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Vivir de manera que ofrezcas gloria en lugar de las cenizas que haya en tu
vida es un acto de fe que sigue al Salvador.
“Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor sea dado a los
criados […].
“Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió
para que hoy me encontrases;
Así como Abigail estaba dispuesta a tomar los pecados de Nabal sobre
sí misma, el Salvador también ha tomado sobre Sí —de forma
incomprensible— nuestros pecados y los pecados de quienes nos han
herido u ofendido 5. En Getsemaní y en la cruz, Él pagó por esos
pecados y preparó la manera para que podamos sanar un corazón
vengativo. Esa “manera” es mediante el perdón, que puede ser una de
las cosas más difíciles que alguna vez haremos y lo más sublime que
alguna vez experimentaremos. En el camino del perdón, el poder
expiatorio de Jesucristo puede fluir en nuestra vida y comenzar a sanar
las profundas heridas del corazón y del alma.
Ruego que sepan que perdonar a alguien no quiere decir que se pongan
en una situación donde les seguirán haciendo daño. “Podemos
esforzarnos por perdonar a alguien y aun así sentirnos inspirados por el
Espíritu a alejarnos de esa persona” 10.
Con los años y al esforzarme por hallar paz y sanación en el camino del
perdón, me di cuenta, de manera muy profunda, que el mismo Hijo de
Dios que había expiado mis pecados, es el mismo Redentor que
también salvaría a quienes me habían hecho tanto daño. No podría
creer plenamente en esa primera verdad sin creer en la segunda.
José de Egipto vivió una vida de cenizas. Sus hermanos lo odiaban, fue
traicionado y vendido como esclavo, fue encarcelado injustamente y
olvidado por alguien que había prometido ayudarlo. Aun así, confió en
el Señor. “Jehová estaba con José” 19 y consagró sus pruebas para su
propia bendición y crecimiento, y para la salvación de su familia y de
todo Egipto.
Kevin J Worthen, rector de BYU, dijo que Dios “puede hacer que
ocurra lo bueno […] no solo a partir de nuestros éxitos, sino también a
partir de nuestros fracasos y de los fracasos de otras personas que nos
causan dolor. Dios es así de bueno y así de poderoso” 22.
Sé que nuestro Padre Celestial desea bondad y esperanza para cada uno
de Sus hijos. En Jeremías leemos: “Porque yo sé los pensamientos que
tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz” 24.
8. Doctrina y Convenios 64:10.
12. Malaquías 4:2.
13. Ezequiel 36:26.
19. Génesis 39:2, 21.
20. Génesis 45:5, 8.
21. Isaías 61:3.
22. Kevin J. Worthen, “The Y on the Mountain” (Universidad
Brigham Young, discurso de graduación, 25 de abril de
2019), pág. 3, speeches.byu.edu.
23. Lucas 23:34.
24. Jeremías 29:11.