a los que las Iglesias deberán
someterse, como muestra de respeto hacia el Estado. Esto lo encontramos en el Artículo 29 de dicha
Ley.

La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús enseña que sus miembros deben actuar con
responsabilidad cívica, siempre reflejando su propia ideología, pero nunca como si ésta fuera la de la
Iglesia, la cual debe mantenerse al margen conforme a las Leyes en materia Religiosa y Culto
Público. Las palabras de Jesús en Juan 17.11: “...más éstos están en el mundo...” y en 17.16: “...no
son del mundo...”, nos ubican en una doble dimensión y en ambas tendremos que cumplir con
nuestras obligaciones.

Jesús es el modelo de vida para el creyente en todos los ámbitos de la vida. Para este tema en
cuestión tenemos la acción tomada por el maestro en Mt. 17.24-17 en relación con el pago del
impuesto del templo. Aunque Jesús lo cuestiona, sin embargo, por respeto a la autoridad paga lo que
corresponde a él y a Pedro.

No olvidemos que “estar en el mundo” nos hace parte de una Sociedad y una Nación, en las cuales
hay Normas o Leyes que rigen la vida de los que la forman. El pueblo de Dios debe ser ejemplo de
respeto y responsabilidad hacia las instituciones, así también como sentirse con el derecho de ser
respetado por ellas y luchar por lo que es justo, sin ir más allá de sus convicciones religiosas.

La palabra de Dios también nos enseña a respetar y obedecer a las autoridades civiles y las leyes
que de ellas emanen, siempre y cuando no contravengan nuestros principios religiosos. En Tito 3.1,
Pablo aconseja que se le recuerde a la Iglesia tres cosas (1) Que se sujeten a los Gobernantes; (2)
Que obedezcan y (3) Que estén dispuesto a toda buena obra. El Apóstol Pablo en Rom. 13.1-7, da
una serie de recomendaciones en cuanto a cuál debe ser nuestra postura frente a los que tienen la
Autoridad Civil, reconociendo que éstas han sido establecidas por Dios y oponerse a ellas, es
oponerse al Señor.

Finalmente recordemos lo que la Biblia nos enseña y exhorta en 1a. Tim. 2:1-4. Orar por lo que
dirigen los destinos de las naciones, es una demanda del Señor, que tiene dos propósitos: (1) Para
que vivamos quieta y reposadamente y (2) Porque ellos también tienen el derecho a la posibilidad de
conocer la verdad y ser salvos.

El Estado representa la unidad política independiente y soberana de las personas establecidas en un


área geográfica bajo derechos y deberes como ciudadanos. No tiene que ver con los asuntos de
34
creencia y normatividad en cuanto a la preferencia religiosa de una persona o sociedad. En cambio,
la iglesia en su aporte a la sociedad se va conformando y transformando en un agente de cambio en
cada pueblo, ciudad o nación en la que se introduce; aprendiendo a relacionarse con su gente, su
cultura, sus leyes a fin de lograr su propósito transformador y de vida en cada ser humano que abre
su corazón al poder del evangelio.

2. EL SISTEMA ECONÓMICO DE LA IGLESIA Y EL CUERPO MINISTERIAL

Sistema económico de la iglesia

Nuestra constitución dice:

Creemos que el sistema que la Biblia enseña para la obtención de fondos necesarios para el
cumplimiento de la misión de la Iglesia es el de diezmos y ofrendas, y que debe ser
practicado por ministros y laicos igualmente (Génesis 28:22; Malaqu.as 3:10; Mateo 23:23;
Lucas 6:38; Hechos 11:27-30; 1ª. Corintios 9:3-15; 16:1, 2; 2ª. Corintios 8:1-16; 9:6-12; 11:7-
9; Gálatas 6:6-10; Filipenses 4:10-12; 15-19; 1 Timoteo 5:17, 18; Hebreos 13:16). Sabiendo
que la obra de Dios no tan sólo tiene el aspecto espiritual, sino también el material, creemos
que es necesario reglamentar la manera en que se adquieran y distribuyan los fondos
necesarios para responder a las necesidades materiales de la obra.

Aunque aceptemos que la tarea primordial de la Iglesia es proclamar los valores espirituales y
morales en las personas, no podemos desligar esta función de la realidad en la cual la Iglesia
desarrolla su tarea. El terreno humano en el que vive el pueblo de Dios y en el que tiene que cumplir
su misión, somete a éste a la necesidad de administrar recursos materiales.

Dios, conocedor de la realidad antes mencionada, y con las facultades que posee siendo, no sólo el
creador, sino también el dueño de todo (Ex. 19:5; 1o. Cr. 29:14; Sal. 24:1; 50,100; Hag. 2:8),

35
estableció las reglas económicas o sistema administrativo que debería de utilizar su pueblo. Los
términos comunes manejados por las escrituras son diezmos y ofrendas.

Cabe mencionar que, como todo lo que hacemos o practicamos como cristianos tiene un ingrediente
de buena voluntad y convicciones bien definidas, el desprendernos de lo material en beneficio de la
buena marcha de la misión de la iglesia no debe ser la excepción sino ser dadores alegres (2a. Cor.
9:6-15) y fieles participantes en la llamada “Gracia de Dar” (2a. Cor. 87).

Veamos en forma breve los dos términos fundamentales que conforman este tema y que son:
DIEZMOS Y OFRENDAS.

OFRENDAS

La práctica de la ofrenda no debe entenderse como un acto aislado de nuestra vida religiosa, sino
que debe tener su fundamento en nuestras convicciones. Sin discusión, es parte esencial de nuestra
adoración y reconocimiento a Dios ya que nuestro culto continuo al Señor nos lleva a expresiones y
acciones externas que proyectan nuestros sentimientos de adoración, de confianza, de
agradecimiento y de sumisión.

Es necesario mencionar que el término “Ofrenda” tiene un uso muy variado principalmente en el
Antiguo Testamento ya que se toma como un sinónimo de Sacrificio los cuales tienen diferentes
propósitos según la ocasión y por lo tanto son de diferente naturaleza. Se habla de los holocaustos
(Lv. 1:6; 8:13; 8:18-21; 16:24, etc); de las ofrendas de cereales (Lv. 2;6:14-23); de las reconciliaciones
(Lv. 3; 7:11-34); por el pecado (Lv. 4:1-5. 13; 6:24-30; 8:14-17; 16:3-22); por la culpa (Lv. 5:14-6:7;
7:1-6; 14:12,21). Cada uno de estos ejemplos tienen que ver, fundamentalmente, con el culto judío y
las leyes ceremoniales.

Aparte de los casos mencionados, encontramos diversos ejemplos de ofrendas del pueblo que siguen
siendo parte importante de su vida religiosa ya que se ligan con su adoración, construcción del
santuario para el culto de Jehová, etc. (Ex. 35:29; Num. 7:3; Dt. 16:17; 1 Cr. 16:29 y Esd. 3:5). En el
Nuevo Testamento la práctica no difiere a la del Antiguo Testamento: tenemos los casos de ofrendas
de tinte cúltico como lo describen (Mat. 5:23; 8:4; Luc. 21:2 y Mat. 5:15). Ya durante el desarrollo de
la vida de la iglesia, las ofrendas se constituyen en una práctica común de la vida de comunidad,
tanto en la ayuda para con los necesitados como para apoyar la obra misionera de Pablo (Rom.
15:22-23; 1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8 y 9; Fil. 4:10-20). Las ofrendas toman una importante dimensión
dentro de la concepción que le da la nueva comunidad de creyentes como lo muestra 2 Cor. 8:7, en
36
donde se recomienda que, así como se puede abundar en fe, en palabra, en ciencia, en toda
solicitud, en el amor, también la gracia de dar debe abundar ya que ésta produce, según 2 Cor. 9:11-
12, acción de gracias a Dios y por esta ministración los que reciben esta bendición, glorifican a Dios
por la liberalidad (vr. 13), y en Fil. 4:18 Pablo describe esta gracia de dar como “...olor fragante,
sacrificio acepto, agradable a Dios.”.

DIEZMOS
Esta práctica consiste en entregar, por lo general, en el lugar donde se congrega, el equivalente al
10% del producto de su actividad laboral y que puede ser en diferentes conceptos como salario,
honorarios, utilidades obtenidas, etc., dependiendo del tipo de trabajo que uno desempeña.

Estas aportaciones no deben ser administradas por el diezmador sino, como desde la antigüedad,
(Gén. 14:17-20; Núm. 18:21-28) eran entregados a quienes ejercían el sacerdocio y la administración
del santuario, ahora corresponde al pastor como responsable de los bienes del Señor y éste debe
hacerlo conforme al orden establecido y los acuerdos aprobados por la institución.

Independientemente de los argumentos que se manejan en cuanto a que a la iglesia no se le


establece como regla dentro de los documentos del N.T. el que tenga que cumplir con esta práctica,
de la misma manera no se encuentra alguna mención de los escritos en la cual se establezca su
negativa a hacerlo; y como podemos leer en Mat. 23:23, Jesús menciona al respecto cuando declara
la práctica de diezmar como parte de la vida devota de los creyentes.

Por otro lado, debemos considerar que, la primera mención que se hace de la práctica de diezmar
dentro de la Biblia se encuentra en Génesis 14:17-20 y 28:22. Esta mención se hace muy
anticipadamente a la ley judía por lo que lo convierte, más que en legalismo, en una práctica de fe y
de reconocimiento a Dios en un acto de adoración.

Además, los creyentes de éste tiempo no debemos olvidar la conexión que tenemos, según las
escrituras, con el primero que diezmó, Abraham, el cual fue justificado por su fe (Rom. 4:3), y el
nuevo pueblo de Dios, la iglesia, la cual es reconocida como la institución que está formada por los
hijos de Abraham, los que se identifican por la misma convicción que éste tuvo, la Fe, según Gálatas
3:6-9. A esto añadiremos las palabras de Jesús, registradas en Juan 8:39 en las que el Señor dijo
que los hijos de Abraham son los que hacen las obras de éste.

37
Después del pacto de Dios con Abraham, transcurridos 430 años, se entregó la ley (Gal. 3:17) al
pueblo judío, en la cual queda establecido el deber de diezmar (Lev. 27:30; Núm. 18:21; Deut. 12:6;
14:28 y 26:12).

De acuerdo a los pasajes anteriores, el diezmo se establece como propiedad perpetua de Dios, por lo
cual se hace mención, por un lado, de bendición al cumplir con este mandato como lo podemos leer
en Deuteronomio 28:1-13 y por otro lado, en Malaquías 3:6-12 se habla de maldición por la
desobediencia a éste mandato, pero juntamente se invita a probar a Dios dándole lo que es de su
propiedad (porque Él dice: ...me habéis robado...) a fin de que el Señor derrame bendición en
abundancia.

A parte de las promesas de bendición y los testimonios bíblicos que reconocen la fidelidad de Dios
para con sus hijos, están los muchos cristianos de todos los tiempos que, confiados en las bondades
del Señor y reconociéndole como el dador de todo, alaban a Dios por sus cuidados y siguen siendo
hombres y mujeres de fe y participan con alegría en la gracia de dar elevando ante el Creador su olor
grato, agradable a Dios.
Toda institución subsiste a través de lo que ella misma genera a través de cada uno de sus miembros
activos. La iglesia tiene un sistema económico que le permite producir todo lo que necesita para
cumplir con la encomienda a la cual Cristo le hizo. Trabaja, coopera, diezma, ofrenda a fin de tener
los recursos materiales, físicos, literarios y humanos que le permitan rendirle buenas cuentas a Dios
de su quehacer como su iglesia y su cuerpo.

Cuerpo ministerial

Nuestra constitución dice:

Creemos que, para el desempeño del ministerio oficial de la Iglesia, Dios llama a cada
persona, y que el Espíritu Santo confiere a cada ministro la facultad de servir a la Iglesia en
distintas capacidades y con distintos dones, cuyas manifestaciones son todas para edificación
del cuerpo de Cristo (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:5-11; Efesios 4:11, 12).
Creemos también, que aunque el llamamiento al ministerio es de origen divino, la Palabra
de Dios contiene suficientes enseñanzas sobre los requisitos que debe llenar la persona que
vaya a servir en el ministerio, y que corresponde a los gobiernos eclesiásticos organizados,
examinar a los candidatos al ministerio y determinar cuándo son dignos de aprobación, y la
tarea a que se deban dedicar (Hechos 1:23- 26; 6:1-3; 1 Timoteo 3:1-10; 4:14; 5:22; Tito
1:5-9).
Creemos además que el Espíritu Santo usa al ministro en distintas formas, según las
necesidades de la obra de Dios y la capacidad y disposición personal del ministro. Nadie puede
ser colocado en una posición más elevada que aquella a que se haga merecedor (Romanos
12:3; 1 Timoteo 3:13).
La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús tiene principalmente un sistema de
38 que el obispado es el cargo más elevado
gobierno teocrático-episcopal, por lo tanto, creemos
en el ministerio, y que a quienes lo ocupan se les debe dar muestras especiales,
consideraciones y respeto, sin menoscabo de los que ocupan posiciones de menor
responsabilidad.
Desde los principios de la historia del hombre, Dios ha utilizado a éste para realizar sus planes. La
Biblia nos enseña que en algunos casos muy especiales Dios utilizó a seres celestiales para cumplir
algunas encomiendas. Pero por lo general, Dios se ha valido de hombres que, con características
apropiadas, han servido de instrumentos para ser usados en el cumplimiento de sus proyectos para
con el mundo. Noé, Abraham, Moisés, Josué, los profetas, etc., entre una interminable lista, son
personajes claves en la historia de la humanidad y en los planes de Dios.

Como el proyecto de Dios para la humanidad no ha concluido, sigue utilizando a hombres para que
sean instrumentos suyos para los diferentes fines con que son llamados. Es por eso que la I.A.F.C.J.,
cree y enseña tres aspectos principales con respecto al cuerpo ministerial, los cuales trataremos en el
presente estudio.

El ministerio es un llamamiento de Dios

Si aceptamos que es Dios quien ha elaborado un plan para la humanidad, entonces podremos
reconocer que él llama a los hombres que necesita para la realización de su proyecto y que no es el
mismo hombre el que busca acomodarse a su propio arbitrio. Mencionaremos algunos casos de la
biblia que nos permiten justificar la declaración anterior:

En Génesis 12:1-4, encontramos el llamamiento que Dios le hizo a Abraham; en el libro del Éxodo
capítulo 3, Moisés recibió su llamamiento para sacar al pueblo de Israel de Egipto y llevarlo a la tierra
que Dios les prometía; en el libro de Josué en el capítulo 1:9 se registra el llamamiento de Josué, en
vista de que Moisés había muerto, ya que el plan del Señor tenía que culminarse.

En el Nuevo Testamento encontramos relatos en los cuales se muestra cómo el Señor Jesucristo
comenzó a formar su grupo de colaboradores para emprender la tarea de alcanzar a todas las
naciones. En Mateo 4:17-22, encontramos el llamamiento de los primeros cuatro discípulos, los
cuales eran pescadores en el mar de Galilea y el Señor los invita a ser pescadores de hombres. En
Mateo 9:9, podemos leer el llamamiento que Jesús le hizo a Mateo el cual era un publicano cobrador
de impuestos al servicio de Roma. Este, inmediatamente, al llamado del Señor se levantó y le siguió.
39
Un caso por demás conocido es el que encontramos en Hechos 9:1-19. Esta parte de la biblia nos
muestra el llamamiento de Saulo de Tarso, más conocido como el Apóstol San Pablo. Estos son sólo
algunos de los casos que narra la Biblia, pero podemos encontrar en Efesios 4:11 cómo el apóstol
Pablo escribe que es Dios el que concedió a algunos hombres el que participaran en los diferentes
trabajos que se conocen como el Ministerio de la Palabra (Hech. 6:1-4).

El ministerio de Dios demanda requisitos

Creemos que, aunque el ministerio es de origen Divino, la Palabra de Dios contiene referencias sobre
los requisitos que el hombre de Dios, que se siente llamado a este servicio, debe reunir.

Ante todo, los casos que hemos mencionado en el apartado anterior muestran una obediencia total e
incondicional al llamado divino. Esto es porque el Señor tiene que realizar una transformación en la
vida del hombre llamado, a fin de que pueda ser útil; Jesús dijo a los pescadores: “...y os haré
pescadores de hombres...”. El Hombre llamado por Dios debe ser como el barro en manos del
alfarero y dejarse moldear a la voluntad del Señor.

De una forma más general y específica, la Biblia menciona los requisitos para el ministro de Dios, en
las siguientes porciones: En Hechos 1:23-26; 6:1-3; 1 Timoteo 3:1-10; 5:22 y Tito 1:5-9.

Dios usa a los ministros en distintas formas y tareas

Nuestro Señor Jesucristo nos dejó una misión que cumplir y también nos dejó las capacidades y
funciones para lograrlo. Nos ha dado su Espíritu Santo y con ello los dones, operaciones y ministerios
que, al desarrollarse en la iglesia, empieza a generar liderazgos al servicio de la voluntad de Dios y
de su iglesia. Principalmente hombres que han sido llamados a ejercer una función de servicio de
Cristo y su iglesia, como ministros, pastores, presbíteros y obispos.

La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, tomando en cuenta la declaración que encabeza esta
sección del estudio, tiene un orden ministerial como enseguida se presenta:

A) MINISTERIO DE TODOS LOS CREYENTES (DIACONÍA).


Estos son los hermanos que han sentido el llamamiento de Dios al ministerio de la Palabra, y que son
sometidos a un período de prueba con el propósito de que muestren con hechos que realmente hay
un llamamiento. No tiene facultades para impartir los sacramentos de la iglesia.

40
B) LOS MINISTROS.
Son los hermanos que durante su desarrollo en el ministerio de todos los creyentes han mostrado su
llamamiento y han reunido los requisitos que corresponden a este nivel del ministerio y han recibido la
ordenación con la imposición de manos de las autoridades correspondientes. La ordenación los
faculta para poder impartir los sacramentos (Bautismo, imposición de manos, ungimiento, etc.) y
poder dedicarse a la pastoral en sus diferentes órdenes.

C) LOS PASTORES.
Son los ministros que han asumido la responsabilidad de administrar una iglesia en forma directa
porque la obra así lo ha requerido. Aquí cabe mencionar que un hermano de entre los del ministerio
de todos los creyentes, puede recibir una iglesia bajo su cuidado si la obra de Dios así lo necesitara,
pero continuará teniendo las condiciones que se mencionan en el inciso A.

D) LOS PRESBITEROS.
Estos son los pastores que por así necesitarse en la obra de Dios y reunir los requisitos, tanto ellos
como las iglesias que pastorean, son llamados a colaborar en la supervisión de otras iglesias, aunque
éstas tengan un pastor al frente (son llamados por algunas organizaciones Ancianos).

E) LOS OBISPOS SUPERVISORES.


Estos son los siervos de Dios que son llamados a trabajar por un período de cuatro años o hasta
ocho años, si así se requiriera, en una función de Supervisores de un Distrito o territorio.

F) LOS EVANGELISTAS.
Son los hermanos o ministros que son enviados a establecer una iglesia en lugares donde no hay
congregación, realizando el trabajo de un misionero, sólo que éste último hace su trabajo fuera en
condiciones diferentes de cultura y/o país.

EJERCICIO 3

Responda las siguientes preguntas:


1. ¿En qué consiste el sistema económico de la iglesia apostólica?
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
2. Explique por qué tiene vigencia la ordenanza de los diezmos en el antiguo testamento y
¿Por qué hay miembros que se resisten a obedecer este mandato?
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________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
3. ¿Qué opinión tiene respecto al proceso que se sigue para que un varón logre participar en
el ministerio ordenado? 41
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
CONCLUSIÓN
Jesucristo nos llama a hacer parte de su cuerpo, la iglesia. Nuestra vida en este mundo ha sido
transformada e impulsada para aprender las cualidades de Cristo. Esto nos lleva a saber y participar
como si fuéramos sus manos, sus pies y todo su ser. Cristo haciéndose presente a través de su
cuerpo, (la iglesia) en cada persona y la sociedad en un lugar geográfico, político y social llamado
Estado. Esto en un tiempo determinado para reflejar el amor de aquel que todo lo llena en todos:
Jesucristo el Salvador del mundo.

Además, cuando decidimos colaborar con nuestros bienes materiales y económicos aplicados a la
obra de Dios, serán de gran utilidad en la iglesia y la misión a realizar en este mundo. Ser parte de la
IAFCJ y la formación en el IBID (Instituto Bíblico Distrital) nos conducirá a comportarnos como
miembros del cuerpo de Cristo (la iglesia) y alguno de ustedes serán inspirados a ser parte del cuerpo
ministerial de la iglesia para la gloria de Dios.

42
LECCIÓN 6. SACRAMENTOS, PRERROGATIAS Y REQUERIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

¿Qué pensamos cuando escuchamos la palabra sagrado? Quizá lo relacionemos con aquello que es
lo más excelso, lo verdadero, lo tan valioso que no se debe descuidar. Tratándose de la iglesia, sus
creencias y practicas tienen ese sentido excelso y sagrado. Nuestra amada iglesia apostólica se ha
distinguido por darle ese sentido a lo que predica, enseña y práctica. También, queremos mencionar
que a pesar de los avances tecnológicos en materia de medicina y atención clínica sigue habiendo
enfermedad, ya sea crónica o degenerativa o terminal. A pesar de estas situaciones en que nos
vemos los seres humanos, podemos considerar que Jesucristo tiene el poder pasa sanar.

Por otra parte, el llamado de Dios a todo aquel que crea y quiera ser su discípulo es para que reciba
sanidad que proviene de Él. También, nos demanda santidad, es decir “apartarnos” del mal para no
vivir como esclavos del pecado y estar expuestos a la muerte eterna; sino que vivamos conforme a su
esencia y voluntad. La Santidad.

Conozcamos y consideremos los principios doctrinales de sacramentos, prerrogativas y


requerimientos.

1. SACRAMENTOS EN LA IGLESIA

Bautismo
43
Nuestra constitución dice:

Creemos en el bautismo en agua, en el nombre de Jesucristo, el cual debe ser administrado por
un ministro ordenado. Creemos también que el bautismo en agua es un acto de fe en la muerte
y resurrección de Jesucristo para el perdón de los pecados e indispensable para la salvación
(Marcos 16:16; 1 Pedro 3:21) y debe ser por inmersión, porque sólo así se representa la muerte
del hombre al pecado, que debe ser semejante a la muerte de Cristo (Romanos 6:1-5); siendo
invocado el nombre de Jesucristo, porque esta es la forma en que los apóstoles y ministros
bautizaron en la edad primitiva de la Iglesia, según lo prueban las Sagradas Escrituras (Hechos
2:38; 8:16; 10:48; 19:5; 22:16).

Hay “un solo bautismo” y ese “solo bautismo” representa el inicio de la comunión del hombre con
Dios. El bautismo por inmersión (sumergir un cuerpo en agua) nos hace “uno” con Cristo: “Por tanto,
mediante el bautismo fuimos sepultados con Él en su muerte...” (Romanos 6:4 NVI). Este acto nos
abre el espacio a ser perdonados, salvados y ser llamados hijos de Dios.

La función que desempeña el bautismo en agua en el proceso de la Salvación del creyente, creemos
que es un requisito, entre otros que enseña la Biblia, para alcanzar el perdón de pecados y como
resultado, la Salvación si el creyente se mantiene fiel al Señor (Hechos 2:38).

En Marcos 16:15,16, encontramos que Jesús encargó a sus discípulos que predicaran el Evangelio a
toda criatura y que, para alcanzar la Salvación, éstos tendrían que tomar en cuenta dos cosas: creer y
ser bautizado.

En Hechos 2:38, el escritor Lucas incluye un elemento más, previo al bautismo, que es el
arrepentimiento. Aquí se enfatiza claramente el propósito del bautismo en Agua cuando Pedro dijo:
“...para perdón de los pecados...”. En 1 de Pedro 3:21, la Palabra de Dios declara: “El bautismo que
corresponde a esto ahora nos salva...” El escritor Pedro hace una aclaración al referirse al bautismo y
su propósito, diciendo: “...no quitando las inmundicias de la carne...”. Es decir, que el propósito del
bautismo no es el de librarnos de la tendencia hacia hacer lo malo, sino que debemos entender con
claridad que es para perdón de los pecados. En Romanos 6:1-4, podemos leer la triple simbología
que se le da al bautismo: Muerte, Sepultura y Resurrección. Y en Colosenses 2:12 encontramos una
referencia similar.

44
En cuanto a su forma de ministración se han manejado en el mundo cristiano principalmente tres
formas: el bautismo por aspersión, el bautismo por infusión y el bautismo por inmersión.

Si tomamos en cuenta que la palabra BAUTIZO tiene una definición concreta, deberemos de
entender las variantes en la historia de los movimientos cristianos, argumentan algunos de ellos que,
debido a las circunstancias, se tuvo que adecuar la forma inicial de bautizar. Algunas veces por la
escasez de agua, y en otras veces por implantarse el bautismo de infantes, ya que a éstos era
riesgosa aplicarles la fórmula por inmersión.

La palabra Bautizo viene del griego =BAPTO= que significa sumergir; de la palabra  =
BAPTISMOS que significa “baño de inmersión”. Por el significado del término podríamos aceptar que
no es ningún problema entender la forma correcta para administrar el sacramento del bautismo.
Algunas de las citas ya mencionadas en el presente estudio, nos confirman que la inmersión es la
forma correcta del bautismo. (lea de nuevo Rom. 6:1-4 y Colosenses 2:12).

Comunión

Nuestra constitución dice:

Creemos en la práctica literal de la Cena del Señor, que él mismo instituyó (Mateo 26:26-29;
Marcos 14:22-25; Lucas 22:15-20; 1 Corintios 11:22-31).
En esta ordenanza se debe usar pan sin levadura, que representa el cuerpo sin pecado de
nuestro Señor Jesucristo, y vino sin fermentar, que representa la sangre de Cristo, que
consumó nuestra redención. El objeto de esta ceremonia es conmemorar la muerte de nuestro
Señor Jesucristo y anunciar que un día regresará al mundo, y al mismo tiempo para dar
testimonio de la comunión que existe entre los creyentes. Ninguna persona debe participar de
este acto si no es miembro fiel de la Iglesia y está en plena comunión, pues al hacerlo sin
cumplir estas condiciones, no podrá discernir el cuerpo del Señor (1ª. Corintios 10:15-17; 11:27,
28; 2ª. Corintios 13:5). El Señor, al terminar de tomar la cena con sus apóstoles, celebró un
acto que de momento los maravilló, y que fue el lavatorio de pies. Al terminar este acto, el
maestro explicó a sus discípulos el significado de él, y les recomendó que se lavasen los pies
los unos a los otros. La Iglesia practica este acto en combinación con la Cena del Señor o
indistintamente, como un acto de humildad y confraternidad cristiana (1 Timoteo 5:10).

Jesús dejó establecido el sagrado acto de “La Cena del Señor”. Este acto, es una cena de gala y
distinción que practicamos en nuestras iglesias locales para “traer a la memoria” su muerte, sepultura
y resurrección; proceso con el que estamos conectados por el bautismo en agua. De este modo Él se
asegura “estar en todos nosotros” y así mantenernos en unidad a Él.

45
Al igual que otras ceremonias de la iglesia cristiana, la Cena del Señor ha sufrido una serie de
adecuaciones e interpretaciones a través de la historia.

Con respecto a los elementos, el pan y el vino, se han desarrollado principalmente tres formas de
considerarlos: El primer caso tiene que ver con la postura llamada “transubstanciación”, la cual
consiste en creer que en el momento de hacer la oración por éstos elementos, los mismo se
transforman en la verdadera sangre de Cristo y en el verdadero cuerpo del Señor; en el segundo
caso, se asume la postura de la “consubstanciación”, la cual enseña que, en el momento de ofrecer
el pan y el vino de la celebración, el cuerpo de Cristo se hace presente juntamente con el pan, y la
sangre verdadera del Señor se hace presente juntamente con el vino; y en el tercer caso, se enseña
que tanto el pan como el vino de la celebración, son únicamente símbolos de la sangre y del cuerpo
del Señor, no teniendo algún efecto o características especiales.

La IAFCJ, asume la última de las tres posturas mencionadas y creemos en la celebración literal de la
Cena del Señor. Juntamente con lo señalado, creemos que se deben tomar en cuenta los siguientes
aspectos:

EL OBJETIVO PRIMORDIAL DE LA CELEBRACIÓN


Leyendo las referencias bíblicas de Mat. 26:17-29; Marcos 14:12-25; Lucas 22:7-23 y Juan 13:21-30,
encontramos las siguientes enseñanzas con respecto al objetivo primordial de la celebración: En este
acto Jesús declara que la copa simboliza el nuevo pacto o trato con el hombre y que consiste
principalmente en dos acontecimientos fundamentales para la fe del cristianismo; la muerte expiatoria
en favor de los humanos y el ofrecimiento de regresar por los suyos. En 1 Corintios 11:23-26, el
Apóstol Pablo confirma el objetivo que aquí hemos mencionado cuando dice: “haced esto en memoria
de mi” y además declara: “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa,
la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”.

LOS ELEMENTOS PARA LA LITURGIA DE LA CENA DEL SEÑOR

Con respecto al vino, éste deberá ser sin fermentar. En nuestro tiempo nos referimos al jugo de uva
que fácilmente se encuentra en los comercios. En la época del Nuevo Testamento, se hacía
referencia al jugo de una que se elaboraba casi en el momento de ingerirse, ya que la uva tiene un
proceso natural de fermentación y entre más tiempo pasa el grado de fermentación aumenta. Cabe
señalar que, el jugo de uva natural no puede considerarse que sea sin fermentar por lo que
mencionamos anteriormente con respecto al proceso natural de fermentación. Si se utiliza el jugo
natural, deberá ser, de preferencia, elaborado lo más cercano a la hora de la celebración.
46
En el caso del pan para la celebración, éste se elabora utilizando exclusivamente lo siguiente: Harina
de trigo, aceite de olivo, sal y agua. Pan sin fermentar.

LOS PARTICIPANTES
La enseñanza de la IAFCJ contempla, según el manual de ceremonias y ordenanzas, que sólo
pueden participar de este acto, los miembros bautizados de la iglesia que no estén sujetos a algún
correctivo, mucho menos que estén excomulgados. Recordando que esta celebración tiene mucho
que ver con la pascua de los judíos, podemos encontrar que solamente los extranjeros que aceptaran
ser circuncidados podrían participar de la pascua cuando dice Éxodo 12:43: “ningún extraño comerá
de ella” y el verso 45 dice: “El extranjero y el jornalero no comerán de ella”. Si hubiera miembros de la
iglesia que no están bajo algún correctivo, tocará decidir a él y/o el pastor correspondiente si
participan o no de la ceremonia, considerándose a sí mismos su condición de comunión con Dios,
aunque cada miembro de la iglesia debe ser motivado por este acto, a corregir cualquier deficiencia
en su vida cristiana y participar con libertad y reverencia y gozo de esta fiesta espiritual.

Matrimonio

Nuestra constitución dice:

Creemos que el matrimonio es sagrado, pues fue establecido desde el principio y es honroso
en todos (Génesis 2:21-24; Mateo 19:1-5; Hebreos 13:4).
Los matrimonios deben realizarse de acuerdo con las leyes vigentes, siempre y cuando no
contravengan los principios morales establecidos en la palabra de Dios. Las parejas que
deseen ser miembros de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús deberán cumplir con
este requisito de fe.
Creemos que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer determinado así por su sexo
biológico al momento de nacer y que debe perdurar mientras vivan los dos cónyuges. Al morir
uno de ellos, el otro está libre para casarse y no peca si lo hace en el Señor (Romanos 7:1-3; 1
Corintios 7:39).
Creemos, además, que los matrimonios deben verificarse exclusivamente entre los miembros
fieles. Ningún ministro deberá oficiar o casar a un miembro de la iglesia con una persona
inconversa. Los miembros que estando en plena comunión y se casaren con persona
inconversa, deberán ser disciplinados por el pastor correspondiente (2ª. Corintios 6:14-15).

El matrimonio es una de las figuras bíblicas más relevantes de la comunión de Dios con la
humanidad; la historia del ser humano comienza con un matrimonio (Eva y Adán) y culminará con
otro, las bodas del cordero con su pueblo (Génesis 2:18 y 22, y Apoc.19:7 y 9).

47
El matrimonio es lo que da inicio a la institución de la FAMILIA. Y por esto no debemos ignorar la
importancia que éste tiene para conservar la salud moral y espiritual de las personas que conforman
las familias. Es necesario retomar los valores éticos y la finalidad con que Dios estableció el
Matrimonio y por esa razón la IAFCJ, preocupada por la familia, establece la siguiente postura en
cuanto al Matrimonio:

A) Creemos que el Matrimonio tiene dos principales características: a) Que es sagrado y b) Que es
honroso en todos. El hecho de que tenga origen de Dios es suficiente para reconocer las dos
características mencionadas. El Matrimonio no surge por la inventiva de los hombres sino en la
sabiduría de Dios según lo leemos en Gen. 2:21-24; Mat. 19:1-5 y Heb. 13:4. El proverbista declara
que el que haya esposa halla el bien. Y alcanza la benevolencia de Jehová (Prov. 18:22).

B) Creemos que, de acuerdo con nuestra postura de respetar a las autoridades civiles y someternos a
ellas por enseñanza en la palabra de Dios, los matrimonios deberán realizarse en conformidad con
las leyes vigentes de los países respectivos, cuidando siempre de que estas leyes no estén en
oposición a la voluntad del Señor. Debido a lo anterior, las parejas de deseen ser bautizadas y que no
hayan formalizado debidamente su unión matrimonial, deberán hacerlo antes de ser bautizados.

C) Creemos que el Matrimonio es una unión que debe perdurar mientras viven los dos cónyuges. Al
morir uno de ellos, el otro está libre para casarse y no peca si lo hace en el Señor, conforme a lo
establecido en la Palabra de Dios. (Rom. 7:1-3; 1 Cor. 7:39). No debemos olvidar los riesgos que
existen en la vida matrimonial, desde los que podríamos llamar sencillos, hasta los más graves. Es
por eso que la pareja deberá procurar conducirse no conforme a las prácticas comunes (las que son
contrarias a la voluntad de Dios), sino tomando en cuenta las reglas que, en materia matrimonial,
contiene la Palabra del Señor. (Ef. 5:21-6:4; 1 Cor. 7:10,11; Col. 3:19; 1 Ped. 3:7).

D) Creemos también que los matrimonios que se realicen deberán hacerse únicamente entre los
miembros de la iglesia. Ningún ministro deberá casar a un miembro de la iglesia con una persona no
conversa. Los miembros que se casaren con personas inconversas deberán ser juzgados por sus
pastores (2 Cor. 6:14-18). Cuando una pareja, que ninguno de los dos son miembros de la Iglesia,
solicitara que uno de nuestros ministros lo formalizara en matrimonio, lo podrá realizar, siempre
tomando en cuenta que se debe cuidar la imagen de la Iglesia.

Ejercicio 1
48
¿Por qué el bautismo, la comunión y el matrimonio son sagrados?
__________________________________________________________________________
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2. PRERROGATIVAS Y REQUERIMIENTOS EN LA IGLESIA

Sanidad

Nuestra constitución dice:

Creemos que Dios tiene poder para sanar todas las enfermedades, si así es su voluntad,
y que la sanidad divina es un resultado del sacrificio de Cristo, pues “él llevó nuestras
enfermedades y sufrió nuestros dolores” (Isa.as 53:4).

La sanidad se efectúa por una combinación de la fe del creyente y el poder del nombre de
Jesucristo que se invoca sobre el enfermo. El Señor Jesucristo prometió que los que creyeran
en su nombre, pondrían las manos sobre los enfermos y éstos sanarían (Marcos 16:18). Los
enfermos deben ser ungidos con aceite en el nombre de Jesucristo por ministros ordenados
para que el Señor cumpla sus promesas (Salmos 103:1-4; Lucas 9:1-3; Juan 14:13; 1ª.
Corintios 12:9; Santiago 5:14-16).

Creemos que la sanidad divina se obtiene por la fe, y que en caso de que algún hermano
tenga necesidad de someterse a los cuidados y ministraciones de la ciencia médica, los demás
no deben criticarlo, sino considerarse a sí mismos y guardarse de encontrar condenaci.n con lo
que ellos mismos aprueban (Romanos 14:22). Recomendamos que los miembros y ministros se
abstengan de lanzar críticas indebidas a la ciencia médica, cuyos adelantos nadie puede negar,
y que se originan en la habilidad que Dios ha dado a los hombres para ir descubriendo los
secretos del funcionamiento del organismo humano. Al mismo tiempo, los exhortamos a que no
se opongan a las campañas de higiene, vacunación y limpieza que sean iniciadas por el
gobierno, sino que, por el contrario, colaboren decididamente en los lugares donde sea posible.

Sanidad significa "cualidad de buena salud". Una de las preocupaciones de nosotros los seres
humanos es no enfermarnos; y si enfermamos, ser curados de inmediato y recuperar la salud, porque
la preocupación última es que al enfermarnos nos llegue la muerte. La sanidad es una de las
promesas que Dios hace a los que creen en su nombre: “Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y
seré salvado…” (Jeremías 17:14 NVI).

49
La gente está buscando ansiosamente una solución al problema de salud. Está tan desesperada que
está lista para probar cualquier cosa. Dios no sólo está preocupado por los problemas espirituales de
los seres humanos, sino que dentro de su misericordia y a través de toda la historia de toda la historia
humana ha actuado en beneficio de los problemas materiales y físicos de sus hijos. Desde el tiempo
antiguo era presentado como: “... Yo Soy Jehová tu Sanador” (Éxodo 15.26).

La Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús cree que Dios tiene poder para sanar nuestras
dolencias físicas, si así es su voluntad. Debemos tomar en cuenta que Dios actúa sobre la base de su
soberanía y sabias determinaciones. Recordemos que, durante el ministerio terrenal de Jesús, éste
no sanó a todos los enfermos que había en Palestina. A los que les proveyó de esa gracia, la forma
de hacerlo no fue la misma. Algunos se acercaron a pedirle que manifestara su poder para la sanidad
(Mat. 8:1-7; Marc. 10:46-52; Luc. 8:40-42); A otros, sin solicitarlo, les mostró su poder sanador (Luc.
8:43-48; Marc. 3:1-3; Juan 5:1-6).

¿CÓMO SANABA CRISTO A LOS ENFERMOS?

 Por su Palabra (Mat. 8:8-16; Luc. 432,36; 7.7)


 Él puso las manos sobre los enfermos y los sanaba (Mat. 8:3; Marc. 5:23; 6:5; Luc. 4:40).
 Él reprendía la enfermedad o al espíritu que le causaba (Mat. 17:18; Marc. 1:25; 9:25; Luc.
4:35,39; 9:42).
 La gente fue sanada tocándole a él o a su ropa con fe (Mat. 9:21; 14:36; Marc. 3:10; 5:28;
6:56; 8:22; Luc. 6:19).
 En algunas ocasiones el Señor dijo a los que buscaban la sanidad que su propia fe les había
sanado (Mat. 9:2,22,29; 15:28; Marc. 2:5; 5:34; 10:52; Luc. 5:20; 7:50).
 Él puso lodo y saliva sobre los ojos de un ciego (Juan 9:6,15). Esto parece haber sido una
prueba sencilla de la obediencia y la fe en él. El lodo no tenía virtud alguna ni tampoco la
saliva.

La Fe y el Nombre de Jesucristo

Creemos que la sanidad del cuerpo se logra por la combinación de la fe de la persona necesitada y la
invocación del Nombre de Jesucristo. El Señor Jesucristo prometió que los que creyesen en se
NOMBRE pondrían sus manos sobre los enfermos y estos sanarían. (Marc. 16:18).

50
Una fe equivocada puede ser causa de que no se dé el milagro de la sanidad. Cuando se confía en
los elementos que son necesarios para buscar la manifestación de Dios como, el que ora, leer algún
pasaje de la Biblia, el aceite de la unción, el lugar donde se ora, etc. Es cierto que Dios ha llamado a
hombres que son sus ministros, para desarrollar el ministerio de la unción por los enfermos, y también
es cierto que la palabra de Dios debe ser motivante para nosotros y que la Biblia hace mención de la
unción para la sanidad (Sant. 5:14), pero en todos es Dios el que opera el milagro y a él se le debe
reconocer todo el mérito y glorificar su NOMBRE.

Nuestra Postura frente a la Ciencia Médica

Creemos que la Sanidad Divina se obtiene por la fe y que en caso de que algún hermano necesite
someterse a los cuidados y ministraciones de la ciencia médica, los demás no deben criticarlo, sino
considerarse a sí mismos. Se recomienda que los ministros y miembros de la iglesia se abstengan de
lanzar críticas indebidas a la ciencia médica, cuyos adelantos nadie puede negar y que se originan en
la habilidad que Dios ha dado a los hombres. Al mismo tiempo se nos exhorta a no oponernos a las
campañas de higiene y vacunación que sean iniciadas por el gobierno, sino que, por el contrario,
colaboren decididamente en los lugares donde sea posible.

Santidad
Nuestra constitución dice:

Creemos que todos los miembros del cuerpo de Cristo deben ser santos, es decir,
apartados del pecado y consagrados al servicio de Dios. Por esta razón deben abstenerse
de toda clase de conductas y prácticas pecaminosas (Levítico 19:2; 2ª. Corintios 7:1;
Efesios 5:26, 27; 1 Tesalonicenses 4:3, 4; Gálatas 5:16-21, Romanos 1:21-32, 2 Timoteo
2:21; Hebreos 12:14; 1 Pedro 1:16). Sin embargo, en la práctica de la santidad, creemos
que debe evitarse toda clase de extremismos, ascetismos y privaciones que tienen “...cierta
reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato de la carne;... la cual
es sombra de lo porvenir; más el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:17, 23). En lo que
respecta a alimentos, sabiendo que “todo lo que Dios creó es bueno, y nada hay que
desechar, tomándolo con acción de gracias” (1 Timoteo 4:4).

La Biblia revela la esencia de nuestro Dios y también su voluntad para los suyos: “Sean ustedes
santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean
míos” (Levítico 20:26 NVI). Santo significa: “apartado” o “distinguido” Esto nos ayuda a comprender
que creyendo y obedeciendo a Jesucristo, nuestra vida será para agradarle solo a Él.

51
La iglesia apostólica como un movimiento surgido del despertamiento espiritual promovido por Juan
Wesley y otros personajes importantes y posteriormente por los movimientos de Santidad del Siglo
XVIII y XIX de los cuales nació el Pentecostalismo Moderno, con relación a la Doctrina de la Santidad
creemos lo siguiente:

a) Que todos los miembros del cuerpo de Cristo deben ser Santos

Aunque en la práctica parece ser un tema de poca importancia y un tanto olvidado, nuestra doctrina le
da la importancia que merece estableciendo la Santidad como un deber de todos los miembros del
cuerpo de Cristo. Si cada creyente aspiramos a obtener la salvación, entonces la Santidad se
convierte en una característica inevitable e ineludible. No se trata de aceptar o rechazar la idea de
Ser Santos; como miembros del cuerpo de Cristo y fieles aspirantes a la vida eterna, debemos ser
Santos (Heb. 12:14) en toda nuestra manera de vivir (1 Pedro 1:13-16).

b) Hombres y mujeres Santificados

Entenderemos que significa esencialmente “apartados del pecado y consagrados al servicio de Dios”.
El hecho de ser Santos, entonces, incluye no sólo abandonar las antiguas prácticas y abstenernos de
hacer pecado, sino que debemos vivir de acuerdo con las nuevas demandas del evangelio en las que
se incluye una vida de Servicio a Dios.

En el primer caso (apartados del pecado) no se le admite al que se ha santificado, contaminarse de


las acciones que van en contra de la voluntad de Dios, según lo declara Pablo en 2 Cor. 7:1 y Ef.
4:24-29. Y si aspiramos a ser salvos de los juicios de Dios, entonces tenemos que vivir en Santidad (2
Ped. 3:11).

En el segundo caso (consagrados al servicio de Dios) la Santidad hace referencia a todo un estilo de
vida diferente al que se tenía antes de conocer al Señor. Porque la Santidad no es una situación
estática, sino una nueva forma de hacer las cosas y que de esta manera honre a Dios y le sea de
utilidad. (2 Tim. 2:19-21).

c) Finalmente, el énfasis que le demos a la vida de santidad

No caigamos en clases de extremismos, ascetismos y privaciones que pueden llevar al creyente a


una vida de frustración cristiana. Tomemos en cuenta que, según la historia, éste fue el problema que

52
llevó a los hombres de la Edad Media a revelarse en contra de una “Salvación por Obras” implantado
por la iglesia oficial (católica), la cual elaboró lo que se conoce como “El Sistema Penitencial”, el cual
incluye las mandas, el castigo al cuerpo, el pago de indulgencias, los siete sacramentos, entre otras
prácticas que supuestamente establecían una relación buena con Dios. Debemos tomar en cuenta
que el camino de Dios, aunque contiene demandas, estas no deben significar una carga, sino un
gozo. Ya desde los tiempos de la iglesia del primer siglo había quienes pretendían complicar la vida
en Cristo por lo que Pablo escribió dos pasajes, Colosenses 2:17,23 y 1 Tim. 4:4.

Pecado de muerte

Nuestra constitución dice:

Creemos, a la luz de la Palabra de Dios, que hay pecado de muerte y que si éste es
cometido en los términos que expresa la misma Biblia, se pierde el derecho a la salvación
(Mateo 12:31, 32; Romanos 6:23; Hebreos 10:26, 27; 1 Juan 5:16, 17). Por tanto,
recomendamos que todos los fieles se abstengan de dar oído a doctrinas en que se
promete seguridad eterna al cristiano sin importar su conducta, y la idea de que “una vez
salvo, siempre salvo”, pues la Biblia enseña que es posible ser reprobado y se necesita ser
fiel hasta el fin (Romanos 2:6- 10; 1 Corintios 9:26, 27).

El apóstol Pablo declara que para no estar bajo el dominio del pecado: “… cada uno aprenda a
controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa...” (1 Tesalonicenses 4:4 NVI). Practicar o
vivir en pecado lleva a la muerte: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dadiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Romanos 6:23 NVI).

Considerando lo que reza nuestra Constitución con respecto a este principio doctrinal, veamos en
seguida estos dos conceptos:

1. Pecado. La palabra griega que se nos presenta es =(Hamartia); denota una


desobediencia a la ley Divina, por lo tanto, podemos decir que pecado es la trasgresión de las reglas
establecidas por Dios y para que el humano tenga acceso a una comunión íntima con él, debe ser
santo.

2. De Muerte. Si tomamos en cuenta que la palabra “Muerte Espiritual” significa= “separación del
Espíritu de Dios”, podemos entonces decir que el cristiano puede prescindir de éste una vez que se
ha hecho indigno del Señor. David nos da un ejemplo de lo anterior cuando exclamó: “No me eches
de delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu” (Sal. 51.11).

53
Una vez analizados estos conceptos, veamos en seguida dos diferentes formas de pensamiento
teológico que nos ayudarán a tener una visión más amplia del por qué la Iglesia Apostólica cree en el
pecado de muerte.

a) El calvinismo. Dios es el Ser Supremo por excelencia, un ser absoluto quien determina los
destinos del hombre (para salvación o condenación). Esta manera de pensar trae como
consecuencia que los cristianos envueltos en esta corriente tengan el concepto de muerte, ya que
según ellos “...una vez salvo, siempre salvo...”

b) El Arminianismo. Aquí encontramos que la voluntad humana es quien determina si se resiste o


recibe la gracia salvadora trayendo esto como consecuencia lo siguiente:

1. El cristianismo busca conservarse apartado de las prácticas del mundo que lo pueden apartar
del Señor (adulterio, fornicación, etc.)
2. Se preocupa por tener la convicción de que cada día él es salvo.

54
EJERCICIO 2

Responda las siguientes preguntas:


1. ¿Qué es una prerrogativa y porque es esencial en su vida?
_____________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________
2. Según su experiencia ¿Qué se necesita para recibir sanidad divina?
_____________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

3. Para usted ¿Qué significa santidad?


_____________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

4. Según haya leído la Biblia ¿A qué nos lleva la santidad como fin último en nuestra vida
_____________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________

5. Para usted ¿Qué es pecado de muerte? Compare su respuesta con lo que dice el principio
doctrinal al respecto
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

CONCLUSIÓN

Los tres principios sagrados para la vida: bautismo, comunión y matrimonio son representativos de lo
que Dios estableció y espera que todos los que somos parte de su iglesia y todos aquellos que
lleguen a formar parte de ella; los valoren, practiquen y perseveren en ellos.

Además, sanidad, la santidad y pecado de muerte ponen de relieve que necesitamos de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo. Él nos ofrece sanidad en medio de la enfermedad física, emocional o
espiritual. También, espera que vivamos en santidad y no practiquemos el pecado porque eso puede
llevarnos a la muerte. Finalmente podemos decir que Dios ha manifestado a través de las
generaciones un deseo para toda la humanidad: “… No quiere que nadie perezca, sino que todos se
arrepientan.” (2 Pedro 3:9 NVI).

La iglesia apostólica y todo estudiante del IBID (Instituto Bíblico Distrital) estamos ocupándonos en
honrar a Dios en santidad, confiando en la sanidad y alejándonos del pecado de muerte.

55
LECCIÓN 7. PRINCIPIOS DOCTRINALES SOBRE ESCATOLOGÍA

INTRODUCCIÓN

La predicación y la enseñanza de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, están basadas


únicamente en la Biblia palabra de Dios, la revelación del Espíritu Santo y la encarnación (fe y
obediencia) del evangelio en comunión íntima con nuestro Dios. Esto nos ha llevado a perseverar a
través de los años, predicando y esperando el futuro que Dios tiene preparado para nosotros: “Porque
yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes—afirma el Señor— planes de bienestar y no de
calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” (Jeremías 29:11 NVI).

Si alguien puede hablar del futuro, habiendo estado en el pasado; y estando ahora mismo presente,
es nuestro Señor Jesucristo. Jesús claramente dice: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad… les
anunciara las cosas por venir.” (Juan 16:13 NVI). El Espíritu de verdad es su presencia que nos guía
y conforta en el presente para llegar al fututo. Por lo tanto, en nuestro ser debe hacer eco su Palabra:
“» No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre, hay muchas
viviendas; si no fuera así, ya se los habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y
se los preparo, vendré para llevármelos conmigo. Si ustedes estarán donde yo este.” (Juan 14:1-3
NVI).

Conozcamos y consideremos los principios doctrinales sobre escatología.

1. RESURRECCIÓN DE JUSTOS E INJUSTOS

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Nuestra constitución dice:

Creemos que habrá una resurrección literal de los muertos en el Señor, en la cual serán
revestidos con un cuerpo glorificado y espiritual, con el cual vivirán para siempre en la
presencia del Señor (Job 19:25-27; Salmos 17:15; Juan 5:29; Hechos 24:15; 1 Corintios
15:35-54; 1 Tesalonicenses 4:16).
Los cristianos que estén en pie en el momento en que el Señor recoja a su Iglesia, serán
igualmente transformados y así irán a estar con el Señor por siempre en gloria (1 Corintios
15:51, 52; 1 Tesalonicenses 4:18).
Creemos también, que habrá resurrección de injustos, pero éstos despertarán del sueño de
la tumba para ser juzgados y oír la sentencia que los hará herederos del fuego eterno
(Daniel 12:2; Mateo 25:26; Marcos 9:44; Juan 5:29; Apocalipsis 20:12-15).

Muchas personas están intrigadas sobre ¿Que pasará después de la muerte? También, si al morir
¿Inmediatamente vamos todos al cielo? y si realmente habrá resurrección ¿Cómo será? La iglesia
genera conciencia sobre la muerte y lo que va a suceder después de la muerte: escrito está en la
Biblia que: “Y del polvo de la tierra se levantaran las multitudes de los que duermen, algunos de ellos
para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetua”
(Daniel12:3 NVI).

Se observará que la doctrina de la resurrección es importante y fundamental en la Palabra de Dios.


En el ministerio de los apóstoles se hace referencia en más de cuarenta veces al tema de la
resurrección y siempre tienen que ver con la resurrección del cuerpo físico y nunca en un sentido
espiritual.
Esta declaración está íntimamente ligada a la verdad de la muerte física la cual es un acontecimiento
“literal”. La Biblia da a conocer la mortalidad del hombre; en el Salmo 89:48 se menciona la pregunta:
“... ¿qué hombre vivirá y no verá muerte? y Hebreos 9:27 nos enseña: “...está establecido que los
hombres mueran una vez...” y Pedro defina la vida del hombre como: “...toda carne es como hierba, y
toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca y la flor se cae...” (1 Pedro 1:24).

Dentro de los escritos que se ocupan de definir los tiempos postreros, podemos encontrar la
predicción de dos clases de resurrección, primero, la resurrección de vida y segundo, la resurrección
de juicio.

En la escritura se predicen dos clases de resurrección en el programa de Dios: la resurrección para


vida y la resurrección para juicio.

Con respecto a la resurrección para vida, hay un número de pasajes que enseñan esta parte distintiva
del programa de la resurrección (Luc. 14:13,14; Heb. 11:35; Juan 5:28,29; Apoc. 20:6) Estas
57
referencias muestran que hay una parte del programa de la resurrección que se llama “la resurrección
de los justos”, “la resurrección de entre los muertos”, “una mejor resurrección”, “la resurrección de
vida”, y la “primera resurrección”.

Esta palabra “ek nekron” se usa 49 veces, pero nunca se aplica a la resurrección de los impíos, 34
veces se usa para referirse a la resurrección de Cristo de quien sabemos que fue levantado “de entre
los muertos”.

En este acontecimiento, todos los que pertenezcan al Pueblo de Dios, de todos los tiempos de la
historia del hombre, serán levantados para vida eterna. En Juan 6:40 encontramos cual es la voluntad
de Dios: “...Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día
postrero”. La Resurrección para vida eterna tiene su base en la resurrección de Cristo el cual es
llamado: “...el primero de la resurrección de los muertos...” (Hechos 26:23) y; “primicias de los que
durmieron es hecho...” (1a. Cor. 15.20) y; “...cada uno en su orden, Cristo las primicias; luego lo que
son de Cristo, en su venida...” (1a. Cor 15.23) y en Apocalipsis 20.6 encontramos que:
“...bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección...”. Tanto en Daniel 12:2 como
en Lucas 14.14, se menciona la resurrección de los Justos.

La resurrección tiene como propósito darle al hombre la capacidad de tener vida eterna. Por lo tanto,
aún los pecadores tendrán tal participación en el proceso de transformación para vida eterna, sólo
que su lugar será diferente al que servirá de morada para el Justo.

Según Daniel 12:2, unos serán despertados para vergüenza y confusión; y en Juan 5:29 encontramos
que: “...más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación...” y en Hechos 24:15 leemos:
“...de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos...”.

Por cuanto la resurrección de vida se efectúa antes que comience el reinado milenial (Apoc. 20:5),
“los muertos” a que se refiere Apoc. 20:11,12 sólo pueden ser aquellos que se quedaron atrás en la
resurrección de entre los muertos y son aquellos que serán levantados para condenación.

¡¡No hay que olvidar que son “...¡Bienaventurados los que tienen parte en la Primera
Resurrección, la segunda muerte no tiene potestad sobre ellos!!

2. EL RECOGIMIENTO DE LA IGLESIA Y EL MILENIO

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Nuestra constitución dice:

Creemos que la Iglesia compuesta de los muertos en el Señor y los fieles que estén sobre la
tierra en el momento del rapto, será levantada para ir a encontrar a su Señor en los aires y
participar en las bodas del Cordero. Después vendrá con el Señor a la tierra para hacer el
juicio de las naciones y reinar con Cristo mil años. Este período será precedido por la Gran
Tribulación y la batalla del Armagedón, a la cual dará fin el Señor cuando descienda sobre el
monte de los Olivos con todos sus santos (Isaías 65:17-25; Daniel 7:27; Miqueas 4:1-3;
Zacarías 14:1-6; Mateo 5:5; Romanos 11:25-27; 1 Corintios 15:51-54; Filipenses 3:20, 21; 1
Tesalonicenses 4:13-17; Apocalipsis 20:1-5).”

La Iglesia Apostólica tenemos la esperanza de que un día estaremos para siempre con Jesucristo
nuestro Señor. Entendemos de la Biblia que una serie de eventos se suscitarán en un periodo
determinado de manera simultánea. Algunos de ellos en las moradas eternas y otros en la tierra.
Todo esto precederá a la venida de Jesucristo para establecer su reino de una vez y por todas.

En este principio Doctrinal se resumen cuatro grandes acontecimientos escatológicos: El


Recogimiento de la Iglesia, La Gran Tribulación, La Segunda Venida de Cristo y el Milenio. Cada uno
de ellos los comentaremos en forma muy breve por razones de espacio.

1. El Recogimiento de la Iglesia

Antes de plantear la postura de la IAFCJ es necesario conocer, por lo menos de forma muy breve,
que ésta doctrina tiene por lo menos otras tres posturas las cuales tiene que ver con el tiempo del
acontecimiento y quienes participan. Estas posturas son: (1) el traslado parcial, es decir que
únicamente una parte de los creyentes con ciertas cualidades excepcionales, podrán ser
considerados dignos de esta experiencia; (2) el traslado posterior a la tribulación, dando por hecho
que los creyentes en Cristo seremos participantes de los 7 años de juicio; (3) el traslado durante la
tribulación, en donde se entiende que los creyentes tendremos que enfrentar parte de los juicios de la
semana de la tribulación.

La postura hacia la cual se inclina nuestra iglesia es la que declara que la iglesia será levantada por
el Señor antes de la tribulación y por tal motivo declara lo siguiente:
“Creemos que la iglesia, compuesta de los muertos en el Señor y los fieles que estén en pie sobre la
tierra en el momento del rapto, será levantada para encontrarse con su Señor en los aires y participar
de las bodas del cordero.”

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En los escritos de Pablo encontramos dos referencias de suma importancia que hacen alusión a este
tema: 1 Corintios 15:51-57 y 1 Tesalonicenses 4:13-18. En ambos casos el apóstol menciona los que
participarán en el acontecimiento: en 1 Corintios declara: “...No todos dormiremos; pero todos
seremos transformados...” y en 1 Tesalonicenses nos dice: “...nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron... y los muertos en Cristo
resucitarán primero... y los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos...”.

Por otro lado, a diferencia de la 2a. Venida de Cristo, el encuentro entre los fieles y el Señor será en
los aires. De ahí que debamos entender el término  = “ARPAZO” que significa “tomar con
violencia o arrebatar”. El Señor no descenderá a la tierra, sino tomará a los suyos y los levantará para
encontrarnos con él en los aires (1 Tes. 4:17).

2. La Gran Tribulación

Este es un acontecimiento que tiene su principio fundamental en las profecías de Daniel en el capítulo
9:23-27, llamada la “Profecía de las Setenta Semanas” y de acuerdo con el programa profético, se
cumplieron 69 semanas hasta el Mesías Príncipe, quedando pendiente la semana número setenta
(Dan 9:27), identificada con la semana de la Tribulación y Gran Tribulación (Dan. 12:11).

La descripción del texto establece lo siguiente:

a) Es una profecía que se cumplirá esencialmente a causa del pueblo judío, afectando a todo el
mundo.
b) Tendrá como propósito terminar la prevaricación; poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la
justicia perdurable, sellar la visión y la profecía y ungir al Santo de los santos.

Aunque existen posturas diversas en relación a la participación de la iglesia en este acontecimiento,


las características que mencionamos en el párrafo anterior, con respecto a la profecía de Daniel,
deben estudiarse con mucho detenimiento y tomemos en cuenta que “No sólo que no hay una solo
sílaba en la Escritura que afirme que la Iglesia entrará a la gran tribulación, sino que tampoco el
discurso del Aposento Alto, ni la nueva promesa, ni las epístolas que explican esa promesa,
mencionan siquiera la gran tribulación”. A esto le añadimos el siguiente comentario:

60
“Naturaleza de la septuagésima semana. Hay un número de palabras que se usan
tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento, para describir el período de la
septuagésima semana, las cuales, cuando son consideradas en conjunto, nos dan la
naturaleza esencial o carácter de éste período: (1) ira (Ap. 6:16,17; 11:18; 14:19;
15:1,7; 16:1,19; 1 Tes. 1:9,10; 5:9; Sof. 1:15,18); (2) juicio (Ap. 14:7; 15:4; 16:5-7; 192);
(3) indignación (Is. 26:20,21; 34:1-3); (4) castigo (Is. 24:20,21); (5) hora de prueba (Ap.
3:10); (6) hora de angustia (Jer. 30:7); (7) destrucción (Jl. 1:15); (8) tinieblas (Jl. 2:2;
Sof. 1:14-18; Am. 5:18).” (Dwight Pentecost , 1984).

3. La Segunda Venida de Cristo

Con respecto a este acontecimiento, la posición más generalizada es que, inmediatamente después
de los acontecimientos que acabamos de mencionar, “la señal del Hijo del Hombre será vista,
viniendo en las nubes del cielo” (Mat. 24:30). Al respecto debemos considerar los siguientes puntos:

1. El tiempo de la Segunda Venida no se conoce con exactitud por lo que resulta desconocido.
Todos los intentos de los hombres para encontrar la fecha exacta demuestran estar equivocados. Lo
único que podemos decir con certeza es lo que registra Mat. 24:36: “Pero de aquel día y de aquella
hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo...”.

2. Será una venida visible. A pesar de las diferentes posturas que se han manejado a través
de la historia, principalmente la que sostienen los ruselistas o los del amanecer milenario, los cuales
dicen que la inauguración del período milenial se dio en el año de 1874 y que Cristo vino en potencia
en 1914 de forma invisible y que permaneció oculto debido a que el pueblo no manifestaba suficiente
arrepentimiento, debemos tomar en cuenta que, si la venida de Cristo ha de ser física, también será
visible. Para esto se deben de considerar los siguientes pasajes: Zacarías 14:4; Mat. 24:30; 26:64;
Marc. 13:26; Luc. 21:27; Hechos 111; Col. 3:4; Ap. 1:7, etc.

4. El Milenio

En este tema sobresalen las posturas conocidas como PREMILENIALISMO Y POSTMILENIALISMO


y el AMILENIALISMO. El primer caso hace referencia a la venida de Cristo antes del Reinado Milenial
y es la posición más aceptada por la mayoría de los movimientos cristianos; en el segundo caso, es
todo lo contrario a la primera, en ésta se ubica la segunda venida de Cristo después del

61
establecimiento del Reino Milenial y en el último caso se da por hecho que el Milenio debe
interpretarse de una manera simbólica y no propiamente literal como tradicionalmente se ha hecho.

Mucho se ha escrito y dicho previamente para demostrar que la era milenaria verá el completo
cumplimiento de todos los pactos que Dios estableció con su pueblo Israel. Y por medio de las
Escrituras podemos considerar el cumplimiento completo de todos los pactos en la era milenaria,
donde el pueblo de Dios será el centro de la vida del mundo de entonces.

Recomendamos leer los siguientes pasajes: Isaías 10:21,22; 19:25; 43:1; 65:8,9; Jer.30:22; 32:38;
Ez. 34:24; 30:31; Mi. 7:19,20; Zac. 13:9; Mal. 3:16-18.

EJERCICIO 1

Explique con sus propias palabras:


1. ¿Qué es Escatología?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

2. Según sepa, Mencione tres culturas de América Latina que hablen de eventos futuros y
realice una breve explicación. Después, identifique si hay alguna relación con lo que
creemos y predicamos.
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
__________

3. JUICIO FINAL

62
Nuestra constitución dice:

Creemos que hay un juicio preparado en el cual participarán todos los hombres que hayan
muerto sin Cristo y los que estén sobre la tierra en el tiempo de su verificación. Este juicio
se efectuará al final del Milenio y también se conoce con el nombre de Juicio del Trono
Blanco. La Iglesia no será juzgada en esta ocasión, sino que ella misma intervendrá en el
juicio que se haga a todos los hombres de acuerdo con lo que está escrito en los libros que
Dios tiene preparados. Al terminarse este juicio, los cielos y la tierra que hoy existen serán
renovados por fuego y los fieles habitarán en la Nueva Jerusalén. La dispensación cristiana
habrá terminado y entonces Dios volverá a ser todas las cosas en todos (Daniel 7:8-10, 14-
18; 1ª. Corintios 6:2, 3; Romanos 2:16; 14:10; Apocalipsis 20:11-15; 21:16).

La Biblia nos revela que algún día sucederá que todos aquellos que han muerto resucitarán. Algún
día vendrá Jesucristo a destruir de una vez por todas a sus enemigos, estableciendo definitivamente
su reino y dando su veredicto en el Juicio final a todos los que no creyeron y desobedecieron.

Este Juicio se verificará al final del reino milenial y será precedido por la liberación de Satanás, ya
que éste fue atado durante el período milenial. Ap. 20:2,3,7-9 menciona que al cumplirse los mil años
Satanás será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las naciones.

El enjuiciamiento final de los pecadores significa la conclusión de una larga espera de parte de Dios,
en lo cual dio al ser humano la oportunidad de acogerse a la misericordia del Creador antes de que
llegara el momento en el que el Señor actuaría con justicia en el sentido de dar a cada uno según sus
obras.

Al mismo tiempo, con el Juicio Final, la historia de la raza humana concluye en lo que respecta a su
vida temporal, para iniciar la eternidad que a cada persona le corresponde, según su decisión de
aceptar o rechazar la Gracia de Dios.

CONCLUSIÓN

Estos principios doctrinales nos orientan sobre el futuro de la humanidad y también generan
advertencia y esperanza sobre lo que Cristo ha de realizar. También, estos principios nos dan
fundamento para el presente, firmeza a los discípulos de Cristo en el diario vivir para encaminarnos a
una relación estrecha con el Señor y Dios Jesucristo todos los años de nuestra vida y un futuro
glorioso que se inaugura con la vida eterna.
63
Sigamos ocupados en aprender nuestra doctrina para luego predicar y enseñar a los que nos oyeren.
La IAFCJ como parte del cuerpo de Cristo y el IBID (Instituto Bíblico Distrital) seguiremos ocupados
en estos principios para afirmarnos y proclamar a Jesucristo como el único Señor y Dios Jesucristo.

LECCION 8. LA FIDELIDAD A LA DOCTRINA

INTRODUCCIÓN

La Doctrina Apostólica es el estudio que se propone mostrar las enseñanzas de la fe cristiana al


creyente en una forma organizada de los principios que sustentan y dan vida al carácter espiritual del
cristiano y de la iglesia en su conjunto. Es la enseñanza de una forma más o menos completa y
sistemática de las ideas necesarias a un entendimiento de la fe apostólica.

La doctrina en la iglesia es de Gran importancia ya que, aunque son principios espirituales estos le
dan a ella identidad, sustento y un amplio conocimiento de Dios y de la manera en que el Señor
bendice a la iglesia de tal forma que es muy importante que los hijos de Dios y mayormente aquellos
que ejercen un liderazgo o ministerio conozcan, practiquen y defiendan la doctrina porque en ello se
distingue la vida cristiana y se fortalece la fe tanto individual como colectiva.

64
La fidelidad a la doctrina se verá reflejada en la manera en que la conocemos, la practicamos y la
defendemos y esto es parte importante del trabajo de un buen líder y de un buen ministro de
Jesucristo, que se preocupa por predicar y enseñar los principios de la sana doctrina por amor al
buen desarrollo de la iglesia que es el principal interés de Dios y que quiere ver plasmado en todos
los liderazgos de todos los niveles de la iglesia.

Para ello es muy importante considerar tres implicaciones que nos conducirán sabiamente a
mantener nuestra fidelidad a la palabra y a todo fundamento doctrinal que la Biblia nos muestra

1. TENERLA COMO EL FUNDAMENTO DE NUESTRA FE


Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser
un templo santo en el Señor.” Efesios 2:20.

La primera implicación es reconocerla como los cimientos de nuestra vida espiritual y de la iglesia
misma, en los cuales se garantiza la firmeza y la fortaleza que puede tener el cristiano y la iglesia
en conjunto, dándole identidad una muy buena solvencia moral y espiritual para ejercer su función
dentro de ella como tambien en la sociedad donde se encuentra insertada.

“Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es
semejante. Semejante es al hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento
sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la
pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.” S. Lucas 6:47 – 48.

La doctrina como fundamento de la vida espiritual otorgará al cristiano una vida sólida y firme ante
las distintas adversidades y tempestades de manera que este pueda permanecer de pie gracias a
la fidelidad y a la obediencia de la misma, convirtiéndose en un instrumento de gran valor y
trascendencia para demostrar la fe viva en el Dios todopoderoso que sobrepasa toda dificultad
permaneciendo firme en toda circunstancia.

2. PREDICARLA Y ENSEÑARLA SIN ADULTERARLA

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los
muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y

65
fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad
el oído y se volverán a las fábulas”. 2 Timoteo 4:1-4

La segunda implicación consiste en predicarla y enseñarla con transparencia sinceridad y verdad


como fue el consejo del apóstol Pablo a Timoteo encargándole que predique con toda paciencia y
doctrina procurando siempre la salud de la misma tanto en su contenido como en la forma de
exponerla a los oyentes.

Si un líder o un ministro se encarga de predicar con responsabilidad la doctrina de la palabra de


Dios, ha demostrarse fiel a ella procurando respetar sus lineamientos sin alterar la interpretación y
mucho menos tratar de interpretarla a su propia conveniencia, sino que tratará de mantenerse fiel a
la enseñanza limpia y transparente.

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” 2 Timoteo 2:15

EJERCICIO 1

Investiga el significado de adulterar y escribe en una hoja cómo se pudiera adulterar la doctrina y
qué consecuencias podría tener en la fidelidad de un cristiano, un líder, un ministro o incluso un
pastor.
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3. ENCARNARLA EN NUESTRO DIARIO VIVIR

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” S. Mateo 5:16

La doctrina no debe ser vista como un conjunto de ideas y conceptos que determinan la vida cristiana
sino de principios que modelan la fe verdadera y que puede ser demostrada a todos los que miran en
el cristiano un estilo de vida encarnado y congruente a la obediencia, dando fruto abundante y
sirviendo de ayuda para que muchos sean alcanzados por la misma palabra de Dios reflejada en
nosotros.

En el texto bíblico que mencionamos al principio de esta lección (1ª. Timoteo 4:16) encontramos de
nuevo al apóstol Pablo haciéndole ver el valor tan importante del cuidado fiel y sincero de la doctrina
que da como resultado alcanzar la salvación personal pero también facilitar la salvación a aquellos
que nos oyen y nos miran manteniéndonos fieles a los principios de la fe cristiana; por lo que es más
evidente observar una vida fructífera y muy bendecida en aquellos que no solo predican con discurso
la palabra y la doctrina sino que modelan con su propio testimonio y estilo de vida la fe verdadera y
desafiante que encierra la sana doctrina bien aplicada en la vida de un creyente.

EJERCICIO 2

Lee cuidadosa y detenidamente el texto bíblico de Gálatas 2:20 y trata de explicar en qué
consiste encarnar la vida cristiana desde este versículo.
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CONCLUSIÓN

Más allá del dogmatismo y la religiosidad, vivir y permanecer en la sana doctrina es un desafío de la
vida cristiana ya que eso es lo que demuestra que verdaderamente somos sus discípulos, sus líderes

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y sus ministros, en el alto compromiso con la fe y la palabra escrita y determinada por Dios para que
por medio de ella alcancemos la salvación.

El evangelio de S. Mateo 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he
aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”, la palabra de Dios indica que el
hacer discípulos requiere de la enseñanza de guardar los principios y preceptos de la palabra de Dios
dando como resultado una vida fiel y victoriosa en la que el nombre de Jesús se glorifique y el
creyente sea firme como un verdadero hijo de Dios.

En éste manual se ha tratado de resaltar la necesidad de que el estudiante de IBID pueda hacer tres
importantes cosas con la doctrina, que son:
CONOCERLA __________________________________________________________
VIVIRLA (APLICARLA A SU VIDA PERSONAL) ________________________________
DEFENDERLA __________________________________________________________
Escriba en cada línea una cita bíblica que pueda servir como apoyo según la acción que corresponda.

Bibliografía

DANA, H. (2003). MANUAL DE ECLESIOLOGIA. México: Casa Bautista de Publicaciones.


Dwight Pentecost , J. (1984). Eventos del porvenir. US: Vida.
CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN. (1992). LEY DE
ASOCIACIONES RELIGIOSAS Y CULTO PÚBLICO. México: Secretaría General,
Secretaría de Servicios Parlamentarios.

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