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Didáctica Especial II

Guía de trabajo NO 4

La Educación Musical en América Latina

1) Situación Cultural de Latinoamérica en la época colonial

Aunque ya desde la época de la Colonia existían, en Latinoamérica, algunas


importantes universidades y centros de estudio (por ejemplo, en Bolivia, Perú y
México), era común que las familias pudientes enviaran a sus hijos a completar su
formación cultural a Europa. En lo que atañe a la música y a la educación musical la
influencia europea fue decisiva

2) Situación de América Latina a principios del siglo XX

3) Situación de la Educación Musical durante las dictaduras

La educación general y mucho más aún la educación musical fueron víctimas, entonces,
de un progresivo retraso y de la falta de orientación a nivel oficial

4) Relación entre estado y pueblo

5) Evolución de la Educación Musical con relación a los avances de la pedagogía


general
6) En que época se introducen las nuevas corrientes educativas y en donde surge
7) Cuáles son los énfasis de la nueva corriente pedagógica
8) Cuáles fueron los principales movimientos que apoyaron y dieron lugar a la nueva
corriente
9) Influencia de las nuevas metodologías de Educación Musical en Latinoamérica
10) Qué país se constituye la cuna de la pedagogía en América Latina

11) Cuáles fueron los principales encuentros de Educación Musical en Latinoamérica


para fomentar ta unidad de criterios en esta área
12) Cuál es la situación actual de la Educación Musical en Latinoamérica
13) Qué importancia tiene la Educación Musical en el ámbito de ta Educación
14) Cuál es la situación en la Educación Musical en la educación media
15) Como se encuentra el enfoque pedagógico de la Educación especializada
16) Cuál es la situación de los planes y programas de estudio en la realidad
17) Cuáles son las necesidades más urgentes que los gobiernos deben relación a la
Educación Musical
18) Qué debería ser la base de la Educación Musical en cada
VIOLETA HEMSY GAINZA, Argentina
General

América latina:
panorama la educación

Aunque ya desde la época de la Colonia existían, en


Latinoamérica, algunas importantes universidades y centros de
estudio (por ejemplo en Bolivia, Perú y México), era común que
las familias pudientes enviaran a sus hijos a completar su
formación cultural a Europa. En lo que atañe a la música y a la
educación musical la influencia europea fue decisiva, Durante el
siglo XIX, hasta llegar al siglo XX, los países sudamericanos
funcionaron como disciplinadas colonias de la metrópoli europea,
que invariablemente impuso su filosofía y modas, artísticas y
musicales.
En casi todos los países de la región, encontramos todavía en
las primeras décadas de este siglo a destacados maestros y
compositores formados en Francia bajo la égida de un Vincent
d'lndy o de un César Frank, o educados en algunos de los más
prestigiosos conservatorios de Italia. Estos músicos ocuparán los-
cargos directivos en los principales conservatorios, orquestas y —a
semejanza de ciertos próceres de la Independencia educados en
Europa— serán luego los iniciadores de un temprano nacionalismo
musical en Latinoamérica.
Durante el crítico período que abarca las dos guerras
mundiales, se viven ya, en diferentes países, serias crisis que en el
transcurso de las décadas siguientes se agravarán. Merecerían un
capítulo aparte las terribles y prolongadas dictaduras civiles
ymilitares —algunas de las cuales se mantienen todavía— que
destruyeron las economías de los respectivos países e hicieron
desaparecer a decenas de miles de opositores. La educación general
y mucho más aún la educación musical fueron víctimas, entonces,
de un progresivo retraso y de la falta de orientación a nivel oficial.
A partir de ese momento Se profundizará, cada vez más, la
bÈecha entre las necesidades culturales de la comunidad y las
respuestas estatales en relación a las mismas. Fragmentariamente, 0
durante períodos demasiado efímeros, se introducirán reformas, o
se realizarán propuestas progresistas a•nivel dé la educación
general, la

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que Ee ve, acle,mas, el medios de comunicación masiva. La
educacion musical en cambio, permanecerá rezagada y condenada a
desyit,alizarse sivarnente, a partir de los esplendores convencionaleS
(lei tradiciona. de principios de sigb. Se acentúa por otra parte
el desfasaje entre relativo avance de las técnicas pedagógicas generales
y la lenta evolución de la educación musical.
A ñncs de ja década del 30 y a partir de la década del 40, al
margen de las crisis existentes, comienzan a introducirse en
algunos países las nuevas corrientes educativas, más liberales, Se
difunden los principios pedagógicos de la Escuela Nueva, y al
mismo tiempo se consolida la Reforma Universitaria. Este
importante movimiento político-pedagógico, que se proponía
democratizar la enseñanza pública, nace cn Buenos Aires, pero
pronto su influencia se extiende a otras universidades, entre éstas
las de México y Perú. La nueva educación pondlá énfaci,s los
principios de actividad y creatividad en Ja enseñanza. asi como en
los de libertad y democracia cn la educación.
Durante la década del 'IO sc establecen en la Argentina algunos
músicos europeos, refugiados de la guerra, que fundan el Collegium
Musicum de lòuonos Aires, una institución de carácter privado donde
se introdncei) los métodos modernos dc iniciación musical. A partir
del año 1960, comienza a desarrollar una acción fundamental la
recientemente creada Sociedad Argentina de Educación Musical que
---ontre otros hechos positivos—— permite a los educadores tornar
contacto directo con grandes personalidades de la pedagogía musical
actual, entre otros, por ejemplo, el maestro F*dgañViIlerns que visitó,
en repetidas oportunidades, Buenos Aires y otros países de Sudamé•
rica. Simultáneamente, comenzaba a funcionar en Chile, con 103
auspicios de la OEA y dirigido por la prestigiosa educadora Cora
Bindhoff, e) Instituto Interamericano de Educación ¿Musical TEM).
Allí concurrieron y se especializaron varios becarios latinoamericanos
que luego se destacaron como educadores musicales en sug
respectivos países. La primera egresada del Institùto de Chile fue la
dominicana Florencia Pierret, en la actualidad de las personalV dades
más interesantes del continente sudamericanot directora del,
lamentablemente efímero, Programa de Musicología de la UNESCO
pare América latina, tan pródigo en inspiradas y

Respecto a los métodos de educación circunstanci


ast cada país se encontró eíertxažž que a otras- Así,
por ejemplo, en Chi}e-
influencia deDa1croze, y en Colombia, el método Ward. En Va
Argentina, en cambio, se ignoró el Ward, pero Dalcroze, Martenot,
Orff y posteriormente Willems, junto al creciente desarrollo e
ihfiuencia integradora de un grupo de pedagogos locales de sólida
formación musical, tuvieron una gran influencia y difusión.
Desde Chile, pero sobre todo desde Buenos Aires, que desde el
comienzo se manifestó como una plaza editorial sumamente activa,
se irradia la pedagogía musical. primero hacia los países vecinos
(Uruguay y, bastante después, Brasil) y luego hacia la mayor parte
de los países del continente,• que desde entonces no han dejado de
solicitar el intercambio con los docentes musicales argentinos.
Los encuentros a nivel continental, convocados por el
Consejo Interamericano de Música de la OEA (CIDEM) en
Toronto (Canadá), en 1967, y Medellín (Colombia), en 1968, así
como el Seminario Internacional de la ISME (Internati onal
Society for Music Education) organizado por la Sociedad
Argentina de Educación Musical, en 1971, en La Plata, y el
Segundo Congreso Uruguayo de Educación Musical, realizado en
Piriápolis en 1973, contribuyeron, en aquella importante etapa, a
estrechar los vínculos entre los educadores musicales del
continente americano y a fomentar un activo intercambio de
materiales e ideas.

Desactualización de la educación musical estatal


La realidad pedagógico-musical de Latinoamérica presenta, en la
actualidad, un panorama bastante
heterogéneo y arbitrario. Encontramos que en la mayor parte de los
países sudamericanos la -educación musical, a nivel de la educación
elemental, es obligatoria, dedicándo•se a la misma uno o dos
períodos de cAase cuya duración puede oscilar, según los casos,
entre treinta minutos y una hora. En los países con mayor tradición
educativa se enseña, @emás, la música como actividad específica en
el nivel pre-escolarl A pesar dc esto, la música no ha logrado, sin
embargo, hasta el momento, superea• su condición de materia
secundaria o especial en la escuela pública, junto a la educación
física y las actividades manuales. Poco se conoce habitualmente en
los ámbitos educativos acerca del papel activo que desempena la
música en la educación general y sobre su indiscutido aporte a los
procesos de alfabetización y maduración mental, de acuerdo a las
investigaciones más recientes de la psicología evolutiva y de la
fisiología cerebral. 1
Los niveles elemental, medio y superior de la educación musical
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no suelen encontrarse debidamente correlacionados, por lo cual el
estudiante d/ la escuela media prácticamente rep(te los contenidos
básicos del programa de la escuela elemental, con el àditamento de
la apreciación musical, que por lo general consiste en un enfoque
teórico de la historia musical.DLa enseñanza especializada y la
educación musical suþerior pueden considerarse, asimismo,
severamente desactualizadas desde el punto de vista pedagógico.
La cantidad y calidad de la enseñanza suelen variar sustancial
mente en los diferentes países y en las distintas regiones de cada
país. Podría decirse que, a grandes rasgos, la enseñanza que se
imparte en las escuelas públicas, en las grandes capitales y
principales centros de población, está más actualizada que la que se
imparte en lugares alejados de los mismos, debido a que allí se
concentra el mayor número de maestros que han tenido, en una
forma u otra, un contacto personal y a nivel extraoficial con las
nuevas metodologías y corrientes renovadoras en el campo de la
pedagogía musical.
Lo mismo puede decirse acerca de la orientación y calidad de
los planes y programas de estudios musicales. hay de todo ti o:
elementales y caóticos así como extremadamente coherentes y
detallados; tanto en estilo académico tradicional como de la más
actuali-

zada factura internacional. Pero no suele existir una


relacióndirecta entre los planes pedagógicos y la enseñanza
concreta: es obvio que
el más moderno y completo de los programas de educación musical
no puede garantizar la calidad de la enseñanza, si no se cuenta con
un número adecuado de maestros capacitados para llevarlo a la
práctica. Y sabemos que, lamentablemente, éste -es el principal
problema en nuestras latitudes.
Las dificultades económicas y sobre todo la moneda
sumamente desvalorizada en la mayor parte de los países
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latinoamericanos, que carecen de industrias productoras de
instrumentos musicales, son la causa de que en Sudamérica —con
las conocidas excepciones de Venezuela, Costa Rica, Cuba y algún
centro universitario del interior del Ecuador— hayan prosperado
hasta el momento los coros y no las orquestas infantiles y juveniles,
que requieren costosas inversiones materiales.
Podría decirse, en términos generales, que las carencias que
los gobiernos deberían atender con urgencia, en América latina, en
el campo de la educación musical, están vinculadas a:
1. La necesidád de dar coherencia y homogeneidad a las estructuras
educativas.
2, La asignación depresupuestos adecuados parala educaciónvque
permitan llevar a un nivel digno los sueldos de los
docentes y también adquirir los instrumen tos, medios y
materiales pedagó gicos necesarios.

3. La actualización de las técnicas


pedagógicas que permita poder superar
el sistema tradicional, que hasta hoy
mantiene un carácter académico, teórico y
despersonalizado.
4. La integración de las diferentes áreas
educativas y artísticas.
5. La correlación de los distintos niveles de la enseñanza
musical.
6. La necesidad de elaborar programas
permanentes de capacitación y
actualización del personal docente.

Aspectos positivos. Sugerencias para


la evolución y el cambio
Lo mismo que los individuos y las familias,
los países se distinguen por sus proyectos de
vida y desarrollo. La educación constituye un
problema político y responde a un sistema de
valores que depende, fundamentalmente, de
factores económicos y sociales. A grandes
rasgos, podría decirse que la educación

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general y especializada no ha llegado a
constituir una prioridad orgánica y
perrnanente para la mayor parte de .los
gobiernos de América latina. Los reducidos
presupuestos que se destinan a la educación —
durante el "proceso" militar de la Argentina
alcanzó apenas al 8%, el más bajo de la
historia del país—- confirman este hecho.
Para encontrar los aspectos positivos de la
realidad musical y pedagógica en
Latinoamérica, debemos abandonar las esferas
oficiales. El sudamericano no siempre se
somete al pobre y mezquino destino cultural
que han pretendido imponerle algunos
gobiernos. La música, así como el teatro y la
literatura, han desempeñado un importante
papel en el proceso de maduración de los
pueblos de Latinoamérica, llegando a
constituir, en muchos casos, un
instrumento eficaz de autoafirmación
ejemplos más
cultural, y de participación y lucha
política. Recordemos el papel activoen
y revolucionario de la canción de
protesta, en distintos países del Cono Sur.
(El doble mensaje de algunas canciones de
Chico Buarque durante los momentos más
críticos de la tiranía militar en el Brasil, y
otros Chile, Argentina y Uruguay.)
Si partimos de la base de que la
actualización supone movimiento,
diversificación y coherencia en el campo
cultural no necesariamente tecnificación—,
antes de pensar en introducir masivamente las
computadoras en nuesfras escuelas, deberíamos
tratar de resol ver, como ya señalé
anteriormente, el problema de la madurez y

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capanuestros maestros. C siempre educai c;ue uesarrciló Zallan
.-ž solo oor mea:o ga música pura, (tc.spoja(ia salvo —-
pcr e) por por nurž'ež-c,scs -gžù.ses del o ziste en rreneral una
þltsthcidad e cia en las jóvenes generaciones de estudiantes y
maestros de música. Nue c tros conservatorios están repletos de niños
y Jóvenes ávidos de aprender v alfabetizarse musicalmente. Por ese
motwo, considero de fundamental importancia fomentar una apertura
múltiple que permita, a cada país, encontrar caminos para llegar a
desarrollar modelos propios en materia de educacion. Antes que
importar arbitrariamente metodologías y materiales pedagógico-
musicales extranjeros, sería necesario pro•rnover el conocimiento
profundo y la valorización de has propias culturas nacionale§ÃCada
país tiene necesidades culturales específicas que responden a su
historia, a la topografía de su territorio, a sus recursos naturales y
humanos; en fin, a una multiplicidad de factores políticos y
socioeconómicos que conforman su identidad. Y en materia de
música, recordemos que América del Sur es increfl)lemente rica en
tradiciones musicales: los instrumentos las escalas, modos y ritmos
autóctonos deben estar misma de nuestra educación musical.
En todos los países de Améncalathna existen líderes
educativos reales o potenciales. El mayor esfuerzo de los
organismos internacionales, como la UNESCO y la ISME, debería
orientarse a tomar contacto con éstos, ayudándolos a desarrollarse
y a materializar sus proyectos y aspiraciones en beneficio de sus
respectivas comunidades, y a promover el contacto con los
educadores musicales de otros países mediante proyectos que
contemplen la posibilidad de becas, de intercambio de estudiantes
y especiali stas (intérpretes, directores, compositores, pedagogos),
y también de programas educativo-musicales de radio y TV.
Todos se verían beneficiados con este contacto mutuo. Tuve
oportunidad de conocer a educadores musicales alemanes que
desarrollan su actividad profesional en Perú; como parte del plan
de colaboración cultural de la República Federal Alemana con los
países de América latina. Ellos me manifestaron que, si bien su
tarea específica consistía en trasmitir a sus jóvenes mlegas
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peruanos nuevas técnicas y métodos, sentían que lo que más los
enriquecía era asimilar, en un constante ejercicio de creatividad
pedagógica, esa cultura extraordinariamente rica, participando de
este modo en .el
descubrimiento de un mundo nuevo y, lo que
es mas importante todavía, contribuyendo a que este
mundo sea recuperado y valorizado por sus verdaderos
dueños.

Conclusiones
El desarrollo musical y educativo en la Argentina ha seguido, a
grandes rasgos, pautas similares a las de otros países del
continente sudamericano. A pesar de encontrarnos casi en el
último tramo del siglo XX, la educación musical a nivel masivo
continúa regida por normas del tradicionalismo de fines del siglo
pasado, que se basaba en modelos culturales y educativos
europeos, hoy decadentes e inadecuados.
Creemos que lo que ha demorado fundamentalmente —y
sigue demorando— el desarrollo del proceso educativo en
Latinoamérica, son las numerosas e interminables crisis político-
militares y, principalmente, la situación de dependencia
económica frente a los países industrialmente desarrollados,
directamente vinculada en muchos casos con aquéllas. Esta
situación de inestabilidad, de pobreza material, de desequilibrio
de prioridades y valores, ha incidido naturalmente en el desarrollo
cul tural que siempre resulta discontinuo, falto de coherencia y
direccionalidad. Dentro de este panorama, los impulsos y
orientaciones progresistas suelen caducar o
se interrumpen a corto o mediano plazo. Hay
generalmente presupuestos escasos, sueldos bajos
y desalentadores, para los profesores y maestros y faltan
materiales elementales para la enseñanza.
En la Argentina, por ejemplo, parecieran coexistir dos
historias paralelas. Por una parte, podrían reseñarse los factores de
progreso y los éxitos educativos vinculados generalmente con
determinadas minorías y, por otra, la historia de las frustraciones y
carencias a nivel masivo. Esta situación, válida para la educación
general, se profun diza al analizar cualquier aspecto de la educación
especializada ya que, hasta el momento, no se ha considerado a la
educación COTt10 un factor de riesgo —como 'sería el caso *des
la salud o el desarrollo económico-— sino como algo que puede
descuidarse y dejar de implementarse sin mayores
consecuencias.
Para -concluir, diremos que para progresar hay que educar y
para educar es preciso in tegrar las artes y en particular la
música, que ya no puede seguir siendo desaprovechada ni
postergada,
Sin dejar de buscar por todos los medios la ayuda y la
compren-
Sión estatal para establecer las bases de un proyecto educativo
moderno, sólo nos resta a los maestros la alternativa de continuar
enseñando de la mejor manera posible y en cualquier
circunstancia, para impulsar el progreso de la educación y la en
nuestras respectivas comunidades.
Estamos convencidos de que, no solamente en Latinoamérica
sino en todo el mundo, se despejará progresivamente el camino que
deben recorrer los pueblos más rezagados para adquirir conciencia
de sus potencialidades y de su fuerza política y económica, así
como del valor y riqueza de su propio patrimonio cultural.

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